FICCIONARIO DOCENTE

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FICCIONARIO DOCENTE
EJERCICIO REALIZADO POR DOCENTES
DEL ÁREA DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN DEL COBAQ
La Dirección Académica se congratula al presentar el
FICCIONARIO DOCENTE, el cual representa un ejercicio creativo
donde las y los docentes expresan sus pensamientos y
emociones. Con ello, nos invitan, a compañeros y estudiantes, a
replicar la audacia de plasmar la imaginación en palabras libres y
juguetonas.
La escritura creativa, va más allá de la acción meramente formal
o académica, pues el centro de su propuesta es la expresión del
sentir, del ser, de las pasiones y los gustos; es decir, la literatura,
como todo arte, expresa la profundidad humana.
A través del FICCIONARIO DOCENTE, se espera que los lectores,
en especial las y los jóvenes estudiantes, encuentren un aliciente
para el atrevimiento y la crítica, para la motivación y la
posibilidad, para la propuesta y la admiración.
Deseamos que, a través de este regalo que nos hacen las y los
maestros, otros se interesen por expresarse de manera artística,
pues el acto creativo, el acto de leer y escribir, permite
experimentar sensaciones que nos son similares y entrañables
como seres humanos; de este modo, nuestros pensamientos y
sentimientos, nuestra forma de ver la vida, dejan de ser propios,
para convertirse en patrimonio del colectivo.
El arte nos aparta de la soledad para confirmarnos que TODOS
CONTAMOS.
M. en E. Fortunato Álvarez Sánchez
Director Académico
1
FICCIONARIO DOCENTE
EJERCICIO REALIZADO POR DOCENTES
DEL ÁREA DE LENGUAJE Y COMUNICACIÓN DEL COBAQ
Los más de ochenta textos reunidos en esta muestra, son
producto de un ejercicio donado por docentes del área de
Lenguaje y Comunicación, el cual se realizó durante las Reuniones
Regionales de Academia, celebradas del 19 al 22 de marzo de
2013.
Sin aviso previo, las y los docentes, aceptaron el reto de escribir
un relato, partiendo de un texto de referencia, el cual escucharon
una sola voz (sin leerlo), sobre el cual debían basar su creación.
En tan sólo unos minutos, elaboraron un texto de corte literario,
empleando, para ello, su valentía, su creatividad y, sobre todo, su
compromiso profesional con la enseñanza del lenguaje.
El resultado carece de trascendencia en sí mismo, pues lo central es el desarrollo de un
ejercicio lúdico, con el cual han creado un ejemplo vivo donde reafirman que todos
somos capaces de escribir poéticamente, de arriesgar y proponer, en pro de
la formación integral de las y los jóvenes y, en este caso, también de la auto y la
co-formación docente, en un acto comunicativo pleno de buena voluntad,
desprendimiento y generosidad.
La Jefatura de Lenguaje y Comunicación reitera su orgullo, personal, institucional y
profesional, por pertenecer a un área que, de siempre, se caracteriza por mantenerse a
la vanguardia; siempre en actualización, siempre en disposición de gozar plenamente
nuestro trabajo educativo.
CONTENIDO GENERAL
REGIÓN QUERÉTARO (19 de marzo)
PÁG. 3
REGIÓN SAN JUAN DEL RÍO (20 de marzo)
PÁG. 10
REGIÓN CADEREYTA (21 de marzo)
PÁG. 15
REGIÓN JALPAN (22 de marzo)
PÁG. 20
2
QUERÉTARO
TEXTO DE
REFERENCIA
La refracción de la luz
Los arcoíris son un fenómeno óptico con causas meteorológicas que en forma de
arco de bandas concéntricas, en los cielos parecen presentar una amplia franja
con los siete colores elementales. La causa de este fenómeno se explica con la
llamada refracción de la luz, el sol proyecta su luz a través del agua, con
frecuencia, de las pequeñas gotas de lluvia en la atmósfera. La luz que llega a la
Tierra desde el Sol es de color blanco, o en realidad, así lo vemos pues de hecho
son de un conjunto de colores. Cuando cada haz de luz golpea las gotas en
determinado ángulo, la luz blanca se descompone en sus distintos colores.
¿Recuerdas cuando vimos los inventos de Newton y hablamos sobre la
refracción de la luz? Mucho le debemos al gran Isaac.
Consultado el 18 de febrero de 2013 en:
http://www.ojocientifico.com/3954/preguntas-cientificas-curiosas-para-ninos
Ana Cecilia de
la Vega T. G.
Pl. 9 Santa Rosa
Jáuregui
Duende daltónico
Subía, bajaba, daba vueltas entre los arbustos, entre las gotas de lluvia; se arrastraba en
ángulo para poder vislumbrar aunque fuera una franja de luz que le permitiera encontrar
el color azul, el verde o el magenta. Hasta había ido a un curso especial de óptica, para
poder estudiar a Isaac Newton y así, con el conocimiento de la refracción de la luz, poder
encontrar el arcoíris anhelado; pero no, por más piruetas y desangelados brincos, ninguno
de los siete colores se dejó ver.
El tesoro seguiría escondido al final del arcoíris, hasta que el duende daltónico pudiera
encontrarlo.
Karina I.
Castillo Soto
Pl. 7 El Marqués
La reflexión de la Luz
Era domingo; Luz jugaba en el jardín con los tres gatos de un mes de nacidos, que eran la
camada de una gata callejera que, a veces, dormía en un rincón del jardín.
La tarde recién empezaba, pero el viento movía rápidamente las nubes, por lo que los rayos
del sol se proyectaban en el vestido blanco de la pequeña, de manera intermitente. De
pronto, en un arranque gatuno, los mininos corrieron al otro extremo del jardín y, cuando
Luz corrió tras ellos, el inesperado encendido de los aspersores de agua mojó a los
juguetones amigos.
Cuando Luz entró en su casa, por responder al llamado de su hermana mayor, los colores
brillantes de su vestido iluminaron toda la habitación.
Alma Rocío
Gómez R.
Pl. 1 Satélite
Hoy es un nuevo día, que me ha dado la oportunidad de aprender y reflexionar sobre la
importancia de convivir y trabajar con seres humanos distintos, así como los colores del
arcoíris, diversos e infinitos en su matices, pero todos tenemos un mismo fin: amar y
enseñar, aprender y educar. Siempre con AMOR, así cada día seremos mejores.
3
Leticia Lourdes
Pl. 13
Epigmenio
González
Elena Anaya
Gómez
Pl. 3
Corregidora
En algún lugar desierto y sin nombre, habitaba una pequeña partícula blanca llamada
Luz, quien lloraba y sufría amargamente su soledad.
Un día, alzó la vista, observó a su alrededor y, de pronto, sintió que algo la golpeaba. Cerró
los ojos y, al abrirlos, descubrió que, como por arte de magia, habían aparecido muchos
amiguitos de diferentes colores. Todos le sonreían, bailaban y le agradecían por haberles
dado la vida. Ellas, sin dar ni pedir explicaciones, sólo sonreía.
El disco
No tengo nada que hacer, estoy aburrida; el Facebook me parece tedioso. ¿Por qué no hay
nadie conectado?... El Youtube? A ver qué videos hay de buenos. Mmmh…
Werevertomorrow, ¿quién se cree este tipo? Neta, lo consideran divertido… Aquí hay algo;
canciones de Pink Floyd. ¿No era ése el grupo que le gustaba a mi papá? Qué portada tan
interesante: un prisma, un efecto físico tan interesante de la refracción de la luz.
¿Qué habrán pensado estos tipos? Qué cosas más irónica poner el “Lado oscuro de la luna”
y, de portada, la luz y sus siete colores.
¿La refracción de la luz? A quién se le ocurrió estudiar eso. Videos relacionados… Pink
Floyd y el Mago de Oz. Suena interesante.
Gloria
Hernández
Silva
Pl. 19 Bravo
Pensamiento apresurado
Cada mañana que me encuentro en mi salón de clases, veo jóvenes con ideas, vestuarios y
conductas híbridas. Me refiero, con pesadumbre, a una generación sin identidad propia,
que golpea mi encuentro formativo con mis alumnos.
El origen, la comunicación; herramienta valiosa en algunos casos, no tanto en otros.
Veo festejos que muestran nuestro mexicanismo muy a lo “mix”; fenómeno similar ocurre
en nuestra lengua, el español.
¿Será que me convierto en una maestra “old fashion”?; ¿o quizás estoy desfasada de la
globalización?
Ahora quisiera contar el cuento que me piden, pero no ato cómo mostrar habilidad o algún
talento. Lo dejaré como una preocupación para, más adelante, adentrarme en éstas, mis
totas elucubraciones.
Miriam Bello
Mejía
Pl. 3
Corregidora
Susana López
Flores
Pl. 13 DAD
Luz de todos mis sentidos, ilumíname el sendero. Libera los sentimientos atrapados
internamente. Nubes de todos colores oscurecen el ambiente; llega la luna, iluminando
nuevamente. Y, con el amanecer, todo empieza a ser claro, se acaban las sombras, empieza
un nuevo día; día de renacer, nuevas oportunidades.
Refléjame tu luz
como en cada gota de lluvia
límpiame con tu blancura
purifícame crisol multicolor.
Tú que todo lo contienes
tú que todo lo amas
refléjame con tu luz.
4
Martha
Eréndira
Molinero
González
Este fin de semana fue distinto, pues no esperé, como otros, a que tú llegaras. Decidida,
abrí la puerta y me dispuse a andar; ¿a dónde?, en ese momento no lo sabía. Sólo caminé
hacia donde mis pies dirigían mi mente, cansada de tanto estar esperándote.
Sin darme cuenta, había llegado ya al centro histórico de Querétaro. Sí, vivía yo en una de
esas casas viejas, cerca del ferrocarril.
De pronto, comenzó a llover. El agua sobre mi cuerpo me hizo regresar a mi estado
consciente, y vi cómo la gente corría para cubrirse; ¿de qué?, me preguntaba. Los charcos
comenzaron a formarse; gota tras gota se iban formando una melodía. ―Cuando llueve y
hay sol, es porque los narcos están pagando sus deudas―, decía mi abuela. ¿Cómo es que,
en un día tan mágico, gente tan perversa saldaba sus cuentas?, me decía yo.
