STC 9/1982 - Documentos TICs

Anuncio
documento
www.derechomilitar.com
Lorenzo Cotino Hueso, www.cotino.net España
STC 9/1982, de 10 de marzo
Un Coronel inmerso en una causa por delito de injurias al Ejército (art. 317. CJM)
solicita nulidad conclusiones del fiscal puesto que no se habían concretado los aspectos
que el encausado había solicitado concreción, lo que causaba, a su juicio, una violación
del artículo 24. 2º CE por cuanto no fue informado de la acusación formulada. El Tribunal
reconoce que la falta de precisión del escrito de conclusiones del fiscal puede ser causa
de indefensión, a la vez que recuerda que en el caso de las injurias resulta preciso
concretar qué aspectos concretos se consideran injuriosos y no una mera y vaga
referencia a la publicación. La sentencia definitiva implicó una pena por falta grave, por lo
que el amparo solicitado no se concedió en tanto que el escrito de calificaciones por
delito de injuria no influyó en modo alguno.
TIPO: SENTENCIA
REFERENCIA-NUMERO:9/1982
FECHA-APROBACION:10-03-1982
PUBLICACION-BOE:22-03-1982 [“BOE” núm. 69]
SALA: Sala Segunda: Excmos. Sres. Arozamena, Rubio, Díez-Picazo, Tom s y
Truyol.
NUMERO-REGISTRO:225/1981
PONENTE: don Francisco Tomás y Valiente
RECURSO-TIPO: Recurso de amparo.
EXTRACTO:
1. El derecho que todos tienen a ser informados de la acusación formulada contra
ellos es una garantía en favor del equilibrio entre acusador y acusado en el proceso
penal. La ruptura de este equilibrio en contra del acusado, al no conocer éste en concreto
cu les son los hechos punibles que se le imputan puede producirle indefensión, concepto
que no hay que interpretar como necesariamente equivalente a la imposibilidad de
defenderse, pues puede haber también indefensión cuando por decisiones del órgano
judicial se produzca una disminución indebida de las posibilidades legales de defensa.
2. El reconocimiento del derecho, en este caso el de ser informado de la acusación
formulada y el de que ésta lo sea en términos que no produzcan indefensión, no podría
hacerse en términos de futuro, ni tampoco tendría sentido referirlo a un proceso ya
fenecido, pues tal reconocimiento del derecho sería jurídicamente irrelevante; el
reconocimiento del derecho ha de hacerse en términos de presente.
3. Al hoy recurrente se le ha corregido como autor de una falta al final de un
proceso del que no se ha recurrido en amparo contra ninguno de sus actos y en el que el
recurrente no ha reputado violado ningún otro derecho o garantía procesal. Por
consiguiente, también desde este punto de vista hay que concluir que el amparo
solicitado carece de contenido.
Documento recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental
DocumentosTICs.com. Su finalidad es de preservación histórica con fines exclusivamente
científicos. Evite todo uso comercial de este repositorio.
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
DISPOSICION-CITADA:
Constitución Española, de 27 de diciembre de 1978.
Artículo 24.
Artículo 24.1.
Artículo 24.2.
Artículo 9.3.
Decreto 3096/1973, de 14 de septiembre. Texto refundido del Código Penal
conforme a la Ley 44/1971, de 15 de noviembre.
Artículo 457.
Ley Orgánica 2/1979, de 3 de octubre, del Tribunal Constitucional.
Artículo 55.1. b).
Ley de 17 de julio de 1945. Código de Justicia Militar.
Artículo 257.
Artículo 317.
Artículo 437.4. a).
Artículo 729.
Artículo 729.1.
Real Decreto de 14 de septiembre de 1882. Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Artículo 650.
MATERIAS:
Acusación fiscal
Su imprecisión produce indefensión.
Derecho a ser informado de la acusación
Indefensión.
Indefensión
Concepto.
Escrito de conclusiones provisionales.
Imprecisión de la acusación fiscal.
Proceso penal militar
Naturaleza del escrito de conclusiones provisionales.
