43/2009 Políticas públicas y segregación residencial de la población extranjera en la Comunidad de Madrid Alfonso Echazarra de Gregorio Alfonso Echazarra de Gregorio Candidato doctoral en la Universidad de Manchester y en el Instituto Juan March. Se licenció en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense, obtuvo la maestría de Artes en Ciencias Sociales por el Instituto Juan March y el Diploma de Estudios Avanzados en Migraciones Internacionales por el Instituto Ortega y Gasset. Su tesis doctoral analiza la relación entre capital social, diversidad étnica y criminalidad en las grandes ciudades españolas. También ha realizado investigaciones en temas de segregación residencial, remesas de inmigrantes y comercio exterior. Ninguna parte ni la totalidad de este documento puede ser reproducida, grabada o transmitida en forma alguna ni por cualquier procedimiento, ya sea electrónico, mecánico, reprográfico, magnético o cualquier otro, sin autorización previa y por escrito de la Fundación Alternativas. © Fundación Alternativas © Alfonso Echazarra de Gregorio ISBN: 978-84-92424-70-2 Depósito Legal: M-19867-2009 2 Impreso en papel ecológico Índice Resumen ejecutivo 5 1 Introducción 7 2 El contexto: la población extranjera de la Comunidad de Madrid 9 3 La medición de la segregación residencial de la población extranjera en el area metropolitana de Madrid (AMM) 3.1 Clasificación de distritos y municipios en función de la población extranjera 3.2 Los índices de segregación residencial 3.3 Calidad geográfica del lugar de residencia y segregación residencial 3.4 Comparaciones internacionales: Madrid y otros contextos 4 5 3 Los determinantes de la segregación residencial 4.1 La responsabilidad en la segregación residencial ¿elección o imposición? 4.2 Otras explicaciones: el macrocontexto, los ciclos vitales y las preferencias heterogéneas. 16 16 18 23 23 25 25 34 Las políticas públicas y la segregación residencial de extranjeros en la Comunidad de Madrid 5.1 Las políticas de vivienda pública en la Comunidad de Madrid 5.2 Política de planificación urbana 37 37 41 6 Propuestas de cambio en las políticas de vivienda pública y urbanística 6.1 Para ambas políticas 6.2 Recomendaciones específicas 44 44 45 7 Bibliografía 48 8 Índice de Gráficos y Tablas 52 9 Anexo 54 Lista de siglas AMM CAM CC AA CEM EES EAEI ER EPA IPREM VPPB VPPL 4 Área Metropolitana de Madrid Comunidad Autónoma de Madrid Comunidades autónomas Índice de Centralización Espacial Media Encuesta sobre Estructura Salarial Encuesta sobre Aspectos Económicos de la Inmigración Encuesta sobre Remesas Encuesta de Población Activa Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples Vivienda con Protección Pública Básica Vivienda con Protección Pública de Precio Limitado Resumen ejecutivo La distribución de la población en el medio urbano no es aleatoria ni inocente. Quizás ningún fenómeno ha podido confirmar esta afirmación de forma tan clara como la llegada reciente de inmigrantes a territorio español. A lo largo de la última década, la incorporación de más de medio millón de habitantes ha supuesto una auténtica “revolución” en la demografía residencial del tejido urbano madrileño. Durante este período, el número de secciones censales donde la población española representaba más de 4/5 partes de la población ha descendido dramáticamente –de casi un 100% en 1998 a menos de un 80% en 2007– e incluso hemos visto aparecer un nuevo tipo de barrio consistente en población española envejecida y población inmigrada joven. A la luz de esta “revolución” residencial, este trabajo analiza la segregación residencial de la población extranjera en Madrid –entendida como la desigual distribución en el entorno urbano– haciendo hincapié en su medición y en su conexión con diversas políticas públicas. La cuantificación de la segregación residencial ha seguido dos vías. En primer lugar, se ha clasificado a los municipios y distritos en base al origen de su población extranjera, revelando el análisis unas pautas bien definidas, fundamentalmente en términos de renta y de cercanía geográfica. En segundo lugar, se ha medido la segregación residencial a través de los índices más habituales. Éstos han mostrado diferencias notables entre las nacionalidades “privilegiadas” (UE-15, Norteamérica, Argentina y Chile), que muestran una segregación residencial reducida y una calidad geográfica elevada, y las nacionalidades “desfavorecidas” (África, Asia, Europa del Este y la mayoría de países latinoamericanos). La segunda parte del trabajo indaga en los determinantes de la segregación residencial a través de una profunda revisión de la literatura. El corolario de esta revisión es un proceso –la segregación residencial– en el cual la compleja interacción de actores privados, organismos públicos y factores macrocontextuales, como la globalización y la desigualdad socioeconómica, diluye la responsabilidad individual de los actores implicados. Tomados de forma separada, no obstante, diversos trabajos han sido capaces de demostrar la responsabilidad de distintas acciones y actores, como la discriminación en el mercado inmo- 5 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO biliario y en la concesión de hipotecas, los ataques racistas, las preferencias de los grupos dominantes y –en menor medida– de las minorías, las políticas urbanísticas y las políticas de vivienda pública. De estas dos últimas, este trabajo ha querido mostrar su importancia en el contexto madrileño. El trabajo ha revelado que las características actuales de la política de vivienda pública contribuyen a la segregación residencial de la población extranjera. Contrariamente a una política ideal de vivienda pública, la inversión en este tipo de vivienda es insuficiente, los requisitos exigidos por la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) y ayuntamientos no garantizan la prioridad de los grupos más necesitados y su localización en la CAM no contribuye a una distribución homogénea de la población “subvencionada”. Respecto a la política urbanística, el trabajo ha demostrado que el modelo de ciudad “descongestionado”, presente en los municipios de rentas medias-altas, está negativamente asociado con la presencia de las nacionalidades más desfavorecidas. En línea con los resultados de este trabajo, el autor propone: • Política de vivienda: introducir la renta como variable informadora para acceder a, y mantener, una vivienda de protección pública; eliminar el requisito de residencia mínima para acceder a los sorteos de vivienda pública; establecer la residencia legal como único requisito referido al estatus legal; y distribuir la vivienda pública de forma homogénea en la CAM. • Política urbanística: implantar un sistema global, a nivel regional o incluso nacional, capaz de informar de forma automática sobre las posibilidades de construcción en un terreno determinado, con el fin de evitar sesgos localistas y prácticas corruptas. Para ello, el sistema tendrá en cuenta, entre otras, variables sociales, económicas, urbanísticas, demográficas y medioambientales. Si esta propuesta fuera inviable, política o técnicamente, se propone un sistema simplificado a nivel municipal capaz de evitar actuaciones locales guiadas exclusivamente por intereses personalistas. • Eliminar la competencia municipal tanto de vivienda pública como de política urbanística o, alternativamente, hacer efectivas la regulación y la supervisión autonómicas. 6 1 Introducción “La distribución de la población en el entorno urbano no es aleatoria, ni siquiera inocente”. Esta afirmación es tan válida para las civilizaciones antiguas, como lo es para las sociedades modernas. Sin embargo, sólo en épocas recientes esta realidad ha merecido la crítica de los grupos más instruidos. Si en la época medieval la segregación residencial, basada en las diferentes creencias religiosas, oficios y estratos sociales, fue aceptada por la población, en la época de la revolución industrial la segregación residencial de las clases obreras y la desigualdad económica que la sustentaba centraron las críticas de una parte de las élites intelectuales. La pobreza generada en las grandes ciudades industriales, como Londres o Manchester, y en otras de menor tamaño, como Bilbao –en la cual la desembocadura de la ría sirvió de separación física entre la clase burguesa y la clase obrera-, no pasó desapercibida para los intelectuales, que mostraban cierta melancolía por la sociedad rural y su aparente armonía. Pero ¿qué entendemos por segregación residencial? Aunque, en apariencia, es un concepto sencillo, no existe en la literatura una única definición de segregación residencial, seguramente debido a las distintas caras o dimensiones que puede presentar. En 1988, Denton y Massey (Massey y Denton, 1988) escribieron un influyente artículo cuyo propósito era unificar los criterios para medir la segregación residencial. En él, establecían cinco dimensiones de la segregación que, con ligeras excepciones, han sido aceptadas por la literatura especializada. A saber, la uniformidad (o disimilitud), la exposición, la concentración, la centralización y la congregación1. Es complicado encontrar una definición que englobe a todas ellas, aunque seguramente una de las definiciones más generales sea la de los propios autores, para quienes la segregación residencial se refiere al grado por el que dos o más grupos viven separados unos de otros, en partes diferentes del entorno urbano. 1 7 La uniformidad (o disimilitud) se refiere a la desigual distribución de una población en un área geográfica; la exposición, al grado por el que dos grupos sociales comparten el mismo lugar de residencia; la concentración, a la cantidad de espacio físico que ocupa un grupo social; la centralización, a la tendencia a situarse en el centro de las ciudades; y, por último, la congregación, a la desigual distribución de las agrupaciones de individuos en un área geográfica. ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO ¿Qué consecuencias se derivan de la segregación residencial? Durante los últimos años, el número de trabajos centrados en los efectos del entorno residencial sobre el desarrollo vital de sus residentes ha aumentado considerablemente, especialmente aquellos que se refieren a los efectos de la composición étnica. Entre estos “efectos del entorno”2 cabe citar los efectos sobre los resultados educativos (Rosenbaum y Popkin, 1990; Mayer, 1991; Burgess y Wilson, 2005; Szulkin y Jonsson, 2006), la salud (Sundquist et al., 1999), la movilidad social (Fong y Ooka, 2002; Musterd et al., 2005), la participación política (Strömblad, 2003), las actitudes (Drever, 2004; Oberwittler, 2007) o el contacto intergrupal (Goldhaber y Schnell, 2007). Estos trabajos no siempre han mostrado resultados concluyentes. A pesar de ello, y después de un análisis exhaustivo de este tipo de trabajos, no parece arriesgado afirmar que el entorno residencial sí importa. En primer lugar, el entorno residencial, siendo un espacio de socialización primario, influye notablemente en las redes sociales individuales –o “egoredes”–, en especial en el caso de los menores de edad. De la misma manera, afecta también a la homogeneidad/heterogeneidad de las redes sociales individuales y a la capacidad de movilizar éstas como capital social. En segundo lugar, el entorno residencial explica la composición (étnica) del alumnado de los colegios, razón por la cual algunos padres conceden especial importancia a la elección del lugar de residencia. En tercer lugar, el entorno residencial está correlacionado con diversas variables, aunque esta asociación no siempre implique una relación de causalidad. Entre estas variables cabe citar: los resultados educativos, los ingresos económicos, el desempleo, la salud, la participación política, la criminalidad, el trato de las administraciones públicas, las habilidades lingüísticas, las actitudes o el comportamiento social. Por último, y desde un punto de vista más abstracto, la segregación residencial afecta negativamente a la cohesión social, favoreciendo el distanciamiento simbólico entre grupos sociales heterogéneos, así como dificultando la identificación y sensibilización de los ciudadanos con realidades que les son ajenas. Por todas estas razones, las administraciones públicas deberían prestar más atención a los niveles de segregación residencial presentes en las ciudades españolas, limitando, en caso necesario, su alcance y las consecuencias negativas que se pudieran derivar. Una vez hemos definido la segregación residencial y señalado algunas de sus implicaciones, en el resto del trabajo vamos a centrarnos en otros aspectos relevantes de la segregación: su medición, su explicación y las propuestas de solución. Siguiendo estos tres puntos, el trabajo se estructura de la siguiente manera. Comenzamos con una descripción de las características de la población extranjera en la Comunidad de Madrid –incluyendo sus niveles de segregación residencial–, continuamos con los determinantes de la segregación residencial, así como con el efecto concreto de dos políticas públicas en el contexto madrileño, y terminamos con varias propuestas para limitar la segregación residencial. 2 8 Del inglés “neighbourhood effect”. 2 El contexto: la población extranjera de la Comunidad de Madrid La segregación residencial de los extranjeros depende de numerosos factores, entre los cuales se encuentran las características demográficas y socioeconómicas de la población extranjera. En este apartado se ofrece una breve descripción de estas características y, con ese fin, he recogido información relevante de distintas fuentes estadísticas; principalmente del padrón municipal de habitantes (PM), aunque también de encuestas más específicas, como la Encuesta sobre Aspectos Económicos de la Inmigración en la Comunidad de Madrid (EAEI), la Encuesta sobre Remesas de la Comunidad de Madrid (ER), la Encuesta de Población Activa (EPA) o la Encuesta sobre Estructura Salarial (EES). A fuer de inmigrantes, la Comunidad de Madrid se ha convertido en una región cosmopolita, casi sin quererlo. Desde el año 1996, como se puede observar en el Gráfico 1, la población extranjera ha pasado de menos de cien mil habitantes, o un 2% de la población, a aproximarse a los novecientos mil habitantes, o un 15% de la población. Es decir, la población con nacionalidad extranjera se ha multiplicado casi por 10 en apenas 10 años, lo que ha acercado a la Comunidad de Madrid a las cifras de regiones inmigratorias tradicionales en Europa y Norteamérica. El cosmopolitismo se refleja también en el aumento de nacionalidades visibles. Si en 1996 sólo tres nacionalidades tenían más de cinco mil miembros (Marruecos, República Dominicana y Portugal) y ninguna más de veinte mil, en 2007 ya son veintisiete las nacionalidades que tienen más de cinco mil miembros y diez tienen más de veinte mil. Sin embargo, y a pesar de que algunos académicos insisten en la creciente heterogeneidad del colectivo inmigrante, lo cierto es que en Madrid se aprecia más bien una concentración progresiva en las nacionalidades de América del Sur y Europa del Este –estas últimas a partir de 2002- a la vez muy concentradas en sus dos nacionalidades principales, Ecuador y Rumania. Como puede observarse en el Gráfico 2, si en 1996 estas zonas geográficas concentraban el 28,5% de la población inmigrada, a partir de 2004 han pasado a representar, aproximadamente, dos tercios, porcentaje que previsiblemente no disminuirá en los próximos años debido al fuerte crecimiento de los nuevos migrantes provenientes de Europa del Este, al efecto multiplicador de las redes sociales y, en conexión con éste, a los procesos de reagrupación familiar. 