Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber Saber y hacer saber 01A. 2DA DE PORTADA:Maquetación 1 24/6/09 13:03 Página 1 “La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz” (Proverbio escocés) 04. EDITORIAL:Maquetación 1 25/6/09 13:53 Página 31 1136-4815/09/31-32 ALIMENTACION, NUTRICION Y SALUD Copyright © 2009 INSTITUTO DANONE ALIM. NUTRI. SALUD Vol. 16, N.º 2, pp. 31-32, 2009 Siempre en nuestra memoria A. Sastre Gallego VICEPRESIDENTE DEL INSTITUTO DANONE Este año se cumple el centenario del nacimiento del Profesor Francisco Grande Covián. Así dicho y escrito podía tratarse de una fecha relevante para la Medicina Científica, de carácter internacional, pero sin mediar otros componentes afectivos ni parámetros de orden personal. Pero no es el caso. El nombre de don “Paco Grande” va unido, ineludiblemente, a un alud de recuerdos, estímulos y encuentros que le hacen presente en el ánimo de muchos de nosotros con un afecto y actualidad casi tangibles. Recuerdo su llegada a España, una vez concluido su largo y fecundo periplo en los Estados Unidos, cuando tuvimos el privilegio de saludarle por primera vez, en una sesión en la “Fundación Jiménez Díaz” en Madrid, y acercarnos a la gratitud sonriente de su acogida. Le conocíamos a través de sus trabajos y publicaciones que tanto nos habían ayudado. Éramos un grupo, todavía escaso, de profesionales de la Medicina que habíamos decidido acercarnos a una ciencia casi olvidada en nuestro quehacer clínico llamada: “Nutrición”. Los pediatras mantenían desde siempre amplios conocimientos en la atención del lactante y del niño en sus primeros años. Pero el resto de generalistas y especialistas no contábamos con formación concreta alguna durante los años de licenciatura, y apenas un corto grupo se había ocupado de indagar en este campo para su futura actuación. Sin embargo, ahí estaba una extensa dedicación de futuro que, desde la bioquímica a las situaciones preventivas pasando por la atención de múltiples patologías, era imprescindible y básica para luchar con la enfermedad y promocionar y mantener la salud. ca. Aún recuerdo la lectura apasionante, ya que tenía el don de plantear la Ciencia como una aventura llena de estímulo, azar y objetividad, de su texto: La Ciencia de la Alimentación, introducida en España en 1947 por la editorial “Pegaso”. En sus páginas ya se desplegaban la antropología y el desarrollo histórico de los conocimientos; las necesidades energéticas; el papel de los alimentos; los elementos indispensables para la vida y la salud; la prevención mediante la dieta; y hasta el tratamiento adecuado de los alimentos a través del arte culinario. Pero cuando tuvimos al Profesor cerca de nuestro quehacer, ya que se prodigó de modo incesante en Cursos, Congresos, Conferencias, etc., a todo su prestigio anterior, se unió lo estimulante y grato de su amistad. Jamás le oí un comentario adusto; nunca defraudó a la hora de una ayuda para escalar un paso más en nuestros incipientes conocimientos. En ningún caso dejó de asignar lo que le parecía razonable para impulsar a un grupo, cada vez más numeroso de especialistas, provenientes de diversas licenciaturas y ampliamente interesados en la “Nutrición Humana”. Después de años de amplia repercusión profesional y humana, enfermó y nos dejó con cierta rapidez. De nuevo, en la UCI de la “Fundación Jiménez Díaz”, tuve la oportunidad de apretar su mano y darle las gracias antes de su marcha definitiva. En medio de su estado terminal, aún tuvo fuerzas para sonreír y responder a mi saludo diciendo mi nombre en tono afectuoso. Y el Profesor Grande Covián había desarrollado una amplísima dedicación a estos temas, apoyada y mantenida por investigaciones conocidas en el ámbito internacional. Pocos meses más tarde puede repetir todo esto en voz alta en un homenaje que se le rindió en la ciudad de Bilbao, ante una numerosa concurrencia de amigos y científicos. Sus libros pasaban por nuestras manos dando cimiento y seguridad conceptual a la dedicación clíni- Todos, estoy segura, le recordarán también en este centenario. 31 04. EDITORIAL:Maquetación 1 25/6/09 13:53 Página 32 A. SASTRE GALLEGO Por todo ello, y muchas otras razones largas de exponer, en los Cursos de Verano de la prestigiosa Universidad Menéndez Pelayo de Santander, sigue existiendo la “Escuela de Nutrición Francisco Grande Covián”. Este año, como en otros anteriores, estará presidida por el Profesor Serrano Ríos, Catedrático de Medicina Interna y Presidente del “Instituto Científico Danone” y patrocinada por el propio “Instituto Danone”. En ella, según consta en el programa, se expondrán temas relacionados con la Antropología de la Alimentación, preocupaciones casi epidemiológicas como las concernientes a la Obesidad y sus complicaciones en todas las sociedades del mundo. Incluso, la infiltración de esta patología en manifestaciones artísticas como expresión social. La repercusión de los alimentos en la defensa frente a la enfermedad; la importancia de es- 32 ALIM. NUTRI. SALUD tos temas en el ámbito de la salud pública; y la organización y educación precoces en el medio escolar. No podía faltar, como final, la llegada en el nuevo milenio de los “alimentos funcionales” dirigidos con objetividad a distintas dianas de salud y terapia. Todo ello expuesto por profesores destacados en el ámbito de la especialidad y provenientes de muy diversos campos, lo que contribuye a completar las piezas de una Ciencia multidisciplinar llamada “Nutrición”. Estamos seguros de que la memoria del Profesor Francisco Grande Covián se sentirá satisfecha y nos dedicará aquella grata sonrisa de complicidad y apoyo incondicionales para la utilidad y éxito del Curso. Y todo ello, en el marco de la Universidad Menéndez Pelayo y el año de su centenario: 2009● 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 33 1136-4815/09/33-46 ALIMENTACION, NUTRICION Y SALUD Copyright © 2009 INSTITUTO DANONE ALIM. NUTRI. SALUD Vol. 16, N.º 2, pp. 33-46, 2009 Beikost: alimentos infantiles complementarios para la transición y maduración digestiva (parte II) G. Ros Berruezo, D. Pérez Conesa, C. Frontela Saseta, J. F. Haro Vicente, P. Peso Echarri, M. J. Periago Castón, C. Martínez Graciá, F. J. García Alonso NUTRICIÓN Y BROMATOLOGÍA. FACULTAD DE VETERINARIA. UNIVERSIDAD DE MURCIA RESUMEN P ABSTRACT F ara la alimentación complementaria distinta de las “fórmulas adaptadas” se ha venido empleando el término alemán “beikost” que engloba a cualquier tipo de alimento del lactante, diferente de la leche materna o fórmula de inicio, y que incluye cereales, homogeneizados, menús completos o leches fermentadas. En este grupo se encuentran los alimentos elaborados a base de cereales y los alimentos para lactantes entre los que se encuentran los homogeneizados o tarritos. En este artículo se repasan los aspectos más importantes desde el punto de vista de estos alimentos en la dieta de los niños de corta edad, sus pautas de incorporación en la dieta y sobre todo los aspectos de composición en ingredientes y nutrientes en base a la regulación legal de la Unión Europea. or the complementary feeding different from the “adapted formulas” it has been used the Germany term “beikost” that include to any type of food of the suckling baby, different from maternal milk or formula of beginning, and that includes cereals, homogenised have come using the German term, complete menus or milk you ferment. In this group are the foods made with cereals and the foods for suckling babies between who are the homogenised ones or jars. In this article the most important aspects are reviewed from the point of view of these foods in the diet of the young children, his you mainly rule of incorporation in the diet and the aspects of composition in ingredients and nutrients on the basis of the legal regulation of the European Union. Palabras clave: Alimentos infantiles complementarios. Potitos. Cereales infantiles. Papillas. Etiquetado. Key words: Beikost. Weaning foods. Infant cereals. Pourridge. Labelling. EL TÉRMINO “BEIKOST” PARA ALIMENTO COMPLEMENTARIO La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe la alimentación complementaria como el periodo durante el cual otros alimentos o líquidos son proporcionados junto a la leche materna, y establece que cualquier alimento o líquido rico en nutrientes junto a la leche materna dado al niño de corta edad durante el periodo de la alimentación complementaria son definidos como “alimentos complementarios” (1). En este sentido el término que define este tipo de alimentos de manera más gráfica es la palabra alemana beikost que se puede traducir como “otros alimentos diferentes de la leche (materna) o de las fórmulas”. Este término se encuentra cada vez más extendido para su definición a nivel de consumidores (no hay nada más que consultar el término en cualquier buscador en Internet) como a nivel científico (2). 33 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 34 G. ROS BERRUEZO ET AL. FENÓMENOS MADURATIVOS DEL NIÑO EN EL PRIMER AÑO Y CAUSAS QUE JUSTIFICAN EL INICIO DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA Al comienzo de esta etapa se producen una serie de fenómenos madurativos que expresan la capacidad del niño para ingerir y utilizar alimentos distintos de la leche materna. Se inicia la erupción dentaria, progresa la maduración del tubo digestivo mejorando la capacidad de digestión y transporte de los nutrientes y la función defensiva frente a los gérmenes infecciosos (3). El niño puede sostener con firmeza la cabeza y el tronco, expresando su deseo de alimentarse abriendo la boca e inclinándose hacia delante o rechazar el alimento girando la cabeza o echándola hacia atrás. Estos avances madurativos coinciden con el momento en que la leche como alimento exclusivo ha dejado de ser suficiente para cubrir las exigencias nutricionales del lactante. Es pues el momento adecuado para introducir la alimentación complementaria. En algunos casos el inicio de la “alimentación complementaria” se realiza de forma rápida y a las 16 semanas de vida, ya que existe otras razones sociales y culturales que así lo determinan (4). De estos estudios se desprende que las principales causas que motivan la introducción de la “alimentación complementaria” a las 16 semanas son: 1. Cantidad de leche materna insuficiente (25%). 2. El niño llora demasiado (18%). 3. La madre nunca ha alimentado exclusivamente a base pecho al niño (14%). 4. La madre está demasiado atareada (14%). 5. El niño tiene problemas para mamar (11%). 6. Problemas para dar el pecho, el bebé ha estado hospitalizado y la madre no quiere ser perseverante (11%). 7. La madre quiere o debe volver al trabajo (7%). RECOMENDACIONES PARA LA INTRODUCCIÓN DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA No existe una recomendación específica sobre qué tipos de alimentos sólidos deben ser introducidos para iniciar la alimentación complementaria, si bien casi todos los organismos internacionales coinciden en que estos deberían cumplir un principio fundamental: proveer alta cantidad de energía de fácil utilización en el mínimo volumen posible (5). El aporte energético considerado adecuado para los niños entre los primeros 6 y 10 meses de vida es de unas 90 kcal/kg/día, recomendándose que en el ca- 34 ALIM. NUTRI. SALUD so de los niños de 6 meses de edad sea aportado en un 80% por las “fórmulas lácteas infantiles” y en el 20% restante por los “beikosts”; para los niños de 10 meses de edad se recomienda que los “beikosts” representen el 50% del aporte energético y las fórmulas lácteas infantiles el 50% restante (6). De los tres grupos de alimentos que es posible administrar (cereales, frutas y verduras, y carne), no existen razones para recomendar el inicio por uno u otro tipo, pudiendo adaptarse el esquema alimentario al contexto socio-cultural de cada país (7). No obstante, los principios generales del calendario para la introducción de los alimentos durante el primer año de vida son recogidos en la figura 1 (8). Las actuales recomendaciones de la OMS sobre la edad en la que la alimentación complementaria debería ser introducida están basadas sobre la duración óptima de la exclusiva alimentación con pecho, entre los 4 y 6 meses (1). Además, el comité sobre la nutrición de la ESPGHAN considera que la alimentación con pecho exclusiva alrededor de los 6 meses es una meta deseable, y que la introducción de los alimentos complementarios no debería ser antes de las 17 semanas pero no debería ser retrasada más allá de las 26 semanas (9). No obstante, datos de los diferentes países europeos indican una amplia variación en la edad de introducción en los alimentos complementarios. Por ejemplo, un 34% de las madres en Italia introducen la alimentación complementaria antes de los 4 meses (10), en Alemania, un 16% a los 3 meses (11), mientras que el Reino Unido un 51% antes de los 4 meses (12). Como se ha comentado a partir del 4º o 6º mes de vida comienza un periodo de transición en la alimentación infantil, que incorpora la fórmula de continuación y otros alimentos. Es el momento adecuado para introducir alimentos no lácteos e iniciar el paso a la alimentación omnívora propia del adulto (13). A partir de esta edad, los mecanismos homeostáticos del organismo están lo suficientemente desarrollados como para permitir ya una mayor concentración de los nutrientes. La digestión, absorción, la actividad y concentración de enzimas que intervienen en el metabolismo intermediario y la función renal han alcanzado un grado de madurez suficiente para que el niño pueda recibir una alimentación más variada. De este modo la diversificación de alimentos en la dieta del niño permitirá hacer aportes de sustancias completamente nuevas como son la fibra e incrementar el contenido en algunas otras, pues la leche humana o la fórmula, por sí sola es incapaz de cubrir los requerimientos de ciertos minerales, oligoelementos y vitaminas (7). Resumiendo todo lo anterior, los alimentos complementarios han de ser introducidos a partir del 6º mes, nunca debe hacerse antes del 4º, y se hará siempre de una forma progresiva y teniendo en cuenta las normas que se exponen a continuación (13): 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 35 BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) Vol. 16, N.º 2, 2009 er Fig. 1. Calendario de introducción de alimentos durante 1 año de vida (adaptado de Tojo y cols., 1987). 