Reconocimiento de derechos en el recurso de amparo
Ha de hacerse en términos de presente.
Recurso de amparo
No procede tras Sentencia absolutoria.
Sentencias absolutorias
Cierra la vía de amparo.
Sentencias estimatorias del amparo
Reconocimiento del derecho.
PREAMBULO:
La Sala Segunda del Tribunal Constitucional, compuesta por don Jerónimo
Arozamena Sierra, Presidente, y don Francisco Rubio Llorente, don Luis Díez-Picazo y
Ponce de León, don Francisco Tomás y Valiente y don Antonio Truyol Serra,
Magistrados, ha pronunciado
EN NOMBRE DEL REY
la siguiente
SENTENCIA
Documento recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental
DocumentosTICs.com. Su finalidad es de preservación histórica con fines exclusivamente
científicos. Evite todo uso comercial de este repositorio.
2
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
En el recurso de amparo promovido por don Álvaro Graiño Aveille, representado
por la Procuradora doña María del Pilar García Gutiérrez, bajo la dirección del Abogado
don Alejandro Lastres Lens contra Decreto de 16 de julio de 1981 del Capitán General de
la primera región militar en la causa 422/1980 de aquella jurisdicción; en el proceso de
amparo ha comparecido el Fiscal General del Estado y ha sido Ponente el Magistrado
don Francisco Tomás y Valiente.
ANTECEDENTES:
I. Antecedentes
1. Don Álvaro Graiño Aveille, debidamente representado por Procurador y asistido
de Letrado, presentó ante este Tribunal recurso de amparo al 5 de agosto de 1981 contra
el Decreto de 16 de julio del mismo año del Capitán General de la primera región militar
en la causa 422/1980, por el que desestimaba el recurso interpuesto en su día por el
mismo coronel Graiño pidiendo que se declarase la nulidad del escrito de conclusiones
provisionales del Fiscal en la citada causa instruida ante la jurisdicción militar contra el
hoy recurrente de amparo, como presunto autor de un delito de injurias al Ejército
previsto en el art. 317 del Código de Justicia Militar (en adelante, C. J. M.), cometido por
medio de la carta del procesado publicada en la edición de “Diario 16” del 27 de
noviembre de 1980.
Elevada a plenario la causa 422/1980, el Fiscal jurídico militar formuló el 14 de
mayo sus conclusiones provisionales en las cuales, a pesar de que el procesado pidió la
concreción de los hechos constitutivos de delito, aquél se limitó a transcribir íntegramente
la citada carta sin especificar las palabras, frases o locuciones que estimaba injuriosas.
Promovido por el procesado lo que él denomina un artículo de previo pronunciamiento, el
Capitán General acordó por el Decreto ya mencionado de 16 de julio no admitir la
solicitud de que declarase la nulidad de la calificación provisional del acusador público.
Contra esta resolución que, siempre a juicio del recurrente, consumó la violación de
derechos nacida de un acto de la parte acusadora, se dirige el presente recurso de
amparo: en él se sostiene que el principal derecho constitucional vulnerado es el derecho
“a ser informado de la acusación formulada” (art. 24.2 de la C. E.), junto al cual también
se han violado los derechos del procesado a un proceso con todas las garantías, el de
utilizar todos los medios de prueba pertinentes, la presunción de inocencia y la
prohibición de indefensión, todos contenidos en el mismo art. 24 de la Constitución.
