48 la colección rodrigo botet y la extinción de la megafauna en la

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Cuadernos del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano - Series Especiales
Nº1 VOL. 4, AÑO 2013
ISSN 2362-1958
LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN DE LA MEGAFAUNA EN LA
REGIÓN DEL PLATA (ARGENTINA)
Karina Vanesa Chichkoyan1, Margarita Belinchón2, José Luis Lanata3, y Bienvenido MartínezNavarro 4
RESUMEN
El objetivo de este trabajo es presentar la investigación de tipo tafonómico que se realizó sobre
la Colección Rodrigo Botet del Museo de Ciencias Naturales de Valencia, España y relacionar estos
resultados con un marco paleoecológico de estudio. Esta colección representa el conjunto fósil de
megafauna Cuaternaria sudamericana más importante de Europa y fue donada a finales del siglo XIX
por el ingeniero Rodrigo Botet. Proviene de la zona pampeana, en algunos casos del sector noreste, como
los Ríos de La Plata, Samborombón y Salado. A pesar de carecer de una estratigrafía precisa, el estudio
de estas colecciones puede brindar una valiosa información dentro de las investigaciones modernas y
permite avanzar en el desarrollo de nuevos marcos interpretativos para comprender la extinción de la
megafauna.
ABSTRACT
The aim of this paper is to present the taphonomic research that has been done over Rodrigo Botet
collection of the Museum of Natural Science from Valencia, Spain and relate it with a paleoecological
framework. This is the most important collection of fossil Quaternary South American megafauna in
Europe and it was donated by Rodrigo Botet at the end of the XIX century. It comes from the pampean
region, in some cases from the northeast sector, like De La Plata, Samborombón and Salado rivers.
Although the collection doesn’t have a precise stratigraphy, the study of it, can offer valuable information
into modern research and can be useful to develop new interpretative frameworks about the megafauna
extinction.
RESUMO
O objetivo deste trabalho é apresentar o tipo de pesquisa tafonômica realizada em o Colecção
Rodrigo Botet do Museu de Ciências Naturais, em Valência, Espanha e relacionar esses resultados com
um quadro paleoecológico. Esta coleção representa o megafauna fóssil sul-americana Quaternária mais
importante da Europa e foi doado ao final do século XIX pelo engenheiro Rodrigo Botet. Ela vem do
pampa, em alguns casos, o setor nordeste, como os rios de La Plata, Samborombón e Salado. Apesar da
falta de uma estratigrafia preciso, o estudo dessas coleções podem fornecer informações valiosas sobre
na pesquisa moderna e permite o progresso no desenvolvimento de novos quadros interpretativos para a
compreensão da extinção da megafauna.
1
Universidad de Buenos Aires. Facultad de Filosofía y Letras. Argentina Universidad de Ferrara. Italia. Master de
Prehistoria y Cuaternario. Universidad del Salvador, Departamento de Historia, Argentina. [email protected]
2
Museo de Ciencias Naturales de Valencia, España. [email protected]
3
ITECyS (Instituto Transdisciplinario de Estudios Culturales y Socioambientales) CONICET jllanata@conicet.
gov.ar
4
ICREA, Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social-IPHES, Universidad de Rovira i Virgili,
Tarragona, España. [email protected]
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LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN...
INTRODUCCIÓN
Se ha realizado una primera aproximación
tafonómica (Chichkoyan 2011) sobre la Colección
Rodrigo Botet, depositada en el Museo de Ciencias
Naturales de Valencia (España), para encontrar
cualquier tipo de intervención antrópica. Este
trabajo se hizo con el objetivo de aportar nuevos
datos a la temática de la extinción de la megafauna
en las Américas durante la transición PleistocenoHoloceno, focalizando en Homo sapiens como
especie novedosa e influyente dentro de la región.
Ésta pudo afectar negativamente a la fauna
autóctona que se encontraba en decadencia por los
cambios climáticos que existieron en esta transición
(Cione et al. 2009). El estudio de colecciones
antiguas permite integrarlas en discusiones
académicas actuales y fomentar diversos tipos
de estudios sobre las mismas. Además, en el caso
de colecciones que se encuentran en el exterior,
permite conocer y revalorizar el patrimonio
argentino que esta fuera del país.
Para acceder en forma más precisa a
esta información es necesario tener una mirada
interdisciplinar como la que puede brindar un
marco paleoecológico (Dincauze 1987; Wing et al.
