DIAGNÓSTICO Yamamoto M y cols. PRENATAL Rev Chil Ultrasonog 2011; 14(2): 39-46. Resultados actualizados en el tratamiento por fetoscopía del síndrome de transfusión feto fetal en Clínica Alemana de Santiago Drs. Masami Yamamoto C, Julio Astudillo D, Daniel Pedraza S, Alvaro Insunza F, José Fleiderman D, Marcelo González V. Unidad de Medicina Materno Fetal, Departamento de Ginecología y Obstetricia, Clínica Alemana de Santiago - Facultad de Medicina Universidad del Desarrollo. Abstract Twin to twin transfusion syndrome diagnosed before 26 weeks has 90% mortality and occurs in 15% of monochorionic twin pregnancies.Treatment is complex as a screening program, referral, complex surgical procedure and specialized perinatal care are required. The objective is to report the recent results in fetoscopy-guided treatment of TTTS cases in Clinica Alemana. Results: 18 new cases were treated in the latest 2 years, in a series of 36 cases from 2005. Survival of one or both twins was 72.8% in the first 18 cases, and 77.8% in the latest 18 cases. The number of cases with both survivors increased from 5/18 to 7/18. Conclusions: The out come was similar to that reported from international series. The results are better in the later cases, according to the increasing experience in our center. Keywords: Fetoscopy, Intrauterine treatment, Monochorionic twin pregnancy, Twin to twin transfusion syndrome. Resumen Antecedentes: El Síndrome de Transfusión Feto Fetal (STFF) diagnosticado antes de las 26 semanas tiene una mortalidad de 90% y se afecta el 15% de los gemelares monocoriales. El manejo es complejo dado que requiere un proceso de diagnóstico en los centros de atención, un proceso de derivación, la cirugía y el manejo perinatal especializado posterior. Objetivo: Actualizar el resultado del tratamiento por fetoscopía en Clínica Alemana de Santiago (CAS) en los casos recientemente tratados. Resultados: Desde 2005 hasta la fecha se han tratado 36 casos con sus embarazos resueltos. La sobrevida de al menos un feto fue 77,8% en los últimos 18 casos, mostrando una mejora en relación a los primeros (72,8%). El número de embarazos con ambos fetos vivos aumentó de 5 a 7. Conclusiones: El resultado materno-perinatal es similar a las series internacionales y muestran una mejora progresiva en la sobrevida en la serie tratada. Los resultados favorables se mantienen a largo plazo y se consolidan en beneficio de las pacientes. Palabras clave: Embarazo gemelar monocorial, Fetoscopía, Síndrome de transfusión feto fetal, Tratamiento intrauterino. Introducción El Síndrome de Transfusión Feto Fetal (STFF) ocurre en embarazos múltiples con placentas monocoriales y consiste en exceso de líquido amniótico en un feto y ausencia completa en el otro, producto de la hipervolemia e hipovolemia respectivamente. La fisiopatología reside en la placenta, la cual produce un desequilibrio hemodinámico, por paso neto de sangre preferente hacia uno de los fetos. El tratamiento histórico fue la realización de amniodrenajes a repetición, sin embargo, desde el año 1995 se ha implementado la cirugía por fetoscopía en distintos centros del mundo (1,2), conviertiéndose en el estándar de manejo. El tratamiento por fetoscopía busca identificar las anastómosis placentarias, y fotocoagularlas con láser, para detener la fisiopatología. La demostración del mayor beneficio de la fetoscopía y fotocoagulación láser por sobre el amniodrenaje, fue publicado en el año 2004(3). Este punto de partida desencadenó la implementación de la técnica en diversos centros del mundo. A su vez, la aparición de una terapia motivó el desarrollo de la pesquisa precoz, a fin de evitar las consecuencias letales de la enfermedad como el aborto espontáneo, la prematurez extrema y la muerte fetal, que como se mencionó previamente, ocurren en 39 Dr. Masami Yamamoto C y cols. Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 14 ⁄ Nº 2 ⁄ 2011 cerca del 90% si no se ofrece un tratamiento. En el año 2009 se reportó el resultado perinatal de los primeros 18 casos de STFF tratados en Clínica Alemana, con una sobrevida de al menos uno de los fetos de 72,8%(4). Este estudio demostró que es factible realizar tratamientos complejos en el ámbito nacional, a pesar de sus diversos orígenes y lugares de parto. La principal inquietud al momento de establecer la terapia y ofrecerla al país era si este tipo de tratamientos podía realmente impactar favorablemente en la población chilena (y algunos casos de países vecinos), dado la diversidad de orígenes en cuanto a ciudades de residencia, hospitales de referencia, estado al momento de la derivación, calidades de las maternidades de nacimiento y capacidad de las unidades de neonatología. El objetivo de esta comunicación es reportar los resultados actualizados, y evaluar si hubo mejoras con el incremento de casos tratados. 40 Métodos Estudio retrospectivo de una cohorte consecutiva de pacientes con diagnóstico de STFF operadas por fetoscopía. El diagnóstico antenatal fue según los criterios habituales, consistentes en la secuencia de polihidroamnios/oligoamnios. Polihidroamnios se define internacionalmente como la presencia de un bolsillo de líquido amniótico (LA) máximo vertical de al menos 8 cm antes de las 20 semanas y al menos 10 cm posteriormente. Oligoamnios se define por un bolsillo de LA máximo vertical de menos de 2 cm. La fetoscopía se indicó hasta las 26 semanas, según los criterios habituales. El diagnóstico fue realizado por los tratantes de las pacientes y confirmado en nuestra institución. La evaluación ecográfica consistió en la realización de biometría fetal, medición de LA, medición del cuello uterino, Doppler de los territorios arteriales y venosos incluyendo la medición del flujo por la vena umbilical (5). Todas las pacientes recibieron información completa sobre el pronóstico y firmaron un consentimiento. La técnica quirúrgica se describió en extenso previamente(6). Se realizó en forma habitual bajo anestesia local, con un fetoscopio Storz, curvo en casos de placentas anteriores (Figura 1). Las pacientes permanecieron hospitalizadas por 1 a 2 días.En algunos centros de Santiago, las pacientes fueron trasladadas horas después del procedimiento. El seguimiento recomendado fue una ecografía semanal con biometría, Doppler de arteria umbilical, cerebral media para la medición de la velocidad máxima, y medición de cérvix. Se recomendó la interrupción del embarazo a las 35 semanas en forma electiva, o antes en relación a las complicaciones. El seguimiento fue realizado en conjunto con los tratantes, buscando favorecer la mejor decisión para las pacientes. Figura 1. Imagen fetoscópica de una coagulación de anastómosis placentaria en pared anterior. Se observa la inserción de la membrana y el saco del donante con oligoamnios hacia inferior en la imagen. Un vaso delgado que proviene del lado del donante (aparece desde la membrana) y se bifurca hacia el lado del receptor. La luz roja es el puntero del laser, la fibra se observa en la parte alta del campo visual, y la anastomosis está pronta a ser coagulada. Resultados Se trataron 36 casos entre el 2005 y mayo del 2011. Los primeros 18 casos fueron reportados previamente. La Tabla I resume los casos y el resultado perinatal de los casos 19 al 36 que se describen detalladamente en esta publicación. El caso 19 era un embarazo triple monocorial triamniotico, placenta anterior, que se presentó con un feto receptor hidrópico y un feto donante. El tercer feto parecía no participar en ese momento. Se realizó una fetoscopía ingresando por el saco del feto receptor, coagulándose las anastómosis entre el receptor y los otros dos fetos. El procedimiento inicial fue bien tolerado desde el punto de vista materno, sin embargo, condujo a la muerte del feto receptor 24 horas más tarde. Posteriormente, se reprodujo un STFF entre ambos fetos sobrevivientes, persistiendo el feto donante como tal, e incorporándose el tercer feto como un receptor nuevo (7). Luego de una extensa discusión con los pacientes y opiniones de expertos, se decidió realizar un segundo procedimiento de fetoscopía, produciéndose un óbito del nuevo receptor. El donante sobrevivió, sin