1. Los alimentos no lácteos no deben suponer más del 50% del aporte calórico total y la cantidad de fórmula desde los 6 a los 12 meses no debe ser inferior a los 500 ml. 2. De los tres grupos de alimentos que es posible administrar (cereales, frutas y verduras, y carnes) no existen razones para recomendar el inicio por uno u otro y en general el esquema alimentario debe adaptarse al contexto sociocultural de cada país. 3. Los cereales pueden incorporarse al biberón a partir del quinto o sexto mes, en una concentración de un 3-5%, aumentando esta progresivamente hasta un 10-12%, que es la consistencia usual de una papilla, comenzando por cereales sin gluten y administrando cereales con gluten a partir del octavo mes. 4. La introducción de las frutas en la alimentación se basa en su elevado contenido en vitaminas y fibra, en comparación con otros grupos de alimentos. No se recomienda el consumo de zumos azucarados de frutas en el biberón debido a que puede provocar la denominada “caries del biberón”, que afecta a los dientes primarios superiores (14). Por otro lado, el consumo excesivo de zumos de frutas comerciales, debido a su elevado contenido en azúcares, puede provocar la pérdida de apetito, la disminución del consumo de otros tipos de alimentos, como la leche materna o las leches infantiles, y con ello el consumo deficitario de algunos micronutrientes, por lo que su ingesta no se recomienda antes de los seis meses de vida y debe ser moderada a partir de esa edad (15). 5. Verduras y legumbres: desde el punto de vista nutricional, la introducción de las verduras y legumbres en la dieta del lactante se basa en su capacidad de suplementar el aporte de aminoácidos y minerales de la leche materna o las leches infantiles. Debido a su bajo valor calórico, únicamente pueden ingerirse en sustitución de una toma de leche cuando se combinan con proteínas de origen animal. Las verduras, junto con las frutas, son de gran utilidad para prevenir la aparición de deficiencias de micronutrientes (16). 6. Los nuevos alimentos se deben introducir por separado y en cantidad progresiva, tanto para comprobar su tolerancia como para que el niño se acostumbre a los nuevos sabores. 35 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 36 G. ROS BERRUEZO ET AL. 7. Todos los alimentos deben estar triturados; es conveniente que al principio estén homogeneizados finamente, posteriormente, cerca del año de edad, pueden ser de textura más gruesa. 8. Hay que ser especialmente cuidadoso en la introducción de alimentos potencialmente alergénicos como la clara de huevo o el pescado, en niños de familias con antecedentes atópicos, posponiendo su introducción hasta después del año de edad. REGULACIÓN SOBRE ALIMENTOS INFANTILES COMPLEMENTARIOS La aparición en 2006 de la Directiva 125/CE (17) en sustitución de la Directiva 96/5/CE racionaliza y aclara la situación normativa con respecto a la situación legal de las dos principales categorías de alimentos destinados a lactantes (menos de 12 meses) y de niños de corta edad (entre uno y tres años). Esta directiva pone especial atención a la presencia de plaguicidas en este tipo de alimentos fijándose en criterios microbiológicos aunque este aspecto no será tratado en el presente trabajo. La nueva Directiva se enmarca dentro de las recomendaciones para cubrir las necesidades en nutrientes al considerar que estos alimentos forman parte de una dieta diversificada y que, por tanto, no constituyen la única fuente de alimentación de los lactantes y de la población infantil. Sin embargo, y debido a las condiciones sociales y culturales actuales, aunque una gran mayoría la utilicen como complemento o bien como medio para una progresiva adaptación a los alimentos comunes, en algunos casos constituyen la única fuente de alimentación. No obstante la gran variedad de productos de este tipo elaborada por las empresas de alimentación infantil refleja una diversidad de dietas para niñas y niños en periodo de destete y de corta edad. En este sentido, las exigencias nutritivas básicas de estos alimentos y su composición, así como su seguridad, únicamente pueden garantizarse mediante el cumplimiento de las normas que los regulan y bajo un control estricto por parte de las autoridades. Este control va desde la producción primaria de sus ingredientes hasta que los productos llegan debidamente envasados y etiquetados al consumidor final. De esta forma, los productos alimenticios que regula son los alimentos elaborados a base de cereales y los alimentos infantiles distintos de los alimentos elaborados a base de cereales (como puede ser carne, pollo, pescado, queso, frutas o verduras) así como ingredientes cuya adecuación para la alimentación especial de los lactantes y las niñas y niños de corta edad haya sido determinada mediante datos científicos generalmente aceptados. 36 ALIM. NUTRI. SALUD REQUISITOS DE COMPOSICIÓN EN NUTRIENTES La composición de este tipo de alimentos viene especificada en la Directiva, que únicamente permite añadir en la fabricación de alimentos elaborados a base de cereales y de alimentos infantiles las sustancias alimenticias que la misma enumera. Los criterios de composición para la elaboración de estos alimentos especiales deben ajustarse a lo que se especifica en los anexos de la norma y que resumimos en las tablas I, II, III y IV. Así, los alimentos elaborados a base de cereales y los alimentos para lactantes deben cumplimentar los requisitos relativos a los nutrientes, cuyos valores vienen determinados respecto a los productos listos para el consumo y comercializados como tales o reconstituidos de acuerdo con las instrucciones del fabricante. De esta forma, se establecen contenidos máximos y/o mínimos, para cereales, proteínas, carbohidratos, lípidos, minerales, vitaminas, según los casos, y se garantizan unos límites de composición mínimos del producto final. Los alimentos elaborados a base de cereales se prepararán básicamente a partir de uno o más cereales o raíces feculentas que se habrán triturado y cuya cantidad no será inferior al 25% en peso de la mezcla final seca. Los alimentos infantiles para lactantes y niños de corta edad deberán tener un contenido mínimo de proteínas, según la fórmula en que la carne, el pollo, el pescado, los despojos u otra fuente tradicional de proteínas sean mencionados en la denominación del producto, que puede llegar a ser como mínimo de hasta el 40% del peso total del producto. Algunas características relativas a la composición de este grupo de alimentos recogidas la Directiva 96/5/CEE y Directiva 2006/125/CE son: −El contenido en proteínas varía en función de los ingredientes que tenga el producto. En cualquier caso, no deberá ser nunca inferior a 3 gramos/ 100 kcal. Si las proteínas son únicamente de origen lácteo (leche, queso), el contenido en este nutriente será como mínimo de 2,2 g/100 kcal (Tabla I). −Si la carne o el queso son los únicos ingredientes mencionados o aparecen en primer lugar en el etiquetado, la cantidad total de grasa en el producto, será como máximo de 6 g/100 kcal. Para el resto de productos, la cantidad de grasa en el producto será como máximo 4,5 g/100 kcal (Tabla II). −El contenido final de sodio en el producto no debe superar los 200 mg/100 kcal. Sin embargo, cuando el único ingrediente mencionado en el etiquetado es el queso, el contenido final de sodio en el producto no será superior a 300 mg/100 kcal (Tabla III). −Los preparados para lactantes a base de frutas, los postres o las cremas, no pueden llevar sal añadida (Tabla III). 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 37 BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) Vol. 16, N.º 2, 2009 TABLA I RESUMEN DE LAS ESPECIFICACIONES DE LA COMPOSICIÓN BÁSICA EN MACRONUTRIENTES DE LOS ALIMENTOS PARA LACTANTES Y NIÑOS DE CORTA EDAD PARA ALIMENTOS A BASE DE CEREALES Y ALIMENTOS INFANTILES SEGÚN LA DIRECTIVA 2006/125/CE Alimentos elaborados a base de cereales (i-iv) Alimentos infantiles (distintos de los alimentos elaborados a base de cereales) Proteínas Alimento Especificación Alimento Ingrediente Cereales con adición de otro alimento rico en proteínas(1) – No será superior a 1,3 g/100 kJ (5,5 g/100 kcal) – Se deberán añadir como mínimo 0,48 g/100 kJ (2 g/100 kcal) de proteínas En caso de contener carne, pollo, pescado, despojos u otra fuente tradicional de proteínas(1) Son los únicos ingredientes mencionados en la denominación del producto Bizcochos y galletas – No será superior a 1,3 g/100 kJ (5,5 g/100 kcal) – Se deberán añadir como mínimo 0,36 g/100 kJ (1,5 g/100 kcal) de proteínas Especificación – Como mínimo: El 40% del peso total del producto – Individualmente y por separado, como mínimo El 25% del peso total de las fuentes de proteínas mencionadas – El contenido en proteínas de las fuentes mencionadas: No deberá ser inferior a 1,7 g/100 kJ (7 g/100 kcal) Aparecen designados en primer – Como mínimo: lugar en la denominación del El 10 % del peso total del producto producto, independientemente – Individualmente y por separado, como mínimo: de que este se presente o no El 25% del peso total de las fuentes de proteínas como una comida completa mencionadas – El contenido en proteínas de las fuentes mencionadas: No deberá ser inferior a 1 g/100 kJ (4 g/100 kcal) Aparecen designados, aunque no – Como mínimo: en primer lugar El 8% del peso total del producto – Individualmente y por separado, como, mínimo: El 25% del peso total de las fuentes de proteínas mencionadas – El contenido en proteínas de las fuentes mencionadas: No deberá ser inferior a 0,5 g/100 kJ (2,2 g/100 kcal) – El contenido en proteínas total del producto de todas las fuentes: No deberá ser inferior a 0,7 g/100 kJ (3 g/100 kcal) Si el queso aparece junto con otros – La proteína de origen lácteo no deberá ingredientes en la denominación ser inferior a 0,5 g/100 kJ (2,2 g/100 kcal) de un producto salado (tanto si – El contenido total de proteína de cualquier el producto se presenta o no origen en el producto no deberá ser como un plato) inferior a 0,7 g/100 kJ (3 g/100 kcal) Si el producto aparece designado El contenido total de proteínas de todas las fuentes en la etiqueta como una comida en el producto no deberá ser inferior a 0,7 g/100 completa, pero no menciona la carne, kJ (3 g/100 kcal) el pollo, el pescado u otra fuente tradicional de proteínas en la denominación del producto Las salsas presentadas como acompa- Quedan exentas de los requisitos establecidos en ñamiento de un plato los casos anteriores Los platos dulces en cuya denomi– Deberán contener como mínimo nación aparezcan los productos de 2,2 g de proteína de origen lácteo/100 kcal origen lácteo como primero o único – Los demás platos dulces quedan exentos de los ingrediente requisitos establecidos en los casos anteriores Se autoriza la adición de aminoácidos únicamente para mejorar el valor nutritivo de la proteína presente y sólo en la proporción necesaria para tal fin i) cereales simples reconstituidos o que deben reconstituirse con leche u otro líquido alimenticio adecuado; ii) cereales con adición de otro alimento rico en proteínas reconstituidos o que deben reconstituirse con agua u otro líquido que no contenga proteínas; iii) pastas que deben cocer en agua hirviendo o en otros líquidos apropiados antes de su consumo; iv) bizcochos y galletas que pueden consumirse directamente o, una vez pulverizados, con adición de agua, leche u otro líquido adecuado. (1)El índice químico de las proteínas añadidas será equivalente a por lo menos el 80% de la proteína de referencia (caseína), o el coeficiente de eficacia proteínica (CEP) de la proteína en la mezcla será equivalente a por lo menos el 70% de la proteína de referencia. En todos los casos, se permitirá la adición de aminoácidos sólo para aumentar el valor nutritivo de las proteínas y únicamente de la proporción necesaria para ese fin. 37 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 38 G. ROS BERRUEZO ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD TABLA II RESUMEN DE LAS ESPECIFICACIONES DE LA COMPOSICIÓN BÁSICA EN MACRONUTRIENTES DE LOS ALIMENTOS PARA LACTANTES Y NIÑOS DE CORTA EDAD PARA ALIMENTOS A BASE DE CEREALES Y ALIMENTOS INFANTILES SEGÚN LA DIRECTIVA 2006/125/CE Alimentos elaborados a base de cereales (i-iv) Alimentos infantiles (distintos de los alimentos elaborados a base de cereales) Hidratos de carbono Alimento Especificación Cereales con adición de – La cantidad de carbohidratos otro alimento rico en añadidos de estas fuentes: proteínas No podrá ser superior a 1,8 g/100 kJ (7,5 g/100 kcal) – La cantidad de fructosa añadida: No podrá ser superior a 0,9 g/100 kJ (3,75 g/100 kcal) Bizcochos y galletas Alimento Ingrediente Especificación La cantidad total no deberá ser superior a (ver columna de especificación) Zumos de verduras y las bebidas a base de los mismos 10 g/100 ml Zumos de fruta y néctares y las bebidas a base de los mismos 15 g/100 ml Platos exclusivamente de fruta 20 g/100 g Postres y cremas 25 g/100 g Demás bebidas no lácteas 5 g/100 ml – Si se les añade sacarosa, fructosa, glucosa, jarabes de glucosa o miel: • La cantidad de carbohidratos añadidos de estas fuentes no podrá ser superior a 1,2 g/100 kJ (5 g/100 kcal) • La cantidad de fructosa añadida no podrá ser superior a 0,6 kJ (2,5 g/100 kcal) Lípidos Cereales con adición de – El contenido en lípidos: otro alimento rico en No podrá ser superior a proteínas 0,8 g/100 kJ (3,3 g/100 kcal) En caso de contener carne, pollo, pescado, despojos u otra fuente tradicional de proteínas Bizcochos y galletas Para todos los demás productos – El contenido en lípidos: No podrá ser superior a 0,8 g/100 kJ (3,3 g/100 kcal) En caso de que la carne o el queso La cantidad total de grasa de todas las fuentes en sean los únicos ingredientes o producto no deberá ser superior a aparezcan designados en primer 1,4 g/100 kJ (6 g/100 kcal) lugar en la denominación del producto La cantidad total de grasa de todas las fuentes en el producto no deberá ser superior a 1,1 g/100 kJ (4,5 g/100 kcal) Cereales con adición de – El contenido en lípidos: otro alimento rico en No podrá ser superior a proteínas reconstituidos 1,1 g/100 kJ (4,5 g/100 kcal) Cereales con adición de – Si el contenido en lípidos: otro alimento rico en es superior a 0,8 g/100 proteínas reconstituidos kJ (3,3 g/100 kcal): La cantidad de ácido láurico no podrá ser superior al 15% del total del contenido en lípidos La cantidad de ácido mirístico no será superior al 15% del total del contenido en lípidos La cantidad de ácido linoleico (en forma de glicéridos = linoleatos) no será inferior a 70 mg/100 kJ (300 mg/100 kcal) y no será superior a 285 mg/100 kJ (1 200 mg/100 kcal) i) cereales simples reconstituidos o que deben reconstituirse con leche u otro líquido alimenticio adecuado; ii) cereales con adición de otro alimento rico en proteínas reconstituidos o que deben reconstituirse con agua u otro líquido que no contenga proteínas; iii) pastas que deben cocer en agua hirviendo o en otros líquidos apropiados antes de su consumo; iv) bizcochos y galletas que pueden consumirse directamente o, una vez pulverizados, con adición de agua, leche u otro líquido adecuado. 38 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 39 BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) Vol. 16, N.