critica de libros-referatas

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ORITIOA DE LIBROS
TOMO XX
Nú:W:RO IS
FACULTAD DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD
DE BARCELONA
Curso monográfico sobre "Psicopatología gene,·az y propedéutica psiquiátrica", 01·ganizado por la Cátedra de
Patología General (pro[. Dr. L. Gironé8L con la cOlaboración de la Cátedra de Medicina Legal (profeso,·, doctor M. Saforcada), el prof. doct01· O. Pérez Vitoria (catedrático de D erecho Penal) y los doctores J. Córdoba,
J. Gurrfa, J . M . Pigem, M. Sales Vázquez y R. Sales
Vázquez.
25 abril - 23 mayo 1946
465
Xll.-La exploración neurológica en los enfermos mentales.
Este curso, de carácter esencialmente clínico, tendrá
lugar en el Auditorio del Dispensario de la Cátedra de
Patología General (Hospital Clínico), 10.9 martes, jueves y sábados, de doce a una. Para la matrícula (gratuita), dirigirse a la Secretaría de la Cátedra de Patología General. Al final del curso se entregará a los inscritos el correspondiente diploma de asistencia.
HOSPITAL CENTRAL DE LA CRUZ ROJA ESPAセola@
(SAN JOSE Y SANTA ADELA)
CURSOS DE PRllllAVERA, POR EL DR. D. CARLOS COSTl
PROGRAMA
1.-Biotipologla. Etiologla general de las enfermedades mentales.
ll.-Normas generales de la exploración psiquiátrica.
Psicopatologla de la sensopercepción. Tiusiones. Alucinaciones. Pseudoalucinaciones.
l l. -Trastornos de la atención. Exploración de la
atención. Conciencia. Obnubilación. Estados
crepusculares. El inconsciente. Trastornos de
la memoria. Tests para la exploración de la
memoria.
!V.- Ideación. Leyes de la asociación de ideas. Trastornos de la ideación. Imaginación.
V.-Orientación. Ideas delirantes. Clasificación de las
ideas delirantes.
VI.-Afectividad. Psicopatología de los estados del
ánimo. Obsesiones. Fobios.
Vll.-Inteligencla. Oligofrenia. Demencia. Métodos de
examen de la inteligencia.
Vlli.- Voluntad. Perturbaciones volitivas. Actividad.
Estupor. Excitación motriz. Trastornos cualitativos de la actividad.
IX.-La. concepción psicopatológica del delito.
X.-Inst!ntos. Psicopatologla sexual.
XI.-Personalidad. La expresión desiderativa como
manifestación de la personalidad.
Curso sobre cataratas, a cargo del Dr. Carlos Costi.
A las once de la mafl.ana:
Dla 25 de marzo: "Diagnóstico diierencial".
Día 27 de marzo : "Preparación de los enfermos".
Día 29 de marzo: "Técnicas operatorias".
Día 1 de abril: "Operación".
Día 3 de abril: "Curso postoperatorio".
El curso tendrá lecciones prácticas y operatorias.
Los cursos serán públicos y gratuitos para médicos,
alumnM y enfermeras; pero para las prácticas serán
plazas limitadas.
Al concluir los cursos se darán los certificados oportunos de asistencia y prácticas
La inscripción en el curso déberá hacerse en la Secretaria del Hospital, Avenida Reina Victoria, 24, de
diez a trece.
PREMIOS DE LA SOCIEDAD DE PEDIATRIA
DE MADRID
El plazo de admisión de traba jos para el Premio SAM
finalizará el 30 de junio de 1947, y la adjudicación del
mismo se verificará en la sesión inaugural de la Sociedad de Pediatría del curso 1947-48.
BIBLIOGRAFIA
A)
CRITICA DE LIBROS
DADORES DE SANGUE, por ALMERINDO LESSA.- Livraria Luoo-Espanhola, Lda. Lisboa, 1944.- Un volumen en 4.• de 515 páginas.
Constituye esta monografía una notable contribución
al problema de la organización y del estudio de los dadores de sangre. Pocos libros han estudiado terna semejante con una visión tan amplia y con un conocimiento tan completo de él. Cada capitulo va ilustrado con
numerosas fotografías y datos prácticos, y lleva al final abundante referencia bibliográfica.
Después de una parte general sobre el problema que
supone la organización de dadores y de discusión de
cómo puede hacerse la organización civil y en caso de
guerra, vienen los capltulos dedicados sucesivamente a
las nociones de hematologia transfusional, las condiciones de la transfusión, los efectos de las sangrías y enfermedades transmisibles por la transfusión y, por último, un estudio de las técnicas de laboratorio necesarias en la transfusión.
El libro merece ser leido por todos los que se intere-
sen por el problema, y tanto el autor como la casa editora merecen las más vehementes felicitaciones.
DESHIDRATACION EN PEDIATRIA, por MARIO J. DEL
CARRIL y ALFREDO E. LARGUIA. - Ed. "El Ateneo".
Buenos Aires. Un volumen en 4. • mayor de 400 págs.
Los autores, con un amplio conocimiento del problema y con un verdadero entusiasmo, que trasciende a
cada una de las páginas del libro, estudian tan importante problema de la deshidratación en pediatria en una
serie de capítulos en los que sucesivamente se trata el
metabolismo del agua, intercambio, distribución y regulación; la deshidratación en pediatría desde el punto
de vista general, la deshidratación y los trastornos nutritivos agud0.9 y la deshidratación en otras enfermedades de la infancia, dedicando después tres capítulos al
tratamiento de los estados de deshidratación.
En general, el libro está muy bien informado, con
copiosa experiencia personal, y su lectura, además de
suscitar el interés, será muy útil desde el punto de
vista práctico a los médicos y los pediatras.
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466
15 marzo 1946
REVISTA OLINIOA ESPAFIOLA
ENFERMEDADES DE LOS OJOS, por SIR JOHN H.
PARSONS.- Editorial Morata Madrid, 1946.- Un volumen en 4.0 mayor de 843 páginas, 150 pesetas.
La obra de Parsons, de cuya edición inglesa se hizo
ya una critica en esta Revista, aparece traducida al
B)
castellano, mereciendo el editor las mayores felicitaciones por su publicación, dado, de una parte, el valor intrínseco del libro, y, de otra, la forma en que se edita
con láminas c laras y muy bien conseguidas. La tra:
ducción, muy cuidada, se debe al profesor Mier, y va
avalada con un prólogo del profesor Carreras.
RE F E R AT AS
Revista Española de Tuberculosis
Medicina
14 - 125 - 1945
13 - 4 (11 ) - 1945
Nuestra clasificación de la tuberculosis pulmonar del
adulto. R. Zumárraga y R. Garcla Suárez.
La tuberculosis postpleuritica. S. Almansa.
Evolución de la obra antituberculosa nacional. b ・ョャエセコ@
Franco.
• Los alcalinos en el セイ。エュ
ゥ・ョエッ@
de la tuberculosis urinaria. J. Páez y J. L. Insausti.
Tuberculosis y trabajo. F. Arranz.
Sobre un aspecto de la profilaxis tuberculosa en el medio rural. A. Urgoiti y P. Uriel.
• Nota sobre las modificaciones de la glutatonemt11. basal
y sus fracciones oxidada y reducida en la tuberculosis pulmona1·. A. Fernández Cruz y C. Masa Domingo.
Silicosis e industria cerámica de Manises. R. Llopis y
J. Casalduero.
Sobre algunos problemas que derivan de la <'Scoliosis.
F. Arasa.
Estudio de la vacunación tifo-paratifica por vla !otradérmica. V. Garcta Morato y A. Azoar Reig
Los alcalinos en el tratamiento de la tuberculosis urinaria.- Desde hace varios años los autores vienen tratando las cistitis tuberculosas por medio de la alcalinización de la orina, empleando para ello bicarbonato
sódico. Coincidiendo con los resultados experimentales
logrados por H ryntschak en 1931, y con la experiencia
clinica comunicada por Pulido en 1930, observan una
franca mejoría de las lesiones, tanto en enfermos con
tuberculosis renal bilateral (cuyas molestias disminuyen a veces considerablemente), como en operados de
nefrectomía, en los que la persistencia de la cistitis constituía el problema fundamental. No han observado ningún caso de formación de concreciones y tampoco encuentran variación alguna en la r eserva alcalina de los
enfermos sometido.s a esta terapéutica.
Medicina Española
11 - 60 - 1944
• La 2-Metil 1-4 Naftoquinona y el f uncionalismo hipofisa-
rio. R. Sánchez-Calvo.
Tuberculosis prostática. A. y E. de la Pefia.
Los factores mecánicos y la Importancia de sus variaclones en el curso de las Infecciones quirúrgicas.
A. Garcla-Valcárcel.
Comentarios sobre algunos aspectos poco conocidos del
ciclo セ・ョゥエ。ャ@
femenino. A. Ferreira Gómez.
Contribución experimental al modelado de las huellas de
pies en Medicina legal. A. aャᄋァ・ョセ@
Cantero y C. Antón Solé.
La 2-l\letil 1-4 Na.ctoquínona y el funcionalismo hipofisiario. Se describen las experiencias realizadas en
conejos inyectándoles intramuscularmente 1 c. c. de
Kaergona I bys (5 mgs. de 2-metil 1-4 naftoquinona)
durante diez y quince días, sacrificándolos seguidamente; a o tros dos lotes se les inyectaron 10 mgs_ de una
sola vez, sacrificando uno de los lotes a las quince horas y otro a las veinticuatro. La autopsia demuestra la
presencia en la cavidad peritoneal de un liquido claro
y transparente en pequefia cantidad, hecho visto ya por
el autor en experiencia anterior análoga relativa al
tiroides. Los resultados del estudio de las hipófisis
evidencian que las dosis fuertes y breves producen aumento de la actividad glandular con eosinofilia y coloide en abundancia, y la acción de las dosis bajas sostenidas diez-quince días es de inhibición, de estancamiento del funcionalismo celular.
De la comparación de estos resultados con los obtenidos en la experiencia sobre el tiroides deduce que
la metil-naftoquinona actúa primariamente sobre la hipófisis, cuya honnona tireotrop-a. engendra la ulterior
hiperactividad tiroidea. Estos resultados se refier en al
lóbulo anterior de la hipófisis, ya que los lóbulos m edio
y posterior prácticamente no se alteran.
Nota sobre las modificaciones de la glutatonemht basal y sus fr:l.C(liones oxi<lada y reducida. en la tuberculosL'> pulmonar.- Se estudia la glutatonemia total y sus
fracciones oxidada y reducida, en 35 enfermos afectos
de tuberculosis pulmonar, en los que a su vez se ha obtenido el índice de Bacb, agrupando los resultados w
relación con la forma anatomorradiológica del proceso.
También se e.studia la g lutatonemia y sus fracciones
en 10 sujetos normales, libres de todo proceso tuberculoso. Al igual que otros autores, encuentran C'n todos
los grupos un descenso del glutation total de la sangre,
no estando aumentado el índice de Bach. Las relaciones
procentuales las refieren a la cifra media normal y a la
cifra real total de cada caso. Encontrándose un aumento de la porción oxidada en las formas ulccrocaseosas, exudativas y en las ulcerofibrosas de predominio
ulceroso. El aumento de la fracción red ucida se demuestra en las formas f ibrosas puras, en las ulcerofibrosas
de predominio fibroso y en los empiemas. Se valora el
papel de la hipoxidosis como factor de movilización
del glutation oxidado, pero se estima también como
factor de movilización los factores biotipicos, tono funcional e incr etor, los que, junto a la infección y al problema respiratorio, colaboran a la perturbación del equilibrio de distribución de las fracciones de glutation.
Se concluye haciendo notar cómo independientemente
de la constancia del descenso de glutation total en la
tuberculosis pulmonar no se pueden ligar las alteraciones de la glutatonemia a una causa Invariable tóxica,
infecciosa o respiratoria, etc., por lo que s e deduce la
falta de significación semiológica directa de las modificaciones de glutation en la tuberculo.sis pulmonar.
Acta Ped.iátrica
2 - 21 - 1944
Concepto y sistematización de los llamados trastornos
ョオセtゥエカッウ@
y digestivos del lactante. M. Suá rez.
• La velocidad de sedimentación de Jos hematles en Jos
lactantes afectos de estados distróficos. Papel de la
autofagia celular como factor condicionante en la.
génesis de la misma. F. Garc!a Palacios.
Sobre el empleo de las sulfonamidas en las meningitis
meningocócicas. Dr. Carrera.
La velocidad de sedimentación en los lactantes distróficos.-En los trastornos nutritivos crónicos del lactante se producen fenómenos de autofagia celular, con
liberación de produ ctos que, a l circular por la sangre,
determinan un aumento del número de unidades en la
reacción xantoproteica. En estos mismos casos aparece una elevación de la velocidad de sedimentación, que
el autor considera puede deberse no sólo a la alteración
de la tasa del fibrinógeno y del cociente a lbúminasglobulinas, sino a una acción de esas sustancias deter-
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REFERATAS
TOMO XX
NúMERO 5
minantes de la reacción xantoproteica, que producirían
una moJificación de las cargas eléctricas del plasma,
con subsiguiente alteración del equilibrio plasma-glóbulos y aumento de las cargas negativas de éstos. También puede intervenir en este aumento de la velocidad
de sedimentación la elevación del metabolismo basal
que en las distrofias se produce, puesto que Goldenberg
demostró que en el Basedow existe un paralelismo entre metabolismo basal y velocidad de sedimentación.
Medicina Clínica
3-5-1944
• Las retlculoendoteliosis leucóticas (Los confines de la
leucemia). A. Pedro Pons y R. Bacardl Noguera.
• E¡¡pasmollsis de la función polialcohólica: acción espasmol!tlca de la glicerina y d el glicerofosfato de sodio.
B. Lorenzo Velázquez, P. Garc!a Jalón y A. Pérez
Carnicero.
Algunos aspectos del tratamiento fisiopatológico de la
fiebre tifoidea. Tratamiento preventivo de las hemorragias. J. Torres Gost.
• El granu10ma ascaridiano. P. Piulachs.
Ictericia tardla consecutiva a la administración de sangre total o de plasma humano. J. Martlnez Dlaz.
• Los tratamientos convulsionantes y por comas insul!nicos en las psicosis 」ッゥョ
ゥ、・ョセウ@
con el embarazo.
J. Fuster.
• Valor de la exploración radiológica directa en la oclusión intestinal por áscaris. lJescripción de un nuevo
slntoma. A. Gallart Esquerdo.
La conservación de los sueros aglutinales para la determinación de los grupos sangu!neos. M. Miserachs
Rigalt.
Alimentación precoz del gastroenterostomizado. R. Canals Mayner.
• La imagen capilar en psiquiatrla. J. de Moragas.
S!ntomas abdominales agudos por ruptura del foli culo de
Graaf o del c uerpo ャオセ・ッN@
J. Agustl Peypoch y H. Hed erich.
Sulfamidoterapia de la disenteria bacilar. J. Flor Martus.
Eiectroforesis de los derivados de la colina. A. Grau.
Ileltls regional de tipo ulcerativo estenosante. V. Vázquez
Añón.
Diagnóstico cllnico dife¡·eneial entre varices esenciales y
varices postfleblticas. J. Busquet Rusiñol.
La participación medieval en la propagación de la medicina italiana a la española, vista a través de los
archivos y bibliotecas de Barcelona. A. Cordona
Planas.
Nuevos conocimientos sobre la gripe. A. Aya Goñi.
Las reticulo-endoteliosis leucótim.t:>.- Con motivo de
presentar un caso de reticuloendoteliosi.s leucótica, con
fase inicial aleucémica y con mielograma normal al comienzo, los autores hacen una reviSión de la nosologia
de esta enfermedad <lefendiendo la doctrina unitaria de
las distintas variedades morfológicas celulares de leucosis agudas.
La reticuloendoteliosis leucémica posee, en su cuadro
clínico hematológico y en su evolución, rasgos similares a los de la angina agranulocitica, anemia aplástica
y púrpura trombopénica maligna, siendo reacciones a
las que se puede llegar a partir de una mielopatia que,
en su comienzo, no podremos diferenciar en muchos
casos.
