VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA

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Senado de la Nación
Secretaria Parlamentaria
Dirección General de Publicaciones
VERSION PRELIMINAR SUSCEPTIBLE DE CORRECCION UNA VEZ
CONFRONTADO CON EL ORIGINAL IMPRESO
(S-1433/13)
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
Artículo 1º.- Ratifícase el carácter de servicio público esencial de la
telefonía móvil.
Artículo 2º.- El Poder Ejecutivo Nacional fijará las tarifas máximas que
podrán percibir los prestadores del servicio público esencial de
telefonía móvil para todas las modalidades de prestación, dentro de un
plazo máximo de treinta (30) días a contar de la publicación de la
presente Ley.
Artículo 3º.- Créase el “FONDO DE COMUNICACIONES MÓVILES
UNIVERSALES” cuyo objeto será financiar la instalación y
mantenimiento de la infraestructura necesaria, a fin de dotar del
servicio público esencial de telefonía móvil a todas las poblaciones del
territorio nacional de más de cien (100) habitantes.
Dicho “FONDO” estará constituido por aportes de los titulares de
licencias
para
la
prestación
de
servicios
públicos
de
telecomunicaciones que presten servicios de telefonía móvil, quienes
deberán aportar anualmente hasta el diez por ciento (10%) de la
totalidad de los ingresos devengados por la prestación de los servicios
de telecomunicaciones, netos de los impuestos y tasas que los graven.
Los importes de los aportes en ningún caso, y por ningún concepto,
podrán ser trasladados a los usuarios.
Artículo 4º.- El “FONDO” creado por el articulo anterior será
administrado por el Poder Ejecutivo Nacional, por intermedio del
organismo con competencia en la regulación, contralor, fiscalización y
verificación de los aspectos vinculados a la prestación de los servicios
de telecomunicaciones, quien establecerá la forma y modo de
realización de los aportes por parte de las licenciatarias, a fin de
cumplir con los objetivos declarados en el artículo anterior en un plazo
máximo de veinticuatro (24) meses, a contar de la entrada en vigencia
de la presente Ley.
Artículo 5º.- Los titulares de licencias para la prestación de servicios
públicos de telecomunicaciones que presten servicios de telefonía
móvil la fecha de vigencia de la presente Ley en localidades o zonas
de menos de diez mil (10.000) habitantes, deberán mantener dichos
servicios activos y permitir el uso de su infraestructura a abonados de
otras licenciatarias. La autoridad de aplicación establecerá los costos
que en cada caso deban abonarse por el uso de dichas redes móviles.
Artículo 6º.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
Carlos A. Verna. – Eugenio J. Artaza. FUNDAMENTOS
Señor presidente:
La Ley Nacional de Telecomunicaciones nº 19.798 instituye al servicio
telefónico como un servicio público; indudablemente que lo es por su
propia naturaleza, ya que es un servicio esencial para la convivencia y
bienestar general. Así lo ha establecido y declarado Nuestro Más Alto
Tribunal de Justicia Nacional. Este concepto es comprensivo de la
telefonía fija y de la móvil.
Referimos, respecto de los antecedentes de la prestación del servicio
público de telefonía móvil que en nuestro país, hasta no hace mucho
tiempo, la telefonía fija cumplía un rol preponderante y casi único en
las telecomunicaciones individuales, mientras que el servicio de
comunicaciones móviles comenzó a prestarse en el año 1989, en las
ciudades de Buenos Aires y La Plata, y en el Conurbano, por medio de
la concesión de una licencia en esa zona a la empresa Movicom (Bell
South).
También, que luego se sumaron nuevas prestadoras del servicio de
telefonía móvil, quienes desde sus comienzos fueron implementando e
incorporando tecnologías que les han permitido aumentar fuertemente,
y de manera exponencial, el número de usuarios; hoy la telefonía
móvil en nuestro país, y en el mundo entero, ha logrado un desarrollo
y masividad importantísimos e impensados.
Lo dicho se corrobora con datos oficiales; efectivamente, según
informa la Comisión Nacional de Comunicaciones en su página web
oficial, a finales del año 1993 Argentina tenía una cantidad aproximada
de usuarios del servicio público de telefonía móvil que rondaba los
ciento cuarenta mil quinientos (140.500), mientras que sobre finales
del año 2008, esa cantidad alcanzó los cuarenta y seis millones
quinientos mil (46.500.000) abonados, de los cuales cuarenta y un
millones quinientos mil (41.500.000) son usuarios de servicios
prepagos, y cinco millones (5.000.000) son usuarios de servicios post
pagos.
