Pintura gótica en la Comunidad de Calatayud. María del Carmen

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Pintura gótica en la Comunidad de Calatayud
MARÍA
DEL
CARMEN LACARRA DUCAY
El arte de la pintura se desarrolla con éxito en la Comunidad
de Calatayud durante los siglos XIV y XV. De esta época se
conservan todavía bastantes ejemplos de pintura mural y
sobre tabla que permiten reconocer la existencias de diversos talleres y variadas tendencias artísticas que configuran lo
que se ha llamado Escuela de Pintura Gótica en Calatayud.
Las pinturas murales góticas que han llegado hasta hoy son
de carácter religioso pero hay que suponer que las hubo
también de carácter profano realizadas como decoración de
los edificios civiles, propiedad del alto clero y la nobleza.
La época de mayor actividad de pintura mural corresponde al siglo XIV y coincide con el estilo conocido como «franco-gótico» o gótico
lineal, que en la comarca bilbilitana se mantiene hasta las últimas décadas de la
centuria. Son decoraciones de tipo narrativo que cubren los muros y bóvedas en
donde se representan escenas evangélicas y de la vida de los santos, interpretadas
con dibujo elegante y rica policromía. Se advierte en la mayoría de los casos su
relación con el arte de la miniatura y de la vidriera.
Las localidades que conservan pinturas murales en la actualidad son escasas, bien
por el deterioro producido por el paso del tiempo, como sucede con las que decoraban la llamada Casa de los Frailes, en Bubierca, dadas a conocer por Martínez
García en 1989, bien por haber sido arrancadas de su lugar de origen y trasladadas
fuera de la comarca, como es el caso de las pinturas de la iglesia de Villalba de
Perejil, identificadas por Lacarra Ducay en 1997, que se encuentran en el Museo
Maricel de Mar de Sitges (Barcelona).
Las pinturas murales de Bubierca, de iconografía religiosa muy elaborada, incluían
un «Arbol de la Redención» o Lignum Vitae, una Anunciación, figuras de santos
–entre los que se encontraba Santo Domingo de Guzmán– y un santo obispo,
dentro del estilo gótico lineal de influencia francesa de una cronología próxima al
segundo cuarto del siglo XIV.
De las Artes 199
Villalba de Perejil. Pinturas murales conservadas en su parroquial hasta su venta en 1953
La iglesia de San Cristóbal en la localidad de Villalba, a orillas del río Perejiles,
conservaba hasta 1953, como decoración de una capilla ubicada en la cabecera
del templo, en la planta baja de la torre de la iglesia anterior a la actual, unos
magníficos murales dedicados a plasmar la leyenda de San Bartolomé Apóstol,
pertenecientes al estilo gótico lineal y dentro de este a la tendencia narrativa de
tipo popular de la segunda mitad del siglo XIV.
Quedan restos de pintura mural más tardía en las iglesias parroquiales de Cervera
de la Cañada y de Clarés de Ribota, y también en Carenas, en la llamada «Casa de
la Alcaidía», antiguo lagar perteneciente al Monasterio de Santa María de Piedra,
según las investigaciones de Melendo Pomareta.
La pintura sobre tabla se desarrolla durante los siglos XIV (al temple) y XV (al
temple y al óleo), pero los ejemplos conservados en la Comunidad de Calatayud
pertenecen en su mayoría al siglo XV.
Durante la segunda mitad del siglo XIV la tendencia estilística que predomina es
la llamada «Italo-gótica», por su tendencia a recrear modelos procedentes de Italia
o de Aviñón donde, en torno a la Corte Pontificia, se han establecido numerosos
artistas italianos. Entre los pintores que destacan se encuentran los barceloneses
Jaume y Pere Serra que trabajarán, entre otros lugares, para el monasterio del Santo Sepulcro de Zaragoza y para el monasterio de Santa María de Sijena (Huesca).
El primero es autor del retablo de la Resurrección, contratado por Fray Martín de
Alpartil, comendador de Nuévalos y Torralba, en 1381, para su sepultura en la Sala
200 Comarca de la Comunidad de Calatayud
Capitular del monasterio del Santo Sepulcro (hoy en el Museo de Bellas Artes de
Zaragoza). Y a la colaboración de los dos hermanos se atribuye el retablo de la
Virgen con el Niño encargado por fray Fortaner de Glera, Comendador de Sijena
(1365-1380), para dicho monasterio, que hoy se custodia en el Museo Nacional de
Arte de Cataluña. En ambos retablos aparecen retratados los comitentes, lo que
aumenta su valor histórico-artístico.