embargo persistió con Doppler de arteria umbilical con flujo arterial ausente y DV onda A ausente, y se decidió la interrupción a las 26 semanas. El seguimiento a largo plazo ha mostrado un niño con desarrollo neurológico normal, en percentil 2, actualmente con 18 meses de vida. Yamamoto M y cols. Rev Chil Ultrasonog 2011; 14(2): 39-46. Tabla I. Resultados del tratamiento por fetoscopía de los embarazos con síndrome de transfusión feto fetal. Casos 19 al 36. Paciente EG Estadío Ubicación Eg al Conclusión lasér Quinteroplacentariaparto 19 24 4 anterior 26 1 muerte fetal 20 21 3 posterior 36 ambos vivos 21 17 3 posterior 34 ambos vivos 22 18 2 posterior 26 muerte neonatal ambos 23 18 2 anterior 31 1 muerte fetal 24 21 3 anterior 26 1 muerte neonatal 25 20 2 posterior 34 ambos vivos 26 20 3 posterior 36 1 muerte fetal 27 21 3 anterior 22 óbito ambos 28 17 2 anterior 35 ambos vivos 29 19 1 anterior 28 1 muerte neonatal 30 23 1 anterior 25 1 muerte neonatal 31 19 2 anterior 27 1 muerte neonatal 32 20 2 anterior 28 1 muerte neonatal 33 20 4 anterior 21 aborto 34 19 1 anterior 32 ambos vivos 35 20 4 anterior 25 muerte neonatal ambos 36 23 1 anterior 28 ambos vivos El caso 22 fue operado en la semana 18 y presentó un cuadro febril 3 días más tarde, seguido de una rotura de membranas. Fue tratada con antibióticos y referida a su hospital de base, donde fue hospitalizada en forma prolongada. Se decidió la interrupción por restricción de crecimiento del feto donante con flujo reverso en ductus venoso. Los recién nacidos pesaron 380 y 700 g respectivamente, con muerte neonatal para ambos fetos en la primera semana. El caso 23 fue operado en la semana 18, luego del cual continuó su control prenatal en su ciudad. El embarazo prosiguió sin incidentes, sin embargo, en la semana 31 se diagnosticó el óbito fetal del donante. Los tratantes decidieron la interrupción electiva, obteniéndose un recién nacido vivo sano. El caso 24 fue operado en la semana 21, con placenta anterior y Doppler anormal en el feto receptor, caracterizado por Ductus venoso reverso y reflujo tricuspídeo. El feto tenía signos de sobrecarga e insuficiencia cardíaca, con cardiomegalia. El seguimiento posterior fue favorable durante 3 semanas, con corrección de la anomalía al Doppler y líquido amniótico normal en ambos. En ese momento reapareció una insuficiencia cardíaca en el receptor y ascitis en el donante, por lo que se decidió la interrupción electiva en la semana 26 en su centro de referencia. Se produjo la muerte neonatal del donante. El receptor presentó una trombosis de la arteria femoral en el período neonatal, la cual fue manejada medicamente. En la actualidad el niño no tiene complicaciones. El caso 26 presentaba una estimación de peso fetal de 144 g y 272 g para el donante y receptor respectivamente, a las 20 semanas. El donante presentaba flujo ausente en diástole en el Doppler de la arteria umbilical. Luego de una fetoscopía con correcta visualización, se produjo un óbito del feto donante, y posteriormente el embarazo continuó sin complicaciones hasta la semana 36, en que se produjo una rotura de membranas y cesárea por sufrimiento fetal. El recién nacido pesó 2.230 g, con buen seguimiento a largo plazo. El caso 27 se trató de una joven de 17 años de Nueva Imperial, con un hijo previo, y un embarazo actual con DIU. Fue derivada en la semana 20 de embarazo, con fetos de 235 g y 508 g. El feto donante presentaba flujo reverso en arteria umbilical, y el receptor con ascitis, cardiomegalia severa y disfunción cardíaca. Se logró identificar al menos una anastómosis arterio arterial en la placenta, de ubicación anterior. El procedimiento fue difícil por la mala visualización de la placenta anterior, e impresionó que pudiera haber quedado una zona de ella sin una correcta coagulación de vasos placentarios. En el postoperatorio precoz, los fetos estaban vivos, no hubo aborto, y pudo trasladarse a su ciudad. A los pocos días se produjo el óbito de ambos fetos. La paciente correspondiente al caso 28 tenía un embarazo espontáneo, con síntomas de aborto (metrorragia) desde el primer trimestre. Se sospechó la presencia de STFF desde la semana 15, por discordancia de crecimiento fetal y líquido amniótico. Se hizo el seguimiento adecuado, con ecografía semanal, con el fin de detectar precozmente la discordancia de líquido amniótico que indicara correctamente la cirugía. Esto ocurrió en la semana 17. En ese 41 Dr. Masami Yamamoto C y cols. Figura 2. Imagen que demuestra el líquido amniótico obtenido en un caso de un embarazo que había presentado síntomas de aborto dos semanas previas al procedimiento. La cirugía pudo realizarse bajo amnioinfusión. 