SALOMÉ “La segunda ganadora española de Eurovisión” El 29 de

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SALOMÉ
“La segunda ganadora española de Eurovisión”
El 29 de marzo de 1969 se celebró por primera, y de momento única vez, el Festival de
Eurovisión en España, en la que iba a ser la edición más alocada de la historia. La
polémica empezó incluso antes de la celebración del evento, ya que Austria desistió de
acudir a Madrid se dice que como protesta ante el régimen franquista, aunque esta razón
no se confirmó nunca de manera oficial. También estuvo en el aire la participación de los
Países Bajos, país que finalmente sí participó.
El régimen franquista, eufórico por el triunfo del año anterior en Londres con el “La la
la”, hecho que fue elevado al nivel de gesta heroica, decidió tirar la casa por la ventana y
organizar un Festival de Eurovisión de campanillas, que diera al mundo la imagen de una
España moderna, innovadora y europea. En gran parte se consiguieron esos objetivos ya
que el Festival de 1969 fue pionero en alguno de los ritos eurovisivos que hoy nos
parecen normales. Por primera vez se realizó un cartel promocional del evento y aquel
cartel era en efecto cualquier cosa menos algo convencional. Así pues, la primera imagen
que los telespectadores vieron de aquel Festival tan loco fue el cartel surrealista de Dalí,
como una premonición del surrealismo que se viviría al final de la noche.
Para representar a España, TVE eligió aquel año una de las máximas estrellas del
momento y una de las mejores voces españolas de la época: Salomé.
Salomé, cuyo verdadero nombre es Rosa Maria Marco Poquet, nació en Barcelona de
padres valencianos el 21 de junio de 1943. Empezó a cantar al principio de la década de
los sesenta, y es en el género del bolero donde se curtió y donde encontramos lo mejor de
ella. Popularizó varios de los éxitos de Armando Manzanero, y es en 1963 cuando logró
su primer gran éxito tras ganar, a dúo con Raimon, la quinta edición del Festival de la
Canción Mediterránea celebrado en Barcelona y patrocinado por RadioNacional y TVE,
con la canción “Se’n va anar”, canción en catalán que habla de alguien que se fue a tierras
lejanas un día claro, tema que pareció no molestar a la dictadura ya que incluso Fraga, a la
sazón ministro de Información y Turismo, comenta que “No pasa nada porque haya una
canción en catalán”. Pero ganó esa canción ante miles de telespectadores de toda España,
y la cuestión es que a partir de este momento la Cançó, considerada hasta el momento
como un fenómeno minoritario e inofensivo, comenzará a recibir asiduamente las
atenciones de la censura de las instituciones franquistas. En esta fotografía de aquella
noche de 1963, se puede ver, además de a Salomé y Raimon, a Encarnita Polo, los
eurovisivos TNT y Tito Mora. Adivinad quién es quién…
Elegida internamente la intérprete, TVE organizó una extraña preselección que se celebró
entre los días 20 y 22 de febrero de 1969 en el Teatro Balear de Palma de Mallorca y fue
presentada por Marisa Medina y Joaquín Prat. Fueron elegidas 10 canciones que fueron
interpretadas todas por Salomé, y cada una de ellas por otro artista diferente. “Vivo
cantando”, que se escuchó en las voces de Salomé y Ana Kiro, ganó de manera
abrumadora, obteniendo 47 puntos frente a los 8 puntos de sus inmediatas seguidoras,
“Amigos, amigos” y “Palabras”. El tiempo demostró que no se eligió nada mal.
