Referencia: NCJ060643 TRIBUNAL SUPREMO

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Referencia: NCJ060643
TRIBUNAL SUPREMO
Sentencia 639/2015, de 3 de diciembre de 2015
Sala de lo Civil
Rec. n.º 558/2014
SUMARIO:
Responsabilidad civil extracontractual. Reclamación de indemnización por daños y perjuicios
causados por el amianto a trabajadores de las entidades demandadas. Se establece la falta de
competencia de la jurisdicción civil para conocer de las demandas de los trabajadores y los sucesores de
los trabajadores, ya que ello corresponde a los tribunales del orden jurisdiccional social. Pero sí resuelve
en favor de las esposas perjudicadas por el amianto al lavar la ropa de sus maridos, ya que ellas estaban
al margen de relación laboral alguna. La responsabilidad que se imputa no se hace descansar únicamente
en el riesgo creado por la utilización de un producto como el amianto, sino que se asienta en la omisión de
la diligencia extrema que cabía exigir a las empresas en atención a un riesgo previsible frente a terceros
ajenos a la relación laboral pero que manipulaban la ropa de los trabajadores, una vez que a partir de los
años cuarenta se fue teniendo un mayor conocimiento del riesgo que en general suponía la exposición al
polvo de amianto, incluso para terceros ajenos a la relación laboral que la empresa sabía que podían
entrar en contacto con este material, por ocuparse del lavado en su casa de la ropa de trabajo y no en la
propia empresa.
PRECEPTOS:
Código Civil, arts. 1.902 y 1.903.
Ley 1/2000 (LEC), arts. 72, 73 y 252.
Ley Orgánica 6/1985 (LOPJ), art. 9.
Ley 31/1995 (Prevención de Riesgos Laborales), art. 14.
RDLeg. 1/1995 (TRLET), art. 19.
RDLeg. 2/2015 (TRLET), art. 19.
Ley 36/2011 (LPL), art. 2 a) y b).
PONENTE:
Don José Antonio Seijas Quintana.
SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a tres de Diciembre de dos mil quince.
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al margen indicados, los
recursos extraordinario por infracción procesal y de casación contra la sentencia dictada en grado de Apelación
por la Sección Undécima de la Audiencia Provincial de Madrid, como consecuencia de autos de juicio ordinario nº
1229/2007, seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia nº 18 de Madrid, cuyo recurso fue interpuesto ante la
mencionada Audiencia por la representación procesal de las entidades Uralitas S.A y Uralitas Sistemas de
Tuberías S.A, la Procuradora de los Tribunales doña Rocío Martín Echagüe; siendo parte recurrente doña Tarsila
Juliana y don Felipe Gustavo y don Gustavo Silvio , representados por la Procuradora de los Tribunales doña
Silvia Albadalejo Díaz Alabart.
ANTECEDENTES DE HECHO
Primero.
1. La procuradora doña Silvia Albadalejo Aiaz-Alabart, en nombre y representación de Don Nazario
Olegario , Don Inocencio Alonso , Doña Felisa Marisa ; Doña Tarsila Juliana , Don Felipe Gustavo y Don Gustavo
Silvio , Don Adrian Feliciano , Don Baltasar Marcial , Don Carlos Belarmino , Don Herminio Valeriano , Don Marcos
Eulalio , Don Hilario Herminio , Don Eulalio Aureliano , Don Porfirio Valentin , Don Narciso Melchor , Don Eulogio
Heraclio , Don Sergio Celso , Don Ovidio Paulino , Doña Estibaliz Isidora ; Doña Teodora Ramona , Doña Florinda
Remedios , Doña Inocencia Tomasa , Doña Almudena Teodora , Doña Florinda Tomasa , Doña Camino Violeta y
Doñá Florencia Camino ; Doña Eloisa Tomasa , Doña Visitacion Zaida , Don Daniel Benjamin , Don Landelino
Donato y Don Landelino Gines ; Don Manuel Benedicto , Don Leopoldo Humberto , Don Dimas Teofilo y Don
Florentino Humberto ; Don Leonardo Ismael ; Doña Leonor Zulima , Don Jesus Ovidio doña Valentina Violeta y
Don Gaspar Luis ; Don Miguel Raul , Don Pedro Maximiliano , Don Domingo Jenaro ; Doña Isidora Marisol , Don
Landelino Edmundo , Doña Carolina Trinidad y Don Edmundo Gonzalo ; Don Melchor Leovigildo , y Don Pelayo
Teodoro , se formuló demanda de juicio ordinario contra URALITA S.A. y URALITA SISTEMAS DE TUBERÍAS
S.A., que correspondió por turno de reparto a este Juzgado, y que basó en los hechos y fundamentos de derecho
que estimó oportunos, y terminaba suplicando que se dicte sentencia en la cual se estime la demanda y: A) Se
declare la responsabilidad de URALITA S.A. y se la condene al abono de las siguientes indemnizaciones a favor
de los demandantes (cuyos conceptos se detallan en los fundamentos de derecho de la demanda):
1. Nazario Olegario : 102.095,28 euros.
2.DON Inocencio Alonso : 115.670,87 euros.
3. DOÑA Felisa Marisa : 12.218,85 euros
4. FAMILIARES DE DON Leovigildo Valentin
a) DOÑA Tarsila Juliana (esposa): 81.858,72 euros.
b) DON Felipe Gustavo (hijo): 8.268,56 euros
c) Gustavo Silvio (hijo): 8.268,56 euros
5. DON Adrian Feliciano : 191.847,14 euros
6. DON Baltasar Marcial : 189.567,67 euros
7. DON Carlos Belarmino : 109.161,55 euros
8. DON Herminio Valeriano : 206.087,32 euros
9. DON Marcos Eulalio : 28.755,96 euros
10. DON Hilario Herminio : 130.953,48 euros
11. DON Eulalio Aureliano : 114.843,79 euros
12. DON Porfirio Valentin : 129.843,79 euros
13. Narciso Melchor : 104.177,2 euros
14. Eulogio Heraclio : 28.755,96 euros
15. Sergio Celso 28.755,96 euros
16. DON Ovidio Paulino : 219.625,23 euros
17. DOÑA Estibaliz Isidora : 28.755,96 euros
18. FAMILIARES DE DON Cornelio Ovidio
a) DOÑA Felisa Marisa (esposa): 81.858,72euros
b) DOÑA Teodora Ramona (hija): 9.094,41 euros
c) DOÑA Florinda Remedios : 9.094,41 euros
d) DOÑA Inocencia Tomasa : 9.094,41 euros.
