Diálogo entre un Sacerdote y un Moribundo

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Presentación y traducción realizada por ALBERTO PINZON LEON
DIALOGUE ENTRE UN PRETRE ET UN MORIBOND
Diálogo entre un Sacerdote y un Moribundo
1782
Este texto fue escrito por Donatien Alphonse François, Marqués de Sade en 1782. El
manuscrito inédito se presenta como un cuadernillo con falsa tapa, de 23 hojas no recortadas
de papel vergé azulado, escrito de ambos lados con la escritura tan personal del Marqués de
Sade. Se componía originalmente de 24 hojas, o sea de 6 hojas formato tellière, dobladas en
cuatro y cosidas en un solo cuaderno de 48 páginas, midiendo 173 por 227 milímetros. Pero la
primera hoja falta, por haber quedado suelta al desgarrarse la última; así lo atestiguan los
dientes de papel y la disposición comparativa de las filigranas, datos más recientes hablan del
desaparecimiento de las dos primeras hojas. Comienza este cuaderno, entonces en su tercera
página con el Sujet de Zelonide, comedie en cinq actes et en vers libres, el cual termina en la
página 9. En la siguiente, a dos columnas, está escrita una Suite du tableau des empereurs
grecs, y en la subsiguiente se encuentran pensamientos y notas históricas, los que terminan en
la parte superior de la página 12. En la mitad de ésta comienza el Diálogo, que se continúa
hasta el final de la página 24. La Nota final del texto ocupa las cinco primeras líneas de la
página siguiente. Notas históricas, citas, críticas literarias y pensamientos filosóficos, van desde
esta página hasta la 47. La última lleva el título de Page de Brouillon y tiene la misma
disposición de la décima página, es decir, está escrita a dos columnas. Al final de la página 47
se lee al margen: terminado el 12 de julio de 1782. Esto nos indica que la redacción del
manuscrito se hizo cuando Sade tenía 42 años cumplidos -había nacido el 2 de junio de 1740llevaba 5 años detenido en Vincennes desde el 13 de febrero de 1777, con un intervalo de 39
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días en que se fugó cuando era conducido a Aix, y fue llevado de regreso a Vincennes donde
permaneció hasta el 29 de febrero de 1784 en que se le trasladó a la Bastilla. En el estado en
que se halla actualmente el manuscrito, apareció en diversas oportunidades en las ventas
públicas de París desde el 31 de enero de 1850, donde fue adjudicado luego del deceso de M.
Villeuve, hombre de letras, por la irrisoria suma de 3,25 francos. Algunos datos tomados de
HEINE, Maurice. Prólogo en SADE, Marqués de. Diálogo entre un sacerdote y un moribundo. –
1782-. Precedido de un prólogo de Maurice Heine. –1926-. Buenos aires, Insurrexit, 1967, pp.
23. Este Diálogo fue publicado por primera vez, en 1926, por Maurice Heine, Paris, Stendhal et
compagni, en 500 ejemplares numerados. Versión francesa: Dialogue entre prêtre et un
Moribond et autres opuscules. Préface de Maurice Heine. Paris, J-J. Pauvert, 1961, pp. 27.
Dialogue entre un Prêtre et un
Moribond
(1782)
Diálogo entre un Sacerdote y un
Moribundo
(1782)
Le prêtre: Arrivé à cet instant fatal, où le voile de
l'illusion ne se déchire que pour laisser à l'homme
séduit le tableau cruel de ses erreurs et de ses vices,
ne vous repentez-vous point, mon enfant, des
désordres multipliés où vous ont emporté la faiblesse
et la fragilité humaine?
Sacerdote: Habiendo llegado a este instante fatal,
donde el velo de la ilusión no se descorre sino para dejar
ver al hombre seducido por la imagen de sus errores y
de sus vicios, ¿no te arrepientas, hijo mío, de los
desórdenes múltiples a los que os ha empujado la
debilidad y la fragilidad humana?
Le moribond: Oui, mon ami, je me repens.
Le prêtre: Eh bien, profitez de ces remords heureux
pour obtenir du ciel, dans le court intervalle qui vous
reste, l'absolution générale de vos fautes, et songez
que ce n'est que par la médiation du très saint
sacrement de la pénitence qu'il vous sera possible de
l'obtenir de l'éternel.
Le moribond: Je ne t'entends pas plus que tu ne
m'as compris.
Moribundo: Si, amigo mío, me arrepiento.
Le prêtre: Ah bien, aprovecha estos bienaventurados
remordimientos para obtener del cielo, en este corto
intervalo que os queda, la absolución general de
vuestras faltas, y piensa que sólo la mediación del santo
sacramento de la penitencia os hará posible obtenerla
del eterno.
Le moribond: No nos comprendemos.
Le prêtre: ¿Cómo...
Le prêtre: Eh quoi!
Le moribond: Te he dicho que me arrepentía.
Le moribond: Je t'ai dit que je me repentais.
Le prêtre: Lo he escuchado.
Le prêtre: Je l'ai entendu.
Le moribond: Si, pero sin comprenderlo.
Le moribond: Oui, mais sans le comprendre.
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Le prêtre: Quelle interprétation?...
Le moribond: La voici... Créé par la nature avec
des goûts très vifs, avec des passions très fortes;
uniquement placé dans ce monde pour m'y livrer et
pour les satisfaire, et ces effets de ma création n'étant
que des nécessités relatives aux premières vues de la
nature ou, si tu l'aimes mieux, que des dérivaisons
essentielles à ses projets sur moi, tous en raison des
ses lois, je ne me repens que de n'avoir pas assez
reconnu sa toute-puissance, et mes uniques remords
ne portent que sur le médiocre usage que j'ai fait des
facultés (criminelles selon toi, toutes simples selon
moi) qu'elle m'avait données pour la servir; je lui ai
quelquefois résisté, je m'en repens. Aveuglé par
l'absurdité de tes systèmes, j'ai combattu par eux toute
la violence des désirs, que j'avais reçus par une
inspiration bien plus divine, et je m'en repens, je n'ai
moissonné que des fleurs quand je pouvais faire une
ample récolte de fruits... Voilà les justes motifs de mes
regrets, estime-moi assez pour ne m'en pas supposer
d'autres.