Ese fin de semana llovió con sol y, a lo lejos, en el cielo, apareció el hermoso arcoíris. De
pronto, me nació esa inquietud de caminar sobre el arcoíris y, al final, como en las historias
fantásticas, encontrarme el tesoro, el tesoro llamado tú.
Carolina
Rosales Mejía
Pl. 7 El Marqués
La vi pasar, altiva, genuina, orgullosa, radiante. Gran ilusión para mi triste corazón, ¿qué
fue aquella visión?, ¿acaso un destello de luz que me nubló?, ¿o será que su color me
deslumbró?
No la he vuelto a ver, quizá sólo fue lo que creí encontrar, tal vez su clamor me llevó a un
lugar ideal.
Como un rayo de luz, concéntrica, ideal, lo único que me dejó fue la maravillosa refracción
del sentir de mi corazón.
Enrique Ortiz
Ordóñez
Pl. 19 Bravo
Jacobo, un chico de doce años, al encontrarse sentado frente a su ventana, una tarde
lluviosa de otoño, descubre en el horizonte el arcoíris; en ese momento, su mente lo lleva a
un estado de reflexión, al observar la magnificencia de aquellos colores que sus ojos
atinaban a ver.
―¡Qué hermosos colores! Son como los días de mi vida; hay unos alegres, otros tristes y,
unos más, melancólicos.
Ahora entiendo cómo la naturaleza es tan cercana a nosotros, que nos da muestras
frecuentes de nuestro vivir y nuestras emociones.
Jacobo descubrió que en cada horizonte podemos ver y sentir lo hermoso que es vivir y
sentir.
Nélida
Hernández
Servín
Pl. 22 Real de
San Miguel
El siete es cabalístico; siete días de la semana, siete los pecados capitales, siete las vidas
del gato, siete los colores del arcoíris.
De una ligera luz blanca, y unas cuantas gotas de agua, surge esta maravilla; al combinarse
la refracción, aparecen siete hermosos colores. Los colores dan vida a la oscuridad; al
oscuridad es la ausencia de la luz; luz es sinónimo de sabiduría, hablando en sentido
figurado. Pero, ¿qué habría sido de la ciencia sin esa “luz” de nuestro distinguido Newton?
Aunque han pasado muchos años desde su aportación en la Tierra, cada día descubrimos
nuevos científicos en el aula; tal vez no inventen máquinas, pero sí pueden mejorarlas; tal
vez no descubran cómo se forma el arcoíris, pero sí son “arcoíris” en nuestra labor diaria.
¡Iluminan nuestra vida!
5
María del Rocío
Guzmán C.
Pl. 22 Real de
San Miguel
Era el décimo día y no lograba ver algo que me demostrara la existencia de un ser vivo.
Los rayos del sol me encandilaban; tenía al sol de frente a mí, y nada que pudiese bañarme
con un poco de sombra…
Me recosté en un conjunto de rocas, que apenas cubrían parte de mi cuerpo; desee beber
un trago de agua, pero mi botella estaba vacía. Quedé por algunos momentos con mis ojos
cerrados y cubiertos con mis manos. No sé cuánto tiempo pasó, me despertó
repentinamente un trueno. Súbitamente, me levanté y, frente a mis ojos, la lluvia y el sol.
Hermosas gotas de lluvia mojaban mi rostro y todo mi cuerpo. Observé cuidadosamente la
caída de la lluvia, y cómo esa luz solar se proyectaba en cada gota. La grandeza en este
mundo… La naturaleza floreciendo; estos fenómenos naturales tan hermosos en su
conjunto. La transformación. A lo lejos, ese precioso puente pintado de colores ante la
caricia de la lluvia y los rayos del sol…
Es aquí cuando reafirmo que la vida no termina, se oculta y, ante las muestras maravillosas
de lo que es nuestro mundo, busca al menos un segundo para salir a la luz y mostrar que
sigue ahí, y con una gran certeza de que vive... ¡Por muy pequeña que sea esta flor, ese
insecto, este arcoíris, toda vida!… ¡Toda luz!
Marisela E.
Figueroa S.
Pl. 8 Azteca
Cuando agoniza mi necesidad de verte, para contarte mis miedos, convertidos en ansias,
insatisfechas por encontrarme, de pronto, con una torrencial granizada; veo,
repentinamente, frente a mí, un horizonte de muchos colores, que despierta mi tesón;
anhelo, entonces, volver a disfrutar, juntos, aquellos momentos cuando nos encontramos,
como los rayos de luz que chocan en la atmósfera, y destallamos brillos que claman, como
el arcoíris, nuestra unión, para deslumbrar al mundo con nuestro tornasol eterno.
Porque eso somos: rayos que reflejan, juntos, la energía suspendida en el universo.
Azcary Dávila
Pl. 8 Azteca
Explicar el arcoíris en términos científicos, queridos alumnos, es solamente un mero
acto de vanidad. Se ha dicho, hasta el cansancio, que el Hombre es un ser racional, y los
“científicos” han llegado a límites exagerados por esa idea. Todo se explica por números y
leyes; el arcoíris es un ejemplo: “… por la refracción de la luz”; ¡ah!, perogrulladas.
Pregunto: ¿dónde queda la intuición?, ¿dónde queda la imaginación?, verdaderas maneras
de conocer, reconocer y hasta desconocer…
Al salir de aquí recuerden mis palabras y comiencen a vivir; verán, entonces, que el arcoíris
no sólo es producto de una refracción, sino un puente entre el cielo y tú.
Dinorah Raquel
Aguilar Corona
Era un día nublado, y Ameyalli estaba sentada en los escalones de la sala, con la mirada
fija en el ventanal.
―Qué aburrido… Hoy tampoco…
Su madre, que pasaba con la ropa sucia, rumbo al lavadero, se sonrió:
―Qué lástima que yo no pueda decir eso: ¡hoy tampoco!... Pues yo sí tengo que lavar…
¡Y mucho!
Se hizo un silencio, y Ameyalli se quedó algunos minutos observando a través del
ventanal.
De pronto. La mamá escuchó unos gritos de júbilo:
―¡Hoy sí! ¡Hoy sí!...
―¿Qué pasa, Ameya?
―Está saliendo el sol, y las pequeñas gotas de lluvia harán su mágico efecto. ¡Hurra!
¡Hoy sí habrá arcoíris!
6
Cecilia DíazGuerrero
Galván
Pl. 1 Satélite
Ileana Morado
Landaverde
Pl. 22 Real de
San Miguel
Hoy desperté de un largo sueño; en realidad no sé si fue un sueño o si realmente lo viví.
Lo que sí sé, es que ahora siento una profunda paz. Recuerdo cómo sentía las gotas de
lluvia sobre mi cara; escuchaba el viento y el sonido de un río muy cercano. De pronto, un
rayo de luz iluminó sólo el área donde me encontraba. Siete colores elementales me
cubrían el cuerpo; ahora, todo el silencio. Desperté muy feliz, y totalmente mojada.
Reflexión de la luz
En ese instante sintió morirse, todo perdió sentido por fracción de minutos; lo porqué, los
para qué, vinieron a su mente, sin respuesta. Al tropezar con una piedra, levantó sin querer
la vista al cielo y se quedó maravillado ante el hermoso arco de colores que atravesaba el
cielo, y comprendió que tenía que seguir luchando, seguir esforzándose, seguir viviendo,
para estar siempre en el centro de ese cuadro.
Ana Luisa Pérez
Caudillo
Los reflejos de la luz se asemejan al trabajo docente y sus diversos matices; los rayos se
asemejan a los estudiantes. Algunos son claros; otros, más fuertes en su tono; otros son
torna-sol; y habrá otros hasta de colores. La cuestión es que todos quepamos en este
mundo de diversidades y tonalidades, tal vez todas emanadas a un mismo fin: colorear el
mundo, pintar de colores cuando todo es gris, para poder seguir viviendo y teniendo fe en
que hasta los colores cambian y vibran al unísono con la realidad.
Ma. del Carmen
A. Hernández
Chávez
Arco iris; un arco hermoso, con sus siete colores majestuosos, que inspiran un viaje astral,
lleno de tranquilidad, felicidad y amor.
Donde nace un arco iris es porque, seguramente, existen seres buenos, amables y
hermosos, que gozan de esa luz blanca que implica pureza.
Siete hermosos colores tiene el arco iris; siete excelsos colores, plenos de pequeñas
partículas que permiten ver con los oídos y escuchar con los ojos el sinfín de fabulosos
colores y sinfonías que realizan esos seres maravillosos que habitan en él.
¡Hermoso arco iris!
César Cano
Basaldúa
Pl. 8 Azteca
Norma
Elizabeth
Reynoso Flores
Pl. 17
Constitución de
1917
Suele ser misteriosa la luz. O eso al menos pensaba Fernanda.
―¿Cómo es posible que pueda ella originar otros colores?
En su casa, con sus amigos, en la escuela, sus preguntas eran desatendidas, y ella
vista como rara o impertinente.
―No requieres, eres muy joven, una explicación de la ciencia. A tu edad, lo que debes,
es disfrutar del arco iris.
Era su abuelita, quien le daba el consejo.
―Tal vez tienes razón, abue ―dijo Fernanda―. Ya terminó de llover, ahí está el sol; ya
me voy a jugar al final del arco.
La refracción de la vida; sus distintas tonalidades, el entramado que se nos presenta en el
día a día, llevaron a Jael al diván de psicólogo Juan.
Jael, tomado con ambas manos de los dos lados del diván, le decía a su espejo el pesar
que lo aquejaba…
―No sé por dónde empezar… Pero sé que debo hacerlo; desde muy pequeño lo supe,
lo sentí, lo viví, y lo he sufrido; hoy, que tengo veinticinco años, todavía no tengo el valor de
enfrentarme a la realidad de quien soy. Mi vida no brilla; no hay una gama de colores, sólo
es blanco y negro. El blanco es quien debo ser, y el negro es mi oscura verdad… ¿Quién
soy? No lo sé todavía; me duele no querer saberlo; no lo acepto. Soy un homosexual. Y ni
siquiera sé por qué no me acepto.
En ese momento, se soltó de ambos lados del diván…
7
Joaquín
Córdova Rivas
Pl. 7 El Marqués
Hasta los más encanijados adolescentes de mi generación, sabemos lo que es la
refracción de la luz. Y no porque hubiéramos tenido excelentes profesores de física, que los
tuvimos, sino porque no se podía ser adolescente, en años 70 del siglo pasado, sin ser
rockero.