e) DOÑA Almudena Teodora : 9.094,41 euros
f) DOÑA Florinda Tomasa : 9.094,41 euros
g) DOÑA Camino Violeta : 9.094,41 euros
h) DOÑA Florencia Camino : 9.094,41 euros
19. FAMILIARES DE DON Jon Baldomero
a) DOÑA Eloisa Tomasa (esposa) 81 858,72 euros
b) DOÑA Visitacion Zaida (hija) 9094,41 euros
e) DON Daniel Benjamin 9094,41 euros
d) DON Landelino Donato 9094,41 euros
e) DON Landelino Gines 9094,41 euros
20 FAMILARES DE DOÑA Inmaculada Felisa
a) DON Manuel Benedicto (esposo) 81 858,72 euros
b) DON Leopoldo Humberto (hijo): 9.094,41 euros
e) DON Dimas Teofilo 9094,41 euros
d) DON Florentino Humberto 9094,41 euros
21 DON Leonardo Ismael 226 403,17 euros
22 FAMILIARES DE DON Romualdo Pelayo
a) DOÑA Leonor Zulima (esposa) 82 602,89 euros
b) DON Jesus Ovidio (hijo) 9178,10 euros
e) DOÑA Valentina Violeta (hija): 9.178,10 euros
d) DON Gaspar Luis (hijo) 9178,10 euros
23. DON Miguel Raul 126 362,28 euros
24. DON Pedro Maximiliano : 39.393,12 euros.
25 DON Domingo Jenaro 229 506,37 euros
26 FAMILIARES DE DON Andres Fausto
a) DOÑA Isidora Marisol (esposa): 9.000 euros
b) DON Landelino Edmundo (hijo): 3000 euros
e) DOÑA Carolina Trinidad : 3000 euros
d) DON Edmundo Gonzalo : 3.000 euros
27 DON Melchor Leovigildo : 26.145,4 euros
B) Se declare RESPONSABILIDAD DE URALITA SISTEMAS DE TUBERÍAS S.A. por los daños y
perjuicios ocasionados a DON Pelayo Teodoro , condenándola a que abone a éste 240.550,25 euros.
C) Se condene a URALITA S.A. y a URALITA SISTEMAS DE TUBERÍAS al abono a los demandantes de
los intereses por demora correspondientes a las cantidades reclamadas desde la fecha de esta demanda hasta la
fecha de Sentencia, y, a partir de la misma, de los correspondientes intereses procesales.
D) Se condene a las demandadas al abono de las costas del presente procedimiento.
2.- La Procuradora Doña Rocío Martínez Echagüe, en nombre y representación de las entidades Uralitas
S.A y Uralitas Sistemas de Tuberías S.A, planteó declinatoria por falta de jurisdicción, que tras los trámites legales
fue desestimada por auto de 30 de noviembre de 2.007. Conferido traslado a la parte demandada, contestó a la
demanda oponiéndose a la misma, en base a los hechos y fundamentos de derecho que estimó oportunos, y
terminó suplicando que se dictase sentencia desestimando la demanda, con imposición de las costas a la parte
demandante.
3.- Previos los trámites procesales correspondiente y práctica de la prueba propuesta por las partes y
admitidas el Ilmo Sr. Magistrado Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 18 de Madrid, dictó sentencia con fecha
14 de octubre de 2009 , cuya parte dispositiva es como sigue:
FALLO: Se estima parcialmente la demanda interpuesta por la Procuradora Doña Silvia Albaladejo AíazAlba, en nombre y representación de Don Nazario Olegario , Don Inocencio Alonso , Doña Felisa Marisa ; Doña
Tarsila Juliana , Don Felipe Gustavo y Don Gustavo Silvio ; Don Adrian Feliciano , Don Baltasar Marcial , Don
Carlos Belarmino , Don Herminio Valeriano , Don Marcos Eulalio ; Doña Estibaliz Isidora , Don Jon Raimundo ,
Doña Asuncion Nicolasa , Don Hilario Herminio y Doña Paulina Encarnacion , (como herederos de Don Hilario
Herminio );Don Eulalio Aureliano , Don Porfirio Valentin , Don Narciso Melchor , Don Eulogio Heraclio , Don Sergio
Celso , Don Ovidio Paulino , Doña Estibaliz Isidora ; Doña Teodora Ramona , Doña Florinda Remedios , Doña
Inocencia Tomasa , Doña Almudena Teodora , Doña Florinda Tomasa , Doña Camino Violeta y Doña Florencia
Camino ; Doña Eloisa Tomasa , Doña Visitacion Zaida , Don Daniel Benjamin , Don Landelino Donato y Don
Landelino Gines ; Don Manuel Benedicto , Don Leopoldo Humberto , Don Dimas Teofilo y Don Florentino
Humberto ; Doña Rebeca Hortensia , Doña Angela Salome , Don Gabriel Narciso y Don Horacio Urbano ,
(herederos de Don Leonardo Ismael ; Doña Leonor Zulima , Don Jesus Ovidio , Doña Valentina Violeta y Don
Gaspar Luis ; Don Miguel Raul , Don Pedro Maximiliano ; Doña Elena Vanesa , Doña Constanza Nieves , Doña
Monica Ofelia , Doña Adelina Vanesa , Doña Penelope Valentina , (como herederos de Don Domingo Jenaro );
Doña Isidora Marisol , Don Landelino Edmundo , Doña Carolina Trinidad y Don Edmundo Gonzalo ; Don Melchor
Leovigildo , y Don Pelayo Teodoro , defendidos por el Letrado Sr. Morillo González, contra URALITA S.A. y
URALITA SISTEMAS DE TUBERÍAS S.A., representadas por la procuradora Doña Rocío Martín Echagüe y
defendidas por el Letrado Sr. Díez-Picazo y Ponce de León, y:
A) Se declara la responsabilidad de URALITA S.A. se la condena al abono de las siguen indemnización a
favor de los siguientes demandantes:
1) Don Inocencio Alonso : 106.670,87 euros
2) Herederos de Don Leovigildo Valentin :
a) Dona Tarsila Juliana , 81.858,72 euros.
b) Don Felipe Gustavo , 9 094,41 euros
c) Don Gustavo Silvio , 9094,4 1 euros.
3) Don Marcos Eulalio : 22.755,96 euros
4) Herederos de Don Hilario Herminio , (Doña Estibaliz Isidora , Don Jon Raimundo , Doña Asuncion
Nicolasa , Don Hilario Herminio y Doña Paulina Encarnacion ): 107.313,48 euros
5) Don Eulalio Aureliano : 105.843,79 euros
6) Doña Estibaliz Isidora : 22.755,96 euros
7) Herederos de Don Cornelio Ovidio :
a) Doña Felisa Marisa , 81.858,72 euros.
b) Doña Teodora Ramona , 9.094,41 euros
c) Doña Florinda Remedios 9.094,41 euros,
d) Doña Inocencia Tomasa 9.094,41 euros,
e) Doña Almudena Teodora 9.094,41 euros,
f) Doña Florinda Tomasa 9.094,41 euros.
8) Herederos de Don Jon Baldomero :
a) Doña Eloisa Tomasa 81.858,72 euros.
b) Doña Visitacion Zaida , 9.094,41 euros,
c) Don Daniel Benjamin 9.094,41 euros
c)) Don Landelino Donato 9.094,41 euros
e) Don Landelino Gines 9.094,41 euros
9) Herederos de Doña Inmaculada Felisa :
a) Don Manuel Benedicto , 81.858,72 euros.
b) Leopoldo Humberto , 9.094,41 euros
c) Don Dimas Teofilo 9.094,41 euros
d) Don Florentino Humberto 9.094,41 euros
10) Herederos de Don Leonardo Ismael , (Doña Rebeca Hortensia , Doña Angela Salome , Don Gabriel
Narciso , Don Horacio Urbano ) 199.506,3 euros.
