dictamen - Consejo Consultivo de Castilla

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DICTAMEN 145
DICTAMEN Nº. 145/2008, de 15 de julio.*
Expediente relativo a reclamación de responsabilidad patrimonial de la Administración Sanitaria a instancia de Dª. Z (en nombre y representación de D. X), como consecuencia de la asistencia dispensada en la Clínica K, centro concertado del Servicio de
Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM).
ANTECEDENTES
El día 4 de mayo de 2007, tiene entrada en el Registro de la Oficina Provincial de Prestaciones de Ciudad Real, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, escrito
de reclamación de Dª. Z, en nombre y representación de D. X.
En él se expone que D. X fue dado de baja laboral el 8 de febrero de 2006, por su médico del Centro de Salud W al valorar que sufría “artritis de repetición en rodilla derecha,
con derrame articular”. Por ello deriva al paciente, mediante un parte de interconsulta, al
Servicio de Reumatología y al de Traumatología.
Antes de ser atendido por dichos Servicios, la Procuradora relata que el paciente acudió al Hospital H, al persistir el dolor, donde le extrajeron líquido intraarticular de la rodilla
derecha donde destacaba una gran presencia de ácido úrico. El día 7 de marzo de 2006 es
incluido en el Registro de Demanda Quirúrgica por hidroartrosis de repetición en rodilla
derecha para la realización de una artroscopia de diagnóstico. Es atendido el día 22 de marzo de 2006, por el Servicio de Reumatología, que concluye que el paciente padece
“monoartritis de rodilla derecha. Hiperuricemia. Gota”.
Continúa el relato señalando que a través de J, el día 31 de marzo se le realiza una resonancia magnética de la rodilla derecha, constando en el informe que “el menisco interno
presenta una pequeña rotura de trazo oblícuo en la unión del cuerpo y cuerno posterior que
no modifica la morfología habitual de dicho menisco”.
A la vista de la resonancia magnética es remitido por el traumatólogo al Hospital G,
para la realización de una artroscopia, pero al pasar el tiempo y no ser citado, hace uso de la
Ley de Garantías a los efectos de tiempos máximos de espera en pruebas diagnósticas y se le
deriva a la Clínica K. Señala en el escrito que “el 16 de mayo es reconocido por el traumatólogo el cual le informa que tiene problemas de rótula, pero en ningún momento se plantea
una intervención quirúrgica. Ingresa el día 19 de mayo, sin ser informado, entra en quirófano para una intervención de artroscopia en rodilla derecha, indicando en el informe de
alta quirúrgica: “Intervención propuesta: Artroscopia menisco interno rodilla derecha y en
el procedimiento quirúrgico: rotura de cuerno y cuerpo menisco interno, osteocondritis
cóndilo femoral interno. Abundantes cristales de ácido úrico”.
En el informe de alta, de 2 de junio de 2006, se anota de forma manuscrita: “movilidad
completa -Dolor en cóndilo femoral interno. No apoyar en 15 días- Continuar closane.
Realizar analítica- Iniciar tratamiento rehabilitador”. Tras el alta hospitalaria, comprueba
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Ponente: Inmaculada González de Lara y Ponte
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que la zona operada está amoratada, por lo que en contacto con la clínica, se le recomienda
por la persona encargada de la centralita (según su relato) que se afloje el vendaje. Ante la
persistencia del dolor, el día 20 de junio de 2006, acude nuevamente al Hospital G, donde
tras realizarle una resonancia magnética, se le informa, según su relato que “le han quitado
3/5 partes del cartílago, que le ha llegado al fémur y que le va a quedar una artrosis crónica”.
