•I<>^ 4<>» -ΊΟ» ΤΟ» »H- -TO» m C O N S T I T U C I O N E S DE LAS • m F p f í i de ia iNMACUtADÁ CONCEPCÎON x r Œs c C/^. c'è jÇnc/rés I ^ Saez AYUNTAMIENTO DE MURCIA ARCHIVO .-IL TAB« Κ. Ν.",- Ι •'•••A' ì w - ν···· ' υ'-ν . • ί-" l i i i f í f t J i í i —— DE LAS- Terciarias Franciscanas — DE LA IllQll^lli de TT s e c X JI υ R C I A Jrqprenta de JIndrês Saez AÑO DK 1904 ^ puertas ensura υ Ü E C R E T C ' Murcia 3 de ^ Junioyìs^04 Visto el in/orme que precede del cua que el original italiano de las Constituciones por que se han de regir las Religiosas Terciarias Franciscanas de esta Capital y la versión española hecha por el PresUtefro ¡)r. ]). J^íaríano Íloyo, se hallan en un iodo conformes, hàbiénão' se procurado en la traducción la más estricta fidelidad, por el presente venimos en aprobar y aprobamos la versión española de las citadas Constituciones y damos nuestra licencia para que se imprima.=Viceqfe, Obispo de Cartageηα: Rúbricado=Lo decretó S. E. L el Obispo ini Señor de que certifico=Sdo. pedro J^tordes, T' S,^Reg. Lbro. Relig. fol. corr,=Hay un sello que dice: Obispado de Cartagena. •J·. . . .. -- • •'-•"-.A.·.· ·<. r PARTE ^e PRIMERA la naíurafeia del InsfikU, y dei modo de ingresar y de vivir en él. Capítulo ßombre y fin DEL I. de! Jnsfifufo ÎÎOMBRE Art. 1 E s t e Instituto, verdadero apostolado de caridad, f u é puesto desde £su principio bajo la protección de la Virgen Inmaculada, y del Serafín de amor, Saii Francisco, por lo cual es conocido con el nombre de Congregación de Jas Terciarias F r a n c i s c a n a s de la I n m a c u l a d a Concepción. DEL FIN Art. El primer fin, aun más el principalísimo, que las H e r m a n a s Terciarias - tí Franciscanas deben proponerse, es la mayor gloria de Dios, y la propia santificación, mediante la práctica de las virtudes cristianas, y la más estricta observancia de sus Constituciones, conformándose especialmente al fin f u n d a m e n t a l del Instituto: esto es, a su propia santificación, mediante la observancia de los tres votos simples, de obediencia, castidad y pobreza. Art. 3.° Además de la propia santificación. tiene el Instituto por objeto específico ó secundario el bien del prójimo, mediante la enseñanza cristiana de las niñas pobres y abandonadas, y la asistencia á ios ancianos y á los enfermos en los Asilos y Hospitales. A r t . 4.° En la práctica de las obras de caridad a r r i b a indicadas, las H e r m a n a s procurarán portarse do njanera que con su dulzura, caridad y modestia religiosa, sean el espejo y edificación de los demás. Capítulo II. 2)e las distiqtas ciases de dichas germanas Art. 5." Este Instituto se compoudrá de dos clases de Hei'niaiias; ó sea de Hermanas de Coro y H e r m a n a s Conversas. Cada una, sin embargo, deberá humilde y sumisa m e η te ej er cer a q u e il os ofic i os q u e les son propios, y que á cada una le serán designados por la obediencia. 7 — Art. 6." A la primera cluse pertenecen los principales ofícios relativos al gobierno, instrucción y dirección; á la otra los oñcios más comunes y ordinarios de la cusa; pero los miembros de la una y de la otra clase vivirán igualmente bajo la misma disciplina. Art. 7.° Después de la protesion no podrá admitirse el tránsito de ta p r i m e r a á la segunda clase y viceversa. Capíbulo ])e! Saqfo III. άζάόιΊο Art. 8." Este será do saya, color azul oscuro, con mangas que terminen en vuelt;!, y con escapulario de la misma tela; cordón delcfado de cáñamo, sin borlas; escudo de h r P n r i s i m a , toca de hilo y algodón, cubierta con un velo negro de lana; para la comunión, confesión y misa y siempre que esté expuesto el Santísimo, y en caso de necesidad, como para preservarse del frio, &. se usará el sobre-velo, y para salir de casa un manto talar negro de lana. A r t . E l calzado consistirá en med i a s de color ceniza ú oscuro, a l p a r g a t e de cáñamo de color negro, si bien para salir podrán usar zapatos. Art. 10. Las Conversas y ííovicias vestirán del modo arriba indicado, con la di- ferencia que el velo en vez de ser de color negro, como el de las Profesas, será de color blanco. Ceipítulo IV la admisión en el Jnsfitufo, y de /as postulantes A r t . 11. Las H e r m a n a s de Coro deben estar dotadas de una ejemplar educación y de la instrucción necesaria p a r a saber c u m p l i r los oficios y encargos que les fuesen encomendados, especialmente en lo que respecta á la ensenanza. Las Con versas deberán gozar de una f u e r t e com)lexión, que las haga capaces de ejecutar as labores manuales de la casa. T a m bién deberán poseer una gran piedad, además de una completa abnegación y una voluntad siempre pronta á sacrificarse por el bien del prójimo, con el fin de conseguir la propia santificación. Art. 12. P a r a poder ingresar en este Instituto, es necesario: a) Observar una conducta moral irreprehensible. h) B u e n a salud, sin que sufra enfermedad crónica ú oculta que le impida poder dedicarse á la vida activa y obras de caridad propias del Instituto. c) No haber sido religiosa profesa de — 9 — otro Instituto (le votos perpetuos y aún temporales, mientrus estos duren. d) Tener edad no inferior de quince años, ni iiiuyor de treinta. e) Presentar l:»s partidas de bautismo y de confirniación. j ) El dote será de 500 pesetas para las H e r m a n a s de Coro, y 1ΓΛ para las Conversas. g) De ropa de uso interno media docena de prendas do cada clase, con cania do madera, gergón, colchón, dos ahuoliadas, dos cubiertas, y además todo aquello que se crea necesario. A r t . 13. Sin dispensa de la S. Sede no pueden admitirse en el Instituto las ilegitimas no legitiniadas, las casadas, las viudas, las nienores de quince años y las mayores de treinta, las que tienen deudas y no pueden pagarlas, y por último, aquellas que se encuentren rodeadas de ni gob i o s ó que deben dar cuenta á otras personas, por lo cual puedan seguirse litigios ó molestias para el Instituto. Art. 14. Toda postulante asegurará á su ingreso, hasta que no e n t r f g u e e l dote, la pensión q-je la Superiora General determine. Art. 15. El dote deberá ser entregado algunos dias antes de la profesión de votos temporales. — 10 — Art. 16. ΤΙα.Ί νοκ que hi Su )erioi'a General tenga eil su podc'r loa· cocunieiitos necesarios, admitirá á ί.·ι postulante á la probación que d u r a r á seis meses, el cual tiempo, por justos motivos, podrá ser prorrogado por otros tres meses por la misma Supet-iora General. Esta probación, á ser posible, so efectu^irá en la casa del ííoviciado. Art. 17. Pi'óxiiiìo á terminarse el tiempo de probación, y tomados los informes necesarios acerca de la postulante, el Consejo General decidirá por m.iyoria de votos, si puede ser admitida á la votación religiosa. Art. 18- En caso que sea aprobada, se invitará al Ordinario para la exploración canònici'.: pra^iicaru luego después la postulante diez dias de ejercicios espirituales con lo;í cuale.s se preparará para la toma dé Hábito. Hará también en este tiempo conf-^.-ión general, oi)tenida para ello la aprobación del Confesor. Capítulo ]) e ! V Ji o V i c i a d o Art. 19. Las aspirantes que en los seis meses de postuhición hayan observado laudable cond'.icU, probada con atestado de su Maestra, podrán ser admitidas ál Noviciado por ol Consejo General. - Il - Art. 20. P a r a la toma de Hábito se prcpar;ii-án mediante diez dias de ejercicios espirituales, cumplidos los cuales y verificada la exploración canónica dui Ordinario, darán principio con la mismn, al año de noviciado en una casa destinada al efecto con la aprobación de la S Sede» y en lugar totalmente separado del resto •de la Conjunidad. Sería nula la profesión, si el noviciado se cumpliese en otra casa. Seria igualmente nula, s i s e a b r e v i a s e ó interrumpiese el tiempo prescrito para el noviciado. Art. 21. Siendo el Koviciado un período de prueba tanto para el Instituto como para las Aspirantes, las Novicias serán probadas en los santos rigores del Instituto, mediante el ejercicio de las virtudes religiosas. Estarán por tanto sujetas á la dirección de su Maestra ó de una a u x i l i a r d e esta con toda sumisión; escucharán docilmente sus enseñanzas; aceptarán coa humildad las mortificaciones y correcciones; ejecutarán con alegría los oficios humildes que les sean confiados; alternarán las instrucciones espirituales con los trabajos manuales; amarán el silencio y la soledad, y evitarán cualquier curiosidad que pueda delatarlas como apegadas todavía al mundo, que generosa y libremente han abandonado. Si alguna m a n i - — 12 — festara con Jas palabi'as ó con la conducta no poseer el espíritu religioso, y corregida por la Maestra, no diese pruebas satisfactorias de enmienda, será expulsada por el Consejo General. Art. 22. Está prohibido á las Profesas ocuparse de las Novicias, tratar ó conversar con ellas, ó entrar en el Noviciado, salvo en casos g r a v e s y con la aprobación de la Maestra ó de la Superiora. Art. 23. El Noviciado d u r a r á nn año, y en este tiempo se someterá á la Novicia á tres votaciones: la primera tendrá l u g a r después de los cuatro m^íses, á contar desde el ingreso, la segunda después de los ocho, y Ja tercera después de los once meses; y en esta última tomarán parte solamente las Hermanns de Coro de votos perpétuos. El voto de la Comunidad es consultivo. Deliberar acerca de Ja admisión de la novicia a ia profesión ó de mandarla á su familia, pertenece al Consejo General. Este puede también diferir ]a admisión, aunque no por más de tres meses. Art. 24:. P a r a que se conserve la memoria de todas Jas alum.nas del Instituto, habrá en el Noviciado un libro en que se anotarán con su nombre, apellido y paternidad, todas las que hayan sido admitidas en él; y de la misma manera será — 13 — anotado también; para recuerdo, el resultado de las votaciones obtenidas. Capítulo Q>e los votos y de ¡a VI profesión Art. 25. Cuando el Consejo General apruebe á una novicia para la profesión, se invitará al Ordinario para la exploración canónica. Art. 26. Presupuestos diez dias de ejercicios espirituales^ el dia establecido, se convocará á Capítulo á toda la comunidad, y en las manos de la Superiora ó de su delegada, la Novicia h a r á su profesión como sigue: Art. 27. Yo Sor Ν en presencia de Dios Omnipotente y á gloria de la siempre Virgen Maria, nuestra purísima Madre, y del Bienaventurado P . S. Francisco y de todos los Santos; y en vuestras manos, mi Reverenda Madre delegada de la General (ó también: en vuestras manos Reverenda M. delegada de nuestra 31. General) hago á Dios voto áe pobreza, obediencia y castidad por un año (ó perpetuamente) según las Constituciones de las H e r m a n a s Terciarias Franciscanas de la Inmaculada ConcepA r t . 28. El acta de proíesion debe ser — 14 — firmada por Ia nueva ProíeFn por lu periora General y por la Maestra de Novicias. Durante el quinquenio de votos temporales estarán bajo (a vigilancia de la Maestra de Profesas, y en ë«te tiempa se ocuparan también en los oficios dei instituto. Se perfeccionarán en las prácticas de la disciplina regular, en el estudia de las letras y en los trabajos manuales, a í i n de hacerse más útiles al Instituto. A r t . 2d. Los votos se t-miten por un· ano y se_ renovarán con la aprobación del Consejo, por el mismo tiempo, c u a t r o veces. Al final del quinquenio el Consejo benera , tomados informes sobre la conducta de la profesa de votos temporales, deliberara si debe admitirse á la profesión ele votos perpetuos. Si la votación fuese contraria, la pr..fesa deberá ser enviada inmediatamente á su familia. La profesa aprobada p:,ra la profesión de votos perpetuos. se preparará mediante diez dias de ejercicios espirituale.s. El acta de profesión deberá ser firmada por la Profesa por la Superiora y por las Consejera^ locales. ·' Capítulo VII 2)e/ voto y virtud de ¡a pobreza Art. 30. La pobreza que el Hombre- — 1δ — Dios vino á enseñarnos sobre la tierra,^ con el eieuiplo de su vida santísima tue la espora uredilecta de η no.