Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales Nº1 VOL. 4, AÑO 2013 ISSN 2362-1958 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN DE LA MEGAFAUNA EN LA REGIÓN DEL PLATA (ARGENTINA) Karina Vanesa Chichkoyan1, Margarita Belinchón2, José Luis Lanata3, y Bienvenido MartínezNavarro 4 RESUMEN El objetivo de este trabajo es presentar la investigación de tipo tafonómico que se realizó sobre la Colección Rodrigo Botet del Museo de Ciencias Naturales de Valencia, España y relacionar estos resultados con un marco paleoecológico de estudio. Esta colección representa el conjunto fósil de megafauna Cuaternaria sudamericana más importante de Europa y fue donada a finales del siglo XIX por el ingeniero Rodrigo Botet. Proviene de la zona pampeana, en algunos casos del sector noreste, como los Ríos de La Plata, Samborombón y Salado. A pesar de carecer de una estratigrafía precisa, el estudio de estas colecciones puede brindar una valiosa información dentro de las investigaciones modernas y permite avanzar en el desarrollo de nuevos marcos interpretativos para comprender la extinción de la megafauna. ABSTRACT The aim of this paper is to present the taphonomic research that has been done over Rodrigo Botet collection of the Museum of Natural Science from Valencia, Spain and relate it with a paleoecological framework. This is the most important collection of fossil Quaternary South American megafauna in Europe and it was donated by Rodrigo Botet at the end of the XIX century. It comes from the pampean region, in some cases from the northeast sector, like De La Plata, Samborombón and Salado rivers. Although the collection doesn’t have a precise stratigraphy, the study of it, can offer valuable information into modern research and can be useful to develop new interpretative frameworks about the megafauna extinction. RESUMO O objetivo deste trabalho é apresentar o tipo de pesquisa tafonômica realizada em o Colecção Rodrigo Botet do Museu de Ciências Naturais, em Valência, Espanha e relacionar esses resultados com um quadro paleoecológico. Esta coleção representa o megafauna fóssil sul-americana Quaternária mais importante da Europa e foi doado ao final do século XIX pelo engenheiro Rodrigo Botet. Ela vem do pampa, em alguns casos, o setor nordeste, como os rios de La Plata, Samborombón e Salado. Apesar da falta de uma estratigrafia preciso, o estudo dessas coleções podem fornecer informações valiosas sobre na pesquisa moderna e permite o progresso no desenvolvimento de novos quadros interpretativos para a compreensão da extinção da megafauna. 1 Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Argentina Universidad de Ferrara. Italia. Master de Prehistoria y Cuaternario. Universidad del Salvador, Departamento de Historia, Argentina. [email protected] 2 Museo de Ciencias Naturales de Valencia, España. [email protected] 3 ITECyS (Instituto Transdisciplinario de Estudios Culturales y Socioambientales) CONICET jllanata@conicet. gov.ar 4 ICREA, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social-IPHES, Universidad de Rovira i Virgili, Tarragona, España. [email protected] 48 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN... INTRODUCCIÓN Se ha realizado una primera aproximación tafonómica (Chichkoyan 2011) sobre la Colección Rodrigo Botet, depositada en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia (España), para encontrar cualquier tipo de intervención antrópica. Este trabajo se hizo con el objetivo de aportar nuevos datos a la temática de la extinción de la megafauna en las Américas durante la transición PleistocenoHoloceno, focalizando en Homo sapiens como especie novedosa e influyente dentro de la región. Ésta pudo afectar negativamente a la fauna autóctona que se encontraba en decadencia por los cambios climáticos que existieron en esta transición (Cione et al. 2009). El estudio de colecciones antiguas permite integrarlas en discusiones académicas actuales y fomentar diversos tipos de estudios sobre las mismas. Además, en el caso de colecciones que se encuentran en el exterior, permite conocer y revalorizar el patrimonio argentino que esta fuera del país. Para acceder en forma más precisa a esta información es necesario tener una mirada interdisciplinar como la que puede brindar un marco paleoecológico (Dincauze 1987; Wing et al. 1992), que permite tener un mejor conocimiento sobre los distintos aspectos en la relación de Homo sapiens y megafauna. Esto mejora las herramientas interpretativas para entender cómo fue la