Senado de la Nación Secretaría Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-0851/11) PROYECTO DE LEY El Senado y Cámara de Diputados,.. ARTÍCULO 1º: Modifíquese el artículo 202 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 202: Son causas de separación personal: 1º El adulterio; 2º La tentativa de uno de los cónyuges contra la vida del otro o de los hijos, sean o no comunes, ya como autor principal, cómplice o instigador; 3º La instigación de uno de los cónyuges al otro a cometer delitos; 4º Las injurias graves. Para su apreciación el juez tomará en consideración la educación, posición social y demás circunstancias de hecho que puedan presentarse; 5º El abandono voluntario y malicioso; 6º La Violencia Familiar. ARTÍCULO 2º: Modifíquese el artículo 204 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 204: Podrá decretarse la separación personal, a petición de cualquiera de los cónyuges, cuando éstos hubieren interrumpido su cohabitación sin voluntad de unirse por un término mayor de un año. Si alguno de ellos alega y prueba no haber dado causa a la separación, la sentencia dejará a salvo los derechos acordados al cónyuge inocente. ARTÍCULO 3º: Modifíquese el artículo 205 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 205: En cualquier momento, los cónyuges, en presentación conjunta, podrán manifestar al juez competente que existen causas que hacen imposible la vida en común y pedir su separación personal conforme lo dispuesto por el artículo 236. ARTÍCULO 4º: Modifíquese el artículo 214 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 214: Son causas de divorcio vincular: 1º Las establecidas en el artículo 202; 2º La separación de hecho de los cónyuges sin voluntad de unirse por un tiempo continuo mayor de un año, con los alcances y en la forma prevista en el artículo 204. ARTÍCULO 5º: Modifíquese el artículo 215 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 215: En cualquier momento, los cónyuges, en presentación conjunta podrán manifestar al juez competente que existen causas que hacen imposible la vida en común y pedir su divorcio vincular, conforme lo dispuesto por el artículo 236. ARTÍCULO 6º: Modifíquense los párrafos tercero y cuarto del artículo 236 del Código Civil, los que quedarán redactados de la siguiente manera: Art. 236: El juez podrá objetar una o más estipulaciones de los acuerdos celebrados cuando, a su criterio, ellos afectaren gravemente los intereses de una de las partes o el bienestar de los hijos. Presentada la demanda, el juez llamará a una audiencia para oír a las partes y corroborar su voluntad inequívoca de proseguir el proceso. Las manifestaciones vertidas en ella por las partes tendrán carácter reservado y no constarán en el acta. Si los cónyuges no comparecieran personalmente, sin causa justificada, el pedido no tendrá efecto alguno. Si las partes hubieran manifestado su voluntad de continuar el proceso de separación personal o divorcio vincular, el juez decretará la separación personal o el divorcio vincular. La sentencia se limitará a expresar que dichos motivos hacen imposible la vida en común, evitando mencionar las razones que la fundaren. ARTÍCULO 7º: Modifíquese el artículo 238 del Código Civil, el que quedará redactado de la siguiente manera: Art. 238: Transcurrido un año de la sentencia firme de separación personal, ambos o cualquiera de los cónyuges podrá solicitar su conversión en divorcio vincular. ARTÍCULO 8º: Comuníquese al Poder Ejecutivo.Nanci M. Parrilli.- Marcelo J. Fuentes.- Marcelo A. H. Guinle.- Liliana Fellner.- Ada M. Maza.- Elena M. Corregido.- Adriana Bortolozzi de Bogado.- Ana M. Corradi de Beltrán.- FUNDAMENTOS Señor Presidente: I.- Introducción: Han transcurrido más de 23 años de la aprobación de la Ley 23.515 que reformó el Código Civil, instituyendo el Divorcio Vincular en nuestro ordenamiento jurídico, precedido por una larga polémica divorcista – antidivorcista, hoy ya superada. Por ello, y luego de varios años de experiencia en materia judicial del derecho de familia, considero preciso la modificación de las normas jurídicas referidas al divorcio, adecuándolas al horizonte histórico y a un presente, distinto al momento y a las situaciones particulares de aquellas en que se sancionaron. La tendencia mundial es la disminución de matrimonios y mayor cantidad de convivencias de hecho, en