Cuarta parte: Reseñas bibliográficas Pampedia, No. 1, julio-diciembre 2004 Kant y la constitución del sujeto educativo Antonio Pino Méndez Emmanuel Kant es conocido en el ámbito intelectual por su enorme obra filosófica que legó a la posteridad y que sentó las bases de la epistemología moderna, así como por la teoría del desarrollo moral del niño y del adolescente. Esta última está ligada indefectiblemente a la educación tanto doméstica como escolar. Precisamente, por la vía de sus reflexiones en torno a la moral del sujeto desde sus primeros años de vida en el seno familiar, es que Kant delineó los perfiles de una teoría de la Educación a la que identificó también con el nombre de Pedagogía. Pero sus aseveraciones y juicios no sólo tuvieron como referente el ámbito doméstico, sino también el de la educación pública, de tal suerte que la Pedagogía tendrá dos componentes: a) la educación física, y b) la educación práctica. Ambas dimensiones atraviesan tanto la educación doméstica como la educación pública. Es posible que Kant, nacido en Konisberg, Alemania, en 1724, no se haya propuesto fundar una teoría de la educación, pues estaba más ocupado en la empresa filosófica; sin embargo, el hecho de combinar sus tareas de reflexión de esta naturaleza con labores de docencia en universidades alemanas, le obligaba a pensar en una serie de consideraciones pedagógicas. No obstante, en éstas está ausente el sujeto universitario. Y aunque Kant jamás trabajó como profesor en los primeros niveles del sistema escolar, resulta por demás claro que su referente concreto es el niño desde que nace hasta que se torna adolescente, como queda de manifiesto en su libro Pedagogía, el cual, según se sabe, no fue escrito por Kant directamente, sino por uno de sus más aventajados alumnos de la universidad (F. Teodoro Rink), quien se dio a la tarea de tomar apuntes de un curso de pedagogía en Konisberg y posteriormente presentó a su maestro un cuaderno con un discurso muy sistematizado, al grado que el autor de la Crítica de la razón pura y otros notables libros lo estimó confiable y altamente representativo de lo expresado en el curso de pedagogía. Gracias al cuidado y esmero de Rink, Pedagogía vio la luz por primera vez en 1803 y Kant aceptó que apareciera bajo su firma porque reconoció en él la identidad de su pensamiento pedagógico expresado en un curso universitario. De modo tal que en 2003 se cumplieron 200 años de su primera edición en alemán. Precisamente en 2003, la editorial madrileña Akal lanzó al mercado esta obra con el mismo título original (la estructura y contenido del libro no variaron en comparación con la edición que hizo Hispánicas, de Madrid, en 1983), quizá tácitamente como un recordatorio de que se trataba de los 200 años de la obra de un pensador célebre en el campo de la filosofía, pero que aun cuando no se dedicó a trabajar sobre la pedagogía expresamente, cualquier texto que sobre este género de temas escribiese iba a llevar de algún modo la impronta del filósofo Kant… Un año después de la publicación alemana, muere Emmanuel Kant en la ciudad donde nació. Por ello, durante el transcurso de este 2004 ha habido diversos eventos académicos para analizar su obra desde el punto de vista del siglo XXI, con motivo . Incluso, en un país como Irán, tan singular por sus características geográficas y culturales, está por efectuarse un congreso internacional que congregará a estudiosos de todo el mundo en torno a la obra de Kant. Pedagogía está estructurado en 9 capítulos: “Cronología”, “Prólogo”, “Introducción”, “Tratado”, “De la educación física”, “De la educación práctica” y tres apéndices. La Cuarta parte: Reseñas bibliográficas Pampedia, No. 1, julio-diciembre 2004 cronología y el prólogo estuvieron a cargo del investigador español Mariano Fernández Enguita, un conocedor acucioso de la obra de algunos de los clásicos modernos de la pedagogía, como por ejemplo, John Locke, Herbart y Spencer. Dicho prólogo constituye una excelente presentación de Pedagogía; en poco más de 20 páginas, Fernández Enguita toca algunos de