extinción de la megafauna a partir de la evidencia recolectada en el análisis de las colecciones. A continuación se especificará el marco teórico paleoecológico empleado en esta investigación. Luego se explicarán algunas cuestiones metodológicas y se presentará la historia de esta colección junto con los resultados. En los subsiguientes puntos se dará cuenta de la discusión a partir de la información recolectada y finalmente se expondrán algunas conclusiones. HOMO SAPIENS Y MEGAFAUNA: UNA RELACIÓN PARTICULAR Para interpretar la extinción a partir del registro fósil, es necesario tener un enfoque multidisciplinar integral que permita explicar la extinción -local o no- de las especies a través del tiempo. La paleoecología puede ser útil en 49 este sentido ya que, desde una visión diacrónica, ayuda a entender el contexto biótico y abiótico de los organismos en su evolución (Dincauze 1987; Wing et al. 1992). Esta perspectiva, aporta un enfoque interdisciplinario integrador entre aspectos tafonómicos, ecológicos, geológicos, paleontológicos e históricos, para la investigación de la vida natural en el pasado (Wing et al. 1992). Para comprender los patrones de extinción de las especies, es necesario elaborar modelos paleoecológicos (Barnosky et al. 2004) que den cuenta de la pérdida de la biodiversidad y la alteración de la estructura ecológica (Turvey y Cooper 2009). Es posible desarrollar este tipo de modelos con el análisis de datos provenientes de diversos campos disciplinarios y a partir de nuevas fuentes de información no consideradas anteriormente, como por ejemplo, en el caso de este trabajo, la colección aquí estudiada. Es de especial atención Sudamérica, ya que se caracteriza por las pocas investigaciones en la materia (Barnosky et al. 2004) a pesar de la gran pérdida de fauna nativa durante la transición Pleistoceno-Holoceno (Cione et al. 2009), que coincide con la irrupción de Homo sapiens en el continente, y con el cambio climático propio de esta transición. En este trabajo planteamos que las cadenas tróficas establecidas en los distintos paleoambientes sudamericanos habrían sido afectadas por la presencia de Homo sapiens, repercutiendo, eventualmente, en la extinción de la megafauna autóctona. En este sentido, diversas teorías fueron propuestas para el estudio de esta interacción: desde que el clima fue el único causante de la pérdida de los grandes mamíferos que no pudieron adaptarse al cambio climático, hasta que los humanos produjeron una matanza sin precedentes que llevó a la extinción de estos animales en pocos milenos (ver detalles en Koch y Barnosky 2006 y en la bibliografía allí citada). Sin embargo, la evaluación en conjunto de este suceso implica comprender cómo eran las interrelaciones de las especies nativas previo a la introducción de Homo sapiens y cómo pudieron alterarse luego de su aparición, teniendo en cuenta las oscilaciones pleistocénicas a las que había sobrevivido esta fauna nativa prehistórica (Cione et al. 2009). Se CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4) implica tener en cuenta el contexto sedimentario en el que aparecen (Behrensmeyer 1991). No obstante, aplicar esta disciplina a material depositado en museos significa en algunos casos realizar el análisis, careciendo del contexto en el que se encontró el material. Muchas veces, sobre todo, en colecciones antiguas, no se cuenta con detalles de la recuperación de los restos, otras, las notas se perdieron y/o no existen, y a veces las publicaciones no contienen la información completa. Sin embargo, la falta del contexto artefactual, o sedimentario, no implicó la carencia de interés científico en el caso de otras investigaciones, realizadas también en colecciones depositadas en museos, donde se tuvieron los recaudos necesarios para analizarlas (Gould 1991; Stiner 1994). Entre algunas de las carencias que se tienen en cuenta en estos casos es que las excavaciones en otros momentos históricos impusieron sesgos en las colecciones, por la selección de la extracción de ciertas especies (Turvey y Cooper 2009) o en la recolección de ciertas partes del esqueleto en vez de otras, afectando la representación y abundancia de las partes esqueléticas (Shipman 1981). Teniendo en cuenta estas consideraciones, y previendo que el análisis de material depositado en museos no tendrá una resolución específica del contexto o sitio arqueológico, y que en muchos casos carecemos de la información de su asociación a otros ecofactos o artefactos, su estudio tafonómico se