1992), que permite tener un mejor conocimiento
sobre los distintos aspectos en la relación de Homo
sapiens y megafauna. Esto mejora las herramientas
interpretativas para entender cómo fue la extinción
de la megafauna a partir de la evidencia recolectada
en el análisis de las colecciones.
A continuación se especificará el
marco teórico paleoecológico empleado en esta
investigación. Luego se explicarán algunas
cuestiones metodológicas y se presentará la
historia de esta colección junto con los resultados.
En los subsiguientes puntos se dará cuenta de la
discusión a partir de la información recolectada y
finalmente se expondrán algunas conclusiones.
HOMO SAPIENS Y MEGAFAUNA: UNA
RELACIÓN PARTICULAR
Para interpretar la extinción a partir
del registro fósil, es necesario tener un enfoque
multidisciplinar integral que permita explicar
la extinción -local o no- de las especies a través
del tiempo. La paleoecología puede ser útil en
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este sentido ya que, desde una visión diacrónica,
ayuda a entender el contexto biótico y abiótico
de los organismos en su evolución (Dincauze
1987; Wing et al. 1992). Esta perspectiva, aporta
un enfoque interdisciplinario integrador entre
aspectos tafonómicos, ecológicos, geológicos,
paleontológicos e históricos, para la investigación
de la vida natural en el pasado (Wing et al. 1992).
Para comprender los patrones de extinción
de las especies, es necesario elaborar modelos
paleoecológicos (Barnosky et al. 2004) que
den cuenta de la pérdida de la biodiversidad y
la alteración de la estructura ecológica (Turvey
y Cooper 2009). Es posible desarrollar este tipo
de modelos con el análisis de datos provenientes
de diversos campos disciplinarios y a partir de
nuevas fuentes de información no consideradas
anteriormente, como por ejemplo, en el caso de este
trabajo, la colección aquí estudiada. Es de especial
atención Sudamérica, ya que se caracteriza por
las pocas investigaciones en la materia (Barnosky
et al. 2004) a pesar de la gran pérdida de fauna
nativa durante la transición Pleistoceno-Holoceno
(Cione et al. 2009), que coincide con la irrupción
de Homo sapiens en el continente, y con el cambio
climático propio de esta transición. En este trabajo
planteamos que las cadenas tróficas establecidas
en los distintos paleoambientes sudamericanos
habrían sido afectadas por la presencia de Homo
sapiens, repercutiendo, eventualmente, en la
extinción de la megafauna autóctona.
En este sentido, diversas teorías fueron
propuestas para el estudio de esta interacción:
desde que el clima fue el único causante de la
pérdida de los grandes mamíferos que no pudieron
adaptarse al cambio climático, hasta que los
humanos produjeron una matanza sin precedentes
que llevó a la extinción de estos animales en pocos
milenos (ver detalles en Koch y Barnosky 2006
y en la bibliografía allí citada). Sin embargo, la
evaluación en conjunto de este suceso implica
comprender cómo eran las interrelaciones de las
especies nativas previo a la introducción de Homo
sapiens y cómo pudieron alterarse luego de su
aparición, teniendo en cuenta las oscilaciones
pleistocénicas a las que había sobrevivido esta
fauna nativa prehistórica (Cione et al. 2009). Se
CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4)
implica tener en cuenta el contexto sedimentario en
el que aparecen (Behrensmeyer 1991). No obstante,
aplicar esta disciplina a material depositado
en museos significa en algunos casos realizar
el análisis, careciendo del contexto en el que se
encontró el material. Muchas veces, sobre todo,
en colecciones antiguas, no se cuenta con detalles
de la recuperación de los restos, otras, las notas se
perdieron y/o no existen, y a veces las publicaciones
no contienen la información completa. Sin
embargo, la falta del contexto artefactual, o
sedimentario, no implicó la carencia de interés
científico en el caso de otras investigaciones,
realizadas también en colecciones depositadas en
museos, donde se tuvieron los recaudos necesarios
para analizarlas (Gould 1991; Stiner 1994). Entre
algunas de las carencias que se tienen en cuenta
en estos casos es que las excavaciones en otros
momentos históricos impusieron sesgos en las
colecciones, por la selección de la extracción de
ciertas especies (Turvey y Cooper 2009) o en la
recolección de ciertas partes del esqueleto en vez
de otras, afectando la representación y abundancia
de las partes esqueléticas (Shipman 1981).