Le prêtre: Où vous entraînent vos erreurs, où vous
conduisent vos sophismes! Vous prêtez à la chose
créée toute la puissance du créateur, et ces
malheureux penchants vous ont égaré - vous ne voyez
pas qu'ils ne sont que des effets de cette nature
corrompue, à laquelle vous attribuez la toutepuissance.
Le moribond: Ami - il me paraît que ta dialectique
est aussi fausse que ton esprit. Je voudrais que tu
raisonnasses plus juste, ou que tu ne me laissasses
mourir en paix. Qu'entends-tu par créateur, et
qu'entends-tu par nature corrompue?
Le prêtre: Le créateur est le maître de l'univers,
c'est lui qui a tout fait, tout créé, et qui conserve tout
par un simple effet de sa toute-puissance.
Le moribond: Voilà un grand homme assurément.
Eh bien, dis-moi pourquoi cet homme-là qui est si
puissant a pourtant fait selon toi une nature si
corrompue.
Le prêtre: Quel mérite eussent eu les hommes, si
Dieu ne leur eût pas laissé leur libre arbitre, et quel
mérite eussent-ils à en jouir s'il n'y eût sur la terre la
possibilité de faire le bien et celle d'éviter le mal?
Le moribond: Ainsi ton dieu a voulu faire tout de
travers pour tenter, ou pour éprouver sa créature; il ne
la connaissait donc pas, il ne se doutait donc pas du
Le prêtre: ¿Qué quieres decir entonces?
Le moribond: Aquí está... Creado por la naturaleza
con gustos muy vivos, con pasiones muy fuertes,
únicamente colocado en este mundo para dejarme llevar
por ellas y para satisfacerlas, y estos efectos en mi
creación no son más que las necesidades relativas a
simple vista de la naturaleza, o, si tu quieres mejor, solo
las derivaciones esenciales a sus proyectos sobre mí,
están sujetas a sus leyes, me arrepiento de no haber
reconocido
su
omnipotencia,
y
mis
únicos
remordimientos llevan al mediocre uso que he hecho de
las facultades (criminales según tú, completamente
simples, según yo) que ella me había dado para servirla;
la he resistido algunas veces, me arrepiento de ello.
Cegado por tus sistemas absurdos, combatí con ellos
toda la violencia de los deseos, que había recibido por
una inspiración más aún divina, y me arrepiento de ello;
recogí flores cuando pude recoger frutos... Aquí están
los justos motivos de mis pesares, estímame un poco
para no suponerme otros.
Le prêtre: ¡Adónde te llevan vuestros errores! ¡Adónde
te conducen tus sofismas! Le das a la cosa creada todo
el poder del creador; y esas desdichadas tendencias que
os te han extraviado, −no ves que son efectos de esa
naturaleza corrompida, a la cual atribuyes la
omnipotencia.
Le moribond: Amigo, me parece que tu dialéctica es
tan falsa como tu espíritu. Quisiera que razonaras con
justeza, o que me dejaras morir en paz, ¿Qué entiendes
por creador, y qué entiendes por naturaleza corrompida?
Le prêtre: El creador es el amo del universo, es él
quien lo ha hecho todo, todo lo creado, y quien conserva
todo por un simple efecto de su omnipotencia.
Le moribond: Es un gran hombre, seguramente.
Pues bien, dime por qué este hombre que es tan
poderoso ha hecho sin embargo, según tú, una
naturaleza corrompida.
Le prêtre: ¿Cuál mérito hubiesen tenido los hombres,
si Dios no les hubiera dado su libre albedrío? ¿Y que
mérito hubiesen tenido en gozarlo si no hubiera tenido
sobre la tierra la posibilidad de hacer el bien y la de
evitar el mal?
Le moribond: Así, tu Dios ha querido hacer nada a
derechas, únicamente para tentar, o para probar a su
criatura. ¿No la conocía, pues, no sospechaba pues del
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résultat?
resultado?
Le prêtre: Il la connaissait sans doute, mais encore
un coup il voulait lui laisser le mérite du choix.
Le prêtre: La conocía sin duda, pero una vez más
quería dejarle el mérito de elección.
Le moribond: A quoi bon, dès qu'il savait le parti
qu'elle prendrait et qu'il ne tenait qu'à lui, puisque tu le
dis tout-puissant, qu'il ne tenait qu'à lui, dis-je, de lui
faire prendre le bon.
Le moribond: ¿Para qué, desde que sabía el partido
que tomaría, y que dependía de él, puesto que tú le
dices omnipotente, que sólo dependía de él, repito,
hacerla tomar el bien?
Le prêtre: Qui peut comprendre les vues immenses
et infinies de Dieu sur l'homme et qui peut comprendre
tout ce que nous voyons?
Le prêtre: ¿Quién puede comprender los infinitos
caminos de Dios sobre el hombre y quien puede
comprender todo lo que vemos?
Le moribond: Celui qui simplifie les choses, mon
ami, celui surtout qui ne multiplie pas les causes, pour
mieux embrouiller les effets. Qu'as-tu besoin d'une
seconde difficulté, quand tu ne peux pas expliquer la
première, et dès qu'il est possible que la nature toute
seule ait fait ce que tu attribues à ton dieu, pourquoi
veux-tu lui aller chercher un maître? La cause de ce
que tu ne comprends pas, est peut-être la chose du
monde la plus simple. Perfectionne ta physique et tu
comprendras mieux la nature, épure ta raison, bannis
tes préjugés et tu n'auras plus besoin de ton dieu.
Le moribond: Aquel que simplifica las cosas, mi
amigo, aquel que sobre todo no multiplica las causas
para mejor enredar los efectos. ¿Tienes necesidad de
una segunda dificultad, cuando no puedes explicar la
primera? Y ya que es posible que la naturaleza por sí
sola haya hecho lo que atribuyes a tu Dios, ¿por qué
quieres buscarle un amo? La causa de lo que no
comprendes es quizás la cosa más simple del mundo.