º 2, 2009 TABLA III RESUMEN DE LAS ESPECIFICACIONES DE LA COMPOSICIÓN EN MICRONUTRIENTES DE LOS ALIMENTOS PARA LACTANTES Y NIÑOS DE CORTA EDAD PARA ALIMENTOS A BASE DE CEREALES Y ALIMENTOS INFANTILES SEGÚN LA DIRECTIVA 2006/125/CE Alimentos elaborados a base de cereales Alimentos infantiles (distintos de los alimentos elaborados a base de cereales) Minerales Alimento Especificación Alimento Especificación Sodio Las sales de sodio únicamente se podrán añadir a los alimentos elaborados a base de cereales con fines tecnológicos El contenido en sodio de los alimentos elaborados a base de cereales no deberá ser superior a 25 mg/100 kJ (100 mg/100 kcal) Productos a base de fruta, los postres o las cremas El contenido final de sodio en el producto no deberá ser superior a 48 mg/100 kJ (200 mg/100 kcal) o a 200 mg/100 g Si el único ingrediente mencionado El contenido final de sodio del producto en el nombre del producto es el queso no será superior a 70 mg/100 kJ (300 mg/100 kcal) Productos a base de fruta, los postres No se podrán añadir sales de sodio excepto o las cremas por necesidades técnicas Calcio Cereales con adición de otro alimento rico en proteínas reconstituidos No deberá ser inferior a 20 mg/ 100 kJ (80 mg/100 kcal) Galletas a base de leche No deberá ser inferior a 12 mg/100 kJ (50 mg/100 kcal) Vitaminas Tiamina Para los alimentos elaborados a base de cereales No deberá ser inferior a 25 µg/ 100 kJ (100 µg/100 kcal) Vitamina A (µg RE)(1) 14-43 / 100 kJ (60-180 / 100 kcal) Vitamina D (µg)(2) 0,25-0,75 / 100 kJ (1-3 / 100 kcal) Vitamina C En los zumos de verduras No deberá ser inferior a 25 µg RE/100 kJ (100 µg RE/100 kcal) No se deberá añadir vitamina D a los alimentos infantiles En los zumos de fruta, los néctares o los zumos de verdura No deberá ser inferior a 6 mg/100 kJ (25 mg/100 kcal) o a 25 mg/100 g RE: equivalentes de todo trans-retinol. (2)En formas de colecalciferal, del cual 10 µg = 400 u.i. de vitamina D. (1) −En los zumos de frutas, los néctares o los jugos de verdura, el contenido de vitamina C debe superar los 25 mg/100 kcal (Tablas III y IV). −No se puede añadir vitamina A a los alimentos infantiles, excepto a los jugos de verduras, ni se puede añadir vitamina D a ningún alimento infantil (Tablas III y IV). Aunque este es un resumen de los nutrientes más importantes existen distintas especificaciones que deben ser tenidas en cuenta cada situación. LOS CEREALES EN LA DIETA INFANTIL Los cereales son frutos de algunas plantas herbáceas cultivadas, monocotiledóneas de la familia de las gramíneas. Las principales cosechas de cereales son: trigo, cebada, avena, centeno, arroz, maíz, sorgo y mijo. Los cereales son los alimentos habitualmente recomendados para iniciar la alimentación complementaria, ya que poseen contenidos energéticos altos por unidad de volumen (80 kcal/100 g). En general, son utilizados en forma de papilla, vehiculados con leche de vaca y adicionados con algo de azúcar (7), y deben cumplir las tres normativas internacionales aceptadas sobre la composición de las papillas de cereales: ESPGHAN (18). Las papillas de cereales no sólo suministran un suplemento de energía en forma de hidratos de carbono, sino que también contribuyen al suministro de proteínas, minerales y vitaminas (en particular tiamina) y de ácidos grasos esenciales, siendo al mismo tiempo un alimento de bajo contenido en grasa (18). Los alimentos a base de cereales se definen como “los basados en granos de cereales y/o leguminosas que se elaboran para lograr un escaso contenido de humedad y 39 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 40 G. ROS BERRUEZO ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD TABLA IV RESUMEN DE LOS LÍMITES MÁXIMOS PARA LAS VITAMINAS, MINERALES Y OLIGOELEMENTOS AÑADIDOS A LOS ALIMENTOS PARA LACTANTES Y NIÑOS DE CORTA EDAD PARA ALIMENTOS A BASE DE CEREALES Y ALIMENTOS INFANTILES SEGÚN LA DIRECTIVA 2006/125/CE. CONTENIDO MÁXIMO POR 100 kcal Alimentos elaborados a base de cereales Vitamina A (µg RE) Vitamina E (mg α-TE)(1) Vitamina D (µg) Vitamina C (mg) Tiamina (mg) Riboflavina (mg) Niacina (mg EN)(3) Vitamina B6 (mg) Ácido fólico (µg) Vitamina B12 (µg) Ácido pantoteico (mg) Biotina (µg) Potasio (mg) Calcio (mg) Magnesio (mg) Hierro (mg) Cinc (mg) Cobre (µg) Iodo (µg) Manganeso (mg) 180 3 3 12,5/25(2) 0,5 0,4 4,5 0,35 50 0,35 1,5 10 160 80/180(4)/100(5) 40 3 2 40 35 0,6 Alimentos infantiles (distintos de los alimentos elaborados a base de cereales) Vitamina A (µg RE) 180(6) Vitamina E (mg α-TE) 3 No se deberá añadir vitamina D a los alimentos infantiles Vitamina C (mg) 12,5/25(7)/125(8) Tiamina (mg) 0,25 Riboflavina (mg) 0,4 Niacina (mg EN) 4,5 Vitamina B6 (mg) 0,35 Ácido fólico (µg) 50 Vitamina B12 (µg) 0,35 Ácido pantotéico (mg) 1,5 Biotina (µg) 10 Potasio (mg) 160 Calcio (mg) 80 Magnesio (mg) 40 Hierro (mg) 3 Cinc (mg) 2 Cobre (µg) 40 Iodo (µg) 35 Manganeso (mg) 0,6 α-TE = equivalente de D-α-tocoferol; (2)Límite aplicable a los productos enriquecidos con hierro; (3)NE = equivalentes de la niacina = mg ácido nicotínico + mg triptófano/60; (4)Límite aplicable a los productos contemplados en el artículo 1, apartado 2, letra a), incisos i) y ii); (5) Límite aplicable a los productos contemplados en el artículo 1, apartado 2, letra a), inciso i.v.; (6)De conformidad con las especificaciones de la composición en micronutrientes (ver tabla III); (7)Límite aplicable a los productos enriquecidos con hierro; (8)Límite aplicable a los platos a base de frutas, a los jugos de frutas, a los néctares y a los jugos de verduras. (1) se fragmentan para permitir su dilución en agua, leche u otro líquido” (5). La ESPGHAN (18) denomina papilla de cereales a los “alimentos ricos en hidratos de carbono empleados en la alimentación de niños e incluye alimentos preparados no solamente a partir de cereales en grano (incluido arroz) sino también semillas y raíces”. El término harina de cereales se utiliza para el “producto en polvo extraído de dichos cereales”. Estas harinas deben ser sometidas a un tratamiento tecnológico apropiado para favorecer su solubilidad en agua o en leche, y para facilitar la digestión, dado que a los 3-4 meses de edad la capacidad del páncreas para digerir el almidón es aún limitada por la escasa secreción de la amilasa pancreática, que empieza a ser efectiva entre los 12 y 18 meses de edad. Las harinas son tratadas tecnológicamente bien por calor o por enzimas, consiguiendo así eliminar los tiempos de cocción denominándose entonces como papillas instantáneas (19). Las “papillas instantáneas” tienen como ingredientes esenciales: los cereales (trigo, arroz, cebada, avena, centeno, maíz, mijo, sorgo y alforfón) y/o leguminosas (maní o cacahuete y soja), y también el sésamo como semilla oleaginosa (Tabla V). Dentro de las harinas de cereales el Codex Alimentarius (19) diferencia dos tipos: 40 1. Cocidas, simples o compuestas: alimentos que se han cocido por algún tratamiento tecnológico y se clasifican en: −Harina parcialmente cocida: que requiere una segunda breve cocción antes del uso. −Harina propiamente cocida: para uso inmediato, y que no necesita una nueva cocción antes del uso. −Harina dextrinada: harina en la cual el almidón se ha transformado parcialmente en dextrina por tratamiento térmico. 2. Tratadas con enzimas: harinas preparadas con enzimas cuyo almidón se ha transformado en dextrina, maltodextrina, maltosa y glucosa. Estos tratamientos autorizados deben cumplir una serie de requisitos mínimos relativos a su composición básica definidos recientemente (17), para los alimentos elaborados a base de cereales para lactantes y niños de corta edad. En relación al contenido en cereales, los alimentos elaborados a base de cereales se prepararán básicamente a partir de uno o más cereales o raíces feculentas que se habrían triturado. Y en relación al contenido en proteínas: para los “cereales con adición de otro alimento rico en proteínas re- 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 41 BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) Vol. 16, N.º 2, 2009 TABLA V COMPOSICIÓN QUÍMICA APROXIMADA DE LOS GRANOS DE CEREALES (POR 100 g) Humedad (g) Proteínas (g) Carbohidratos digeribles (g) Fibra dietética (g) Lípidos (g) Calcio (mg) Hierro (mg) Cinc (mg) Mijo Maíz Trigo Cebada Centeno Sorgo Arroz Avena 13,3 5,8 66,3 8,5 4,6 17 39 2,5 12,0 8,7 62,4 11,0 4,3 15 2,5 14,0 12,7 77,7 12,6 2,2 36 3,6 2,4 11,7 10,6 56,1 17,3 1,6 50 6 3,3 15,0 8,2 58,9 14,6 1,5 64 4,6 1,3 14,0 8,3 59,3 13,8 3,1 28 10 1,4 11,8 6,4 74,3 3,5 2,4 10 0,8 0,2 8,9 12,4 60,1 10,3 6,4 55 4,5 constituidos o que deben reconstituirse con leche u otro líquido alimenticio adecuado”, el contenido en proteínas no será superior a 1,3 g/100 kJ (5,5 g/100 kcal) teniendo en cuenta, que se deberán añadir como mínimo 0,48 g/100 kJ (2 g/100 kcal) de proteínas. También hay establecidas exigencias relativas al contenido en hidratos de carbono, lípidos, minerales (sodio y calcio) y vitaminas para los alimentos elaborados a base de cereales para lactantes y niños de corta edad. El ámbito de aplicación para los alimentos a base de cereales de la Directiva comunitaria (17) se extiende a las siguientes subcategorías de productos: Como se ha descrito anteriormente, el tipo de cereales a utilizar en la dieta infantil es variable. Puede emplearse un solo tipo (simples), o lo que es más común, pueden utilizarse varios simultáneamente (complejos), siendo trigo, avena, cebada, centeno, arroz y maíz los más frecuentes (7,15). No obstante, uno de los criterios más importantes a la hora de seleccionar los tipos de cereales que han de integrar las “papillas infantiles” es la presencia o no en su composición de gluten (20). El gluten está formado por un 90% de proteínas, 8% de lípidos y 2% de hidratos de carbono. Estos últimos son principalmente pentosas, insolubles en agua, que pueden fijar y retener cantidades significativas de agua, mientras que los lípidos forman un complejo lipoproteico con ciertas proteínas del gluten. Las proteínas del gluten asociadas con los lípidos, son responsables de las propiedades viscoelásticas y cohesivas de la masa. Tales propiedades reológicas confieren a la masa la capacidad de retener gas durante la fermentación (esponjamiento), obteniéndose un producto que después de hornearlo es poroso y con una corteza elástica. Atendiendo a este criterio los cereales infantiles se clasifican en 2 tipos según presenten en su formulación esta proteína: −Pastas que deben cocer en agua hirviendo o en otros líquidos apropiados antes de su consumo. −Cereales simples reconstituidos o que deben reconstituirse con leche u otro líquido alimenticio adecuado. −Cereales con adición de otro alimento rico en proteínas reconstituidos o que deben reconstituirse con agua u otro líquido que no contenga proteínas. −Bizcochos y galletas que pueden consumirse directamente o, una vez pulverizados, con adición de agua, leche u otro líquido adecuado. La norma comunitaria establece las exigencias nutritivas básicas relacionadas con la composición de estas dos principales categorías de alimentos (Tablas I, II, III y IV). De esta forma, los ingredientes con los que deben elaborarse deben adecuarse a las necesidades nutritivas de los lactantes y las niñas y niños de corta edad en buen estado de salud. Estas necesidades vienen determinadas por datos científicos generalmente aceptados. Su ámbito de aplicación no contempla la leche para niñas o niños de corta edad. Existe por lo tanto, un límite temporal claramente establecido para aquellos cereales y sus derivados que contienen gluten (trigo, cebada, centeno, avena o triticale, un híbrido entre trigo y centeno), ya que una introducción temprana en la dieta del niño, puede condicionar el desarrollo de la enfermedad celiaca (Tabla VI). −Sin gluten: están formados a base de cereales sin gluten (maíz y arroz), leguminosas y almidón de yuca o tapioca, y que pueden ser utilizados a partir del 4º mes de edad. HOMOGENEIZADOS DE FRUTA, CARNE O PESCADO: TARRITOS O POTITOS −Con gluten: se elaboran a base de harina de cereales que presentan gluten de forma natural (trigo, avena, cebada y centeno), que no deben administrarse hasta después del 6º o mejor 8º mes de edad. La alimentación semisólida complementa el aporte de algunos nutrientes, y ayuda a introducir en el 41 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 42 G. ROS BERRUEZO ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD TABLA VI COMPARACIÓN DE COMPOSICIÓN DECLARADA EN ETIQUETADO EN NUTRIENTES POR 100 g DE ALIMENTOS INFANTILES ELABORADOS A BASE DE CEREALES SELECCIONADOS DEL MERCADO ESPAÑOL Tipo de cereal infantil (entre paréntesis se indica el mes a partir del cual se puede incorporar en la dieta) Valor energético (kcal) Macronutrientes Proteína (g) Hidratos de carbono (g) – Azúcares – Fibra alimentaria Lípidos (g) – Saturados Micronutrientes Vitamina A (µg RE) Vitamina E (mg α-TE)(1) Vitamina D (µg) Vitamina C (mg)(2) Tiamina (mg) Riboflavina (mg) Niacina (mg EN)(3) Vitamina B6 (mg) Ácido fólico (µg) Vitamina B12 (µg) Ácido pantotéico (mg) Biotina (µg) Calcio (mg) Hierro (mg) Cinc (mg) Cobre (µg) Iodo (µg) Manganeso (mg) Sodio (mg) Fósforo (mg) Cerealessin gluten (4º) Multicereales (6º) Lacteados (6º) 371 361 415 6,2 84,3 21,6 1 0,2 8,2 79,2 22,5 5,7 1,3 0,2 15,6 68,8 25 2 8,6 2,9 375 4,0 7,5 25,0 0,4 0,6 7 0,6 70 0,5 3 15 295 7,5 20 228 375 4 7,5 25 0,4 0,6 7 0,6 70 0,5 3 15 295 7,5 25 228 375 4 7,5 25 0,45 0,6 7 0,6 70 0,5 3 15 350 11 1,4 0,15 46 300 α-TE = equivalente de d-α-tocoferol; (2)Límite aplicable a los productos enriquecidos con hierro; (3)NE = equivalentes de la niacina = mg ácido nicotínico + mg triptófano/60. (-): no indicada en el etiquetado. (1) niño el hábito de masticar y tragar, así como la recepción positiva ante los nuevos sabores, aromas y texturas. Sin embargo, es importante que la incorporación de estos alimentos se haga de forma adecuada y en el momento correcto. En el periodo de transición o destete (6), deben aumentarse tanto la energía aportada como la cantidad de diversos nutrientes. Es por ello que se introducen alimentos semisólidos (purés caseros y/o potitos), aunque se siga manteniendo la lactancia, que en esta fase es mayormente artificial (fórmulas de continuación). Se van incorporando, paulatinamente y de acuerdo con el pediatra, alimentos no lácteos, preparados de forma adecuada en consistencia y cantidad y adaptados a la maduración y desarrollo del bebé. Así los niños y niñas aprenden a masticar y tragar y prueban nuevos sabores. En el periodo de maduración digestiva se introducirán otros alimentos. Tal y como se ha indicado, por lo general, no deben introducirse an42 tes de los 4-6 meses. Dentro de estos tarritos (también conocidos como potitos) podemos establecer distintos grupos según la base del ingrediente principal: A base de frutas Quizás uno de los tipos de tarritos que más rápidamente se incluyen en la dieta del lactante sea la fruta bien como zumo o como puré. Conviene incluir frutas en la dieta del lactante cuando cumple los 4 ó 5 meses de edad, sin que la fruta sustituya a la toma de leche, debiendo ser complementarias y no excluyentes. Una cuestión importante a tener en cuenta es que las frutas son dulces, por lo que no es necesario añadirles azúcar, práctica muchas veces 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 43 BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) Vol. 16, N.