11) Herederos de Don Romualdo Pelayo :
a) Doña Leonor Zulima , 82.602,89 euros.
b) Don Jesus Ovidio , 9.178,10 euros
e) Doña Valentina Violeta 9.178,10 euros
d) Don Gaspar Luis 9.178,10 euros
12) Don Miguel Raul : 96.541,59 euros
13) Herederos de Don Domingo Jenaro , (Doña Elena Vanesa , Doña Constanza Nieves , Doña Monica
Ofelia , Doña Adelina Vanesa , Doña Penelope Valentina :199.506,37 euros
14) Herederos de Don Andres Fausto :
a) Doña Isidora Marisol : 9.000 euros
b) Don Landelino Edmundo : 3.000 euros
c) Doña Carolina Trinidad : 3.000 euros
d) Don Edmundo Gonzalo : 3.000 euros
B) Se declara la responsabilidad de URALITA SISTEMAS DE TUBERÍAS S.A. y se la condena al abono a
Don Pelayo Teodoro de 213.856,61 euros. Todas las cantidades indicadas devengarán los intereses legales
desde la interpelación judicial.
Se absuelve a las codemandadas del resto de pretensiones contra ellas deducida. Todo ello sin expresa
condena en costas debiendo cada parte abonar las suyas las comunes por mitad.
Con fecha 12 de noviembre de 2009, se dicto auto de aclaración cuya parte dispositiva dice: Acuerdo
estimar la solicitud de completar la sentencia dictada el 14 de octubre de 2009 , formulada por la procuradora doña
Silvia Albadalejo Diaz-Alabat en la representación que tiene conferida, añadiendo a la misma:
1) En el razonamiento jurídico undécimo, apartado 7) "g) doña Camino Violeta : 9.049,41 euros. h) Doña
Florencia Camino : 9049,41 euros.
2) En el fallo, apartado 7) g) Doña Camino Violeta : 9.049,41 euros. h) doña Florencia Camino : 9.049,41
euros."
Segundo.
Contra dicha sentencia interpuso recurso de apelación la representación procesal de Uralita Sistemas de
Tuberías S.A y Uralita S.A. La Sección Undécima de la Audiencia Provincial de Madrid, dictó sentencia con fecha
21 de Octubre de 2013 , cuya parte dispositiva es como sigue:
FALLO:Que debemos estimar y estimamos parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la
representación procesal de Uralita S.A. y Uralita Sistemas de Tuberías S.A. frente a la sentencia dictada el 14 de
octubre de 2009 por el Juzgado de 1ª Instancia n° 18 de Madrid en los Autos de Juicio Ordinario n° 1229/2007, a
que este rollo se contrae, resolución que revocamos también parcialmente para en su lugar dicta la siguiente:
1).- Se desestima la demanda de los herederos de D. Leovigildo Valentin : a) Dña Tarsila Juliana , b) D.
Felipe Gustavo y D. Gustavo Silvio . 2).- El abono de las indemnizaciones a favor de los siguientes demandantes
serán las que aquí se expresan: a).- D. Inocencio Alonso : 104.490,39.-euros; b).- D. Florencio Millan : 22.190,61.euros; c).- D. Hilario Herminio :106.953,48.-euros; d).- D. Eulalio Aureliano :103.738,50.-euros; e).- Dña. Estibaliz
Isidora : 22.190,61.-euros; f).-Herederos de Don Cornelio Ovidio : Doña Felisa Marisa : 74.417,02.-euros, Doña
Teodora Ramona , 8.268,56.-euros, Doña Florinda Remedios 8.268,56.-euros, Doña Inocencia Tomasa 8.268,56.euros Doña Almudena Teodora 8.268,56.-euros, Dña Florinda Tomasa 8.268,56.-euros; g).- Herederos de D Jon
Baldomero : Doña Eloisa Tomasa 74.417,02.-euros, Doña Visitacion Zaida , 8.268,56.-euros, Don Daniel Benjamin
8.268,56.-euros, Don Landelino Donato 8.268,56.-euros, Don Landelino Gines 8.268,56.-euros h).- Herederos de
Dña. Inmaculada Felisa Don Manuel Benedicto , 74.417,02.-euros, Don Leopoldo Humberto , 8.268,56.-euros, Don
Dimas Teofilo 8.268,56.-euros, Don Florentino Humberto 8.268,56.-euros; i).- D. Leonardo Ismael : 196.403,17.euros; j).- Herederos de D. Romualdo Pelayo : Doña Leonor Zulima , 74.417,02.-euros, Don Jesus Ovidio ,
8.268,56.-euros, Doña Valentina Violeta 8.268,56.-euros, Don Gaspar Luis 8.268,56.-euros; k).- D. Miguel Raul :
94.672,49.-euros; 1).- D. Domingo Jenaro : 196.403,17; II).- Herederos de D. Andres Fausto : Doña Isidora Marisol
: 9.000.-euros, Don Landelino Edmundo : 3.000 euros, Doña Carolina Trinidad : 3.000 euros, Don Edmundo
Gonzalo 3 000 -euros, m) - D Pelayo Teodoro 211 897,61 -euros. En todo lo no expresamente sentado en la
presente resolución, la sentencia recurrida permanecerá incólume y en cuanto a las costas de la Instancia se
estará a lo dispuesto y con respecto a la de esta alzada cada parte abonará las por ella causadas y las comunes si
las hubiera serán por mitad.
Con fecha 17 de diciembre de 2013, se dictó auto de aclaración cuya parte dispositiva dice: " LA SALA
ACUERDA: No procede la subsanación del error material de la sentencia dictada el 21 de octubre de 21013 por
esta sección en el rollo 242/10 solicitado por la representación de doña Tarsila Juliana , don Felipe Gustavo y don
Gustavo Silvio ".
Tercero.
1. Contra la expresada sentencia interpuso recurso extraordinario por infracción procesal la representación
de Uralita S.A y Uralita Sistemas de Tuberías S.A con apoyo en los siguientes MOTIVO: PRIMERO.- Apartado 1º
del artículo 469 de la LEC y denuncia la infracción por la sentencia de las normas sobre jurisdicción y competencia
objetiva.
Asimismo se interpuso recurso de casación con apoyo en los siguientes MOTIVOS:PRIMERO.- Infracción
de normas jurídicas aplicables para resolver el objeto del proceso. En concreto denuncia la infracción del artículo
1902 del Código Civil , cuya aplicación a casos como el que nos ocupa requiere la existencia de culpa o
negligencia. SEGUNDO.- Fundado en el artículo 477.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil denuncia infracción de
normas jurídicas aplicables para resolver el objeto del proceso. En concreto denuncia la infracción por la sentencia
del artículo 1902 del Código civil aplicando la llamada "doctrina del riesgo", sin haber tenido en cuenta su origen,
su fundamento, sus requisitos y sus límites. Entre ellos, la finalidad de tutela de terceros ajenos a la actividad de
que se trate y el límite de los llamados riesgos del desarrollo, en función del estado de los conocimientos médicos,
cientificos técnicos del momento histórico que se enjuicia. TERCERO.- Fundado en el articulo 4771 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil denuncia la infracción por la sentencia de normas jurídicas aplicables para resolver el objeto
del proceso concreto, denuncia la infracción del articulo 1902 del Código civil en relación con el articulo 1273 del
Texto Refundido de la Ley General de Seguridad Social , por no haber tenido en cuenta al fijar las
indemnizaciones las cantidades ya percibidas por los interesados a cargo de la Seguridad Social.
