Personas en situación de calle. Realmente ¿Sabemos quienes son

Anuncio
Personas en situación de calle. Realmente ¿Sabemos quienes son?
El saber como viven las personas en situación de calle, el como obtienen dinero para
poder alimentarse, si alguna vez han tenido pareja, estando en esta situación, o quizás si
tienen familia; son algunas de las interrogantes que probablemente la mayoría de
nosotros nos hemos hecho alguna vez en la vida, pero realmente, ¿nos preocupamos por
ellos?, ¿Somos capaces de ir y sentarnos a conversar? La respuesta es no, ya que son
muy pocos quienes son lo suficientemente valientes para ir y escuchar a aquellas
personas que lo único que necesitan es un momento de compañía.
Todas las personas tenemos metas en la vida, sin importar la condición social de donde
provengamos, nuestro mayor anhelo es poder cumplir nuestros sueños, que desde
pequeños hemos tenido en la cabeza. El poder llegar a la universidad, el poder casarse y
tener una familia, además de tantas cosas, como una casa o simplemente conservar
aquellas amistades que hicimos desde muy jóvenes hasta que seamos ya adultos bien
formados. No siempre llegamos a cumplir estas cosas o simplemente por algún motivo
cada una de las ellas, que con tanto esfuerzo pudimos cumplir, se van desmoronando
poco a poco.
Es así como a muchas de las personas que en este momento viven en la calle les ha
sucedido, más de alguno ha perdido a su familia porque como muchos se acostumbraron
a una vida que no tendrían que tener siendo casados, otros por el solo hecho de ser
engañados por sus parejas, y es así, como estas son algunas de las causas que los
llevan hoy en día a estar donde están.
Es por esto que en este momento trataré de describir la vida de ellos, de las personas en
situación de calle, a las cuales vemos día a día y nos hacemos los ciegos al pasar a su
lado.
Muchos de nosotros estamos acostumbrados a trabajar o a estudiar, cosas que son muy
normales, ya que desde pequeños nos han inculcado estas actividades, en cambio, para
aquellas personas que se encuentran en otra situación, como la de calle, el trabajo no es
tan solo una cosa común, es algo que les cuesta mucho encontrar, ya que simplemente
por su apariencia son juzgados y tratados como verdaderos delincuentes, por lo que las
personas no les dan una oportunidad para que se desarrollen y así poder salir de donde
están. Para ellos un trabajo no es simplemente algo para poder subsistir, sino que es una
forma por la cual son valorados, y en un punto, apreciados por quienes son capaces de
dejar a un lado los prejuicios, que la gran mayoría de la sociedad tiene frente a ellos.
La mayoría de las personas en esta situación, por no decir todas, tienen familia, la cual
han perdido por una u otra razón, esta puede ser el alcohol, una discapacidad o tal vez un
engaño, realizados por ellos o por sus parejas.
Historias de vida.
Dionisio es un hombre el cual vive hace un largo tiempo, prácticamente, en la calle, ya
que a pesar de que tiene un casa, ésta no tiene las condiciones adecuadas para que una
persona viva dignamente, ya que es una casa que está quemada, la cual escasamente
tiene piso, con la lluvia se moja por todos lados y está cubierta por nylon. Él antes de
llegar aquí era un hombre felizmente casado, con hijos, pero de un momento a otro todo
lo que había realizado desapareció. A pesar de todo lo que tenía en ese momento poco a
poco lo fue destruyendo, ya que por su mala vida, hizo que su mujer ya no quisiera estar
más con él, la mayor parte del tiempo se la pasaba fuera de casa, juntándose con sus
amigos y cada día se fue preocupando menos de su familia, por lo que su mujer un día
decidió dejarlo, todo lo que en un principio había planeado tener se fue a la basura. Es en
este momento, donde no encontró una mejor salida que volverse alcohólico, y dedicarse a
vivir la vida como ésta se quisiera aparecer. La gran parte del tiempo no come y cuando lo
hace es porque le ha salido algún pequeño trabajo, picar leña por ejemplo, o simplemente
porque alguien caritativo le ha convidado algo para así poder alimentarse.
Un día a la semana es visitado por un grupo de jóvenes los cuales llegan a él con la
simple escusa de darle un plato de comida, pero lo que realmente le encanta a don
Dionisio es la compañía que le otorgan éstos, es un momento de alegría en su vida. Le
encanta que toquen guitarra y canten dentro de su casa, que éstos se expresen de forma
normal junto a él y que no por su situación lo discriminen. Cada día tiene más confianza
con éstos, les cuenta lo que hacía antes de llegar a estar como está ahora, hasta como
recuerda a su esposa y el arrepentimiento que tiene de haber cometido ese error que lo
hizo perder a su familia.
Cada día se encuentra más agradecido de éstos, no tan solo por el hecho de la compañía
que le otorgan, sino que por la ayuda que le están entregando, ya que éstos están
haciendo todo lo posible para que por fin pueda vivir dignamente, ya que en un principio
limpiaron su casa y ahora están consiguiéndole una mediagua para que así tenga una
mejor calidad de vida.