A Jaume Serra hay que atribuirle también los tres retablos dedicados a la Virgen
de la Leche, San Juan Bautista y Santa María Magdalena que realizaron para la
iglesia de Tobed, de los que se conservan elementos dispersos repartidos entre el
Museo de Prado, el Museo Maricer del Mar de Sitges (Barcelona) y una colección
particular de Madrid. La pintura de la Virgen de la Leche con Enrique II de Castilla,
su esposa, la reina doña Juana Manuela, y sus hijos los infantes don Juan y doña
Leonor, (Madrid, colección particular) orando a sus pies, conocida como la «Virgen
de los Trastámara», es una de las obras más señaladas de este pintor por su valor
histórico-artístico, que habría que datar entre 1370 y 1373.
El gran tabernáculo que procede del monasterio de Santa María de Piedra, (hoy en
el Museo de la Real Academia de la Historia), donado a su iglesia por el abad Martín
Poncio en 1390, es obra atribuida al llamado «Maestro del Monasterio de Piedra»;
creemos que sería obra hecha en colaboración de dos maestros diferentes. Uno sería
el autor de las doce escenas de la Vida de Cristo representadas en el exterior de las
puertas, más avanzado estilísticamente,
y otro sería el responsable de los ángeles músicos del interior, más próximo al
estilo de los hermanos Serra.
A finales del siglo XIV se inicia el cambio
hacia el estilo Gótico Internacional en
la pintura aragonesa, que perdurará en
sus distintas versiones y tendencias hasta mediados del siglo XV. Se caracteriza
por su carácter narrativo, lleno de color,
con influencias mediterráneas y francoflamencas, recibidas a través de Cataluña
y del norte de Francia.
La iglesia de Torralba de Ribota posee
varios retablos del siglo XV, siendo el
más antiguo el dedicado a San Martín
de Tours, perfectamente documentado por la inscripción que figura en el
banco y que dice «ben(e)dicto arnaldin depinxit me». Benito Arnaldín, re-
Detalle del tabernáculo procedente
del monasterio de Santa María de Piedra
De las Artes 201
Torralba de Ribota. Retablo de San Martín de Tours
presentante del estilo «Gótico Internacional» en la comarca de Calatayud ya había
muerto en 1435, según consta documentalmente. Al mismo pintor se puede atribuir una pintura de Santa Quiteria, titular de un retablo de procedencia aragonesa,
que tiene la inscripción «benedyt me pinta», conservada en una colección particular
de Barcelona.
Benito Arnaldín, natural de Calatayud, es la cabeza de una dinastía de pintores
que trabajan en Calatayud y en Zaragoza a lo largo del siglo XV, entre los que
destacan sus dos hijos, Juan y Jaime. De todos ellos se tienen bastantes noticias
profesionales pero sólo se conoce el estilo del padre pues de sus descendientes no
se conservan pinturas avaladas por la documentación.
El Museo Nacional de Arte de Cataluña guarda una pintura sobre tabla dedicada a
Santa Úrsula, con un donante a sus pies, titular de un retablo no conservado, que
tiene en la parte baja una cartela con el texto «Jacobus me fecit». Estilísticamente
pertenece al Gótico Internacional aragonés y no sería desacertado atribuirla a Jacobo Arnaldín.
202 Comarca de la Comunidad de Calatayud
Con el nombre de «Maestro de Torralba»
se identifica al pintor que llevó a cabo
el primitivo retablo mayor de la iglesia
parroquial de Torralba de Ribota, entre
1420 y 1435. De esta obra se conservan
en su iglesia cuatro calles laterales, de
cuatro pisos cada una, dedicadas a la
vida y martirio de San Félix de Gerona,
titular del templo. Al mismo autor hay
que atribuir, también, el retablo de San
Andrés apóstol que se guarda en la misma iglesia y otro retablo dedicado a la
Virgen con el Niño perteneciente a una
colección particular de Madrid. El estilo
del «Maestro de Torralba», manifestado
Torralba de Ribota. Retablo de San Andrés
en los retablos de San Félix de Gerona y
de San Andrés Apóstol, se caracteriza por su rica policromía y por el ingenio de sus
composiciones narrativas en las que los personajes aparecen representados en unos
escenarios fantásticos, cuidadosamente dibujados.
El doctor Mañas Ballestín ha propuesto la sugerente hipótesis de que sea Juan
Arnaldín, hijo de Benito Arnaldín y hermano mayor de Jaime Arnaldín, quien se
oculte bajo la personalidad del «Maestro de Torralba».
