LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL MERCADO DE TRABAJO NACIONAL Y MADRILEÑO. Una revisión de las políticas aplicadas para su promoción. Carlos Iglesias Fernández Dpto. de Economía Aplicada. Universidad de Alcalá. Instituto Universitario de Estudios Económicos y Sociales – SERVILAB – INDICE 1.INTRODUCCIÓN 2. LAS DECISIONES DE PARTICIPACIÓN LABORAL DE LA MUJER 3. MERCADO DE TRABAJO Y GÉNERO EN ESPAÑA Y LA COMUNIDAD DE MADRID. 4. LA POLÍTICA LABORAL APLICADA EN RELACIÓN CON LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL MERCADO DE TRABAJO REMUNERADO. 4.1 El marco legislativo de la política de promoción de la participación laboral de la mujer. 4.1.1 El Plan de Acción para el Empleo del Reino de España. 4.1.2 Ley 39/1999 para Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral. 4.1.3 Ley 40/2003 de Protección de Familias Numerosas. 4.1.4 Ley 56/2003 de Empleo. 4.1.5 El IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid 4.1.6 Los Planes Operativos de la Comunidad de Madrid. Objetivos 2 y 3. 4.1.7 La Iniciativa Comunitaria EQUAL y su aplicación en la Comunidad de Madrid. 4.2 La política de empleo en relación con la problemática laboral de la mujer: actuaciones. 5. LA PROMOCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN LABORAL DE LA MUJER. ALGUNOS DATOS CON LOS QUE EVALUAR LAS MEDIDAS DE POLÍTICA LABORAL APLICADAS. 5.1 Indicadores respecto a los objetivos: evolución de las diferencias laborales por género en el mercado de trabajo. 5.1.1 Diferenciales de tasa de actividad por género. 5.1.2 Diferenciales de tasa de ocupación por género. 5.1.3 Diferenciales de tasa de desempleo por género. 5.1.4 Otros indicadores de la evolución de los objetivos de la Política Laboral aplicada respecto de la situación laboral de la mujer. 5.2 Algunos datos relativos a las políticas aplicadas. 5.2.1 El ámbito nacional de la Política Laboral aplicada a la problemática laboral de la mujer. 5.2.2 El ámbito de la Comunidad de Madrid en cuanto a la Política Laboral aplicada a la problemática laboral de la mujer. 6. REFLEXIONES FINALES. BIBLIOGRAFÍA ANEXOS LISTA DE TABLAS, CUADROS Y GRÁFICOS 3 9 19 29 30 32 34 35 37 39 43 47 49 64 65 66 70 73 77 84 85 104 109 113 119 128 2 1. INTRODUCCIÓN. La sociedad española ha registrado transformaciones económicas y sociales de enorme profundidad. Dentro de estos cambios, la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo remunerado constituye uno de los más importantes procesos sociales acaecidos en el presente siglo. La trascendencia de este proceso es tal que se le puede relacionar con buena parte de las modificaciones económicas, sociales y culturales que definen nuestra historia reciente. Aun cuando la anterior reflexión justifica sobradamente el interés de los investigadores por analizar las características y consecuencias de estos procesos, el análisis económico de la situación laboral de la mujer encuentra una relevancia adicional al menos en tres argumentos. En primer lugar, explicar las notables y persistentes diferencias laborales existentes entre hombres y mujeres. En segundo lugar, entender los intensos procesos de cambio observados por estos comportamientos, especialmente intensos en el caso de las mujeres. Por último, averiguar las razones que justifican que en el mercado de trabajo persistan importantes diferencias basadas en el género. En este último sentido, desde este trabajo se mantiene la opinión de que las diferencias existentes entre mujeres y hombres en términos de sus decisiones de participación en el mercado de trabajo remunerado se constituyen en la primera, y quizás más grave, expresión de la desigualdad de oportunidades laborales por género. Anteriores a las mayores tasas de desempleo soportadas por las mujeres y a las situaciones de segregación y discriminación laboral a las que se enfrentan las mujeres una vez que consiguen un empleo en el mercado de trabajo, son los factores que restringen sus decisiones de participación laboral los que en mayor medida explican la desigualdad por género observada en nuestra sociedad. 3 Dentro del contexto definido por las anteriores reflexiones, y a pesar de las profundas modificaciones experimentadas por la forma en que las mujeres españolas se relacionan con el mercado de trabajo remunerado (Garrido, 1993; Toharia et al, 1998; Moreno et al, 1996; Alba, 2000), y que se expresan, entre otras realidades, en el intenso crecimiento observado en su tasa de actividad (desde algo menos del 30 por ciento en 1977 hasta algo más del 40 por ciento actualmente), este indicador sigue situándose en España casi diez puntos por debajo de la media de la Unión Europea (Rubery et al, 1999; Doorne-Huiskes,1995; Meulders et al, 1993). Aun cuando algo atemperada, también es cierto que existe un importante diferencial cuando lo que se compara es la tasa de actividad de las mujeres madrileñas (Castaño et al, 2004). También resulta preocupante el hecho de que estos pobres resultados se producen en un contexto definido por la emergencia de una serie de factores que, en principio, deben estar incentivando, al negar la relevancia a ciertas barreras, la igualdad laboral por género y la mayor presencia de la mujer en el mercado de trabajo. En este sentido, aunque de manera sintética, hay que hacer referencia a la difusión de la nueva sociedad de la información, que supone la modificación de buena parte de los parámetros que hasta ahora definían la actividad laboral y su organización en las empresas y en el mercado de trabajo. Además, de su difusión e implantación se derivan una serie de exigencias e implicaciones que tienen en los procesos de cambio estructural en curso su mejor reflejo y exponente. El empleo sesga su distribución sectorial hacia los servicios y, con carácter general, hacia las actividades que presentan una mayor intensidad tecnológica o, cuando menos, una relación más estrecha con las nuevas tecnologías de la información. La demanda de trabajo incrementa sus requerimientos de cualificación y de formación. La forma en que se 4 organizan los procesos de trabajo exige progresivamente una mayor flexibilidad. Frente a la nueva situación, las mujeres españolas se han adaptado claramente a los nuevos requerimientos del sistema productivo, a la vez que están superando con rapidez los principales condicionantes que fundamentaban la desigualdad laboral por sexo: a) Sus tasas de participación laboral aumentan. b) La evolución de las mismas se hace más independiente del matrimonio, la fertilidad y la crianza. c) A la vez que convergen con las pautas y niveles masculinos. d) Las mujeres jóvenes invierten en la adquisición de educación más que sus compañeros varones. e) El colectivo femenino se especializa en la realización de las tareas laborales que están emergiendo con mayor fuerza y en aquellos sectores de actividad que lideran los procesos de creación de empleo. f) Las nuevas formas contractuales y de definición del tiempo de trabajo, fuentes principales de flexibilidad laboral, encuentran en la ocupación femenina a sus integrantes más numerosos (Castaño et al, 1999). En definitiva, las mujeres están transformado sus pautas laborales intensamente en la dirección marcada por la propia transformación del mercado de trabajo. Cada vez son menos los argumentos teóricos que quedan en pie para justificar que perdure la observación de diferencias laborales basadas en el sexo. Frente a este diagnóstico, y en comparación con las importantes decisiones laborales adoptadas por las mujeres, los análisis realizados permiten afirmar que, aunque la posición laboral femenina en España 5 está cambiando hacia situaciones de mayor igualdad, los resultados no se están produciendo con el ritmo y la intensidad deseada: a) Todavía existen actividades económicas donde la presencia de mujeres es minoritaria, persistiendo una clara división sexual de las ramas productivas en masculinas y femeninas. Desde este primer punto de vista, aun cuando la segregación horizontal entre hombres y mujeres no aumenta, tampoco acaba de reducirse con la intensidad que cabría esperar, sobre todo teniendo en cuenta el calado de las transformaciones observadas. b) Desde el punto de vista de la segregación vertical, la situación es todavía más preocupante. Resulta frecuente observar que en aquellos sectores donde la mujer irrumpe con fuerza, desarrolla con frecuencia tareas de rango subordinado. Además, la segregación entre géneros por tipos de trabajo ha aumentado considerablemente. La mujer, mediante sus decisiones de participación laboral, extiende su presencia en la estructura sectorial, lo que redunda en una mínima reducción de su segregación, pero la asignación que le permite el mercado de trabajo, su acceso a puestos de trabajo concretos, redunda en profundizar el tradicional sesgo existente entre puestos masculinos y femeninos. c) Y lo que es más importante, en España la tasa de actividad femenina todavía es sustancialmente inferior a la masculina, persistiendo un importante diferencial con lo observado para el resto de los países que configuran la Unión Europea. En definitiva, la emergente sociedad informacional, la nueva economía de servicios, las nuevas formas de organizar los procesos de trabajo, aportan nuevas oportunidades para la integración laboral de la mujer en igualdad de condiciones con los hombres, pero éstas distan todavía mucho de ser aprovechadas correctamente, lo que puede convertirse en el principal obstáculo para su pleno desarrollo y, por tanto, para 6 alcanzar los necesarios niveles de competitividad exigidos por la economía global. Sobre la base de los anteriores argumentos, y dada la ineficiencia económica que supone la no utilización de toda la capacidad laboral asociada a la oferta potencial de mano de obra femenina, resulta urgente mantener y profundizar la existencia de acciones dentro de la Política de Empleo cuyo objetivo sea promocionar la participación laboral de la mujer en el mercado de trabajo. En respuesta a los argumentos anteriores, el objetivo del trabajo que da soporte a esta publicación ha sido múltiple. En primer lugar, revisar los esquemas actuales de la Política de Empleo aplicada en nuestro país. En segundo lugar, identificar y exponer de manera sistemática las acciones cuyo objetivo se dirige hacia la problemática laboral de la mujer, en general, y la promoción de su participación en el mercado de trabajo, en particular. Por último, recopilar disponible la evidencia empírica al objeto de aportar datos y argumentos con los que reflexionar acerca de su eficacia. Reflejando la diversidad de niveles administrativos que resultan competentes respecto a la cuestión que nos ocupa (Administración General del Estado, Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales), en este trabajo abordaremos en la medida de lo posible, dada la complejidad de la estructura definida por el actual conjunto de acciones emprendidas, las principales actuaciones emprendidas al respecto desde los ámbitos estatal y de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, hay que recordar que actualmente la definición de la Política Laboral es una competencia que recae en exclusiva en la Administración Central, de manera que las distintas autonomías sólo tienen la responsabilidad de su aplicación (MTAS, 2004). 7 Para su realización, el estudio ha recurrido a una amplia batería de fuentes de datos. Aun cuando todas ellas son adecuadamente referenciadas en el momento de su utilización, deben ser destacados, por su relevancia para el análisis, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), los elaborados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para el seguimiento del Plan de Acción para el Empleo del Reino de España, los generados por el Instituto de la Mujer, el Ministerio de Economía y Hacienda, el Instituto Nacional de la Seguridad Social y los publicados por diferentes organismos de la Comunidad de Madrid (Evaluación intermedia de los Programas de la Comunidad de Madrid cofinanciados por los Fondos Estructurales para el periodo 2000-2006, Memorias de la Consejería de Empleo y Mujer y de su Dirección General de la Mujer). A partir de esta introducción, el resto del libro se estructura de la siguiente manera: El capítulo 2 aborda la exposición del marco teórico explicativo de las decisiones de participación laboral de las mujeres. Su objetivo no será sino entender el propósito de las distintas medidas de Política Laboral aplicadas, vinculándolas argumentalmente con los procesos de decisión de las mujeres en cuanto a su participación en el mercado de trabajo. El capítulo 3 aporta los datos fundamentales con los que caracterizar de manera concisa la situación laboral de la mujer en España y en la Comunidad de Madrid, con el propósito de establecer adecuadamente el objeto de análisis. Por su parte, el capítulo 4 recopila e intenta exponer de manera sistemática y ordenada los esquemas actuales llevados a cabo por la Política de Empleo (estatal y de la Comunidad de Madrid), respecto a la problemática laboral de la mujer, especialmente en relación con el objetivo de incrementar sus actuales niveles de participación laboral. En el capítulo 5 se recogen datos y argumentos con los que realizar una evaluación, aun cuando sólo sea aproximativa y descriptiva, de la importancia atesorada por estas medidas en cuanto a la consecución de sus objetivos. El trabajo finaliza 8 con el capítulo 6, en el que se recogen las principales conclusiones alcanzadas. 2. LAS DECISIONES DE PARTICIPACIÓN LABORAL DE LA MUJER. El estudio y la explicación de las decisiones de participación laboral de las mujeres es una cuestión que está recibiendo una creciente atención por parte de la teoría económica. En este sentido, la teoría neoclásica1 inicia su intento de explicación de las decisiones de participación laboral mediante la derivación de modelos de elección renta-ocio donde, mediante la aplicación de la metodología marginalista y suponiendo la racionalidad de los agentes, se trata de traducir una población potencialmente activa en la oferta de un número concreto de horas de trabajo. A partir de la existencia de curvas de indiferencia entre renta y ocio, el individuo, limitado por sus restricciones (cantidad de bienes accesibles para un nivel de renta, de una parte, y la cantidad de tiempo disponible a repartir entre trabajo y ocio, de otra) decide cuantas horas trabajar, como solución de un problema de maximización condicionada, lo que permite derivar una curva de oferta de trabajo como función del salario o de su renta no salarial2. Estos planteamientos, atemporales y donde el factor trabajo tiene una consideración homogénea, se desarrollan para superar ambas limitaciones. Los modelos de oferta de trabajo como resultado de un proceso de decisión de ciclo vital (Lucas y Rapping, 1969) (McCurdy, 1981) afrontan el primero de los problemas. En ellos, las decisiones de participación no sólo dependen del salario presente sino también del futuro, que se considera ‘normal’ o ‘permanente’, respectivamente. Aun cuando no es la única perspectiva, sí se puede afirmar que se trata de la dominante actualmente dentro de la teoría económica. Por ello la exposición se centrará en los principales contenidos aportados por esta Escuela de Pensamiento Económico. Para una revisión de teorías alternativas puede consultarse Rendón (1997). 2 Una exposición “pedagógica” de este tipo de modelos se encuentra en Alba (2000). Una presentación más rigurosa de los mismos se puede encontrar, por ejemplo, en MCconell, Brue y Macpherson (2003). 1 9 Desde estos planteamientos, y a los efectos de diferenciar el análisis de las decisiones de participación de hombres y mujeres, dos han sido las reflexiones más importantes realizadas. En primer lugar, considerar el efecto que, sobre la oferta de trabajo de las mujeres, tiene el hecho de que el salario del marido sea considerado por éstas como una renta no salarial, en tanto que no ocurre lo mismo respecto a la oferta de trabajo masculina (Bowen y Finegan, 1969). Después, introducir funciones de utilidad y restricciones familiares y no individuales (Kosters, 1966). Las teorías del Capital Humano afrontan la segunda de las limitaciones introduciendo el carácter heterogéneo del factor trabajo, en la medida en que consideran que los oferentes de trabajo no son iguales sino que se diferencian en sus distintas inversiones en capital humano (Becker, 1964; Mincer, 1958 y 1974). En la medida en que los individuos más productivos acceden a mayores salarios, y bajo el supuesto de que la inversión en capital humano incrementa la productividad de sus titulares, los individuos inicialmente ofertarán menos horas de trabajo, dedicando parte o todas ellas a la adquisición de formación para, posteriormente, recuperar los gastos de su inversión trabajando en puestos mejor remunerados, lo que supondrá un desplazamiento hacia arriba de la función de oferta de trabajo de los individuos formados. Cuanto mayor sea la inversión de los individuos, mayor será su oferta de trabajo, en la medida en que accederán a mayores salarios y, por tanto, mayor será el coste de la inactividad. Aun cuando se suprima el supuesto de que el capital humano incrementa la productividad del trabajo, los modelos de señalización (Spence, 1973) (Stiglitz, 1975) posibilitan resultados similares, siempre que el coste de adquirir la señal esté inversamente relacionado con la productividad de los individuos. Se puede afirmar que, como consecuencia de la ‘progresión’ que supone cada una de las teorías mencionadas, el análisis de la oferta de trabajo 10 y su diferenciación entre hombres y mujeres encuentra su expresión última en la Nueva Economía de la Familia (Becker, 1981). Frente al planteamiento tradicional, los elementos del nuevo enfoque, centrados en el reparto familiar del tiempo, pueden sintetizarse en los siguientes: a) El objeto de análisis se desplaza desde el individuo hasta la familia. b) La dicotomía renta-ocio es sustituida por un concepto más complejo como es el de función de producción doméstica de utilidades. c) El tiempo tiene tres usos alternativos: 1) puede venderse en el mercado de trabajo, al objeto de conseguir renta para comprar bienes y servicios; 2) puede utilizarse en la producción doméstica; 3) puede emplearse en el consumo doméstico. d) Las utilidades domésticas se producen mediante el uso de los bienes y servicios adquiridos a través del tiempo dedicado al mercado de trabajo (tiempo de mercado), de aquellos otros producidos en el hogar (tiempo de producción) y del ocio (tiempo de consumo). e) Las utilidades producidas pueden ser intensivas en tiempo o en bienes. La evolución del precio del tiempo de mercado (salarios) determina la relación de sustitución entre ambos tipos de utilidades. f) Tiempo y bienes pueden ser combinados de diferentes maneras para producir utilidades. g) Los miembros de la familia reparten su tiempo (el mercado, la producción doméstica y el consumo doméstico) especializándose en aquello para lo que son más eficientes. Sexo, edad, educación, número y edad de los hijos, experiencia laboral y no laboral son las variables que determinarán la especialización de cada uno de ellos en la producción de bienes en el mercado o en el hogar. En definitiva, la asignación del tiempo dentro de la unidad familiar, y por tanto la oferta de trabajo de cada uno de sus miembros, vendrá determinada por sus inversiones en capital humano y por su eficiencia en la producción doméstica, en la que la mujer biológicamente gozaría 11 de ventajas comparativas respecto a los hombres (reproducción y crianza de los hijos). En definitiva, las decisiones de oferta de trabajo, y en concreto las decisiones de participación de las mujeres en el mercado de trabajo remunerado, son analizadas a través de modelos en los que los individuos adoptan sus decisiones de participar o no en el mercado de trabajo en función de los rendimientos netos que esperan obtener de dicha participación. Los beneficios de participar dependen de los salarios esperados de la actividad laboral, que estarán relacionados con determinadas características personales de los individuos (edad, nivel de estudios, etc.) mientras que los costes dependerán fundamentalmente de variables relacionadas con su situación familiar (dedicación al cuidado de los hijos, etc.). Como resultado de ambas consideraciones los individuos determinan el llamado salario de reserva, de forma que participarán en el mercado de trabajo cuando el salario esperado sea mayor que su salario de reserva. El proceso de decisión descrito anteriormente estará condicionado, como ya se ha apuntado, por la influencia ejercida por determinadas variables personales, profesionales y familiares. Entre ellas, las más relevantes señaladas por la literatura son las siguientes3: a) La edad. Controla la distinta biografía social de la mujer (Garrido, 1993), incorporando el efecto introducido por los contextos económicos, laborales, sociales y culturales en que los distintos colectivos Además, de mujeres determinará adoptaron en qué sus medida decisiones las laborales. decisiones de matrimonio y tenencia de hijos afectan a la situación laboral femenina. Un análisis más pormenorizado de las mismas y del efecto ejercido por cada una de ellas sobre las decisiones de participación laboral de la mujer se puede encontrar en Moreno et al (1996). 3 12 b) El capital humano de las mujeres, aproximado habitualmente a través de la variable de nivel de estudios terminados. De acuerdo con la teoría, cabe esperar una mayor participación laboral al aumentar el nivel de estudios, lo que incrementa el coste de la inactividad. c) Mediante la variable estado civil se introduce la situación familiar. En principio cabe esperar una menor participación de las mujeres casadas, si perciben el salario de sus maridos como rentas no salariales. También cabría pensar que, una vez que deciden participar, las mujeres casadas prolongan durante más tiempo sus procesos de búsqueda, de la mano de los efectos inducidos sobre su salario de reserva por el salario del cónyuge. d) El efecto de la existencia de hijos se suele aproximar a través de dos variables: el número de hijos y la edad del hijo menor. En principio, la segunda de las variables debe resultar mucho más importante. Cabe esperar una menor participación cuanto menor sea la edad del hijo pequeño. e) La relación con la actividad del marido (ocupado, parado o inactivo) intenta controlar el efecto introducido por la situación laboral del marido sobre el trabajo de la mujer, a través de su influencia sobre la renta familiar y los procesos de adquisición de información de la mujer. En este sentido cabe esperar una opuesta influencia. Por una parte, puede que si el marido trabaja la participación de la mujer casada se desincentive. Su renta se subordina a la obtenida por el cónyuge y a la atención de las tareas familiares. Sin embargo, y en la medida en que los emparejamientos matrimoniales tienden a producirse entre individuos similares, es posible que la actividad laboral suponga iguales decisiones para ambos miembros de la pareja. En este sentido, la actividad laboral del marido estimularía la de la mujer. Sin embargo, los anteriores procesos de decisión, que conducen y sustentan la participación laboral de las mujeres, no pueden 13 considerarse como procesos introspectivos impermeables a la influencia de determinados contextos y a los cambios ocurridos en los mismos. Bien al contrario, se trata de procesos que ocurren dentro de determinados contextos y determinadas características que de por los tanto mismos. están influidos Desde esta por nueva perspectiva, y de acuerdo con la revisión realizada de la literatura, puede afirmarse que las decisiones de participación laboral de las mujeres también estarán influidas: a) Por la evaluación que efectúen las mujeres de lo que podríamos llamar las “oportunidades de empleo” que ofrece el mercado de trabajo en cada momento del tiempo. b) Adicionalmente, la influencia ejercida por las variables personales y por las relacionadas con la situación familiar sobre las decisiones de participar no resultará invariable en el tiempo sino que también será objeto de revisión como consecuencia de determinadas modificaciones que pueden ocurrir en el entorno de los individuos, alterando la percepción que éstos tienen de los costes y los beneficios asociados a la decisión de participación. Desde el primer punto de vista, diferentes trabajos ya han apuntado la importancia que las oportunidades de empleo existentes tienen sobre las decisiones de participación de las mujeres4 (Mincer, 1962, por ejemplo). Esta relevancia se vería acentuada si, como demuestran otros estudios, el mercado de trabajo presenta una clara y profunda segregación por género (Dex, 1996) de forma que son la evolución de determinadas variables laborales “femeninas” las que influyen en la valoración que hacen las mujeres de las oportunidades de empleo En este sentido baste recordar que “las variaciones cíclicas y aleatorias de tasas salariales, oportunidades, renta, y de empleo de otros miembros de la unidad familiar, particularmente el cabeza de familia, también inducirán probablemente variaciones transitorias en la distribución del tiempo entre el hogar, el mercado y el ocio” (Mincer, 1962). 