Esta realidad de constante creciente número de compatriotas que
usan el servicio público de telefonía móvil se contrapone con la
cantidad de empresas prestadoras de servicio.
Efectivamente, la misma página web oficial de la Comisión Nacional de
Comunicaciones nos informa que solo tres (3) empresas en el país son
prestadoras del servicio público esencial de telefonía móvil, tales,
TELEFONICA MOVILES ARGENTINA S.A. (MOVISTAR), TELECOM
PERSONAL S.A., y AMX ARGENTINA S.A. (CLARO).
Esta realidad del “mercado” del servicio público de telefonía móvil ha
producido una exacerbada rentabilidad de las licenciatarias, sin
embargo, no ha generado un sustancial abaratamiento de los
servicios, y además, dicha rentabilidad es inversamente proporcional a
la calidad del servicio que prestan -indudablemente por falta de
inversiones-, pues es una realidad que en horarios de mucho tráfico de
comunicaciones el uso de la telefonía móvil es poco menos que
obsoleto.
Es decir, la realidad del “mercado” del servicio público de telefonía
celular nos muestra que hoy el Estado se encuentra prácticamente
ausente en esa actividad, prueba contundente de ello -no es un dato
desconocido- es que en nuestro país las compañías prestadoras de ese
servicio público encabecen el ranking de los reclamos de los
consumidores.
Entonces, el Estado ha olvidado que la telefonía móvil es un servicio
público esencial, y como tal una actividad propia de éste o de los
particulares que debe necesariamente orientarse a satisfacer una
necesidad general -o interés general-, en consecuencia, es de su deber
legal intervenir poniendo reglas con ese objetivo; con ello, es el propio
Estado el que debe sustraer la actividad -en la medida necesaria- de las
reglas de la libertad de mercado, con la finalidad de asegurar el
bienestar general.
Por todo ello entendemos necesario ratificar el carácter de servicio
público esencial de la telefonía móvil, y asimismo otorgarle al Poder
Ejecutivo Nacional la facultad de fijar tarifas máximas, para sí retomar
dos de los caracteres fundamentales del servicio público, cuales son, la
satisfacción de necesidades colectivas que se vincula al principio de la
universalidad del servicio, y su regularidad o continuidad.
Ello se justifica si se tiene en cuenta que hoy ese servicio se ha
convertido en una herramienta de trabajo y de comunicación de todos
los sectores sociales, pues es un servicio de muy fácil acceso, con
posibilidad de control de costos y de una practicidad extraordinaria para
el usuario.
Más, hoy la telefonía celular comparte el concepto de “…servicio
esencial para la convivencia y bienestar general…”, pues permite a
millones de argentinos que no cuentan con el servicio de telefonía fija incluidos, y fundamentalmente, los de bajos ingresos- acceder a
comunicaciones modernas que no sólo permiten transmitir la voz, sino
también otros contenidos, tales como música, entretenimientos,
mensajes de texto, etc..
Con esta perspectiva, entendemos absolutamente necesario que desde
el Estado se procure y garantice el acceso a todos los habitantes del
país a un servicio público tan esencial para el desarrollo humano, como
es el de las comunicaciones.
Por otro lado, a los operadores del servicio público de telefonía móvil
les resulta atrayente o atractivo desde el punto de vista del “mercado”,
prestarlo en lugares o zonas de alta o media densidad poblacional,
con lo cual, resultan poco atractivas desde la misma óptica las zonas o
poblaciones de poca densidad demográfica y alejadas de los grandes
centros urbanos -que de por sí ya se encuentran naturalmente
relegadas-, ello porque se deben efectuar inversiones en
infraestructura y mantenimiento de prolongado o nulo recupero.
Si bien es cierto que actualmente –mediante los artículos 7, siguientes
y concordantes, del Anexo del Decreto N° 558 de fecha 3 de abril de
2008- se ha creado un fondo fiduciario del servicio universal, que se
integra con aportes de las prestadoras de servicios de
telecomunicaciones del país -entre otros-, con el fin de financiar
programas que involucren el mejoramiento de la prestación del
Servicio Universal, entendemos que garantizarse desde la legislación
una cobertura del servicio de la forma y modo que proponemos en
este proyecto de Ley.