los rasgos de la obra filosófica del pensador de Konisberg y trata de mostrar también algunas de las categorías del pensamiento pedagógico de Kant, como por ejemplo las de moral, libertad, disciplina, educación, que indudablemente tienen un sustrato filosófico. La teoría de la educación de Kant, expresada en su Pedagogía, empieza con un axioma: “El hombre es la única criatura que ha de ser educada” (p. 29). Y esto sólo se logra mediante la disciplina; y he aquí un segundo axioma: “La disciplina convierte la animalidad en Humanidad” (p. 29). Y más adelante, dice: “La disciplina impide que el hombre, llevado por sus impulsos animales, se aparte de su destino, de la humanidad. Tiene que sujetarle para que no se encamine, salvaje y aturdido, a los peligros” (p. 30). Para rubricar estos conceptos, Kant desgrana la siguiente afirmación categórica: “Únicamente por la educación, el hombre puede llegar a ser hombre” (p. 31). Estos son los puntos de partida para fundar su teoría de la educación. De hecho, es en la introducción del libro donde Kant traza los perfiles de dicha teoría (vid. 29-3), para lo cual construye un corpus categorial que contiene los siguientes constructos: disciplina, instrucción, animalidad, humanidad, barbarie, educación, hombre educado, cultura, naturaleza humana, teoría de la educación, moralización, prudencia, civilidad, adiestramiento, aprender a pensar, principios, acción, formación, educación pública, educación privada, ciudadanía. A lo largo de estas 14 páginas va definiendo y entrelazando dichos constructos que permiten dar cuenta del ser y deber ser de la formación y desarrollo de la persona, al propio tiempo que sienta las bases de su sistema pedagógico en tanto sistema teórico. Y todo ello muy a pesar de la declaratoria kantiana siguiente: “El proyecto de una teoría de la educación es un noble ideal, y en nada perjudica, aun cuando no estemos en disposición de realizarlo. Tampoco hay que tener la idea por quimérica y desacreditarla como un hermoso sueño, aunque se encuentren obstáculos en su realización” (pp. 32-33). No es ésta una expresión de modestia, sino que tratándose de un pensador de la talla de Kant, resulta indiscutible que él estaba muy conciente de la necesidad de dedicarle más tiempo y, sobre todo, rigor a esta empresa de edificar una teoría de la educación. En el segmento de su obra titulado “Tratado”, cuya extensión sorprende porque sólo son dos páginas y el título estaría convocando a algo más, asistimos a la redacción de un texto de riqueza extraordinaria por lo sugerente que es. Cada una de las 35 líneas de que consta es portadora de una enorme carga significativa. Este breve texto tiene dos funciones en el libro: como concreción de las ideas formuladas en la introducción, a la vez que como conector con los dos tramos finales de su Pedagogía, referidos a la Educación Física (pp. 44-77) y a la Educación Práctica (pp. 79-93). En cada uno de estos tramos, Kant desarrolla con amplitud suficiente sus concepciones relativas a los cuidados del hombre desde que éste nace hasta que es capaz de bastarse a sí mismo (reminiscencia de Rousseau). Y así despliega lo referido a la Educación Física, en tanto que el de la Educación Práctica lo remite a tres dimensiones: la formación y desarrollo de habilidades, la formación en virtudes como la prudencia, y la formación moral. Cuarta parte: Reseñas bibliográficas Culmina el libro con tres apéndices en los cuales aparecen algunos conceptos ya vertidos en las páginas anteriores del libro. Pedagogía, conjunto de notas tomadas por Rink en un curso de pedagogía en la universidad, dictado por Emmanuel Kant y avalado por éste en su forma y contenido para su publicación, es una lectura obligada para todo interesado en los asuntos de la educación, así como también para quienes estén empeñados en investigar los procesos de configuración de la pedagogía como corpus científico, pensado desde las ciencias sociales (Immanuel Wallerstein). Libro reseñado: Kant, Emmanuel (2003). Pedagogía. Editorial Akal, Madrid. Pampedia, No. 1, julio-diciembre 2004