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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA
(UCASAL)
CUADERNOS UNIVERSITARIOS
N° 8 | 2015
CONSEJO EDITORIAL
DIRECTORA: Dra. Ing. Lía Orosco Segura | Vicerrectora de Investigación y Desarrollo UCASAL
SECRETARIA: Lic. en Letras Rosanna Caramella | Directora EUCASA (Ediciones UCASAL)
Dr. en Filosofía Carlos Daniel Lasa | CONICET, Universidad Nacional de Villa María, Córdoba
Arq. Ian Dutari | Decano Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño, Universidad Nacional de Córdoba
Dr. Arq. Pablo A. Prone | Decano Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCASAL
Méd. Psiq. Mario Alberto Manuel Vázquez | Director Instituto Universitario de Neurociencias UCASAL
COMITÉ EVALUADOR
Dr. Joaquín Roberto Bárcena | INCIHUSA (Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales) CONICET, Universidad Nacional de Cuyo - Universidad Nacional de La Rioja
Lic. Valeria Caballero | Universidad Nacional de Tucumán
Lic. María Eugenia Chagra | Especialista en Psicología Clínica
Dra. Evangelina Norma Contini | CONICET, Universidad Nacional de Tucumán
Abog. José Luis Finelli | Especialista en Derecho de Familia
Arq. Guillermo Rubén García | Universidad Católica de La Plata
Arq. Roque Manuel Gómez | Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos
Dra. Ana Betina Lacunza | CONICET, Universidad Nacional de Tucumán
Lic. Héctor Ariel Lugo | Universidad Nacional del Nordeste
Mg. Andrea Mara Martínez Filomeno | Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados (AEAPG),
Universidad Nacional de La Matanza, Universidad de Buenos Aires
Dr. Pablo Mignone | CONICET
Abog. María José Otamendi | Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología Provincia de Salta
Abog. María Elisa Rosa | Ministerio Público de Salta
Mg. Emiliano Venier | Universidad Nacional de Salta
Cuadernos Universitarios es la revista científica de la Universidad Católica de Salta. Es una publicación
multidisciplinar, de periodicidad anual, que contiene artículos, ensayos, notas y reseñas de libros, todos de
carácter original. Los trabajos que se recogen pasan por un proceso de arbitraje con evaluadores externos a la
entidad editora.
«Cuadernos Universitarios» is the scientific magazine published by «Universidad Católica de Salta». It is a
multidisciplinary, annual publication with authentic papers, essays, interviews and book reviews. The material
collected goes through a judging process performed by evaluators who are external to the publishing entity.
Año 8 | número VIII | diciembre 2015
ISSN 2250-7132 (on line)
ISSN 2250-7124 (papel)
Domicilio editorial: Campus Universitario Castañares, 4400 Salta - Argentina
Tel./fax: (54-387) 426 8607
e-mail: [email protected]
web: www.ucasal.edu.ar/eucasa
CU
ADERNOS UNIVERSIT
ARIOS
CUADERNOS
UNIVERSITARIOS
Publicaciones Académicas
8 | 2015
EDICIONES
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA
SALTA - ARGENTINA
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015
SUMARIO
Editorial ................................................................................................................................... 5
ARQUITECTURA Y URBANISMO
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta ............ 7
Claudia C. Willemoës y Nora Antoniella
El neocolonial en Salta. O la construcción del imaginario, de Roque Manuel Gómez
Reseña descriptivo-crítica ................................................................................................... 31
Rosanna Caramella
CIENCIAS JURÍDICAS
La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación ........... 35
Beatriz Escudero de Quintana
CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
«El papel de los actores locales e internacionales en el diseño de las políticas
públicas destinadas a paliar la situación de los niños y niñas en situación de calle
en la ciudad de Salta (Argentina)» ..................................................................................... 49
Proyecto de investigación dirigido por Víctor F. Toledo
• ¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de
calle»? Una aproximación conceptual ................................................................................. 51
Federico Alejandro de Singlau
• Hacia una conceptualización de las políticas públicas .................................................. 63
Víctor F. Toledo
• La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta ............................... 73
Federico Alejandro de Singlau
| 3
Sumario
• Trabajo infantil: una realidad avasallante....................................................................... 87
Silvina V. Abud
PSICOLOGÍA
Inevitable malestar. Pensando la clínica .......................................................................... 101
Ariel Damián Goisin
Perfil académico-profesional de los autores .................................................................... 115
Convocatoria 2016 | Normas para presentación de trabajos.......................................... 117
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015
Editorial
Siempre es una gran satisfacción presentar una nueva edición de los Cuadernos Universitarios, pues esto habla de un trabajo continuo y sostenido en cuanto a su calidad y proceso de
mejora. Justamente, con ese objetivo iluminando cada paso de este emprendimiento editorial
universitario, presentamos el octavo número, que tiene además un tinte especial ya que con
enorme regocijo anunciamos que los Cuadernos han sido incluidos en el catálogo LATINDEX.
Aun falta cumplir algunos pocos estándares, pero no dudamos de que con la dedicación y capacidad de quienes hacen posible cada número, ellos serán alcanzados con creces.
Los actores de esta realidad son varios, pero el principal papel lo representan los autores,
estudiosos que invierten tiempo y energías en extender los límites de su propio conocimiento y
también del conocimiento científico, produciendo artículos, notas de divulgación, ensayos, etc.
Estos Cuadernos se ofrecen ante la comunidad académica como el vehículo para difundir los
resultados de sus actividades de investigación y desarrollo y así ponerlos a disposición de la
sociedad. Allí realmente se cierra el proceso generador de conocimiento, se valida el acto de
investigar y se le da significado.
Cinco artículos de este número de los Cuadernos Universitarios reflejan avances y conocimiento logrados en el desarrollo de dos proyectos de investigación acreditados por el Consejo de
Investigaciones de la UCASAL. Cuatro de ellos se inscriben en el marco del proyecto «El papel
de los actores locales e internacionales en el diseño de las políticas públicas destinadas a paliar
la situación de los niños y niñas en situación de calle en la ciudad de Salta (Argentina)». En
cuanto a su contenido, la recensión escrita por el Director del proyecto, el Lic. Víctor Toledo, es
bastante clara al respecto y sitúa perfectamente al lector.
En otro campo disciplinar, en el marco del proyecto «Relevamiento, inventario y catalogación
del patrimonio cultural de la Iglesia en la Arquidiócesis de Salta», se inventariaron y catalogaron
tanto los bienes inmuebles como muebles de las iglesias del Decanato Norte de la Diócesis de
Salta. El trabajo de Claudia Willemoës y Nora Antoniella se enfocó sobre todo en el relevamiento
y análisis de los bienes muebles. En este artículo, además de exponer la metodología aplicada
para la realización de la tarea, las autoras hacen una descripción sucinta de la información
lograda en cuatro iglesias de la ciudad de Salta que, a su juicio, ostentan rasgos distintivos en
cuanto a su diseño y los tesoros artísticos que guardan sus muros. El artículo es un homenaje a
artesanos, artistas y restauradores que han contribuido con su arte a que la imaginería religiosa,
además de su gran valor simbólico para la piedad popular, sea un homenaje de belleza y riqueza
expresiva al Padre Celestial.
En el campo jurídico y en la línea de la problemática de menores de 18 años, Beatriz Escu-
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Cuadernos Universitarios 8 / 2015
dero trata en su artículo «La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la
Nación» el tema de la emancipación de menores por casamiento, realizando un análisis comparativo entre el nuevo Código Civil y Comercial (CCYC) y el código de Vélez y sus sucesivas
reformas en cuanto a este punto. Con minuciosidad, en una secuencia que permite ir engarzando las ideas lógicamente, explica fundamentos, requisitos e impactos en la capacidad de los
menores, señalando los aspectos en los que no concuerda con las nuevas disposiciones que
surgen del nuevo CCyC. Concluye que, en general, ambos códigos no difieren en lo sustancial en
cuanto a este tema, cosa que la autora considera positivo, señalando que se ha simplificado el
texto legal y aportado mayor claridad.
Ariel Goisin, en su artículo «Inevitable malestar: pensando la clínica», siguiendo los
lineamientos de Freud esgrimidos sobre todo en su obra «El malestar de la cultura», intenta
comprender y explicar el origen de las crisis que la vida en sociedad provoca en los individuos,
pues en el postulado de que la cultura creada tiene como funciones primordiales «La protección
del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres», se llega a regular la pulsión natural que no entiende de moral ni contemplaciones con el
prójimo, sino solo sed de autosatisfacerse. El autor concluye que es perentorio asumir sin
eufemismos nuestra natural inclinación a agredir, solo así podremos influir sobre ella y responder a lo que nos demanda la cultura con menos malestar y, por supuesto, tenerlo siempre
presente en la práctica de la clínica sicológica. Para los lectores no sicólogos, el artículo permite
un acercamiento al pensamiento freudiano en este tema, dando herramientas para la propia
reflexión sobre cuestiones trascendentales que nos atañen como individuos y como miembros
de la sociedad.
En la sección de Reseña de libros, la Licenciada Rosanna Caramella hace lo propio con la
obra del arquitecto Roque Manuel Gómez, «El neocolonial en Salta, o la construcción del imaginario». Con estilo ameno y claro, permite el acercamiento a esta obra que indudablemente tiene
un impacto de destacar en cuanto a la valoración del patrimonio arquitectónico de nuestra
ciudad y en la comprensión y análisis de lo que implica «Salta ciudad colonial» como concepto
esgrimido desde distintas actividades (sobre todo la turística) y del que de un modo u otro, los
salteños nos apropiamos.
Como siempre el Comité Editorial desea que estos artículos sean del interés, gusto y utilidad de los lectores y agradece a los autores su invalorable aporte a la ciencia y cultura.
Dra. Ing. Lía Orosco Segura
Directora
Consejo Editorial
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Cuadernos Universitarios.
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8, 2015
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 7-29
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales
en la ciudad de Salta
Valoración y características
Claudia C. Willemoës1 y Nora Antoniella2
Resumen
El presente trabajo da cuenta de un estudio especial realizado en las iglesias de La Medalla
Milagrosa, Señor y Virgen del Milagro, Santa Rita de Cassia y Nuestra Señora del Rosario, las
cuales integran el Decanato Norte «Señor del Milagro» del Arzobispado de la ciudad de Salta. El
estudio forma parte del proyecto de investigación «Relevamiento, inventario y catalogación del
patrimonio cultural de la Iglesia en la Arquidiócesis de Salta». El mencionado proyecto propone
realizar el relevamiento físico, inventario y catalogación de los bienes patrimoniales de la Iglesia
Católica en la Arquidiócesis de Salta, como así también dar cuenta del estado de conservación
en que se encuentran las piezas.
En este avance de investigación se identifican nuevos materiales y técnicas de trabajo aplicadas
a imaginería, retablos y otros bienes muebles eclesiales, y se pretende destacar el trabajo de
artistas salteños y artesanos locales emergentes.
Palabras clave: iglesia - patrimonio eclesial - artistas - descripción - conservación
Abstract
This paper presents a special study performed in the parishes: «Medalla Milagrosa», «Señor y
Virgen del Milagro», «Santa Rita de Cassia» and «Nuestra Señora del Rosario». They belong to
the Northern Deanery «Señor del Milagro», Archdiocese of Salta. The study is part of the
research project «Survey, Inventory and Cataloguing of the Cultural Heritage of the Church in
the Archdiocese of Salta.» The abovementioned project proposes to perform the physical survey,
inventory and cataloguing of the assets of the Catholic Church in the Archdiocese of Salta as well
as to give an account of the state of preservation of these pieces.
In this paper, new material and working techniques applied to imagery, altarpieces and other
church movable properties are identified. In addition, a further aim is to highlight the work of
emerging artists in Salta and local artisans.
Keywords: church - church heritage - artists - description - conservation
1
2
Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Católica de Salta.
Facultades de Artes y Ciencias y de Arquitectura y Urbanismo, Universidad Católica de Salta.
Arquitectura y Urbanismo | artículo científico |
7
Willemoës / Antoniella
Introducción
La provincia de Salta cuenta con un importante patrimonio cultural, especialmente en
el plano religioso, que no solo impacta al ciudadano local sino también a aquellos que la
visitan: iglesias que reflejan distintos estilos
arquitectónicos y una rica imaginería que requiere, además de su estudio, un cuidado especial para su preservación y valoración. El
presente trabajo da cuenta de una parte de la
investigación del proyecto «Relevamiento, Inventario y Catalogación del Patrimonio Cultural de la Iglesia, en la Arquidiócesis de Salta»,
cuyo objetivo principal es realizar un relevamiento físico, conformar un inventario y catalogar los bienes patrimoniales culturales de las
iglesias de Salta, a fin de documentar testimonialmente esta importante riqueza históricocultural de manera sistemática, y archivar metódicamente registros de significativa trascendencia y valor religioso para nuestra sociedad.
Respecto de la conservación de los bienes
muebles de la Arquidiócesis de Salta —cuyo
relevamiento parcial se dará a conocer en este
avance de investigación—, la tarea es permanente y producto de años de intensa y constante labor, basada en la colección, resguardo y
restauración, hecho que tiene lugar dentro de
las mismas iglesias. Los bienes muebles
eclesiales incluyen imaginería, púlpitos, retablos, confesionarios, mobiliario en general, textiles, obras en cerámica, metalistería, herrería, vitrales y otros. Algunos de estos bienes
fueron parte del presente relevamiento, con el
objeto de analizarlos y evaluarlos en su estado
de conservación y valoración, a fin de configurar un estudio patrimonial eclesial.
Se tomó en cuenta como punto de partida
la obra realizada por sacerdotes encargados de
las parroquias, quienes se ocuparon de preservar las piezas devocionales; tarea cuyo inicio tuvo lugar durante la evangelización espa8
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Cuadernos Universitarios.
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ñola en nuestro territorio. El valor devocional
que conllevan las piezas, constituye un
importantísimo testimonio de nuestro patrimonio intangible provincial.
El inventario constituye el registro de todos los bienes del patrimonio eclesial arquidiocesano. A esta fase preliminar le sucede la
catalogación, que considera el bien en su conjunto y en su finalidad intrínseca. Los objetivos del primero responden al conocimiento, a
la salvaguarda, a la preservación y a la valoración del patrimonio. Respecto de los bienes
muebles de la Iglesia en la Arquidiócesis de
Salta, la información disponible no es tan extensa como la que se cuenta para los bienes
inmuebles, siendo imprescindibles el relevamiento in situ, las entrevistas y el registro fotográfico. El relevamiento de campo tuvo en cuenta no solo el aspecto visual, métrico y fotográfico de los bienes, sino también el registro de su
estado de conservación, a efectos de sugerir
futuras restauraciones, de ser necesarias.
En las fichas de inventario se encuentran
los datos específicos referidos a cada uno de
los bienes, que surgen de la observación directa, de las fuentes bibliográficas y de las entrevistas realizadas a los párrocos, artistas y
artesanos. Dichas entrevistas deberán continuarse y ampliarse, ya que constituyen una
fuente de información esencial para este estudio. Como su título indica, el estudio se centró
en la realización del relevamiento e inventario,
asiento ordenado de datos, concernientes en
este caso a los bienes patrimoniales muebles
de la Iglesia.
En el trabajo mencionaremos una selección de casos significativos de iglesias del
Decanato Norte, de relevancia desde el punto
de vista de su acertado criterio de proyecto de
diseño interior y exterior, y con algunas originales propuestas artísticas en lo referente a
los bienes eclesiales muebles que constituyen
su patrimonio.
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
El trabajo abordado permitirá, al completarse, comprobar la evolución de tendencias y
estilos e identificar elementos comunes para
cada período, considerando la organización
cronológica de los datos obtenidos.
Metodología y fuentes
Para ofrecer mayor claridad expositiva se
da cuenta del proceso metodológico que permitió elaborar el proyecto de investigación en
el cual se enmarca este trabajo. Se optó por un
método cuali-cuantitativo que permite la
triangulación de fuentes para la búsqueda de
información: identificación de variables, registro de datos, relevamiento y estudio bibliográfico referente a cada iglesia y documentación cualitativa resultante de la investigación
(testimonios, entrevistas, etc.).
Los procedimientos metodológicos del
proyecto de investigación comprendieron:
relevamiento y registro de datos de archivos
eclesiásticos, recopilación de información a
partir de diversas fuentes documentales, bibliografía específica, entrevistas estructuradas
y no estructuradas con diversos actores sociales, tanto en el ámbito de la cultura y la Iglesia
Católica como en la historia provincial y el arte
regional. Para la recopilación y organización de
información en las fichas de inventario, se siguieron los lineamientos planteados en la obra
de la Academia Nacional de Bellas Artes, Patrimonio Artístico Nacional, Inventario de
Bienes Muebles, Provincia de Salta, cuyo registro incluye descripción objetiva de cada pieza, medidas, datación, materiales, autor/es.
Respecto del análisis artístico-técnico se
consideraron tanto los aspectos estilísticos
(manejo de las formas, materiales empleados
en la fabricación de los objetos, diseños, técnicas y procedimientos utilizados en las diferentes épocas), como el contexto histórico y
cultural del cual las piezas de patrimonio son
expresión y a partir del que surgen y se desarrollan.
El análisis bibliográfico específico constituyó el primer paso del estudio. La bibliografía
consultada procedió tanto del ámbito eclesiástico como universitario, artístico e histórico.
Paralelamente se han realizado visitas a distintos lugares de interés: iglesias, archivos,
bibliotecas, y entrevistas a personalidades representativas: párrocos, secretarios, personal
a cargo de restauración de patrimonio provincial, artistas, artesanos, etc. Se destaca que los
miembros de este equipo fueron muy bien recibidos y asesorados en todos los casos. Muchas veces se encontró un vacío de información respecto de las piezas. En tales casos se
procedió a realizar una descripción objetiva,
junto con el registro fotográfico de ellas desde
distintos ángulos, de detalle y de contexto, consignando el estado actual de conservación tal
como se apreció en la observación directa.
Los sacerdotes a cargo de las distintas
parroquias rotan periódicamente; debido a esto
en algunos casos no poseen información precedente respecto de algunas obras. A veces se
trata de piezas provenientes de donaciones de
familias y se desconoce su procedencia, autor
o datación. Algunas parroquias llevan sus propios inventarios, pero existen casos en los que
por diversas razones se ha perdido lamentablemente toda la información archivada.
Los datos obtenidos a partir de las distintas fuentes y en las sucesivas visitas fueron
volcados en Fichas de Inventario de los bienes,
y archivados en soportes documentales físico
(papel impreso) y digital (CDs, DVDs, junto
con filmaciones). La información impresa fue
periódicamente elevada al Director del Proyecto. Al completar el Decanato Norte se cuenta
con un total de ocho biblioratos con información impresa y digital, compilados por las autoras, respecto de los bienes muebles. Esta
documentación se encuentra guardada actualCuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 7-29
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Willemoës / Antoniella
mente en archivos del Arzobispado de la provincia de Salta.
Categorías de bienes muebles
Los bienes muebles de interés patrimonial y artístico presentes en nuestras iglesias
se organizaron en las categorías siguientes:
• Imaginería. Se registra: procedencia,
datación, materiales empleados en su fabricación (madera, yeso, metales, telas, pinturas).
Medidas, técnicas de elaboración y terminaciones (talla, vaciado, moldeado, estofado, encarnado, etc.). Ubicación dentro del templo. Autor/
es y restauraciones realizadas o sugeridas.
• Retablos. Procedencia, datación, propuesta
compositiva, estructura. Número de cuerpos y
calles. Sotabanco, banco, hornacinas, entablamento. Ornamentación, materiales, estilo, autores, restauraciones realizadas y sugeridas.
• Púlpitos. Procedencia, datación, partes, temática iconográfica. Materiales, forma, elementos ornamentales, terminaciones (talla,
dorado, lustrado, etc.). Estilo, autores, restauraciones.
• Pinturas. Procedencia, datación, autor. Título, estilo. Medidas, soporte, temática, técnica. Análisis de contenido.
• Mobiliario. Procedencia, datación, estilo.
Tipología. Materiales, técnicas de fabricación
y terminaciones.
• Artes menores. Textiles. Cerámica. Metalistería y herrería. Vitrales. Otros. Procedencia, datación. Materiales, técnicas de elaboración empleadas en su fabricación.
Los originales bienes eclesiales
de Salta
Las técnicas coloniales americanas para
la fabricación de imaginería, abarcaban, a grandes rasgos, las siguientes variantes:
1. Imagen de bulto: una sola pieza tallada en
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madera, generalmente de cedro, a veces vaciada por dentro para alivianarla.
2. Imagen de candelero o bastidor: se talla la
cabeza, manos y pies, y el cuerpo se simula con
un fastuoso traje (imágenes de vestir).
3. Imagen de tela encolada: la tela, rigidizada
con sustancias especiales, representa una imagen corporal que de hecho no existe.
4. Imagen con articulación: talla completa con
complicados sistemas que dan movimiento a
la cabeza, brazos y piernas.
Estas técnicas tradicionales e históricas
para la construcción de las imágenes religiosas, son bien conocidas por los párrocos de la
Provincia, y nos fueron explicadas cuando la
situación lo ameritaba. Continúan aplicándose con algunas modificaciones en la fabricación local de imaginería actual; se emplea aún
hoy frecuentemente la tela encolada, se realiza
encarnado en las piezas, se arman bastidores
de madera u otros materiales para algunas
imágenes, sobre los cuales se las viste con telas verdaderas.
El encarnado se empleó y se continúa aplicando en las piezas para dar un aspecto de
carne humana a las figuras, y se realizaba antiguamente aplicando una capa de yeso sobre la
madera, además de color y aceites brillantes.
La técnica de estofado consistía en cubrir la
madera con color, pan de oro, y esgrafiado posterior para simular vestiduras. Ambas técnicas continúan realizándose hoy en día, aunque
con variantes respecto de los materiales.
En la selección de obras de este estudio se
presentan algunos casos de materiales y técnicas originales y novedosos, los que han sido
identificados a partir del relevamiento. Tal es
el caso de vitrales con diseños pintados a mano,
piezas de imaginería realizadas en soportes
inesperados, como la talla en telgopor (lo cual
permite realizar obras de mayor tamaño e impacto visual dada la liviandad del material),
rostros y manos de imaginería realizadas en
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
horno cerámico, pátinas de imaginería en cemento, etc. También se han relevado trabajos
de restauración originales, realizados por artistas y artesanos locales que, adaptándose a
las posibilidades brindadas por los nuevos
materiales, nos presentan igualmente obras de
gran calidad artística.
Lo mismo sucede con el diseño interior de
los nuevos templos. Muchas veces se cuenta
con la colaboración de albañiles y técnicos
miembros de la feligresía de la parroquia, quienes, inspirados por la devoción, colaboran
desinteresadamente con los párrocos, y la fe
que profesan se concreta en diseños originales. Es la intención de este estudio dar a conocer y poner en valor estos nuevos aportes a nuestro patrimonio cultural.
Relevamiento in situ
A continuación se describen algunos casos de proyectos de diseño y composición interesantes, también algunas piezas artísticas
de elaboración muy original cuyos autores se
desea dar a conocer a la vez que destacar su
labor creativa3.
1. Iglesia de la Medalla Milagrosa
TÍTULO: MEDALLA MILAGROSA
NRO. CÓDIGO: 1.6
LOCALIZACIÓN (Provincia, Dto., Localidad, Barrio, Dirección):
Av. Reyes Católicos 1600. (4400) Bº Tres Cerritos. Salta Capital. Pcia. Salta.
CRONOLOGÍA: 1985 (Templo Actual)
FECHA DE CONSTRUCCIÓN y/o Inauguración:
Erección Canónica: 17/02/1960. Dto. Nº2. Folio 191. Firma: Mons. Tavella y Pbro.
Casado.
REMODELACIONES:
El crecimiento del barrio exigió la construcción de un nuevo templo parroquial. Este
fue bendecido en la Fiesta Patronal de 1983 y consagrado el 27 de nov. de 1985,
año de Bodas de Plata parroquiales. Proyecto: Arq. Mariano Sepúlveda
Tomamos en primer lugar la Iglesia de la
Medalla Milagrosa, Decanato Norte. Lo
primero a señalar es el acertado proyecto
arquitectónico del Arq. Mariano Sepúlveda. Se
trata de un diseño integral que coordina el
exterior con el interior del edificio, además de
3
trabajos plenamente artesanales, como los
originales vitrales (Fig. 1), en vidrio catedral
(material de bajo costo) color amarillo,
combinados con dibujos a mano realizados en
pintura esmalte negra, con un resultado final
de relevante valor artístico.
Colaboración en fotografías: V. Alberstein, Lic. N. Antoniella y Lic. C. C. Willemoës.
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Willemoës / Antoniella
Fig. 1 . Iglesia de la Medalla
Milagrosa. Vitrales en paredes
interiores de la nave.
El exterior de la iglesia se desarrolla en
líneas rectas (el mismo criterio que rige el diseño interior). Una serie de arcos apuntados
definen las galerías exteriores. La entrada al
patio delantero se encuentra resguardada por
rejas de hierro. Una espadaña con campana
preside el acceso principal al templo (Fig. 2).
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El interior se desarrolla en una sola nave,
dividida en tres sectores por medio de las líneas indicadas en el piso y la distribución de
los bancos. Lámparas colgantes de hierro
acompañan esta disposición del salón. Todo el
interior se resuelve también en líneas rectas,
continuando la «M» del monograma de María,
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Fig. 2. Iglesia de la
Medalla Milagrosa. Vista
del acceso sobre el lado
izquierdo.
presente en la parte posterior de la imagen de
la Virgen de la Medalla Milagrosa (Fig. 3). Este
diseño, con arcos apuntados, rige toda la composición. Las líneas curvas solo aparecen en la
representación de la Virgen que preside la nave,
detrás del retablo, conformada por un paño vidriado fijo, por delante del cual se encuentra la
escultura. La composición es simétrica a ambos lados de este sector central.
Fig.3. Iglesia de la
Medalla Milagrosa.
Interior.
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Willemoës / Antoniella
En la cabecera de la nave se encuentra el
altar, dos púlpitos (uno a cada lado) y por detrás el retablo, de un solo cuerpo, todos realizados en mampostería. A ambos lados del retablo se han ubicado en forma lineal y también
simétricamente, los muebles de asiento (Fig.
4). Sobre el muro posterior se encuentran —
dispuestos a ambos lados de la imagen de la
Medalla Milagrosa y compartiendo el mismo
diseño— el Sagrario, a la izquierda, y la Pila
Bautismal, a la derecha. Dos faroles de hierro
acompañan a cada lado la imagen de la Medalla Milagrosa.
La cubierta en la cabecera se resuelve con
arcos apuntados. Por delante y presidiendo todo
el espacio se encuentra un Crucifijo suspendido del cielorraso. Sobre la pared derecha de
la nave se abre una puerta vidriada de dos hojas y sobre la pared izquierda se encuentra su
correspondiente simétrica. Sobre este mismo
muro se abre la puerta de acceso al Presbiterio. El criterio de diseño interior es acertado y
presenta unidad en toda la composición.
Las series identificadas en el interior del
templo corresponden a los Vitrales, los cuadros que señalan las Estaciones del Vía Crucis, las Cruces pintadas sobre placas circulares de granito, los faroles y las lámparas.
Fig. 4. Iglesia de la
Medalla Milagrosa.
Retablo.
Encontramos en particular sumamente
interesante la composición que representa la
imagen de la Medalla Milagrosa: una escultura junto al vitral conforma la imagen (Fig. 5).
La escultura representa a la Virgen María mirando hacia abajo, con los brazos abiertos, según aparece en la medalla original. El vitral,
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por detrás, en color ámbar y transparente, completa la composición. Este recurso, frecuente
en el estilo barroco, permite la iluminación solar
natural desde la parte posterior de la escultura. La imagen aparece de pie sobre la representación de una nube.
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Fig. 5. Composición integrada por
escultura y vitral representando la
imagen de la Medalla Milagrosa.
La imagen de María, escultura de bulto
entero, presenta vestiduras doradas, sugiriendo toda la composición que se trataría de una
medalla de oro. La cara y manos de la imagen
muestran encarnado en color natural. La representación de María es completamente figurativa (naturalista y no abstracta), con corona fitomorfa culminando en un medallón frontal con gema transparente (de vidrio o cuarzo).
Completa la imagen la aureola con pequeñas
lámparas de instalación eléctrica y las 12 es-
trellas que representan las doce tribus de Israel, también doradas.
La almendra mística (vitral) queda rodeada por la inscripción de la Medalla: «Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros
que recurrimos a vos», escrita en letras mayúsculas. Completa el texto la indicación del
año, «1830». Toda la composición se encuentra
enmarcada por un panel pintado en color salmón decorado con flores de lis doradas.
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Willemoës / Antoniella
2. Iglesia Santa Rita de Cassia
TÍTULO: SANTA RITA DE CASSIA
NRO. CÓDIGO: 1.5
CRONOLOGÍA: Siglo XX
LOCALIZACIÓN: Juramento 2796. Salta capital.
Otro caso interesante, desde el punto de
vista del diseño y el arte contemporáneos, representa la Iglesia Santa Rita de Cassia. La
fachada de la iglesia, de líneas rectas, combina
aventanamientos de formato cuadrangular,
otros en arco rectilíneo apuntado, y ventanas
de formato circular, llamadas «ojo de buey»
(Fig. 6). Una torre de tres cuerpos aparece
anexada al edificio de la casa parroquial. A un
costado del acceso principal se ubica una planta
conocida como «Santa Rita» completando la
referencia al nombre de la parroquia.
Fig. 6. Iglesia Santa Rita de Cassia. Fachada.