La refracción de la luz no tiene nada que ver con la física, tiene que ver con la música, con el
diseño y la imaginación que provoca, con el ritmo hipnótico, con las letras sin significado y
que, por lo mismo, significan todo. Vamos, la luz y su descomposición en los siete colores
básicos, está en nuestra vida y nuestra imaginación por una producción musical llamada
The dark side of the moon, que está cumpliendo cuarenta años de creada. La luz y la
oscuridad, la luz y su ausencia, su descomposición y la cara oscura, para nosotros, de la
Luna.
La conjugación, hace cuarenta años, de la luz, la oscuridad, la poesía y la luna.
Sara González
Noriega
Pl. 3
Corregidora
¿Todos listos con sus materiales? Hoy jugaremos con la luz; quizás no lo sepas, pero al
girar la cartulina de colores, que ayer dibujamos, a los tantos círculos ya no se verán los
colores y quedará todo en blanco… Y si pasamos luz por un ángulo de vidrio, y buscamos
que se proyecte, entonces, más colores…
Los niños valorarán los colores, pero el reto era conservar sólo uno…
Cecilia Vilchis
Estaba María parada a la ventana, observando el movimiento de las estrellas. María era
una niña de cinco años, a quien le gustaba jugar con todo aquello que tenía movimiento.
Cada noche, con dedo índice, unía y formaba líneas entre las estrellas y la luna; y, de vez en
cuando, ponía otros seres imaginarios, que colgaba por ahí, y que pensaba de vez en
cuando. En un día caluroso de verano, llegó su primo Pablo, un chico listo y flaco, que
parecía un espagueti, con ideas flotando, y traía siempre un sombrero de paja que le
ayudaba a transportar toda su originalidad. Cuando los dos niños observaban las estrellas,
Pablo le dijo a María:
―Las estrellas son como las gotas de agua. En el centro de las gotas, existe un líquido
especial que refleja la luz; y las estrellas, cuando están tristes, brillan poco, y cuando están
contentas brillan mucho y nos saludan desde donde están.
Así, María sonrió, sabiendo que todas las noches sus amigas, desde lejos, la miraban. Al día
siguiente, María construyó un cachivache con espejos, conchitas de mar y una lámpara; y le
explicó a Pablo que ahora había construido un teléfono para poder hablar con sus amigas
las estrellas, ya que ella les mandaría luces de colores que salían de aquella caja mágica.
Yutsil Aguilar
Rangel
Pl. 3
Corregidora
Debe de ser
Supongo que lo mismo pasa con el arcoíris; al menos eso dice mi madre. Pero yo puedo
dudarlo un poco, pues a fin de cuentas todos disfrutamos de los colores, así como yo
disfruto la belleza de ella al verla pasar, en el recreo, junto a mí. Puede ser que sea sólo una
ilusión, y que la perfección que uno percibe, no esté; pero quién puede quitarme la luz que
emana de su rostro cuando me sonríe, cuando el sol ilumina su cabello, como también lo
hace con el agua, para mostrarnos el cielo con color. Sí, supongo que es lo mismo que
arcoíris, el cielo debe sentir así como yo cuando nos muestra eso.
8
Rosa María
López López
Pl. 17
Constitución de
1917
Montones de cuerpos a su alrededor, desechos de experimentos; están buscando sacar de
sus ojos la coloración, el elíxir que pueda hacer posible el nacimiento de una raza donde la
tonalidad sea multicolor.
La superioridad del hombre no se encuentra en los grises ni en los azules; el hombre nuevo
debe poseer el arcoíris en su mirada.
Él sabe que su mundo es gris; es judío, un sobreviviente condenado a las sombras. La luz
nunca llegará a esas cuencas, que lucen vacías.
A lo lejos, un grito le recuerda el arcoíris que alguna vez miró en Polonia; entonces, sus
cuencas son la atmósfera donde las gotas golpean, cambian de color y le hacen pensar que
alguna vez fue hombre.
Claudia Vargas
Sin título
Pl. 9 Santa Rosa
Jáuregui
Por razones extrañas e inexplicables, la naturaleza se expresa a través de sus emociones y
sus sensaciones; explota con sentimientos contraídos a través de múltiples sabores y
colores, con formas… Un arco. El arcoíris, un ser que retrae la luz, como una emoción; y al
expresar, golpea, descomponiéndose en múltiples colores: rojo, azul, amarillo, verde…,
presentando siete colores elementales, siete formas de percibir y sentir.
Muchas historias verdaderas, y mitos; dónde inicia o culmina el arco. Duendes, dinero,
deseos, hadas… En estos relatos, se relaciona la palabra que cuenta historias de nuestra
cotidianidad, nuestra realidad, con la oportunidad de expresarnos de manera literaria o
científica; comprobable o no. Un pretexto, o bien, una oportunidad para expresarnos, en
este caso, un arcoíris.
Lucero Zavala
Pl. 17
Constitución de
1917
Este niño tenía por costumbre perseguir al arcoíris. Tanto lo persiguió, que comprendió
que cada color que veía, en esa creación que perseguía, existía en un espejo. Su curiosidad
creció al ver que en el espejo de su habitación no sucedía lo mismo. Preguntó a su padre;
nada. Preguntó a su madre; nada. Fue con el maestro, al salir de la escuela, y éste le
contestó:
―Desde la antigüedad, muchos se han preguntado lo que tú me preguntas ahora. A final de
cuentas, el arcoíris sale por efecto de la refracción de la luz. Ésa que tú persigues tanto, está
también en ti; la luz está en tu mente, con muestras de facetas y color.
Así, el niño comprendió no sólo un fenómeno de la naturaleza, sino el porqué sucedía; y,
por ende, el porqué pensaba y razonaba; pero, sobre todo, tomaba postura diferente
ante diversas situaciones.
Heldiza A.
Gutiérrez O.
Pl. 7 El Marqués
Blanco, color clave y básico en la gama inmensa de los colores. Blanco que me denota
pureza; blanco que me recuerda lo complejo que resulta expresar una idea, o un conjunto
de ideas. Al ver la hoja de en blanco, me intimida, me asusta, me hace pensar en todo lo que
puedo expresar sobre cualquier cosa; pero, ¿qué cosa?, ése es el gran dilema.
9
SAN JUAN DEL RÍO
TEXTO DE
REFERENCIA
Robots que juegan al futbol (fragmento).
Marcela Riccillo
Este mes México será la sede de Robocup, el Campeonato Mundial de
Futbol de Robots que desde 1997 se realiza cada año. Su objetivo es
promover la robótica y la investigación en inteligencia artificial.
El jugador lleva la pelota, esquiva a los contrincantes y se detiene frente a la
portería. Mira atentamente su objetivo y da una patada. El portero se lanza
hacia la derecha, pero la pelota logra entrar. El público se levanta y festeja al
grito de "¡gol!", enarbolando banderas de victoria. Sin embargo, los jugadores de
ambos equipos, inmutables, no se alegran ni se entristecen. El portero se levanta
y todos se dirigen a sus posiciones iniciales para esperar el aviso del árbitro y
comenzar la siguiente jugada.
Consultado en abril de 2013 en:
http://www.comoves.unam.mx/numeros/articulo/163/robots-que-juegan-al-futbol
Cecilia S. R.
Robots
Soy uno de ellos, sin embargo, en momentos como éste escapo de la multitud y desde este
mismo sitio los observo. Observo sus acciones. La mayoría están programados para,
además de comer y defecar, sentarse frente a ese otro robot con gran pantalla que deja ver
y sentir la ilusión de tener una vida. Ellos pueden quedarse frente a esa pantalla cientos de
horas. Parece reconfortarles; a través de ella viven la vida que no tienen; además, es ella
quien los programa y les indica las acciones que tienen que hacer los días siguientes: cómo
vestir, sentir, pensar, caminar…
Es mi turno, voy yo; quiero estar frente a ella…
María del Mar
Morales Cabello
Pl. 18 Valle
Dorado
Entre aquel espacio, donde las voces se enfrentan, me siento polvo escaso entre la
multitud. Deseo tocar esa inmensa bola de fuego, que al tocar la puntas de mis dedos se
convierta en esa realidad florida , en la que aquel marco habrá de traspasar; para, así, al
llegar al final, la piel de aquellos otros, que entre sombra y sol volverán a vivir, olvidando
aquello que entre tantos aromas, pensamientos, anhelos, fantasías, suspiros y cansancios,
ha quedado concluido.
Sensaciones que, una vez, me hicieron soñar que el día de hoy me encontraría aquí, perdido
en este espacio verde y alfombrado, como aquella cama a la cual imaginé que llegaría, para
que así, entre gritos, aplaudieran y, en la entrada triunfal, se agostara este sueño.
¡No te despiertes!, buen soñador; hasta el día en que abras los ojos y eso que sueñas se
haga realidad.
10
Francisco Paz
Andresito en el futuro
El Andrés era el único del grupo a quien le gustaba jugar futbol; siempre llegaba contando
los resultados de los partidos. Los vecinos que eran asiduos a juntarse en la esquina del
barrio, se miraban unos a otros, ocultando algo de burla ante lo que el Andrés, emocionado,
contaba siempre, acompañando lo que decía con movimientos de su cuerpo, tratando de
imitar lo que los futbolistas del Guadalajara o el América habían hecho en el partido en
turno; al final, el Andrés terminaba de contar más cansado que si hubiera jugado los
noventa minutos del partido, para después perderse entre las callejuelas de la colonia.
Paloma Olguín
La vida es un juego
El ruido en el estadio era ensordecedor; el gol había dejado gran fiesta y algarabía. Todos
en el campo se quedaron sin habla; faltaban unos minutos para que el encuentro
terminara; no podían creer, los jugadores, que un equipo de robots estuviera empatando el
juego. Faltaban cinco minutos, que eran decisivos para el juego y para los jugadores,
quienes estaban dejando la vida en el campo para demostrar que una máquina no puede
superar la inteligencia del ser humano.
El juego era muy importante; y el tiempo restante, a los jugadores, se les pasaba
rapidísimo, como agua entre las manos, que los robots, a partir del gol del empate, estaban
dominando el encuentro. En ese momento, un jugador hace una genialidad, y llega hasta la
portería del equipo contrincante; había burlado a todos los robots defensas y se
encontraba solo frente al portero. Los minutos corrían y la decisión final estaba en sus
manos. El tiro llevaba tal fuerza que venció las manos del portero; y cayó el gol justo
cuando el árbitro pitaba el final del partido.
