Hay un árbol muy antiguo cuyas raíces crecen hacia arriba y sus

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Hay un árbol muy
antiguo cuyas raíces
crecen hacia arriba y
sus
ramas
hacia
abajo; ése en verdad
se llama lo Radiante,
Brahma, pues él solo
es el inmortal. Todos
los
mundos
están
contenidos
en
él,
nada va más allá.
Esto es.
Katha Upanishad
Como una manera de reconocer el papel que desempeñan los
bosques en cuestiones tan importantes como la mitigación del
cambio climático, la obtención de madera y medicamentos, o
como medio de vida para millones de personas, la ONU
designó el año 2011 como el Año Internacional de los Bosques,
(resolución 61/193), reconociendo que los bosques y su
ordenación sostenible pueden contribuir significativamente al
desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza y el logro
de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente,
incluidos los objetivos de Desarrollo del Milenio.
El logotipo del Año Internacional de los Bosques, 2011 tiene
por finalidad ilustrar el lema de “Los bosques, para las
personas” y ensalzar el papel fundamental que cumplen las
personas en la ordenación sostenible, la conservación y la
explotación sostenible de los bosques de nuestro mundo. Los
elementos iconográficos del dibujo representan algunos de los
numerosos valores de los bosques y la necesidad de cambiar
totalmente de perspectiva. La unión de todos esos elementos
refuerza la idea de que los bosques son vitales para la
supervivencia y el bienestar de las personas de todo el mundo.
Recordamos el tributo que la ONU ha rendido a Wangari Maathai, Premio Nobel de la
Paz y una de las ecologistas más activas de África, que falleció el 25 de septiembre de
2011.
Originaria de Kenya, Maathai fundó en 1977 el Movimiento del Cinturón Verde, que
alentó a las mujeres de las zonas rurales de su país a plantar árboles para mejorar sus
medios de vida.
Desde entonces, el Movimiento ha plantado más de 30 millones de árboles en África y
ha asistido a casi 900.000 mujeres en el establecimiento de centros de cuidado de
árboles para revertir los efectos de la deforestación.
También fue colaboradora del Programa de la ONU para el Medio Ambiente
(PNUMA) al que inspiró para emprender la campaña Mil Millones de Árboles que
invita a la gente de todo el mundo a plantar árboles para beneficio de sus
comunidades.
“Fue precursora en el entendimiento de la relación entre derechos humanos, pobreza,
protección ambiental y seguridad, por ello consiguió el Nobel de la Paz en 2004”,
señaló Ban Ki-moon.
La Tierra es nuestro hogar común
René Wadlow*
Se plantaron los bosques para consolar al mediodía.
El vagabundo pensativo en su sombra. En la víspera,
Los rayos de la Luna deslizándose entre medias.
Las hojas dormidas, es toda la luz que necesita
Para meditar.
Elishe Noice
Los bosques y los árboles han sido durante mucho tiempo parte
integrante de la vida diaria de la humanidad así como una parte importante de
sus mitos y símbolos. En la mitología escandinava, el Gran Árbol del Mundo,
Yggdrasil, es el árbol de la existencia, el árbol de la vida y del conocimiento. El
cuidado del árbol está encomendado a tres doncellas llamadas Urdhr (pasado),
Vervandi (presente) y Skuld (futuro). De ese árbol emana nuestro universo. En
la rama más elevada de este árbol se asienta un águila que simboliza luz y
cuyos intensos ojos ven todo lo que sucede en el mundo. El árbol es el pilar
cósmico que soporta el cielo y al mismo tiempo abre el camino al mundo de los
dioses. El árbol facilita una apertura hacia arriba, tanto para el mundo divino
como hacia abajo, el mundo subterráneo. Los tres niveles cósmicos se ponen en
comunicación.
En los mitos y leyendas de otras culturas, también hallamos la
importancia del árbol como símbolo de vida: con sus raíces en lo profundo, su
tronco en el mundo humano y sus ramas más altas que tocan el firmamento.
Las ramas se comparan a los peldaños de una escalera para que exista un
camino por el que el héroe escala, por medio de iniciaciones, a más elevados
estados de conciencia. La pérdida de las hojas en invierno y su renovación en la
primavera, ha servido como símbolo de la muerte y la regeneración. Así, el
árbol es un símbolo vivo. Una arboleda ha sido considerada a menudo como
sagrada, el santuario donde los rituales religiosos se llevaban a cabo.
En el conjunto de los árboles de la vida, los animales también tienen
significación simbólica, como, por ejemplo, el águila en los mitos escandinavos.
Los pájaros representan el elemento aire, y la serpiente, aunque vive bajo tierra
entre las raíces, simboliza la tierra o la unión con el mundo de después de la
vida.
Por tanto, el árbol es un símbolo apropiado de la integración del
humano, el animal y las plantas. Este sentimiento de armonía con la naturaleza
es lo que el antiguo biólogo de Harvard, Edward O. Wilson, llamaba la biofilia,
las conexiones que los seres humanos buscan con el resto de la vida. Nuestros
sentidos naturales existen para llevar a nuestro ser a la armonía, a la realización
y a la integración en el mundo. Contactar de nuevo con la naturaleza puede
producir alegría, regeneración y unión con la comunidad.
Sin duda, hay muchos aspectos diferentes para la protección y el sabio
uso de los bosques, medidas que necesitan ponerse en práctica con el sistema de
las Naciones Unidas por los Gobiernos nacionales y las autoridades locales. No
obstante, la acción individual es necesaria e importante.
Otros escritores, durante el Año de los Bosques, se expresarán, sin duda,
en la dimensión ecológica de los bosques, la degeneración y el costo social de la
tala incontrolada en la zona tropical, así como los beneficios de una dirección
sostenible de los bosques. En próximos ensayos ofreceré algo sobre la mitología
y el folclore como indicación del gran papel que los bosques juegan en la
conciencia humana.
*Representante ante las Naciones Unidas (Ginebra), de la Asociación
Ciudadanos del Mundo.
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