º 2, 2009 errónea. Para elaborar estos tarritos se emplean las frutas más comunes en nuestra dieta como son la naranja, la manzana, el plátano, pera, albaricoque, melocotón o piña. En ocasiones se mezclan con vegetales como la zanahoria que por su coloración, textura y sabor dulce son un complemento adecuado. Otros ingredientes de estos potitos de frutas son agua o zumo, espesantes como harina y almidón, vitamina C y azúcar. La cantidad de fruta depende de estos ingredientes pero en todos los casos superan el 65% pudiendo llegar hasta el 90%, aunque lo normal es que sea muy elevada (más del 80%). Dependiendo de este ingrediente el aporte calórico puede oscilar entre las 50 y las 100 kcal por 100 g (Tabla VII). Como es natural el nutriente principal son los hidratos de carbono, que representan entre el 13 y el 20% de producto. Los hidratos de carbono se componen básicamente de azúcares simples como la fructosa (propio de la fruta) o la sacarosa, si se ha añadido azúcar. Los hidratos de carbono complejos vienen representados por el almidón, añadido por su función espesante o gelificante. El contenido en proteínas (0,5%) y grasas (0,1%) es irrelevante. No lo es, sin embargo, el de fibra (1%), beneficiosa para la regulación del tracto gastrointestinal. Los tarritos de frutas contienen vitamina C añadida (con un límite máximo de 125 mg por 100 kcal) lo que un tarro de 250 g de cualquiera de ellos se cubre sobradamente las necesidades diarias del lactante para este nutriente (Tabla VII). A base de verduras Los tarritos a base de verduras se pueden incorporar tras los de fruta. En ello se emplean la patata o almidón de patata, la zanahoria, los guisantes, las judías verdes, el tomate, el apio o la cebolla, junto a aceite de oliva o semillas y sal. Se comienza a aportar un mayor contenido en vitaminas y minerales. Con estos ingredientes se mantiene la densidad energética pero aumenta la de proteínas hasta 3 g/100g y lípidos hasta 1,7 g/100g (Tabla VII). Los hidratos de carbono no aumentan en su contenido global pero sí lo hace la fibra dietética total alcanzado valores entorno al 1,5 g/100 g. El tipo de aceite determinará el perfil lipídico y su ajuste a las recomendaciones de la ESPGHAN (21) sobre la necesidad a cubrir. A base de carne y pescado A partir de los 6 meses a los niños se les puede incorporar alimentos homogeneizados que tienen como base la carne. No obstante no es el ingrediente principal ya que la suma de los vegetales es mayoritaria. Los tarritos cuya base es la carne son menús elaborados con una variedad de verduras a las que se añade carne de diferente naturaleza (17). De ellas TABLA VII COMPARACIÓN DE COMPOSICIÓN DECLARADA EN ETIQUETADO EN NUTRIENTES POR 100 g DE ALIMENTOS INFANTILES A BASE DE FRUTA, VERDURA O LECHE (DISTINTOS DE LOS ALIMENTOS ELABORADOS A BASE DE CEREALES) SELECCIONADOS DEL MERCADO ESPAÑOL Tipo de homogeneizado a base de fruta, verdura o leche (entre paréntesis se indica el mes a partir del cual se puede incorporar en la dieta) Valor energético (kcal) Macronutrientes Proteína (g) Hidratos de carbono (g) – Azúcares – Fibra alimentaria Lípidos (g) – Saturados – Monosaturados – Polisaturados Micronutruentes Vitamina C (mg) Sodio (mg) Fruta variada (4º) Macedonia de fruta con cereales (4º) Zumo de frutas variadas (4º) Verduras variadas (4º) Postre lacteado (6º) 75 63 60 53 107 0,6 18 14,5 1,3 0,1 0 - 0,8 14,5 1,5 0,2 0,1 - 0,3 14,5 13,8 0,2 0,1 0 - 1,3 9,4 2,5 1,6 1,2 0,2 0,5 0,5 2,5 19,0 2,4 - 25 12 25 11 25 15 75 50 (-): no indicada en el etiquetado. 43 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 44 G. ROS BERRUEZO ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD TABLA VIII COMPARACIÓN DE COMPOSICIÓN DECLARADA EN ETIQUETADO EN NUTRIENTES POR 100 g DE ALIMENTOS INFANTILES A BASE DE CARNE Y PESCADO (DISTINTOS DE LOS ALIMENTOS ELABORADOS A BASE DE CEREALES) SELECCIONADOS DEL MERCADO ESPAÑOL Tipo de homogeneizado a base de carne (entre paréntesis se indica el mes a partir del cual se puede incorporar en la dieta) Valor energético (kcal) Macronutrientes Proteína (g) Hidratos de carbono (g) – Azúcares – Fibra alimentaria Lípidos (g) – Saturados – Monosaturados – Polisaturados Micronutrientes Sodio (mg) Pollo (6º) Vacuno (6º) Cerdo (6º) Cordero (6º) Merluza y verduras (8º) 67 69 74 65 72 3,6 7,0 0,6 0,5 2,7 0,7 1,4 0,6 4,2 6,8 2,4 1,3 2,8 0,8 1,3 0,7 4,0 7,3 1,7 3,2 0,7 1,5 1 1,2 3,3 7,6 1,6 1,2 2,4 0,8 1 0,6 3,8 8,3 1,8 1,1 2,6 0,5 1,1 1,0 115 115 109 108 110 podemos destacar que el contenido en proteínas no debe ser nunca inferior a 3 gramos/100 kcal aunque puede variar en función de los ingredientes que tenga el producto. En el caso de ser proteínas únicamente de origen lácteo (leche, queso), el contenido en este nutriente será como mínimo de 2,2 g/100 kcal (Tabla VIII). En general los tarritos de base de carne dependen de la composición en este ingrediente y del tipo de carne seleccionada. En relación con los lípidos la cantidad total de no debe superar como máximo de 6 g/100 kcal. Una revisión rápida el mercado pone de manifiesto que la mayoría de los tarritos de base de carne presentan un rango el contenido de proteína que pueden llegar hasta incluso doblar el contenido mínimo establecido y antes comentado (Tabla VIII). La gama de carnes actualmente es limitada a ternera o vaca, pollo o pavo, jamón y cordero. En los primeros casos el porcentaje de carne en la formulación se encuentra entre el 15 y el 20%, mientras que para el cordero siempre será inferior (entre el 10 o el 15%) debido a su intenso sabor. No obstante la tendencia actual es a hacer alimentos más suaves y que alcancen los niveles de nutrientes recomendados con valores en el pollo y pavo entre el 10 y el 15%, respectivamente, ternera, vaca o jamón de cerdo del 15%, y de cordero el 12%. En el caso de vísceras, como el hígado, el porcentaje no supera el 10%. Con esto se consigue cubrir la demanda de energética al igual que se aportan aminoácidos esenciales de elevado valor biológico. Es difícil tener la referencia de este valor biológico ya que son mezcla de ingredientes y el resto (vegetales, aceite, almidón,…) permite su reajuste en caso necesario. En cualquier caso son de elevada 44 calidad. En otros países, como en Italia, la carne de conejo también forma parte de su cultura alimentaria y podemos encontrar tarritos de “coniglio”. En este caso el contenido declarado de estos tarritos es 40 g y los tarritos son más pequeños y su forma de consumo igualmente son más reducidos. El tamaño estándar es de 250 g mientras que el de conejo es de 80 g. La razón es que este alimento se debe consumir conjuntamente y mezclado con la “panna”, otros alimentos como la pasta. Aunque con esta cantidad se alcanzan valores muy elevados de proteína (7,6%) con equivalente valor biológico, el modo de empleo lo reduce a valores como los recomendados por la ESPGAHN y regulados por le UE. Como ejemplo, cien gramos de estos potitos aportan entre 68 y 87 calorías, lo que supone un cuarto de las necesidades energéticas del niño. Los carbohidratos son también en estos potitos el ingrediente mayoritario, pero suponen sólo entre el 7 y el 8%. Además, cien gramos aportan desde 0,5 gramos de fibra hasta 1,7 gramos (Tabla VIII). El mayor contenido en proteína se encontró 4,8-2,4%. La grasa, del aceite y el pollo, representa entre el 3 y el 4%. El almidón puede proceder de la patata y de su adición como espesante. A base de pescado A partir de los 8 meses, el bebé puede tomar pescados blancos como el lenguado o la merluza, que le aportarán las proteínas y los minerales que necesita. 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 45 Vol. 16, N.º 2, 2009 El pescado se incorpora de modo más tardío a la dieta infantil por su potencial poder alergizante. En este caso se siguen las mismas pautas de composición que las descritas para los tarritos a base de carne. Las especies más empleadas como base de pescado son principalmente merluza y lenguado, así como otras complementarias como rape, lubina o salmón. En todos ellos el porcentaje de composición oscila entre el 10 y el 15% (Tabla VIII). En el caso del pescado azul como el salmón nos permite estimar la presencia en ácidos grasos de cadena larga como el ácido docosahexaenoico o DHA y que sirven para reforzar y cubrir las necesidades diarias de estos ácidos grasos. PRESENTACIONES Y TEXTURAS En la alimentación complementaria se han ideado distintas formas de conseguir la adaptación del niño en base a su madurez fisiológica a la masticación. Entre ellos en las fases de adaptación se han ideado los tarritos “duo” en la que se mezclan homogeneizados de distinta densidad con lo que el niño se adapta de las texturas al igual que a los sabores de uno en uno. Otra presentación más avanzada es la de los “trocitos” en la que en este caso y sobre todo a partir de los 12 meses en los que ya existe dentición, el niño comienza a masticar, con lo que se le ayuda a comenzar en el proceso de masticación. ETIQUETADO Es una norma obligatoria que en la etiqueta se indique claramente la edad apropiada para el consumo, la recomendación de consumo inmediato una vez abierto el envase, la lista de ingredientes por orden decreciente, la cantidad de azúcar añadido y si contiene o no gluten. Como complemento a su valor biológico y contenido proteico podemos encontrar de interés su reducido contenido en lípidos en comparación con otras carnes, ya que la carne de conejo no supera los 8 g/100 g frente a la ternera el cerdo y el cordero. Pero quizás pase desapercibida otra importante cualidad y es la referente a su poder alergizante. La carne de cordero y los alimentos como los potitos tienen un menor poder alergizante, con lo que su uso en la introducción paulatina en la dieta puede ser una gran ayuda para los padres, pediatras, y nutricionistas. Este tipo de alimentos especiales, si bien están sometidos a las normas de etiquetado, presentación y publicidad de carácter general, deben cumplimentar ciertos requisitos de carácter particular. Así, atendiendo a la naturaleza y el destino de los productos BEIKOST: ALIMENTOS INFANTILES (PARTE II) regulados por la Directiva 2006/125/CE (17), se requiere un etiquetado sobre las propiedades nutritivas que indique el valor energético y los principales elementos nutritivos. De la misma forma, debe especificarse el modo de empleo para que estos productos no se utilicen indebidamente y perjudiquen la salud de los lactantes. Las indicaciones específicas que se deberán incluir con carácter obligatorio en el etiquetado serán las siguientes: −La edad a partir de la cual podrá consumirse el producto, teniendo en cuenta su composición, textura y otras propiedades particulares. La edad indicada será, como mínimo, de cuatro meses para cualquier producto. En los productos recomendados a partir de los cuatro meses, se podrá señalar que son adecuados a partir de dicha edad, salvo indicación contraria de una persona independiente y competente en medicina, nutrición o farmacia, u otro profesional de la asistencia a madres y niños. −La presencia o ausencia de gluten cuando la edad indicada para el consumo del producto sea inferior a seis meses. −El valor energético disponible expresado en kJ y kcal, y el contenido de proteínas, hidratos de carbono y lípidos, expresados en forma numérica, por cada 100 g o 100 ml de producto en su forma comercializada y, cuando proceda, por cantidad especificada de producto propuesta para el consumo. −La cantidad media de cada sustancia mineral y de cada vitamina controlada a un nivel específico especificado en el anexo I y en el anexo II respectivamente, expresada en forma numérica, por cada 100 g o 100 ml de producto en su forma comercializada y, cuando proceda, por cantidad especificada de producto propuesta para el consumo. −En caso necesario, las instrucciones sobre la correcta preparación del producto, subrayando la importancia de ajustarse a dichas instrucciones. La Directiva permite declaraciones referentes a estos productos que no estén expresamente prohibidas de conformidad con las normas aplicables a todos los productos alimenticios, siempre y cuando se tengan en cuenta, cuando proceda, los criterios de composición especificados en la misma; así como menciones facultativas sobre la cantidad media de nutrientes e información sobre determinadas vitaminas y minerales. CONCLUSIONES La alimentación del niño durante sus primeros 3 años de vida, y en especial en el primero, es extremadamente cuidadosa, buscando el mejor equilibrio en los alimentos que elaboran las industrias alimen45 05. ROS BERRUEZO:Maquetación 1 25/6/09 15:14 Página 46 G. ROS BERRUEZO ET AL. tarias, que más se controlan por las autoridades sanitarias y que más exigen los consumidores. Las fórmulas infantiles cada vez se asemejan mejor a su referente como es la leche materna madura, y es un buen sustrato para aplicar los avances en el conocimiento en nutrición infantil sobre ingredientes funcionales. Junto a las fórmulas el resto de la alimentación complementaria ha ido evolucionando y en el mercado aparecen y aparecerán gran número de nuevos alimentos que vengan a resolver las necesidades de alimentación de los niños y a buscar la incorporación de nutrientes que aseguren una más duradera salud en el adulto. Especial interés hay que poner en la obesidad, y no dejar que sólo estos 3 años de vida se mimen de modo exquisito en la alimentación infantil● ALIM. NUTRI. SALUD AGRADECIMIENTO Nuestro agradecimiento al MEC por el proyecto AGL2007-63504 Ingredientes funcionales en fórmulas infantiles que afectan al equilibrio de la flora intestinal del lactante y la absorción y disponibilidad de nutrientes. CORRESPONDENCIA: Gaspar Ros Berruezo Nutrición y Bromatología Facultad de Veterinaria Universidad de Murcia Campus de Espinardo 30071 Murcia e-mail: [email protected] BIBLIOGRAFÍA 1. World Health Organization. The optimal duration of exclusive breastfeeding: Report of an Expert Consultation. Geneva: World Health Organization; 2001. p. 28-30. 2. Fomon SJ. Infant feeding in the 20th century: formula and Beikost J. Nutr 2001; 131(2): 409S-420. 3. Cervera P, Clapes J, Rigolfas R. Alimentación del lactante y de la primera infancia. En: Alimentación y dietoterapia. Madrid: Ed. McGraw-Hill Interamericana; 1993. p. 135-8. 