OBLIGACIONES 367 depósito es sin interés se acentúa mucho más la preferencia, porque el depositante ha hecho un acto de libertad para con el depositario, hipótesis que rara vez se presentaba. La prenda - pignus. Era el contrato real por el cual una de las partes, pignorante, consignaba a la otra pignoratario, una cosa en garantía de un crédito, con la obligación para el que la recibía de restituirla cuando el crédito la hubiera sido satisfecho. Este contrato podía tener por objeto una cosa mueble o inmueble que el constituyente daba al acreedor prendario. Este tenía sobre la cosa la posesión jurídica ad interdicta aunque no tenía el animus domini, y después de la introducción de la hipoteca, la prenda se consideraba como un derecho real. La capacidad de obligarse debía existir en las dos partes contratantes pero no era necesario que el constituyente fuera propietario de la cosa; si se daba en prenda la cosa de otro, tenía derecho para pedir la restitución por la acción pignoratitia directa, después de haber pagado la deuda. Sin embargo, era evidente que el derecho real hipotecario no podía oponerse al verdadero propietario. Elemento constitutivo de la obligación de la prenda era la datio que transfería la posesión y era defendida por los interdicta del pignoratario, el cual, sin embargo, no podía hacer uso de la cosa ya que caía en furum usus. El pignoratario respondía por la conservación de la cosa hasta la culpa leve y acaecida la extinción del crédito garantizado, debía restituirla con todas las accesiones y los frutos eventuales, salvo que estos no hubieran sido computados en cuenta a los intereses y al capital de crédito garantizado. El contrato de prenda es bilateral, imperfecto, esto es, la obligación recaía toda sobre el pignoratario, pero el pignorante podía ser obligado a responder hasta de culpa leve por la inidoneidad de la cosa para servir de garantía y por los gastos necesarios pagados por el pignoratario. Por lo tanto, del contrato de prenda nacían dos acciones: • Una a favor del pignorante contra el pignoratario para recuperar la cosa después que se hubiera extinguido el crédito garantizado, llamada actio pignoraticia in personam. Para distinguirla de la in rem que correspondía al acreedor pignoraticio para la defensa de su derecho real.