-tro P. San Francisco,'y debe formar el acioruu de las hijas de tan gran Padre, conforiuándose de manera que resplaudey.cu el comer V pn el vestir, como también en los muebles de !a habitación V especialmente en el completo desapego de las cosas mundanas. . , 1 t Art. 31. Con el voto simi'ie J e pobreza jas Hermanns rennnciaii ¡il derecho de disponer licitamente cW- cn^ilquii-r cosa temporal sin permiso de los ¡Superiores legítimos. Árt. 82. Las profesas retienen el dominio radical de «ns bienes, más aún, les c P t á prohibido despojarse de ellos con actos inter vivos antes (le la de votos perpetuos. Oonvien.>. sin embargo, que antes de los votos teíupoi'ales dispongan libremente por testamento de sus bienes presentes y futuros. Pai-a modificar el testamento ya hecha, ó para hacerlo si todavia no Ί ο hubieren hecho, las profesas de votos perpetuos necesitan el permiso de la S. S., ó al mP'ios, si taltare para ello el tiempo necesa;·] ·'. del Ordinario, ó de la Superiora General, ó local, según la urgencia dei caso. Art. 33. Se prohibe á lu.s profesas re- — tener l;i aclininisti-ncción de sus bienes nias. ;iiiíes de einitir· los vutos anuales deben cederla a qnien quieran, aún al lnstitul.o, SI quiero aceptarla. Deben ]gualnioiite cou documento público ó privado antes de emitir los votos temporales disponer del uso y usufructo de las rentas o (I J los frutos de sus bienes en la í o r m a q i i o quieran, núu á favor del Instituto, SI asi íuere de su gusto. Art. SI. Para introducir las modificaciones que se creyesen necesarias en esta disposición y eu la predicha desis-nacion de administrado", las profesas deberán obtener permiso de la Superiora General. ' Art 35. Queda sin efecto la cesión de la admiiMstracióu del uso y usufructo con Ja salida de la Hermana profesa del instituto. Art. SS. Se necesita ol permiso de Ia ö b., para que una profesa de votos perpetuos pueda despoj;irse del dominio raíl} cal de todos sus bienes con actos mfer VIVOS. _ Art. 37. Basta el permiso de la Supe n o r a General, ó también de la Superiora ioeal (si el caso es urgente), para que Ins protests puedan realizzar aquellos actos de propiedad que están prescriptos pollas leves. ^ — 17 — Art. 38. Cuanto se ha dicho hasta •aquí, servirá á las H e r m a n a s de norma •para hxs disposiciones que deban ó puedan tomarse respecto á los bienes que les sobreviniesen después de hechos ios votos. Art. 39·. T e n g a presente la Terciaria Franciscana que por este voto de pobreza, se hará real y verdaderamente pobre, cualquiera que hubiese sido su posición en el mundo, y esto hasta tal punto q u e los alimentos, la ropa y todo cuanto necesite, lo recibirá como de limosna. Art. 40. Sufrirá, por tanto, con alegria la privación de las cosas que deseare, y quedará satisfecha. Eu cambio las Superioras vigilarán con maternal solicitud, para que á sus hijas no les falte cosa alguna lie que tengan necesidad. Art. 41. Si alguna Religiosa recibiese •cualquier objeto de sus parientes ó bienhechores, lo' e n t r e g a r á á la Superiora. Sin permiso de ésta no podrá dar ni prestar cosa alguna de las que posee para su uso, ni aún á las mismas líeligiosas. Art. 42. Las Religiosas no tendi^án nada cerrado en su habitación, y las Superioras de la Casa podrán disponer de los vestidos y objetos destinados al uso •de algunas en favor de otras, cuando así lo crean conveniente; pero las ropas in- - teriores siempre persona]. IS - s e DRJURÁU ΟΜ-Λ USO Capítulo Vili 3)e/ voto y virtud de la castidad Art. 43. Si con el voto de pobreza la Religiosa se desata generosünieiH;.« de \ΆΒ· oos-is materiales para volar más libremente a la p;)se.sióii de los bienes celestiales con el voto de castidad, Consagra á su iLsposo Jesus todos los afectos del corazón y se ofrece á El como gracioso Iii-io trasplantado en losjardines del paraíso. Art. 4-1. Con el voto y virtud de la castidad, se obliga la Religiosa á g u a r d a r e i celibato y también; por el nuevomotivo que naco del mismo voto, a abstenerse de todo lo que seil contrario á la castidad. De niodo qni; todo pecado cometida poí· la Religiosa en esta materia tiene una doble malicia, porque falta a í mismo tiempo contra la virtud ν contra el voto. Art. 45. P a r a observar este voto, es necesario que la Religiosa que hizo á Dios el sacrifìcio de su corazón, sea a m a n te del retiro, dp la mortificación ν del silencio; el retiro la alejará de los Iii jos del Siglo, siempre peligrosos para las personas, consagradas ή Dios; la irioríiíicacion pon- - 1» — (Irá freno á lus tentiiciones perturbiuloras· de l;i coiíonpisceiicia, y el cuerpo (jnedará Hnjeto al espírihi; el siieticio la hará recogida en la iiieilitación de las cosas c e lestiales, haciéndola e-quivar aquellas conversaciones y charlas dañosas que, distrayendo el espíritu, introducen paulaiinatiiente el afecto á aquel annido que con tanta abnegación abandonó por Jesús. Art. 46. No seria suficiente el estar alejadas de las personas del siglo, si, en el interior de las casas, no se conservasen en aquella manera de vivir, sant;.mante severa, que tanto honra á las esposas de .Jesucristo. Por consiguiente, no se permitirán las Hermanas, ni aún entre sí, trato alguno libre, ni aún de broma, especialmente en lugares separados y escondidos, ni palabras y frases frivolas ó lijeras. Art. 47. A la solicitud de la Superiora toca el velar por la más rigurosa observancia de un voto tan sagrado y de u n a virtud tan angélica. Por consiguiente, no permitirá visitas demasiado frecuentes deseglares. ni mantener con ellos correspondencias familiares; mas, si el bien del Instituto ó Comunidad, ó cualquier otro fin santo, exigiese que una H e r m a n a tenga correspondencia con personas extrañas, — 20 — •debe hacerlo con permiso de la Madre feuperiora, ]A CUÍÍI ÍÜ concederá después •de haberse informado plenamente de la correspondencia, que tení?a que man-darse. Art. 48. Del mismo modo, la Superiovà procurará evitar ó impedir que las Hermanas, especialmente jóvenes se entetengan en largas conversaciones dentro de las celdas, con la puerta cei-i-ada que no pueda facilmente abrirse por la Superiora ó la Maestra. La que hallada culpable en este punto y corregida, no se enmendase, será ejemplarmente castiíjada •por la Superiora. ® Capttialo IX 2)e/ vofo y virtud de ¡a obediencia A r t . 49. De nada sei-viria el haber abandonado generosamente los bienes del mundo y los placeres sensuales, si la UeJigiosa no i-ennnciasc enteramente á la -propia voluntad. Art. 50. Con el voto de obediencia la Koligiosa a s u m e la obligación de obedecer al precepto de los Superiores legititnos en •todo aquello que dice relación directa ó indirectamente ã la vida del Instituto, esto es, á la observancia de los votos y constituciones. — 21 — Art. δ1. En virtud del mismo voto ia. Religiosu tiene obligación también de obedecer, cuando e) propio Superior m a n d a expresamente en virtud de S. Obediencia ó bajo precepto formal de la misma ó c o a palabras equivalentes según las Constituciones del Instituto. Art. 52. Conforme al número precedente se advierte á la Superiora, que r a ras veces y con la máxima prudencia y solo por g r a v e motivo, mande en v i r t u d de S. Obediencia. Conviene, también, que el precepto de S. Obediencia, cuando seh a y a de imponer por la Superiora, se haga por escrito delante de dos testigos al menos. Las Superioras locales, especialmente de las Cas-is pequeñas, se abstendnin de imponer preceptos formales de S. Obediencia. Art. 53. La virtud de la obediencia es el alma de la vida religiosa; sin ella nopuede vivir pacificamente una Comunidad. P o r tanto la Religiosa ha de tener tal abnegación, que su voluntad ha de s e r la de la Superiora, obedeciendo siempre,, sin pedir el por qué, con obediencia ciega, y pronta. Art. 54. Beben las Hermanas mostrarla obediencia, entro otras cosas, residiendo en cualquier lugar ó casa á q u e IosSuperiores la destinen y por todo el tiem- — 22 — po que estos designen, sin pretender m u ltai· de residencia o permanecer allí donde estati, niortitìcando así la propia voluntad -que inventa razones ν tìnge necesidades para sobreponerse á Ί a voluntad de ios feuneriores. Art. 55. Si los Superiores mandasen ít uii=i Religiosa alguna'cosa que le parezca superior « sus fuerzas, uo reiíusará ejecutr.rla, sino que la cun)plirá, confiando en id Señor; sin embargo, s i s u d e b i l i díKl O inaptitud no fuese conocida por ios Superiores, entonces podrá manifestarla con humildad, pronta á someterse á cuanto después le fuese mandado. Capitulo X I)e ¡a expulsióq de ¡as ^ermaqas Art 56. P a r a e s p u l s a r del Instituto á una H e r m a n a de votos temporales, se requieren causas g;raves, aprobadas por el •Consejo General con mayoria de votos. Art. 57. Para expulsar á una H e r m a na de votos perpetuos, se requieren causas mas g r a v e s aun y externas, acompañadas d e i n c o r r e g i b i l i d a d , la cual debe ser demostrada por la experiencia, de manera •que no se vea esperanza de enmienda, y «I Instituto tema daños ó perjuicios de las laltas continuas de la H e r m a n a incorre•gible. — 23 — 1/ ^ ^ Art. 58. La expülsióa áfe ui^a proft^sa$\ <ie votos perpetuos, clecreííu]a pDr el Co|isejo General, deberá ser í^iftobafla por "" S. Congregación. Sin esta^proliación qie-^ da sin efecto. ^ ^S A r t . 09- L'I Religiosa lio-acLi con tos. ya salga del Instituto Vo.ln'lilífíWü·^ involuiitanameiite, conviejie q'iiB--ee^-e, antes de salir, la dispensa de los votos por parte de la S. Congregación; la cual f ispensa será implorada por la misma Hermana, ó puede también pedirla por ella la Supei'iora General. Arfc. 00. Solamente podrá ser inmediatamente expulsada una Religiosa en caso de grave escándalo externo, con la apr'ibación del Obispo diocesano. No obstante, se deberá recurrir después á laS. Congregación para la confìrnjación de la expulsión, si se trata de una profesa do votos perpétuos, ó para la dispensa de los votos. A r t . 61. Una profesa de votos perpétuos no puede vser expulsada nunca del Instituto por causa de enfermedad. A r t . í)2. Tampoco puede ser expulsada del Instituto una profesa de votos temporales, por enfermedad contraída en el Instituto después de la profesión. Solo, sin embargo, si antes de la profesión se la hallase atacada de g r a v e enfermedad que la hiciese inepta para el Instituto, y — 2i Ja hubiese ocultado maliciosa y eficazmente a las Superioras de éste, seria esfca. uua c a u s a j u s t a para ser expulsada. Ar. 63. F u e r a de circunstancias especialisimas, no será nuevamente admitida una H e r m a n a que hubiese salido dp| Instituto. P a r a ser de nuevo admitida, se debería obtener la unanimidad de sufragios del Consejo. Art. 04. A las H e r m a n a s que, ya sea vo untaría ya involuntariamente, salen d e l l n s t i t u t o , se les restituirá ínteíçro el dote., pero no los frutos vencidos. Se lesrestituíra también fri a j u a r que hubiesen aportado al ingreso en el Instituto, en e l estado en que se encuentre, y se les proveerá de Jos medios necesarios para el regreso á su familia. Capítulo De la XI Clausura Art. 65. No deben las H e r m a n a s c o n siderarse exentas do todas las leyes que regulan la clausura, sino que han de proc u r a r g u a r d a r , al menos, el espíritu d e l a misma, como medio indispensable para conseguir la perfección á que aspiran. Are. 66. La observarán, especialmenteen Jas celdas, dormitorios, enfermería y en cuantos departamentos sean de e x c l u - — 2δ — siva habitación de las Hermanas, como en el Refectorio, luîentras están en acto de Comunidad. Art. 67. Alas , como por razón do la vida activa, jus H e r m a n a s tendrán necesidad de recibir visitas, estas se recibirán, con el permiso de la Superiora, en el lugar destinado al efecto, acompañando otra H e r m a n a á aquella que recibe la visita. Evitarán todas las visitas que no sean necesarias, y mucho más el hospedar en casa á personas extrañas, á no sor que fuesen