Perfecciona tu física y tú comprenderás mejor la
naturaleza; depura tu razón, rechaza tus prejuicios, y no
tendrás más necesidad de tu Dios.
Le prêtre: Malheureux! je ne te croyais que socinien
- j'avais des armes pour te combattre, mais je vois bien
que tu est athée, et dès que ton coeur se refuse à
l'immensité des preuves authentiques que nous
recevons chaque jour de l'existence du créateur - je
n'ai plus rien à te dire. On ne rend point la lumière à un
aveugle.
Le prêtre: Desgraciado, te creía sociniano* tenía
armas para combatirte, pero veo que eres ateo, y ya que
tu corazón se rehúsa a la inmensidad de las pruebas
auténticas que recibimos cada día de la existencia del
creador, no tengo nada más que decirte. No se le
devuelve la luz a un ciego.
Le moribond: Mon ami, conviens d'un fait, c'est que
celui des deux qui l'est le plus, doit assurément être
plutôt celui qui se met un bandeau que celui qui se
l'arrache. Tu édifies, tu inventes, tu multiplies, moi je
détruis, je simplifie. Tu ajoutes erreurs sur erreurs, moi
je les combats toutes. Lequel de nous deux est
aveugle?
Le prêtre: Vous ne croyez donc point en Dieu?
Le moribond: Non. Et cela pour une raison bien
simple, c'est qu'il est parfaitement impossible de croire
ce qu'on ne comprend pas. Entre la compréhension et
la foi, il doit exister des rapports immédiats; la
compréhension n'agit point, la foi est morte, et ceux
qui, dans tel cas prétendraient en avoir, en imposent.
Je te défie toi-même de croire au dieu que tu me
prêches - parce que tu ne saurais me le démontrer,
parce qu'il n'est pas en toi de me le définir, que par
conséquent tu ne le comprends pas - que dès que tu
ne le comprends pas, tu ne peux plus m'en fournir
aucun argument raisonnable et qu'en un mot tout ce
qui est au-dessus des bornes de l'esprit humain, est ou
Le moribond: Amigo mío, convengamos en un
hecho, que el más ciego de los dos debe ser
seguramente, aquel que se coloca una venda que aquel
que se la arranca. Tú edificas, inventas, multiplicas; yo
destruyo, simplifico. Tú agregas error sobre errores, yo
los combato todos. ¿Cuál de los dos es el ciego?
Le prêtre: ¿No crees, pues, en Dios?
Le moribond: No. Y esto por una razón muy simple,
que es perfectamente imposible creer lo que no se
comprende. Entre la comprensión y la fe deben existir
relaciones inmediatas, la comprensión es el primer
alimento de la fe; donde la comprensión no obra, la fe
esta muerta, y aquellos que en tal caso pretenden
tenerla se engañan. Te desafío a creer en el dios que
predicas –porque no sabrías demostrármelo, porque no
está en ti definírmelo, y por consecuencia no lo
comprendes –ya que no lo comprendes, no puedes
suministrarme algún argumento razonable, en una
palabra todo lo que está por arriba de los límites del
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chimère ou inutilité; que ton dieu ne pouvant être l'une
ou l'autre de ces choses, dans le premier cas je serais
un fou d'y croire, un imbécile dans le second.
espíritu humano, es quimera o inutilidad; tu dios no
puede ser sino una de estas dos cosas, en el primer
caso sería un loco creer en él, un imbécil en el segundo.
Mon ami, prouve-moi l'inertie de la matière, et je
t'accorderai le créateur, prouve-moi que la nature ne
se suffit pas à elle-même, et je te permettrai de lui
supposer un maître; jusque-là n'attends rien de moi, je
ne me rends qu'à l'évidence, et je ne la reçois que de
mes sens; où ils s'arrêtent ma foi reste sans force. Je
crois le soleil parce que je le vois, je le conçois comme
le centre de réunion de toute la matière inflammable de
la nature, sa marche périodique me plaît sans
m'étonner. C'est une opération de physique, peut-être
aussi simple que celle de l'électricité, mais qu'il ne
nous est pas permis de comprendre. Qu'ai-je besoin
d'aller plus loin, lorsque tu m'auras échafaudé ton dieu
au-dessus de cela, en serais-je plus avancé, et ne me
faudra-t-il pas encore autant d'effort pour comprendre
l'ouvrier que pour définir l'ouvrage?
Amigo mío, pruébame la inercia de la materia y te
concederé el Creador, pruébame que la naturaleza no es
autosuficiente y te permitiré suponerle un amo; hasta
entonces no esperes nada de mí, no me rindo sino ante
lo evidente, y sólo lo reconozco por mis sentidos, donde
ellos se detienen mi fe queda sin fuerza. Creo en el sol
porque lo veo, lo concibo como el centro de reunión de
toda la materia inflamable de la naturaleza, su marcha
periódica me place sin asombrarme. Es una operación
de física, quizás tan simple como la electricidad, pero
que no nos está permitido comprender. ¿Qué necesidad
tengo de ir más lejos, habré avanzado cuando me
levantas a tu dios por encima de todo esto, y no
necesitaría tanto esfuerzo para comprender al obrero
que para definir la obra?
Par conséquent, tu ne m'as rendu aucun service par
l'édification de ta chimère, tu as troublé mon esprit,
mais tu ne l'as pas éclairé et je ne te dois que de la
haine au lieu de reconnaissance. Ton dieu est une
machine que tu as fabriquée pour servir tes passions,
et tu l'as fait mouvoir à leur gré, mais dès qu'elle gêne
les miennes trouve bon que je l'aie culbutée, et dans
l'instant où mon âme faible a besoin de calme et de
philosophie, ne viens pas l'épouvanter de tes
sophismes, qui l'effraieraient sans la convaincre, qui
l'irriteraient sans la rendre meilleure; elle est, mon ami,
cette âme, ce qu'il a plu à la nature qu'elle soit, c'est-àdire le résultat des organes qu'elle s'est plu de me
former en raison de ses vues et de ses besoins; et
comme elle a un égal besoin de vices et de vertus,
quand il lui a plu de me porter aux premiers, elle m'en
a inspiré les désirs, et je m'y suis livré tout de même.