Ene se momento, el nerviosismo de los jugadores terminó; y el estadio estalló en gritos. Se
veían banderas hondeando en el estadio, y las porras se escucharon por doquier; esto,
debido a que quedó demostrado que una máquina no puede más que un ser humano.
Luis Arturo
Arteaga
Martínez
Pl. 12
Tequisquiapan
¿Insensible?
C-3 fue construido en una fábrica japonesa, hace apenas dos años. Es un robot típico,
programado para jugar fútbol. C-3 milita y golea en el equipo local de su ciudad natal:
Sapporo.
Recientemente, C-3 ha batido los récords de goleo y habilitaciones en jugadas de gol. Todo
mundo habla de él, y los souvenirs con su figura escasean en los estantes. En el último
juego, C-3 anotó cuatro tantos; precisamente al concretarse la cuarta anotación, todos los
jugadores volvieron a sus puestos en la cancha, mientras el público ovacionaba
candentemente sobre las tribunas. Justo en ese instante, C-3 sufrió un ataque de
sensibilidad. “Recordemos que los robots no sienten”, dijo la prensa local, “pero lo ocurrido
con C-3 aparece como un caso inédito”.
El Informador – Sapporo, marzo de 2023. C-3, famoso robot futbolista, salta del campo hacia
tribunas y golpea a los aficionados de la barra antagónica.
11
Anaid Ivet
Favián Huerta
De futbol y de mente
La mente es poderosa cuando es positiva; así lo pensó aquel arquero delos potros
indomables, cuando una tarde lluviosa de septiembre se programó el partido de fútbol más
importante. Tanto tiempo había esperado la llegada de aquel día, para hacer de su
participación el más glorioso momento; y así obtener la victoria más anhelada del
momento.
A los quince minutos del segundo tiempo, comenzaron los jugadores a dar lucha en el
campo. La lluvia parecía ser la señal poderosa para aquellos equipos que llegaran a la final.
Diez minutos más tarde, el jugador estrella de los pichones sagrados había entrado a la
zona de juego; y, ´minutos más tarde, se dirigía a toda velocidad hacia la portería contraria.
Con toda la fuerza del jugador estrella, el balón salió a toda velocidad hacia la portería;
pero el arquero, de mente poderosa, contuvo el ataque con sólo pensar: “Que el balón se
marche de mi portería”. Y en aquel instante, todos, sorprendidos, observaron cómo el balón
salía hacia un costado de la portería.
Esteban
Calderón
Qué caso tiene festejar una victoria, cuando se ha perdido la guerra. Este pensamiento
invadió a todos los jugadores, como invadía a cada uno de los alumnos de todas las
escuelas y a los trabajadores de todas las fábricas.
Los futbolistas anotaban gol (no todos, sólo los delanteros), los estudiantes obtenían
buenas notas, los trabajadores alcanzaban sus objetivos… Y nadie festejaba.
Se había caído en una especie de pesimismo colectivo; la gente ganaba algo, lo que fuera:
dinero, reconocimiento, ascensos; pero nadie festejaba, ni siquiera con una leve sonrisa.
Tardé días en acostumbrarme a ese silencio, a esas sonrisas aplastadas, a trabajar sin
esperar triunfos. Terminé por acostumbrarme y ahora vivo feliz, por decirlo de algún
modo, en este pueblo.
Edith Donisidro
Martínez
Pl. 12
Tequisquiapan
Laura García
Ruiz
Robot futbolista
Entonces, en ese momento, observa que un pequeño detalle fue la causa de haber perdido
el partido de su vida; el que lo llevaría al éxito de una batalla vivida en un torneo del
mundo que lo convertiría en el héroe del equipo. Él cayó y vio a lo lejos que el balón tiritaba
en las orillas de la cancha; sin embargo, el viento arrojó y devolvió el objeto a quien se
había esforzado por colocarlo en el lugar donde debería estar, y así darle la victoria
definitiva al gran jugador quien, con esmero, ahínco y gusto, luchaba por sentirse héroe del
equipo, héroe del mundo. Así, todos los aficionados, desde las gradas, ovacionaban ese
triunfo, el de todos.
Yo, que era un jugador del equipo derrotado, me fui muy triste; parecía que mi vida
profesional se terminaba en ese momento. Pensé: ¿Dónde quedó ese esfuerzo? ¿Todos esos
esfuerzos se habían esfumado? En fin, mi mundo se quedaba en un pedazo de cancha.
Al día siguiente, mi ánimo continuaba por el suelo, ¡no me lo esperaba!; pero, pensé, ¿no
puedo estar todos los días así?
Al llegar la noche tuve un sueño en el cual parecía que aquel jugador derrotado se
convertía en una estrella del fútbol; así que, al despertar, tomé la decisión de continuar con
un sueño que tal vez podía cambiar el rumbo de mi vida. Todos los días mi esfuerzo
incrementaba más y más, y pude darme cuenta que, cuando luchas por algo, lo logras.
12
Mariela
González
Solano
Lo que es y no será
Para este año, las cosas han cambiado tanto; el mundo está lleno de sinsabores, no hay
alegría ni tristeza, mucho menos pasión, en la cancha.
En el año 2013 se oían fuertes noticias sobre la euforia futbolística; hechos donde los
ánimos se calentaban a tal grado entre los espectadores de un partido, que había muretes,
sangre y un sinfín de agresiones que las autoridades no podían defender.
Los jugadores tenían tan puestas las camisetas, que no podían encontrarse en algún lugar,
fuera de la canche, y no agredirse. Se comenzó por prohibir usar camisetas de equipos, a
los ciudadanos; se restringieron las entradas de porras, o lo que entonces se conocía como
resistencias para poder, según, disfrutar el partido.
Hoy, en el año 2076, todos es diferente; los partidos son televisados o vistos en la red, ya no
existe gente en los estadios, se siente frío el campo antes de un encuentro, pero más
cuando éste se desarrolla.
Los humanos, dicen los expertos, están llenos de hormonas y sentimientos, por eso no
piensan. Por ello, los jugadores ya no son más humanos, son robots que lo toman todo
como algo impersonal. Están programados para realizar jugadas en defensa y en ataque,
con el propósito de anotar. No celebran, no esperan la respuesta de un público inexistente.
Me gusta pensar que el tiempo retrocede, y somos más conscientes de lo que tenemos, de
lo que podemos perder; pero más me gusta recordar una buena jugada, disfrutada en el
banquillo del estadio, gritando eufóricamente palabras altisonantes al equipo rival, y
alabando al propio, al son de una buena tonada que me invita a corear: oe, oa…
Anónimo
Así eres tú, como esos
robots: inmutable, frío… inhumano,
y llegas y te vas y
no hago presencia en ti.
Y de repente nos volvemos
a encontrar, pero ahora soy
igual a ti.
Griselda
Galindo
Ramírez
Aurora Ruiz
Pl. 10 San Juan
del Río
Robot especialista en ¿?
En una noche de insomnio, no podía conciliar mi sueño, aunque lo intentara de un mil
maneras; sin embargo, después de una batalla campal entre la realidad y mi necesidad
vencida por la oscura noche, caí rendida ante un profundo sueño, que jamás podré olvidar.
Y cómo hacerlo, si fue una batalla de tecnología. ¿Robots en mis sueños?, qué cosa
inimaginable, jamás lo hubiera creído; pero me sucedió a mí. En un mundo-estadio, se
enfrentaba el oporto de robots del sur contra los robots americanistas del norte. Los
aparatos-jugadores se deslizaban para ir contra el balón, y resbalaban en el césped;
aunque, más que césped, era una pista de fierro, durante el primer tiempo, iban 1-1; sin
embargo, la estrella más importante delos del sur era Murillo, quien, antes de irse a
penales, anotó de cabeza el desempate. Un final feliz, y a la vez triste para el equipo del sur,
porque ganaron, pero lo malo fue que, del golpe que dio Murillo, la estrella, su chip se le
cayó y en la cancha quedó.
La vida es un juego. Se pasa o se vive. Un segundo, un suspiro. Batallas fuertes en el
campo: problemas, tristezas, enfermedades. La vida es sólo un instante. La muerte es el
comienzo de un nuevo juego.
13
Stella Maris
La extraña historia del capitán Papas Fritas y su equipo de pistones
Papas Fritas soñó que soñaba pesadillas discordantes sobre asuntos de gramática. Después
de la última corretiza pasajera del punto y seguido, había despertado en medio del campo
de la Escuela Técnica 12; tremendo balonazo le profirieron, cuando Mr. Chesko le pasó el
balón y, como en cada partido, Papas Fritas ´había fallado en su atrapada.
―¡Ya sáquenlo! ¡Que se largue! ―Gritaba el público que apoyaba al equipo de los pistones.
Estaban hartos de que Papas Fritas siempre cometiera el mismo error; lo que no sabían era
que caía en extrañas ensoñaciones, de las cuales no era el culpable.
¿Cómo hacer? ¿Cómo dominar esas salidas del cuerpo, cada vez más frecuentes? ¿Cómo?, si
un montón de tornillos y engranes no puede comprender las sensaciones…
Miriam Erika
Reyes Muñoz
Su hermosa cara la vi por el televisor. Nunca tan encantada, había yo visto un partido de
futbol. Creo que se llamaba R1 ó R4. En realidad no importa su nombre. La gloria la vi
reflejada en su cara cuando se escuchó “¡Goooool!”.
Pl. 15
Chichimequillas Hoy sé que su nombre no importa. Lo que importa es el sol reflejado en su rostro y la luna
en su mirada de forma triangular.
La T.V. está apagada en este momento; y me pregunto si la temporada de futbol para
androides empieza hoy o termina mañana. Espero volver a encontrar el canal, porque con
más de medio millón de ofertas tevisivas, nunca vuelvo a toparme con un canal tan
interesante.
Lorena Huerta
Lara
Instrucciones para crear
Dejando a un lado los fines que se persigan, atengámonos a las consecuencias que conlleva
Pl. 15
el acto sublime de la creación de emociones. De lo contrario, ese robot que todos llevamos
Chichimequillas dentro, saldrá a flote y automatizará nuestras emociones, hasta fulminarlas y contagiar a
todos aquellos que están a nuestro lado, como si de gripe aviar se tratara.
La creatividad implica despojarse de todo cálculo, sea matemático, físico, químico, mental.