Teniendo en cuenta estas consideraciones,
y previendo que el análisis de material depositado
en museos no tendrá una resolución específica
del contexto o sitio arqueológico, y que en
muchos casos carecemos de la información de
su asociación a otros ecofactos o artefactos, su
estudio tafonómico se torna en una vía analítica
para dar cuenta de la vida de un organismo en su
entorno natural en el pasado. El reconocimiento
de los diversos rastros en restos óseos indica el
agente causal y por ende al actor detrás de esta
acción (Gifford-Gonzalez 1991), más allá de que
su asociación con la matriz sedimentaria haya
desaparecido. De esta forma el contexto asociado
pasa a ser inferido a partir de la observación de la
corteza superficial del hueso. El reconocimiento de
pulidos, estrías, meteorización, manchas químicas
o marcas de carnívoros, entre otras evidencias,
puede dar cuenta de los factores que afectaron a
los distintos huesos, que son indicadores de los
factores climáticos, ecológicos y ambientales
imperantes de la región de procedencia de la
muestra. Además la superposición entre ellos,
debe tener en consideración como las poblaciones
humanas irrumpieron en este escenario a manera
de especie invasora, en un continente que no había
tenido presencia homínida previa, dispersándose a
través de corredores ambientales y/o “Hot spots”
(Lanata et al. 2008), sectores donde por sus
características favorables podría haber habido una
mayor agrupación de recursos, como pudo suceder
en la región pampeana.
De esta manera, se puede relacionar la
información proveniente del análisis de los restos
óseos con aquella relativa a la ecología, distribución
y características de la fauna nativa prehistórica.
Ello permitirá contextualizar y discutir la evidencia
dentro de un marco paleoecológico general.
METODOLOGÍA
El estudio de los restos óseos, a pesar de
carecer de su contexto, permite profundizar en gran
medida sobre esta problemática. Favorece este
análisis el hecho de que el material del Cuaternario
es uno de los mejores conservados por ser de los
más recientes dentro de la historia de las especies.
Esto significa que constituye un registro muy
completo y que la estructura de los huesos presenta
un bajo grado de fosilización en la mayoría de los
casos. Lo que implica que conservan parcialmente,
en mayor o menor grado, su parte orgánica, facilita
estudios genéticos y ofrece la posibilidad de datar
los restos (Turvey y Cooper 2009).
Estas ideas pueden ser evaluadas a
través del análisis tafonómico de las colecciones
de megafauna depositadas en los museos. La
tafonomía se ocupa del estudio de los procesos de
fosilización y de la formación de los yacimientos
de fósiles (Fernández López 2001), así como
de los agentes que acumularon y modificaron
las evidencias orgánicas del pasado, en nuestro
caso, restos óseos, desde su producción y
hasta su recuperación del registro sedimentario
(Lyman 2008; Shipman 1981). Esto permite
diferenciar en los huesos, no solamente huellas
de origen antrópico de otras procedentes de
agentes biológicos o naturales, sino que también
refleja aspectos paleoecológicos del registro fósil
(Bonnichsen 1989; Lyman 2008).
El estudio tafonómico de restos óseos
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LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN...
indicarían el orden en que las piezas fueron
afectadas por los distintos agentes, y por ende, se
puede evaluar la antigüedad de los mismos, a la vez
que entender la “historia tafonómica” del hueso.
Consecuentemente, le otorgamos una utilidad
alternativa y diferente de este tipo de registro, ya
que muchas veces el material depositado en los
museos no fue encarado dentro de investigaciones
arqueológicas actuales, por lo que su estudio bajo
esta nueva perspectiva puede brindar un potencial
de información no considerada anteriormente. De
esta manera planteamos que, el análisis de material
de colecciones decimonónicas en investigaciones
con acercamientos modernos, permite profundizar
en discusiones académicas presentes.
Para poder llevar a cabo un análisis de este
tipo, es importante estructurar la unidad de análisis
al resto óseo en sí mismo. Para este trabajo, éste
sería la unidad básica de medida (Ramenofky
y Steffen 1998), que permitiría evaluar las ideas
aquí planteadas acerca de la extinción de la
megafauna. Considerar al resto óseo como unidad
observacional implica que éste es un todo en sí
mismo, un artefacto, que puede ser utilizado más
allá de que carezca del contexto sedimentológico
que lo acompañaba –posición similar que abordan
algunos autores cuando postulan al artefacto como
la unidad observacional principal (Borrero 1993;
Dunnell 1992).