Por la representación procesal de doña Tarsila Juliana , don Felipe Gustavo y don Gustavo Silvio se
interpuso recurso de casación con apoyo en los siguientes MOTIVO: PRIMERO.- Argumentado en el hecho de
que la sentencia objeto del presente recurso, al declarar en su fundamento de derecho undécimo, que en los
supuestos en los que fallece el perjudicado, el plazo de prescripción para la reclamación por parte de sus
familiares comienza a contar desde el diagnóstico de la enfermedad y no desde dicho fallecimiento, resulta
contraria a la jurisprudencia del Tribunal Supremo que, al interpretar lo dispuesto en los artículos 1968.2 y 1969
del CC , determina que el dies a quo en los supuestos de daños físicos o lesiones no comienza a contar hasta que
se conozcan de modo definitivo los efectos de los mismos, que, en el presente supuesto, es el fallecimiento del
perjudicado, pues sólo entonces, y a los fines del art. 1969 del CC , se puede estar en condiciones de ejercitar la
acción evaluando el alcance efectivo y total del daño y el importe de la pertinente indemnización.
Remitidas las actuaciones a la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo por auto de fecha 15 de julio de 2015
se acordó admitir el recurso interpuesto y dar traslado a las partes para que formalizaran su oposición en el plazo
de veinte días.
2.- Admitido el recurso y evacuado el traslado conferido, la procuradora doña Silvia Albadalejo Díaz
Alabart, en nombre y representación de don Nazario Olegario y otros y la procuradora doña Rocío Martín
Echagüe, en nombre y representación de la sociedad Uralita S.A y Uralita Sistemas de Tuberías S.A, presentaron
escritos de impugnación a los mismos.
3.- No habiéndose solicitado por todas las partes la celebración de vista pública, se señaló para votación y
fallo el día 4 de Noviembre de 2015, en que tuvo lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. Jose Antonio Seijas Quintana,
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Primero.
1.- Los actores -un grupo numeroso de perjudicados- interpusieron demanda frente a las mercantiles
Uralita, SA y Uralita Sistemas de Tuberías, SA en ejercicio de la acción de responsabilidad civil extracontractual o
aquiliana de los artículos 1902 y 1903 del Código Civil derivada de los daños ocasionados a trabajadores y a
familiares de estos producidos por el amianto, material empleado por las empresas demandadas. La demanda
tiene entrada en el Decanato de los Juzgados de Madrid el día 23 de julio de 2007.
Defiende la compatibilidad entre las indemnizaciones por accidentes de trabajo y las que pueden dimanar
de actos derivados de los artículos 1902 y 1903 del Código Civil , con cita de jurisprudencia de esta Sala, y añade,
respecto a la responsabilidad extracontractual de la demandada, que no está ligada al incumplimiento del contrato
laboral sino al deber general de no causar daño a otros amparado en la omisión de las cautelas que le son
exigibles en la utilización del amianto para la fabricación de los productos que comercializa, con relación de
causalidad entre la actividad del agente y el daño causado, en el marco de una tendencia jurisprudencial hacia la
objetivación de la responsabilidad en el ejercicio empresarial de actividades peligrosas, con inversión de la carga
de la prueba de la culpa de manera que corresponde al demandado probar que obró con toda la diligencia que le
era exigible; diligencia que no equivale a la simple observancia de las prescripciones impuestas por los
reglamentos pues las mismas se revelan como insuficientes, si no obstante su cumplimiento, el daño se produce.
Entiende que Uralita ha actuado de manera negligente, amparada en una legislación excesivamente
permisiva, y aunque el daño resultara imprevisible ello no le exoneraría de responsabilidad.
2.- En lo que aquí interesa, una vez que las demandadas se personaron en tiempo y forma, plantearon
declinatoria de jurisdicción, que fue desestimada por auto de 30 de noviembre de 2007. Cuestionaban que la
jurisdicción competente para conocer de la demanda fuera la jurisdicción civil y no la social, por lo que vuelve a
reproducir en apelación la excepción de incompetencia de jurisdicción, basándose en la sentencia de esta Sala Pleno- de 15 de enero de 2008 , que la sentencia de la Audiencia Provincial rechazó, con cita tanto de esta
sentencia como de la de 11 de septiembre de 2009. Recogiendo argumentos de esta Sala, dice lo siguiente:
"Aunque esta Sala haya examinado de oficio su competencia en asuntos referidos a los accidentes laborales por
los que se reclama ( SSTS de 17 de noviembre y 15 de diciembre de 2008 , entre otras), es preciso tener en
cuenta ahora que la doctrina referida la ha matizado recientemente la STS de 11 de septiembre de 2009, RC Nº
1997/2002 , la cual se pronuncia acerca de la inoportunidad de aplicarla a procesos, como el presente, iniciados al
amparo de una normativa orgánica, sustantiva y procesal interpretada ahora de forma distinta. Según resulta de
esta sentencia, las razones apuntadas hasta entonces por la doctrina que emana de la de 15 de enero de 2008 no
constituyen motivo suficiente para considerar que la competencia jurisdiccional sobre la pretensión ejercitada en
este proceso corresponde al orden social y negar la legitimidad del orden jurisdiccional civil para conocer de un
asunto que se inicia con la cobertura que le proporcionaba una reiterada jurisprudencia al respecto, siendo
además la solución de apreciar de oficio la falta de jurisdicción, en casos como el de autos, contraria a la esencia
misma del derecho a la tutela judicial efectiva, pues no se compadece con esa tutela que a partir de una
interpretación posterior de la normativa, y después de que han pasado más de cinco años desde que se interpuso
la demanda, se declare inadmisible en la jurisdicción en la que había sido planteada vulnerando los derechos a la
tutela judicial efectiva sin indefensión, y a la evitación de dilaciones indebidas". Añadiendo "esta Sala ha señalado
que si bien pueden existir acciones diferentes para alcanzar la total compensación del daño ocasionado por un
accidente de trabajo, la compatibilidad no queda excluida cuando mediante las prestaciones de la Seguridad
Social no se alcanza la completa reparación del daño. La finalidad de la indemnización es la de reparar el daño
causado y no la de enriquecer el perjudicado, de modo que para evitar un posible enriquecimiento injusto en la
determinación de la indemnización, se debe concretar cuál es el daño producido y el importe por el que se
indemniza".
A ello añade lo siguiente: " aunque la sentencia del pleno del Tribunal Supremo de 15 de enero de 2008
señala que para que sea competencia la jurisdicción civil el daño ha de deberse a normas distintas de aquellas
que regulan el contenido de la relación laboral, declara competente esta jurisdicción al haber sido demandados
terceros que no tenían relación laboral con la víctima del accidente. Pues bien, en el caso tratado no todos los
demandante son trabajadores de las empresas demandadas sino personas vinculadas a ellos y que reclaman por
daño moral o aquellos que demandan por haberse visto perjudicados por la exposición indirecta al polvo de
amianto. Procede por todo ello desestimar este motivo del recurso para evitar el peregrinaje de jurisdicción y no
vulnerar así la tutela judicial efectiva del art. 24 CE , que provocaría un nuevo retraso".
3.- En cuanto al fondo del asunto tanto la sentencia del Juzgado como la de la Audiencia Provincial,
estimaron la demanda y condenaron a las demandadas al pago de distintas cantidades a aquellos demandantes
cuyas acciones no fueron declaradas prescritas.
4.- Uralita, SA y Uralita Sistemas de Tuberías, SA formulan un doble recurso: extraordinario por infracción
procesal y de casación. Doña Tarsila Juliana , don Felipe Gustavo y don Gustavo Silvio formulan recurso de
casación.