4 14 existentes y, por tanto, en las decisiones de participación adoptadas (Novales, 1989)5. Este tipo de planteamientos han sido recogidos por la teoría económica con cierta profusión6, a través, por ejemplo, de los modelos de oferta de trabajo de la mujer con empleos heterogéneos (Atrostic, 1982; Killingsworth, 1985; Hill, 1985) o de los modelos dinámicos de oferta de trabajo femenina con salarios exógenos (Mincer, 1962) planteamientos estos últimos que tienen importantes implicaciones sobre las decisiones de participación laboral de las mujeres en la medida en que, al contrario que en los modelos tradicionales, donde el salario de reserva es independiente de las tasas salariales y, por extensión, de las condiciones del mercado de trabajo, en éstos la determinación del salario de reserva sí está condicionado por determinadas variables aproximativas del contexto laboral en el que se emprenden las decisiones de participación. En la misma dirección, una variante muy interesante respecto a los anteriores planteamientos neoclásicos viene dada por el modelo de la lista de contratación (Thurow, 1976). En él, la productividad no está asociada a los individuos sino a los puestos de trabajo, y los diferentes stocks de capital humano de los individuos sólo sirven para determinar su posición en la lista de contratación (función de sus costes de formación una vez ocupado el puesto y, por tanto, de adaptación a los requerimientos cualificativos del mismo, costes que se suponen inversamente relacionados con la formación aportada por el individuo) que gobiernan los procesos de asignación de la oferta a los puestos de trabajo. diferentes Mujeres con idénticas probabilidades de características conseguir un pueden puesto de afrontar trabajo dependiendo de las oportunidades de empleo a las que se enfrentaron Debe recordarse la importante relación detectada por otros autores (Novales, 1989) entre la participación femenina y la actividad económica, y que se fundamenta sobre la idea del “trabajador desanimado”, que deja de declararse activo al convencerse de la imposibilidad de conseguir empleo. 6 Una revisión de la literatura se encuentra en Killingsworth y Heckman (1991). 5 15 cuando tomaron sus decisiones de participación laboral. Las oportunidades de empleo determinan el grado de competencia dentro de la “lista de contratación”, lo que, en línea con los argumentos anteriores, debe influir en el resultado de las decisiones de participación de las mujeres. En relación con este primer grupo de consideraciones, nuestra opinión es que determinados cambios de carácter estructural (procesos de terciarización y difusión de las nuevas tecnologías de la información, ya mencionados anteriormente) han podido modificar la composición de la demanda de trabajo (Cuadrado et al, 2000; Anxo y Storri, 2001; Colecchia y Papaconstantinou, 1996; Ducatel, 1994; Castaño et al, 1999), transformaciones que resultan favorables al empleo de la mujer, aumentado sus oportunidades de empleo y, por tanto, estimulando sus decisiones de participación laboral. En relación con el segundo tipo de consideraciones (las variables personales y familiares determinan el salario de reserva y, por tanto, las decisiones de participación laboral de la mujer, pero el carácter de su influencia puede estar sujeta a cambios en el tiempo, de manera que no siempre conduzcan a los mismos resultados), resulta necesario tomar en consideración dos argumentos relevantes. En primer lugar, el hecho de que las decisiones de participación laboral de las mujeres se producen dentro de unos determinados parámetros sociales, económicos y culturales, en definitiva, dentro de lo que destacados autores han denominado diferentes biografías vitales (Garrido, 1993). Este contexto, que ha experimentado muy profundas transformaciones en el pasado reciente, ha implicado notables modificaciones en el efecto ejercido por variables tales como la edad, el estado civil o el matrimonio y la tenencia de hijos sobre las decisiones de participación laboral adoptadas por las mujeres. 16 En segundo lugar, y de acuerdo con los planteamientos de la Nueva Economía de la Familia (Becker, 1981), donde la unidad de decisión deja de ser el individuo para trasladarse hasta la unidad familiar, la familia se caracteriza por poseer una función de producción donde tiempo y bienes pueden ser combinados de diferentes maneras para producir utilidades, repartiendo su tiempo los miembros de la familia entre trabajo de mercado, producción doméstica y consumo doméstico de manera que se especializan en aquello para lo que son más eficientes. En estos contextos, la capacidad para compatibilizar trabajo doméstico y trabajo remunerado se convierte en una variable fundamental, que condiciona poderosamente la influencia ejercida por todos aquellos parámetros de los que depende la determinación del salario de reserva de la mujer, de manera que diferentes aspectos del mercado de trabajo y de la propia producción doméstica deben ser tomados en consideración si realmente se quiere profundizar en el análisis de las tasas de actividad femeninas. Estos argumentos se concretan en la necesidad de considerar tres importantes cuestiones: a) Diferentes condiciones de trabajo favorecerán o se constituirán en una barrera a la compatibilización del trabajo doméstico y remunerado. b) La demanda de determinados servicios sustitutivos de tiempo doméstico modificará la tecnología doméstica, afectando a las decisiones de participación laboral de las mujeres (Long, 1958). c) Distintos marcos de Política Familiar facilitan en diferente medida las tareas de compatibilización. En definitiva, y a manera de recopilación, para el análisis de las decisiones de participación laboral llevadas a cabo por las mujeres resultarán variables relevantes: a) Los cambios sociales, económicos y culturales acaecidos. 17 b) Las condiciones laborales a las que acceden las mujeres, la posibilidad de demandar servicios sustitutivos de trabajo doméstico y el marco establecido por la Política Familiar, en cuanto que posibilite o no la conciliación de la vida profesional y familiar. c) Las tradicionales variables personales y familiares señaladas por la teoría más habitual (edad, nivel de estudios, estado civil, existencia y edad de los hijos, situación laboral del marido), en cuanto que parámetros de la determinación de su salario de aceptación. d) Y la evolución registrada por las oportunidades laborales de las mujeres, impulsadas por el progreso de la terciarización y el desarrollo de la sociedad de la información. Esta será, por tanto, la base teórica que debe servir como instrumento para evaluar la efectividad potencial atesorada por las distintas acciones emprendidas desde la Política de Empleo para la promoción de la participación laboral de la mujer. En último término, hay que recordar que el incremento de la integración de la mujer en el mercado de trabajo es uno de los objetivos fundamentales de la política de igualdad de oportunidades llevada a cabo tanto por la OCDE como por la Comisión Europea. Más allá, la integración laboral de la mujer transciende la cuestión de la igualdad de género, encontrando justificación en argumentos de mejorar los niveles de eficiencia con que el mercado de trabajo utiliza los recursos productivos disponibles. En la medida en que la desigualdad laboral por género implica la aparición de fallos de mercado y, por tanto, de pérdida de eficiencia económica en su funcionamiento, la intervención que supone la Política Laboral encuentra una clara justificación. 18 3. MERCADO DE TRABAJO Y GÉNERO EN ESPAÑA Y LA COMUNIDAD DE MADRID. En este capítulo nos proponemos caracterizar la situación laboral de la mujer, tanto en España como en la Comunidad de Madrid, en especial en relación con sus decisiones de participación en el mercado de trabajo remunerado. Para ello nos basaremos en algunos datos básicos proporcionados por la Encuesta de Población Activa7. En concreto, primero se analizan las tasas laborales básicas (actividad, empleo y paro) de hombres y mujeres, para posteriormente centrarnos en la revisión de los determinantes básicos de las decisiones de participación laboral de las mujeres (tasa de actividad), desagregando para ello su análisis mediante la consideración de las variables señaladas por la literatura como más importantes en su explicación (edad, estado civil y nivel de estudios terminados). Comenzando por los indicadores más básicos de la situación laboral de hombres y mujeres en España y en la Comunidad de Madrid, el cuadro número 1 recoge los datos correspondientes a las tasas de actividad, empleo y paro de ambos géneros en las dos definiciones territoriales que nos interesan. Las tasas se calculan para los segundos trimestres del año 2004 (último disponible a la realización del trabajo), 2001 (año en que el INE modifica la definición de desempleo y, por tanto, los datos sufren una importante ruptura metodológica) y 1996. También calcula para cada tasa, territorio y año la diferencia existente entre los valores correspondientes a las mujeres y los de los hombres. Igualmente, en la parte inferior de la tabla se calculan algunas diferencias entre los datos de la Comunidad de Madrid y los correspondientes al conjunto del territorio español. 7 Se utilizan siempre datos referidos al segundo trimestre de los años elegidos dado que este trimestre es el que tiene una mayor representatividad respecto del comportamiento laboral del conjunto del año. Por otra parte, mencionar que, dados los cambios recientemente introducidos en la metodología de la Encuesta de Población Activa, los datos incluidos en el análisis se construyen con las nuevas ponderaciones utilizadas por el Instituto Nacional de Estadística. Por este motivo nos referimos a ellos como procedentes de la EPA reponderada. 19 Cuadro número 1. Tasas laborales básicas por género. España y C. de Madrid. (Fuente: EPA. http://www.ine.es) II Tr. 1996 II Tr. 2001 II Tr. 2004 ESPAÑA Tasa de Actividad Mujeres 37,97 40,08 45,05 Hombres 64,97 66,08 67,95 Diferencia -27,00 -26,00 -22,90 Tasa de Empleo Mujeres 26,74 34,06 38,19 Hombres 53,55 61,22 62,37 Diferencia -26,81 -27,16 -24,18 Tasa de Paro Mujeres 29,58 15,04 15,23 Hombres 17,58 7,35 8,2 Diferencia 12,00 7,69 7,03 C. MADRID Tasa de Actividad Mujeres 39,85 44,70 49,87 Hombres 67,52 69,82 71,41 Diferencia -27,67 -25,12 -21,54 Tasa de Empleo Mujeres 29,23 40,17 45,83 Hombres 56,60 65,92 67,25 Diferencia -27,37 -25,75 -21,42 Tasa de Paro Mujeres 26,66 10,13 8,11 Hombres 16,17 5,59 5,82 Diferencia 10,49 4,54 2,29 DIFERENCIAS ESPAÑA-C. DE MADRID Tasa de Actividad Mujeres 1,88 4,62 4,82 Hombres Diferencia 0,67 -0,88 -1,36 Tasa de Empleo Mujeres 2,49 6,11 7,64 Hombres Diferencia 0,56 -1,41 -2,76 Tasa de Paro Mujeres -2,92 -4,91 -7,12 Hombres Diferencia -1,51 -3,15 -4,74 20 De su observación se deduce que la mujer presenta, de manera clara y generalizada, una peor situación laboral en comparación con el hombre. Aunque esto es cierto tanto en España como en Madrid, en nuestra Comunidad esta situación reviste una intensidad ligeramente menor. De acuerdo con los datos correspondientes al segundo trimestre de 2004 las mujeres presentan una menor tasa de actividad (23 puntos menos en España y 21 menos en la C. de Madrid), una tasa de empleo más reducida (24 puntos porcentuales menos en España y 21 puntos menos en Madrid), aunque una mayor tasa de desempleo (7 puntos más en España y algo más de 2 puntos porcentuales más en la región madrileña). En definitiva, las mujeres tienen mayores dificultades y barreras que los hombres en el mercado de trabajo, tanto para acceder al mercado de trabajo como para conseguir un puesto de trabajo. Además, para las mujeres es mucho más frecuente que las decisiones de participación laboral les conduzcan al paro y no al empleo. Por otra parte, en la Comunidad de Madrid la evolución de estos indicadores (diferencias por género en cuanto a tasas de actividad, empleo y paro) ha resultado más favorable e intensa, si lo comparamos con lo ocurrido en el conjunto nacional. Así, mientras que en España las diferencias por género se han reducido en 4 puntos (tasa de actividad), 3 puntos (tasa de empleo) y 5 puntos (tasa de paro), en Madrid estos diferenciales se han reducido en mayor medida (6 puntos en el caso de la tasa de actividad y de empleo, nada menos que 8 puntos en relación con la tasa de desempleo). Por último, aunque en Madrid también se observa una peor condición laboral para las mujeres, ésta resulta “mejor” cuando la comparamos con la del colectivo femenino en el conjunto de España. En este sentido basta señalar que las mujeres madrileñas presentan mayores tasas de actividad (5 puntos porcentuales), más elevadas tasas de empleo (más de 7 puntos porcentuales) y significativamente menores tasas de desempleo (7 puntos porcentuales menos). 21 Cuadro número 2. Tasas laborales básicas por género en Europa, España y la Comunidad de Madrid. 2003. (Fuente: EPA. http://www.mtas. es /mujer/mujeres/cifras.) T. Actividad T. Empleo T. Paro TOTAL EU-15 48,13 43,90 8,8 Bélgica 42,94 39,50 8,0 Dinamarca 59,74 56,30 5,7 Alemania 49,74 45,10 9,3 Grecia 37,79 32,70 13,6 España 42,58 35,90 15,8 Francia 49,87 44,90 9,9 Irlanda 49,18 47,20 4,0 Italia 37,34 32,90 11,9 Luxemburgo 44,75 42,60 4,6 Países Bajos 56,34 54,20 3,8 Austria 50,75 48,60 4,3 Portugal 54,90 50,90 7,2 Finlandia 58,28 52,50 9,9 Suecia 58,90 56,00 5,0 Reino Unido 54,77 52,50 4,0 C. Madrid 45,99 41,81 9,08 Una última perspectiva de comparación con la que completar el análisis de la posición laboral de la mujer supone utilizar la situación existente en la Unión Europea como criterio. Para ello, el cuadro número 2 recoge, para el año 20038, los datos de tasa de actividad, empleo y paro para los países de la UE y la Comunidad de Madrid. Se comprueba, de esta forma, como la situación laboral de la mujer en la Comunidad de Madrid resulta notablemente mejor en comparación con la detentada en el conjunto nacional: a) Mientras que las mujeres españolas presentan la tercera tasa de actividad más baja del conjunto de la UE, sólo por delante de Grecia e Italia, la Comunidad de Madrid mejora esta posición, mejorando también los datos de Luxemburgo y Bélgica. b) De esta forma, mientras que la tasa de actividad de las mujeres españolas es 6 puntos inferior a la media de la UE, este 8 Último dato disponible para los países de la Unión Europea en el momento de realizar el estudio. 22 diferencial se estrecha hasta los 2 puntos cuando la comparación la efectuamos con la Comunidad de Madrid. c) Algo muy similar se observa desde el punto de vista de la tasa de empleo. Madrid ocupa una posición mejor que España dentro del contexto de la UE, reduciendo notablemente el diferencial existente respecto a la tasa de empleo correspondiente al conjunto de la UE (desde 8 hasta 2 puntos porcentuales). d) Sin duda, los mejores resultados de las mujeres madrileñas se producen desde la perspectiva del desempleo. Mientras que para el conjunto del Estado español se observa la tasa de desempleo femenina más elevada del conjunto de países que conforman la Unión Europea, en Madrid esta tasa resulta inferior a la observada en Alemania, Francia, Italia y Finlandia, de manera que frente a un diferencial de 7 puntos porcentuales, en nuestra Comunidad la tasa de paro de la mujer es sólo 0,3 puntos más elevada en comparación con el conjunto de la UE. En definitiva, la mujer tiene en el mercado de trabajo una peor situación que sus compañeros varones, lo que sin lugar a dudas justifica la intervención pública mediante la instrumentación y aplicación de acciones de Política laboral de diferentes contenidos. A pesar de esto, y dentro del contexto español, la Comunidad de Madrid presenta una situación notablemente mejor, moderando en buena medida la intensidad de la desigualdad laboral por género, conclusión que se ve reforzada cuando se enmarca la comparación en la perspectiva de la Unión Europea. A partir de este análisis agregado, y de acuerdo con lo expuesto en el anterior capítulo número 2, para la adecuada revisión de los determinantes básicos de las decisiones de participación laboral de la mujer debemos considerar los efectos inducidos por las variables edad de la mujer (que fundamentalmente aproxima el efecto del matrimonio y la crianza de los hijos sobre la tasa de actividad de la mujer), estado 23 civil (existencia o no de pareja y, por tanto, de una posible renta principal) y nivel de estudios terminados (indicativo del salario al que puede acceder la mujer y, por tanto, del coste de oportunidad de no participar). El gráfico número 1 relaciona la tasa de actividad con la edad de la mujer. Las curvas que dibuja esta relación nos informan del patrón de participación laboral de las mujeres desde la perspectiva de su ciclo vital. En este sentido, la literatura diferencia entre tres tipos de patrones distintos (Moreno, Rodríguez y Vera, 1996): a) El primero de ellos se caracterizaría por presentar un sólo máximo, coincidente con la edad en que más frecuentemente la mujer afronta las decisiones de matrimonio y tenencia de hijos. La mujer participaría tempranamente en el mercado de trabajo, retirándose masivamente de él para concentrarse en las tareas domésticas y la crianza de sus hijos. b) El rasgo fundamental más relevante del segundo patrón femenino de participación laboral es la presencia de dos máximos. La mujer participa intensamente desde los 16 años hasta que se casa y tiene hijos (primer máximo), abandona el mercado de trabajo por estos motivos, retornando parcialmente al mismo una vez que finalizan sus tareas de crianza (en torno a los 40 años), lo que conduce a la observación de un segundo máximo. c) Por último, el tercer patrón de participación se caracteriza por asimilarse progresivamente al comportamiento masculino. Se retrasa la edad de entrada al mercado de trabajo a la vez que la curva se aplana, reflejando el hecho de que la mujer abandona cada vez con menor frecuencia el mercado de trabajo por motivos relacionados con sus responsabilidades familiares. De la observación del mencionado gráfico número 1 se deduce la existencia, tanto en España como en la Comunidad de Madrid (aunque 24 en este caso con una intensidad mucho más atemperada) de un modelo femenino de participación todavía cercano al patrón de dos máximos. La mujer participa poco a edades tempranas (prolonga su permanencia en el sistema educativo), alcanzando su máxima tasa de actividad en el tramo correspondiente a los 25-29 años. A partir de ahí se reducen los niveles de participación ligeramente, hasta el tramo quinquenal de los 40-44 años, punto a partir del cual se reducen drásticamente los valores de la tasa de actividad femenina. En definitiva, las circunstancias familiares constituyen todavía una muy importante restricción para la participación laboral de la mujer en el mercado de trabajo remunerado. La persistencia de esta conclusión justifica la preocupación de la Política Laboral por aplicar medidas orientadas hacia el objetivo de facilitar para la mujer la conciliación de la vida familiar y profesional, limitando de esta forma la intensidad del condicionamiento negativo introducido por estas circunstancias. Esta conclusión es extensible sin duda a la Comunidad de Madrid, aunque el hecho de que la curva tasa de actividad-edad de la mujer se sitúe siempre por encima de la correspondiente al conjunto nacional señala en la dirección de que esta restricción resulta menos intensa en nuestra Comunidad. El siguiente gráfico número 2 expresa y compara las tasas de actividad de las mujeres españolas y madrileñas en función de su estado civil (solteras, casadas y otro, es decir, viudas y separadas). Dada la correlación existente entre estado civil y edad de la mujer, son las solteras las que presentan mayores niveles de actividad laboral, y ello debido a dos razones de signo contrario: Gráfico número 1. Tasas de actividad femenina por tramos quinquenales de edad. España y C. de Madrid. (Fuente: EPA reponderada. II Tr. 2004). 25 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 16-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65-69 España C. Madrid 70y más a) En primer lugar, las mujeres solteras, más jóvenes, reducen sus tasas de actividad al haber decidido prolongar su inversión en la adquisición de educación, variable que interpretan como fundamental tanto para conseguir un puesto de trabajo como para reducir la segregación por género que habitualmente las confina en puestos de baja remuneración9. b) En segundo lugar, las mujeres solteras pertenecen a una generación cuyas pautas sociolaborales y culturales se asocian con modelos de participación laboral más estables y, sobre todo, más intensos. Estas conclusiones son similares para las dos definiciones territoriales que estamos manejando. En todos los estados civiles considerados las mujeres madrileñas presentan mayores niveles de actividad laboral, siendo las solteras, por delante de las casadas y de las mujeres que presentan otro estado civil, las que participan con mayor frecuencia en el mercado de trabajo remunerado. 9 En este sentido pueden consultarse, por ejemplo, los trabajos de Rubery (1993 y 1999). Para España, resultan de interés, entre otros, los trabajos de Castaño et al ( 1999 y 2004). 26 Gráfico número 2. Tasa de actividad femenina en función de su estado civil. España y C. de Madrid. (Fuente: EPA reponderada. II Tr. 2004). 70,0 60,0 59,7 64,9 43,5 44,0 50,0 40,0 30,0 22,4 27,2 20,0 10,0 0,0 Solteras Casadas España Otras C. Madrid Por último, el siguiente gráfico número 3 relaciona la tasa de actividad de las mujeres madrileñas y españolas con el nivel de estudios más elevado que han conseguido terminar. Se observa claramente la existencia de una relación positiva entre ambas variables, de manera que la participación laboral de la mujer aumenta al hacerlo su nivel de estudios. La razón es que las inversiones en educación, al aumentar la productividad de los individuos, incrementan finalmente el perfil de ganancias al que los individuos pueden acceder, de forma que en términos generales el salario de una persona formada es superior al de una persona cuyo nivel educativo sea inferior. De esta manera, el nivel de estudios incrementa el coste de oportunidad que debe afrontar la mujer en el caso de que decida no participar en el mercado de trabajo, lo que explica el crecimiento de las tasas de actividad al hacerlo el nivel de formación de las mujeres. Gráfico número 3. Tasa de actividad femenina en función de su nivel de estudios terminado. España y C. de Madrid. (Fuente: EPA reponderada. II Tr. 2004). 27 90,0 80,1 80,6 80,0 España 70,0 C. Madrid 57,1 58,3 60,0 50,0 40,0 30,0 20,0 10,0 22,2 8,2 18,8 5,2 0,0 Sin Estudios Primarios Secundarios Universitarios Este comportamiento se cumple en Madrid y en España, aunque resulta más acentuado en la Comunidad de Madrid (mayor diferencial entre la tasa de actividad de las menos y de las más formadas). En definitiva, del conjunto de datos y análisis expuestos cabe concluir como: a) La mujer ocupa en el mercado de trabajo una peor posición laboral que sus compañeros varones. b) Además, esta situación presenta un notable grado de persistencia, en la medida en que, a pesar de que la evolución registrada por las variables ha implicado una moderada reducción de los diferenciales por género, éstos se mantienen como un rasgo fundamental del mercado de trabajo. c) Aun cuando estos resultados se observan tanto en Madrid como en el conjunto del estado español, el mercado de trabajo madrileño mejora notablemente las características de desigualdad por género observadas. d) La edad, el estado civil y la inversión en la adquisición de credenciales educativas se observan como variables relevantes 28 explicando las decisiones laborales de las mujeres. En este sentido: - Las mujeres están modificando sus decisiones de participación en función de la edad, retrasando su entrada y limitando en buena medida su salida por motivos de matrimonio y crianza de hijos. - Las mujeres solteras presentan mayores tasas de actividad que los hombres, dada su menor edad y su mayor nivel de estudios. Las mujeres casadas condicionan sus decisiones laborales en función de los rasgos laborales de sus maridos. - Los estudios estimulan la participación laboral de las mujeres, al incrementar su productividad y, por tanto, sus salarios. 