Los principales argumentos contenidos en la demanda son los siguientes: a) al
poner en conexión el art. 650 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (en adelante L. E. C.)
y el art. 729 del C. J. M. con el precepto del art. 24 de la C. E., según el cual todos tienen
derecho “a ser informados de la acusación formulada”, el recurrente entiende que el
derecho constitucionalizado recoge en el fondo el principio procesal contenido en
aquellos otros; b) para respetar tales derechos es imprescindible que en la acusación se
fijen con la máxima precisión posible los hechos delictivos que se imputan al acusado
con arreglo a la norma de remisión contenida en el art. 257 del C. J. M., que reenvía,
como supletorio, al Código Penal (en adelante C. P.), el art. 317 del C. J. M. tiene que
completarse con la tipificación de la injuria según el art. 457 del C. P., de acuerdo con el
cual son injuria las “expresiones proferidas... en deshonra”, etcétera. En el escrito de
conclusiones del Fiscal debieran especificarse cu les eran, dentro de la citada carta, las
“expresiones” injuriosas, y como no se hizo así, la acusación ha de considerarse vaga e
imprecisa en lo que se refiere a su contenido esencial y, por lo tanto, contraria al art. 24
de la C. E.; c) de esa violación fundamental derivan como consecuencia las otras
Documento recopilado para el archivo documental DocumentosTICs.com. Su finalidad es de
preservación histórica con fines exclusivamente científicos. Evite todo uso comercial de este
repositorio.
3
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
apreciadas por el recurrente, pues éste, al no conocer bien cu l era la acusación, tuvo
que defenderse en inferioridad, por no saber bien qué pruebas le convenía presentar; por
otra parte, como con la evacuación de las conclusiones provisionales precluye la
posibilidad de proponer pruebas defensivas, la imperfección de aquel escrito conculcó el
derecho constitucional “a utilizar los medios de prueba pertinentes”: finalmente, la
necesidad de defenderse respecto a toda la carta, al no haberse señalado cu l o cu les
de sus expresiones eran constitutivas de injuria, produjo una vulneración de la
presunción de inocencia y también de la prohibición constitucional de indefensión.
Por otrosí de la demanda, el recurrente pedía la suspensión del procedimiento de la
causa 422/1980. Abierta la correspondiente pieza separada, damos cuenta del desarrollo
y resolución del incidente de suspensión en el antecedente quinto.
2. La Sección de vacaciones de la Sala Segunda dictó providencia a 11 de agosto
de 1981 por la que se ponía de manifiesto como posible y única causa de inadmisión del
recurso la del art. 50.1 b) de la LOTC, al mismo tiempo que concedía un plazo común de
diez días al Ministerio Fiscal y al recurrente, de acuerdo con el mismo art. 50 de la LOTC
para que formulasen alegaciones sobre la admisión.
El Fiscal presentó las suyas en las que concluía pidiendo la inadmisión del recurso
por entender -entre otras razones- que la demanda de amparo carecía manifiestamente
de contenido constitucional, ya que la violación se imputaba cometida en el escrito de
conclusiones y éste, como acto de parte, no es susceptible en sí mismo de causar
violación de derechos constitucionales.
No obstante, la Sala, por Auto de 7 de octubre de 1981, admitió a trámite la
demanda; en el mismo auto se interesaba de la autoridad judicial militar que conocía de
la causa 422/1980 remitiera testimonio de las actuaciones referentes al incidente de
previo pronunciamiento promovido por el señor Graiño el 29 de junio y resuelto por la
autoridad judicial militar el 16 de julio de 1981; igualmente, se interesaba del Juzgado
Militar togado de la misma causa que emplazara ante el Tribunal Constitucional a
quienes hubieran sido parte del incidente ya indicado.
Cumplimentados que fueron los anteriores pronunciamientos, la Sección cuarta,
por providencia de 4 de noviembre, acordó dar vista de las actuaciones recibidas a las
partes por plazo común de veinte días, durante el cual podrían presentar las alegaciones
que estimasen pertinentes.
3. Dentro del trámite de alegaciones del art. 52 de la LOTC, el Ministerio Fiscal
expuso en las suyas que en la causa 422/ 1980 los hechos posiblemente constitutivos de
delito están narrados de forma precisa y concreta en el escrito de conclusiones
provisionales del Fiscal, al reproducirse en él literalmente la carta del procesado
publicada en “Diario 16”. Ese es, a su entender, el “hecho justiciable”, y, por lo tanto, ni la
acusación ha de considerarse vaga e imprecisa, ni se ha violado el art. 24.2 de la
Constitución.