El día 30 de agosto, acude al Servicio de Traumatología del Complejo Hospitalario H,
por derrame articular y limitación de la flexión a 30º. Se le realiza artrocentesis evacuadora
y se recomienda revisión posterior. Esta se le realiza el 16 de febrero de 2007, por el Servicio de Reumatología, que concluye señalando en su juicio diagnóstico que padece una artropatía gotosa y solicita valoración por el Servicio de traumatología, que el 26 de febrero de
2007 informa que se ha solicitado una telemetría ante la posibilidad de realizar una osteotomía valguizante, como tratamiento de su condropatía interna de rodilla derecha por síndrome postmeniscectomía. Concluye señalando que no hay signos de inestabilidad pero si presenta dolor a la palpación y limitación para deambular, a causa del dolor, por lo que precisa
muletas.
Señala, a la vista de lo relatado, que “existe un nexo causal entre la artroscopia efectuada, la atención prestada en las reiteradas intervenciones y en los consiguientes postoperatorios, con las secuelas que en la actualidad padece”. Pone de relieve las discrepancias y las contradicciones que existen entre los informes médicos de los diferentes centros
que atendieron al reclamante, y así señala que en la resonancia magnética que se le realizó el
día 31 de marzo de 2006, se le diagnosticó “pequeña rotura degenerativa de la unión del
cuerpo y cuerno posterior del menisco interno”, cuando en la artroscopia del 19 de mayo de
2006 se hablaba de rotura de cuerno y cuerpo de menisco interno. A mayor abundamiento
señala que un mes más tarde se le efectúa una nueva Resonancia magnética, el día 20 de
junio de 2006, con la que se diagnostica gonartrosis en compartimento interno con rotura
degenerativa del menisco, condromalacia rotuliana y cambios post-quirúrgicos. A la vista de
esta prueba, el informe de Traumatología señala la imposibilidad de realizar osteotomía
valguizante como consecuencia de la meniscectomia realizada y es, en este punto, en el que
el letrado muestra su asombro y el convencimiento de que se ha manejado incorrectamente
la información relativa al paciente, pues en ningún caso se le ha extirpado el menisco y éste
se encuentra roto, con la única posibilidad terapéutica de infiltraciones de plasma rico en
factores de crecimiento autólogo.
A juicio del letrado “la relación de causalidad entre la negligencia reseñada, la falta
de coordinación entre los diferentes especialistas, la no aplicación de los medios en el postoperatorio de la intervención quirúrgica que se le practicó al paciente, así como las posteriores complicaciones sufridas [...]” han dado origen a las distintas secuelas que sufre concretadas en limitaciones para la bipedestación y deambulación, secuelas de lesiones meniscales, gonalgia, artrosis post-traumática, necesidad de muletas para caminar y un implante
de prótesis de rodilla, que de solución a sus dolencias. Todas estas secuelas se cuantifican en
120.000 euros.
Acompaña su reclamación de poder general para pleitos otorgado a favor del letrado y procuradora actuante, copia de los informes médicos y de asistencia dispensada y de
un informe médico-legal, emitido a su requerimiento.
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En dicho informe médico, tras realizar un relato de los antecedentes clínicos y la asistencia dispensada, expone el estado actual del reclamante, señalando que tiene grandes dificultades para caminar y que lo hace con muletas. La rodilla permanece tumefacta y con
coloración vinosa, teniendo limitada la flexo-extensión en los últimos grados. Asimismo
pone de manifiesto, que la Resonancia Magnética (RNM) que el reclamante le presenta y
con la que se han efectuado los exámenes posteriores por los especialistas pertenece a otro
paciente y que no ha tenido acceso a la de D. X, por lo que indicó la necesidad de nueva
radiografía, en la que observó “una artrosis postraumática importante que, con el paso del
tiempo, hará preciso la implantación de una prótesis”.