9 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Poblacin (columnas) 1.200.000 1.000.000 800.000 600.000 400.000 200.000 0 1996 2000 2004 2007 18 16 14 12 10 8 6 4 2 0 % sobre poblacin CAM (lneas) Grfico 1: Evolucin de la poblacin extranjera y nacida en el extranjero en la CAM Nacidos en el extranjero Nacionalidad extranjera Fuente: INE Grfico 2: Evolucin de la poblacin extranjera por regin de origen 100 90 Amrica del Norte Amrica Central Asia Resto de Europa çfrica Europa del Este Amrica del Sur 80 Porcentaje 70 60 50 40 30 20 10 0 1996 2004 2007 Fuente: INE Actualmente, la Comunidad de Madrid puede ser considerada, tanto a nivel español como europeo, como un foco de atracción importante de población extranjera, la cual se caracteriza por ser principalmente de tipo económico. Esto se refleja claramente en el escaso peso relativo de la población extranjera proveniente de países con mayor renta per capita que España: apenas un 7,5%. Pero ¿qué situación ocupa la Comunidad de Madrid en relación con el resto de CC AA? Tomando como referencia el porcentaje de población extranjera y, dentro de ésta, el peso relativo de las personas provenientes de países con mayor renta que España, se ha llevado a cabo un análisis de conglomerados jerárquicos –utilizando para ello las distancias euclídeas3 con respecto a la Comunidad de Madrid– según el cual podemos clasificar a las CC AA en tres grupos (Tabla 1). 3 10 Por distancias euclídeas se entiende la distancia más corta que existe entre dos puntos. Cuando se lleva a cabo un análisis de conglomerados, la utilización de distancias euclídeas implica que se concede la misma importancia a todas las variables empleadas para el análisis. POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Tabla 1. Conglomerados en funcin de la poblacin extranjera y del porcentaje de poblacin extranjera de pases con rentas mayores que Espaa CC AA Distancia eucldea % extranjeros % pases con renta > Espaa Madrid Murcia Catalua La Rioja Aragn Navarra Castilla-La Mancha Media Grupo 1 0,000 0,214 0,263 0,327 0,976 1,099 1,732 0,659 14,25 14,49 13,49 11,92 9,59 9,23 8,07 11,58 7,50 13,93 14,31 3,22 4,55 5,62 3,20 7,48 Castilla y Len Cantabria Pas Vasco Asturias Galicia Extremadura Media Grupo 2 3,900 3,946 4,000 5,458 5,568 5,749 4,770 4,74 4,68 4,60 3,04 2,94 2,68 3,78 5,43 9,46 8,74 11,19 11,55 6,12 8,75 Com. Valenciana Andaluca Islas Baleares Canarias Media Grupo 3 3,907 6,107 6,747 8,354 6,279 14,99 6,60 18,45 12,38 13,10 35,02 33,99 41,68 47,50 39,55 Media CC AA 3,432 9,184 15,472 Fuente: INE (2007) 1. Comunidades donde la población extranjera de países con elevadas rentas es muy significativa: Comunidad Valenciana, Andalucía, Islas Baleares y Canarias. Todas ellas son regiones donde la climatología y la playa atraen a un gran número de turistas residenciales y estivales. Asimismo, las altas tasas de desempleo, un 25% superiores a la media nacional en 2007, desincentivan la llegada de inmigrantes económicos. 2. Comunidades donde la población inmigrada presenta tasas reducidas: Castilla y León, Cantabria, País Vasco, Asturias, Galicia y Extremadura. Se trata de zonas interiores o con una climatología no favorecedora del turismo residencial. Por otra parte, las rentas moderadas o bajas, con la excepción del País Vasco, y las reducidas tasas de actividad desaniman la llegada de inmigrantes económicos. 3. Comunidades donde la población extranjera es importante y, dentro de ésta, prima la de tipo económico: Madrid, Murcia, Cataluña, La Rioja, Aragón, Navarra y Castilla-La Mancha. Este grupo se compone de comunidades de rentas medias y altas, con la excepción de Castilla-La Mancha y Murcia, y con una tasa de desempleo inferior a la media nacional (un 26,5% inferior a la media nacional en 2007). En cuanto a la estructura por género, la población extranjera en la CAM ha estado aparentemente equilibrada. Si, en 1996, el porcentaje de mujeres representaba el 53,18% de la población extranjera, en 2007 era el 49,71%. No obstante, por zonas geográficas se 11 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO aprecian desequilibrios importantes, ligeramente compensados en años recientes. Se puede afirmar que las nacionalidades europeas y norteamericanas están en equilibrio, las latinoamericanas feminizadas, las asiáticas ligeramente masculinizadas y las africanas firmemente masculinizadas, siendo los casos extremos la República Dominicana, en la que las mujeres representaban un 77,38% en 1996, y Marruecos, en la que representaban un 38,07% en el mismo año. En el Gráfico 3 se puede observar la evolución de la estructura por géneros en el período 1996-2007. Grafico 3: Evolucin del porcentaje de mujeres por nacionalidades (1996-2007) 80 % de mujeres 70 60 1996 2000 2004 2007 50 40 30 20 10 0 Europa Amrica Amrica Amrica del Norte Central del Sur çfrica Asia Total Nacionalidad Fuente: INE La edad media por nacionalidades, en el 2007 (Gráfico 4), muestra una población extranjera notablemente más joven que la española, con edades medias que apenas sobrepasan los 30 años, y ello a pesar de que el porcentaje de personas menores de 16 años es poco significativo. La razón no es otra que la sobrerrepresentación de la población extranjera en el grupo de edades comprendidas entre los 25 y los 44 años. Es decir, en edades laboralmente activas y fértiles. Grafico 4: Edad media por nacionalidades 45 40 Edad media 35 30 Total Hombres Mujeres 25 20 15 10 5 0 Espaa Extranjero Europa çfrica Amrica Amrica Amrica Central del Norte del Sur Asia Nacionalidad Fuente: INE (2007) 12 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Con vistas a describir y explicar la distribución residencial de la población extranjera en la Comunidad de Madrid, es necesario ir más allá de los datos del padrón de habitantes hasta ahora presentados, sobre todo si queremos obtener datos relevantes para la segregación residencial de estos colectivos. El censo del año 2001 es una fuente fiable y extensa pero desfasada, especialmente si tenemos en cuenta los cambios cuantitativos y cualitativos sufridos por la población extranjera en el período 2001-2007. Por ello, trabajaremos con las cuatro fuentes adicionales ya mencionadas: EES (2002), EAEI (2005), ER (2007), EPA (2005, 2007). En cuanto a la actividad laboral, las diversas encuestas muestran una población extranjera con las siguientes características: 1) Elevadas tasas de empleo (y de actividad): un 76,6% en 2006 en comparación con un 60,06% para la población española. 2) Mayores tasas de desempleo: un 8,86% en 2006, mientras que para la población española era un 5,78%. La cifra se eleva a un 8,95%, si excluimos a los extranjeros de la UE, y a un 10,85%, cuando tenemos en cuenta sólo a las mujeres. 3) Destacada inestabilidad laboral: sólo un 26,3% trabajaba con contrato indefinido en 2005. 4) Alta concentración en los sectores de la construcción, restauración y doméstico: en 2005, un 44,9% de los hombres trabajaba en la construcción, un 54,6% de las mujeres trabajaba en el sector doméstico, mientras que la restauración representaba aproximadamente un 15% para ambos sexos. 5) Diferencias de género muy marcadas: los hombres se concentran en la construcción y poseen salarios mensuales más elevados (907 € en 2005), mientras que las mujeres se concentran en el sector doméstico y reciben salarios mensuales sensiblemente inferiores (653,2 € en 2005). Estas diferencias salariales se confirman, dos años después, en la ER, donde los hombres entrevistados afirmaban que su salario mensual era de 1.055 € y las mujeres de 821 €. 6) Bajos ingresos medios, lo que dificulta el ahorro y la compra de vivienda, agravado por el envío periódico de remesas a los familiares en origen, que consume hasta un 25% de los ingresos mensuales. La EES (2002) apuntaba a unos ingresos medios anuales de 18.300 € para la población extranjera, mientras que para los españoles ascendía a 23.191 €. 7) Fuerte dependencia de las redes sociales a la hora de encontrar empleo: un 68,4% apunta a la información suministrada por sus familiares y conocidos como el principal medio para encontrar trabajo. Este dato, por otra parte, no distingue a la población extranjera de la española (72,7%, EPA 2005). En resumen, la situación sociolaboral de los extranjeros presenta luces y sombras. Por un lado, la población extranjera presenta altas tasas de participación laboral. Por el otro, una fuerte concentración sectorial, mayor desempleo y unas condiciones laborales deficientes, lo que incluye bajos salarios, inestabilidad laboral y jornadas extensas y flexibles. 13 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Ello se debe, al menos, a cuatro factores: la concentración de la población inmigrada en los grupos de edad más activos, unas redes sociales homogéneas y socioeconómicamente poco aventajadas –lo que dificulta la obtención de información y contactos laborales relevantes–, un nivel educativo medio-bajo y dificultades para aprovechar el potencial laboral, ya sea por razones de discriminación o administrativas (por ejemplo, reconocimiento de experiencia laboral y formación académica). Respecto a la vivienda, las diferencias con la población española son aún más marcadas, según la EAEI. En primer lugar, predomina el alquiler, ya sea directo (48,7%) o en subarriendo (29,1%), mientras que en la población española prevalece el régimen de propiedad (82%) y el subarriendo es poco significativo. En segundo lugar, el tamaño medio de las viviendas es significativamente más pequeño (71,1m² y 90m² para los españoles). Por último, el número medio de personas por vivienda (4,4) es sensiblemente superior a la media española (2,9). Un aspecto relevante para la distribución residencial es el número de personas cuya residencia coincide con el lugar de trabajo, como es el caso de las trabajadoras domésticas internas, debido a que tiende a deprimir los valores de los índices de segregación residencial. En estos casos se suele hablar de segregación vertical. En cualquier caso, en el año 2005, sólo un 1,1% de la población inmigrada residía donde trabajaba. Aparte de la vivienda y la participación en el mercado laboral, es interesante mencionar tres aspectos adicionales. Primero, el buen dominio del castellano por parte de la población inmigrada, con un 70% que lo habla perfectamente y un 85% que lo habla bastante bien, lo que viene explicado por la importancia de la población de origen latinoamericano. Segundo, la infrautilización de los servicios públicos por parte de la población inmigrada, y ello a pesar de la percepción contraria de la población autóctona. Prácticamente en todos los grupos nacionales más de la mitad afirma no utilizar ningún servicio público, porcentaje que llega hasta el 70% en el caso de los marroquíes y centroamericanos. La concentración en edades con buena salud (25-44 años), el miedo a ser identificados, la aversión por la institucionalización (por ejemplo, escolarización, medicalización, asistencialismo, etc.) o simplemente la falta de costumbre pueden dar cuenta de esta infrautilización. Por último, hay que reseñar la importancia que han adquirido en España los matrimonios mixtos, y en la CAM en particular, con un efecto directo sobre la concentración y segregación residencial de la población extranjera. En el año 2004, según los datos sobre Movimiento Natural de la Población del INE, un 11,3% de los matrimonios celebrados en la CAM fueron entre un español y un extranjero, siendo mayor el porcentaje de las parejas con hombre español (6,4%). A continuación, se señalan las características más relevantes de la población extranjera a la hora de explicar la segregación residencial, valorando el efecto hipotético –positivo o negativo– de cada uno de los fenómenos4. 4 14 Estas hipótesis no serán analizadas en este trabajo, pero pueden servir como referencia para futuros trabajos sobre segregación residencial. POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Efecto positivo (aumenta la segregación residencial): • El diferencial de renta con la población autóctona. • El elevado número de personas por hogar. • La preferencia mostrada por residir cerca de los compatriotas o de la familia. • La acusada segregación laboral. • El equilibrio demográfico por género, vía reducción de matrimonios mixtos. • El origen asiático o africano de los extranjeros. Estos colectivos, incluso controlando por otras variables, son los que presentan mayor tendencia a segregarse residencialmente. • El número absoluto de extranjeros. Contribuye positivamente a la aparición de barrios inmigrantes, aunque su efecto sobre la segregación residencial, en la dimensión de la uniformidad, es más ambiguo. Efecto negativo (reduce la segregación residencial): • El número de trabajadores internos o que reside donde trabaja (1,1%). • El elevado porcentaje de mujeres que trabajan en el sector doméstico. Preferirán residir cerca de sus lugares de trabajo, aunque su renta no siempre se lo permitirá. • El notable número de matrimonios mixtos, siempre y cuando no se trate de matrimonios de conveniencia. • El origen americano o europeo de los extranjeros. Estos colectivos, incluso controlando por otras variables, son los que presentan una tendencia menor a segregarse residencialmente. • El dominio del castellano por parte de la población extranjera. Limita el subarriendo y aumenta la posibilidad de contactos con la población española. 15 3 La medición de la segregación residencial de la población extranjera en el área metropolitana de Madrid (AMM) En este apartado, mediremos la segregación residencial de los extranjeros en el AMM. Para ello, comenzamos clasificando a los distritos del municipio de Madrid y a los municipios de la Comunidad de Madrid en función del número y del origen de la población extranjera. A continuación, se expondrán los valores de los dos índices más utilizados por la literatura –el de uniformidad y el de exposición– y otros menos habituales, como el de centralización. Por último, se comprobará la asociación de la segregación residencial con la calidad geográfica del lugar de residencia y se establecerán comparaciones internacionales. 3.1 Clasificación de distritos y municipios en función de la población extranjera Una buena manera de introducirnos en la compleja cuestión que se trata en este apartado es investigar, de forma descriptiva, la forma en la que se distribuyen los extranjeros en el entorno urbano madrileño. Para ello, un método informativo consiste en clasificar, tanto a los municipios de la CAM como a los distritos del municipio de Madrid, en función del número y del origen nacional de su población extranjera. Con el fin de realizar esta clasificación, se lleva a cabo un análisis de conglomerados jerárquicos, utilizando para ello la población con nacionalidad extranjera en 2006. En concreto, clasificamos los municipios y distritos en función del porcentaje que representan, en la población del distrito o del municipio, las poblaciones africana, latinoamericana, asiática (excluyendo a Japón), europea con menor renta que España y, por último, la de países con mayor renta que España. Por otra parte, para facilitar la interpretación de los resultados, se han seleccionado sólo aquellos municipios con más de veinte mil habitantes. Los resultados se muestran en los dendrogramas5 de los Gráficos 5 y 6. 