El sindrome clinico de la reticuloendoteliosi.s leucótica está caracterizado por fiebre alta (39-400), ondulante unas veces, otras continua y otras remitente o intermitente, con manifestaciones precoces de sepsis grave anemia leucopénica con tendencia a la linfomononu'cleosis, gran esplenomegalia y evolución mortal en
pocas semanas.
Espasmolisis de la función polialcohólica: acción espasmolitica de la glicerina y del g licerofosfato sódico.Encuentran los autores en sus investigaciones sobre la
glicerina en animales de laboratorio que dichas sustancias tienen "in situ" una acción espasmolitica. sobre
todos los órganos de fibra lisa, anulando las contracciones espontáneas de estos órganos, pero, sobre todo,
produciendo relajación cuando previamente se les habla producido espasmos con diversos fármacos (cloruro de bario, pilocarpina, ergotamina, pituitrina, histamina). Esta misma acción se obtiene "in vitro", aunque parecen ser necesarias mayores concentraciones de
la glicerina en el liquido nutricio.
Ven también que la acción hipotensora producida. por
467
la glicerina es marcada, pero 'Jastante fugaz, tanto en
el animal completo como en el descerebrado. La acción
espasmolítica de la glicerina se desarrolla preferentemente en la periferia, actuando sobre la musculatura
lisa espasmolizada
El glicerofosfato tiene las mismas acciones que la
glicerina, y posee la ventaja sobre ésta <le ser mejor
tolerada por el organismo, produciendo una hemolisis
menos acentuada, lo que tiene gran valor cuando se da
por via intravenosa. Su principal acción se manifiesta
sobre el útero, por lo que puede ensayarse clinicamentc como sedante uterino y antiabortivo, da<lo incluso
por vía intravenosa en solución al 50 por 100 de 5-10
centímetros cúbicos.
El g¡·::nuloll'a asca.ridiano. -Recibe este nombre una
formac1ón seudotuberculosa, de tipa granulomatoso, con
el aspzcto de un nodulillo blanquecino, cuyo tamafio oscila entre el de un grano de mijo y un guisante, y que
aparece en enfermos portadores de áscaris. Es la consecuencia de una reacción local, frente al cuerpo extraño representado por los huevos del parásito, los cuales pueden llegar a los tejidos por via sanguínea o por
diseminación directa peritoneal o por emigración a través de la mucosa intestinal.
En un caso que refiere el autor, el granuloma ascaridiano estaba constituido por un acúmulo de gran número de huevos del parásito, con zonas de necrosis y
rodeado todo de un tejido de granulación, en el que se
observan abundantes eosinófilos y algunas células gigantes.
Otras veces al lado de la forma miliar seudotuberculosa, hay otrá.-, en que es el mismo ascáride y no sus
huevos el que provoca la reacción granulomatosa. En
este caso, se forman tumoraciones de gran tamaño, con
edema, infiltración de los tejidos y eosinofilia local.
Los tratalmien tos convulsivantes y por comas insulinicos en las psicosis coincidentes con el embarazo.-El
embarazo no es una contraindicación absoluta de la terapéutica convulsionante, como no lo son los shocks insulinicos en las psicosis que se presentan en el curso
de aquél. El autor presenta dos observaciones en que
aquellos tratamientos fueron aplicados, sin incidente
alguno para la madre ni para el feto, cuyo nacimiento
tuvo lugar a término en ambos casos, sin tara apreciable y con dero.rrollo posterior normal. Se apoya la inocuidad de la terapéutica convulsionante en el hecho de
que las epilépticas embarazadas no abortan por los ataques que sufren durante la gestación. Por otra parte,
la postción de los electrodos hace que sea únicamente
el cerebro el que está sometido a la acción directa de
la corriente eléctrica; los complicados mecanismos de
la contractilidad uterina son independientes de los de
la fibra estria<la, y, finalmente, el autor no percibió
contracciones uterinas ni durante las crisis epilépticas
ni en los exámenes sucesivos a las aplicaciones convulsionantes.
En cuanto a los shocks insulinicos, recuerda el autor
que en el embarazo hay una hiperfunción de todas las
glándulas de secreción interna, excepto la hipófisis. La
insulina frena la hiperfunción endocrina (aumentada por
la función de las glándulas del feto) y especialmente la
función hipofisaria, por lo que detiene la acción hormonal <lesencadenante del parto, de lo que se deduce
no hay contraindicación de los shocks insulinicos en las
psicosis coincidentes con el embarazo. Las dosis necesarias para desencadenarle eran muy bajas (20-80 u.),
lo que se explicaría por la presencia en la sangre materna de la insulina fetal.
Valor de la exploración radiológica directa en la oclusión intestinal por áscaris. D.escripción de un n uevo sintoma.- En un caso de oclusión intestinal aguda, en una
nifta de doce afíos, el examen radiológico directo, sin
preparación alguna de la enferma y en bipe<iestación,
permitió al autor comprobar la distensión manifiesta
de varias asas intestinales y algunos pequefíos niveles liquidas con sus correspondientes cámaras de aire,
percibiendo claramente la imagen de varios áscaris, que
•
.'
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15 marzo 1946
REVISTA CLINICA ESPAÑOLA
468
es un signo, naturalmente, patognomónica en cuanto a
la etiología de la oclu sión.
Cree el a utor que es el primero que en España llama
la atención sobre este signo, que, por otra parte, no ha
visto descrito en la literatura extranjera consultada.
La imagen capilar en psiquiatría.- Haciendo una reducción concreta del esquema de Hoepfner, e l autor
presenta un eaquema para la interpretación de las imágenes capilares observadas en distintos enfermos psiquiátricos. En este esquema hay siete tipos de formas
capilares. El tipo A corresponde a los capilares normales, y el resto, B, e, D, E. F y G , pertenecen a las
formas patológicas.
Estas revelan siempre un trastorno endógeno. Los
tipos B, e y D, los セョ
・@ el autor en una sola fórmula,
que sería la de los trastornos hipopituitarios, hipotiroideos y mongoloides. Dentro de esta fórmula, el predominio <le! tipo B revelruía un trastorno hipotiroideo,
y , en cambio, el predominio del tipo C reve laría trastorno hipopituitario El tipo E seria el de los infantilismos. El F el de "los psicópatas, el tipo G el de las
oligofrenias endógenas y el de las psicosis. El pronóstico seria más grave, según las modalidades que revisten las imágenes, describiendo la siguiente gradación
en cuanto a gravedad: 1.• Todas las formas son normales. 2.• Las formas normales y 18..9 patológica.g están
mezcladas, con predominio de las primeras. 3.• Están
mezcladas con predominio de las segundas. 4.• Sólo
hay formas patológicas, estando entremezclados distintos tipos. 5.• Todas las formas son patológicas, de un
mismo tipo.
Revista Española de las Enfermedades del
Aparato Digestivo y de la Nutrición
3 - 3 - 1944
Endocrinopatlas y anomallas congénitas. G. Marañón.
La prueba de la secretina purificada de Hammarsten en
el diagnóstico de las pancreopatlas crónicas con ictericia de tipo obstruchvo. E. Oliver, J. Galán, A. OHver, J. Eleicegui y M. Hernández.
Las peritonitis neumocócicas y el hemograma de Schilllng. J . Pablos Abril.
La Semana Médica
(Buenos Aires)
51 - 14 - 6 de abril 1944
El parto de los quintigésimos argentinos . Una reconstrucción con datos suministrados por Jos padres y la
partera. J. A. Beruti.
La pectina en el tratamiento de las diarreas infantiles.
1<'. J. Menchaca y N. Albarracln.
La peligrosidad de los malos peritos . D. Eli cegui.
El uso de la vitamina K. C. Morel.
El tratamiento de la polinosis mediante a ntlgenos genéri cos y antlgenos especlficos. L. H erraiz Ballesteros
y J. V. Monticelli.
De la fermentación alcohólica a la infección tuberculosa.
M. A. Cairo Ferrando.
Slndrome duodenal por diverticulitis de Meckel. F. P.
Glordano.
51 - 15 - 13 de a bril 1944
Patologla quirúrgica del bazo. G. Belchor.
Concepto f1siopatológico del eczema. L. Herraiz, A. Manrique, F. Noussitou.
Dlsgenesias pulmonares. C. A. Lamarque de Crivellari,
C. A. Crivellari y D. G. Giordano.
Tuberculosis de sobreinfección. R. Consigliere y R. Posse.
Paral1tlcos generales delincuentes. A. Bonhour.
Persistencia del conducto arterioso. R . Dambrosi y E.
Gob!ch.
• El tamaño normal del corazón del niño en la telerradiografla. J. R. Dlaz Nielsen.
El tamaño normal del corazón del niño en la telerra•diogra.fia.- Estudia el autor 284 nifios sanos e indemnes de toda lesión cardiovascular, mediante la telerradiografía frontal del tórax, que como método único de
examen es el mejor procedimiento para valorar el tam año del corazón en la infancia. De todas las m ediciones de la silueta cardiaca, la d el diámetro transverso
es la que tien e mayor valor por su facilidad <le obten-
ción, constancia de su cifra y claridad interpretativa.
E l diámetro transverso debe de ser referido a la edad,
altura y peso del niño, cifras con las que guarda estrecha r elación; también lo debe de ser con e l diámetro interno del tórax, obteniéndose así el coeficiente
car diotorácico, guía de la mayor seguridad cuando nos
referimos a l tamaño del corazón <.le! niño. Los otros
diámetros, si bien tienen un valor indudable en un caso
aislado, su inconstancia hace carezcan de valor estadístico. El arco medio del perfil izquierdo se ha encontrado plano o sólo ligeramente saliente en el 58,1 por
100 de los casos, levemente convexo en el 36,6 por 100
y excesivamente convexo (sin lesión cardíaca) en el
5,3 por 100.
Los tipos o hábitos del corazón los clasifica de la siguiente forma: corazón de aspecto y forma normal,
'(8,5 por 100; tipo ensanchado, hiperesténico, 12,4 por
100; corazón angosto tipo hiposténtco, 8,/S; el tipo asténico, el verdadero corazón en gota se comprobó sólo en
un caso (0,3 por 100). Como síntesis final, presenta el
autor una tabla personal, en la que, dado el diámetro
transverso del corazón en la telerradiografía, se puede
opinar rápidamente sobre el tamaño de ese corazón,
relacionándolo en forma sencilla con el sexo, edad, altura, peso y diámetro del tórax
fll - 16 - :.!0
du abril liiH
Reacciones de sugebtión en el uczema. experimental. A.
Manrique y F. Nous:;itou.
transtusión de suspen>!10nes globulares. A . M. Romero.
• Modificaciones electrolHicas de la mucosa gít,¡trica de lo,;
cobayas tuberculosos. H. A. Izzo y V. H. Ctcardo.
Embarazo y atelectasia. J. Mellt y A . Mohna.
Algunos aspectos histórtcoM de la tarmaco.ogta. P. O.
Wolff.
Consideraciones sobre un caso de mon struosidad doblt·
toracópago. J R. Abdu.la
• La
La transfw.ión de 「キNー・ョZャッセ@
globuJare.,. Se efectúan 76 transfusiones de suspensiones globulares a 36
enfermos, mediante una técnica sencilla, que no requit:re instalaciones costosas prev1as. El número de reacciones de tipo anafiláctico o piretógeno fué de 7 (9
por 100), todas ellas de leve inten sidad y atribuíbles
más bien al agua de las solu ciones. Según los autores,
las susp en siones globular es .son un eficient e sustituto
de la sangre total, a la cual supe1an en ocasiones, siendo además m ejor toleradas que ésta. E n caso de guerra o de grandes catástrofes, se constituyen además en
un factor de economía al poderse utilizar el plasma para
otros usos.
Modificaciones electrolíticas de la mucosa gástrica en
coba.yas tuberculosos.- Las perturbaciones gástricas que
sobrevienen durante la toxemia tuberculosa nos son
bien conocidas, manifestándose primo rdialmente por
modificaciones del quimismo. En est e sentido los a utores hacen un estudio de la concentrac ión en electrolitos
de la mooosa gástrica (previa cuidadosa disección de
la misma) en cobayas tuberculosos inoculados treinta
a cuarenta y cinco días antes, encontrando una disminución acusada <le la concentración del ion Na, que
alcanza un 32 por 100 respecto a la concentración en
los animales testigos. Los iones cloro y pot8..9io no revelan modüicaciones signüicativa.g de sus concentraciones.
La disminución de la concentración del sodio podría
ser debida o bien a una acción directa de la toxina tuberculosa sobre las células <le la mucosa gástrica o a
una inhibición de la corteza adrenal. Es curioso el hecho de que las modificaciones que en el metabolismo
del ion .sodio que se presentan en los animales adrenóprivos son en todo semejantes a las que se presentan en los animales tuberculosos. El marcado descenso del sodio podría ser considerado como la causa determinante de la hipoclorhidria de los enfermos tuberculosos. Hay que tener en cu enta que las experiencias han sido realizadas en animales en los que la toxemia tuberculosa e ra reciente; es posible que en estadios más avanzados se encu entren también alteraciones en la concentración de los iones cloro y potasio.
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tッセエo@
XX
Nl:MERO
469
REFERATAS
5
Münchener Medizinische Wochenschrift
90 - 48/49 - 3 de dicien1bre 1943
ConocimientQ y tratamiento de las heridas recientes de
la uretra. H. Brack.
La teorla de la mutación en la formación de tumores a
la luz de los medios de prueba flsicos y químicos.
K. H. Bauer.
Las reservas de las funciones vitales. J. V. Boros,
Vacunación contra la escarlatina y la diftl'ria en (!! distrito de Bielefeld. A. Ra.iner.
Aportación al tratamiento de la toxicosis del i。」エョセN@
K. Tepperberg.
• Un sencillo método de determinación de la glucemia para
el médico práctico. K. Dirr.
Del juicio sobre el efecto de la digital sobre el corazón.
E. Edens.
Polvo de marfanil-prontalbina en la cirugla de guerra.
G. Herrmann.
IJn sencillo método de determinación de la glucemia
para el médi<'o práctico. Se trata de un procedimiento
muy sencillo, rápido, exacto y barato de determinación
de la glucemia. Su principio se basa en la decoloración bajo calentamiento de una solución de ferricianuro por la capacidad reductora de la sangre. Se extraen por punción venosa 1-2 c. c. y se depositan en
un tubo que contiene una pequefia cantidad de fluoruro sódico; de aqui se toma exactamente 1 c. c., se añaden 3 c. c. de agua destilada y luego 2 c. c. de ácido
tricloro-acético, se agita y filtra. A continuación se va
echando el filtrado gota a gota sobre una solución
exactamente conocida de ferricianuro manteniendo la
ebu llición hasta que se verifique la decoloración. Según
el número de gotas gastadas para realizar este fenómeno, obtenemos en unas tablas el valor de la glucemia en miligramos por ciento. A continuación expone
el autor los resultados obtenidos con este método y con
el de Hagedorn-Jensen, demostr ando que los valores
hallados son casi exactamente superponibles.
90 - 50/51 - 17 de di ciembre 1943
Sobre la significación de los trastornos causálgicos consecutivos a heridas. H . Moser.
Progresos en el conocimi ento de los virus. W. s」ィュゥ、セᆳ
Lange.
• Sobre la terapéutica de la difteria grave. O. Hess.
Trastornos y dificultades en el tratamiento de las supuraciones de la pleura. K . Vosschulte.
Sobre la peligrosidad de los gusanos intestinales. F. Hamburger.
Aportación a la terapéutica de la causalgia. A. Scholz.
• El tratamiento con novoprotina del ulcus pépticum. K.
Bacl{mumd.
Sobre la terapéutica de la difteria gr ave.- Desde 1936
el autor ha prestado mayor atención a los casos graves
de difteria, especialmente la de localización laríngea
y los de la llamada difteria maligna. E l trabajo revisa
los tres aspectos del tratamiento, es decir, el antitóxico con dosis lo sufic ientemente grandes, 500 unidades
por kilo de peso, por via intramuscular dos veces diarias, ·a sociando la vía intravenosa en los casos más
graves; reposo en cama, aire fresco, inhalaciones de
vapor, no gargarismos, sino pulverizaciones de carbón
animal; limpieza de la boca envolturas de Priesnitz
en el cuello; al principio 」ッョセゥ・@
darles solamente zumos, lo que no siempre es posible, etc. Discute a continuación, desde un punto de vista estadístico, la aplicación de medios homeopáticos, y demuestra que carecen por completo de valor. En cuanto a los resultados obt enidos <:on la sueroterapia, demuestra q'Ue en
los casos t r atados, desde el primero o segundo días no
existe mortalidad, y en los t ratados tar díamente f u é
del 3-4 por 100. S e refiere al tratamiento general especialmente del shock y de l a hipertermia con dosis
altas intr avenosas de suero, transfusiones, Detoxin, etc.,
Y dedica un párrafo a la provocación de abscesos con
la trement ina, manifestando que de esta forma no se le
han p r esen tado a lteraciones circulatorias.