4. Dewey KG, Cohen RJ, Brown KH, Rivera LL. Age of introduction of complementary foods and growth of term, lowbirth-weight, breast-fed infants: a randomized intervention study in Honduras. Am J Clin Nutr 1999; 69: 679-86. 5. Morán J. Alimentación complementaria en España. Situación actual. Rev Esp Pediatr 1992; 48: 463-9. 6. Fomon SJ, Sanders KD, Ziegler EE. Formulas for older infants. J Pediatr 1990; 116 (5): 690-6. 7. Casado de Frías E, Maluenda C, Casado E. Alimentación del niño. En: Nutrición y dietética, aspectos sanitarios. Madrid: Ed. Consejo General de Colegios Oficiales de Farmaceúticos; 1993. p. 383-403. 8. Tojo R, Pavon P, Couce ML, Antelo J. Calendario de alimentación: interrelación entre necesidades nutricionales y el desarrollo y maduración psicomotora, intestinal y renal. En: Pombo MY, Martinón JJ, editores. Problemas de atención y prevención primaria en pediatría. III Reunión de las Sociedades de Pediatría de Portugal, Asturias, Cantabria, Castilla-León. Santiago de Compostela, España; 1987. 9. Agostini C, Decsi T, Fewtrell M, Goulet O, Kolacek S, Koletzko B, et al. Complementary feeding: a commentary by the ESPGHAN Committee on Nutrition. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2008; 46: 99-110. 10. Giovannini M, Riva E, Banderali G, Scaglioni S, Veehof SHE, Sala M, et al. Feeding practices of infants throught the first years of life in Italy. Acta Pediatr 2004; 93: 492-7. 11. Koletzko B, Dokoupil K, Reitmayr S, et al. Dietary fat intakes in infants and primary school children in Germany. Am 46 J Clin Nutr 2000; 72: 1392-8. 12. Bolling K, Grant C, Hamlyn B, et al. BT Infant feeding survey 2005. PL. London: PN The Information Centre, Nacional Health Service; 2007. 13. ESPGHAN (European Society for Paediatric Gastroenterology, Hepatology and Nutrition). Committee on nutrition. Guidelines on infant nutrition. I Recommendations for the composition of an adapted formula. Acta Pediatr Scand 1997; Supl. 262; 1-20. 14. Brams M, Maloney J. Nursing bottle caries in breast fed children. J Pediatr 1983; 103: 415-6. 15. Committee on Nutrition. American Academic of Pediatrics. The use of misuse of fruit juice in pediatrics. Pediatrics 2001; 7(5): 1210-3. 16. Michaelsen KF, Weaver L, Branca F, Robertson A. Feeding and Nutrition of infant and young children. Guidelines for the Who European Region with emphasis on the former Soviet countries. WHO Regional Publications, European Series Nº 87. WHO Geneva; 2003. 17. Directiva 2006/125/CE de la Comisión de 5 de diciembre de 2006, relativa a los elaborados a base de cereales y alimentos infantiles para lactantes y niños de corta edad. 18. ESPGHAN (European Society of Pediatrics Gastroenterology, Hepatology and Nutrition). Committee on nutrition. II Recommendations for the composition of follow-up formula and Beikosts. Acta Pediatr Scand Supl 1981; 287: 1-25. 19. Codex Alimentarius Texto abreviado. Programa conjunto FAO/OMS sobre normas alimentarias. Roma, Italia: Ed. Smith, B.L.; 1989. 20. Martínez MJ, Hernández M. Necesidades nutricionales en la primera infancia. En: Alimentación infantil. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1993. p. 25-31. 21. ESPGHAN (European Society of Pediatrics Gastroenterology, Hepatology and Nutrition). Committee on Nutrition. Comment on the content and composition of lipids in infant formulas. Acta Pediatr Scand 1991; 80: 887-96. 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 47 1136-4815/09/47-53 ALIMENTACION, NUTRICION Y SALUD Copyright © 2009 INSTITUTO DANONE ALIM. NUTRI. SALUD Vol. 16, N.º 2, pp. 47-53, 2009 Alimentos probióticos y salud intestinal T. Requena Rolanía1, C. Peláez Martínez1, C. Guijarro Herráiz2,3, M. Velasco Arribas2 1 DEPARTAMENTO DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE PRODUCTOS LÁCTEOS. INSTITUTO DEL FRÍO (CSIC). MADRID. 2UNIDAD DE MEDICINA INTERNA. FUNDACIÓN HOSPITAL ALCORCÓN. MADRID. 3 UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS. ALCORCÓN, MADRID RESUMEN L ABSTRACT D os productos lácteos son excelentes candidatos para la incorporación de microorganismos probióticos, sobre todo los pertenecientes a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, ya que muchos de los productos ya están optimizados para la supervivencia de estos microorganismos. Las bacterias lácticas, y entre ellas los lactobacilos, se asocian de forma natural a superficies mucosas humanas y al tracto gastrointestinal (TGI), además de constituir una población habitual en los productos fermentados. Las bifidobacterias habitan fundamentalmente en el colon y son los organismos que primero colonizan el TGI después del nacimiento. De esta manera, el TGI se considera el lugar donde los probióticos llevan a cabo la mayoría de la actividad moduladora de la salud. Teniendo en cuenta que los pacientes con alteraciones intestinales se caracterizan por una pérdida del balance microbiológico intestinal, la reposición de bacterias beneficiosas se considera una buena estrategia potencial de tratamiento. Sin embargo, todavía son necesarios más estudios encaminados al conocimiento de los mecanismos que explican la funcionalidad de los probióticos y la demostración clínica de su utilidad en el tratamiento o la prevención de diversas alteraciones intestinales específicas. airy products are excellent candidates for the incorporation of probiotics, especially those included into the genera Lactobacillus and Bifidobacterium, since many of these products are already optimized for the survival of the above-mentioned microorganisms. Lactic acid bacteria, in particular Lactobacillus spp., are naturally associated to mucosal surfaces and to the gastrointestinal tract (GIT), in addition to their role in food bioprocessing. Bifidobacteria are common inhabitants of the colon and are the organisms that first colonize the GIT after birth. Therefore, the GIT is regarded as the place where probiotics carry out most of their health modulatory activities. Taking into account that patients with intestinal alterations are characterized by the loss of a balanced intestinal microbiota, the replacement of beneficial bacteria could be considered as a good potential strategy of treatment. More studies, however, are still necessary to understand the mechanisms that explain the functionality of probiotics and to demonstrate clinically their utility in the treatment or the prevention of diverse specific intestinal alterations. Palabras clave: Productos lácteos. Probióticos. Alteraciones intestinales. Key words: Dairy products. Probiotics. Intestinal disorders. INTRODUCCIÓN Las evidencias científicas son concluyentes en que determinadas pautas inadecuadas en la alimentación junto con los estilos de vida propios de las sociedades industrializadas son determinantes en la adquisición de desequilibrios metabólicos crónicos que conducen a determinadas enfermedades de tipo cardiovascular, inflamatorio, obesidad y algunos tipos de cáncer. En la misma manera, se admite cada vez más la capaci- dad moduladora de la alimentación en el mantenimiento de la salud y en la prevención del riesgo de adquirir ciertas patologías. Derivado de este concepto, se ha desarrollado un amplio sector de alimentos considerados funcionales en los que uno o varios ingredientes presentes de forma natural o añadida pueden proporcionar supuestos beneficios en la salud de quien los consume. Entre los componentes habituales de la dieta, la leche y derivados lácteos fermentados han tenido siempre una gran aceptación social basada en su tra- 47 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 48 T. REQUENA ROLANÍA ET AL. dicional reputación como alimentos saludables y en sus excelentes características sensoriales, lo que junto a su riqueza nutricional convierte a estos alimentos en componentes ideales de una alimentación funcional y candidatos por excelencia a la incorporación de microorganismos probióticos. Los probióticos se definieron en un informe de consulta a expertos solicitado de forma conjunta por la FAO y la OMS como: microorganismos vivos que ingeridos en cantidades adecuadas ejercen un efecto beneficioso para la salud del consumidor (1). PRODUCTOS LÁCTEOS PROBIÓTICOS Los probióticos empleados en productos lácteos se encuentran fundamentalmente dentro de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium. La demanda creciente de productos lácteos fermentados elaborados con bacterias probióticas que aumenten el valor añadido por su papel funcional, es una realidad actual y una apuesta de futuro para la innovación empresarial y la investigación científica en el campo de la alimentación. También hay razones tecnológicas para el uso de productos lácteos como portadores de probióticos, ya que muchos de estos productos ya estaban optimizados para la supervivencia de estos microorganismos. Según la Norma española de calidad para el yogur (2), Lactobacillus delbrueckii subsp. bulgaricus y Streptococcus thermophilus son los únicos microorganismos aceptados como cultivo iniciador para la obtención de este producto. El contenido mínimo de estos microorganismos en el yogur debe ser de 107 ufc/g durante todo el periodo de comercialización. El término leche fermentada incluye, por tanto, los productos lácteos obtenidos a partir de una tecnología equivalente a la de fabricación del yogur, pero que emplean además o en sustitución de los del yogur otros microorganismos, los cuales pertenecen habitualmente a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium. El estándar CODEX STAN 243-2003 para leches fermentadas, propuesto por la Comisión del Código Alimentario (3), establece que el recuento mínimo de las especies que aparezcan etiquetadas en el producto debe ser de 107 ufc/g para los microorganismos que constituyen el cultivo iniciador y de 106 ufc/g para el resto. Por tanto, viabilidad y autenticidad de los microorganismos declarados en la etiqueta del producto son dos criterios de relevancia que deben ser verificados para el cumplimiento de las especificaciones del producto con las normativas legales. Estos criterios tienen especial trascendencia con los alimentos probióticos, donde se considera que la viabilidad de los microorganismos debe mantenerse, además de en el producto, al consumir el alimento y durante su tránsito 48 ALIM. NUTRI. SALUD por el tracto gastrointestinal (TGI). Asimismo, la autenticidad de las cepas empleadas como probióticos debería quedar establecida, ya que está científicamente aceptado que las características de los probióticos están asociadas a las cepas concretas en las que se ha demostrado un beneficio para la salud y no pueden ser generalizadas a especies o géneros. Para poder mantenerse en concentraciones elevadas en el producto y ser ingeridos en forma viable, las bacterias probióticas deben responder a requerimientos básicos para su desarrollo comercial. Estos son que sobrevivan suficientemente en los productos y que mantengan estabilidad fisiológica, genética y funcional durante el almacenamiento. Adicionalmente, los probióticos no deben afectar adversamente a las características de aroma y sabor del producto, ni incrementar la acidificación durante su periodo de vida útil. Los microorganismos interaccionan con su entorno mediante el intercambio de componentes del medio por productos de su metabolismo, por lo que la composición química de los productos determina en gran medida su actividad metabólica. Son variables esenciales la fuente de carbono disponible, el grado de hidrólisis de las proteínas como fuente de aminoácidos esenciales y la composición y grado de hidrólisis de los lípidos lácteos que determinan la disponibilidad de ácidos grasos de cadena corta. Dentro de las interacciones que establecen los probióticos con los microorganismos del cultivo iniciador se consideran tanto las de sinergismo como las de antagonismo. Como ejemplo de sinergismo puede considerarse la proto-cooperación establecida entre S. thermophilus y L. bulgaricus. L. bulgaricus posee una proteinasa de pared celular capaz de hidrolizar la caseína en péptidos y aminoácidos. La acumulación de estos compuestos estimula el crecimiento de S. thermophilus que a su vez proporciona ácido fórmico y CO2 para el crecimiento de L. bulgaricus. Además, L. bulgaricus es capaz de producir folato para lo que requiere la incorporación externa de ácido p-aminobenzoico, que sería suministrado por S. thermophilus (4). Por otro lado, el fenómeno de antagonismo se basa generalmente en la producción de sustancias que inhiben o inactivan con mayor o menor especificidad a otras bacterias relacionadas o no taxonómicamente. Las bacteriocinas son sustancias de naturaleza proteica representativas de antagonismo entre bacterias (5). Aunque la capacidad de producir bacteriocinas se considera una propiedad beneficiosa de los probióticos cuando lo microorganismos diana son bacterias indeseables presentes en el TGI, puede interferir con las bacterias del cultivo iniciador y viceversa, constituyendo un factor limitante en la combinación de cepas para la elaboración de leches fermentadas. El ácido láctico y peróxido de hidrógeno son también sustancias antagonistas producidas por las bacterias lácticas. La presencia de múltiples especies en los productos lácteos probióticos hace complicado el recuento 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 49 Vol. 16, N.