En este tipo de investigaciones se debe
adecuar la escala de información que puede
brindar el análisis de los materiales procedentes
de excavaciones no contextualizadas, con una
especificación de su origen a nivel regional, por
lo que el grado de información será de “grano
grueso”, o sea, con una resolución amplia. Muchas
veces esta escala es la más adecuada para dar cuenta
de la relación entre las especies en el pasado, y
además permite la comparación interregional, lo
que fortalece la fiabilidad de los datos obtenidos
(Stiner 1994).
La detección de huellas antrópicas en
material identificado puede brindar información del
tipo de explotación, que las poblaciones humanas
realizaron sobre las distintas especies. Se pueden
diferenciar los tipos de huellas antrópicas según la
presión, el tipo de acción –aserrado o corte, por
ejemplo- y el tipo de instrumento utilizado (Binford
1981). Si el resto óseo está identificado no sólo a
nivel de especie sino también a nivel anatómico,
se puede caracterizar o hipotetizar sobre la cadena
de procesamiento del animal: despellejamiento,
desarticulación o fileteado (Binford 1981). La
ubicación de las marcas en el elemento puede
indicar el interés en separar músculos, tendones
y ligamentos (Mengoni Goñalons 2006-2009).
Además, el tamaño del animal puede influir
en el procesamiento de las partes esqueléticas
(O’Connell et al. 1992). En la megafauna por
ejemplo, podría haberse dado en muchos casos
el transporte de los músculos solamente, ya que
la anatomía y peso de estos animales dificultaría
extraer grandes unidades del esqueleto (Borrero y
Martin 2012). Esto podría afectar sobre todo los
sectores apendiculares, ya que por la cantidad de
carne presente, la posibilidad que el filo llegue a
marcar el hueso es menor y, por ende, el registro de
huellas puede ser escaso en estos elementos óseos.
En forma paralela, la asociación de esos animales
a determinados pisos estratigráficos puede indicar
el rango temporal en que ocurrió dicha predación.
Esto puede ser ajustado realizando dataciones
sobre el mismo material que presente huellas. Ello
brinda no solamente un lapso cronológico más
acotado de dicha interacción, sino que también
le otorga una temporalización más específica a la
dispersión humana en los distintos paleopaisajes.
Es importante en estos análisis definir en
forma precisa los atributos de las huellas de corte:
en general éstas se caracterizan por tener sección
en V, ser alargadas, y poseer estrías paralelas en
las paredes internas (Shipman 1981). En el caso
del análisis de restos óseos no contextualizados
es importante observar su superficie con distintos
instrumentos –lupas de mano y microscopiospara diferenciar huellas de origen antrópico de
las realizadas por agentes naturales, como es la
erosión fluvial o eólica, el efecto de las raíces, los
carnívoros, o las disoluciones químicas y otros
(Behersmeyer 1978, 1991; Lyman 2008; Shipman
1981) que informan sobre que agentes afectaron los
huesos y dan cuenta del contexto paleoecológico
general.
De esta manera, el hallazgo de huellas
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CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4)
sobre restos óseos de colecciones de museos
puede ser interpretado a partir de la especie y del
hueso en que se presenta. Esta evidencia ayudaría
a comprender la forma en que las poblaciones
humanas habrían hecho uso de este recurso. Pero
a su vez estaría indicando la posible influencia
sobre las tasas de supervivencia de las especies y
esto se puede contextualizar dentro de un marco
paleoecológico, que permitiría interpretar la
evidencia en un contexto mayor de interrelación
entre poblaciones faunísticas.
en sus discusiones sobre el hombre temprano.
En cuanto a la zona de recolección proviene de
las “Pampas de Buenos Aires” o “Buenos Aires”
y en otros casos se detalla la zona en forma más
específica, siendo todas localidades de la zona
noreste de la región pampena: Puerto de Buenos
Aires, Ríos de La Plata, Salado y Samborombón y
Bahía de Samborombón (Martel San Gil y Aguirre
Enríquez 1964; Salinas Jaques 2001, Belinchón et
al. 2009).