sus padres ó bienhechores insignes^ teniendo para este caso un lugar enteramente separado de las habitaciones de las H e r m a n a s , con entrada distinta. Art. 68. Las Hermanas que, por razón de sus oficios, tengan necesidad de t r a t a r con Señoras, lo harán con ó sin compañera á discreción de la Supcriora. Art. 69. Cuando el confesor ó el médico hubieren de dirigirsie á la enfermería ó dormitorio, para visitar una enferma, les acompañarán siempre dos líeligiosas. Art. 70. íío saldrán nunca de casa sin necesidad, y osto será por caridad y con permiso de la Superiora, y siempre acompañadas de otra Hermana. — 26 Capítulo — Xri ^e la oración menta/, del exámer¡ ae σοηcienda, del retiro y de la recta intención. Art. 71. Las hijas de S. Francisco deben estar siempre preparadas contra las sugestiones infernales. E s necesario, por tanto, para venerar aquel Santo y no caer en tentaciones, orar continuamente, como nos i o n i a n d a nuestro Divino Salvador. Art. 72. ψ alma, mediante e] santo ejercicio de Ja oración mental, se eleva á la contemplación de las cosas celestiales· y mientras admira la grandeza y majestad de su Dios y la belleza de las verdades eternas, no puede dejar de reconocer la propia miseria, la cual, obligándola á humillarse ante Dios, la hace d i | n a de ios favores celestiales. Art 73. P a r a gozar de estas ventaias p p i n t u a l e s , harán las H e r m a n a s todos los días una hora de oración mental dividida en dos intérvalos, ó sea media hora por la mañana y media por la tarde, tomando la materia, de la lectura de algún nbro, la cual precederá siempre á la meditación. Por razones especiales la Supeñ o r a podrá dispensar, en algunos casos particulares, de tal ejercicio; pero procur a r a , que se haga al menos media hora — 27 — Art. 74. Todos los meses tendrán un día de retiro, en el cual atenderán cuidadosamente al espíritu, libres de Jas ocupaciones del oficio, y si a l g u n a , por razón de la enseñanza ó por cualquier otro motivo, no pudiere tenerlo con la Comunidad, procurará la Superiora señalarle otro dia. Todos los años, tìn:ilinente se retinirá la Comunidad por espiicio de ocho dias, á fin de dedicarse á los ejercicios espirituales. Art. 75. Adomás de la meditnción tendrán las H e r m a n a s todos ios dias lectura espiritual, examen de conciencia y u n a visita á Jesús Sacramentado. A fin de que ]as ocupaciones manuales no distraigan del servicio del Señor, al principio de ellas, como de cualquier otra acción, renovarán las H e r m a n a s la intención de hacerlo todo por la gloria de Dios y de trabajar diligentemente y con santa alegria para merecer la Divina Misericordia y las a y u d a s y fortaleza que e! cielo jamás niega á las Religiosas de buena voluntad. Capítulo β e /a oracióq 'XIII vocal Art. 76. Procuren las H e r m a n a s a c u dir al Coro, con toda solicitud y i-ecogimiento, apenas oigan el sonido de la c a m - — 28 — pana. Allí rezarán tocios los dias, atenta y devotamente, el oficio parvo de la Virgen, haciendo la conmemoración de San Francisco en vísperas y laudes. L a s Herm a n a s Conversas en vez del oficio p a r v o de la Virgen, rezarán una tercera parte del Rosario. El Jueves, Viernes y Sábado Santo ea Jugar del oficio indicado, se rezará el oficio Divino. El dia dos de Noviembre y Diciembre se rezará ol de difuntos y las H e r m a n a s Conversas rezarán cincuenta P a d r e nuestros. A r t . 77. Asistirán á Coro todas la& H e r m a n a s Coristas que no estén legítimamente dispensadas por motivo de s a l u d , de enseñanza ú otra causa razonable á juicio de la Superiora. Art. 78. L a s H e r m a n a s que lleguen al Coro después de empezado el oíicio, sean novicias o profesas, se arrodillarán en medio del Coro y permanecerán allí, hasta que la Superiora ó la Asistente les indique que se retiren á sus puestos. Las Supfírioras y las que tengan el título de Madre, harán una simple inclinación á la Presidenta. Capítulo Q>e la Confesión y Art. 79. XIV Comunión Si todo fiel cristiano debe — '29 — tener hambre del pan de ]os fuertes y acercarse con frecuencia á la Eucaristia, mucho más debe tenerla una persona consagrada al servicio de Dios y que no tiene otro amor sobreestá mísera tierra, que el de su esposo celestial. Art. 80. P a r a acercarse dignamente á recibir el pan de los Anídeles, purificarán la conciencia en el Tribunal de la P e nitencia. Y para que reine en la comunidad aquella santa concordia que proviene d e l a sabia y única dirección espiritual, las H e r m a n a s se confesarán, ordinariamente, una vez á la semana con el confesor que les sea señalado por el Obispo Diocesano. En las cuatro témporas, sin embargo, tendrán el Confesor e x t m o r d i n a r i o q u e a l mismo Sr. Obispo plazca elegir, y al cual todas las H e r m a n a s deberán presentarse. Se podrá pedir también do vez en cuando un Confesor extraordinario, y esto por necesidad ó para mayor tranquilidad de conciencia conforme al Decreto Quemádmodum. En las Iglesias públicas, hallándose f u e r a de casa, podrán confesarse con cualquier Confesor aprobado para mujeres. Art. 81. Las Postulantes que sean admitidas ai Noviciado, harán con el confesor ordinario confesión general, si ésie lo creyese oportuno, en el tiempo de los ejercicios espirituales. - 30 — nn'V-'^f^· sup^noí-a debei'á ofi-ecer un Coníesor extmorclinariü á jas H e n i i a iias que estén gniveniente eníermas. y JJ.imai-lo cuantas veces lo deseen. Art. 83 Las Hermanas coniníffarán todos ios Domingos y J u e v e s del ar?o; en el ainvei-pino de Ja toma de Hábito y de Ja Profesion. en Ja renovación de Jos votos. en las festividades deJ Señor, de Maδ Ι ' η ^ ο ί Ι ^ Ι ρ Γ π ^ ' ^ ^ ' ^ Apóstoles, de ios f r ^^ primeva y segunda clase, el día onomastico y en fintocPas las veces que lo permita ej Confesor ordinario o extraordinario. A r t . 84. La Superiora no podrá profiibir Ια comunion á ninguna de las Relio-iosas excepto el caso en que alguna de "sus subditas, después de la ú l t i m t confesión, hubiese escandalizado á la Comunidad ó cometido culpa g r a v e externa, en eJ cual caso, no comulgará sin haberse acercado de nuevojU Sacramento de Ja Penitencia. Art 8ö. Corresponde exclusivamente al Confesor, el disminuir ó a u m e n t a r á una Lehgiosa, en conformidad con eJ Decreto Quemádmodum, eJ número de Jas comim,«„R.s y acerca de esto n i n g u n a observación podrá hacer á Ja misn?a la Snperiorn P e r o s i J a Superiora observase que hay abuso en esto, lo dará á conocer al Confesor d e l a Casa, para que provea como crea conveniente. — 31 Capítulo yiyunos y — XV morfificaciones Art. 86. L:i principnl mortificación que deben siiíi-ir las H e r m a n a s consagradas 51 la educación de las niñas y á la asistencia de los enfermos, es la ijiterior que no perjudica á la salud ni necesita ulteriores'permisos pai-a ser practicada. El mortificar los propios sentidos; dominar el mal entendido amor propio; someterse con prontitud d e á n i n i o á Jas disposiciones de los Superiores; sufrir con resignación las contrariedades; sobrellevar con paciencia los diversos caracteres de las Hermanas; sujetarse humildemente al parecer de las otras y obedecer, si ocurre, aún á los inferiores; todo esto, es, sin duda alguna, el sacrificio más g r a t o que puede ofrecerse á Dios y el ejercicio más ventajoso para la propia alma.. Art. 87. La vida activa á que están dedicadas las Hermanas, como también el ejercicio de la caridad para con el prójimo, exigen mucha prudencia en la práctica de las penitencias corporales. Art. 88. Para las penitencias particulares bnsta el permiso del Confesor, más para las exteriores y públicas se requiere también el de la Superiora. Art. 89. Mas, como la mortificación in- — 32 — terior tiene por conipatìei-a inseparable Ia liiacei-Hüíon de la carne, las Hermanas, aclemiis de los ayunos prescriptos por ia garita Iglesia, ayunarán Codos ios Viernes del ano. excepto ias fiestas de Navidad, ae ia Inmaculada Concepción y de San Francisco, si cayesen en Viernes. A y u naran igualmente en la vigilia de las principales tiestas de la Virgen, que son: a Inmaculada Concepción, la Natividad, la Presentación, la Anunciación, ia Visitación, la i'urificación y la Asunción ν finalmente en la vigilia del P a d r e Saíi l^ranclsco. Art. 90. El ejercicio de la disciplina Jo tendrán ios Lunes, Miércoles y Viernes, que no sean festivos, sin qne se trasladen ai dia siguiente ó al anterior, y todos los días de la Semana Santa, excepto el Sábado. A r t . 91. H a b r á dispensa en las octavas de Nuestro Señor y desde Pascua de líesurrección hasta la Dominica in albis. A r t . 9-¿. Tendrán acto de pública h u mildad todas las n o c h e s , y c a p í t u l o d e c u i pas en los dias prescritos; y tengan presente que la acusación de las culpas en p t e capítulo, versai-á únic^imente sobre Jas trasgresiones externas de las Constituciones. — 33 Capítulo — :XVI 2)e/ silencio y de! recreo Art. 93. H a y una nioi'tiiicación iiitei'esauiísiina, c|ue es la de la lengua por medio del ejercicio de la virtud del silencio: Tengali por tanto, las Hermanas cautela y moderación en el hablar: observen exactamente el silencio riguroso en el tiempo y lugar que prescriba el horario. Art. 94. Seau reservadas, no confiando facilmente y de cualquier manera, á ninguna los secretos interiores, reservándolos para sn respectivo Director espiritual ó Superior legitimo, del cual pueden recibir prudente consejo y oportuno romedio. Art. 95. Sean, de nn modo especial, reservadas en todo aquello que concierne á la casa, no comunicando ni coníiando secreto alguno á persona extraña, quienquiera que sea, ni aún á sacerdotes, de cuanto sucede en la Comunidad. Art. 98. Obsérvese riguroso silencio en la Iglesia ó Capilla, Coro. Sacristía y Refectorio d u r a n t e la comida y cena. Art. 97. En el Refectorio, d u r a n t e las refecciones, se leei-á algún libro, ó a l g u n a vida de los Santos. Solamente en las solemnes festividades dispensará la Superiora la lectura y permitirá que se hable. - ' fi /i •: •i ^ •:· i' íJ' j; ·:,; j. I ? l! •j ;¡ •j „!, Ά4 — Art. 98. Guardarán, además, cou todorigor el silencio, desde que se dé l:i señal para el descanso de la noche, hasta después del desayuno del día siguiente: du^ rante este tiempo no podrán hablar sino de cosas Indispensables, y en voz baja. Art. 99. A fin de IH) faltar al silencio, está prohibido á las Religiosas e n t r a r las unas en las habitaciones de IMS otras^ a u n q u e estuviesen enfermas, sin el debido permiso. Art. 100. P a r a facilitar el c u m p l i miento de estas prescripciones, procuren actuarse en la presencia de Dios y Uwantar frecuentemente el corazón á" El con breves y fervientes jacu latorias. Art. 101. C o n f o r m e á !a c o s t u m b r e e s tablecida en todas las comunidades, á fin de que no se hfiga excesivamente d u r a la vida religiosa, además de la ujedia hora de descanso, tendrán, todos los días, después de la comida y de la cena un tiempo de recreación que no bajará de medía ni pasará de una hora. Are. 102. En estas recreaciones se entretendrán en conversaciones de cosaa útiles y amenas, y también a l g u n a s veees, si la Superiora lo permito, er> a l g ú n j u e g o honesto y conveniente á las Reli« glosas. Art. 103. Por amor al retiro y al si- — ΰό — lencio las H e r m a n a s no escribiráti, confrecuencia, cartas, y cuando lo ha^an,. con el permiso de la Superiora, ésta podrá leer la correspondencia que se envia, como también la que se reciba; quedando, por tanto, al arbitrio de la misma, retener aquellas cartas qii'í j u z g u e dignas de noser despachadas Está absolutainent<í pro-· hibido abrir ó leer las cartas dirig'idas á la Sagrada Congregación, á ia Madre General y á las Consejeras Generales, y las escritas por las mismas. Igualmente, l a s cartas dirigidas al Rtiverendisimo Ordinario por las Hermanas, ó las recibidas de él, están exentas de toda inspección por parte de la Suphíriora. Capitulo XVIi 2)e la hurqiìdaò y del Capítulo de Culpas Art. 104. L a s H e r m a n a s TerciariagFranciscanas deben distinguirse por la práctica de esta virtud, que, además d e ser como el f u n d a m e n t o del edificio espiritual, es también esta virtud el caracter especial del Instituto Franciscano. Art. 105. Teniendo esto por mira, la» Hermanas deben ser tan humildes, que nohaya cosa en el ujundo capaz de exaltar su corazón, ni tampoco manifestar s o berbia, considerándose siempre indignas- — 36 — •de la dicha (1ΰ ser Reli<2;ioí5as, venciendo el amor propio y la propia voluntad y recibiendo ja obediencia como un don celestial, que conduce á la mayor santificación del alma. Art. 106. A la consecución de la santa virtud de la humildad contribuye en gran manera el capítulo de culpas, en el -cual las Religiosas, para edificación de Jas deujás, confesarán públicamente las faltas exteriores que hayan podido cometer. Art. 107. A este fin todos los Viernes, a n t e s d e l a c o m i d a . s e reunirá la Comunidad en el Coro ó en otro lugar preferido por la Superiora, rezando el De profundis; y dichos los versículos y la oración, se procederá á la confesión de l:is culpas, empezando p o r i a s Novicias. Puestas de rodillas, con las manos juntas, delante de la Superiora, manifestarán, con voz inteligible las culpas de que se ha hecho mención, y la Superiora las corregirá con caridad seráfica é impondrá la penitencia, teniendo presente, que ella es, como sus hijas debil y defectuosa. Oída la corrección y cumplida la penitencia, dirán todas: Sea por amor de Dios, y á la señal de la Superiora se levantarán é irán al Refectorio. A r t . 