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Sistema
financiero
Índice de contenidos
1.1 dinero
1.1.1 antecedentes históricos
1.1.2 funciones del dinero
1.2 sistema financiero
1.2.1 agentes y funcionamiento del sistema
1.2.2 funciones del sistema financiero
1.2.3 mercados financieros
1.3 sistema financiero español
1.3.1 banca
1.3.1.1 entidades de crédito
1.3.1.2 establecimientos financieros de crédito
1.3.1.3 sociedades de garantía recíproca
1.3.2 entidades del mercado de valores
1.3.3 entidades de seguros
1.3.4 supervisión
Extras
Cuestiones
Objetivos
Definir el sistema financiero, sus funciones y agentes.
Conocer el sistema financiero español y sus diferentes entidades.
Diferenciar los distintos mercados dentro del sistema financiero español y sus
principales funciones.
1.1
dinero
El mercado es aquel lugar donde se intercambian libremente bienes, servicios y factores productivos
(que tradicionalmente se han definido como tierra, trabajo y capital). En él coinciden y toman sus
decisiones los tres agentes económicos:
Familias
Sus decisiones tienen como objetivo lograr el mayor grado de
bienestar o satisfacción. Mientras que unas familias aportan su
trabajo a cambio de un salario que les permitan comprar bienes y
servicios, otras son propietarias de las empresas y dueñas de sus
beneficios.
Empresas
Es el agente que utiliza los factores productivos para la obtención de
bienes y servicios que venderá a otras empresas, familias o al Estado.
Sus decisiones tienen como finalidad lograr el máximo beneficio
posible.
Estado
Su principal cometido es garantizar el correcto funcionamiento del
mercado y, mediante el desarrollo de su política económica, lograr un
crecimiento sostenido del producto nacional, la estabilidad de precios
y el pleno empleo de los recursos disponibles.
La empresa se define como la unidad económica que utiliza los factores productivos para la obtención
de los bienes o la prestación de servicios que vende a otras empresas, a las familias como consumidores
finales, o al propio Estado. Dentro de la empresa, destaca por las funciones asumidas el empresario, que
es el encargado de decidir la mejor combinación de los factores productivos para lograr la producción
prevista en las mejores condiciones de calidad y precio.
Uno de los factores necesarios es el capital, que se define como las aportaciones elaboradas por el hombre
para acelerar la fabricación de bienes y servicios como, por ejemplo, las máquinas, las instalaciones
industriales o los equipos. Desde el punto de vista económico, el dinero sólo será capital cuando se
emplee en la producción de bienes y servicios, recibiendo la denominación de capital financiero.
1.1.1
antecedentes históricos
El dinero tiene su origen en la necesidad de intercambiar bienes y servicios. Los miembros de las
sociedades más primitivas eran autosuficientes y, por tanto, eran capaces de obtener por si mismos los
bienes necesarios para subsistir. Pero, esta autosuficiencia limitaba de forma considerable la cantidad
y el tipo de bienes a consumir.
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Hasta que el hombre no fue consciente de las diferentes capacidades que posee cada persona, no se
ampliaron las posibilidades de consumo. Efectivamente, si cada persona se dedica de acuerdo a sus
habilidades a producir u obtener aquel producto que mejor
sabe hacer, se logra mejorar la eficiencia del grupo, pues con la
misma cantidad de recursos se obtiene una mayor producción.
Dicha especialización implica que aquellas personas mejor
capacitadas para cazar concentran sus esfuerzos sólo en esa
actividad, que aquellos miembros con mayor pericia se dedican
en exclusiva a la fabricación de armas o que otros se especializan
en la confección de ropa. Pero la especialización sólo es posible
con el intercambio, pues el productor de armas sólo asume su
función si tiene la posibilidad de cambiar sus armas por piezas
de caza y, de la misma forma, la persona que confecciona la
vestimenta se dedica en exclusiva si puede intercambiar su
producto por alimentos.