Se seleccionaron 11.466 fragmentos sobre los
que se realizó la observación del material a ojo
desnudo, lupa de aumentos y binocular. Los restos
óseos poseían distintos grados de fragmentación
y factibilidad de identificación anatómica y/o
de especie (ver mayores detalles en Chichkoyan
2011). De este total se reconocieron 19 elementos
con intervención antrópica, que representa un 0,17
% del total (por cuestiones de espacio se presentan
solamente algunas figuras, para más detalle del
material remitirse a Chichkoyan 2011). Entre las
especies reconocidas con huellas, se diferenciaron
cuatro fragmentos de huesos de Mylodontidae -una
costilla, un atlas, una escápula y un metatarsiano-,
una costilla de Megatherium sp., dos costillas
de Macrauchenia patachonica y tres posibles
placas pulidas de diversos Cingulatas -dos de
Eutatus y una de Glyptodontidae. Los nueve
fragmentos restantes del material se distribuye
entre tres fragmentos reconocidos solamente a
nivel anatómico –una costilla, una diáfisis y una
mandíbula- y seis fragmentos indeterminados. A
continuación se describirán las huellas registradas
sobre elementos identificados tanto a nivel
anatómico como de especie:
1) Costilla de Mylodontidae: Esta pieza tiene 10,5
cm de largo por 3,5 cm de ancho y se encuentra
fragmentada hacia ambos extremos. Se observaron
tres huellas paralelas en el centro de la pieza y a 45º
del eje longitudinal. Poseen la misma coloración
que el resto del tejido óseo que las rodea y tienen
el mismo formato y direccionalidad en el corte
(Figura 1).
2) Atlas de Mylodontidae: Es una pieza restaurada
de 10,5 cm de longitud por 9,5 cm de altura, posee
marcas de pisoteo en la cara exterior, así como
también oxido de manganeso en toda la superficie.
LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y SU
ANÁLISIS
La Colección Rodrigo Botet que se encuentra
en el Museo de Ciencias Naturales de Valencia,
España y es la más importante de una serie de
colecciones de material óseo sudamericano
depositadas en distintos museos europeos. Este
magnífico conjunto de materiales llegó a Valencia
en 1889 (Martel San Gil y Aguirre Enríquez 1964)
donde sufrió diversos avatares y distintos traslados
(Salinas Jaques 2001) hasta que finalmente en
1999 se la montó en forma definitiva en la actual
sede del museo, ubicada en los Jardines del Real
(Belinchón et al. 2009). Rodrigo Botet conformó
la colección paleontológica con la decisiva
cooperación del estado argentino en esta tarea a
través de Enrique De Carles, que, salvo alguna
excepción, recolectó por encargo de R. Botet la
práctica totalidad de los ejemplares, y que por
entonces trabajaba en Argentina como colector del
Museo Nacional (Vallejo 2007).
Esta colección se destaca por la cantidad y variedad
del material presente, por lo que se constituyó
específicamente el primer Museo Paleontológico
europeo. En ella están representados todos los
macromamíferos fósiles que Darwin identificó
en su viaje del Beagle (Belinchón et al. 2009).
Sobresalen por su importancia un esqueleto
de Megatherium americanum, mylodóntidos,
dasypódidos, glyptodóntidos y notoungulados.
También tiene importantes restos humanos, como
el “esqueleto de Samborombón”, estudiado por
Boscá y que tuvo una relevancia considerable en la
discusión sobre el origen y antigüedad del hombre
(Catalá 2004), ya que fue citado por Ameghino
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LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN...
Figura 1. Detalles de huellas en costilla de Mylodontidae.
Figura 2. Metatarso de Mylodontidae.
Se detectaron posibles huellas de origen antrópico
sobre su cara dorsal, tanto en el tubérculo como
en el sector articular derecho. La que se encuentra
en el tubérculo es longitudinal de 2 cm de largo
y esta ubicada en el centro, se acompaña de dos
cortes transversales en el dorso del tubérculo de
aproximadamente 0,5 cm. También hay pequeños
cortes en el sector articular derecho con la misma
orientación longitudinal como sucede en la huella
más larga.
3) Escápula de Mylodontidae: Se trata de una
escápula izquierda que se encuentra afectada
por agentes tafonómicos como raíces, pisoteo y
algunas manchas de manganeso. Se detectó una
huella a 11 cm de la cavidad glenoidea, en la cara
dorsal, a 45º del eje longitudinal. Hay marcas de
raíces que recorren tanto el tejido que rodea la
huella, como la huella misma, lo que indicaría que
la vegetación afectó el hueso a posteriori de que
fue hecho el corte.
3) Metatarsiano de Mylodontidae: Es el metatarso
IV izquierdo, se encuentra completo con un buen
estado de conservación, aunque esta fragmentado
en su extremo proximal. Se localizaron al menos
seis huellas en la epífisis articular distal. Sobre
algunas de éstas hay una pequeña perforación
de origen insectívoro que se realizó luego de la
intervención antrópica (Figuras 2 y 3).