42 momento llevaba 2 semanas sin sangrado genital, y se decidió realizar la fetoscopía. El procedimiento no fue sencillo por la presencia de un líquido amniótico completamente hemático (Figura 2). El procedimiento fue realizado luego de un lavado, con aspiración de líquido amniótico y amnioinfusión contínua. Se logró visualizar la placenta y se realizó la coagulación de vasos. El resultado final fue satisfactorio, con ambos fetos vivos y una interrupción electiva en la semana 35. El caso 29 fue derivado en la semana 19, ya con fetos de 196 y 310 gramos. El donante presentaba una inserción marginal del cordón. La placenta era anterior, se realizó una fetoscopía sin incidentes con buena visualización. El embarazo pudo continuar adecuadamente, sin embargo, el donante presentó una restricción de crecimiento severo. Se decidió la interrupción en su centro de derivación a las 28 semanas, con pesos de 550 g y 1550 g. El donante presentó hemorragia intraventricular y posterior muerte neonatal. La paciente correspondiente al caso 30 residía en Osorno, y fue derivado desde el Hospital Militar. Se operó con 23 semanas con el diagnóstico de STFF etapa 1, con Doppler normal y placenta anterior. Previo al procedimiento tenía dilatación de 2 cm. En la fetoscopía se encontró múltiples vasos de gran grosor, y la membrana amniótica inserta cerca de la inserción del cordón del receptor. Se realizó un cerclaje posterior a la fetoscopía, quedando el cérvix de 42 mm. Continuó su control en el Hospital Militar, donde se constató una recurrencia de polihidroamnios/oligoamnios. Se realizó un amniodrenaje evacuatorio, y el análisis del líquido informó un citoquímico con 5 mg% de glucosa y 2 leucocitos por campo, sugerente de una infección ovular. Presentó rotura de membranas y trabajo de Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 14 ⁄ Nº 2 ⁄ 2011 parto, por lo que se interrumpió en la semana 25. En la placenta se encontró signos histológicos de infección ovular. Ambos fetos nacieron con 670 g, y el receptor falleció a los 7 días. El donante está sin complicaciones, con 10 meses de vida en Osorno. La paciente correspondiente al caso 31 fue derivada para una fetocopía con 19 semanas, placenta anterior e inserción velamentosa del cordón. Se operó sin inconvenientes, y presentó RCIU del feto donante. Una rotura de membranas en la semana 27 motivó la derivación al Hospital Barros Luco, donde se decidió la interrupción. El donante pesó 490 g y el receptor 1.100 g. El primero presentó muerte neonatal, y el segundo continuó adecuadamente, con buena evolución hasta la fecha. La paciente correspondiente al caso 32 fue derivada con 20 semanas, con inserción velamentosa del cordón del donante, pesando 215 y 330 g, en etapa 2. Fue operada en forma adecuada y se pudo transferir a su centro de derivación. Al sexto día postoperatorio, estando hospitalizada, se hizo el diagnóstico de abdomen agudo, por lo que se realizó una laparotomía, encontrándose sangre antigua en moderada cantidad. Se realizó una apendicectomía profiláctica en el mismo procedimiento. El embarazo continuó sin complicaciones salvo un severo RCIU del donante, el cual desarrolló posteriormente un flujo reverso en Ductus venoso. Se decidió la interrupción en la semana 28, con pesos de 390 g y 800 g. El donante presentó muerte neonatal. El caso 33 fue diagnosticado con 20 semanas, con un STFF estadío 3, con un receptor con reflujo en la válvula tricúspide, flujo reverso en Ductus venoso y cardiomegalia. Tres