Para concluir formula sus consideraciones médico-legales, en las que expone, en primer lugar, la sorpresa ante el informe médico emitido por la Clínica K, con ocasión de la
artroscopia practicada el 19 de mayo de 2006, en el que se refiere el diagnóstico tras la intervención, pero nada acerca de si “se extirpó el menisco roto o se regularizó el cartílago
dañado, o solo fue para obtener el diagnóstico”. Igual sorpresa se manifiesta ante el Informe de Traumatología de 26 de febrero de 2007 que habla de síndrome post-meniscectomía,
cuando no se ha hecho constar que se le extirpara el menisco, sino que por el contrario, tras
la artroscopia, hay un informe de la resonancia magnética realizada el 20 de junio de 2006
en el que se habla de rotura degenerativa del menisco interno.
En segundo lugar, el facultativo señala que ante la situación en la que se encuentra el
reclamante, en la que se ha desechado la opción de una osteotomía valguizante y se propone
la infiltración de plasma, no cabe sino señalar la falta de coordinación entre los distintos
especialistas, “cuyo resultado ha sido un GRAVE DAÑO, en la persona de D. X. Siendo por
tanto, esta falta de coordinación la CAUSA y el EFECTO del perjuicio sobrevenido”.
Tramitado el oportuno expediente, el Secretario General del SESCAM formula Propuesta de Resolución, por la que desestima la reclamación presentada, por falta de nexo
causal y/o antijuridicidad del daño.
La propuesta de resolución señala que frente a la alegación de conexión entre la artroscopia efectuada y las secuelas que en la actualidad padece, no presenta ningún tipo de prueba que acredite dicha relación causal. Por el contrario, del examen de la asistencia dispensada se deduce que el tratamiento fue correcto, no observando descoordinación entre los diferentes profesionales implicados.
EXTRACTO DE LA DOCTRINA
Entrando en el análisis de los elementos configuradores del instituto de la responsabilidad patrimonial y comenzando por la existencia del daño, hay que partir de las secuelas
que sufre el reclamante y que quedan reflejadas en su escrito. En el se refiere que sufre:
- limitaciones para la bipedestación y deambulación,
- secuelas de lesiones meniscales,
- gonalgia,
- artrosis post-traumática,
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- necesidad de muletas para caminar y un implante de prótesis de rodilla, que de solución a sus dolencias, ya que actualmente refiere gran dolor y rodilla tumefacta y de
color vinoso, teniendo limitada la flexo-extensión en los últimos grados.
Frente a los daños alegados, el informe emitido por la traumatóloga de fecha 17 de
noviembre de 2006, completado posteriormente en la adenda de 26 de febrero de 2007,
recoge: “JUICIO DIAGNÓSTICO: Meniscopatía interna rodilla derecha. Condromalacia
rotuliana. Cambios degenerativos en cóndilo femoral interno. Derrames articulares de
repetición en posible relación con la condropatía” a lo que posteriormente añade “se solicitó telemetría de MMII ante la posibilidad de realizar osteotomía valguizante, como tratamiento a su condropatía de compartimento interno de rodilla derecha, por síndrome postmeniscectomía”.
Por tanto hay que afirmar, a la vista de los juicios clínicos emitidos que el paciente sufre actualmente una condropatía (estado patológico del cartílago rotuliano), cuyos síntomas
más frecuentes son el dolor en la cara interior de la rodilla, sensación de rigidez y dificultad para extender la rodilla y esta patología reconocida por la facultativa a cargo de su
evolución, coincide con las secuelas que el reclamante refleja en su escrito.
Establecida la existencia del daño con carácter efectivo e individualizado, procede el
análisis de la relación de causalidad, toda vez que el reclamante anuda el estado actual de
su rodilla a la artroscopia realizada en la clínica K y el informe médico de parte que aporta
al expediente, sostiene que aunque no se observa infracción de la lex artis, los daños que
sufre son consecuencia de la falta de coordinación entre los especialistas que han intervenido. Dicha opinión, desprovista de prueba alguna, resulta desvirtuada por lo actuado en el
expediente, pues si bien se observa la intervención de numerosos centros hospitalarios, con
diferentes servicios implicados, no aparece en ningún caso descoordinación. Como se deduce de los informes incluidos en su historia clínica, unos facultativos son conscientes de
las actividades de los otros y de las pruebas realizadas por los demás, siendo la conclusión
general de las diferentes historias clínicas analizadas que el reclamante sufre meniscopatía
interna, condromalacia rotuliana, cambios degenerativos en condilo femoral interno, derrames de repetición y gota, cuestión que es apreciada en conjunto por todos los especialistas intervinientes.