5 16 El término dendrograma hace referencia a la forma de árbol que presentan los gráficos. Su interpretación es sencilla: cuantas más “ramas” del árbol compartan dos casos, mayor similitud. POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Los resultados del análisis de conglomerados demuestran que la distribución residencial de la población extranjera no se produce de forma aleatoria, sino que sigue unas pautas definidas. Dos variables parecen estar desempeñando un papel relevante en el análisis de conglomerados. En primer lugar, la renta, como prueba el hecho de que los municipios y distritos con mayores rentas estén reunidos en tres conglomerados: el segundo y el quinto de los municipios y el cuarto de los distritos. En segundo lugar, la cercanía geográfica, en especial de los municipios. De esta manera, varios de los conglomerados pueden ser identificados con áreas geográficas, como es el caso del primer conglomerado de municipios (este), del tercero (sur), del cuarto (sierra) y del sexto conglomerado de distritos (sur). La importancia de la cercanía refleja que el asentamiento de las distintas nacionalidades no se produce en distritos o municipios concretos, sino en áreas geográficas más extensas y generalmente bien comunicadas, hasta el punto de que los rumanos no sólo están sobrerrepresentados en el este de la comunidad, sino también del municipio. Por otro lado, el análisis de conglomerados también muestra casos atípicos y suscita preguntas de difícil respuesta, como las siguientes: • ¿Por qué Moratalaz y Vallecas difieren en el origen de su población extranjera, encontrándose tan próximos en términos geográficos y socioeconómicos? • ¿Por qué Majadahonda y Pozuelo de Alarcón, municipios de características similares, difieren sensiblemente en el peso de la población extranjera? Grfico 5: Dendograma de los municipios de ms de 20.000 habitantes en funcin del nmero y el origen nacional de la poblacin extranjera (2006) Coslada S. Fernando Mejorada del Campo Alcal de Henares Boadilla del Monte Tres Cantos Pozuelo de Alarcn Las Rozas de Madrid S. Sebastin de los Reyes Villaviciosa de Odn Aranjuez Valdemorillo Legans Mstoles Getafe Alcorcn Fuenlabrada Pinto Rivas-Vaciamadrid Collado Villalva Colmenarejo Galapagar Torrejn de Ardoz Alcobendas Majadahonda Parla Arganda del Rey Fuente: INE 17 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Grfico 6: Dendograma de los distritos del municipio de Madrid en funcin del nmero y el origen nacional de la poblacin extranjera (2006) V. Vallecas Viclvaro Villaverde Arganzuela Ciudad Lineal Fuencarral Moratalaz San Blas Salamanca Chamber Chamartn Hortaleza Retiro Moncloa Barajas Latina P. Vallecas Carabanchel Tetun Usera Centro Fuente: INE 3.2 Los índices de segregación residencial A finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta aparecieron, en la American Sociological Review, varios artículos que proponían el empleo de una serie de índices para medir la segregación residencial. El primer análisis serio que evaluaba estos índices fue llevado a cabo por Duncan y Duncan (1955), quienes ya advirtieron de la necesidad de que los índices reflejaran procesos relevantes relacionados con la segregación residencial y no simples procedimientos numéricos. En las décadas posteriores se publicaron infinidad de trabajos proponiendo el uso de nuevos índices. Sin embargo, no fue hasta el influyente trabajo de Massey y Denton (Massey y Denton, 1988) cuando se sentaron las bases para la homogeneización de los índices. Siguiendo a estos autores, este trabajo se propone la medición de la segregación residencial de los extranjeros en tres de sus dimensiones –disimilitud, exposición y centralización– además de analizar la relación que existe entre la calidad geográfica del lugar de residencia y la segregación residencial. Para ello, es necesario tomar algunas decisiones metodológicas que afectan, en mayor o menor medida, a los resultados. Entre ellas, la elección del conjunto geográfico, la unidad de superficie, el período de estudio, la fuente de datos y los grupos de extranjeros a observar. • El conjunto geográfico elegido es el área metropolitana de Madrid (AMM), para el índice de disimilitud y el de centralización, y el AMM y el municipio de Madrid para el índice de exposición. En este trabajo, se entiende por área metropolitana el espacio geográfico en el que es razonable recorrer diariamente la distancia entre cualquier 18 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID municipio y el municipio principal. El criterio utilizado es arbitrario y, en este trabajo, se ha establecido en menos de 50 kilómetros y 60 minutos hasta el municipio de Madrid. De los 178 municipios de la Comunidad de Madrid (CAM), han sido escogidos 109, que representan más del 98% de la población total. • La unidad de superficie es la unidad geográfica más reducida o primaria. Cuanto menor sea la unidad de superficie, mayor será la relevancia social de los índices. En el caso español, la unidad de superficie más reducida de la que disponemos datos es la sección censal, que raramente sobrepasa los 4.000 habitantes y cuyo tamaño medio en el AMM se sitúa en 1.500 habitantes. Con la excepción del índice de centralización, para el que utilizaremos el municipio, la sección censal será la unidad de superficie utilizada. • El período de estudio es el año 2005, año en el cual la población inmigrada en el AMM representaba el 13% de la población total. • Los datos proceden del padrón continúo de habitantes. • En cuanto a los grupos de extranjeros, la selección varía en función del índice utilizado. En cualquier caso, la selección se ha hecho independientemente de la renta y con el criterio de nacionalidad, si bien soy consciente de que en futuras investigaciones, y a medida que el número de extranjeros que adquieran la nacionalidad española aumente, será recomendable incorporar el criterio del lugar de nacimiento. A) Disimilitud (Uniformidad): índices D y D-real El índice D ha sido el índice más habitual para medir la segregación residencial y, sin lugar a dudas, el de mayor aceptación para medir la uniformidad, entendida como el grado en que la proporción de miembros de un grupo social en una unidad de superficie (secciones censales o distritos) se asemeja a la proporción del mismo grupo en el conjunto geográfico analizado (ciudades, áreas metropolitanas o regiones). El índice de disimilitud –o índice D– varía desde 0 hasta 1, donde 0 representa la máxima uniformidad y 1 la máxima disimilitud6. Las principales ventajas de este índice son su sencilla obtención y su acotamiento entre los valores 0 y 1, lo que, a priori, facilita su comparación en el tiempo y en el espacio. Sin embargo, este índice es excesivamente sensible al tamaño de la población, lo que falsea cualquier tipo de comparación. Por esa razón, para obtener valores interpretables es necesario corregir el efecto de la población. Esto es lo que hace el índice D-real, cuyo método de obtención se detalla en otro trabajo (Echazarra, 2009). Los valores elevados de este índice indican segregación residencial acusada, los valores en torno a 0 segregación moderada, y los negativos segregación reducida. El principal inconveniente de este índice es que su capacidad comparativa se circunscribe al área de estudio. Los valores de estos índices para todas aquellas nacionalidades del AMM con más de mil habitantes se detallan en la Tabla 2. 6 19 Las fórmulas del índice de uniformidad y del resto de índices se presentan en el Anexo. ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Tabla 2. êndice de disimilitud, y otras variables relevantes, para las nacionalidades extranjeras con ms de 1.000 habitantes en el AMM, ao 2005 Nacionalidad Cuba Portugal Argentina Italia Venezuela Alemania Chile Estados Unidos Reino Unido Rusia Uruguay Brasil Mxico Francia Holanda Per Blgica Colombia Paraguay Japn Polonia Suecia Ucrania Argelia Honduras Irn Bolivia Cabo Verde Repblica Dominicana Angola Guinea Ecuatorial India Bulgaria Moldavia Guinea Guinea-Bissau Nigeria Paquistn China Senegal Mali Marruecos Filipinas Rumania Ecuador Bangladesh Mnimo Mximo N D (2005) D-real (2005) Pob. 2005 0,47 0,46 0,38 0,44 0,47 0,55 0,52 0,54 0,55 0,63 0,65 0,52 0,57 0,54 0,73 0,38 0,78 0,32 0,64 0,81 0,51 0,84 0,53 0,80 0,86 0,85 0,50 0,85 0,51 0,87 0,72 0,86 0,54 0,82 0,84 0,90 0,70 0,93 0,58 0,88 0,94 0,49 0,74 0,47 0,41 0,96 -0,14 -0,14 -0,13 -0,12 -0,12 -0,09 -0,09 -0,09 -0,09 -0,09 -0,07 -0,06 -0,06 -0,05 -0,05 -0,05 -0,04 -0,04 -0,02 -0,01 -0,01 -0,01 -0,01 0,01 0,01 0,01 0,02 0,02 0,02 0,03 0,03 0,03 0,04 0,04 0,06 0,08 0,08 0,08 0,10 0,10 0,11 0,12 0,13 0,14 0,16 0,17 8.441 8.803 20.661 12.212 9.639 6.321 8.043 6.950 6.434 3.044 3.319 9.982 6.575 9.926 1.858 38.910 1.363 71.305 5.177 1.355 17.430 1.066 14.710 1.827 1.029 1.125 26.031 1.241 23.146 1.163 6.412 1.203 20.931 1.930 1.484 1.089 7.597 1.082 23.922 1.931 1.216 64.552 7.907 93.403 171.102 1.770 0,32 0,96 43 -0,14 0,17 46 1.029 171.102 46 D: êndice de disimilitud D-real: êndice de disimilitud. controlando por el efecto de la poblacin. Pob 2005: Poblacin n el ao 2005. Datos del padrn de habitantes (INE). Fuente: INE 20 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Los resultados muestran que las nacionalidades menos segregadas residencialmente son las europeas y americanas, en particular las de mayores rentas (UE-15, Estados Unidos, Argentina y Chile). Por otro lado, las nacionalidades africanas y asiáticas presentan valores elevados de D-real, lo que indica una segregación residencial apreciable. Especialmente interesante es el caso de Japón, en el que la interacción entre sus elevadas rentas y su distanciamiento cultural de España da como resultado un valor moderado de D-real. Es interesante apreciar cómo el índice D, comúnmente utilizado en la literatura, depende excesivamente del tamaño de la población. B) Exposición: índice xP*y Menos común en los estudios de segregación, el índice de exposición mide la probabilidad de que los miembros de dos grupos habiten en una misma zona residencial (en nuestro caso, secciones censales). O, desde otro punto de vista, si los contactos entre personas se establecieran exclusivamente en el lugar de residencia, el índice mediría la probabilidad de que los miembros de dos grupos estableciesen contactos. El índice está acotado entre 0 y 1, aumentando el potencial de contacto entre dos grupos a medida que el índice se acerca a 1 y disminuyendo al acercarse a 07. El índice de exposición es muy sensible al tamaño del grupo de referencia por lo que, a la hora de efectuar comparaciones, conviene medirlo no sólo términos absolutos, sino también en términos relativos, controlando por la proporción que la población de referencia representa en el conjunto ïneel municipiogeográfico. Los valores relativos positivos representan mayor exposición que la esperada de una distribución aleatoria de ambos grupos de interés y los negativos una exposición menor, siendo el valor 0 el valor esperado de una distribución aleatoria. El índice ha sido generalmente utilizado para medir la exposición de un grupo minoritario al grupo mayoritario (por ejemplo, exposición de ecuatorianos y marroquíes a españoles), si bien es posible medir la exposición de cualesquiera dos grupos, incluso la exposición de un grupo a los miembros de ese mismo grupo8. Los valores absolutos y relativos de xP*y, tomando como grupo de referencia la población con nacionalidad española, aparecen en la Tabla 3. En la Tabla 3, podemos observar cómo las nacionalidades más expuestas a la población española son las europeas en general y, especialmente, aquéllas que pertenecen a la UE-15. El caso opuesto lo ocupan las nacionalidades asiáticas y africanas, con una exposición significativamente inferior a lo que cabría esperar de una distribución aleatoria. Al igual que con D-real, las nacionalidades europeas del este ocupan una situación intermedia, al contrario que las nacionalidades americanas, cuyos valores en el índice de exposición señalan hacia una segregación residencial significativa. Por último, es importante señalar que la menor exposición de los extranjeros a los españoles en el municipio, en comparación con el AMM, refuerza la idea de la ciudad como área geográfica en la cual la especialización –económica, social y demográfica– adquiere especial relevancia. 7 8 21 En este trabajo se ha acotado entre 0 y 100 para facilitar su interpretación. En la literatura se llama índice de aislamiento y mide la probabilidad de que los miembros de un grupo residan en la misma zona residencial. ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Tabla 3. êndice de exposicin,absoluto y relativo, a los espaoles en Madrid y su rea matropolitana (AMM) xP*y absoluto xP*y relativo Nacionalidad AMM Municipio AMM Municipio Espaa (Aislamiento: xP*x) Extranjera 87,8 82,1 86,8 80,4 0,8 -4,9 0,8 -5,6 EU-25 EU-15 Europa no-UE Rumana çfrica Marruecos Amrica Central Rep. Dominicana Amrica del Sur Ecuador Asia China 84,9 85,2 82,6 82,4 81,7 81,6 81,3 80,1 81,6 80,2 80,2 80,1 83,7 84,2 81,0 81,1 78,4 78,5 79,8 78,7 80,2 79,1 78,3 78,0 -2,1 -1,8 -4,4 -4,6 -5,3 -5,4 -5,7 -6,9 -5,4 -6,8 -6,8 -6,9 -2,3 -1,8 -5,0 -4,9 -7,6 -7,5 -6,2 -7,3 -5,8 -6,9 -7,7 -8,0 % Espaa 87,0 86.0 - - Unidad de superficie: seccin censal C) Centralización En este trabajo se emplea un sencillo índice para medir la centralización, entendida como el grado en el que un grupo se localiza cerca del núcleo urbano (Massey y Denton, 1988). Este índice, que denomino índice de centralización espacial media (CEM), mide la distancia media recorrida hasta el centro urbano por un grupo social. El principal inconveniente de este índice es que no está acotado, por lo que las comparaciones con otros contextos no son sencillas. Esta dimensión ha sido de especial interés en los Estados Unidos, debido a la hypersegregation presente en los centros urbanos de numerosas ciudades (Massey y Denton, 1993). Sin embargo, este fenómeno es menos frecuente en Europa, por lo que el interés de esta dimensión necesariamente ha de estar relacionado con otros factores, como puede ser la hipótesis de las redes de acogida9. En concreto, esperamos que las poblaciones con períodos de residencia más dilatados se sitúen con mayor probabilidad en el extrarradio. Los valores de CEM, tomando el municipio (y no la sección censal) como unidad de superficie, se muestran en el Gráfico 7. En él podemos observar como ciertas nacionalidades tienden a localizarse en el centro urbano, particularmente las asiáticas y americanas, mientras que otras nacionalidades están “suburbanizadas”, principalmente el grupo de marroquíes y rumanos. Una vez más, los ciudadanos de la UE-15 presentan unos valores muy semejantes a la población española. Respecto a la hipótesis de las redes de acogida, los datos no son concluyentes. Aunque parece existir cierta correlación entra ambas variables, los casos de Rumanía y República Dominicana obligan a tomar dicha correlación con cierta precaución. 9 22 Esta hipótesis sugiere que los migrantes se establecen, en un primer momento, preferentemente en el centro de las ciudades donde las redes de acogida son más densas. Sin embargo, a medida que su integración en la sociedad de recepción se acelera, también lo hace su dispersión residencial. POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Grfico 7: CEM: distancia media al centro urbano (km) por nacionalidades, ao 2005 China Asia Ecuador Amrica del Sur Rep. Dominicana Amrica Central Marruecos çfrica Rumania Europa no UE UE-15 UE-25 Extranjera Espaola 0 5 10 15 20 25 Kilmetros Fuente: INE 3.3 Calidad geográfica del lugar de residencia y segregación residencial Una manera interesante de comprobar las implicaciones sociales de la segregación residencial es comprobar su relación con la calidad geográfica del lugar de residencia, entendida ésta como una combinación de la densidad de población y la cercanía al centro urbano. Para medir la calidad geográfica, se ha creado un índice, utilizando como grupo de comparación la población española. Si los valores son inferiores a 1, la calidad geográfica será menor que la de la población de nacionalidad española. La relación entre ambas variables se puede apreciar en el Gráfico 8, en el cual la calidad geográfica aumenta a medida que los grupos están menos segregados residencialmente en la dimensión de la exposición. 