Prevenir la plagiocefalia postural

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Prevenir la
plagiocefalia postural
Es una deformación benigna en el cráneo del bebé por pasar mucho tiempo acostado
boca arriba, ya que sus huesos son maleables en los primeros meses de vida
L
a plagiocefalia postural o posicional es una deformidad en el cráneo del bebé, producida por la presión
de una fuerza externa. Es un problema
benigno, que se origina porque, en los
primeros meses de vida, esta zona de
su cuerpo es todavía muy maleable.
Se puede prevenir y tratar, si es necesario, con relativa sencillez.
La Asociación Española de Pediatría
(AEP) explica que esta deformidad
es un “aplanamiento de la región
occipital”, es decir, en la
parte posterior de la
cabeza del niño,
y, en ocasiones,
también en la
zona parietal (a los lados). Como
consecuencia, se pueden producir
también algunas deformaciones
secundarias: abombamiento de la
región occipital del lado contrario,
adelantamiento y descenso de la
oreja y abombamiento de la frente
del mismo lado de la deformidad.
Los especialistas destacan la importancia de diferenciar una plagiocefalia postural de un problema parecido
llamado craneosinostosis. También es
una deformación craneal, pero se produce por el “cierre precoz indebido de
las suturas que separan los huesos de
un bebé, lo que impide que el cráneo crezca de forma normal”. La craneosinostosis occipital es muy poco
frecuente (afecta a 3 de cada 100.000
niños) y, en general, la exploración
del pediatra y un análisis de los antecedentes del pequeño permiten un
diagnóstico preciso.
Diversas causas
El principal motivo de que la plagiocefalia postural se produzca es que
los niños pasan mucho tiempo acostados boca arriba en la misma posición.
En un artículo incluido en el “Libro
Blanco de la Muerte Súbita Infantil”,
editado por la AEP, el neurocirujano
infantil Fernando Carceller Benito y
la pediatra Julia Leal de la Rosa explican que la Academia Americana de
Pediatría recomendó en 1992 que los
bebés no durmieran boca abajo, como
hasta entonces se aconsejaba, sino
en posición de decúbito supino (boca
arriba). Esta medida logró que descendiese el cuadro de muerte súbita
del lactante en más de un 40% desde
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entonces. Aun así, se produjo un incremento importante de los niños con
aplanamiento posterior de la cabeza.
Pero esta no es la única causa. Existen otros factores que pueden producir esta deformación:
Ambiente restrictivo uterino. Cuando el bebé tiene menos espacio del
necesario en el vientre materno.
Esto puede producirse por varios
motivos: que el feto sea muy grande
(la cabeza o todo el cuerpo), que el
embarazo sea múltiple, que el útero
sea demasiado pequeño o deformado, que la pelvis de la madre sea
muy pequeña, que haya un exceso
o defecto de líquido amniótico, que
el bebé se presente de nalgas o
que haya un incremento del tono
de los músculos en la pared abdominal. También los partos con
fórceps o ventosas pueden causar
este problema.
Tortícolis muscular congénita. Una
tortícolis en el niño (que también
puede estar provocada por el poco espacio en el útero) reduce la
movilidad del cuello, lo que puede ocasionar que el bebé adopte
siempre la misma postura cuando
está acostado y, en consecuencia,
la deformación craneal.
Prematuridad. Derivados de un nacimiento prematuro se producen
dos factores de riesgo: los huesos
de la cabeza del pequeño son aún
más débiles y maleables, y, además,
estos niños suelen pasar tiempo
acostados en la misma posición, conectados a respiradores en la unidad de cuidados intensivos.
Prevención
La AEP recomienda tomar algunas
medidas para prevenir la plagiocefalia postural. Si bien el consejo sigue
siendo que los bebés duerman boca
arriba, los expertos sugieren a los padres cambiar la posición de la cabeza
del niño, alternando entre un lado y
el otro de manera periódica.
Otra recomendación para cuando el
pequeño esté despierto es acostarlo
boca abajo entre 30 minutos y una
hora. Los pediatras insisten en que es
fundamental vigilar que esté siempre
despierto. También aconsejan tenerlo
en brazos para evitar que pase demasiado tiempo acostado y con la
cabeza apoyada en una superficie
que ejerza más presión. Y, en general,
que el bebé esté poco tiempo en las
sillitas en las que se mantiene una
postura fija de la cabeza, sobre todo
las que se utilizan indistintamente
para su reposo y como dispositivos
de retención en los automóviles.
Existen también unas pequeñas
almohadas diseñadas de forma específica para prevenir la plagiocefalia
postural. Son redondas y de muy baja
altura con un orificio en el centro, en
el que se coloca la cabecita del niño,
de tal forma que no se aplica ninguna
fuerza de manera directa en el punto
de apoyo. Un estudio científico sobre
estas almohadas determinó que podían ser útiles y efectivas, aunque se
trataba de una prueba piloto, a la espera de una muestra mayor de casos
que confirmase sus resultados.
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Tratamiento
La plagiocefalia postural es relativamente frecuente. No produce
ninguna alteración neurológica
que pueda afectar al cociente
intelectual, ni mientras sea un
bebé ni en el futuro. Las posibles
secuelas son estéticas, pero se
pueden remediar, si se diagnostican a tiempo, con un tratamiento
bastante simple.
Una de las principales medidas
que se deben tomar consiste en
corregir la posición de la cabeza
del niño cuando esté acostado,
de forma que la presión se ejerza
sobre la parte de la cabeza que no
está aplanada.
Del mismo modo, los expertos de
la AEP recomiendan colocar la
cuna del bebé en una posición que
le obligue a “rotar la cabeza hacia
el lado contrario de la parte aplanada de la cabeza, cuando intente
mirar a los padres o a lo que le
pueda llamar la atención dentro
de la habitación”. Si existe tortícolis, el tratamiento es fisioterapia:
ejercicios de estiramiento de los
músculos del cuello.
Con estas medidas, los pediatras estiman que el problema
se corrige en dos o tres meses.
Si no dan resultado, el médico
puede aconsejar el uso de
bandas o cascos, a manera de
ortesis craneal. En general, solo
en los casos más graves el profesional recomienda la consulta
con un neurocirujano.
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