torna en una vía analítica para dar cuenta de la vida de un organismo en su entorno natural en el pasado. El reconocimiento de los diversos rastros en restos óseos indica el agente causal y por ende al actor detrás de esta acción (Gifford-Gonzalez 1991), más allá de que su asociación con la matriz sedimentaria haya desaparecido. De esta forma el contexto asociado pasa a ser inferido a partir de la observación de la corteza superficial del hueso. El reconocimiento de pulidos, estrías, meteorización, manchas químicas o marcas de carnívoros, entre otras evidencias, puede dar cuenta de los factores que afectaron a los distintos huesos, que son indicadores de los factores climáticos, ecológicos y ambientales imperantes de la región de procedencia de la muestra. Además la superposición entre ellos, debe tener en consideración como las poblaciones humanas irrumpieron en este escenario a manera de especie invasora, en un continente que no había tenido presencia homínida previa, dispersándose a través de corredores ambientales y/o “Hot spots” (Lanata et al. 2008), sectores donde por sus características favorables podría haber habido una mayor agrupación de recursos, como pudo suceder en la región pampeana. De esta manera, se puede relacionar la información proveniente del análisis de los restos óseos con aquella relativa a la ecología, distribución y características de la fauna nativa prehistórica. Ello permitirá contextualizar y discutir la evidencia dentro de un marco paleoecológico general. METODOLOGÍA El estudio de los restos óseos, a pesar de carecer de su contexto, permite profundizar en gran medida sobre esta problemática. Favorece este análisis el hecho de que el material del Cuaternario es uno de los mejores conservados por ser de los más recientes dentro de la historia de las especies. Esto significa que constituye un registro muy completo y que la estructura de los huesos presenta un bajo grado de fosilización en la mayoría de los casos. Lo que implica que conservan parcialmente, en mayor o menor grado, su parte orgánica, facilita estudios genéticos y ofrece la posibilidad de datar los restos (Turvey y Cooper 2009). Estas ideas pueden ser evaluadas a través del análisis tafonómico de las colecciones de megafauna depositadas en los museos. La tafonomía se ocupa del estudio de los procesos de fosilización y de la formación de los yacimientos de fósiles (Fernández López 2001), así como de los agentes que acumularon y modificaron las evidencias orgánicas del pasado, en nuestro caso, restos óseos, desde su producción y hasta su recuperación del registro sedimentario (Lyman 2008; Shipman 1981). Esto permite diferenciar en los huesos, no solamente huellas de origen antrópico de otras procedentes de agentes biológicos o naturales, sino que también refleja aspectos paleoecológicos del registro fósil (Bonnichsen 1989; Lyman 2008). El estudio tafonómico de restos óseos 50 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN... indicarían el orden en que las piezas fueron afectadas por los distintos agentes, y por ende, se puede evaluar la antigüedad de los mismos, a la vez que entender la “historia tafonómica” del hueso. Consecuentemente, le otorgamos una utilidad alternativa y diferente de este tipo de registro, ya que muchas veces el material depositado en los museos no fue encarado dentro de investigaciones arqueológicas actuales, por lo que su estudio bajo esta nueva perspectiva puede brindar un potencial de información no considerada anteriormente. De esta manera planteamos que, el análisis de material de colecciones decimonónicas en investigaciones con acercamientos modernos, permite profundizar en discusiones académicas presentes. Para poder llevar a cabo un análisis de este tipo, es importante estructurar la unidad de análisis al resto óseo en sí mismo. Para este trabajo, éste sería la unidad básica de medida (Ramenofky y Steffen 1998), que permitiría evaluar las ideas aquí planteadas acerca de la extinción de la megafauna. Considerar al resto óseo como unidad observacional implica que éste es un todo en sí mismo, un artefacto, que puede ser utilizado más allá de que carezca del contexto sedimentológico que lo acompañaba –posición similar que abordan algunos autores cuando postulan al artefacto como la unidad observacional principal (Borrero 1993; Dunnell 1992). En este tipo de investigaciones se debe adecuar la escala de información que puede brindar el análisis de los materiales procedentes de excavaciones no contextualizadas, con una