días más tarde, al momento de la cirugía ya presentaba hidrops y un bolsillo máximo de LA de 13 cm, y un cérvix pre laser de 38 mm. La paciente tuvo que ser operada previa transfusión de 6 unidades de plasma fresco congelado, debido al antecedente de ser portadora de un déficit de Factor V. El procedimiento se pudo realizar en forma habitual, con la técnica percutánea y anestesia local. El cérvix al alta fue corto (19 mm), por lo que se planteó realizar un cerclaje. El control ecográfico demostró una recuperación del hidrops, tan rápido como apareció previo a la cirugía. A los 7 días la paciente abortó con ambos fetos vivos, sugiriendo que la pérdida fetal no fue por causa placentaria, sino por un factor cervical posterior al láser. Queda sin resolver si un cerclaje podría haber favorecido el curso del embarazo. La paciente correspondiente al caso 35 fue derivada con 20 semanas, estadío 4 de Quintero, con hidrops y cardiomegalia severa del receptor. También se trataba de un caso de placenta anterior. El procedimiento fue realizado sin incidentes, el embarazo prosiguió con recuperación del hidrops en el receptor, sin embargo, se produjo la rotura de membranas en la semana 25, con parto prematuro extremo de ambos fetos. Hubo una muerte neonatal en ambos. Yamamoto M y cols. Rev Chil Ultrasonog 2011; 14(2): 39-46. El último caso se presentó en la semana 23, con un estadío de Quintero etapa 1 y placenta anterior. Los fetos pesaban 510 g y 580 g. La fetoscopía se realizó sin dificultad. Sin embargo, desde la semana 26 se diagnosticó una secuencia de anemia policitemia, denominada TAPS, con anemia del receptor y policitemia del donante. Se encontró velocidades máximas de la arteria cerebral media (ACM) de 70 cm/s para el receptor, y 20 cm/s para el donante. Se realizaron dos transfusiones intrauterinas (TIU) en el receptor, y no se realizaron diluciones en el donante por tener inserción velamentosa del cordón para evitar accidentes. En la primera TIU se encontró un hematocrito de 11%, y luego de 30 ml de glóbulos rojos se llevó a 24%, considerado subóptimo. Una segunda transfusión se realizó 6 días más tarde por nueva elevación progresiva de la velocidad máxima de la ACM, llevándose el hematocrito del receptor de 18% a 33%. Se decidió la interrupción en la semana 28, obteniéndose recién nacidos de 1.010 g y 1.067 g. Los hematocritos fueron 68% y 23% respectivamente. El seguimiento posterior ha sido adecuado hasta el momento, con solo un mes desde la cesárea. Cinco casos de los 36 presentaron rotura de membranas, a la 1, 3, 5, 8 y 10 semanas luego del procedimiento. Es difícil conocer si la complicación es atribuible al procedimiento o a la patología de base, en particular cuando esto ocurrió tardíamente(8). La mayoría de los estudios han considerado arbitrariamente que la rotura de membranas sería atribuible a la fetoscopía si ocurre dentro de las 3 semanas del procedimiento, como una forma de estandarizar la frecuencia con que ocurrió esta complicación. Las causas generales de pérdida fetal posterior a la fetoscopía deben ser analizadas por separado, para permitir conocer en qué ha fallado la terapia. En los primeros 18 casos las pérdidas fueron principalmente fetales. En los siguientes 18 casos, las pérdidas fueron preponderantemente neonatales, como lo muestra la Tabla II. Al analizar el perfil de prematurez de esta población, se visualiza que la EG al parto promedio y rango no ha disminuido, es decir, la mayor mortalidad neonatal no es atribuible a menor EG al nacer. Sin embargo, es interesante saber que al extenderse la red de derivación, el número de establecimientos donde se producen los nacimientos ha aumentado, de 9 centros en los primeros 18 casos, a 13 en los últimos 18 casos. Es posible que el manejo neonatal no sea similar en equipamiento, experiencia y equipos quirúrgicos en los diversos centros, y que la mayor diversidad pueda generar resultados disímiles. Con respecto a la forma de nacer, aunque hay muchos casos con RCIU severo, Doppler anormal, trabajo de parto prematuro, todos recibieron corticoides