5.- La parte actora se opuso inicialmente al recurso porque la cuantía del procedimiento no permite su
admisión, dado que, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 252.1 de la LEC , quedó fijada en la acción de
mayor valor, que era la de don Pelayo Teodoro , que reclamaba una indemnización de 240.550,35 euros, a la cual
no se opuso la demandada.
Se desestima.
La doctrina jurisprudencial sentada en la Sentencia de Pleno de fecha 9 de diciembre de 2010 (RC.
1433/2006 ), que se reitera en las sentencias de 17 de junio de 2011 (RJ 2011/4639 , 28 de mayo (RJ 2012/6545
), 6 de junio de 2012 (RJ 2012/6702 ), 18 de junio 2013 (RJ 2013/4630 ) y 10 de julio 2014 (RJ 2014/4318), dice lo
siguiente:
"...cuando en el proceso exista pluralidad de objetos o de partes, la cuantía vendrá determinada por la
suma del valor de todas las acciones acumuladas en aquellos casos en los cuales exista identidad de título o de
causa de pedir. Esta premisa no sufre alteración alguna en la LEC (según reconoce implícitamente el ATS 2 de
junio 2009 (RC núm. 1481/07 ), pues el artículo 252, 2ª LEC , entre otras reglas, establece que, cuando en el
proceso exista pluralidad de objetos o de partes, si las acciones acumuladas provienen del mismo título la cuantía
vendrá determinada por la suma del valor de todas las acciones acumuladas. El concepto de título no debe ser
interpretado en sentido estricto, sino que debe entenderse que se incluye también la causa de pedir, pues el
artículo 252. 2ª LEC , aplicando criterios sistemáticos, debe ser interpretado en relación con lo dispuesto en el
artículo 72 LEC , en el cual se establece que podrán acumularse, ejercitándose simultáneamente, las acciones
que uno tenga contra varios sujetos o varios contra uno, siempre que entre esas acciones exista un nexo por
razón del título o causa de pedir.
En suma, para la acumulación de cuantías en el supuesto que estamos considerando es exigible que sea
el mismo el negocio jurídico (título) o sean los mismos los hechos en que se fundamentan sustancialmente las
diversas pretensiones acumuladas (causa de pedir)".
RECURSO EXTRAORDINARIO POR INFRACCIÓN PROCESAL
Segundo.
Se formula un único motivo al amparo del ordinal 1º del artículo 469.1 LEC en el que se denuncia la
infracción por la sentencia de las normas sobre jurisdicción y competencia objetiva. La jurisdicción civil, se dice, no
es competente para conocer de la demanda porque cuando se imputa a una empresa responsabilidad como
consecuencia de una enfermedad profesional, estamos ante daños producidos con ocasión del contrato de trabajo
y en el seno de la relación laboral y su conocimiento está encomendado a la jurisdicción social, tanto por el
artículo 9,5 LOPJ , como por el artículo 2. a) de la LPL .
En este supuesto los recurrentes plantearon declinatoria por falta de jurisdicción e impugnaron la
sentencia de instancia por esta cuestión. El criterio mantenido en el recurso fue definitivamente sentado por la
STS de 15 de enero de 2008 al fijar como doctrina que "las reclamaciones de responsabilidad del empresario que
sean consecuencia del incumplimiento del contrato de trabajo, de cuyo contenido forman parte las obligaciones
relativas a la seguridad de los trabajadores, deben ser competencia de la jurisdicción social". Se argumenta
asimismo que las excepciones a la no aplicación de esta doctrina en procesos iniciados con anterioridad a dicha
sentencia, en aras al respeto al derecho a la tutela judicial efectiva y para evitar dilaciones indebidas, se refieren a
aquellos procesos en los que en ninguna de las instancias se planteó la declinatoria o se cuestionó la jurisdicción.
Por último, en relación a aquellas reclamaciones formuladas por familiares, se razona que no impiden el
conocimiento por la jurisdicción social al reclamar en calidad de sucesores de trabajadores fallecidos.
Se estima, con las precisiones que más adelante se dirán.
1.- La jurisdicción es improrrogable ( artículo 9.6 LOPJ ). La jurisdicción es un presupuesto procesal
absoluto para el válido desarrollo de la relación jurídico procesal y como tal de obligada observancia por su
naturaleza de orden público, por lo que su control en modo alguno puede negarse al Tribunal superior que tiene la
competencia para conocer y resolver los recursos que ante el mismo se interpongan, cuando consta claramente la
falta de la misma.
2.- Esta Sala, a partir de la doctrina sentada por las sentencias de pleno, de 15 de enero de 2008, RC nº
2374/2000 , RC n.º 2374/2000 , viene considerando, en aplicación del art. 9 LOPJ , que en supuestos de
reclamaciones civiles como consecuencia del incumplimiento de una relación laboral creada por un contrato de
trabajo, para deslindar la competencia de cada uno de los dos órdenes en conflicto, civil y social, es decisivo
determinar si el daño se imputa a un incumplimiento laboral o bien a una conducta ajena totalmente al contrato de
trabajo, de manera que, encontrándose en el ilícito laboral el fundamento para imputar la responsabilidad en la
infracción de una norma reguladora de esta materia, ya sea estatal, o colectiva, para delimitar el incumplimiento
laboral se debe estudiar, por tanto, si existe la infracción del deber de protección y la calificación de los hechos, en
los que se requiere que el empresario actúe como tal. Resultado de todo lo anterior es que será competente la
jurisdicción social siempre que el daño dimane de la vulneración de normas reguladoras de la relación laboral,
incluyendo las que desarrollan los deberes del empresario, entre los que se encuentra el de proteger eficazmente
al trabajador en materia de seguridad e higiene ( arts. 5 d ) y 19 E.T . y 14 de la Ley 31/1995, de Prevención de
Riesgos Laborales ), siendo únicamente competente la jurisdicción civil cuando conste que el daño se funda en la
infracción de normas distintas de aquellas que regulan el contenido de la relación laboral.
3.- Es cierto que esta doctrina se ha matizado en sentencias posteriores ( SSTS 11 de septiembre 2009 ; 9
de marzo 2010 ; 31 de mayo y 20 de octubre 2011 ). La aceptación de las anteriores conclusiones, se argumenta,
"no es suficiente para considerar que la competencia jurisdiccional sobre la pretensión ejercitada en este proceso
corresponde al orden social y negar la legitimidad del orden jurisdiccional civil para conocer de un asunto que se
inicia con la cobertura que le proporcionaba una reiterada jurisprudencia al respecto. Lo contrario contradice la
misma esencia del derecho a la tutela judicial efectiva, pues contrario a esta tutela es que a partir de una
interpretación posterior de la normativa, y después de que han pasado más de diez años desde que se interpuso
la demanda, se inadmita a trámite en la jurisdicción en la que había sido planteada, pasando absolutamente por
alto que este mismo Tribunal, en ocasiones y, precisamente tras ponderar las circunstancias del caso, acuñó la
doctrina del peregrinaje enraizando principios procesales con los constitucionalmente protegidos -la tutela judicial
efectiva sin indefensión, y la evitación de dilaciones indebidas"-.
Se trata de la asunción excepcional de la competencia de la jurisdicción civil para conocer de estas
reclamaciones en aquellos asuntos anteriores a la fijación del nuevo criterio.