108. Este mismo capitulo de cui- — S i pas se hará en los dias de retiro mensual^ en el que las Superioras pedirán humildemente penitencia por las faltas cometidas contra la observancia de las Constitaciones. EnlosVi.ernes de Cuaresma a d e más de la culpa, pedirán hacer a l g u n a penitencia con elpormiso d e l a Superiora.. Capítulo XVIII ])e¡ trato njútuo de ¡as germanas Art. 109. Siendo todas las H e r m a n a s miembros de un mismo cuerpo místico,, que es el propio Instituto, y habiendo de tener todas el mismo espíritu por U g r a cia de una misma vocación; teniendo q u e vivir todas con los mismos votos y observar las mismas Constituciones, todas han· de procurar también unir los propios corazones de manera que, siendo muchas en realidad, parezcan una sola en la voluntad. Profésense, por consiguiente, las. H e r m a n a s un verdadero amor espiritual, tratándose con dulzura y amabilidad, hablándose con afecto y sufriendo con. paciencia los mutuos defectos, propios de la h u m a n a fragilidad. Art. l i o . C o n i a misma caridad, a f a bilidad y dulzura tratarán las Hermanas, á las niñas, á los ancianos y á los enfermos, objetos predilectos d« su profesión^ _ 38 — -sin perder de vista, que cuanto bagan por •ellos, lo liacen por Jesús. A r t . 111. La Superiora General tendrá -el título de Reverenda Madre; las Consej e r a s Generales, la Secretaria General, la Administradora General, las Superioras locali's y la Maestra de îiovicias se llamarán con el titulo de Madre: todas las deniá!> se llamarán, entre si, H e r m a n a s . A todas está prohibido darse el tratamiento de vos ó de tú. Art. 112. En la recreación deberán -guardarse el mayor respeto y evitar todo litigio y rencillas. En hi div<:rsidad de pareceres no se muestren las H e r m a n a s •intransigentes; y á fin de que no se turbe la caridad, no se insista, sino cédase fácilmente, aún cuando estén ciertas de tener razón. A r t . 113. No hablarán mal de los a u sentes; y mucho menos censurarán Jas acciones de otras personas, que parezcan -defectuosas. Si f u e r e necesario, se limiti•rán á manifestar secretamente á ia Superiora los defectos de las Hermanas; y esto lo harán, cuando pudiesen tener reía•ción con las reglas ó causasen escándalo á las otras; mas nunca tratándose de cosas de poca importancia, que puedan ó deban tolerarse con el piadoso silencio de la •caridad. — 39 — Art. 114. J a m á s será licito á las Hermanas disentir ó comentar las órdenes •de los Superiores; pero si creen que una Superiora menor hace alguna cosa contraria'á las Constituciones, y la obra en sí no es buena, ó es dañosa á los intereses morales ó materiales, podrán recurrir á la Superiora General. Capítulo XIX !QS enferrqas y de /os sufragios por ¡as difuntas y ài fuñios Art. 115. La Religiosa que enferme, será insistida por la Comunidad y visitada por el médico de la residencia donde se encuentre, corriendo á cuenta del Instituto todos los gastos que ocurran; pero no se considerarán como medicinas absolutamente necesarias los viajes, y, como v e r daderas pobres, se contentarán con los remedios ordinarios, salvo siempre, sin embargo, lo que las circunstancias exijan en algún caso extraordinario, a j u i c i o de la Superiora. Art. 116. A lo dicho no se opone el que alguna Religiosa, en enfermedad g r a ve, sea también visitada por otro médico extraordinario. Art. 117. Si alguna Novicia hubiese entrado ó tomado el hábito, ocultando - 40 — eníermedad ó defecto físico, será enviada á c a s a , tan pronto como sea posible, a j u i cio del médico de la Comunidad. Art. 118. La enfermera y la Superiora cuidai-án de que no les falte á las e n fermas nada de cuanto puedan tener necesidad. Ejecutarán con exactitud todas las prescripciones del médico y pondrán todos sus esfuerzos, para que las enfermas recobren )as:ilud perdida ó a i menos reciban el mayor alivio posible en sus e n fermedades. Art. 119. Toca á la Supei-iora procur a r á las enfermas todo consuelo espiritual. L l a m a r á al Confesor ordinario ó extraordinario cuantas veces las enfermas iodeseon. S e l e s d a r á la Comunión como prescriba el Confesor. Agravándose las enfermas, la Superiora y la enfermera cuidarán d e q u e , á tiempo oportuno, reciban la Extremaunción y sean asistidas, hasta última hora, poi· el Sacerdote, como prescribe el Ritual Romano. A r t . 120. Cuando ocurra la n)uerte de una Hermana, el cadáver será vestido con el propio Hábito y expuesto en la Capilla ú Oratorio con cuatro velas, se rezar á el oficio de sepultura con Misa cantada a e Requiem y será acompañada al cementerio por a l g u n a s H e r m a n a s . A r t . 121. Además d e l a Misa cantada — 41 — •y del oficio de difuntos, quo rezaián las Hermanas deCüio, y e n vez del cual dirán las H e r m a n a s (Jonversiís 100 P a d r e nuestros, si la d i f u n t a íuese Superiora General, 75 por las Consejeras y demás Superioias y 50 por las Heroíanas restantes, se dirán 16 Misas por la Superiora General difunta; 12si la difunta pertenecía al Consejo Genei'al; 10 por ¡as Superioras locales; 8 por cada una de las otras Hermanas profesas y S por Us IS^ovicias; y por espacio de nueve dias se aplicarán en sufríigiü di· las mismas las comuniones de toda la Comunidad. Art. 122. Al fallecimiento del padre ó de la madre de a l g u n a Religiosa, la Superiora locíil de la casa en que reside la Hermana, hará celebrar una J\Ji^a por el eterno descanso de aquella alma, y la Comunidad rezar:i un Responsoi'io y aplicará la sagrada Comunión. Lo mismo se practicará con los bienhechores de las Comunidades respectivas. Art. 123. En todas las Casas del Instituto se rezarán anualmente tres oficios generales: el primero en ol mes de Marzo por todas las Religiosas difuntas del Instituto; el segundo en el mes de J u n i o por ios bienhechores difuntos; el tercero en el mes de Septiembre por las familias de las Religiosas. - 42 — A r t . 124. Λ la m u e r t e del S u m o P o n tífice ó del Obispo Diocesano, se c e l e b r a r á en cada casa una Misa de Requiem. CapCtulo 2)e los ejercicios XX cuotidianos A r t . 120. Una C o m u n i d a d no estará bien o r d e n a d a , si no pone c u i d a d o en g u a r d a r en todos los actos el ordon establecido en el horario y si no se a p r o v e c h a del tesoro del tiempo, que ei Señor q u i e r e ver celosamente empleado en n u e s t r a salvación y en bien del prójimo. P o r consiguiente, todas las H e r m a n n s sc a t e n d r á n fielmente al horario, q u e deberá existir en todas las casas y q u e será r e d a c t a d o por la Superiora local, de a c u e r d o con las Asistentes de la Casa y la aprobación de la Superiora General. Art. 126. A la. hora designada en el h o r a r i o de la C o m u n i d a d , la H e r m a n a e n c a r g a d a tocará la c a m p a n a y golpeará á cada p u e r t a , diciendo: «Ave Maria P u rísima», á lo cual responderá hi de dentro; «Sin pecado concebida.» A esta señal se levantarán prontamente y después de l a v a r s e a r r e g l a r á n su lecho con diligencia. Art. 127. Ai toque de la c a m p a n a todas las H e r m a n a s , que no estén enfermas» se dirigirán al Coro y r e z u r i n pis p r e ç e s ^ , ( l e l a m a ñ a n a , d a n d o grfij'cias i Dios p ^ r w ] los beneficios recibidos y conáagTándqíe las obras del dia: leerase d e s p u é s el ρ ι Λ - : Il to de la meditación y harán-oración â u - ^ / f i-ante media hora. A c a b a d a esta, rezaráíi J ias Horas menores y acto continuo A S Í S ^ tirán al Sai.to Sacrificio de la Misa« í é r minarán con el rezo do la estación m a yor, que dirán con los brazos en c r u z , por las necesidades de la Santa Iglesia y por la conservación del Sumo Pontífice. Después t e n d r á l u g a r el d e s a y u n o , t e r m i nado el cual, cada una a t e n d e r á d i l i g e n temente á las ocupaciones q u e le h a y a n sido señaladas. Art. 128. Un cuarto de hora antes do la comida de mediodia, se tocará la c a m pana y todas a c u d i r á n al Coro para el <íxamen p a r t i c u l a r , visita al Santísimo Sacramento y á la Virgen I n m a c u l a d a , c o n c l u y e n d o con el Angelus ó el Regina coeli, seíÍ,ún el tiempo. Art. Al mediodia se d i r i g i r á n al Refectorio, donde la Superiora, ó en su ausencia la más d i g n a , d i r á el salmo De profundis, a l t e r n a n d o con la C o m u n i d a d , después do. lo cual s e g u i r á la bendición de la mesa. A r t . 130- El a l i m e n t o será pobre y sencillo, cual conviene á las h i j a s del po- — 4á — brecito de Asís: no se harán distinciones en la comida, debiendo ser esta igual tanto para la Superiora General como par a la última novicia, excepto las enfermas, ó indispuestas, á ias cuales la Saperiora asignará los alimentos convenientes. Durante la comida tendrán lectura espiritual, que no podrá ser dispensada sino en los dias indicados en otro parágrafo. A r t . 131. Si la Superiora Genera] entrase en ei Refectorio d u r a n t e la comida, todas las H e r m a n a s se pondrán de pié y n o s e sentarán liasta que ella se Iiayasentado. Lo mismo se practicará con la Superiora local, sino está presenta» otra Superiora mayor. Las Religiosas novicias que entren en el Refectorio después del De profundis, besai'án el suelo y permanecerán de rodillas hasta que la Superiora no les dé la señal de levantarse; la profesa que h a y a cumplido diez años do hábito besará el suelo y hecha una inclinación, irá á su puesto. A r t . \S2. T e r m i n a d a la comida, la Superiora dará la señal para que cese la Jectura; y dicho por la lectora oí Tu autem Domme miserere nobis, se darán gracias, después de lo cual se dirigirán todas, rezando el á la capilla en la que dirán la estación mayor, con los brazos — 4δ — on cruz, por ¡OS bienhechores vivos y d i funtos. Art. 133. T e n d r á n después media hora de recreo en l u g a r destinado al efecto, y ya sea que paseén ó t r a b a j e n , según disp o n g a l a Superiora, las H e r m a n a s estarán f'iempre r e u n i d a s . Dada la señal de silencio, cada una se r e t i r a r á á su propia celda, estando prohibido en este tiempo, visitar las celdas de las demás. A r t . 