muchos casos, a fin de evitar las consecuencias que ninguno de los cónyuges desea asumir, manteniendo el concubinato y así sortear el engorroso trámite de un eventual divorcio, sometidos a audiencias e interrogatorios, con intervenciones de fiscales, asesores de menores y jueces que invaden muchas veces la intimidad de su familia y sus afectos. La polémica en cuanto a la necesidad de reformas como las aquí propuestas, vienen suscitándose desde mediados de la década de los noventa. López del Carril se pregunta: “Es acorde al tiempo que vivimos que el Estado entrevea en zaguanes, hoteles y burdeles las acciones íntimas y privadas al solo efecto de decretar disuelto un matrimonio? Manifestándose además: “Así como el derecho de familia tuvo necesariamente que aggiornarse en el ámbito de la filiación a raíz del descubrimiento del ADN, en otros ámbitos como el que venimos comentando parece insoslayable una hermenéutica más acorde a los tiempos y circunstancias que nos toca vivir”. (Luis María López del Carril, “Un fallo con connotaciones sociológicas y jusfilosóficas”. La Ley (t.2005-C, Pág. 769) Tal es la importancia y lo incuestionable que resulta incorporar la Violencia doméstica como una causal independiente de las Causal General de Injurias Graves, lo que queda muy expuesto en virtud que desde la apertura de la Oficina de Violencia Doméstica que la Corte Suprema de Justicia inauguró en el año 2008, ya se han recibido más de l8.000 denuncias, de las cuales 8 de cada 10 víctimas, son mujeres y de las cuales un 19% son menores de 18 años. Entre los hombres, el 68% de estos, tienen menos de 18 años de edad. Esto incluye la violencia física, sexual, psicológica, económica y violencia social. 2.- Antecedentes legislativos: Advertida la necesidad de la reforma de la ley 23515, fueron varios los proyectos presentados, en particular en la Cámara de Diputados, antecedentes que se han tenido en cuenta en la redacción de mi propuesta: Expediente 1317-D-2008, de la diputada Marcela Rodríguez y otros, modificando los artículos 205, 215 y 238 del Código Civil; Expediente 837-D-2009, del Diputado Rivas, que propone modificar el artículo 236 del código civil, sobre desistimiento de la segunda audiencia; Expediente 2564-D-2009, de la Diputada Silvana Giúdici y otros, que propone modificar los artículos 205, modificando los artículos 205, 215, 236 y 238 del código civil; Expediente 4938-D-2009, Diputado Leonardo Ariel Gorbacz y otros, proponiendo la derogación del artículo 204, el inciso segundo del artículo 214 y modificando los artículos 205, 215 y 236 del código civil. Expediente S-1286/2007, de la Senadora Marina R. Riofrío, que propone modificar el artículo 236 del código civil. Párrafo aparte, atento a la instancia arribada en el trámite parlamentario, merece la media sanción de la Cámara de Diputados, habiendo considerado tres proyectos de autoría de las diputadas Rodríguez, Tate y Comelli. El dictamen de las Comisiones de Legislación General y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, propuso la modificación del artículo 236 del Código Civil, limitando la función del juez en la audiencia a corroborar la voluntad de las partes de separarse o divorciarse, previendo además la posibilidad de continuar el procedimiento cuando la incomparecencia a la primera audiencia es por razones justificadas y en cuando a la segunda audiencia, lo sustituye con una manifestación de voluntad de las partes. Este dictamen, volcado en el Orden del Día Nº 1591/2006, fue aprobado por unanimidad en la sesión del 28 de Marzo de 2007, ingresando en esta cámara bajo el número CD 7/07, el 10 de Abril de 2007, habiendo ya caducado su vigencia el 28/02/2009. 3.- Novedades en el derecho comparado: República del Perú: La vía notarial y municipal del divorcio se aprobó en el Perú mediante Ley 29.227 (16/05/2008). El Abogado Enrique Varsi Rospiglisi, Profesor Honorario de la Universidad Mayor de San Marcos y Universidad de Lima, analiza lo siguiente: “La norma va por la tendencia divorcista que viene alentando nuestra normativa. Primero con la reducción de los plazos para la conversión de separación de cuerpos en divorcio (antes eran 6 meses, ahora 2)… Pero esta ley de divorcio express no favorecerá a muchos. Quizá sólo a un 10% de los matrimonios existentes con posibilidad de divorciarse. En efecto, si tomamos en cuenta los