El diseño interior de la única nave presenta el volumen integrado por planos superpuestos en distintos niveles. Se destaca el original
formato de su cielorraso, de líneas rectas, realizado en placa de yeso. Este se integra al diseño lumínico, el cual consiste en líneas de ilu16
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minación que, provenientes del techo, descienden por la pared de la cabecera de la nave formando una cruz de luz (Fig. 7). Las ventanas
rectangulares presentan diseño en forma de
cruz, con una lámpara central en cada una y
paños de vidrio que completan su composi-
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
ción. Este original diseño, según el relato del
párroco, Pbro. Sergio A. Sévola, se realizó en
conjunto con un maestro mayor de obra, miembro de la comunidad parroquial.
El cielorraso culmina y se integra con la
gran cruz de luz sobre la que aparece suspendida la imagen de Cristo Crucificado (imagen
de tres clavos). Según lo expresado en la entrevista con el Padre Sévola, se trata de una talla
realizada en telgopor por el artista boliviano
Marcelino Mamaní. De importantes dimen-
Fig. 7. Iglesia Santa Rita de Cassia. Diseño
lumínico en el interior de la nave.
Este Cristo presenta algunas distorsiones
anatómicas, las cuales se corresponden con el
expresionismo que caracteriza la composición.
siones (el Cristo alcanza los 2 m de alto y 1,40
m de ancho), y encarnada en pasta, sumamente expresiva, la conmovedora imagen de Cristo
Crucificado preside la nave con gran presencia (Fig. 8). La expresión se subraya con la
sangre que mana de las heridas de la Pasión, la
representación de los golpes y latigazos, los clavos de hierro y la corona de espinas, de gran
realismo. El paño de pureza, sostenido por cordón, se pliega en el frente y a los lados.
Fig. 8. Iglesia Santa Rita de Cassia. Cristo
crucificado, en cabecera de la nave.
Es de destacar en este caso, además de la calidad artística, la originalidad del material empleado en su ejecución.
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En esta iglesia también encontramos una
interesante imagen de Santa Rita de Cassia
(Fig. 9), de pie, sosteniendo la cruz, proveniente
de Italia, traída especialmente por Mons.
Blanchoud y el Padre Lira, según lo expresado
en la entrevista al P. Sévola. De la observación
directa de esta imagen para su relevamiento,
se desprende que se trata de una escultura
hueca por dentro, posiblemente realizada en
molde con bizcocho cerámico fino o cartapesta,
con terminación en pasta. Presenta acertada
policromía y encarnado expresivo.
Fig. 9. Imagen de Santa Rita de Cassia ubicada en el
interior de la nave.
3. Iglesia del Señor y la Virgen del Milagro
TÍTULO: SEÑOR Y VIRGEN DEL MILAGRO
NRO. CÓDIGO: 1.2
CRONOLOGÍA: Siglo XX
LOCALIZACIÓN: Batalla de Salta s/n. Barrio Ciudad del Milagro. Salta
FECHA DE CONSTRUCCIÓN: 1996
Erección canónica 10/05/1996, Dto. Nro. 13 y firma de Mons. Moisés Julio
Blanchoud.
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Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Fig. 10. Iglesia del Señor y de la
Virgen del Milagro. Fachada
mostrando el acceso y la torre.
En esta iglesia se encuentran nuevos ejemplos de originalidad en materiales y técnicas
aplicados a la imaginería, a la vez que gran calidad artística en algunas de sus obras.
La construcción del edificio data del año
1996, o sea que tiene una antigüedad de 30 años;
fue realizada en tiempos del P. Ítalo Paternoster.
Las ampliaciones efectuadas por el párroco
actual, P. Fleckestein, incluyen: el campanario,
la secretaría parroquial, el atrio, un amplio salón parroquial donde se realizan encuentros y
reuniones de trabajo, con el propósito de volverla más funcional. Asimismo, se remodeló la
casa parroquial. Actualmente se encuentran en
construcción aulas de usos múltiples para las
distintas actividades de los grupos de la parroquia (Acción Católica, Misioneros, Catequesis). También se agregaron, para el equipamiento del interior, imágenes donadas y otras
encargadas al taller del Prof. Leandro Mendoza
y al señor Vicente Juárez, artista local.
La entrada al templo está compuesta por
un atrio techado con tejas coloniales, que se
encuentra en un desnivel al que se accede por
cuatro escalones. El techo apoya sobre dos pilares frontales y dos pilastras posteriores
adosadas al muro. La construcción presenta
un frontispicio de líneas mixtas detrás del atrio.
La puerta de acceso, de madera lustrada,
de gran tamaño (compuesta por cuatro hojas y
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dos cuerpos), aparece flanqueada por dos nichos enmarcados con molduras de mampostería, que contienen las imágenes del Señor y
de la Virgen del Milagro.
La torre campanario, de diseño austero,
presenta en la parte superior una ventana
enmarcada con molduras. En la parte media
se encuentra una cruz de cerámica
policromada. La cubierta de la torre posee el
mismo diseño del atrio, integrando toda la
composición (Fig. 10).
El templo tiene también una capilla lateral
de diseño contemporáneo (Fig. 11) para adoración del Santísimo.
Fig. 11. Iglesia del Señor y de la Virgen del Milagro. Interior.
En el interior del templo (Fig. 12) encontramos un sencillo retablo de mampostería,
conformado por un cuerpo cuadrangular apoyado sobre sotabanco de un escalón. El Sagrario apoya sobre un desnivel de una grada. Sotabanco y banco están revestidos en granito gris
y mármol blanco. Remata en la parte superior
con un arco de medio punto en relieve, debajo
del cual aparece, también en relieve, la representación figurativa del Cordero Místico (relieve en yeso policromado), realizado por Vicente Juárez en 1996.
Completan el interior los siguientes elementos:
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UCASAL,
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• el altar, de mampostería, revestido con placas de granito gris. Presenta columnas realizadas con recortes de mármol blanco superpuestos. En la parte frontal exhibe un relieve
figurativo sobre mármol blanco, que representa la Última Cena, con terminación de patinado en betún. Los apóstoles aparecen agrupados de a tres, composición que recrea la pintura de Leonardo da Vinci, obra de Vicente Juárez
(1985);
• la pila bautismal, de diseño contemporáneo,
en forma poligonal y de líneas rectas, revestida
con placas de mármol blanco y granito gris, y
• el atril, también de estilo contemporáneo,
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Fig. 12. Iglesia del Señor y de la Virgen del Milagro. Interior.
pie poligonal, revestido con placas de mármol
blanco y granito gris.
En la cabecera de la nave encontramos las
imágenes del Señor y la Virgen del Milagro
(Figs. 13 y 14). La Virgen, representada en imagen figurativa, polícroma, vestida, sin cuerpo.
Construida sobre armazón de yeso. Por detrás
presenta resplandor y corona en alpaca. Vestido de raso blanco y manto celeste bordado.
Debajo del vestido tiene una media luna en
yeso policromado. El Cristo Crucificado (Señor del Milagro) representa a Cristo muerto,
imagen de tres clavos, con la cabeza inclinada
sobre el hombro derecho. Paño de pureza en
tela blanca bordada. Encarnado sobre yeso. Por
detrás presenta también resplandor realizado
en alpaca, sobre cruz de madera con cantoneras
también en metal, y ángeles con terminación
en pátina dorada. Ambas imágenes fueron realizadas por Vicente Juárez.
Estas imágenes representan un gran valor
devocional para los feligreses de la parroquia,
del mismo modo que el Cristo Crucificado que
se encuentra en la capilla (Fig. 15), cuya adquisición posee una interesante historia. Según lo
expresado por el P. Fleckenstein, este Cristo
fue encontrado abandonado en el baldío de una
empresa funeraria y llevado a la parroquia, donde se encargó la restauración de sus manos y
pies, a Vicente Juárez. Se trata de una expresiva imagen de Cristo muerto, con la cabeza inclinada hacia adelante, realizada en yeso encarnado; el paño de pureza es de raso blanco,
terminado en flecos, con cordón dorado. La
escultura apoya sobre una cruz de madera lustrada.
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Figs. 13 y 14. Imágenes de la Virgen y del Señor
del Milagro, ubicadas en el interior de la nave de
la iglesia.
Fig. 15. Cristo Crucificado ubicado en el
interior de la iglesia.
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Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Las piezas de mayor valor artístico son sin
duda las imágenes de la Madre Teresa de
Calcuta y la de San José, recientemente adquiridas. Ambas fueron realizadas en el taller del
profesor Leandro Mendoza, docente y artista
salteño de amplia trayectoria en el medio. La
ejecución de las obras se debe sin embargo a
la artista Rosana Juri, quien se ha especializado en realización y restauración de imágenes
religiosas.
La expresiva imagen de la Madre Teresa
de Calcuta (Fig. 16), con las manos juntas en
actitud orante, portando el Santo Rosario, viste
el hábito de la Orden en tela encolada. Escultura de bulto entero, con su cara y manos en cerámica, con acertada policromía. La imagen
está armada sobre estructura de madera.
La imagen de San José (Figs. 17 y 18) representa al santo con el Niño Jesús en brazos y
la vara de azucenas blancas en su mano derecha. Ambos portan aureolas de chapa dorada.
El santo viste hábito de tela encolada. Se trata
de una escultura de bulto entero, con cara y
manos realizadas también en cerámica, con
acertada policromía, del mismo modo que la
imagen de la Madre Teresa.
Fig. 16. Escultura de la Madre Teresa de
Calcuta ubicada en el interior de la iglesia.
Figs. 17 y 18. Escultura de San José con el Niño,
ubicada en el interior de la nave de la iglesia.
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4. Iglesia Nuestra Señora del Rosario
TÍTULO: NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO
NRO. CÓDIGO: 1.7
CRONOLOGÍA: Siglo XX
LOCALIZACIÓN: Antártida Argentina 1373. Salta.
REMODELACIONES: La iglesia se encuentra en proceso de restauración de
fachada e interiores.
Fig. 19. Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Fachada.
El edificio se encuentra en proceso de restauración. La fachada, de estilo neocolonial,
presenta un diseño de líneas puras y equilibradas. El frente avanza en dos planos, manteniendo la simetría bilateral (Fig. 19). La puerta de acceso, central, se continúa en la parte
superior con una ventana rematada en arco de
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medio punto y este mismo diseño se mantiene
en las dos pequeñas ventanas que flanquean la
puerta. Sobre ellas se han ubicado dos faroles
de diseño colonial. El frontispicio, de líneas
curvas quebradas, remata en una cruz de hierro forjado. El diseño exterior se continúa en el
interior, integrando los arcos de medio punto.
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Fig. 20. Iglesia de Nuestra Señora del Rosario. Interior de la nave.
La única torre se encuentra anexada a la
iglesia. Está planteada en dos cuerpos; el superior corresponde al campanario, con un balcón corrido en voladizo sostenido por
ménsulas, recorriendo todo su perímetro. Culmina en cubierta de tejas, con terminación de
molduras lineales. El cuerpo inferior de la torre posee ventanas también en arco de medio
punto: de menor tamaño y en pares en la parte
superior, y más grandes y aisladas en la parte
inferior.
El interior de la única nave presenta un
diseño sencillo y austero (Fig. 20). En la cabecera, una arcada central define una profundidad en el muro, enmarcando la gran cruz ubicada detrás del altar. Las ventanas terminadas
en arco de medio punto se suceden a lo largo
de los muros laterales, disposición que continúa la simetría bilateral que rige todo el diseño
interior. Aparecen rodeadas también por arcadas en desnivel. Cada módulo en que aparecen
divididos los muros laterales se encuentra definido por la continuación de las cabreadas en
arco apuntado, correspondientes a la cubierta
a dos aguas, que descienden desde el
cielorraso. A cada lado del altar se encuentran
ubicadas dos vitrinas que contienen las imágenes de la Virgen del Rosario, a la derecha, y
del Sagrado Corazón de Jesús, a la izquierda.
Los bancos se encuentran dispuestos
longitudinalmente en dos sectores, dejando libre un único corredor central. Un púlpito de
mampostería se ubica en el lado izquierdo de
la cabecera de la nave, en oposición al reclinatorio y la pila bautismal, en el lado derecho,
completando la simetría del conjunto.
La pieza más destacada del patrimonio de
esta iglesia es posiblemente la imagen patronal de la Virgen del Rosario, ubicada en la vitrina derecha, en la cabecera de la nave. La figura
de la Virgen aparece de pie, con el Santo Rosario en su mano derecha y sosteniendo al Niño
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en su brazo izquierdo (Figs. 21). Ambos portan corona de alpaca cincelada. Si bien se trata
de una imagen de vestir, de acuerdo con lo informado por el P. Carrale, la escultura presenta
talla de cuerpo entero, apenas esbozado (no se
trata de estructura de candelero). Lleva peluca
y está vestida con túnica roja y manto negro,
ambos de terciopelo. El Niño está vestido con
túnica blanca, acordonada en la cintura. Se
desconocen el autor y la data. Según consta en
Guía Eclesiástica s/f, de la Biblioteca de la Iglesia San Francisco: «La imagen fue donada por
la Sra. Urbana Saravia Galmetti en mayo de
1997, se recibió en carácter de donación proveniente de la Basílica Nacional de Luján, Pcia.
de Buenos Aires, el manto que actualmente
viste la imagen, que cubrió a la histórica por
un año».
La imaginería de esta iglesia es de procedencia diversa. Se trata de figuras que, habiendo sido donadas por los fieles en distintos
momentos de la historia parroquial (sin haber
quedado ningún registro escrito), han pasado
a integrar el patrimonio mueble de la iglesia y
son exhibidas actualmente en la nave o en la
secretaría parroquial para su veneración. Podemos destacar entre ellas una imagen de tres
clavos de Cristo en agonía (Fig. 22), con la cabeza inclinada hacia la derecha, de tratamiento naturalista. Es una figura de policromía convencional pero expresiva; el encarnado subraya las llagas del costado, los clavos y las rodillas.
El paño de pureza, sujeto por un cordón, envuelve el cuerpo y cae con pliegues en la parte
delantera.
La nave de la iglesia es presidida por una
gran imagen de Cristo de cuatro clavos (Fig.
23), si bien estos no aparecen representados
en la escultura. Sujeta sobre una cruz de madera, la imagen presenta factura moderna, con
rasgos faciales geometrizados, del mismo modo
que el resto del cuerpo. Según entrevista realizada a personal de secretaría parroquial, se
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Fig. 21. Imagen de la Virgen del Rosario
ubicada en la vitrina derecha, en el
interior de la nave de la iglesia.
trataría de una talla en piedra, aunque puede
apreciarse en la obra la terminación con pátina uniforme de cemento. No presenta encarnado. La altura máxima de esta cruz es de 5,50
m y la del Cristo, de 3 m.
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Fig. 22. Cristo en agonía.
Conclusiones
Del análisis de los datos registrados en las
fichas de inventario de los bienes patrimoniales muebles pertenecientes a las iglesias salteñas descriptas, se desprenden algunas consideraciones generales, como ser el buen estado de conservación en que se encuentran las
piezas en casi todos los casos estudiados hasta el momento. Esto nos lleva a centrar nuestra
atención en el proceso de cuidado y restauración permanentes que dichos bienes han recibido. Este valioso trabajo viene siendo realizado hasta el momento por los sacerdotes. En los
casos en que se evidencia la necesidad de restauración de imágenes o del edificio, ya se encuentra iniciado el trabajo de restauración por
Fig. 23. Cristo de cuatro clavos.
iniciativa de los párrocos, que lo han encargado a artistas y artesanos locales.
Es importante destacar la necesidad de
participación de profesionales de la restauración, tanto de bienes muebles como inmuebles,
porque se observó en algunas iglesias que, si
bien las piezas se encuentran en aparente buen
estado de conservación, se pierden algunos
rasgos del estilo original en el proceso, en especial de la pintura, por haber sido encargada
a personas no especializadas en esta tarea.
Los materiales usados en la época colonial
fueron la madera, el barro cocido, la cera, la
pasta y a veces también el marfil. Se empleó la
policromía brillante, con tintes provenientes
del contexto local. Las técnicas de color estuvieron en manos de artesanos especializados.
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Siguiendo la tradición medieval, el color empleado durante la Colonia es esencialmente
simbólico, en relación directa con el carácter
de las imágenes. Actualmente se reproducen
aquellas técnicas antiguas. De manera artesanal, se elaboran armazones para preparar
piezas vestidas, se realizan rostros y manos de
santos en cerámica, se aplican vestiduras de
tela encolada, se realizan imágenes de molde
en yeso (ya no es tan frecuente la talla completa
en madera), y también aparecen nuevos materiales, como la resina y la cerámica artística
para la fabricación de las piezas. Incluso, como
se comentó anteriormente, alguna pieza de gran
tamaño ha llegado a realizarse empleando como
soporte el telgopor. Los colores, hoy acrílicos
en muchos casos, siguen conservando la misma simbología de antaño.
Los retablos y púlpitos son construidos
actualmente en mampostería o madera, elaborados en talleres de artesanos locales o construidos directamente en el interior de las iglesias por albañiles, bajo la dirección de los párrocos.
Respecto de la imaginería relevada, en general se trata de composiciones tridimensionales, en su mayoría plenamente figurativas,
que representan personajes bíblicos, crucifijos, advocaciones de la Virgen María o Santos
de la Iglesia Católica que acompañan al fiel en
la devoción y la fe. En algunos casos se encuentran también imágenes procesionales y Nacimientos, las que llegaron muchas veces a las
parroquias a través de donaciones particulares y poseen sin duda un valor testimonial histórico. Estas imágenes son testigos de espiritualidad y objeto de veneración a través de los
tiempos hasta el día de hoy, en que podemos
apreciarlas en el interior de los templos.
Los párrocos, en los casos en que se cuenta con la información respecto de los bienes,
conocen plenamente su valor. Cuáles son las
imágenes más antiguas, su valor artístico, cuá28
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les son coloniales o recientes; sus características, procedencia, data, autores y restauraciones realizadas. Se ocupan de esto con mucha
dedicación y conocimiento, también encargan
nuevas obras a artistas y artesanos del medio,
y nos asesoraron con generosidad y orgullo acerca de los bienes que resguardan, habiéndose
constituido algunos de ellos en verdaderos estudiosos del arte religioso.
Los talleres de artesanos han producido
gran variedad de imágenes, en muchos casos
se trata de autores anónimos, provenientes tanto del territorio provincial como nacional, o extranjero. Algunas piezas de molde fueron encargadas y compradas en otras ciudades y portan hoy un valor especialmente devocional.
Otras han llegado a las parroquias por donación de familias, de modo que se han perdido
datos importantes respecto de su origen,
datación e historia. También algunos artistas
reconocidos en el medio salteño han participado en la ejecución de obras de imaginería o
restauraciones, muchas veces aplicando técnicas nuevas y materiales no tradicionales, como el profesor Leandro Mendoza, la artista
Rosana Juri y el señor Vicente Juárez.
El rico y variado patrimonio artístico
eclesial de nuestra provincia, su interés cultural, artístico y devocional, hacen necesario un
estudio detallado a fin de alcanzar su conocimiento integral. Producto de años de intensa y
constante labor evangélica, el estudio y análisis de este patrimonio nos permitirá conocer
nuevos aspectos de la historia eclesial, así como
alcanzar una comprensión más completa de
nuestra identidad cultural.
Referencias bibliográficas
Academia Nacional de Bellas Artes. Patrimonio
Artístico Nacional. Inventario de Bienes
Muebles. Provincia de Salta. Buenos Aires, 1988.
Relevamiento e inventario de bienes muebles eclesiales en la ciudad de Salta
Arias Figueroa, Sergio. Desarrollo urbanístico
de la ciudad de Salta. Cuatro siglos de
Salta. 1582-1982. Jujuy: Ed. Paola, 1982.
Jáuregui, A. y M. Penhos. «Las imágenes en la
Argentina colonial. Entre la devoción y el
arte»; en Burucúa, José E. Nueva Historia Argentina. Vol. I. Arte, sociedad y política. Buenos Aires: Ed. Sudamericana,
1999.
Gobierno de la Provincia de Salta. Patrimonio
arquitectónico. Salta: Ministerio de Educación, 2007.
Martorell, Carmen. Tesoros de la ciudad. Salta a los cuatro rumbos. Salta: Secretaría
de Cultura de la Provincia de Salta, 2008.
Viñuales, Graciela Ma. Evolución de la arquitectura de la provincia de Salta. Resistencia, Argentina: Universidad Nacional
del Nordeste, 1969.
Recibido: noviembre de 2014
Aceptado: abril de 2015
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El neocolonial en Salta. O la construcción del imaginario, de
Roque Manuel Gómez1
Reseña descriptivo-crítica, por
Rosanna Caramella2
El arquitecto Roque Gómez es docente de
la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad Católica de Salta, de la cual fue
también Decano. Fue Director del Museo Histórico del Norte. Actualmente se desempeña,
además, como Asesor Honorario de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos. Es autor de importantes títulos en torno al patrimonio arquitectónico de
la región y del país, entre los cuales se destaca
Arquitectura popular de los Valles Calchaquíes
(Salta: EUCASA, 1998; 2a. edición, 2010).
El libro que reseñamos es un trabajo técnico especializado de interés para arquitectos
y profesionales del turismo. No obstante ha
sido planteado, redactado y desarrollado de tal
manera que pueda captar un espectro más
amplio de lectores; un lector que pueda acceder al contenido de manera sencilla, comprendiendo no solo el tema en sí, sino las causas
que generaron este tipo de arquitectura y los
contextos en que se desarrolla.
En la apertura del libro, el autor plantea su
postura frente a la problemática que presenta
el neocolonial, como un tipo de arquitectura
muy cuestionada, fuertemente denostada por
algunos y defendida por otros, por lo que no ha
sido tratada con un enfoque objetivo como cualquier movimiento arquitectónico.
Esta arquitectura es criticada por «carecer de autenticidad», o porque se la define
como una «mera copia del pasado», como actitud regresiva; por lo tanto, es considerada desechable, criticable, incluso al punto de ni siquiera dedicar tiempo a su estudio.
Frente a ello, Gómez se propone el objetivo de
…analizar las obras (…) [y] relacionarlas
con una serie de factores o circunstancias
regionales, sociales, políticas, económicas
o culturales en general, urdimbres sobre
las que se asienta la producción arquitectónica y que son necesarias para su comprensión» (p. 13).
Buscará profundizar en el tema en la forma más amplia posible; tomar las obras paradigmáticas y también la producción popular,
no solo de la capital, sino también del interior
de la provincia. Todo ello a partir de la observación, el análisis directo, la recopilación de testimonios e investigación bibliográfica. Al res-
1
Gómez, Roque Manuel (2014). El neocolonial en Salta. O la construcción del imaginario. Salta: Fondo
Editorial Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta. ISBN: 978-987-1929-21-4
2
EUCASA, Ediciones Universidad Católica de Salta.
Arquitectura | reseña |
31
Caramella
pecto señala, de paso, la falta de documentación en archivos, lo que determina un importante anonimato de las obras, a pesar de la evidente mano de un profesional.
Qué es la arquitectura neocolonial. La define como un
…conjunto de teorías, proyectos y realizaciones que se concretaron en las primeras
décadas del siglo XX [en Latinoamérica],
tomando como modelos, en principio, las
obras producidas durante la dominación
española en América y en la propia España (p. 15).
Ello significa tomar como fuente un período demasiado extenso, de más de 300 años,
esparcido por todo el continente, y que subordina la existencia de una forma arquitectónica
a una contingencia política y no a una «voluntad de forma» o «impulso estético».
En función de esto, indica que más que
como un estilo es necesario definirlo como un
movimiento historicista, con un sustento ideológico, producto de la visión de un determinado momento (el período de afianzamiento de
las tendencias nacionalistas), combinación de
persistencias de una forma de vida, pero también de elementos dictados por la moda.
El concepto de estilo implica un orden de
composición y un principio de recurrencia, con
determinados códigos compartidos. Frente a
ello, se afirma el carácter necesariamente ecléctico de este movimiento que parte de la
intencionalidad manifiesta y consciente de recuperación del hispanismo y que generará realizaciones regionales muy claramente diferenciadas a lo largo de Latinoamérica, así como
diferenciadas son también las fuentes en las
que abreva.
Y si bien en general se descalifica esta propuesta por su supuesta falta de estilo y por ser
32
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
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una copia de tendencias pasadas, reproducción más o menos fidedigna de las formas arquitectónicas concretadas durante la colonia,
Gómez marca con todo detalle la inmensa riqueza del movimiento dada, entre otros factores, por:
• presencia de elementos del plateresco, del
Barroco español, el Barroco potosino, arequipeño y cusqueño; expresiones sencillas del virreinal rioplatense en sus manifestaciones urbanas y rurales; manierismo italiano; el espacio y las soluciones estructurales del mudéjar
en los interiores, como parte del hispanismo;
• rasgos neoclásicos;
• detalles indianos o entendidos como tales;
• influjo del californiano, y otros agregados.
Todos estos son componentes que el imaginario social reconocía o aceptaba como colonial.
Estos modelos y sus realizaciones en obras
dieron resultados diferentes según los lugares, los intereses, las necesidades y las posibilidades, tanto económicas como de acceso a
los materiales y técnicas.
Y así como se le negó entidad y se rehusó
dedicar tiempo y esfuerzo a su estudio, el autor, con la convicción de que no es procedente
descalificar esta arquitectura por su supuesta
falta de estilo, se detiene en su observación,
descripción, explicación y fundamentación,
apuntando, como él mismo lo señala, a rescatar y documentar este movimiento como memoria identitaria de nuestra región, sin que
ello implique incurrir en apología superficial.
Luego de esta toma de posición, el estudio
avanza hacia identificar los antecedentes del
movimiento, tanto en América en general como
en Argentina en particular. Para ello, define
detalladamente la situación cultural de cada
país en particular, con las tendencias y factores que se conjugan y entrelazan para dar determinadas respuestas a los cuestionamientos
que surgen a lo largo y ancho del territorio.
El neocolonial en Salta, de Roque Manuel Gómez
Señala los movimientos que se registran
en el interior de cada país y las tendencias que
se enlazan en toda Latinoamérica, con la identificación de las particularidades propias de
cada región y sus historias individuales.
Hecha esta revisión, se centra en Argentina y profundiza en los procesos que se verifican en cuanto tendencias culturales y repasa
los siguientes fenómenos que se producen en
la época:
• exagerada europeización de la segunda mitad del siglo XIX; fenómeno de la inmigración;
inicio del avance de Estados Unidos sobre Latinoamérica;
• exacerbación de sentimientos patrióticos y
una fuerte apuesta por lo nacional, producto
del clima generado por el festejo de los centenarios (1910/1916);
• reconocimiento de la falta de una identidad
nacional que provoca una romántica nostalgia
hacia los tiempos de la colonia —España pasa
de ser «los godos» a la «Madre Patria»—;
• negación del indigenismo que no se siente
parte de la historia propia;
• presencia de un alto contenido nacionalista
y conservador —el movimiento surge de los
intelectuales vinculados a la oligarquía.
Y revisa también las distintas manifestaciones de la intelectualidad y la cultura (la literatura, las artes plásticas, la música, la danza,
las revistas, el cine, las ideologías, los debates
culturales, la investigación histórica, la fundación de institutos, academias, centros de estudios).
Se detiene entonces en la producción intelectual específica en torno a la arquitectura, lo
que es fundamental para una toma de decisión
consciente como la que se produjo en este
ámbito. Menciona y analiza las obras de:
• Juan Kronfuss (Arquitectura colonial en la
Argentina, 1920); en este título destaca el
relevamiento gráfico realizado por el autor en
dibujos y acuarelas de una arquitectura que
comenzaba a desaparecer;
• Augspurg, Lanziuto, Nadal Mora, Furlong;
• Mario José Buschiazzo, en quien remarca el
concepto de la arquitectura colonial americana con visión continental.
Señala Gómez que estos arquitectos estudiosos intervinieron no solamente con la realización de obras de arquitectura, sino con fundacionales relevamientos de obras y definición
de tendencias, a través de lo cual rescataron y
difundieron la arquitectura colonial. Esto fue
fundamental fuente de inspiración para obras
que se realizarían posteriormente y fuerte impulso a la formación de arquitectos en las universidades.
Se aboca entonces al desarrollo del movimiento neocolonial en Argentina, desde 1920
hasta los años 50-60, en que la tendencia comenzó a ser reemplazada por las nuevas corrientes racionalistas.
El siguiente paso es definir «el movimiento en Salta» y analizar las condiciones que favorecieron su instalación, reproducción y conservación. Afirma entonces que la adhesión a
este movimiento de renacimiento colonial es
un fenómeno particular en Salta y presenta características propias muy marcadas, signadas
por la idiosincrasia salteña —de exaltación de
lo propio, de la tradición y de lo regional—, para
la cual el enlace con este movimiento se da de
forma connatural.
El solo hecho de haber nacido en Salta se
presentaba como suficiente mérito para
ostentar orgullo. Ello permitió hacer de este
movimiento un estado permanente y cotidiano que legitimaba a una sociedad, afirmando sus orígenes, reforzando las diferencias a partir de la propia evocación y
fomentando la mística de una opulenta,
edulcorada y arrogante Salta del siglo XVIII,
gaucha y heroica, noble y patricia, de la
cual todos (…) se sintieron descendienCuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 31-34
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Caramella
tes, orgullosos de una identidad colectiva
(p. 75-76).
En claro paralelismo con lo que vino planteando hasta ahora, realiza un repaso minucioso de las letras, la pintura, la música, la investigación. Y señala que en Salta no hay un
momento final para esta tendencia, la que
«…continúa presente, inmanente, (…) aunque
carente de la fuerza y calidad del movimiento
original» (p. 87).
Se aboca entonces al objetivo central del
libro: las obras arquitectónicas producidas en
Salta que pueden definirse como pertenecientes al neocolonial, y sus autores.