4. LA POLÍTICA LABORAL APLICADA EN RELACIÓN CON LA PARTICIPACIÓN DE LA MUJER EN EL MERCADO DE TRABAJO REMUNERADO. El propósito de este capítulo es identificar y exponer, en la medida de lo posible de manera sistemática y organizada10, los contenidos que conforman actualmente la política de estímulo del acceso de la mujer al mercado de trabajo remunerado, así como de mejora de su situación laboral una vez que acceden a él. Para ello, y tomando como marco de referencia las acciones de política laboral aplicadas específicamente respecto al colectivo de las mujeres, primero se describe su marco legislativo general, comentándose el contenido de las principales normas legales que las enmarcan, para posteriormente realizar un inventario exhaustivo y comentado de las acciones actualmente llevadas Tarea que no suele resultar sencilla, dado el elevado número de medidas que habitualmente conforman lo que denominamos Política Laboral o Política de Empleo, así como la heterogeneidad de sus contenidos y amplitud de sus orígenes. 10 29 a cabo persiguiendo este objetivo desde el ámbito nacional y de la Comunidad de Madrid. 4.1 El marco legislativo de la política de promoción de la participación laboral de la mujer. La políticas sociolaborales aplicadas con el objetivo de promocionar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo remunerado se articulan en torno a un conjunto de actuaciones de carácter marcadamente heterogéneo. En términos generales y al objeto de introducir algún tipo de sistematización, estas actuaciones pueden caracterizarse atendiendo al criterio del objetivo concreto cuya consecución persiguen (MTAS, 2005): a) El fomento del empleo. b) La promoción del autoempleo. c) La promoción profesional. d) La formación profesional. e) La conciliación de la vida familiar y profesional. f) Protección del embarazo, de la maternidad y de la atención a menores y personas dependientes. Los tres primeros objetivos responden a una definición general dentro de los esquemas actuales de la Política de Empleo, siendo ésta la característica que justifica su aplicación también al colectivo de mujeres. El resto de objetivos tienen un carácter específico respecto de la situación laboral de la mujer, persiguiendo objetivos de promocionar su participación laboral a través de diferentes estrategias y canales de actuación. Las políticas de promoción de la participación laboral de la mujer ven reforzada su heterogeneidad también por la variedad normativa en la que se sustentan. De esta forma, cabe afirmar que este tipo de medidas 30 encuentran su origen tanto en políticas de empleo como de igualdad de oportunidades o de apoyo a la familia. Cuatro son, a nuestro juicio, las grandes fuentes de definición de este tipo de acciones de política: a) Los Planes de Empleo definidos anualmente para el conjunto del Estado. b) Su concreción en lo que podríamos denominar como Planes de Empleo Autonómicos. c) Planes de Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres. d) Plan Integral de Apoyo a la Familia. La actual estructura y contenido de la Política Laboral aplicada en nuestro país con el objetivo de incentivar la participación activa de la mujer en el mercado de trabajo encuentra su definición general en el contenido de las siguientes normas legales: a) Ley 39/1999 para Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral. b) Ley 40/2003 de Protección de Familias Numerosas. c) Ley 56/2003 de Empleo. También habría que considerar tres fuentes adicionales. Por una parte, las que encuentran su base en el sistema impositivo (Impuesto de la Renta de las Personas Físicas). De otra, las relacionadas con el sistema de cotizaciones de la Seguridad Social. Por último, las promovidas desde el Instituto de la Mujer. Por su parte, y desde la perspectiva de la Comunidad de Madrid, habría que añadir al menos el IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid, los distintos Programas Operativos de medidas financiadas con fondos del Fondo Social Europeo (Objetivo 2 y Objetivo 3), además de las medidas relacionadas con los distintos tramos autonómicos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Seguidamente vamos 31 a revisar los contenidos y características fundamentales de algunos de los anteriores pilares legislativos básicos. 4.1.1 El Plan de Acción para el Empleo del Reino de España. La Estrategia Europea de Empleo, marco general en el que se inscribe el Plan de Acción para el Empleo del Reino de España (PAERE), define el aumento del empleo y de la participación en el mercado de trabajo como su primera prioridad. El PAERE señala al insuficiente nivel de empleo y la elevada tasa de temporalidad como los problemas más acuciantes de nuestro mercado de trabajo. Junto a ellos, establece también como ejes prioritarios, entre otros varios, la reducción de las distancias existentes en la situación laboral de las mujeres en España en relación con la de los varones, para lo cual concluye como fundamental establecer un sistema adecuado de incentivos para promocionar el acceso de las mujeres al mercado de trabajo a la vez que aumentar la oferta existente de servicios para el cuidado de niños y personas dependientes (MTAS, 2004). En definitiva, la problemática de la mujer y el estímulo de la participación laboral de la oferta de trabajo femenina encuentra un lugar muy destacado dentro de los esquemas del PAERE. Esta conclusión se observa claramente reforzada por el hecho de que la igualdad laboral entre hombres y mujeres se constituye en un principio transversal que debe orientar el contenido de la totalidad de las directrices consideradas en el PAERE. 32 Tabla número 1. Plan de Acción para el Empleo del Reino de España 2004. (Fuente: http://www.mtas.es) DIRECTRIZ CONTENIDO / RECOMENDACIÓN 1. Medidas activas y Aumentar la cobertura y la eficacia de las medidas activas preventivas en favor de los del mercado de trabajo para las personas desfavorecidas desempleados y de las (jóvenes, discapacitados, inmigrantes y parados de larga duración). personas inactivas. Completar la modernización de los Servicios Públicos de Empleo. Potenciar la coordinación de los servicios regionales de empleo. Hacer frente a los obstáculos a la movilidad geográfica. 2. Creación de puestos de Simplificación y reducción de cargas administrativas. trabajo y espíritu de Reducción de los costes laborales. empresa. Apoyo Financiero a las Pymes. Fomento del autoempleo y de la Economía Social. Espíritu emprendedor en los ciclos de enseñanza. Apoyo a la creación de empleo en el sector servicios y desarrollo de la Sociedad de la Información. 3. Facilitar el cambio y Promover la modernización de la organización del trabajo promover la adaptabilidad para potenciar la productividad. y la movilidad en el Incentivar el uso de la contratación indefinida; mercado de trabajo. desincentivar el uso de la contratación temporal. Suprimir los obstáculos al empleo a tiempo parcial. Aprovechar las posibilidades de la diferenciación salarial. 4. Fomentar el desarrollo Potenciar los incentivos al aprendizaje para aumentar la del capital humano y la participación, en particular de las personas menos educación permanente. cualificadas. 5. Aumentar la oferta de Establecer una estrategia de “envejecimiento activo” mano de obra y promover mediante un sistema de incentivos y flexibilidad en el la prolongación de la vida trabajo. activa. 6. Igualdad de hombres y Aumentar los incentivos para que las mujeres participen mujeres. en el mercado de trabajo. Incrementar la disponibilidad y accesibilidad de los servicios para el cuidado de hijos y otras personas dependientes. 7. Promover la integración Aumentar la cobertura y eficacia de las medidas activas laboral de las personas del mercado de trabajo. desfavorecidas y combatir Completar la modernización de los servicios públicos de su discriminación. empleo. Potenciar la coordinación de los servicios regionales de empleo. Hacer frente a los obstáculos a la movilidad geográfica. Reducir el abandono escolar. Garantizar la calidad y adecuación laboral de la educación terciaria. 8. Hacer que el trabajo Reforma de los sistemas fiscales y de prestaciones sociales resulte rentable por medio para promocionar la participación laboral de ciertos de incentivos que hagan colectivos (entre ellos las mujeres). atractivo el empleo. 9. Regularizar el trabajo Simplificación del entorno empresarial, incentivos fiscales, no declarado. aplicación de sanciones. 10. Hacer frente a las Completar la modernización de los servicios públicos de disparidades regionales en empleo. materia de empleo. Potenciar la coordinación de los servicios regionales de empleo. Hacer frente a los obstáculos a la movilidad geográfica. 33 El análisis de los contenidos de las diez directrices incluidas (tabla número 1) se constituye en un último elemento sobre el que sustentar la afirmación de que la problemática laboral de la mujer y específicamente el estímulo de su participación laboral se constituye en un elemento muy relevante dentro de los esquemas generales definidos por el PAERE respecto de los objetivos de la Política Laboral de nuestro país. En este sentido, específicamente el eje 6 (igualdad de hombres y mujeres, perseguida a través de acciones orientadas a establecer estímulos para incrementar la oferta de trabajo de la mujer, de una parte, y facilitar la compatibilización de la vida familiar y profesional, de otra) y al menos parcialmente en el eje 8 (establecer esquemas de estímulos fiscales que posibiliten estimular la oferta de trabajo, mediante la movilización de ciertos colectivos). 4.1.2 Ley 39/1999 para Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral. De acuerdo con su exposición de motivos, la Ley para Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral se define por su vocación de introducir toda una serie de cambios legislativos: a) Persiguiendo el objetivo de mejorar las condiciones en que los trabajadores pueden participar de su vida familiar. b) A la vez que se promociona la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. c) Sin introducir desincentivos que afecten negativamente a las oportunidades de empleo de los colectivos afectados. De esta forma, primero se introducen modificaciones en el Estatuto de los Trabajadores en relación con los permisos y excedencias relacionadas con la maternidad, paternidad y el cuidado de la familia, a la vez que se amplía el derecho a reducir la jornada y a acceder a excedencias por motivos relacionados con la atención de personas 34 dependientes. También se contemplan modificaciones respecto a la Ley de Procedimiento Laboral (2/1995) al objeto de garantizar el libre ejercicio de estos derechos. Por último, se consideran modificaciones en la Ley General de la Seguridad Social, considerando ciertas reducciones en las cotizaciones empresariales así como prestaciones en relación con los riesgos que se pueden producir durante el embarazo. Su desarrollo contempla toda una batería de actuaciones dirigidas a facilitar la conciliación de la vida familiar y profesional: a) Permisos retribuidos por nacimiento de hijos. b) Reducción de jornada por motivos familiares. c) Suspensión de contrato por maternidad o riesgo durante el embarazo. d) Excedencia por cuidados familiares. e) Suspensión con reserva del puesto de trabajo. f) Protección de la maternidad. Dada la importancia de las medidas consideradas y la relevancia del argumento que le sirve de base (restricción de las decisiones de participación laboral de las mujeres), la Ley 39/1999 para Promover la Conciliación de la Vida Familiar y Laboral se constituye en una pieza de fundamental importancia dentro de los actuales esquemas de promoción de la participación laboral de la mujer. 4.1.3 Ley 40/2003 de Protección de Familias Numerosas. La Ley 40/2003 de Protección de Familias Numerosas se plantea como finalidad promover la igualdad de los miembros de las familias numerosas en cuanto al acceso y disfrute de bienes económicos, sociales y culturales. Para ello, y tras definir tanto los criterios que debe cumplir una familia para poseer el título de numerosa como las distintas categorías consideradas (especial y general), considera en su 35 Título II una amplia batería de medidas con las que estructurar su acción protectora: 1) Beneficios sociales a) Ayudas para la contratación de cuidadores. b) Preferencia en cuanto a la conservación de situaciones laborales. 2) Beneficios en materia de actividades y servicios públicos o de interés general. a) Derechos de preferencia (becas, admisión de alumnos en centros públicos, acceso a viviendas protegidas). b) Exenciones y bonificaciones en tasas y precios (transporte público, acceso a bienes culturales y deportivos, educación) 3) Acción protectora en materia de vivienda a) Incremento del límite de ingresos computables. b) Acceso preferente a créditos cualificados. c) Mejora en los criterios de baremación para la adjudicación de vivienda protegida. 4) Acción protectora en materia tributaria, por la cual la Administración del Estado se compromete a garantizar que las familias numerosas accedan a beneficios fiscales para compensar a sus rentas de las consecuencias de ser una familia numerosa. Finalmente, en sus disposiciones adicionales la Ley 40/2003 establece de manera explícita que “los poderos públicos facilitarán la incorporación al mercado de trabajo de los progenitores de familias numerosas”, lo que, aun cuando todavía probablemente no constituya sino una declaración de intenciones respecto a futuros desarrollos 36 legislativos, subraya la importancia que este tipo de iniciativas debe tener en el estímulo de la tasa de actividad femenina en nuestro país. 4.1.4 Ley 56/2003 de Empleo. A pesar de su vocación de generalidad respecto de la formulación y aplicación de la Política de Empleo, la Ley 56/2003 de Empleo muestra una especial vinculación con la oferta de trabajo femenina y su específica problemática laboral. Esto queda claramente de manifiesto ya en su exposición de motivos, en donde, entre otros, se menciona como problemas actuales del mercado de trabajo español los siguientes: - La persistencia de reducidas tasas de ocupación femeninas. - Las dificultades de incorporación de determinados colectivos al mercado de trabajo. Este especial interés también encuentra su reflejo en la disposición transitoria tercera, en la que de manera explícita se establece, como criterio general que “en tanto subsistan las actuales tasas de ocupación y paro respecto de la población activa femenina, los poderes públicos deberán organizar la gestión de las políticas activas de tal forma que el colectivo femenino se beneficie de la aplicación de tales medidas en una proporción equivalente a su peso en el colectivo de los desempleados”. Por último, destacar que las mujeres forman parte de la definición establecida por la Ley en cuanto a los colectivos considerados prioritarios en términos de la aplicación de las acciones de Política de Empleo. Entre sus objetivos fundamentales, la Ley menciona el de incrementar la eficiencia del funcionamiento del mercado de trabajo y mejorar las oportunidades de incorporación al mismo para conseguir el objetivo del 37 pleno empleo, todo ello bajo los principios de igualdad de oportunidades y no-discriminación. Con más detalle, la Ley 56/2003 establece, entre otros, como objetivos de la Política de Empleo, los siguientes: - Garantizar la efectiva igualdad de oportunidades y la nodiscriminación. - Asegurar políticas adecuadas de integración laboral dirigidas a aquellos colectivos que presentan mayores dificultades de inserción laboral, especialmente jóvenes, mujeres, discapacitados y parados de larga duración mayores de 45 años. Para ello, considera toda una serie de instrumentos, en cuya definición y descripción también aflora una clara preocupación por la situación laboral de la mujer: - Intermediación laboral: la intermediación laboral realizada por los servicios públicos de empleo y las agencias de colocación (...) se prestarán de acuerdo a los principios constitucionales de igualdad de oportunidades en el acceso al empleo y no-discriminación. - Políticas activas de empleo: En el diseño de estas políticas se tendrá en cuenta de manera activa el objetivo de la igualdad de trabajo entre hombres y mujeres para garantizar en la práctica la plena igualdad por razón de sexo, así como el objetivo de garantizar igualdad de oportunidades y no discriminación. 38 4.1.5 El IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid El IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid tiene la vocación de convertirse en el instrumento fundamental con el que progresar en la consecución de la plena igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres en la región. El Plan organiza sus medidas en torno a seis bloques temáticos, desarrollándose posteriormente en objetivos y acciones, de acuerdo con el esquema recogido en la siguiente tabla número 2. Tabla número 2. IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.madrid.org). ÁREA Favorecer la inserción laboral de las mujeres aumentando su empleabilidad a través de formación, apoyo a sus proyectos profesionales y la mejora de sus condiciones laborales y de trabajo. Disminuir la sobrecarga de responsabilidades familiares que soportan las mujeres, favoreciendo un reparto equitativo que posibilite la compaginación de la vida familiar con el desarrollo personal y profesional. Promocionar valores de igualdad que disminuyan los prejuicios y estereotipos de género. Prevención de la violencia de género y atención a las víctimas. Mejorar los niveles de cooperación, que alienten y consoliden la adopción de políticas públicas de mujeres en órganos de representación y participación social. OBJETIVOS Potenciar la formación para el empleo. Aumentar la población activa femenina favoreciendo su inserción laboral. Fomentar el empresariado femenino. Sensibilizar al empresariado para lograr una mayor contratación de mujeres. Mejorar las condiciones laborales y de trabajo. Educar en valores de igualdad y sensibilizar a toda la sociedad en la necesidad de compartir las responsabilidades en la vida familiar y profesional. Favorecer la conciliación de la vida familiar y profesional. Afianzar en la enseñanza los valores y prácticas coeducativas. Disminuir los estereotipos sexistas e incrementar la información sobre temas relacionados con la igualdad de oportunidades. Promocionar valores culturales de igualdad y apoyar los estudios de género. Favorecer el tiempo de ocio y deporte compartido. Impulsar y apoyar las iniciativas locales en materia de igualdad. Facilitar la equiparación de mujeres y hombres en los espacios de toma de decisiones políticas y socioeconómicas. Apoyar la participación de las mujeres como agentes sociales para el desarrollo del principio de igualdad de oportunidades. Sin duda, son los dos primeros objetivos los que resultan más relevantes en relación con la Política de Empleo aplicada para la 39 promoción laboral de la mujer. Por este motivo resulta interesante detallar en mayor medida sus contenidos que, de manera necesariamente sintética, responden al siguiente esquema: 1) Potenciar la formación para el empleo a) Continuar con la formación específica para las mujeres, ajustando las ofertas formativas a las necesidades del mercado de trabajo madrileño. b) Favorecer la presencia de mujeres en los sectores donde hay mayores posibilidades de empleo mediante acciones de información y formación. c) Proporcionar a las mujeres conocimientos relacionados con las tecnologías de la información. d) Facilitar la participación de las mujeres en las acciones formativas mediante la financiación de la puesta en marcha de servicios de atención para personas dependientes a su cargo. e) Inclusión en las acciones formativas de módulos respecto a las barreras para la inclusión y la promoción laboral de las mujeres. f) Técnicas de búsqueda de empleo desde la perspectiva de género. 2) Aumentar la población activa femenina favoreciendo su inserción laboral. a) Campañas para que las mujeres se inscriban en las Oficinas de Empleo. b) Programas de dinamización y motivación profesional de mujeres. c) Acciones de orientación e intermediación laboral con el empresariado para fomentar la inserción laboral de las mujeres desempleadas y ausentes del mercado de trabajo. d) Apoyar a las mujeres del medio rural. e) Sensibilizar a los jóvenes respecto del valor de la autonomía económica. 40 3) Fomentar el empresariado femenino. a) Orientación, información y asesoramiento para el desarrollo de empresas de mujeres. b) Formar a las mujeres en materias de gestión. c) Aumentar la capacitación profesional de las empresarias. d) Apoyos técnico y económico a proyectos empresariales de emprendedoras. e) Especial atención a ciertas actividades empresariales. f) Especial atención a ciertos colectivos de mujeres (con responsabilidades familiares, que se reincorporen al mercado de trabajo). g) Promover las redes de mujeres empresarias. 4) Sensibilizar al empresariado para lograr una mayor contratación de mujeres. a) Aumentar la sensibilización. b) Establecer contactos con grandes empresas. c) Acciones para promover más flexibilidad en horarios y jornadas laborales. d) Distinguir a las empresas que favorezcan la inserción y promoción laboral de las mujeres en sus plantillas. 5) Mejorar las condiciones laborales y de trabajo a) Control de la igualdad de trato. b) Cláusulas-tipo para la negociación colectiva favorables a la conciliación y la igualdad retributiva. c) Estudios del peso en el PIB del trabajo doméstico. d) Análisis de las diferentes formas de acoso en el trabajo. 41 e) Promover experiencias para favorecer la autonomía sociolaboral de las mujeres. 6) Educar en valores de igualdad y sensibilizar a toda la sociedad en la necesidad de compartir las responsabilidades en la vida familiar y profesional. a) Campañas publicitarias. b) Desarrollar programas orientados tanto hacia el profesorado como al alumnado. c) Promover reuniones con las AMPAS. d) Módulos de sensibilización en los cursos mixtos de formación para el empleo. e) Difusión de imágenes igualitarias. 7) Favorecer la conciliación de la vida familiar y profesional. a) Estudios para el conocimiento de las demandas de las familias para conseguir la conciliación. b) Incrementar las plazas públicas de educación infantil. c) Promover el cuidado de menores mediante acuerdo entre las Consejerías y las Corporaciones Locales. d) Apoyar la creación de centros de ocio. e) Estudiar fórmulas alternativas para el cuidado de menores y personas dependientes. f) Promover que el empresariado introduzca políticas de personal que tengan en cuenta las necesidades familiares. g) Emprender acciones que promuevan un reparto equitativo de las tareas. h) Promover la inclusión en la negociación colectiva. i) Apoyar la creación de empresas de servicios que faciliten la conciliación. 42 Se trata, sin duda, de un programa muy ambicioso. Sin embargo, será necesario conocer su concreción presupuestaria así como el desarrollo real de su aplicación para poder evaluar su capacidad para alcanzar los objetivos que se plantea. 4.1.6 Los Planes Operativos de la Comunidad de Madrid. Objetivos 2 y 3. Vinculados con los Fondos Estructurales Comunitarios, los Planes Operativos desarrollan para la perspectiva regional los Marcos Comunitarios de Apoyo en que se plasman los programas nacionales de política económica financiados por los Fondos Estructurales, esto es, los instrumentos financieros a través de los cuales la Unión Europea lleva a cabo la Política Regional Comunitaria. Como se recordará, la Política Regional Comunitaria tiene como objetivo fundamental reducir las desigualdades regionales existentes en la Unión Europea, con el fin último de conseguir avances sólidos en el proceso de integración europea. Para ello, la Política Regional Comunitaria establece tres objetivos básicos: a) Objetivo 1, cuyo propósito es promover el desarrollo económico de las regiones económicamente más desfavorecidas, definidas de acuerdo con un triple criterio: que no alcancen el 75 por ciento del PIB medio de la UE; que se trate de regiones ultra periféricas; regiones que posean una muy baja densidad de población. b) Objetivo 2, que se plantea objetivos relacionados con la reconversión económica y social de zonas industriales, rurales, urbanas que tengan deficiencias estructurales. c) Objetivo 3, que persigue apoyar la adaptación y modernización de las políticas y sistemas de educación, formación y empleo, definiendo como ámbito de aplicación toda la Unión Europea excepto las regiones que sean de objetivo 1. 