y ninguna cesárea fue indicada por bradicardia de algún feto. El intervalo de la fetoscopía al parto es una información muy importante a la hora de las decisiones. En los 36 casos (incluyendo los de esta serie y los precedentes 18 casos), la mediana de la duración de los embarazos fue de ocho semanas, con rango de 0 a 18. Seis embarazos duraron hasta una semana, y fueron los casos con óbito fetal de ambos y aborto espontáneo. Dos embarazos duraron dos semanas luego de la fetoscopía y todos los demás duraron más de cuatro semanas (77%). La figura 3 representa los intervalos de tiempo de fetoscopía a parto. Discusión El reporte es la continuación de una serie presentada en una publicación previa y lo destacado es que aumentó la sobrevida de un 72% de los casos con al menos un feto vivo a 77,8%. Este resultado es acorde con las series publicadasen una revisión que considera más de 1.000 casos(9), similar a otra serie chilena de 33 casos(10), similar a una serie brasileña de 19 casos(11) y mejor que otra serie brasileña de 30 casos(12). La mejora constante en los resultados puede ser interpretado de variadas formas: que el equipo de trabajo se ha consolidado en experiencia, que los resultados iniciales no eran fortuitos, y que la mejora en diversos aspectos del procedimiento van optimizando los resultados globales. Un elemento central es que el diagnóstico se realizó dos semanas más temprano en los últimos dos años. El diagnóstico del STFF debe realizarse en un seguimiento ecográfico cada 15 días en todo embarazo monocorial biamniótico desde la semana 16. En cada una de estas ecografías quincenales debe evaluarse el crecimiento, el bolsillo vertical máximo de líquido amniótico y el Doppler de arteria umbilical. La indicación de coagulación láser por fetoscopía se define por la discordancia de líquido amniótico como en todos los centros. El saco del donante no debe tener un bolsillo vertical máximo de 2 cm, y el receptor debe tener más de 8 cm antes de las 20 semanas, y más de 10 cm después. En Chile, por la frecuencia de STFF reportado en otros países y centros, debieran diagnosticarse cerca de 200 casos anuales, sin embargo, es posible que muchos embarazos presenten aborto u óbito antes de la viabilidad, quedando subregistrados. Parece ser una tarea de todos mejorar el diagnóstico precoz de la enfermedad. El cerclaje ha sido cuestionado en el embarazo único, y faltan demostraciones para su uso en embarazo gemelar. Para el grupo específico de embarazo gemelar monocorial con STFF, se ha reportado que cuando la longitud del cérvix fue menor a 20 mm post-fetoscopía, la probabilidad de aborto espontáneo fue mayor al 50%(13). Otro estudio demostró que la sobrevida era superior a 50% con cérvix preoperatorio de 5 a 20 mm, justificando la realización de fetoscopía en estas condiciones (14). Un estudio que comparó casos con y sin cerclaje con cérvix preoperatorio bajo 15 mm. 43 Dr. Masami Yamamoto C y cols. Se demostró que el embarazo duraba 7 semanas post fetoscopía en comparación con 1 semana, y la sobrevida fetal era 89% en comparación con 40%(15). En conclusión, un cérvix preoperatorio corto no contraindica la cirugía, un cérvix cort post laser es alto riesgo de aborto, y un cerclaje logra aumentar la latencia de tiempo al parto. Luego del tratamiento, los embarazos pueden presentar complicaciones y no pueden ser considerados como embarazos gemelares normales. El óbito fetal ocurre en cerca del 20% luego del procedimiento, pudiendo afectar a donantes o receptores. Diversos estudios han buscado detectar factores de riesgo preoperatorios para predecirla, Revista Chilena de Ultrasonografía. Volumen 14 ⁄ Nº 2 ⁄ 2011 entre los cuales destacan anormalidad del Doppler de arteria umbilical del donante y Ductus venoso en el receptor(16-18). Las principales causas son la insuficiencia placentaria, la insuficiencia cardíaca, la persistencia de la transfusión feto fetal y la secuencia anemia policitemia llamada “TAPS” por su acrónimo en inglés de “twin anemia polycythemia sequence” (19). Esta es una complicación producto de una transfusión