El análisis descriptivo, detallado y cabal,
se acompaña y dialoga permanentemente con
el preciosismo de dibujos (a lápiz y tinta) de
fachadas, plantas de edificios, detalles constructivos grandes y pequeños, por lo que el estudio alcanza muchos de los méritos que el
propio autor reconoce en los pioneros de estas
investigaciones (Kronfuss, Auguspurg, Lanziuto o Buschiazzo). Por otra parte, señala que
optó por el dibujo y el croquis antes que la fotografía, pues estos le permiten limpiar y retrotraer a sus aspectos originales las fachadas,
liberándolas de cables, carteles, etc.
En las conclusiones («Palabras finales»)
repasa haber reseñado, en búsqueda de la definición de este movimiento, desde grandes
edificios hasta sencillas viviendas; edificios
públicos en un amplio rango —bancos, escue-
las, iglesias, hospitales, mercados— o viviendas particulares; construidas por profesionales formados o por los propios usuarios; con
técnicas elementales o sofisticadas; en una
diversidad espacial y contextual demasiado
amplia; obras que atraviesan todas las clases
sociales y tanto el espacio urbano como rural, a
lo largo y ancho de la Provincia.
Si el criterio de conservación fuera su antigüedad, esta arquitectura no tiene los
años suficientes como para recibir protección. Sus apelativos de «copia» o «falta
de autenticidad» la descalifican para gozar del cuidado que ya tienen ciertas obras
contemporáneas. (...) Si la premisa fuera
su valor histórico, en sus interiores —que
sepamos— no vivieron héroes ni sucedieron acontecimientos que cambiaron o incidieron en la historia consagrada. Desaparecidos los que la sustentaban y construían, huérfana y estigmatizada, esta arquitectura está quedando sin protección.
(...) las apetencias inmobiliarias, la falta
de una real y desprejuiciada valoración y la
escasa sensibilidad que se tiene cuando
se intervienen estas obras están poniendo
en peligro su conservación y comienzan a
desaparecer, generando un hueco en la historia de la arquitectura de la ciudad» (p.
263-4).
He aquí la clave para entender la importancia de este estudio.
Recibido: agosto de 2015
Aceptado: noviembre de 2015
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015: 31-34
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 35-48
La emancipación por matrimonio en el
Código Civil y Comercial de la Nación
Beatriz Escudero de Quintana1
Resumen
En el presente trabajo se analiza la regulación legal de la institución de la emancipación por
matrimonio. Se señalan las exigencias que establece el Código Civil y Comercial —aprobado por
Ley 26.994— para que se produzca, como así también el impacto que la emancipación produce
en el régimen de capacidad de los menores. El análisis se efectúa en forma comparativa con las
disposiciones contenidas en el Código de Vélez, reformado, en este punto, por leyes 17.711,
23.515 y 26.579.
Palabras clave: menores - emancipación - matrimonio - capacidad
Abstract
This article analyzes the legal regulation concerning minors’ emancipation through marriage. It
points out the requirements set forth in the new Argentinian Civil and Commercial Code,
passed by Act 26994, as regards emancipation through marriage and the consequences on the
emancipated youngster´s legal capacity. A comparison with the provisions of the Civil Code
written by Vélez Sarsfield, as modified by Acts 17711; 23515 and 26579 is made as well.
Keywords: young people - emancipation - marriage - capacity
Introducción
La emancipación significa el fin, dimisión
o abdicación de la patria potestad o de la tutela
sobre una persona menor de edad a fin de que
esta pueda regir su persona y sus bienes como
si fuera mayor de edad; se trata de una anticipación de la plena capacidad civil que se adquiere con la mayoría de edad.
1
Hasta la sanción de la Ley 26.579, existían
dos tipos de emancipación en nuestro país: la
emancipación por matrimonio y la emancipación dativa o por habilitación de edad, que fuera incorporada al artículo 131 por la reforma
del Decreto Ley 17.711.
Mediante la ley mencionada en primer tér-
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica de Salta.
Ciencias Jurídicas | nota de divulgación |
35
Escudero de Quintana
mino se han introducido importantes reformas a la legislación civil debido a que reduce a
dieciocho años la edad a partir de la cual se
alcanza la mayoría de edad y se derogan los
párrafos tercero y cuarto del artículo 131 CC.
Con ello deja de tener vigencia en nuestro ordenamiento jurídico la emancipación por habilitación de edad, subsistiendo, solamente, la
emancipación por matrimonio. El Código Civil y Comercial Unificado mantiene esta situación, disponiendo en el artículo 27: «La celebración del matrimonio antes de los dieciocho
años emancipa a la persona menor de edad. La
persona emancipada goza de plena capacidad
de ejercicio con las limitaciones previstas en
este Código». La fórmula es, pues, similar a la
contenida en el artículo 131 del Código de
Vélez: «Los menores que contrajeran matrimonio se emancipan y adquieren capacidad civil,
con las limitaciones previstas en el artículo 134».
Fundamento
El matrimonio genera el emplazamiento en
un nuevo estado de familia, lo que exige un
ámbito de capacidad más holgado que permita a los contrayentes asumir los derechos y deberes inherentes; ello es absolutamente incompatible con la sujeción de uno o ambos cónyuges al régimen de patria potestad. Se trata de
permitir que quien asumió las responsabilidades inherentes a la constitución de una familia pueda desenvolverse en la esfera patrimonial sin las trabas que importa la existencia
de un régimen básico de incapacidad.
No todos los autores coinciden en la conveniencia de la emancipación automática de
los menores por el hecho de contraer matri2
3
4
5
monio. Marisol Burgués se pregunta: «¿Acaso
el hecho de contraer matrimonio es sinónimo
de haber alcanzado la madurez necesaria para
que una persona menor de edad adquiera la
capacidad civil?»2. Tal crítica no sería hoy admisible en atención a la instauración del régimen de capacidad progresiva de los menores y
la necesidad, establecida en los artículos 404 y
645 CCyC, de que el menor cuente con autorización judicial o paterna para contraer matrimonio: no se otorgaría la autorización si el
menor no contara con la madurez suficiente
como para asumir los derechos y obligaciones
derivados de la celebración del matrimonio. En
tal sentido se ha expresado que, si los progenitores o el juez consideran al menor suficientemente maduro
para afrontar responsabilidades de la más
alta valoración, tal cual son las emanadas
de las normas que rigen el derecho matrimonial, es lógico que también se lo considere apto para afrontar por sí aquellas que
pueden ser consideradas en un rango inferior de valoración3.
Requisitos
Para que opere la emancipación es preciso
el cumplimiento de las condiciones establecidas en los artículos 27, 404 y 645 inciso a) del
Código Civil y Comercial Unificado4.
1. Tener menos de 18 años: la institución está
limitada al supuesto de quienes no alcanzan
dicha edad, ya que cumplidos los 18 años se
adquiere la mayoría de edad; no se impone, en
cambio, una edad mínima para la celebración
del matrimonio5.
Rujelman; Burgués.
Bueres, 649.
Arts. 131, 166, inc. 5, 167, 168 y 169 del Código Civil.
El nuevo Código no modifica la normativa vigente al momento de su entrada en vigencia en cuanto
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015: 35-48
La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
Cabe recordar, sin embargo, lo establecido
en el artículo 2 de la Ley 18.448:
Los Estados parte en la presente Convención [se alude a la de Nueva York] adoptarán las medidas legislativas necesarias
para determinar la edad mínima para contraer matrimonio. No podrán contraer legalmente matrimonio las personas que no
hayan cumplido esa edad, salvo que la autoridad competente, por causas justificadas y en interés de los contrayentes, dispense el requisito de la edad.
Comentando este artículo, en el Tratado
de Derecho de Familia de las Dras. Kemelmajer, Herrera y Lloveras, se recuerda que en
los fundamentos de la Convención de Nueva
York se expresa:
…ciertas costumbres, antiguas leyes y
prácticas referentes al matrimonio y a la
familia son incompatibles con los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos (…) los Estados (…) deben adoptar todas las disposiciones adecuadas con el objeto de abolir
dichas costumbres, antiguas leyes y prácticas, entre otras cosas, asegurando la libertad completa en la elección del cónyuge, aboliendo totalmente el matrimonio de
los niños y la práctica de los esponsales de
las jóvenes antes de la edad núbil…6.
2. Celebración de matrimonio válido: No se
efectúa distinción alguna según que el matrimonio se celebre con persona de igual o de
distinto sexo, siendo de aplicación lo dispuesto por el artículo 402 CCyC:
Ninguna norma puede ser interpretada ni
aplicada en el sentido de limitar, restringir, excluir o suprimir la igualdad de derechos y obligaciones de los integrantes del
matrimonio, y los efectos que este produce, sea constituido por dos personas de
distinto o igual sexo.
Para que se cumpla este requisito es necesario que:
a) los menores presten libremente su consentimiento matrimonial;
b) lo hagan en presencia de un Oficial Público competente y cumpliendo las formalidades
de ley. La incompetencia de quien recibe el
consentimiento no determina la inexistencia
del matrimonio si ejercía públicamente la función y al menos uno de los cónyuges es de buena fe (art. 407);
c) cuenten con dispensa judicial o autorización de sus padres: la dispensa judicial es la
autorización que da un juez para contraer matrimonio pese a la existencia del impedimento
legal consagrado en el artículo 403 inc. f) CCyC.
Se otorga con carácter excepcional y solo cuando ello consulta el interés del menor. La dispensa se exige si los menores no han cumplido
16 años; si se trata de adolescentes entre 16 y
18 años, deben contar con la autorización de
sus padres (arts. 404 y 645 inc. a).
Con esta disposición se cierra una discu-
a la edad requerida para contraer matrimonio sin necesidad de dispensa judicial. Cabe recordar que la
Ley 23.515 establecía, en el artículo 166 inciso 5º, como uno de los requisitos para contraer matrimonio, tener dieciséis (16) años la mujer y dieciocho (18) el varón; posteriormente la Ley 26.449 modificó el citado inciso y estableció la edad de dieciocho (18) años tanto para la mujer como para el varón.
La Ley 26.579, que dice modificar nuevamente el art. 166, inc. 5, solo ha sostenido el criterio de la edad
para contraer matrimonio a los 18 años.
6 Kemelmajer y otros, 154.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 35-48
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Escudero de Quintana
sión doctrinaria relativa a la interpretación de
los artículos 168, 169 y 170 del Código velezano
a partir de la vigencia de la Ley 26.5797. Esta
norma no derogó los artículos mencionados
pero sí la aptitud nupcial antes de la mayoría
de edad (en la anterior regulación, entre los 18
y 21 años los menores podían contraer matrimonio sin dispensa judicial pero con la autorización paterna); de allí que se discutían los
efectos de las prescripciones de estos artículos en relación con lo estatuido en el artículo
167 CC8. Las posturas existentes sobre el tema
pueden sintetizarse de la siguiente manera:
• Al trámite de dispensa (donde se escuchaba
a los representantes legales del menor) se debía sumar el requisito de la autorización de los
padres o tutores; esto es, debían coexistir la
venia o dispensa judicial y la autorización paterna posterior: removido el impedimento de
falta de edad legal, y habiendo negado los representantes legales el asentimiento, podía
habilitarse la vía judicial del disenso (esto es,
el menor recurrir nuevamente al juez para que
lo autorice a casarse pese a la oposición de sus
padres), o aventurarse los contrayentes a unas
nupcias que, si bien válidas, serían irregulares y pasibles de la sanción prevista en el artículo 131, último párrafo, para el supuesto de
carencia de autorización: los menores no tendrían la administración de los bienes recibidos a título gratuito, antes o después del matrimonio, hasta alcanzar la mayoría de edad.
• Constituía un requisito en el juicio de dispensa la citación de los padres como parte en
el proceso, pero en todo caso, la falta de asentimiento no sería vinculante para el juez. En esta
postura, el consentimiento paterno no era requisito para la celebración del matrimonio sino
que, simplemente, en el proceso judicial en
que se tramitara la solicitud de dispensa debía escucharse a los padres, que solo podían
oponerse por las causales del artículo 169 CC y
cuya opinión no era vinculante. Era el juez quien
decidía, en definitiva, si otorgaba o no su asentimiento al matrimonio. Con esta posición, la
sanción prevista en el artículo 131 CC estaría
referida a la falta de autorización judicial para
casarse (venia o dispensa).
7 Con las modificaciones introducidas por esta norma, el texto de los artículos citados era el siguiente:
«Art. 168: Los menores de edad no podrán casarse entre sí ni con otra persona mayor sin el asentimiento de sus padres, o de aquel que ejerza la patria potestad, o sin el de su tutor cuando ninguno de
ellos la ejerce o, en su defecto, sin el del juez.
Art. 169: En caso de haber negado los padres o tutores su asentimiento al matrimonio de los menores,
y estos pidiesen autorización al juez, los representantes legales deberán expresar los motivos de su
negativa, que podrán fundar en:
1° La existencia de alguno de los impedimentos legales;
2° La inmadurez psíquica del menor que solicita autorización para casarse;
3° La enfermedad contagiosa o grave deficiencia psíquica o física de la persona que pretende casarse
con el menor;
4° La conducta desordenada o inmoral o la falta de medios de subsistencia de la persona que pretende
casarse con el menor.
Art. 170: El juez decidirá las causas del disenso en juicio sumarísimo, o por la vía procesal más breve
que prevea la ley local».
8 La disposición expresaba «Podrá contraerse matrimonio válido en el supuesto del artículo 166, inciso
5° previa dispensa judicial. La dispensa se otorgará con carácter excepcional y solo si el interés de los
menores lo exigiese previa audiencia personal del juez con quienes pretendan casarse y los padres o
representantes legales del que fuera menor».
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015: 35-48
La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
Nulidad e inexistencia del
matrimonio
La falta de la autorización requerida o la
existencia de vicios, en la voluntad o en el acto
de celebración del matrimonio, determina la
nulidad de este; sin embargo, a tenor de lo que
dispone el artículo 27 CCyC: «La nulidad del
matrimonio no deja sin efecto la emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe
para quien cesa a partir del día en que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada». La
mala fe, en este caso, no solo se refiere a que el
menor sabe que no cuenta con la autorización
de sus padres o la dispensa judicial y que ello
es requisito para que el matrimonio que celebre sea válido, sino también a la existencia de
cualquier otro impedimento.
Esto es, el legislador no ha querido privar
de efectos en forma absoluta al matrimonio nulo
con la finalidad de salvaguardar los derechos
que ya ejercía el cónyuge de buena fe y de resguardar la situación de los terceros, reconociendo efectos a los actos jurídicos celebrados
por los cónyuges antes de que la sentencia de
nulidad del matrimonio adquiera firmeza.
Si el matrimonio fuera inexistente, por falta de consentimiento de alguno de los contrayentes o por no haberse expresado este ante
autoridad competente (salvo el supuesto del
artículo 407 - buena fe y creencia común sobre
la competencia del funcionario), no se produciría la emancipación, atento que el artículo
406 —que regula el supuesto de inexistencia—
expresamente dispone: «El acto que carece de
este requisito no produce efectos civiles».
Dada la consagración legal de un régimen
propio para las uniones convivenciales de una
duración superior a los dos años (arts. 509 a
528 CCyC) resulta importante señalar que los
menores de edad no pueden constituir una
unión de las reguladas, por lo que no existe la
posibilidad de emancipación a partir de una
relación de convivencia.
Caracteres
La emancipación por matrimonio es:
1. Automática: celebrado el matrimonio acaece la emancipación, sin necesidad de trámite
alguno.
2. De orden público: de allí que los padres, al
autorizar el matrimonio, están asimismo dando su consentimiento para la emancipación
pues no pueden establecer limitación alguna a
la anticipación de la capacidad de ejercicio legalmente prevista.
3. Irrevocable: según lo prescribe el artículo
27 CCyC; la emancipación se mantiene incluso si el matrimonio se disuelve en la menor
edad por muerte de alguno de los contrayentes
o divorcio. La existencia de hijos de la pareja
no es requisito para la subsistencia de la emancipación.
Sus efectos persisten aún con posterioridad a la declaración de nulidad del matrimonio. Respecto del cónyuge que contrajo matrimonio nulo de mala fe, cesan los efectos de la
emancipación a partir del día en que la sentencia de nulidad del matrimonio pasa en autoridad de cosa juzgada. También en este caso,
el efecto se produce, tengan o no hijos los contrayentes del matrimonio nulo.
Capacidad del menor emancipado
En el Código de Vélez, una vez celebrado el
acto jurídico matrimonial por un menor de
edad, se producía de manera automática, esto
es, por imperio de la ley, su emancipación.
Como consecuencia del imperio de este
instituto, cesaban de ahí en más la patria potestad o la tutela y el emancipado quedaba habilitado para todos los actos de la vida civil con
las limitaciones que surgían de los artículos
134 y 135.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 35-48
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Escudero de Quintana
El fin de la responsabilidad parental y de la
tutela sobre una persona menor de edad, como
consecuencia de la celebración del matrimonio, se mantiene en el Código Civil y Comercial, disponiendo el artículo 27:
cicio que estos hagan de la responsabilidad
parental respecto de sus propios hijos10.
La celebración del matrimonio antes de
los dieciocho años emancipa a la persona
menor de edad. La persona emancipada
goza de plena capacidad de ejercicio con
las limitaciones previstas en este código.
La emancipación es irrevocable. La nulidad del matrimonio no deja sin efecto la
emancipación, excepto respecto del cónyuge de mala fe para quien cesa a partir
del día en que la sentencia pasa en autoridad de cosa juzgada…
La condición de capacidad de los menores
emancipados no es idéntica a la de las personas adultas; por el contrario, si bien el principio es la plena capacidad de ejercicio, la normativa vigente impone diversas restricciones
que no alcanzan a quienes han cumplido los 18
años.
Los actos celebrados por los menores
emancipados en violación a las restricciones
legales son nulos, siendo la nulidad de carácter
relativo, pues las prohibiciones tienden a proteger el interés particular del menor.
Debe recordarse que estar habilitado no
significa ser mayor de edad. Por ello, en su última parte el artículo, en fórmula similar, aunque mejorada, al 137 CC, dispone: «Si algo es
debido a la persona menor de edad con cláusula de no poder percibirlo hasta la mayoría de
edad, la emancipación no altera la obligación
ni el tiempo de su exigibilidad»9.
Los artículos 135 y 699 CCyC prevén como
causas de terminación de la tutela y de extinción de la titularidad de la responsabilidad
parental, la emancipación del menor tutelado;
el artículo 699 consagra como excepción a la extinción prevista «lo dispuesto en el artículo 644»
referido al derecho deber de los progenitores de
adolescentes emancipados de controlar el ejer-
Limitaciones a la capacidad de los
emancipados
1. Restricciones en materia de
disposición y administración de bienes
En general, el régimen de capacidad de los
emancipados no presenta diferencias importantes con el vigente hasta la sanción del nuevo
Código, manteniéndose en el artículo 28 CCyC
las prohibiciones absolutas contenidas en el
artículo 134 del Código de Vélez11; esto es, aprobación y finiquito de las cuentas de los tutores,
donación de bienes recibidos a título gratuito y
afianzamiento de obligaciones12. Ninguna de
estas acciones puede ser ejecutada por los emancipados, ni siquiera con autorización judicial. La última limitación mencionada ha sido
El artículo 137 CC disponía: «Si alguna cosa fuese debida al menor con cláusula de solo poder haberla
cuando tenga la edad completa, la emancipación no alterará la obligación, ni el tiempo de su exigibilidad».
10 El tema se analizará más adelante.
11 Concordante con lo dispuesto en el artículo 134, el 841 CC establecía: «No pueden hacer transacciones; ... 5) Los tutores con los pupilos que se emanciparen, en cuanto a las cuentas de la tutela,
aunque fuesen autorizados por el juez (…)».
12 La limitación referida al afianzamiento de obligaciones se encontraba, asimismo, contenida en el
art. 2.011 CC: «Todos los que tienen capacidad para contratar empréstitos, la tienen para obligarse
9
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015: 35-48
La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
interpretada en sentido amplio por los doctrinarios y jueces; si bien el Código les prohíbe
afianzar obligaciones, se entienden prohibidas
situaciones análogas como la constitución de
hipotecas, prendas o anticresis sobre sus bienes para garantizar obligaciones de terceros; se
señala, además, que la prohibición no distingue
respecto de su origen, esto es, comprende los
adquiridos a título gratuito u oneroso13.
El mantenimiento de esta restricción absoluta resulta, al menos, sorpresivo en el marco de un régimen de capacidad inspirado en el
respeto de la autonomía de los menores y de su
capacidad progresiva, basado en la madurez y
el progresivo discernimiento.
El artículo 29 CCyC introduce modificaciones en la forma de disposición onerosa de
bienes recibidos a título gratuito por el emancipado ya que exige autorización judicial para
ello. En el régimen de Vélez era suficiente el
acuerdo de los cónyuges y el asentimiento del
cónyuge mayor para la validez de dichos actos
de disposición (art. 135 CC). Se prevé, como
en la normativa vigente, que la autorización
judicial de disposición14 solo puede ser dada
cuando el acto sea de toda necesidad o de ventaja evidente. El cambio de régimen refleja el
sentir de muchos doctrinarios que habían señalado la inconveniencia de sustituir la autorización judicial por el asentimiento del cónyuge mayor de edad15.
El artículo 1.360 CC disponía: «Los meno-
res emancipados no pueden vender sin licencia judicial los bienes raíces suyos, ni los de
sus mujeres o hijos». La disposición del artículo 29 CCyC contiene, pues, la misma solución en cuanto a los requisitos para la validez
de la venta celebrada por emancipado, habiéndose superado la controversia suscitada por la
falta de total coincidencia con lo dispuesto en
el artículo 135 CC16. La disposición relativa a
la venta de los bienes del cónyuge y los hijos no
se encuentra contenida en el Código Civil y
Comercial.
No puede objetarse la supresión relativa a
la disposición de los bienes del cónyuge en atención al principio de igualdad entre varones y
mujeres en cuanto a capacidad civil y al régimen patrimonial que se estableció para el matrimonio. En cuanto a la venta de los bienes de
los hijos de menores emancipados, se aplican
los principios generales, esto es, solo pueden
ser objeto de actos de disposición con autorización judicial, intervención del Ministerio de
Menores y solo cuando ello sea necesario o
importe una ventaja evidente para el menor
(art. 692 CCyC). En el caso de que los hijos
cuenten con edad y grado de madurez suficiente, será necesario escucharlos y/o contar
con su consentimiento para disponer de los
bienes (art. 646 y cc CCyC).
Otra limitación a la capacidad de los emancipados surge del artículo 2.467 CCyC que requiere la mayoría de edad para testar. Dado
como fiadores, sin diferencia de casos, con excepción de los siguientes: 1° Los menores emancipados,
aunque obtengan licencia judicial y aunque la fianza no exceda de $ 500».
13 Alterini, Tomo I, 235.
14 Al referirse el Código a actos de disposición comprende, entre otros, la compraventa, el usufructo,
la constitución de hipotecas, prendas o anticresis sobre los bienes recibidos; comprende, también, la
renuncia a derechos, y en especial al derecho de recibir una herencia.
15 Moisset, 22; Portas, 102.
16 La norma disponía: «Los emancipados adquieren capacidad de administración y disposición de sus
bienes, pero respecto de los adquiridos por título gratuito antes o después de la emancipación, solo
tendrán la administración; para disponer de ellos deberán solicitar autorización judicial, salvo que
mediare acuerdo de ambos cónyuges y uno de estos fuera mayor de edad» MJ-DOC-7198-AR|MJD7198.
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Escudero de Quintana
que los emancipados no son mayores de edad y
el artículo 27 dispone que «la persona emancipada goza de plena capacidad de ejercicio con
la limitaciones previstas en este Código», no
podrían otorgar testamento. No todos los autores comparten esta opinión. El Dr. Carlos
Muñiz sostiene:
Al no presentar el texto cambios significativos en la materia y teniendo en cuenta el
principio general de capacidad previsto en
el artículo 27, principios generales en la
materia y la opinión de la doctrina clásica
sobre el tema, los emancipados se encuentran habilitados para testar, aún frente a lo
dispuesto por el artículo 2.46417.
En cuanto a la partición privada de bienes
que componen una herencia, también se encontraría prohibida cuando están interesados
menores emancipados. Ello porque en la partición están comprometidos bienes recibidos
a título gratuito por el menor y porque el artículo 2.369 CCyC prevé: «Si todos los copartícipes están presentes y son plenamente capaces, la partición puede hacerse en la forma y
por el acto que por unanimidad juzguen convenientes…». Por su parte, el artículo 2.371
CCyC prevé, entre los supuestos en los que
debe hacerse la partición judicial la existencia
de copartícipes con capacidad restringida, que
es el caso de los menores emancipados: si bien
a su respecto la restricción no proviene de una
sentencia judicial, existe igualmente, como
consecuencia de lo dispuesto por la ley18.
2. Constitución de sociedades
La constitución de sociedades por menores emancipados presenta diversas particularidades. En primer lugar debe destacarse que,
como consecuencia de la prohibición de afianzar obligaciones, contenida en el inciso c) del
artículo 28 CCyC, los emancipados no pueden
formar parte de sociedades que impongan a
sus socios responsabilidades de carácter solidario e ilimitadas vinculadas con el cumplimiento de las obligaciones sociales. Refiriéndose a las disposiciones del Código Civil, el
Dr. Rivera expresaba «… la prohibición del artículo 134 inc. 3° impide al menor constituir
sociedad colectiva, ser socio solidario en sociedad en comandita o de capital e industria…
le está vedado transmitir acciones no integradas totalmente…»19. Ello es así pues, independientemente de la discusión sobre si la garantía es a título de fianza o de otro carácter, el
hecho es que, en definitiva, los socios que tienen responsabilidad solidaria e ilimitada responden por una deuda ajena, la de la sociedad.
Como consecuencia de lo expuesto, puede
afirmarse que los emancipados solo podrían
ser socios industriales en una sociedad de capital e industria, socios comanditarios de una
sociedad en comandita simple y también ser
accionistas en sociedades en comandita por
acciones y anónimas; respecto de las sociedades de responsabilidad limitada, solo podrían
integrarlas cuando los aportes estuvieran totalmente efectivizados y pasados los cinco años
del artículo 51 LS, en atención a la responsabi-
Muñiz, 146. En igual sentido, con el fundamento de que se trata de un acto de última voluntad y por
tanto no comprendido en los artículos 28 y 29, Código Civil y Comercial comentado dirigido por Carlos
A. Calvo, 32.
18 En igual sentido, Kemelmajer y otros. «El principio de autonomía progresiva en el Código Civil y
Comercial. Algunas reglas para su aplicación».
19 Habilitación de edad. En el Código Civil y Comercial de la Nación comentado que dirige el Dr. Rivera
se ratifica este criterio.
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UCASAL,
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La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
lidad ilimitada y solidaria que impone el artículo 150 LS; exceptúase de esta regla el supuesto
de valuación judicial de los bienes aportados,
que es la regla en el caso de que el emancipado
aporte bienes recibidos a título gratuito.
En cuanto al acto constitutivo de sociedades anónimas, los emancipados solo podrían
ser parte si se trata de la constitución por el
procedimiento de suscripción pública; no podrían, empero, actuar como promotores por la
responsabilidad que les asigna el artículo 182
LS. Les estaría vedado participar en el acto de
constitución por acto único en atención a la
responsabilidad ilimitada y solidaria que los
artículos 183 y 184 LS imponen a los fundadores mientras el Contrato Constitutivo no estuviere inscripto, y la calificación como «fundadores» de todos los que suscriben tal acto constitutivo (art. 166 LS).
Otro aspecto a considerar es el destacado
por la Dra. Palomo al expresar:
ciedades de cualquier tipo»20.
Una limitación adicional a la capacidad
para constituir sociedades deriva del artículo
29 CCyC, en tanto que, para aportar bienes
adquiridos a título gratuito a una sociedad, el
emancipado debe contar con autorización judicial.
No existe limitación a la capacidad de los
emancipados para formar parte de asociaciones civiles en atención a que los asociados no
responden en forma directa ni subsidiaria por
las obligaciones de la persona jurídica (art. 181
CCyC). Sin embargo, para aportar bienes recibidos a título gratuito deberán contar con la
pertinente autorización judicial.
3. Responsabilidad parental
Si entendemos que la obligación del artículo 150 LS de garantizar la integración de
los aportes es una fianza, no podrían constituir ni siquiera sociedades de responsabilidad limitada, ni tampoco ser promotores o fundadores de una S.A. en función
de lo determinado por el artículo 183 de la
misma ley.
No existiendo restricción al respecto, los
emancipados, cualquiera sea su edad, pueden
reconocer hijos, sin necesidad de autorización.
Como consecuencia de ello, el artículo 644
CCyC consagra el derecho de los progenitores
adolescentes, estén o no emancipados, a ejercer la responsabilidad parental de sus hijos
pudiendo decidir y realizar por sí mismos las
tareas necesarias para su cuidado, educación
y salud. Sin embargo, se aplican a su respecto
las limitaciones establecidas por dicho artículo, que dispone:
Sin embargo, señala que no todos los
comercialistas comparten la limitación de la
capacidad de los emancipados para constituir
sociedades y cita a Halperín indicando que
«sostiene que tal responsabilidad no se puede
considerar jurídica ni comercialmente una
fianza, por lo que pueden formar parte de so-
Progenitores adolescentes. Los progenitores adolescentes, estén o no casados, ejercen la responsabilidad parental de sus
hijos pudiendo decidir y realizar por sí
mismos las tareas necesarias para su cuidado, educación y salud. Las personas que
ejercen la responsabilidad parental de un
Palomo, Micaela. «La mayoría de edad y la capacidad para la constitución de sociedades comerciales».