El intercambio en estas sociedades primitivas se llevaba a cabo mediante el trueque, es decir, intercambiar
una cosa por otra. Siguiendo con nuestro ejemplo, el trueque suponía intercambiar determinadas armas
o vestimenta por una cantidad de carne. No obstante, el trueque como mecanismo de intercambio era
ineficiente:
• Era necesario encontrar aquella persona que necesitara un determinado bien y que dispusiera de
la contrapartida requerida por la otra parte, cosa que no siempre era posible conseguir de forma
inmediata. Por ejemplo, el productor de lanzas debía encontrar aquel fabricante de ropa necesitado
de dicha arma.
• Hallada la persona, era necesario llegar a un acuerdo sobre las cantidades a intercambiar, es
decir, ¿cuántas lanzas por una pieza de caza?
• Otro problema del trueque era la indivisibilidad de algunos bienes para el intercambio. Por
ejemplo, si la pieza cazada era menor de lo esperado ¿tenía sentido cambiarla por medio vestido?
Con el objeto de eliminar estas limitaciones aparece el dinero mercancía. Su aparición es el resultado
de un proceso natural de mejora del comportamiento económico del individuo. Ante la necesidad de
un determinado bien, el trueque obligaba a la persona a encontrar aquella otra que dispusiera del
bien requerido y que necesitara el bien ofertado, cosa que podía suponer una considerable pérdida de
tiempo. Pero esta misma persona observa que en el mercado existen determinados bienes que son
generalmente aceptados por todos en una operación de intercambio, así decide canjear su producto
por dicho bien aunque ello no suponga satisfacer de forma inmediata sus necesidades. Con el bien
generalmente aceptado tiene mayor probabilidad de encontrar a la persona que dispone de los bienes
por él requeridos. Si este comportamiento individual se extiende a los miembros de una comunidad,
aparecerán de forma espontánea una serie de bienes, dinero mercancía, que serán aceptados en todas
la operaciones de intercambio y serán canjeables por otros bienes1.
Poco a poco, el uso de los metales preciosos fue desplazando al resto de bienes empleados como dinero
mercancía en las transacciones. El oro, la plata y el bronce se cambiaban a peso por otros productos.
No obstante, con el desarrollo de las ciudades y el crecimiento de la actividad comercial, los Estados
intentan perfeccionar las transacciones mediante instrumentos de pagos más eficientes que superen
los inconvenientes inherentes al uso de los lingotes de oro, plata o bronce (costes de negociación,
indivisibilidad del lingote o dificultad de transporte). Estos esfuerzos se traducen en la aparición de las
monedas.
Las primeras monedas estaban compuestas por oro, plata, bronce y hierro, y su valor coincidía con la
cantidad empleada de estos metales. Normalmente su forma era circular o rectangular, heredera de
la forma primitiva del lingote. Su aceptación en los intercambios dependía de la confianza y garantía
Fuente: Principios de Economía Política de Carl Menger.
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sistema financiero
La forma adoptada por el dinero mercancía fue diversa, desde pieles de animales hasta piedras
preciosas, lingotes de oro, plata, bronce, etc. Independientemente de la forma, en todas ellas se
observaban unas características compartidas y comunes: eran duraderas, transportables, homogéneas
y de oferta limitada.
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depositada en el Estado que acuñaba la moneda, por ello se establecieron unas medidas de control:
• En las monedas se representaban símbolos del Estado emisor para facilitar su reconocimiento.
• Se controlaba el proceso de fabricación para verificar su composición, pues la moneda valía la
cantidad de metales que la conformaban.
• Se fijaba la forma de la moneda.
• Se introducían mecanismos para evitar el fraude como, por ejemplo, estrías en el canto o un
punto central para evitar pérdidas del metal que conformaba la moneda.