especificación de su origen a nivel regional, por lo que el grado de información será de “grano grueso”, o sea, con una resolución amplia. Muchas veces esta escala es la más adecuada para dar cuenta de la relación entre las especies en el pasado, y además permite la comparación interregional, lo que fortalece la fiabilidad de los datos obtenidos (Stiner 1994). La detección de huellas antrópicas en material identificado puede brindar información del tipo de explotación, que las poblaciones humanas realizaron sobre las distintas especies. Se pueden diferenciar los tipos de huellas antrópicas según la presión, el tipo de acción –aserrado o corte, por ejemplo- y el tipo de instrumento utilizado (Binford 1981). Si el resto óseo está identificado no sólo a nivel de especie sino también a nivel anatómico, se puede caracterizar o hipotetizar sobre la cadena de procesamiento del animal: despellejamiento, desarticulación o fileteado (Binford 1981). La ubicación de las marcas en el elemento puede indicar el interés en separar músculos, tendones y ligamentos (Mengoni Goñalons 2006-2009). Además, el tamaño del animal puede influir en el procesamiento de las partes esqueléticas (O’Connell et al. 1992). En la megafauna por ejemplo, podría haberse dado en muchos casos el transporte de los músculos solamente, ya que la anatomía y peso de estos animales dificultaría extraer grandes unidades del esqueleto (Borrero y Martin 2012). Esto podría afectar sobre todo los sectores apendiculares, ya que por la cantidad de carne presente, la posibilidad que el filo llegue a marcar el hueso es menor y, por ende, el registro de huellas puede ser escaso en estos elementos óseos. En forma paralela, la asociación de esos animales a determinados pisos estratigráficos puede indicar el rango temporal en que ocurrió dicha predación. Esto puede ser ajustado realizando dataciones sobre el mismo material que presente huellas. Ello brinda no solamente un lapso cronológico más acotado de dicha interacción, sino que también le otorga una temporalización más específica a la dispersión humana en los distintos paleopaisajes. Es importante en estos análisis definir en forma precisa los atributos de las huellas de corte: en general éstas se caracterizan por tener sección en V, ser alargadas, y poseer estrías paralelas en las paredes internas (Shipman 1981). En el caso del análisis de restos óseos no contextualizados es importante observar su superficie con distintos instrumentos –lupas de mano y microscopiospara diferenciar huellas de origen antrópico de las realizadas por agentes naturales, como es la erosión fluvial o eólica, el efecto de las raíces, los carnívoros, o las disoluciones químicas y otros (Behersmeyer 1978, 1991; Lyman 2008; Shipman 1981) que informan sobre que agentes afectaron los huesos y dan cuenta del contexto paleoecológico general. De esta manera, el hallazgo de huellas 51 CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4) sobre restos óseos de colecciones de museos puede ser interpretado a partir de la especie y del hueso en que se presenta. Esta evidencia ayudaría a comprender la forma en que las poblaciones humanas habrían hecho uso de este recurso. Pero a su vez estaría indicando la posible influencia sobre las tasas de supervivencia de las especies y esto se puede contextualizar dentro de un marco paleoecológico, que permitiría interpretar la evidencia en un contexto mayor de interrelación entre poblaciones faunísticas. en sus discusiones sobre el hombre temprano. En cuanto a la zona de recolección proviene de las “Pampas de Buenos Aires” o “Buenos Aires” y en otros casos se detalla la zona en forma más específica, siendo todas localidades de la zona noreste de la región pampena: Puerto de Buenos Aires, Ríos de La Plata, Salado y Samborombón y Bahía de Samborombón (Martel San Gil y Aguirre Enríquez 1964; Salinas Jaques 2001, Belinchón et al. 2009). Se seleccionaron 11.466 fragmentos sobre los que se realizó la observación del material a ojo desnudo, lupa de aumentos y binocular. Los restos óseos poseían distintos grados de fragmentación y factibilidad de identificación anatómica y/o de especie (ver mayores detalles en Chichkoyan 2011). De este total se reconocieron 19 elementos con intervención antrópica, que representa un 0,17 % del total (por cuestiones de espacio se presentan solamente algunas figuras, para más detalle del material remitirse a Chichkoyan 2011). Entre las especies reconocidas con huellas, se diferenciaron cuatro fragmentos de huesos de