Por otra parte, el escrito de conclusiones provisionales no es susceptible, en cuanto
acto procesal de parte, de causar violación de derechos constitucionales y, en último
término, si los hechos están en él narrados con ambigüedad el “perjuicio procesal” ser
para la pretensión del Fiscal, que no alcanzar una resolución judicial favorable. Por todo
ello sólo a partir de una hipotética Sentencia condenatoria podría llegar a ser el escrito de
calificación fiscal relevante para los derechos constitucionales invocados por el
recurrente.
En conclusión, el Ministerio Fiscal solicitó la denegación del amparo pedido por el
demandante.
Documento recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental
DocumentosTICs.com. Su finalidad es de preservación histórica con fines exclusivamente
científicos. Evite todo uso comercial de este repositorio.
4
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
Este, en su escrito de alegaciones, reiteró las pretensiones interpuestas en la
demanda y las fundó en argumentos que no es pertinente reproducir aquí, pues
constituían, como se dice en el folio 2, in fine del escrito en cuestión, “una síntesis de la
demanda de amparo”. Importa señalar, sin embargo, que el recurrente entiende que no
puede argüirse en contra de su pretensión diciendo que el escrito de conclusiones
provisionales, en cuanto acto de parte, no puede violentar derechos constitucionales. En
contra de tal argumento es necesario considerar, en primer lugar, que en el proceso
penal el Ministerio Fiscal no es, en sentido estricto, parte; y en segundo término no debe
olvidarse que fue un acto de órgano judicial el que consumó la violación iniciada por las
conclusiones del Fiscal. La sustantividad de las garantías procesales
constitucionalizadas en el art. 24 es tal, que a juicio del recurrente, una hipotética
Sentencia absolutoria no dejaría sin contenido la demanda de amparo formulada, pues
las garantías son para todos y durante el proceso. Corrobora su tesis (siempre según su
escrito) el art. 55.1 b) de la LOTC, que admite la sola pretensión de que se reconozca el
derecho según su contenido constitucional.
4. Días después de presentar su escrito de alegaciones, el recurrente interpuso
otro, firmado como aquél, a primero de diciembre, acompañado de copia de la resolución
dictada, previo dictamen del auditor, por el Capitán General de la primera región militar
en la causa 422/1980, de 19 de noviembre de 1981, resolución por la que se declaraba
la nulidad de lo actuado en aquella causa a partir de su folio 156 y por consiguiente
también la nulidad de la Sentencia dictada, y ordenaba que volviera a tramitarse de
nuevo el procedimiento a partir de dicho folio. El recurrente, aunque entendía que tales
resoluciones (la Sentencia anulada del Consejo de Guerra y la anulatoria del Capitán
General) no afectaban a los fundamentos de su pretensión, solicitaba su incorporación a
las presentes actuaciones para conocimiento del Ministerio Fiscal y de la Sala.
La Sección cuarta, por providencia de 16 de diciembre acordó su incorporación a
los autos y conceder un plazo de cinco días al Fiscal para que alegase lo que a su
derecho conviniera. El Fiscal en su escrito de 24 de diciembre, aparte de ratificarse
expresa e íntegramente en cuanto había expuesto en los anteriores, se dio por enterado
del contenido de las resoluciones puestas en su conocimiento e hizo constar que, según
su criterio, el proceso de amparo podía continuar su curso hasta la resolución definitiva
sin esperar al desarrollo del proceso militar hasta la nueva Sentencia resolutiva de éste.
5. En el incidente de suspensión abierto a raíz de la demanda, el Ministerio Fiscal
se opuso en su escrito de 17 de agosto a la suspensión del procedimiento de la causa
422/1980 y la Sección de vacaciones dictó Auto a 31 del mismo mes desestimando la
pretensión de suspensión, porque no apreció perjuicios previsibles para el recurrente por
el hecho de que la causa penal continuara su curso. No obstante, la Sección hacía
constar que, por causa de la inhabilidad del mes de agosto a efectos intraprocesales
aunque no respecto a cuestiones necesitadas de pronta solución, como lo son las
peticiones de suspensión, ésta tenía que resolverse antes de haberse cerrado el trámite
de admisión abierto en el proceso principal, por lo cual la resolución de la suspensión se
hacía con la provisionalidad propia de los actos en que la suerte de la demanda pende
del incidente de admisión abierto con arreglo al art. 50 de la LOTC.