Ne cherche que ses lois pour unique cause à notre
inconséquence humaine, et ne cherche à ses lois
d'autres principes que ses volontés et ses besoins.
Por consecuencia, no me has prestado ningún
servicio con la edificación de tu quimera, has turbado mi
espíritu, pero no lo has aclarado y no te debo más que
odio en lugar de reconocimiento. Tu dios es una
máquina que has fabricado para servir a tus pasiones y
la haces mover a tu capricho, pero ya que ella molesta
las mías encuentro normal que te las haya derribado, y
el instante en que mi alma débil tiene necesidad de
calma y de filosofía, no vengas a espantármela con tus
sofismas, que la sobresaltarían sin convencerla, que la
irritarían sin hacerla mejor; ella es, amigo mío, esta
alma, lo que la naturaleza ha querido que sea, es decir,
el resultado de los órganos que ella ha querido formarme
en razón de sus proyectos y de sus necesidades; y
como tal tiene igual necesidad de los vicios y de las
virtudes, cuando ha querido llevarme hacia los primeros,
lo ha hecho, cuando ha deseado las segundas, me ha
inspirado los deseos, y me he dejado llevar de igual
modo. No busque más que sus leyes por única causa a
nuestra inconsecuencia humana, y no busque a sus
leyes otros principios que sus voluntades y sus
necesidades.
Le prêtre: Ainsi donc tout est nécessaire dans le
monde.
Le moribond: Assurément.
Le prêtre: Mais si tout est nécessaire - tout est donc
réglé.
Le moribond: Qui te dit le contraire?
Le prêtre: Así pues, todo es necesario en el mundo.
Le moribond: Seguramente.
Le prêtre: Pero si todo es necesario –todo está
determinado.
Le moribond: ¿Quién te dice lo contrario?
Le prêtre: Et qui peut régler tout comme il l'est si ce
n'est une main toute-puissante et toute sage?
Le prêtre: ¿Y quién puede ordenar todo como está,
sino una mano omnipotente y absolutamente sabia?
Le moribond: N'est-il pas nécessaire que la poudre
Le moribond: ¿No es acaso necesario que la pólvora
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s'enflamme quand on y met le feu?
se inflame cuando se le pone fuego?
Le prêtre: Oui.
Le prêtre: Sí.
Le moribond: Et quelle sagesse trouves-tu à cela?
Le moribond: ¿Y qué sabiduría encuentra en ello?
Le prêtre: Aucune.
Le prêtre: Ninguna.
Le moribond: Il est donc possible qu'il y ait des
choses nécessaires sans sagesse et possible par
conséquent que tout dérive d'une cause première,
sans qu'il y ait ni raison ni sagesse dans cette première
cause.
Le prêtre: Où voulez-vous en venir?
Le moribond: A te prouver que tout peut être ce
qu'il est et ce que tu vois, sans qu'aucune cause sage
et raisonnable le conduise, et que des effets naturels
doivent avoir des causes naturelles, sans qu'il soit
besoin de leur en supposer d'antinaturelles, telle que le
serait ton dieu qui lui-même, ainsi que je te l'ai déjà dit,
aurait besoin d'explication, sans en fournir aucune; et
que, par conséquent dès que ton dieu n'est bon à rien,
il est parfaitement inutile; qu'il y a grande apparence
que ce qui est inutile est nul et que tout ce qui est nul
est néant; ainsi, pour me convaincre que ton dieu est
une chimère, je n'ai besoin d'aucun autre
raisonnement que celui qui me fournit la certitude de
son inutilité.
Le prêtre: Sur ce pied-là, il me paraît peu
nécessaire de vous parler de religion.
Le moribond: Pourquoi pas, rien ne m'amuse
comme la preuve de l'excès où les hommes ont pu
porter sur ce point-là le fanatisme et l'imbécillité; ce
sont des espèces d'écarts si prodigieux, que le tableau
selon moi, quoique horrible, en est toujours
intéressant. Réponds avec franchise et surtout bannis
l'égoïsme. Si j'étais assez faible que de me laisser
surprendre à tes ridicules systèmes sur l'existence
fabuleuse de l'être qui me rend la religion nécessaire,
sous quelle forme me conseillerais-tu de lui offrir un
culte? Voudrais-tu que j'adoptasse les rêveries de
Confucius, plutôt que les absurdités de Brahma,
adorerais-je le grand serpent des nègres, l'astre des
Péruviens ou le dieu des armées de Moïse, à laquelle
des sectes de Mahomet voudrais-tu que je me
rendisse, ou quelle hérésie de chrétiens serait selon toi
préférable? Prends garde à ta réponse.
Le prêtre: Peut-elle être douteuse.
Le moribond: La voilà donc égoïste.
Le moribond: Entonces es posible que haya cosas
necesarias sin sabiduría, y posible por consecuencia que
todo derive de una causa primera, sin que haya ni razón
ni sabiduría en esta primera causa.
Le prêtre: ¿Adónde quieres llegar?
Le moribond: A probarte que todo puede ser lo que
es y lo que ves, sin que ninguna causa sabia y razonable
la dirija, y que los efectos naturales deben tener causas
naturales, sin que sea necesario suponer causas
antinaturales, tal como sería tu dios que él mismo, como
te lo he dicho, tendría necesidad de explicación, sin
poder suministrar alguna; y por consiguiente, ya que tu
dios no es bueno en nada, es perfectamente inútil; como
hay gran probabilidad que aquello que es inútil es nulo y
que todo lo que es nulo es nada; así, para convencerme
que tu dios es una quimera no tengo necesidad de algún
otro razonamiento, que este que me suministra la
certeza de su inutilidad.
Le prêtre: En razón de esto, me parece superfluo
hablarte de religión.