La creatividad es amar aquello que haces y hasta lo que no haces.
Ser creador y creativo de emociones es…
Gisela Breña
Bahena
Comenzaba a pensar en ti; mi corazón y mi cuerpo requerían de tu solo nombre.
Amanecía, y las habitaciones estaban vacías. El aroma penetraba los alrededores, pero sólo
resonaban, en mi mente, tu significado, tu concepto, tu empoderamiento. Te llamé varias
Pl. 15
veces; no sé si alguna vez te hiciste presente, pero sé que todos me dicen que te tengo, que
Chichimequillas
soy buena para ti y en lo que hago.
Hace mucho que no disfrutaba, no tenía presencia, no tenía ni la menor idea de que estabas
en mí. Te alcancé a percibir cuando gritaron, cuando me señalaron; cuando, por el
escenario, te vi llegar y volviste. Sí, ya hasta sudo por ti… sé que alcancé algo inalcanzable
para quien no posee fe en sí mismo; ya sabes, alcancé la “Victoria”.
Mariana Castro
Lara
Alegre por la anotación, el público aplaudió. Sin percatarse de lo que sucedía en las
tribunas, el equipo corrió hacia él, y lo levantaron. Era su única victoria en todos estos
años. Bueno, en realidad, recordaba con un poco de nostalgia aquel partido de su infancia;
aquel partido que lo llevó a conocer al gran amor de su vida.
Despertado por el bullicio del público, observó que seguía en los hombros de quienes lo
levantaban. Después de aquella victoria, logró muchas más.
14
CADEREYTA
TEXTO DE
REFERENCIA
Por los que se abandonaron en el último verano
José Luis Sierra
La rabia,
el coraje,
la muina, pues,
valga la redundancia,
para saber cómo has construido
su memoria y mi recuerdo.
Me envilece, me aturde sentir el tiempo
invertido.
Me siento cruel,
pero es verdad
¿a quién me dirijo?
En el amor no hay miedo,
se aventura el corazón.
Para el amor no se requiere permiso.
Ése ha sido mi desastre.
No es silencio.
No es espera.
Fragmento tomado de Una ciudad para José María y otros poemas. Ed. Caligramma.
Querétaro; México. 2013
Laura Alva
Memorias de un amor
La memoria me traiciona y pienso que todavía formas parte de ese pequeño hogar clavado
dentro de las montañas de la sierra. Sigo esperando que algún día vuelvas con un corazón
más limpio, con un corazón arrepentido.
Los juegos y las peleas de nuestros hijos, me despiertan, me obligan a pensar en ti; te veo
en su rostro, en su moverse por la vida, en sus tristezas, en sus problemas.
Pero tú no nos ves, sólo ves tus deseos, tu dinero; tu crueldad, tu frialdad que te despojan
ante la destrucción de las ilusiones, de las generaciones que vienen y que quedarán
marcadas por la falta de ti, de una parte de nuestro origen.
15
J. Antonio
Escobedo B.
Emsad 6
El Coyote
—¿Dónde has estado?
*Aquí, allá; cantando bajo la tempestad.
Había tratado de olvidarla desde la despedida en aquella vieja estación. Peso sucede que la
memoria algunas veces se torna necia con el paso de los veranos, pero sobre todo de los
otoños. Era 19… Un año perdido de este siglo, nada les sujetaba a sus ciudades ni a lo que
quedaba de sus familias. Ella buscaba olvidar; y él, el olvido, su propia ausencia.
—Creí que no te volvería a ver, fue extraño la última vez.
*De eso estamos hechos…
—¿De lo extraño?
*No, de la última vez. No me pidas una explicación, ni el tiempo ni yo estamos para eso.
El último recuerdo que tenía de él, estaba construido por su sombra y un revolver
cromado…
Anónimo
Había una vez, en un mundo donde no existía el amor, pues la gente pensaba que dar amor
era perder tiempo; y como el tiempo era oro, para las personas que vivían ahí, pues su vida
dependía del tiempo. Era un país donde los habitantes, entre más crearan, más ganancias
harían; y pues el problema era ése, no su trabajo, sino su mentalidad.
Un día, el “amor” se preocupó tanto, porque nadie lo conocía en ese lugar; y se dijo, “Mi
objetivo es que me conozcan y me amen”. Él decidió ir, a ese lugar, disfrazado de cliente; y
se sorprendió. No podía creer que existiera un lugar sin conocer el “amor”, pues la gente
sólo actuaba por instinto y hacían las cosas por instinto. Pero el amor echó semillas de
amor en la producción de ellos; y, al comerlas en sus casas, nació un sentimiento y una
forma diferente al ver la vida, para aquellas personas. Enseguida, la actitud de unos y otros
fue diferente, amable, amigable, sincera; y las actitudes, junto con las palabras, se daban
cuenta que el amor está en todas partes, pues también su trabajo lo hacían mejor cada día.
El amor, orgulloso con su objetivo, dijo: “Amar no es tiempo; es dar, es entrega”.
Anónimo
El amor es aquél que llega sin haberlo buscado, y sabes que ahí está siempre, aunque no lo
sepas valorar ni darle su lugar; ahí, como estatua, permanece a expensas del frío que cubre
mi cuerpo, y que mis brazos no quieren alcanzar. Sin embargo, sabré de por vida que no
estoy sola.
Blanca Estela
Ramírez
Al amor, lo puedes sentir de acuerdo con lo que has vivido y cómo lo has vivido. Con odio, al
saber que no es correspondido; te traicionan y te humillan. Pero debes seguir viviendo con
ese dolor, y seguir adelante; porque, en la vida, así te enseñan a valorar el amor.
Emsad 7
Higuerillas
Maribel Cruz
Reséndiz
IDEAS RESCATADAS: Por los que se abandonaron / Me aturde sentir el tiempo /
En el amor no hay miedo
Emsad 23
Sombrerete
Desde hace mucho tiempo he estado solo, abandonado, perdido, desconsolado, triste; no sé
qué hacer, tanto tiempo perdido. Creo que es tiempo de retomar mi vida, me siento solo, no
quiero morir solo. De hoy en adelante, voy a mirar al frente, todavía puedo construir un
futuro; aunque será difícil, sé que lo haré, seré feliz y reiré, caminaré, caminaré para
recuperar el tiempo perdido.
16
María Elena
Suhey García
Juárez
¡Nació mujer!, dijo mi padre, como si haberlo sido fuese pecado. Mujer nací, con miles de
virtudes y defectos, pero al fin y al cabo yo, una mujer que va por la vida tomando no el
“mejor camino” sino el que mejor me place.
Causar el disgusto de mi padre y el orgullo de mi madre, fue fácil; sólo hay que tener éxito
en cualquier campo. ¿Alguien se identifica conmigo? No me extrañaría, hay tantos
ignorantes por la vida. Ésa es mi misión, mirar por la ventana del conocimiento y compartir
lo que veo con los ciegos, lo siento si mis palabras retan u ofenden, simplemente ¡nací
mujer!
Imelda García
González
IDEAS RESCATADAS: Por los que abandonaron / La rabia / Para el amor no se
requiere permiso
Hace tanto tiempo que no sé por qué la vida va pasando tan aprisa; ahora tengo nuevas
responsabilidades e inquietudes. Recuerdo mi infancia, sólo eran risas, juegos, comer,
soñar, estar con mis hermanos, papá o mamá; era buena la convivencia. Sin embargo, he
crecido y “madurado”, al menos eso es lo que pienso; de lo único que me doy cuenta es del
estrés… Ja, ja; “el estrés”, eso que ahora nos inventamos, involucrando esa palabra muchos
acontecimientos que nos enferman. Lo cierto es que, con mi vida actual, han surgido odios,
rencores, desconciertos ironías, y demás sentimientos negativos. Lo ideal sería
concentrarme en el amor, no sólo en mi esposo y mi familia, sino también en mis alumnos,
compañeros, en mí misma; que todos esos sentimientos negativos se conviertan en
positivos, ver que la vida nos ofrece un sinfín de oportunidades, convertir la rabia, el dolor
en amor a todo lo que tengo a mi alrededor, pues recordemos: “el amor no pide permiso”, él
puede estar en todos lados.
Alejandra Ortiz
Emsad 19 San
Miguel Palmas
Una tarde de reflexión llega a mi vida; no es posible dejarse llevar por los impulsos, los
seres humanos debemos pensar sobre cada una de las acciones que vamos a realizar,
porque el grado de dificultad de la vida lo establecemos cada uno de los individuos que
pertenecemos a esta maravillosa aventura, enriquecida por el amor. Es por ello que el
coraje, los arrebatos y sentimientos poco positivos deben de tomarse como experiencias
pasajeras, que deben transformarse en algo positivo.
Gracias por este instante, que mi vida enriqueció; de ahora en adelante disfrutaré,
disfrutaré de los momentos hermoso, y en cada experiencia desagradable veré una
posibilidad de crecer.
Anónimo
En un apartado espacio sin esperanza, se encontraba sentado aquel pequeño ser que no
ha tenido la ilusión, la motivación ni las ganas de vida para continuar con su rutina diaria;
ese espacio que le brinda el amigo, el compañero y, a veces, el maestro. Está en la escuela,
centro de saberes sin saberes para ese ser desolado. De pronto, alguien ha tenido la
atención de observarlo, de saber qué le ocurre a un ser en pleno desarrollo de vida e
ilusiones, aun cuando en él se refleja lo contrario. El simple saludo verdadero del maestro,
ha brillado en los ojos de aquella persona, quien, a lo lejos, vislumbra un camino lleno de
éxitos.
17
Martha
Silvestre
Montes
Emsad 25
El Rincón
En un pequeño pueblo a la orilla del mar, donde el viento pega suavemente cada tarde
de verano, se encontraba Luis. Era un hombre maduro, de aspecto serio y sereno; sin
embargo, en su mirada se notaba cierta tristeza, y una melancolía que llegaba, en algunas
ocasiones, a confundirse con dolor y sufrimiento.
Nadie conocía la verdadera historia de Luis, todos en el pueblo lo veían como alguien
solitario, a quien le disgustaba la convivencia con los demás. Ignoraban que, en su juventud,
era totalmente diferente a como lo veían ahora…
Cuando joven, fue alegre, jovial, sociable, entusiasta y con una chispa en su mirada; pero
conoció el amor, ese amor que agota todo, ese amor que despoja todo. Él entregó el corazón
totalmente, a tal grado que terminó con su jovialidad y su entusiasmo; sin embargo, ese
amor que gozó todas las veces, acabó por hacerlo sufrir y vivir en soledad y serenidad.