134. L a s H e r m a n a s que, legítimamente impedidas, no pudiesen asistir á la primera mesa, irán á ]a s e g u n d a en la que no habrá lectura, pero se g u a r d a r á silencio como en la p r i m e r a . Art. 135. L u e g o después á la hora establecida, se rezarán Vísperas (qne eii C u a r e s m a s e dirán antes de comer, e x c e p to los Domingos) Completas y después la Corona. Asimismo, ai toque de c a m p a n a asistirán todas l a s H e r m p n a s á la lectura espiritual, excepto las legitimau)ente ocupadas: después de los Maitines y L a u d e s , labrá media hora de oración mental. A r t . 136. Seguirá la cena en la que se observará c u a n t o se ha prescript© para la comida. Después de cenar, habrá media hora de recreación, t e r m i n a d a la cual y dado el toque de silencio, se d i r i g i r á n tocias las h e r m a n a s al Coro, para íiacer el examen g e n e r a l y rezar las ú l t i m a s — 46 — preces. L u e g o después so retlr;u-áu á s n s celclHS. A r t . 137. Todos !os Viernes oil VOTÍ de las últimas preces noctiii'iias, se reznrá el· Via Crucis, lo cual se hará tanibiéii en los Domingos de Cuaresma y d u r a n t e Jos ejercicios espirituales. A r t . 138 Todos los Sabados se· leerá en el Refectorio.la lista de los cargos q^nedebe desRUjpennr cada mía d u r a n t e Ja s e m a n a . Los Domingos so leerán las Constituciones. Capítulo Q)e ¡a enseñaqza XXI religiosa A r t . 139. Uno de ios fines principales del Instituto de las H e r m a n a s T e r c i a r i a s F r a n c i s c a n a s es la enseñanza de las niiias pobres. Consiste esta enseñanza en el doble oficiode la educación de la niente y del corazón. A r t . 140. Siendo cosa i-eeonocida q u e estas (ios educaciones no pivedeii ir separ a d a s , sino q u e el provecho de la nna c o n c u r r e al proveclio de la oti-a, os necesario· q u e las Ilei niauas, para el recto, d e s e m pepo de su oficio, pi-ocnren la educaciór» cristiana, enriqueciendo las mentes de las niñas con aquellos estudios lirerarios q u e no se aparteti de los sentimientos c r i s t i a nos inspirados en sus tiernos corazones. - 47 — Art. 141. A este fin 1ü elección d é l o s libros (le texto, después (le un maduro examen, debe caer siempre sobiv aquellos autores que más se hayan distinj^uido por su piedad y solida enseñanza, para que las ulumnns puedan aprender en ello^, ante t o d o , la Religión y el temor de Dios, y lue'^o ser instruidas en aquellas materias literarias que sean más conformes á su edad y condición. Art. 142. La enseñanza no debe ser diftcil y complicada, sino sencilla, cuanto sea posible, capuz de ser penetrada por sus inteligencias y que no supere los conocimientos de una mujer a|)ta para ser una buena cristiana y modelo eu la sociedad. , , Art. 143. Líís Directoras de las escuelas serán las mismas Superioras locales, v e s t a s distribuirán los cargos y las clases á las Hermanas Maestras, teniendo siempre presente su capacidad é inclinación. Art. 144. Cada Maestra ejecutará sumisamente las disposiciones de la Madre ó Directora, y ninguna se entrometerá en el oficio confiado á la otra, sino que procederá todo con armonííí. Art. 145. De vezen cuando la Directora visitará y notará lo que merezca ser reprendido, ya en lo que se refiere á las — 48 - alnimias, y:i en lo que aEafifi á las Maestr;ts; embargo, de reprender a estas en presencia de las propias alumnas, à fin de que puedan conservai· siempre su autoridad sobre las mismas. Art. 143 Procuren lîis maesfcr's evitar iaíamiliaridar eon Ias niñas, ó usar con a l g u n a s de ellas cualquier distinciónmas tengan siempre presente su divinidad y modestia, tratando á todas con Ja debida cai-idad. ^ Art. 147. Procurarán también instruir a sus alumnas en la doctrina cristiana ν en laspráeticas religiosas, habituándolas í i t r e c u e n t a r los Sacramentos, al menos una vez al n.es y en las principales festividades de :Nuestro Señor ν de la Virgen. . Art 148. Queda prohibido dedicarse a la educación de los niños, especialmente en Jos nruses católicos. Art. 149. En los lugares donde se preste el local, podrán recibir internas de l a s q u e se podrá exigir nna p^^nsión, mayor o menor, según ei trato privileííiado II ordinario. ^ Art. 150. P a r a conservar la paz entre las niñas internas y á fin d e q u e vayan todas uniformadas, es necesario que vistan todas nn mismo uniforme. Su direc- — 49 — cióii inmediata estará á cargo d e una Hermana profesa que las vigilará, hasta por la nocht", durmiendo cutre ellas. Capitulo XXIi 1j)e las Xermanas dedicadas á los hospitales Art. 151. La caridad que las H e r m a nas Franciscanas ejercen en los hospitales con los enfermos, se desarrolla en iina doble obra d(; misericordia, esto es, con la asistencLJi no solo del cuerpo enfermo, sino también^ y principalmente, del alma. Art. Iõ2. Las Hermanas destinadas á la asistencia de los enfermos, aceptarán de buena voluntad este sacritìcio y darán las debidas gracias á Dios, que por medio de los Superiores, se digna concederles el beneficio de consagrarse al servicio de la caridad para con el prójimo. Art. 153. P r o c u r a r á n todas las H e r manas cumplir, del mejor modo posible, el propio oficio del cuidado de los enfermos. no mezclándose on el de las otras. Art. 154. Como los lugares destinados á tal caridad tienen, generalmente, sus reglamentos especiales, es necesario que las H e r m a n a s los tengan siempre presentes á fin de que no se originen confusiones y quejas de parte de los interesados. Art. 155. Guardarán al Director y al Médico la debida coíísideracióu, y serán - 50 — prontas en ejecut/n· sus disposiciones, e s pecialmente, las qne atañen al ré^imoii de los enfermos y l;i higiene. Referirán á los mismos lo qne cre;iii oportnno para Ja salud de los eufermos á quienes asisten. Art. Iõ6 Tengan especial caridad con aquellos c u y a s e n í e r m e d a d f s sean más repugnantes, ó cuyo caracter sea más d u ro é incoi-i-egible, buscando g a n a r con la bondad lo que con \¡\ aspereza se haría más difícil de conseguir. Art. 157. Y puesto que esta caridad no tendria su perfecto cumplimiento, si no f u e r a aeompannda de la cai-idad del espíritu, es necesario que las H e r m a n a s vigileíi con sumo cuidado para qne ninguno de los enfei-mos muera sin haber recibido los Santos Sacramentos; por cuyo motivo cuidarán de p r e g u n t a r al Médico sobre el estado g r a v e ó no grave del enfermo para que puedan, convenientemente, avisarle á tiempo. Arfc. 158. Enseñen con la debida caridad, la doctrina cristiana á los enfermos ignorantes, pi-eparándolos para sobrellev a r sns trabajos y enfermedades, usando especial compasión con los ancianos y con los débiles y administrando á todos con santo celo cuanto necesit'.-n para el alma y para el cuerpo. — δ1 — Art. Iõ9. Las Hermanas dedicadas al' ejercicio de la caridad no deben p e r d e r jumás de vista su propia santificación^ "pues seria verdaderamente lamentable que, mientras se dedican á i.i caridad para con los otros, olvidasen su propia perfección y dejasen que sus almas dominadas por el abandono espiritual, viniesen por completo á menos en la oración y d e voción á las que, como solia decir San Francisco á sus hijos, todas las demás cosas deben estar subordinadas. Art. 160. De donde sigúese la imprescindible necesidad de que procuren lasHermanas ser siempre m u y amantes de la oración, devotas y fervorosas, asistiendo puntualmente á todos los actos deComunidad. y cuando por razón de su ocupación no puedan hacerlo, darán conocimiento de ello a la Madre Superiora. }»·«!>>:··-.·. .' ' -i- --··'•.·. "-.^,'-ν. '.·· · - -V-AÄ PARTE lei Bobierno SEGUNDA del Capítulo 2)e/ Capítulo instituto I ÇerisraÎ Art. 161. La suprema autoridad sobre el Instituto se ejerce de modo ordinario por la Superiora General con su Consejo» de modo extraordinario por el Capítulo General. Art. 162. El Capítulo debe convocarse cuantas veces tengan que hacerse las elecciones generales. Tal convocación, por consiguiente, se hará, ordinariamente, cada seis años al terminar en su cargo la Superiora General, y además se h a r á convocación extraordinaria, cuando sea ne- — 54 -Cesario p o r r a z ó n d e l — fallecimiento, di- misión ó deposición de la .misma Superiora General. Art. 163. En el Capítulo General se harán aà sexenium Jas elecciones de Ja Superiora General, de Jas cuatro Consejeras Generales, de la Secretaria General y 'de la Adu:inistradora General; tratándose ademas .;n él de los asuntos más g r a v e s del Instituto, á propuesta ya de la Superiora General, ya d e l a s demás capitulares. A r t . 164. P a r a convocar el Capítulo General por otra causa que no sea la de jas elecciones, se necesita el permiso de la S. C. A r t . 165. La convocación del Capítulo General se hará por medio de carta circular de la Superiora General ó de la Vicaria, si e s t a s e hallase al frente del gobierno del Instituto, tres meses antes de] Sábado precedente á la Dominica c u a r t a después de Pascua, dia en que tendrá prmcipio el Capítulo. Art. 166. El Capítulo se celebrará en Ja Casa designada por el Consejo General· y las sesiones para Jas elecciones serán presididas por el Obispo diocesano, como delegado de la S.S., por sí mismo ó por un sacerdote por él designado. A r t . 167. Tienen derecho y deber de asistir aí Capítulo. — ΌΌ — a) L:Í. Superiora General. υ Las Consejeras Generales. c) Xja Secretaria General. d) La Administradora General. e) Las Superioras de las casas en las <iue haya al menos 12 Hermanas f ) lina deleitada que deberá ser elegida por todas l.is H e r m a n a s de Coro protesas de las mismas Casas. Poro esta delegada debe ser profesa de votos perpétuos. _ Art. 1(38. Las casas en qne no existo el número de H e r m a n a s indicado, se unirán entre si, de manera que, juntas, lleguen al menos ;il número de doce electoras. Las Hermanas vocales reunidas elegirán, primeramente, á una Superiora de sus Casas y luego á una profesa de votos perpétuos, para que intervengan en el Capitulo. Mas si tales Casas menores distasen mucho entre si, entonces las H e r m a n a s vocales de cada una de dichas Casas, se unirán á las vocales de una Casa mayor más vecina, y juntamente, (con igual derecho activa y pasivo) elegirán una deleg a d a común. Art. 169. La elección de la delegada se h a r á por medio de cédulas secretas y por mayoría absoluta. Si en el primer, y segundo escrutinio n i n g u n a obtiene mayoría absoluta, se hará un tercer escruti- - s e - nio, y en éste quodará elegida lit que alcance mayoria relativa. Si en el tercer escrutinio dos Hermanashubiesen tenido igual número de votos queda elegida la más antigua en la prolesión. TO(J:ÍS las elecciones se harán riel mismo modo, excepto h elección de la Superiora General, como se dira mas adelante. A r t . 170. Además de la Delegada se elegirá, del modo dicho, una subdelegada, J^acualiraalC;ipitnl<>en el caso que la delegada muriese ó quedase impedida para ii·. í'^l. Para la validez de los actos del Capitulo General, se requiere que estén )resentes al menos dos terceras |)artes de as vocah's. A r t . 172. Los asuntos del Capitulo se deciden por votos secretos. Las elecciones se hacen con las cédulas de las vocales presentes. Si en la Casa donde se celebra el Capítulo h a y alguna vocal enferma, pero qne puede escribir. )as escrutadoras irán con la urna á s u habitación para que pon- , g a su cédula. — 57 — Capítialo II 2)e ¡as Escrutadoras y de ¡a de! Capítulo. Secretaria Art. 173. Conio so lia dicho ya en otro lugar, el Obispo diocesano, por sí ó por medio de un delegado, presidirá las elecciones. Deberán, por consiguiente, pasarle aviso, con tiempo, de los dias en que se verificaran dichas elecciones. Art. 174. En el Capitulo, la Superiora que cesa en el cargo, continua gobernando hasta jas nnevas elecciones r e g u l a r mente cumplidas. Art. 175 Ante todo, en el Capítulo deben elegirse dos Escrutadoras y una Secretaria. Art. 176. LMS Esci-utadoras, después que todas las vocales hayan puesto su propia cédula en la urna, la abrirán públicamente y ante el Presidente contarán las cédulas, y si el n ú m e r o de estas" corresponde al número de las votantes, las irán desplegando una á una y las leerán en alta voz. Art 177. La Secretaria tomará nota "de cuanto se vaya haciendo en el Capítulo, y en un libro preparado al efecto, escribirá fielmente todos los actos del mismo, ya se refieran á la elección, ya á los asuntos tratados. — Õ8 Capítulo - HE J)e ¡a eleccìoq de la Superiora Çeqeral Art. 178. P;vr;i que lina Hernian.'i pueda ser elegida Superiora Generai, deberá teuer, al ineiioá, -iU años de edad y 5 de votos perpétuos. Art. 179. P a r a esta elección se requiere uiayoriii absoluta de votos, esto es, uii número mayor de la mitad de todos los votes reunidos. Art. 180. ai acaeciere, que en el primer escrutinio ninguna Ileruiana liubiese alcanzado mayoría absoluta, se hará un segundo escrutinio. 