Le moribond: ¿Por qué no? Nada me divierte tanto
como la prueba del exceso a que los hombres han
podido llevar sobre este punto el fanatismo y la
imbecilidad; son de esas especies de extravíos tan
prodigiosos, que el espectáculo desde mi punto de vista,
aunque horrible, es siempre interesante. Responde con
franqueza y sobre todo aleja el egoísmo. Si fuera lo
bastante débil que me dejara sorprender por tus ridículos
sistemas sobre la existencia fabulosa del ser que vuelve
la religión necesaria, ¿bajo qué forma me aconsejarías
ofrecerle culto? ¿Querrías que adoptase los ensueños
de Confucio antes que los absurdos de Brama, que
adore la gran serpiente de los negros, el astro de los
peruanos o el dios de los ejércitos de Moisés, a cuál de
las sectas de Mahoma querrías que me convirtiese, o a
cuál herejía de los cristianos sería preferible según tú?
Ten cuidado con tu respuesta.
Le prêtre: ¿Puede caber alguna duda?
Le moribond: Dila, pues, egoísta.
Le prêtre: No, es amarte tanto como a mí, que de
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Le prêtre: Non, c'est t'aimer autant que moi que de
te conseiller ce que je crois.
Le moribond: Et c'est nous aimer bien peu tous
deux que d'écouter de pareilles erreurs.
Le prêtre: Et qui peut s'aveugler sur les miracles de
notre divin rédempteur?
Le moribond: Celui qui ne voit en lui que le plus
ordinaire de tous les fourbes et le plus plat de tous les
imposteurs.
Le prêtre: O dieux, vous l'entendez et vous ne
tonnez pas!
Le moribond: Non, mon ami, tout est en paix, parce
que ton dieu, soit impuissance, soit raison, soit tout ce
que tu voudras enfin, dans un être que je n'admets un
moment que par condescendance pour toi, ou si tu
l'aimes mieux pour me prêter à tes petites vues, parce
que ce dieu, dis-je, s'il existe comme tu as la folie de le
croire, ne peut pas pour nous convaincre avoir pris des
moyens aussi ridicules que ceux que ton Jésus
suppose.
Le prêtre: Eh quoi, les prophéties, les miracles, les
martyrs, tout cela ne sont pas des preuves?
Le moribond: Comment veux-tu en bonne logique
que je puisse recevoir comme preuve tout ce qui en a
besoin soi-même? Pour que la prophétie devînt
preuve, il faudrait d'abord que j'eusse la certitude
complète qu'elle a été faite; or cela étant consigné
dans l'histoire, ne peut plus avoir pour moi d'autre
force que tous les autres faits historiques, dont les trois
quarts sont fort douteux; si à cela j'ajoute encore
l'apparence plus que vraisemblable qu'ils ne me sont
transmis que par des historiens intéressés, je serai
comme tu vois plus qu'en droit d'en douter. Qui
m'assurera d'ailleurs que cette prophétie n'a pas été
l'effet de la combinaison de la plus simple politique
comme celle qui voit un règne heureux sous un roi
juste, ou de la gelée dans l'hiver; et si tout cela est,
comment veux-tu que la prophétie ayant un tel besoin
d'être prouvée puisse elle-même devenir une preuve?
A l'égard de tes miracles, ils ne m'en imposent pas
davantage. Tous les fourbes en ont fait, et tous les
sots en ont cru; pour me persuader de la vérité d'un
miracle, il faudrait que je fusse bien sûr que
l'événement que vous appelez tel fût absolument
contraire aux lois de la nature, car il n'y a que ce qui
est hors d'elle qui puisse passer pour miracle, et qui la
connaît assez pour oser affirmer que tel est
aconsejarte lo que yo creo.
Le moribond: Y es amarnos muy poco para escuchar
semejantes errores.
Le prêtre: ¿Y quién puede ser tan ciego ante los
milagros de nuestro divino redentor?
Le moribond: Aquél que ve en él el más ordinario de
todos los bribones y el más vulgar de los impostores.
Le prêtre: ¡O dioses, lo escucháis y no os
manifestáis!
Le moribond: No, amigo mío, todo está en paz,
parece que tu dios, sea por impotencia, sea por razón,
en fin sea por lo que tu quieras, un ser que no admito un
momento más que por condescendencia contigo, o si
prefieres mejor para prestarme a tus pequeños
designios, porque este dios, repito, si existe como tienes
la locura de creerlo, no puede para convencernos haber
tomado medios tan ridículos como los que tu Jesús
supone.
Le prêtre: ¿Y cómo, las profecías, los milagros, los
mártires, todo esto no son pruebas?
Le moribond: ¿Cómo quieres razonablemente que
reciba como prueba todo lo que tiene necesidad de
probarse? Para que la profecía llegase a ser prueba es
preciso, primero que tuviese la certeza completa que ha
sido realizada; ahora bien, siendo consignada en la
historia, no puede tener para mí otra fuerza que todos
los otros hechos históricos, los cuales tres cuartas partes
son muy dudosos; si a esto agrego la apariencia más
que probable que me son trasmitidos por historiadores
interesados, estaría como ves más en derecho de dudar.
¿Quién me asegura, por otra parte, que esta profecía no
ha sido hecha a posteriori, que no ha sido el efecto de la
combinación de una muy simple política, como la que ve
un reino feliz bajo el dominio de un rey justo, o la helada
en el invierno? Y si todo esto es así, ¿cómo quieres que
la profecía, que tiene tal necesidad de ser probada,
pueda ella misma convertirse en prueba?
Con respecto a tus milagros, ellos no me engañan más.