El tra tamiento con novoprotina del ulcu s p épticum.Realiza una cura con novoprotina en 30 enfermos u lcerosos, obteniendo buenos r esult ados sólo en 14, y permaneciendo totalment e igual los 16 restantes. A pro-
pósito de estas observaciones, hace el autor una revisión de la terapéutica del ulcus, manifestando que el
método de elección debe ser siempre la dieta y que el
tratamiento con novoprotina u otros preparados consiguen éxitos cuando los enfermos son tratados convenientemente desde el punto de vista dietético, físico
y medicamentoso, contando con la confianza del enfermo en la curación, lo que se consigue no en el total
de los casos, sino en el 80-90 por 100, resultado que es
exactamente el que obtiene la cura díetética del ulcus.
90 - 52/53 - 31 de diciembre 1943
Dictamen sobre la aptitud de los soldados con enfermedade!i crónicas del oido medio durante la guerra.
W. Schmidt.
• セQ@ complejo sintomático de la hipotonla. W . Barsieck.
Sobre el conocimiento de la "fiebre uveoparotldea" (slndrome de Heerfordt) como integrante de la enfermedad de Besnier-Boeck-Schaumann (granuloma de células epitelioides) H. Wendt
• h ・ ー。 セゥエウ@
epidémica 'y la demostración de los cuerpos
elementales. O Ruziczka.
Inyección intracardlaca salvadora en la asfixia pálida de
los recién nacidos. R. Klotz.
Aportación a la demostración del bacilo tuber culoso con
el microscopio de fluorescencia G :\iüller
Tratami.ento de las qu.emaduras por 'el fósforo. W. Straub.
AportaCión al tratam1ento de las quemaduras de la piel
por el fósforo M. Dietlein
El frotis. _de sangre "laYad_o"· (diagnóstico mejorad y
er.
s1mphficado de .la malaria). B. K ern y H. kウセ・@
Sobre la demostración de sangre en la orina . Drenkhahn.
!
Sobre el <:onocimient() de la "fiebre uvroparotídea"
(sindrome de Heerfordt) como integrante de la e nfermedad de Besnier -Boeck-Schaumann (granuloma de ・セ@
lulas .epiteloides) .- Presenta el autor un caso de parotiditis bilateral que por sus características y curso no
duda en incluirlo en el complejo sintomático de la
uveoparotiditis. La falta de la uveitis, cuya presencia
no pudo demostrarse durante todo el tiempo de la observación, hacia dificil el diagnóstico; pero es que tanto
la uveitis como la parotiditis pueden aparecer independientemente una de otra, solas o en unión de otros sintomas de la enfermedad de Boeck. D e una somera revisión que hace el autor sobre este problema manifiesta
que la fiebre uveoparotidea no constituye un cuadro
clinico aislado, sino que es una localización especial de
una enfermedad general la enfermedad de BesnierBoeck-Schaumann, de la' que es muy frecuente la combinación sintomática de parotiditis y uveitis.
Hepa titis epidénúca y la demostración de cuerpos elementales.-El autor ha logrado la demostración de los
cuerpos elementales en las extensiones de sangre teñidas con primulina en cinco casos de hepatitis epidémica, en el estadio anictérico, y pudo ver su desaparición
al presentarse la ictericia. A l mismo tiempo, en 14 series de nifios, los cuales no presentaban ictericia clínicamente, se obtuvieron h allazgos similares; pero en
otros ocho casos no se pudieron observar con seguridad
los cuerpos eleme ntales. Las series positivas correspondían en la mayor parte a los nifios q ue habían presentado en la fase anictérica de la enfermedad un cuadro
clínico de molestias generales típicas. Aunque estos
hallazgos morfológicos t ampoco r epresentaban una prueba definitiva de la naturaleza microbiana de los cuerpos
elementales, sin e m bargo tiene esta suposición una
gran verosimilitud, en consideración a los hallazgos en
el sarampión y rubeola. Considera, no obstante, el a utor qu e han de con tinuar las observaciones para poder
llegar a una c onclusión exacta.
Der Chirurg
15 - 13 - 1943
Terminación ulterior del método de enclavamiento medular en las her1das graves por arma de fuego de los
brazos. Rüd.
Enclavamiento ュセ、オャ。イ@
セ@
las fracturas por arma de
fuego del terc1o superiOr del fémur Ra.lsch
Enclavamiento medular en las fracturas por ·arma de
fuego del tercio superior del muslo Helm
Sobre la técnica de la prostatectom!a :i>erl neai. Viethen.
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REVISTA CLINICA ESPAlQ"OLA
470
15 - 14 - 1943
en las heridas
• La meningitis infecciosa ーッウエセイ。オュ£ゥ」@
de guerra del cráneo y su tratamiento アオゥイセァャ」ッ@
asociado con la administración de sulfonamtdas. Wlldegans.
Curación de las causalgias consecutivas a heridas del
brazo por arma de fuego con la resección del estrellado. SchrOder.
Sobre la operación de Whitehead de las hemorroides. Si.
.
mon y Kasper.
Experiencias con la operación de Perthes de ltberactón
del nervio radial. Stumpfegger.
La meningitis infecciosa posttrawnática en las heridas
de guerra del cráneo y su tratamiento quirúrgico asociad o con la admJnistración de sulfonamidas.-El autor
refiere su experiencia en 80 casos de meningitis traumática consecutiva a h erida del cráneo por arma de
fuego. En 49 casos, al lado del tratamiento quJrúrgico
adecuado se hizo una terapéutica con sulfonamidas; en
cinco de ellos el tratamiento sulfamídico se comenzó
tardJamente (un día antes de la muerte), por lo que
quedaron 44 casos para su observación. En general, la
mejoría del estado general corrió paralela con la lenta
desaparición de los síntomas. En la mayor parte de los
casos se observó un descenso critico de la temperatura;
pero otros tardaron varios días; la rigidez de nuca, la
hiperexcitabilidad y el embotamiento del sensorio desaparecieron más lentamente y la incontinencia fué más
rebelde. En los casos de curso favorable, el líquido cefalorraquídeo se hizo nuevamente claro al cabo de ocho
a catorce días. De los 44 casos con meningitis difusa
post-traumática murieron 19; pero uno de ellos murió
de gangrena gaseosa y el otro por hemo rragia (lesión
de la carótida primitiva). Con las medidas quirúrgicas
únicamente no se lograron obtener resultados semejantes, ya que de 31 casos de leptomeningitis difusa sin
tratamiento sulfamídico no sobrevivió ninguno.
El autor concluye diciendo que los resultados por él
obtenidos hablan en favor del empleo de las sulfonamidas en el tratamiento de la meningitis post-traumática.
Zeitschrift für klinische Medizin
143 - 5/6 - 1943
• Una aportación a la cllnica de la disenteria de Flexner.
H. Widmann.
• aセッイエ。」ゥ￳ョ@
al conocimiento del infiltrado pulmonar eosinófllo. H. Franl<e y L. Psenner.
La prueba de Dick y la s uscepti bilidad a la ・ウ」。イャセゥョN@
en adultos. H. Scholten.
Investigaciones comparativas sobre el tratamiento del
tifus exantemático con sangre de convalecientes.
U. Wetzel.
Sobre el reflejo del tendón de Aquiles. La unidad funde Aquiles-calcácional del sistema cinético セ・ョ、￳@
neo-aponeurosls plantar y su importancia clinica. R.
Wlgand.
• Sobre la púrpura. trombopénlca idlopática. W. Thiele.
• La reacción melanófora de la sangre en diferentes formas de diabetes y de hipertensión. H. Bartelheimer
e I. Rlschke.
Sobre la panmleloptisis. F. Gallenkamp.
Sobre un método para la medida de presión intraalveolar
y de la resistencia a la clrculactón en las vlas respiratorias del hombre. P. Vullleumier.
Sobre el Influjo de la insulina sobre la permeabilidad capilar. L. Senda y L . Loukopoulos.
Una a port31Ción a la clínica de la disenteria de F lexner.-El a u tor ha estudiado la disenteria bacilar en el
sector centr al del frent e del Este durante el afio 1942, y
ha podido demost rar qu e en sus casos los gérmenes
pertenecían predominantemente a l grupo Flexner-Y. El
curso del proceso fué benigno, y de 358 enfermos, sólo
el 3,6 por 100 lo estaba de gravedad, siendo la mortalidad del 0,28 por 100. Tuvo una gran importancia para
el curso de la enfermedad y duración de la convalecencia el estado general del sujeto antes de la infección.
Los enfermos t ratados con sulfon amidas no recuperaron más pronto s u capacidad habit ual que los tratados
con bacteriófago 0 sólo con la dieta; únicamente se
consiguieron óptimos r esultados con las sulfonamidas
cuando el tratamiento se instituyó muy precozmente y
con una dosificación muy a lta. En loo casos muy intoxicados se obtuvieron grandes éxitos con transfusiones
15 marzo 1946
sanguíneas repetidas, en asociación con infusiones intravenosas de Tutofusín y suero fisiológico. Con el citado tratamiento, el 81,8 por 100 de los enfermos pudieron rápidamente incorporarse a su uni<.l::t<.l de primera línea, y el 18 por 100 tuvieron que ser evacuados a
retaguardia, a causa de la toxicidad del proceso o de
complicaciones.
La demostración del bacilo en las heces sólo se obtuvo en el 12,6 por 100 de los casos. L a reacción de Gruber-Widal pudo realizarse al final de la primera 0
comienzo de la segunda semana; de 28 casos bacteriológicamente positivos (todos pertenecientes al grupo
Flexner-Y), sólo se obtuvo en 16 una positividad de la
reacción citada, lo que r epresenta un fallo del 43 por 100.
Aportación al conocimiento del infiltrado pulmonar
eosinófilo.- Con motivo de 7 casos de infiltrado eosinófilo del pulmón hacen los autores una extensa revisión
del problema. Al lado de la descripción de LOffler con
su triada sintomática (infiltrado pulmonar fugaz, sólo
demostrable r adiológicamente, eosinofilia muy marcada
y poca afectación del estado general), se describió en
1939 por Loehr y Lcón-Kindberg y colaboradores un
segundo tipo de infiltrado eosinófilo de curso séptieo y
varios meses de duración, y recientemente Kartagener
presenta un tercer tipo, caracterizado por su curso crónico, pero con pequefias molestias.
Se interpretó este proceso como una reacción alérgica del tejido pulmonar intersticial fr ente a alérgenos
especiales. En los experimentos en animales se obtiene
una neumonía alérgica con aumento <le las células eosinófilas en la zona de inflamación y en la sangre; en
conejos y cobayas, previa sensibilización con sustancias proteicas, se obtienen neumo nías focales típicamente alérgicas por la reinyección intratraqueal. Para
los autores tendría en la clinica una gran importancia
la prealergización de los sujetos, en cuya virtud se lograría una reacción antígeno-anticuerpo localmente en
el pulmón, cuya resultante es el infiltrado t•osinófi!o.
De los siete caros observadoa. de Jos cua le. ha"en los
autores en su trabajo una extensa refcrcnda, salvo uno
que presentó unas características intermedias entre el
tipo Loehr y el Kartagener, todos los demás encajaban
en el tipo LOffler. La duración del proceso fué de ocho
semanas en el primer caso y de dos días a cuatro &emanas en el resto En cuanto a la etiología, conceden
importancia a los "medicamentos (sulfonamidas, salvarsán), ascaridiasis y tuberculosis, y en lo que respecta
a la terapéutica, recomiendan el empleo del calcio (gluconato o tiosulfato).
Sobre la púrpura t rombopénica ゥ 、ゥ ッー£
エャ ・。セ
M
ウ・@
trata
de una revisión del problema de la púrpura trombopénica idiopátioa, de la cual distingue el autor tres for·
mas según su curso: crónica, crónica recidivante y
aguda, de cada una de las cuales presenta ejemplos con
comentarios al caso. Manifiesta que para el desarrollo
de una púrpura trombopénica existe una disposición
constitucional, la que encuentra su expresión clinica en
ciertos síntomas que aparecen ocasionalmente, como,
por ejemplo, los designados como estadio prepurpúreo.
Como motivos desencadenant es de la púrpura juegan
un importante papel los fenómenos alérgicos. Para su
producción tienen una importancia especial las infec·
ciones de todas clases, manifestándose la púrpura cuan·
do el organismo se halla ampliamente sensibilizado. La
púrpura a lérgica postinfecciosa debe s er rigurosamente
diferenciada de la púrpura séptica intrainfecciosa, así
como también de la púrpura medicamentosa. Y, por último, concluye dJciendo que a la trombopenia que aparece en el curso de la púrpura debe adjudlcársele solamente una .significación sintomática.
La reacción m elanófora de la sang re en diferentes
formas de dia betes y de hiper tenstón.- Los autores par·
ten de la base de que en los diabéticos e hipertensos
en cuyo cuadro clinico pueden demostrarse síntomas de
hiperfunción basófila del lóbulo anterior de la hipófisis,
con el cuadro del Cushing, existe una sustancia melanófora circulante. De esta forma la reacción melanófora
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REFERATAS
TOMO XX
Nú.MI!IRO 5
constituiría una nueva posibilidad diagnóstica respecto
de la influencia de la hipófisis sobre una diabetes pancreática, y, por otro lado, la diferenciación entre hipertensiones de origen hipofisario y de origen renal. También desde este punto de vista se observa aquí el parentesco genético de la diabetes y la hipertensión esencial. La positividad de la reacción melanófora en algunos casos de hipertensión esencial habla en favor de
que en su producción tienen los centros neurohormonales una importancia etiológica.
Al propio tiempo, encuentran una reacción melanófora positiva en dos sujetos con signos de gigantismo
hipofisario sin alteraciones metabólicas ni tensionales,
lo que interpretan como una hiperfunción del lóbulo anterior de la hipófisis, pero una hiperfunción parcial.
The American J ournal of the Medica! Sciences
208 - 3 - 1944
• Estudio del mecanismo del efecto hipotensivo de sustancias extra!das de los leucocitos de sujetos febriles.
R D. Taylor e I. H. Pagc.
• Nuevos estudios del factor leucocitosis y necrosis en los
exudados inflamatorios. . V Menkin.
• Estudios de la sudoración palmar. J. J. Silverman y
V. E. Powell.
• Valor y limitaciones de la prueba del rojo Congo para la
amiloidosis. M. G. Stemmerman y O. Auerbach.
• Creatlnurla en el hlpertlroidismo y en la hipertensión esencial. J V. Treusch, E. J. Kepler, M. H. Powell y
S. F. Ha!nes.
• El efecto del pantotenato cálcico y del ácido paraminobenzoico en el encanecimiento del cabello humano.
Un estudio en un grupo de Individuos jóvenes y viejos. H. Brandaleone, E. Main y J. Murray Steele.
• Curvas del tiempo de actividad de la Globin-insulina con
aplicaciones cllnicas. H. E. Martin, D. G. Simonsen
y N. H. Homann.
• Leucemia eosinófila con aportación de un caso. M. Friedman, I. J. Wolman y H. H . Tyner.
• lャーゥ、ッ^セ@
en plasma en sujetos con artritis reumatoides
sometidos a. terapéutica con sales de oro y 、オイ。ョセ・@
el embarazo. T. B. Bayles y C. B. Riddell.
Anemia de células falciformes <'n indios negros caribes .
T. H. McGavack, W. McKee German.
Enfermedad cardiaca e hipertensiva con desviación del
eje a la. derecha. A. T. Traum.
• Influencia de la. pituitrina y la epinefrina en la acción
de la insulina sobre el azúcar sangu!neo. M. Wishnofsky, A. P. Kane y Ch. S. Byron.
• Efecto del acettlbeta-metilcolina en sujetos humanos con
lesiones localizadas del sistema nervioso central. S.