La matización contenida en la sentencia de 11 de septiembre de 2009 se hace sobre la base de los
siguientes presupuestos: 1º) proceso iniciado antes de la sentencia de 15 de enero de 2008 ; b) ausencia de
alegación y debate, tanto en primera instancia como en el recurso de apelación de la cuestión de competencia de
jurisdicción que obligaría a la apreciación de oficio, y c) concurrencia de circunstancias especiales referidas al
tiempo de solución del conflicto.
Ninguno de ellos se da en el supuesto enjuiciado.
Cualquier duda interpretativa queda zanjada en la sentencia de 27 de febrero de 2012 (la demanda se
presentó en este caso el 13 de julio de 2005), la cual "en recta interpretación" de la doctrina sentada en la
Sentencia de 11 de septiembre de 2009, recuerda que esta se refiere a los supuestos en los que en ninguna
instancia ha sido alegada la posible incompetencia de la jurisdicción civil, "siendo contrario al que ahora se trata
pues, en el presente caso, la falta de competencia fue alegada por la demandada-recurrente, ya desde la
contestación a la demanda, y en la Audiencia Previa del juicio ordinario, supuesto distinto al de la citada Sentencia
del Pleno y al de la STS 25 de marzo de 2011 (Rec 754/2007 ), donde en ambos casos no se había hecho
alegación alguna de incompetencia en ninguna de las instancias, y que resolvieron manteniendo la competencia
de la jurisdicción civil, y semejante al de la sentencia de 25 de febrero de 2010 (RJ 2010,1480), donde sí se había
alegado esa incompetencia, como en el caso presente, y donde se resolvió declarando la falta de competencia de
la jurisdicción civil".
Pues bien, cuando se dicta la sentencia del Juzgado ya se conocía el criterio de la Sala, pese a lo cual no
se aplicó, como tampoco lo hizo la sentencia de la Audiencia Provincial, propiciando la continuación del asunto
hasta casación, pese a ser haber sido cuestionada la jurisdicción desde el inicio del procedimiento.
4.- Se dice en la demanda que esta no se fundamenta en el cumplimiento o incumplimiento por parte de
las demandadas de la normativa propia de la relación de trabajo, sino en la existencia de una clara
responsabilidad extracontractual, para cuya apreciación resulta indiferente esta circunstancia.
Es cierto que los criterios utilizados hasta la sentencia de Pleno para determinar la competencia de la
jurisdicción civil distinguían, en general, según fuera lo pedido en la demanda; de tal forma que, si la demanda se
basaba en la infracción exclusiva de normas laborales, se declaraba la competencia de la legislación laboral y la
consiguiente incompetencia de la jurisdicción civil ( SSTS de 6 marzo , 4 mayo y 28 septiembre 2006 ), mientras
que si se fundaba en la culpa extracontractual o aquiliana de los empresarios demandados, se declaraba la
competencia de la jurisdicción civil ( SSTS 20 julio y 4 octubre 2006 ), por exigir hasta la citada sentencia que la
demanda se basara inexorablemente en normas meramente civiles, por lo tanto, excluidas las laborales.
Sin embargo, la sentencia de 15 enero 2008 formula la doctrina que se ha expuesto por lo que si bien la
demanda se refiere a los artículos 1902 y 1903 del Código Civil , la acción u omisión culposa de las empresas
demandadas se sitúa en el incumplimiento por las misma de la normativa existente sobre prevención de riesgos
laborales y en el incumplimiento de los deberes de seguridad e higiene impuestos por tal normativa, consecuencia
de lo cual fue que durante el desempeño de su actividad laboral los actores inhalaran durante años una sustancia
altamente nociva para el organismo sin los medios de protección exigibles y, en consecuencia, que contrajeran la
grave enfermedad que desarrollaron, lo que determina la incompetencia de la jurisdicción civil para conocer de las
pretensiones formuladas en la demanda, de acuerdo con lo que establecen los artículos 9.5 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial y 2 a) de la Ley de Procedimiento Laboral , que sientan la competencia de la jurisdicción social para
conocer de la demanda de responsabilidad por daños causados con ocasión del contrato de trabajo o de la
relación laboral.
En definitiva,resulta irrelevante que la responsabilidad discutida pudiera calificarse de extracontractual,
según los criterios de esta Sala 1ª, pues "lo decisivo es que el daño se impute a un incumplimiento laboral y no
civil", como ya venía señalando la Sala IV del Tribunal Supremo (SS de 22 de junio de 2005 ; 13 de octubre 2011
).
5.- Cierto es que la sentencia de 15 enero 2008 estableció una excepción a la regla de jurisdicción
determinada por el hecho de que entre los demandados figuren personas que no tuvieran ninguna relación
contractual laboral con la víctima del accidente, estableciendo la siguiente doctrina: "debe descartarse la
declaración de exceso de jurisdicción y en virtud de la vis atractiva de la jurisdicción civil establecida en el Art. 9.22
LOPJ , debe declararse la competencia de esta jurisdicción para conocer la acción de responsabilidad interpuesta
por la demandante [...]. Al no poder dividirse la causa, esta vis atractiva afectará también a aquellas demandadas,
una de las cuales es ahora recurrente, que ostentaban una relación laboral con el trabajador fallecido".
Ocurre en este caso lo siguiente. Por un lado, la demanda se formula no solo por los trabajadores
directamente afectados, sino por los familiares de aquellos trabajadores fallecidos por el daño ocasionado, y, por
otro, la reclamación trae causa de la enfermedad contraída por tres amas de casa (una de ellas fallecida) como
consecuencia de manipular la ropa de trabajo de sus esposos y, por tanto, sin ninguna relación de contrato
susceptible de derivar el asunto a la jurisdicción social puesto que carece de competencia para ello.
En el primer caso - familiares de trabajadores fallecidos-, no estamos en el supuesto de la sentencia. La
legitimación viene determinada por la relación de contrato de trabajo como sucesores de los antiguos trabajadores
de Uralita y trae causa directa del accidente de trabajo y de la relación laboral que mantenían los afectados con la
empresa.
Cualquier duda al respecto, ha quedado resuelta en la Ley 36/2011, de 10 de octubre, reguladora de la
jurisdicción social, en cuyo artículo 2 b dispone que los órganos jurisdiccionales del orden social conocerán de las
cuestiones litigiosas que se promuevan "en relación con las acciones que puedan ejercitar los trabajadores o sus
causahabientes contra el empresario o contra aquellos a quienes se les atribuya legal, convencional o
contractualmente responsabilidad, por los daños originados en el ámbito de la prestación de servicios o que
tengan su causa en accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, incluida la acción directa contra la
aseguradora y sin perjuicio de la acción de repetición que pudiera corresponder ante el orden competente".
Es decir, que incluso en el supuesto contemplado por la sentencia de Pleno de esta Sala, la atribución de
competencia al orden civil, por la reclamación a personas ajenas a la relación laboral, quedaría sin efecto, como
ya venía sosteniendo la Sala IV del Tribunal Supremo. Esta doctrina jurisprudencial, señala, queda reflejada en la
atribución de competencias al orden jurisdiccional social en la nueva Ley Reguladora de la Jurisdicción Social (L.