La segunda generación de pintores del estilo Gótico Internacional que trabajan en
la Comunidad de Calatayud está representada por los llamados «Maestro de Monterde» y «Maestro de Velilla de Jiloca». El primero de ellos es quien realiza el retablo
de la vida de la Virgen María que preside la ermita de Nuestra Señora del Castillo,
que fue la iglesia primitiva, y el segundo es el autor del retablo mayor de la iglesia
parroquial de Velilla de Jiloca, recientemente restaurado.
El retablo de la ermita de Monterde, que se ha supuesto pudiera haber pertenecido
al vecino monasterio de Santa María de Piedra, es una obra de gran interés, aunque
no se conserve el tabernáculo ni su tabla titular, (sustituida por una hornacina que
contiene una talla gótica de la Virgen con el Niño), necesitada de restauración.
El grandioso retablo mayor de la parroquia de Velilla de Jiloca es la obra de un artista de gran personalidad a quien se pueden atribuir otras pinturas de origen aragonés, como la tabla con la escena de la Coronación del Museo Lázaro Galdiano
de Madrid, y la pintura con la escena de la Santísima Trinidad que se conserva en
el Museo del Prado. Este pintor, no identificado, tiene como características propias
el delicado expresionismo de sus figuras y la atención otorgada al paisaje urbano
y campestre, representado con una minuciosidad poca habitual entre los pintores
de su tiempo. Sus escenas ofrecen un amplio muestrario de la vida cotidiana en
Aragón en el segundo cuarto del siglo XV.
De las Artes 203
Velilla de Jiloca. Retablo de la Virgen
204 Comarca de la Comunidad de Calatayud
En la segunda mitad del siglo XV los
pintores que trabajan en Aragón evolucionan gradualmente a un suave naturalismo que a medida que pase el
tiempo se hará más evidente, inspirado
en modelos flamencos y alemanes que
llegan a través de Cataluña y Valencia.
A esta temprana corriente naturalista,
pertenecería el llamado «Maestro de
Morata», autor del retablo de la Vera
Cruz de Morata de Jiloca, actualmente en la iglesia parroquial de San Martín, pintor de gran originalidad en sus
composiciones narrativas al que se le
atribuyen otros retablos localizados en
la comarca de Campo de Daroca.
Las investigaciones realizadas por el doctor Mañas en el archivo de protocolos
notariales de Calatayud dieron como reMorata de Jiloca. Retablo de la Vera Cruz
sultado el hallazgo de los autores de una
serie de obras que hasta entonces se habían atribuido a Francesc Soloves, pintor catalán del círculo de Jaume Huguet. Son pintores que trabajan para Calatayud y su comarca en el tercer cuarto del siglo XV, entre los que destacan Juan Rius y Domingo Ram.
De Domingo Ram, pintor de Calatayud con residencia habitual en Maluenda, sería el
retablo de San Isidoro de Sevilla, San Ambrosio y San Nicolás de Bari, perteneciente
a la antigua colegiata de Santa María de Calatayud, cuyo banco con figuras de santos
entronizados a los lados de la Piedad es similar al banco de un retablo no conservado
que se encuentra en la parroquia de Torralba de Ribota.
Una obra realizada por Domingo Ram en colaboración con Juan Rius, entre 1475
y 1477, es el grandioso retablo mayor de la iglesia de las Santas Justa y Rufina de
Maluenda, y el de la Virgen con el Niño encargado por los vecinos de Maluenda
para la iglesia de Santa María de la misma localidad en 1477, hoy distribuido en
museos y colecciones de Cataluña. Pertenece al mismo taller de pintura con San
Miguel Arcángel y un donante del Museo Lázaro Galdiano en Madrid.
En la antigua Colegiata de Santa María de Calatayud se custodian dos importantes
obras más próximas a las tendencias estilísticas de los talleres de Zaragoza en el
tercer cuarto del siglo XV que a las que promulgan los pintores Juan Rius y Domingo Ram desde Calatayud. La primera es el retablo de la Epifanía, atribuido justificadamente al pintor de Zaragoza Tomás Giner (1456-1480), cuya tabla titular recrea
la escena central del retablo mayor de la Seo de Zaragoza, tallada en alabastro por
Maestro Ans entre 1467 y 1474, y la segunda, la tabla dedicada a San Cristóbal,
grandiosa composición perteneciente al mismo taller.
De las Artes 205
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