M. Fisher y G. W. Stavraky.
Rotura espontánea de bazo en mononucleosis infecciosa.
W. Darley, W. C. Bla.ck, Ch. Smith y F. A. gセッ、N@
Relación de los estreptococos humanos: Importancia de
la identificación y nomenclatura. l. El estreptococo
hemolltico beta del grupo A. J. H. Brown y l. G.
Schaub.
Deficiencia vitamlnica como principio epidem iológico.
Ll. Aycock y G. E. Lutman.
Estudio del mooanismo del efect() hipotensivo de sustancias extrai(las de los leucocitos de sujetos febrlles.Muchos estados clínicos que producen fiebre y leucocitosis se acompañan de una reducción de la presión arterial en sujetos que padecían de hipertensión. Así, por
ejemplo, en operaciones quirúrgicas, neumonías, abscesos estériles o infectados y en las reacciones proteínicas no especificas. Se ha pensado si este descenso de
la presión tendría alguna relación con el efecto obtenido
por Grollman, W!lliams y Harrison y colaboradores con
el extracto r enal. Confirmado má.s tarde por Page, Helmer Kohlstaedt, Kempf, Corcorá.n y Taylor. Por otro
lacto', Rodbard y Katz habían observado _una gran reducción de la presión arterial en perros htpertenoos con
abscesos seguidos a la implantación de tejido r enal.
Por otro lado, varias investigaciones de Remington,
Cortland, Drill y Swingle hablan demostrado que la reducción de la presión arterial de 'la rata por extractos
de rifl.ón ocurre sin participación de fiebre.
Todo ello hizo pensar si en r ealidad los extractos renales tendrían una acción no especifica, Y en este sentido tuvieron mucho interés las observaciones de Chasis, Goldring y Smith, encontrando efecto hipotensor a
la inyección intravenosa de v¡¡.cuna tifica. Igualmente
Prinzmetal Alles-Margoles, Kagland y Davis obtuvieron simila;es resultados con la tiroxinasa de corazón
inactivo.
471
En este trabajo se estudia la evolución de la presión
arterial en perros hipertensos previamente por el método perinefritico de Page. Las consecuencias obtenidas
en estos animales son las siguientes: En primer término, resulta inexplicable el efecto de reducción de la
presión arterial seguido a reacciones no especificas o
inflamatorias de mecanismo inexplicable. La fiebre ha
sido eliminada de estos agentes etiológicos. Parece ser
que en la leucocitosis reside el agente hipotensivo. Por
otro lado, la inyección de pus estéril no origina leucocitosis periféricas, y Menkin obtiene un factor productor
de leucocitos, y con ellos se obtiene un descenso de la
presión arterial con la inyección de acetil-metilamina,
como desencadenante de descensos en perros hipertensivos. Por todo ello, se sugiere que las reacciones no
especificas e inflamatorias alteran la función de la
corteza adrenal que actúa en el mantenimiento del tono
vascular y se origina como consecuencia de dicha alteración la calda de la presión arterial.
Recientemente, Weil y Brovne han demostrado alteraciones cualitativas en la función de la corteza adrena! como consecuencia de agresiones sistematizadas
(operaciones, fracturas, enfermedades febriles). Estas
alteraciones se reflejan en la disminuida excreción de 17
cetoesteroides y balance nitrogenado negativo. Tales
agresiones producen una disminución del factor adrenal
que mantiene la reacción vascular, y por ello se produce el descenso de la misma cuando no funciona en
su debida forma la corteza adrenal.
Nuevos estudios del :far:!tor Ieucocitosis y necrosis e n
los exudados inflamatorios.-La inflamación es la base
de respuesta a los procesos infecciosos. Como tal, un
importante factor en su patogenia es la consecuencia
de graves alteraciones celul ares. La reacción inflamatoria se inicia en un disturbio en el recambio de los
líquidos. En este sentido, desde hace ya afios (Menkin,
J. Exp. Med., 67, 129, 1938) probaron que el aumento
de permeabilidad capilar y emigración leucocitica es la
consecuencia de la liberación de una sustancia nitrogenada cristalina descubierta en los exudados y denominada leucotaxine. De este modo este mismo autor probó (Am. J. Path., 16, 13, 1940) que si se introduce en
un perro intravenosamente material procedente del exudado de un proceso inflamatorio se desencadena una
intensa leucocitosis en la sangre circulante. Tales resultados no se obtienen ni con suero sanguíneo ni con
bacterias, ni con sueros salinos. Este factor leucotóxico
es termolá.bil y no difusible, habiendo, por ello, sugerido
se trate de una proteína natural.
El efecto de estas sustancias Ieucotáxicas no sólo es
sobre los leucocitos circulantes, sino también sobre los
órganos encargados de su formación, y asi existe una
respuesta hiperplástica en la medula ósea después de
la inyección intravenosa de esta sustancia leucotá.xica.
Del mismo modo que del exudado de un foco inflamatorio se obtiene el factor leucotá.xico (también llamado factor promotor de la leucocitosis). se obtiene la
llamada necrosina, que va asociada con la fracción euglobulinica de los exudados y que tiene un efecto distinto del LPF, ya que asi como éste origina leucocitosis
la necrosina produce leucopenia, y sólo más tarde ésta
puede ser reemplazada por una leucocitosis. Asi, por
ejemplo, en la fiebre tifoidea la leucopenia que se encuentra se puede comparar con el efecto producido por
ia inyección de necrosina, y en los heridos la leucopenia es sefíal de la abundancia de necrosinas en el lugar
de la inflamación. Según los estudios de Mirsky, la actividad de la necrosina puede ser neutralizada por una
antiproteasa. Por otro lado, esta necrosina origina una
elevación febril, lo que, por el contrario. no se obtiene
con el LPF. De este modo, en el acceso malá.rico la
brusca elevación de temperatura, e incluso la leucopenia serian la consecuencia de la liberación de necrosina
en el mom ento de la frag·mentación de los glóbulos rojos para dar salida a los merozoitos. El efecto piretógeno de la necrosina seria a través de los centros reguladores de la temperatura.
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472
15 marzo 1946
REVISTA CLINICA ESPA&OLA
Estudios de la !.udoradón palmar. Después de un
estudio crítico de las distintas técnicas que en la clínica
se utilizan para la determinación y medida del sudor,
de.9Criben el método por ellos empleado y propuesto, y
que, en síntesis, y para lo que se refiere a la palma de
la mano y dedos , consta de la preparación de un papel
que ha sido previamente impregnado con una solución
de ácido tánico al 5 por 100 y después desecado, sobre
el cual se coloca la palma de la mano previamente impregnada con una solución de cloruro féiTico. De este
modo se obtienen cuatro categorías distintas de resultados: O, ó r espuesta débil; 1, ó respuesta moderada;
2, ó respuesta fuerte, y 3, ó respue&ta intensa. (En el
trabajo se r eproducen copias fotográficas de estas cuatro categorías de resultados.)
La importancia que tiene el estudio de la sudoración
de la palma de la mano no tiene que ver con la sudoración general del individuo. ya que según es sabido
responden a conceptos etiopatogénicos distintos. En el
artículo se hace un estudio sobre la fisiopatología del
sudor y el efecto de los fármacos sobre el mismo a través del sistema nervioso vegetativo. Estadísticamente
el 60 por 100 de los sujetos explorados pertenec!an al
grupo número 2.
Yalor y linútaciones de la prueba del rojo Congo para
l:o::• amiloidosis.- Seiscientas cuarenta y nueve pruebas
del rojo Congo para el estudio de la amiloidosis se han
realizado en 446 enfermos. analizándose los resultados
y fuentes de error. Estos se elevan a un 24 por 100 de
falsos resultados negativos y un 4 por 100 de falsos
positivos. La causa de que haya mayores errores negativos que positivos se debe a dos tipos distintos de
factores: unos técnicos y otros fisiológicos. Los técnicos, dependient es de no utilizarse la cantidad de luz
necesaria para la lectura. Si es demasiado oscura. el
test puede ser falsamente negativo cuando sólo pequeñas cantidades de amiloide hay en los tejidos En este
caso no es suficiente la absorción del colorante para
a lterar apreciablemente la alta co ncentración standard.
Si existe mucha luz, puede ser el resultado equivocadamente negativo o positivo, usualmente esto último.
En los casos en que loo errores técnicos han sido eliminados, facto res fisiológicos pueden también originar
errores. En ocasiones se pueden obtener resultados positivos cuando sólo pequeñas cantidades de sustancia
amiloide existe en el bazo o en los vasos del hígado; y
sólo en pocos casos estaba aumentado el bazo. Esto
constituye la fu ente de error en un 75 por 100 de nuestros resultados negativos. Si el colorante es excr etado
rápidamente por la orina puede dar esto una fal sa
impresión de afección. Por' estas razones se debe r epetir la prueba.
Creatinuria en el hipertlroidismo y en la hipertensión
esenciaJ.- El aumento de creatina en la orina en muchos casos de bocio exoftálmico fué primeramente comunicado por Shaffer en 1907, quien encontró 8 enfermos con creatinuria de los 12 estudiados. Para Kepler y
Boothby (1931) la creatinuria e n el hipertiroidismo se
eleva a un 71 %, y por ello llegan a decir "que su presencia es un fenómeno habitual y característico del
hipertiroidismo". Posteriormente, otros muchos autores
se han ocupado de este asunto con parecidos resultados.
En este trabajo se analizan 29 enfermos con bocio
exoftálmico, y de ellos 20 (69 por 100) excretan m ás
de 135 mgr. de creatina en veinticuatro horas; cinco
(17 por 100) excretan de 90 a 135 mgr., y cuatro (14
por 100) excretan menos de 90 mgr. En 10 pacientes
con bocio adenomatoso con hipertiro idismo, seis (60
por 100) excretan más de 135 mgr. de creatina en vein- .
ticuatro horas; dos (20 por 100) excretan de 90 a
135 mgr., y dos (20 por 100) excretan menos de 90 mgr.
De todo セャッ@
se puede deducir que la mayoría de los
casos de h1pertiroidismo asociado con bocio exoftálmico o .bocio 。、・Aャッセエウ@
excretan más de 135 mgr. de
creatma en vemtlcuatro horas. Esta creatinuria de los
・ョヲセイュッウ@
con b<x:io exoftálmico o hipertiroideo es suセョッイ@
que Qセ@ que se encuentra en pacientes hipertenSivos con o sm elevación del metabolismo basal. No hay
una directa proporción entre la creatina contenida en
la orina y el metabolismo basal.
El efecto <lt>l pant<ltena•to cálcico y del ácido paraminobenzoi<'o en el encanecimiento del cabello humano.
Un estudio en w1 grn¡>O de individuos jóvenes y viejos.
Se conoce que la deficiencia del factor filtrado del complejo vitamínico B se acompafia por encanecimiento de
las ratas y perros. La administración de este factor
más otros factores de la vitamina B, favorece el ッウ」オセ@
r ecimiento del pelo de estos mismos animales. Margan
Cook. d。カゥ
セッョ@
y Simms fueron los primeros que ャ 。ュ 。セ@
ron la atención sobre la sustancia activa contenida en
la fracción filtrable del complejo vitamínico B,. Ralli
Clarke y Kennedy encontraron que los animales 」ッセ@
pobreza de sal desarrollaban la canicie mucho antes
que los que recib!an altas dosis de esta sustancia En
1940. Gyorgy, Poling y Subbarrow observaron que el
concentrado de ácido pantot énico curaba la acromotricia en las ratas. Sin embargo, no encontraban un completo ennegrecimiento, y las áreas depigmentadas persistían. Williams observó el efecto preventivo o curativo
en la canicie de las ratas cuando se afladia ácido pantoténico, e igualmente Frost. Moore y Dann refirieron
que ciertos extractos hepáticos que conten!an ácido
pantoténico curaban o prevenían la acromotricia nutritiva en las ratas. Ansbacher comunicó que el ácido
paraaminobenzoico actuaba como factor preventivo de
la acromotricia en las ratas.
En este trabajo se comunican los resultados obtenidc'.<: con la 。、ュゥョセエイ」￳@
de lOO mgr. diarios de pantotenato cálcico. 200 mgr. de ácido paraaminobenzoiro
y 50 gr. de levadura en 19 ancianos. con el pelo canoso.
no encontrando efecto beneficio!lO con esta tr.rapéutlca.
e igualmente tampoco tuvo resultado en ocho sujetos
jóvenes canosos que reciblan la misma terapéutica !'in
resultado práctico
Curvas del tiempo de a<'tivldad de la Globln -l n.,ullna
c.on a pli<'a<'iones din.i<'as. Se hace un <'.'Jtu ·!io ¡·n 36 pa
cientes de la acción de la globinsulinn Re rmph.:aror
dosis que oscilaron entre 10 y 80 unidades. La duración
de su acción dependió de la dosis y la gravedad de su
diabetes; pero por lo general fué de catorce a veinti.
cuatro horas, con un promedio de dieciocho a diecinueve
hora s. Casi siempre ocurría el acmé de actividad entre
las seis y las diez horas, comenzando dicha actividad
de una manera lenta en el curso de las tres a cinco
primeras horas.
E stablecen una comparación entre la acción de la
globininsulina, la de protamín-cinc-insulina y la de la
insulina regular, viendo que la primera posee un tiempo
de actividad de duración intermedia entre las otras dos.
Los estudios hechos de las curvas de actividad de la
globíninsulina en sujetos sometidos a una dieta demostraron la necesidad de dar un desayuno ligero, una
comida a media tarde y a veces otra a la hora de acostarse.
De todos los estudios deducen que la globíninsulina
tiene ciertas ventajas y algunas desventajas.
Tiene ventajas: 1.0 En pacientes controlados con
protamina-cinc-insulina que tmzieran grandes reaccio·
nes nocturnas. 2.0 En pacientes controlados con insulina
regular combinada con dosis -de protamina-cinc-insulina
antes del desayuno. 3. Tiene también la ventaja de po·
seer una mayor zona manejable que la protamina-cincゥ⦅ョウセャ。@
y con un punto de acción más precoz; y, por
ultimo, la de ser una solución clara y libre de toda
mezcla.
Sus desventajas son: L a corta duración de su efecto
para cubrir los r equerimientos nocturnos de insulina en
?iabéticos graves, y además el que puede determinar
ュヲセ。」ゥッョ・ウ@
en la zona de la inyección, como se pro·
duJo en uno de los pacientes estudiados.
0
Leucemia eosin6fila: aportación de un caso. La Jeu·
cemia eosinófila no es una enfermedad tan rara como
se ウセァゥ・イ@
en algunas. publicaciones. Por ejemplo, Doan
Y Bemhart, que estudiaron 317 pacientes con sfndrom es
leucémicos, encontraron tres con leucemia mielógena
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REFERATAS
TOMO XX
N(JMERO 5
eo.sinófila y otro en que habla en sus leucocitos gránulos eosinófilos junto a otros basófilos, y lo consideraron
como leucemia mielógena crónica mixta.
En esta comunicación se presenta un caso de leucemia eosinófila en un negro de once años, que clínicamente tenia debilidad, emaciación, tos crónica, aumento
generalizado de los ganglios de la cabeza y cuello y
hepatomegalia. El bazo no se palpaba. La enfermedad
había comenzado un mes 、セーオ←ウ@
de haber padecido una
enferme<iad eruptiva aguda diagnosticada <'le sarampión.
La leucocitosis era de 149.000 con eosinofilia, que oscilaba entre 80 y 90 por 100, siendo casi todas las células maduras. En la medula ósea había un predominio
de eosinófilos con más formas jóvenes que en la sangre
periférica. Existian eosinófilos en el exudado nasal.
Presentó en varias ocasiones una hipoproteinemia con
inversión del cociente albúminoglobulínico, que consideraban expresión <'le la disfunción de su hígado agrandado y que daba origen a edemas en piernas y ab<iomen, que desaparecían con transfusiones de sangre.
Murió a los cuatro meses de enfermedad, demostrándose en la necropsia un aumento de los eosinófilos maduros e inmaduros de la medula ósea, con infiltración
eo.sinófila mieloide en ganglios linfáticos, fascia pélvica,
músculos del muslo y espalda, glándulas salivares, pulmón, estómago, membrana, mucosa nasal y otros tejidos. El bazo sólo estaba ligeramente afectado.