43 Dentro de este esquema básico de la política europea, la Comunidad de Madrid encuentra financiación a alguna de sus iniciativas de política económica dentro de los objetivos 2 y 3, siendo actualmente de aplicación los Programas Operativos Objetivo 2 y Objetivo 3 de la Comunidad de Madrid para el periodo 2000-2006. Los contenidos de ambos Programas Operativos se recogen de manera necesariamente sintética en las siguientes tablas números 3 y 4. Dada la propia definición del objetivo 2, el contenido de este Programa Operativo no guarda una relación excesivamente estrecha con objetivos vinculados con la problemática laboral de la mujer, en general, y el estímulo de su participación laboral, en particular. Únicamente, y teniendo en cuenta la influencia que las oportunidades de empleo existentes pueden tener sobre las decisiones de participación laboral adoptadas por las mujeres11, llamar la atención sobre la influencia que las medidas 1.1 (empresas de servicios) y todas las incluidas en el eje 3 (tecnología y sociedad del conocimiento) pueden tener sobre la tasa de actividad de la mujer, en la medida en que se traduzcan en procesos de creación de empleo en sectores de actividad que tradicionalmente brindan elevadas oportunidades de inserción laboral a las mujeres. Adicionalmente, aunque de manera destacada, subrayar el hecho de que la igualdad de oportunidades de género se constituye en un criterio horizontal para el Programa Operativo, de manera que debe cumplirse en todos y cada una de los ejes y medidas considerados12. La tabla número 4 recoge los contenidos fundamentales que se propone el Programa Operativo de la Comunidad de Madrid en cuanto al objetivo 3, organizado en torno a un total de 9 ejes fundamentales. De entre ellos, los ejes 1 y sobre todo el 6 se relacionan especialmente con la población femenina como colectivo objetivo. 11 En este sentido puede revisarse los argumentos teóricos expresados en el capítulo número 2, respecto a la explicación de las decisiones de participación de la mujer en el mercado de trabajo remunerado. 12 Los datos fundamentales relativos a su aplicación se encuentran en Comunidad de Madrid (2004d). 44 Tabla 3. Contenido del Programa Operativo Objetivo 2 de la C. de Madrid 2000-2006. (Fuente: Comunidad de Madrid, 2004 a). EJES MEDIDAS 1. Mejora de la 1.1 Apoyo a las empresas industriales, competitividad, el artesanales, comerciales y de servicios. empleo y el 1.2 Provisión, recuperación y adecuación de desarrollo del tejido espacios productivos y de servicios a las productivo. empresas. 1.5 Apoyo a la internacionalización a la promoción exterior 2. Medio Ambiente, 2.1 Mejora de las infraestructuras existentes, entorno natural y abastecimiento de agua a la población y a las recursos hídricos. actividades económicas y saneamiento y depuración de aguas. 2.2 Gestión integral de los residuos urbanos y residuos industriales tratados. 2.4 Protección y regeneración de espacios naturales. 2.5 Vigilancia y control de la contaminación ambiental. 3. Sociedad del 3.1 Refuerzo del potencial humano en Conocimiento Investigación, Ciencia y Tecnología. (Innovación, I+D, 3.2 Proyectos de investigación, innovación y Sociedad de la desarrollo tecnológico. Información). 3.3 Equipamiento científico-técnico. 3.4 Transferencia y difusión tecnológica. 3.5 Creación y potenciación de centros públicos de investigación y centros tecnológicos. 3.6 Sociedad de la Información 4. Desarrollo de 4.4 Sistemas de transporte multimodales y redes de centros de transporte. comunicación y 4.7 Ayudas a la eficiencia y ahorro energético. energía 5. Desarrollo local y 5.1 Rehabilitación y equipamiento de zonas urbano. urbanas. 5.4 Fomento y apoyo a las iniciativas de desarrollo local. 5.5 Infraestructuras turísticas y culturales. 5.6 Conservación y rehabilitación del patrimonio histórico-artístico y cultural. 5.7 Infraestructuras y equipamiento sociales. 5.9 Centros de Formación profesional y agencias de desarrollo local. 6. Asistencia técnica 6.1 Asistencia técnica. 45 Tabla 4. Contenido del Programa Operativo Objetivo 3 de la C. de Madrid 2000-2006. (Fuente: Comunidad de Madrid, 2004 a y b). EJES MEDIDAS 1. Inserción y 1.1 Ofrecer a los desempleados posibilidades de reinserción inserción en el mercado de trabajo. ocupacional de los 1.2 Combatir el paro prolongado mediante desempleados. acciones de reinserción laboral de los desempleados de larga duración. 1.3 Ofrecer vías de inserción profesional a los jóvenes. 1.4 Apoyar la reincorporación de las personas ausentes del mercado de trabajo. 2. Refuerzo de la 2.1 Favorecer la generación de nueva actividad capacidad que permita la creación de empleo. empresarial 3. Refuerzo de la 3.1 Asegurar la actualización del nivel de estabilidad en el competencias de los trabajadores. empleo: adaptabilidad. 4. Refuerzo de la 4.1 Fomentar el acceso a las enseñanzas de educación técnico- Formación Profesional. profesional. 4.2 Desarrollar nuevas modalidades de oferta en Formación Profesional. 4.3 Promover mecanismos de mejora de los subsistemas de Formación Profesional. 4.4 Proporcionar alternativas educativas enfocadas al mercado de trabajo a las personas que no superen la enseñanza obligatoria. 5. Refuerzo del 5.1 Apoyar la inversión en capital humano en el y Desarrollo potencial humano ámbito de la investigación en investigación, Tecnológico. ciencia y tecnología 6. Participación de 6.1 Mejorar la empleabilidad de las mujeres. las mujeres en el 6.2 Fomentar la actividad empresarial de las mercado de trabajo. mujeres. 6.3 Mejorar la compatibilidad entre trabajo y familia. 7. Integración de las 7.1 Apoyar la inserción de las personas personas con discapacitadas en el mercado laboral. especiales 7.2 Proponer oportunidades de integración a los dificultades. colectivos en riesgo de exclusión del mercado de trabajo. 7.3 Subvención global. 8. Fomento y apoyo 8.1 Apoyar las iniciativas locales que contribuyan a las iniciativas de a la generación de empleo. desarrollo local 9. Asistencia técnica 9.1 Gestión, puesta en marcha, seguimiento y control. Información, equipamiento y evaluación. 46 El primero de ellos (inserción y reinserción ocupacional de los desempleados) se plantea aplicar acciones sobre la población desempleada. Aún cuando se referencia específicamente respecto a los parados de larga duración y los jóvenes, su medida 1.4 (apoyar la reincorporación de las personas ausentes del mercado de trabajo) hace referencia en buena medida a las mujeres que abandonaron su puesto de trabajo para atender tareas familiares (crianza de los hijos). El eje 6, por su parte, se especializa en mejorar la participación de las mujeres en el mercado de trabajo. Para ello, el eje se plantea medidas de orientación, asesoramiento empresarial, formación práctica y ayudas al empleo. De esta forma, la estrategia consiste en estimular la participación laboral de las mujeres incrementando sus oportunidades laborales, esto es, su empleabilidad. Por último destacar que, al igual a lo mencionado respecto al Programa Operativo Objetivo 2, el principio de igualdad de oportunidades también goza de un carácter transversal en la totalidad de ejes que conforman el Programa Operativo Objetivo 3. 4.1.7 La Iniciativa Comunitaria EQUAL y su aplicación en la Comunidad de Madrid. La Iniciativa Comunitaria EQUAL es un instrumento de la Unión Europea, financiado por el Fondo Social Europeo, cuyo objetivo último es fomentar la cooperación entre los distintos Estados miembros como forma de promocionar métodos con los que luchar contra las discriminaciones y desigualdades de cualquier tipo y naturaleza relacionadas con el mercado de trabajo. Imbricada en la Estrategia Europea de Empleo, la Iniciativa Comunitaria EQUAL se estructura en torno a cuatro pilares fundamentales: 47 a) La inserción laboral. b) La creación de empresas. c) La adaptación de los trabajadores. d) La igualdad de oportunidades. Los anteriores pilares se concretan en la realización de actividades, vinculadas con tres tipos de acciones, que son las consideradas por la iniciativa: Tabla 5. Contenido de la Iniciativa Comunitaria EQUAL. (Fuente: Comunidad de Madrid, 2004 a). EJE ÁREAS TEMÁTICAS 1. Mejorar la 1.1 Facilitar el acceso y la reincorporación al capacidad de mercado de trabajo de las personas que sufren inserción profesional dificultades para integrarse o reintegrarse a un mercado de trabajo abierto a todos. 1.2 Combatir el racismo y la xenofobia en relación con el mercado de trabajo. 2. Fomentar el 2.1 Abrir el proceso de creación de empresas a espíritu de empresa todos, proporcionando los instrumentos necesarios para la creación de empresas, en especial en referencia a las zonas urbanas y rurales. 3. Adaptabilidad 3.1 Apoyar la adaptabilidad de las empresas y trabajadores a los cambios económicos estructurales y al uso de las tecnologías de la información y otras nuevas tecnologías. 4. Igualdad de 4.1 Reducir los desequilibrios entre hombres y oportunidades para mujeres y apoyar la eliminación de la segregación mujeres y hombres. en el trabajo. 4.2 Conciliar la vida familiar y profesional e integrar a hombres y mujeres que han abandonado el mercado de trabajo mediante el desarrollo de formas más flexibles y efectivas de organización del trabajo y servicios de apoyo. a) Establecimiento de agrupaciones de desarrollo y de cooperación internacional. b) Ejecución de los programas de trabajo de las agrupaciones de desarrollo. 48 c) Creación de redes temáticas, difusión de buenas prácticas y repercusión de las políticas nacionales. En su traducción madrileña, la Iniciativa EQUAL se desarrolla a través de los siguientes seis ejes, cuyo contenido viene recogido en la siguiente tabla número 514. Evidentemente, es el eje 4 el que más estrechamente se relaciona con la cuestión que nos ocupa. Su desarrollo en la Comunidad de Madrid ha supuesto el diseño y puesta en marcha de un buen número de proyectos e iniciativas, coordinados y dirigidos en última instancia por la Dirección General de Empleo, la Dirección General de la Mujer, la Dirección General de Servicios Sociales y la Dirección General de Cooperación con el Estado y Asuntos Europeos. 4.2 La política de empleo en relación con la problemática laboral de la mujer: actuaciones. El marco normativo que acabamos de describir en sus grandes líneas fundamentales constituye el entramado en el que se define y desarrolla la Política Laboral en relación con la mujer en España y Madrid. Su aplicación implica un conjunto de medidas concretas que se constituyen en las herramientas fundamentales para la consecución de los grandes objetivos planteados respecto de la situación laboral de la mujer, en general, y de los niveles de su participación laboral, en particular. Con el propósito de organizar un conjunto de medidas tan amplio y diverso como el que nos ocupa, la siguiente tabla número 6 las organiza en función de su distinto contenido y naturaleza. Para ello, las medidas se agrupan en seis áreas de actuación distintas, coincidentes con los grandes objetivos ya mencionados anteriormente en cuanto a la Política 14 Los datos básicos correspondientes a su aplicación se pueden encontrar en Comunidad de Madrid (2004c). 49 Laboral en su relación con la problemática de la mujer15. La tabla número 6 desagrega estas áreas en las iniciativas concretas existentes dentro de cada gran objetivo (descripción de la actuación), detallándose el objetivo que persiguen así como sus contenidos fundamentales. a) Formación / Formación Profesional. Se trata de un amplio conjunto de medidas encaminadas a conseguir diferentes objetivos relacionados con las cualificaciones y la formación, referenciando tanto respecto a empleados como a desempleados. Su instrumentación se organiza en torno a los siguientes pilares básicos: • El Programa de Formación Profesional y la Ley Orgánica de Cualificaciones y Formación Profesional. • El Plan Nacional de Formación e Inserción Profesional • Escuelas Taller y Casas de Oficios. • Talleres de Empleo. El Programa Cualificaciones de y Formación Formación Profesional Profesional y la Ley tiene Orgánica como de objetivo fundamental mejorar las cualificaciones laborales de la población, conseguir un mejor ajuste de la oferta y de la demanda de trabajo (adecuación de las cualificaciones) y mejorar la coherencia del Sistema de Formación Profesional. De general aplicación, también lo es respecto de las mujeres. Además establece de manera explícita el principio de igualdad (también de género) en el acceso a la formación profesional. El Plan Nacional de Formación e Inserción Laboral, por su parte, se plantea entre otras actuaciones el desarrollo de la formación ocupacional, estableciendo el acceso preferencial de ciertos colectivos, entre los que se incluyen las mujeres que quieran reintegrarse a la vida activa. 15 Esta clasificación puede consultarse en el anterior epígrafe 4.1. 50 Las Escuelas Taller y las Casas de Oficios forman parte de programas más amplios cuyo objetivo es conseguir la inserción laboral mediante el desarrollo de procesos de aprendizaje. Respecto a éstos, se define la prioridad respecto a colectivos con especiales dificultades de inserción laboral, entre ellos las mujeres. En una línea muy similar se encuentran los Talleres de Empleo, encontrándose una relación idéntica respecto al colectivo femenino. El conjunto de estas medidas hacen descansar su efectividad, en cuanto al objetivo de estimular la participación laboral femenina, sobre el desarrollo y aplicación de actuaciones que incrementen los niveles de formación de las mujeres. De esta forma, su estrategia se fundamenta sobre la base de la positiva relación, anteriormente mencionada en el capítulo 2, existente entre el stock de capital humano poseído y los niveles de participación laboral de las mujeres. En definitiva, tratan de estimular las tasas de actividad de la mujer incrementado sus niveles de formación. Fomento del empleo. El objetivo de este grupo de actuaciones es incrementar la inserción laboral y, por tanto, los niveles de empleo de determinados colectivos, en este caso el de las mujeres. Desde esta perspectiva, cabe diferenciarse dos grandes grupos de medidas, en función de que traten de incentivar la contratación de mujeres (Programa de Fomento del Empleo), o que financien los procesos de búsqueda de empleo de las mujeres (Servicio Público de Empleo Estatal). Dentro del primero de los grupos (Programa de Fomento del Empleo), se incluyen una serie de medidas cuyo objetivo final es el de fomentar la contratación de trabajadores que, por diferentes motivos, tienen 51 especiales dificultades para encontrar empleo. Entre estos colectivos beneficiarios se encuentran las mujeres en cuanto que: a) Sean desempleadas y tengan una edad entre 16 y 45 años. b) Se relacionen con profesiones con menores índices de empleo femenino. c) Se encuentren en desempleo durante al menos 6 meses y tengan más de 45 años. d) Se encuentren inscritas en el INEM durante los 24 meses siguientes a haber dado a luz. En todos estos casos, la empresa que contrate tendrá derecho a determinadas subvenciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Se esta forma, el estímulo a la contratación se pretende conseguir mediante la reducción de los costes laborales no salariales asociados a estos colectivos de mujeres. Estas medidas suponen además la posibilidad de contratación mediante lo que se ha dado en denominar “nuevo contrato indefinido”, introducido en nuestra normativa laboral mediante la ley 63/97 y actualizada mediante la ley 12/2001 y que, en lo fundamental introduce como novedad la reducción de los costes asociados a los despidos improcedentes, desde 45 días por año trabajado con un máximo de 42 mensualidades hasta 33 días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades. Este conjunto de medidas se definen, por tanto, por actuar desde la vertiente de la demanda de trabajo. Su estrategia consiste en introducir elementos normativos que reduzcan el precio del trabajo en relación con ciertos colectivos, fomentando de esta forma su contratación. El objetivo de la promoción de la participación laboral femenina se persigue de esta manera de una forma indirecta, en la medida en que una mayor demanda de trabajo respecto del colectivo de mujeres sea interpretado por éstas como un incremento de sus oportunidades laborales y, por 52 tanto, perciban una mayor rentabilidad en sus procesos de búsqueda (decisiones de participación laboral). Respecto al segundo grupo de actuaciones, se trata fundamentalmente de las prestaciones por desempleo de nivel asistencial (subsidio de desempleo), una vez que ha agotado el cobro de las prestaciones contributivas por desempleo. En la medida en que en el cálculo de su cuantía y duración se tiene en cuenta como criterio la situación familiar, también debe considerarse como un instrumento de política familiar y, por tanto, relacionado con la problemática de la participación de la mujer en el mercado de trabajo. La interpretación de este segundo tipo de instrumentos desde la perspectiva de la Política de Empleo resulta similar a la anteriormente comentada, suponiendo un incremento de la financiación de los procesos de búsqueda emprendidos por las mujeres que se encuentren en determinadas situaciones familiares. b) Compatibilización de la vida familiar y profesional. El propósito de este tipo de actuaciones es mejorar las condiciones en que las mujeres llevan a cabo sus decisiones de participación laboral o desempeñan su vida laboral una vez que han conseguido un puesto de trabajo. Para ello se proponen incidir sobre la muy frecuentemente conflictiva relación que para la mujer existe entre vida familiar y profesional. De esta forma se pretende modificar determinadas contextos, de forma que ambos ámbitos de la vida de la mujer no se constituyan en elementos mutuamente excluyentes, con las restrictivas consecuencias que habitualmente se deducen sobre las decisiones de participación laboral de las mujeres, ampliamente destacadas por la literatura económica existente al respecto, como por otra parte ya ha sido puesto de manifiesto en el anterior capítulo número 2. 53 Respecto a esta área de actuación cabe distinguir tres grandes grupos medidas: • Los relacionados con el Programa de Fomento del Empleo. • Los vinculados con beneficios fiscales en el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas. • Los integrados en la Ley de Protección de Familias Numerosas. Dentro del primer tipo de medidas, y como parte de la Ley de Empleo 53/2002, se contempla la bonificación de los contratos de trabajo que se celebren con desempleados y cuya finalidad sea sustituir temporalmente a trabajadores acogidos por baja maternal. Respecto al segundo tipo de medidas (beneficios fiscales), cabe diferenciar en función de su carácter nacional o autonómico, y dentro del primero de ellos, en función de que establezcan un mínimo personal o familiar de reducción de la base imponible16. La reducción por mínimo familiar se hace depender de la existencia de hijos, de su número, de su edad y del hecho de que la madre esté dada de alta en la Seguridad Social. En cuanto a los beneficios autonómicos establecidos, en la Comunidad de Madrid se puede optar a deducciones en la cuota íntegra del impuesto por situaciones relacionadas nacimiento y adopción de hijos, y por acogimiento no remunerado de mayores de 65 años o personas minusválidas. Por último, la ley 40/2003 de Protección de las Familias Numerosas contempla una serie de medidas con notables implicaciones respecto a 16 A las medidas mencionadas, quizás abría que recordar la reconocida posibilidad de que las unidades familiares elijan entre dos alternativas de tributación: individual y conjunta. En la medida en que la última de ellas pretende corregir el “exceso de progresividad” que tendría el impuesto en el caso de familiar con dos perceptores de renta, se trata de una medida que también, y de manera importante, se relaciona con el estimulo de la participación laboral de las mujeres casadas. 54 los condicionamientos que el contexto familiar puede introducir, a manera de restricciones, sobre las decisiones laborales de las mujeres: a) Subvención, mediante bonificación de las cuotas a la Seguridad Social, para la contratación de cuidadores, siempre que ambos cónyuges de la pareja trabajen. b) Preferencia en ciertos procesos de asignación de bienes públicos. c) Exenciones en tasas y precios públicos. d) Mejora en las condiciones de acceso a la vivienda pública. e) Mejora en las condiciones para el acceso a las prestaciones familiares de la Seguridad Social. En definitiva, se trata de medidas que intentan bien reducir el coste de las cargas familiares como forma de estimular la tasa de actividad laboral de la mujer con responsabilidades familiares, bien aportar facilidades con los que hacer posible la compatibilización de la esfera profesional y familiar de las mujeres. c) Embarazo, maternidad y atención a personas dependientes. Dentro de este grupo se diferencian dos tipos de actuaciones: las prestaciones familiares de la Seguridad Social y las relacionadas con la existencia de riesgos durante el embarazo. Respecto al primero de ellas, la Seguridad Social concede toda una serie de prestaciones, contributivas y no contributivas, económicas y no económicas, a través de las cuales compensar los gastos (o la reducción de ingresos) que supone el enfrentamiento de determinadas situaciones. Estas situaciones hacen referencia fundamentalmente a la maternidad, la adopción, el acogimiento, crianza de hijos y atención a personas dependientes. Las medidas concretas contempladas son cinco, 55 diferenciadas en función de que impliquen el pago de ciertas cantidades o la modificación y flexibilización del tiempo de trabajo (jornada, permisos y excedencias): a) Pago único por nacimiento, adopción o parto múltiple. b) Prestaciones familiares por hijo o menor acogido a cargo. c) Permisos parentales. d) Reducción de jornada. e) Excedencias. En cuanto a las segundas, y dentro del contexto definido por la ley 31/1995 para promover la conciliación de la vida familiar y laboral, en su título tercero se introducen modificaciones en la prevención de riesgos laborales con el objetivo de proteger la maternidad. En concreto se considera la posibilidad de cambio de puesto cuando, existiendo riesgos asociados al puesto de trabajo y a las tareas laborales que éste requiera para el embarazo, no sea posible su eliminación mediante la modificación técnica u organizativa. En su conjunto, se trata de medidas que intentan modificar las tasas de actividad femeninas, modificando tanto la influencia ejercida por la familia y la tenencia de hijos sobre las decisiones de participación laboral de las mujeres como facilitando, de nuevo, la conciliación de las responsabilidades familiares con las exigencias derivadas de ocupar un puesto de trabajo. 56 Tabla número 6. Instrumentos fundamentales de la Política Laboral en relación con la problemática laboral de la mujer. (Fuente: MTAS, 2005b). ÁREA DE DESCRIPCIÓN DE ACTUACIÓN LA ACTUACIÓN. Formación / F. Programa de Profesional Formación Profesional. Ley de las Cualificaciones y de la Formación Profesional OBJETIVO DE LA ACTUACIÓN Mejora cualificaciones ciertos colectivos. Mejora del ajuste oferta y demanda. Coordinación de los tres subsistemas de formación: inicial, ocupacional y continua. Estrechar la relación empresa y la formación. Plan Nal. Formac. Proporcionar cualificaciones a Inserción los desempleados para intentar Profesional su inserción laboral. Escuelas Taller y Programa de formación-empleo Casas de Oficios para la inserción laboral de colectivos en dificultades. Talleres de Empleo Programa de formación-empleo para la inserción laboral de colectivos en dificultades. RELACIÓN CON LA MUJER / CONTENIDO DE LA ACTUACIÓN. Las mujeres como colectivo beneficiario general. Las mujeres con dificultades en el acceso al empleo como colectivo beneficiario específico. Las mujeres en cuanto a su intento de reinsertarse en el mercado de trabajo son colectivo beneficiario específico. Las mujeres como colectivo con dificultades de inserción beneficiario específico. son un Las mujeres como colectivo con dificultades de inserción beneficiario específico. son un 57 Tabla número 6. Continuación. ÁREA ACTUACIÓN Fomento empleo DE DESCRIPCIÓN DE LA ACTUACIÓN. del Programa de Fomento del Empleo. Ley 8/1997. Ley 5/2001 y Ley 53/2002 OBJETIVO DE LA RELACIÓN CON LA MUJER / CONTENIDO DE LA ACTUACIÓN. ACTUACIÓN Fomento de la contratación Mujeres desempleadas entre 16 y 45 años de edad. indefinida de determinados Bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. colectivos Mujeres en profesiones y ocupaciones laborales con menor índice de Bonificaciones a la Seguridad empleo femenino. Social. Bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Mujeres desempleadas durante más de 6 meses, mayores de 45 años o perceptoras de ciertas prestaciones por desempleo. Bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Mujeres inscritas en las oficinas del INEM, en los 24 meses siguientes a la tenencia de un hijo. Bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social. Servicio Público de Prestaciones por desempleo Las prestaciones contributivas y asistenciales por desempleo están Empleo Estatal condicionadas por la situación familiar. (SPEE). 