Todos los bribones los han hecho, y todos los tontos los
han creído; para persuadirme de la verdad de un
milagro, es necesario que estuviese muy seguro que el
suceso que llamas así, fuese absolutamente contrario a
las leyes de la naturaleza, pues sólo lo que está por
fuera de ella puede pasar por milagro, ¿y quién la
conoce bastante para atreverse afirmar que tal es
exactamente el punto donde ella se detiene y
precisamente aquel en que ella es transgredida? No se
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précisément celui où elle est enfreinte? Il ne faut que
deux choses pour accréditer un prétendu miracle, un
bateleur et des femmelettes; va, ne cherche jamais
d'autre origine aux tiens, tous les nouveaux sectateurs
en ont fait, et ce qui est plus singulier, tous ont trouvé
des imbéciles qui les ont crus. Ton Jésus n'a rien fait
de plus singulier qu'Apollonius de Thyane, et personne
pourtant ne s'avise de prendre celui-ci pour un dieu;
quant à tes martyrs, ce sont bien assurément les plus
débiles de tous tes arguments. Il ne faut que de
l'enthousiasme et de la résistance pour en faire, et tant
que la cause opposée m'en offrira autant que la tienne,
je ne serai jamais suffisamment autorisé à en croire
une meilleure que l'autre, mais très porté en revanche
à les supposer toutes les deux pitoyables.
necesitan más que dos cosas para acreditar un
pretendido milagro, un titiritero y unas mujerzuelas;
vamos, no busques jamás otro origen a los tuyos, todos
los sectarios novatos lo han hecho, y lo que es más
singular, todos han encontrado imbéciles que les han
creído. Tu Jesús no ha hecho nada más singular que
Apolonio de Tiana, y sin embargo nadie ha pensado en
tomarlo a éste por un dios; en cuanto a tus mártires, son
seguramente más débiles todos tus argumentos. No
hace falta más que el entusiasmo y la resistencia para
serlo, y en tanto que la causa opuesta me ofrezca tantos
como la tuya, no estaré jamás suficientemente
autorizado para creer una mejor que la otra, pero muy
inclinado al contrario suponerlas a ambas lamentables.
Ah! mon ami, s'il était vrai que le dieu que tu
prêches existât, aurait-il besoin de miracles, de martyrs
et de prophéties pour établir son empire, et si, comme
tu le dis, le coeur de l'homme était son ouvrage, ne
serait-ce pas là le sanctuaire qu'il aurait choisi pour sa
loi? Cette loi égale, puisqu'elle émanerait d'un dieu
juste, s'y trouverait d'une manière irrésistible
également gravée dans tous, et d'un bout de l'univers
à l'autre, tous les hommes se ressemblant par cet
organe délicat et sensible se ressembleraient
également par l'hommage qu'ils rendraient au dieu de
qui ils le tiendraient, tous n'auraient qu'une façon de
l'aimer, tous n'auraient qu'une façon de l'adorer ou de
le servir et il leur deviendrait aussi impossible de
méconnaître ce dieu que de résister au penchant de
son culte. Que vois-je au lieu de cela dans l'univers,
autant de dieux que de pays, autant de manières de
servir ces dieux que de différentes têtes ou de
différentes imaginations, et cette multiplicité d'opinions
dans laquelle il m'est physiquement impossible de
choisir serait selon toi l'ouvrage d'un dieu juste?
Ah, amigo mío, si fuera verdad que el dios que
predicas existiera, ¿tendría necesidad de milagros, de
mártires y de profecías para establecer su imperio? Y si,
como dices, el corazón humano fuera su obra, ¿no sería
ese el santuario que habría escogido para su ley? Esta
ley justa, puesto que emanaría de un dios justo, se
encontraría de una manera irresistible grabada
igualmente en todos, y de un extremo al otro del
universo todos los hombres se parecen por este órgano
delicado y sensible, igualmente se parecerían por el
homenaje que rendirían al dios de quien lo recibieron,
todos tendrían una sola forma de amarlo, una forma de
adorarlo o de servirlo y les sería tan imposible de
desconocer ese dios como resistir a la inclinación
secreta de su culto. ¿Qué veo en lugar de eso en el
universo, tantos dioses como países, tantas maneras de
servir a esos dioses como diferentes cabezas o
diferentes imaginaciones, y esta multiplicidad de
opiniones en la cual me es físicamente imposible de
elegir sería según tú la obra de un dios justo?
Va, prédicant tu l'outrages ton dieu en me le
présentant de la sorte, laisse-moi le nier tout à fait, car
s'il existe, alors je l'outrage bien moins par mon
incrédulité que toi par tes blasphèmes. Reviens à la
raison, prédicant, ton Jésus ne vaut pas mieux que
Mahomet, Mahomet pas mieux que Moïse, et tous trois
pas mieux que Confucius qui pourtant dicta quelques
bons principes pendant que les trois autres
déraisonnaient; mais en général tous ces gens-là ne
sont que des imposteurs, dont le philosophe s'est
moqué, que la canaille a crus et que la justice aurait dû
faire pendre.
Vamos, predicante, ultrajas a tu dios presentándomelo
de esta manera; déjame negarlo del todo, pues si existe,
entonces lo ultrajaría menos con mi incredulidad que con
tus blasfemias. Vuelve a la razón, predicante, tu Jesús
no vale más que Mahoma, Mahoma no es más que
Moisés, y los tres no más que Confucio, quien sin
embargo dictó algunos buenos principios mientras que
los otros tres disparataban; pero en general todos estos
personajes no son más que impostores, de los cuales el
filósofo se ha mofado, el populacho ha creído y que la
justicia hubiera debido ahorcar.
Le prêtre: Ay, ha sido implacable con uno de los
cuatro.
Le prêtre: Hélas, elle ne l'a que trop fait pour l'un
des quatre.
Le moribond: C'est celui qui le méritait le mieux. Il
était séditieux, turbulent, calomniateur, fourbe, libertin,
grossier farceur et méchant dangereux, possédait l'art
d'en imposer au peuple et devenait par conséquent
Le moribond: Es el que más lo merecía. Era sedicioso,
turbulento, calumniador, bribón, libertino, farsante
grosero y malvado peligroso, poseía el arte de engañar
al pueblo y se hacía en consecuencia digno de castigo,
en un reino en el estado en que se encontraba entonces
9
punissable dans un royaume en l'état où se trouvait
alors celui de Jérusalem. Il a donc été très sage de
s'en défaire et c'est peut-être le seul cas où mes
maximes, extrêmement douces et tolérantes d'ailleurs,
puissent admettre la sévérité de Thémis; j'excuse
toutes les erreurs, excepté celles qui peuvent devenir
dangereuses dans le gouvernement où l'on vit; les rois
et leurs majestés sont les seules choses qui m'en
imposent, les seules que je respecte, et qui n'aime pas
son pays et son roi n'est pas digne de vivre.