“Vivo cantando”, que cuenta la alegría de vivir tras el reencuentro del amor, es una
canción que parece expresamente fabricada para ganar un Festival. Además del tema
optimista (una canción ganadora siempre tiene que ser positiva), la estructura de la
canción es extremadamente efectiva en un Festival. Tras unos primeros compases
introducidos por la orquesta muy briosos, de repente todo se para y nos sorprende con la
primera parte de una canción muy lenta, imaginándose uno que se trata de una balada
adormecedora hasta llegar al primer cambio de ritmo que introduce la estrofa, más rápido
y que se va acelerando más y más a cada repetición, llegando a la parte final de la canción
insistiendo en el mismo estribillo a un ritmo arrebatado al borde del paroxismo. Era sin
duda una de las canciones más del momento en aquel Festival y, a pesar del texto y el
ritmo tan repetitivo, es una canción magistral dentro del géneroque llamaremos
“festivalero”. En un Festival realizado en plena época “ye-ye” era muy difícil que quedara
mal esta canción.
La música del “Vivo cantando” es de María José Ceratto, compositora sudamericana de la
que tenemos pocas noticias y siempre unidas al nombre de su marido, el letrista riojano
Aniano Alcalde, autor de la letra y que compuso varias canciones paraartistas como José
Domingo Castaño, Rocío Jurado o Los Gritos y a punto estuvo de volver a Eurovisión en
1978, año en que quedó segundo en la selección española con la canción “Mi pueblo”,
compuesta junto al también eurovisivo Braulio e interpretada por José Domingo Castaño.
Y al fin llegó la gran noche, tras una semana en que las autoridades españolas agasajaron
hasta lo indecible en su afán de quedar bien a las delegaciones asistentes al certamen. El
29 de marzo de 1969, al día siguiente de la muerte de Eisenhower, el Teatro Real de
Madrid se vistió de gala para acoger la XIV edición del Festival de Eurovisión.
La retransmisión empezó con la imagen del cartel de Dalí mientras el órgano del Teatro
interpretaba el Te Deum de Charpentier. El órgano resultó ser el único elemento clásico de
un escenario muy sobrio y funcional, realizado por Bernardo Ballester, en el centro del
cual se instaló una escultura de metal rodeada de parterres de flores dispuestos de forma
simétrica. Una decoración minimalista y elegante, de la que queda a día de hoy la
escultura instalada en la entrada principal de la sede de Televisión Española en Prado del
Rey.
Tras la presentación multilingüe de una estupenda Laura Valenzuela que se desenvolvió
con mucha soltura, empezaron a sonar las canciones que fueron presentadas por Laura
Valenzuela en off y en español.
Tras Yugoslavia y Luxemburgo, en tercera posición tocó la hora de España, momento en
el que vería la luz uno de los iconos de la historia de Eurovisión: el famoso traje de
porcelana de Pertegaz. El vestido más famoso de la historia eurovisiva española (el
Pertegaz de Salomé y el Courrèges de Massiel deben ser los únicos vestidos históricos
que cualquier español recuerda y se atrevería a describir) consistía en un “pijama”
bordado con miles de “paillettes” alargadas de porcelana formando flecos, cerrado de
cuello y con las mangas hasta las muñecas, en color azul turquesa y ceñido con un
cinturón de raso del mismo color. El efecto que los millares de flecos producían al
moverse a causa del frenético baile de Salomé era tan espectacular que la leyenda
eurovisiva afirma que posteriormente al Festival, y entre los debates llevados a cabo tras
el controvertido empate, alguna delegación, las malas lenguas dicen que la francesa,
protestó porque las normas prohibían en aquellos tiempos cualquier tipo de puesta en
escena y se consideró que el fabuloso modelo de Pertegaz y el baile de la cantante se
convirtieron de hecho en una puesta en escena en sí misma. No tenemos constancia de
que nadie protestara sobre los pasos de baile de los finlandeses.
Tan famoso fue este traje, que en la exposición homenaje a Pertegaz que se celebró en
2004 en el Centro de Arte Reina Sofía, uno de los modelos expuestos, perteneciente a la
colección particular del modisto, fue uno de los modelos que Salomé lució en la semana
eurovisiva, similar en su concepción pero desmangado, y con las lentejuelas también en
forma de flecos en plata y oro.
