N° 234 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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Nº 234
10
días
reunieron
En
del
mes
en
de
la
ciudad
Diciembre
Acuerdo
los
de
Venado
del
Señores
Año
Dos
Vocales
Tuerto,
a
los
Mil
Nueve,
se
la
Cámara
de
de
Apelación en lo Penal de esta ciudad, Dres. Fernando Vidal,
Tomás G. Orso y Carlos Chasco, Vocal de la Cámara de Apelación
en lo Civil, Comercial y Laboral local con el fin de dictar
sentencia definitiva en el proceso seguido a J. M. C., hijo de
Gregorio y de Dolores Britos, argentino, nacido en Quitilipi
(Chaco) el 30 de Octubre de 1966, prontuario Nº 1.443.428 I.
G. de la UR II por la presunta comisión del delito de ABUSO
SEXUAL CON ACCESO CARNAL CON UNA MENOR DE TRECE AÑOS Y LUEGO
DE
ESTA
EDAD
CON
AMENAZAS,
AGRAVADO
POR
LA
CONVIVENCIA
PREEXISTENTE CON LA VICTIMA en causa Nº 158/2009
de esta
Cámara.
Estudiados los autos, se resolvió plantear
las siguientes cuestiones:
1) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA?
2) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR
EN DEFINITIVA?
Practicado el sorteo de ley, resultó que
la
votación
debía
efectuarse
en
el
siguiente
orden:
Dres
Vidal, Orso y Chasco.
A la primera cuestión planteada, el Dr.
Fernando Vidal, manifestó:
I) Contra el Fallo Nº 130 del 30 de Junio
de 2009 que condena a J. M. C., con demás datos de identidad
obrantes
en
autos,
a
la
pena
de
nueve
años
de
prisión,
accesorias legales y costas (Arts. 12, 29 inc. 3º del C.P ;
167 y 168 del C.P.P.) como autor penalmente responsable de
delito de ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL CON UNA MENOR DE
TRECE AÑOS Y LUEGO DE ESTA EDAD CON AMENAZAS, AGRAVADO POR LA
CONVIVENCIA PREEXISTENTE CON LA VICTIMA (Art. 119 párrafos 1,
3 y 4 ítem F, en función de los arts. 45 y 55 del C.P.),la
Defensa interpuso recurso de apelación, el que fue concedido a
fs. 123 de autos.
1)
La
Dra.
Luisa
Fernanda
Cañavate,
Defensora de J. M. C., manifiesta que los elementos tenidos en
cuenta por el A-quo para llegar a la convicción de la autoría
de
su
pupilo
sobre
los
hechos
que
se
le
imputan
son
la
denuncia de la Sra. Duarte, una carta manuscrita, los informes
médicos forenses y la Cámara Gessell.
Señala,
respecto
de
la
misiva
que
dio
lugar a la denuncia contra su defendido, que la menor sólo
expresa que fue manoseada por “Nito”, no haciendo referencia a
ningún tipo de acceso carnal y que las continuas agresiones
físicas y psíquicas sufridas Maira por parte su madre y sus
hermanos, bien pudieron ocasionar su deterioro emocional, del
que da cuenta el informe obrante a fs. 19.
Agrega
circunstancias
que
hacen
que
dudar
son
de
la
numerosas
denuncia
de
la
las
Sra.
Alicia Duarte, madre de la víctima. Menciona como ejemplo los
dichos de ésta respecto a que mandaba a Maira a la casa de C.
a buscar el dinero de la manutención porque era su hija mayor,
siendo que no es así ya que la mayor de los hermanos es
Soledad Lilia Giudice, quien le lleva cuatro años a Maira.
Advierte también que es llamativo que a
pesar
de
que
Maira
declaró
haber
sufrido
abusos
de
su
padrastro desde los cinco años de edad, por un espacio de
diez, recién lo denuncia dos semanas después de haber visto a
C. con su actual pareja. Transcribe párrafos de la declaración
de la Sra. Ávalos.
Acota
que
este
tipo
de
denuncias
son
comunes luego de separaciones conflictivas.
En
referencia
a
los
informes
médicos
forenses agregados en autos manifiesta la Dra. Cañavate que el
informe médico de la Dra. Cadierno, de fs. 92, está en franca
desventaja
con
los
informes
médicos
de
los
Dres.
Pablo
Battilana y J. Luis Bonifacio, glosados en fs. 10 y 18, ya que
aquél ha sido realizado un año y medio después de la fecha del
último abuso.