Trabajo final del premaster semipresencial cudes-universidad austral. Edición 2012. http://www.todavia
somospocos.com/aportes/la-mayoria-de-edad-y-la-capacidad-para-la-constitucion-de-sociedadescomerciales/ (consulta: 3 de octubre de 2015).
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Escudero de Quintana
progenitor adolescente que tenga un hijo
bajo su cuidado pueden oponerse a la realización de actos que resulten perjudiciales para el niño; también pueden intervenir cuando el progenitor omite realizar las
acciones necesarias para preservar su adecuado desarrollo. El consentimiento del
progenitor adolescente debe integrarse con
el asentimiento de cualquiera de sus propios progenitores si se trata de actos trascendentes para la vida del niño, como la
decisión libre e informada de su adopción,
intervenciones quirúrgicas que ponen en
peligro su vida, u otros actos que pueden
lesionar gravemente sus derechos. En caso
de conflicto, el juez debe decidir a través
del procedimiento más breve previsto por
la ley local. La plena capacidad de uno de
los progenitores no modifica este régimen.
Es preciso efectuar una primera salvedad:
el derecho se consagra a favor de los progenitores adolescentes, esto es, de padres que han
cumplido los 13 años. No existe disposición
expresa alguna sobre el tema cuando el emancipado cuenta con menos de 13 años. Siendo
sus actos lícitos involuntarios por falta de discernimiento (salvo prueba en contrario) los
hijos que tuviere deberían, en principio, estar
sometidos a la responsabilidad parental de sus
abuelos.
El disponer que los menores adolescentes,
estén o no casados, ejercen la responsabilidad
parental de sus hijos, implica —según lo establecen el artículo 646 y cc CCyC— que pueden
y deben:
1. realizar por sí mismos las tareas necesarias para el cuidado, la educación y la salud de
los hijos que tuvieren;
2. elegir el nombre y apellido de sus hijos;
3. fijar el domicilio de los hijos, que es el que
corresponde a los progenitores adolescentes;
4. respetar y facilitar el derecho de sus hijos a
mantener contacto fluido con sus abuelos;
5. representarlos y administrar el patrimonio
de sus hijos;
6. responsabilizarse por los daños que causen en los términos del artículo 1.754 y cc
CCyC.
Sin embargo, atento el texto del artículo
que expresamente se refiere a los progenitores adolescentes «estén o no casados» y la prescripción del artículo 699, inciso d) CCyC21,
cuando el accionar del emancipado implique
algún riesgo, peligro o perjuicio para sus hijos
menores, los progenitores del adolescente están obligados a intervenir.
El artículo prevé, incluso, la participación
de los progenitores del adolescente en todos
los actos trascendentes para la vida del niño;
esto es, los emancipados, en relación a actos
de relevancia para la vida o salud de sus hijos
deben actuar con la asistencia o el apoyo (en la
terminología del nuevo Código) de sus padres.
En caso de desacuerdo entre el emancipado y
sus progenitores, debe recurrirse a la decisión
judicial, que deberá adoptarse en el procedimiento más breve que prevea la legislación procesal local.
Se ha destacado, con acierto, que
…los abuelos solo prestan el asentimiento, lo cual no les hace parte del acto ni les
genera responsabilidad contractual alguna. Ello así, el hecho de prestar el asentimiento para una operación quirúrgica no
obliga a los abuelos al pago de los honorarios médicos ya que no son titulares de la
Dicha disposición prevé la extinción de la responsabilidad parental en caso de emancipación, «excepto lo dispuesto en el artículo 644».
21
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La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
responsabilidad parental22.
Resulta adecuada la previsión legal precedentemente referenciada, sobre todo si tenemos en cuenta que el Ministerio Público ya no
está obligado a intervenir en los actos de índole extrajudicial que comprometan o puedan
comprometer intereses de menores (art. 103
CCyC). En caso de disenso entre el emancipado y sus progenitores, está prevista la intervención del Ministerio Público bajo pena de
nulidad del acto emitido sin su intervención;
esto es, la sentencia judicial sería nula sin la
previa intervención del integrante del Ministerio Público que resulte competente.
4. Directivas anticipadas en materia
de salud
Existen dudas respecto de la aptitud de los
emancipados para otorgar las directivas anticipadas y el mandato previstos en los artículos
60 y 61 CCyC. Estos preceptos prevén:
• el derecho de expresar la voluntad en cuanto
a la administración o no de determinados tratamientos médicos para el supuesto de que el
disponente no pueda manifestar su voluntad,
esto es, prestar el consentimiento informado
al momento de tener que adoptarse decisiones
en materia de salud;
• el derecho a adoptar disposiciones respecto
del destino a otorgar al cadáver del disponente;
• el derecho a designar a una persona para
que adopte decisiones en materia de salud o
de disposición del cadáver, cuando ello sea requerido y ante la imposibilidad de obrar del
mandante;
• el derecho a designar a una persona para
actuar como curador del disponente en caso
de que este pierda su plena capacidad de ejercicio.
22
Las dudas se presentan por la inclusión
de la expresión «plenamente capaz» en ambos
artículos y por la circunstancia de que los
emancipados no están plenamente equiparados a las personas mayores de edad sino que,
como se expresara precedentemente, el artículo 27 CCyC les reconoce capacidad de ejercicio «con las limitaciones previstas en este
Código».
5. Restricciones eliminadas
No se incluyó en el nuevo Código la norma
contenida en la parte final del artículo 131 del
Código velezano, mantenida por la Ley 26.579;
este precepto privaba a los menores casados
sin la debida autorización de la facultad de administrar y de disponer de los bienes recibidos
o que recibieren a título gratuito hasta alcanzar
la mayoría de edad, continuando respecto a ellos
el régimen legal vigente de los menores. La aplicación del artículo 131 era muy limitada ya que
era una posibilidad demasiado remota que el
oficial público pasara por alto la falta de la dispensa judicial y de autorización paterna al
momento de celebrar el matrimonio: se aplicaba solamente en casos extremos en que, por
ejemplo, el contrayente hubiera conseguido
engañar al funcionario del Registro Civil con
documentación adulterada.
Se ha eliminado la incapacidad para casarse que consagraba el artículo 133 CC para
aquellos menores cuyo matrimonio se hubiera
anulado durante la minoridad. El artículo prescribía: «…la nueva aptitud nupcial se adquirirá una vez alcanzada la mayoría de edad».
El Código de Vélez establecía, entre las restricciones a la capacidad de los menores
emancipados la imposibilidad de efectuar transacciones (art. 841 inc. 7). Esta limitación de
carácter general ha desaparecido en el Código
Rivera. Código Civil y Comercial de la Nación Comentado, Tomo II, 501.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 35-48
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Escudero de Quintana
Civil y Comercial que la limita a las que versen
sobre derechos de los que el emancipado no
pueda disponer y, como se indicara precedentemente, a las referidas a las cuentas de la tutela. Estas restricciones surgen de los artículos 28 y 1.646 CCyC. El fundamento de la prohibición de transar sobre las cuentas de la tutela
puede encontrarse en la necesidad de proteger
los intereses del menor emancipado que, aunque haya terminado la tutela, puede todavía
sufrir la influencia de la autoridad del tutor.
Responsabilidad de los
emancipados
Al haber adquirido capacidad civil y contar
con discernimiento para actos ilícitos, el menor emancipado es responsable de los daños
que ocasione, debiendo —como los mayores
de edad— afrontar las indemnizaciones con
su propio patrimonio. Al concluir la responsabilidad parental y la tutela, cesa la responsabilidad de los progenitores y tutores por los actos
ilícitos que haya cometido el menor.
Sin embargo, a tenor de lo dispuesto en los
artículos 28 y 29, los emancipados cuentan con
un patrimonio especial, formado por los bienes adquiridos a título gratuito, que —en principio— no integra la garantía de sus acreedores en atención a que el emancipado carece de
facultades de disposición de esos bienes, salvo autorización judicial, que solo se otorga cuando ello consulta el interés del menor y siempre
para la celebración de actos que no importen
una liberalidad.
Avalando esta postura se ha sostenido: «Si
se permitiera a los acreedores del emancipado
ejecutar los bienes, resultaría una verdadera
burla al régimen del patrimonio especial, que
la ley pretende conservar ajeno al riesgo del
tráfico jurídico comercial»; y citando al Dr.
Rivera: «por otro lado de ese modo se evita todo
riesgo de que el menor se haga ejecutar fraudulentamente esos bienes para poder disponer de ellos23.
La limitación de responsabilidad al patrimonio adquirido en forma onerosa o por el trabajo personal del emancipado no es compartida por todos los autores y funcionarios judiciales. Hay quienes afirman que efectuar esta
discriminación patrimonial, que afecta el derecho de los acreedores del emancipado, no es
legítima y que, ante la ausencia de una norma
legal expresa de inembargabilidad, no puede
limitarse su derecho a la percepción de sus
créditos24. Similar postura sentó en alguna
oportunidad la Cámara Nacional Civil:
Tratándose del cumplimiento de una obligación (sentencia judicial) a cuyo efecto
se impetra la actuación del organismo jurisdiccional y no de un acto de disposición
propiamente en tela de juicio, aunque la
consecuencia de la mentada finalidad provoque la subasta de bienes recibidos a título gratuito, no puede argüirse defensa
alguna en función del artículo 135 del Código Civil…25
Conclusiones
El régimen de la emancipación por celebración de matrimonio se mantiene sustancialmente idéntico al regulado por el Código
derogado. La mayoría de las modificaciones
introducidas importaron solamente una me-
Malicki, Anahí S. M. «Comentario al Título IX en el Código Civil Comentado», dirigido por J. C.
Rivera.
24 Puede consultarse Bueres y Highton, 58.
25 CNC, Sala D, 7-6-83, publicado en LL 1983-C-505.
23
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La emancipación por matrimonio en el Código Civil y Comercial de la Nación
jora en la redacción del articulado.
En relación a los pocos cambios sustanciales introducidos, entiendo se encuentra plenamente justificado, a la luz de los modernos
criterios sobre la minoridad, el reconocer a los
emancipados el ejercicio de la responsabilidad parental sobre los hijos que tuvieren, con
las limitaciones precedentemente señaladas,
que se inspiran en el principio constitucional
del interés superior del niño.
No comparto, en cambio, las limitaciones
absolutas a su capacidad en materia de aprobación de cuentas de tutores, de finiquito a
estas y de efectuar donación o cesión gratuita
de bienes recibidos a título gratuito. Estimo
que, en aplicación del principio de capacidad
progresiva que se consagra, si el menor emancipado demostrara conocimiento del acto que
se propone realizar, adecuada comprensión de
él y de sus efectos jurídicos, debería poder realizarlos con autorización judicial y previa intervención del Ministerio Público, siempre que
ello no se oponga al interés superior del niño
(todos los emancipados son niños a la luz de la
Convención de los Derechos del Niño, no obstante la distinción entre adolescentes y niños
contenida en la nueva normativa)26.
Entiendo que similar solución debería darse a los supuestos de otorgamiento de testamento vital y designación de representante para
que exprese su voluntad en materia de salud
en caso de imposibilidad del otorgante, y respecto de la posibilidad de testar: si puede adoptar cualquier decisión en materia de salud para
efectivizarse en el momento o en un muy corto
plazo, ¿por qué no permitirle adoptar decisiones en esta materia para cuando, con toda probabilidad, sea mayor de edad y haya tenido la
posibilidad de modificar su voluntad? Si pue-
de disponer libremente en vida de los bienes
adquiridos con su trabajo, ¿por qué no permitirle disponer de ellos por causa de muerte?
En general, estimo que la reforma introducida por la Ley 26.994 al régimen de la emancipación de los menores como consecuencia de
la celebración de matrimonio debe aplaudirse
por haber conservado la esencia de normas
cuya aplicación práctica había resultado satisfactoria y adecuada a las necesidades de la sociedad argentina al tiempo que simplifica los
textos legales.
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que, en virtud de la ley que le sea aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de edad».
26
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Escudero de Quintana
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Recibido: marzo de 2015
Aceptado: octubre de 2015
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Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 49-50
«El papel de los actores locales e internacionales en el diseño de
las políticas públicas destinadas a paliar la situación de los niños
y niñas en situación de calle en la ciudad de Salta (Argentina)»
Proyecto de investigación dirigido por: Víctor F. Toledo
(Proyecto N° 112 - Res. Rect. 102/13)
La investigación sobre niños y niñas en
situación de calle surgió en el marco del programa de investigación denominado «La calle
como espacio urbano: escenario de experiencia de vida. Niños y adolescentes en riesgo».
Su principal objetivo es el de evaluar las capacidades del Municipio de la Ciudad de Salta
para atender dicha problemática, analizando
las políticas públicas implementadas por el
gobierno municipal y el rol que cumplen las
organizaciones locales e internacionales en su
diseño e implementación.
La investigación, de carácter exploratoriodescriptiva, parte del supuesto teórico que afirma que la cooperación del Municipio de la Ciudad de Salta con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, tanto en el plano
local como internacional, contribuirá a mejorar la calidad de su gobernabilidad y gobernanza
para atender la problemática de los niños y niñas en situación de calle. Para el estudio se
previeron variables endógenas (internas) y
exógenas (de contexto) ineludibles para el abordaje metodológico.
Los trabajos que aquí se presentan tienen
la finalidad de dar encuadre a una problemática que, como se verá, es compleja y multidimensional. El artículo escrito por Federico de
Singlau «¿Niños, niñas y adolescentes «de la
calle», o «en la calle», o «en situación de calle»?
Una aproximación conceptual», brinda un recorrido panorámico por las distintas denominaciones posibles para los sectores aquejados
por esta problemática y define las implicancias
que tiene, para nuestra investigación, la opción de «niños y niñas en situación de calle».
El trabajo de Víctor Toledo, «Hacia una
conceptualización de las políticas públicas»,
propone indagar sobre los diferentes modelos
de elaboración, implementación y evaluación
de las políticas públicas, fijando un parámetro
desde el cual se realizará el abordaje de las
iniciativas locales e internacionales destinadas a paliar la problemática de la situación de
calle en la Ciudad de Salta.
«La situación de los derechos de los niños
en Argentina y en Salta», de Federico de Singlau,
permitirá tomar una visión genérica sobre los
indicadores —y la ausencia de ellos— referidos a la niñez en la Provincia, destacando fundamentalmente las situaciones de vulnerabilidad que contrarían los derechos de los niños
que, incorporados a nuestra Constitución Nacional, forman parte de la ley suprema de la
Nación.
Finalmente, Silvina Abud, en «Trabajo Infantil, una realidad avasallante», enfatiza sobre la estrecha vinculación entre la vulnerabi-
Ciencias Jurídicas y Sociales | nota de divulgación |
49
Toledo et al.
lidad, la situación de calle y el trabajo de los
niños y niñas como un ejercicio que aún se
encuentra solapado bajo diferentes prácticas,
tanto a nivel nacional como provincial. El conjunto de estos artículos resume un punto de
partida imprescindible para construir un marco referencial que pondrá al lector en contacto
con realidades muchas veces naturalizadas y,
por lo tanto, desatendidas.
Víctor F. Toledo
Director
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8, 2015: 49-50
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 51-62
¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o
«en situación de calle»? Una aproximación conceptual
Federico Alejandro de Singlau1
Resumen
El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación «El papel de los actores locales e
internacionales en el diseño de las políticas públicas destinadas a paliar la situación de los
niños y niñas en situación de calle en la Ciudad de Salta». La finalidad del trabajo es llevar a cabo
una revisión de las distintas denominaciones que reciben los sujetos de esta problemática
social en la bibliografía especializada, por parte de las personas e instituciones dedicadas a su
estudio y por quienes diseñan e implementan políticas públicas en relación a la cuestión señalada. Con ello se busca aportar a la investigación un marco conceptual preciso, claro y adecuado,
ante el problema que implica la existencia de una multiplicidad de denominaciones. El análisis
se centrará en América Latina, en el mundo anglosajón y en la terminología utilizada por el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Palabras clave: calle - niñez - adolescencia
Abstract
This article is part of the research project «The role of local and international actors in the
design of public policies to mitigate the situation of children living on the streets in the city of
Salta». The aim of the paper is to analyze the different labels given to the subjects of this social
problem in the specialized literature by the people and institutions devoted to this study as well
as by those who design and implement public policies regarding this problem. In so doing, this
paper seeks to contribute to the research with a precise, clear and adequate conceptual framework
to the problem that arises from the existence of a multiplicity of labels. The analysis will focus
on Latin America, the Anglo-Saxon world and the terminology used by the United Nations
Children’s Fund (UNICEF).
Keywords: street - childhood - adolescence
1
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica de Salta.
Ciencias Jurídicas y Sociales | artículo científico |
51
de Singlau
Introducción
La intensificación de la preocupación que
genera desde la década de 1990 en instituciones tanto públicas como privadas (medios de
comunicación social, universidades, organizaciones no gubernamentales, Estado) la problemática de la vinculación de los niños, niñas y
adolescentes con las calles llevó a que este fenómeno fuera ganando espacio desde entonces en la agenda de los temas preocupantes
para las sociedades latinoamericanas, si bien
su reconocimiento se remonta a la década de
1950 (Llorens, 2005: 19, 29).
La visibilidad que adquirió la situación se
tradujo al mismo tiempo en el surgimiento de
diferentes modelos de abordaje y en la proliferación de expresiones utilizadas para definir a
los sujetos involucrados (los niños, niñas y adolescentes), lo que provocó una lógica dispersión conceptual. No hay que perder de vista
tampoco la complejidad de la problemática, en
relación a la cual existe una multiplicidad de
variables a considerar respecto de estos sujetos: edad, género, relación o contacto con sus
familias, edad de inicio de la vida en la calle,
permanencia en la calle, escolaridad, estrategias de supervivencia, etc.
A partir de lo planteado se presenta una
situación problemática para todo aquel que
decida hacer un tratamiento de la cuestión.
Esto se debe a que la elección de la terminología a emplear conlleva a su vez la adopción de
una postura sobre los sujetos involucrados, que
podría estar cargada de prejuicios, temores,
simplismos y proyecciones. Como se observará a través del desarrollo del artículo, la opción
entre los conceptos de niñez y adolescencia «en
la calle», «de la calle» o «en situación de calle»
(por citar la terminología más utilizada) puede parecer superficial e irrelevante, pero trae
aparejadas profundas implicancias, pudiendo
influir en los resultados de una investigación.
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El proyecto planteado responde al objetivo
de realizar una «reflexión continua sobre los
graves problemas actuales, para proponer soluciones», una de las misiones de la Universidad Católica de Salta. Se enmarca a su vez en
las líneas de investigación de dicha institución, que apuntan al desarrollo y transformación hacia una sociedad más justa, a la preservación y respeto por la dignidad de la vida humana y a la búsqueda de una mejora sustantiva
en la vida personal y familiar de los hombres.
El trabajo de investigación busca evaluar
las capacidades políticas, económicas y administrativas del Municipio de la Ciudad de Salta para atender la problemática de la niñez y
adolescencia en situación de calle, analizando
las políticas públicas implementadas por el
gobierno municipal y el rol que cumplen las
organizaciones locales e internacionales en su
diseño e implementación. El supuesto teórico
de partida afirma que la cooperación del Municipio con organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales, tanto en el plano local
como internacional, contribuirá a mejorar la
calidad de su gobernabilidad y gobernanza para
atender la problemática.
En el proyecto de investigación se considera a la calle como todo aquel espacio urbano
escogido por los niños, niñas y adolescentes
para el despliegue constante o frecuente de sus
estrategias de sobrevivencia, que combinan
actividad lúdica y económica. El hecho de abarcar tanto la permanencia constante como la
presencia frecuente otorga una mayor amplitud conceptual que si se identificara únicamente a la situación de calle con la idea de
estar permanentemente en este espacio.
Resulta de vital importancia para el proyecto la claridad en la identificación de los sujetos involucrados, en tanto uno de los resultados esperados es el de contribuir con la elaboración e implementación de políticas públicas
que puedan ser aplicadas por el gobierno del
¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de calle»?
Municipio de la Ciudad de Salta para atender
esta problemática.
Ante la posibilidad de que el Municipio no
cuente con programas específicos para atender esta problemática, resulta imprescindible
establecer previamente una definición conceptual del grupo social sobre el que se quiere enfocar el trabajo, de tal manera que puedan evaluarse otras políticas públicas orientadas a la
atención de problemas sociales vinculados a la
niñez que puedan tener un impacto indirecto
sobre la situación de la niñez y adolescencia en
situación de calle.
Por lo planteado en los párrafos precedentes resultó necesario, pese al marco teórico contenido en el proyecto, realizar esta revisión conceptual que abarca las expresiones generalmente utilizadas en el tratamiento de la cuestión.
En el caso de la investigación a la que se
vincula la presente publicación, se optó desde
la confección del proyecto por la utilización de
la denominación «niños y niñas en situación
de calle». Por sus implicancias para el desarrollo del trabajo esta elección merece ser justificada desde el punto de vista teórico, debido
a que ello dará sustento al tipo de información
a la que se buscará tener acceso, y será relevante al momento del análisis.
Los distintos conceptos utilizados
en América Latina
• Niños de la calle o niños callejeros
En la producción académica latinoamericana predominó el uso de la expresión «niños
de la calle», adoptada por ser la escogida por
UNICEF. Este concepto se refiere a aquellos
niños y adolescentes habitantes de los grandes
centros urbanos cuyos vínculos familiares son
muy débiles o nulos, que se desenvuelven en el
espacio calle para desarrollar estrategias con el
objeto de obtener ingresos, encontrando tam-
bién en ella un ámbito de socialización. Provienen de hogares centrífugos, se los considera
chicos expulsados (Pasamonik, 2009: 257-266).
Según el investigador suizo Benno Glauser,
la expresión «niños de la calle» no es demasiado clara en sus acepciones, aunque se convirtió en una especie de lugar común para denominar a los niños que viven o trabajan en las
calles, y adquirió categoría significativa en el
discurso cotidiano, lo que supone el riesgo de
ignorar la situación de esta porción ya institucionalizada de la niñez, debido a que «ya los
conocemos y los ubicamos en nuestro universo referencial» (1999: 19-27).
Hablando sobre la vivencia de la problemática en Venezuela, el psicólogo Manuel
Llorens observa que la expresión «niños de la
calle» suele servir además como referente simbólico de crisis económica, política y social, y
como representación del subdesarrollo. Se trata
de una etiqueta que condensa una multiplicidad de contenidos asociados a la infancia en
situación de pobreza (2005: 32, 43).
Autores como Roy Gigengack, citado por
Llorens, identifican en conceptos como este el
primer obstáculo para el diseño de estrategias
comunitarias para el trabajo con niños carentes
de recursos, ya que implican «un agregado
complejo de asunciones acerca de cómo y dónde deben criarse los niños» (2005: 47).
Además, el hecho de etiquetar a personas
con la expresión «niño o niña de la calle», desde el punto de vista psicológico, conlleva el riesgo de desencadenar un proceso de estigmatización, el cual puede tener serias implicancias
en tanto lleva implícita la creencia de que quien
posee un estigma (de cualquier tipo, no solo el
de la vida callejera) no es plenamente humano
(Llorens, 2005: 49). Esto se traduce en la práctica de diversos tipos de discriminación derivados de preconceptos que conducen a dotar a
la persona estigmatizada de ciertos rasgos de
inferioridad y de peligrosidad social. Prueba
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 51-62
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de Singlau
de ello es la creencia popular según la cual la
mayoría de los niños y adolescentes que
deambulan por las calles casi seguramente se
encuentran ligados a conductas delictivas (tales como hurto, vandalismo, etc.) y al consumo
de estupefacientes.
Otra prueba de lo dañino del uso de esta
expresión es el rechazo que produce en los propios niños y niñas etiquetados de esta manera,
ya que es experimentada por muchos de ellos
como violenta, despectiva (Llorens, 2005: 50).
Por último, el sociólogo Ricardo Lucchini
criticó el uso de este concepto debido a su característica de estático, ya que ancla al niño en
una situación de calle que generalmente no es
constante ni prolongada en el tiempo, sino que
suele producirse paulatinamente y experimenta vaivenes (Llorens, 2005: 52). Para expresar
esta variabilidad este autor propone el uso de
la expresión «carrera de niño de la calle», y
adopta un continuo definido por dos dimen-
siones: la social, que alude a la frecuencia y
calidad de los lazos que los niños y adolescentes mantienen con adultos responsables de
referencia para ellos, y la dimensión física, que
se refiere al tiempo de permanencia del sujeto
en la calle (Llorens, 2005: 52-53). En el Gráfico
1, los niños y adolescentes que se acercan al
punto A mantienen lazos de calidad con adultos responsables, y por tanto su permanencia
en la calle es menor. Los niños cercanos al punto B prácticamente no mantienen contacto con
adultos responsables y permanecen mayor
tiempo en la calle.
• Niños en la calle
Esta expresión (introducida por UNICEF,
como se verá más adelante) suele asimilarse a
la de «niños trabajadores». Se trata de chicos
que tienen un contacto frecuente con adultos
cuidadores, y cuya estancia en la calle se pro-
Gráfico 1
A Dimensión Social
(contacto con adultos
responsables)
B Dimensión Física
(permanencia en la calle)
Fuente: Llorens (2005: 53).
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¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de calle»?
duce generalmente con motivo de llevar a cabo
distintas actividades para recaudar dinero, ya
sea venta ambulante, prestación de servicios
(lustrado de zapatos, limpieza de parabrisas,
etc.) o mendicidad, aunque también se presenta un grupo minoritario que únicamente
desarrolla actividades de ocio.
Estos niños permanecen buena parte del
día en la calle, entre 6 y 8 horas, desarrollando
las actividades mencionadas, solos o con sus
familias. Sin embargo, generalmente regresan
a sus casas una vez finalizada la jornada, ya
que mantienen los vínculos familiares (Pasamonik, 2009: 257-260).
El concepto de «niños en la calle» está fuertemente vinculado a un tipo de actividad desarrollada por los sujetos involucrados, y por este
motivo no resulta adecuado para el proyecto de
investigación en tanto se busca desde este tener una visión más abarcativa de las vivencias
de los niños y adolescentes en relación a la calle. La adopción de un concepto que se asemeje al de «niño trabajador» implicaría la necesidad de utilizar conceptos adicionales para caracterizar otras situaciones, pero este tipo de
intenciones no hace a la finalidad del proyecto.
• Niños con experiencia de vida
en la calle
Esta forma fue sugerida por la psicóloga
social Natalia Hernández en un intento de ofrecer un marco amplio que incluyera distintas
aproximaciones a la vida en la calle y que brindara mayor exactitud, caracterizando a los niños y jóvenes que han tenido importantes experiencias de vida en la calle pero que no pertenecen a ella (no son «de» la calle) (Llorens,
2005: 53).
La expresión alude a que la realidad de los
chicos que transitan por la calle es cambiante:
algunos permanecen en ella por períodos prolongados mientras para otros es solo una expe-
riencia transitoria. Sin embargo, puede utilizarse para hacer referencia a una situación (la
experiencia de vivir en la calle) que puede no
ser la actual del sujeto en cuestión.
A los fines del presente proyecto de investigación resulta imposible determinar fehacientemente la cantidad de niños que tuvieron
alguna experiencia en la calle, ya que se trata
de una variable que no puede ser mensurada.
La evaluación de las capacidades del Municipio de la Ciudad de Salta para hacer frente a la
problemática requiere que los esfuerzos del
equipo de investigación se concentren en identificar las políticas públicas dirigidas a la niñez y adolescencia que en la actualidad se encuentran vinculadas fuertemente al espacio
calle, o en aquellas que tengan un carácter preventivo de esas situaciones. Si se adoptara la
expresión «niños con experiencia de vida en
calle» se estaría incluyendo como sujetos a todas aquellas personas que en algún momento
tuvieron experiencias de vida en la calle, independientemente de la persistencia de tal situación hasta la actualidad.
• Niños, niñas y adolescentes en
situación de calle
El significado de la expresión es amplio y
hace referencia a niños, niñas y adolescentes
que viven, deambulan y/o trabajan en la calle.
El psicólogo uruguayo Ariel Gustavo Forselledo,
ex coordinador del Programa de Protección
Integral de los Derechos del Niño, del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes, sostiene que los niños, niñas y adolescentes en situación de calle son «aquellos menores de 18 años que tienen vínculos familiares
débiles o inexistentes, que hacen de la calle su
hábitat principal y desarrollan en ella estrategias de supervivencia, hecho que los expone a
distintos tipos de riesgos» (2001: 49-79).
Generalmente estos niños poseen familia
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y la frecuentan habitualmente, siendo pocos
los que hacen de la calle su hábitat sin ningún
tipo de contacto con sus grupos familiares. Se
trata de un fenómeno urbano, acentuado en las
grandes ciudades. En su mayoría provienen de
familias en situación de pobreza o indigencia,
con lazos afectivos frágiles. Presentan altos niveles de violencia y baja o nula atención afectiva,
y en general han interrumpido la escolaridad.
Se encuentran expuestos a malos tratos, abusos y a una baja expectativa de vida a causa de
los riesgos a los que se encuentran expuestos a
diario (Méndez, 2005: 82-83).
Si bien la situación de calle en la niñez es
un fenómeno de raíz multicausal, se produce
principalmente como una respuesta al entrecruzamiento de conflictos predominantemente de tipo vincular, muchos de los cuales tienen
origen a su vez en la situación material de existencia de las familias. Generalmente los niños
que habitan o trabajan en la calle provienen de
familias marginales, de bajos ingresos, con situaciones habitacionales de hacinamiento, entre otras características (Bulgach, Flores: 2011).