La evolución de este caso en cinco ュ・ウセN@
con all.9Cncia de anemia. persistencia de plaquetas a un nivel normal y la debilidad de la medula a mostrar infiltración
con formas celulares primitivas, hace que sea clasificado como una leucemia eosinófila crónica o subaguda
mejor qu e como una forma aguda de esta enfermedad.
Lipidos en plasma. en sujetos con artritis reumatoide
sometidos a terapéutic.'ll con sales de oro y durante el
embarazo. La artritis reumatoide puede ser temporalmente mejorada por las alteraciones que en el metabolismo corporal pro<iucen ciertos estados fisiológicos o
patológicos, tales como el embarazo y la ictericia. Una
revisión <'le los cambios fisiológicos que en el embarazo
pueden ser la causa de la mejoría revela que el más
profundo cambio químico es el aumento de los lípidos
en plasma, cosa que también ocurre en la ictericia
obstructiva.
Freyberg y sus 」ッャ。「イ、セ@
publicaron un estudio
(Arch. Int. Med., 68, 18, 1941) en el que consideraban
que el aumento de los lfpidos en la ictericia no era la
causa de la mejoría que esta enferme<iad producía en
los enfermos de artritis reumatoide, ya que en el suero
de éstos no existe alteración de los lipidos ni de sus
ヲイ。」ゥッョセ
N@
En セエ。@
comunicación se estudia si se produce alguna
peculiaridad en la lipemia de las enfermas de artritis
reumatoide embarazadas con arreglo a las embarazadas
normales. Para ello fueron estudiados tres grupos de
pacientes con artritis reumatoide activa: 1.o Unos que
recibían una terapéutica inespecifica. 2. 0 Otros que recibían junto a ésta un tratamiento con sales de oro. y,
por último, un tercer grupo de artritis estudiadas durante el embarazo y después del parto.
En el primer gruPo los l!pidos totales, el colesterol o
los fosfolipidos del plasma eran normales.
En el segundo grupo tampoco se encontró ningún
cambio digno de mención durante todo el periodo de la
terapéutica áurica.
Por último, la lipemia en pacientes embarazadas del
grupo tercero era cuantitativa y cualitativamente similar a la de las embarazadas normales.
D e estos datos concluyen que el efecto mejorativo del
embarazo en la a rtrit is reumatoide no <iepende de s u
acción sobre la lipemia, ya que ésta en todos los casos
se encuentra como en los sujetos normales. La causa
de la remisión producida en la artritis reumatoide por
el embar azo y la ictericia permanece inexplicable todavía.
セ ャ￳ョ@
Influencia de la pitruitina y la epincfrina en la a<'de la insulina sobre el azúcrur sanguineo.-En 1925,
473
Burn observó que la inyección subcutánea de extracto
del lóbulo posterior de la glándula pituitaria, cuando
se inyectaba simultáneamente con insulina, producía
una disminución e incluso abolición de la calda de la
glucemia q, ' la insulina sola hubiera originado. Desde
entonces se conoce esta acción antagónica de la pituitrina con respecto a la insulina, sin que se sepa cuál es
el mecanismo de esta reacción antagónica. En este trabajo F>e realizan una serie de experiencias orientadas en
este sentillo, y que en esquema son las siguientes:
1." Experiencia en diabéticos que reciben dextrosa sólo,
y, por otro lado, con fines comparativos, dextrosa más
pituitrint>. La conclusión es que en estas condiciones la
inyección de pituitrina no significa la menor modificación sobre la regulación glucémica 、セーオ←ウ@
de la sobrecarga de dextrosa 2. Experiencias en diabéticos que
reciben, por un lado, dextrosa más insulina (subcutánea), y, por otro, <iextrosa más insulina (subcutánea),
más pituitrina, observándose un efecto antiinsulinico de
la pituitrina, ya que se favorece la glucosuria y la biperglucemia. 3." Experimento en diabéticos qu e reciben
dextrosa más insulina intravenosa y pacientes que reciben dextrosa más insulina intravenosa, más pituitrina.
En estas condiciones, la pituitrina no modifica las con、ゥ」ッョセ@
de acción de la insulina; es decir, que así como
en la experiencia anterior la pituitrina inhibía el efecto
de la insulina subcutánea cuando la insulina se inyecta
intravenosamente, como sucedla en esta tercera experiencia. la pituitrina no tiene acción. 4.• Para probar si
el efecto de la pituitrina sobre la iil.9Ulina subcutánea
se debe a una lenta absorción de la misma por efecto
de la pituitrina, se ha estudiado comparativamente el
tiempo de eliminación de la fenolsulfoftaleina después
de la inyección de pituitrina, demostrándose que la pituitrina no influye en la absorción de la fenolsulfoftaleína. 5. Diabéticos que reciben dextrosa más insulina
subcutánea y enfermos que reciben dextrosa más insulina subcutánea., más epinefrina: se puede ver el efecto
antagóniCo de la insulina más la epinefrina. Todo ello
igualmente se hace patente en la sexta experiencia, en
donde el efecto antagónico de la epinefrina se hace pat ente sobre la insulina intravenosa.
De todas estas experiencias se concluye demostrándose el efecto indiscutible de la pituitrina, que frena la
acción de la insulina sobre la curva de glucemia cuando
se inyecta ésta .subcutáneamente, y no intravenosamente; pero sin que se aclare el mecanismo patogénico de
este antagonismo.
0
0
Efecto de la acetllbeta-metilcolina en sujetos humanos con lesiones localizadas del sistema nenioso <.'entral.
En pacientes con lesiones del lóbulo frontal la inyección
intramuscular de acetilbeta-metilcolina (Mecholyl) produce signos contralaterales de excitación del sistema
nervioso simpático, tales como dilatación de la pupila
a la luz disminuida, palidez, frialdad y disminución de
la sudoración en las extremidades y parte inferior del
tronco. En los casos en que la. afección del lóbulo fronto afecta no sólo al área motora, sino también a la
premotora, los signos de excitación simpática se hacen
.más patentes y, por tanto, más acusados lo.s signos anteriormente citados y, además, aumento de la espasticidad y exageración de los reflejos. Todo esto sucede
en el lado opuesto de la lesión.
Estos efectos del Mecholyl son interpretados como
resultado de una sensibilización selectiva a los 。ァ・ョエセ@
estimulantes químicos de las células nerviosas de las
cadenas de neuronas que descienden del cerebro y de la
medula espinal.
Annals of Internal Medicine
21 - 6 - 1944
• Una gran Ingestión de liquido en el tratamiento del edema, especinlmente del edema cardiaco. II. Obser\'aciones clln!cas v dat'Os. F. R. Sch emm.
El recuento h•ucocfta.rio en la neumonla primaria atlpica.
d e etiologla indeterminada. O. O. Meyer y E. w .
Thewlls.
• El empleo de sulfato de benzedrina en la. obesidad. F. K.
Albrecht.
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474
REVISTA CLINICA ESPAÑOLA
• Jaqueca: Algunas observaciones cllnicas sobre el mecanismo vascular y su control. M. Atklnson.
• Enfisema mediastlnico espontáneo. H. MIIJer.
• Neumotórax espontáneo: Referencia de tres casos no corrientes. A. Goldman y H. Roth.
Lupus eritematoso y función ovárica: Observa ciones sobre su posible relación, con referencia de seis casos.
E. Rose y D. Pillsbury.
Ligadura del conducto arterioso persistente en presencia
de endocarditis bacteriana. Referencia de un caso
aparentemente curado. R. B. Bettman y W. Tannenbaum.
Tr iquinosis: Un brote esporádico con referencia de un
caso. J. S. Sweeney, F. B. Queen y T. F . Barrett.
Dermatitis debida a los barbitúricos: Referen cia de un
caso con anemia asociada. J. K. Potter y R. J. Whitacre.
Anemia de sickle-cell simulando una oclusión coronaria.
S. L. Zimmerman y R. Barnett.
Una gran ingestión de líquido en el tra tamiento del
edema, espooia.lmente del edema cardiaco.- El autor ha
sumini..9trado grandes cantidades de liquido con la r egulación adecuada <le sodio a enfermos que presentaban un cuadro de edema motivado por u na grave lesión del miocardio, cardiopatlas <lescompensa.das valvulares, enfermedad vascular gener aliza<la, eclampsia y
toxemias preeclámpsicas y nefritis con slndrome nefrósico. Este t r atamiento lo ha hecho no obstante hallarse
en presencia <le enfermos con pr esiones venosas altas o
mar cada hipoproteinemia e incluso en sujetos que presentaban a su ingreso cuadros de edema agudo de pulmón, convulsiones o edema papilar, con déficits marcados de cloruros o sodio o con densi<lad muy baja de
la orina.
Las objeciones que ha bitualmente se hacen a la ingestión de Hquidos no f ueron apoyadas por las observaciones del a utor , pues cllnicamente una ingestión de
a gua no produjo sobretrabajo del corazón o sobrecarga
de la circulación, no provocó edema generalizado o r etardo de su desaparición, no actuó adversamente en casos con hiperpresión venosa o hipoproteinemia, no provocó edema agudo de pulmón ni convulsiones, no se
presentó nunca la llamada intoxicación acuosa ni el
"lavado" del sodio o cloruros necesarios, no impi<lió la
resta uración del volumen de líquido del cuerpo ni tampoco la corrección de los defectos electroliticos.
P or el contr ario, pudo observa rse que tales ca80s con
los citado.e procesos toleraron perf ectamente la.e grandes cantl<lade.9 de agua y con unos resulta dos inm ediatos y ulteriores superiores a los que se obtienen con
los regimenes habituales de res tricción de liquidas.
La cantidad diaria de liquido administrada f ué de
3.000 a 5.000 c. c., en unos casos, y de 5.500 a 7.500 c. c.,
en otro.e. La cantidad diaria máxima adm inistr a da (ha bitualmente ingerida en menos de <loce horas ) f ué de
4.000-7.000 c. c. en el 80 por 100 de los ca sos, y por
encima de 7.000 c. c. en el 16 por 100, y en a lg unos
casos se dieron suplementos por vla intravenosa con
solución isotónica. La duración de los p eriodos de tratami ento fué de una a cuatro semanas en el 68 por 100
y por encima de cinco semanas en el 17 por 100 de los
ca sos. Los 15 enfermos, cuyo tratamiento duró de tres
m eses a un afio, no mostra ron signos de alteración en
el m etabolismo acuoso del cuer po.
Expuesto en cifras, el autor sefiala que el edema
desapareció en el 93 por 100 del total de sus casos.
El empleo del sulfato de benzedrina en la obesidad.El sulfato de benze<lrina resulta un medio adicional muy
útil en el trat am iento de la obesidad bajo la vigilancia
Y supervisión del m édico. Casi t odos los enfermos qu e
toman esta droga pierden su t endencia a com er entre
las comidas y a perma n ecer totalmente inactivos. La
dieta sola, a no ser que sea terriblemente pobre en ca lorías, produce tan escasos r esultados, que la mayor
parte de los enfermos se descorazonan y no cooperan
al エイ。セュゥ・ョッ[@
en cambio, como con la benzedrina son
エセ@
evidentes los buenos r esultados, los enfermos perSisten セ ョ@ su empefio. Puede colocárseles en una dieta
que oscila entre 4.50 y 1.500 calorias, en la segurida d de
que no la modificarán aunque se .suspenda la administración de la droga; pero en general debe decirse que
15 ma.rzo 1946
los enfermos utilizan ésta como apoyo para tolerar la
dieta.
La benzedrina no debe considerarse como una panacea en el tratamiento de la obesidad, sino como un
medio complementario. Sus contraindicaciones son los
estados de hipersensibilidad a los sucedáneos adrenalinicos, en alteraciones cardiacas y coronarias en las
cuales e.9tán contraindicados los vasoconstrictores, la
excitabilidad y el insomnio El autor no ha visto ni un
solo caso de habituación eri los 300 enfermos en que la
ha utilizado. La pérdida de peso no es permanente, sino
transitoria en la gran mayorla ele los casos, engordando
al suspender la droga, a menos que persista en su dieta
restringida. Sin embargo, durante la administración de
la benzedrina el enfermo es capaz de ajustar su apetito anormal a un nuevo nivel, y puede ser capaz de
mantener su nuevo peso durante un tiempo considerable después de la suspensión de la benzedrina.
Jaqueca: a lgunas observacione!> clínicas sobre el mecanismo vascular y su cont rol. El objeto del presente
trabajo no es aportar un medicamento más para la jaqueca, el ácido nicotlnico, sino discutir el mecanismo
y clasificación del proceso y racionalizar su tratamiento.
De las dos teorlas planteadas para explicar el mecanismo de producción de la jaqueca, esto es. la teoría de
un vasoespasmo primitivo en la zona calcarina y vasodilatación posterio r en esa zona y atlyacentes de los
vaws intra y extradurales que produce el dolor de cabeza y la teoria alérgica de la vasodilatación primitiva,
el autor se muestra partidario de la primera, pues teóricamente, dice, es dificil concebir un proceso exudativo
tan estrictamente localizado.
Aceptando la teorla del vasoespasmo primitivo, provocando el escotoma y la vasodilatación ulterior motivando la cefalea, el autor administra ácido nicotínico
por via parenteral en los primeros ュ セ ュ」ョエッウN@
para evitar la presentación del dolor de cabc7.a, 11icndo e!<te un
proceder más racional que administrar la ergotamina
cuando ya se ha desarrollado la \'asodila!Adón
Los r esultados obtenidos en 21 enfermos han sido la
total curación de dos casos, gran mejoría en 10 casos,
mejoria discreta en cinco y fracaso en cuatro.
El autor interpreta estos resultados <liciendo que no
todas las cef aleas periódicas son en realidad jaquecas,
sino que pueden incluirse procesos como vasoespasmo,
alergia, diátesis exudativa o alteraciones endocrinas.
Para poder diferenciarlos podrla servir en principio la
reacción cutánea a la histamina; pero, aparte <le que
ya se sabe qu e en algunos sujetos verdaderament e alérgicos las reacciones han sido normales, igual ha ocurrido con los 21 enfer mos estudiados.
Como el ácido nicotinico ha proporcionado algunos
buenos r esultados, el a utor recomienda su empleo hast a adquirir más ex per iencia, y en lugar de otros vasodilatadores empleados, como el sulfocianuro potásico,
que es más tóx ico, aunque tanto uno como otro no atacan al origen del vasoespasmo.
Enfisema mediastinico espontáneo. En el presente
trabajo se refier en cuatr o casos más de enfisema mediastlnico espontáneo; el inter és particular reside en el
tercero y cuarto casos, que presentaban al mismo tiempo neumotór ax espontáneo. Los casos presentados se
hallaban de acuerdo con el criterio clinico aceptado para
el diagnóstico, siendo el r asgo más constante un ruido
auscultable en r egión precordial sincrónico con la cont ra cción cardía ca, descrito de difer entes maneras (crepitante, chasquido, etc.), y producido por la acción del
」ッ イ 。 セ￳ョ@
sobre la capa ?e aire localizada entre el per icardto y la p a r ed torácica. A continuación se refiere al
o:igen del enfisema ; para Macklin se debería a que el
atre se escapa a las vainas pcrivasculares p or una sobredistensión de a lvéolos adyacentes a pequefias áreas
de a.telectasia. Esta atcleclasla no pudo demostrarse
en nmguno de los cuatro casos; pero el a utor afíade un
quinto caso en que aquél fué el mecanismo indudable
de producción d el enfisema me<liastinico.
En cuanto al mecanismo del n eumotórax espontáneo
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REF'ERATAS
TOMO XX
N('hlERO
5
que acompañaba a 、ッセ@
de los casos, se muestra el autor
de acuerdo con Hamman en que se trata del paso de
aire del mediastino a la cavi<lad pleural.
Newnotórax espontáneo.
Se ocupan los autores en
475
miento; en otros siete pacientes las determinaciones
serológicas han sido discordantes. La respuesta es tanto más favorable cuanto más precoz es la iniciación del
tratamiento
este trabajo de tres casos de neumotórax espontáneo
El tratamient{) de la sifilis precoz con perúcilina.