º 2, 2009 diferencial de cultivos iniciadores y de probióticos debido a que poseen requerimientos similares de crecimiento y al solapamiento de perfiles bioquímicos entre dichas especies. La cuantificación selectiva de diferentes especies de bacterias lácticas y bifidobacterias se ha descrito mediante el empleo de diferentes fuentes de carbono como sustratos de fermentación, así como diferentes temperaturas de incubación y condiciones de oxígeno, evitando el empleo de antibióticos en los medios de cultivo (6). Por otra parte, para conseguir una rápida y fiable identificación de especies, los métodos cada vez más comunes son los que se basan en la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), empleando cebadores específicos de especie, que amplifican en la secuencia del gen 16S ribosomal (7). Además, los métodos de identificación de bacterias basados en análisis genéticos están siendo una herramienta muy útil, ya que estas técnicas tienen la ventaja de analizar la composición global de la microbiota del producto sin necesidad de aislamientos previos. La separación de los productos de PCR por electroforesis en gel de gradiente desnaturalizante (DGGE) se ha convertido en una técnica muy útil para la detección e identificación de lactobacilos y bifidobacterias en leches fermentadas (8). BACTERIAS PROBIÓTICAS En general, aspectos tales como viabilidad de los microorganismos, administración en alimentos y efecto beneficioso demostrado para la salud tras su consumo, son criterios permanentes en la mayoría de las definiciones propuestas para probióticos (9). La mayoría de los probióticos que se emplean comercialmente son bacterias lácticas, sobre todo lactobacilos y bifidobacterias. Dentro de los lactobacilos se incluyen cepas probióticas en las especies L. acidophius, L. johnsonnii, L. casei, L. rhamnosus, L. gasseri, L. plantarum y L. reuteri. Las bifidobacterias utilizadas como probióticos incluyen cepas de las especies B. bifidum, B. longum, B. infantis y B. animalis subsp. lactis (B. lactis). Las bacterias lácticas pueden considerarse el grupo bacteriano más numeroso ligado a los humanos. Se asocian de forma natural a superficies mucosas y al TGI, además de constituir una población autóctona en hábitats relacionados con alimentos, como plantas (frutas, vegetales, cereales), leche o carne, u otros en los que se añaden de forma intencionada para la elaboración de productos fermentados a partir de los sustratos anteriores. Por otra parte, las bifidobacterias habitan fundamentalmente en el colon y son los organismos que primero colonizan el TGI después del nacimiento. De esta manera, el TGI se considera el lugar donde los probióticos llevan a cabo la mayoría de la actividad moduladora de la salud. Estrechamente ALIMENTOS PROBIÓTICOS Y SALUD INTESTINAL asociado al concepto de probióticos se encuentra el de prebióticos, los cuales representan ingredientes no digeribles de los alimentos que alcanzan intactos el colon donde son fermentados preferentemente por los grupos de bacterias beneficiosas allí presentes (10). Entre los prebióticos se incluyen de manera generalmente aceptada componentes de la leche (aminoazúcares, galactosil-lactosa), componentes de las paredes vegetales como las hemicelulosas (arabinanos, xilanos, galactanos, glucanos, mananos) y pectinas, así como materiales de reserva de vegetales (inulina, almidón resistente). En la degradación de estos carbohidratos intervienen varias enzimas glicolíticas bacterianas de forma combinada que son las responsables de la liberación de residuos de monosacáridos de los extremos de las cadenas (11). El potencial beneficio de la ingestión en los alimentos tanto de probióticos como de prebióticos o de ambos (simbióticos), se basa en la gran influencia que ejerce la microbiota intestinal en el estado de salud de los individuos y en cómo dicha microbiota puede verse influenciada por diferentes hábitos de conducta. La microbiota presente en el colon alcanza cifras de entre 1011 y 1012 células por gramo de material colónico (Fig. 1), constituyendo así varios cientos de gramos de bacterias vivas que afectan de manera importante a la homeostasis del individuo (12). Esta microbiota está compuesta por una población oportunista con potenciales efectos nocivos (coliformes, bacteroides y clostridios) y una microbiota potencialmente beneficiosa (bifidobacterias, enterococos y lactobacilos) que ya coloniza el intestino desde el momento de la lactación. Los neonatos reciben diariamente a través de la leche materna del orden de 105-107 bacterias potencialmente beneficiosas (13). De hecho, la microbiota intestinal del niño alimentado con lactancia materna constituye un reflejo exacto de la microbiota de la leche materna (14). La microbiota intestinal se caracteriza por aportar ciertas capacidades metabólicas que no poseen las células intestinales humanas, como son la degradación de componentes no digeribles de la dieta, metanogénesis, gluconeogénesis, detoxificación de xenobióticos y la biosíntesis de aminoácidos esenciales, vitaminas e isoprenoides (15,16). La fermentación de residuos no digeribles de la dieta proporciona al hospedador la recuperación de energía metabólica mediante la producción de ácidos grasos de cadena corta (SCFA). Estos compuestos reducen los valores de pH del medio a valores ácidos (entre 5 y 6), facilitan la absorción de iones en el colon, son fuente directa de energía para las células epiteliales intestinales e intervienen en la modulación del metabolismo de la glucosa (17,18). Los SCFA aportan además una importante función en el control de la proliferación y diferenciación de las células epiteliales intestinales, habiéndose sugerido un papel importante de estos compuestos en la prevención de alteraciones inflamatorias crónicas y carcinogénesis en colon (19,20). Otro de los aspectos más 49 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 50 T. REQUENA ROLANÍA ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD Fig. 1. Microbiota intestinal humana y posibles efectos sobre la salud. relevantes de la interacción de la microbiota intestinal con el individuo constituye su influencia en la modulación del sistema inmune, ya que la mucosa intestinal constituye el principal órgano del sistema inmunológico humano y es, por tanto, la principal área de interacción con antígenos externos. Precisamente, el contacto del tejido linfoide intestinal con las bacterias intestinales constituye el estímulo más temprano y más importante para el desarrollo del sistema inmunológico asociado a las mucosas (21). Las interacciones entre las bacterias potencialmente beneficiosas y el tejido linfoide de la mucosa intestinal suponen una de las bases más importantes para la promoción de fenómenos antiinfecciosos y antialérgicos en el organismo. Los aspectos nocivos de la microbiota intestinal potencialmente dañina para los individuos se basan en determinadas actividades enzimáticas asociadas a un metabolismo putrefactivo y a la producción de toxinas y de sustancias potencialmente carcinogénicas. La actividad β-glucuronidasa de ciertas bacterias intestinales es responsable de la hidrólisis de deriva- 50 dos glucurónidos procedentes de la actividad detoxificante del hígado dando lugar a la liberación en el intestino de potenciales productos carcinogénicos y mutagénicos (22). A esto se suma la actividad nitratoreductasa de estas bacterias (23), responsable de la reducción de nitratos a nitritos, compuestos que reaccionan con aminas, amidas y metilureas para producir compuestos nitroso-derivados altamente carcinogénicos (24). Por otra parte, se ha descrito que el contenido en amoniaco del colon, producido por desaminasas bacterianas, puede promover la formación de tumores mediante aumento de la proliferación de células intestinales (25) o el incremento de la incidencia de carcinomas en colon inducidos en ratas con N-metil-N’-nitro-N-nitrosoguanidina (26). Igualmente, algunos componentes de la microbiota intestinal pueden ejercer una influencia en el desarrollo de la obesidad, atribuido a la preponderancia de una microbiota con elevada capacidad para la recuperación de energía de la dieta (27). El equilibrio de la microbiota intestinal puede desplazarse negativamente con cierta facilidad a conse- 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 51 Vol. 16, N.º 2, 2009 cuencia del estilo de vida, situaciones de estrés, ciertos hábitos en la dieta, la edad o tratamientos con antibióticos, entre otros factores. Este desequilibrio origina frecuentemente trastornos intestinales de mayor o menor gravedad que en ocasiones pueden asociarse al desarrollo de enfermedades agudas o crónicas. En estas situaciones, la restauración del balance intestinal donde prevalezca la microbiota potencialmente beneficiosa puede favorecer la recuperación de estas alteraciones. Además, esta microbiota supone una barrera de resistencia frente a microorganismos patógenos contaminantes de los alimentos que pueden alcanzar y colonizar el intestino (Salmonella, Shigella, Campylobacter, etc.). Los principales mecanismos de competencia entre ambos tipos de microbiota consisten en la competencia por zonas de adhesión al epitelio intestinal, por los nutrientes disponibles y la producción de sustancias antimicrobianas como SCFA y bacteriocinas, entre otros (28). ALTERACIONES INTESTINALES La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y el síndrome del intestino irritable (SII) son las principales alteraciones intestinales de carácter crónico en el mundo desarrollado (29). Teniendo en cuenta que los pacientes con EII y SII se caracterizan por una pérdida del balance microbiológico intestinal, la reposición de bacterias beneficiosas se considera una buena estrategia potencial de tratamiento. Los ensayos que se han realizado para determinar la eficacia de probióticos en la evolución de estas alteraciones han consistido mayoritariamente en estudios con animales y se han basado en una terapia de antagonismo bacteriano mediante el suministro de las bacterias probióticas (30) o de prebióticos (31). También se han realizado estudios de tratamiento antiinflamatorio mediante la reducción de citoquinas pro-inflamatorias a partir de ensayos ex vivo con co-cultivos de biopsias de mucosa intestinal inflamada y determinadas cepas de L. casei (32). Rembacken et al. (33) realizaron un estudio sobre una cepa no patogénica de E. coli, demostrando una eficacia equivalente a la de la mesalazina en el tratamiento de pacientes con colitis ulcerosa. En el caso de la enfermedad de Crohn, Guslandi y cols. (34) han descrito la mejoría clínica observada con el uso de Saccharomyces boulardii en estudios comparativos con placebo y mesalazina. Se han demostrado en esta enfermedad también efectos beneficiosos con una cepa no patogénica de E. coli (35), que no han sido confirmados en otros estudios con Lactobacillus GG (36), lo que refuerza la necesidad de realizar estudios específicos con diversas cepas de probióticos para evaluar su potencial eficacia en el tratamiento de alteraciones intestinales crónicas (37). Las conclusiones derivadas de un metaanálisis sobre ALIMENTOS PROBIÓTICOS Y SALUD INTESTINAL ensayos clínicos aleatorizados ciegos y controlados con placebo que empleaban probióticos para el tratamiento de SII (38) indican que no se han realizado todavía suficientes ensayos con ningún probiótico para concluir la efectividad de alguno de ellos en el tratamiento de enfermedades intestinales crónicas. También se indica que es necesario que se lleven a cabo ensayos clínicos que incluyan un número elevado de pacientes que permitan detectar diferencias significativas entre los grupos de intervención, así como la realización de múltiples ensayos que tengan en común las mismas cepas de probióticos en estudio y compartan las metodologías de seguimiento de la evolución de los pacientes. Las evidencias sobre los beneficios del empleo de probióticos en alteraciones intestinales de presentación aguda parecen mejor documentadas, como es el caso de la potencial eficacia del empleo de lactobacilos y bifidobacterias para el tratamiento de diarrea aguda infecciosa en niños (39,40). Otra alteración intestinal de aparición aguda es la diarrea asociada a tratamiento antibiótico (DAA), pudiendo conducir en algunos casos a la aparición de colitis pseudomembranosa causada por Clostridium difficile (41). Durante el tratamiento con antibióticos tiene lugar una pérdida del equilibrio de la microbiota intestinal habitual con la consiguiente pérdida de las funciones fisiológicas que ejercen una reducción del metabolismo de carbohidratos y descenso de SCFA (diarrea osmótica), y la pérdida de la “resistencia a la colonización” con la aparición de patógenos oportunistas (diarrea toxigénica/invasora). El tratamiento con antibióticos de amplio espectro está asociado a un mayor riesgo de aparición de la DAA (42). Se ha ensayado el suministro de Lactobacillus, Sacharomyces boulardii y Enterococcus en la disminución de DAA en individuos de alto riesgo (sobre todo en individuos con edades inferiores a 6 años y mayores de 65 años), obteniéndose resultados positivos en diferentes ensayos clínicos (43). Por tanto, los datos existentes permiten ser optimistas sobre la eficacia de las bacterias probióticas en la mejoría de la DAA, pero es aún débil la evidencia científica sobre los mecanismos de acción implicados. También se considera necesaria la realización de más ensayos clínicos que incluyan un número significativo de pacientes y en los que se estandarice el diseño de los ensayos (44). CONCLUSIONES Y TENDENCIAS DE FUTURO El suministro de probióticos y prebióticos en leches fermentadas con el objeto de intervenir en las alteraciones intestinales presenta importantes ventajas frente al suministro directo de los microorganismos en forma de liofilizados, comprimidos, etc., debido al efecto tamponante y protector de la leche fermentada frente a las extremas condiciones gas- 51 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 52 T. REQUENA ROLANÍA ET AL. trointestinales. Además, estos productos pueden consumirse como parte de la dieta diaria y no están asociados con el concepto de medicamento por parte del paciente, por lo que aumentaría su aceptación, y por tanto la adherencia al tratamiento y el potencial beneficio del producto. Desde la entrada en vigor del Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos (45), la autorización del etiquetado y publicidad de beneficios saludables en alimentos tendrá que basarse en que la demostración del efecto beneficioso se haya establecido mediante pruebas científicas generalmente aceptadas. Se hace, por tanto, necesaria la investigación dirigida a aportar evidencias científicas que demuestren el restablecimiento del balance microbiológico intestinal por el consumo de bacterias probióticas incluidas en alimentos. En este sentido, el futuro hacia el que progresa el desarrollo de alimentos probióticos se puede enfocar desde diferentes aspectos. El aspecto científico encaminado al conocimiento de los mecanismos que explican la funcionalidad de las bacterias probióticas a nivel molecular y hacia el desarrollo de productos ALIM. NUTRI. SALUD probióticos dirigidos al tratamiento de alteraciones intestinales específicas. El punto de vista tecnológico basado en el desarrollo de cepas probióticas con características de adaptabilidad y resistencia en los productos fermentados que aseguren su permanencia en ellos y el mantenimiento de su funcionalidad. La perspectiva clínica, con la demostración de la utilidad de los probióticos en el tratamiento o la prevención de diversas afecciones digestivas. Finalmente, el aspecto comercial que profundice en el desarrollo e innovación de productos beneficiosos con base científica demostrada● CORRESPONDENCIA: Teresa Requena Rolanía Departamento de Ciencias y Tecnología de Productos Lácteos Instituto del Frío (CSIC) C/ José Antonio Nováis, 10 28040 Madrid e-mail: [email protected] BIBLIOGRAFÍA 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 52 FAO/WHO. Guidelines for the evaluation of probiotics in food. 2002; ftp://ftp.fao.org/es/esn/food/wgreport2.pdf. Boletín Oficial del Estado. RD 179/2003, de 14 de febrero, por el que se aprueba la Norma de Calidad para el yogur o yoghourt. BOE 2003; 42: 6448-50. CODEX Alimentarius Commission. CODEX standard for fermented milks. Codex Stan 243-2003. Avalible at: http://www.codexalimentarius.net/download/standards/400/CXS_ 243e.pdf. van de Guchte M, Penaud S, Grimaldi C, Barbe V, Bryson K, Nicolas P, et al. The complete genome sequence of Lactobacillus bulgaricus reveals extensive and ongoing reductive evolution. Proc Natl Acad Sci USA 2006; 103: 9274-9. Cotter PD, Hill C, Ross RP. Developing innate immunity for food. Nature Rev Microbiol 2005; 3: 777-88. Tabasco R, Paarup T, Janer C, Peláez C, Requena T. Selective enumeration and identification of mixed cultures of Streptococcus thermophilus, Lactobacillus delbrueckii subsp bulgaricus, L. acidophilus, L. paracasei subsp paracasei and Bifidobacterium lactis in fermented milk. Int Dairy J 2007; 17: 1107-14. Heilig HG, Zoetendal EG, Vaughan EE, Marteau P, Akkermans AD, de Vos WM. Molecular diversity of Lactobacillus spp. and other lactic acid bacteria in the human intestine as determined by specific amplification of 16S ribosomal DNA. Appl Environ Microbiol 2002; 68: 114-23. Ercolini D. PCR–DGGE fingerprinting: novel strategies for detection of microbes in food. J Microbiol Meth 2004; 56: 297-314. Sanders ME. Probiotics: Considerations for human health. Nutr Rev 2003; 61: 91-9. Gibson GR, Roberfroid MB. Dietary modulation of the human colonic microbiota: introducing the concept of prebiotics. J Nutr 1995; 125: 1401-12. Margolles A, de los Reyes-Gavilán CG. Purification and 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. functional characterization of a novel alpha-L-arabinofuranosidase from Bifidobacterium longum B667. Appl Environ Microbiol 2003; 69: 5096-103. Guarner F, Malagelada JR. Gut flora in health and disease. Lancet 2003; 360: 512-9. Martín R, Langa S, Reviriego C, Jiménez E, Marín ML, Olivares M et al. The commensal microflora of human milk: new perspectives for food bacteriotherapy and probiotics. Trends Food Sci Technol 2004; 15: 121-7. Heikkilä MP, Saris PEJ. Inhibition of Staphylococcus aureus by the commensal bacteria of human milk. J Appl Microbiol 2003; 95: 471-8. Gill SR, Pop M, de Boy RT, Eckburg PB, Turnbaugh PJ, Samuel BS et al. Metagenomic analysis of the human distal gut microbiome. Science 2006; 312: 1355-9. Walker A, Cerdeno-Tarraga A, Bentley S Faecal matters. Nature Rev Microbiol 2006; 4: 572-3. Cummings JH, Pomare EW, Branch WJ, Naylor CP, Macfarlane GT. Short chain fatty acids in human large intestine, portal, hepatic and venous blood. Gut 1987; 28: 1221-7. Venter CS, Vorster HH, Cummings JH. Effects of dietary propionate on carbohydrate and lipid metabolism in healthy volunteers. Am J Gastroenterol 1990; 85: 549-53. Avivi-Green C, Polak-Charcon S, Madar Z, Schwartz B. Apoptosis cascade proteins are regulated in vivo by high intracolonic butyrate concentration: correlation with colon cancer inhibition. Oncol Res 2000; 12: 83-95. Perrin P, Pierre F, Patry Y, Champ M, Berreur M, Pradal G, et al. Only fibres promoting a stable butyrate producing colonic ecosystem decrease the rate of aberrant crypt foci in rats. Gut 2001; 48: 53-61. Kalliomäki M, Salminen S, Arvilommi H, Kero P, Koskinen P, Isolauri E. Probiotics in primary prevention of atopic disease: a randomised placebo-controlled trial. Lancet 2001; 357: 1076-9. 06. T. REQUENA ROLANIA:Maquetación 1 26/6/09 10:35 Página 53 Vol. 16, N.º 2, 2009 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. Rafter J. Lactic acid bacteria and cancer: mechanistic perspective. Br J Nutr 2002; 88 (Supl. 1): S89-S94. Massey RC, Key PE, Mallett AK, Rowland IR. An investigation of the endogenous formation of apparent total N-nitroso compounds in conventional microflora and germ-free rats. Food Chem Toxicol 1988; 26: 595-600. Gill CI, Rowland IR. Diet and cancer: assessing the risk. Br J Nutr 2002; 88 (Supl. 1): S73-S87. Ichikawa H, Sakata T. Stimulation of epithelial cell proliferation of isolated distal colon of rats by continuous colonic infusion of ammonia or short-chain fatty acids is nonadditive. J Nutr 1998; 128: 843-7. Clinton SK, Bostwick DG, Olson LM, Mangian HJ, Visek WJ. Effects of ammonium acetate and sodium cholate on N-methyl-N’-nitro-N-nitrosoguanidine-induced colon carcinogenesis of rats. Cancer Res 1988; 48: 3035-9. Turnbaugh PJ, Ley RE, Mahowald MA, Magrini V, Mardis ER, Gordon JI. An obesity-associated gut microbiome with increased capacity for energy harvest. Nature 2006; 444: 1027-31. Fooks LJ, Gibson GR. Probiotics as modulators of the gut flora. Br J Nutr 2002; 88 (Supl. 1): S39-S49. McFarland LV. State-of-the-art of irritable bowel syndrome and inflammatory bowel disease research in 2008. World J Gastroenterol 2008; 14: 2625-9. Madsen KL, Doyle JS, Jewell LD, Tavernini MM, Fedorak RN. Lactobacillus species prevents colitis in interleukin 10 gene-deficient mice. Gastroenterology 1999; 116: 110714. Videla S, Vilaseca J, Antolín M, García-Lafuente A, Guarner F, Crespo E, et al. Dietary inulin improves distal colitis induced by dextran sodium sulfate in the rat. Am J Gastroenterol 2001; 96: 1486-93. Borruel N, Carol M, Casellas F, Antolin M, de Lara F, Espin E, et al. Increased mucosal tumour necrosis factor alpha production in Crohn’s disease can be down-regulated ex vivo by probiotic bacteria. Gut 2002; 51: 659-64. Rembacken BJ, Snelling AM, Hawkey PM, Chalmers DM, Axon AT. Non-pathogenic Escherichia coli versus mesalazine for the treatment of ulcerative colitis: a randomised trial. Lancet 1999; 354: 635-39. Guslandi M, Mezzi G, Sorghi M, Testoni PA. Saccharomyces boulardii in maintenance treatment of Crohn's dis- ALIMENTOS PROBIÓTICOS Y SALUD INTESTINAL 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. ease. Dig Dis Sci 2000; 45: 1462-4. Malchow HA. Crohn's disease and Escherichia coli - A new approach in therapy to maintain remission of colonic Crohn's disease? J Clin Gastroenterol 1997; 25: 653-8. Prantera C, Scribano ML, Falasco G, Andreoli A, Luzi C. Ineffectiveness of probiotics in preventing recurrence after curative resection for Crohn's disease: a randomised controlled trial with Lactobacillus GG. Gut 2002; 51: 405-9. Shanahan F. Probiotics: a perspective on problems and pitfalls. Scand J Gastroenterol 2003; 38: 34-6. McFarland LV, Dublin S. Meta-analysis of probiotics for the treatment of irritable bowel syndrome. World J Gastroenterol. 2008;14: 2650-61. Guandalini S, Pensabene L, Zikri MA, Dias JA, Casali LG, Hoekstra H, et al. Lactobacillus GG administered in oral rehydration solution to children with acute diarrhea: a multicenter European trial. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2000; 30: 54-60. Shu Q, Qu F, Gill HS. Probiotic treatment using Bifidobacterium lactis HN019 reduces weanling diarrhea associated with rotavirus and Escherichia coli infection in a piglet model. J Pediatr Gastroenterol Nutr 2001; 33: 171-7. Bergogne-Bérézin E. Treatment and prevention of antibiotic associated diarrhea. Int J Antimicrob Agents 2000; 16: 521-6. Wiström J, Norrby SR, Myhre EB, Eriksson S, Granström G, Lagergren L, et al. Frequency of antibiotic-associated diarrhoea in 2462 antibiotic-treated hospitalized patients: a prospective study. J Antimicrob Chemother 2001; 47: 4350. D’Souza AL, Rajkumar C, Cooke J, Bulpitt CJ. Probiotics in prevention of antibiotic associated diarrhoea: metaanalysis. Brit Med J 2002; 324: 1361-6. McFarland LV. Meta-analysis of probiotics for the prevention of antibiotic associated diarrhea and the treatment of Clostridium difficile disease Am J Gastroenterol 2006; 101: 812-22. Diario Oficial de la Unión Europea. Reglamento (CE) No 1924/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo de 20 de diciembre de 2006 relativo a las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos. DOUE de 18-01-2007; L12/3–L12/18. 53 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 26/6/09 10:41 Página 54 1136-4815/09/54-59 ALIMENTACION, NUTRICION Y SALUD Copyright © 2009 INSTITUTO DANONE ALIM. NUTRI. SALUD Vol. 16, N.º 2, pp. 54-59, 2009 Diferencias en la autopercepción de la imagen corporal mediante la estimación del peso en universitarios de distintos ámbitos de conocimiento M. Míguez Bernárdez, M. C. Isasi Fernández1, J. de la Montaña Miguélez, M. González Rodríguez, J. González Carnero ÁREA DE NUTRICIÓN Y BROMATOLOGÍA. FACULTAD DE CIENCIAS DE ORENSE. UNIVERSIDAD DE VIGO. 1ÁREA DE ENFERMERÍA. ESCUELA UNIVERSITARIA DE ENFERMERÍA Y PODOLOGÍA DE FERROL. UNIVERSIDAD DE A CORUÑA RESUMEN E ABSTRACT T l objetivo de este trabajo es evaluar, en universitarios, si la autopercepción de la imagen corporal está influenciada por los conocimientos en el ámbito de la salud. Participaron 315 universitarios, 46% del Campus de Orense que cursan estudios del ámbito agroalimentario y 54% de la Universidad de La Coruña pertenecientes a la Diplomatura de Enfermería. El 81% eran mujeres (22,7 ± 4,4 años) y el 19% hombres (23,6 ± 4,5 años). Se determinó el peso, la talla, el IMC y el peso subjetivo. Las alteraciones en la percepción de la imagen corporal son más frecuentes entre los universitarios de Orense. En la población femenina de Orense se detectaron los porcentajes más altos de sobrestimación del peso, mientras que entre los hombres las alteraciones se deben siempre a la subestimación del peso, con porcentajes similares en ambas Universidades. Por tanto, los conocimientos en el ámbito de la salud sí establecen diferencias en la percepción de la imagen corporal. he objective this work has been evaluated, in university students, if the attitudes towards the food and the body are influenced by the knowledge in the area of health. 315 people have participated, 46% were university students of Orense, that study engineer agro-alimentary and 54% of the University of Coruña are students of nursery. 81% were woman (22.7 ± 4.4 years old) and 19% men (23.6 ± 4.5 years old). The weight, height, BMI and the subjective weight were determined. The greater percentage of over estimation of the weight is in the women of Orense and in the men the distortion in the self-perception of the body always must to the underestimation of the weight. We observed a difference significant between both population, this dates to seem indicated that the knowledge in the area of the health to influence in the attitudes towards its body. Palabras clave: Autopercepción de la imagen corporal. Estimación del peso. Ámbitos de conocimiento. Key words: Self-perception of the body image. Estimation of weight. Area of knowledge. INTRODUCCIÓN La gran presión social a la que se ven sometidos determinados estratos de la población, en particular mujeres, adolescentes y jóvenes, con la imposición de un modelo estético de extrema delgadez, hace que la preocupación por la imagen corporal haya transcendido al mundo de la salud (1), de mo- 54 do que en los últimos años numerosos estudios han sugerido la importancia de la alteración de la percepción de la imagen corporal como un síntoma precoz para la detección de trastornos del comportamiento alimentario (2-5). La incidencia de estos trastornos va aumentando en las sociedades occidentales y se presentan en edades cada vez más tempranas, descendiendo en la última década en 12 meses la edad de aparición y que, a la vez, se 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 Vol. 16, N.º 2, 2009 26/6/09 10:41 Página 55 DIFERENCIAS EN LA AUTOPERCEPCIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL mantienen hasta edades más avanzadas (6). Todavía existe una gran dificultad para encontrar una definición consensuada del concepto de imagen corporal, entre las existentes Raich (7) la considera como “un constructo complejo que incluye tanto la percepción que tenemos de todo el cuerpo y de cada una de sus partes, como del movimiento y límites de este, la experiencia subjetiva de actitudes, pensamientos, sentimientos y valoraciones que hacemos y sentimos, y el modo de comportarnos derivado de las cogniciones y los sentimientos que experimentamos”. Si un sujeto, al evaluar sus dimensiones corporales, manifiesta juicios valorativos que no coinciden con las dimensiones reales se dice que presenta alteración de la imagen corporal (4). Para algunos autores (3) las alteraciones de la imagen corporal se caracterizan por una valoración cognitiva y actitudinal distorsionada en sentido negativo del propio cuerpo. La mayoría de los estudios relacionados con la alteración de la imagen corporal se centran en adolescentes, siendo comparativamente muy pocos los trabajos realizados en poblaciones universitarias y ello a pesar de que la población de jóvenes universitarios es considerada como un grupo importante de riesgo, ya que el ambiente universitario propicia situaciones estresantes que pueden alterar el funcionamiento psicológico y somático de los estudiantes (8). El objetivo de este trabajo es analizar la autopercepción de la imagen corporal mediante la estimación de su peso en comparación con el índice de masa corporal real y comprobar si los conocimientos adquiridos por los universitarios que cursan estudios en el ámbito de las ciencias de la salud influyen en dicha percepción frente a universitarios que realizan estudios en otros ámbitos de las ciencias o del saber. MÉTODOS MUESTRA Participaron voluntariamente 315 universitarios (81% mujeres con una edad media de 22,7 años y 19% hombres con 23,6 años de media). El 46% pertenecían al Campus de Orense (Universidad de Vigo) y cursan estudios en el ámbito agroalimentario y el 54% a la Universidad de La Coruña y estudian una carrera del ámbito de la salud (Diplomatura de Enfermería). La distribución por sexos refleja que de los estudiantes del Campus de Orense el 74% eran mujeres y el 26% hombres y entre los de la Universidad de La Coruña el 87% eran mujeres y el 13% hombres. PROCEDIMIENTO En una primera entrevista se informó a los participantes de los objetivos del trabajo y se concertó con cada uno la siguiente entrevista, en la que ya se realizaron las medidas antropométricas y la recogida de los datos necesarios para cubrir los cuestionarios utilizados en este trabajo. INSTRUMENTOS 1º. Cuestionario de datos personales: edad, sexo, estudios realizados y Universidad. 