Respecto a la situación de salud de los niños, esta es peor en los casos de mayor permanencia en la calle, presentándose cuadros de
déficit alimentario, condiciones precarias de
higiene, demanda tardía de asistencia médica, intoxicaciones, accidentes, heridas cortantes, traumatismos, afecciones derivadas de
enfermedades de transmisión sexual, etc. (Pasamonik, 2009: 257-266). Todo lo planteado configura una situación en la cual el rasgo distintivo es la vulnerabilidad.
Dentro del concepto de niños, niñas y adolescentes en situación de calle se puede identificar a su vez a algunos que pertenecen a la
categoría de niños, niñas y adolescentes sin
cuidado parental, familiar o alternativo (Luna,
2010: 23). Estos niños, que dentro de la situación de calle son los que habitan de modo más
o menos permanente en ella, se caracterizan
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por no tener garantizada la condición básica del
desarrollo infantil, que es la pertenencia a un
grupo capaz de «reconocerlos en su singularidad, a la vez que les brinde afecto y respete y
satisfaga todos sus derechos» (Luna, 2010: 8).
Si bien cuando se utiliza la expresión «niños, niñas y adolescentes en situación de calle» se incorpora una perspectiva de género y
también de diferenciación por edades, las instituciones dedicadas a la problemática suelen
simplificarla reduciéndola a la de «niños o chicos en situación de calle», utilizando el genérico masculino a fin de favorecer una lectura más
fluida de los documentos e informes.
Esta es la forma utilizada actualmente en
nuestro país de manera generalizada por parte
de las instituciones que abordan la problemática así como en las investigaciones sobre el
tema. Existen numerosas publicaciones académicas referidas a la situación de la niñez y
adolescencia en las grandes ciudades de la Argentina, que optan por el uso de este concepto.
Vale citar como ejemplos el informe Situación
de niños, niñas y adolescentes en las calles de
la Ciudad de Buenos Aires, publicado en agosto
de 2006 por la Dirección General de Niñez y
Adolescencia del Gobierno de dicha ciudad, y
el artículo «Contexto socio-laboral de los niños/as en situación de calle en la ciudad de
Rosario», publicado por Marcos Urcola (becario del CONICET) en la revista Cátedra Paralela de la Universidad Nacional de Rosario
(núm. 6, año 2009).
La provincia de Salta no escapa a lo mencionado en el párrafo anterior. La Guía para
un tratamiento periodístico adecuado de las
temáticas de Niñez y Adolescencia, publicación del Ministerio de Derechos Humanos del
Gobierno de la Provincia, que contó con la colaboración del Ministerio de Desarrollo Social
de la República Argentina y UNICEF, indica
que la expresión «niños de la calle» forma parte del lenguaje no recomendado, mientras que
¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de calle»?
«niños en situación de calle» forma parte del
lenguaje sugerido, así como se recomienda la
utilización de «niños, niñas y adolescentes» en
reemplazo de «menores», ya que este último
término tiene una connotación policial o judicial, y por tanto es discriminatorio (2013: 36).
La lectura de bibliografía específica, informes y artículos periodísticos da cuenta de
una generalización en América Latina del uso
de la locución «niños en situación de calle», así
como también por parte del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes
(IIN), que es el Organismo Especializado de
la OEA en materia de niñez y adolescencia.
Los conceptos utilizados en el
mundo anglosajón
Las investigaciones de la problemática en
los Estados Unidos hacen referencia a un fenómeno general que es el de los homeless (es
decir, los sin hogar), término que se utiliza para
hacer referencia a personas de cualquier edad,
abarcando a niños y adolescentes (Llorens,
2005: 29). Dentro de esta categoría se incluye a
los menores de edad que por una multiplicidad de razones se encuentran en las calles, recibiendo cada tipo de caso una terminología
particular. De esta manera, los especialistas
en la temática distinguen en primer lugar a los
niños que se encuentran en la calle en compañía de sus familias debido a la pérdida del hogar por diversos motivos. Existen a su vez los
denominados runaways, niños y adolescentes
que huyeron de su hogar; los throwaways, que
identifica a aquellos que han sido abandonados; los system kids, los menores que estuvieron alojados en las instituciones estatales dedicadas a atender a niños y jóvenes en riesgo
pero luego se alejaron de ellas; y los street kids,
niños y adolescentes que carecen de un hogar.
Todos estos términos fueron desarrollados por
Rotheram-Borus, Koopman y Ehrhardt en su
artículo «Homeless youths and HIV infection»,
publicado en 1991 en la revista American
Psychologist, citado por Llorens (2005: 30).
Otra forma que se suele utilizar es la de
abandoned children, dentro de la cual suele
englobarse a los niños, niñas o adolescentes
que no tienen familia y que viven en la calle o en
instituciones estatales dedicadas a su cuidado (Asensio Pérez, 2007: 11).
La terminología empleada en el mundo
anglosajón no resulta aplicable a los fines de la
investigación a desarrollar, en tanto se trata de
conceptos que parten de una primera distinción entre niños que no cuentan con cuidados
parentales y no tienen hogar por diferentes
motivos, y los que mantienen los lazos familiares, enfocándose en el primer grupo y descartando al segundo. Esta diferenciación no es
relevante para el proyecto, ya que se busca conocer la capacidad del Municipio de la Ciudad
de Salta para atender a la problemática de la
niñez y adolescencia en situación de calle de
manera global, es decir, sin distinción entre
los sujetos que mantienen un vínculo con sus
familias y los que cortaron todo tipo de comunicación con ellas.
A su vez, una de las mayores instituciones
privadas dedicadas al tratamiento de las cuestiones relacionadas con los niños en situación
de calle es el Consortium for Street Children
(CSC), una red compuesta por 60 organizaciones no gubernamentales nacida en el Reino
Unido y que trabaja en aproximadamente 130
países. Como el mismo nombre lo indica, esta
organización adoptó el concepto de «chicos de
la calle» para denominar a los sujetos de este
fenómeno.
En su informe State of the World’s Street
Children: Report, publicado en 2011, el CSC
realiza una exhaustiva revisión de la literatura
publicada en inglés sobre la temática durante
la década de 2000 a 2010. El supuesto de partida del informe, en su sección referida a las
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diferentes denominaciones utilizadas en artículos académicos y libros, es que la dificultad
principal para la estimación de la niñez en la
calle es que la expresión street children es actualmente criticada, al tiempo que no existe
tampoco una definición generalmente aceptada (Thomas de Benítez, 2011: 7). Podemos
deducir, a partir de esta observación, que se
toma este concepto como el más difundido y
utilizado en la literatura anglosajona sobre la
temática, aunque también se enumeran otros
términos que se presentan como alternativos.
Entre ellos, el informe menciona tres diferentes tendencias que pueden identificarse en la
actualidad:
1. la utilización de la distinción de UNICEF
entre children on the street y children of the
street («niños en la calle» y «de la calle»), y señala que buena parte de la actual producción
académica en la materia acepta o desarrolla
esta distinción (Thomas de Benítez, 2011: 8);
2. el uso de definiciones o términos alternativos que buscan reconocer a los niños como actores sociales capaces, redefiniendo el concepto de street children o utilizando otros nuevos
que reflejan situaciones más específicas, como
independent child migrants («niños migrantes
independientes»), children in street situations
(«niños en situaciones de calle»), street youth
(«juventud de la calle»), homeless youth («juventud sin hogar»), delinked o detached
children («niños desvinculados o independientes») (Thomas de Benítez, 2011: 9); y
3. el rechazo de algunas corrientes de investigación a definir y clasificar a los jóvenes que
habitan la calle o la utilizan para trabajar o como
espacio de esparcimiento como un problema
social, concentrándose por el contrario en la
manera en que la mirada de la sociedad a través de dichas clasificaciones y sus implicancias de diferenciación estigmatiza a este grupo y sirve de esa manera a los intereses de
ciertos sectores de la sociedad (Thomas de
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Benítez, 2011: 9. Traducción propia).
Algunos de los conceptos enumerados hacen referencia a situaciones muy particulares
que no se dan en la realidad del Municipio de
la Ciudad de Salta, como es el caso de los «niños migrantes independientes». Además, se
identifica en la visión anglosajona una tendencia a desarrollar una terminología específica
que resulte adecuada para cada situación particular, atendiendo a distinciones que hacen
referencia a la edad de los sujetos involucrados
(como marca el uso de los conceptos de street
children y street youth, es decir «niños de la
calle» y «juventud de la calle»), a la situación
respecto a sus familias (diferenciando por
ejemplo a los delinked children, «niños desvinculados») o identificando de una manera
particular a los que experimentaron un paso
por instituciones de menores (system kids).
Estos conceptos no resultan aplicables a
los fines de nuestro proyecto de investigación,
ya que de sus objetivos se desprende la necesidad de identificar un término o expresión
que resulten lo más abarcativos posible, contemplando la situación de todos los niños, niñas y adolescentes que mantienen un vínculo
importante con el espacio «calle».
Por último, en su página web, el Consortium
for Street Children recoge el concepto de streetconnected children («niños conectados a la
calle»), señalando que es utilizado para describir el amplio rango de experiencias que los
niños y adolescentes tienen en relación con la
calle, incluyendo a los que viven y los que trabajan en ella, los que mantienen contacto con sus
familias y aquellos que rompieron todo vínculo, los que se encuentran en la calle actualmente y los que se encuentran fuera de las calles
pero pueden volver a ellas fácilmente. Por sus
implicancias, podemos asimilar esta expresión
de la lengua inglesa a la de «niños, niñas y adolescentes en situación de calle».
De lo dicho en el párrafo precedente se
¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de calle»?
deduce que el término anglosajón que resultaría más adecuado a la necesidad del equipo de
investigación de contar con un concepto
abarcativo de la situación de calle en general,
sin distinción de las diferentes particularidades que puede adoptar esta, es el de streetconnected children.
La conceptualización en UNICEF
Resulta imprescindible, a los fines del desarrollo de nuestra investigación, conocer la
terminología empleada por UNICEF, en tanto
se trata del principal organismo especializado
que ha creado la comunidad internacional para
la promoción y defensa de los derechos de los
niños en todo el mundo. De esta manera, se
erige como el principal actor al cual el equipo
de investigación tomará como referencia al
momento de evaluar la cooperación que lleva
adelante el Municipio de la Ciudad de Salta en
el plano internacional para atender a la problemática.
UNICEF fue modificando a lo largo del
tiempo la manera de referirse a los niños y adolescentes involucrados conforme evolucionaba
la visión sobre ellos. De esta manera, a fines de
la década de 1980 utilizó la expresión «niños
de la calle» (street children), caracterizándolos
como aquellos que:
1. viven en la ciudad;
2. en caso de tener relaciones familiares, estas son débiles;
3. desarrollan estrategias de supervivencia;
4. se desenvuelven en la calle como su hábitat
principal, sitio que reemplaza a la familia como
instancia de sociabilización; y
5. están expuestos a riesgos específicos importantes.
En sus publicaciones en inglés, UNICEF
utilizó tradicionalmente la mencionada locución, definiendo a los street children como cualquier
niña o niño que no ha alcanzado la edad
adulta, para quien la calle en el más amplio sentido de la palabra, incluyendo viviendas desocupadas, baldíos, etc., se ha
convertido en su residencia y/o medio de
sustento habitual, y que está inadecuadamente protegido, dirigido y supervisado
por adultos responsables (Asensio Pérez,
2007: 10; Thomas de Benítez, 2011: 7).
UNICEF procedió posteriormente a la revisión del uso de esta expresión ante las críticas recibidas desde ámbitos académicos por
su ambigüedad (debido a que varias de las características enumeradas son compartidas por
los niños que viven en la calle y por aquellos
que trabajan en ella pero regresan diariamente a su hogar a pernoctar) (Llorens, 2005: 52).
De esta manera, se impuso la utilización de
nuevas categorías para permitir la diferenciación entre la variedad de situaciones que se
presentan. En 1997 UNICEF sugirió la necesidad de diferenciar entre tres grupos: los niños en peligro (aquellos que viven en su casa
pero son capaces de huir de ella), los niños de
la calle (viven en la calle de forma más o menos
permanente) y los niños en la calle (permanecen parte del día en la calle, generalmente trabajando para sus padres) (Rodríguez-Mora,
2009: 68-88).
En el documento Rapid Assessment of
Street Children in Lusaka, publicado en 2002,
el organismo utilizó la clasificación que atribuye a Opoku: «niños en la calle» (aquellos que
desarrollan algún tipo de actividad económica
en la calle para contribuir a la supervivencia de
su grupo familiar; generalmente pernoctan en
sus casas y mantienen un sentido de pertenencia al hogar; pueden estar escolarizados; la
fragilidad económica de sus familias puede llevar a que estos niños opten por una vida permanente en las calles); «niños de la calle» (realmente viven en la calle; pueden existir lazos
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familiares pero son tenues y mantenidos solo
de manera casual u ocasional; muchos no tienen residencia permanente y se mueven de un
lugar a otro e incluso de una ciudad a otra), y
«niños abandonados» (carecen de todo hogar y
de contacto con sus familias; muchos fueron
abandonados a una edad muy temprana, por lo
que tienen poco a ningún conocimiento acerca
de sus familias) (2002: 4. Traducción propia).
En su informe Estado Mundial de la Infancia correspondiente al año 2006, UNICEF
sigue utilizando la categoría de «niños de la
calle», aunque reconoce que este concepto es
problemático debido a que puede utilizarse
como una etiqueta para estigmatizarlos, ya que
la sociedad en general los considera un peligro
y una fuente de conducta criminal. El organismo también reconoce, sin embargo, que muchos de los niños y adolescentes que viven o
trabajan en las calles han adoptado dicha expresión debido a que les ofrece un sentimiento
de identidad y pertenencia» (2006a: 40). Se reconoce, además, que estos niños y adolescentes
están en las calles de muchas formas diferentes
y por una serie de razones distintas.
El organismo utiliza para su análisis un
marco general que es el de los niños y niñas
excluidos (por sus familias, la comunidad, el
gobierno, la sociedad civil, los medios de comunicación, el sector privado y otros niños y niñas), es decir, aquellos que se cree corren el
riesgo de no beneficiarse de un entorno que les
brinde protección contra la violencia, el maltrato
y la explotación, o no tengan acceso a servicios
y bienes esenciales y ello amenace su capacidad para participar plenamente en la sociedad
(UNICEF, 2006a: 7). Dentro de este contexto
de exclusión social, UNICEF considera a los
niños de la calle como el grupo que se encuentra en una situación de mayor invisibilidad,
siendo los más difíciles de apoyar con servicios fundamentales (salud, educación) y los
más difíciles de proteger (UNICEF, 2006a: 40).
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En su Glosario para el correcto tratamiento de la información sobre infancia y adolescencia, un material cuyos destinatarios son los
medios de comunicación, UNICEF Argentina
recoge la definición de chicos en situación de
calle aportada por la Agencia Nacional por los
Derechos de la Infancia (ANDI) del gobierno
de Brasil:
Expresión que se utiliza para llamar a los
niños, niñas y jóvenes que pasan sus días
en las calles. (…) La mayoría de ellos tienen un hogar, una dirección y una referencia, es decir, no «pertenecen» a la calle sino
a una sociedad que los excluye o les niega
sus derechos. Muchas veces se utiliza la
expresión «chicos de la calle» pero se recomienda no usarla porque profundiza la
discriminación que ya existe sobre estos
chicos e induce a pensar que «ser de la
calle» es una condición «natural inmodificable», casi como ser alto o bajo, en lugar
de ser advertida como una condición que
puede y debe ser modificada (2006b: 1).
Lo que vemos es que, en distintos documentos oficiales del organismo, tanto provenientes de sus oficinas centrales como los publicados por distintas oficinas nacionales, se
adoptan diferentes formas de mención.
Conclusiones
Hecha la revisión de la terminología utilizada en el mundo académico y por parte de las
instituciones dedicadas al abordaje de la problemática, se puede concluir que lo más adecuado es el uso de la categoría de «niños en
situación de calle», ya que engloba a todos los
menores de 18 años, sean niños, niñas o adolescentes, sin recurrir a un lenguaje que puede ser estigmatizante por un uso inadecuado y
descalificador.
¿Niños, niñas y adolescentes «de la calle», «en la calle», o «en situación de calle»?
A su vez, esta terminología se presenta
como unificadora, ya que presenta la amplitud
necesaria para incluir dentro de la misma categoría una multiplicidad de circunstancias,
debido a que se refiere de manera general a los
niños que trabajan, deambulan o viven en las
calles. Otra ventaja de su uso es el hecho de
que no introduce un elemento de pertenencia
como el concepto de «niños de la calle», sino
que genera la idea de una condición que puede
ser modificada, por lo tanto no es permanente.
Además, el uso de la expresión «niños en
situación de calle» se presenta como una instancia superadora que permite dejar de lado la
clásica distinción propuesta por UNICEF entre «niños en la calle» y «de la calle», ya que esta
se basa en la presencia o ausencia de lazos
familiares, lo cual muchas veces no se configura como factor determinante de la realidad
de dichos sujetos, teniendo preponderancia en
este sentido las costumbres, normas y valores
que constituyen la vivencia callejera. El hablar
de una situación implica, además, una singularidad, un sistema de relaciones sociales que
rodea a cada niño, lo que otorga una idea acerca de la complejidad de la problemática debido a las particularidades de cada caso.
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Recibido: febrero de 2015
Aceptado: noviembre de 2015
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8, 2015: 51-62
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 63-71
Hacia una conceptualización de las políticas públicas
Víctor F. Toledo1
Resumen
En este artículo se pretende dar una mirada panorámica sobre qué son las políticas públicas a
los efectos del análisis de su puesta en marcha como un proceso que debe ser integral. Desarrollaremos las tres fases fundamentales de toda política pública: definición, ejecución y evaluación, y se expondrán los modelos o concepciones divergentes en torno a ellas. El objetivo es
brindar claridad conceptual en torno a un tema muy tratado en el campo académico pero tergiversado en el político, para el cual cualquier acción que parte de las esferas gubernamentales es
una «política pública». A lo largo de este trabajo pretendemos fijar una postura clara acerca de
ellas como una práctica colaborativa y participativa, y no exclusivamente gubernamental.
Palabras clave: análisis político - política - política gubernamental - política pública - proceso
Abstract
This article attempts to give a panoramic view of the meaning of public policies with the
purpose of analyzing its implementation as a process that must be integral. We will develop the
three fundamental stages of any public policy: definition, implementation and evaluation along
with models or divergent conceptions about them. The aim is to provide conceptual clarity on a
subject that has been intensively discussed in the academic field, but distorted in the political
field. In the latter, any action from government spheres is considered as «public policy».
Throughout this paper, we assume a clear stance regarding them as a collaborative and
participatory practice, and not just as a government issue.
Keywords: political analysis - politics - government policy - public policy - process
Introducción
El presente artículo corresponde a un primer avance del proyecto de investigación «El
papel de los actores locales e internacionales
1
en el diseño de políticas públicas destinadas a
paliar la situación de los niños y niñas en situación de calle en la Ciudad de Salta» (en ade-
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica de Salta.
Ciencias Jurídicas y Sociales | nota de divulgación |
63
Toledo
lante «niños y niñas en situación de calle»).
Dicho proyecto, aprobado por Res. Rectoral Nº
333/13 de la Universidad Católica de Salta
(UCASAL), tiene como foco central a las políticas públicas, de modo que en él no se hará un
abordaje de la niñez desde una perspectiva sociológica, económica o antropológica, sino a partir
de cómo las instituciones locales tratan esta problemática y si dicho tratamiento implica la construcción de políticas públicas.
Dado que nuestro proyecto de investigación consiste en analizar y evaluar las políticas
públicas del municipio de Salta referidas a los
niños y niñas en situación de calle, es necesario, en primer lugar, desarrollar conceptualmente qué se entiende por una política pública, pues su respuesta será un abordaje fundamental por el que atravesará la investigación.
La lectura de este texto debe complementarse
con la del artículo de Federico de Singlau titulado «Niños y niñas en situación de calle: una
aproximación conceptual», en el que se exponen las distintas opciones sobre la denominación de niños y niñas que están en situación de
calle y que fija la postura del equipo de investigación acerca del problema: se abordará la problemática de los menores de 18 años que viven,
deambulan y/o trabajan en la calle. No necesariamente pernoctan en ella, no necesariamente carecen de cuidados parentales o se ausentan de las escuelas; sin embargo sus vínculos
familiares son débiles o inexistentes, y por lo
tanto «hacen de la calle su hábitat principal y
desarrollan en ella estrategias de supervivencia, hecho que los expone a distintos tipos de
riesgos» (Forselledo, 2001: 49-79).
Ahora bien, la conceptualización de la política pública no se abocará exclusivamente a
su definición, sino que indagará diversas concepciones que existen al respecto. La referencia a ellas es de suma importancia como guía a
lo largo de nuestra investigación, para poder
discriminar si las políticas que se llevan a cabo
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son iniciativas gubernamentales que se agotan en una gestión o si hay una persistencia en
el tiempo —y por lo tanto serían una auténtica
política pública— o, en todo caso, si se presentan cambios parciales o modificaciones lo
que nos permite analizar los factores incidentales o intervinientes. En definitiva, permitirá
que observemos, desde una perspectiva analítica, las eventuales discordancias entre el diseño de la política y su puesta en práctica.
Como dice Vargas, «Todos hablan de políticas públicas, pero pocos saben a ciencia cierta qué son y para qué sirven, cómo se diseñan
y qué consideraciones intervienen en su elaboración, implementación, administración,
control y ajuste…» (Vargas, 2004: 51). A lo largo
de este artículo, entonces, trataremos de dar el
paso inicial para despejar los interrogantes en
torno a ellas y fijar una posición para el desarrollo de nuestro proyecto de investigación.
¿Qué son las políticas públicas?
El punto de partida de esta investigación
no puede ser otro que la conceptualización de
las políticas públicas, pues en torno a ella hay
un trasfondo de un debate aún no cerrado entre los especialistas y del que debemos dar
cuenta para precisar nuestra concepción acerca de qué entendemos por políticas públicas,
base sobre la cual desarrollaremos esta investigación.
Una primera aproximación relaciona a las
políticas públicas con las acciones que los gobiernos encaran para dar respuestas a las demandas de la sociedad (Ruiz López, Cárdenas
Ayala, 2005). Desde esta lógica, el punto focal
está en el proceso de toma de decisiones para
llevar adelante una política que está destinada
a satisfacer necesidades concretas de la sociedad. Por lo tanto, como indica Oszlack, se
trata de un posicionamiento del Estado
«…frente a cuestiones socialmente problema-
Hacia una conceptualización de las políticas públicas
tizadoras» (González Tachiquín, 2005: 109).
Es cierto que las políticas públicas, como
señala Aguilar Villanueva, parten de la articulación de la administración pública con las técnicas gubernamentales (González Tachiquín,
2005: 109). Ahora, el problema es que no siempre se produce esa articulación y puede ocurrir que la gestión o la puesta en marcha no
coincidan con el diseño político. Esto puede
suceder cuando en vez de una política pública
se está implementando una política gubernamental y, por lo tanto, se centraliza la gestión
en la toma de decisiones y los réditos electorales que ella acarrearía y no tanto en la política
como un servicio para todos los destinatarios.
Esta lógica electoralista olvida que los gobiernos no son sino «instrumentos para la realización de las políticas públicas» (Lahera Parada, 2004: 8).
Resulta necesario, por lo tanto, no identificar a las políticas públicas con las acciones
gubernamentales. Una base para esa distinción está en la incorporación de otros actores,
y no solo el gobierno, en la conceptualización y
entramado de lo que es una política pública.
Un primer punto de referencia para esos otros
actores está en la comunidad o ciudadanía, que
en un sistema democrático interviene indirectamente a través de la participación política
partidaria y de las elecciones (Lahera Parada,
2004: 17).
Ahora bien, en una sociedad democrática,
la participación no se agota en las elecciones,
sino que también toma parte de las decisiones y
el control de las acciones públicas. El sector privado, como fuente de demandas y como
complementador de la tarea del Estado (co-gestión), también forma parte de las políticas públicas. Sin dudas que el Estado es el actor principal, pero no puede omitirse en el esquema de
análisis a la sociedad civil y a la empresa (Ruiz
López, Cárdenas Ayala, 2005), e inclusive a ciertos actores u organizaciones internacionales,
toda vez que la globalización puso en evidencia
la necesidad de complementariedad más allá
de las fronteras nacionales para afrontar problemas comunes pero desde realidades locales.
De allí que la eficiencia y eficacia de los impactos de las políticas públicas no pueden sustraerse de una descentralización que propenda
a la máxima participación ciudadana.
Análisis político
Las políticas públicas empiezan a tomar
protagonismo en la agenda institucional —política y académica— gracias al desarrollo de la
ciencia de la administración pública, desde la
cual se la considera una actividad orientada
hacia los campos de la producción de soluciones y redistribución de recursos, reconociendo «su dimensión gerencial y su naturaleza
política» (Castro, 1995: 319).
Las políticas públicas no pueden disociarse de la faceta analítica que de ellas se realiza,
pues es el analista quien «…otorga un sentido
a la multitud de decisiones y comportamientos de los administradores y demás actores
sociales involucrados en el proceso» (Bañón;
Carrillo, 1997: 21).
El análisis de las políticas públicas, en
definitiva, propone una nueva aproximación que se centre en la actuación de los
poderes públicos: en los productos de esta
actuación y en los procesos a través de los
cuales se genera, se desarrolla y se transforma en resultado y en impactos sobre la
sociedad (Castro, 1995: 321).
Lo que pretendemos hacer en la investigación sobre «niños y niñas en situación de calle»
es, justamente, analizar las políticas impartidas para afrontar el problema, que es una de las
tantas formas de vulnerabilidad que atraviesan
determinados segmentos de la sociedad.
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Toledo
Debe quedar en claro, no obstante, que en
esta investigación no buscamos implementar
una modalidad de investigación-acción en el
sentido de dar respuestas en forma de soluciones prácticas y «…compartiendo la responsabilidad en la toma de decisiones y en la realización de tareas de investigación» (Pérez Serrano, 2008. I: 155), sino más bien trataremos
de desentrañar y analizar cómo es el proceso o
secuencia de políticas públicas que se inicia
con la identificación/construcción del problema y concluye con la elaboración de acciones
para resolverlo, así como su seguimiento y evaluación. En definitiva, citando a Joan Subirats,
el proyecto de «niños y niñas en situación de
calle» está orientado a
…reconstruir procesos de actuación de los
poderes públicos. Se trata de examinar
relaciones, alianzas y conflictos entre los
actores presentes en el proceso político
objeto del análisis y las vías y las formas
de representación establecidas. Se trata
de ver quién interviene en cada política
concreta y con qué resultados (Castro,
1995: 321-322).
Las políticas públicas
como proceso
Hay cierto consenso entre los analistas, a
la hora de identificar las etapas por las que
atraviesa —o debe atravesar— una política,
para que sea considerada como pública. En
esencia, hay una formulación, una implementación o ejecución y una evaluación.
No obstante, hay diferencias en torno a lo
que debe contener cada fase o etapa, diferencias que pasan por lo ideológico, por la formación profesional de los analistas y por el modelo de política pública adoptado.
Por ejemplo, para Ruiz López y Cárdenas
Ayala, la formulación parte de una agenda polí66
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tica que ya está dada y en base a la cual hay que
definir el problema a resolver (Ruiz López,
Cárdenas Ayala, 2005).
En Bañón y Carrillo el punto de partida está
en la identificación y definición del problema,
pero con la particularidad de incluir la evaluación en cada una de las etapas (1997:19).
Vargas, por su parte, prefiere hablar de un
diagnóstico previo, decisión, dirección y difusión (2004: 55).
En nuestra investigación, a los efectos analíticos, adoptaremos una combinación de perspectivas para analizar las políticas públicas en
cuestión. De este modo, las etapas quedarán
identificadas como:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Diagnóstico político (problemática)
Planteo de objetivos
Formulación de alternativas de solución
Adopción de una alternativa
Implementación de la solución
Evaluación permanente.
Es necesario destacar, no obstante, que
todo el proceso está atravesado por una serie
de condicionantes que no pueden ser obviados
ni por los actores intervinientes ni por los
analistas: el sistema político, los recursos disponibles, la oportunidad, la transparencia y la
aprobación social (Ruiz López, Cárdenas Ayala,
2005). Pero también hay que tener en cuenta
los lobbies, la competencia y el consenso social
al respecto (Subirats, 1994: 5). Todos estos factores influyen no solo en la implementación de
una política pública sino a lo largo de todo el
ciclo desde su inicio, a veces de manera determinante, especialmente a la hora de evaluar
los impactos que se producen en la sociedad.
El problema
No desarrollaremos, en este primer avance de investigación, cada una de las etapas del
Hacia una conceptualización de las políticas públicas
proceso mencionadas en el apartado anterior,
pero sí expondremos, desde una perspectiva
genérica, las tres instancias básicas en las políticas públicas: el problema, la implementación
y la evaluación.
En cuanto al problema, y siguiendo de algún modo las discusiones en torno a los
paradigmas de la investigación, hay dos corrientes bien definidas. Para algunos autores
el problema está allí presente y solo hay que
abordarlo. Otra corriente, completamente antagónica, entiende que el problema es una opción política, que no es evidente sino que se
construye. En el fondo, la discusión gira en torno a si son las instituciones las que forman los
procesos sociales o si son los procesos sociales los que crean su institucionalidad (Acuña,
2014a: 13).
Evidentemente, en políticas públicas hay
un posicionamiento del Estado frente a cuestiones socialmente problematizadoras. También es cierto que hay una agenda política, o, si
se pretende ser más abarcativo, un entorno
micro y macro que las impone. Pero de todas
formas es necesaria una definición concreta u
operativa que indique los cursos de acción a
tomar (Subirats, 2001: 261).