En 23 clínicas de los Estados Unidos se realizan estudios sobre la eficacia del tratamiento con penicilina en
la sífilis precoz; el trabajo presente es fruto de tales
estudios y comprende los datos de 1.418 enfermos. Aunque se emplearon distintas normas de tratamiento, la
mayoría fueron tratados con 1.200.000 unidades, administradas cada tres horas, en un total de sesenta inyecciones. Los efectos inmediatos fueron excelentes, tanto
en lo que se refiere a la desaparición <lel germen de las
lesiones como a la curación de las mismas. La frecuencia de las recidivas se halla en razón inversa a la
cuantía <le la cantidad total inyectada, y es mayor
cuando se emplea la vía venosa que la intramus:::ular.
Los resultados mejores se obtuvieron en pequeüos grupos de pacientes tratados con penicilina, en dosis variable entre 60.000 y 300.000 unidades, asociada a cantidades subterapéuticas de mafarsén. Les resultados terapéuticos fueron buenos en la meningitis sifilítica
aguda, en la neurosífilis precoz asintomática y en la
sífilis congénita infantil, así como en la sífilis precoz
resistente al arsénico. No se ha fijado aún la dosis mínima n ecesaria para el tratamiento antisifilitico, aunque debe ser superior a 1.200.000 unidades. El número
de reacciones de Herxheimer fué muy considerable (846
casos), pero sólo consistentes en fiebre o en agudización de lesiones cutáneas.
The Journal of the American l\fedical
Association
La acción de la ¡:.enicilina en la sífilis tardía.--Compr ende el trabajo los dates procedentes de ocho clínicas
que se ocupan del tratamiento con penicilina de la sífilis tardía, incluyendo las neurosífilis. Las lesiones gomosas de la piel y huesos responden generalmente de
un modo muy brillante, en parte por combatirse simultáneamente la infección asociada (en 21 casos tratados,
sólo <los no mejoraron; en H mejoró el titulo serológico; en tres empeoró el estado del liquor, a pesar de
la mejoría clínica). En el total de 182 casos de sífilis
tardía tratados (de ellos, 122 de neurosífilis) se obtuvo
una disminución de la r eagina sifilítica de la sangre en
el 50-60 por 100; en 20 por 100 se observó un'l reac ción <le Herxheimer. La mejoría del liquor en la neurosífilis se marcó en 74 por 100 y fué notable en 33
por 100. Los r esultados en la sífilis congénita tardía son
alentadores (seis m ejorías, algunas muy marcadas, entre 14 tratados). Lo más notable del trabajo lo constituye la relación de los resultados obtenidos en la parálisis general y en la tabes, lo.s cuales superan les logrados por la arsenoterapia y el tratamiento piroterápico;
el 80 por 100 de los paralíticos con demencia simple
mejoraron, a lgunos muy acentuadamente; cuando la
parálisis presentaba déficit de personalidad, los resultados son inferiores (tres m ejorías, entre 10 J. En la
tabes, mejoraron el 20 por 100; en la sífilis m eningovascular el 40 por 100.
con aspectos cllnicos poco corrientes.
Describen en primer lugar un caso de neumotórax espontáneo en un hombre de cincuenta y un afios, con
vna enfermedad quística del pulmón que previamente
no había dado ウ■ョエッュ。セN@
Este enfermo fué tratado con
la extracción de una gran cantidad de aire y la inyección intrapleural de su propia sangre, con lo que se
consiguió la rápida cur ación clínica de su proceso.
A continuación refieren un caso de atelectasia completa del lóbulo superior del pulmón izquierdo asociada
con un neumotórax espontáneo de once meses de duración. El pulmón colapsado se reexpandió rápidamente
después de una broncoocopia. El colapso completo del
lóbulo y su reexpansión inmediata consecutiva a la
broncoscopia s ugi eren que existía una obs trucción bronquial; pero como la cantidad de moco extraída en la
exploración broncoscópica fué muy pequeña, los autor es creen que existía un factor adicional, probablemente
una torsión del bronquio.
El tercer caso es un h emoneumotórax espontáneo que
presentó poco tiempo después una r ecidiva del neumotórax. R esulta inter esante el caso por este hecho, pues
es de opinión general que a consecuencia del hemoneumotórax se producen adherencias que previenen las r ecidivas
126 - 2- 9 de septiembre de 1944
• Tratamiento con penicilina de la s!Cilis precoz. J. F. Mahoney, R. C. Arnold, B. L. Sterner, A. Harris y
M . R. Zwally.
• El tratamiento de la s!fi'i!< precoz 」ッセ@
penicilina. J . E.
Moor e, J . F. Mahoney, W. H. Sch\\artz, T. H . S t ernberg y W. B. Wood.
• La acción de la penicilina en la s!filis tard!a. J. S. Stok es, T . H. Sternberg, W. S . Schwartz, J. F. Mah oney, J. E . Moore y W. B. Wood.
Algunos efectos nocivos del reposo en cama en las afecciones cardiacas. S. A. L evine.
El pr ograma de lucha antirreumática en las fu e rzas aér eas. W. P . Holbrool<.
• La evitación de las infecciones bacterianas agudas r espiratorias. A . F . Coburn.
• Tratamien to de la amigdalitis con pequeñas dosis de sulfonamidas. E. D. Freís.
Determinaciones de hemoglobina por el revolucionario
método colorlmétrico de K ennedy. D. H . Du ffi e
Dos casos de infección por Cl. welchii, t ratados con penicilina. M. Kepl, A. Ochsner y J. L. Dixon.
Una prim!para con diabetes y toxemia leve, tratada con
éxito con dietilestllbcstt·ol. B. D. Bowen.
Estreptotricina.
Poliomielitis abortiva o no paralitica.
Poliomielitis transmitida por el aire.
T eorla d e la inmunidad antivirus por malnutric ión.
Tratamiento con perúcilina <le la sifilis precoz. En
un traba.jo previo los autores han comunicado los buenos resultados obtenidos en cuatro casos de sífilis precoz tratados con penicilina. En la presente comuni-::ación se refiere el curso ulterior de <lichos cuatro enfermos y se relata el tratamiento de 100 más. El trata miento consiste en la inyección total de 1.200.000 unidades, en un período de seis-ocho días. En los cuatro
primeros casos se obtuvo la curación rápidamente; pero
uno de los enfermos m ostró luego una lesión con treponemas, s i bien no se pueda excluir que se trate de una
reinfección. D e los 100 enfermo s trata<los ulteriormente se prese ntó reacción de Herxh eimer en 86. Las lesiones curaron rápidamente. En 52 casos se ha podido
seguir la marcha de la serología hasta ciento treint:t
Y cinco días; en 31 s e ha conservado negativa la serología o se ha hecho n ega tiva. Siet e enfermos han mostrado una disminución en la intensidad de la pos itividad, aunque no han llegado a hacerse n egativos . En
siete se observó una disminución del titulo, pero d espués se restablecí? la positividad como antes del trata-
La evitarción de las irúecciones bacterianas agudas
respiratorias.- En la Armada americana ha sido em·
pleada la profilaxis con sulfodiazina en tres campamen·
tos y un total de 30.000 hombres, para evitar la apari·
ción de infecciones estreptocócicas. Epidemias de estreptococos h emoliticos son cortadas por la a<lministración continua en masa de 1 gramo diario de sulfodiazina. En algunas epidemias se demostró la capacidad
para impedir el asiento faríngeo del estreptococo, lo cual
se logró en el 85 por 100 de los casos t r atados solamente con 0,5 gramos d iarios de sulfodiazina. lo cual
corresponde a una concentración en la sangre de 1,4 miligramos por 100 c. e Al mismo tiempo desaparecen los
meningococos en la faringe de los portadores. Las manifestaciones secundarias al empleo en gran escala de
la sulfodiazina han sido muy pequeñas: solamente el
0.5 por 100 de los tratados presentaron exant emas fugaces, y el 0,01 por 100 tuvieron síntomas generales
tóxicos.
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REVISTA CLJNICA ESPA:&OLA
476
Tratamiento d e la amigdalitis con pequeñas dosis de
s ulfonamtdas. Es dudosa la utilidad del empleo de sulfonamidas en el tratamiento de las amigdalitis. La administración de dosis elevadas es muchas veces inútil
y a u n perjudicial; sin embargo, algunos afirman que el
tratamiento precoz de la afección puede acortar su
curso. El autor ha tratado 405 soldados con amigdalitis agudas con varios procedimientos: un grupo de 100
no recibió más que lavados locales con solución salina
muy caliente; los restantes fueron tratados con fumigaciones con polvo de sulfanilamida o con microcristales de sulfodiazina, o bien con la ingestión de 0,5 g.
diarios de sulfodiazina. La administr ación de sulfonamidas acorta el tiempo de la enfermedad y disminuye
mucho la frecuencia de abscesos periamigdalinos. El
resultado es igual por las fumigaciones con sulfonamidas que por la ingestión de las mismas. No se observó
ningún caso de reacción tóxica.
126 - 3- 16 de septiembre de 1944
Los cambios en la ginecologla operatoria durante el último cuarto de siglo. L. E. Phaneuf.
Tratami ento de las neurosis de guerra. R. R. Grinker.
El tratamiento de las lesiones de la cabeoo. y medula espinal en el Eiército. W. H . Everts y B. Woodhall.
Evaluación psiquiátrica de los que vuelven del combate.
J. M. Murray.
Problemas ーウゥ」 ッセ
ッュ£エゥ」ウN@
J . R. Ewalt.
• Tirotoxicosis tratada con tiouracilo. W. S. Reveno.
Tratamiento de la blenorragia sulfamidorresistente con
penicilina sódica. T. H. Sternberg y T. B. Turner.
Penicilina en el tratamiento de la gonococia sulfamidorresistente en la mujer. R. B. gイ・ョ「ャ。エセ@
y A. R.
Street.
El papel de la piel y capa córnea en la formación de-l
edema. G. E. Burch y T. Winsor.
Celulitis orbitaria tratada con éxito con penicilina. H. O.
Sloane.
Asma bronquial como manifestación de sensibilidad a las
sulfonamidas. T. G. Randolph y F. F. A. Rawling.
La historia de la penicilina.
Tiourea y tiouracilo en el tratamiento de la tirotoxicosis.
Relación de la neurof!bromatosis con la oste!tls fibrosa
qulstica.
Slntesis en el intestino.
La dieta como factor predisponente en el reumatismo
agudo.
Tlrotoxicosis tratada con tiouracilo.- Se comunican
los r esultados obtenidos en nueve pacientes, todos ellos
con adenoma tóxico; cinco de ellos se encontraban tomando yodo inmediatam ent e a ntes del tratamiento con
tiouracilo. La respue.9ta fué muy brillante en seis de los
enfermos, inclu so en uno que presentaba fibrilación y
que pudo suspender su t e rapéutica con digital. En un
enfermo que padecla también diabetes fracasó el tratamiento con tiouracilo; pro bablemente el tratamiento
previo con Lugol fué la causa de este fracaso, ya que
el tiouracilo tarda en actuar después de la administración de yodo. En otros dos casos fracasó el método: uno
de ellos mejoró clinicamente; pero sufrió una hemorragia en el seno del adenoma y hubo de ser operado; el
otro mejoró cl!nicamente, pero no descendió su m etabolismo basal.
126- 4- 23 de septiembre de 1944
• Carcinoma primario de la tTáquea. P. H. Pierson.
Los aspectos dermatológicos de los gases de guerra vesicantes. M. I. J. Davis.
• Cranlopat!a metabóli ca: hiperostosis frontalis interna. A.
Grollman y J . P. Rousseau.
Hipertensión. K. S. Grimson, C. E. Kernodle y H. C. Hlll.
Selección psiquiátrica de hombres para las fuerzas armadas. R. W. Waggoner, W . Menninger y F . J . B raceland.
Relación psicosomática con las enfermedades gastrointestinales. M. G. Vorha us y Z. Orgel.
Tumor retroorbitario de r est'Os suprarrenales. L. W . Hughes y A. Ambrose.
• Infurrisión intramuscular con tinua de penicilina. F . I. Has.
Endocarditis bacteriana subaguda tratada con penicilina.
B. C. Colllns.
Cambio de los hábitos de comida para mejorar la nutrición.
Eritroblastos\s fetal.
Producción de calor en dietas mixtas.
Catarata Y otras anomallas des pués de rubéola.
Carcinoma Primario de la. tráquea.- El prime r caso
de carcinoma primario de la tráquea fué descrito por
15 marzo 1946
Langhans en 1871. El número de carcinomas similares
descritos desde entonces es muy pequeño, si bien es
algo mayor desde que se emplea la endoscopia. El autor refiere en detalle la historia de un enfermo de sesenta y un años que t enía tos desde tres años antes, a
la cual se asociaron accesos de intenro disnea. Por
broncoscopia se halló una tumoración extensa, poco por
encima de la bifurcc.ción traqueal. Se pudo extirpar su
mayor parte por vía endoscópica y se aplicó barium
con un dispositivo especial. Se demostró que el tumor
no procedía del tiroides por medio de yodo radiactivo
que se hizo ingerir a l enfermo y que después no ウセ@
halló en los trozos extraídos del tumor. El enfermo se
en cuentra bien, después de dos años de observación.
Craniopatía m etabólica; hlperos 1osis frontaHs interna.- EI trabajo se funda en una revisión de las radiog rafías de cráneo en un hospital de Carolina del Norte. La frecuencia de hiperostosis es muy grande, pues
llega al 1 por 100 del total de la población hospitalaria.
El número de casos observados es de 4.2. Sólo uno de
los enfermos era varón. La sintomatología es muy variable. Lo más frecuente es la obesidad. En 12 paci€ntes se encontró hirsutismo. En 16 había hipertensión y
en 30 existla una sintomatología psíquica que habla sido
diagnosticada anteriormente de psiconeurosis. A difer encia de los enfermos con síndrome de Cushing o con
disfunción cortical, la eliminación 、セ@
17-cetoesterc ides
por la orina era normal en Jos pacientes de craniopatia metabólica. Aunque se discute !'i el cuadro constituye una unidad nosológica, los autores creen que se
trata de una entidad definida, para cuyo conocimiento
faltan aún estudios de su anatomía patológic'l. F.s probable que la afección radique primariamente en una
alteración del diencéfalo.
Infusión intramlL-.r ula r continua dP pPnh•llina. セ・@
trata de una corta nota en la que el autlr expone su
técnica para la aplicación intramuscular continua de
penicilina. El proceder es muy spncillo, ya que consistt
en disolver la dosis diaria de ー・ョゥセャ。@
en 1000 c. c. de
solución oo.lina e inyectarla por medio del aparato de
Murphy en los músculos de la cara externa o interna
de los muslos, a una velocidad de 12 a 15 gotas por
minuto. El autor ha empleado el procedimiento en 25
casos y no ha observado ningún absceso n i complicaciones de otra índole; la respuesta terapéutica ha sido
satisfactoria, aunque se ignora la concentración alcanzada en la sangre.
126- 5- 30 de septiembr e d e 1944
La ocasión de la cirug!a
ortopédica en la postguerra.
G. A. Caldwell.
Estudio ps iq uiátri co de soldados normales. J. G. ShPos.
• E l empleo de peni cilina en la fi ebre reumá.tica. R. F.
Watson. S. Rothbard y H. F. Swift.
• El tratamiento de la fieb re reumática aguda con penicilina. F. P. Foster. G. C. McEachern , J . H. Miller,
F. E. Ball, C. S. Hlgley y H. A. Wa rren .
ョ ッウ。@
con pentotal sódico en la guerra
Anestesia ゥョ セ t 。カ・M
y en la paz. R. C. Adams.
• Observacion es cllnicas en el tifus exantemático especialmente sobr e el sist ema cardlovascular . ' T. E.
Woodward y E. F . Bland.
Fiebre por pi cad ura de garra patas. I . A. Feder.
Estado actual de la profilaxis por vacuna de Hemophilus pertu ssis. H. M. Felton y C. Y. Willard.
El climaterio m asculino.
aセ」ゥ￳
ョ@
ヲゥウッャ￳ァセ。@
do. los coagulantes "In vivo".
H1oersusceptlbihdad cor ona ria.
Alteraciones renales oor las sulfonamldas.
Concentración ーャ。ウュ£セゥ 」。@
de vitamina A y caroteno en
los enfermos reumáticos.