Mylodontidae -una costilla, un atlas, una escápula y un metatarsiano-, una costilla de Megatherium sp., dos costillas de Macrauchenia patachonica y tres posibles placas pulidas de diversos Cingulatas -dos de Eutatus y una de Glyptodontidae. Los nueve fragmentos restantes del material se distribuye entre tres fragmentos reconocidos solamente a nivel anatómico –una costilla, una diáfisis y una mandíbula- y seis fragmentos indeterminados. A continuación se describirán las huellas registradas sobre elementos identificados tanto a nivel anatómico como de especie: 1) Costilla de Mylodontidae: Esta pieza tiene 10,5 cm de largo por 3,5 cm de ancho y se encuentra fragmentada hacia ambos extremos. Se observaron tres huellas paralelas en el centro de la pieza y a 45º del eje longitudinal. Poseen la misma coloración que el resto del tejido óseo que las rodea y tienen el mismo formato y direccionalidad en el corte (Figura 1). 2) Atlas de Mylodontidae: Es una pieza restaurada de 10,5 cm de longitud por 9,5 cm de altura, posee marcas de pisoteo en la cara exterior, así como también oxido de manganeso en toda la superficie. LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y SU ANÁLISIS La Colección Rodrigo Botet que se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia, España y es la más importante de una serie de colecciones de material óseo sudamericano depositadas en distintos museos europeos. Este magnífico conjunto de materiales llegó a Valencia en 1889 (Martel San Gil y Aguirre Enríquez 1964) donde sufrió diversos avatares y distintos traslados (Salinas Jaques 2001) hasta que finalmente en 1999 se la montó en forma definitiva en la actual sede del museo, ubicada en los Jardines del Real (Belinchón et al. 2009). Rodrigo Botet conformó la colección paleontológica con la decisiva cooperación del estado argentino en esta tarea a través de Enrique De Carles, que, salvo alguna excepción, recolectó por encargo de R. Botet la práctica totalidad de los ejemplares, y que por entonces trabajaba en Argentina como colector del Museo Nacional (Vallejo 2007). Esta colección se destaca por la cantidad y variedad del material presente, por lo que se constituyó específicamente el primer Museo Paleontológico europeo. En ella están representados todos los macromamíferos fósiles que Darwin identificó en su viaje del Beagle (Belinchón et al. 2009). Sobresalen por su importancia un esqueleto de Megatherium americanum, mylodóntidos, dasypódidos, glyptodóntidos y notoungulados. También tiene importantes restos humanos, como el “esqueleto de Samborombón”, estudiado por Boscá y que tuvo una relevancia considerable en la discusión sobre el origen y antigüedad del hombre (Catalá 2004), ya que fue citado por Ameghino 52 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN... Figura 1. Detalles de huellas en costilla de Mylodontidae. Figura 2. Metatarso de Mylodontidae. Se detectaron posibles huellas de origen antrópico sobre su cara dorsal, tanto en el tubérculo como en el sector articular derecho. La que se encuentra en el tubérculo es longitudinal de 2 cm de largo y esta ubicada en el centro, se acompaña de dos cortes transversales en el dorso del tubérculo de aproximadamente 0,5 cm. También hay pequeños cortes en el sector articular derecho con la misma orientación longitudinal como sucede en la huella más larga. 3) Escápula de Mylodontidae: Se trata de una escápula izquierda que se encuentra afectada por agentes tafonómicos como raíces, pisoteo y algunas manchas de manganeso. Se detectó una huella a 11 cm de la cavidad glenoidea, en la cara dorsal, a 45º del eje longitudinal. Hay marcas de raíces que recorren tanto el tejido que rodea la huella, como la huella misma, lo que indicaría que la vegetación afectó el hueso a posteriori de que fue hecho el corte. 3) Metatarsiano de Mylodontidae: Es el metatarso IV izquierdo, se encuentra completo con un buen estado de conservación, aunque esta fragmentado en su extremo proximal. Se localizaron al menos seis huellas en la epífisis articular distal. Sobre algunas de éstas hay una pequeña perforación de origen insectívoro que se realizó luego de la intervención antrópica (Figuras 2 y 3). 