58 Tabla número 6. Continuación. ÁREA DE ACTUACIÓN Compatibilización de la vida familiar y profesional DESCRIPCIÓN DE LA ACTUACIÓN. Programa de Fomento del Empleo. Ley 53/2002 Beneficios Fiscales por hijos a cargo (IRPF) OBJETIVO DE ACTUACIÓN Bajas por maternidad. Mínimo personal Mínimo familiar Deducciones autonómicas Ley 40/2003 de Beneficios sociales Protección a las Familias Numerosas LA RELACIÓN CON LA MUJER / CONTENIDO DE LA ACTUACIÓN. Mujeres y madres. Contratar desempleados para trabajadores por baja maternal. sustituir temporalmente a Entre 3.400 y 6.400 euros de reducción en la base imponible. Desde 1.400 euros por el primer hijo hasta 2.300 euros por el cuarto y siguientes. Reducción adicional de la base imponible en 1.200 euros por hijos menores de 3 años. Reducción adicional de 1.200 euros si el hijo es menor de 3 años y la madre está dada de alta en la Seguridad Social. Nacimiento y adopción de hijos (Comunidad de Madrid) Bonificación del 45 por ciento en las cuotas empresariales a la Seguridad Social para la contratación de cuidadores, siempre que todos los cónyuges trabajen. Fomento para que las familias numerosas tengan más facilidades para la conservación de situaciones laborales. Beneficios en materia de Preferencia en concesión de becas, ayudas en materia educativa, actividades y servicios públicos admisión de alumnos en centros educativos, acceso a viviendas o de interés general protegidas. Exenciones y bonificaciones en tasas y precios (transportes públicos, tasas educativas). Subsidios si la familia incluye miembros discapacitados. Acción protectora en materia Incremento del límite de ingresos. Acceso preferente a créditos. de vivienda Acción protectora en materia Incremento del límite de recursos económicos para tener derecho a de Seguridad Social y Empleo las asignaciones económicas por hijo a cargo. Ampliación del periodo considerado como de cotización en supuestos de excedencia por cuidado de hijos. Ampliación del periodo de reserva del puesto de trabajo en supuestos de excedencia por cuidado de hijos. 59 Tabla número 6. Continuación. ÁREA DE DESCRIPCIÓN DE ACTUACIÓN LA ACTUACIÓN. Embarazo, Prestaciones maternidad y Familiares de la atención a Seguridad Social. personas dependientes Promoción autoempleo femenino OBJETIVO DE LA RELACIÓN CON LA MUJER / CONTENIDO DE LA ACTUACIÓN. ACTUACIÓN Pago único por nacimiento, Nacimiento o adopción del tercer hijo o sucesivos. Condicionado a adopción o parto múltiple un límite de ingresos. Pago único y máximo de 450,76 euros (nacimiento). Múltiplo de 460,50 euros en el caso de parto múltiple. Prestaciones familiares por hijo Hijos menores o con minusvalía. Condicionado a un límite de o menor acogido a cargo. ingresos. Pago único y máximo de 291 euros (hijos menores) y de entre 581,66 y 4.825,68 euros (hijos con minusvalía, en función del grado). Permisos parentales Permisos laborales durante 16 semanas por maternidad, adopción o acogimiento sin pérdida de derechos laborales. Recibirá el 100 por ciento de la cantidad cotizada el mes anterior al subsidio. A partir del segundo hijo, se recibirá un subsidio especial durante 6 semanas. Reducción de jornada por Hijos menores de 9 meses. Familiares dependientes. Reducción de crianza de los hijos y cuidados una hora en la jornada laboral sin reducción de salario. Excedencias por cuidado de Reserva del puesto de trabajo. Se considera como tiempo cotizado. hijos menores de 3 años, personas dependientes. Riesgo durante el Suspensión del contrato de Suspensión del contrato de trabajo siempre que el contenido del embarazo. trabajo. puesto de trabajo pueda afectar negativamente al embarazo. del Programa de Red de Gabinetes de asistencia Información y asesoramiento gratuito a mujeres sobre gestión Apoyo Empresarial técnica empresarial a Mujeres Proyecto C-Test. Centro Virtual de Teleservicios Fomentar el autoempleo de la mujer mediante el teletrabajo y el uso de las nuevas tecnologías. Programa de Creación y consolidación de Ayudar al desarrollo o mejora de un proyecto empresarial Formación en empresas. Gestión Formación en Gestión Empresarial Empresarial Programa Ayudas al autoempleo de la Financiación empresarial. Ayudas hasta 12.000 euros. “Emprender en mujer Micro créditos para la puesta en marcha y apoyo financiero a Femenino” proyectos empresariales de mujeres. 60 Tabla número 6. Final. ÁREA ACTUACIÓN Promoción Profesional DE DESCRIPCIÓN DE LA ACTUACIÓN. Reconocimiento “Entidad Colaboradora en Igualdad de Oportunidades”. Profesiones y ocupaciones con menor índice de empleo femenino. Tratamiento de denuncias. OBJETIVO DE LA RELACIÓN CON LA MUJER / CONTENIDO DE LA ACTUACIÓN. ACTUACIÓN Impulsar la igualdad laboral Las organizaciones deberán demostrar que están realizando entre hombres y mujeres. acciones positivas dirigidas a impulsar la igualdad de género. Promoción del empleo femenino Fomentar la igualdad laboral por género, limitando la segregación estable. vertical. Promoción de laboral entre mujeres. la igualdad Tratamiento de denuncias basadas hombres y discriminación por razón de género. en el principio de no 61 d) Promoción del autoempleo femenino. Diferentes trabajos han concluido las virtualidades que potencialmente atesora el estímulo del trabajo por cuenta propia como instrumento de la Política Laboral para perseguir objetivos de promoción de la participación laboral de la mujer en el mercado de trabajo17. Dentro del marco del fomento del trabajo por cuenta propia18, existen interesantes iniciativas que se concretan especialmente sobre el caso del trabajo por cuenta propia de la mujer, que desarrollan instrumentos de asesoramiento, formación, información y tutela de proyectos de autoempleo junto a las medidas más tradicionales de financiación de iniciativas. e) Promoción profesional. La literatura económica destaca como, lejos del carácter exógeno que tradicionalmente le concedían los planteamientos teóricos más habituales, la existencia de desigualdad en el mercado de trabajo se constituye en una importante variable endógena explicando la existente desigualdad laboral por género19, de manera que los individuos tomarían en cuenta las consecuencias que sobre el rendimiento de sus decisiones va a tener la situación de desigualdad por género existente en el mercado de trabajo. Por tanto, la eliminación de esta desigualdad y el aplicar medidas de política económica orientadas en esta dirección se encontrarían absolutamente justificadas. 17 Estos trabajos se sustentan sobre la idea de que el autoempleo puede limitar la relación de las decisiones laborales de las mujeres con un mundo laboral que, especialmente en su vertiente asalariada, resultaría “hostil” a las mujeres, a través de situaciones de discriminación y segregación laboral por razones de género. En este sentido puede consultarse, por ejemplo Iglesias y Llorente (2005). 18 A este respecto puede consultarse Cuadrado, Iglesias y Llorente (2004). 19 Este argumento puede consultarse en Fagan y Rubery (1997) y Rubery, Fagan y Maier (1997). 63 Desde esta perspectiva, y sobre la base que aportan los anteriores argumentos, diferentes instituciones, especialmente el Instituto de la Mujer, están llevando a cabo importantes iniciativas, cuyos objetivos concretos son impulsar la igualdad laboral entre hombres y mujeres y la promoción del empleo femenino, como forma de trabajar a favor del estímulo de las tasas de actividad de la mujer, reduciendo sus diferenciales respecto de los niveles exhibidos por los hombres. 5. LA PROMOCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN LABORAL DE LA MUJER. ALGUNOS DATOS CON LOS QUE EVALUAR LAS MEDIDAS DE POLÍTICA LABORAL APLICADAS. Además de revisar el marco teórico existente respecto de la explicación de las decisiones de participación laboral de la mujer, hasta ahora hemos inventariado, clasificado y analizado brevemente el contenido de las principales acciones que conforman actualmente, tanto desde una vertiente nacional como madrileña, los esquemas de la Política Laboral aplicada en relación con la problemática laboral de la mujer. Para finalizar el estudio, en este capítulo se recogen un amplio conjunto de datos procedentes de las fuentes estadísticas disponibles y que, directa o indirectamente, aportan información respecto a alguno de los aspectos que caracterizan y definen a las medidas que acabamos de revisar. Con ello, el propósito del capítulo no es realizar una evaluación económica rigurosa de la efectividad de estas medidas. Desgraciadamente, este es un objetivo que, por su complejidad y exigencias metodológicas, sobrepasa las limitaciones de este estudio20 . Mucho más modesto, se pretende ilustrar y describir, aportando algún fundamento cuantitativo con el que subrayar la importancia relativa de las acciones aplicadas, así como también la evolución de algunos 20 Para una descripción de las principales características metodológicas que debe cumplir un proceso de evaluación económica de las políticas aplicadas al mercado de trabajo, puede consultarse Schmid, O`Reilly y Schöman (1997). 64 indicadores del comportamiento de las variables que se constituyen en el objetivo de las medidas. Respondiendo a esta motivación, el capítulo se organiza en torno a la distinción entre dos epígrafes. El primero de ello expresa tanto el comportamiento de los indicadores habitualmente utilizados para evaluar la evolución de los objetivos perseguidos por estas medidas de Política Laboral (MTAS, 2005) como algún otro que también nos ha parecido relevante para este mismo propósito. El segundo epígrafe aporta información respecto a la aplicación de las acciones de Política Laboral inventariadas y comentadas en el anterior capítulo número 4. En ambos casos, y aunque la Encuesta de Población Activa tiene un relevante protagonismo, se utilizan datos procedentes de muy distintas fuentes y organismos públicos: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Instituto de la Mujer, Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, Instituto Nacional de la Seguridad Social, Ministerio de Economía y Hacienda, entre otros. 5.1 Indicadores respecto a los objetivos: evolución de las diferencias laborales por género en el mercado de trabajo. Una forma, sin duda meramente aproximativa, de evaluar los efectos inducidos por las medidas de Política Laboral aplicada respecto de los diversos aspectos que conforman la situación laboral de la mujer, es observar la evolución registrada por determinadas variables aproximativas de ésta. Utilizando esta perspectiva, en este epígrafe vamos a analizar la evolución registrada por determinados indicadores de la situación laboral de la mujer, o más concretamente, de las diferencias laborales existentes por género en el mercado de trabajo. La idea es que las medidas aplicadas deben ser tanto más efectivas cuanto en mayor medida se hayan reducido los diferenciales laborales existentes entre hombres y mujeres. O en otras palabras, concluiremos que las medidas deben estar siendo efectivas cuanto en mayor medida 65 observemos que los parámetros laborales de las mujeres están aproximando sus valores a los que son propios de los hombres. Desde esta primera perspectiva de análisis, vamos a utilizar datos relativos a las tasas de actividad, ocupación y desempleo para hombres y mujeres, calculadas tanto para la Comunidad de Madrid como para el conjunto nacional. Dadas las conclusiones alcanzadas por la literatura, resumidas en el anterior capítulo segundo, estas tasas las desagregaremos en función de la edad y del nivel de estudio de los individuos, al ser las dos variables personales más relevantes en la explicación de las diferencias existentes en términos de participación de la mujer en el mercado de trabajo. Esta perspectiva la complementaremos con el análisis de ciertos datos adicionales que aunque parciales, al referirse a aspectos concretos de la problemática que queremos analizar, sin embargo también nos han parecido relevantes. 5.1.1 Diferenciales de tasa de actividad21 por género. El gráfico número 4 recoge la forma en que ha evolucionado el diferencial por género de la tasa de actividad agregada tanto en España como en la Comunidad de Madrid. Aquí y en el resto del epígrafe el diferencial por género se calcula en términos de números índice. Estos expresan el valor de la tasa femenina si hacemos valer cien la tasa masculina. De esta forma, por ejemplo, si el indicador de diferencial vale 80 quiere decir que la tasa para la que se esté calculando implica que en el caso de la mujer vale el 80 por ciento que la del hombre. También hay que recordar el hecho de que, tal como está definido el indicador, se debe interpretar que se reduce la diferencia existente entre 21 Como se recordará, la tasa de actividad expresa el porcentaje de la población mayor de edad que decide participar activamente en el mercado de trabajo. Su cálculo respondería a la siguiente expresión: TA = (Población activa / Población mayor de edad) x 100. 24 O efecto, si pensamos que, al menos en parte, este comportamiento es inducido por la aplicación de las medidas de Política Laboral descritas. 66 mujeres y hombres siempre que aumente el valor del indicador. Por ejemplo, esto ocurriría si el indicador del diferencial aumentase desde 80 hasta 85 por ciento. Puede observarse como en ambos territorios el valor del diferencial ha aumentado, lo que expresa el hecho de que se ha reducido la distancia que existe entre los valores femeninos y masculinos de la tasa de actividad. Mientras que en el primer trimestre de 1996 la tasa de actividad femenina suponía sólo algo más del 55 por ciento del valor de la masculina, actualmente (cuarto trimestre de 2004), vale algo más del 71 por ciento que la del hombre en la Comunidad de Madrid, y en torno al 67 por ciento en el conjunto nacional. Gráfico número 4. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad. España y Comunidad de Madrid. Números índice hombres=100. (Fuente: http://www.ine.es). 75,0 70,0 65,0 60,0 55,0 19 96 19 TI 96 T 19 III 97 19 TI 97 T 19 III 98 19 TI 98 T 19 III 99 19 TI 99 T 20 III 00 20 TI 00 T 20 III 01 20 TI 01 T 20 III 02 20 TI 02 T 20 III 03 20 TI 03 T 20 III 04 20 TI 04 TI II 50,0 España CM La tasa de actividad de la mujer está aproximando sus valores a los de los hombres, aunque este proceso24 está resultando más intenso en 67 Madrid que en España (13 puntos en la Comunidad de Madrid frente a sólo 9 en el conjunto español). Además, el diferencial de la tasa de participación laboral de la mujer frente al hombre todavía persistente es notablemente más reducido en Madrid ( 19 puntos hasta el 100, es decir, la igualdad por género) que en España (todavía faltarían 23 puntos). Cuadro número 3. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad por edades. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.ine.es). España. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años Más 55 años 1996 82,7 89,5 61,9 31,7 1997 79,9 90,4 63,5 31,7 1998 72,0 89,3 64,2 32,1 1999 75,9 88,1 65,4 32,3 2000 72,7 87,9 67,6 32,9 2001 66,3 83,0 66,9 33,5 2002 61,8 84,2 69,6 34,2 2003 62,7 83,7 71,9 35,6 2004 63,0 83,7 73,8 37,8 C. Madrid. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años Más 55 años 1996 83,4 96,6 62,9 24,8 1997 82,4 97,1 63,3 23,7 1998 80,2 104,3 65,7 25,1 1999 89,1 98,6 68,5 26,3 2000 91,6 95,4 70,6 30,4 2001 84,1 90,1 70,2 33,7 2002 65,8 91,3 74,6 30,4 2003 65,8 94,5 75,4 29,3 2004 79,9 87,0 77,9 36,3 En la medida en que la edad y el nivel de estudios de los individuos introducen diferencias relevantes en los comportamientos que estamos estudiando, en el análisis anterior se ha introducido el detalle de ambas variables. El cuadro número 3 calcula el diferencial por género en la tasa de actividad considerando cuatro tramos de edad. Puede observarse como en España el diferencial se reduce únicamente para el tramo de edad 68 25-54 años, en tanto que en la Comunidad de Madrid esto también se produce para el tramo de mayor edad (mayores de 55 años). El diferencial de participación laboral por género aumenta para los individuos más jóvenes, especialmente para el colectivo cuya edad está comprendida en el intervalo 16-19 años. Para estas edades, mientras que los hombres han incrementado ligeramente sus tasas de actividad, las mujeres las han reducido. Por su parte, el cuadro número 4 desagrega la comparación de la evolución de la tasa de actividad de mujeres y hombres atendiendo a su nivel de estudios terminado. De su observación también se deducen importantes pautas fundamentales: a) En ambas definiciones territoriales se produce una reducción del diferencial a medida de que el individuo incrementa su nivel de estudio, de forma que éste alcanza su valor más reducido para los individuos que han terminado estudios universitarios superiores. b) El diferencial ha disminuido su valor para todos los niveles de estudio, con la única excepción del colectivo de “sin estudios” en España. c) Las mayores reducciones en España se han producido para los estudios secundarios y de Formación Profesional, en donde el indicador ha aumentado en torno a 4 puntos porcentuales. d) En la Comunidad de Madrid este comportamiento se ha producido para los estudios de Formación Profesional y universitarios de grado medio, aunque ahora el crecimiento ha resultado bastante más intenso (en torno a siete puntos porcentuales). Cuadro número 4. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad por niveles de estudio. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.mtas.es/mujeres y http://www.madrir.org/iestadis). Diferencial. España 69 2001 2002 2003 2004 2001 2002 2003 2004 Analf. Sin est. Primar. Secundar. F. P. U. Med. U. Sup. 30,4 37,8 42,9 63,2 82,3 93,1 96,1 31,4 35,9 43,8 65,1 83,7 96,0 98,0 34,2 38,0 43,1 66,6 85,3 96,9 97,9 33,8 37,0 43,3 67,5 86,7 95,9 97,7 Diferencial. Comunidad de Madrid Analf. Sin est. Primar. Secundar. F. P. U. Med. U. Sup. 34,3 67,8 85,0 90,6 95,1 33,5 36,5 68,8 84,3 97,7 100,1 28,4 34,6 69,9 89,2 98,9 98,8 28,3 36,6 71,1 92,8 97,2 97,5 30,1 Nota: Para la Comunidad de Madrid se calcula el diferencial para los individuos analfabetos y sin estudios conjuntamente al no estar disponibles para estas categorías los datos de manera separada. En definitiva, se observa una reducción de las diferencias entre mujeres y hombres en cuanto a sus decisiones de participación en el mercado de trabajo, reducción que ha resultado más intensa en el mercado de trabajo de la Comunidad de Madrid que en España. Por colectivos, han sido las mujeres de edad intermedia y con estudios secundarios, de FP y universitarios medios los que mayores reducciones han experimentado, de manera que han sido sus tasas de actividad las que se han acercado en mayor medida a las de los hombres. 5.1.2 Diferenciales de tasa de ocupación por género. El gráfico número 5 expresa la evolución del diferencial por género existente en términos de tasa de ocupación25 tanto para la Comunidad de Madrid como para el conjunto del estado español. Al igual a lo concluido para las decisiones de participación laboral, las mujeres están reduciendo en buena medida las diferencias que tradicionalmente les separan de los hombres en cuanto a su tasa de ocupación, hecho que está ocurriendo tanto en Madrid como en España, aunque de nuevo el proceso reviste una intensidad relativamente mayor en el mercado de trabajo madrileño. 25 La tasa de ocupación o de empleo expresa el porcentaje de la población mayor de edad que ocupa un puesto de trabajo, es decir, TO = (Población Ocupada / Población mayor de edad) x 100. 70 A pesar de que la situación de partida resultaba muy similar en España (48 por ciento) y en Madrid (51 por ciento), el incremento del indicador ha sido mayor en el segundo de los casos (62 y 69 por ciento, respectivamente), reflejando crecimientos distintos (14 puntos porcentuales en España, 18 puntos porcentuales en la región madrileña). De esta manera, la situación resulta notablemente menos desigual por género en Madrid, aunque todavía persiste una distancia considerable: la tasa de ocupación de la mujer madrileña supone el 69 por ciento de la tasa de ocupación masculina. Gráfico número 5. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.ine.es). 75,0 70,0 65,0 60,0 55,0 50,0 45,0 19 96 19 T I 96 T 19 III 97 19 T I 97 T 19 III 98 19 T I 98 T 19 III 99 19 T I 99 T 20 III 00 20 T I 00 T 20 III 01 20 T I 01 T 20 III 02 20 T I 02 T 20 III 03 20 T I 03 T 20 III 04 20 T I 04 TI II 40,0 España CM La consideración de la edad de los individuos profundiza las diferencias entre Madrid y España. Efectivamente, se comprueba como (cuadro número 5): a) Mientras que en España la reducción del diferencial por género de la tasa de ocupación se concentra sobre todo en los individuos de 71 25-54 años para los que el aumento del indicador resulta notable (15 puntos porcentuales más). Cuadro número 5. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación por edades. Números índices hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.ine.es). España. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años más 55 años 1996 60,6 73,3 53,5 31,5 1997 58,9 74,5 54,7 31,1 1998 53,6 72,5 54,9 31,3 1999 60,5 72,6 56,8 31,8 2000 57,5 74,8 59,6 32,0 2001 54,1 73,5 61,6 32,5 2002 51,5 75,7 63,5 32,8 2003 51,7 76,7 65,9 34,4 2004 53,6 76,2 68,4 36,6 C. de Madrid. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años más 55 años 1996 62,3 82,8 56,5 24,4 1997 67,6 96,6 56,8 24,5 1998 70,7 96,2 57,6 25,9 1999 86,5 89,5 61,4 25,8 2000 90,7 86,1 63,8 28,6 2001 70,6 86,5 66,6 32,5 2002 56,0 86,3 70,3 29,5 2003 58,3 96,5 71,2 28,3 2004 78,0 89,6 75,2 35,3 b) Junto a crecimientos muy moderados para los intervalos de 2024 y más de 55 años, por una parte, y decrecimientos del indicador para los individuos más jóvenes. c) En Madrid el diferencial de tasa de ocupación se reduce para todos los intervalos de edades. d) Con crecimientos del indicador siempre superiores a los registrados en España. e) Aunque es cierto que el mayor crecimiento se ha producido también para el colectivo de 25-54 años. 72 Cuadro número 6. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación por niveles de estudio. Números índices hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.ine.es/mujeres y http://www.madrid.org/iestadis). Diferencial. España Analfab. Sin estud. Primarios Secund. F. Prof. U. Med. U. Sup. 2001 28,1 34,2 39,7 57,5 72,5 88,3 90,1 2002 29,8 32,5 39,7 57,9 76,1 92,2 91,1 2003 33,7 34,4 39,4 60,2 78,4 92,4 93,2 2004 29,8 33,6 39,3 61,3 80,2 91,8 93,7 Diferencial. Comunidad de Madrid Analfab. Primarios Secund. F. Prof. U. Med. U. Sup. 2001 28,6 32,2 64,8 75,9 83,6 91,5 2002 22,1 35,2 63,8 75,1 96,0 94,6 2003 20,6 31,1 64,9 82,4 94,7 98,2 2004 25,9 32,5 71,3 87,9 95,9 95,6 Nota: En el caso de la Comunidad de Madrid, los datos de analfabetos también incluyen los correspondientes a la población sin estudios. En cuanto al nivel de estudios de los individuos (cuadro número 6), las mayores reducciones del diferencial por género se producen para los estudios de Formación Profesional (en ambos ámbitos) y para los estudios universitarios de grado medio, que registran el mayor crecimiento del indicador en la Comunidad de Madrid (12 puntos porcentuales más). 5.1.3 Diferenciales de tasa de desempleo por género. Respecto a los análisis anteriores, el perfil de las conclusiones se invierte cuando lo que se observa es la evolución del diferencial por género existente en términos de tasas de desempleo26. Como se encarga de ilustrar el siguiente gráfico número 6, ahora el valor del indicador sitúa habitualmente sus valores por encima de 100, reflejando el hecho de que la mujer enfrenta situaciones de desempleo con mayor frecuencia que sus compañeros varones. En concreto, y con datos de la Encuesta de Población Activa para el cuarto trimestre de 2004, el 26 Recordar que la tasa de desempleo mide el porcentaje de la población activa que no consigue un puesto de trabajo. Su expresión es TP = (Población Desempleada / Población Activa) x 100. 73 desempleo de las mujeres es un 87 (en España) y un 63 (en la Comunidad de Madrid) por ciento superior al de los hombres. Gráfico número 6. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: http://www.ine.es). 