A 26 de octubre el recurrente volvió a enviar un nuevo escrito al Tribunal, en el que
hacía constar, por un lado, que el día 7 de aquel mes se le había notificado la resolución
por la que se admitía a trámite su recurso de amparo, circunstancia que no pudo tenerse
en cuenta en su día al denegar la suspensión; y, por otro, que la vista del Consejo de
Guerra en la causa militar 422/1980 estaba señalada para el 28 de octubre. Por ello, y
Documento recopilado para el archivo documental DocumentosTICs.com. Su finalidad es de
preservación histórica con fines exclusivamente científicos. Evite todo uso comercial de este
repositorio.
5
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
con apoyo en el art. 57 de la LOTC pedía que el Tribunal modificara su acuerdo de 31 de
agosto y acordase en su lugar la suspensión de la causa militar hasta que se resolviera
el proceso de amparo.
La Sala, por providencia de 28 de octubre, acordó dar traslado al Fiscal del escrito
anterior y oír a éste y a la parte sobre la suspensión por plazo común de tres días. En
breve escrito, fechado al día siguiente, el Fiscal no se opuso a la suspensión, pero el
recurrente, en el suyo desistió expresamente de la suspensión referida. La Sala,
apoyándose en este desistimiento, acordó por Auto de 16 de diciembre de 1981 no haber
lugar a la suspensión solicitada por don Álvaro Graiño Aveille, quedando con ello
definitivamente zanjado el incidente de suspensión.
6. Llegados a este punto del proceso principal (véase antecedente cuarto in fine) y
del incidente de suspensión, la Sala, por providencia de 20 de enero, señaló para la
deliberación y votación de este recurso el 10 de febrero de 1982. No obstante, el 3 del
mismo mes entró en el Tribunal otro escrito del recurrente acompañado de copia de la
nueva resolución del Consejo de Guerra en la causa militar 422/1980, por la cual se
absuelve a don Álvaro Graiño del delito de injurias al Ejército y se le corrige como autor
de una falta grave del art. 437.4 a) del C. J. M. El recurrente, aunque consideraba
irrelevante esta resolución a efectos del amparo, pedía que se incorporase a los autos y
que se diera traslado de ella al Fiscal. La Sala, a 10 de febrero, acordó admitir como
prueba documental la aportada por el recurrente en su último escrito, dar traslado de éste
al Fiscal por un plazo de cinco días y suspender el plazo para dictar Sentencia.
El Fiscal, en su escrito de 17 de febrero, daba por reproducidas sus alegaciones
formuladas a 31 de agosto, 17 de noviembre y 24 de diciembre de 1981, pero además,
hacía ver que, producido el fallo absolutorio respecto al delito de injurias, la pretensión de
amparo había quedado sin contenido, aunque hubieran existido en el escrito de
acusación las irregularidades denunciadas y se acreditase su trascendencia potencial
para una eficaz defensa.
La Sección, recibido y visto el anterior escrito del Ministerio Fiscal, acordó su
incorporación a las actuaciones, ordenó que se diese traslado del mismo al recurrente y
señaló para la continuación de la deliberación el día 3 de marzo de 1982.
FUNDAMENTOS:
II. Fundamentos jurídicos
1. La lucha por un proceso penal público, acusatorio, contradictorio y con todas las
garantías se inició en la Europa continental hacia la segunda mitad del siglo XVIII frente
al viejo proceso inquisitivo y, con logros parciales, pero acumulativos, se prolonga hasta
nuestros días, como lo ponen de manifiesto diversos preceptos del art. 24 de nuestra
Constitución en torno a los cuales habrán de girar los fundamentos de esta Sentencia.