4) Costilla de Megatherium sp.: Es una costilla
completa aunque se fraccionó en dos partes,
probablemente en los traslados del material en
el museo. También tiene una restauración en la
punta distal y en el sector proximal, cercano a
Figura 3. Detalles de huellas en metatarso de Mylodontidae con pequeña perforación sobre algunas de ellas.
la articulación y además tiene algunos restos de
sedimento original en el cuerpo de la costilla. Es
en el sector distal donde se encontraron las huellas.
Son cuatro en total, sobre la cara interna, orientadas
de la siguiente manera: dos transversales al eje
y dos a 45º del mismo de aproximadamente 1
cm y 3 cm. Tres de ellas forman una especie de
“N” inversa y la cuarta huella se ubica a 4 cm de
distancia, hacia el sector proximal, con un poco de
sedimento en su interior.
5) Costillas de Macrauchenia patachonica: Una de
ellas posee cuatro huellas, dos de 3 cm de largo y
superficiales y dos pequeñas de 0,5 cm y paralelas
entre si. En la otra costilla hay una huella que se
encuentra parcialmente debajo de una restauración
y tres pequeñas incisiones posiblemente de origen
antrópico, todas están cercanas hacia el sector
distal del elemento.
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CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4)
6) Placas de Cingulata: Las que fueron identificadas
como Eutatus tienen forma pentagonal, una de ellas
de color marrón con restos de sedimento calcáreo
en algunos bordes y donde se observarían también
huellas de pulido. En cuanto a la otra es de color
negro, redondeada por la acción fluvial aunque
uno de sus bordes fue posteriormente partido.
Por último el osteodermo de Glyptodontidae
tiene forma hexagonal y manchas de manganeso
uniendo al menos dos paredes, por lo que el
trabajo antrópico sería anterior al desarrollo de las
manchas (Figura 4).
sp. el hecho de la disposición de las marcas y que
una de ellas poseyera todavía sedimento podría
dar cuenta de su posible origen antrópico y que se
realizaron previo a su enterramiento. En tanto que
las costillas de Macrauchenia patachonica, tienen
menor intervención de efectos tafonómicos con
escasas marcas de pisoteo o de raíces, y posibles
huellas antrópicas con la misma coloración que el
resto del hueso. En el caso de las placas, en una
de ellas se pudo observar una especie de pulido
en una de sus caras, consistente en pequeñas y
finas estrías paralelas, mientras que en la placa de
Glyptodontidae se vio el desarrollo de manchas
de manganeso alrededor de sus paredes. Todo este
tipo de información, si bien en si mismo no implica
evidencia de accesos directos sobre los animales,
sí al menos, estarían indicando la antigüedad de las
mismas. Probablemente fueron hechas previo a la
acción de otros agentes, o del enterramiento de las
piezas, y por ende se podría descartar que hayan
sido realizadas durante la excavación del material,
su traslado o deposito en Valencia.
En cuanto a los elementos anatómicos, vemos que
hay mayor cantidad de huellas sobre elementos
del esqueleto axial: cinco costillas –una de
Mylodontidae, otra de Megatherium sp., dos en
Macrauchenia patachonica y una indeterminada- y
un atlas de Mylodontidae. En particular las huellas
antrópicas en el atlas podrían indicar la separación
del cráneo del resto del esqueleto, que es una de
las primeras acciones que se realiza en el proceso
de descuartizamiento (Binford 1981). Pensamos
que, el predominio de costillas con huellas podría
estar relacionado a que se encuentran sobre los
sectores donde el hueso está en contacto casi
directo con el cuero, por lo que la posibilidad de
que el instrumento marque el óseo es mayor. Pero
además el registro en estas partes podría deberse
al evisceramiento, que también es una de las
primeras etapas en el procesamiento del animal.
En el caso de la costilla indeterminada, cuya
huella se encontró en el sector auricular, podría
relacionarse con su separación de las vértebras.
En cambio es menor la cantidad de intervenciones
provenientes del esqueleto apendicular o cinturas:
una escápula y un metatarsiano de Mylodontidae
y una diáfisis de una especie indeterminada fueron
Figura 4. Placas de Cingulata (derecha Glyptodontidae, izquierda Eutatus).
DISCUSIÓN
Con respecto a la características de las huellas,
se puede observar que se realizaron previo a la
intervención de otros agentes tafonómicos. En el
caso de la costilla de Mylodontidae por ejemplo,
tanto el hueso como las huellas tienen el mismo
tipo de coloración, y todas tienen el mismo
formato y direccionalidad, por lo que podrían
haber sido realizadas con el mismo instrumento.