4) Costilla de Megatherium sp.: Es una costilla completa aunque se fraccionó en dos partes, probablemente en los traslados del material en el museo. También tiene una restauración en la punta distal y en el sector proximal, cercano a Figura 3. Detalles de huellas en metatarso de Mylodontidae con pequeña perforación sobre algunas de ellas. la articulación y además tiene algunos restos de sedimento original en el cuerpo de la costilla. Es en el sector distal donde se encontraron las huellas. Son cuatro en total, sobre la cara interna, orientadas de la siguiente manera: dos transversales al eje y dos a 45º del mismo de aproximadamente 1 cm y 3 cm. Tres de ellas forman una especie de “N” inversa y la cuarta huella se ubica a 4 cm de distancia, hacia el sector proximal, con un poco de sedimento en su interior. 5) Costillas de Macrauchenia patachonica: Una de ellas posee cuatro huellas, dos de 3 cm de largo y superficiales y dos pequeñas de 0,5 cm y paralelas entre si. En la otra costilla hay una huella que se encuentra parcialmente debajo de una restauración y tres pequeñas incisiones posiblemente de origen antrópico, todas están cercanas hacia el sector distal del elemento. 53 CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4) 6) Placas de Cingulata: Las que fueron identificadas como Eutatus tienen forma pentagonal, una de ellas de color marrón con restos de sedimento calcáreo en algunos bordes y donde se observarían también huellas de pulido. En cuanto a la otra es de color negro, redondeada por la acción fluvial aunque uno de sus bordes fue posteriormente partido. Por último el osteodermo de Glyptodontidae tiene forma hexagonal y manchas de manganeso uniendo al menos dos paredes, por lo que el trabajo antrópico sería anterior al desarrollo de las manchas (Figura 4). sp. el hecho de la disposición de las marcas y que una de ellas poseyera todavía sedimento podría dar cuenta de su posible origen antrópico y que se realizaron previo a su enterramiento. En tanto que las costillas de Macrauchenia patachonica, tienen menor intervención de efectos tafonómicos con escasas marcas de pisoteo o de raíces, y posibles huellas antrópicas con la misma coloración que el resto del hueso. En el caso de las placas, en una de ellas se pudo observar una especie de pulido en una de sus caras, consistente en pequeñas y finas estrías paralelas, mientras que en la placa de Glyptodontidae se vio el desarrollo de manchas de manganeso alrededor de sus paredes. Todo este tipo de información, si bien en si mismo no implica evidencia de accesos directos sobre los animales, sí al menos, estarían indicando la antigüedad de las mismas. Probablemente fueron hechas previo a la acción de otros agentes, o del enterramiento de las piezas, y por ende se podría descartar que hayan sido realizadas durante la excavación del material, su traslado o deposito en Valencia. En cuanto a los elementos anatómicos, vemos que hay mayor cantidad de huellas sobre elementos del esqueleto axial: cinco costillas –una de Mylodontidae, otra de Megatherium sp., dos en Macrauchenia patachonica y una indeterminada- y un atlas de Mylodontidae. En particular las huellas antrópicas en el atlas podrían indicar la separación del cráneo del resto del esqueleto, que es una de las primeras acciones que se realiza en el proceso de descuartizamiento (Binford 1981). Pensamos que, el predominio de costillas con huellas podría estar relacionado a que se encuentran sobre los sectores donde el hueso está en contacto casi directo con el cuero, por lo que la posibilidad de que el instrumento marque el óseo es mayor. Pero además el registro en estas partes podría deberse al evisceramiento, que también es una de las primeras etapas en el procesamiento del animal. En el caso de la costilla indeterminada, cuya huella se encontró en el sector auricular, podría relacionarse con su separación de las vértebras. En cambio es menor la cantidad de intervenciones provenientes del esqueleto apendicular o cinturas: una escápula y un metatarsiano de Mylodontidae y una diáfisis de una especie indeterminada fueron Figura 4. Placas de Cingulata (derecha Glyptodontidae, izquierda Eutatus). DISCUSIÓN Con respecto a la características de las huellas, se puede observar que se realizaron previo a la intervención de otros agentes tafonómicos. En el caso de la costilla de Mylodontidae por ejemplo, tanto el hueso como las huellas tienen el mismo tipo de coloración, y todas tienen el mismo formato y direccionalidad, por lo que podrían haber sido realizadas con el mismo instrumento. En el atlas y la escápula de Mylodontidae hay más cantidad de agentes tafonómicos, como manchas de manganeso o raíces, sin embargo, estas se desarrollaron luego de la posible intervención antrópica, ya que estos agentes cubren tanto la huella como el resto del cuerpo. Lo mismo sucede en el caso del