Deberemos referirnos en particular a la prohibición de que “en ningún caso pueda
producirse indefensión” (art. 24.1) y al derecho que todos tienen “a ser informados de la
acusación formulada contra ellos” (art. 24.2), preceptos que no pueden ser interpretados
aisladamente, sino refiriendo el segundo al primero y situando a ambos en el contexto del
art. 24 como un todo dotado de sentido global e inserto en la trayectoria histórica antes
aludida.
De otra parte, como base de una segunda línea de razonamiento, no podemos
perder de vista la existencia en la causa militar donde se produjeron los hechos contra
los cuales se dirige el presente recurso de amparo, de una Sentencia absolutoria del
delito de injurias al Ejército para el allí procesado y aquí solicitante de amparo. De la
Documento recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental
DocumentosTICs.com. Su finalidad es de preservación histórica con fines exclusivamente
científicos. Evite todo uso comercial de este repositorio.
6
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
convergencia lógica entre ambas líneas de argumentación, habrá de derivarse nuestro
fallo.
Aunque el recurso se dirige contra el Decreto del Capitán General de la primera
región militar de 16 de julio de 1981 en cuanto autoridad judicial militar en la causa
422/1980, lo cierto es que la presunta violación del art. 24 tiene su origen en el escrito de
conclusiones provisionales del Fiscal en la misma causa, y ello nos obliga a analizar las
posibles consecuencias del contenido del citado escrito en relación con los preceptos
constitucionales también ya invocados.
Un Coronel inmerso en una causa por delito de injurias al Ejército (art. 317. CJM)
solicita nulidad conclusiones del fiscal puesto que no se concretaron los aspectos que el
encausado había solicitado, causando a su juicio una violación del artículo 24. 2º CE por
cuanto no fue informado de la acusación formulada.
Como ha señalado la m s generalizada doctrina, al escrito de calificación del art.
650 de la L. E. C. y al escrito de conclusiones del art. 729 del C. J. M., les corresponde la
función de orientar el debate fijando qué hecho o hechos constituyen el objeto de la
acusación e indicando al acusado la dirección del ataque y las pruebas en que éste se
basar, a fin de que el inculpado pueda disponer adecuadamente su defensa. Por
consiguiente, la indeterminación en el escrito de conclusiones provisionales de los
hechos punibles, puede dar lugar a una acusación imprecisa, vaga e incluso insuficiente
y puede producir a causa de ello una situación de indefensión en el acusado, que sólo
podrá, efectivamente, defenderse y proponer las pruebas que crea convenientes en la
medida en que conozca la “exposición concreta de los hechos”, tal como exige con esa
finalidad el art. 729, núm. 1 del Código de Justicia Militar.
El derecho que todos tienen a ser informados de la acusación formulada contra
ellos es una garantía en favor del equilibrio entre acusador y acusado en el proceso
penal. La ruptura de ese equilibrio en contra del acusado al no conocer éste en concreto
cu les son los hechos punibles que se le imputan, puede producirle indefensión, concepto
que no hay que interpretar como necesariamente equivalente a la imposibilidad de
defenderse, pues puede haber también indefensión cuando, por decisiones del órgano
judicial, se produzca una disminución indebida de las posibilidades legales de defensa.