Ahora bien, pretender en esa definición que
los problemas están dados objetivamente implica desconocer el proceso político de toma
de decisiones. La problematización no es ni
objetiva ni externa, sino que se relaciona con
opciones concretas de las que participan los
decisores políticos, pero también los otros actores interesados. En ese proceso, el analista
reviste gran trascendencia, pues es él quien
«…a partir de las situaciones problemáticas
‘construye’ el problema, lo define, clarifica,
explica y evalúa» (Subirats, 1994: 3). Es el
analista el que transforma un tema de agenda
política en un problema; es el que le da sentido
como tal. Pero también aquello que no es
problematizado sino que queda excluido da la
pauta del enfoque de una política pública o de
su integralidad o falta de ella. Sostener que los
problemas se construyen, por lo tanto, no quiere decir que aquellos que no son indicados
como tales no existen, sino que hay una intencionalidad o una decisión para que determinadas situaciones no sean definidas ante la
comunidad como un problema. Como dice Dye,
las políticas públicas también son lo que no se
hace (Vargas, 2004: 49).
Así, al encarar nuestro proyecto de investigación, nos surge un gran interrogante respecto a las políticas públicas. En la actualidad no
hay programas específicos, ni en la provincia
de Salta ni en el municipio de Capital, para la
atención de niños y niñas en situación de calle.
Hasta el año 2010 la provincia tuvo un programa específico para ello, pero desde esa fecha
hasta la actualidad hay que indagar en muchos
otros programas o proyectos referidos a la niñez y vulnerabilidad para identificar si esos
niños y niñas en vulnerabilidad están —o pueden estar— en situación de calle. ¿Qué ha sucedido? ¿Ha dejado de ser un problema? Y si
es así, ¿por qué? ¿Se ha resuelto como tal? ¿O
el número de niños y niñas en situación de
calle es irrelevante para ser tratado como tal?
¿Será que es difícil identificar a quiénes están
en esa situación? ¿O no es redituable en términos políticos reconocer que hay niños y niñas que se encuentran en esa situación? A lo
largo de nuestra investigación trataremos de
dar respuestas a estos interrogantes.
Al realizar el análisis de la información
podremos desentrañar, a su vez, frente a qué
modelo u opciones de políticas públicas nos
encontramos. Si es uno analítico, centrado en
los recursos de las elites y la estructura del
sistema político; si es uno incremental, basado en las acciones previas para evaluar si las
acciones nuevas o sus consecuencias difieren
de la situación actual; o si es uno utilitario,
basado en un análisis de costos-beneficios
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 63-71
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(González Tachiquín, 2005: 110-11)2.
Implementación
Toda implementación de una política pública busca eficiencia y eficacia: lograr con los
recursos disponibles, y en el menor tiempo
posible, los resultados esperados. En esta instancia también pueden identificarse dos modelos claramente diferenciados de cómo ejecutar las políticas: uno que parte desde los
objetivos para analizar si se alcanzaron o no
(Top Down) y otro que parte de acciones individuales y los factores externos para evaluar los
impactos (Bottom Up).
Modelo Top-Down
La premisa básica de este modelo consiste
en separar el ámbito político de la administración pública, entendida esta última como un
entramado burocrático. El éxito de las políticas
públicas, en este modelo, depende de las capacidades de acción (Bañón, Carrillo, 1997: 14).
Es decir que se trata de un modelo que
separa nítidamente y de manera lineal la definición de la ejecución y de los impactos. De
este modo, un problema de implementación
queda identificado con la coordinación y control de la organización (Castro, 1995: 340). O
es una implementación que no se hizo o se
hizo deficientemente. De manera tal que este
modelo hace de la implementación un problema más bien técnico.
Modelo Bottom Up
Contra la lógica causa-efecto del modelo
anterior, este modelo la invierte e incluye una
perspectiva panorámica. No se concentra en
las decisiones que emanan jerárquicamente
de los niveles más encumbrados, sino en las
acciones individuales que se ven condicionadas por factores externos que las hacen más o
menos viables (Castro, 1995: 342). Es decir que
las políticas públicas, desde esta perspectiva,
se acercarían más a una concepción incremental de toma de decisiones. Como bien expresa
Joan Subirats:
Se trataría de reconstruir los efectos de la
política a estudiar, en términos de impacto, intentando determinar cuántos de esos
impactos pueden explicarse por la actuación de las agencias administrativas implementadoras, y cuántos, en cambio, responden a causas externas a la política pública examinada (Castro, 1995: 342).
Desde nuestro proyecto buscamos visualizar qué concepción tienen los decisores políticos sobre la implementación de las políticas
públicas. El análisis de los modelos permitirá,
a su vez, averiguar si los proyectos o programas que se ejecutan responden a un modelo
jerárquico o lineal o si son más bien modelos
centrados en las acciones, y también comparar las formulación formal de estos con la concepción que tienen los responsables finales
acerca de la ejecución de las políticas públicas
y sus impactos.
Evaluación
La última esfera de análisis será la de la
evaluación, entendida como una instancia permanente en todo el proceso y que no mide únicamente los resultados finales, sino también
la puesta en marcha de una política pública
desde la definición del problema.
Hay diferentes denominaciones para estos modelos. Castro (1995: 330-338), por ejemplo, habla de
Modelo Racional Puro, Modelo Racional Limitado y Modelo Incremental.
2
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Hacia una conceptualización de las políticas públicas
Es cierto que implícita o explícitamente
toda política pública está sujeta a evaluación
en el sentido de una opinión valorativa. Opinan
de ella los destinatarios, la sociedad en general, la oposición, los sectores involucrados, los
expertos, etc. En rigor, muchas veces esa opinión no se refiere tanto a la política pública en
concreto como a la gestión del gobierno que la
sostiene o la implementa.
La evaluación de la política pública, desde
una perspectiva analítica —que es la que adoptamos en este proyecto de investigación—, es
una evaluación no solo técnico-burocrática,
sino también política en un sentido amplio
(Bañón, Carrillo, 1997: 18), es decir que, como
expresan Meny y Tohening, hay una «…apreciación sistemática, sobre la base de métodos
científicos, de la eficiencia y de los efectos rea-
les, previstos o no, buscados o no, de las políticas públicas».
En nuestro proyecto, concretamente, se trabajará con dos tipos de variables: endógenas y
exógenas. Dentro de las primeras se considerarán la gestión institucional y la difusión de
los planes de acción, y dentro de las segundas
se tendrán en cuenta variables estructurales
macro políticas y económicas y variables político-institucionales.
La evaluación de las políticas públicas se
realizará, entonces, a partir de estos dos grandes grupos de variables que hacen referencia
tanto a aspectos estáticos como dinámicos.
Para ello, siguiendo a Bañón y Carrillo, tomaremos diferentes tipos de evaluación de acuerdo
a las etapas de políticas públicas según el planteo de estos autores3.
Cuadro 1. Proceso de las políticas públicas y tipos de evaluación
Fases del proceso de la política pública
1. Identificación y definición del problema
Tipos de evaluación
Evaluación anticipativa
Evaluación de evaluabilidad
Evaluación de necesidades
2 Formulación y adopción de una alternativa
Evaluación de teoría y diseño
Evaluación de viabilidad política/contexto
3 Implementación de la alternativa adoptada
Evaluación de implementación
Evaluación de seguimiento del programa
4 Evaluación de los resultados
Evaluación de impacto
Evaluación de calidad
Fuente: Bañón, Rafael; Carrillo, Ernesto (Comp.). La nueva Administración Pública.
Madrid: Alianza, 1997, p. 19.
No evaluaremos, entonces, únicamente el producto, sino todo el proceso de funcionamiento
de una política pública en particular.
A lo largo de nuestro proyecto y al realizar el análisis de las políticas públicas, adaptaremos la
tipología de evaluación a las fases mencionadas anteriormente en este trabajo.
3
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Conclusiones
El presente trabajo tuvo la finalidad de precisar, desde el punto de vista terminológico, la
concepción que tiene el equipo de investigación acerca de qué implica una política pública. La necesidad de desarrollar este tema, más
allá del marco teórico presente en el proyecto
de investigación, radica en la relevancia que
tiene, a los efectos conceptuales y metodológicos, señalar diferentes enfoques sobre las
políticas públicas y su puesta en marcha e indicar cómo dichas opciones contribuirán a la
ejecución del proyecto de investigación sobre
los «niños y niñas en situación de calle» en la
ciudad de Salta.
En principio queda en claro que se diferencia nítidamente de una política gubernamental, pues se incorporan otros actores —en
nuestro caso locales e internacionales. Las
políticas públicas auténticas, por lo tanto, tienen que ser colectivas para que el problema
definido genere un impacto real en la sociedad, satisfaciendo las demandas de los sectores afectados y tienen que mantenerse en el
tiempo más allá de los cambios de gestión.
Muchas veces sucede que hay problemas
que no llegan a constituirse en acciones de
políticas públicas debido a la intervención de
múltiples factores que inciden en la competencia entre diferentes demandas sociales, situación que se hace más notoria cuando los
actores no tienen acceso directo a la estructura representativa de los decisores políticos
(Subirats, 2001: 264). De allí que es necesario
partir de políticas públicas consensuadas o
construidas de manera participativa. Las políticas públicas no son un producto o acciones
aisladas, sino que conforman un proceso complejo que, simplificado, implica la problematización, la ejecución y la evaluación.
Una política pública participativa como
punto inicial parte de la concepción del pro70
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blema como una construcción social y no como
una identificación exclusivamente gubernamental. En esa fase hay diferentes modelos, y
lo que trataremos de hacer en nuestra investigación es identificar aquel que mejor se adapta a las políticas públicas destinadas a paliar la
situación de calle de niños y niñas en la ciudad
de Salta.
El mismo camino se seguirá con la ejecución, analizando allí no solo el modelo prescripto en los programas, sino el sostenido por
los decisores y ejecutores de las acciones, tratando de averiguar si hay discordancias entre
la concepción de las políticas públicas y su
puesta en marcha.
Finalmente, pondremos el acento en una
evaluación permanente a lo largo de todos los
procesos, pues ella es fundamental para el análisis de las políticas públicas. Esta evaluación
se realizará de una manera sistemática en cada
etapa del proceso, para las cuales se fijaron
diferentes tipos de evaluación; parámetros
necesarios pues «…el conjunto de los actores
de relevancia en la formación de políticas públicas normalmente difiere del conjunto relevante en la evaluación» (Acuña, 2014b: 32).
En definitiva, y a riesgo de ser reiterativos,
las políticas públicas están íntimamente vinculadas con su análisis y es justamente eso, el
análisis de las políticas públicas, lo que se hará
en la investigación sobre «niños y niñas en situación de calle».
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Recibido: febrero de 2015
Aceptado: setiembre de 2015
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Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 73-85
La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
Federico Alejandro de Singlau1
Resumen
El presente artículo se enmarca en el proyecto de investigación «El papel de los actores locales e
internacionales en el diseño de las políticas públicas destinadas a paliar la situación los niños y
niñas en situación de calle en la Ciudad de Salta», y tiene por finalidad describir las acciones
emprendidas por el Estado argentino para la protección de los derechos de la infancia y la
adolescencia en cumplimiento de lo establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño,
adoptada en 1989. Asimismo, se describirá la situación de la niñez y la adolescencia en Salta, y
se analizará el nivel de adecuación de la Provincia a la normativa nacional en la materia.
Palabras clave: protección - niñez - adolescencia
Abstract
This article is part of the research Project «The role of local and international actors in the
design of public policies to mitigate the situation of children living on the streets in the city of
Salta». This paper aims to describe the actions taken by the Argentine government in order to
protect the rights of children and adolescents in compliance with the provisions of the Convention
on the Rights of the Child, adopted in 1989. In addition, the situation of childhood and adolescence
in Salta will be described and the level of adequacy of the Province of Salta as regards the
National legislation on the subject will be discussed as well.
Keywords: protection - childhood - adolescence
Introducción
En 2014 se celebró el 25° aniversario de la
adopción de la Convención sobre los Derechos
del Niño por parte de la Asamblea General de
las Naciones Unidas, hecho que tuvo lugar el
20 de noviembre de 1989. Se trata de un acon1
tecimiento digno de destacar, ya que nos referimos al instrumento internacional de derechos humanos «más ratificado a nivel mundial» (solo los Estados Unidos y Somalia no lo
ratificaron) y en el más corto plazo, y al «hito
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica de Salta.
Ciencias Jurídicas y Sociales | nota de divulgación |
73
de Singlau
más importante para la vida de todos los niños,
niñas y adolescentes», tal como caracteriza a la
Convención el Fondo de las Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF) en su página web
oficial2.
En el cuarto considerando de su Preámbulo, la Convención recuerda que en la Declaración Universal de Derechos Humanos se había proclamado que los niños y niñas poseen el
derecho a gozar de cuidados y asistencia especiales, incluida la debida protección legal, por
su falta de madurez física y mental. Esta necesidad había sido recogida anteriormente por
la Declaración de los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General el 20 de noviembre de 1959, aunque el primer antecedente en
tal sentido data de 1924, año en que se firmó la
Declaración de Ginebra sobre los Derechos
del Niño. Asimismo, en el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos y en el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los Estados firmantes hicieron un reconocimiento explícito de dicho derecho3.
La Convención establece un abanico de
derechos que deben ser garantizados por los
Estados parte a todas las personas menores de
dieciocho años de edad4, sin distinción de
«raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o
social, posición económica, impedimentos fí-
sicos, nacimiento o cualquier otra condición
del niño, de sus padres o de sus representantes legales» (artículo 2°).
Los derechos contenidos en la Convención,
que representan umbrales mínimos a ser garantizados por los Estados signatarios, y
…más que un catálogo de derechos de los
niños (…) constituye una lista completa
de las obligaciones que los Estados están
dispuestos a asumir para con los niños.
Dichas obligaciones pueden ser directas
(…) o indirectas, en vistas de permitir a
los padres, familiares o tutores desempeñar el papel que les corresponde y asumir
su responsabilidad de cuidar y proteger al
niño5.
Los derechos enumerados en el instrumento internacional pueden agruparse según
la siguiente clasificación6:
• Derechos generales (entre otros: a que se
aplique la Convención a todo menor de 18 años;
a que se respete el superior interés del niño en
toda medida que le concierna; a que el Estado
tome todas las medidas para hacer efectivos
los derechos de la Convención y respete los
deberes y derechos de padres, familiares, comunidad, tutores y personas encargadas legalmente del niño, ayudándolos a cumplir con
«25° Aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño», UNICEF, página web oficial. En:
http://www.unicef.org/lac/about_28021.htm (21/11/14).
3
Preámbulo de la Declaración sobre los Derechos del Niño, octavo considerando.
4
En la Ley 23.849 se establece que la Argentina debe hacer la siguiente declaración al momento de
ratificar la Convención: «Con relación al artículo 1° de la Convención sobre los Derechos del Niño, la
República Argentina declara que el mismo debe interpretarse en el sentido que se entiende por niño
todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad».
5
Nigel Cantwell. «Comentarios a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del
Niño», Instituto Interamericano del Niño, p. 2. En: http://www.iin.oea.org/cad_Convenci%C3%B3n.pdf
(12/11/14).
6
Basado en la clasificación de los Derechos del Niño establecida por UNICEF Argentina. En: http:/
/www.unicef.org/argentina/spanish/children_youth_15187.htm (12/11/14).
2
74
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UCASAL,
8, 2015: 73-85
La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
ellos; a un nivel de vida adecuado; a las disposiciones nacionales e internacionales más favorables para los derechos del niño).
• Derecho a la salud (a la vida y el desarrollo;
a disfrutar de vida plena y en condiciones que
aseguren su dignidad, en caso de presentar
desventajas físicas o mentales; al más alto nivel de salud; a tener seguridad social; al descanso y al juego; a ser protegido contra el uso
ilícito de drogas; entre otros).
• Derecho a la familia (a no ser separado de
sus padres, excepto en cumplimiento del interés superior del niño; a mantener relaciones
personales con ambos padres, aún cuando estos residan en diferentes Estados; a que ambos padres asuman su responsabilidad primordial en cuanto a la crianza y el desarrollo
del niño; etc.).
• Derecho a la educación (a una educación
que desarrolle su personalidad, aptitudes y
capacidad física y mental hasta su máximo
potencial; a que su educación desarrolle su
respeto por los derechos humanos y el amor a
su propia identidad cultural y al medio ambiente natural; a la educación primaria gratuita, debiendo ser promovida la educación secundaria hasta que accedan a ella todos los niños y buscándose una educación superior más
accesible a todos; a que la disciplina escolar
sea compatible con la dignidad humana del
niño; a acceder a la información y material que
promueva su bienestar social, espiritual y moral y su salud física y mental).
• Derecho a la protección especial (a que se
dicten medidas legislativas, administrativas,
sociales y educativas apropiadas para proteger
al niño de toda forma de violencia física o mental, descuido o trato negligente, maltrato o explotación, perjuicio o abuso sexual; a recibir
protección y asistencia del Estado en caso de
estar privado de su medio familiar; a ser protegido contra la explotación económica, sexual
o de cualquier otra índole; a ser protegido contra toda forma de abuso, contra el secuestro, la
venta o la trata; a no ser sometido a tortura,
pena capital ni prisión perpetua, y a no ser privado de su libertad en forma arbitraria; a protección en caso de conflictos armados).
• Derecho a la participación (a formar un
juicio propio, a expresarse libremente y a ser
tenido en cuenta; a buscar, recibir y difundir
información e ideas de todo tipo y por cualquier medio; a la libertad de pensamiento, conciencia y religión; a la libre asociación).
• Derecho a la identidad (a no sufrir ningún
tipo de discriminación; a tener nombre y nacionalidad, y a conocer a sus padres; a preservar su identidad, nacionalidad, nombre y relaciones familiares; a que se respeten su vida
privada, su honra y su reputación; a tener su
propia vida cultural, religión e idioma; etc.).
La Argentina ante la Convención
sobre los Derechos del Niño: el
Sistema de Protección Integral de
Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes
En la Argentina, la Convención fue aprobada por Ley 23.849, sancionada el 27 de setiembre de 1990 y promulgada de hecho el 16 de octubre de ese mismo año7. La ratificación tuvo
lugar en diciembre de 1990, y entró en vigor en
enero de 1991. Al ser un tratado cuya materia
son los derechos humanos, goza de jerarquía
constitucional, encontrándose en la enumeración contenida en el inciso 22 del artículo 75 de
la Constitución Nacional tras la reforma de 1994.
Una vez sancionada la norma por el Congreso se cumplió el plazo estipulado de diez días hábiles
durante los cuales el Poder Ejecutivo está facultado para promulgar o vetar total o parcialmente la ley.
Es por ello que se la considera promulgada de hecho.
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Pese a la temprana incorporación de este
instrumento jurídico internacional al derecho
interno, tuvieron que pasar 11 años para que
se produjese la adecuación normativa en materia de protección de los derechos de la infancia (Danieli, 2012: 5). Esto ocurrió en setiembre de 2005 con la sanción de la Ley 26.061, a
través de la cual se creó el Sistema de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y
Adolescentes, fruto del trabajo mancomunado
de académicos, expertos, técnicos y organizaciones de la sociedad civil. Esto significó una
ruptura con un paradigma que estuvo vigente
en el país durante casi un siglo, encarnado en
la Ley 10.903 de Patronato del Estado, sancionada en 1919. Esta ley se basaba en una visión
del menor como un ser incapaz, objeto de protección tutelar por parte del Estado para su
readaptación social en caso de encontrarse en
situación de abandono moral o material. En la
práctica, la aplicación de esta filosofía se tradujo en la disposición judicial de la vida de los
niños y niñas considerados en peligro, separándolos de sus familias, privándolos de sus
derechos y alojándolos en institutos de menores (De Miguel-Salviolo, 2008: 2). En el interregno entre la ratificación de la Convención
en 1991 y la sanción de la Ley 2.061 en 2005 se
siguió aplicando en el país la práctica de retiro
e institucionalización de los niños y niñas en
situación de peligro, derivándoselos a guarda
con fines de adopción y separándoselos de sus
hermanos (Bisig, 2012: 57).
La sanción de la Ley 26.061 significó, entonces, un cambio de paradigma: los niños,
niñas y adolescentes pasaron de ser considerados «objetos de tutela» a su consideración
como «sujetos de derechos» que deben ser
garantizados de manera integral por el Estado,
en todos los ámbitos de su vida y desarrollo, a
través de políticas públicas (De Miguel-Salviolo, 2008: 3-4).
La especialista Irene Konterllnik define al
Sistema de Protección como «un conjunto de
interacciones que se estructuran y fluyen en
torno a corresponsabilidades que tienen todos
los actores» (es decir, el Estado, las familias y
la sociedad en general)8.
El principio básico del Sistema, establecido en el artículo 3° de la Ley 26.061, es el interés superior de la niña, niño y adolescente, definido como la máxima satisfacción, integral y
simultánea de los derechos y garantías reconocidos en la ley, debiéndose respetar su condición de sujeto de derecho; el pleno desarrollo personal de sus derechos en su medio familiar, social y cultural; su edad, grado de madurez, capacidad de discernimiento y demás
condiciones personales; y su centro de vida.
En su Título II, la Ley 26.061 enumera los
siguientes derechos: a la vida, a la dignidad e
integridad personal, a la vida privada e intimidad familiar, a la identidad, a la documentación, a la salud, a la educación pública gratuita,
a la libertad, al deporte y juego recreativo, al
medio ambiente, a la libre asociación, a opinar
y ser oído, al trabajo de los adolescentes con las
restricciones correspondientes, a la seguridad
social. A su vez, contiene garantías mínimas
en los procedimientos judiciales o administrativos (como el derecho a ser oído ante la autoridad competente cada vez que el niño, niña
o adolescente lo solicite), el principio de igualdad y no discriminación, el principio de efectividad, entre otros. De esta manera, se cubre
todo el espectro de derechos y garantías esta-
Irene Konterlnik. «El rol de los organismos administrativos en la implementación del sistema de
protección integral de derechos de niñas, niños y adolescentes», exposición en el Seminario La Nueva
Ley Nacional de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes: Responsabilidad de los
diferentes actores en su aplicación, diciembre de 2005. Citada por De Miguel (2008: 6).
8
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La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
blecido en la Convención sobre los Derechos
del Niño.
Sobre la composición del Sistema de Protección Integral, el artículo 32° establece que
este
…está conformado por todos aquellos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifican, coordinan, orientan, ejecutan y supervisan las políticas públicas,
de gestión estatal o privadas, en el ámbito
nacional, provincial y municipal, destinados a la promoción, prevención, asistencia, protección, resguardo y restablecimiento de los derechos de las niñas, niños
y adolescentes, y establece los medios a
través de los cuales se asegura el efectivo
goce de los derechos y garantías reconocidos en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño, demás tratados de derechos humanos ratificados por el Estado argentino y el ordenamiento jurídico nacional.
A su vez, el mismo artículo determina una
serie de medios para el logro de los objetivos
del Sistema:
a) Políticas, planes y programas de protección
de derechos;
b) Organismos administrativos y judiciales de
protección de derechos;
c) Recursos económicos;
d) Procedimientos;
e) Medidas de protección de derechos;
f) Medidas de protección excepcional de derechos.
El Sistema de Protección Integral está conformado, de esta manera, por tres niveles cuyo
funcionamiento debe darse de manera dinámica e interrelacionada: políticas públicas,
medidas de protección integral y medidas de
protección excepcional.
En cuanto a las políticas públicas, el artículo 4° de la Ley establece que estas deberán
elaborarse según las siguientes pautas:
a) Fortalecimiento del rol de la familia en la
«efectivización» (sic) de los derechos de las
niñas, niños y adolescentes;
b) Descentralización de los organismos de
aplicación y de los planes y programas específicos (…), a fin de garantizar mayor autonomía, agilidad y eficacia;
c) Gestión asociada de los organismos de gobierno en sus distintos niveles en coordinación con la sociedad civil, con capacitación y
fiscalización permanente;
d) Promoción de redes intersectoriales locales;
e) Propiciar la constitución de organizaciones
y organismos para la defensa y protección de los
derechos de las niñas, niños y adolescentes.
A su vez, el artículo 5° determina la responsabilidad gubernamental indelegable de establecer, controlar y garantizar, con absoluta
prioridad, el cumplimiento de las políticas públicas con carácter federal, manteniendo siempre presente el interés superior de los niños,
niñas y adolescentes y la asignación privilegiada de los recursos públicos que las garanticen.
Las medidas de protección integral de derechos son, según el artículo 33°,
…aquellas emanadas del órgano administrativo competente local ante la amenaza o
violación de los derechos o garantías de
uno o varias niñas, niños o adolescentes
individualmente considerados, con el objeto de preservarlos, restituirlos o reparar
sus consecuencias. La amenaza o violación a que se refiere este artículo puede
provenir de la acción u omisión del Estado, la sociedad, los particulares, los padres, la familia, representantes legales, o
responsables, o de la propia conducta de
la niña, niño o adolescente.
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A su vez, dicho artículo determina que la
falta de recursos materiales de los padres, de
la familia o de otros responsables de las niñas,
niños y adolescentes, no autoriza la separación
de su familia nuclear, ampliada o con quienes
mantenga lazos afectivos, ni su institucionalización, tal como ocurría con la aplicación del
paradigma tutelar.
En cuanto a las medidas de protección excepcional, el artículo 39° las define como «aquellas que se adoptan cuando las niñas, niños y
adolescentes estuvieran temporal o permanentemente privados de su medio familiar o cuyo
superior interés exija que no permanezcan en
ese medio», con el objeto de que el sujeto de
derecho conserve o recupere el ejercicio y goce
de sus derechos vulnerados, y sean reparadas
las consecuencias de tal vulneración.
En relación a los órganos administrativos
de protección de derechos, la Ley estableció la
creación de la Secretaría Nacional de Niñez,
Adolescencia y Familia (organismo especializado en materia de derechos de la infancia y de
la adolescencia, dentro de la órbita del Poder
Ejecutivo Nacional, que funciona con representación interministerial y de distintas organizaciones de la sociedad civil), y del Consejo
Federal de Niñez, Adolescencia y Familia (órgano deliberativo, consultivo y planificador de
políticas públicas dirigidas a la infancia y la
adolescencia en todo el país). A su vez, se esta-
blece la institución de la figura del Defensor
de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, persona a cargo de velar por la protección y promoción de sus derechos consagrados en la Constitución Nacional, la Convención sobre los Derechos del Niño y las leyes
nacionales. La ley determina, a su vez, que cada
jurisdicción podrá designar un Defensor, además del establecido a nivel nacional.
Además, la Ley dispone que el Sistema de
Protección Integral deba estar constituido también por un nivel provincial, conformado por
órganos de planificación y ejecución de las políticas de la niñez, cuya forma y jerarquía deben ser determinadas por cada provincia y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Estado de la infancia en Argentina
El país registra algunos avances significativos en cuanto al estado de su población infantil si analizamos el trayecto desde la adopción de la Convención, y en especial desde la
sanción de la Ley 26.061. En la tabla a continuación podemos visualizar algunas cifras que respaldan esta afirmación, referidas a indicadores
básicos, extraídas de los informes Estado Mundial de la Infancia publicados por UNICEF
correspondientes a los años 1992 y 2014 (con
datos de 1990 y 2012, respectivamente):
Tabla 1: Argentina, indicadores básicos
1990
2012
Tasa de mortalidad de menores de 5 años
28
11
Tasa de mortalidad infantil (< de 1 año)
24
13
Muertes anuales (< de 5 años) (miles)
24
10
Bajo peso al nacer (%)
8
7
Fuente: Elaboración propia en base a datos de
UNICEF (1992: 73; 1993: 73; 2014: 30).
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La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
Sin embargo, algunas instituciones no
gubernamentales difunden una visión más crítica de la situación de la infancia argentina.
Una de ellas es la ONG internacional Humanium, dedicada al apadrinamiento de niños y
comprometida en la lucha contra las violaciones a los derechos infantiles en todo el mundo.
Esta institución elabora anualmente el Mapa
del Respeto de los Derechos del Niño en el
Mundo, así como el Índice de Cumplimiento
de los Derechos del Niño (IMDN). En la edición del Mapa correspondiente a 2014 la Argentina puede visualizarse en el nivel naranja,
caracterizada como un país con problemas sensibles en relación a la situación de la infancia, y
fuera de los dos grupos de países en mejor situación (los pertenecientes al nivel amarillo, que
corresponde a una situación satisfactoria, y los
del nivel verde, que corresponde a una buena
situación de la niñez).
Mapa I: Situación global de los Derechos del Niño, año 2014.
Fuente: Humanium (http://www.humanium.org/es/humanium-publica-elmapa-de-los-derechos-del-nino-en-el-mundo-2014/) (05/11/14)
A su vez, la Argentina presenta un IMDN
de 7,72 puntos sobre 10 posibles. Al referirse a
los principales problemas que afectan a los
niños argentinos, el informe de Humanium9
se refiere a los siguientes:
Información extraída de la página web de la ONG Humanium. En: http://www.humanium.org/es/
argentina/ (26/11/14).
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• Pobreza: afecta a cerca del 30% de los argentinos10, e incide en forma de ciertas dificultades para las familias de bajos ingresos en
la crianza de sus hijos, los cuales a menudo
sufren abusos. La problemática de la pobreza
es especialmente dura en el caso de las familias rurales.
• Educación: pese al aumento de las tasas de
escolarización en primaria y secundaria (en
buena medida a causa de la implementación
de la Asignación Universal por Hijo), se incrementaron notoriamente en los últimos años la
repitencia y la deserción escolar.
