Una renta para la dignidad

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TRIBUNA
Por Pilar Lucio*
Una renta para la dignidad
C
ontinuamos el curso
político en un año
ciertamente extraño,
en el que las vacaciones han sido una pequeña tregua para seguir trabajando en espacios distintos al habitual. El Gobierno pretende seguir dirigiendo
las prioridades políticas más allá de
los comicios electorales, pasando
por alto la posibilidad, cada vez
más certera, de que los ciudadanos
decidan echarles del Gobierno.
Mientras el PP ha estado en este
juego antidemocrático, el Partido
Socialista ha estado haciendo propuestas de futuro para un país tocado y hundido por la acción política de su Ejecutivo.
Una de esas propuestas lanzadas
por Pedro Sánchez es el Ingreso Mínimo Vital. Una medida tan necesaria como urgente en un país cuyo Gobierno ha olvidado a quienes peor lo están pasando, especialmente a los 2,3 millones de niños que están siendo víctimas de
la pobreza.
El sistema de bienestar español ha
sufrido enormemente el acoso de la
crisis económica y de unas políticas
que han sacado al ciudadano del
centro de la acción política y han
convertido el objetivo instrumental
de reducción del déficit público en
el único objetivo, aunque desgraciadamente también incumplido.
La política española tiene que dar
respuesta inmediata a los nuevos
riesgos sociales. Algunos de ellos estaban identificados antes de la crisis económica, como el incremento de la inmigración o los nuevos
modelos de familia. Otros son consecuencia directa de la crisis económica y de los efectos que ésta ha
tenido sobre el empleo, sobre la provisión de servicios públicos de cui-
F. MORENO
dados y, sobre todo, sobre la renta
de las familias más vulnerables.
Son muchos los científicos sociales e investigadores que han concluido que el modelo de bienestar
en España está obsoleto y que siempre fue cicatero en relación con los
países de nuestro entorno. Sirva de
referencia como el denominado
“gasto social” supuso en 2007, uno
de los años mejores para la economía española, un 21,6%, 5,7 puntos menos que en Suecia y 6,8 puntos menos que en Francia. Pero no
es sólo un problema de gasto insuficiente, sino también de orientación
del mismo. El gasto en infancia de
nuestro modelo de bienestar siempre ha sido insuficiente. Apoyado en
la familia como proveedora básica
de los cuidados y protección a la infancia, el Estado ha priorizado políticas enfocadas a otros colectivos.
Se ha olvidado con demasiada frecuencia que la inversión –como nos
gusta denominarlo– en infancia es
la mejor política para hacer crecer
una sociedad igualitaria y para luchar contra la pobreza.
Ésta es la esencia de la propuesta
El Ingreso
Mínimo Vital
que propone
Pedro Sánchez
es una medida
tan necesaria
como urgente
en un país
cuyo Gobierno
ha olvidado a
quienes peor
lo están
pasando,
especialmente
a los 2,3
millones de
niños que
están siendo
víctimas de la
pobreza
de Pedro Sánchez de establecer un Ingreso Mínimo Vital como una renta no contributiva
de la Seguridad Social. Una
medida propuesta por el Partido Socialista para abordar ese
déficit que, tanto el modelo de
bienestar como la situación de
crisis, ha dejado en un amplio
número familias españolas. Es
una medida de inversión social,
una medida preventiva de las
desigualdades, una medida
orientada a la infancia y adolescencia; en definitiva, será
una medida para la España de
las oportunidades. No podemos permitir que haya niños y
jóvenes que vean frustradas las expectativas de futuro por culpa de la
pobreza, por la falta de empleo de
sus padres o porque tengan salarios
míseros que no les permitan vivir
dignamente.
El Estado debe demostrar que está a la altura de una situación social
que ha sido resuelta desde hace años
en los países de nuestro entorno. La
mayoría de ellos tienen una ayuda
por hijo a cargo universal y generosa, complementada con una amplia
red pública de atención a la infancia que rompe el trágico destino de
reproducir esquemas de pobreza
fundamentados en las desventajas
de origen. Siguiendo los fundamentos de las socialdemocracias más
avanzadas, los socialistas hemos propuesto este ingreso mínimo, porque
estamos convencidos de que todos
los niños y niñas deben tener los
mismos derechos independientemente de su origen y condición y
que el Estado debe hacer todo lo posible para la consecución de este objetivo prioritario. l
* Secretaria de Cambio Climático y
Sostenibilidad de la Ejecutiva Federal del PSOE
nº 1121. 7–13 de septiembre de 2015
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