2º. Determinación del índice de masa corporal (IMC): se procedió a la medida del peso y de la talla. El peso de determinó con la persona descalza y con ropa ligera, utilizando una balanza modelo SECA con precisión de 1 kg (rango 1-150 kg). La talla se midió con la ayuda de un tallímetro, con la persona en bipedestación, con la espalda en contacto con el tallímetro y sin calzado. La cabeza se ajustó al Plano de Frankfort y los pies debían estar paralelos con los tobillos juntos (9). El índice de masa corporal (IMC) se obtuvo a partir de la fórmula IMC = Peso (kg)/Talla (m2). En base a estos datos, y para la tipificación ponderal del colectivo, se utilizaron los criterios propuestos por la SEEDO (10) en base al valor del IMC. 3º. Determinación del peso subjetivo siguiendo el protocolo establecido por Marco y cols. (3); para ello la persona tenía que elegir una de las siguientes opciones: “considero que estoy en mi peso;” “considero que tengo kilos de más” o “considero que tengo kilos de menos”. A partir de esta variable se clasificó a la población en tres grupos: “peso justo” aquellos que creen estar en su peso, “kilos de más” para los que creen que les sobran kilos y “kilos de menos” para los que creen que pesan menos de lo que deberían. ANÁLISIS ESTADÍSTICO Se realizó un estudio descriptivo de las variables incluidas en el estudio utilizando el paquete estadístico SPSS versión 14.0 para Windows. Las variables se expresan como media ± desviación típica o como porcentajes de frecuencia. La comparación entre medias se realizó mediante un ANOVA o mediante test no paramétrico (Kruskal-Wallis y U. de Mann Whitney) dependiendo de la naturaleza de la variable. El nivel de significación utilizado es de p < 0,05. ASPECTOS ÉTICO-LEGALES Antes de iniciar el estudio, se solicita consentimiento informado al estudiante y se le garantiza la 55 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 26/6/09 10:41 Página 56 M. MÍGUEZ BERNÁRDEZ ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD confidencialidad de la información con derecho de revocación de la información suministrada. RESULTADOS EDAD, PESO, TALLA E IMC La edad media de las universitarias de Orense es significativamente más alta en las de La Coruña (Tabla I), mientras que el peso medio y el IMC medio son mayores en las coruñesas, no existiendo diferencias significativas para estas variables entre las mujeres de ambas Universidades. Al clasificar a las universitarias en base al IMC (Tabla I) siguiendo la propuesta de la SEEDO (10) se observa que ambas poblaciones presentan los mismos porcentajes de mujeres normopeso, pero hay más casos de bajopeso entre las estudiantes del Campus de Orense, detectándose entre las universitarias coruñesas más casos de sobrepeso y obesidad. La edad media de los universitarios de Orense es significativamente más alta que la de los de La Coruña; mientras que los valores medios del peso y del IMC son mayores en los coruñeses y la talla en los orensanos (Tabla I); no existen para estas variables diferencias significativas entre estas dos poblaciones. Al clasificar a los hombres en base a la propuesta de la SEEDO (10) se observó que el porcentaje de universitarios normopeso es superior entre los de La Coruña detectándose, en el Campus de Orense, más casos de sobrepeso y menos de obesidad (Tabla I). PESO SUBJETIVO En la figura 1 se puede observar que la mayoría de las universitarias, independientemente de la Universidad de procedencia, creen estar en su peso justo, aunque este porcentaje es superior en las estudiantes de La Coruña, lo que implica menores porcentajes tanto para las que se ven con kilos de más como con kilos de menos. En la población masculina también es más alto el porcentaje de universitarios de La Coruña que cree que están en su peso (Fig. 1). Por el contrario, los porcentajes para los que se ven con kilos de menos son más altos en los estudiantes del Campus de Orense, entre los que además se ha encontrado el menor porcentaje para el grupo que creen que tienen kilos de más. En base a estos datos se clasificó a la población en función del peso subjetivo declarado y del IMC calculado para estudiar la concordancia entre cómo se ven y cómo están realmente. La clasificación según el IMC se realizó, en este caso, siguiendo la propuesta de la SEEDO (9) pero modificada en base a los trabajos de varios autores: Gray (11) concluye, en una revisión de datos de prevalencia de obesidad en diferentes poblaciones, que la menor incidencia de mortalidad se asocia, en ambos sexos, con un IMC de 22 kg/m2 y que la mortalidad asociada a un IMC < 20 kg/m2 es mayor que en la franja de 2025 kg/m2. Y Barbany y Foz (12) que proponen que el IMC entre 22 y 24,9 kg/m2 debe de considerarse como la franja superior del normopeso. En base a esto, nuestro grupo de investigación optó por subdividir el grupo normopeso propuesto por la SEEDO en tres subgrupos: límite inferior de normopeso (18,5 < IMC < 19,9), normopeso (20 < IMC < 21,9) y límite superior de normopeso (22 < IMC < 24,9). En la tabla II se puede observar esta clasificación y se observa que entre la población femenina los porcentajes de universitarias normopeso que se ven en su peso justo son similares en ambas universidades, representando casi la mitad de la población, sin embargo se encontraron porcentajes importantes de mujeres que o bien subestiman su peso (35,8% de las de Orense y 38% de las de La Coruña) o bien lo sobrestiman (18,5 y 15,5%, respectivamente). Prácticamente todas las estudiantes (95,5%) de la Universidad de La Coruña que se ven con kilos de más tienen exceso de peso, lo que en el Campus de Orense sólo ocurre en la mitad, ya que las TABLA I EDAD, PESO, TALLA E IMC DE LA POBLACIÓN ESTUDIADA Mujeres Orense La Coruña a Edad 25,2 ± 2,9 Peso 58,9 ± 7,7a Talla 1,60 ± 0,10a IMC 22,0 ± 2,6a Bajopeso 9% Normopeso 77% Sobrepeso de grado I 9% Sobrepeso de grado II 5% Obesidad de tipo I 0% Obesidad de tipo II 0% 56 Hombres b 21,8 ± 5,0 59,3 ± 9,0a 1,60 ± 0,10a 22,6 ± 3,0a 2,7% 77,6% 10,9% 6,8% 1,4% 0,7% Orense La Coruña a 25,3 ± 3,3 76,6 ± 12,4a 1,77 ± 0,06a 24,5 ± 3,2a 0% 54% 25% 14% 7% 0% 20,7 ± 4,5b 76,9 ± 16,5a 1,73 ± 0,07a 25,5 ± 5,6a 0% 60,9% 13% 13% 8,7% 4,3% 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 26/6/09 10:41 Página 57 Vol. 16, N.º 2, 2009 DIFERENCIAS EN LA AUTOPERCEPCIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL % 80 71% 70 64% 61% 56% 60 50 40 30,5% 27% 27% 30 25% 17% 20 9% 8,5% 10 4% 0 Mujeres Orense Kilos de más Mujeres Coruña Peso justo Hombres Orense Hombres Coruña Kilos de menos Fig. 1. Clasificación de la población según su peso subjetivo. demás sobrestiman su peso. Y entre las que se ven con kilos de menos de nuevo son las de La Coruña las que tienen una autopercepción más real de su cuerpo, ya que todas presentan peso insuficiente, lo que sólo se observa en el 18% de las de Orense, subestimando su peso todas las demás. En cuanto a los hombres (Tabla II) indicar que la mayoría de los universitarios de ambas Universidades que creen estar en su peso justo subestiman su peso, sólo en el 15% de los de Orense y en el 14,5% de los de La Coruña su apreciación se corresponde con un IMC de normopeso. En cuanto al grupo de los que se ven con kilos de más se observó que efectivamente todos presentan sobrepeso u obesidad y una gran mayoría de los que se ven con kilos de menos, subestiman su peso (83% de los orensanos y 100% coruñeses). DISCUSIÓN Los resultados obtenidos para el IMC muestran que la mayoría de la población es normopeso; si comparamos estos datos con los obtenidos anteriormente por nuestro equipo de investigación en la población universitaria del Campus de Orense (13,14) se observa que en los últimos 10 años en la población universitaria de Orense ha disminuido el porcentaje de personas con bajopeso, lo que se tradujo en un aumento del normopeso en las mujeres y del sobrepeso en los hombres y por el contrario no se observaron modificaciones en los porcentajes de obesidad. En los diversos trabajos con universitarios (1,15,16) también se encontraron valores medios de IMC correspondientes a normopeso. Núñez, Carvajal, Turmero y Moreiras (16) y Riba i Sicart (17) observaron además porcentajes superiores para mujeres con problemas de insuficiencia de peso (25 y 43%, respectivamente). Las alteraciones de la imagen corporal (8) se presentan con más frecuencia en las universitarias del Campus de Orense (55%) que en las de la Universidad de Coruña (39%) lo que pueda deberse a que estas últimas cursan estudios del ámbito de las ciencias de la salud, lo que puede traducirse en una mayor preocupación por estos temas y ser más conscientes de su peso. Entre la población masculina, también 57 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 26/6/09 10:41 Página 58 M. MÍGUEZ BERNÁRDEZ ET AL. ALIM. NUTRI. SALUD TABLA II CLASIFICACIÓN DE LA POBLACIÓN SEGÚN SU PESO SUBJETIVO Y SU IMC La Coruña Orense 2 IMC (kg/m ) Peso justo Kilos de más Kilos de menos Peso justo Kilos de más Kilos de menos Mujeres IMC < 18,5 Bajopeso 18,5 < IMC < 19,9 Límite inferior normopeso 20 < IMC < 22,9 Normopeso 23 < IMC < 24,9 Límite superior normopeso 25 < IMC < 26,9 Sobrepeso grado I 27 < IMC < 29,9 Sobrepeso grado II 30 < IMC < 34,9 Obesidad tipo I 35 < IMC < 39,9 Obesidad tipo II 8,5% 11% 0% 3% 0% 16,7% 10% 7% 18% 12,5% 2,5% 83,3% 45,7% 32% 36,5% 46,5% 2,5% 0% 31,5% 25% 36,5% 34% 30% 0% 2,8% 14,3% 9% 4% 31,5% 0% 1,5% 10,7% 0% 0% 26% 0% 0% 0% 0% 0% 5,5% 0% 0% 0% 0% 0% 2,5% 0% Hombres IMC < 18,5 Bajopeso 18,5 < IMC < 19,9 Límite inferior normopeso 20 < IMC < 22,9 Normopeso 23 < IMC < 24,9 Límite superior normopeso 25 < IMC < 26,9 Sobrepeso grado I 27 < IMC < 29,9 Sobrepeso grado II 30 < IMC < 34,9 Obesidad tipo I 35 < IMC < 39,9 Obesidad tipo II 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 0% 17% 14,5% 0% 0% 15% 0% 83% 14,5% 0% 50% 55% 0% 0% 57% 0% 50% 25% 30% 0% 7% 28,6% 0% 5% 40% 0% 7% 28,6% 0% 0% 30% 0% 0% 28,6% 0% 0% 0% 0% 0% 14,2% 0% son los de la Universidad de La Coruña los que presentan los mayores porcentajes de hombres que se ven como realmente son según su IMC (45 frente al 37%). Sin embargo, hay que destacar que en ambas Universidades se encontró un elevado porcentaje de hombres que subestiman su peso (63% en los de Orense y 41% los de Coruña). Por el contrario, no se han encontrado casos de sobrestimación entre los universitarios de Orense y sí (14%) entre los de La Coruña. Si comparamos cada una de las poblaciones estudiadas por sexo, observamos que las posibles alte58 raciones de la imagen corporal son más frecuentes entre la población masculina, lo que según MadrigalFritsh y cols. (18) puede deberse a que las mujeres generalmente están más preocupadas por su imagen lo que les hace ser más conscientes de su peso. Montero, Morales y Carbajal (1) observaron que el grado de sobrepeso y obesidad también influye en la percepción del peso; los hombres se perciben de forma más correcta cuando se encuentran en valores de normopeso y sobrepeso, lo que en nuestro caso sólo se evidenció para los que presentan sobrepeso u obesidad. 07. M. BERNARDEZ:Maquetación 1 Vol. 16, N.º 2, 2009 26/6/09 10:41 Página 59 DIFERENCIAS EN LA AUTOPERCEPCIÓN DE LA IMAGEN CORPORAL 1. En la población femenina de ambas Universidades el porcentaje de mujeres normopeso es similar en los dos campus, sin embargo entre las universitarias de Orense existe mayor incidencia de bajopeso y menor de sobrepeso u obesidad. En los hombres hay más normopesos y obesos entre los universitarios de La Coruña que en los de Orense entre los que es mayor el porcentaje de sobrepeso. 2. Las alteraciones en la percepción de la imagen corporal aparecen con mayores porcentajes en los universitarios de Orense, en los dos sexos. La sobrestimación del peso es más frecuente en las universitarias de La Coruña, mientras que la subestimación aparece en porcentajes muy similares en las dos Universidades. Entre los hombres que presentan alteración en la percepción de su imagen la mayoría subestiman su peso. 3. Entre los universitarios de La Coruña se obtuvieron juicios valorativos del peso más concordantes con los valores reales, por lo que se deduce que los conocimientos en materias del ámbito de la salud les permite ser más conscientes de la relación entre el peso y la salud● AGRADECIMIENTOS Agradecer la colaboración de todos los estudiantes que han participado voluntariamente en este trabajo. CORRESPONDENCIA: Montserrat Míguez Bernárdez Facultad de Ciencias de Orense Universidad de Vigo Edificio Politécnico As Lagoas, s/n 32004 Orense e-mail: [email protected] BIBLIOGRAFÍA 1. Montero P, Morales EM, Carvajal A. Valoración de la imagen corporal mediante modelos anatómicos. Antropo 2004; 8: 107-16. Disponible en: www.didac.ehu.es/antropo 2. Rivarola MF. La imagen corporal en adolescentes mujeres: su valor predictivo en trastornos alimentarios. Fundamentos en Humanidades. Universidad Nacional de San Luís. 2003; Año IV- nº I/II (7/8): 149-61. 3. Marco JH, Perpiña C, Baños R, Botella C, Borra C, Gallego MJ, et al. La importancia de la imagen corporal en los trastornos alimentarios. 5º Congreso Virtual de Psiquiatría Interpsiquis; 2004. 4. Sepúlveda AR, León JA, Botella J. Aspectos controvertidos de la imagen corporal en los trastornos de la conducta alimentaria. Clin Salud 2004; 15(1): 55-74. 5. Sánchez-Villegas A, Madrigal H, Martínez-González MA, Kearney J, Gibney MJ, Irala J, et al. Perception of body image as indicator of weight status in the European Union. J Hum Nutr Diet 2001; 14(2): 93-102. 6. Peláez MA, Labrador FJ, Raich RM. Epidemiología de los trastornos de la conducta alimentaria en España: revisión y estado de la cuestión. Cuad Med Psicosom Psiquiatr Enlace 2004; 71/72: 33-41. 7. Raich RM. Imagen corporal. Conocer y valorar el propio cuerpo. Madrid: Ed. Pirámide; 2000. 8. Sepúlveda AR, Gandarillas A, Carrobes JA. Prevalencia de trastornos del comportamiento alimentario en la población universitaria. 5º Congreso Virtual de Psiquiatría INTERSIQUIS 2004. 9. Planas M, Pérez-Potabella C, Virgili N. Valoración del estado nutricional en el adulto. En: Gil A, editor. Tratado de Nutrición Tomo III. Nutrición Humana en el estado de Salud. Madrid: Acción Médica; 2005. 10. Rubio MA, Salas-Salvadó J, Barbany M, Moreno B, Aranceta J, Bellido D, et al. Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica. Rev Esp Obes 2007: 7-48. 11. Gray DS. Diagnosis and prevalence of obesity. Med Clin North Am 1989; 73(1): 1-13. 12. Barbany M, Foz M. Obesidad: concepto, clasificación y diagnóstico. Anales Sis San Navarra 2002; 25(Supl. 1): 716. 13. De la Montaña J, López M. Estudio de los hábitos dietéticos de la población universitaria del Campus de Ourense. Alimentaria 1996; 71: 71-5. 14. González Carnero J, De la Montaña J, Míguez M. Comparación de la ingesta de nutrientes con las recomendaciones dietéticas en un grupo de universitarios. Alimentaria 2002; 334: 21-5. 15. González M, Caride B, Novoa T, Montero O, Lamas MA, Taboada MC. Estado nutricional de una población de estudiantes universitarios de Galicia. Nutr Hosp 1999; 14: 131-2. 16. Núñez C, Carvajal A, Turmero E, Moreiras O. Contribución al estudio de la composición corporal de un grupo de mujeres mediante análisis de impedancia bioeléctrica. Nutr Hosp 1994; 9(4): 262-7. 17. Riba i Sicart M. Estudio de los hábitos alimentarios en población universitaria y sus condicionantes. Tesis doctoral. Universidad Autónoma de Barcelona; 2002. 18. Madrigal-Fritsch H, De Irala-Estévez J, Martínez-González MA, Kearney D, Gibney M, Martínez-Hernández JA. Percepción de la imagen corporal como aproximación cualitativa al estado de nutrición. Salud Pública Méx 1999; 41: 479-86. 59