requisitos que deben cumplirse: 2 años, sin hijos y sin patrimonios, o con hijos y patrimonio pero con acuerdos al respecto: alimentos, tenencia, régimen de visitas y con qué bienes se queda cada uno, sólo se beneficiarán unos cuantos. No es, entonces para alarmarse. El alcance a la ley es mínimo.” (Enrique Varsi Rospigliosi, “Divorcio Administrativo en Perú”, Suplemento Actualidad, La Ley 03/07/2008). República de Colombia: Tres años antes, el 8 de julio de 2005, el Congreso de Colombia, dicta la ley 962, denominada “Antitrámites”, disponiendo la racionalización de trámites y procedimientos administrativos de los organismos y entidades del estado, normando en particular en su Artículo 34: Divorcio ante notario: Podrá convertirse ante notario, por mutuo acuerdo de los cónyuges, por intermedio de abogado, mediante escritura pública, la cesación de los efectos civiles de todo matrimonio religioso y el divorcio del matrimonio civil, sin perjuicio de la competencia asignada a los jueces por la ley. El divorcio y la cesación de los efectos civiles ante notario producirán los mismos efectos que el decretado Defensor de Familia intervendrá únicamente cuando existan hijos menores; para este efecto se le notificará el acuerdo al que han llegado los cónyuges con el objeto que rinda su concepto en lo que tiene que ve con la protección de los hijos menores de edad. Al respecto, Luis María López del Carril manifiesta: “El nuevo sistema permite prescindir de un trámite que en la mayoría de los casos sólo insume tiempo, angustia y dinero, y que estando ambos cónyuges de acuerdo en separarse parece ser absolutamente prescindible. Parece lógico que el sistema de matrimonio civil pueda tener una forma de disolución similar a su constitución, por lo menos en algunas circunstancias (ausencia de hijos menores y acuerdo patrimonial de disolución de sociedad conyugal)” (López del Carril, Luis María, “El avance de los divorcios Express”, Suplemento Actualidad, La Ley 13/12/2005) Derecho Francés: El código Civil Francés dispone el Divorcio por mutuo acuerdo por demanda conjunta de ambos esposos. Así, el artículo 230 dice: “Cuando los esposos solicitaran por mutuo acuerdo el divorcio, no tendrán que dar a conoce la causa; solo deberá someterse a la aprobación por el juez un proyecto de convenio que regule las consecuencias.” Estableciendo un plazo mínimo de seis meses desde la celebración del matrimonio para su presentación. Estados Unidos Mexicanos: La ciudad de México en el mes de agosto de 2008, dio pasos importantes para simplificar la vida social y eliminar la necesidad de demostrar cualquier causal de divorcio existente, modificando el los códigos civil y de procedimientos civiles. Así, basta con la voluntad de uno de los cónyuges para concluir el vínculo matrimonial. El artículo 266 del código civil dice lo siguiente: “El divorcio disuelve el vínculo del matrimonio y deja a los cónyuges en aptitud de contraer otro. Podrá solicitarse por uno o ambos cónyuges cuando cualquiera de ellos lo reclame ante la autoridad judicial manifestando su voluntad de no querer continuar con el matrimonio, sin que se requiera señalar la causa por la cual se solicita, siempre que haya transcurrido cuando menos un año desde la celebración del mismo.” Asimismo en su artículo 272, legisla sobre el divorcio administrativo, cuando estuvieran casados bajo el régimen patrimonial, no tengan hijos en común o fueren mayores de edad. El Juez del Registro Civil, previa identificación de los cónyuges, y ratificando en el mismo acto la solicitud de divorcio, levantará un acta en que los declarará divorciados y hará la anotación correspondiente en la del matrimonio anterior. Legislación Española: El estado español, mediante la ley 15/2005, del 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio. La exposición de motivos señala a la libertad, como el valor superior del ordenamiento jurídico. Además indica “se pretende evitar la situación actual que, en muchos casos, conlleva un doble procedimiento, para lo cual se admite la disolución del matrimonio por divorcio sin necesidad de la previa separación de hecho o judicial, con un importante ahorro de coste a las parte, tanto económico como, sobre todo, personales” Para la interposición de la demanda, sólo se requiere que hayan transcurrido tres meses desde la celebración del matrimonio, salvo que el interés de los hijos o del cónyuge demandante justifique la suspensión o disolución de la convivencia con antelación. La intervención judicial queda reservada para cuando el contenido de la propuesta sea lesivo para los intereses de los hijos menores o incapacitados, o uno de los cónyuges, dictando las medidas que sean precisas. 