Anónimo
El silencio fue una larga espera; sin embargo, él terminó, al salir de sus labios esa frase que
cerraba, el final de esta historia. Esos labios que tanto besé, que tanto miré, que tanto
toqué, que tanto recorrieron mi cuerpo, las curvas de mi cuerpo. Cómo era posible que en
tan pocas palabras pudiera caber el candado que cerraba esta linda historia; que en tan
pocas palabras, y en esta bella primavera, cupiera este puñal que a traición mataba, mataba
este amor, esta esperanza: “Perdóname, ya no te amo; yo no te merezco: soy bisexual…”
Ancelmo
Villegas
Briseño
No puedo evitar lo que siento: coraje, decepción tal vez, no lo sé; lo único que te puedo
decir es que no te extraño. Se me hace que el poema fue realizado por alguien que siente
despecho hacia algún ser, que en un pasado fue parte importante en su vida. Me quedo con
lo que escuché al inicio del poema: odiar… envilecer…
Emsad 32
Santa María de
Álamos
Yanicel Lepe
González
Emsad 24
Casa Blanca
El corazón no obedece reglas sociales. No le interesa el qué dirán. Si es correcto o no, si
funcionará o no. No piensa en el futuro. Se enfoca en el presente, el momento, el instante. El
corazón siente, a veces no piensa. Solamente ama y se deja llevar…
Lucas Saúl
Hernández
Castillo
Y de pronto desperté del sueño, mis amigos y familiares me dijeron que mucho tiempo
había dormido, pero yo les dije que no; insistieron ellos: ―Todos los días de tu estancia,
postrado en esa cama, sin que un vello de tu cuerpo apenas se moviera de ti, te vimos.
Pl. 5 Cadereyta
Me incorporé con dificultad de mi cama, llamé a mi madre; llegó ella y le dije: ―He
despertado, madre. Pero no sé si será por mucho tiempo, así que llama a los niños, a los
vecinos, a los amigos, que algo tengo que contarles.
Minutos después, se llenó la habitación, tanto que debimos cambiarnos a la sala; todos
guardaron silencio:
―Soñé que despertaba de un sueño, en ese sueño había una tierra muy verde y fértil, y yo
sembraba esa tierra; en la medida en que cuidados y atención ponía, esa tierra era mejor,
más verde y fértil, y sus frutos eran maravillosos. En esta tierra yo era mejor persona, pero
oscurecía también y no quería dormir, porque al dormir tendría que despertar. Yo no
quería despertar del sueño donde era mejor persona. Yo he llamado a todos ustedes para
que, día a día, me recuerden mi sueño; amigos, vecinos, familia, por favor siempre
recuérdenme mi sueño, donde yo soy una mejor persona…
18
Gabriela de
Lucio Sánchez
Tú y yo estuvimos en el ayer, ¿qué vivimos?, ¿lo recuerdas? Ahora es el presente, y
seguimos tú y yo, pero ¿cómo es el presente?, ¿lo sabes?
PL. 11 Ezequiel
Montes
En el pasado callaste, ¿por qué?, no lo sé. Ahora sigues callado; es ésta la historia: el
silencio; aunque el silencio también es la historia de la historia que no fue.
Somos los personajes que vivimos, ahora somos los personajes de los que vivieron.
José Miguel
Navarro
Melchor
Pl. 14 San
Joaquín
Me han contado el siguiente chiste que, según el amigo que me lo ha referido, ha sido
inventado por él:
Había en la prepa una chava bien gorda y fea, quien a nadie le gustaba. Había un chavo, el
más apuesto de la escuela, quien comenzó a fijarse en la chica gorda. Por compasión,
decidió este chavo acercarse a ella y decirle:
―¿Quieres ser mi novia?
Y ella contestó:
―No eres mi estilo.
(Ja, ja, ja).
Éste es el chiste, para mi amigo, graciosísimo; para mí, regular, si no es que malo. Pero me
puse a imaginar un monólogo de aquel personaje de la chica gorda a quien nadie quiere y
de quien todos se burlan; y que me lo empecé a crear, no como una chava compleja, sino
como el chiste lo refería, con una furia, pero no de rencor, sino de convicción, de claridad en
su cabeza. Imagínensela, ahí, si quieren con la torta del estereotipo y todo, pero con la
facilidad de decir y pensar que qué poca estética tenía un chavo que los demás
consideraban apuesto, que si ella hubiera querido, desde cuándo no se lo habría tirado, a él
y a todos los demás mocosos. La verdad era que ella tenía un novio, que no era de internet
ni de manita sudada, con el cual hacía explotar la belleza en todos los sentidos; pero a éste
tampoco lo vanagloriaba, no lo era todo para ella, porque ella tenía furia, por el solo hecho
de estar viviendo, con toda esa grasa en ella, grasa vital, con su corazón enorme era, pues,
una versión heroica de lo grotesco…
Ángel
Quintanar
Sánchez
El fragmento del poema nos habla sobre el valor que tiene detenernos a reflexionar sobre
las cosas que hacemos cotidianamente, y nos invita a ser cada día mejores en lo que
realizamos, porque cada día es una oportunidad de poder mejorar en nuestro trabajo.
Pl. 6 Tolimán
Marco A.
Mendoza R.
Emsad 15
El Palmar
Siempre que llegaba lo hacía con mucha alegría; había tantas y tantas cosas que solía
desempeñar. Pero un día descubrí lo entrañable de esa criatura, nadie se daba cuenta,
nadie se percataba. Encontrarte en un mundo que no es el tuyo, es difícil; encontrarte en un
mundo que no puedes hacer tuyo, es complicado. Pero saber la realidad, nos puede hacer
mucho más eficientes. Porque darte cuenta de lo que existe en un contexto que depende de
ti, es inusual; conocer a alguien diferente no te hace mejor ni peor ser humano, sino, más
bien, es la escuela de la vida. Conocer el paraíso es algo indiscutible; ni el ser más perfecto
sintetiza la belleza de las palabras.
19
JALPAN
TEXTO DE
REFERENCIA
La Hyalophagia: personas que comen vidrio
La Hyalophagia es en sí un trastorno patológico, relacionado con la alimentación,
que implica el consumo de vidrio, siendo también considerada como una forma
de pica. Etimológicamente, la palabra proviene de los términos griegos “hyalos”
(que significa vidrio) y “phagein” (que significa comer), y si miramos atrás en el
tiempo, existen numerosas referencias hacia personas que a lo largo de la
historia tuvieron este padecimiento, aunque se los presentaba como fenómenos,
participando en ceremonias especiales y hasta espectáculos de circo.
[…] la llamada pica [es] un trastorno mental que se manifiesta en extrañas
conductas alimenticias y de la ingestión. La persona siente una profunda
necesidad, un irremediable deseo de alimentarse, morder o lamer diversas
sustancias que carecen de cantidades significativas de nutrientes y que, además
de su inutilidad, resultan considerablemente peligrosas.
Las personas con pica comen todo tipo de cosas que no son alimentos, como
clavos, tierra, madera, papel, piedras y vidrio, entre otras cosas. Los expertos
suponen que esta clase de trastorno puede surgir a partir de diversas razones,
por ejemplo, a nivel físico puede deberse a una falta de hierro o minerales en el
organismo, mientras que a nivel psicológico puede ser una peculiar respuesta a
un extenso período de sobrecarga de estrés y depresión.
Entre otras cosas, también puede contar el factor social ya que, en algunas
culturas, masticar, comer o cortarse ciertas partes del cuerpo (especialmente la
boca y la lengua) con trozos de vidrio, es parte de algunos rituales. La cuestión es
que la Hyalophagia resulta sumamente peligrosa para la salud, por razones más
que obvias. Cuando se comen trozos de vidrio existen altísimas posibilidades de
lastimar gravemente cualquier parte de la boca, la garganta, el estómago y los
intestinos.
Fragmento consultado el 18 de febrero de 2013 en:
http://www.ojocientifico.com/4180/obsesiones-extranas-comer-vidrio
César Lugo
Hace algún tiempo, en mi pueblito, existía un joven que, cuando tomaba demasiado, hacía
las cosas fuera de lo común. Este joven se fue para Estados Unidos y duró mucho tiempo
por allá. Hace como diez años, regresó; y, un día, coincidimos después de un juego de futbol.
Ya saben que, si perdemos, tomamos de tristeza, o para platicar qué hicimos mal; y si
ganamos, con más ganas. Esta persona estaba en ese momento; y, con unas copas de más,
hixo una apuesta con otro chavo. El primero, dijo que era capaz de tumbar, de una patada,
el pico de la botella; y el otro dijo que de masticar y romper la botella con la boca. El
primero lo intentó, y no lo logró. El segundo se comió todo el pico de la botella; y hoy le
llaman el mascavidrios.
20
Javier Márquez
En el seno de una familia muy pobre, nacieron dos niños que, a muy temprana edad,
empezaron a realizar experimentos muy extraños.
Primero, iniciaron con tocar vidrios con las manos; al observar que no les ocasionaba daño,
siguieron con probarlos; y, posteriormente, se los tragaban.
Después de realizar todo lo anterior, decidieron hacerse socios de un dueño de circo;
trabajaron con gran entusiasmo, salieron de la pobreza y usaron su fama y sufortuna en
beneficio de los más necesitados.
Jorge Contreras
Solórzano
Emsad 31 Valle
Verde
Para cegar la pena
¿Por qué lo hago? No lo sé; no, déjame corregirme: sí lo sé, pero hasta este momento,
cuando me lo preguntas, no lo había aceptado.
Era un día como cualquier otro, jugaba en el baldío de la calle, lugar donde los muchachillos
acostumbraban tirar y reventar botellas; puedes imaginar la carpeta de trozos de vidrio
que cubría la esquina, donde topaba la pared de la bodega de don Neto.
De pronto, Ulises, aquél que siempre buscaba pleito, se dirigió hacia mí, con la voz y las
maneras que le caracterizaban cuando algo le había pasado y buscaba quién le pagara esa
deuda.
―¡Eh! Tú ―dijo―. ¿Cómo me llamaste?