En el atlas y la escápula de Mylodontidae hay más
cantidad de agentes tafonómicos, como manchas
de manganeso o raíces, sin embargo, estas se
desarrollaron luego de la posible intervención
antrópica, ya que estos agentes cubren tanto la
huella como el resto del cuerpo. Lo mismo sucede
en el caso del metatarsiano, donde se observó que
la perforación de insectívoro fue realizada sobre
los cortes. En el caso de la costilla de Megatherium
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LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN...
registrados. Como mencionamos anteriormente, la
cantidad de músculos existentes en estos animales,
harían esperables que la cantidad de elementos
apendiculares con huellas sean menores.
Por lo tanto, según la información expuesta, en
los huesos hallados en la Colección Rodrigo
Botet podrían estar registradas acciones de
descuartizamiento y evisceramiento, primeras
etapas que se realizan cuando se procesa el animal.
Cabe reconocer si las mismas se deben a una acción
de caza o de carroñeo sobre carcasas cazadas por
otros animales. Al respecto, es de destacar que no
se registraron huellas de carnívoros en la colección
(Chichkoyan 2011). Además hay que tener en
cuenta que el tamaño de estos animales los haría
poco atractivos a los carnívoros pues una estrategia
de defensa de estas presas sería el aplastamiento
del predador.
En cuanto a las especies con huellas antrópicas,
todas pertenecen a aquellas que desaparecieron en
el Holoceno Inferior, poco después de la llegada de
Homo sapiens a la región, a excepción de Eutatus
que sobrevivió hasta el Platense (Krmpotic et al.
2009). Esta especie, a pesar de que podría haber
sido utilizada por los humanos, tuvo una mayor
estabilidad en el tiempo. Esto estaría relacionado
a sus características biológicas, que habrían
permitido una supervivencia más larga, aunque
también haya sido afectada por los cambios
climáticos. Su capacidad reproductiva mayor
habría influido en una recuperación más rápida.
A diferencia de esta, el resto de las especies se
caracterizan por ser de grandes dimensiones,
mayores a una tonelada, de locomoción lenta y con
estrategia de reproducción K, lo que significa que
tienen pocas crías por individuo y esto se puede
agudizar en momentos de stress ambiental (Cione
et al. 2009) implicando una disminución en la
densidad poblacional de estos animales.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que esta
megafauna estaba adaptada a vivir en zonas áridas
y secas, como habría sido la zona pampeana en
esta época de transición (Prado y Alberdi 2010),
y que podría haberse convertido en un refugio
para estos animales durante ese momento, por
lo que podría haber existido el aprovechamiento
diferencial de las especies, en concordancia con la
distribución de las mismas en el paisaje. Mientras
que las huellas reconocidas en la colección se han
hallado sobre restos animales como Mylodontidae
y en menor medida Macrauchenia patachonica
o Megatherium sp., hacia el sur de la región
pampeana, la mayor evidencia de intervención
antrópica se da sobre Megatheium americanum
(Gutiérrez y Martínez 2008) y se diferencia de lo
propuesto para Patagonia, donde la explotación
y consumo de estos animales habría sido menor
(Borrero 2001).
De esta manera el impacto humano sobre los
distintos paleopaisajes habría sido variado
y diferencial y en una relación directa a la
disponibilidad, densidad y distribución de la fauna
nativa en el paisaje, y en cada uno de los ambientes.
Esto a su vez podría haber influido en forma
distinta en las subsiguientes interrelaciones de la
cadena trófica, y en su grado de impacto en cada
microambiente. Estos datos son útiles para evaluar
la dispersión humana regional y para caracterizar
cuán diferente pudo haber sido la ocupación en
los distintos espacios y la diversidad de registro
arqueológico esperable en relación a esto.
A nivel general se puede observar que estas especies
faunisticas tuvieron su desarrollo evolutivo en
Sudamérica, sobreviviendo a los diferentes stress
paleoambientales del Pleistoceno. Durante ese
tiempo la megafauna se contraía y expandía,
siendo su variación en la densidad poblacional
uno de los aspectos evolutivos importantes para
subsistir, aunque a nivel regional la diversidad de
especies se mantenía. Estos cambios ambientales
afectaron la flora y la fauna que, sin embargo,
siempre lograron recuperarse (Cione et al. 2009).
A finales del Pleistoceno, Homo sapiens como
especie invasora en el ambiente americano, habría
afectado la supervivencia de las especies nativas.