3.4 Comparaciones internacionales: Madrid y otros contextos Es importante empezar señalando que comparar entre distintos entornos urbanos es una tarea complicada, debido a la forma en la que se construyen los índices, muy sensibles a los distintos tamaños de población y a las unidades geográficas utilizadas, además de otros problemas referidos a los criterios para definir los grupos de interés (por ejemplo nacionalidad, país de origen, origen étnico o raza). 23 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Grfico 8: Calidad geogrfica e ndice de exposicin, ao 2005 1,200 90,0 1,150 Calidad Geogrfica 1,100 86,0 1,050 84,0 1,000 0,950 82,0 0,900 êndice de exposicin (xP*y) 88,0 80,0 0,850 78,0 Es pa Ex ola tra nje ra UE -25 U Eu E rop -15 an o-U Ru E ma nia çf r M ica Am arr ri uec o Re ca Ce s p. n tra D Am omi l n ri ica ca na de lS u Ec r ua do r As ia Ch ina 0,800 Nacionalidad Calidad Geogrfica Exposicin a la poblacin espaola Fuente: INE A pesar de ello, podemos afirmar que el aislamiento y la concentración residencial de los extranjeros en Madrid se mantiene en niveles moderados, al igual que en el resto de ciudades del sur de Europa (Malheiros, 2002). A modo de comparación, en Chicago, ciudad conocida por sus elevados índices de segregación, la población afroamericana residía en el año 2001 en secciones censales (tracts) donde el 80% de la población era afroamericana, mientras que representaba el 35,6% de la población de la ciudad (US Census Bureau, 2002). Los datos equivalentes para el grupo de extranjeros más numeroso en Madrid –los ecuatorianos– son 6,65% y 2,92% en el año 2005. Otro dato relevante es que, en el año 2006, la población extranjera en Madrid era una mayoría en el 0,03% de las 3.985 secciones censales que existían en aquel año, mientras que para Londres en el año 1991 el dato equivalente era 6,2%, con una población extranjera sensiblemente superior, 23,9% por 13,3% ( Johnston et al., 2002). Sin embargo, es importante señalar que durante el período 2002-2007 el aislamiento residencial de los extranjeros en la CAM no sólo ha aumentado, sino que lo ha hecho a un ritmo mayor del que cabría esperar por su crecimiento poblacional (Echazarra, 2009). Al mismo tiempo, existen diferencias notables entre nacionalidades. Si las más privilegiadas muestran una segregación residencial desdeñable, con una distribución residencial similar a la población española, las menos privilegiadas –entre las que se encuentran las asiáticas, las africanas y las andinas– presentan una segregación residencial significativa, que conviene no perder de vista. 24 4 Los determinantes de la segregación residencial La gran pregunta que se esconde detrás de buena parte de los trabajos dedicados a la segregación residencial y, en especial, de aquéllos que tratan de profundizar en sus causas se refiere a la asignación de responsabilidades en la instauración y perpetuación de la segregación residencial. Aunque los potenciales responsables que se suelen citar son numerosos, en la práctica, la mayoría de los trabajos se centra en averiguar si la segregación residencial de grupos étnicos se debe a la libre elección de estos colectivos, a las restricciones que sufren en el mercado residencial –lo que incluye la discriminación– o a procesos socioeconómicos y urbanísticos de los que ningún actor es individualmente responsable. La cuestión no es trivial, puesto que una segregación deseada por la sociedad en su conjunto forzosamente no acarrea las mismas consecuencias, éticas y de legitimidad democrática, que una deseada exclusivamente por un grupo, habitualmente el de mayor estatus socioeconómico. Una consecuencia práctica que emanaría de resolver esta cuestión tiene que ver con la legitimación de las actuaciones públicas. Asignar responsabilidades, no obstante, es una tarea sumamente compleja. La segregación residencial es un proceso donde interaccionan numerosos y variados actores y donde la relación entre preferencias individuales y resultado agregado no es evidente (Schelling, 1971; Granovetter, 1978; Coleman, 1986). En lo que sigue, llevaré a cabo una revisión de las teorías y trabajos que han investigado las causas de la segregación residencial, incorporando, en la medida de lo posible, la realidad española y madrileña. 4.1 La responsabilidad en la segregación residencial ¿elección o imposición? Antes de los años sesenta, cuando los procesos descolonizadores y los movimientos por los derechos civiles no habían cobrado toda su fuerza, las prácticas discriminatorias y segregacionistas eran visibles y directas y, generalmente, adoptaban un aura legal. En la ac- 25 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO tualidad, las prácticas segregacionistas han perdido visibilidad y agresividad, cambiando la forma, aunque no siempre sus objetivos. El interés por ellas, no obstante, no ha decaído. De hecho, en los últimos años hemos pasado de corrientes centradas en explicaciones culturalistas y preferencias residenciales satisfechas (Clark, 1986, 1988) a explicaciones de la segregación residencial en términos de racismo, estrategias de bloqueo y evasión de autóctonos (Galster, 1988, 1989; Massey y Denton, 1993; Seitles, 1996). Los intereses en juego en el “ajedrez” residencial son numerosos y heterogéneos y, por esa razón, el fenómeno de la segregación residencial es tan complejo de explicar y predecir. Sin embargo, es posible distinguir a los actores en función de sus intereses. Una distinción lógica es entre agentes privados –que raramente incorporarán intereses colectivos en sus cálculos– y públicos –a los que se les supone cierto interés en mantener la segregación residencial en niveles moderados o reducidos–. A) Las prácticas discriminatorias de los agentes privados En los años cuarenta, la autoridad encargada de la vivienda en Chicago decidió otorgar a familias de raza negra viviendas protegidas destinadas a población blanca. A principios de los noventa, el gobierno regional de Madrid reubicó a 230 familias de origen gitano en el barrio payo y obrero de Moratalaz. En 2008, la xunta de Galicia tiene previsto construir la Tercera Ronda en Penamoa y realojar a sus residentes en Novo Mesoiro, un barrio joven y periférico de La Coruña. Todas estas medidas públicas tienen en común un mismo objetivo: la integración social y residencial de las minorías. Desgraciadamente, también tienen en común la reacción negativa de los miembros más afectados de los grupos mayoritarios en forma de protestas, violencia y, en algunos casos, huida del barrio. Frecuentemente, los actores privados no sólo boicotean las medidas integradoras, sino que ejercen prácticas notoriamente discriminatorias que tienden a mantener o agravar la segregación residencial de las minorías. Estas prácticas son ejercidas principalmente por cuatro tipos de actores privados: agencias inmobiliarias, instituciones financieras, propietarios y por los propios vecinos. Las agencias inmobiliarias han sido acusadas de “dirigismo” en numerosas ocasiones, favoreciendo que las minorías étnicas compren o alquilen pisos en barrios segregados o mixtos. El dirigismo se ejerce de forma discreta y sutil, solicitando fianzas excesivamente elevadas u ofreciendo información falsa sobre la disponibilidad de las viviendas. En España, un estudio no representativo realizado en Bilbao detectó que las agencias inmobiliarias ofrecían un trato discriminatorio en el 55% de los casos, utilizando como “clientes” a parejas de similares características con la excepción de su nacionalidad (SOS Racismo, 2007). Las prácticas discriminatorias incluían información falsa acerca de la disponibilidad de viviendas, precios y avales más altos y, en general, condiciones más exigentes. El resultado de todo ello es que dos tercios de los inmigrantes obtienen alojamiento por medio de familiares o amigos y sólo un 17% por medio de agencias (Colectivo IOE, 2004). Las instituciones financieras también han sido acusadas de discriminar en la concesión de hipotecas en base al origen étnico. A diferencia de otros contextos, en el caso español este tipo de discriminación no ha levantado especial interés, posiblemente por el todavía limi- 26 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID tado, aunque creciente, número de inmigrantes que adquieren una vivienda10. Un estudio basado en consultas informales apunta a una posible discriminación que elevaría el precio de las hipotecas hasta un 3% sobre un monto total de 51.000 millones de euros (Intermón Oxfam, 2007). Esta discriminación no estaría justificada por el diferencial de morosidad. Por ejemplo, Banesto cifra la morosidad de las hipotecas que concedía a inmigrantes en el mismo año en un 0,20%, frente a un 0,21% para los autóctonos. Posiblemente, el debate que ha levantado mayor interés, al menos en Estados Unidos, ha sido el referido al papel de los propietarios (Clark, 1986, 1988; Galster, 1988, 1989). El debate se centraba, fundamentalmente, en las razones que subyacían al desigual trato –confirmado en varios estudios del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano– que recibían los distintos grupos raciales a la hora de encontrar una vivienda. En defensa de los propietarios se argüía que el trato discriminatorio se debía, en la mayoría de ocasiones, a otras variables asociadas con la raza. Entre ellas, señalaba que los hogares afroamericanos poseían un mayor número de miembros, un mayor peso relativo de familias monoparentales y una mayor probabilidad de caer en el desempleo, factores todos ellos que desanimaban a los propietarios a alquilar sus viviendas. En cualquier caso, si bien estos argumentos pueden servir de justificación para el comportamiento de los propietarios “discriminadores”, esto sirve de poco consuelo a las minorías que sufrirán la denominada discriminación estadística (Phelps, 1972; Arrow, 1972). En España, el colectivo que más ha sufrido este tipo de discriminación es el gitano, cuyos rasgos fenotípicos y lenguaje han sido suficientes para que una mayoría de propietarios considere que el pago de los alquileres será realizado de forma irregular o, incluso, que las viviendas alquiladas van a convertirse en negocios ilegales. En este sentido, se ha detectado, para el caso almeriense, que la segregación residencial de los inmigrantes aumenta significativamente cuando perciben un ambiente discriminatorio en la compraventa y alquiler de viviendas (Checa y Arjona, 2006). El resultado de la discriminación ejercida por estos tres agentes privados –agentes inmobiliarios, bancos y cajas de ahorro y propietarios– es una elevación considerable de los costes relacionados con la vivienda, lo que ha animado a algunos autores a hablar de un impuesto discriminatorio, al que únicamente hacen frente las minorías étnicas (Seitles, 1996). Aún más grave, estos agentes, mediante sus prácticas dirigistas, se convierten en “representantes” del sentir ciudadano, al influir desproporcionadamente en la fisonomía de las ciudades y en la cohesión social urbana. Un enfoque distinto, y más complejo, merecen las acciones, preferencias y actitudes de la población autóctona en tanto que vecinos. Los vecinos influyen en el mercado residencial vía demanda, decidiendo, en función de sus capacidades financieras, dónde desean residir, y vía oferta, influyendo en las preferencias de los miembros del resto de grupos sociales. En lo que se refiere a la demanda, las encuestas en los Estados Unidos han mostrado que 10 En el caso madrileño, apenas el 12,5% de la población extranjera vivía en régimen de propiedad en el año 2005, aunque hasta un 50% tenía intención de comprar una vivienda. Para aquéllos que no tenían intención de hacerlo, el precio era la principal barrera (70,1%) y, en menor medida, la intención de regresar al país de origen (20,4%) (Consejo Económico y Social de la CAM). 27 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO la mayoría blanca prefiere residir en barrios étnicamente homogéneos y, en menor medida, en barrios mixtos. Lógicamente, estas preferencias aumentan la posibilidad de que aparezcan prácticas discriminatorias, sobre todo si tenemos en cuenta la superioridad económica de este colectivo. Esta supremacía les permite mayor libertad en la elección de su vivienda y un mayor abanico de estrategias destinadas a evitar la convivencia con grupos desaventajados y culturalmente diversos, como puede ser el pago de un sobreprecio en la adquisición de viviendas situadas en barrios autóctonos. Por otra parte, las encuestas parecen rechazar el mito que sostiene que las minorías tienen deseos de residir en barrios donde son una mayoría (Farley et al., 1978; Clark, 1991; zubrinski y Bobo, 1996). De hecho, las encuestas parecen señalar que la población negra prefiere vivir en barrios integrados donde su grupo étnico represente aproximadamente un 50%. Estos resultados apuntan a que el potencial discriminatorio de la población mayoritaria en los EE UU es muy elevado, dado que sus preferencias difieren consistentemente de, y no son compatibles con, las preferencias de las poblaciones minoritarias. En el caso español, no tengo conocimiento de encuestas que traten el tema con la misma precisión. Los resultados de algunas encuestas ofrecen información excesivamente vaga, obviando los umbrales de tolerancia e impidiéndonos extraer conclusiones relevantes para el tema que aquí tratamos. Por ejemplo, en una encuesta dedicada a temas de inmigración, aproximadamente un 80% de los encuestados afirma que aceptaría vivir en el mismo barrio que un inmigrante (IESA-CSIC, 2006). Más información revela el hecho de que el porcentaje baja cinco puntos cuando se pregunta si aceptarían vivir en el mismo bloque y 25 puntos cuando se pregunta si alquilarían un piso a un inmigrante. En cuanto a las preferencias de los inmigrantes, en una encuesta realizada por la Consejería de Inmigración de la CAM –en 2005–, el 29,4% de los inmigrantes encuestados consideraba que la existencia de compatriotas en el barrio influyó en su elección del lugar de residencia, porcentaje que se reducía a un 9,1% cuando se trataba de la presencia de familiares y amigos. Estas diferencias grupales en las preferencias residenciales generan migraciones intraurbanas o intrametropolitanas por parte de los grupos mayoritarios, desde barrios mixtos o integrados hacia barrios homogéneos (Quillian, 2002). No obstante, cabe preguntarse hasta qué punto las migraciones pueden ser catalogadas como prácticas discriminatorias. En un trabajo clásico, el premio Nobel Schelling (1971) ya mostró teóricamente que la segregación residencial presente en la sociedad americana era compatible con preferencias individuales moderadamente segregacionistas. Como el autor señalaba: “Las ideas, motivos y hábitos de los millones de personas que participan en una sociedad segregada pueden o pueden no tener correspondencia con los resultados masivos que pueden generar colectivamente”. Uno de los conceptos introducidos por el autor, para demostrar la inconsistencia entre las preferencias individuales y los resultados colectivos, es el de tipping point o umbral. Según este concepto, la composición étnica de un barrio se transformaría radicalmente si el porcentaje que representan determinados grupos sociales sobrepasase un umbral que variará en función de la distribución de las preferencias individuales. A nivel micro, este proceso se fundamenta