La actuación de Salomé aquella noche es en mi opinión una de las mejores prestaciones
que se han visto en Eurovisión por parte de España, si no la mejor de todas. Sus
encantadores movimientos acoplados perfectamente en cada momento al ritmo de la
canción, el juego que supo darle al vestuario, la potencia de su voz, la alegría, la garra y la
fuerza que confirió a la canción junto a los simples pero tan efectivos acompañamientos
vocales de Los Valldemosa y los espléndidos arreglos realizados a la canción por Augusto
Algueró, con aquellas trompetas con sordina tan magistralmente colocadas yese énfasis
en la percusión remarcando todas las transiciones, fueron todos los factores que se aliaron
perfectamente para que tras finalizar los escasos 2 minutos de canción, “Vivo cantando”
oliera a ganadora.
Las votaciones resultaron ser las más polémicas de la historia. Sin incidentes que
remarcar al principio, España y Mónaco tuvieron que repetir sus votaciones por
malentendidos diversos, se llegó a la última votación, Finlandia, con España, Francia y
Países Bajos empatados a 18 puntos, y el Reino Unido con 17. En un ambiente de enorme
tensión, el portavoz finlandés fue desgranando sus votos dando un punto a Lulú y ninguno
a los que estaban en cabeza, por lo que teníamos servido “el triunfo a cuatro patas” del
que habló Álvaro de la Iglesia. Una aterrorizada Laura Valenzuela preguntó hasta tres
veces a Monsieur Brown quién había ganado, mientras el relator de la UER repetía
invariablemente que había 4 ganadores puesto que no había normativaninguna que
deshiciera los empates. Finalmente se entregaron las 4 medallas que había (reservadas
para el/los cantantes, autor/es y compositor/es) a las cuatro cantantes ganadoras y sepasó
a ver la repetición de las cuatro ganadoras (España con Salomé y "Vivo cantando", Países
Bajos con Lenny Kuhr y "De troubadour", Reino Unido con Lulu y "Boom bang a bang"
y Francia con Frida Boccara y "Un jour, un enfant") en un clima de desconcierto general
por semejante falta de imprevisión.
España recibió puntos de:
Yugoslavia, 1 punto
Luxemburgo, 2 puntos
Mónaco, 3 puntos
Irlanda, 1 punto
Bélgica, 3 puntos
Noruega, 1 punto
Alemania, 3 puntos
Francia, 2 puntos
Portugal, 2 puntos
Italia, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Suiza y Finlandia no votaron a España.
España fue el único de los cuatro ganadores que no votó a ninguno de los otros países con
los que compartió el triunfo y fue el primer país en ganar el Festival de Eurovisión por
dos veces consecutivas.
El triunfo de España fue noticia de primera magnitud en aquellos días y “Vivo cantando”
se convirtió en uno de los grandes éxitos del año.
Salomé grabó la canción también en catalán (“Canto i vull viure”), en euskera (“Kantari
bici naiz”), en inglés (“The feeling of love”) y en francés (“Alors je chante”). En Francia
fue un gran éxito la versión de “Alors je chante” interpretada por Rika Zaraï. Birthe Kjaer
grabó la versión danesa con el nombre de “Danse og synge”, Edina Pop la versión
alemana con el nombre de “Zwischen Wolga und Don” y la versión neerlandesa se llamó
“Liefde is leven”.
Salomé se casó poco después del Festival con el representante artístico valenciano
Sebastián García Vernetta, y tras su matrimonio y posterior embarazo de su único hijo, se
retiró del mundo del espectáculo, con apariciones esporádicas y alguna que otra grabación
sobre todo antológica y de sardanas.
Hoy en día Salomé vive en Valencia desde su matrimonio y aunque hasta hace poco
tiempo en Valencia podíamos verla presentando un magacín matinal diario en Canal 9TVV, “En companyia de Salomé”, y de vez en cuando, sobre todo en temporada
eurovisiva, se la puede ver en algún que otro sitio, para muchos de nosotros Salomé será
siempre recordada como aquella cantante de cardado imposible y vestido de porcelana
que con su actuación memorable nos dio el último triunfo de España en el Festival de
Eurovisión.
(Pau Pascual)
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