Proponemos que desde la Ley se garantice el servicio de telefonía
móvil en todas las poblaciones del territorio nacional de más de cien
(100) habitantes, previéndose un plazo máximo de veinticuatro (24)
meses para el logro de dicho objetivo.
También, que el costo de la infraestructura necesaria para brindar
dichos servicios, inclusive su mantenimiento, sea asumido por las
licenciatarias del servicio telefónico que presten servicio de telefonía
móvil, ello, mediante la creación de un fondo -denominado “FONDO
DE COMUNICACIONES MÓVILES UNIVERSALES”-, al que podrán
aportar hasta el diez por ciento (10%) por año, de la totalidad de los
ingresos devengados por la prestación de los servicios de
telecomunicaciones, netos de los impuestos y tasas que los graven,
según las necesidades de inversión para el cumplimiento de los
objetivos del proyecto que se propone.
Dejamos claramente establecido que el monto de dichos aportes “…en
ningún caso, y por ningún concepto,..” sean trasladados a los
usuarios.
El proyecto asigna un rol trascendente al organismo descentralizado
con competencia en la regulación, contralor, fiscalización y verificación
de los aspectos vinculados a la prestación de los servicios de
telecomunicaciones, que opera en el ámbito del Poder Ejecutivo –hoy
la Comisión Nacional de Comunicaciones (C.N.C.)-, pues se le asigna
la responsabilidad de administrar el “FONDO DE COMUNICACIONES
MÓVILES UNIVERSALES”, con el fin de cumplir con los objetivos del
proyecto en el plazo antes señalado.
Cabe acotar y recordar que la Comisión Nacional de Comunicaciones
(C.N.C.) es un organismo descentralizado que funciona hoy en el
ámbito de la Secretaría de Comunicaciones del Ministerio de
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, y fue creada por el
artículo 31 del Decreto 660/96 de REFORMA DEL ESTADO, al
fusionarse la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (C.N.T.), la
Comisión Nacional de Correos y Telégrafos (C.N.C.T.) y el Comité
Federal de Radiodifusión (COM.FE.R.), uno de cuyos objetivos es el
ejercicio del poder de policía en todo el espectro radioeléctrico y de las
telecomunicaciones (cfr. ANEXO II - Dec. 1626/96).
Por otro lado, hoy se da el contrasentido que algunas zonas o
localidades del interior del país cuentan con cobertura de servicio
telefónico móvil de una o más prestadoras, sin embargo, los usuarios
del servicio adheridos a otras prestadoras se encuentran inhabilitados
de usar este servicio tan esencial, por cuanto entre ellas no hay
acuerdo sobre el costo de transferencia de cada llamada y de
interconexión por el uso de sus redes; estas zonas se caracterizan
normalmente por estar alejadas de los centros urbanos de gran
consumo del servicio de telefonía móvil.
Esta insuficiencia del servicio se salva mediante lo que en telefonía
móvil se denomina itinerancia o “roaming” -en inglés-. Nótese que este
concepto es una noción centrada en el usuario, pues es la capacidad
de éste de hacer uso de las redes móviles fuera del área de servicio
de la propia licenciataria y dentro de la zona de servicio de otra.
Por ello, el proyecto también propone que los titulares de licencias
para la prestación de servicios públicos de telecomunicaciones que
presten servicios de telefonía móvil la fecha de vigencia de la Ley en
localidades o zonas de menos de diez mil (10.000) habitantes, deban
mantener dichos servicios activos y permitir el uso de su
infraestructura a abonados de otras licenciatarias, con lo cual, se
faculta a la autoridad de aplicación a establecer los costos que en
cada caso deban abonarse por el uso de dichas redes móviles.
Por todo lo dicho, concluimos reiterando que, “…consideramos de
absoluta justicia que todos los habitantes de la nación cuenten con la
posibilidad de acceder a los servicios públicos esenciales en igualdad
de oportunidades, concepto comprensivo del servicio público
telefónico que, como dijéramos, por su propia naturaleza hace a la
convivencia y al bienestar general, y para esos logros el Estado debe
jugar un rol determinante; entendemos que el proyecto de Ley
justificado en estos fundamentos aporta hacia ese horizonte y
profundiza el federalismo tan declarado y proclamado en Nuestra
Carta Magna. …” (Proyecto de Ley citado).
Por las razones vertidas, solicitamos a nuestros pares la aprobación
del presente Proyecto de Ley.
Carlos A. Verna. - Eugenio J. Artaza.
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