en la importancia hipotética que los individuos conceden al porcentaje que representan determinados grupos sociales en un área urbana y a la existencia de un 28 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID umbral de saturación que les anima a emigrar del barrio. A medida que la presencia de dichos grupos aumenta, el número de abandonos se incrementa. Debido a los supuestos sobre la forma funcional de las preferencias, sobrepasado un porcentaje, o umbral, cada nuevo abandono, al aumentar el porcentaje que representan los demás grupos sociales, genera un ulterior abandono y así sucesivamente hasta alcanzar la homogeneidad absoluta. El proceso del tipping point minimiza, en buena medida, la responsabilidad de los actores y no cabría hablar de una mayoría discriminadora, sino de una mayoría inconsciente o descoordinada. Aunque sus acciones individuales coadyuvan involuntariamente a incrementar y reforzar la segregación, los miembros de la mayoría no desean vivir en sociedades segregadas. En estudios posteriores se demostró empíricamente, utilizando para ello encuestas llevadas a cabo en distintas ciudades estadounidenses, que tanto los supuestos de los que partía Schelling como los resultados que predecía eran realistas (Clark, 1991). Con todo, las preferencias de la población blanca son, de media, más extremas que las supuestas por Schelling. En el Gráfico 9 se muestran las preferencias típicas encontradas en las diferentes ciudades. Como puede observarse, casi la mitad de los entrevistados de raza blanca desean vivir en barrios totalmente homogéneos, alrededor de un cuarto en barrios mixtos y ningún encuestado en barrios donde los afroamericanos representen más del 70% de la población. Por el contrario, la mayor parte de los afroamericanos prefiere barrios mixtos, mientras que son pocos los que desean vivir en barrios totalmente homogéneos, ya sean éstos negros o blancos. Es justo señalar también que la responsabilidad no siempre cae del lado de los grupos mayoritarios. Algunas minorías étnicas presentan preferencias marcadamente aisla- Grfico 9: Preferencias sobre la composicin tnica del barrio con dos grupos sociales Porcentaje de entrevistados 75 Negros 50 Blancos 25 0 0 20 40 60 80 Porcentaje de poblacin negra en el vecindario 100 Fuente: Clark (1991) 29 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO cionistas. Éste es el caso, bien documentado, de los asiáticos (Robinson, 1981; Clark, 1992), cuya situación económica no justifica el grado de segregación en el que se encuentran. Robinson argumenta que el “mito de retorno”, preponderante en este colectivo, disminuye el interés por integrarse en la sociedad receptora. También hay que valorar la importancia de las dificultades lingüísticas que encuentran en las sociedades receptoras. Este salto lingüístico complica la comunicación con los propietarios y explica, en buena medida, por qué los fenómenos del subarriendo y la concentración residencial son tan relevantes en este colectivo. Por último, como elementos explicativos de la voluntad aislacionista, habría que añadir el deseo de prestarse ayuda mutua, el de reproducir las prácticas culturales del país de origen, así como el de fortalecer la cohesión –y el control– social entre sus miembros. Es posible que el proceso del tipping point describa apropiadamente la realidad española actual, pero exagera respecto a la velocidad del proceso: las transiciones raciales de los barrios se producen paulatinamente. En primer lugar, porque los individuos valoran otros aspectos –lazos afectivos, comunicación, servicios sociales, conocimiento del barrio– además de la composición étnica. En segundo lugar, porque muchas de las personas que desearían cambiar de lugar de residencia no tienen recursos suficientes para ello. También, porque la relevancia de algunos fenómenos negativos asociados a la presencia de inmigrantes o minorías étnicas depende del ciclo vital. En este sentido, la asociación negativa entre presencia de minorías étnicas y resultados educativos puede no tener ninguna importancia para personas sin menores a su cargo. Todo ello provoca que la segregación residencial se produzca, esencialmente, como resultado de la llegada de nuevos residentes y no debido a huidas residenciales. El municipio de Parla, en el área de influencia de Madrid, ilustra perfectamente esta realidad. Por otra parte, el proceso de huida autóctona no encaja perfectamente en contextos donde la huida residencial es más complicada. Éste es el caso de los municipios pequeños, situados fuera del área de influencia de las grandes aglomeraciones urbanas, en los cuales el espacio limitado no permite una intensa especialización geográfica. Un último aspecto a tener en cuenta es que en algunos barrios étnicos el proceso segregacionista se ha revertido, debido a que el barrio se hace atractivo para algunos miembros de la mayoría. En algunos casos, la privilegiada localización ha atraído a actores privados hacia estos barrios céntricos y ha animado a las administraciones públicas a invertir, favoreciendo procesos de gentrification. Procesos que generalmente comienzan por los extremos geográficos de los barrios o por lugares con una significación especial, como una plaza pública o un monumento. En otros casos, el aura multicultural de los barrios ha atraído a actores entusiastas de la diversidad cultural, que garantizan una mezcla étnica en estos barrios. Sin embargo, el número limitado de “entusiastas” y de barrios que gozan de un aura de multiculturalidad hace que el impacto se concentre en pocos barrios. Por otra parte, la recuperación de un barrio no implica recuperar a su población, lo que conlleva que, frecuentemente, los residentes con menos recursos sean expulsados hacia barrios más desfavorecidos. Los residentes o vecinos también influyen, en numerosas ocasiones, en la vivienda que se “oferta” a los grupos minoritarios; indirectamente, ya que los agentes inmobiliarios 30 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID pueden reducir la oferta residencial para determinadas minorías valorando, anticipando o utilizando como pretexto las preferencias del grupo mayoritario, o directamente, ya que los miembros de los grupos mayoritarios frecuentemente adoptan actitudes y comportamientos discriminatorios y racistas que desaniman a las minorías a instalarse en barrios o municipios étnicamente homogéneos. Los ataques violentos por parte de bandas de extrema derecha son el mejor ejemplo de este tipo de actitudes y comportamientos. En España, casos como los de Aravaca (1992), Terrassa (1999), El Ejido (2000), Cortegana (2005), La Almunia de doña Godina (2005), Torrejón de Ardoz (2005), Lepe (2005), Alcorcón (2007), y otros tantos, sugieren que las bienvenidas no son siempre amistosas, si bien es cierto que hay que distinguir entre los ataques de grupos minoritarios, generalmente jóvenes, como en Aravaca, La Almunia o Terrassa, y aquéllos en los que una proporción importante del pueblo participa en los actos, como en El Ejido. Actualmente, sin embargo, estas actitudes y comportamientos suelen ser sutiles e invisibles y pueden ir desde “problemas de comunicación” en reuniones vecinales hasta dificultades para entablar amistades sólidas y duraderas con los vecinos. Estas prácticas dan como resultado, en el caso americano, que hasta un 90% de los afroamericanos tema una bienvenida poca amistosa en barrios blancos. B) Las prácticas discriminatorias de los agentes públicos El mercado residencial es un mercado en el que la intervención pública ha sido, y sigue siendo, especialmente significativa, ya sea a través de intervenciones directas, como las políticas de vivienda pública o la planificación urbana, o por medios más indirectos, como la concesión de hipotecas o los planes de revitalización urbana. Esta intromisión de los poderes públicos ha sido justificada por el derecho a la vivienda, presente en numerosos sistemas legales11, aunque también por otras cuestiones como el medioambiente, los transportes, el turismo y, en general, por cualquier cuestión relacionada con el uso racional del suelo. Este alto grado de intervencionismo ha convertido a los poderes públicos en el actor principal del mercado residencial y, como tal, ha animado la atención de numerosos investigadores. En lo que se refiere a este trabajo, nuestro interés se centra en examinar la posible discriminación sufrida por las minorías más desprotegidas por parte de las administraciones públicas. Estas prácticas discriminatorias pueden ser directas o indirectas y voluntarias o involuntarias. Las prácticas directas y voluntarias, al contrario de lo que ocurre en el sector privado, son actualmente la excepción, dada su ilegalidad y poca corrección política. Más frecuentes son las prácticas indirectas y voluntarias, a través de las cuales las administraciones públicas discriminan conscientemente a determinados grupos sociales por medio de normas generales cuya aplicación perjudica exclusivamente o, en mayor medida, a determinados colectivos. Por último, y dado que es complicado averiguar las motivaciones que se esconden detrás de los actores públicos, no hay que descartar la posibilidad de que algunas prácticas discriminatorias indirectas sean involuntarias. Es decir, aunque determinados grupos sociales se vean perjudicados por una norma general, dicho perjuicio no es intencionado sino, que se trata de una consecuencia secundaria no perseguida e, incluso, no deseada. 11 En el caso español, el derecho a la vivienda está incorporado en la propia Constitución Española, aunque con carácter programático e informador (art. 47 CE). 31 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Tres tipos de políticas son las que han centrado el interés de los investigadores: la vivienda pública, la planificación urbana y los planes de revitalización y desarrollo urbanos. A éstas habría que añadir la concesión de hipotecas, cuya escasa relevancia actual ha limitado el interés por ella a estudios de tipo histórico12. La política de vivienda pública ha creado, mantenido y acentuado la segregación residencial, tanto en los Estados Unidos como en Europa. En el caso norteamericano, la mayoría de las viviendas sociales donde residen minorías pobres se encuentra en barrios habitados por minorías desaventajadas, mientras que las viviendas de protección oficial destinadas para los ancianos de raza blanca se encuentran en barrios acomodados (Seitles, 1996). De hecho, el organismo encargado de la vivienda y el desarrollo urbano (hUD) ha sido hallado culpable, en numerosos ocasiones, por sus políticas de vivienda pública marcadamente racistas. En el caso francés, las políticas de vivienda, cuyo símbolo son las Habitations à loyer modéré (hLM), han sido acusadas de ser las principales culpables de la segregación suburbana visible en las afueras de las grandes ciudades, como París, Lyon, Estrasburgo o Marsella (Wihtol de Wenden, 2006). Los grandes planes públicos de vivienda de los años cincuenta y sesenta, destinados a la clase obrera y media francesa, tuvieron como mérito paliar la escasa oferta de vivienda pero favorecieron, a largo plazo, la concentración de grupos étnicos en las afueras de las ciudades después de que los primeros residentes las abandonaran por el carácter depresivo de los grandes bloques, reservando el centro y algunas áreas residenciales de los suburbios para la mayoría de origen francés. Seguramente el mecanismo más importante para modelar la composición demográfica y social de los municipios sea la planificación urbana. La planificación urbana es el conjunto de instrumentos técnicos y normativos que se redactan para ordenar el uso del suelo y regular las condiciones para su transformación o, en su caso, conservación. La planificación urbana ha supuesto un gran avance, mejorando la coherencia, eficacia y racionalidad de la estructura urbana, y evitando que la única fuerza con capacidad de transformación urbana sea el mercado. Sin embargo, es importante tener en cuenta que también ha generado costes considerables. En primer lugar, la planificación urbana ha provocado un aumento considerable de los precios de las viviendas, vía reducción de la oferta de suelo, afectando en mayor medida a los grupos con menores recursos, que no siempre son compensados por medio de viviendas de protección pública. En segundo lugar, ha limitado la libertad de elección de los individuos y grupos sociales de forma considerable y, lo que es más importante, ha otorgado un monopolio “peligroso” a los poderes públicos en la gestión del territorio, favoreciendo la corrupción al estar deslindadas la gestión del territorio y la construcción de viviendas entre poderes públicos y empresas privadas. Además, en el caso de que el monopolio esté vinculado a los entes locales, la planificación urbana estará diseñada en función de intereses locales –y localistas–, que frecuentemente son incompatibles con los 12 El papel que las políticas de vivienda pública y urbanística han desempeñado en el contexto de la Comunidad de Madrid será tratado detalladamente en un apartado posterior. 32 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID intereses generales. Éste es el caso español, en el que, a pesar de que las comunidades autónomas poseen competencias de supervisión urbanística y crean planes generales, en la práctica los gobiernos locales actúan sin excesivos impedimentos. En lo que se refiere a la segregación residencial, el poder monopolístico de las administraciones públicas puede ser empleado para limitar el acceso de población “indeseable”, manteniendo la homogeneidad social dentro de un área urbana a un coste económico y político muy reducido. Algunos de los mecanismos que los gobiernos locales tienen a su disposición, y cuya finalidad, en teoría, es la preservación de la calidad del entorno –desde el punto de vista estético y medioambiental–, son la calificación urbanística del suelo, el establecimiento de densidades mínimas y máximas, la superficie mínima de parcelas, los índices de edificabilidad y la limitación de alturas. Un caso especial dentro de la planificación urbana son los planes de revitalización y desarrollo urbanos. Los planes de revitalización y desarrollo urbanos, envueltos en un aura de modernidad y neutralidad, son frecuentemente responsables de crear, mantener y extender la segregación residencial (hirsch, 1978). Por ejemplo, en el Chicago de los años cuarenta y cincuenta la “revitalización” de los barrios negros que estaban situados cerca de barrios de elevada renta consistió, en realidad, en su destrucción y en el posterior realojo de sus residentes en barrios negros o en transición, lo que convirtió a Chicago en la ciudad más segregada de Estados Unidos. Así se formaron lo que se ha denominado second ghettos (hirsch, 1978). Miami, con una historia racial y una composición étnica muy diferente a la de Chicago, fue el escenario de un proceso similar, si bien en este caso la revitalización consistió en una autopista que atravesaba justo Overtown, un extremo de la ciudad donde la mayoría de la población era negra y que las autoridades locales consideraron un lugar estratégico para la ampliación del distrito empresarial. Las familias desplazadas buscaron vivienda en barrios en transición que, rápidamente, se convertirían en second ghettos (Mohl, 2003). En España, los habitantes de las barriadas también han sufrido las consecuencias de los planes de revitalización urbana. históricamente, en las lindes de las ciudades españolas surgieron barriadas en las que se concentraron los grupos desfavorecidos que habían sido expulsados del mercado residencial. Estas barriadas se caracterizan por una alta incidencia de paro, trabajo informal, abandono escolar y criminalidad, realidades a las que los poderes públicos no han servido de contrapeso, ya que sus habitantes disfrutan de pocos servicios y ayudas sociales. Es lo más parecido a los guetos de la inner city (Wilson, 1987, 1996) o a la hypersegregation y el American Apartheid (Massey y Denton, 1993), si bien su peso relativo en la población es más reducido. Una excelente descripción de una barriada (Parque Ansaldo), en este caso “accidental”, se puede encontrar en Martínez Veiga (1999). Aunque estas barriadas resultan incómodas a las autoridades, la preocupación por su eliminación aparece únicamente cuando la sociedad mayoritaria se ve afectada por su presencia, ya sea porque la urbanización se acerque a los límites de las barriadas o porque determinados incidentes asalten los medios informativos; en resumidas cuentas, cuando pierden su invisibilidad. En caso contrario, los poderes públicos suelen mostrar indiferencia, hasta el punto de negar su pertenencia al término municipal (Martínez Veiga, 1999). 