260,0 240,0 220,0 200,0 180,0 160,0 140,0 120,0 19 96 TI 19 96 TI II 19 97 TI 19 97 TI II 19 98 TI 19 98 TI II 19 99 TI 19 99 TI II 20 00 TI 20 00 TI II 20 01 TI 20 01 TI II 20 02 TI 20 02 TI II 20 03 TI 20 03 TI II 20 04 TI 20 04 TI II 100,0 España CM La evolución del diferencial ha resultado similar en las dos definiciones territoriales pero únicamente en cuanto a su dirección. Tanto en España como en Madrid ha aumentado el diferencial por género de la tasa de desempleo, aunque lo ha hecho con una intensidad muy distinta. Mientras que en España el indicador ha crecido muy notablemente (23 puntos porcentuales de variación absoluta entre el primer trimestre de 1996 y el cuarto de 2004), en Madrid el crecimiento ha resultado bastante moderado (8 puntos porcentuales en igual periodo). Cuadro número 7. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo por edades. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente:http://www.ine.es). 74 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 España. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años más 55 años 133,6 135,7 177,5 103,8 132,9 142,0 188,2 118,6 141,7 153,8 211,7 123,6 142,9 168,9 231,9 115,3 154,1 168,2 237,5 132,5 159,0 167,2 215,6 149,8 149,5 152,7 217,4 164,5 145,4 140,9 209,7 158,5 141,2 146,0 199,4 156,3 C. Madrid. Diferencial 16-19 años 20-24 años 25-54 años más 55 años 126,1 125,1 164,6 115,1 126,4 109,1 178,1 76,2 121,7 122,9 206,5 73,1 108,0 140,3 231,6 125,7 107,2 148,8 245,9 196,3 162,2 127,2 213,1 213,6 197,9 144,0 234,0 205,0 147,8 91,8 230,8 192,4 107,3 85,4 175,6 226,3 Como viene siendo habitual, la situación varía notablemente en función de la edad de los individuos (cuadro número 7). En España la situación presenta menos matices por edades. El indicador crece para todas las edades, aunque la intensidad de este crecimiento resulta especialmente intensa para los individuos de 25-54 años y de más de 55 años. En la Comunidad de Madrid, sin embargo, si se observan diferencias: a) Mientras que se reduce el diferencial por género para los individuos más jóvenes (16-19 años y 20-24 años). b) Aumenta para los de edad intermedia (25-54 años) y para los más mayores (más de 55 años). Cuadro número 8. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo por niveles de estudio. Números índice hombres=100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente:http://www.mtas.es/mujeres y http://www.madrid.org/iestadist). Diferencial. España Analfab. Sin est. Primar. Secundar. F. Prof. U. Med. U. Sup. 75 2001 2002 2003 2004 130,3 119,6 104,2 146,1 175,8 188,4 203,8 287,9 181,3 217,8 165,3 198,2 215,7 211,4 153,5 226,4 156,3 191,1 203,9 232,0 167,4 176,3 160,7 198,8 198,8 228,2 174,1 166,7 Diferencial. Comunidad de Madrid Analfab. Sin est. Primar. Secundar. F. Prof. U. Med. U. Sup. 2001 733,3 150,8 158,6 392,7 208,6 203,4 2002 78,0 246,3 212,8 511,5 120,5 275,0 2003 33,1 358,5 203,2 200,0 577,8 141,5 2004 132,0 187,5 127,9 265,7 138,5 174,3 Nota: En el caso de la Comunidad de Madrid, los datos de analfabetos también incluyen los correspondientes a la población sin estudios. Por último, y si diferenciamos la tasa de desempleo por género y por los niveles de estudios terminados de los desempleados (cuadro número 8) comprobamos como la tendencia del diferencial es distinta en función del nivel de los estudios poseídos: a) Mientras que crece para los estudios de menor nivel (hasta primarios). b) La diferencia de desempleo por género se reduce para el resto de los niveles. c) Esta reducción resulta especialmente intensa en el caso de la Formación Profesional, en el caso de España, y de los estudios universitarios de grado medio, en la Comunidad de Madrid. En definitiva, y como síntesis de los indicadores analizados, puede afirmarse como se ha producido una mejora sustancial en la situación laboral de la mujer, cuando utilizamos las perspectivas de la tasa de actividad y de ocupación, aunque este diagnóstico no se puede extender al comportamiento de la tasa de desempleo, caso en el que la desigualdad en contra de la mujer se ha acentuado, especialmente en España y bastante menos en la Comunidad de Madrid. Al hilo de la anterior afirmación, en la Comunidad de Madrid los procesos de reducción de los diferenciales de participación y empleo revisten, en comparación con lo ocurrido en el conjunto nacional, una muy notable mayor intensidad, reflejando el hecho fundamental de que en nuestra 76 región la mujer enfrenta situaciones de desigualdad de menor intensidad, así como que los procesos tendentes a su reducción son más importantes y muestran un mayor grado en su desarrollo. 5.1.4 Otros indicadores de la evolución de los objetivos de la Política Laboral aplicada respecto de la situación laboral de la mujer. Para completar los anteriores análisis, podemos recurrir a algunos indicadores puntuales, relativos a algunos aspectos concretos de entre los que configuran las diferencias laborales por género, aunque quizás especialmente importantes por su relevancia y su capacidad para ilustrar las desigualdades laborales todavía existentes por género. En concreto, vamos a observar la evolución de la tasa de abandono del mercado de trabajo que se producen por motivos familiares (gráficos números 7 y 8), el porcentaje de ocupados que simultáneamente desempeñan tareas del hogar (gráficos número 9) y la evolución registrada por las diferencias existentes por género en el uso del tiempo (gráfico número 10). a) Abandono del mercado de trabajo por motivos familiares El gráfico 7 dibuja la evolución de las tasas de abandono del mercado de trabajo por motivos familiares para hombres y mujeres en España27. La forma en que se ha aproximado esta variable no es la más frecuente. Habitualmente, y utilizando los datos de la Encuesta de Población Activa, la tasa se define como el porcentaje de individuos que actualmente no están ocupados, pero que tienen experiencia laboral anterior (es decir, trabajaron) y que dejaron su puesto de trabajo para atender razones personales o familiares28. Sin embargo, esta variable no 27 La tasa de define como el porcentaje de las personas que han abandonado el mercado de trabajo en un momento del tiempo y que son hombres (tasa masculina de abandono) o mujeres (tasa femenina de abandono). Es decir, se trata de la participación porcentual de mujeres y hombres en el colectivo de personas que han abandonado el mercado de trabajo por motivos personales o familiares. 28 En términos más técnicos, la anterior definición implica utilizar la información aportada por la variable rzult de la Encuesta de Población Activa, es decir, razones por las que dejó su último empleo. 77 resulta significativa cuando se reduce la muestra de la EPA, restringiendo sus datos a los de la Comunidad de Madrid. Por esta razón, la tasa de abandonos ha sido construida de una manera alternativa: el porcentaje de individuos que, no trabajando actualmente, declaran no buscar activamente empleo y afirman no hacerlo para atender motivos familiares29. Efectivamente, si una persona estaba anteriormente trabajando, ahora no lo está y en la actualidad no busca empleo puede afirmarse que ha abandonado el mercado de trabajo. Los datos así obtenidos sirven para subrayar algunos hechos importantes. En el caso del conjunto nacional: a) No se observa una tendencia hacia una mayor igualdad entre hombres y mujeres en términos de sus tasas de abandonos. Hombres y mujeres mantienen sus tasas de abandonos en niveles prácticamente inalterados. b) Además, las diferencias existentes son enormes en función del género de los trabajadores. c) De hecho, las diferencias son tan abultadas, que ambas series deben graficarse utilizando escalas distintas. Del cien por cien de abandonos del mercado de trabajo que se producen para atender motivos familiares, el 98,9 por ciento tienen que ver con mujeres, en tanto que sólo 1,1 por ciento se relacionan con hombres. Gráfico número 7. Abandonos del mercado de trabajo por motivos familiares. Porcentajes de mujeres y hombres sobre el total de abandonos. España. (Fuente: EPAs reponderadas). 29 En términos de las matrices brutas de la Encuesta de Población Activa, esto implica utilizar la información aportada por la variable nbusca de la EPA, es decir, razones por las que no busca empleo. 78 1,4 99,1 1,2 1,0 99,0 1,1 1,2 98,9 0,8 98,9 0,6 0,4 99,0 98,9 98,8 98,8 0,2 98,8 0,0 98,7 2000 2001 2002 Hombres 2003 2004 Mujeres Gráfico número 8. Abandonos el mercado de trabajo por motivos familiares. Porcentajes de mujeres y hombres sobre el total de abandonos. Comunidad de Madrid. (Fuente: EPAs reponderadas). 100,0 7,0 6,0 99,1 5,7 99,0 98,0 5,0 97,0 4,0 96,0 95,0 3,0 94,3 94,0 2,0 93,0 1,0 0,9 0,0 92,0 91,0 2000 2001 2002 Hombres 2003 2004 Mujeres En el caso de la Comunidad de Madrid, el dato del segundo trimestre de 2000 induce a pensar que, compartiendo las anteriores conclusiones, incluso se ha producido un notable empeoramiento de la situación, al haber disminuido notablemente la tasa masculina y aumentar la femenina. Sin embargo, si excluimos esta dato, se observa como el comportamiento de las tasas ha resultado muy estable, lo que no obstante no se constituye en un buen indicio de cara a aproximar la 79 efectividad de las políticas laborales aplicadas respecto de la igualdad de género y sus efectos sobre la tasa de actividad de las mujeres. b) Ocupados con tareas domésticas. Con datos de la Encuesta de Población Activa correspondientes al conjunto nacional, mientras que el 63,4 por ciento de las mujeres ocupadas desempeñan simultáneamente tareas del hogar, esto sólo ocurre con el 16,10 por ciento de los ocupados masculinos. Se constata, por tanto, la existencia de un muy notable diferencial por género. Gráfico número 9. Porcentaje de ocupados con tareas del hogar. Diferencial por género. Números índices mujeres = 100. España y Comunidad de Madrid. (Fuente: EPA reponderada). 30,0 25,2 25,0 21,3 20,0 15,0 22,3 18,0 16,2 10,0 5,0 6,6 5,2 7,9 6,9 4,8 0,0 2000 2001 2002 España 2003 2004 C. Madrid Para facilitar el análisis, el gráfico número 9 expresan la evolución de las diferencias existentes por género en cuanto a los porcentajes de hombres y mujeres que enfrentan una “doble jornada” de trabajo, tanto en España como en la Comunidad de Madrid. Los datos se expresan en términos de números índice base 100 para los hombres. De esta forma, por ejemplo, si nos fijamos en el valor del indicador en la Comunidad de Madrid en el segundo trimestre de 2004, su valor quiere decir que mientras que el porcentaje de mujeres que trabajan y simultáneamente realizan tareas domésticas es 100, el de hombres sería de 6,9. 80 De su observación se deduce la existencia de nuevo de unas enormes diferencias entre hombres y mujeres, especialmente acusadas en Madrid (6,9 en el segundo trimestre de 2004, frente a un 25,2 en el conjunto de España. Además, la evolución, que ha implicado avanzar moderadamente hacia una mayor igualdad, también ha resultado más intensa en España que en la Comunidad de Madrid. c) Diferencias por género en el uso del tiempo. Respecto a las diferencias por género en el uso del tiempo vamos a utilizar dos fuentes distintas. Por una parte los datos generados por la encuesta llevada a cabo por el Instituto de la Mujer. De otra, los resultados recientemente publicados por el Instituto Nacional de Estadística. El interés de la primera fuente es que nos permitirá conocer la evolución de las variables que nos interesen, aun cuando sólo sea en relación con el conjunto nacional. La segunda, a pesar de aportar únicamente información respecto de un momento del tiempo30, aporta una muy rica desagregación territorial. Desde la primera de las perspectivas, el gráfico número 10 calcula el indicador de diferencias por género en relación con dos aspectos concretos del uso del tiempo: el dedicado al trabajo doméstico y al trabajo remunerado. Gráfico número 10. Diferencias por género en el uso del tiempo. Números índices hombres=100. España. (Fuente: hppt://www.mtas.es/mujeres/). 30 La Encuesta de Empleo del Tiempo del INE sólo se ha realizado de momento respecto al periodo 20022003. 81 350 300 250 200 150 100 50 0 1993 1996 Trabajo domestico 2001 Trabajo remunerado El indicador está claramente por encima de cien en el caso del trabajo doméstico. Dada la manera en que se calcula el indicador (valor de la mujer si el valor del hombre vale 100), esto indica que la mujer dedica mucho más tiempo que el hombre a la realización de este tipo de tarea. Su evolución registra un perfil decreciente, indicando el progreso hacia una mayor igualdad por género en este terrero. Efectivamente, mientras que la mujer ha reducido el tiempo dedicado a las tareas domésticas en 36 minutos, el hombre lo ha incrementado en 40 minutos. Lo que ocurre es que estos movimientos son claramente insuficientes. La mujer continua dedicando mucho más tiempo que el hombre a estas tareas (7 horas y 58 minutos frente a sólo 2 horas y 30 minutos). Por su parte, el indicador del diferencial por género en cuanto al tiempo dedicado al trabajo remunerado está claramente por debajo de cien. Las mujeres dedican menos tiempo que los hombres al trabajo de mercado. Su perfil de evolución es creciente, por lo que también desde esta perspectiva el movimiento es hacia una mayor igualdad. La mujer ha incrementado el tiempo que asigna al trabajo remunerado ( casi una hora más) mientras que el hombre lo mantiene prácticamente 82 inalterado. Lo que ocurre es que el hombre continúa triplicando a la mujer desde esta perspectiva. Gráfico número 11. Diferencial por género del porcentaje de hombres y mujeres que realizan una determinada actividad en el transcurso del día. Números índices base hombre=100. España y Comunidad de Madrid. 2002-2003. (Fuente: http://www.ine.es). 140,0 132,4 126,9 120,0 100,0 80,0 65,2 60,0 58,2 40,0 20,0 0,0 Trabajo Hogar y familia España Por su parte, C. de Madrid el gráfico número 11 compara para España y la Comunidad de Madrid el diferencial existente entre hombres y mujeres en cuanto al porcentaje de individuos de ambos sexos que se dedican al trabajo y al hogar y la familia en el transcurso del día. Los indicadores son menores a 100 (valor base de los hombres) en el caso del trabajo (el porcentaje de mujeres que dedican tiempo al trabajo remunerado a lo largo del día sería de 58,2 en España si hacemos valer 100 el porcentaje de hombres), tanto en España como en Madrid, aunque en nuestra región las diferencias en contra de la mujer son menores (frente al 58,2 de España, Madrid presenta un 65,2). Por su parte, el indicador se sitúa por encima de 100 cuando lo calculamos para el porcentaje de hombres y mujeres que dedican algún tiempo a lo largo del día a la realización de tareas relacionadas con el hogar y la familia. También en este caso cabe hacer una lectura favorable respecto de las Comunidad 83 de Madrid, en cuanto que su indicador se distancia en menor medida del valor 100 de lo que lo hace en el caso del conjunto del estado español. En definitiva, de la batería de indicadores revisados (abandonos del mercado de trabajo, frecuencia de la doble jornada, diferencias en el uso del tiempo), se deduce la persistencia de muy importantes diferencias basadas en el sexo de los individuos. Aun cuando se observan evoluciones tendentes a la consecución de un mayor grado de igualdad en la distribución de los indicadores por género, las modificaciones no revisten, a nuestro juicio, la intensidad suficiente. Por último, aun cuando con algunas lagunas, se refuerza la conclusión de que la Comunidad de Madrid goza de un grado menor de desigualdad laboral por género. 5.2 Algunos datos relativos a las políticas aplicadas. Ahora el objetivo del epígrafe es aportar algunos datos con los que conocer la importancia cuantitativa atesorada por algunas de las medidas de Política Laboral aplicadas respecto de la problemática laboral de la mujer, anteriormente referenciadas en el capítulo 4. Más que un intento de evaluar la efectividad de estas acciones, se trata únicamente de ilustrar su relevancia mediante el recurso a los datos disponibles. Para su organización, diferenciaremos entre las políticas aplicadas desde el nivel nacional de la Política Laboral (epígrafe 5.2.1) de aquellas otras que encuentran en la Comunidad de Madrid su ámbito de aplicación (5.2.2). 5.2.1 El ámbito nacional de la Política Laboral aplicada a la problemática laboral de la mujer. 84 Para organizar una exposición que difícilmente puede evitar un cierto grado de complejidad, utilizaremos como criterio el que gobernaba la construcción de la tabla número 6 del anterior capítulo 4, en la que se clasificaban y sintetizaba el contenido de las acciones más importantes que conforman la política aplicada respecto de la mujer en el mercado de trabajo: formación; promoción del empleo; conciliación de la vida familiar y profesional; embarazo y personas dependientes; promoción del autoempleo femenino; promoción profesional. Primeramente, sin embargo, y al objeto de introducir la cuestión, el siguiente cuadro número 9 aporta la distribución porcentual de los diferentes ejes que conforman el Plan Nacional de Acción por el Empleo (PNAE) en cuanto a su dotación presupuestaria. Nos da una idea, por tanto, de como se estructura el marco fundamental de la Política de Empleo en España. De acuerdo con la terminología comunitaria, los datos se diferencian en función de su relación con el objetivo 1, 2 o 331. A la vista de estos datos, parece concluirse que la promoción de la participación laboral de la mujer no ocupa un lugar destacado dentro de los esquemas presupuestarios del PNAE de 2003. Su peso más elevado se produce, lógicamente, para los programas relacionados con el objetivo 3, en el que asume casi el 6 por ciento del presupuesto, ponderación que no resulta, al menos inicialmente, excesiva. Sin embargo, hay que recordar el hecho de que el resto de ejes, aun cuando no específicamente definidos respecto de la problemática laboral femenina, también consideran una elevada participación de la mujer. Además, recordar el carácter transversal que tiene el principio de igualdad de oportunidades por género para el conjunto de ejes y medidas contempladas. De esta forma, las anteriores conclusiones deben 31 ser convenientemente matizadas. El tratamiento de la Los datos originales se encuentran en el cuadro A.1 de los anexos. 85 problemática laboral de la mujer es una cuestión prioritaria en el conjunto del Plan Nacional de Acción para el Empleo de 2003. Cuadro número 9. Distribución porcentual de las ayudas concedidas dentro de los marcos comunitarios de apoyo, según objetivo, por finalidad de las ayudas. 2003. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales). Total Obj. 1 Obj.2 Obj. 3 TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 Inserción y reinserción ocupacional de los 30,3 30,3 34,4 desempleados Refuerzo de la capacidad empresarial 5,4 6,0 3,8 Refuerzo de la estabilidad en el empleo y adaptabilidad 22,8 20,8 53,4 26,5 Refuerzo de la educación técnico-profesional 12,6 14,0 8,3 Refuerzo del potencial humano en 4,8 4,0 35,4 3,8 investigación, ciencia y tecnología Participación de las mujeres en el mercado de 3,7 3,4 5,6 trabajo Integración en el mercado de trabajo de las 6,8 6,1 10,5 personas con especiales dificultades Apoyo de iniciativas locales de generación de 12,8 14,5 9,1 6,0 empleo Asistencia Técnica 0,9 0,8 2,1 1,0 a) Actuaciones en el Área de Formación. El siguiente cuadro número 10 aporta información respecto al número de mujeres participantes en diferentes actuaciones incluidas dentro de los programas de Formación Profesional Ocupacional (cursos de Formación Profesional Ocupacional, Escuelas Taller, Casas de Oficios, Talleres de Empleo), así como el porcentaje que éstas representan sobre el total de participantes. De esta forma se comprueba la enorme importancia física (número de beneficiarios de estas acciones) que atesora para la mujer este tipo acciones, hasta el punto de que en 2002 más de 200 mil mujeres participaron en alguna de estas actuaciones. 86 Además, también debe subrayarse el hecho de que el volumen de participantes ha crecido casi constantemente desde 199832. Además, las mujeres han llegado a ser mayoritarias en estas actuaciones, suponiendo en 2002 el 62 por ciento de las participantes, cuando la comparación se realiza para el conjunto de las actuaciones. Para algunas de ellas, las mujeres representan el 80 por ciento de los beneficiarios (Casas de Oficios). Cuadro número 10. Mujeres participantes en actuaciones de Formación Profesional Ocupacional. España. (Fuente: http://www.mtas.es/mujeres/). 1998 1999 2000 2001 2002 Número de mujeres Total (*) 127.617 147.451 186.073 208.883 202.502 Cursos FPO (Plan FIP) Total 122.197 139.140 177.082 199.284 190.425 Menos de 20 años 11.725 13.800 16.499 18.259 16.155 De 20 a 24 años 41.645 47.208 54.965 56.114 52.184 De 25 a 29 años 32.027 34.405 43.564 48.867 47.234 De 30 a 34 años 25.186 28.685 38.835 26.786 25.644 De 35 a 39 años 19.722 18.615 De 40 y más años 11.614 15.042 23.219 29.536 30.593 Escuelas Taller Total 3.314 4.354 4.696 2.929 3.962 Menos de 20 años 1.689 2.294 2.444 1.565 2.208 De 20 a 24 años 1.625 2.060 2.252 1.364 1.754 Casas de Oficios Total 2.106 3.957 2.089 2.071 2.071 Menos de 20 años 1.101 2.083 1.072 1.098 771 De 20 a 24 años 1.005 1.874 1.017 973 560 Talleres de Empleo Total 2.206 4.599 6.044 De 25 a 29 años 345 754 883 De 30 a 34 años 425 957 1.138 De 35 a 39 años 452 1.044 1.212 De 40 y más años 984 1.844 2.811 32 Con la única salvedad que introducen los años 2001 y 2002. 87 Cuadro número 10. Mujeres participantes en actuaciones de Formación Profesional Ocupacional. España. (Fuente: http://www.mtas.es/mujeres/). Continuación. Porcentaje de mujeres sobre el total Total (*) 56,5 58,5 60,0 62,0 Cursos FPO (Plan FIP) Total 58,1 59,8 61,1 62,8 Menos de 20 años 45,7 48,9 48,8 50,9 De 20 a 24 años 58,9 59,6 60,3 61,3 De 25 a 29 años 59,9 60,9 61,6 62,7 De 30 a 34 años 61,4 63,6 65,6 65,6 De 35 a 39 años 68,8 De 40 y más años 60,1 63,4 66,6 69,4 Escuelas Taller Total 30,4 35,9 37,1 34,7 Menos de 20 años 26,1 31,7 30,7 28,6 De 20 a 24 años 36,8 42,2 48,0 46,1 Casas de Oficios Total 45,3 56,4 56,1 56,8 Menos de 20 años 40,5 51,2 47,8 48,8 De 20 a 24 años 52,0 63,5 68,6 69,9 Talleres de Empleo Total 57,2 63,6 De 25 a 29 años 55,6 63,7 De 30 a 34 años 59,4 68,5 De 35 a 39 años 62,9 68,8 De 40 y más años 54,6 58,9 b) Actuaciones en el Área de Fomento del Empleo. Como se recordará, las principales acciones emprendidas respecto de la situación laboral de la mujer desde el área del fomento del empleo hacían referencia a la inclusión de diferentes colectivos de mujeres en los supuestos de aplicación de lo que se ha dado en llamar “nuevo contrato de trabajo indefinido” así como las reducciones en las cotizaciones a la Seguridad Social de las que pueden beneficiarse los empresarios si contratan a mujeres que cumplan con ciertos criterios personales y/o profesionales. En este sentido, el siguiente gráfico número 12 aporta información de la evolución del número total de contratos laborales registrados con mujeres (serie que se denomina total 88 61,8 62,3 51,3 61,5 61,4 63,8 67,0 69,3 36,7 30,6 49,2 80,3 44,7 65,5 66,2 63,4 68,0 70,3 64,7 en el gráfico), de los contratos laborales de fomento de la contratación indefinida realizados con mujeres (serie denominada nuevo en el gráfico) y, dentro de estos, aquellos específicamente relacionados con la inserción laboral de la mujer en puestos de trabajo en los que habitualmente se encuentre subrepresentada (serie denominada mujeres en el gráfico). Gráfico número 12. Contratos registrados. Mujeres. Números índices base 1997=100. Total. Nuevo contrato indefinido y mujeres como colectivo específico. (Fuente: MTAS. Boletín de Estadísticas Laborales). 1400,0 1200,0 1000,0 800,0 600,0 400,0 200,0 0,0 1997 1998 1999 2000 Total 2001 2002 Nuevo 2003 2004 Mujeres Estos datos nos sirven de instrumento para comprobar como tanto la totalidad de los nuevos contratos de fomento de la contratación indefinida como aquellos específicamente relacionados con mujeres han experimentado un crecimiento notablemente por encima del nivel marcado por el comportamiento de la contratación total de mujeres. Estamos, por tanto, ante un instrumento de fomento del empleo femenino que está teniendo un uso muy relevante, y que atesora, de esta forma, un relevante potencial en cuanto a la consecución de objetivos en términos de estimular las decisiones de participación laboral de las mujeres. 89 c) Actuaciones en el Área de Compatibilización de la vida familiar y profesional. Desde el área de compatibilización de la vida familiar y profesional, dos son las iniciativas más importantes llevadas a cabo: los esquemas de beneficios fiscales por hijos a cargo y las ventajas introducidas al objeto de proteger a las familias numerosas. Respecto al primero de los aspectos, en 1999 se procede a redefinir el objeto del impuesto, sustituyendo la renta obtenida por el de renta disponible, esto es, la renta monetaria una vez atendidas las necesidades personales y familiares básicas. Este redefinición se lleva a cabo descontando de la renta del contribuyente un mínimo personal y otro familiar, como forma de tener en cuenta las circunstancias personales y familiares del contribuyente. Gráfico número 13. Evolución de la cuantía deducida en el Impuesto de las Personas Físicas por mínimo personal y familiar. Millones de euros. (Fuente: Ministerio de Economía y Hacienda. http://www.estadief/minhac.es). 