Le prêtre: Mais enfin, vous admettez bien quelque
chose après cette vie, il est impossible que votre esprit
ne se soit pas quelquefois plu à percer l'épaisseur des
ténèbres du sort qui nous attend, et quel système peut
l'avoir mieux satisfait que celui d'une multitude de
peines pour celui qui vit mal et d'une éternité de
récompenses pour celui qui vit bien?
Le moribond: Quel, mon ami? celui du néant;
jamais il ne m'a effrayé, et je n'y voit rien que de
consolant et de simple; tous les autres sont l'ouvrage
de l'orgueil, celui-là seul l'est de la raison. D'ailleurs il
n'est ni affreux ni absolu, ce néant. N'ai-je pas sous
mes yeux l'exemple des générations et régénérations
perpétuelles de la nature? Rien ne périt, mon ami, rien
ne se détruit dans le monde; aujourd'hui homme,
demain ver, après-demain mouche, n'est-ce pas
toujours exister? Et pourquoi veux-tu que je sois
récompensé de vertus auxquelles je n'ai nul mérite, ou
puni de crimes dont je n'ai pas été le maître; peux-tu
accorder la bonté de ton prétendu dieu avec ce
système et peut-il avoir voulu me créer pour se donner
le plaisir de me punir, et cela seulement en
conséquence d'un choix dont il ne me laisse pas le
maître?
el de Jerusalén. Ha sido muy sabio deshacerse de él y
es quizás el único caso en que mis máximas,
extremadamente moderadas y tolerantes por cierto,
pueden admitir la severidad de Témis. Excuso todos los
errores, excepto aquellos que pueden tornarse
peligrosos para el gobierno en que se vive; los reyes y
sus majestades son las únicas cosas que se me
imponen, las únicas que respeto, y quien no ama a su
país y a su rey no es digno de vivir.
Le prêtre: Pero, en fin, admitirás algo después de
esta vida, es imposible que tu espíritu no se haya
alguna vez complacido en atravesar la espesura de las
tinieblas de la suerte que nos espera, ¿y cuál sistema
puede ser más satisfactorio que el de una multitud de
penas para el que vive mal y de una eternidad de
recompensas para el que vive bien?
Le moribond: ¿Cuál amigo mío? El de la nada; nunca
me ha espantado, y no veo nada más consolador y
simple; todos los otros son obra del orgullo, sólo este lo
es de la razón. Por lo demás, esa nada o es ni
espantosa ni absoluta. ¿No tengo bajo mis ojos el
ejemplo de generaciones y regeneraciones perpetuas
de la naturaleza? Nada perece, amigo mío, nada se
destruye en el mundo; hoy hombre, mañana gusano,
pasado mañana mosca, ¿no es esto existir siempre? ¿Y
por qué quieres que se me recompense con virtudes de
las cuales no he hecho ningún mérito, o me castiguen
por crímenes de los cuales no soy responsable; puedes
conciliar la bondad de tu pretendido dios con este
sistema y puede haber querido crearme para darse el
placer de castigarme, y esto únicamente en
consecuencia de una elección en la que no me deja ser
el dueño?
Le prêtre: Tú lo eres.
Le prêtre: Vous l'êtes.
Le moribond: Oui, selon tes préjugés; mais la
raison les détruit et le système de la liberté de l'homme
ne fut jamais inventé que pour fabriquer celui de la
grâce qui devenait si favorable à vos rêveries. Quel est
l'homme au monde qui, voyant l'échafaud à côté du
crime, le commettrait s'il était libre de ne pas le
commettre? Nous sommes entraînés par une force
irrésistible, et jamais un instant les maîtres de pouvoir
nous déterminer pour autre chose que pour le côté
vers lequel nous sommes inclinés. Il n'y a pas une
seule vertu qui ne soit nécessaire à la nature et
réversiblement, pas un seul crime dont elle n'ait
besoin, et c'est dans le parfait équilibre qu'elle
maintient des uns et des autres, que consiste toute sa
science, mais pouvons-nous être coupables du côté
dans lequel elle nous jette? Pas plus que ne l'est la
guêpe qui vient darder son aiguillon dans ta peau.
Le moribond: Sí, según tus prejuicios; pero la razón
los destruye y el sistema de la libertad del hombre sólo
fue inventado para fabricar el de la gracia que llegó a ser
tan favorable a tus desvaríos. ¿Cuál es el hombre en el
mundo que viendo el patíbulo junto al crimen, lo
cometiera si fuera libre de no cometerlo? Nos arrastra
una fuerza irresistible, y no somos nunca dueños de
poder determinarnos por otra cosa que por el lado hacia
el cual estamos inclinados. No hay una sola virtud que
no sea necesaria a la naturaleza y reversiblemente, ni un
solo crimen del cual ella no tenga necesidad, y es en el
perfecto equilibrio que ella mantiene unas y otros, que
consiste toda su ciencia, ¿podemos pues ser culpables
del lado al cual ella nos arroja? No más que la avispa
que viene y clava su aguijón en tu piel.
Le prêtre: Así, pues, ¿el más grande de todos los
10
Le prêtre: Ainsi donc, le plus grand de tous les
crimes ne doit nous inspirer aucune frayeur?