A propósito del delito de injurias, la necesidad de integrar el art. 317 del C. J. M.,
con el 457 del C. P., en virtud del párrafo segundo del art. 257 del mismo C. J. M. obliga
a aceptar que, dejando al margen otras posibilidades no concernientes al caso que nos
ocupa, el hecho típico punible viene en él constituido por la expresión o expresiones
proferidas en deshonra del Ejército por el señor Graiño en la carta que le publicó “Diario
16” el 27 de noviembre de 1980, y no puede considerarse que, como se lee en el citado
escrito de conclusiones del Fiscal, fechado a 14 de mayo de 1981, “el contenido del
transferido escrito (es decir, la carta íntegra publicada en ''Diario 16'' con la firma del
señor Graiño) constituye... un delito de injurias”. Hubieran debido individualizarse las
expresiones presuntamente injuriosas, pues aunque siempre habría sido necesario
interpretarlas dentro del contexto que supone la carta en su totalidad, sólo determinadas
expresiones, y no todo un escrito (que llevando el razonamiento ad absurdum, podría ser
un voluminoso libro) pueden reputarse injuriosas. Dentro de esa línea de razonamiento
hay que entender el escrito del recurrente dirigido a la autoridad judicial militar en el cual
estima contrarias a Derecho la falta de precisión del escrito de conclusiones y considera
indeterminada la acusación y, por ello, causante de indefensión. Después, al haber sido
rechazada su petición por el Decreto de 16 de julio, su interposición del presente recurso
de amparo fue admitida por este Tribunal.
Documento recopilado para el archivo documental DocumentosTICs.com. Su finalidad es de
preservación histórica con fines exclusivamente científicos. Evite todo uso comercial de este
repositorio.
7
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
2. El Consejo de Guerra de oficiales generales dictó en la causa 422/1980 una
nueva Sentencia a 26 de enero de 1982 (hoy ya firme), en cuyo fallo se lee que
“debemos absolver y absolvemos al procesado Coronel de Infantería don Álvaro Graiño
Aveille del delito de injurias al Ejército por el que estaba procesado”. Este
pronunciamiento absolutorio está referido al supuesto delito de injurias al Ejército cuyos
hechos punibles no fueron objeto, a juicio del recurrente, de la debida “exposición
concreta” (art. 729.1 del C. J. M.) en el escrito de conclusiones provisionales cuya
nulidad fue desestimada por la autoridad judicial militar en su Decreto de 16 de julio de
1981.
La pretensión del recurrente en amparo consiste, según se puede leer en el
“suplico” de la demanda, en que esta Sala declare la “nulidad de la resolución recurrida y
de todas las actuaciones procesales posteriores a ella”. En la situación actual, una
hipotética Sentencia que otorgase el amparo en los términos únicos y reiterados en que
éste ha sido solicitado, implicaría la anulación de la Sentencia absolutoria y la
reanudación del proceso penal militar con un nuevo escrito de conclusiones
provisionales. Con ello, el amparo otorgado, que debe ser en todo caso un beneficio
jurídico para el solicitante, se convertiría para él en fuente de un perjuicio cierto -el
sometimiento a un nuevo proceso penal, que siempre es una carga para quien lo sufre
como procesado- y de otro posible, esto es, el futuro pronunciamiento de una Sentencia
eventualmente condenatoria respecto a un delito por el cual ha sido ya procesado y
absuelto, siendo así que la ya firme Sentencia militar absolutoria constituye para el
procesado señor Graiño un bien jurídico cuya desaparición del mundo del Derecho como
consecuencia de una Sentencia de esta Sala que otorgara el amparo violaría el principio
de seguridad jurídica consagrado por nuestra Constitución (artículo 9.3).
Tiene por ello razón el Fiscal General del Estado cuando en su último escrito, y a
propósito de la Sentencia absolutoria respecto al delito de injurias al Ejército, afirma que
“producido el fallo absolutorio, la pretensión de amparo quedó sin contenido aunque
hubieran existido las irregularidades denunciadas en el escrito de acusación y se
acreditase su trascendencia potencial para una eficaz defensa”. Por consiguiente,
procede declarar que no ha lugar al amparo solicitado, por falta de contenido de la
pretensión.
3. A este razonamiento conclusivo se le pueden formular dos objeciones, en cierto
modo apuntadas por el recurrente.