8i tampoco en este segundo escrntitiio obtiene ninguna de las H e r m a n a s dicha mayoría, se hará un tercero. Si también el tercer escrutinio resultase inútil, queda entonces la elección en manos de la Sagrada Congregación, á la cual deberá mandarse una relación fiel de los tres escrutinios inutilmente cumplidos. Ku este caso se suspende el Capitulo en espera de la decisión de la Sagrada Congr<^gación. Art. 181. La Superiora General puede ser reelegida por el Capitulo para un segundo sexenio iiimediato. iMas, para poder ser reelegida para un tercer sexenio inmediato se requieren las dos terceras - Γ)9 — partes de los votos y la confinnacion de la Sagrada Congregación. Art. 182. lUtitìcada IH elección de Ia Superiora General, el Presidente la promulga y declara legítima; despnés de lo cual las Capitnlai-es y todas las H e r m a n a s (h; la Casa. r^^ndininVi la nueva Superiora General el obsequio i|iie le es debido. Capítulo IV 17)e ¡as elecciones de fas Consejeras Çerieraies de la Secretaría Çerieral y de ¡a jÑdminisfradora Çenera! Art. 183. Al dia siguiente al de la elección de la Superiora General, tendrá lugar la de las cuatro Consejeras Generales, de la Secretaria General y de ia Administradora General, sucesivamente y en la misma forma, cou la sola diferencia que si no se obtuviese mayoría absoluta en el primer y s"gnndo escrutinio, en el tercero bastará mayoría relativa. L a s elegidas d u r a r á n en su cargo hasta el siguiente Capitulo General. Art. 184. Son elegibles para estos cargos las Hermanas que tengan, al menos, 35 años de edad y sean profesas de votos perpetuos. P a r a el oficio de Secretaria 60 — puede también ser elegida una Consejera llenera), cou tal que no sea la primera A r t . 185. La primera Consejera General, por orden de elección, es Ja Vicaria Ue la buperiora General, ó sea, la que hace sus veces, cuando ésta está ausente d»l a C a s a generalicia, cuando se halla impedida para ejercer su cargo, ó también, cuando por íallecimiento ú otra causa ' dejase el oficio vacante. A r t . 186. Toca al Presidente del Capitulo declarar legitimas y promulß-ar las elecciones de Jas Asistentes, de la Secretaria y de la Administradora General. Art. 187. Las asistentes y las oficíalas generales elegidas, como arriba se ha diciio, no pueden ser depuestas del c a r e o 8ino por causa g r a v e y solo por el Conselo General. En caso de deponer á alguna Asistente General, tal deposición deberá ser confirmada por S. S. Capítulo V 2)e /os asuntos que se tratan en el Capítulo Art. 188. Terminadas las elecciones se tratará en el Capitulo de los asuntos mas graves del Instituto, y especialmente de aquellos para los cuales se requiere el permiso o confirmación de la S. S. Las decisiones se tomarán por mayoria de votos. — 61 — Tales votaciones so harán con bolitas blancas y negras. Art. 189. La Superiora General, r e cientemente elegida, dirige Ια discusión de los asuntos; por consiguiente, si no está presente al Capítulo, debe esperársela á que llegue, para que cumpla su oficio. Art. 190. Si alguna de las Hermanas, elegida para Consejera ó Administradora Ò Secretaria general, no se hallase presente, se la debe llamar inmediatamente, para que asista al Capítulo; sin embargo, no se deberá r e t a r d a r la discusión de los asuntos por esperarla. El Capítulo puede dar disposiciones para todo el Instituto, las cuales quedan en vigor ("sino fueren confirmadas^ solamente hasta el Capítulo siguiente. Art. 191. Si el Capítulo creyese conveniente modificar las Constituciones aprobadas por la S. S. é interpretarlas a u ténticamente, no podrá hacerlo sin el beneplácito apostólico. Capitulo J) e ¡a Superiora Vi Genera! Art. 192. La Superiora General puesta al frente del gobierno de la Congregación, debe persuadirse de la alta importancia de su cargo y de ia estrechísima cuenta — G2 — q u e debe d a r á Dios, Si llegare un dia á relajarse el Ja,titutí. por «ucul[m: por c u ' yo motivo tratara frecuenteniH,, te e i n iJios en la oracion, de los múltiples negocio« art que debo ocupar,,., y esforzara por lieninríir'r' ^•••avedad, do humildad, de pobreza, de mortitìcación ν de toda virtud religiosa, à fin de q u o c o n su Riemp o, mas que con las palabras, enseñe a Ias demás, l o q u e deben ser. y sea un verdadero espejo en el que todas puedan c o r r e g i r s u s f a l t n s y a p r e n d e r á viv r e c iño perfectas Religiosas Franciscanas. Art. 193. Ejercerá con la ayuda de las Consejeras, y en conformidad con las m^ui p""'· sobre todas Us Casas. Superioras y súbditas del instituto, teniendo siempre à i a vista 1·^ nmyor gloria de Dios, la santiílcación d e iasHernjaiias y salvación de las almas Art. 194. Visitíirá cada tres años, ν aun con mas trecueneia. si fnp,,« necesario todas las casas del Instituto. Si no pudiere hacerlo p o r s i . Io hará por una delegada. A ella toca elegirla; nías, si se tiatase de elegir una visitadora penerai esto es. para todoel Instituto, y la'^mismà Superiora (.enera no creyese conveniente tomarla de entre las que formnn ol Conseen tal caso se reserva éste la elección. Ji" ninguu caso puede mandarse como — G3 visitadorii á ιιιι:ι ^'^A^-L'^IOS — do votos k m liiicer la v i s i t a , l l e v a r á siempre consiga mia compañera. Dígase io misirio (lo la H e r m a n a /l»^ h a c e las Vfices d e la S u p e r i o r a (.;.;ner:il. Art. 196. Respetará y hará que las Hernjiuias respeten y reciban con veneración Iñs disposiciones qne ol Ordinario, en la S. Visita, crea conveniente darles, en conformidad con la Constitución Apostólica « O W t e " del 8 de Diciembre de 1900. Art. 197. Al final de r a d a trienio mandará á la S. C una relación sobre el estado disciplinar, material, pí'rsonal y económico del Institnto, y cuidara, qne esta relncion vaya firmnda por el Ordinario de la C a s a g e n e r a l i c i a . Art. 198. Aunque carece de toda tacultad para añadir, quitar ó cambiar nada de las Constituciones, sin embnrgo, por justas razones y por un tiempo determinado, puede dispensar á las H e r m a n a s en particular de la observancia de algún punto de lr.s mism-isConstituciones. Art. 199. Siendo tan j>r:.ves ya de si los cuidados del car^o de Superiora General, no podrá ser ésta, á la vez, Superiora local. Art. 200. T e n d r á una Admonitora, - 64 — que ella misma elegfr.-í de enti-e las que componen el Consejo General. Uecibirácon agra,(ecimientolos avisos, que ésta Íe dé Hcerca ue los defectos, que hubiere notado en ella, como t-imbién las observaciones respetuosas, que tuviere bien nacerle respecto (le sus actos particulares de gobierno. " Art. 201. Si llegase el caso, que se creyese en el deber de dimitir de su cargo, expondrá sus razones á la S. C., á la cual pertenece admitir ó rehusar la a b dicación. A la inisma S. C. deberán rec u r r i r las H e r m a n a s del Consejo (fonerai en el caso, Dios no lo p e r m i t a , ' d e que la Superiora General viniese á hacerse y íuese por ellas juzgada, indigna ó incapaz de continuar en el cargo. Capítulo VII I)eì Consejo de ¡a S^^periora Genera! Art. 202. A u n q u e en las cosas de menor importancia, no esté obligada la Superiora General ã oír el parecer de las Consejeras y á seguirlo, sin embargo, en los negocios más graves, no solo debe oír su parecer, sino que debe también atenerse á su decisión. Debe, por tanto. Ja Superiora General reunirías en Consejo, ordinariamente una vez al mes, y e x t r a - — 6δ — ordinariamente cuantas veces lo reclamen los asuntos del Instituto. Art. 203. Los asuntos en los cuales tien«n las Consejeras Generales voto decisivo, son principalmente los siguientes: a) La creación de nuevas Casas con la licencia del Ordinario. &) La elección de las Superioras locales y de las Maestras cíe Novicias. c) La prorrogación en el cargo de la Superiora local/terminado el tiempo prescrito, si justas causas lo exigen y por breve tiempo. La deposición de a l g u n a de las oficialas generales y de las Superioras locales ó de la Maestra de Novicias, si por causa g r a v e se creyese necesario. dj La aprobación de las Postulantes para la toma de Hábito, de las Novicias para la profesión de votos temporales y de las Profesas de votos temporales pará la profesión de votos perpétuos. ej La expulsión de las Novicias y d e las Hermanas profesas yj La elección de la Visitadora General para todo el Instituto, si no fuere designada, por la Superiora General, una de ias Consejeras Generales. ff) La desisnación de otra Hermana en el lugar de una Consejera, de una oficiala generili difunta ó depuesta ó impedida para el ejercicio de su cargo. — 66 — h) I^íi ílesigiuición do I;i Casa para ce.ebriii-«t; el Capitulo Gi-neml. ' ^J Los contratos, (pie teni>an, que Imcerso por. cuenta lu^tituto ν U ap t b a c o n d,; lascnentas. debe pres. tur con. dira / r o d o s los negocios piii-a d i v a aprobac,on y licencia, s.a oocesario^vcuVrir <ï· I;1 h. t., p. o.: la suprosi.Hi de las Gasas existentes; Ια erección de nuevos n o t t Ciados y la traslación de los existen (es-la creación, si se juzgase neces.rin, de Provine,as V los estatutos para e ú o h i ; r ' l o d e l a . mismas; la expulsión de las profe•s fi de votos perpétuos; la trasl.cióu de U U s a G ^ u e r a h e i a ; la.Iienacióu .le bknes .umuebles y de muebles preciosos y 1's deudas hipotecarias; la deposiciói] de aignna de las Consejeras Generales· etc Art. 204 El voto d e i n Superiora Gevoto ^otos en |,.s n)iembros del Conseio; lo c ^^l landra suceder, cuando a|n,,na "de Ias oonsejera-« no estuviese presente. Esto s.nembarg-o, debe entenderse úuioamen: cü^nh, ·ί''ΐ Γ ' . PO'-qne en. cuanto a las rdecciories. estas deben siempre hacerse en pleno Consejo; de tal ma- - 67 — nei·!!, que si unii de Ias Consejeras no pnditre hallarse presence, deberá ser llaum· da en su lugar al Con.sejo la Superiora de !a Casa; ytíifaltase una (Jousí^jcra deberá elegirse una .sustituía de entre las Hermanas de votos perpetuos <le la misijia Casa. Art. 205. La Secretarla General debe estar presente á las sesiones del Consejo^ pero sin derecho al voto, si no es Consejera General. A ella toca redactai'_fi«hnente las actas en un libro destinado al efecto. Capítulo Q)e las Consejeras VIII Çeneraies Art. 206. Todas las Consejt^ras Generales deben residir al lado de la Superiora Genei-al en la Casa (xíueralicia. Solo eii caso dií necesidad, podrán, una ó dos de ellas, habitar en otra casn. con tal qneesté vecina, para que puedan, ciiando fuere necesario, ser invitadas y dirigirse facilnu-nte ai Consejo. Art. 207. A las Consf^jerns Generalesno so les pueden dar oti-os'oficios que lesimpidan cumplir su deber principal. Art. 208. Deber snyo es, a y u d a r y aconsejíir, cuantas veces se les pidiese, á la Superiora General; proponer cuanto- - ' s , tárf nhli^"®^ «ohrf y 68 v o — t o deci- Consrjei-as Generales esf S'TTt"· ó secreto ànnpllo ° Superiora ó ^quelles a quienes interesa, así lo exigen. Las que lo ν,ciasen, deberán ser rep?enculpa: según la Capítulo De ¡a Secretaria IX Çeqeral p.-m,so de la Superiora Genenal Lo c ^ m i • i S ailCo documento en el referido sele'nwV· cuantas veces nLi! ' y cartas ν pasar comunicaciones, en nombre d e l a A r t . 