33 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Cuando estos barrios resultan molestos, se opta por su eliminación, construyendo en su lugar redes viarias (Penamoa en Galicia), nuevas viviendas (los Focos o la Ventilla en Madrid), centros comerciales (A Cubela en Galicia) o equipamiento dotacional (La Celsa en Madrid), y reubicando a sus residentes en nuevos lugares. Reubicación que genera problemas por la oposición de los nuevos vecinos, que ven en el realojo un riesgo para “el clima de integración social y convivencia”, como ha declarado recientemente el alcalde de Pontevedra, Fernández Lores. Declaraciones que coinciden, en el fondo y en la forma, con el mensaje lanzado por el síndrome Not in my backyard (no en mi patio trasero) en los Estados Unidos13. Lo cierto es que estos realojos siempre se producen desde y hacia barrios desfavorecidos, por lo que se pierde una oportunidad para realizar una distribución más equitativa de los grupos con menos recursos. No es casualidad que el famoso edificio del “Ruedo”, visible desde la principal vía de circunvalación madrileña y en el que se realojaron 230 familias gitanas provenientes del Pozo del huevo en Villa de Vallecas, se instalara en Moratalaz, uno de los barrios más humildes de la ciudad de Madrid. Por alguna razón, es inimaginable que este realojo se hubiera producido en los distritos de Salamanca o Chamartín o en municipios con abundante suelo edificable, como Pozuelo de Alarcón o Las Rozas de Madrid. Aunque es difícil conocer la intencionalidad de las actuaciones públicas, parece probado que los gestores políticos tienen a su disposición una serie de políticas, principalmente de vivienda y de planificación urbana, capaces de modelar la configuración social del espacio. En no pocas ocasiones, las políticas públicas han creado, mantenido o acentuado la segregación residencial de los grupos étnicos y más desfavorecidos por medio de políticas cada vez más sutiles, invisibles y aparentemente neutrales. y no sólo son relevantes las consecuencias de las actuaciones públicas, sino también la percepción que los inmigrantes tienen de ellas, ya que los inmigrantes, anticipando prácticas discriminatorias, pueden decidir evitar la incorporación a determinados barrios. 4.2 Otras explicaciones: el macrocontexto, los ciclos vitales y las preferencias heterogéneas hasta ahora, se han tratado teorías e hipótesis que, directa o indirectamente, apuntan hacia la responsabilidad de determinados actores en el proceso de segregación residencial. No obstante, existen diversos enfoques que, aun mostrando interés sobre la responsabilidad de los actores que participan en el mercado residencial, minimizan su responsabilidad. El primero de ellos, y más importante, señala que la segregación residencial no es más que el reflejo de las desigualdades económicas presentes en la sociedad y, por lo tanto, evade 13 El origen de este movimiento lo podemos encontrar en las políticas de internamiento de personas con discapacidad mental. En la actualidad, este síndrome se asocia con cualquier proyecto que genere externalidades positivas para la sociedad y negativas para las personas situadas en la cercanía del área de actuación. Esto incluye la instalación de redes de transporte, centrales eléctricas, cárceles, viviendas de protección pública, aeropuertos, etc. 34 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID la cuestión de la discriminación en el mercado residencial. No existen restricciones en la oferta residencial, más allá de las “naturales” relacionadas con el poder económico de los grupos sociales. No es casualidad que todos aquellos autores que insisten en la importancia de la discriminación justifiquen sus trabajos ofreciendo datos sobre la escasa importancia de los recursos económicos a la hora de explicar la segregación residencial. Todos los trabajos coinciden en la existencia de un impacto de los recursos económicos. No obstante, existen discrepancias sobre la relevancia de este impacto y sobre cómo afecta a los distintos grupos. Según diversos trabajos, la desigualdad económica explicaría entre un 10% y un 50% de la segregación residencial observada (Galster, 1988; Seitles, 1996). Para el caso español, se ha hallado un efecto negativo y estadísticamente significativo de los ingresos sobre la segregación de los inmigrantes en las poblaciones almerienses de El Ejido, Roquetas de Mar y La Mojonera (Checa y Arjona, 2006). Un caso al que han prestado especial interés los investigadores es el de la clase media negra en los Estados Unidos. Si, efectivamente, la renta es la variable más relevante a la hora de explicar la segregación, deberíamos observar una segregación débil entre la clase media negra y blanca. Diversos trabajos muestran que éste no es el caso: estos dos grupos han estado fuertemente segregados desde 1970 hasta 1990. Además, la clase media afroamericana reside en barrios con más pobreza, más familias monoparentales y menor porcentaje de universitarios que la clase media blanca (Adelman, 2004; Downey, 2003; Massey et al., 1987). De todas formas, aun siendo cierto que el mercado residencial es el reflejo de la situación económica de los individuos, ello no implica rechazar la existencia de discriminación. Más bien, parece indicar que las causas de la segregación residencial hay que encontrarlas en la interacción entre la discriminación y la desigualdad que padecen determinados grupos sociales en el mercado residencial, educativo y laboral. Trasladar la explicación de la segregación a esferas no residenciales es justo lo que hacen otras teorías, como la reestructuración económica (Wilson, 1987, 1996; Sassen, 1991) o los tres modelos del Estado de bienestar (Esping-Andersen, 1990). Un enfoque que implícitamente minimiza la responsabilidad de los actores está relacionado con los ciclos vitales de los individuos y, por ello, es conocido como demográfico. Según este enfoque (Clark, 1986; Clark y Dieleman, 1996), las preferencias y decisiones de los individuos están fundamentadas en la situación familiar de los individuos y en la etapa vital que estén atravesando. Así, las personas de mediana edad con hijos menores buscarán viviendas espaciosas en barrios dotados con abundantes zonas verdes y buenos centros educativos, mientras que las personas en edad más avanzada preferirán viviendas de menor tamaño en barrios donde la necesidad de vehículo sea menor. No obstante, la importancia del ciclo vital es perfectamente compatible con la existencia de discriminación étnica y económica, generándose lugares de residencia en función de estas tres características. Por ejemplo, en Madrid, existe una migración de personas en edad avanzada desde municipios acomodados del extrarradio, como Alcobendas o Las Rozas, hacia barrios céntricos con una composición étnica y socioeconómica muy similar, como Chamartín o Salamanca. 35 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Por último, algunos autores afirman que las preferencias residenciales de los individuos son demasiado heterogéneas como para derivar de ellas consecuencias relevantes. Así, algunos hogares aspiran a residir en pisos, otros en viviendas unifamiliares, para algunos la vivienda es irrelevante y sólo valoran la cercanía al trabajo, para otros la densidad de población es la variable más relevante, etc. Con todo, la tozuda realidad nos muestra que las preferencias de los individuos y su distribución en el “ajedrez residencial” no son aleatorias y siguen unas pautas demasiado marcadas como para ser ignoradas. 36 5 Las políticas públicas y la segregación residencial de la población extranjera en la Comunidad de Madrid Con el fin de profundizar en las causas de la desigual situación residencial de las distintas nacionalidades, en este apartado investigaremos dos tipos de políticas –la de vivienda pública y la de planificación urbana– en la Comunidad de Madrid y las implicaciones que éstas tienen sobre la segregación residencial en general y de los extranjeros en particular. El objetivo fundamental es mostrar determinadas prácticas que limitan la movilidad residencial y el establecimiento de minorías desfavorecidas en determinados entornos urbanos. Para ello, es importante tener en cuenta las siguientes advertencias: • Las implicaciones que dichas prácticas puedan tener para la segregación residencial no determinan necesariamente su intencionalidad. De hecho, en numerosas ocasiones, la segregación residencial puede ser un efecto colateral de políticas que persiguen otros fines, como conservar la homogeneidad estética del entorno, proteger el medioambiente, satisfacer las preferencias del electorado o garantizar la equidad en una comunidad política. No es, por tanto, la intención principal de este epígrafe señalar a las personas “culpables”, sino a las políticas responsables o que coadyuvan al establecimiento, mantenimiento y reforzamiento de la segregación residencial. Desgraciadamente, con los datos que poseemos, no es posible determinar la intencionalidad que se esconde detrás de las políticas. • La ausencia de políticas discriminatorias en el mercado residencial no garantizaría una distribución aleatoria de la población, ya que, como hemos visto en el apartado anterior, la interacción entre los agentes privados del mercado residencial puede ser una condición suficiente para la existencia de segregación residencial (Schelling, 1971). 5.1 Las políticas de vivienda pública en la Comunidad de Madrid La política de vivienda pública es uno de los mecanismos más importantes que la administración tiene a su disposición para modelar la estructura demográfica urbana. También puede ser uno de los mecanismos para contrarrestar la segregación residencial que se origi- 37 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO na en el libre mercado. Para que ello fuera así debería satisfacer dos condiciones: 1) que la proporción de vivienda con algún grado de protección sea suficiente para tener un impacto en el mercado residencial y en las pautas residenciales de la población y 2) que los mecanismos de acceso a la vivienda pública favorezcan distribuciones aleatorias de la población. Si, además, la política de vivienda persigue fines redistributivos, esta segunda condición puede, a su vez, ser dividida en dos condiciones: 2a) que las viviendas de protección pública se dirijan a las poblaciones con menores recursos económicos potenciales y 2b) que las viviendas de protección pública se encuentren, en mayor proporción, en áreas residenciales de elevadas rentas o, al menos, que ésta se distribuya homogéneamente en el entorno urbano. Comprobemos hasta qué punto estas condiciones se satisfacen en la Comunidad de Madrid. A) Proporción de vivienda pública La construcción de viviendas públicas en la CAM, en relación con el total de viviendas construidas, raramente ha sobrepasado un cuarto del total durante los últimos 20 años. Según los datos del Ministerio de Vivienda, únicamente en los años 1994, 1996 y 2007, las viviendas protegidas han supuesto más del 25% del total, siendo el período 2000-2003 el de menor proporción, con menos del 10%. Además, su impacto anual en el total del parque de viviendas es despreciable (0,07% en 2001 y 0,7% en 2007). Aunque los datos de los últimos dos años son esperanzadores, creemos que no se deben a cambios estructurales, sino a factores coyunturales, que tienen que ver con una creciente rentabilidad política de la construcción de vivienda pública –ya en retroceso– y con la crisis del mercado de vivienda libre (en 2007 ha retrocedido un 35% con respecto a 2006). A medio plazo, no creemos que el ritmo actual sea sostenible, especialmente cuando el mercado residencial recupere parte de su actividad. B) Destinatarios Existen ciertas garantías legales para que las viviendas públicas se dirijan a las personas con menores rentas. En la CAM, por ejemplo, la ley exige que los ingresos familiares no excedan de 5,5 veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) para poder acceder a las viviendas de protección pública básica (VPPB). Sin embargo, la aplicación y reglamentación de este requisito genera bastantes dudas en cuanto a sus fines redistributivos. En primer lugar, sólo tiene en cuenta las rentas actuales y no las potenciales, por lo que buena parte de los candidatos que cumplen las condiciones al inicio las incumplen una vez que las viviendas son entregadas (por ejemplo estudiantes universitarios y recién licenciados). En segundo lugar, este requisito no garantiza que las personas más necesitadas tengan preferencia, sólo evita el acceso de las más privilegiadas. Por otra parte, en la CAM los precios de la vivienda pública no gozan de la suficiente subvención como para que los grupos más desprotegidos pueden acceder a ella, situación que no es compensada por la provisión de vivienda social. Más importante, la ley no impide que los municipios exijan requisitos adicionales en sus promociones –e incluso en algunas que dependen de la CAM–, como es el caso de un período mínimo de residencia o trabajo en el municipio14. Desde el punto de vista democrático, este requisito podría considerarse como una política dirigida a 14 El formato de las promociones varía considerablemente para cada municipio, dependiendo del acuerdo de colaboración con la CAM. En algunos casos, como en Móstoles, se utiliza la Lista única de la CAM y a los adjudicatarios del sorteo se les exige el período mínimo de residencia. En otros casos, como en Majadahonda, existen dos sorteos, uno para aquellos con 10 años ininterrumpidos de residencia y otro en el que sólo los criterios de la CAM, menos restrictivos, se aplican. 