De acuerdo a diversos estudios, los historiadores fijan la aparición de las primeras monedas en China
y Lidia (actual Turquía) aproximadamente en el 700 antes de Cristo. Con el perfeccionamiento de la
técnica de acuñación, aparecen nuevas monedas como el decadracma de Siracusa en el 415 – 405
antes de Cristo o el sistema monetario romano al final del siglo cuarto antes de Cristo. Desde entonces
la evolución de la moneda ha ido a la par que el desarrollo de las naciones que han escrito su papel en
la historia.
Durante la Edad Media, para minimizar el riesgo de posibles pérdidas y robos derivados de los continuos
viajes, los cambistas y los orfebres comenzaron a ofrecer sus inusuales cajas fuertes como lugar
seguro para guardar las reservas de oro y de plata de los comerciantes, que pagaban un precio por
este servicio de custodia. Como garantía del depósito efectuado, el banquero entregaba unos recibos o
billetes que otorgaba al titular la posibilidad de retirar el depósito con su presentación.
Este recibo o billete, respaldado por un depósito de oro y plata en una caja fuerte, pronto fue admitido
como medio de pago. Efectivamente, para saldar la deuda con su acreedor, un comerciante podía
transmitir la titularidad del recibo reduciendo los riesgos de un desplazamiento físico de los depósitos.
El acreedor con el recibo podía, a su vez, retirar el oro y la plata depositados en la caja fuerte o
transmitir la titularidad como forma de resarcir otra deuda. Aparecía de esta forma el papel moneda o
billete bancario, que representaba una promesa a favor del poseedor de retirar la cantidad de oro en él
representada, por ello en todo momento para fortalecer dicha confianza el cambista y orfebre debían
garantizar la retirada del depósito mediante una relación a la par entre los metales depositados y los
billetes emitidos.
No obstante, la admisión y la creciente circulación del billete como medio de pago, hicieron que gran
parte del oro y la plata depositados permanecieran en las cajas fuertes durante mucho tiempo sin
ser retirados. Algunos de los nuevos banqueros aprovecharon dicha situación para emitir recibos por
cantidades superiores a los depósitos existentes en sus cajas fuertes y utilizarlos para conceder préstamos
a terceras personas, que debían reintegrar dicha cantidad más los intereses correspondientes. Con la
difusión de esta práctica aparecía la posibilidad de crear dinero más allá de los depósitos existentes.
1.1.2
funciones del dinero
Como ya sabemos, la función fundamental del dinero es servir como medio en el intercambio de bienes
y servicios, aunque se pueden observar otras funciones que pasamos a enumerar:
• Medio de intercambio: El dinero es aceptado por todas las partes en todas las operaciones de
intercambio de bienes y servicios, facilitando el comercio.
• Medio de pago: Las deudas contraídas por la recepción de los bienes y servicios se saldarán con la
entrega de dinero en su valor correspondiente.
• Medio de valor: Según esta función todos los bienes y servicios de una economía se pueden
expresar en dinero facilitando de esta forma la comparación cuantitativa entre ellos. Es el patrón
utilizado para fijar los precios.
• Reserva de valor: La posesión de dinero es una medida de la riqueza del individuo que podrá
cambiar fácilmente por bienes y servicios en cualquier momento. La acumulación de dinero y la
renuncia al consumo actual de bienes y servicios se denomina ahorro.
• Medio de transferencia del poder adquisitivo: Con su cesión en forma de crédito se transfiere al
destinatario o prestatario la capacidad de compra y el prestamista se reserva el retorno del capital
más los oportunos intereses.
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• Instrumento de la política económica: En la medida que el dinero está respaldado y controlado por
una autoridad monetaria, ésta puede influir mediante la cantidad de dinero en circulación sobre la
marcha de la economía y algunas de sus variables como los precios, el tipo de interés, la inversión,
el poder adquisitivo de la población, etc.
1.2
sistema financiero
Definido el dinero como el factor capital financiero que, en combinación con el resto de factores,
permite la obtención de los bienes y servicios con los que las familias satisfacen sus necesidades, nos
centramos ahora en definir un sistema financiero.