Yo lo ignoré; él, molesto, me empujó, como siempre hacía; sin embargo, ese día decidí que
no más. Me moví para evitar el segundo embate de este animal; como yo lo esperaba, le
puse el pie y tropezó. Sorprendido, no supo qué hacer; trastabilló y cayó de frente, donde
un montón de botellas con los filos levantados, yacían. Basta decir que jamás volvió a
verme con la misma intención. Ahora, para apagar la culpa, cada que veo un trozo de vidrio
verde… Bueno, entiendes, ¿no?... Me lo como.
Elizabeth Trejo
Pérez
Emsad 12
Camargo
El fondo de tu adicción
Entonces salió del salón, corrió al baño; desde la ventana, la veía caminando de un lado a
otro, hablando sola, moviendo las manos como si regañara o reclamara algo. Terminé la
sesión; el debate había estado muy difícil, sobre todo en el momento de las opiniones sobre
el “cutting”. Como lo escribieron los alumnos, no importaba, ni siquiera el significado de la
palabra era relevante; la acción implicada era lo más significativo. Me encaminé al baño a
donde ella llegó después de ser descubierta como una adicta o aficionada a “cortarse”,
decían los jóvenes. Me acerqué, le pregunté cómo se sentía, por qué salió corriendo, y si
podía ayudarla. Me dijo: “Nadie puede; ni usted”. Pregunté: “¿Por qué?”. No contestó.
Entonces le di una hija de cuaderno y le pedí que escribiera en ella lo que sentía; me
observó sorprendida, tomó la hoja y me vio alejarme. Gritó que si podía escribir cualquier
cosa; yo contesté asintiendo con la cabeza.
Más tarde, cuando le pedí la hoja, ella tenía los ojos rojos, un poco hinchados; me entregó la
hoja doblada y me dijo que no le contara a nadie, a lo cual le contesté: “No te preocupes”.
Leí el escrito en casa, sentada frente a mi comida del día, y fui descubriendo el gusto de mi
alumna por “cortarse”. Conocí a su hermano, famoso por la hyalophagia que practicaba en
un circo; y a su madre, quien le decía, todos los días, que “por qué no eres como tu
hermano, él por lo menos me manda dinero, ¡pero tú…!”
21
Anita González
Ríos
Ana Isabel
Tinajero Ortega
Emsad 27
Agua Fría
El arte
Me mudo de casa, cambio de escuela, cambio de lugar geográfico; nada tiene importancia
ya. Lo que había pensado, se volverá realidad; tengo que hacer algo para cambiar mi estado
anímico. La maestra de Ética y Valores habla sobre lo malo que es cortar tu piel; pero
necesito hacerlo. La televisión provoca que lo haga, me orilla a hacerlo; en su contenido,
sólo veo sexo y violencia. Nada me llena. Qué decir de mis padres; andan en su mundo, no
entran en el mío. Purgar mis penas es la solución a este martirio. Las calles están llenas de
maldad; ya no hay personas que respeten tu individualidad. ¡Hay qué hacer algo! Toca
fondo y sumérgete en las profundidades de tu dolor, ahí no habrá nadie que dañe tu ser;
porque lo más importante es tu espíritu, no tu cuerpo. Caigo en la tentación que trae
consigo este arte, porque es un arte, aunque pocos lo hacen: la hyalophagia.
El baúl secreto
Carlos era un joven más que brillante, era un ejemplo a seguir paras sus hermanos,
compañeros de escuela y, en sí, para cualquier persona, pues era un muchacho sano en
toda la extensión de la palabra; por esta razón, era el orgullo y la razón de ser de su madre,
quien lo adoraba a morir.
Sin embargo, un día, de forma inesperada, cayó enfermo, y no había poder humano que lo
levantara, pues mostraba signos evidentes de una grave enfermedad; los doctores que lo
evaluaron, encontraron severos daños en su estómago y su garganta, los cuales no se
explicaban, pues, hasta el momento, había sido siempre muy saludable.
Cierto día, Carlos, en sus delirios, debido a la fiebre que padecía, comenzó a repetir,
reiteradamente, que tenía hambre, que necesitaba sus alimentos, los que tenía guardados
en su baúl de la suerte. Fue así como su madre, sin pensarlo, se dirigió a donde Carlos le
indicó, y cuál fue su sorpresa al encontrar en baúl repleto de vidrios que, evidentemente,
eran el “alimento” que su hijo refería.
La madre, desesperada y muy asustada, llamó rápidamente al médico y le comentó lo
sucedido. Fue así como le diagnosticaron “hyalophagia”; y, junto con su madre, pusieron en
marcha todo lo posible para su recuperación.
Pasados lo meses, Carlos se recuperó, tras haber recibido terapia psicológica y, a partir de
ese momento, su madre supervisa estrictamente los alimentos de su amado hijo.
Víctor Marques
Niño huérfano
Era una vez un robot-humano, quien fue regalado a sus padres; se llamaba Hyamothapia. A
este niño le gustaba comer de todo lo que encontraba a su paso; podía comer piedras,
tierra, fierros, agua… Los expertos dijeron que lo hacía porque le faltaba otro tipo de
energía, como la luz solar, para que ya no le diera mucha hambre. Porque, además, se
dieron cuenta de que tenía un exceso de trabajo, por lo cual ya no podía convivir con sus
amigos. Tampoco tenía la hora para parar y comer, como los demás.
Así que se encontró con un amigo, quien le dijo que si programaba su vida en tiempos, tal
vez podría bajar su estrés, comer balanceado, convivir con familia y amigos. El robothumano le hizo caso, y vivió feliz para siempre, con una dieta ligera a base de vidrio y papel
pautado.
22
Salomón
Vásquez Ortiz
Emsad 8
Santa Águeda
Muerto por hyalophagia
Érase una vez un muchacho que vivía cerca de un río; este joven acostumbraba ir todas las
tardes a bañarse. Un día encontró una botella de vidrio, tan bonita, que le agradó tanto, por
lo cual la llevó consigo a su casa. Allí, sin que nadie lo viera, la guardó celosamente en un
cajón. Todos los días la llevaba consigo al río; allí la veía por un lado, la volteaba, y la volvía
a guardar. Se enamoró tanto de esa botella, encontrándola tan bella, que empezó a comerla,
pedacito por pedacito; para esto, tenía que molerla con una piedra. Al principio, le pareció
un poco desagradable, sin embargo, al paso del tiempo se dio cuenta que sabía más
deliciosa cada vez.
Todas las tardes le comía un buen pedazo, hasta que, por fin, terminó con la botella. Sus
padres ya había empezado a ver algo raro en el joven, ya que no tenía apetito; le
preguntaron qué le pasaba, él no les quería decir, pues tenía miedo que lo regañaran.
Cuando el joven no pudo soportar más el dolor en el estómago, decidió decir la verdad; sin
embargo, fue demasiado tarde, porque cuando lo llevaron al médico, no pudo resistir más y
falleció.
Días después, sus padres encontraron en el río la piedra con que él molía el vidrio, para
luego comerlo; y se comprobaron que lo que su hijo les había contado era verdad.
Itzamná Ruíz
Una enfermedad terrible
Mi amiga más querida solía decir que se le antojaba algo, pero jamás decía como qué. Nos
veíamos con frecuencia; no me fallaba ir por ella hasta su casa cada tercer día, para dar una
vuelta, tomarnos un cafecito o hacer cualquier actividad. Con el paso del tiempo, dejó de
salir, al menos conmigo; cuando yo llegaba a su casa, veía a su mamá con pocos ánimos y
muy preocupada, pues resulta que Michelle, mi amiga, se salía sin decir nada y, cuando
regresaba a su casa, llegaba sólo a dormir. La señora Berta, su mamá, me comentaba que le
ofrecía de comer y ella decía que ya había comido.
―Pero, ¿qué comida te hace adelgazar? ―decía la señora Berta.
La mamá ya no sabía qué hacer. Me pidió ayuda. Y lo único que me saqué fue una terrible
discusión con Michelle.
Creí que ella estaba metida en cosas no muy sanas: marihuana, cocaína o anorexia. Recordé
que tenía un compañero de la prepa quien, con el paso del tiempo, fue doctor, así que acudí
a él para pedirle ayuda. Arturo, mi compañero doctor, fue conmigo a casa de Michelle y, con
sólo verla, nos dijo, con su mirada, a la señora Berta y a mí, que estaba gravemente
enferma. Me espanté demasiado: voltee a ver a Michelle y tenía el semblante de un cadáver;
sonriéndome, con gotas de sangre en la boca y en los ojos, me decía: Te quiero.
Desperté con un agotamiento en mi respiración y mi pecho todo, por haber acudido a una
plática sobre una enfermedad conocida como hyalophagia: trastorno patológico referente a
personas que comen vidrio.
23
La serranita
Recuerdo cuando le dijeron a mi padre: Tu cambio está listo, a partir del día 16 te
presentas a trabajar en la capital del estado; esas palabras no se borraban de mi mente.
Faltaban diez días para ello, y esto significaba dejar mi escuela, mis amigos y la que
consideraba mi casa. Pero, a la vez, sentía una inquietud; era un gusanito, como dicen
algunos, y ahora lo sé, era la incertidumbre de llegar a un lugar nuevo, sin amigos, a una
casa que no conozco y a una escuela donde no sabía cómo me tratarían, qué maestro
tendría, qué compañeros serían; pero también, para mí, significaba una vida nueva.
Pasaron esos diez días, y me encontré en una ciudad nueva, una escuela nueva, y solo.
Recuerdo que entré al salón; la maestra dijo: “Pasa; éste es su nuevo compañero”. Sentí las
miradas de todos los niños; y yo sólo vi a un chico, al final de la fila, en el mesabanco, solo,
son la mirada fija en algún objeto. Después del escudriño de mis nuevos compañeros, la
maestra dijo: “Siéntate en un mesabanco”; y yo escogí ser el compañero de aquel niño,
pues, desde que lo vi, me intrigó.
Pasaron los días, y mi amistad creció hacia él. Empecé a conocer algo de él; sus padres, su
familia; y él conoció de la mía.
Un día me dijo: “Mis papás son pobres, trabajan en las esquinas; mi mamá traga fuego y mi
papá come vidrios. Pero él ahora está enfermo; le ha lastimado el vidrio, su garganta; y ya
no puede trabajar…”. Eso siempre se me quedó en la mente, el porqué había trabajos que
dañaban, y era un problema para las familias.
Seguí con mi vida; profesionalmente, me desarrollé como psicólogo y me especialicé en los
trastornos y, dentro de ellos, en uno que trata sobre comer vidrios.