76,0 74,0 74,4 72,0 72,3 70,0 69,6 68,0 67,8 66,0 64,0 1999 2000 2001 2002 90 De acuerdo con el Ministerio de Economía y Hacienda (2004)33, en el ejercicio fiscal de 2001 los contribuyentes redujeron su base imponible por motivos del mínimo personal y del mínimo familiar en 72.529 millones de euros, lo que supuso un 30 por ciento respecto del volumen correspondiente al conjunto de la base imponible declarada. Estamos, por tanto, ante un poderoso instrumento, con una capacidad notable para condicionar la renta disponible de los individuos y, por tanto sus decisiones de participación y esfuerzo laboral34. Además, y como pone de manifiesto el gráfico número 12, desde 1999 ha aumentado de manera constante su importancia dentro del impuesto. Se debe destacar, sin embargo, los ambiguos efectos que cabe esperar que se produzcan como consecuencia de la aplicación de medidas como las que nos ocupan. Los mínimos personales y familiares suponen una reducción del nivel de impuestos y, por tanto, un incremento de la renta disponible de las familias. Respecto a sus decisiones de participación laboral (en relación especialmente con el caso de las mujeres), cabe esperar una modificación de la oferta de trabajo como consecuencia de un doble efecto: a) Efecto renta. Al incrementarse el nivel de renta, las familias pueden reducir su oferta de trabajo, al poder demandar una mayor cantidad de ocio, que se considera que se comporta como un bien normal. b) Efecto sustitución. Al reducirse el montante pagado por impuestos ligados al trabajo, las familias perciben un aumento de sus retribuciones, por lo que pueden decidir incrementar su oferta de trabajo, intercambiando tiempo de ocio por tiempo de trabajo, cuyo precio se habría incrementado. 33 Últimos datos publicados a la fecha de la realización de este trabajo. Teniendo en cuenta que son las rentas del trabajo el componente más importante de la base imponible. 34 91 Evidentemente, el efecto finalmente producido sobre la oferta de trabajo dependerá de la intensidad relativa de ambos efectos de signo opuesto. En este sentido, y respecto a la distribución del mínimo personal y familiar por tramos de renta, los datos elaborados por el Ministerio de Economía y Hacienda subrayan dos importantes características: a) Su concentración en tramos de renta baja. Las tres cuartas partes de las cantidades descontadas por mínimo personal y familiar lo fueron en declaraciones con una base imponible inferior a 21.000 euros. b) La progresividad de estas deducciones, de manera que el porcentaje que suponen sobre la base imponible disminuye claramente al aumentar el nivel de renta de los contribuyentes. En definitiva, estamos ante un instrumento de Política Laboral cuya aplicación se acentúa sobre niveles reducidos de renta. De esta forma, cabe anticipar una preponderancia del efecto sustitución sobre el efecto renta, por lo que el efecto final debe ser estimular las decisiones de participación de los miembros de la familia, y por tanto también de la mujer. En lo que se refiere a las deducciones establecidas por las Comunidades Autónomas y recogidas en la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas, en Madrid fueron un total de 27.806 las declaraciones que consignaron la deducción autonómica por nacimiento o adopción de hijos, lo que supuso un montante de 2.963.270 euros. Por último, y respecto a la protección económica de las familias numerosas, los cuadros números 11 y 12 informan, a partir de los datos originales35, de la forma en que los títulos de familia numerosa concedidos se distribuyen por Comunidades Autónomas así como de la 35 Recogidos en el cuadro número A.2 de los anexos. 92 manera en que han evolucionado en el tiempo. En 2003 se contabilizan un total de 211.500 títulos de familia numerosa en España, de los cuales la gran mayoría son de primera categoría. Sin embargo, el número de títulos ha registrado una ligera reducción desde 2001 (total, primera y segunda categoría), aún cuando el número de familias numerosas de “categoría de honor” se ha incrementado ligeramente. En la Comunidad de Madrid se contabilizan un total de 26.732 familias numerosas, siendo, por tanto, este el colectivo potencial de las ventajas y ayudas consideradas por la Ley de Protección de las Familias Numerosas en nuestra región. En 2003 en Madrid residían el 12,6 por ciento del total de familias numerosas con título concedido, lo que nos coloca en el segundo puesto en términos de ponderación sobre el total, sólo por debajo de Andalucía y ligeramente por encima de Cataluña (12,2 por ciento del total). Además, y a diferencia de lo observado para el conjunto nacional, en Madrid el número de títulos de familia numerosa se ha incrementado (2001-2003) casi un 9 por ciento. 93 Cuadro número 11. Títulos concedidos a familias numerosas por categorías y Comunidades Autónomas. Peso porcentual sobre el total. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales. TOTAL 2001 2002 2003 TOTAL 100,0 100,0 100,0 ANDALUCÍA 25,1 23,3 23,8 ARAGÓN 2,1 1,9 2,0 ASTURIAS 1,6 1,5 1,4 BALEARES 1,6 1,7 1,9 CANARIAS 3,7 3,8 3,6 CANTABRIA 1,3 1,2 1,2 CASTILLA-LA MANCHA 6,6 8,6 7,6 CASTILLA Y LEÓN 6,5 6,2 5,5 CATALUÑA 10,0 12,0 12,2 COMUNIDAD VALENCIANA 9,0 9,1 8,6 EXTREMADURA 3,8 3,5 3,6 GALICIA 6,4 5,5 5,1 MADRID 12,2 11,3 12,6 MURCIA 4,1 4,4 5,0 NAVARRA 1,3 1,3 1,4 PAÍS VASCO 3,0 2,8 2,6 RIOJA (LA) 0,9 0,8 0,8 CEUTA Y MELILLA 0,9 1,0 0,9 PRIMERA CATEGORÍA SEGUNDA CATEGORÍA CATEGORÍA DE HONOR 2001 2002 2003 2001 2002 2003 2001 2002 2003 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 25,1 23,4 23,8 25,2 22,0 25,4 25,8 24,7 21,7 2,1 1,9 1,9 3,6 1,9 2,8 3,2 2,9 2,2 1,6 1,5 1,4 0,9 0,1 0,4 0,2 1,6 1,7 1,9 1,0 0,7 2,0 0,6 0,8 0,4 3,7 3,8 3,6 2,1 1,9 1,4 3,6 3,3 2,4 1,3 1,2 1,3 0,8 0,2 0,2 1,1 1,0 2,4 6,6 8,6 7,6 2,6 4,1 3,4 3,6 6,6 3,7 6,5 6,2 5,5 4,4 4,2 4,0 3,0 3,9 3,0 10,0 12,0 12,2 12,2 13,5 13,9 9,6 7,2 6,7 9,1 9,1 8,6 8,7 8,0 8,5 7,9 8,9 10,1 3,9 3,5 3,7 1,4 2,1 1,5 4,3 3,3 2,4 6,4 5,5 5,2 2,8 2,5 2,4 6,0 4,9 5,1 12,2 11,3 12,6 12,0 10,0 12,5 11,5 14,6 11,6 4,0 4,3 5,0 7,3 17,3 11,0 8,3 8,0 7,7 1,3 1,3 1,4 6,3 3,7 5,2 3,2 2,7 12,6 3,0 2,8 2,6 2,6 2,4 2,0 6,2 4,5 3,4 0,8 0,8 0,8 1,7 3,5 1,4 1,7 1,0 1,2 0,9 1,0 0,9 4,4 1,9 1,8 0,4 1,4 3,4 94 Cuadro número 12. Títulos concedidos a familias numerosas por categorías y Comunidades Autónomas. Evolución. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales. TOTAL PRIMERA CATEGORÍA SEGUNDA CATEGORÍA CATEGORÍA DE HONOR 2001 2002 2003 2001 2002 2003 2001 2002 2003 2001 2002 2003 TOTAL 100,0 99,2 97,3 100,0 99,1 97,3 100,0 114,8 95,4 100,0 103,4 104,5 ANDALUCÍA 100,0 92,1 99,3 100,0 92,1 99,3 100,0 100,3 110,0 100,0 99,2 91,7 ARAGÓN 100,0 92,4 97,5 100,0 92,7 97,3 100,0 58,7 144,4 100,0 93,3 78,6 ASTURIAS 100,0 94,9 90,5 100,0 95,1 90,3 100,0 18,2 300,0 100,0 BALEARES 100,0 110,1 105,1 100,0 110,2 104,8 100,0 83,3 270,0 100,0 133,3 50,0 CANARIAS 100,0 100,4 92,2 100,0 100,4 92,3 100,0 103,7 71,4 100,0 94,1 75,0 CANTABRIA 100,0 95,0 99,0 100,0 95,2 98,7 100,0 30,0 100,0 100,0 100,0 240,0 CASTILLA-LA MANCHA 100,0 129,9 85,6 100,0 129,7 85,6 100,0 178,8 79,7 100,0 188,2 59,4 CASTILLA Y LEÓN 100,0 93,9 86,3 100,0 93,8 86,3 100,0 108,9 90,2 100,0 135,7 78,9 CATALUÑA 100,0 119,2 99,1 100,0 119,3 99,1 100,0 126,6 98,5 100,0 77,8 97,1 COMUNIDAD VALENCIANA 100,0 99,9 92,0 100,0 99,8 91,9 100,0 105,5 101,7 100,0 116,2 118,6 EXTREMADURA 100,0 90,9 100,7 100,0 90,7 100,9 100,0 172,2 67,7 100,0 80,0 75,0 GALICIA 100,0 85,0 91,8 100,0 85,0 91,8 100,0 102,9 91,7 100,0 85,7 108,3 MADRID 100,0 92,3 108,7 100,0 92,2 108,7 100,0 95,4 119,3 100,0 131,5 83,1 MURCIA 100,0 106,8 112,1 100,0 105,1 113,5 100,0 272,8 60,6 100,0 100,0 100,0 NAVARRA 100,0 101,4 104,0 100,0 102,4 101,7 100,0 68,4 133,3 100,0 86,7 492,3 PAÍS VASCO 100,0 92,8 89,5 100,0 92,8 89,6 100,0 106,1 80,0 100,0 75,9 77,3 RIOJA (LA) 100,0 96,5 99,0 100,0 95,0 100,6 100,0 238,1 40,0 100,0 62,5 120,0 CEUTA Y MELILLA 100,0 102,1 89,9 100,0 103,3 89,4 100,0 49,1 92,6 100,0 350,0 242,9 95 d) Actuaciones en el Área de Embarazo, maternidad y atención a personas dependientes. Desde el área de embarazo, maternidad y atención personas dependientes se encuentra fundamentalmente toda un conjunto de prestaciones que encuentran su origen en el sistema de la Seguridad Social (pagos, premisos, excedencias, servicios de atención, etc...). acciones, modificación de jornadas, Respecto a esta amplia batería de seguidamente vamos a comentar una serie de datos que encuentran su origen preferentemente en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, especialmente en su Dirección General de las Familias y la Infancia. En primer lugar, el gráfico número 14 expresa la evolución del número de proyectos y de su cuantía vinculados con Servicios de Atención a la Infancia llevados a cabo en el conjunto nacional, cofinanciados por el Ministerio de Trabajo y la distintas Comunidades Autónomas. En la medida en que los datos originales se desagregan por Comunidades Autónomas36, el gráfico también recoge la evolución, desde ambas perspectivas, de la ponderación de la Comunidad de Madrid sobre el total nacional. Se observa como se ha producido un notable proceso de crecimiento en los proyectos llevados a cabo relacionados con la atención a la infancia, más acusado en términos presupuestarios (crecimiento de casi un 40 por ciento) que del número de proyectos (aumento del 18 por ciento). 36 Los datos originales se recogen en el cuadro A.3 de los anexos. 96 Gráfico número 14. Número de proyectos y cuantías totales para Servicios de Atención a la Infancia. España, Números índices 2000=100. Comunidad de Madrid, peso sobre el total. (Fuente: http://www.mtas.es/SGAS. Dirección General de las Familias y la Infancia). 13,0 150,0 140,0 12,0 139,4 11,0 130,0 120,0 10,0 117,8 9,2 110,0 9,0 8,0 100,0 90,0 7,0 6,9 6,0 80,0 2.000 2001 Número de proyectos (1) Peso CM s/ (1) 2002 Importe total (2) Peso CM s/ (2) La ponderación de la Comunidad de Madrid no resulta excesiva, presentando además una evolución decreciente desde las dos perspectivas consideradas por la estadística. De esta forma, en 2002 Madrid aportaba el 7 por ciento al número de proyectos y el 9 por ciento al montante presupuestario total. 97 Cuadro número 13. Servicios y plazas de atención a la infancia por CC.AA. Distribución porcentual. (Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales. MTAS). SERVICIOS PLAZAS Atención Guarderías Atención Guarderías Primera Infantiles Primera Infantiles Total Total Infancia Laborales Infancia Laborales 2002 2003 2002 2003 2002 2003 2002 2003 2002 2003 2002 2003 TOTAL 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 ANDALUCÍA 21,9 9,7 23,8 11,2 17,8 6,0 20,6 10,9 19,2 12,1 22,9 8,2 ARAGÓN 5,2 5,8 5,0 5,0 5,6 7,8 3,7 3,9 3,0 2,9 4,6 6,1 ASTURIAS 0,9 1,0 0,8 0,9 1,0 1,3 1,3 1,2 1,2 0,8 1,5 2,2 BALEARES 4,3 4,4 3,7 3,2 5,6 7,3 4,3 4,4 3,4 2,5 5,8 8,7 CANARIAS 2,6 2,9 3,9 4,1 4,3 4,6 7,1 6,6 CANTABRIA 1,3 1,3 0,6 0,7 2,6 2,6 1,6 1,4 0,9 0,8 2,7 2,6 CASTILLA-LA MANCHA 4,7 6,4 6,1 8,1 1,7 2,2 3,4 4,7 4,5 5,3 1,8 3,2 CASTILLA Y LEÓN 3,8 4,5 3,5 3,9 4,3 6,0 5,4 6,6 6,8 7,5 3,2 4,7 CATALUÑA 14,1 16,7 13,8 16,6 14,5 16,8 14,8 18,3 13,6 16,9 16,7 21,4 COMUNIDAD VALENCIANA 8,0 10,4 7,6 9,7 8,9 12,1 8,9 11,7 8,4 10,3 9,8 14,8 EXTREMADURA 8,3 10,4 10,1 11,7 4,6 7,3 4,5 4,8 5,8 5,8 2,5 2,7 GALICIA 10,5 13,0 7,1 9,0 17,5 22,8 10,4 13,1 8,5 10,5 13,4 18,8 MADRID 6,9 5,3 5,8 7,4 9,2 7,6 5,3 5,8 7,6 10,3 MURCIA 6,1 6,5 6,8 7,1 4,6 5,2 8,0 7,8 10,7 9,1 3,7 4,7 NAVARRA PAÍS VASCO RIOJA (LA) 1,1 1,3 0,6 0,7 2,0 2,6 0,7 0,8 0,4 0,4 1,2 1,8 Ceuta y Melilla 0,4 0,5 0,6 0,7 0,5 0,6 0,8 0,9 98 Cuadro número 14. Servicios y plazas de atención a Estadísticas Laborales. MTAS). SERVICIOS Atención Primera Total Infancia 2002 2003 2002 2003 TOTAL 100,0 86,3 100,0 91,0 ANDALUCÍA 100,0 38,1 100,0 42,6 ARAGÓN 100,0 95,8 100,0 90,3 ASTURIAS 100,0 100,0 100,0 100,0 BALEARES 100,0 87,5 100,0 78,3 CANARIAS 100,0 95,8 100,0 95,8 CANTABRIA 100,0 83,3 100,0 100,0 CASTILLA-LA MANCHA 100,0 118,6 100,0 121,1 CASTILLA Y LEÓN 100,0 102,9 100,0 100,0 CATALUÑA 100,0 102,3 100,0 109,3 COMUNIDAD VALENCIANA 100,0 112,2 100,0 117,0 EXTREMADURA 100,0 107,8 100,0 104,8 GALICIA 100,0 107,2 100,0 115,9 MADRID 100,0 65,6 100,0 116,7 MURCIA 100,0 92,9 100,0 95,2 NAVARRA PAÍS VASCO RIOJA (LA) 100,0 100,0 100,0 100,0 Ceuta y Melilla 100,0 100,0 100,0 100,0 la infancia por CC.AA. Evolución. (Fuente: Anuario de Guarderías Infantiles Laborales 2002 2003 100,0 76,6 100,0 25,9 100,0 105,9 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 75,0 100,0 100,0 100,0 107,7 100,0 88,6 100,0 103,7 100,0 121,4 100,0 100,0 100,0 100,0 85,7 Total 2002 2003 100,0 89,8 100,0 47,5 100,0 94,5 100,0 87,0 100,0 91,2 100,0 95,3 100,0 76,4 100,0 122,7 100,0 110,5 100,0 111,1 100,0 117,3 100,0 96,7 100,0 112,3 100,0 62,4 100,0 87,5 PLAZAS Atención Primera Infancia 2002 2003 100,0 102,3 100,0 64,6 100,0 95,8 100,0 72,8 100,0 74,7 100,0 95,3 100,0 91,9 100,0 122,1 100,0 112,3 100,0 127,8 100,0 125,5 100,0 102,2 100,0 126,2 100,0 134,0 100,0 87,1 Guarderías Infantiles Laborales 2002 2003 100,0 70,4 100,0 25,3 100,0 93,3 100,0 104,4 100,0 105,9 100,0 100,0 68,4 100,0 125,1 100,0 104,7 100,0 90,2 100,0 106,5 100,0 76,7 100,0 98,7 100,0 100,0 89,2 100,0 100,0 100,0 100,3 100,0 98,3 100,0 101,3 100,0 100,0 118,7 100,0 118,7 100,0 99 Una perspectiva complementaria a la anterior viene dada por los datos relativos al número de servicios existentes de atención a la infancia y el número de plazas implicados en los mismos37, recogidos en los cuadros números 13 (distribución porcentual por Comunidades) y 14 (evolución relativa). En Madrid se ubican el 5,3 por ciento de los servicios de atención a la infancia del conjunto nacional. Destaca para nuestra Comunidad el crecimiento experimentado en los servicios y plazas de Atención a la Primera Infancia (con una ponderación superior al 7 por ciento del total). Desde el punto de vista de la evolución, todos los indicadores (salvo el número de plazas disponibles para la atención de la primera infancia) han experimentado algún tipo de reducción en el conjunto nacional, resultando especialmente intensa la relacionada con el número de guarderías infantiles laborales (han disminuido su número en un 14 por ciento). En Madrid, la falta de algunos datos complica realizar un diagnóstico tanto de su situación como de su evolución en el tiempo, aun cuando no parece que haya sido excesivamente opuesta a la comentada para el conjunto nacional. El siguiente gráfico número 15 utiliza la información suministrada por el Instituto de la Mujer para expresar la evolución del número de excedencias tomadas con el motivo del cuidado de hijos. El gráfico aporta información tanto del total de excedencias como de la parte de estas que han sido adoptadas por las madres38. Desde esta perspectiva destacan varios hechos fundamentales: a) El constante crecimiento del número de excedencias adoptadas para el cuidado de hijos. b) El hecho de que las madres son las que mayoritariamente toman la decisión de optar a una excedencia de este tipo. 37 Como ya es habitual, los datos originales se recogen en el cuadro número A.4 de los anexos. Los datos relativos a importes se recogen en el siguiente cuadro número A.5. 38 Evidentemente la diferencia entre ambos datos son las excedencias adoptadas por los padres. 100 c) El hecho de que la participación de las madres en estas excedencias no se ha modificado durante el periodo considerado. Mientras que las excedencias de las madres suponían el 96 por ciento en el año 2000, este porcentaje era del 96,38 por ciento en el 2003. Por tanto los padres no parecen haber modificado sustancialmente su posición al respecto. Gráfico 15. Evolución del número de excedencias por cuidado de hijos. (Fuente: http://www.mtas.es/mujeres/). 16.000 13.879 14.000 12.694 12.000 10.000 10.163 8.339 13.377 12.206 9.800 8.007 8.000 6.000 4.000 2.000 2000 2001 2002 Total 2003 Madres Gráfico número 16. Evolución de las prestaciones familiares por hijo a cargo. Números índices base 2000=100. (Fuente: http://www.mtas.es/SGAS. Dirección General de las Familias y la Infancia). 115,0 110,0 104,1 108,8 92,5 94,8 105,0 100,0 100,0 95,0 90,0 90,5 85,0 92,4 80,0 2000 2001 No minusválidos 2002 Minusválidos Total 101 Por último, el siguiente gráfico número 16 recoge la evolución de las prestaciones familiares por hijo a cargo, a partir de la información aporta al respecto por la Dirección General de la Familia y la Infancia del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Con su ayuda se observa como se ha producido una ligera reducción de éstas (5 por ciento menos), basada en las relacionadas con hijos no minusválidos (hijos menores) que ha sido el componente que ha reducido su importancia (un 8 por ciento). Desde esta perspectiva, por tanto, los resultados no parecen ser excesivamente positivos, en la medida en que deben ser los hijos menores antes que los que presentan algún tipo de minusvalía la restricción fundamental a la participación laboral de la mujer. e) Actuaciones en el Área de Promoción del Autoempleo Femenino. Respecto a la utilización del trabajo por cuenta propia como instrumento de promoción de la participación laboral de la mujer, el siguiente cuadro número 15 recoge la distribución porcentual del número de beneficiarios, diferenciando por sexo y Comunidad Autónoma, de las ayudas concedidas para la promoción del empleo autónomo39. Para el conjunto nacional, un total de 22.854 personas fueron beneficiarios de este tipo de actuaciones, de los cuales el 48 por ciento fueron mujeres. En Madrid el número de beneficiarios ha sido de 847, siendo la participación femenina del 37 por ciento. De esta forma, Madrid presenta un menor sesgo femenino en la definición y aplicación de estas actuaciones. Desde otra perspectiva, mientras que los madrileños que participaron en estas acciones suponen el 4,6 por ciento del total de beneficiarios contabilizados en el conjunto nacional, esta ponderación se reduce hasta el 2,9 por ciento cuando la calculamos para las mujeres. 39 Los datos originales se encuentran en el cuadro número A.6, dentro del espacio dedicado a anexos. 102 Cuadro número 15. Beneficiarios de las ayudas concedidas para la promoción del empleo autónomo, según sexo y Comunidad Autónoma. Año 2002. Peso sobre el total. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas laborales). TOTAL ANDALUCÍA ARAGÓN ASTURIAS BALEARES CANARIAS CANTABRIA CASTILLA-LA MANCHA CASTILLA Y LEÓN CATALUÑA COMUNIDAD VALENCIANA EXTREMADURA GALICIA MADRID MURCIA NAVARRA RIOJA (LA) Total 100 36,6 1,9 2,2 0,1 0,2 1,2 2,8 7,0 10,7 14,4 0,1 16,7 3,8 0,5 0,6 1,1 Varones 100 36,1 2,0 1,8 0,1 0,2 0,8 3,0 6,8 10,6 15,4 0,1 15,7 4,6 1,0 0,5 1,3 Mujeres 100 37,2 1,9 2,6 0,2 0,2 1,5 2,7 7,3 10,8 13,3 0,1 17,8 2,9 0,0 0,7 0,9 Nota: Se excluye el País Vasco, Ceuta y Melilla por falta de datos. Cuadro número 16. Importe de las ayudas concedidas dentro de la iniciativa comunitaria EQUAL por finalidad de las ayudas. Miles de Euros y porcentajes. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales). Importe % s/ Total % / s total subvenc. TOTAL Mejorar la capacidad de inserción profesional Fomentar el espíritu de empresa Adaptabilidad Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres Demandantes de asilo Asistencia Técnica 86.916,00 100,0 65,3 29.777,00 34,3 65,1 13.036,00 15,0 65,1 13.036,00 15,0 65,1 27.074,00 31,1 65,1 1.739,00 2.254,00 2,0 2,6 70,0 68,0 f) Actuaciones en el Área de Promoción Profesional. Respecto a las actuaciones emprendidas desde el área de la promoción profesional, el cuadro número 16 aporta datos sobre las ayudas 103 concedidas dentro de la iniciativa comunitaria EQUAL. Esta información nos sirve para ilustrar la importancia que la problemática laboral de la mujer, en general, y la promoción de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, en particular, detenta dentro de esta relevante iniciativa comunitaria. En este sentido, los porcentajes relativos a la igualdad de oportunidades de hombres y mujeres resultan cuando menos notables. 5.2.2 El ámbito de la Comunidad de Madrid en cuanto a la Política Laboral aplicada a la problemática laboral de la mujer. En relación con la Comunidad de Madrid, hasta ahora sólo hemos visto algunos datos referidos a la aplicación dada en esta Comunidad a algunas de las medidas de Política Laboral de definición nacional inventariadas anteriormente. Ahora nos proponemos comentar algunos datos relativos específicamente a las principales iniciativas emprendidas desde la Política de Empleo de nuestra región respecto de la participación y situación laboral de la mujer. En este sentido, y como ya fue mencionado anteriormente, los Programas Operativos (PO), objetivo 2 y 3, cofinanciados por los Fondos Estructurales de la Unión Europea, son los instrumentos más relevantes en lo que hace referencia a la aplicación de la Política Laboral de la Comunidad de Madrid. Por este motivo, el resto del epígrafe lo dedicaremos a comentar los aspectos más relevantes de los PO para el periodo 2000-2006, actualmente en vigor. a) El Programa Operativo objetivo 2 de la Comunidad de Madrid cofinanciado con Fondos Estructurales. Como se recordará, las acciones encuadradas dentro del PO objetivo 2 se dirigen a apoyar los procesos de reconversión económica y social de las zonas industriales, rurales, urbanas o dependientes de la pesca y 104 que, en general, presenten deficiencias estructurales. Los ejes y medidas incluidos en le PO objetivo 2 de la Comunidad de Madrid para el periodo 2000-2006 pueden consultarse en la tabla número 3, anteriormente comentada. La aplicación del PO objetivo 2 de la Comunidad de Madrid ha obtenido notables niveles de eficacia global40. De acuerdo con los resultados obtenidos por la Evaluación Intermedia del PO objetivo 2 de la CM41, el nivel de eficiencia en su aplicación alcanzó niveles del 70 por ciento, indicativos de una buena gestión en la aplicación de las acciones y medidas implicadas en este PO (Comunidad de Madrid, 2004a). Con un mayor detalle, los mayores niveles de eficacia se produjeron para los ejes 4 (desarrollo de redes de comunicación y energía), eje 3 (sociedad del conocimiento) y eje 5 (desarrollo local y urbano), con niveles de eficiencia situados entre el 80 y el 90 por ciento. Por el contrario, la ejecución de los ejes 1 (mejora de la competitividad y el empleo y desarrollo del tejido productivo) y 2 (medio ambiente, entorno natural y recursos hídricos) presentaron los peores resultados, con niveles de eficiencia inferiores al 50 por ciento. Sin embargo, y como se deduce de la propia definición del objetivo 2, este Programa Operativo guarda una escasa relación con la Política Laboral, en general, y con la problemática laboral de la mujer, en particular. Sólo mencionar que la igualdad de oportunidades por género se constituye en uno de los principios horizontales del PO objetivo 2, siendo este el principal activo de este conjunto de medidas respecto de la cuestión que nos ocupa. 40 De acuerdo con la metodología habitualmente adoptada para evaluar la aplicación de los Programas Operativos financiados por Fondos Estructurales, la eficacia se define como la proporción de los fondos aplicados respecto del total de fondos presupuestados inicialmente. 41 Actualmente se encuentra en curso de realización la evaluación final de los distintos Programas Operativos de la Comunidad de Madrid. 105 b) El Programa Operativo objetivo 3 de la Comunidad de Madrid cofinanciado con Fondos Estructurales. Mucho más relacionado con la participación y la situación laboral de la mujer en el mercado de trabajo, las medidas del objetivo 3 tienen como finalidad apoyar la adaptación y modernización de las políticas y sistemas de educación, formación y empleo. El contenido del Programa Operativo objetivo 3 de la Comunidad de Madrid para el periodo 20002006 se encuentra en la anteriormente comentada tabla número 4. Configurado en torno a 9 ejes distintos, era el número 6 el que integra las medidas y acciones más estrechamente relacionadas con la participación laboral de la mujer. De acuerdo con la información facilitada por la Dirección General de Cooperación con el Estado y Asuntos Europeos (Comunidad de Madrid, 2004a), el grado de aplicación del PO objetivo 3 alcanza niveles ligeramente superiores al 90 por ciento, lo que sin duda constituye un dato realmente importante en cuanto a su eficacia financiera. En relación con el eje 6 (participación de las mujeres en el mercado de trabajo), el siguiente cuadro recoge la eficacia financiera de las medidas y acciones integradas en el eje (Quasar, 2003) En términos del gasto realizado, el eje 6 tiene un peso importante dentro del PO objetivo 3, absorbiendo el 20 por ciento del total del gasto ejecutado. Su nivel global de eficiencia financiera resulta notable, (casi un 87 por ciento de lo presupuestado ha sido aplicado al fin inicialmente previsto). 