212. Tendrá tres libros; en el J de os cuales anotará Ol ingreso de las Postuantes. su ton)a de Hábito, la profesión de ías N o v , c a s y ia profesió , det r i t o s per- — 69 — pétuos; en el H, anotará el clin, mes y año ele la muerte de cada una de ias Hermanas, añadiendo (sì lo pide el caso) algún dato biográfico de la finada; en el III, an(itará las í u n d a c i o n e s y los hechos más notables que se reg stren en el Instituto. Art. 213. Conservara también el libro de las actas del Consejo General, que, como se ha dicho ya, debe ella redactar. Capitulo Χ 2)e ¡a JÍdmir¡istradora Genera! y de la adïïiinistraciôn de ¡os bienes temporales Art. 214. Los bienes inmuebles y Iosmuebles de todo el Instituto, en cuanto á tal, son administrados por la que ejerce el cargo de Administradora General, bajo la dependencia de la Superiora General y de su Consejo. La Administradora no puede ser á la vez Consejera General; sin embargo, s e r á l l a m a d à :·1 Consejo, cuando en él se trate de asuntos sobre los cuales se crea conveniente interpelarla. Art. 215. En la casa generalicia h a brá en lugar seguro una caja con tres llaves distintas, de las cuales tendrá u n a la Superiora Genera!, otra la primera Consejera y la tercera la Administradora General. 70 — Art. 216. lîii esta caia se 8ii;irJar-iri ios los de propiedad, ¿ítulos^e feSdo, acciones y valores de (odas closes ^omo tarn ,én el d i . e ™ que no ¿ a e d . a n o para los gastos ordinarios y c u o t t A n . 217 Cuando se tenga qne abrir Jas ties Hormanas que tienen las llaves v »0 pueden dispensarse de su preseuci·? entregándose una á otra su pro'^ ia nL,!;' fen caso de que alguna se hallase en Quei momento in,pedida y „o pudier eltai Art. ;ai8. s e. La Administradora Geiipral lo de la caja e ingresando en i A r t . 219. Al final de cada semestre la Administradora General, rendirá cuentas Clon, pieseiitando para ello los PwHoó'n" libros Po·· 1.·^ mi l i V A^lnÄoä'Ä-i-R'ei- tado general· de cuentas de la administración de los bienes comunes, durante el desempeño de su cargo. Estus cuentas o-enerales serán r^^visadas por el Consejo general y, despnéí^, presentadas al Capitulo. Este elegirá tres Capitulares, no Consejeras, las cuales deberán e x a m i n a r las y dar, deíípiiés, su informe al mismo Capitulo. Capitulo XI ¡a J/íaesfra de Jíovia'as Art. '2-2Ì. La Maestra de Novicias será elegida por el Consejo General de entre l a s R e l i g i o s H S del Instituto, que tengan al menos 35 años de edad y 10 de profesión. , Durará en el oficio tres años, y podra ser reelegida indefinidamente. Art. 2¿2 Deber suyo es, y cae bajo su responsabilidad, todo lo que se refiere á las "Novicias, y a sea en el orden espiritual, ya en el corporal, cuidundo de que á ninguna le falte lo necesario, de que se instruyan en los deberes religiosos y adquieran el espíritu del Instituto, enseñándolas más con el ejemplo que con lu palabra. Art. 223. Próximo á espirar el tiempo de la Postulación ó del Noviciado, in- — 72 — f o r m a r á fiel y concienzudamente al Consejo Genera sobre la conducta ν d i s p o s «ί'οη de las Postulantos ó de las Novich' o ^ ^  r ^ ' · ^ ^'Habito Art. 224. Cuando por razón de haber crecido mucho el número de las Novicias o por o ra causa, lo creyere la Superiora b e n e n u conveniente, le designará otra anos de edad V o de pro esion, para que le ayude, estando en todo á sus ordenes Art. 225 La Maestra de Novicias no puede tener otro cargo incompatible con eU oncio. Si fuese llamada _á Consejo, por cosas que atanen al Noviciado y á las Novicias emitira su parecer, pero no tiene voto en. las deliberaciones. Capitulo S'è /α Superiora XII ¡ocal Art. 226. Cada Casa será g o b e r n a d a por una Superiora ayudnda por la Madre Asistente y por dos Consejeras, de a c u e r do con las d i a Íes, distribuirá los caraos entre las Religiosas, teniendo p r e s e n t e e i bien de las mismas y la buena m a r c h a de Jas obnis del Instituto. A r t . 227. La Superiora local la elige el - 73 — Consejo General, de entre lia profesas de^ V· votos'perpetuos, por un trie lio. ^ puedef ser confirmada en el c a r g ) r ^ ü : puede¿ ^ sin embargo, ser reelegida pbr >uh tercer trienio inmediato en la mism'a Casa. Art. 228. Pertenece especial men t e - ^ á ^ la Superiora local, procurar, que se efeserven las Constituciones; que las Hermanas se enmienden de sus defectos y caminen por la via de la perfección; que se desarrollen y prosperen las obras del Instituto; que vaya siempre en aumento el bien espiritual y material de la Comunidad. En las determinaciones de importancia consultará con la Superiora General. Art. 229. En caso de ausencia q u e d a r a el gobierno ele la Casa al cuidado de la Madre asistente, teniendo obligación las Religiosas de obedecerla como á la Superiora efectiva. Art. 230. No entra en las atribuciones de la Superiora local el variar, de un modo estable, los Horarios y los R e g l a m e n tos relativos á ias obras del Instituto, aprobados ó dados por la Superiora General: si cree necesario hacer alguna mutación, se lo propondrá antes á la misma Superiora General. En casos particulares y por breve tiempo, puede dispensar á alguna H e r m a n a - 74 — de la observancia de algún punto de las Constituciones. Art. 231. No podrá viajar sin el debido permiso de la Superiora General, ni ejecutar construcciones, adquirir rentas y hacer contratos de importancia sin licencia del Consejo General. Capítulo XIII ])e la Jdadre JIsistenfe de la S^psriora y Consejeras local Art. P a r a que la Superiora local no se halle sola en las deliberaciones de importancia, habrá en toda Residencia u n a Madre Asistente y dos Consejeras nombradas por la Superiora Genoral. Art. 233. L a Madre Asistente será, como se ha indicado ya en otro lugar, la Vicaria de la Superiora local en sus a u sencias y enfermedades, y cnantas veces, por cualesquiera otras causas, estuviese impedida para ejercer su oficio. A r t . 234. Tanto la Madre Asistente como las Consejeras deben desempeñar Jas obligaciones, que la Superiora local les designare. Durarán tres años en el cargo y podrán ser reelegidas. Art. 235. A ellas corresponde, j u n t a mente con la Superiora, revisar y aprobar ios libros de administración de la Casa. — <0 — Art. 23t). Cada seis meses ó antes, si lo creen necesario, darán cuenta á la Superiora General, por carta cerrada, de la marcha de la Casa y de todo lo que j u z guen oportuno. Capítulo XIV J)e !os bienes particulares de cada y de ¡a Jidm iqisir ación local Casa Art. 237. Los bienes particulares ã e cada Casa están á cargo de la Administradora local, con dependencia de la Superiora local y de su Consejo. Dicha Administradora será nombrada por la Superiora local con su Consejo. Art. 238. En cada Casa habrá una caja con tres llaves distintas, que estarán en •poder de la Superiora, de la Vicaria y de la Administradora. En ella se g u a r d a r á n los títulos de propiedad y los valores, como se ha dicho de ia Casa Generalicia. Art. 239. Todos los meses, la Superiora con sus Consejeras examinarán, del modo dicho en el número 219, los libros âe administración y la caja para ver si concuerdan. . Art. 240. Al ñnal de cada semestre la Administradora hará un estado de cuentas ~ 76 — mandará á Ia Superiora General, después de haber sido examinaCo/sej^:'"^"^" Superiora locally su A r t . 241. f'^· Al final del segundo semescoiai a c o s S - Art. 242. Si en ¡a Casa hubiesen y se administrasen bienes dados.no paradlas H e r m a n a s ó para el Instituto, s L o para un fin determinado de culto ó beneficencia, iaadmmistracion de estos bienes deoe ser puesta en conocimiento del Ordinario y se le deberán rendir cuentas s u s ^ l í ^ l n i r ^^ P ' ^ ^ - y - ^ - e n e s t o ^ à Art. 243. La administradora loca! se e n c a r g a r a de todos los gastos que ocurran en ]a Casa expedirá Tas notas y recibos U T J r diligencia en p r o L v e í e bienestar material de la Casai Capítulo J)e la XV Portera n / p n - f ^ ^ ^ ' í · obligación de la H e r m a na Poi tera, a b r i r y cerrar la puerta de Ja n S 'i? quien llama. Po^ ^^ ventanillo, ' — 77 — Art. 245. Acompañará á la sala d e visitas á las personas que entren, pasando inmediatamente aviso á la Superiora. Art. 246. Sin permiso de la Superiora no llamará á ninguna H e r m a n a . Art. 247. Si por cualquier circunstancia tuviere que ausentarse de la porteria, dejará la llave á la H e r m a n a designada por la Superiora, á fin de que no tengan que esperarlas personas que llaman. ... Art. 248. No permitira que salga n i n guna H e r m a n a , sin que le conste el permiso de la Superiora. Art. 249. Será puntual en dar cuenta á la Superiora de los encargos y avisos recibidos. Art. 250. Por la noche c e r r a r á perfectamente las puertas exteriores, y entregará las llaves á la Superiora. Capìtxalo J)t ¡a XVI Sacristana Art. 251. Toca á la Sacristana la limpieza de la Iglesia y de la Capilla, y preparar cuanto se necesite para las s a g r a das funciones. Art. 252. (Juidará con esmero de tener bien conservados los ornamentos sagrados y los objetos destinados al culto. — 78 — A r t . 2S3. Si, con las debidas licencias tuvieren R e s e r v a d o en la I s l e s i a ü G á n ^ l a, procurará que ante el S a g .ario a X siempre d,a y „oche, al meno?, una lámsel'uerffs^·.,!®' " ' " ^ ila ehe p u e i t a s a l e x t e n o r , entreo'arí nm· noche las l l a v e s á l a Su¿e,-iora Τ h t v o l v e r a à tomar à la m a n a i Î I T y ^ g u i e u i ' ' " Capítulo la XVir enfermera A r t . 255. La enfermera asistirá á l a s H e r m a n a s enfermas en Èocïo cuanto necesiter^^y cuidará de t e n e M i m p . a 1 a S Arfc. 256. Asistirá á la visita de! médico; pondra en práctica Éodo cuan o 2 e disponga, y tendrá a s,.cuidado f e n lu p r reservado, Jas medicinas ' y ^ o d o Io concerniente à i a e n f e r m e r a / H a b i a r á con dulzura y servirá afectuosamente | 'a enferma se n^ravase procurara, según ordene Ja Superiora' disponerla para recibir los S S ^ ^ S a ^ _ 7S — mentos, y al efecto prepariirá todo lo necesario. Capítulo XVIII 2)e !a guardarropas Art 258. La H e r m a n a destinada p a r a este oficio, r e u n i r á toda la ropa d e l a s Hermanas, n u m e r á n d o l a , para que no se confundan las ropas de una con ^e ' a s otras; y dando siempre a cada una la que le corresponda, Art ^>59 P r o c u r a r á tener las ropas l i m p i a s f y , l a s q u e lo necesitaren, bien ^^AH Todos los Sabados dejará, en el í n g a r destinado á cada H e r m a n a , l a ropa limpia y al dia siguiente recogerá la sucia. Capítulo XIX Obligación de las eonsfifudoues Art 261. T o d a s las H e r m a n a s y l a s ííovicias tendrán un ejemplar completo de las Constituciones, y las leerán, p r i v a damente, con frecuencia. Art. 262. Se leerán también i n t e g r a s y públicamente, dos veces al año, en r e íectorio. . . Art. 263. L a s Constituciones por si — 80 mismas no oblio-nn h-^î^ Λ « j '«ί· Éiasgi-tísioii es con desi mmmM i i s S S g mana, esta expuesto á no pocos peligros Obispos V R e - n K i t t de — 81 — I. En los Institutos de votos simples e m prendan siempre las a l u m n a s la obra de recoger limosnas con aquel espíritu de fé, de que no las buscan para si, sino para Cristo Jesús, teniendo presente aquello v.Quamdiu fecistís uni ex his fratribus mets minimis, mihi Jeeistis.^ Presten, además, obsequio, reverencia y devoción á los O r dinarios por cuyo territorio pasen, como á sus padres y patronos, á los que se presentarán con confianza, en cualquier ne<3esidad, en demanda de consejo, protección y auxilio. II. No es licito á estas mismas H e r m a n a s de votos simples recoger limosnas, ya sea dentro, ya fuera de la Diócesis de su R e sidencia, sin la licencia del Ordinario del lugar de su respectiva Residencia III. Las que hayan de recoger limosnas f u e ra de la Diócesis de su respectiva Residencia deben, además, obtener licencia del Ordinario del lugar en donde desean implorarla. IV. Esto, sin embargo, no obsta, para que las Superioras, sin necesidad de permiso — 82 — í í  C í s ^ S r f " V. El Ordinario del Ino-.u· pn rínn.i residencia eh !