metatarsiano, donde se observó que la perforación de insectívoro fue realizada sobre los cortes. En el caso de la costilla de Megatherium 54 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN... registrados. Como mencionamos anteriormente, la cantidad de músculos existentes en estos animales, harían esperables que la cantidad de elementos apendiculares con huellas sean menores. Por lo tanto, según la información expuesta, en los huesos hallados en la Colección Rodrigo Botet podrían estar registradas acciones de descuartizamiento y evisceramiento, primeras etapas que se realizan cuando se procesa el animal. Cabe reconocer si las mismas se deben a una acción de caza o de carroñeo sobre carcasas cazadas por otros animales. Al respecto, es de destacar que no se registraron huellas de carnívoros en la colección (Chichkoyan 2011). Además hay que tener en cuenta que el tamaño de estos animales los haría poco atractivos a los carnívoros pues una estrategia de defensa de estas presas sería el aplastamiento del predador. En cuanto a las especies con huellas antrópicas, todas pertenecen a aquellas que desaparecieron en el Holoceno Inferior, poco después de la llegada de Homo sapiens a la región, a excepción de Eutatus que sobrevivió hasta el Platense (Krmpotic et al. 2009). Esta especie, a pesar de que podría haber sido utilizada por los humanos, tuvo una mayor estabilidad en el tiempo. Esto estaría relacionado a sus características biológicas, que habrían permitido una supervivencia más larga, aunque también haya sido afectada por los cambios climáticos. Su capacidad reproductiva mayor habría influido en una recuperación más rápida. A diferencia de esta, el resto de las especies se caracterizan por ser de grandes dimensiones, mayores a una tonelada, de locomoción lenta y con estrategia de reproducción K, lo que significa que tienen pocas crías por individuo y esto se puede agudizar en momentos de stress ambiental (Cione et al. 2009) implicando una disminución en la densidad poblacional de estos animales. Por otra parte, hay que tener en cuenta que esta megafauna estaba adaptada a vivir en zonas áridas y secas, como habría sido la zona pampeana en esta época de transición (Prado y Alberdi 2010), y que podría haberse convertido en un refugio para estos animales durante ese momento, por lo que podría haber existido el aprovechamiento diferencial de las especies, en concordancia con la distribución de las mismas en el paisaje. Mientras que las huellas reconocidas en la colección se han hallado sobre restos animales como Mylodontidae y en menor medida Macrauchenia patachonica o Megatherium sp., hacia el sur de la región pampeana, la mayor evidencia de intervención antrópica se da sobre Megatheium americanum (Gutiérrez y Martínez 2008) y se diferencia de lo propuesto para Patagonia, donde la explotación y consumo de estos animales habría sido menor (Borrero 2001). De esta manera el impacto humano sobre los distintos paleopaisajes habría sido variado y diferencial y en una relación directa a la disponibilidad, densidad y distribución de la fauna nativa en el paisaje, y en cada uno de los ambientes. Esto a su vez podría haber influido en forma distinta en las subsiguientes interrelaciones de la cadena trófica, y en su grado de impacto en cada microambiente. Estos datos son útiles para evaluar la dispersión humana regional y para caracterizar cuán diferente pudo haber sido la ocupación en los distintos espacios y la diversidad de registro arqueológico esperable en relación a esto. A nivel general se puede observar que estas especies faunisticas tuvieron su desarrollo evolutivo en Sudamérica, sobreviviendo a los diferentes stress paleoambientales del Pleistoceno. Durante ese tiempo la megafauna se contraía y expandía, siendo su variación en la densidad poblacional uno de los aspectos evolutivos importantes para subsistir, aunque a nivel regional la diversidad de especies se mantenía. Estos cambios ambientales afectaron la flora y la fauna que, sin embargo, siempre lograron recuperarse (Cione et al. 2009). A finales del Pleistoceno, Homo sapiens como especie invasora en el ambiente americano, habría afectado la supervivencia de las especies nativas. Su dispersión habría tomado ventajas en algunos casos, al emplear los corredores ambientales y “Hot spots”, que son más atractivos en recursos consumibles (Lanata et al. 2008). En este caso, gracias a las fluctuaciones climáticas, la zona pampeana se podría haber transformado en un refugio para la megafauna, lo