Valiente
Cada día, al amanecer, Daniel se hacía la misma pregunta: ¿Qué voy a comer hoy?; y,
tristemente, llegaban a su mente recuerdos de su vida pasada, cuando todavía existían sus
padres.
Todo era tan fácil, no tenía responsabilidades; bastaba con sólo abrir la boca para pedir lo
que quisiera, y lo tenía al momento.
Una lágrima rodó por sus ojos y, bruscamente, se levantó de su frío lecho, que era un
montón de periódico que había colocado fuera de la estación del metro. Ese día era soleado,
el sol calentaba más que nunca; pensó ir a la fuente, que se encontraba fuera de la catedral,
para tomar un poco de agua; con ellos calmaba un poco la sed y el calor que tenía. Aunque
el hambre empezaba a perturbarle cada vez más.
Solía buscar algo de comida en los botes de basura que encontraba a su paso; pero esta vez
no encontraba nada, solamente vio un frasco con un poco de mermelada, pero sus cortos
dedos no alcanzaban a saber lo que quedaba al fondo. Daniel, con tanta desesperación,
rompió el frasco y empezó a lamerlo; pero al percibir el vidrio sobre su lengua, sintió el
impulso de morderlo; ni siquiera pensó en las consecuencias. Sentir el vidrio entre sus
dientes, le daba una sensación verdaderamente agradable; parecía que estaba comiendo un
delicioso manjar.
Así, él se dio cuenta que el vidrio le quitaba el hambre; y que, además, a partir de ahí, todo
sería más fácil porque… ¿Quién buscaría vidrio en la basura para comer?
24
Anónimo
Era una tarde como cualquier otra, soleada y un tanto abrumadora, después de un largo
día de trabajo. Estábamos, papá, mamá, mi hermana menor y yo, por sentarnos a la mesa y
tomar nuestros alimentos del día, cuando llega Anita, la mejor amiga de mi hermana. Y
mamá le dice:
―¡Hola, Anita! Llegas justo a tiempo para acompañarnos a comer”.
―“No, no; no gracias. Después de limpiar mi cuerpo no puedo comer nada de lo que comen
ustedes, los normales ―contesta ella, de una manera muy inesperada.
Mamá, muy confundida, le pregunta a mi hermanita que qué le pasaba a su amiga; y mi
hermana, muy naturalmente, contesta que los hindús limpian su alma con lo más brillante
que existe: el vidrio. Papá, muy asustado, pregunta:
―¿Cómo?, ¿tu amiguita es hyalophágica?
―¿Hyalo… qué? ―pregunta, muy confundida, mi hermanita.
―¡Papá, por favor, no la ofendas! Mira que se va a molestar ―interrumpo yo.
Y cuando nos volvimos, para ver a Anita, cuál fue nuestra sorpresa, que ya no estaba; y sólo
nos invadió un resplandor tan hermoso que nos llenó de paz, provocando que papá se
ruborizara. Él se disculpó con mi hermanita, y le explicó que se preocupó porque podía ser
un padecimiento de Anita. Mi hermanita comprendió; abrazó a mi papá y le pidió que
olvidara lo sucedido. Lo que nunca comprendió, fue por qué nadie insistió en buscar a
Anita.
Pollito feliz
Karla
Es la historia de una niña, de nombre Karla, de quien se comentaba que estaba poseída por
espíritus malignos, o por seres de otro mundo, de otra galaxia… No sé, sólo que era
diferente. Un día, cuando Karla estaba con sus amigos, realizando un trabajo de Ciencias
Naturales, donde el material que utilizaban eran clavos, maderas y vidrios. Karla,
repentinamente, comenzó a comerse el material. Mostraba un apetito feroz. Sus
compañeros, asustados, al ver aquella expresión de terror y espanto, corrieron; se les hacía
incomprensible cómo podía comerse productos que a cualquier ser le causarían la muerte.
Llegaron a la conclusión de que tenía pacto con fuerzas extrañas.
Pasaron los días, y Luis, el mejor amigo de Karla, preocupado por ella, investigó en internet
la reacción de Karla. Se dio cuenta de que lo ocurrido en aquella ocasión sólo era un
desequilibrio, como el caso de la “hyalophagia”, y que podía ser curado. Así, Luis demostró
que Karla, su mejor amiga, ni está poseída por el demonio ni tiene ninguna energía maligna.
Elisabeth
Covarrubias
Olguín
Pl. 26 Agua
Zarca
Érase una vez una enfermedad muy rara, llamada hyalophagia, que atacaba a las
personas; consistía en lamer clavos y vidrio, así como en comer papel. En algunas culturas,
cortarse la boca y morderse la lengua, era como un ritual. Algunas personas le llaman
quino; quienes la padecen, tienen problemas emocionales, psicológicos; los cuales, en otros
tiempos, utilizaban esta “habilidad” para trabajar en el circo.
Puede afectar a todo tipo de gente, no importa la edad, el sexo ni la condición social.
Debemos tener mucho cuidado con el quino, ya que, quienes lo practican pueden carecer de
todos los nutrientes esenciales para el organismo, y lo daña…
25
Botero
La niña que come vidrio
Todo empezó cierto día, cuando la niña Paty, hija de una familia de clase media, comentó,
en una reunión, durante la cena, que sentía cierto dolor en el estómago; a lo que sus papás
comentaron: “¿Será que comió mucho?, ¿tendrá amibas?”
Pasaron varios días, y nada anormal sucedió; hasta que, cierta tarde, la mamá observó que
Paty estaba escondida tras un sillón; se escuchaba como si rompieran vidrio, lo cual llamó
la atención de la señora, y se dispuso a vigilar la actuación de Paty. Se acercó sin hacer
ruido, y cuál fue su sorpresa cuando, al llegar al lugar, vio que la niña tenía vidrios en la
boca.
La madre gritó fuertemente, y reprimió a Paty; la tomó de la mano y le hizo arrojar los
vidrios. Desesperada, la señora la condujo a un hospital, donde la atendieron; ahí le
explicaron sobre el comportamiento de Paty, y que éste era frecuente en personas con
ciertos trastornos de personalidad, alimenticios y de conducta. La enfermedad se llama
hyalophagia o pica; y, en la mayor parte de los casos, es temporal. La señora regresó a casa
con Paty, después conocida como la come vidrio.
Eduardo
Balderrama
Maciel
Emsad 20
Landa de
Matamoros
Existía, en un reino no muy lejano, un hombre que comía todo lo que encontraba en su
casa. Los objetos eran variados: vidrio, papel, cartón, algodón… Para él, era de lo más
normal del mundo; lo hacía desde que era niño, y de eso ya habían pasado más de veinte
años.
Un día, comió un pedazo de vidrio muy grande. Dicho vidrio, viajó por el intestino delgado
y le causó una hemorragia interna. Él, muy asustado, llamó a un hospital para que lo
atendieran. El médico le hizo radiografías, para saber lo que estaba sucediendo, y se
percató del objeto desconocido que se encontraba en el aparato digestivo del hombre.
Se tuvo que operar, corriendo el riesgo que todo procedimiento de ese tipo implica.
Después de unas horas, el doctor salió de la operación, y dio a la familia la añorada
respuesta. El dictamen fue tajante: murió debido al sangrado.
La familia nunca se había percatado de la enfermedad del hombre, y ni siquiera sabía que
existiera; ellos lamentaron, el resto de sus vidas, tan mortal ignorancia.
Édel Orozco
¿Comer para sobrevivir?
Emsad 13 San
Pedro Escanela
Paulina contaba con quince años, cuando empezó a consumir papel higiénico, en primera
instancia. Esto ocurría cada noche, antes de disponerse a dormir.
Un mes más tarde, se llevó a la boca un trozo de vidrio; al masticarlo, se cortó la lengua. La
sensación de sangre le fue tan placentera que optó por cambiar el papel por vidrio.
Ella era una chica solitaria, a quien, aunque era una excelente alumna académicamente, le
gustaba pasar sola muchos momentos.
Hyalophagia, se denomina al acto de comer vidrio; es causada por la falta de hierro o por
un estado de depresión.
Paulina camina dos horas diarias para ir a la escuela; y dos horas más para regresar a su
casa. De escasos recursos, podemos entender que no tiene una buena alimentación… Quizá
ésta sea la respuesta al hecho de que consuma vidrio.
26
Mariana Ponce
Camacho
Pl. 25 La
Lagunita
Se cuenta que, hace tiempo, niños que salían a recolectar basura, caminaban lentamente
en grupo. Pero, a uno de ellos, se le ocurrió una idea sobre cómo alimentarse; dijo: “Si
comemos papel o vidrio, ¿qué pasará? Será emocionante”. Y otro de ellos, lo secundó: “Creo
que es verdad”; y comenzó a comer, y los demás vieron cómo saboreaba el vidrio, y se les
antojó tanto, que también comenzaron a comer.
Pero, uno de ellos, gritó: ¡Auxilio, creo que moriré! Ya no puedo más”. Todos corrieron a
ayudarlo; pero, en ese momento, el niño cayó al suelo, sin fuerza en su cuerpo.
De ahí en adelante, se dice que jamás tendrán que probar con la hyalophagia; es peligrosa.
Mejor trabajar para poder alimentarse con frijoles y tortilla, ¡qué rica comida es!
Antonia
Ramírez
Martínez
¿Dónde está?
Ya lo presentía, todos lo presentíamos; era una situación que todos esperábamos. La niña
estaba siempre en ese columpio, el que ahora está suspendido y solo, sintiendo la caída de
las hojas, caprichosamente, desde lo más alto de la copa. La niña ya no está; la última vez
que la vimos estaba en ese lugar que tanto disfrutaba, pero… Por qué, ¿a dónde fue?... Era
tan dulce, tan misteriosa, tan frágil. ¿Qué pasó? Dirían algunos en el pueblo: era una chica
rara. Sí, lo era; afirmaban otros. Algunos, rumoran que acostumbraba comer las piedritas
que brillaban tanto en luna llena, esas estrellas amorfas que resaltaban en aquella pared de
la casa; esos dicen, que de tanto comer brillos, se convirtió en un resplandor. No, no es
verdad; dicen otros.
Yo presentía algo, todos lo presentíamos. Dónde está ese capullo de flor, esa estrellita
brillante, que jugaba alegremente; alguien puede decirme…
27
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