36/2011, de 10 de octubre) que afronta la concentración de la materia laboral en el orden social de la jurisdicción,
para que sea la jurisdicción social la competente para enjuiciar todas las cuestiones relativas a accidentes de
trabajo y enfermedades profesionales, así como conjuntamente a todos los sujetos que hayan concurrido en la
producción del daño sufrido por el trabajador en el marco laboral, o en conexión directa con el mismo ( SS de 14
de octubre de 2011 ; 30 de octubre 2012 ).
El criterio de no dividir la continencia de la causa es el que informa este criterio, incluyendo en el mismo
procedimiento ante la jurisdicción social la responsabilidad contra los técnicos intervinientes como garantes de la
seguridad porque se trata de la misma causa de pedir y del mismo fundamento de la responsabilidad (infracción
de medidas de seguridad) propia del ámbito laboral.
En el segundo caso, quienes reclaman por perjuicio propio son unas amas de casa ajenas al contrato de
trabajo puesto que el daño no está vinculado a ninguno de los supuestos que determinan la competencia de la
jurisdicción social, expresados en el auto de 28 febrero 2007, que resume los criterios utilizados por la Sala de
conflictos, de manera reiterada y constante, desde el año 1993: a) en la relación entre empresario y trabajador, la
responsabilidad tiene un marcado carácter contractual al derivarse el daño de un contrato de trabajo; b) la
obligación de prevención forma parte, normativamente, del contrato; c) la obligación impuesta ex lege , debe
implicar que "[la] no observancia de las normas garantizadoras de la seguridad en el trabajo, por el empleador,
constituye un incumplimiento del contrato de trabajo, contrato que es el parámetro esencial para determinar y
delimitar la competencia[...]" , de manera que cuando se demanda una indemnización por el contrato de trabajo
"que se ha producido como consecuencia de la infracción de una obligación se seguridad[...]", la competente será
la jurisdicción social, en virtud de lo dispuesto en el artículo 9 LOPJ .".
Tercero.
La consecuencia es doble. De un lado declarar la incompetencia de esta jurisdicción para conocer de la
reclamación formulada en la demanda por los trabajadores de las demandadas y herederos de las personas
fallecidas, declinándola en favor de la jurisdicción social y, como consecuencia, no entrar en el análisis y
resolución de recurso formulado por doña Tarsila Juliana , don Felipe Gustavo y don Gustavo Silvio , cuya acción
se declaró prescrita en la sentencia. De otro mantener la competencia de esta Sala para resolver sobre las
reclamaciones formuladas por doña Estibaliz Isidora y los familiares de doña Inmaculada Felisa por el daño sufrido
como consecuencia de la manipulación de la ropa de sus esposos, manteniendo el pronunciamiento de la
sentencia que declara prescrita la acción por daño propio de doña Felisa Marisa , que no ha sido recurrida.
Únicamente en este concepto.
Y es así porque su reclamación debe ser enjuiciada por la jurisdicción civil puesto que no le afecta la
doctrina contenida en la jurisprudencia de ésta Sala (en la sentencia de 15 enero 2008 se analiza el caso desde la
perspectiva de los demandados y no de los demandantes). Con ello no se divide la continencia de la causa que
justifique el conocimiento conjunto de las acciones ejercitadas en la jurisdicción civil evitando la existencia de
sentencias injustificadamente discordantes. Las acciones no solo son distintas, sino que tampoco existe una
conexión entra ellas en su aspecto fáctico y además su enjuiciamiento corresponde a jurisdicciones diferentes
habiéndose acumulado en contra de lo dispuesto en el artículo 73 de la LEC , que tampoco cede por la vis
atractiva de esta jurisdicción, conforme al artículo 9 LOPJ , puesto que ninguna de ellas está vinculada a una
relación laboral, sino al daño que resulta de la culpa o negligencia de un tercero con el que ninguna relación
tienen, o lo que es lo mismo, el daño no se imputa a un incumplimiento laboral, porque no son trabajadoras del
causante del daño, sino a la responsabilidad del artículo 1902 del Código Civil , para cuyo enjuiciamiento no
resulta competente la jurisdicción social.
RECURSO DE CASACION.
Cuarto.
El recurso de casación se articula en tres motivos. En el primero se denuncia la infracción del artículo
1902 CC , en cuanto a la aplicación del principio de responsabilidad por culpa al supuesto litigioso. Se argumenta
que los criterios de atenuación de la responsabilidad por culpa no tienen aplicación cuando se trata de
responsabilidad por accidentes de trabajo y por enfermedades profesionales, porque en estos supuestos existe ya
un régimen de responsabilidad objetiva -la cobertura ofrecida por la Seguridad Social- y no tendría fundamento,
aunque exista compatibilidad de ambas responsabilidades, superponer a dicho régimen legal de responsabilidad
otra responsabilidad de la misma clase, con base a una interpretación correctora del artículo 1902 CC .
En el motivo segundo se denuncia la infracción del artículo 1902 CC interpretado y aplicado conforme a la
llamada "doctrina del riesgo", sin haber tenido en cuenta su origen, su fundamento, sus requisitos y sus límites. En
su desarrollo se sostiene, siempre para el supuesto de que no se estime el motivo primero, que de aplicar el
artículo 1902 CC , en relación a la responsabilidad por enfermedades profesionales, conforme a la doctrina del
riesgo, la sentencia habría aplicado esta doctrina de forma inadecuada por las siguientes razones:
-Porque a la altura de nuestro tiempo y en atención al estado de nuestro ordenamiento jurídico, la referida
doctrina no puede extenderse más allá de los supuestos en que ha sido normativamente establecida por el
legislador.
-Porque las normas y la jurisprudencia que objetivan la responsabilidad lo hacen a favor de terceros
ajenos a la actividad, generalmente industrial o empresarial de que se trate, y en el supuesto los perjudicados eran
antiguos trabajadores de las factorías de Uralita de Getafe y de Valdemoro.
-Porque olvida que incluso los supuestos de responsabilidad objetiva, tienen como límite el estado de los
conocimientos médicos y científicos, y la aptitud de los medios técnicos disponibles, de forma que no cubren los
llamados riesgos del desarrollo. En concreto en relación con los riesgos del asbesto tanto las regulaciones como
las empresas fueron adoptando las medidas de protección disponibles hasta el momento, año 2002, en que se
optó por la prohibición por la práctica imposibilidad de suprimir los riesgos inherentes al trabajo con asbesto.
En el motivo tercero se denuncia la infracción del artículo 1902 CC , en relación con el artículo 127.3
TRLGSS, por no haber tenido en cuenta, al fijar las indemnizaciones, las cantidades ya percibidas por los
interesados a cargo de la Seguridad Social. Partiendo de que la mejor jurisprudencia ha precisado que la
responsabilidad adicional del artículo 1902 CC debe estar encaminada a cubrir la eventual diferencia entre el daño
reparado por las prestaciones de la seguridad social y el daño total producido por el accidente o la enfermedad
profesional, en virtud de los principios de realidad del daño, de evitación de sobre indemnizaciones y del principio
del enriquecimiento injustificado; la sentencia de la Audiencia habría infringido esta interpretación al no haber
tenido en cuenta las cantidades percibidas o que hubieran podido percibir los demandantes de la Seguridad
Social.