• Salud: en los últimos años el país logró una
disminución de la tasa de mortalidad infantil,
a pesar de lo cual los índices aún son elevados,
principalmente entre los niños que viven en
poblaciones rurales y los niños de escasos recursos en el norte del país.
• Niños indígenas: muchos niños indígenas
viven en situación de pobreza crítica y con una
alimentación muy deficiente, como es el caso
de ciertas comunidades indígenas cuyos derechos no se reconocen o son vulnerados, sufriendo muchas veces el hostigamiento de las
autoridades que tratan de desalojarlas (el informe cita el caso de algunas comunidades indígenas de Tucumán). Muchas personas, pertenecientes a los distintos pueblos originarios y
sus hijos, no tienen garantizado el cumplimien-
10
to de sus derechos fundamentales, incluyendo
seguridad, salud, alimentación y educación.
• Violencia en las aulas: pese a que, según el
informe, el 99% de los niños argentinos tienen
acceso a la educación, la violencia escolar es
una problemática que irrumpió fuertemente
en los últimos tiempos, no solo entre pares sino
también por parte de adultos.
• Trabajo infantil: se da principalmente en
las zonas rurales, ya que muchos niños pertenecientes a familias de escasos recursos materiales se ven obligados a abandonar la educación y a trabajar. Aproximadamente el 7% de los
niños entre 5 y 14 años trabajan (por ejemplo,
en tareas domésticas en casas de familias de
mayores ingresos, o en la venta ambulante) para
colaborar con sus familias en la satisfacción de
sus necesidades alimentarias y de salud.
En concordancia con lo dicho en los párrafos precedentes, las investigadoras Ianina
Tuñón y María Sol González, del Observatorio
de la Deuda Social Argentina de la UCA (ODSA
-UCA), determinaron que, pese a los importantes progresos sociales y económicos registrados en la última década, son importantes
los niveles de privación registrados en la infancia y adolescencia argentinas (TuñónGonzález, 2013b: 11)11. Las privaciones se calculan teniendo en cuenta los derechos a la ali-
Esta cifra no se corresponde con los datos oficiales difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), pero se acerca a mediciones alternativas como la tasa de pobreza urbana
calculada para 2013 por los investigadores del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), fuente ampliamente citada ante la ausencia de datos oficiales
o su bajo nivel de credibilidad. Tal Observatorio estima que el 27,5% de la población argentina se
encontraba en 2013 bajo la línea de la pobreza, con una tasa de indigencia superior al 5%. ODSA-UCA.
«Estimaciones de Tasas de Indigencia y Pobreza (2010-2013). Totales urbanos», abril de 2014, p. 3. En:
http://www.uca.edu.ar/uca/common/grupo68/files/INDIGENCIA_Y_POBREZA_INFORME
_PRENSA_abril_2014.pdf (27/11/14).
11
Las privaciones severas son definidas como «aquellas carencias de necesidades humanas básicas que
tienen una alta probabilidad de generar consecuencias adversas para la salud, el bienestar y el desarrollo
de los niños, niñas y adolescentes, siendo esta situación reversible en el mediano-largo plazo, mientras
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La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
mentación, al saneamiento, a la vivienda digna, a la salud, a la estimulación, a la educación
y a la información (los porcentajes representan el total acumulado de la población que presenta al menos una carencia social). Según los
datos del Barómetro de la Deuda Social de la
Infancia, en el período comprendido entre los
años 2010 y 2013 aproximadamente el 58,7%
los chicos y chicas entre 0 y 17 años residentes
en zonas urbanas de la Argentina experimentaron algún tipo de privación moderada o severa, con una leve mejora solo en relación a este
último indicador (Tuñón, 2014: 26).
Situación de la niñez y de la
adolescencia en Salta
La ya mencionada socióloga Ianina Tuñón,
quien se desempeña como responsable del
Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, el
cual forma parte del ODSA-UCA, brindó el 20
de noviembre de 2014 una conferencia en Salta, en el marco de la conmemoración del 25°
aniversario de la adopción de la Convención
sobre los Derechos del Niño. A lo largo de su
presentación, titulada «Las (in)equidades en
las infancias salteñas», presentó una serie de
datos sobre la realidad de los niños, niñas y
adolescentes de la ciudad de Salta12 que configuran una situación altamente preocupante.
De la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA, a partir de la cual se construyen
los Barómetros de la Deuda Social y de la Deuda Social de la Infancia) realizada por el equipo de investigadores de la UCA, se desprende
que el 28% de los niños, niñas y adolescentes
de entre 0 y 17 años en la capital salteña residen en hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). A su vez, el 48% de la niñez
y la adolescencia se encuentra cubierta por la
Asignación Universal por Hijo (AUH) u otros
planes sociales, mientras que un 40% recibe
algún tipo de alimentación gratuita (principalmente en comedores escolares o comunitarios)13. Estos altos niveles de cobertura reflejan situaciones familiares inestables en el plano laboral y preocupantes en cuanto a ingresos, ya que los planes sociales como la AUH se
otorgan a aquellos padres o adultos con menores a cargo que se encuentran desempleados,
se desempeñan en el mercado laboral informal
o perciben un salario inferior al mínimo, vital y
móvil.
En cuanto a las condiciones de vida, los
datos arrojados por la EDSA indican que el
20% de los niños, niñas y adolescentes salteños
habitan en viviendas precarias en términos de
su construcción y/o en condiciones de hacinamiento14.
En relación a la dimensión de la salud, la
que las privaciones moderadas son las carencias que implican «la violación de derechos establecidos en
la Convención de los Derechos del Niños, pero cuyo efecto es reversible en el corto-mediano plazo»
(Tuñón-González, 2013b: 13).
12
Recordamos que las encuestas que aportan los datos para la construcción del Barómetro de la
Deuda Social de la Infancia se llevan a cabo en aquellos aglomerados urbanos de más de 200 mil
habitantes, por lo que esta publicación solo presenta datos correspondientes a la región urbana del
Gran Salta (la ciudad capital más las localidades vecinas de Vaqueros, Villa Los Álamos, La Ciénaga y
Barrio San Rafael, con una población de poco más de 554 mil habitantes).
13
Ianina Tuñón. «Las (in)equidades en las infancias salteñas», conferencia brindada en la sede de la
Fundación para el Análisis y la Reflexión de la Argentina (FUNDARA), Salta Capital, el 20 de noviembre de 2014. En: http://fundara.org.ar/?p=2180 (26/11/14).
14
Ibíd.
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mitad de los niños, niñas y adolescentes de la
ciudad de Salta no tiene cobertura de salud, ya
sea a través de obra social, mutual o empresa
de medicina prepaga15.
En el plano educativo, el estudio reveló que
el 84% de los niños y adolescentes salteños
capitalinos asisten a escuelas de gestión pública, y un 93% lo hace bajo el régimen de jornada simple. Se presentan importantes desigualdades respecto a aquellos que pueden asistir a un establecimiento educativo de gestión
privada, ya que al 55% de los niños y adolescentes que asisten a las escuelas de gestión
pública no se le imparte clases de computación, el 46% no recibe enseñanza de idioma
extranjero y cerca del 23% no accede a clases
de educación física o educación artística. En
palabras de Tuñón, «en tal sentido, el compromiso del Estado con la calidad y equidad de la
oferta educativa es un desafío relevante»16.
Los datos que se desprenden del Barómetro configuran una situación que muestra un
panorama de vulnerabilidad de la niñez y la
adolescencia en Salta. Cabe recordar al respecto la responsabilidad gubernamental establecida en el artículo 5° de la Ley 26.061 de
Protección Integral de los Derechos de Niños y
Adolescentes, el cual expresa, como se dijo
anteriormente, que los organismos del Estado
tienen la responsabilidad indelegable de establecer, controlar y garantizar el cumplimiento
de las políticas públicas dirigidas a estos grupos, con prioridad absoluta. En el mismo artículo se determina que «toda acción u omisión
que se oponga a este principio constituye un
acto contrario a los derechos fundamentales
de las niñas, niños y adolescentes», y que las
políticas públicas deben garantizar con prioridad absoluta el ejercicio de los derechos de
los niños, niñas y adolescentes. La referida
prioridad absoluta implica, a su vez: la protección y auxilio en cualquier circunstancia; la
preferencia en la atención, formulación y ejecución de las políticas públicas; la asignación
privilegiada e intangibilidad de los recursos
públicos que las garantice; y la preferencia de
atención en los servicios esenciales.
Cabe preguntarse si el Estado provincial
garantiza a todos los niños, niñas y adolescentes salteños el goce de los derechos establecidos en la Convención. Numerosas han sido las
denuncias en los últimos años en reclamo de la
plena aplicación de la Ley 26.061 en la provincia de Salta, ante la falta de adecuación a dicha
normativa sancionada en concordancia con la
Convención sobre los Derechos del Niño. Un
informe presentado por el Colegio de Profesionales del Servicio Social y Trabajo Social de
Salta destaca que «resulta imprescindible adecuar la protección de la Infancia y Adolescencia en Salta a los estándares internacionales y
a la normativa nacional impuesta por la Ley
26.061», ya que esta adecuación es un mandato
legal «tanto por los tratados internacionales de
derechos humanos cuanto por la normativa
nacional interna vigente». Dicho informe resalta la urgencia y necesidad de una política de
protección integral garantista de los derechos
de la infancia y de la adolescencia17, especialmente en cuanto a la continuidad en la provin-
Ibíd.
Ibíd.
17
Extraído del informe del Colegio de Profesionales del Servicio Social y Trabajo Social de Salta,
firmado por su presidenta, la Licenciada María Luisa Jarruz, titulado «La realidad social actual desde la
perspectiva del Trabajo Social», de enero de 2011. Si bien el autor no pudo acceder en forma directa al
informe, el contenido de este es recogido en la denuncia elevada por la Dra. Natalia Buira, Defensora
Oficial Civil Nº 4 del Ministerio Público de Salta, a la Ministra de Desarrollo Social de la Nación,
15
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La situación de los derechos del niño en la Argentina y en Salta
cia del sistema de institucionalización basado
en la cultura del Patronato del Estado, que como
se dijo anteriormente responde a una lógica
ampliamente superada tras la adopción de la
Convención sobre los Derechos del Niño.
En este sentido, y según consta en numerosas noticias periodísticas18 y partes de prensa del Ministerio Público Pupilar19, han sido
insistentes los reclamos del Ministerio Público Pupilar, a través de la figura de la Asesora
General de Incapaces, la Dra. Mirta Lapad,
quien en sendas reuniones con funcionarios
provinciales pertenecientes al Ministerio de
Derechos Humanos y a la Secretaría de Igualdad de Oportunidades que depende de él, solicitó la impostergable implementación del Sistema de Protección, apelando a la corresponsabilidad que cabe a la Provincia y a los Municipios en esta temática. Vale recordar, en este
sentido, que la propia Constitución de Salta
establece, en su artículo 33, que «el Estado asegura la protección de la infancia, cubriendo sus
necesidades afectivas, ambientales, de educación, salud, alimentación y recreación».
Recientemente el Gobierno de la Provincia
tomó la determinación de crear el Ministerio
de la Primera Infancia, decisión que fue destacada por UNICEF Argentina20. Sin embargo, es necesario esperar que la nueva cartera
se encuentre en funcionamiento para poder
juzgar si su constitución implicará un avance
real hacia la plena protección de los derechos
de niños, niñas y adolescentes.
Conclusiones: pobreza,
vulnerabilidad y situación de calle
Los preocupantes niveles de pobreza que
se registran entre la infancia y la adolescencia
salteñas, como se desprende de informes como
los del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, configuran una situación de vulnerabilidad para un alto porcentaje de los integrantes
de dichos grupos etarios. Esta situación se torna especialmente preocupante si se tiene en
cuenta que la niñez y la adolescencia se constituyen como poblaciones especialmente vulnerables a la experiencia de la pobreza, debido a
la exposición a diferentes riesgos que esta trae
aparejada. En este sentido, no son pocos los
estudios que determinan que los déficits
alimentarios, la insalubridad del medio ambiente o la carencia de estímulos en la primera
infancia tienen una fuerte incidencia negativa
para el desarrollo cognitivo de niños y niñas,
condicionando a futuro el ejercicio de los derechos básicos para el desarrollo de su máximo potencial, y determinando situaciones de
Dra. Alicia Kirchner. La denuncia fue presentada en marzo de 2011, y su texto completo puede
consultarse en la página web oficial de la Fundación Sur Argentina, organización no gubernamental
dedicada a la promoción y defensa de los derechos humanos de la infancia y la juventud: http://
surargentina.org.ar/noticias/denuncia-por-falta-de-aplicacion-de-la-ley-26-061-en-salta/ (09/12/14).
18
«Piden crear un Sistema de Protección para niños», Informate Salta, 11 de febrero de 2014. En:
http://www.informatesalta.com.ar/noticia.asp?q=58179 (08/12/14).
19
«Reunión de Asesores de Incapaces con Ministro de Primera Infancia», Ministerio Público Pupilar
de la Provincia de Salta, parte de prensa del 12 de marzo de 2015. En: http://mpasesoriasalta.gov.ar/
reunion-de-asesores-de-incapaces-con-ministro-de-la-primera-infancia/ (16/09/15).
20
«UNICEF destaca la creación del Ministerio de la Primera Infancia en Salta», Secretaría de Comunicación del Gobierno de la Provincia de Salta, 26 de noviembre de 2014. En: http://www.salta.gov.ar/
prensa/noticias/unicef-destaca-la-creacion-del-ministerio-de-la-primera-infancia-en-salta/35450 (08/
12/14).
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deserción escolar, propensión a enfermedades
y otros riesgos sociales (Tuñón-González,
2013a: 31).
En el marco de este panorama alarmante,
la situación de calle de niños, niñas y adolescentes se configura como una problemática
social que atraviesa de manera transversal otras
problemáticas, como puede ser la existencia
de privaciones (sean graves o moderadas) en
algunos de los siguientes aspectos: alimentación, saneamiento, vivienda digna, salud, estimulación, educación e información. En el caso
particular de la provincia de Salta, se evidencia
la ausencia de políticas públicas dirigidas
específicamente a paliar la situación de calle.
La inexistencia de datos oficiales al respecto,
o su falta de publicación por los motivos que
fueren, nos llevan a preguntarnos si ello se debe
a que se trata de una problemática que ya fue
superada por la sociedad salteña, o si la situación de los niños, niñas y adolescentes que la
padecen es ignorada, deliberadamente o no,
por quienes debieran atenderla.
Sean cuales fueran las respuestas a estos
interrogantes, podemos afirmar que esta realidad se presenta como una muestra más de la
falta de adecuación de Salta a los compromisos internacionales asumidos por la Argentina
en materia de derechos de la niñez y adolescencia. Se puede inferir que la aplicación del
Sistema de Protección Integral establecido en
la Ley nacional 26.061 implicaría la adopción
de medidas y de respuestas concretas a la problemática de la situación de calle, en orden al
resguardo de un sector particular de la población infantil y adolescente en la cual se combinan en ocasiones la ausencia de cuidados
parentales, la ruptura de vínculos con la familia nuclear, la pobreza, la exclusión del sistema
educativo, la falta de acceso al sistema de salud pública, la exposición al abuso, a la trata de
personas, a la explotación y el trabajo infantil,
así como condiciones de vida insalubres, falta
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de vivienda digna, hacinamiento, entre otras
situaciones de riesgo.
La creación del Ministerio de la Primera
Infancia por parte del Gobierno provincial puede significar un avance en la implementación
del Sistema de Protección Integral, en tanto
dicho organismo sea instrumentado según lo
establecido en el artículo 42 de la Ley 26.061.
Sin embargo, tal institución estará orientada,
como su nombre lo indica, a la población entre
0 y 5 años, con lo cual sigue quedando desprotegida (al menos a la luz de lo establecido en la
Convención sobre los Derechos del Niño) una
parte importante de la niñez y adolescencia
salteñas.
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REPORT.pdf
Recibido: febrero de 2015
Aceptado: setiembre de 2015
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| 85
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Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 87-99
Trabajo infantil: una realidad avasallante
Silvina V. Abud1
Resumen
El trabajo infantil es una realidad que se ha venido gestando a lo largo de la historia, en especial
desde la revolución industrial. Existe en todos los países del mundo, sin importar sus niveles de
desarrollo, sus modelos económicos o las ideologías de sus gobernantes.
Es de vital importancia conocer cuáles son los desafíos que asume el Estado como principal
proveedor de respuestas a las necesidades de los niños y niñas que se encuentran en situación
de vulnerabilidad. La presente nota de divulgación hace referencia a los avances en la supresión
de las diversas formas del trabajo infantil y algunas reflexiones sobre cómo se articula esta
realidad entre sociedad y Estado.
Palabras clave: infancia - trabajo infantil - legislación - políticas públicas
Abstract
Child labor is a reality that has been growing throughout history, especially since the Industrial
Revolution. It is present in every country, regardless of its level of development, economic model
or ruler’s ideology.
It is vital to know which are the challenges addressed by the State as the main responsible for
providing answers to the needs of children in vulnerable situations. This publication not only
makes reference to the progress in the elimination of various forms of child labor but also
provides some consideration on how this reality is confronted by society and the State.
Keywords: children - child labor - Legislation - Public Policy
Introducción
El primer interrogante a plantearse, a partir de nuestro problema, es sobre el significado de «infancia». Si bien se encuentran mu-
chas definiciones, en el libro Niñez, familia y
derechos humanos (Fazzio, 2010: 61), se plantea lo siguiente:
Facultad de Ciencias Jurídicas, Universidad Católica de Salta. Instituto de Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas.
1
Ciencias Jurídicas y Sociales | nota de divulgación |
87
Abud
La noción de infancia, si bien resulta superadora respecto de la histórica segmentación del universo infantil entre niños y
menores, conlleva cierto riesgo conceptual
pues, en su afán homogeneizante, tiende a
atribuir rasgos comunes a todos los niños
independientemente de su género, clase
social, oportunidades, formas de interactuar, percibir, vivir e internalizar la realidad; es así que la infancia como categoría
socialmente construida es discriminatoria
con los niños/niñas en riesgo, quienes a
pesar de vivir circunstancias diferentes
son enfocados bajo perspectivas estandarizadas.
Esto nos hace pensar en la situación de
vulnerabilidad de aquellos niños/niñas que se
encuentran desarrollando alguna actividad que
afecta su pleno desarrollo, así como su presente y su vida futura. Esta realidad suele ser explicada con varios argumentos, entre ellos, la
falta de igualdad de oportunidades o situaciones de extrema pobreza, con el agravante de
que muchos se encuentran inmersos en familias desestructuradas, siendo impulsados a
salir a la calle a buscar estrategias de supervivencia.
Los derechos del niño se ubican dentro de
los derechos sociales referidos a la infancia.
Estos son considerados derechos humanos de
segunda generación y fueron incorporados en
la legislación desde finales del siglo XIX, fundamentalmente a partir de la segunda mitad
del siglo XX. Su razón de ser es la de fomentar
la igualdad real entre las personas, buscando
brindar las mejores oportunidades para que
puedan llevar una vida digna. En este sentido,
el rol del Estado es vital para garantizar el acceso de todos a condiciones de vida adecuadas
a partir de los siguientes derechos: el derecho
a la educación, el derecho a la salud, el derecho
al trabajo, el derecho a una vivienda digna, etc.
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Todos ellos se encuentran plasmados principalmente en la Convención de los Derechos
del Niño (CDN), que se basa en cuatro principios fundamentales: la no discriminación; el
interés superior de la infancia; el derecho a la
vida; la supervivencia y el desarrollo; y el respeto por los puntos de vista de la infancia. Argentina, por medio de la Ley 23.849, ratificó la
CDN, que instituye a los niños, niñas y adolescentes como titulares de derechos y, en el año
1994, la incorporó a la Constitución Nacional
como un tratado con jerarquía constitucional
(art. 75 inc. 22). Sin embargo, no basta con la
consagración jurídica positiva, sino que a partir de la norma es necesario preguntarnos si se
cumple con estas disposiciones. Concretamente la pregunta es: ¿hay políticas públicas que
luchen en contra de la explotación infantil?
En el marco de la investigación «El papel
de los actores nacionales e internacionales en
el diseño de las políticas públicas destinadas a
paliar la situación de niños y niñas en situación de calle», se ha venido trabajando para
evaluar cuáles son las capacidades políticas,
económicas y administrativas del Municipio
de la ciudad de Salta para responder a la problemática de los niños y niñas en situación de
calle, analizando los objetivos y estrategias
programáticas de las políticas públicas destinadas a eliminar esta situación.
El proyecto de investigación aludido es de
carácter exploratorio-descriptivo por lo que no
hay hipótesis de trabajo a priori, lo cual no descarta la posibilidad de que se puedan generar
a lo largo del proyecto.
Es relevante para el desarrollo de nuestro
proyecto conocer cuáles son los recursos físicos y humanos con que cuenta el Estado provincial y/o municipal destinados al problema
de niños y niñas en situación de calle. Así también, determinar si existen transferencias de
gobernabilidad local hacia agentes no estatales (ONGs), ya sean internacionales o no, que
Trabajo infantil: una realidad avasallante
se aboquen a la atención de esta problemática,
para así poder conocer cuáles son las acciones
que se están llevando a cabo por el gobierno y
demás entidades con la finalidad de lograr una
sociedad más justa y equitativa para todos.
La presente nota de divulgación surge de
la necesidad de conocer la realidad en la que se
encuentran los niños y niñas en situación de
calle, donde la vulnerabilidad se vuelve extrema, y en donde el trabajo infantil muchas veces se hace invisible. De allí, resulta de interés
y base para la investigación en marcha responder a las siguientes preguntas: ¿Qué se entiende por trabajo infantil? ¿Cuáles son los tratados y leyes que protegen y amparan los derechos de los niños? ¿Son los gobernantes los
responsables exclusivos? ¿Existen políticas
públicas destinadas a paliar esta situación?
¿Existen organismos que controlen que estos
mandamientos se cumplan? Además del Estado como actor principal, ¿hay otras organizaciones u organismos privados que se enfocan en acabar con el trabajo infantil? ¿Qué hacemos como sociedad para ayudar a que esta
realidad desaparezca?
¿Qué es el trabajo infantil?
Primeramente es necesario establecer qué
se entiende por niño/niña. Para la Convención
de los Derechos del Niño, se entiende por tal a
«todo ser humano menor de dieciocho años de
edad, salvo que en virtud de la ley que le sea
aplicable, haya alcanzado antes la mayoría de
edad» (art. 1).
La Comisión Provincial para la Prevención
del Trabajo Infantil (COPRETI)2 denomina
trabajo infantil a:
…las estrategias de supervivencia o actividades productivas de comercialización
o prestación de servicios, remuneradas o
no, realizadas por niñas y/o niños, por debajo de la edad mínima de admisión al
empleo o trabajo establecida en nuestro
país, que atenten contra su integridad física, mental, espiritual, moral o social y
que interrumpan o disminuyan sus posibilidades de desarrollo y ejercicio integral
de sus derechos3.
Según la Organización Internacional del
Trabajo (OIT); la expresión «trabajo infantil»
suele definirse como todo trabajo que priva a
los niños de su niñez, su potencial y su dignidad y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico4.
Se alude, en ambos casos, al trabajo que es
peligroso y perjudicial para el bienestar físico,
mental o moral del niño e interfiere con su escolaridad, puesto que lo priva de la posibilidad
de asistir a clases, lo obliga a abandonar la escuela en forma prematura, o le exige combinar
el estudio con un trabajo pesado y que insume
mucho tiempo.
En definitiva, podemos decir que en el caso
de ambas definiciones se entiende que el trabajo infantil siempre implica una vulneración
de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.
…la investigación realizada por el Progra-
Funciona desde el año 2004 en el ámbito del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
«Construyendo Territorios sin Trabajo Infantil. Herramientas para la Gestión Compartida de Estrategias Integrantes frente al trabajo infantil con enfoque de Desarrollo Local». Ministerio de Trabajo
de la Provincia de Buenos Aires, COPRETI, UNICEF Argentina. Buenos Aires, s/d. En http://www.
unicef.org/argentina/spanish/construyendo.pdf (12-2-14).
4
Organización Internacional del Trabajo. En http://www.ilo.org/ipec/facts/lang-es/index.htm (2-2-14).
2
3
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Abud
ma Internacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil (IPEC), dependiente de
la OIT, concluye lo siguiente: la pobreza
en la que vive la gran mayoría de las familias en América Latina y el Caribe aparece
como una de las principales causas que
originan el trabajo infantil (…) El contexto de pobreza y desempleo que se ahondó
con la crisis económica de los años ’80 y el
fracaso de las políticas de ajuste de la década de los ’90, es sin duda una de las causas más profundas del trabajo infantil (Fazzio, 2010: 80).
Se hace presente la idea de que el factor
económico es uno de los principales motivadores para que los niños ingresen al mundo
laboral. Lo que también se plantea es que, en
determinados sectores sociales, las condiciones de atraso pueden ir acompañadas con la
idea de que la educación no es importante, por
lo tanto en vez de permitir que sus hijos vayan
a la escuela, son impulsados a que aprendan el
oficio que el padre, madre o algún otro familiar
lleva a cabo, pues es la manera que consideran
correcta para su sustento en la vida futura. Hay
una concepción de la transmisión de valores,
de continuidad de lo familiar. Por eso es importante romper con estos paradigmas, estableciendo políticas sociales que permitan un
desarrollo normal de la niñez sin romper con
algunas tradiciones familiares.
A través de las entrevistas realizadas en
nuestro trabajo de campo, los funcionarios provinciales trataron de dejar en claro que en la
provincia de Salta se llevan a cabo acciones para
romper con este paradigma de la naturalización del trabajo infantil. Para ello se implementan programas de concientización sobre sus
consecuencias y se desarrollan actividades
5
90
mancomunadas entre las escuelas y los padres.
El ministro de Trabajo de la provincia de
Salta, en una entrevista, hizo la distinción entre trabajos en relación de dependencia y las
estrategias de supervivencia, categoría donde
entran los niños en situación de calle. En este
último caso, el Estado provincial no cuenta con
muchas herramientas para su abordaje específico, dado que las causas o razones que llevan a los niños a esta situación son múltiples.
Por otra parte, al ser un trabajo oculto, es imposible tener datos estadísticos certeros, lo que
dificulta aún más la tarea.
Tipos de trabajo infantil
La calificación de una actividad como «trabajo infantil» depende de la edad del niño o la
niña, del tipo de trabajo en cuestión y de la
cantidad de horas que le dedica, de las condiciones en que lo realiza y de los objetivos que
persigue cada país. La respuesta varía de un
país a otro y entre uno y otro sector5.
Hay que diferenciar, en primer lugar, lo que
se consideraría trabajo adolescente, dado que
en algunos casos la ley laboral lo permite. El
trabajo adolescente se encuentra regulado en
el Capítulo VIII de la Ley de Contrato de Trabajo y en virtud de él rige la prohibición absoluta de realizarlo en ambientes o condiciones
peligrosas, penosas o insalubres. Además, la
jornada no debe exceder las 6 horas diarias y se
prohíbe la realización de horas extras y el horario nocturno. El artículo 32 hace referencia a la
edad permitida, estableciendo que a partir de
los 16 años de edad los menores de 18 pueden
celebrar contrato de trabajo con previa autorización de los padres, responsables o tutores.
Según el Informe sobre Trabajo Infantil,
del Programa de Capacitación Multimedial que
Organización Internacional del Trabajo. En http://www.ilo.org/ipec/facts/lang-es/index.htm (5-3-14).
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Trabajo infantil: una realidad avasallante
depende del Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social de la Nación, en Argentina,
los sectores geográficos y económicos definen
las distintas modalidades de trabajo infantil.
Estas son: el trabajo rural, el trabajo doméstico y el trabajo en la vía pública6. Es en este
último aspecto donde nuestro trabajo hace hincapié, en aquellos niños que realizan distintas
labores y encuentran en la calle un modo de
subsistencia.
En el ámbito rural, los niños trabajan en la
preparación de la tierra, la siembra, la cosecha, cuidado de animales, cultivos y otros.
Usualmente este tipo de trabajo es llevado a
cabo junto con el resto de los miembros de su
familia, ya sea ocupándose de su propia y pequeña producción, o como empleados en campos ajenos.
En lo que se refiere al trabajo doméstico,
principalmente son las niñas las que se dedican a estas labores, empleándose en casas de
terceros o colaborando con sus padres en sus
propios hogares (en el cuidado de sus hermanos menores, cocinando, lavando ropa, etc.)
En cuanto al trabajo en la vía pública, muy
habitual en estos tiempos, sobre todo en las
grandes ciudades, los niños y niñas se dedican
principalmente a la venta ambulante, pedir
propinas o limpiar parabrisas. En otros casos
trabajan en la recolección de materiales descartables.
En ciudades con un gran impulso turístico, como Salta, se pueden observar manifesta-
ciones del trabajo infantil en las calles, especialmente en determinadas temporadas del
año. Es por ello que, desde el municipio capitalino se pusieron en marcha controles para
detectar el trabajo infantil durante las festividades del Señor y la Virgen del Milagro y se
proponen expandir paulatinamente estos controles a otras festividades7.
En relación con este aspecto, el Ministerio
de Trabajo y de Derechos Humanos de la Provincia, lleva a cabo fiscalizaciones de las actividades que se realizan durante estos períodos, para controlar la presencia de niños que
estén realizando algún tipo de trabajo, con la
finalidad de contenerlos y conocer la situación
en la que se encuentran y buscar una solución
a esta problemática.
Este tipo de actividades, sobre todo las que
se realizan en la vía pública, exponen a los niños y niñas a graves peligros, como accidentes,
agresiones, enfermedades, intoxicaciones y
diferentes formas de abuso. Lo más dramático es que favorecen la posibilidad de explotación sexual, siendo, sobre todo las niñas, víctimas de la trata de personas.