El empleo de penicilina en la fiebre reumáticru.- La
posible relación del r eumatismo agudo con las infecciones por estreptococo hemolitico A hace pensar en que
la terapéutica contra éstas pueda influir en la sintomatología r eumática. A unque la respuesta a las sulfona-midas ha sido n egativa, el intento de en sayar la penicilina parecía justificado. Los autores han tratado ocho
enfermos con típica enferm edad reumática aguda d u:
rante dos semanas con dosis elevadas de penicilina (casi
todos recibieron más de 3.000.000 de unidades). En sie-
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REFERATAS
TOMO XX
:>TúMERO 5
te de los enfermos no se observó ninguna modificación
del curso de la enfermedad; en el -enfermo restante se
observó una remisión, que es posible que fuese independiente del tratamiento. Los estreptococos aislados de
la faringe de los enfermos eran inhibidos en su crecimiento "in vitro" a concentraciones de penicilina inferiores a l as que se alcanzaron en la sangre en el curso
de la terapéutica. La aparición de antiestreptolisina O
y de antifibrin lisina en los enfermos reumáticos no varió en relación con lo que se observa en pacientes no
tra tactos con penicilina.
El tratamiento de la fiebre reumática aguda con penicilina. El estudio se realizó en tres instalaciones militares, correspondientes a diversas áreas geográficas.
El tratamiento con penicilina fué instituido sin que los
enfermos fu esen tratados previamente con sulfonamidas o salicilato. La dosificación fué de 25.000 unidades
cada tres horas, hasta una cantidad total de un millón
de unidades. Fueron tratados 38 enfermos, todos por
vil. intramuscular. Solamente en un enfermo se observó una mejoría e n el curso del tratamiento con penicilina. En 19 enfermos no se apreció ninguna variación
en su estado, por efecto de la quimioterapia. En 18 se
demostró un empeoramiento, que es difícil decidir si se
debe a la penicilina o representa el curso natural de
la enfermedad, no influida por la terapéutica. En 21
enfermos se hizo siembra de exudado faríngeo antes del
tratamiento y se halló en 19 un estreptococo hemolítico;
tales gérmenes desaparecieron en el curso del tratamiento; pero en un caso reaparecieron antes de terminar éste; en otro, a los dos días del final del mismo, y
en todos, antes de las cinco semanas posteriores; muchas veces el estreptococo aislado ulteriormente era de
distinto tipo que e l primitivo. Además de los enfermos
relatados se describe en el trabajo la aparición de reumat!smo agudo en dos enfermos que estaban recibiendo penicilina por otro motivo.
Obl.ervaeiones clinJcas en el tiñL<i exantemátlco, especialment-e sobre el sistema cardiovascular.- Las observaciones se han realizado en 30 enfermos graves en
Marruecos. Se hace notar la rareza de la sintomatología propiamente cardiaca, de tal modo que en ningún
caso estaba indicada la medicación cardiotónica; ésta
puede ser incluso nociva. La alteración fisíopatológica
(aparte de la impregnación tóxica del sistema nervioso
central) consiste esencialmente en una disminución del
volumen de sangr e circulante, con hipoalbuminemia,
hipocloremia, hemodilución y uremia. Como consecuencia de ello, es frecuente un grado mayor o menor de
colapso periférico. Es importante en el tratamiento el
aporte de sufi cient e cantidad de liquido (unos cuatro
litros diarios), así como de cloruro amónico y cloruro
sódico. En muy pocos enfermos se emplearon las transfusiones de plasma o de sangre, y en todos se manifestó un efecto muy beneficioso. En las complicaciones
sépticas se puede emplear la sulfamidoterapia sin riesgo. Las alteraciones electrocardiográficas encontradas
son muy pequefias y reversibles con la conval ecencia.
The Journal of Nutrition
30 - 1 - 1945
El valor nutritivo de los h!gados con telangiectasias.
P. L. Pavcek, E. J . Herbst y C. A. Elvehjem.
Estudio biomlcroscópico de los ojos para la valoración del
estado nutritivo. Cambios conjuntivales. R. K. Anderson y D. F. Milam.
Estudio biomicroscópico de los ojos para la valoración
del estado nutritivo. Vascularización cornea!. R. K .
Anderson y D. F. Mllam.
Contenido en tiamina, riboflavina y ácido nicotlnico de
los jamones y tocinos destinados a Ultramar. H. P.
Sarett y V . H. Chelde!in
El contenido en riboflavina,' ácido nicot!nico y tiamina
de las semillas secas de leguminosas. L. Daniel y
L . C. Norrls.
Estudios nutritivos en el pato. Dietas purificadas. D . M.
Hegsted y F. J. Stare.
Estudio de las necesidades del mono de riboflavlna y de
un nuevo factor encontrado en el hlgado. J . M. Cooperman, H . A. Walsman, K. B. MeCa!! y C. A. Elvehjem.
477
The Journal of Laboratory and Clinical Medicine
28 - 14 - 1943
Sobre la absorción y eliminación del salicilato de metilo
administrado sobre la superficie de la piel. R. Beutner, B. Calesnick, E. Powell y L. Bertln.
Reacciones alérgicas sistemáticas producidas por la vacuna contra la fiebre amarilla. H. Swartz.
La Farmacologla de las sustancias parecidas a la vitamina K solubles en agua. J. J. Smith, A. C. Ivy y
R. H. K. Foster.
LoR efectos de la privación de vitamina B sobre la actividad espontánea de la rata. A. L. Bloonfield y
M. L. Tainter.
• La reacción de pacientes leucémicos a las sulfonamidas.
E. L. Amidon.
Los efectos de varias intensidades df'> luz sobre ciertos
animales de laboratorio. M. E. Maun y L. H. Domeier.
La. actividad ureásica de los organismos proteus y salmonellas. W. W. Ferguson y A. H. Hook.
La prueba de la floculación de la cefalina en las ictericias, P. A. Kirschner y S. l. Glickman.
Observactones sobre la ingestión de metil-celulosa y etilcelu!osa por las ratas. W. Deichnann y S. Witherup.
Un plet•smógrafo con dedo inscritor a tinta. H . V. Rice.
Máquina para hacer tapones para tubos de cultivo. H. W.
Batchelor.
Un セオ・カッ@
ュ←セッ_@
para contar plasmodios en las infecCIOnes palud•cas de las aves. H. Beckan y J. Smith.
La hemólisis de los estreptococos en varios medios de
cultivo con sangre. E. F. Traut y M. S. Johnson.
Observaciones basadas en una larga serie de titulaciones
del complemento. M. E. Koons.
El d・イュッヲャオセN@
K. Lange y S. E. Krewer.
El diagnóstico rápido de la malaria por medio del uso
de un filtro "wratten" luz. R. Cares.
Clasificación macroscópica de la sangre. S. W. Se.ppington.
Un fenómeno de inhibición en las pruebas de precipitación para el serod iagnóstico de la slfilis. R. Brown.
Modificaciones en los métodos para la precipitación y
determinación de cantidades aumentadas de ウオセ。ョᆳ
cias hipofi sarias gonadotrópicas en la orina. P. H.
Smith, F. Albright y E. Dodge.
Destilación doble en uno y en el mismo matraz. F. Rappaport.
::1.1icrodeterminación de acetona y ácido diacético en sangre. F. Rappaport y B. Baner.
La reacción de pacient-es leucémicos a las sulfonamidas.-Los autores parten del trabajo publicado en
1940 por Livinstong y Moore, que, administrando sulfopiridina a varios pacientes con leucemia linfoide cró:ti)ca, obtuvieron resultados concluyentes en cuanto se
refiere a la modificación del cuadro hemático leucémico, modificaciones que no se acompañaban de la correspondiente mejoría clinica e incluso en alguna suprimieron la medicación, pues a pesar de la gran mejoría del hemograma el décimonoveno día tuvieron la
impresión de que las' infiltraciones leucémica.s se diseminaban.
Los autores tratan cuatro casos de leucemia linfoide aguda. El primero de ellos ingresa con todo el cuadro de una leucemia aguda, con 89.000 leucocitos por
m.ilimetro cúbico y 98 células linfoides (no especifican el porcentaje de linfoblastos) Le hacen una transfusión con 400 c. c. de sangre citratada, y a los pocos
días comienzan a tratarlo con sulfanilamida a la dosis
de un gramo cada cuatro horas, descendiendo la cifra
de leucocitos desde la mencionada a 6.200 por milímetro, y el porcentaje de células linfoides a 95 por 100.
Suprimen la sulfanilamida, y los leucocitos vuelven a
ascender hasta 41.000, momento en que (cuatro días
después de suspender la administración de la sulfanilamida) comienzan a darle sulfatiazol, también a la dosis de un gramo cada cuatro horas, descendiendo los
leucocitos a 4.200, por lo que suspenden la droga, estando el paciente en estado confusional. A pesar de la
suspensión de la droga, la calda de los leucocitos prosigue, llegando a l eu copenias tan acentuadas como 1.450.
Pasados unos dias, el enfermo mejora clínicamente por
primera vez desde su ingreso, se muestra apirético y
con 7.200 leucocitos por milimetro cúbico y 44 neutrófilos por 100 es dado de alta. Pasados veinteséis días
es de nuevo admitido en otro hospital con 32.000 leucocitos. Le dan sulfatiozol a la dosis indicada. y al día
siguiente su leucocitosis desciende hasta la cifra de
3.600; cuatro días más tarde, a 400. y al dia siguiente
a 300. A los ocho días de comenzar la administración
de sulfatiazol en esta segunda etapa el enfermo falle-
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REVISTA CLINICA ESPk&OLA
478
ce. La autopsia revela una medula ósea atrófica y esplenomegalia. El diagnóstico anatómico fué de leucemia aguda linfoide. El segundo paciente muere a los
pocos días, y no se ve en su protocolo clínico una clara
respuesta a la medicación sulfam!dica. El tercer paciente responde algo desde el punto de vi.9ta del h emograma, pero también fallece en unos veinte d!as, aunque
hasta el período final remitió la temperatura y se encontró algo más fuerte. El cuarto paciente es seguido durante más de tres meses, y en él se ve que así
como la sulfanilamida es útil y le mejora hematológica
y clínicamente, la sulfodiazina carece de acción. Este
enfermo ingresó en este tiempo dos veces, y dos veces
salió dado de alta por mejoría.
Las consecuencias que sacan los autores de su estudio son en esencia, que las sulfonamidas pueden producir una brusca caída en el número de leucocitos circulantes en las l eucemias linfoides lo cual no ocurre
en las leucemias mieloides. Que esta reacción no es de
naturaleza tóxica lo indica la rapidez de la respuesta y
el que generalmente el paciente mejora clínicamente.
Se preguntan si de la misma manera que estas drogas
actúan inhibiendo el desarrollo bacteriano por la interferencia con algún "factor de crecimiento", podrían inhibir la multiplicación de los linfocitos. Señalan, por
último, la peculiaridad de que la sulfodiazina carezca
de esta acción.
British l\fedical Journal
4.396- 7 de abril de 194)
Control de Infección en herida reriente F. H . Bentley y
S. Thomson.
Injurias por rá.fagas explosivas en el pulmón. G. R. F earnley.
• Irrupción de Ictericia con PigncB nerYiosOP. E. A . J. Byrne y G. F. Tayle r.
• Estudio social del tratamiento hospitalario. M, Brown y
F. Carllng.
aウ」。イゥッセ@
pulmonar en monos. L. J. d。LᄋゥセN@
Gang-rena gaBeosa fulminante. C J. Cellan-Jones y E , M.
Grlffi.
Irrupción de ictericia. con signos nerviosos. Se comunica la historia de cinco enfermos, de los cuales en
cuatro existían síntomas meníngeos y en el quinto una
mielitis, y en los cinco se veía el cuadro neurológico
asociado a una ictericia con aumento del hígado y del
bazo, que apareció en todos ellos entre el cuarto y sexto días de la enfermedad. Al recuperarse los enfermos,
quedaron tres totalmente normales, y sólo en dos quedó una paresia residual espástica de las extremidades
inferiores con disminución sensorial periférica en uno
de ellos.
Se plantea el problema al enjuiciar la etiología de
estos procesos de si el virus de esta peculiar ictericia
tendría carácter neurotrópico, ya que está demostrada
la existencia de virus hepatotrópicos y neurotrópicos,
cual sucede en la fiebre amarilla. Por otra parte, sin
embargo, como durante esta guerra la hepatitis infectiva era en extremo rara su complicación con un cuadro n eurológico, también se piensa en la posibilidad de
la asociación con otro virus y sea por ello una coincidente asociación de dos enfermedades.
Estudio social del tratamiento h ospita larlo.-Resulta
de un gran interés conocer los r esultad{)s sociales que
se obtienen con el tratamiento hospitalario en una clínica médica en la que se excluyen los enfermos tuberculosos. En este sentido los autores hacen un estudio sobre l a evolución en un plazo de un afio de 156 enfermos que セエオカゥ・イッョ@
hospitalizados en un hospital de
Oxford, dedicado a la enseñanza entre otros fines (Nuffield Department, Radeliffe Infirmary). Según estos estudios, se puede concluir con los siguientes datos: 29 enfermos (19 por lOO ) fallecieron, 82 (55 por 100) seguían
padeciendo de la enfermedad que motivó su admisión,
8 (5 por 100) estaban incapacitados a causa de los sintomas psicógenos que p ersistieron aun después de curada su enfermedad orgánica , 32 (21 por 100) habían sido
111 ma.rzo
QYセ@
admitidos en otros hospitales, 38 (25 por 100) reciblan
ayuda de algún pariente, y otros 10 (7 por 100) estaban necesitados. Sólo durante estos seis meses de observación hubo 39 (26 por 100) que estaban completamente curados. Es decir, que un 19 por 100 hablan fallecido
un 55 por 100 sufrian la misma enfermedad que ュッエゥセ@
vó su ingreso y sólo un 26 por 100 estaban curados.
Todo esto plantea problemas sociales de un gran interés, que en el articulo se desarrollan y que consideramos del mayor interés la organización de centros que
recojan a los enfer mos crónicos para no devolverlos a
la sociedad hasta tanto no se encuentren totalmente
compensados, ya que de lo contrario rápidamente vuelven a recaer de su enfermedad crónica.
4.399- 28 de abril dl" 194!)
• Trata miento con arsénico intravenoHo e n ャ。セ@
formas anginosas de fiebre glandular. K . S. Smit y T . H . Shaw
Isoinmunización del fnctor Rh R . Drummond. G. L. Taylor y J. T. Rice Edwards.
·
Psicologla de los mutilados dl" guerra. E . '\Vittkower.
Oxaluria en las tropas británicas en 'n India . J. M . Plack .
Anestesia intraYenosa con pentotnlato sódico . B. Lomnos.
Tratamiento de la \'erruga. blanda podofillna. J. V. :\iaggrego r.
Daños en tiempo de guerra Pn Ingla te rra y Gales. P.
Stocks.
Tratamiento con arsénico lntraveno<,o en las formas
anginosas de fiebre glandular. Las graves Inflamaciones de las amigdalas y fauces en la fiebre glandular
pueden ocasionar graves enfermedades en las que el
tratamiento es vital. En este articulo :--e comentan los
beneficiosos efectos por la Inyección intravenosa de arsénico en seis ejemplos de cuadro anginoso de fiebre
glandular, que fueron estudiados por lo!'! autores. En
general, el tratamiento de la fiebre glandular e!'! simplemente sintomático, pero en la complicación anginosa el tratamiento arsenical no sólo produce beneficiosos efectos, sino que Incluso puede llrgar a s•r de acción salvadora. Refieren uno a uno los pormrnores clínicos en la evolución de sei.9 enfermos con cuadro amigdalina en el curso de una fiebre glandular, y hacen patente Jos beneficiosos efectos que se obtienen con la
terapéutica arsenical. Aconsejan las normas generales
para el diagnóstico de la fiebre glandular, y que se
pueden resumir en: 1.• Datos históricos 2.• Engrosamiento glandular. 3.• Inflamación toráci.cá. 4.° Citología
sanguínea. 5.• Test de Paul-Punnell; y 6.0 Respuesta a
la t er apéutica. Igualmente se apreciaron alteraciones en
la medula ósea, consistente en elevación de los mieloblastos, lo que sugiere un disturbio de la granulopoiesis. La dosis era variable en cada caso, dándose entre
0,15 a 0,45 gramos por via intravenosa de compuestos
de arsphenamine.