La primera consiste en que la absolución no dejaría sin contenido la demanda
formulada porque el art. 55.1 b) de la LOTC admite la sola pretensión de que se
reconozca el derecho según su contenido constitucional. Aun siendo cierta la afirmación
del recurrente por lo que concierne al precepto citado de la LOTC hay que tener en
cuenta, sin embargo, dos argumentos que invalidan el suyo. El primero es que la
pretensión por él interpuesta no es de simple reconocimiento del derecho, sino de
declaración de nulidad de la decisión recurrida y de los actos posteriores a ella y a ella
anudados, con lo cual un fallo de esta Sala en el sentido exclusivo del 55.1 b) de la
LOTC podría ser tachado de incongruente. El segundo es que el reconocimiento del
derecho, en este caso el de ser informado de la acusación formulada y el de que ésta lo
sea en términos que no produzcan indefensión, no podría hacerse en términos de futuro,
esto es, con validez para procesos futuros, porque eso nadie lo pide ni lo niega, ni
tampoco tendría sentido referirlo a un proceso ya fenecido diciendo que tuvo en él el
derecho a ser acusado de tal forma y no de esa otra, pues tal reconocimiento del
derecho sería jurídicamente irrelevante; el reconocimiento del derecho ha de hacerse en
términos de presente, y en el caso que nos ocupa significaría su incidencia en un
Documento recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental
DocumentosTICs.com. Su finalidad es de preservación histórica con fines exclusivamente
científicos. Evite todo uso comercial de este repositorio.
8
Recopilado para www.derechomilitar.com en el archivo documental www.documentostics.com
Lorenzo Cotino
Documento TICs
proceso vivo, esto es, en el proceso penal militar 422/1980, lo que conduciría a vincular a
ese reconocimiento las consecuencias ineludibles expuestas en el fundamento segundo.
Por lo tanto, hay que seguir sosteniendo que en este caso y momento el amparo ha
perdido su objeto.
La segunda objeción oponible al razonamiento contenido en el fundamento
segundo consiste en que, a juicio del recurrente la Sentencia del Consejo de Guerra no
es absolutoria, puesto que a su entender, que los hechos sean calificados como
constitutivos de delito o de falta, y que la privación de libertad sea denominada pena o
corrección no tiene trascendencia respecto a la violación del derecho fundamental. La
objeción es insostenible. Al señor Graiño se le corrige en la citada Sentencia del Consejo
de Guerra como autor de “una falta grave de manifestarse por escrito en contra del
respeto debido a las autoridades militares”. Esta falta está tipificada en el art. 437.4 a) del
C. J. M. e incurren en ella los autores de “los escritos contrarios... al respeto...”.
Obviamente este Tribunal nunca podría entrar a analizar si el escrito del señor Graiño es
o no contrario al respeto. Pero sí es claro que en esa falta se incurre no por proferir
expresiones determinadas, como sucede en la tipificación del delito de injurias (art. 457
del C. P.), sino por ser autor de un escrito, y como éste fue reproducido íntegro en el de
conclusiones provisionales, es indudable, como manifiesta también el Fiscal General del
Estado, que en relación con esta falta pierden relevancia los hechos puestos en nuestro
conocimiento por el recurrente en amparo, esto es, la eventual violación de las garantías
constitucionales de defensa procesal surgida a raíz del escrito de conclusiones
provisionales. Al hoy recurrente se le ha corregido como autor de una falta al final de un
proceso del que (con independencia de lo ya expuesto a propósito del escrito de
conclusiones) no se ha recurrido en amparo contra ninguno de sus actos y en el que
el recurrente no ha reputado violados ningún otro derecho o garantía procesal. Por
consiguiente, también desde este nuevo punto de vista hay que concluir que el amparo
solicitado carece de contenido.
FALLO:
En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional, por la autoridad que le
confiere la Constitución de la Nación española
Ha decidido Denegar el amparo solicitado, por falta de contenido del mismo.
Publíquese esta Sentencia en el “Boletín Oficial del Estado”.
Dada en Madrid, a diez de marzo de mil novecientos ochenta y dos.
Documento recopilado para el archivo documental DocumentosTICs.com. Su finalidad es de
preservación histórica con fines exclusivamente científicos. Evite todo uso comercial de este
repositorio.
9
Descargar