Por último, y con respecto a el resultado
de
la
entrevista
por
Cámara
Gessell,
la
Sra.
Defensora
sostiene que la Forense no expone en qué elementos de análisis
basan su conclusión, siendo su informe carente de aspectos
ineludibles
como
son
las
expresiones
del
discurso
de
la
entrevistada que indicarían su victimización y la evaluación
de la fiabilidad del relato y el conocimiento vivencial de los
hechos denunciados. En síntesis, sostiene que dicho informe no
debe ser tenido en cuenta ya que sólo expresa una conjetura
obtenida por la Forense.
Concluye
que
ni
el
primero
ni
segundo
peritaje médico revelan la presencia de lesiones compatibles
con un abuso sexual; que las especiales circunstancias de
tiempo y modo que se realiza la denuncia y la contundente
negativa de C. respecto a cualquier acercamiento sexual con la
hija de su concubina, ameritan la revocación de la Sentencia
apelada y la absolución de su pupilo por el delito imputado.
2) La Dra. María Eugenia Iribarren, Fiscal
de
Cámaras
Nº
2,
contesta
los
agravios
formulados
por
la
apelante. Dice que el A-quo, en el fallo hoy atacado, realizó
un correcto análisis del acervo probatorio incorporado a la
causa, a la luz de la sana crítica racional.
Sostiene que la responsabilidad penal de
C. en los hechos que se le imputan se encuentran sobradamente
acreditados. Que no corresponde poner en duda la denuncia
formulada por la madre de la víctima, si se tiene en cuanta
que la misma se realizó cuando ya hacía dos años y medio que
la denunciante se encontraba separada del imputado.
Respecto a los informes médicos forenses,
señala que tanto el Dr. Bonifacio, de fs. 18, como la Dra.
Cadierno, de fs. 92, se expiden unívocamente respecto a la
existencia de hábito en el coito tanto por vía vaginal como
vía
anal,
tal
como
la
menor
denunció
que
la
accedía
el
imputado.Destaca
los
informes
de
la
Psicóloga
Marisa Odone y de la Médica Forense, Dra. Alicia Cadierno, en
cuanto
coinciden
situaciones
en
afirmar,
abusivas
sintomatología
que
sin
denunciadas
la
niña
dudas,
por
presenta
la
la
existencia
de
menor
la
acorde
a
y
dichas
situaciones.
Señala que la alegada actitud pasiva de la
niña al continuar yendo a la casa del abusador a buscar el
sustento de su familia y por encargo de su madre, no implica
consentimiento, sino que atento al sometimiento sostenido a lo
largo de la mayor parte de su vida, es lógico pensar que la
voluntad de la niña se encontraba totalmente viciada por la
falta de libertad de decisión.
Concluye
que
en
este
tipo
de
delitos
tienen un valor relevante los indicios y presunciones siempre
que ellos sean suficientes, graves y unívocos para lograr una
reconstrucción lógica del hecho, y máxime cuando en hechos
como el que nos ocupa, la carga probatoria resulta dificultosa
por el ámbito íntimo donde se realizan, máxime en el presente
caso dado el tiempo transcurrido desde su inicio y hasta la
última situación denunciada en autos. Entiende que resulta
clara la existencia de ellos y la autoría de parte de C., sin
dejar pasar el claro testimonio de las secuelas psíquicas y
físicas que quedaron en Maira.
Solicita,
en
definitiva
y
por
los
argumentos expuestos, el rechazo de los agravios planteados
por la apelante y la confirmación íntegra del Fallo recurrido.
II) En las presentes actuaciones la Dra.
Luisa
F.
Cañavate
ha
presentado
agravios
contra
el
fallo
dictado por el titular del Juzgado en lo Penal de sentencia Nº
8 de la ciudad de Rosario, Dr. Carlos Alberto Carbone, por el
que CONDENÓ a J. M. C., como autor penalmente responsable del
delito de ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL CON UNA MENOR DE
TRECE AÑOS Y LUEGO DE ESTA EDAD CON AMENAZAS, AGRAVADO POR LA
CONVIVENCIA PREEXISTENTE CON LA VICTIMA (Art. 119 párrafos 1,
3 y 4 ítem F, en función de los arts. 45 y 55 del Código
Penal)a
una
la
pena
de
nueve
años
de
prisión,
accesorias
legales y costas (Arts. 12, 29 inc. 3º del Código Penal-.