Descartada, por tanto, la desinformación o descoordinación de los servicios como
causa que hubiera propiciado una actuación incorrecta y derivado en la situación que presenta el reclamante, procede el examen de la relación de causalidad entre la artroscopia
realizada en la clínica K y la rodilla pluripatológica del reclamante. Al efecto no cabe anudar la relación causal necesaria entre la meniscectomía parcial practicada y las secuelas
que ahora sufre el reclamante, toda vez que el daño alegado coincide básicamente con la
situación previa a la artroscopia, estando acreditado que antes de la intervención el reclamante ya presentaba derrames intraarticulares, condromalacia, cambios degenerativos en
condilo de fémur y con posterioridad se apreció, que el menisco restante, es decir el que no
fue extirpado en la intervención de la Clínica K, aparece roto por causas degenerativas,
etiología que es ajena por completo a la cirugía, por lo que es de concluir que lo único que
no consiguió la artroscopia fue mejorar la sintomatología del paciente y tampoco impidió el
curso de la enfermedad, pero en absoluto ha quedado acreditado que la misma tuviera una
incidencia significativa en el empeoramiento de la rodilla, que, descartada otra interven-
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ción, solo parece mejorar con las infiltraciones que se le han realizado en los meses precedentes a la interposición de la reclamación.
Negada la relación de causalidad, también es de concluir que desde el punto de vista
de la lex artis, no existe ningún elemento probatorio, ni por indicios, que indique que en la
artroscopia realizada en la Clínica K se vulnerara las normas médicas propias de las obligaciones de mayor esfuerzo, que se consideran imprescindibles en este tipo de intervenciones diagnósticas y de tratamiento. Tal y como señala el instructor en su informe: “Previamente a la intervención hicieron estudio preoperatorio, profilaxis antibiótica y firmó consentimiento informado donde explicaba el procedimiento a realizar así como sus posibles
riesgos y complicaciones. Durante y en el postoperatorio inmediato no se produjeron incidencias, derivando al paciente al domicilio con profilaxis antibiótica y antitrombótica. No
encontrando indicios de la existencia de una mala praxis médica”.
Pero además a este correcto proceder médico, en lo que se refiere a la asistencia terapéutica, hay que añadir la obligación que pesa sobre el personal acerca de informar y de
recabar el consentimiento posterior del enfermo, una vez asumidas las consecuencias probables e improbables de la intervención a la que se va a someter. En el documento de consentimiento que figura en el expediente, se observa que dentro de la categoría “complicaciones graves y poco frecuentes” figuran: “Necrosis ósea, infección articular, hemartros
(hemorragia intraarticular)”, es decir, que se cumplió con amplitud el deber de informar
sobre los riesgos típicos de la intervención, siendo evidente que alguno de ellos como el
“hemartros” se ha materializado, si bien es imposible anudar una relación causal con la
intervención, habida cuenta que dichos derrames se producían igual y repetidamente antes
de la misma. Por tanto y en virtud de cuanto antecede cabe afirmar que los daños que sufre
el reclamante, que no fueron aliviados con la extirpación parcial del menisco, no tienen
relación de causa-efecto con la intervención, sino que los mismos son consecuencia de su
propia articulación mal alineada y su patología degenerativa, lo que impone que la reclamación sea desestimada.
DICTAMEN
Que no existiendo relación de causalidad entre el servicio público dispensado por el
Servicio de Salud de Castilla-La Mancha y los perjuicios sufridos por D. X, procede dictar
resolución desestimatoria de la reclamación de responsabilidad patrimonial examinada.
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