sanguínea crónica, de pequeño volumen, que produce anemia en un feto y policitemia en el otro, solamente detectable por diferencias en la velocidad máxima de la arteria cerebral media. El diagnóstico se realiza con PSV-ACM de 1,5 MoM en uno, y bajo 0,8 MoM en el otro. Tabla II. Descripción de la población y resultado perinatal de los embarazos con Síndrome de Transfusión Feto Fetal tratados por fetoscopía. Casos 1-18 Casos 19-36 Período 5 años 2 años EG al tratamiento (Mediana) [Rango] Estadíos de Quintero 1 44 22 [18-25] 20 [17-24] 2 4 2 6 6 3 9 5 4 1 3 % Placenta anterior 50% (9) 72% (13) 28 [19-35] 28 [21-36] 8 9 % rotura de membranas (Nº) 11% (2) 16% (3) % abortos (Nº) 5% (1) 5% (1) Embarazos concluidos < 24 semanas por óbito ambos o abortos 3 2 Partos entre 24 y 28 semanas 8 9 Partos ≥ 29 semanas 7 7 Óbito 1 feto 7 2 Óbito 2 fetos 4 1 EG al parto (Mediana) [Rango] Nº partos entre 24 y 28 semanas Muertes neonatales 0 Ambos fetos vivos al mes % embarazos con almenos 1 feto vivo 9 (en 7 embarazos) 5 6 72,2% 77,8% Yamamoto M y cols. Rev Chil Ultrasonog 2011; 14(2): 39-46. Paradójicamente, la anemia se detecta en el feto receptor con mayor frecuencia, y el manejo más apropiado consiste en llevar los embarazos hasta las 28-30 semanas, e interrupción. Los casos reportados han sido tratados con transfusión intrauterina seriada en el feto anémico, una nueva fetoscopía para coagular anastomosis persistentes (no coaguladas o repermeabilizadas) o coagulación de cordón de uno de los fetos con el fin de poder salvar uno de ellos. Entre estas alternativas, una nueva fetoscopía es teóricamente la más razonable, en cuanto busca detener la causa etiológica de la enfermedad. Lamentablemente, esta alternativa no siempre es factible o sencilla de realizar, por la posición anterior de la placenta. En nuestra serie, el caso 36 presentó esta complicación, la cual pudo ser manejada con transfusiones repetitivas. En los primeros 18 casos también se presento un caso de TAPS, sin embargo el resultado fue óbito fetal para ambos a pesar del tratamiento con TIU. Debido a la existencia de esta complicación llamada “TAPS”, el seguimiento propuesto para los casos tratados por fetoscopía consiste en la ecografía semanal hasta el parto, con medición de líquido amniótico, cérvix, biometría, Doppler de arteria umbilical y arteria cerebral media. La interrupción electiva deberá realizarse entre las 34 a 35 semanas(20). La placenta ha sido parcialmente 45 Figura 3. Intervalos (semanas) de la fetoscopía al parto. La barra celeste indica la EG al momento de la fetoscopía, y la barra roja la duración del embarazo en semanas. Los casos están ordenados de arriba abajo a partir de los casos con mayor duración. Se incluyeron los 36 casos para este análisis. Los últimos 6 casos duraron no más de 1 semana. Dr. Masami Yamamoto C y cols. coagulada, y la viabilidad extrauterina está asegurada en estos casos. Conclusión Nuestra serie reporta los resultados de un segundo grupo de casos con STFF, que muestran una mejora en relación a los primeros reportados. Esto confirma los resultados inicialmente obtenidos, y demuestra como la experiencia va generando mejores resultados. Referencias 46 1. Ville Y, Hyett J, Hecher K, Nicolaides K. Preliminary experience with endoscopic laser surgery for severe twin-twin transfusion syndrome. New Engl J Med 1995; 332: 224-227. 2. De Lia, J, Kuhlmann R, Harstad T, Cruikshank D. Fetoscopic laser ablation of placental vessels in severe previable twin-twin transfusion syndrome. Am J Obstet Gynecol 1995; 172 (4): 1202-1211. 3. Senat MV, Deprest J, Boulvain M, et al. Endoscopic laser surgery vs serial amnioreduction for severe twinto-twin transfusion syndrome. New Engl J Med 2004; 351: 136-44. 4. Yamamoto M, Astudillo J, Pedraza D, Muñoz H, Insunza A, Fleiderman J, Riveros R. Tratamiento por fetoscopía del Síndrome de Transfusión feto fetal en Clínica Alemana de Santiago. Rev Chil Obstet Ginecol 2009; 74 (4): 239-246. 5. Yamamoto M, Nasr B, Ortqvist L, Bernard JP, Takahashi Y, Ville Y. 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