Se interesa de la Sala que proceda a fijar las indemnizaciones atendiendo a la cobertura prestada por la
Seguridad Social, en los términos que la Sala estime conveniente o en cualquiera de la alternativas que se ofrecen
que son: desestimar la demanda por falta de prueba del daño real, desestimarla por falta de prueba de los daños
adicionales a los ya cubiertos, fijar una indemnización simbólica por daño moral o eliminar directamente, para
evitar la duplicidad, la partida correspondiente a la incapacidad típicamente cubierta por la Seguridad Social.
Se desestiman.
1. No es posible partir del carácter estrictamente laboral de los daños causados a las amas de casa
afectadas por lavar la ropa de sus esposos trabajadores de Uralita, por lo que tampoco ninguna cantidad
procedería detraer en razón a lo percibido por la Seguridad Social.
2. La doctrina del riesgo no es aplicable a las actividades laborales con carácter general, sino sólo a las
que realmente comportan una creación de riesgos de evidente magnitud, lo que no es del caso puesto que su
aplicación se hace en favor o en protección de terceros ajenos a la actividad empresarial y no de los propios
sujetos de la actividad económica o industrial, como son los trabajadores, que en ella obtienen también su utilidad
o beneficio.
3. La jurisprudencia no ha llegado al extremo de erigir el riesgo como criterio de responsabilidad con
fundamento en el artículo 1902 CC ( SSTS 6 de septiembre de 2005 , 17 de junio de 2003 , 10 de diciembre de
2002 , 6 de abril de 2000 y, entre las más recientes, 10 de junio de 2006 y 11 de septiembre de 2006 , 5 de abril
de 2010 y 22 de septiembre de 2005 ), y ha declarado que la objetivación de la responsabilidad civil no se adecua
a los principios que informan su regulación positiva. La aplicación de la doctrina del riesgo, ncuya entidad está en
consonancia con la importancia de los daños que pueden ocasionarse, se traduce en una acentuación de la
diligencia exigible para adoptar las medidas que eviten los accidentes con consecuencias dañosas para las
personas o las cosas, en una posición procesal más gravosa en el ámbito probatorio y una cierta presunción de
culpabilidad o reproche culpabilístico, que facilitan las reclamaciones de los perjudicados debilitando la respuesta
exculpatoria de la entidad titular del servicio ( STS 28 de julio 2008 ).
La responsabilidad de tipo subjetivo es el sistema común de responsabilidad, o lo que es lo mismo, la
responsabilidad extracontractual responde al principio de la culpa del autor del daño, no convirtiéndose en objetiva
por la facilitación de la prueba, ya que como afirmaba la sentencia de 27 enero 1987 , si ello fuera así,"(s) e caería
en una responsabilidad por el resultado, propia de épocas primitivas, y que no puede por sola servir de base a
aquella responsabilidad por creación de riesgos o peligros (...)" ( STS 7 de enero 2008 ).
Se requiere la concurrencia del elemento subjetivo de culpa, lo que se ha venido llamando un reproche
culpabilistico, que sigue siendo básico en nuestro ordenamiento, a tenor de lo preceptuado en el artículo 1902 CC
, el cual no admite otras excepciones que aquellas que se hallen legalmente previstas en la ley ( SSTS de 3 abril
2006 , 23 de mayo 2008 ).
Siendo ello así, sí puede ser estimada la reclamación de estas personas. Desde el punto de vista de la
imputación objetiva del resultado lesivo al agente, contrariamente a lo que se sostiene, la responsabilidad de las
demandadas no se hace descansar únicamente en el riesgo creado por la utilización de un producto como el
amianto, sino que, con absoluto respeto al sistema tradicional culpabilístico, se asienta en la omisión de la
diligencia extrema que cabía exigirles en atención a un riesgo previsible, que se invoca para poner de manifiesto la
conducta de los demandados y el peligro creado por el material empleado, lo que no les exime de responsabilidad
en el ámbito de la culpa civil sobre la base de una causalidad debidamente fundamentada en lo material y en lo
jurídico, y de un pronunciamiento sobre el fondo que sólo va a afectar a las tres demandantes en la exclusiva
condición de amas de casa, aunque represente una empresa o explotación permitida.
Y es que, no se trata de analizar si Uralita S.A cumplió o no con la normativa laboral en materia de
prevención de riesgos por la manipulación de asbesto o amianto, lo que es propio de la jurisdicción social, sino si
aquélla actuó frente a terceros ajenos a esta relación con la diligencia exigible una vez que a partir de los años
cuarenta va teniendo un mayor conocimiento del riesgo que en general suponía la exposición al polvo de amianto,
incluso para terceros ajenos a la relación laboral, que sabía que podían entrar en contacto con fibras de amianto
por ocuparse del lavado y cuidado en su casa de la ropa, y no en la propia empresa, como ha sucedido en el
supuesto enjuiciado.
Quinto.
En consecuencia, la competencia para el conocimiento del proceso corresponde a la jurisdicción social,
salvo la reclamación formulada por doña Estibaliz Isidora por daño propio y no como viuda de don Hilario Herminio
, los familiares de doña Inmaculada Felisa y doña Felisa Marisa que corresponde a esta jurisdicción. En cuanto a
costas, no procede imponer especialmente a ninguna de las partes las causadas en las instancias. Tampoco las
originadas por los recursos.
Por lo expuesto,
EN NOMBRE DEL REY
y por la autoridad conferida por el pueblo español.
FALLAMOS
1º. Estimar en parte el recurso extraordinario por infracción procesal interpuesto por la representación de
Uralita, S.A. y Uralita Sistemas de Tuberías, S.A contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Madrid
-Sección 11ª- de fecha 21 de octubre de 2012 , declarando la incompetencia de la jurisdicción civil para conocer
de la demanda, salvo de la reclamación formulada por doña Estibaliz Isidora , los familiares de doña Inmaculada
Felisa y doña Felisa Marisa , cuyo conocimiento corresponde a esta jurisdicción, quedando para los demás a salvo
el derecho a ejercitar las pretensiones ante la jurisdicción social.
2º. Desestimar el recurso de casación en lo que respecta a doña Estibaliz Isidora , los familiares de doña
Inmaculada Felisa y doña Felisa Marisa , manteniendo la sentencia de la Audiencia Provincial.
3º. Nos abstenemos de conocer del recurso de casación formulado por doña Tarsila Juliana y don Felipe
Gustavo y don Gustavo Silvio , por corresponder el conocimiento del asunto al orden jurisdiccional social.
4º. No hacer especial declaración sobre las costas de ninguna de las instancias. Tampoco de las
generadas por el recurso extraordinario por infracción procesal y de casación.
Líbrese al mencionado tribunal la certificación correspondiente, con devolución de los autos y rollo de
Sala.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las
copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos Francisco Marin Castan. Jose Antonio Seijas
Quintana Antonio Salas Carceller. Francisco Javier Arroyo Fiestas Eduardo Baena Ruiz.Firmado y Rubricado.
PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el EXCMO. SR. D. Jose Antonio Seijas
Quintana, Ponente que ha sido en el trámite de los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala
Primera del Tribunal Supremo, en el día de hoy; de lo que como Secretario de la misma, certifico.
El contenido de la presente resolución respeta fielmente el suministrado de forma oficial por el Centro de
Documentación Judicial (CENDOJ). La Editorial CEF, respetando lo anterior, introduce sus propios marcadores,
traza vínculos a otros documentos y hace agregaciones análogas percibiéndose con claridad que estos elementos
no forman parte de la información original remitida por el CENDOJ.
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