4.- Nuestro Proyecto en Particular: Aquí, se proponen la modificación de varios artículos del Código Civil, correspondientes a los Capítulos IX, De la Separación Personal, Capítulo XII, Del divorcio Vincular y Capítulo XVI, De las Acciones; correspondientes al Título I, Del Matrimonio. En el artículo 202, sobre las Causas de Separación Personal, se agrega la mención expresa de la Violencia Familiar, la cual si bien se entendía comprendida dentro de la causal más amplia de injurias graves, se establece a partir de ahora como una causal independiente. Recordemos que en el trámite de la aprobación de la ley 23.515, la media sanción de la Cámara de Diputados contenía la causal de malos tratamientos, la cual rezaba: “Los malos tratamientos, aunque sean graves, cuando sean tan frecuentes que hagan intolerable la convivencia.” La Cámara de Senadores suprimió esta causal y en su oportunidad el Senador Eduardo Menem explicó que la misma estaba comprendida dentro de la causal de injurias graves. En este punto, debemos tener en especial consideración que se ha aprobado a fines del año 1994 la ley 24.417 de “Protección contra la Violencia Familiar”, normativa que protege de los maltratos físicos y psíquicos a los integrantes del grupo familiar y establece como medida cautelar la exclusión del hogar conyugal al autor del maltrato. Esta norma legal, debe entenderse complementada con otras posteriores como el Decreto 25/1998 de Protección contra la violencia familiar y la ley 26.485 de “Protección integral a las mujeres”. Motivos todos que justifican la mención expresa de la Violencia Familiar. En otro punto, se propone la modificación de los plazos de interrupción de la cohabitación sin voluntad de unirse, Causal Objetiva de los artículos 204 y 214 inciso segundo, reduciendo en ambos casos el “tiempo de espera” requerido para solicitar la separación o el divorcio vincular a un año. Para ello, consideramos que se ha interrumpido la cohabitación, sumado a la intención cierta de uno o ambos cónyuges de no continuar conviviendo, lo que pone fin a la vida en común. Considerando estos términos, como prudenciales para evidenciar la voluntad manifiesta de las partes, atento que en muchas oportunidades los cónyuges deben esperar el cumplimiento del plazo legalmente establecido - en exceso -, a fin de iniciar individualmente su separación o divorcio y aguardar aún más para legalizar sus situaciones de hecho. No obstante, la norma mantiene la posibilidad del cónyuge que considera no haber dado lugar a la separación, de salvaguardar los derechos acordados al cónyuge inocente. Entre las razones que parecen haber fundado el establecimiento de un régimen dual de separación personal y divorcio vincular, ha consistido en tratar de lograr una suerte de transacción entre las dos posiciones existentes sobre el tema, la divorcista y la antidivorcista y la de no afectar los sentimientos religiosos de quienes rechazaban la posibilidad del divorcio vincular. El Diputado Perl, de la provincia de Chubut, sostuvo en la discusión parlamentaria: “esta opción que nosotros damos, entre la separación de hecho de bienes y de cuerpos o la posibilidad de disolución del vínculo, justamente va a terminar con la discriminación, no solo con respecto a las familias de segunda categorías que antes mencionábamos, sino también de aquellos que no tienen por qué adoptar obligatoriamente una determinada filosofía y pueden pensar o disentir con lo que nosotros sostenemos… no venimos a resolver problemas personales. Por encima de nuestra propia filosofía, se encuentra una concepción que debe ir hacia todos los ámbitos del pluralismo de la Nación.” (Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación, Agosto 13 de 1986, Pág. 3.551) En cuanto a la reforma de los artículos 205 y 215 que corresponden a la Separación Personal y Divorcio Vincular por Presentación Conjunta, se propone la eliminación de los plazos establecidos desde la celebración del matrimonio, en virtud de la naturaleza misma de la modalidad, al que