La Defensa se agravia principalmente por
considerar que el A Quo condenó a su pupilo por la denuncia de
la Sra. Duarte, una carta manuscrita, los informes médicos
forenses y la Cámara Gessell.
Referido a la materialidad de los hechos
delictivo investigados, el análisis del A Quo ha sido breve y
correcto,
pues
todos
los
informes
médicos
mencionan
la
defloración de antigua data. Lo expresa el Dr. Pablo Batilana
a fs. 10, el Dr. J. Luis Bonifacio a fs. 18 y la Dra. Cadierno
a fs. 92. Más allá de ello y del posterior análisis sobre si
hubo participación o no del imputado en estos hechos, en el
caso de que ello se demuestre se deberá examinar si estamos en
presencia de alguna de las figuras penales previstas en el
artículo 119 del Código Penal o 120 del mismo cuerpo jurídico.
En relación a la autoría del hecho tengo
en
cuenta
que
el
Magistrado
condenó
por
las
pruebas
que
mencionó la Defensa, por lo que debe examinarse si las mismas
son suficientes para arribar al grado de certeza necesario
para el dictado de un fallo condenatorio.
El A Quo tuvo en cuenta que si bien el
acusado negó los hechos reconoció el trato con la menor, dado
que era esposo de la madre y por lo tanto tuvo oportunidades
para cometer el hecho. Entiendo que es un razonamiento lógico
y correcto del Magistrado pero ello, por sí sólo, resulta de
bajo valor indiciario, pues pueden ser muchas las personas que
tuvieron oportunidad de accederla.
La
menor
relató
que
su
ex
padrastro
abusaba de ella desde que tenía 5 años. Que la penetraba por
vía vaginal o anal y detalla la manera y circunstancias en las
que realizó los actos.
Ante
la
negativa
del
imputado,
el
Magistrado sostuvo que en los casos de delitos sexuales es muy
difícil la obtención de pruebas pues los hecho ocurren en el
ámbito privado y por ello las exigencias probatorias deben ser
menores. Cita varios fallos jurisprudenciales que apoyan su
posición. Pese a la claridad argumental del Dr. Carbone y de
la importante jurisprudencia citada -entre ella el caso Vera
Rojas de la Corte Suprema de Justicia Nacional- considero que
la
dificultad
para
obtener
las
pruebas
no
autoriza
a
la
inversión de la carga probatoria, aún en lo casos de violación
y por lo tanto se deben despejar las dudas existentes hasta
llegarse al grado de certeza -como lo expresé anteriormente-,
conforme a las reglas de la sana crítica racional.
La versión de la menor encuentra apoyo en
la carta que le enviara a su madre y si bien en la misma sólo
menciona que fue manoseada, ello pudo ser por pudor o por
miedo a la misma dado que se trataba de una niña golpeada.
La psicóloga Marisa Odones del Centro de
asistencia a la víctima y delitos sexuales del Ministerio de
Gobierno, luego de varias entrevistas con la niña, brinda un
informe por el que otorga credibilidad a la versión de la
víctima. Hace referencia al estado de angustia con el que se
expresaba. Que el vínculo familiar con la padrastro y las
amenazas
de
muerte
que
este
le
efectuaba
facilitaban
los
hechos.
También la Dra. Cadierno, Médica Forense,
sostuvo -a fs. 93- que entrevistó a María Alejandra Duarte, de
15 años quien brindó un relato que aparece acorde con un caso
de abuso sexual y ello tiene respaldo en todos los informes
médicos
que,
aunque
poseen
diferencias
-especialmente
en
cuanto a las relaciones sexuales anales-, demuestran que la
menor posee himen con desgarros completos de antigua data.
Pero el término “aparecen” utilizado por la Dra. Cadierno es
demostrativo
de
falta
de
seguridad
sobre
ello
y
estamos
analizando la versión de una menor que, al momento de ser
entrevistada tenía 17 años, por lo que no se puede descartar
por completo que la misma fabule, al igual que cuando fue
entrevistada por la psicóloga Ordones, momento en el que tenía
15 años.
Tengo
presente
que
cuando
se
habla
de
antigua data no se puede determinar ni con aproximación la
fecha de las relaciones sexuales, lo que dificulta en muchos
casos llegar al grado de certeza necesario para el dictado de
un fallo condenatorio, pues la denuncia fue realizada cuando
la menor tenía quince años y denunció haber sido violada desde
diez años atrás. Del informe ambiental de fs. 49/52 surge que
la madre de la presunta víctima manifestó creerle a su hija
por la personalidad golpeadora de C., pero también surge de
los dichos de Isidora Ávalos, actual pareja del imputado, que
la denunciante le manifestó a su concubino que si volvía a
vivir con ella -por Ávalos- le iba a hacer la vida imposible.