·,<= ú ° i ^^ la n e c e ^ Kr f i-emediar nier tP PM I ' '^^"^.S'endo l i m o s n a s s o l a - VJ. Entfógneseles esta doble licencia ΟΓ.Η-.^ — 83 de la Residencia de las Hermanas las r e comendará en su licencia á los Párrocosy otras personas prudentes de si) Diócesis^ así como también proveerá de letras comendaticias para los Ordinarios de otras Diócesis, á las Hermanas que recojan limosnas íuera de la Diócesis. En las letras comisorias mándese á los Párrocos y á personas de probidad cjne, con sus consejos y del mejor modo que puedan, presten üpoyo á las'Hermanas; que vigilen sobre su modo de obrar, y si notaren en_ ellas algo menos recto, lo comunicarán inmediatamente al mismo Ordinario. En las comendaticias snpliquese á los Ordinarios, que cada uno en su Diócesis las proteja y ayude, como si fuesen subditas propias, VIL ISo permitirán los Ordinarios recoger limosnas, á las Hermanas, que vayun de otra Diócesis, sin que presenten antes la licencia del propio Ordinario. A las que )roseuten dicha licencia, les concederá, si e place, la snya pani qne puedan implor a r l a s también en su propia Diócesis. Cuando, sin embar^^o, las referidas H e r manas, aunque provistas de ambas licencias, en la cuestación de limosnas, d e j a ren algo que desear, les mandará el Ordi-nario, que regresen inmediatamente á su Ä r c Ä - 84 - s r v i r Vili. β Ι Ρ <3e un m e s d e n t r o cle i η i n á s d e d o s f u e r n e i á m? ! ^ ^ H S J ' e prop,α y eviten toda espor.1! u k s S fom^h,·idld S S fnlátf limosna, ^ n n c a vayan SOIAQ — 85 — Í»oder hallar hospedaje en algún piadosonstituto de mujeres, ó'en casa de alguna m u j e r de confianza; mas nunca en casas donde puedan correr algún peligro. No omitan las preces matuiinas y vespertinas: todos ios dias, por la mañana, diríjanse á alguna de las Iglesias vecinas y asistan al í al Santo Sacrificio de la Misa; frecuenten todas las semanas, para tomar nuevas fuerzas, los Sacramentos de la P e n i tencia y Eucaristía. No recojan limosnas antes de la salida ni después de la puesta de! sol. Pasado el tiempo señalado para recoger limosnas,, emprendan, sin demora y por el camino más recto, su regreso á la propia Superiora. Nunca pidan la limosna con arrogancia y como si Ies fuere debida, sino, expuesta brevemente y con h u m i l d a d su inaigencia y la de las obras piadosas, reciban si algo expontaneamente Íes ofrecen y si nó, confien pacientemente en la Divina Providencia. Observen también todas las otras normas oportunas, que podrá darles además la propia Superiora, Dado en Roma por la Secretaria de la misma Sagrada Congregación de Obispos y R e g u l a r e s , el dia 27 de Marzo 1896.— J . Card. Verga. Pref.—A. Can Boccafogli. Sub. Secr. - 8G •DECRETO oe Obispos y ï^egu/ares sas iiua anas not'h^ violentando su senÍ do ν n t n g u e ias ¡ n W a ^ l ^ ^ , !f m u c h a s Veces omp .m c^ zan el íin que c o ^ P l . f acontece - men y in-ofesión/pues e S t o l l i · •''íf·'s e p e r m i t i d o a l ¿ u , . A S VPPÌ •tUaciones la m í n i f e t a d r t n c i a , á fin dp n „ » Ja p e r f e S n h ,n " habienío- "! cone ende _ 87 — reservada únicamente al Sacramento d e í a Penitencia. Asimismo, á tenor de lo que •disponen ios Sagrados Cánones, está prescripto en aquellas Constituciones, que eu las referidas Comunidades oigan las confesiones sacramentales los respectivos Confesores ordinarios y extraordinarios; mas, ha llegado ia arbitrariedad d é l o s Superiores, hasta negar á sus subditos el Confesor extraordinario, aún en caso que tenían de él verdadera necesidad para la paz y traiiquilidad de su alma. Y por fin, señalóse á los Superiores hi regla y norma de discreción y prudencia á que debian ajustarse, para dirigir provechosamente y -con acierto á sus súbditos en lo referente á las mortificaciones y penitencias y dem á s obras de piedad; pero aún de esto han abusado, haciéndolo extensivo hasta permitir según su arbitrio, á los súbditos acercarse, á la Sagrada Comunión, ó prohibírselo, á veces, en absoluto; de aquí ha seguido, que aquellas disposiciones, que sabia y prudentemente se habían dictado para el provecho espiritual de los súbditos y p a r a conservar y fomentar la paz y concordia en las Comunidades, no pocas veces se han convertido en un peligro par a las almas, siendo causa de ansiedades de conciencia, y aún de que se turbase, en ocasiones, la paz exterior, como lo — 88 p r u e b a n con toda e v i d o n e i - i Ino r e c u r s o s y q u e r e l J a r M p t ^^'®'^"®"^®^ súbditos Sede PMn.. VIT? ' Ρ®,' ^^ Providencia I. pecialkirm V o ' J iiaman es- - 89 — tos, Congregaciones y Socicdade?, que las citadas disposiciones se borren por completo y en absoluto desaparezcan de sus propias Constituciones, Directorios y Ma.· nuales. Y asimismo deroga y anula cualesquiera usos y costumbres referentes á esta materia, aunque sean inmemoriales. II. Prohibe además terminantemente á los referidos Superiores y Superioras, de cualquier grado y dignidad que sean, que directa ni indirectamente, por medio del precepto, del consejo, del temor de las amenazas ó de los halagos intenten inducir á sus subditos á hacerles semejantes manifestaciones de su conciencia; y manda, en cambio, á los súbditos, que eleven denuncia á los Superiores mayores contra los Superiores menores, que se atrevan á inducirles á hacer aquella manifestación; y si se tratare del Superior ó Superiora General, deberán aquellos hacer la denuncia á esta Sagrada Congregación. III Esto no obstante, no impide que los súbditos, libre y espontáneamente, puedan abrir su corazón á los Superiores, con el fin de recabar de estos consejo y dirección - 90 — q ü i S ' t ^ a ^ - « S P - a miento en UperfeociôÎK^''y ad- IV. teso,-es OiTlTna Z ι Con- ^^f C o n i u n i S e tallio de Trento en Ì f s « reguU ν orrtenà Je conlaspiilabVasÄ l'es, que „o nieo-norf .f ConfeLr veces sesíenKn ri« Ái 9' C»"° 1 0 - ö e r ««'»¡«nza y,^npenocuantas sig.u> Sacerdotes ¿ ó n e o ^ Ι ν ϊ ^ ί Γ ' Τ · ^ opoi-tiinas f a c i i l h d e » · ' P ' ^ ^ ' ^ t o s d e 4 uel las r e ^ r i ' ^ ' r , ^ ^ ^ ^ l a s c g a n en c o n f e s i ó V Ρ''"' las V. Por l o q u e se refiere, empero, al permi- - S I - SO ó prohibición de recibir la Sagrada Eucaristia, declara Su Santidad, que es de la exclusiva competencia del Confesor ordinario ó extraordinario, sin que los Superiores tengan autoridad a l g u n a para inmiscuirse en lo m á s mínimo en esta materia, exceptuándose solamente el caso en que alguno de sus subditos hubiese causado escándalo con posterioridad á su última Confesión sacramental ó hubiese incurrido en culpa g r a v e externa, en cuyo caso podrán prohibirle quo reciba la Sagrada Comunión, hasta que de nuevo se haya acercado al T r i b u n a l de la Penitencia. VI. A todos se amonesta para que cuiden con gran diligencia de prepararse para la Sagrada Comunión y de acercarse á Ella los dias señalados en sus propias reglas; y podrá el Confesor permitir que alguno se acerque con mayor frecuencia á la Sagrada ¡Viesa, siempre que juzgare^ que conviene para su espiritual aprovechamiento y fervor. Mas, si alguno obtuviese del Confesor semejante perniiso, aunque sea para la Comunión cotidiana, deberá ponerlo en conocimiento del Superior. y si este creyese que existen justas y graves cansas, que se opongan á la indi- - - ° ^ aquiep e tándose y c o X n i i ó n / J •^""f'^soi·; soluto al J 4 i 7 d e l s t e ® VII. á todoT'r°e"à?H Santidad, Institutos, d o n n e i Voo ^ ^'^'τ^Ιββ d é l o s Vili. e n t O d a s Jas Onnc/; unu vez ca la tiempo, y e r c S ·" ^^"S'ua vuls-ar ^^ determinado In l o ^ f e lectura dei Püblico Refectori " a o n C - l f u l ' «amente reunido aí ¡ L t o ^^P^'e''' y ordenó Su Santidad, 93 — en nada obstante cualesquiera disposiciones en contrario, aún aquellas que sean dignas de expresa y especial mención. Dado en Roma, por la Secretaria de la nombrada Sagrada Cono;regación de Obispos y Regulares, en 17 de Diciembre de 1890.—I. Cardenal Verga, Profecto.— F r . Luis Obispo Callinicen, Secretario. • • • '•.tt B S C R B T © Nuestro S:intísímo P a d r e , por la Divina Providencia Papa, Pio X, atendidas his letras comendaticias de los Prelados de los lugares en donde se halla establecido el Instituto de las H e r m a n a s T e r c i a rias Franciscanas de la P u r í s i m a Concepción de la B. V. 'S!., c u y a casa principal existe en la Diócesis de Cartagena, en a u diencia con el infrascripto Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares, el dia 10 del corriente mes, se dignó aprobar y confirmar, como de hecho aprueba y confirma en el presente Decreto, las Constituciones del mencionado Instituto, tal como están contenidas en este ejemplar c u y o autógrafo se g u a r d a en el Archivo de la precitada Sagrada Congregación, salva la jurisdicción de los Ordinarios, según la forma prescri- — 96 ta po - los SS Cánones y Constituciones Apostolicas.--I)ado en Roma, por la Sec r e í a n a f e la misma Sagrada Congregacion de Obispos y Itegulares. el di:? 14 de Septiembre de I 9 0 3 . - D . Cardenal F e r r a ta, Freíecto.—O. Giorgi, Audi": à{ay un seüo que dice: S(^grctda Congregacìòq de Obispos y ilegu¡ares. i. I. g. i n d i c e Censui-u y A p r o b a c i ó n PRIMERA De la naücraleza del de ingresar ^ PARTE Instituto y del modo y vivir en él. CAP l . - î s W r e y fin del Instituto. 1 , - Del "Nombre distintas clases de dichas Hermanas · · . . . · CAP 111.—Del Santo H a b i t o . . · · c l l ' I V ^ D e la admisión eii el Instituto y d e las P o s t u l a n t e s . CAP V . — D e l í í o v i c i a d o . · . · · · · · CAP! V l . - D e los votos y de la pvofe- / 10 13 C A p í ' v i i - D e l voto y v'ivtud de la U CA^P^^VIIL-Üel voto y virtud de la 18 castidad CAP. I X . - D e l obediencia i ' a1 IM voto y v i r t u d de l.i '20 - 98 — '>2 fle U ecfci intención . . X I - 0 ^ · l-..-.iCÍÒn vocal'. nÍón ' T ^ : '•·: ! ·* ' 2fí yy y CaÍ'· Ι ν ί ^ ' ^ Γ ι ' " ? ? 'y '."O'-'ific-tciones: 31 Ρ;Λ 1 ^ iHimiklad V del Cupi nlo de culpas. ^ ;ίΓ) CAP \ \ L L I . _ I , , | T,,,TO AIÚT,,« rJenn.-itias . D.'LA^ 37 CAP XIX.__Oe lãs enfermáis y de "los nos Τ ejercicios cuotidia- Cu> x l í r ^ n O iVkí. I ? ? 39 42 4fî religiosn: H-^nnanas dedi- 49 t-'ia.is a los H o s p i t a l e s SKGUNDA Gobierno PARTE del íiccrefcaria del C a p i t u l o . Instituto . . . . 57 ^ 99 — Pass. l l l . — ü e la elección do Superiora General . . . , . · · · 58 ^^p las eliiCcioncR do las Conseieras Generales, de Ia Secretaria General y de la A d m i n i s t r a d o ra General 59 V.—De los asuntos q u e se tratan en el Capitulo ' ,· fi? Q^p VI. —De la Superiora (cenerai. bl CAP. VII-—Del Consejo de la Superiora General CAP. V l l l . - D e las Consejeras Generales CAP IX.—De la Secretaria General. (58 CAI». X . — D e la A d m i n i s t r a d o r a G e n e r a l y d e la a d m i n i s t r a c i ó n d e los bienes temporales CAI·. X Ï . — D e la Maestra d e ì i o v i c i a s . ^^^ 71 CAP, XII.—De la Superiora locai. . 72 CAP. ΧΠΙ.—De la Madre Asistente y Consejeras de la Superiora locai. 74 C.vp. XÍV.—De los bienes p a r t i c u l a r e s de cada Casa y de la A d m i n i s t r a ció» local CAP. X V . - D e la P o r t e r a 76 CAP. XVI.—De Ia Sacristana · • · ' ' CAP XVII.—De la F n f e r m e r a . . . 78 CAP. XVIII.—De la Guiirdarropas. . 79 — tuciones. Decreto . . 100 — iìe ias C o n s t i - na Decreto «Quemüdinoduni'. de la S-i" ^ r a d a C o n g r e g a c i ó n de O b i s p o s ν l í e g n lares . . . D e c r e t o d e a p r o b a c i ó n definitiVa.' Xfí 95 "Κ m f.·">•'->. ",·> '·- < -- . ΐ·* ·· ΐ > «,'·.·,•« ι " · ' ( m·-'·'-f f · · ." ν ν · •ν ·· . • • .''i·-'· " '''-'J" , ··. · ' · · ,'· "· . . " ' •. "Γ j . -· V .·.· W ·• . ·. v' ' ./' i · ' - • ··· S'·. ν-Γ'· •' ν'' · i-vfy ·'-• ·· .. J ·,.· .•··<. , • V i •. ' s' ^iJA »ife C O N S T I T U C I O N E S DE LAS de ¡a INMACULADA COHCEPCÎOH PE TT IS c χ ^ Ό'ρ. de JJndrés - Saez xao·^