muchos llaman “proceso por mutuo consentimiento”, que presupone un “acuerdo” de los esposos, un acercamiento a posiciones de cada uno a fin de concretar una presentación conjunta, sin advertirse litigio alguno, propio del procedimiento contencioso. Y, si el acuerdo está, si hay voluntad de ambas partes, considero que no deben estar sujetos a que transcurra el plazo temporal establecido desde el matrimonio, para poder peticionar y concretar su voluntad, y en ese sentido, con la nueva redacción se cumpliría fielmente con el principio constitucional de “autonomía de voluntad”. Asimismo se propone para la presentación conjunta la sola mención de “causas que hacen imposible la vida en común”, con lo cual no hace falta la “gravedad” del motivo que causa la separación o el divorcio, ni el concepto de “moral”, que contiene actualmente, extrayendo al juez del papel de “valorar” la causa a fin del dictado de la sentencia. Con esta modificación no es necesario que sean graves las razones invocadas y que se deba incluir la moral en cuestiones en donde hay un acuerdo que refleja una voluntad conjunta de dos personas que manifiestan su voluntad inequívoca de separarse o divorciarse. Recordemos que la demanda por presentación conjunta tuvo como antecedente el artículo 67 bis agregado a la ley 2393 por la ley 17.711/68, que fue derogada por la ley 23.515, con lo cual fue la primera de las modalidades que fueron introducidas en nuestra legislación. Otro de los artículos que se propone modificar es el artículo 236 del código civil que establece el contenido de los acuerdos en los casos de los artículos 205 y 215. En particular se propone la modificación del alcance de la tarea del juez, limitando por imperio de los derechos de libertad, autonomía de la voluntad y derecho a la privacidad, estableciendo la comparecencia a una audiencia a los efectos de “oír a las partes y corroborar la voluntad inequívoca de proseguir el proceso”, esto saca al juez de una posición de superioridad conciliadora, a quien los cónyuges deban exponer las causas que fundamentan la petición, a los fines de la valoración de su gravedad y entidad para tener en cuenta al momento de sentenciar. Considero que es preciso extraer al estado de ese rol paternalista, pues no es su función intervenir en cuestiones como esta, ni se encuentra legitimado, pues con ello se violenta la autonomía personal de las personas y su dignidad. La audiencia de conciliación supone la intervención del juez a los efectos de intentar conciliar situaciones de crisis que exceden su preparación y violenta el derecho a la intimidad de los cónyuges. La experiencia judicial ha demostrado que el número de conciliaciones han sido ínfimas. Y, circunstancias en que dado las razones alegadas y la desunión de los cónyuges, hasta el intento de avenimiento resulta inconveniente. Ya Cecilia Grosman, sostuvo: “la tarea de conciliación dirigida a mantener la unión conyugal, tiene escasas posibilidades de llegar a buen puerto, como lo ha demostrado la larga experiencia judicial. En verdad, la ley, obliga al tribunal a teatralizar una comedia inconducente pues los jueces no cuentan con las herramientas necesarias para avenir a una pareja en crisis” (Grosman, Cecilia, “La separación y el divorcio en el Proyecto de Código Civil…” Derecho de Familia, Revista Interdisciplinaria de doctrina y jurisprudencia 2001, Nº 18, Ed. Abeledo Perrot, p. 128). En este sentido, también resulta totalmente innecesaria la segunda audiencia que prevé el párrafo tercero del artículo 236, en la cual si bien no es necesaria la presencia de las partes, lo que puede ser sustituido por una manifestación por medio de apoderado, hace aún más lento el funcionamiento del Poder Judicial. Requisito que se ha tornado hoy sólo en un aplazamiento del dictado de la sentencia. Ya los estados judiciales vienen suprimiendo la celebración de esta segunda audiencia. Así, en una Sentencia se consideró que “Es innecesario celebrar la segunda audiencia que prevé el art. 236 CCiv., si los cónyuges han dado una “expresión positiva” en cuanto a su voluntad de divorciarse””Acoge el desistimiento a celebrar la segunda audiencia en el proceso de divorcio solicitada por ambos cónyuges, no afecta al orden público, pues aquellos derechos han sido previstos por el legislador en protección del interés particular de los cónyuges y son, por