Asimismo realizó graves acusaciones respecto de la moralidad
de
ambas
denunciantes.
Lamentablemente
no
se
le
tomó
declaración testimonial a la actual esposa del imputado, lo
que podía haber aclarado en algo si hubo o no amenazas hacia
C..
De los elementos probatorios mencionados
considero que la versión de la menor surge creíble, pero en
definitiva nos encontramos ante un caso de palabra contra
palabra sin apoyo de ninguna prueba directa, pues los dichos
de la psicóloga y de la médica nombradas y la carta mencionada
anteriormente son los propios dichos de la presunta víctima
introducidos en la causa de diversas maneras. Es, decir no son
pruebas de origen distinto que corroboren esa versión.
Además
de
la
negativa
del
acusado,
la
versión de la actual pareja obrante en el informe ambiental,
coloca dudas difíciles de resolver, pues existe la posibilidad
de que el autor del hecho no haya sido el encausado y que se
lo acuse por no volver con su anterior mujer o por no enviarle
más dinero a la misma, máxime que C. no posee antecedentes
penales
sobre
delitos
sexuales,
por
lo
que
entiendo
que
estamos ante un caso limítrofe y ante ello es de importancia
tener en cuenta lo resuelto en la causa “J.A. R. s/ Abuso
Sexual con Acceso Carnal Agravado por el Vínculo”, Nº 77/2009
por la Sala Primera de la Excma. Cámara de Apelaciones en lo
Penal de Rosario, con votos de los Dres Elena Ramón y Ernesto
Pangia
que
revocó
absolvió
de
jurídico
“In
culpa
Dubio
la
y
condena
cargo
Pro
Reo”
de
por
En
primera
aplicación
ese
caso
instancia
del
se
y
lo
principio
citó
como
importante jurisprudencia el fallo del TSJ de Chubut, in re
“P, M. A.; s/ Abuso Sexual” del 15/12/2006, la que es de
aplicación en este expediente, que manifiesta “La naturaleza
del
delito
de
abuso
sexual
...
se
desarrollan
en
ámbitos
privados o aislados, que resultan proclives a su consumación y
frente a ellos debe admitirse el análisis de todo rastro,
vestigio e indicio a efectos de dilucidar lo acontecido, pues
de
lo
contrario
se
correría
el
riesgo
de
que
la
simple
ausencia de testigos implicara la impunidad”. Pero también
expuso ese tribunal “La certeza se obtendrá en cambio de su
conjunto, en cuanto coincidiendo unos sobre otros, eliminen
recíprocamente esa posibilidad de duda, de acuerdo con la sana
lógica
y
en
medida
suficiente
para
lograr
el
intimo
convencimiento” lo que no se logran en estos autos.
Si
bien
se
probó
que
la
víctima
tuvo
signos que demuestra que pudo tener enfermedad venérea, ello
no se ha probado en el imputado, lo que por otro lado también
era
muy
difícil
pues
historia
clínica
de
resulta
una
casi
persona
que
imposible
vivió
conseguir
muchos
años
la
en
Rosario y también en Chaco y por lo tanto pudo ser atendido en
diversos hospitales o clínicas.
Conforme
a
los
elementos
probatorios
examinados considero que existe probabilidad de que J. M. C.
haya participado en un hecho delictivo y ello es suficiente
para el dictado del auto de procesamiento y para que el Fiscal
realice
su
acusación,
pero
entiendo
que
no
se
ha
probado
fehacientemente su participación, por lo que ante el estado de
duda existente se debe absolver al imputado por aplicación del
principio jurídico "In Dubio Pro Reo" (positivizado en el art.
5 del Código Procesal Penal Santafesino y el art. 8 inc. 2do.
de
la
ley
23054/84
-
Convención
Americana
sobre
Derechos
Humanos - Pacto de San J. de Costa Rica).