1.2.1 Agentes
y funcionamiento del sistema
El sistema financiero está conformado por todas aquellas instituciones públicas y privadas que actuando
como intermediarios canalizan los recursos desde aquellas personas que los acumulan vía ahorro hasta
aquellas otras que los necesitan para financiar sus inversiones. Por todo ello, podemos identificar en un
sistema financiero los siguientes elementos:
ahorradores:
Son aquellas personas que acumulan dinero, renunciando
así a un consumo actual, y lo prestan obteniendo un beneficio en forma
de interés.
inversores:
Son aquellos sujetos que necesitan el dinero de los
ahorradores para financiar sus inversiones y proyectos, obligándose a
retornar la cantidad recibida más el pago del correspondiente interés.
intermediarios:
Son aquellas instituciones, reguladas y supervisadas,
que ponen en contacto los oferentes de fondos o ahorradores con los
demandantes o inversores, obteniendo un beneficio por su labor de
intermediación.
Son los agentes encargados de velar por el correcto
funcionamiento del sistema financiero otorgando seguridad y confianza
a sus participantes.
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Mientras que unas personas son capaces de ahorrar, pues el consumo efectuado es inferior a los
ingresos por ellas obtenidos, otras necesitan de este excedente para expandir sus posibilidades actuales
de consumo más alla de la renta disponible. Como el trueque se revela como un medio ineficiente
sistema financiero
supervisores:
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para casar oferta y demanda de ahorro, aparece un nuevo mecanismo para asegurar el acuerdo entre
ahorradores e inversores: el mercado y los intermediarios financieros.
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Los ahorradores (1), que buscan obtener un rendimiento a sus ahorros y compensar de esta forma
su renuncia a un consumo actual, acuden a un intermediario financiero para colocar sus depósitos (2)
entre los demandantes de financiación. Los inversores (3), necesitados de fondos, acuden también a
los citados intermediarios para obtener aquellos préstamos o créditos (4) necesarios para financiar
sus inversiones y proyectos (5), de los que esperan obtener una rentabilidad por encima del coste del
capital cogido en préstamo (6). Con los beneficios logrados esperan retornar el citado capital y pagar
los intereses al intermediario (7), que a su vez deberá remunerar al ahorrador el depósito efectuado
de acuerdo a las condiciones pactadas (8). Lógicamente, el intermediario obtiene su ganancia del
diferencial entre el tipo de interés cobrado al inversor y el pagado al ahorrador por sus depósitos (9),
es el denominado margen financiero o de intermediación.
El tomar y prestar los depósitos de los ahorradores ha sido la actividad tradicional de los intermediarios
financieros y el margen su principal fuente de beneficios. Pero debido a la reducción paulatina de los
tipos de intereses aplicados y la caída del margen, los intermediarios han tenido que ir adaptando su
modelo de negocio hacia otras vías de ingresos:
• Servicios financieros: Los intermediarios prestan a los ahorradores e inversores una serie de
servicios complementarios a la captación de fondos y concesión de financiación como, por ejemplo,
la emisión de tarjetas de crédito, el cambio de divisas, la domiciliación de cobros y pagos, o la
realización de transferencias, giros y órdenes de pago. Además de ser utilizados como un medio
excelente para diferenciarse de la competencia, los intermediarios han puesto un precio a estos
servicios: las comisiones.
Las comisiones, que pueden cobrarse por cada servicio individualizado o mediante un único cargo a
modo de tarifa plana, deben responder a un servicio efectivamente prestado o a un gasto incurrido.
Los intermediarios tienen total libertad para fijar sus importes con la única obligación de hacerlos
públicos en todas sus oficinas y comunicarlos al Banco de España, que los difundirá a través de su
página Web2.
• Operar en los mercados financieros: Los intermediarios pueden actuar por cuenta propia y operar
en los mercados financieros, comprando y vendiendo valores o activos financieros representativos
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www.bde.es
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