Isoinmunización del factor Rh. De un gran interés
es el trabajo que en este momento comentamos sobre
un hecho práctico de indudable valor: tal es la aparición de potente poder aglutinante anti-Rh de sangre de
mujer Rh negativa después de múltiples transfusiones
de sangre Rh positiva. Refieren la historia de una enferma Rh negativa, de cuarenta y siete años, y que por
padecer un proceso hemorragiparo, tuvo una anemia
de 1.500.000 hematíes, y que fué tratada con transfusiones de sangre Rh positiva. Las primeras tres transfusiones fueron realizadas en los dlas uno, dos y seis,
respectivamente, y dando sangre de seis dadores Rh positivos. Posteriormente se produjeron complicaciones hemolíticas de subsiguientes transfusiones sanguíneas, todas ellas Rh positivas. Todo ello indica la necesidad de
tener present e que: 1.0 Estudiar el grupo Rh del re::eptor como factor preliminar para realizar múltiples transfusiones sanguíneas. 2.0 Posible peligro de mezclar en
un mismo r ecipiente sangre R h n egativa y sangre Rh
positiva; y 3.• Nunca omitir las cruces de la positividad, lo que puede ser fácilmente obtenido por una t-3cnica muy sencilla. Se colocan iguales volúmenes de suero y suspensión de g lóbulos rojos y se mezclan, observándose después la existencia o no de aglutinación.
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REFERATAS
TOMO XX
NúMERO 5
Proceedings of the Royal Society of Medicine
37- 12- 1944
• Discusión sobre el tiouracilo y la tiourea en el tratamiento de la tireotoxicosis.
El metabolismo y el empleo terapéutico de progesterona
E. F. Scowen.
Analgesia caudal continua en obstetricia. Comunicación
previa A. H. Galiey y J. H. Peel.
Lesiones de la retina izquiet·da. M. Whiting.
Retinitis punctata albescens. H. Neame.
Lesión central de la retina izquierda. V. M. Attenboborough.
Coloboma macular izquierdo. V. Purvis.
Los resultados finales de la operación en el desprendimiento de la retina (con una revisión de セo@
casos con
éxito). M. Hine.
La. extirpación de tumores malignos del iris. F. A. Juler.
• Tratamiento quirúrgico de la otocscJerosis. I. Simson Hall.
Discusión sobre el uso y abuso de las sulfonamidas en
la otitis media.
La. relación de la fisioterapia con la cirugla plástica.
J. P. Reidy.
El microscopio electrónico: su aplicación a la Medicina.
G. E. Donovan.
• Discusión sobre la radioterapia en los procesos inflamatorios crónicos con referencia especial a las infecciones
micóticas.
Discusión sobre la radioterapia en las enfermedades malignas del ovario.
• Discusión sobre los casos avanzados de cáncer de mama
tratados con estilbestrol
Discusión セZNッ「イ・@
el tioura.cilo y la t iourea en el trrutamiento de la tireotox.icosis.- La inicia el Pr. Himsworth
con una revisión del problema a propósito de 22 ob.9ervaciones, en sus cuatro aspectos; esto es, tratamiento
inicial, tratamiento de mantenimiento síntomas de sobredosüicación e idiosincrasia para la droga.
El período de tratamiento inicial conduce a una regresión evidente de los síntomas subjetivos y objetivos de la tireotoxicosis, en un espacio de tiempo medio de veintinueve días. L a dosis de tiourea fué de tres
tomas diarias de un gramo y d e 0,2 gramos cinco veces al día, de tiouracilo. Pudo verse en todos los casos
el descenso del ritmo cardiaco y del metabolismo basal,
y el aumento de la colesterina del plasma y del peso
corporal. La mejoría sintomática fué también muy evidente; la sudoración, la rubefacción cutánea y el nervosism.o desaparecieron y se normalizó la emisión de
heces en los casos que cursaban con diarreas. El efecto sobre los signos oculares y el bocio fué m enos marcado; la retracción palpebral disminuyó, pero no se
modificó el exoftalmo; en la mayoría de los casos no
se modificó el bocio, pero en aquellos en que se r edujo, esto podía ser atribuido a u na disminución de la
vascularidad más que a la r educción del tejido glandular. Parece, pues, que el tiouracilo y la tiourea influyen sólo sobre los síntomas de hiperfunción g landular.
El tiouracilo no actúa inmediata ni uniformemente. Generalmente no se observa apenas mejoría en la primera y segunda semanas de tratamiento; pero en la
ter cera es ya evidente y·en la cuarta establecida; el retraso en el efecto se presenta especialmente en los enfermos que recibieron yodo inmediatamente antes. Los
síntomas no se afectan proporcionalmente, desapareciendo precozmente la rubefacción y lo último la taquicardia; sudoración, nervosismo, metabolismo alto y
colesterina plasmática baja, son síntomas que van desapareciendo en el orden citado, y el no conocer este hecho ha motivado el clasificar de resistentes a muchos
casos.
Para mantener el efecto inicial hay que administrar
una dosis que no llegue a producir síntomas de hiperdosificación; el a utor tiene la experiencia de que la
dosis debe reducirse progresiva y rápidamente, y la
mayor parte de sus enfermos toman en esta fase 0,10,05 gramos diarios sin que se haya presentado una
recidiva sintomática. Si bien la suspensión de la medicación en los estadios iniciales supone la nueva presentación de síntomas, esto no ocurre cuando el enfermo lleva cierto tiempo de tratamiento, de lo cual
cita el autor varios ejemplos.
Las manifestaciones de sobredosificación pueden dividirse en dos grupos, según su intensidad: el primero
Be manifiesta pot el aumento de tamafio del bocio, a
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veces doloroso; el segundo se presenta con síntomas
subjetivos principalmente laxitud y depresión. Ahora
bien; si lÓs .síntomas son debidos a un hipotiroidismo
desarrollado rápidamente o a una acción tóxica de la
droga, el autor se inclina por la primera teoría.
Se han sefialado, como manifestaciones de sensibilidad al tiouracilo, la fiebre, adenopatías y alteraciones
hemáticas (leucopenia, agranulocitosis y trombopenia).
El autor deduce de su experiencia que existen dos factores para la producción de dichos trastornos: la idiosincrasia y la sobredosificación; por ello aconseja utilizar
dosis menores que las empleadas hasta ahora, dando
0,5 gramos diarios de tiouracilo hasta que el metabolismo basal descienda hasta más 10 por 100 y disminuyéndola entonces a 0,05-0,1 gramos en el período de
mantenimiento.
A continuación Joll epone sus observaciones en 9
casos, de los que en 6 obtuvo buenos resultados y malos en los 3 restantes. Después de breves consideraciones, manifiesta que debe esperarse mucho del tiouracilo, no constituyendo un tratamiento "sui generis", sino
en relación con su empleo como medio preparatorio
para la operación, en lugar de la terapéutica yód.ica.
Evans se muestra de acuerdo con Himsworth en sus
12 observaciones, y declara que como el resultado del
tratamiento quirúrgico no siempre es bueno, hay que
esperar las conclusiones finales de este estadio experimental de la terapéutica con tiouracilo.
Melton comunica un caso en el que después del tratamiento inicial con tiouracilo el enfermo continúa bien,
a pesar de las suspensiones de la medicación.
Simpson insiste en los buenos efectos del tiouracilo.
Dice que el aumento de peso es algunas veces desproporcionadamente grande, y que al igual que el descenso del metabolismo basal, puede ser debido a variaciones en la hipófisis, principalmente hipertrofia, hiperplasia y vacuolización de las células basófilas. A su juiciocio, no es sorprendente que el tiouracilo no suprima
el exoftalmo, puesto que tampoco lo influencia la tiroidectomia. El tiouracilo actúa por inhibición de la sintesis de la tiroxina, a lo que el organismo responde
con un aumento de la secreción de hormona tirotropa,
lo que resulta en la hipertrofia del tiroides, y es por
esto que en los casos así tratados debe esperarse más
el aumento que la disminución de tamaño del bocio.
Tratamiento quirúrgico de l a otoesclerosis.- Después
de una breve revisión histórica del tratamiento quirúrgico de la otoesclerosis, el autor comenta las técnicas
empleadas por los diferentes cirujanos. A continuación
expone los fundamentos y detalles de la técnica por él
ideada, mostrándose partidario de la operación en un
tiempo y de utilizar la vía retroauricular. El autor ha
intervenido en total 66 casos en seis años, y de los 45
operados con las técnicas modernas ha obtenido la curación en 20, o sea, el 51 por 100, y afiade que, en los
últimos doce meses, ha conseguido elevar el número
de curaciones al 66 por 100.
Discusión sobre la radioterapia .en los procesos inflam a torios crónicos, con r eferencia espeeial a. las infecciones micóticas.-Comienza M acGregor diciendo que
las dificultades que presenta la actinomicosis al tratamiento quirúrgico, especialmente las formas de localización cérvico-facial, han hecho que se haya intentado
combatirla con sulfonamidas y penicilina; pero los resultados no son uniformes, por lo que el autor sugiere
que hay diferentes razas actinomicósicas. En cambio, a
su juicio, la radioterapia ofrece buenas posibilidades en
algunos casos, y aconseja la combinación de radioterapia, cirugía y quimioterapia para obtener los resultados ópticos.
Blewett encuentra que la radioterapia es un procedimiento eficaz en las infecciones crónicas piogénicas,
osteomielitis, mastitis crónica, adenitis tuberculosa, artritis crónica, espondilitis anquilooante e infecciones micóticas. A continuación comunica los resultados de la
radioterapia en 36 casos de actinomicosis; mientras que
en el grupo cérvico-facial los resultados fueron muy
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REVISTA CLINICA ESPAÑOLA
satisfactorios, en cambio, las infecciones abdominales
presentaron una mortalidad considerable. La dosis empleada fué de 300 r. por dosis, que se repetía cada tres
semanas, con una duración de la cura de tres meses.
En cuanto a la explicación del efecto de la radioterapia, manifiesta que puede atribuirse a la acción sobre
el organismo infectante o sobre las células inflamatorias del huéspe-d, pero como la dosis necesaria "in vitro" es muy superior a la empleada en terapia, es por
lo que hay que pensar en cambios de sensibilidad, especialmente de algunos elementos celulares del agregado
inflama torio.
Williams comunica los resultados de la radioterapia
en 43 casos, que no difieren -de los citados por Blewett.
Utiliza una radioterapia intensiva y fraccionada, con la
que ha obtenido los mejores resultados, de 100-150 r .
diarios durante veinticuatro-veintiocho días. Manifiesta
que existen tres posibilidades de explicar el modo de
acción de los rayos X: la t eoría de Desjardin de la liberación de anticuerpos por la desintegración local de
leucocitos bajo la influencia de las radiaciones; la vasodilatación que éstas provocan, y, finalmente, el efecto
letal sobre el actinomyces, refiriéndose a un caso que
lo sugiere evidentemente.
Finzi señ.ala, por último, que es preferible utilizar dosis muy pequeñas de 50-60 r . y que probablemente el
radium ha de proporcionar mejores r esultados, si s e
puede administrar una dosis adecuada a las zonas profundas de la lesión sin a lter ar la piel.
Discusión sobre los casos avanzados de r.áncer de
mama tratados con estilbestroi.-Abre Ellis la discusión diciendo que deben considerarse los siguientes puntos de vwta: 1 ) Si se produce algún efecto sobre el
curso del carcinoma de la mama por el estilbestrol.
2) Si la edad de la enferma o la menopausia ejercen
alguna influencia sobre dicho efecto. 3) Si la respuesta -depende de la estructura citológica del tumor. 4 ) De
la dosificación. 5) Los sintomas asociados con su administración y las contraindicaciones para su empleo.
Y, por último, 6) Los cambios posi bles en la fosfatasa
ácida y alcalina del s uero, como se encuentran en las
mejorías del carcinoma de la próstata. La dosis empleada por Ellis fué de 15 mgrs. diarios; en 13 casos
de menos de sesenta años no se consiguió ninguna mejoria, y, en cambio, se obtuvieron buenos r esultados en
4 de 8 casos de más de sesenta afios.
Bryan Adam.s, con una dosificación que osciló entre
1 y 15 mgrs. diarios, obtuvo una mejoría en 4 casos
menores de sesenta años y en otros 3 de 6 enfermos por
encima de esa edad.
Blomfield emplea igualmente dosis de 2 a 15 mgrs.
diarios y no obtuvo mejoria en ninguno de los 10 casos tratados, aunque en uno de ellos curó la ulceración cutánea.
Haddow administra el estilbestrol a dosis que oscilaron entre 75 y 676 mgrs. durante periodos de tratamiento de cuatro a veinticuatro semanas. De 8 casos por
debajo de los sesenta años solamente uno mejoró, haciéndolo 3 de 5 mayores de sesenta afíos.
Levitt comienza el tratamiento con 2,5 mgrs. tres
veces al dia y sube rápidamente hasta 15 miligramos
diarios, manteniendo esta dosificación; de siete ca-
15 marzo 1946
sos tratados, sólo mejoró uno de más de sesenta años.
McWhirter administra 10 mgrs. diarios, con tres mejorías en cada uno de los grupos de edad con un total
de 37 casos.
Paterson se refiere a 13 enfermos tratado!! con estilbestrol y otros 23 con trifenilcloroetileno. Con el estilbestrol obtuvo sólo 2 mejor!as en los 5 enfermos de
más de sesenta años, y con el trifenilcloroetileno, 5 de
13 enfermas de menos de sesenta años y 4 de 10 mayores de s esenta afíos; la dosis fué de 5,8 mgrs. de estilbestrol durante doce semanas y 3 gramos durante veintisiete semanas -del otro preparado.
Thurgar obtiene una mejor!a en 5 enfe rmas de más
de sesenta aftas y 4 en otras 5 de más de sesenta años.
Walker indica que la revisión de Harvey y Dawson ha
demostrado que la incidencia de la malignidad de los
tumores de la mama se hace muy alta a partir del periodo entre los cuarenta y los sesenta años. El comienzo del climaterio se asocia con una atrofia o disfunción ovárica con la secreción de hormonas anormales,
que pue-den conducir a procesos patológicos del ovario
y del útero y al propio tiempo a una alteración de la
actividad celular del tejido mamario. Con el cese de la
menstruación las hormonas estrogénicas del ovario no
desaparecen inmediatamente de la sangre y de la orina. La atrofia -de los ovarios puede asociarse con una
hipersecreción de las hormonas gonadotrópicas de la
hipófisis anterior y de esta forma se produce un desequilibrio endocrino, con las consiguientes consecuencias; de lo que precede puede deducirse que la actividad
celular de la mama, carente del control ovárico, se hace
anormal, incluso puede presentar malignidad. Es éste
el fun damento del tratamiento con sustancias estrogénica.s, con el fin -de restaurar el equilibrio endocrino normal. Si el cáncer de la mama es debido a una sustancia quimica anormal, producida por el ovario o la hipófisis anterior, la saturación del cuerpo con una hormona ovárica normal podría neutralizar dicha sustancia o bien impedir su acción sobre la mama En primer
lugar hay que saber que el cáncer de mama es debido
a la actividad ovárica (normal o patológica) y que la
castración proporciona un gran beneficio, y por otro
lado, que la falta de la fun ción ovárica permite la actuación de sustancias endocrinas de origen extraovárico sobr e la mama. A continuación, y basado en esta
última acepción, ha tratado 10 casos de cáncer de mama
sin obtener resultados b enefic;osos en ninguno de ellos.
Windeyer comunica que de 10 casos tratados con estilbestrol, obtuvo en 3 una mejoría evidente, aunque en
ninguno de los casos se logró la desaparición cllnica
completa del tumor.
. Por último, Dodds se extraña de que las dosis administradas no hayan sido lo suficientemente grandes, pues
de esta forma se hubiera podido conocer si el fraca.w
en cierto núm ero de 」。ウッセ@
es debido a una falta de sensibilidad de la -droga, y considera interesante ensayar
los otros dos estrógenos sintéticos, H exoe.stral y Doenoestral. La evidente mejoría en algunos casos de mujeres
menopáusicas y postmenopáusicas debe revisarse cuidadosamente, puesto que el efecto general en este tipo
de enfermas es muy marcado, ya que su administración
se continúa con una mejoria inmediata del estado general y sensación de bienestar.
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