106 Cuadro 17. Eficacia financiera del Eje 6 del PO objetivo 3 de la Comunidad de Madrid. Desglose por medidas y actuaciones. (Fuente: Quasar, 2003). Medida Mejorar la empleabilidad de las mujeres Actuación Gasto ejecutado 199.629 Itinerarios integrados de inserción Orientación y asesoramiento 1.158.662 Formación Profesional 17.524.778 Ocupacional Mejora de los sistemas de 49.329 anticipación a los cambios y funcionamiento del mercado de trabajo Servicios a los beneficiarios y a 379.246 personas dependientes Sensibilización y difusión de las 752.292 actuaciones Asistencia técnica 385.075 Total medida 1 20.449.011 Fomentar la Orientación y asesoramiento 500.671 actividad empresarial de las mujeres Formación empresarial para la 451.569 creación y desarrollo de empresas Ayudas al empleo 20.751.526 Ayudas al autoempleo 204.057 Mejora de los sistemas de 0 anticipación a los cambios y funcionamiento del mercado de trabajo Total medida 2 21.907.823 Total eje 6 42.356.834 % PO 0,09 % Eficacia 71.67 0,55 8,29 182,94 95,41 0,02 12,02 0,18 89,82 0,36 124,82 0,18 9,67 0,24 91,20 96,75 89,85 0,21 47,84 9,82 0,10 0,0 80,09 73,24 0,0 10,36 20,04 78,69 86,48 Su estructura interna resulta bastante equilibrada entre las dos medidas que la conforman, aún cuando la asignación de fondos resulta levemente favorable a las actuaciones relacionadas con la actividad empresarial de las mujeres, a las que se aplican fondos ligeramente superiores, lo que conduce a una cierta concentración relativa, dado el menor número de actuaciones consideradas en la medida. 107 Por actuaciones, las que presentan un mayor peso son las relacionadas con la Formación Profesional Ocupacional y las Ayudas al Empleo. En términos de eficacia financiera, los mayores niveles se obtienen para las actuaciones de Orientación y Asesoramiento y sensibilización y difusión de actuaciones (mejorar la empleabilidad), con niveles superiores al cien por cien. Cuadro 18. Eficacia física del Eje 6 del PO objetivo 3 de la Comunidad de Madrid. Desglose por medidas y actuaciones. (Fuente: Quasar, 2003). Medida Actuación Beneficiarios % finales Eficacia de 187 16,31 Mejorar la empleabilidad de las mujeres Itinerarios integrados inserción Orientación y asesoramiento Formación Profesional Ocupacional Mejora de los sistemas de anticipación a los cambios y funcionamiento del mercado de trabajo Servicios a los beneficiarios y a personas dependientes Sensibilización y difusión de las actuaciones Asistencia técnica Total medida 1 Fomentar la Orientación y asesoramiento actividad empresarial de las mujeres Formación empresarial para la creación y desarrollo de empresas Ayudas al empleo Ayudas al autoempleo Mejora de los sistemas de anticipación a los cambios y funcionamiento del mercado de trabajo Total medida 2 Total eje 6 2.183 19.802 55,55 67,57 7 485,25 1.453 46,22 5 133,52 23.637 1.913 64,26 1554,03 805 841,42 2.637 686 0 50,96 1357,42 0 6.041 29.678 111,75 76,56 El siguiente cuadro número 18 recoge los resultados de analizar la eficacia física (porcentaje de beneficiarios implicados en las actuaciones 108 respecto a los previstos inicialmente). Casi 30 mil mujeres han participado en alguna de las actuaciones que conforman el eje 6 del PO objetivo 3 de la Comunidad de Madrid, lo nos da una idea de la relevancia de estas medidas dentro de la estrategia de Política Laboral llevada a cabo por nuestra Comunidad respecto de la problemática laboral de la mujer. El indicador de eficacia física (número de participantes respecto al número de beneficiarios previstos) presenta un buen nivel (algo más del 76 por ciento). 6. REFLEXIONES FINALES. En los actuales contextos de competitividad y globalización, resulta imposible acceder y mantener elevados niveles de crecimiento económico y bienestar social si los sistemas económicos no son capaces de utilizar de manera completa y eficiente la totalidad de factores productivos de que disponen. Desde esta perspectiva, resulta preocupante el hecho de que en nuestro país la oferta potencial de trabajo femenina presente tasas de participación muy inferiores a las masculinas y notablemente por debajo de las exhibidas por los países de nuestro entorno. La ineficiencia económica de este hecho, sólo explicable por las consecuencias que se derivan de las situaciones de fallos de mercado producidas por una definición desigual y discriminatoria de la sociedad, en general, y del mercado de trabajo, en particular, justifica que su promoción figure de manera destacada entre los objetivos de la Política Laboral actualmente aplicada. Movilizar y dinamizar la totalidad de la oferta de trabajo femenina se constituye, de esta forma, en una prioridad para la autoridad económica. De acuerdo con los argumentos anteriores, el propósito del trabajo realizado ha sido revisar los esquemas de Política Laboral actualmente aplicados con el objetivo de promocionar la participación laboral de la mujer. No se ha intentado, por tanto, evaluar la eficacia de las medidas aplicadas en cuanto a la consecución de sus objetivos, sino únicamente 109 realizar una utilización exhaustiva de la totalidad de los datos disponibles, al objeto de describir y caracterizar adecuadamente las medidas, acciones e instrumentos actualmente aplicados desde la Política Laboral respecto de la tasa de actividad de la mujer. Para ello se ha adoptado una doble perspectiva de análisis, de manera que el estudio se ha referenciado tanto al conjunto del estado español como a una de sus Comunidades Autónomas más sobresalientes desde el punto de vista económico: la Comunidad de Madrid. La justificación a este hecho se fundamenta sobre la idea de que, dentro del conjunto nacional, subyacen realidades económicas y laborales dispares y muy diferenciadas, de manera que limitar el estudio a una perspectiva territorialmente agregada podría aportar una realidad y un diagnóstico no excesivamente representativa de la situación existente en nuestra región. Desde un punto de vista metodológico, y adicionalmente al establecimiento del necesario marco teórico de análisis, el trabajo se ha organizado en torno a cuatro partes bien diferenciadas. En primer lugar, se ha determinado la situación laboral de la mujer existente en España y la Comunidad de Madrid, así como sus líneas fundamentales de evolución. Posteriormente hemos establecido el esquema actual de la Política Laboral aplicada respecto de la problemática laboral de la mujer, revisando su marco normativo y clasificando, inventariando y caracterizando las distintas medidas que lo conforma. En tercer lugar, se ha revisado la evolución de diferentes indicadores aproximativos de la evolución de las variables objetivo de estas políticas. Por último, se ha intentado cuantificar en alguna medida la relevancia de las políticas aplicadas mediante el recurso a la información estadística disponible al respecto. Los trabajos llevados a cabo permiten subrayar algunos hechos que, aún cuando no resultan excesivamente sorprendentes, no por ello carecen de relevancia: 110 a) El trabajo ha constatado la existencia de importantes diferencias laborales por género tanto cuando el mercado de trabajo se considera desde una perspectiva nacional o se restringe al ámbito madrileño, especialmente relevantes respecto de las decisiones de participación de mujeres y hombres en el mercado de trabajo remunerado. b) Aunque se observan procesos generalizados que implican que casi todas las variables consideradas evolucionan hacia una distribución de sus valores más igualitaria por género, estos procesos resultan insuficientes, de manera que, aunque atemperada respecto de la situación observada originariamente, la persistencia de la desigualdad resulta ser el resultado finalmente observado. c) Ambos hechos son ciertos tanto respecto del conjunto nacional como en la Comunidad Autónoma de Madrid. Sin embargo, hay que destacar el hecho de que la Comunidad de Madrid modera muy notablemente las anteriores conclusiones. En Madrid la desigualdad laboral por género es menor y los procesos de evolución de las variables han corregido en mayor medida esta situación en comparación con lo ocurrido en el conjunto de España. d) Por tanto, habría que subrayar muy especialmente el hecho de que Madrid organiza un mercado de trabajo más igualitario por género, a la vez que sus políticas (o el efecto inducido en la región por las políticas nacionales) han resultado más eficaces, de forma que la corrección de la desigualdad todavía observable ha resultado notablemente más intensa en Madrid que en España. e) De esta forma, la Comunidad de Madrid se estaría beneficiando en mayor medida de las positivas consecuencias derivadas de la movilización y dinamización de la oferta de trabajo femenina, especialmente en términos de disponer de mayores potencialidades de sus procesos de crecimiento económico. 111 f) La Política Laboral aplicada respecto de la promoción de la participación laboral de la mujer responde a una estructura compleja y heterogénea, pero también rica y amplia. El objetivo de incrementar la tasa de actividad de la mujer se persigue mediante instrumentos que inciden sobre la vertiente de la demanda y de la oferta de trabajo, recurriendo a procesos de causación que inciden tanto sobre el precio del trabajo femenino (deducciones impositivas o bonificaciones de la Seguridad Social, por ejemplo) como a la cualidad de la mano de obra femenina (cualificación y formación) y, de manera destacada, a hacer posible la compatibilización de las responsabilidades familiares con las exigencias de la vida laboral (excedencias, permisos, incentivos, etc.). g) A partir de los esquemas nacionales de la Política Laboral, la Comunidad de Madrid está desarrollando un esfuerzo intenso e interesante mediante la aplicación de sus propios esquemas de intervención, complementando y reforzando las grandes medidas llevadas a cabo respecto al conjunto nacional. En definitiva, la Política Laboral está acentuando sus esfuerzos sobre el tratamiento de la problemática laboral de la mujer, en general, y de su escasa participación laboral, en particular. Esto, que no podría ser de otra forma dada la relevancia de los objetivos, se está traduciendo en la obtención de moderados resultados respecto de la corrección de las situaciones de partida. Sin embargo hay que subrayar muy especialmente que la Comunidad de Madrid está amplificando en buena medida, bien por la estructura y características de su mercado de trabajo, bien por las políticas propias aplicadas, los buenos resultados obtenidos en general, de manera que las consecuencias están siendo especialmente relevantes. 112 BIBLIOGRAFÍA. 113 ALBA, A. (2000). La riqueza de las familias. La mujer en la España democrática. Alianza. Madrid. ANXO, D. y STORRI, D. (2001). The job creation potential of service sector in Europe. Comisión Europea. Luxemburgo. ATROSTIC, B.K. 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Total Obj. 1 Obj. 2 Obj.3 Total Ejes 1.778.974,1 1.395.686,3 47.994,1 335.293,7 Inserción y reinserción ocupacional 538.153,9 422.763,5 115.390,4 de los desempleados Refuerzo de la capacidad empresarial 95.886,4 83.233,0 12.653,4 Refuerzo de la estabilidad en el 405.424,9 290.767,3 25.637,8 89.019,7 empleo y adaptabilidad Refuerzo de la educación técnico223.962,3 196.055,4 27.906,8 profesional Refuerzo del potencial humano en 85.298,1 55.424,1 16.981,5 12.892,5 investigación, ciencia y tecnología Participación de las mujeres en el 66.621,2 47.736,6 18.884,6 mercado de trabajo Integración en el mercado de trabajo 120.503,0 85.341,3 35.161,7 de las personas con especiales dificultades Apoyo de iniciativas locales de 227.129,4 202.693,0 4.373,8 20.062,6 generación de empleo Asistencia Técnica 15.995,0 11.671,9 1.000,9 3.322,1 120 Cuadro A.2. Títulos concedidos a familias numerosas, según categoría y Comunidad Autónoma. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales). TOTAL PRIMERA CATEGORÍA SEGUNDA CATEGORÍA CATEGORÍA DE HONOR 2001 2002 2003 2001 2002 2003 2001 2002 2003 2001 2002 2003 TOTAL 219.201 217.450 211.500 217.470 215.516 209.611 1.262 1.449 1.382 469 485 507 ANDALUCÍA 55.110 50.771 50.418 54.671 50.332 49.957 318 319 351 121 120 110 ARAGÓN 4.584 4.235 4.131 4.523 4.194 4.081 46 27 39 15 14 11 ASTURIAS 3.478 3.300 2.986 3.467 3.298 2.979 11 2 6 1 BALEARES 3.412 3.756 3.949 3.397 3.742 3.920 12 10 27 3 4 2 CANARIAS 8.136 8.166 7.532 8.092 8.122 7.500 27 28 20 17 16 12 CANTABRIA 2.808 2.668 2.641 2.793 2.660 2.626 10 3 3 5 5 12 CASTILLA-LA MANCHA 14.407 18.717 16.019 14.357 18.626 15.953 33 59 47 17 32 19 CASTILLA Y LEÓN 14.261 13.388 11.551 14.191 13.308 11.481 56 61 55 14 19 15 CATALUÑA 21.918 26.135 25.903 21.719 25.905 25.677 154 195 192 45 35 34 COMUNIDAD VALENCIANA 19.829 19.804 18.227 19.682 19.645 18.058 110 116 118 37 43 51 EXTREMADURA 8.420 7.651 7.704 8.382 7.604 7.671 18 31 21 20 16 12 GALICIA 13.942 11.857 10.886 13.879 11.797 10.827 35 36 33 28 24 26 MADRID 26.634 24.585 26.732 26.428 24.369 26.500 152 145 173 54 71 59 MURCIA 8.917 9.525 10.674 8.786 9.235 10.483 92 251 152 39 39 39 NAVARRA 2.890 2.931 3.049 2.796 2.864 2.913 79 54 72 15 13 64 PAÍS VASCO 6.499 6.028 5.398 6.437 5.971 5.353 33 35 28 29 22 17 RIOJA (LA) 1.877 1.811 1.792 1.848 1.756 1.766 21 50 20 8 5 6 CEUTA Y MELILLA 2.079 2.122 1.908 2.022 2.088 1.866 55 27 25 2 7 17 121 Cuadro A.3. Número de proyectos cofinanciados y cuantías de las aportaciones de las Administraciones para Servicios de Atención a la Primera Infancia. (Fuente: http://www.mtas.es/SGAS. Dirección General de las Familias y la Infancia). 2000 Aportación C.C.AA. Número M.T.A.S C.C.A.A. TOTAL Número Andalucía 140 3.835,60 5.269,90 9.105,50 193 Aragón 66 526,9 299,5 826,4 37 Asturias 8 420,9 450,4 871,3 8 Baleares 32 361,6 670,8 1.032,40 31 Canarias 16 866 2.638,50 3.504,50 23 Cantabria 14 227,6 234,6 462,2 14 C- L Mcha 30 768,8 1.003,50 1.772,30 39 Castilla León 34 971,5 1.788,00 2.759,50 34 Cataluña 98 2.852,40 2.907,00 5.759,40 124 Extremadura 59 507,8 1.617,60 2.125,40 64 Galicia 83 1.112,80 2.022,50 3.135,30 95 Madrid 71 2.719,40 3.505,80 6.225,20 71 Murcia 58 719,9 8.515,40 9.235,30 55 La Rioja 7 133 168,6 301,6 9 C Valenciana 63 1.936,50 2.778,60 4.715,10 74 Ceuta Melilla 4 98 111,9 209,9 4 TOTAL 783 18.058,70 33.982,60 52.041,30 875 2001 Aportación M.T.A.S C.C.A.A. TOTAL Número 4.347,50 6.217,40 10.564,90 206 610,1 330,3 940,4 48 475,2 498,7 973,9 8 434,2 884,4 1.318,60 40 982,6 5.502,10 6.484,70 24 259,6 234,6 494,2 12 911,8 1.491,30 2.403,10 44 1.113,90 2.002,70 3.116,60 35 3.324,20 6.446,60 9.770,80 123 581,4 1.785,00 2.366,40 77 1.270,70 2.571,50 3.842,20 97 3.112,50 3.643,90 6.756,40 64 831,4 8.910,30 9.741,70 56 152,3 104,5 256,8 10 2.256,70 5.884,50 8.141,20 74 210,4 210,4 420,8 4 20.874,50 46.718,20 67.592,70 922 2002 Aportación M.T.A.S C.C.A.A. TOTAL 4.665,50 7.333,50 11.999,00 630,6 446,4 1.077,00 488,5 508,6 997,1 453,6 1.194,40 1.648,00 1.000,50 5.501,50 6.502,00 268,1 262 530,1 948 2.023,00 2.971,00 1.151,10 2.178,20 3.329,30 3.455,40 5.883,70 9.339,10 598 2.330,20 2.928,20 1.312,00 3.863,90 5.175,90 3.214,30 3.427,60 6.641,90 861,4 9.848,50 10.709,90 157,2 166,3 323,5 2.229,40 5.730,70 7.960,10 217,8 207,8 425,6 21.651,40 50.906,30 72.557,70 122 Cuadro número A.4. Servicios y plazas de atención a la infancia por CC.AA. (Fuente: Anuario de Estadísticas Laborales. MTAS). SERVICIOS Total 2002 2003 TOTAL 924 797 ANDALUCÍA 202 77 ARAGÓN 48 46 ASTURIAS 8 8 BALEARES 40 35 CANARIAS 24 23 CANTABRIA 12 10 CASTILLA-LA MANCHA 43 51 CASTILLA Y LEÓN 35 36 CATALUÑA 130 133 COMUNIDAD VALENCIANA 74 83 EXTREMADURA 77 83 GALICIA 97 104 MADRID 64 42 MURCIA 56 52 NAVARRA PAÍS VASCO RIOJA (LA) 10 10 Ceuta y Melilla 4 4 PLAZAS Atención Guarderías Atención Guarderías Primera Infantiles Total Primera Infantiles Infancia Laborales Infancia Laborales 2002 2003 2002 2003 2002 2003 2002 2003 2002 2003 621 565 303 232 47.398 42.542 28.750 29.418 18.648 13.124 148 63 54 14 9.776 4.639 5.511 3.558 4.265 1.081 31 28 17 18 1.739 1.644 876 839 863 805 5 5 3 3 609 530 335 244 274 286 23 18 17 17 2.047 1.866 967 722 1.080 1.144 24 23 - 2.036 1.941 2.036 1.941 4 4 8 6 759 580 259 238 500 342 38 46 5 5 1.626 1.995 1.287 1.571 339 424 22 22 13 14 2.551 2.820 1.958 2.199 593 621 86 94 44 39 7.017 7.794 3.897 4.980 3.120 2.814 47 55 27 28 4.235 4.969 2.414 3.030 1.821 1.939 63 66 14 17 2.132 2.062 1.672 1.709 460 353 44 51 53 53 4.945 5.553 2.445 3.085 2.500 2.468 36 42 28 - 3.584 2.237 1.669 2.237 1.915 42 40 14 12 3.771 3.299 3.085 2.687 686 612 4 4 6 6 352 353 120 118 232 235 4 4 219 260 219 260 - 123 Cuadro A.5. Importe de las subvenciones de atención a la primera infancia por CC.AA. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas Laborales). TOTAL 2002 TOTAL ANDALUCÍA ARAGÓN ASTURIAS BALEARES CANARIAS CANTABRIA CASTILLA-LA MANCHA CASTILLA Y LEÓN CATALUÑA COMUNIDAD VALENCIANA EXTREMADURA GALICIA MADRID MURCIA NAVARRA PAÍS VASCO RIOJA (LA) Ceuta y Melilla 2003 72.569,4 81.150,2 11.999,1 9.522,4 1.077,1 1.111,4 997,2 982,7 1.648,1 2.031,1 6.502,1 7.569,8 530,2 565,6 2.971,1 3.603,3 3.329,5 3.378,0 9.339,2 16.021,9 7.960,2 9.117,3 2.928,3 1.364,8 5.175,9 6.790,9 6.642,0 6.827,1 10.710,0 11.588,3 323,5 239,6 435,9 435,9 ATENCIÓN A LA PRIMERA INFANCIA GUARDERÍAS INFANTILES LABORALES Aportación Ministerio Aportación CC.AA. Aportación Ministerio Aportación CC.AA. 2002 2003 2002 2003 15.790,3 3.462,3 446,5 335,6 331,4 1.000,6 175,6 739,8 808,1 2.275,4 1.678,9 466,8 886,3 2.110,9 783,7 70,5 217,9 16.956,2 44.803,8 55.071,0 3.482,0 4.826,8 3.667,3 480,8 446,5 480,8 335,6 350,0 335,6 331,4 881,0 1.142,5 964,0 5.501,6 6.605,9 216,2 204,3 245,4 739,8 1.689,3 2.305,2 808,1 2.178,3 2.226,8 2.275,4 5.793,6 12.476,3 1.675,7 5.730,7 6.772,6 466,8 2.330,2 763,1 886,3 2.330,1 3.530,7 3.214,3 2.441,1 3.612,8 783,7 9.731,4 10.609,7 78,4 151,1 78,4 217,9 217,9 217,9 2002 5.862,0 1.203,2 184,1 152,9 122,3 92,6 208,3 343,1 1.180,1 550,5 131,2 425,8 1.103,4 77,8 86,7 - 2003 4.778,3 1.183,6 149,9 152,9 122,3 52,0 208,3 343,1 1.180,1 668,9 134,9 425,8 77,8 78,8 - 2002 2003 6.113,3 2.506,8 158,7 313,5 57,7 333,8 90,2 1.533,8 986,6 117,2 15,3 - 4.344,7 1.189,5 158,7 434,9 52,0 350,0 90,2 1.948,3 117,2 4,0 - 124 Cuadro número A.6. Beneficiarios de las ayudas concedidas para la promoción del empleo autónomo, según sexo y Comunidad Autónoma. Año 2002. (Fuente: MTAS. Anuario de Estadísticas laborales). Total Varones Mujeres CONJUNTO NACIONAL 22.584 11.685 10.899 ANDALUCÍA 8.275 4.222 4.053 ARAGÓN 431 229 202 ASTURIAS 494 212 282 BALEARES 33 15 18 CANARIAS 43 23 20 CANTABRIA 266 98 168 CASTILLA-LA MANCHA 637 345 292 CASTILLA Y LEÓN 1.590 799 791 CATALUÑA 2.411 1.233 1.178 COMUNIDAD VALENCIANA 3.257 1.802 1.455 EXTREMADURA 21 11 10 GALICIA 3.774 1.836 1.938 MADRID 847 535 312 MURCIA 116 115 1 NAVARRA 133 56 77 PAÍS VASCO .. .. .. RIOJA (LA) 256 154 102 126 LISTA DE TABLAS, CUADROS Y GRÁFICOS 128 LISTA DE TABLAS PÁG. Tabla número 1. Plan de Acción para el Empleo del Reino de España 2004. 33 Tabla número 2. IV Plan de Igualdad de Oportunidades de Mujeres y Hombres de la Comunidad de Madrid. 39 Tabla 3. Contenido del Programa Operativo Objetivo 2 de la C. de Madrid 2000-2006. 45 Tabla 4. Contenido del Programa Operativo Objetivo 3 de la C. de Madrid 2000-2006. 45 Tabla 5. Contenido de la Iniciativa Comunitaria EQUAL. 48 Tabla número 6. Instrumentos fundamentales de la Política Laboral en relación con la problemática laboral de la mujer. 57 LISTA DE CUADROS PÁG. Cuadro número 1. Tasas laborales básicas por género. España y C. de Madrid. 20 Cuadro número 2. Tasas laborales básicas por género en Europa, España y la Comunidad de Madrid. 1993. 22 Cuadro número 3. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad por edades. España y Comunidad de Madrid. 68 Cuadro número 4. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad por niveles de estudio. España y Comunidad de Madrid. 70 Cuadro número 5. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación por edades. España y Comunidad de Madrid. 72 Cuadro número 6. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación por niveles de estudio. España y Comunidad de Madrid. 73 Cuadro número 7. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo por edades. España y Comunidad de Madrid. 75 Cuadro número 8. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo por niveles de estudio. España y Comunidad de Madrid. 76 Cuadro número 9. Distribución porcentual de las ayudas concedidas dentro de los marcos comunitarios de apoyo, según objetivo, por finalidad de las ayudas. 2003. 86 Cuadro número 10. Mujeres participantes en actuaciones de Formación Profesional Ocupacional. España. 87 Cuadro número 11. Títulos concedidos a familias numerosas por categorías y Comunidades Autónomas. Peso porcentual sobre el total. 94 Cuadro número 12. Títulos concedidos a familias numerosas por categorías y Comunidades Autónomas. Evolución. 95 Cuadro número 13. Servicios y plazas de atención a la infancia por CC.AA. Distribución porcentual. 98 129 Cuadro número 14. Servicios y plazas de atención a la infancia por CC.AA. Evolución. Cuadro número 15. Beneficiarios de las ayudas concedidas para la promoción del empleo autónomo, según sexo y Comunidad Autónoma. Cuadro número 16. Importe de las ayudas concedidas dentro de la iniciativa comunitaria EQUAL por finalidad de las ayudas. Miles de Euros y porcentajes. Cuadro 17. Eficacia financiera del Eje 6 del PO objetivo 3 de la Comunidad de Madrid. Desglose por medidas y actuaciones. Cuadro 18. Eficacia física del Eje 6 del PO objetivo 3 de la Comunidad de Madrid. Desglose por medidas y actuaciones. Cuadro número A.1. Importe (miles de euros) de las ayudas concedidas dentro de los marcos comunitarios de apoyo, según objetivo, por finalidad de las ayudas. 2003. Cuadro A.2. Títulos concedidos a familias numerosas, según categoría y Comunidad Autónoma. Cuadro A.3. Número de proyectos cofinanciados y cuantías de las aportaciones de las Administraciones para Servicios de Atención a la Primera Infancia. Cuadro número A.4. Servicios y plazas de atención a la infancia por CC.AA. Cuadro A.5. Importe de las subvenciones de atención a la primera infancia por CC.AA. Cuadro número A.6. Beneficiarios de las ayudas concedidas para la promoción del empleo autónomo, según sexo y Comunidad Autónoma. Año 2002. 99 103 103 107 108 120 121 122 123 124 126 LISTA DE GRÁFICOS PÁG. Gráfico número 1. Tasas de actividad femenina por tramos quinquenales de edad. España y C. de Madrid. 26 Gráfico número 2. Tasa de actividad femenina en función de su estado civil. España y C. de Madrid. 27 Gráfico número 3. Tasa de actividad femenina en función de su nivel de estudios terminado. España y C. de Madrid. 28 Gráfico número 4. Evolución del diferencial por género de la tasa de actividad. España y Comunidad de Madrid. 67 Gráfico número 5. Evolución del diferencial por género de la tasa de ocupación. España y Comunidad de Madrid. 71 Gráfico número 6. Evolución del diferencial por género de la tasa de desempleo. España y Comunidad de Madrid. 74 Gráfico número 7. Abandonos el mercado de trabajo por motivos familiares. Porcentajes de mujeres y hombres sobre el total de abandono. España. 79 Gráfico número 8. Abandonos el mercado de trabajo por motivos familiares. Porcentajes de mujeres y hombres sobre el total de 130 abandonos. Comunidad de Madrid. Gráfico número 9. Porcentaje de ocupados con tareas del hogar. Diferencial por género. Números índices mujeres = 100. España y Comunidad de Madrid. Gráfico número 10. Diferencias por género en el uso del tiempo. España. Gráfico número 11. Diferencial por género del porcentaje de hombres y mujeres que realizan una determinada actividad en el transcurso del día. Números índices base hombre=100. España y Comunidad de Madrid. 2002-2003. Gráfico número 12. Contratos registrados. Mujeres. Números índices base 1997=100. Total. Nuevo contrato indefinido y mujeres como colectivo específico. Gráfico número 13. Evolución de la cuantía deducida en el Impuesto de las Personas Físicas por mínimo personal y familiar. Millones de euros. Gráfico número 14. Número de proyectos y cuantías totales para Servicios de Atención a la Infancia. España, Números índices 2000=100. Comunidad de Madrid, peso sobre el total. Gráfico 15. Evolución del número de excedencias por cuidado de hijos. Gráfico número 16. Evolución de las prestaciones familiares por hijo a cargo. Números índices base 2000=100. 79 80 82 83 89 90 97 101 101 131