38 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID satisfacer las preferencias de los electorados municipales. Sin embargo, la consecuencia práctica que emana de él es que los municipios gozan del privilegio de limitar el acceso a las promociones de vivienda pública a todas aquellas personas consideradas ajenas por la normativa municipal. Sin ningún tipo de lógica democrática, este requisito afecta a grupos tan dispares como los extranjeros, los individuos/familias móviles en términos residenciales o los habitantes de municipios con escaso terreno edificable. Pero lo más interesante es que no todos los municipios parecen utilizar estos requisitos adicionales en la misma medida. En la Tabla 4 se muestran los períodos mínimos de residencia o trabajo exigidos por los municipios con mayor número de habitantes y con información accesible. En general, los datos se refieren a promociones de vivienda con protección pública para la venta gestionadas por los ayuntamientos, ya sea con protección básica (VPPB) o de precio limitado (VPPL). La Tabla 4 revela que, en general, los municipios de mayores rentas (Conglomerados 2 y 5 del Gráfico 5) son los que imponen requisitos más restrictivos, que llegan hasta los 10 años de residencia sin interrupciones en el caso de Majadahonda. Existen menos diferencias en cuanto al estatus legal mínimo, pero, dado lo restrictivos que son los criterios de residencia en el municipio, este segundo criterio no tiene excesivas implicaciones prácticas, con la excepción de Móstoles y Pozuelo de Alarcón, donde se exigen cinco años de permiso de residencia. Las consecuencias de estas condiciones adicionales para la segregación residencial de los extranjeros son significativas, impidiendo la entrada de poblaciones desfavorecidas y “ajenas” al municipio. El caso es distinto para las nacionalidades con mayores rentas, dado que podrán acceder, en mayor medida, a un mercado residencial privado donde los precios medios por metro cuadrado se sitúan en las primeras posiciones del mercado nacional15. En el Gráfico 10 se muestra la relación que existe entre el número mínimo de años de residencia exigido por cada municipio y la proporción que representan los grupos extranjeros respecto al total de la población extranjera. Para ello, se han utilizado los datos de los 18 municipios de la Tabla 4, con la excepción de Getafe, para el cual no disponemos de datos precisos sobre el número de años. Las correlaciones del Gráfico 10 revelan que a mayor número de años exigidos menor es la proporción, dentro de la población extranjera, de europeos del este, africanos, marroquíes (no estadísticamente significativo), ecuatorianos y chinos. Lo contrario ocurre con los europeos de la UE-25 (sin Rumanía y Bulgaria), americanos, argentinos, colombianos (no estadísticamente significativo), peruanos y asiáticos (sin China). Estos datos no demuestran que el efecto de estos requisitos impida la entrada de estos grupos, dado que no es posible establecer el sentido de la causalidad, pero garantizan que los requisitos de residencia mínima contribuirán a reforzar la segregación de los grupos de extranjeros menos prósperos. Además, los períodos mínimos de residencia nos ofrecen información muy valiosa sobre la disposición general de las administraciones locales a bloquear la entrada de grupos sociales ajenos al municipio. 15 En 2007, y según el Ministerio de la Vivienda, Majadahonda ocupaba el tercer puesto con 3.500 €/m², seguida de cerca por Pozuelo de Alarcón (3.395 €/m²), Boadilla del Monte (3.104 €/m²) y Las Rozas (3.074 €/m²). 39 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Tabla 4. Requisitos adicionales para el acceso a viviendas de proteccin pblica en distintos municipios de la CAM16 Requisitos especficos Residencia o trabajo en el municipio Estatus legal mnimo 1 ao de residencia o trabajo 3 aos de residencia o trabajo 2 aos de residencia o trabajo 3 aos de residencia o trabajo 3 aos de residencia Residencia o trabajo (sin especificar antigedad) 10 aos de residencia 4 aos de residencia o trabajo 3 aos de residencia o 4 aos de trabajo 10 aos de residencia 5 aos de residencia o trabajo 2 aos y medio de residencia 5 aos de residencia o trabajo 10 aos de residencia o trabajo 3 aos de residencia o 5 aos de trabajo 3 aos de residencia o trabajo 3 aos de residencia 10 aos de residencia 8 aos de residencia Ð Permiso de residencia Ð Permiso de residencia Permiso de residencia Permiso de residencia y trabajo Ð Permiso de residencia Permiso de residencia Ð 5 aos de permiso de residencia y trabajo Ð Ð 5 aos de permiso de residencia Permiso de residencia Ð Permiso de residencia Permiso de residencia Permiso de residencia Municipio Alcal de Henares Alcobendas Alcorcn Boadilla del Monte** Fuenlabrada Getafe Las Rozas de Madrid Legans Madrid Majadahonda Mstoles Parla* Pinto*** Pozuelo de Alarcn Rivas Vaciamadrid San Sebastin de los Reyes Torrejn de Ardoz Torrelodones Tres Cantos** * VVPA. **VVPAÐOCÐJ. ***VVPAÐOC. Fuente: Elaboracin propia a partir de la informacin de ayuntamientos y empresas municipales Grfico 10: Correlaciones de Pearson entre el requisito ÒNmero mnimo de aos de residencia o trabajoÓ y la proporcin de distintas nacionalidades sobre la poblacin extranjera total (n=18) Asia (excl. China) China Asia Ecuador Colombia Argentina Amrica çfrica (excl. Marruecos) Marruecos çfrica Rumania Europa no UE-25 UE-25 -0,6 -0,4 -0,2 0 0,2 0,4 0,6 0,8 Correlacin de Pearson Requisito: periodo mnimo de residencia 16 La fuente varía para cada municipio. Si el lector necesitara información adicional puede consultar al autor. 40 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID C) Localización de las viviendas de protección pública En la CAM, las viviendas con algún grado de protección pública se localizan en mayor proporción en municipios y barrios de menor renta. Por ejemplo, en los municipios del oeste de Madrid, conocidos por su solvencia económica, en 2004 la vivienda de protección oficial apenas representaba un 8,1% del total de viviendas vacantes, mientras que el equivalente para la CAM era un 25,1% y para los municipios del sur un 39,2% (Dirección General de Urbanismo y Planificación Regional de la CAM). Esta desigualdad tiene como objetivo teórico la equidad, ya que se ofrece un mayor número de vivienda en los municipios con menor renta. Sin embargo, este razonamiento supone que los individuos prefieren mantener su lugar de residencia, supuesto que sabemos que frecuentemente no se cumple. De hecho, independientemente de la intencionalidad de los poderes públicos, la desigual distribución de las viviendas de protección pública incentiva la desigualdad espacial de los recursos, así como la segregación residencial de diversos grupos étnicos, dado su fuerte peso relativo en las clases con menor renta. En resumen, el análisis de las políticas de vivienda pública en la CAM ofrece perspectivas poco halagüeñas en cuanto a su potencial como contrapeso a la segregación residencial generada en el mercado residencial privado. De hecho, de las tres condiciones necesarias para que las políticas de vivienda pública ejerzan un efecto depresor sobre la segregación residencial, ninguna ha sido satisfecha en su totalidad. 5.2 Política de planificación urbana La política de planificación urbana es un elemento vital en la configuración de la estructura urbana. Su impacto en la segregación residencial se produce, principalmente, a través de las medidas que afectan al precio de las viviendas, como son las destinadas a la preservación de la calidad del entorno, tanto desde el punto de vista estético como medioambiental. Entre ellas, la calificación urbanística del suelo, el establecimiento de densidades mínimas y máximas, la superficie mínima de parcelas, los índices de edificabilidad o la limitación de alturas. Desgraciadamente, no es sencillo realizar un ranking de municipios en función de su intervención, vía normativa municipal, en la construcción de viviendas, aún menos en una comunidad autónoma –Madrid– donde los planes parciales pueden modificar los planes generales y donde ha entrado en vigor una ley –la Ley de Medidas Urgentes de Modernización del Gobierno y la Administración de la Comunidad de Madrid o “Ley de las cuatro alturas” (2007)– que obliga a todos los municipios a limitar la altura de los edificios de viviendas a cuatro alturas. Aun sin esta nueva ley, la dificultad de elaborar un ranking sería considerable, dado que los planes generales de ordenación urbana se concretan en infinidad de planes parciales de características heterogéneas. El índice de edificabilidad, por ejemplo, varía en cada nuevo plan, hasta el punto de que, en ocasiones, la edificabilidad se negocia, más que seguir unos criterios objetivos y predecibles. En cualquier caso, sí es posible analizar algunas variables “resultado” estrechamente relacionadas con la política urbanística y las medidas intervencionistas antes mencionadas. 41 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO Algunas de estas variables muestran que existen diferencias intermunicipales significativas en lo que se refiere a los planes urbanísticos. En general, los de mayores rentas presentan índices de edificabilidad más reducidos, alturas máximas inferiores y viviendas más espaciosas, lo que implica que el precio medio mínimo para entrar a vivir en cualquiera de estos municipios es muy elevado, excepto en los cascos urbanos “históricos”. En ellos, la capacidad modeladora de los ayuntamientos es menor y, por esa razón, se concentra la mayor parte de los inmigrantes. Un simple vistazo a unas cuantas fotos aéreas de estos municipios es suficiente para comprobar que las diferencias residenciales y arquitectónicas son notables. Profundizar en los datos, no obstante, es siempre necesario. Los datos parecen apoyar esta hipótesis. En la Tabla 5 se recogen algunas de las variables, referidas a viviendas, edificios y densidad de población, sobre las cuales influye significativamente la política urbanística. Con el fin de facilitar la interpretación, los municipios se han ordenado en función de la renta bruta disponible en el año 2006. Los datos pertenecen al Censo de Vivienda del año 2001. La relación no es siempre lineal pero, en general, el modelo de ciudad, reflejado en las variables mostradas en la Tabla 5, varía con la renta per cápita de los municipios. Los municipios con mayores rentas presentan una estructura residencial en la cual predominan las viviendas familiares de más de 91m² y una urbanización de tipo horizontal, como apunta el escaso número de edificios con ascensor. Todos estos factores quedan reflejados en las diferentes densidades de población, si bien no lo suficiente, ya que los municipios de menores rentas presentan un mayor porcentaje de edificios industriales, con un efecto depresor sobre la densidad de población. Al igual que hicimos con la política de vivienda pública, podemos comprobar la relación de las distintas variables con los grupos de extranjeros presentes en los municipios. Los resultados se pueden observar en el Gráfico 11. Las correlaciones son semejantes para las tres variables analizadas y, sorprendentemente, los resultados apenas varían con respecto a la política de vivienda pública (Gráfico 10). Solamente Rumanía y las nacionalidades de Europa del Este presentan diferencias significativas. Las nacionalidades de la UE-25, las asiáticas (sin China) y la argentina están positivamente asociadas con un modelo de ciudad “descongestionado”, donde predominan las viviendas familiares espaciosas y la urbanización horizontal. Por el contrario, las nacionalidades africanas, en especial las subsaharianas, la china y la ecuatoriana, están asociadas a un modelo de ciudad más “congestionado”. Si bien no ha sido posible clasificar a los municipios madrileños en función de su política urbanística, en este apartado hemos podido comprobar que determinadas variables fuertemente influenciadas por la política urbanística –como el tamaño medio de las viviendas, la “verticalidad” en la urbanización y el porcentaje de viviendas familiares sobre el número total de edificios– están asociadas significativamente con el origen de la población extranjera. 42 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Tabla 5. Municipios de la CAM y variables relacionadas con la poltica urbanstica % Viviendas % Edificios familiares con ascensor Municipio Pozuelo de Alarcn Las Rozas de Madrid Majadahonda Torrelodones Boadilla del Monte Tres Cantos Alcobendas Madrid Rivas Vaciamadrid San Sebastin de los Reyes Alcorcn Alcal de Henares Pinto Torrejn de Ardoz Legans Mstoles Fuenlabrada Parla 91,1 92,1 84,2 94,8 90,6 83,4 75,1 57,8 93,2 76,9 49,8 65,9 57,2 53,6 50,4 62,3 44,7 70,4 % Viviendas con ms de 90m2 Densidad de poblacin (2006) Renta Bruta disponible p.c. (2006) 70,8 64,3 67,0 76,4 77,4 57,6 32,6 25,2 61,1 27,7 22,0 33,0 26,1 33,4 13,0 29,4 16,8 15,7 1.847,8 1.370,1 1.650,5 933,9 843,0 1.053,0 2.354,5 5.170,8 881,7 1.171,0 4.942,2 2.265,9 657,2 3.471,7 4.232,7 4.505,2 4.952,6 4.025,6 26.918 23.959 23.751 23.368 23.095 21.221 19.779 17.245 16.568 16.217 13.710 13.667 13.538 12.613 12.481 12.409 11.577 11.028 4,5 4,5 21,1 1,2 6,2 15,3 12,9 25,5 2,6 9,2 34,3 19,9 17,9 24,0 22,8 29,0 34,1 8,1 Fuente: Instituto de estadstica de Madrid y Censo 2001 Grfico 11: Correlaciones de Pearson entre variables relacionadas con la poltica urbanstica y la proporcin de distintas nacionalidades sobre la poblacin extranjera total (N=18) Asia (excl. China) China Asia Ecuador Colombia Argentina Amrica çfrica (excl. Marruecos) Marruecos çfrica Rumania Europa no UE-25 UE-25 1 -0,8 -0,6 -0,4 -0,2 0 0,2 0,4 0,6 0,8 Correlacin de Pearson % viviendas de ms de 91 m2 43 % viviendas familiares % edificios sin ascensor 6 Propuestas de cambio en las políticas de vivienda pública y urbanística La segregación residencial es un fenómeno complejo, cuya explicación reside en la interacción de diversos actores. Entre ellos, las diferentes administraciones públicas, los propietarios, los vecinos, las entidades financieras o las agencias inmobiliarias. De esta explicación poliédrica podrían surgir multitud de propuestas para limitar la segregación residencial o, alternativamente, sus consecuencias más perniciosas. La intención de este trabajo ha sido concentrarse exclusivamente en dos tipos de políticas: las referidas a la vivienda pública y a la planificación urbana. Respecto a estas políticas, y valorando los resultados de este trabajo, el autor propone las siguientes modificaciones en las políticas actuales. 6.1 Para ambas políticas Con el fin de evitar sesgos localistas (por ejemplo faccionalismo geográfico) y las potenciales estrategias de bloqueo residencial que se derivan de estos sesgos, se proponen dos soluciones alternativas: • Eliminar la competencia municipal tanto de vivienda pública como de política urbanística. En este escenario, la competencia sobre la ordenación del territorio, urbanismo y vivienda correspondería en exclusiva a las CC AA. El autor entiende que, a nivel regional, la redistribución se hará de forma más efectiva, al mismo tiempo que, debido a la presencia de un electorado más amplio y diverso, aumentarán las posibilidades de coexistencia entre beneficio empresarial y persecución de fines públicos (protección del medioambiente, dotación de infraestructuras, provisión de servicios sociales y prevención de la corrupción). No hay que olvidar que, en teoría, las políticas con fines redistributivos deben realizarse en el nivel de gobierno más elevado con el fin de lograr la máxima efectividad. Por otra parte, en el caso de que los terrenos fueran de propiedad municipal, podría introducirse el derecho de veto municipal y, de esta forma, garantizar que los beneficios asociados a la política de vivienda revertirán en las arcas municipales. 44 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID • hacer efectivas la regulación y la supervisión a nivel regional con el fin de limitar la libertad de acción a nivel municipal. Por ejemplo, en el terreno de la vivienda pública sería positivo regular el período mínimo de residencia y el estatus legal mínimo. De estas dos propuestas, el autor prefiere la primera, dado que la segunda depende de la voluntad, en términos de regulación y supervisión, de las administraciones regionales. Con la eliminación de las competencias se evitaría que los ayuntamientos aprovechasen su poder de negociación frente a las administraciones regionales; poder de negociación que les viene dado como vencedores de contiendas electorales, propietarios de terreno público potencialmente edificable y conocedores del entorno residencial. 