Marilú, es una joven mujer de 32 años, la cual en este momento vive al igual que Dionisio,
en la calle, llegó a esto luego de la muerte de su abuela, la cual había echo el papel de
madre para ella. Luego de lo ocurrido, comenzó a pedir limosnas junto a un hombre el
cual al pasar el tiempo se convirtió en su pareja, para así poder tener dinero y
alimentarse. Su pareja en ese momento no fue un gran apoyo, ya que en vez de tratar de
que ella saliera adelante, lo único que hizo fue hundirla más, obligándola a prostituirse, ya
que como él no trabajaba, ella debía llevar el dinero al hogar, sin importarle que fuera lo
que ella hiciese. Junto con esto cayó en una serie de vicios, comenzó a beber para así
poder olvidar, aunque sea por un momento, los problemas que le estaban sucediendo, por
lo que se volvió una mujer alcohólica, además de drogadicta.
Hoy en día, es una mujer que contiene VIH, alcohólica y ha pasado a ser la mujer de
muchos hombres que se encuentran en su misma situación, con los cuales comparte día
a día. Vive con su pareja en una mediagua, la cual como muchas, no contiene las
condiciones necesarias para que una persona pueda vivir dignamente. Es tratada por su
enfermedad en el consultorio de la ciudad en la cual vive.
Paillaco, es un hombre que a pesar de tener trabajo no tiene un lugar fijo donde vivir, llego
a esta situación, después de encontrar a su esposa con otro hombre, el cual era alguien
que él conocía, más que un compañero de trabajo, un amigo. En ese momento la furia lo
invadió, golpeó a su compañero de trabajo, hasta casi matarlo, por lo mismo tuvo que
pasar varios años en la cárcel. Al salir de ahí, como la gran mayoría, comenzó a beber,
para así poder olvidar los problemas que en ese momento lo estaban atormentando,
convirtiéndose en un hombre alcohólico.
Actualmente trabaja en una forestal, pero la mayoría del tiempo la pasa con sus amigos,
bebiendo y disfrutando de la vida, tal como a él le parezca.
Ayudar. Algo más que una simple acción.
Siempre hemos pensado que con el solo echo de donar un poco de dinero a alguna
fundación o en un momento de crisis, es suficiente, pero nunca nos hemos puesto en el
caso de que si nos sucediera esto, seríamos felices por recibir una moneda, en vez de
un abrazo y compañía.
Esto es lo que hacen muchas personas de forma anónima, las cuales no tienen miedo a
las apariencia, ni mucho menos al que dirán, por el simple echo de saludar, abrazar o
sentarse a conversar con una persona que quizás para algunos no es agradable, ya sea
por su apariencia o por los prejuicios que tenemos sobre ellas.
Ana Cortés, es una mujer la cual visita y ayuda en lo posible a personas que se
encuentran en esta situación. Comienza a integrarse en este mundo por la simple
curiosidad de saber como viven estas personas, pero luego poco a poco se fue
convirtiendo en una necesidad, de saber sus problemáticas, de ser parte de ellos, además
de tratar de suplir aquella necesidad de compañía que a muchos de estos les aqueja.
“Tratar de regalar sonrisas, abrazos sin tener miedo ni vergüenza, y a través de esto
transmitir energía y fortaleza para que logren entender que no todo se ha perdido”, es lo
que a esta mujer le hace seguir con esta gran actividad. Además de intentar devolver el
autoestima a estas personas, que la han perdido casi en su totalidad, por la gran cantidad
de falencias y necesidades que tienen.
Al mismo tiempo, recibe una gran recompensa, “Aprender a valorar lo que se tiene y a
extrañar lo que no se tiene”, son cosas que no todas las personas pueden obtener.
Trinidad Bull, es una joven que decidió regalar de alguna forma un año de su vida a las
personas más necesitadas.
“Siento que compartir la vida junto a otros me llena de gozo y gratitud, porque creo que
es necesario ser una constructora activa del reino de Dios, teniendo como motivación el
poder construirlo junto al más necesitado”
Son cosas muy simples que motivan a estas personas a intentar cambiar, aunque sea por
un momento la vida de estos sujetos; alegrarlos y acompañarlos. Recibiendo como
recompensa algo que quizás a algunos no les causa mayor emoción, pero para personas
como éstas una sonrisa, es lo mejor que pueden recibir de una persona que se encuentra
en una situación totalmente distinta a la de ellos.
Finalmente podemos ver que cada cosa que pensamos en un inicio, no son reales, ya que
todos a pesar de que tengamos una situación económica distinta, la posibilidad de tener
una familia siempre está presente, la cual queremos conservar por el resto de nuestras
vidas, pero como vimos, no siempre podemos lograr aquello que nos proponemos, ya que
por motivos muy diversos, tales como infidelidades o alcoholismo, podemos perder en un
abrir y cerrar de ojos.
Ver también que los problemas que más acogen a las personas en situación de calle, son
el alcoholismo, la falta de compañía y de dinero, además de otros, tales como el síndrome
de Diógenes, por lo que juntan una gran cantidad de basura en sus casas, haciendo que
su calidad de vida vaya empeorando cada día más.
También el ver como hay personas que con el tan solo hecho de ver una sonrisa, en
quienes a menudo no la tienen, se dan por recompensadas, y cada día siguen haciendo
un labor muy grande, el cual no solo consiste en ayudar con compañía, si no que también
intentar arreglar de alguna forma la vida de estas personas.
Andrea Molina Bastías.
Descargar