Cabe recordar que no se puede condenar por
la simple suposición de que una persona participó en el hecho
pues nuestra legislación no recepta el método de la "libre
convicción" sino de las reglas de la "Sana Crítica Racional"
(art. 297 del Código Procesal Penal de Santa Fe). Al respecto
la jurisprudencia sostuvo "por menor que sea la duda, si ella
se da, es de aplicación el principio jurídico In Dubio Pro
Reo" (Cámara Penal Santa Fe, Sala 1ro; Z., 10, R-4, Nº 436
-Iturralde, Büsser, Chiappini, Código Procesal Penal de Santa
Fe comentado, Tomo I, página 26, Editorial Rubinzal Culzoni).
"Si los elementos de juicio aportados no permiten inferir una
conclusión categórica sobre la responsabilidad del imputado,
debe aplicarse el principio In Dubio pro Reo" (Cámara Federal
Rosario, Sala B, Z. 12 n° 515 - Iturralde, Büsser, Chiappini obra, tomo y página mencionada).
La doctrina ha dicho "Por el
momento el encartado goza de una situación de inocencia y el
mismo no tiene ni el deber ni la carga de probarla, aunque se
lo faculte a ello, pues goza de una situación jurídica que no
requiere ser constituida" (Vázquez Rossi: La Defensa Penal,
página 240).
alejados
tiendan
sobre
"No puede existir la certeza hasta haber sido
todos
a
una
los
presentar
motivos
la
imposibilidad
resultantes
inculpación
o
lleguen
como
a
de
los
autos,
descansando
dar
un
que
acaso
resultado
positivamente contrario al que los demás motivos suministran"
(Karl
Joseph
materia
Anton
criminal,
Mittermaier
traducción
al
-tratado
de
Castellano
la
de
prueba
la
en
edición
alemana, editorial Hammurabi, página 95).
Por
doctrina
y
la
las
consideraciones
jurisprudencia
citadas
y
antedichas,
pese
a
la
la
íntima
convicción que se pueda tener, por no poder llegar al grado de
certeza sobre si el accionar del imputado ha sido delictivo o
no, entiendo que se lo debe absolver de culpa y cargo.
Atento a encontrarse
privado de libertad
y teniendo presente su estado de pobreza, considero que se le
debe
otorgar
la
inmediata
libertad
bajo
caución
juratoria
-artículos 307, 308 y 402 inc. 11 todos del Código Procesal
Penal-.
A la misma cuestión el Dr. Tomás Orso dijo:
Adhiero
específicamente
a
los
conceptos
vertidos por el vocal preopinante.
A
la
misma
cuestión
el
Dr.
Carlos
Chasco
dijo:
Habiendo dos votos concordantes, me abstengo
de votar. (Art. 26 L.O.P.J).
A segunda cuestión planteada, el Dr. Fernando
Vidal manifestó:
Propongo al acuerdo: I) Que se revoque la
condena dictada contra J. M. Carvallo, con demás datos de
identidad obrantes en autos y en su lugar absolverlo de culpa
y cargo y II) Ordenar la libertad de J. M. Carvallo bajo
caución juratoria -artículos 307, 308 y 402 inc. 11 todos del
Código Procesal Penal-.
A la misma cuestión el Dr. Tomás Orso dijo:
Estimo correcta la solución que da el Dr.
Vidal a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y
voto en consecuencia, de igual forma.
A
la
misma
cuestión
el
Dr.
Carlos
Chasco
dijo:
Habiendo dos votos concordantes, me abstengo
de votar. (Art. 26 L.O.P.J).
En definitiva, oídas que fueron las partes,
la Cámara de Apelaciones e lo Penal de Venado Tuerto RESUELVE:
I) Revocar la condena impuesta en primera instancia a J. M.
C., con demás datos de identidad obrantes en autos, y en su
lugar absolverlo de culpa y cargo por la comisión del delito
de ABUSO SEXUAL CON ACCESO CARNAL CON UNA MENOR DE TRECE AÑOS
Y LUEGO DE ESTA EDAD CON AMENAZAS, AGRAVADO POR LA CONVIVENCIA
PREEXISTENTE CON LA VICTIMA -Art. 119 párrafos 1, 3 y 4 ítem
F, en función de los arts. 45 y 55 del Código Penal-; II)
Ordenar la libertad de J. M. Carvallo bajo caución juratoria
-artículos 307, 308 y 402 inc. 11 todos del Código Procesal
Penal-.
Insértese
copia
autorizada,
hágase
saber
bajen.
Dr. Fernando Vidal
Dr. Tomás Orso
Dr. Carlos Chasco
(Art. 26 L.O.P.J)
Dr. Sergio Fenice
y
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