6.2 Recomendaciones específicas A) Política de vivienda pública • El autor recomienda prohibir el requisito municipal adicional, relacionado con períodos de residencia mínimos, basándose en el principio de igualdad y redistribución. Esta prohibición evitaría que grupos tan diversos como los inmigrantes, los individuos/familias residencialmente móviles y los habitantes de municipios con poco terreno sin edificar se viesen discriminados. Alternativamente, el autor recomienda períodos mínimos de residencia que no sobrepasen los dos años y que incorporen la posibilidad de cumplir un requisito alternativo de trabajo en el municipio que no sobrepase los tres años. • Armonizar los requisitos respecto al estatus legal mínimo. El autor se decanta por la exigencia del permiso de residencia. • Reducir los precios de la vivienda pública o, alternativamente, aumentar la proporción de vivienda social. • En el caso de que la vivienda ofertada sea con opción a compra, y con el fin de garantizar la redistribución y evitar las concentraciones residenciales, se recomienda una de las siguientes estrategias, dependiendo de la importancia de la vivienda pública en relación con la vivienda total: – Cuando la vivienda pública suponga un porcentaje elevado de la vivienda total (por ejemplo > 25%), se recomienda establecer un criterio de ingresos familiares no excesivamente restringido, como en la actualidad, pero que tenga en cuenta los ingresos potenciales. Para ello, una posibilidad es que el candidato demuestre poseer un salario inferior a 5,5 al IPREM cuando se solicite y también cuando se adquiera de forma efectiva la vivienda pública (o incluso en algún momento después de la adquisición). Por otra parte, para que el sistema funcione de manera adecuada, es necesario que el gobierno vigile y eventualmente ejerza el derecho a tanteo y retracto en las compraventas de viviendas protegidas y que establezca unos criterios de revalorización realistas. El objetivo es evitar un sistema, como el actual, en el que los propietarios venden las 45 ALFONSO EChAzARRA DE GREGORIO viviendas a precio de mercado –una parte se paga oficialmente, el resto en dinero negro– debido a que el efecto disuasorio, basado en la probabilidad de ser detectado y la cuantía de la multa, no es suficiente. Además, en este escenario la vivienda debe distribuirse de forma aleatoria por el territorio. – Cuando la vivienda supone un porcentaje reducido de la vivienda total (e.g.< 25%), se recomienda favorecer que las personas/familias con bajos ingresos aumenten las posibilidades de salir elegidas en los sorteos de vivienda pública o cualquier otro mecanismo que se emplee para la selección de beneficiarios. Para evitar concentraciones residenciales en municipios de rentas medias-bajas, se recomienda aumentar el peso relativo de la vivienda pública ofertada en los municipios de rentas medias y altas. • En el caso de que las viviendas sean de alquiler, sin opción a compra, las administraciones tendrán que garantizar que el acceso esté basado primordialmente en los ingresos familiares y que las viviendas estén repartidas de la forma más homogénea posible por el territorio. B) Política urbanística • Teniendo en cuenta que los fines perseguidos por las políticas urbanísticas deberían ser semejantes en los distintos municipios y que, en la práctica, lo que varían son las circunstancias de cada municipio, se propone establecer unos criterios objetivos para la elección de los índices de edificabilidad, los usos, las alturas máximas y otras decisiones administrativas que afectan a la estructura urbana y a los precios de las viviendas. Estos criterios deberán tener en cuenta variables demográficas (tamaño de la población, densidad de población, proyecciones sobre el crecimiento de la población), geográficas (cercanía a centros urbanos), técnicas (geomorfología del terreno), medioambientales (cercanía a parques naturales, masa forestal), económicas (precio del metro cuadrado construido, nivel de renta del municipio, curva de oferta/demanda, coste de las infraestructuras dotacionales y redes viales necesarias), arquitectónicas (estética del área residencial) o sociales (criminalidad, desigualdad, educación) y, por lo tanto, en su elaboración tendrán que colaborar actores de distintos campos. Un sistema óptimo, por ejemplo, haría imposible construir a menos de 100 metros de la costa, evitaría crecimientos descontrolados de la edificación e impediría la destrucción significativa de masa forestal. Idealmente, éste debe ser un sistema de asignación de usos y edificabilidad que permita a todo ciudadano calcular de forma objetiva –a través de, por ejemplo, un programa informático– las posibilidades de construcción en un terreno y no estar en manos de políticos locales que, frecuentemente, actuarán exclusivamente en función de lógicas electorales y de beneficio económico (personal). Estos criterios deberían establecerse a nivel regional, o incluso nacional, y deberían modificarse de forma periódica con el mayor consenso posible. Evidentemente, dichos criterios no garantizarán siempre resultados óptimos, pero creemos que la flexibilidad perdida está más que compensada por los beneficios en términos de justicia, certidumbre y ahorro de tiempo/dinero. Por otra parte, el propio sistema deberá incorporar mecanismos para resolver casos atípicos. 46 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Evidentemente, esta propuesta puede enfrentarse con la oposición de una parte de la clase política, así como con dificultades técnicas. Siendo irrealizable, el autor propone introducir el mayor grado de racionalización en las políticas urbanísticas, en línea con esta propuesta. Por ejemplo, creación de un sistema que sirva como mecanismo informador (estando obligada la administración a explicar las modificaciones a los planes surgidos del sistema) o elaboración de sistemas menos complejos a nivel municipal. 47 7 Bibliografía Adelman, R. (2004), Neighborhood Opportunities, Race, and Class: The Black Middle Class and Residential Segregation. City & Community, 3 (1). Arrow, K. (1972), Some Mathematical Models of Race in the Labor Market. En Pascal, A. Racial Discrimination in Economic Life. 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US Census Bureau (2002), Racial and Ethnic Segregation in the United States: 1980-2000. 51 8 Índice de Tablas y Gráficos Tablas Tabla 1. Conglomerados en función de la población extranjera y del porcentaje de población extranjera de países con rentas mayores que España ........................................ 11 Tabla 2. Índice de disimilitud, y otras variables relevantes, para las nacionalidades extranjeras con más de 1.000 habitantes en el AMM, año 2005 ................................................ 20 Tabla 3. Índice de exposición, absoluto y relativo, a los españoles en el municipio de Madrid y en su área metropolitana (AMM) ................................................................................... 22 Tabla 4. Requisitos adicionales para el acceso a viviendas de protección pública en distintos municipios de la CAM .................................................................................................................. 40 Tabla 5. Municipios de la CAM y variables relacionadas con la política urbanística .............................................................................................................................................................. 43 Gráficos Gráfico 1. Evolución de la población extranjera y nacida en el extranjero en la CAM ..................................................................................................................................................................... 10 Gráfico 2. Evolución de la población extranjera por región de origen ................................. 10 Gráfico 3. Evolución del porcentaje de mujeres por nacionalidades (1996-2007) ............ 12 Gráfico 4. Edad media por nacionalidades .......................................................................................... 12 52 POLÍTICAS PúBLICAS y SEGREGACIóN RESIDENCIAL DE LA POBLACIóN ExTRANJERA EN LA COMUNIDAD DE MADRID Gráfico 5. Dendrograma de los municipios de más de 20.000 habitantes en función del número y el origen nacional de la población extranjera (2006) ........................................ 17 Gráfico 6. Dendrograma de los distritos del municipio de Madrid en función del número y el origen nacional de la población extranjera (2006) ................................................ 18 Gráfico 7. CEM: distancia media al centro urbano (km) por nacionalidades, año 2005 .................................................................................................................................................................. 23 Gráfico 8. Calidad geográfica e índice de exposición, año 2005 ............................................... 24 Gráfico 9. Preferencias sobre la composición étnica del barrio con dos grupos sociales ..................................................................................................................................................................... 29 Gráfico 10. Correlaciones de Pearson entre el requisito “Número mínimo de años de residencia o trabajo” y la proporción de distintas nacionalidades sobre la población extranjera total (N = 18) ................................................................................................................................ 40 Gráfico 11. Correlaciones de Pearson entre variables relacionadas con la política urbanística y la proporción de distintas nacionalidades sobre la población extranjera total (N = 18)........................................................................................................................................................ 43 53 9 Anexo A) Índice de uniformidad o disimilitud: Donde ti y pi son la población total y la proporción del grupo de interés en la unidad de superficie (sección censal), T y P son la población total y la proporción del grupo de interés en el conjunto geográfico analizado (área metropolitana de Madrid y municipio de Madrid). La fórmula compara la proporción que representa el grupo de estudio en cada una de las unidades de superficie (secciones censales) con la proporción que representa en el conjunto geográfico analizado (área metropolitana de Madrid), corregido de tal manera que el valor adopte valores entre 0 y 1. B) Índice de exposición: Donde xi e yi son el número de miembros de los grupos x e y en la unidad de superficie i (secciones censales), ti es la población total de la unidad de superficie i, y x es la población total del grupo x en todo el conjunto geográfico (área metropolitana o municipio de Madrid). C) Índice de centralización media: Donde xi y x son la población del grupo x en la unidad de superficie i y en el conjunto geográfico respectivamente y di es la distancia desde la unidad de superficie i. 54 Trabajos publicados EP 1/1999 EP 2/1999 EP 3/1999 EP 4/2000 EP 5/2000 EP 6/2000 EP 7/2001 EP 8/2001 EP 8 bis/2001 EP 9/2002 EP 10/2002 EP 11/2002 EP 11 bis/2003 EP 12/2003 EP 13/2003 EP 14/2004 EP 15/2004 EP 16/2005 EP 17/2005 EP 18/2005 EP 19/2006 EP 20/2006 EP 21/2006 EP 22/2006 EP 23/2006 EP 24/2007 EP 25/2007 EP 26/2007 EP 27/2007 EP 28/2007 EP 29/2007 EP 30/2008 EP 31/2008 EP 32/2008 EP 33/2008 EP 34/2008 EP 35/2008 Cuadernos con alternativas 1. Varios autores. Cuadernos con alternativas 2. Varios autores. Bases para una reforma de la política. Varios autores. La educación a debate. Victoria Camps. Un pacto de Estado para la justicia. Varios autores. Sistema Nacional de Salud. Javier Rey. La Universidad Europea del Trabajo. Varios autores. La judicialización en la Unión Europea. Quién gana y quién pierde. Antonio Estella. La liberalización de los servicios de interés económico general. Un modelo progresista dentro y para Europa. Leonor Moral. La armonización del impuesto sobre la renta de las personas físicas en el marco del debate federalista. Posibilidades y límites. Violeta Ruiz. La participación de los españoles en elecciones y protestas. Belén Barreiro. La Constitución europea y la Carta de Derechos fundamentales. María Luisa Fernández. El proceso constituyente europeo en sentido estricto. Relanzar la integración desde la ciudadanía. Rosa Velázquez. Las nuevas formas de participación en los gobiernos locales. Eloísa del Pino y César Colino. El proceso de globalización. Análisis de las propuestas alternativas al Consenso de Washington. Carlos Garcimarín y Santiago Díaz de Sarralde. El modelo social en la Constitución europea. José Vida. Los procesos migratorios. Alternativas al discurso dominante. Arantxa Zaguirre. La enseñanza de la religión católica en España. Margarita Lema. Ciudadanía y minorías sexuales. La regulación del matrimonio homosexual en España. Kerman Calvo. La financiación de las confesiones religiosas en España. Alejandro Torres. Propuestas para la reforma del sistema electoral español. Rubén Ruiz. Mujer y vivienda. Una aproximación al problema de la vivienda desde una perspectiva de género. Jordi Bosch. La restricción de derechos fundamentales en el marco de la lucha contra el terrorismo. M.ª Ángeles Catalina Benavente. Una propuesta para la enseñanza de la ciudad democrática en España. Irene Martín Cortes. Los símbolos y la memoria del Franquismo. Jesús de Andrés Sanz. Cambios en las relaciones de trabajo y derecho a la huelga. Xavier Solà Monells y Daniel Martínez Fons. Modelos familiares y empleo de la mujer en el Estado de bienestar español. Almudena Moreno Mínguez. La exclusión social: análisis y propuestas para su prevención. Anabel Moriña Díez. La reforma del Senado. Alberto Penadés e Ignacio Urquizu-Sancho. Un nuevo enfoque de la solidaridad autonóma a través de los Fondos de Compensación Interterritorial. Roberto Fernández Llera y Francisco J. Delgado Rivero. Derecho de asilo y mutilación genital femenina: mucho más que una cuestión de género. Yolanda García Ruiz. El desarrollo de políticas públicas locales como garantes de la satisfacción de los ciudadanos. Pablo Gutiérrez Rodríguez y Marta Jorge García-Inés. El turismo residencial y las políticas públicas europeas. Fernando J. Garrigós Simón y Daniel Palacios Marqués. La economía social y su participación en el desarrollo rural. Andrés Montero Aparicio. Prostitución y políticas públicas: entre la reglamentación, la legalización y la abolición. Pedro Brufao Curiel. La dimensión territorial de la pobreza y la privación en España. Jesús Pérez Mayo. “Ampliar para ganar”: las consecuencias electorales del crecimiento del Metro en Madrid, 1995-2007. Luis de la Calle Robles y Lluís Orriols i Galve. EP 35/2008 EP 36/2008 EP 37/2008 EP 38/2008 EP 39/2008 EP 40/2009 EP 41/2009 EP 42/2009 “Ampliar para ganar”: las consecuencias electorales del crecimiento del Metro en Madrid, 1995-2007. Luis de la Calle Robles y Lluís Orriols i Galve. Las causas de la participación y sus consecuencias en el voto de centro y de izquierda en España. Sebastián Lavezzolo Pérez y Pedro Riera Segrera. El medio ambiente urbano en la Unión Europea. Susana Borràs Pentinat. Control político y participación en democracia: los presupuestos participativos. Ernesto Ganuza Fernández y Braulio Gómez Fortes. Cataluña después del “Tripartit”. Continuidad y cambio en patrones de comportamiento electoral. Laia Balcells Ventura y Elna Roig Madorran. La reducción de empleo y sus consecuencias en los resultados: un análisis de las empresas españolas. Fernando Muñoz Bullón y María josé Sánchez Bueno. Flexicurity and Gender Equality: advancing flexicarity policies in Denmark and Spain. Óscar García Agustín y Lise Rolandsen Agustín. La cobertura de la situación de dependencia. Djamil Tony Kahale Carrillo.