Su dispersión habría tomado ventajas en algunos
casos, al emplear los corredores ambientales y
“Hot spots”, que son más atractivos en recursos
consumibles (Lanata et al. 2008). En este caso,
gracias a las fluctuaciones climáticas, la zona
pampeana se podría haber transformado en un
refugio para la megafauna, lo que habría posibilitado
una tasa de encuentro mayor a diferencia de lo que
podría suceder en otras regiones como Patagonia
55
CUADERNOS - SERIES ESPECIALES 1 (4)
(Borrero 2001). Esto no significa que habría
habido una explotación masiva de la megafauna,
ni que esta haya sido el recurso principal. Pero
sí puede implicar relaciones más directas entre
Homo sapiens y la fauna nativa prehistórica. Las
poblaciones humanas, como agente nuevo en
este escenario, pudieron repercutir en las cadenas
tróficas establecidas que ya se encontraban
debilitadas por las oscilaciones ambientales de la
transición Pleistoceno- Holoceno, con nulo o pocos
competidores. Además estas especies nativas no
habían desarrollado estrategias de defensa a la
tecnología humana, a lo que se suma que eran de
locomoción lenta, y por ende más fácilmente ser
apresados (Cione et al. 2009).
Subsiguientes trabajos permitirán tener una visión
más completa de este escenario y caracterizar
en forma más específica los aspectos bióticos y
abióticos, para evaluar de manera más profunda el
impacto antrópico en extinción de la megafauna.
individuos podría haber repercutido negativamente
en el resto de la población. Al poder relacionar a
las especies con el contexto ambiental del que eran
características, este tipo de evidencia informa de
manera indirecta, sobre los diversos ambientes por
los que se dispersó el ser humano y su impacto. De
esta manera, se puede entender como la llegada de
Homo sapiens pudo afectar el ambiente americano
que no había conocido este tipo de intervención,
explotando un nuevo nicho ecológico.
En investigaciones posteriores se evaluará la
posibilidad de datar los huesos con este tipo de
evidencia para obtener una información más
específica. Además se planea realizar estudios
sobre otras colecciones depositadas en diversos
museos tanto en Argentina como en Europa,
para tener mayor información disponible y poder
elaborar a largo plazo modelos paleoecológicos.
Esto permitirá comprender y comparar distintos
eventos de extinción y su relación con Homo
sapiens.
Es necesario también tener en cuenta que la
extinción de la megafauna no se explica solamente
a partir de la evidencia arqueológica, sino que es
preciso interrelacionar información de este tipo
con lo que puede brindar la paleontología, la
geología y la ecología entre algunas de las fuentes
de información relevantes. Esta integración
de datos permitirá reconstruir las relaciones
interespecíficas de la megafauna y evaluar como
el ser humano las pudo modificar. A partir de la
información disponible y gracias a lo que pueden
brindar disciplinas asociadas, se puede llegar
a un entendimiento mejor y más profundo del
comportamiento humano y como ello repercutió
en el medioambiente en el pasado.
CONCLUSIONES
Presentamos en forma sucinta la investigación
tafonómica de la Colección Rodrigo Botet y
su relación con la extinción de la megafauna
en la región del Plata desde una perspectiva
paleoecológica. Por la contextualización general
que tenía la colección, se estructuró el nivel de
análisis al hueso como unidad observacional,
lo que permite realizar inferencias a una escala
de “grano grueso”, es decir con una resolución
amplia.
A pesar de la pequeña cantidad de elementos con
posibles huellas antrópicas encontradas y de la
carencia del contexto asociado, éstas informan
sobre la explotación humana en la región
pampeana en animales que se encontraban bajo
stress ambiental y que se caracterizaban por una
baja tasa reproductiva. El análisis de las huellas,
los elementos óseos, las especies sobre las que se
encontró, y su relación con información de tipo
paleoecológico pueden indicar sobre como habría
sido la influencia de las poblaciones humanas.
En este sentido, los primeros grupos que se
dispersaron por la zona, podrían haber influido
en las tasas de supervivencia de estos animales y,
dadas sus características, la merma de unos pocos
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo se realizó gracias a la beca
Erasmus Mundus. Agradecemos a las autoridades
y personal del Museo de Ciencias Naturales de
Valencia por permitirnos trabajar con su colección
y por las facilidades brindadas. A la Universidad
de Ferrara (Italia), Universitad Rovira I Virgili
(España) y al IPHES por la colaboración en este
proyecto.
56
LA COLECCIÓN RODRIGO BOTET Y LA EXTINCIÓN...
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