ende, renunciables” (Tribunal de Familia Nº 2 Mar del Plata, 17/7/2006, JA 2007-I, Pág. 421). También, el Tribunal Colegiado de Rosario, Nº 5, con fecha 6/10/2009, en autos: “P.,P.J. y otra” determinó –a pedido de ambos cónyuges– la “innecesariedad” de la celebración de la segunda audiencia prevista por los art. 215 y 236 CCiv., decretando en consecuencia su divorcio vincular luego del primer comparendo. Finalmente, se propone una reforma al artículo 238, que establece la conversión de la separación personal en divorcio vincular, unificando en un año desde que la sentencia de separación personal se encuentre firme y pasado a autoridad de cosa juzgada, ya sea que sea deducida por uno o ambos cónyuges, considerando este plazo unificado como un tiempo prudencial a los fines de emplazar el estado de separación personal al estado de divorciado. 5.- Fundamentos Constitucionales del Proyecto: El presente proyecto se funda en tres principios constitucionales fundamentales como son la libertad, la autonomía de la voluntad y el respeto a la vida privada, considerando además la jurisprudencia en el área de derecho de familia y la realidad social de los nuevos tiempos. El ideario de valor de justicia exige otorgar al hombre el espacio de libertad jurídicamente relevante, esto no se trata de una mera libertad “de hecho”, sino una libertad de reconocimiento de derechos, que produzcan verdaderos efectos en el mundo jurídico. Así, desde el Preámbulo de nuestra Constitución Nacional se menciona: “asegurar los beneficios de la libertad”. También el Pacto de San José de Costa Rica en su artículo primero prescribe: “Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella…” Y en su artículo tercero: “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica”. Y, en el mismo sentido lo hace el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. En cuanto a los derechos de intimidad o privacidad y reserva de la autonomía de la libertad, nuestra Constitución Nacional los ha consagrado por medio del artículo 19: “Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”. Asimismo, el artículo 14 enuncia “la protección integral de la familia”. La correlación de ambos artículos permite sobrentender la tutela constitucional de la privacidad familiar. También se debe mencionar en ese sentido la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia del art. 18 y el derecho “al honor”, implícitamente reconocido en el artículo 33 como un derecho personalísimo. Por su lado, la Convención Americana sobre derechos Humanos en su artículo 11: que titula “Protección de la honra y de la dignidad”, norma “2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”. Una norma similar contiene el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. El derecho a la intimidad o la privacidad ha sido definido por la Corte Suprema como “aquel que protege jurídicamente un ámbito de autonomía individual constituida por los sentimientos, hábitos y costumbres, las relaciones familiares, la situación económica, las creencias religiosas, la salud mental y física y, en suma, las acciones, hechos o datos que, teniendo en cuenta las formas de vida aceptadas por la comunidad, están reservadas al propio individuo y cuyo conocimiento y divulgación por los extraños significa un peligro real o potencial para su intimidad” (Causa G 556. XXIII “Gutheim Federico c. Aleman Juan, sentencia 15 de abril de 1993, consid. 8º del voto de la mayoría). 6.- Corolario: La sociedad hoy reclama a la administración de justicia, una gestión ágil y eficaz. En particular, las modificaciones aquí propuestas, pretenden dar una respuesta a esta demanda social, a los fines de mejorar el servicio de justicia y otorgar a los jueces las herramientas legales para el desarrollo de su labor fundamental que es la de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado y fijar en la mente de la gente la sensación de mejor justicia y la protección de sus derechos constitucionales, modificando normas, reitero, que superan al momento histórico en que se sancionaron, adecuándolas a una realidad social distinta. Por las razones expuestas, solicito a los Señores Senadores el acompañamiento en este proyecto. Nanci M. Parrilli.- Marcelo J. Fuentes.- Marcelo A. H. Guinle.- Liliana Fellner.- Ada M. Maza.- Elena M. Corregido.- Adriana Bortolozzi de Bogado.- Ana M. Corradi de Beltrán.-