Le moribond: Ce n'est pas là ce que je dis, il suffit
que la loi le condamne, et que le glaive de la justice le
punisse, pour qu'il doive nous inspirer de l'éloignement
ou de la terreur, mais, dès qu'il est malheureusement
commis, il faut savoir prendre son parti, et ne pas se
livrer au stérile remords; son effet est vain, puisqu'il n'a
pas pu nous en préserver, nul, puisqu'il ne le répare
pas; il est donc absurde de s'y livrer et plus absurde
encore de craindre d'en être puni dans l'autre monde si
nous sommes assez heureux que d'avoir échappé de
l'être en celui-ci. A Dieu ne plaise que je veuille par là
encourager au crime, il faut assurément l'éviter tant
qu'on le peut, mais c'est par raison qu'il faut savoir le
fuir, et non par de fausses craintes qui n'aboutissent à
rien et dont l'effet est sitôt détruit dans une âme un peu
ferme. La raison - mon ami, oui, la raison toute seule
doit nous avertir que de nuire à nos semblables ne
peut jamais nous rendre heureux, et que notre coeur,
que de contribuer à leur félicité, est la plus grande pour
nous que la nature nous ait accordé sur la terre; toute
la morale humaine est renfermée dans ce seul mot:
rendre les autres aussi heureux que l'on désire de
l'être soi-même et ne leur jamais faire plus de mal que
nous n'en voudrions recevoir.
Voilà, mon ami, voilà les seuls principes que nous
devions suivre et il n'y a besoin ni de religion, ni de
dieu pour goûter et admettre ceux-là, il n'est besoin
que d'un bon coeur. Mais je sens que je m'affaiblis,
prédicant, quitte tes préjugés, sois homme, sois
humain, sans crainte et sans espérance; laisse là tes
dieux et tes religions; tout cela n'est bon qu'à mettre le
fer à la main des hommes, et le seul nom de toutes
ces horreurs a plus fait verser de sang sur la terre, que
toutes les autres guerres et les autres fléaux à la fois.
Renonce à l'idée d'un autre monde, il n'y en a point,
mais ne renonce pas au plaisir d'être heureux et d'en
faire en celui-ci. Voilà la seule façon que la nature
t'offre de doubler ton existence ou de l'étendre. Mon
ami, la volupté fut toujours le plus cher de mes biens,
je l'ai encensée toute ma vie, et j'ai voulu la terminer
dans ses bras: ma fin approche, six femmes plus
belles que le jour sont dans ce cabinet voisin, je les
réservais pour ce moment-ci, prends-en ta part, tâche
d'oublier sur leurs seins à mon exemple tous les vains
sophismes de la superstition, et toutes les imbéciles
erreurs de l'hypocrisie.
NOTE
Le moribond sonna, les femmes entrèrent et le
prédicant devint dans leur bras un homme corrompu
par la nature, pour n'avoir pas su expliquer ce que
crímenes no debe inspirarnos ningún horror?
Le moribond: No es eso lo que digo, basta que la ley lo
condene, y que la espada de la justicia lo castigue, para
que deba inspirarnos aversión o terror, pero desde que
desgraciadamente se ha cometido, es necesario saber
afrontarlo, y no entregarse a estériles remordimientos; su
efecto es vano, puesto que no pudo preservarnos de él;
nulo, puesto que no lo repara; es absurdo entregarse a
ellos, y más absurdo aún temer ser castigados en el otro
mundo si somos bastantes dichosos de haber escapado
de serlo en este mundo. No quiera Dios que desee con
esto estimular el crimen, es necesario evitarlo tanto
como se pueda, pero es por la razón que es necesario
saber huirle, y no por falsos temores que no llevan a
nada y cuyo efecto es destruido pronto en un alma un
poco firme. La razón –amigo mío, sí, solamente la razón
debe advertirnos que perjudicar a nuestros semejantes
no puede hacernos jamás felices, y nuestro corazón, que
contribuir a su felicidad es lo más grande para nosotros
que la naturaleza nos haya concedido sobre la tierra;
toda la moral humana esta contenida en esta frase:
hacer tan felices a los demás como uno quisiera serlo, y
no hacerles nunca más mal del que uno mismo quisiera
recibir.
Aquí está, amigo mío, estos son los únicos principios
que debemos seguir, y no hay necesidad ni de religión ni
de dios para apreciarlos y admitirlos, no hay necesidad
más que de un buen corazón. Pero siento que
desfallezco, predicante, abandona tus prejuicios, sea
hombre, sea humano, sin temor y sin esperanza; deja
tus dioses y tus religiones; todo eso es bueno para poner
el hierro en la mano de los hombres, y el sólo nombre de
todos estos horrores a hecho verter más sangre sobre la
tierra, que todas las otras guerras y las otras
calamidades juntas. Renuncia a la idea de otro mundo,
no lo hay, pero no renuncies al placer de ser feliz en este
mundo. Aquí está la única manera que te ofrece la
naturaleza de duplicar tu existencia o de extenderla.
Amigo mío, la voluptuosidad fue siempre el más querido
de mis bienes, le he echado flores toda mi vida, quiero
terminarla en sus brazos: mi fin se acerca; seis mujeres
más bellas que el día están en el cuarto vecino, las
reservé para este momento, toma de ellas tu parte, trata
de olvidar sobre sus senos a ejemplo mío todos los
vanos sofismas de la superstición, y todos los imbéciles
errores de la hipocresía.
NOTE
El moribundo llama, las mujeres entraron y el
predicante se vuelve en sus brazos un hombre
corrompido por la naturaleza, por no haber sabido
explicar lo que era la naturaleza corrupta.
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c'était que la nature corrompue.
FIN
FIN
* Partidario del socianianismo; herejía de los partidarios de
Lelio Socino –Zozzini-, protestante italiano, nació en Siena en
1525, murió en Zurich en 1562; su sobrino Fausto Socino
(1539-1604) ayudó a difundir esta doctrina que en líneas
generales refuta el principio, admitido por los calvinistas y
católicos, según el cual los herejes deben ser castigados con la
muerte. Rechazan todos los misterios incomprensibles como la
encarnación, la divinidad de Jesucristo, la transmisión del
pecado original, etc. Creen en la Revelación y consideran la
Sagrada Escritura como inspiradora; para comprender su
sentido se debe recurrir a la razón.
ALBERTO PINZON LEON. Licenciado, Magíster y Doctorado en la Pontificia Universidad Javeriana.
Bogotá, Colombia
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