que habría posibilitado una tasa de encuentro mayor a diferencia de lo que podría suceder en otras regiones como Patagonia 55 CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4) (Borrero 2001). Esto no significa que habría habido una explotación masiva de la megafauna, ni que esta haya sido el recurso principal. Pero sí puede implicar relaciones más directas entre Homo sapiens y la fauna nativa prehistórica. Las poblaciones humanas, como agente nuevo en este escenario, pudieron repercutir en las cadenas tróficas establecidas que ya se encontraban debilitadas por las oscilaciones ambientales de la transición Pleistoceno- Holoceno, con nulo o pocos competidores. Además estas especies nativas no habían desarrollado estrategias de defensa a la tecnología humana, a lo que se suma que eran de locomoción lenta, y por ende más fácilmente ser apresados (Cione et al. 2009). Subsiguientes trabajos permitirán tener una visión más completa de este escenario y caracterizar en forma más específica los aspectos bióticos y abióticos, para evaluar de manera más profunda el impacto antrópico en extinción de la megafauna. individuos podría haber repercutido negativamente en el resto de la población. Al poder relacionar a las especies con el contexto ambiental del que eran características, este tipo de evidencia informa de manera indirecta, sobre los diversos ambientes por los que se dispersó el ser humano y su impacto. De esta manera, se puede entender como la llegada de Homo sapiens pudo afectar el ambiente americano que no había conocido este tipo de intervención, explotando un nuevo nicho ecológico. En investigaciones posteriores se evaluará la posibilidad de datar los huesos con este tipo de evidencia para obtener una información más específica. Además se planea realizar estudios sobre otras colecciones depositadas en diversos museos tanto en Argentina como en Europa, para tener mayor información disponible y poder elaborar a largo plazo modelos paleoecológicos. Esto permitirá comprender y comparar distintos eventos de extinción y su relación con Homo sapiens. Es necesario también tener en cuenta que la extinción de la megafauna no se explica solamente a partir de la evidencia arqueológica, sino que es preciso interrelacionar información de este tipo con lo que puede brindar la paleontología, la geología y la ecología entre algunas de las fuentes de información relevantes. Esta integración de datos permitirá reconstruir las relaciones interespecíficas de la megafauna y evaluar como el ser humano las pudo modificar. A partir de la información disponible y gracias a lo que pueden brindar disciplinas asociadas, se puede llegar a un entendimiento mejor y más profundo del comportamiento humano y como ello repercutió en el medioambiente en el pasado. CONCLUSIONES Presentamos en forma sucinta la investigación tafonómica de la Colección Rodrigo Botet y su relación con la extinción de la megafauna en la región del Plata desde una perspectiva paleoecológica. Por la contextualización general que tenía la colección, se estructuró el nivel de análisis al hueso como unidad observacional, lo que permite realizar inferencias a una escala de “grano grueso”, es decir con una resolución amplia. A pesar de la pequeña cantidad de elementos con posibles huellas antrópicas encontradas y de la carencia del contexto asociado, éstas informan sobre la explotación humana en la región pampeana en animales que se encontraban bajo stress ambiental y que se caracterizaban por una baja tasa reproductiva. El análisis de las huellas, los elementos óseos, las especies sobre las que se encontró, y su relación con información de tipo paleoecológico pueden indicar sobre como habría sido la influencia de las poblaciones humanas. En este sentido, los primeros grupos que se dispersaron por la zona, podrían haber influido en las tasas de supervivencia de estos animales y, dadas sus características, la merma de unos pocos AGRADECIMIENTOS Este trabajo se realizó gracias a la beca Erasmus Mundus. Agradecemos a las autoridades y personal del Museo de Ciencias Naturales de Valencia por permitirnos trabajar con su colección y por las facilidades brindadas. A la Universidad de Ferrara (Italia), Universitad Rovira I Virgili (España) y al IPHES por la colaboración en este proyecto. 56 LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN... BIBLIOGRAFÍA CHICHKOYAN, K.V. BARNOSKY, A. D., P. L. KOCH, R. S. FERANEC, S. L. WING y A. B. SHABEL 2011. 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