Según el informe «Trabajo infantil y adolescente en cifras», para la región NOA —que
incluye las provincias de Tucumán, Salta y
Jujuy—, en el año 2006, la proporción de niños
y niñas que trabajan es del 5,4%; y se presentan leves diferencias por género en la proporción de niños y niñas que trabajan8. Antes de
avanzar con el análisis de los datos, considera-
«Trabajo infantil: construir futuro con trabajo decente». Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social de la República Argentina – Organización Internacional del Trabajo. Buenos Aires, 2012. En
http://www.trabajo.gov.ar/downloads/domestico/Serie_Explora_2012_LIBRO.pdf.
7
Municipalidad de la Ciudad de Salta. En http://www.prensa-salta.gov.ar/2013/09/06/municipio-yprovincia-trabajaran-conjuntamente-para-erradicar-el-trabajo-infantil/ (5-3-14)
8
«Trabajo Infantil y adolescente en cifras: síntesis de la primera encuesta y resultados de la subregión
NOA Tucumán, Salta y Jujuy». Oficina Internacional del Trabajo - Ministerio de Trabajo, Empleo y
Seguridad Social. Buenos Aires, 2006. En http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/Documentos
SUBWEB/area1/documentos/libro%20noa.pdf (6-3-14).
6
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mos necesario destacar que las estadísticas fueron abundantes hasta el año 2006, pero a partir
de ese año es muy difícil recabar información
no solo sobre este tema, sino también sobre otros
que conforman la problemática que envuelve a
los niños y niñas en situación de calle.
La proporción de niños y niñas que trabajan en las provincias de esta sub-región, es
menor a la registrada para el conjunto de regiones relevadas por la Encuesta de Actividad
de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA),
donde se observa que el 6,5% de los niños de 5
a 13 años trabaja. Las diferencias por género
también son más débiles que las correspondientes al conjunto. Así, en la sub-región NOA
la participación de los niños y de las niñas en
tareas laborales asimilables al trabajo adulto
presenta una leve diferencia de un punto porcentual (5,9% y 4,8% respectivamente)9. Ahora bien, la proporción de adolescentes que declararon trabajar en el NOA (22,4%) ocupa el
segundo lugar en orden de importancia con
relación a las regiones relevadas (tres provincias del noroeste: Tucumán, Salta y Jujuy; dos
del noreste: Chaco y Formosa; la provincia de
Mendoza y el Área Metropolitana de Buenos
Aires) y segmentado por edades, los varones
que trabajan casi duplican la proporción de
mujeres10.
La región NOA se distingue por tener la
mayor proporción de niños y niñas que realizan tareas domésticas intensas de manera exclusiva. La incidencia de esta ocupación entre
las niñas es casi tres veces mayor que entre los
niños (12,7% de las niñas y 4,8% de los niños).
Las actividades productivas para el autoconsumo no están tan difundidas entre los niños y
presentan leves diferencias por género11.
A pesar de dedicar varias horas a algún
tipo de trabajo, el 95,3% de los niños y niñas
que trabajan asisten a la escuela. Sin embargo,
la inserción laboral afecta los logros escolares,
lo que se expresa en: llegadas tardes reiteradas (19,0%); inasistencias reiteradas (20,2%);
repetición de año o grado (31,3%)12.
Lo que no debemos dejar de tener en cuenta es que todo tipo de trabajo al que un niño sea
sometido genera un desgaste físico y psíquico,
lo que afecta normalmente su rendimiento escolar y se traduce en repitencia, sobre-edad
para el cursado y abandono de los estudios en
la mayoría de los casos.
El ciclo de la pobreza13 se convierte en un
círculo vicioso del que es muy difícil salir. Ahora
bien, hablar de condiciones sociales deficitarias no es solo hablar de pobreza, sino también
de vulnerabilidad social y de exclusión. Por lo
tanto se requiere de políticas que operen sobre
la dinámica social general y sobre la distribución de la riqueza y remuevan las raíces estructurales del problema de la injusticia social.
El proceso de exclusión social está asociado, especialmente, al deterioro de las condiciones laborales, tanto por el fenómeno de la
desocupación como por la informalidad y la
precariedad laboral. La vulnerabilidad y la exclusión son productos de disfuncionamientos
de la sociedad en su conjunto. Esto nos obliga
a superar la mirada que culpabiliza y responsabiliza al excluido por su condición y explica
Ibidem.
Ibidem.
11
Ibidem.
12
Ibidem.
13
Nos habla de las dificultades de satisfacer las necesidades básicas, que la sociedad define como
esenciales. Refiere a la imposibilidad de lograr un nivel de vida mínimo.
9
10
92
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Trabajo infantil: una realidad avasallante
sus dificultades para una inserción social plena a partir de conductas individuales14.
UNICEF Argentina ha realizado un trabajo sobre «El impacto redistributivo del gasto
público social dirigido a la niñez en la provincia de Salta»15, el cual hace mayor énfasis en lo
que a gasto en educación, salud y desarrollo
social se refiere, dejando de lado el tema de
trabajo infantil. El tema sí fue abordado desde
este organismo en la provincia de Jujuy, donde
se desarrolló un estudio sobre el trabajo infantil en los basurales16 y su impacto social. Esto
nos lleva a pensar que en Salta la problemática
del trabajo infantil pasa netamente por una
cuestión cultural, y son contados los casos en
que se considera que hay verdadero trabajo
infantil, y se detecta preferentemente en las
áreas rurales.
Se plantea entonces el desafío de entender
al trabajo infantil como un problema y que hace
falta delinear propuestas concretas y efectivas
para su solución o atenuamiento. El predominio de lo cultural por sobre el «deber ser», hace
que sea más complicado eliminar la idea de
que los niños en condiciones de vulnerabilidad crean, mediante la cultura del trabajo, la
idea de valor y responsabilidad, evitando por
consiguiente caer en la droga o en la delincuencia. La visión de que tendrán así un mejor futuro refleja la idiosincrasia de la naturalidad
del trabajo infantil.
El dilema de la naturalización de este flagelo en nuestra provincia hace más complicada la labor de aquellos que desarrollan activi-
dades dirigidas a impactar en los sectores más
vulnerables, que es donde se hace presente esta
problemática, dado que el sistema de denuncias previsto funciona pero a medias. Al naturalizarse el problema, no se realizan las denuncias correspondientes, que permitirían
actuar y tomar las medidas necesarias, para
conocer por qué hay niños/niñas realizando
diversas labores y continuar con el proceso previsto de intervención y contención social para
estos casos.
Es por ello que, desde las instituciones
públicas y privadas, debe comenzar a trabajarse en la supresión de la idea de lo natural del
trabajo infantil, pues se debe enfatizar en la
necesidad de que el niño, como sujeto de derechos, tiene derecho a un desarrollo pleno de
sus capacidades. Así también es importante
resaltar la necesidad de la asistencia a la escuela, la importancia de la educación y de los
provechos que derivan de ella. Finalmente, se
debe actuar para hacer que se deje de lado la
idea de que el niño es un activo para la familia,
permitiéndole ejercer su derecho a educarse y
lograr con ello forjarse un futuro mejor.
Derechos del niño y del
adolescente
Ya desde principios de siglo XX se detectan diversas formas de trabajo infantil en nuestro país, haciéndose necesario regularlo a pesar de que se lo consideraba, en esa época, una
actividad normal.
«Construyendo territorios sin trabajo infantil. Herramientas para la gestión compartida de estrategias integrantes frente al trabajo infantil con enfoque de desarrollo local», cit.
15
Paz, Jorge Augusto (Coord.). «El impacto redistributivo del gasto público social dirigido a la niñez
en la Provincia de Salta». UNICEF, UNSA, Salta, Noviembre de 2011. En http://www.unicef.org/argentina/spanish/Publicacion_Gasto_PublicoSalta.pdf (03-10-15)
16
«Trabajo infantil en basurales de Jujuy». Observatorio de trabajo infantil y adolescente. UNICEF,
OIT, COPRETI, Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. San Salvador de Jujuy. En http://
www.unicef.org/argentina/spanish/PUBLI_Trabajo_infantil_basurales_jujuy_WEB.pdf (3-10-15)
14
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Diversas leyes17 regulaban el tipo de actividades y las edades en las que se encontraba
prohibido trabajar. A partir del año 1930, luego
de la crisis mundial desencadenada en 1929,
se observa un aumento sostenido del trabajo
de los niños, niñas y adolescentes, principalmente en la vía pública y en el servicio doméstico, ya que el alto índice de desempleo entre
los adultos obligaba a buscar otras fuentes de
ingresos para los hogares.
A esto se suma el proceso de industrialización que comienza a gestarse durante el primer gobierno peronista, lo que generó un fenómeno de migración interna campo-ciudad, y el
nacimiento de una nueva clase asalariada dedicada a la industria, en donde el trabajo infantil se hizo evidente como consecuencia del
empobrecimiento de este amplio sector de la
sociedad que se dedicaba exclusivamente al
trabajo rural. No obstante, la promoción de la
inclusión social de los trabajadores por parte
de la doctrina peronista hizo de los niños un
eje central en el proceso de construcción de un
«Estado de bienestar», puesto que se buscó
reducir el número de niños que trabajaban al
máximo posible, impulsando fuertemente la
escolaridad primaria, especialmente en las
ciudades. De este modo, el trabajo infantil quedó limitado en su mayor parte al área rural.
Si bien luego de la Segunda Guerra Mundial las Naciones Unidas proclamaron la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948), esta no regulaba específicamente
lo relacionado con la infancia, a pesar de que
por su grado de vulnerabilidad necesita de una
protección especial. Recién en el año 1989 la
Asamblea de Naciones Unidas aprobó la CDN.
Argentina forma parte de los Estados que
ratificaron la Convención, la que es incorporada en el texto de la Constitución Nacional, en
su artículo 75 inciso 22, como un tratado con
jerarquía constitucional. La provincia de Salta
también reconoce el derecho de la infancia por
medio de la Ley 7.039 de Protección de la niñez
y adolescencia, del año 1999; el Título I declara
que el Estado asume el rol de cuidar de los niños y adolescentes, velando porque tengan acceso a sus derechos, asegurando su protección.
Los Estados parte se comprometen a brindar a los niños servicios generales de salud,
beneficios de un seguro social, un nivel de vida
adecuado, derecho a la educación, al descanso
y al esparcimiento, y a protegerlos contra toda
forma de explotación económica, por consiguiente, contra toda forma de trabajo que entorpezca su normal desarrollo, como así también impedirles el consumo de sustancias nocivas y preservarlos de cualquier forma de explotación y abusos sexuales (art. 23 al 34).
En la actualidad, la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744 dice en su artículo 189: «Queda
prohibido a los empleadores ocupar personas
menores de dieciséis (16) años en cualquier tipo
de actividad, persiga o no fines de lucro»18; y en
el artículo 32: «Las personas desde los dieciséis (16) años y menores de dieciocho (18) años
pueden celebrar contrato de trabajo, con autorización de sus padres, responsables o tutores.
Se presume tal autorización cuando el adolescente viva independientemente de ellos»19.
En apoyo a los esfuerzos realizados en pos
de evitar el trabajo infantil, se dicta la Ley Nº
26.390 de Prohibición del Trabajo Infantil y
Protección del Trabajo Adolescente, que fue
promulgada en el año 2008. En ella se contempla qué se entiende por trabajo infantil y se
Se tomará solo algunas de ellas, ya que la legislación prevista para esta materia es muy extensa y
supera los límites de este artículo.
18
Artículo sustituido por art. 7° de la Ley Nº 26.390 B.O. 25/6/2008.
19
Artículo sustituido por art. 3° de la Ley Nº 26.390 B.O. 25/6/2008.
17
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Trabajo infantil: una realidad avasallante
lleva la edad mínima de admisión al empleo a
los 16 años, a partir del año 2010. Asimismo
especifica las condiciones particulares bajo las
cuales los adolescentes podrán trabajar.
Nuestro país participa desde 1996 del Programa Internacional para la Erradicación del
Trabajo Infantil (IPEC) de la OIT. A partir de
mayo de 1997 se decide tomar un rol más activo en la materia creando la Comisión de Trabajo Infantil, que fue formalizada por el Decreto Nº 719 como la Comisión Nacional para
la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI), en agosto de 2000.
Puede observarse, entonces, que desde los
años noventa, comienza a ejercerse presión
sobre el trabajo infantil, buscando combatir
sus consecuencias; es el momento en que el
Estado decide adoptar todos los convenios redactados a tal fin, en pos de impulsar la protección regulada de los derechos del niño.
Adriana Fazzio (2010: 32) se refiere a lo
que se entiende por sistema integral de protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes de la siguiente manera: «Es aquel de
naturaleza política y social que bien puede entenderse como un conjunto de interacciones
que se estructuran y fluyen en torno a corresponsabilidades que tiene todos los actores».
En nuestro país, este sistema
…está formado por todos aquellos organismos, entidades y servicios que diseñan, planifican, coordinan, orientan, ejecutan, y supervisan intersectorialmente las
políticas públicas de gestión estatal o privada (en todas las instancias: nacional, provincial y municipal) destinadas a la promoción, prevención, asistencia, protec-
ción, resguardo y restablecimiento de los
derechos de niños, niñas y adolescentes.
Políticas públicas
Cuando hablamos de políticas públicas
buscamos conocer cuáles son las actividades
que lleva a cabo el Estado, en algunas ocasiones junto con diversas ONG’s y empresas privadas, para paliar la situación de niños y niñas
que realizan tareas no aptas para su edad. Dentro de este tema es crucial conocer cuál es el
presupuesto público con que cuenta la Provincia para hacer frente a la complejidad de necesidades que debe cubrir. La forma en la que se
redistribuyen los ingresos importa a los ciudadanos ya que gran parte de los recursos del
Estado provienen de la contribución de la sociedad (por ejemplo, mediante el pago de impuestos).
El presupuesto que se elabora permite determinar el orden de prioridades, es decir, cuáles son las áreas que necesitan mayor atención. La ejecución y puesta en práctica dependerá de las áreas correspondientes a cada Ministerio involucrado.
El informe del Fondo de Naciones Unidas
para la Infancia (UNICEF), titulado «Gasto
público social en infancia y adolescencia. Un
análisis presupuestario para la provincia de
Salta», desarrollado por CIPPEC20, estudia la
distribución del gasto en infancia en la provincia de Salta (GPSPdN21), en el marco de los
siguientes ejes temáticos (p. 36):
• Ayuda directa, implica la asignación de
transferencias o subsidios a familias con hijos menores de edad.
• Condiciones de vida, involucra los progra-
Ver Maceira et al. «Gasto público social en infancia y adolescencia: Un análisis presupuestario para
la provincia de Salta». CIPEC-UNICEF Argentina, 2010. En http://www.unicef.org/argentina/spanish/
Gasto_publico_y_social_en_infancia_y_adolescencia-Salta.pdf
21
Gasto público social provincial dirigido a la niñez.
20
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Abud
mas relacionados con el desarrollo de infraestructura básica (redes de agua y gas natural,
entre otros).
• Deportes, recreación y cultura, incluye
programas de fomento del deporte y acciones
culturales.
• Desarrollo e integración, apunta al desarrollo de iniciativas para grupos vulnerables.
• Educación, incluye educación básica y acciones compensatorias, así como iniciativas
relacionadas con la capacitación docente y la
calidad educativa.
• Nutrición y alimentación, incorpora comedores escolares y comunitarios y otras acciones relacionadas con esta problemática.
• Protección del niño, apunta a la protección de los derechos del niño.
• Salud, con programas materno-infantiles, de
prevención de enfermedades y vacunación,
entre otros.
• Obras sociales, comprende el gasto de estas entidades (pese a que las obras sociales no
puedan ser consideradas entes estatales que
ejecutan, por tanto, partidas del presupuesto
público).
• Ciencia y técnica, gestiona programas de
investigación y desarrollo.
• Servicios urbanos, contempla actividades
relacionadas con servicios como limpieza y
alumbrado.
El presupuesto 2014 de la Provincia destinó
$8.487.783.648 a servicios sociales, entre ellos:
salud, promoción y asistencia social, seguridad
social, educación y cultura, trabajo, vivienda y
urbanismo, agua potable y alcantarillado.
A la luz de esto puede decirse que hay preocupación por incrementar el gasto destinado
a mejorar la situación social de precariedad
frente a variadas dificultades.
Según el estudio «Construyendo territorios
sin trabajo infantil», la intervención del Estado se puede ver orientada por lo menos por dos
principios de justicia, uno de tipo conmutativo,
es decir dar a cada uno lo que contribuye a
crear, o sea que es un derecho ligado a la condición de trabajador; y otro de justicia redistributiva, asegurar que cada uno participe de
la riqueza general, sea cual fuere su condición,
esto es: el bienestar es un derecho ligado a la
condición de ciudadano22. Dado el rol que debe
cumplir el Estado, este debe direccionar su
accionar según ambos tipos de justicia para
lograr una mayor equidad.
El Gobierno argentino ha adherido a la postura de «prevención y erradicación del trabajo
infantil». En el nivel nacional se creó en el año
2000, en el ámbito del Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social de la Nación, la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo infantil, CONAETI. Tiene por objeto coordinar, evaluar y dar seguimiento a los esfuerzos a favor de la prevención y erradicación del
problema. Está integrada por representantes de
distintos ministerios, organizaciones sindicales y de empleadores. Por la estructura federal
del país y para actuar en el nivel local se crearon las comisiones provinciales con la misma
organización multisectorial que la CONAETI
y con los mismos objetivos institucionales23.
Es de destacar que el Municipio de la ciudad de Salta aprobó, para el año 2014, un presupuesto de 1.250 millones de pesos, lo que
significó un incremento del 27% en relación al
presupuesto del año 2013 (980 millones de pesos). Del total, un 42% se destinó a sueldos, un
20% a servicios públicos, un 15% a obras, un
5% a fondos sociales y el resto se reservó para
«Construyendo Territorios sin Trabajo Infantil. Herramientas para la Gestión Compartida de
Estrategias Integrantes frente al trabajo infantil con enfoque de Desarrollo Local», cit., pág. 37.
23
Ibidem, pág. 41.
22
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Trabajo infantil: una realidad avasallante
cubrir gastos municipales24.
Lo expuesto demuestra que a nivel municipal se tiene conciencia de la existencia del trabajo infantil, pero es poco lo que se hace en concreto para combatirlo. El primer paso a cumplir
es detectar el problema y luego establecer las
medidas a tomar en cada caso, cumpliendo lo
que establecen la Ley 26.390 de Prohibición del
Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente y las ordenanzas municipales25.
Se articulan entonces tres aristas: educación, pobreza, cultura. Esta última tiene arraigada con fuerza la naturalización del trabajo
infantil. Es desde este núcleo desde donde debería comenzar a trabajarse; articular desde
allí las políticas públicas necesarias para buscar una efectiva solución al problema, promoviendo la inserción escolar y brindando mayores posibilidades a las familias en contextos
sociales desfavorables, para que puedan vivir
en condiciones más dignas, brindándoles a su
vez herramientas para una mayor capacitación.
Por lo tanto, un programa progresivo que
busque suprimir el trabajo infantil deberá incluir: la difusión de información que posibilite a la población tomar conciencia de la gravedad del tema, la implementación de políticas
públicas que fortalezcan a la escuela y a los
grupos familiares, y la determinación de las
acciones que posibiliten su resolución.
Conclusiones
En la actualidad nadie desconoce que los
niños y niñas son sujetos de derechos merecedores de una protección especial en vistas a un
desarrollo pleno, y en este punto la intervención del Estado es central, ya que es el agente
promotor de esos derechos y por lo tanto debe
garantizarlos.
La condición de pobreza del hogar incide
en la probabilidad de una mayor participación
en actividades económicas o extra-domésticas de todos sus miembros, incluidos los niños, niñas y adolescentes. La necesidad de supervivencia lleva a estos hogares a utilizar la
mayor cantidad de fuerza de trabajo de su hogar. Esto provoca, por un lado, la inclusión de la
mujer en el mercado laboral, pero también la
ocupación de niños y niñas, ya sea en actividades económicas fuera del hogar como en la realización de tareas dentro del hogar.
Según Adriana Fazzio,
…el Estado tiene una concepción de trabajo en red para multiplicar esfuerzos desde distintos ámbitos en torno a esta problemática compleja, pero más allá de los
esfuerzos, el trabajo infantil podrá ser erradicado solo a través de un modelo de desarrollo que ofrezca a las familias condiciones propicias para su reproducción material evitando la participación de niños en
el mercado laboral (2010: 87).
Es por ello que las políticas destinadas a la
infancia deben pensarse dentro de un marco
de políticas sociales, en función del bienestar
de sus destinatarios y de la sociedad en general, no solamente como una forma de solucionar un problema momentáneamente.
Esto hace evidente que el marco normativo
es necesario, pero no es suficiente para una
verdadera transformación, la que involucra todo
un proceso social y cultural que debe tener como
meta responder a las nuevas demandas, cui-
Diario El Tribuno. Salta, 27 de Noviembre de 2013. En http://www.eltribuno.info/salta/348608-Seaprobo-el-Presupuesto-municipal-para-2014.note.aspx (12-12-2013).
25
Parte de prensa de la Municipalidad de Salta. Informante.com. En http://www.informatesalta.com.ar/
noticia.asp?q=52135 (5-3-14)
24
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 87-99
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dando así de este sector tan vulnerable por su
misma condición de niño.
En tanto el trabajo infantil es un problema
multidimensional, para lograr un abordaje eficaz en las acciones de prevención y supresión
resulta ventajoso el aprovechamiento de las perspectivas de diversos actores e instituciones.
Además de las agencias públicas, en sus distintos niveles de gobierno, diversas organizaciones de la sociedad civil (organismos de base,
instituciones políticas, religiosas, etc.) tienen
el potencial de aportar, asociándose para este
esfuerzo26.
Así fue como, en un principio, la mirada
respecto de la niñez pobre se construyó desde
un discurso caritativo, de protección, de tutela
de seres inferiores y de alarma asociada a la
peligrosidad. De este modo, las intervenciones se encontraron sesgadas por una intencionalidad centrada más en evitar efectos peligrosos que en la protección de los niños y niñas. El Estado se constituyó en el agente de
control social por naturaleza.
Toda práctica, toda intervención social,
todo programa social tendiente a la eliminación del trabajo infantil se encuentra condicionado por distintos posicionamientos, referidos a la relación entre el rol del Estado, el del
mercado y el de las organizaciones en tanto
fuentes de bienestar de la población, así como
por los posicionamientos políticos e ideológicos respecto de las visiones vigentes sobre la
infancia.
La definición de acciones a desplegar frente a esta problemática dependerá de las relaciones causales que se consideren centrales y
de la postura desde la cual se analice la cuestión. Las concepciones frente al trabajo infantil van desde entenderlo como una vulneración
de derechos, hasta considerar al trabajo como
uno de los derechos humanos fundamentales,
haciéndolo extensivo a niños, niñas y adolescentes.
Ahora bien, el grado de universalidad o
focalización nos indica si una política está dirigida a toda la población, con independencia de
su condición de pobreza, o está orientada solo a
los pobres. Focalizar es identificar con la mayor
precisión posible a los beneficiarios potenciales. Las políticas universales basan su condición de acceso en la ciudadanía, en tanto las
focalizadas lo son de discriminación positiva,
destinadas a los sectores más desfavorecidos.
La infancia y su reconocimiento como una
etapa vital, diferenciada de la adultez, es una
construcción social que tiene un devenir histórico, difiere de sociedad en sociedad y se distingue según estratos sociales y según género.
Es necesario por ello contar con una mirada local, adecuada a lo dispuesto por las normativas internacionales, donde la intervención
del Estado es esencial para la atención y restitución de los derechos del niño y la responsabilidad desde sus respectivas competencias.
Lo que hoy se necesita son acciones a largo
plazo, más allá de que puedan y deban desarrollarse medidas de asistencia inmediata, tratándose de compensar las consecuencias en
materias de inclusión social, educativa, en
materia de salud y la compensación económica, ya que el cese laboral de estos niños y niñas
implicará un impacto en la economía familiar.
A lo largo de la historia de la humanidad,
en las formas más extremas, los niños han sido
y son sometidos a situaciones de esclavitud,
separados de sus familias, expuestos a graves
peligros y enfermedades y/o abandonados en
las calles de las grandes ciudades con frecuen-
«Despertando Conciencia junto a la Sociedad Civil para la prevención y erradicación del trabajo
infantil». Ministerio de Trabajo y Seguridad Social - UNICEF. Buenos Aires, s/d. En http://
www.unicef.org/argentina/spanish/despertando_conciencia.pdf (12-04-14).
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Trabajo infantil: una realidad avasallante
cia a una edad muy temprana. Por ello hoy se
debe trabajar para construir un futuro en el
que la edad de la inocencia sea respetada y
protegida, en el que cada niño o niña pueda desarrollarse como tal, sin importar su condición
social y económica, generando esto un punto de
partida para lograr un mayor equilibro e igualdad de oportunidades para todos aquellos que
formamos parte de esta sociedad.
Referencias bibliográficas
«Construyendo territorios sin trabajo infantil.
Herramientas para la gestión compartida de estrategias integrantes frente al trabajo infantil con enfoque de desarrollo
local». Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, COPRETI,
UNICEF Argentina. Buenos Aires, s/d.
En http://www.unicef.org/argentina/spa
nish/construyendo.pdf.
«Despertando conciencia junto a la sociedad
civil para la prevención y erradicación del
trabajo infantil». Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social - UNICEF. Buenos Aires, s/d. En http://www.unicef.org/argentina/spanish/despertando_conciencia.pdf
Fazzio, Adriana (Comp.). Niñez, familia y derechos humanos: logros y desafíos pendientes en la primera década del siglo XXI.
Buenos Aires: Espacio Editorial, 2010.
Paz, Jorge Augusto (Coord.). «El impacto redistributivo del gasto público social dirigido a la niñez en la Provincia de Salta».
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2011. En http://www.unicef.org/argentina/spanish/Publicacion_Gasto_Publico
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servatorio de trabajo infantil y adolescente. UNICEF, OIT, COPRETI, Ministerio
de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. San
Salvador de Jujuy. En http://www.unicef.
org/argentina/spanish/PUBLI_Trabajo
_infantil_basurales_jujuy_WEB.pdf
«Trabajo infantil: Construir futuro con trabajo
decente». Ministerio de Trabajo, Empleo
y Seguridad Social de la República Argentina - Organización Internacional del
Trabajo. Buenos Aires, 2012. En http://
www.trabajo.gov.ar/downloads/domestico/Serie_Explora_2012_LIBRO.pdf.
«Trabajo infantil y adolescente en cifras: síntesis de la primera encuesta y resultados
de la subregión NOA Tucumán, Salta y
Jujuy». Oficina Internacional del Trabajo - Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social. Buenos Aires, 2006. En
http://www.trabajo.gov.ar/left/estadis
ticas/DocumentosSUBWEB/area1/documentos/libro%20noa.pdf.
Páginas Web
Centro de Implementación para las Políticas
Públicas para la Equidad y el Crecimiento
(CIPEC). En http://www.cippec.org/
Diario El Tribuno, Salta (online). En: http://
www.eltribuno.info/salta
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social de la República Argentina. En:
http://www.trabajo.gov.ar
Municipalidad de la Ciudad de Salta. Parte de
Prensa. En: http://www.prensa-salta.
gov.ar
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En: http://www.ilo.org/ipec/facts/lang—
es/index.htm
Recibido: febrero de 2015
Aceptado: octubre de 2015
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Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 101-113
Inevitable malestar
Pensando la clínica
Ariel Damián Goisin1
Resumen
Entre la vasta producción teórico-clínica de Sigmund Freud encontramos textos de la más
diversa índole. Sus desarrollos han impactado en el campo de las Ciencias Naturales y las
Ciencias Sociales aportando novedosos elementos que han enriquecido estos campos como
también disparado nuevas investigaciones. En el terreno de estas últimas se encuadra el texto
de «El malestar en la cultura» donde realiza un exhaustivo análisis de los determinantes de los
padecimientos humanos y los «analgésicos» que aliviarán nuestras miserias. El presente trabajo tiene por objetivo establecer un diálogo con este texto y otros del mismo autor que contribuyen
a comprender el sufrimiento cotidiano generado por la cultura. Como líneas principales se
abordarán las causales que provocan padecimiento, las restricciones impuestas a la satisfacción por el seno social, la agresividad del ser humano para con sus semejantes y los psicodinamismos que se juegan en relación al sentimiento de culpa.
Palabras clave: malestar - culpa - agresividad - clínica - cultura
Abstract
Among the vast theoretical and clinical production of Sigmund Freud, we can find texts of the
most diverse nature. The developments of these texts have impacted the field of Natural and
Social Sciences bringing new elements which have not only enriched these fields but also triggered
further investigations. It is in the field of these investigations where we could insert the text
«The malaise of civilization» in which Freud performs a comprehensive analysis of the
determinants of human suffering and «pain killers» that will alleviate our miseries. This paper
aims to establish a dialogue with the said text and with others by the same author that may help
to understand the daily suffering generated by culture. The main factors addressed will be:
those that cause human daily suffering, restrictions on social satisfaction imposed by the social
environment, the aggressiveness of human beings towards his fellow men and the
psychodynamics played in relation to guilt.
Keywords: discomfort - fault - aggressiveness - clinical - culture
1
Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires.
Psicología | ensayo científico |
101
Ariel Damián Goisin
Introducción
Cuando promediaba mis 22 años concurrí
a unos encuentros de fotografía, dada mi fuerte afición por ese tiempo al arte de la gelatina
de haluros de plata (faltaba mucho todavía para
el pixelado y el photoshop). Un fotógrafo francés muy reconocido compartió una reflexión
que al día de hoy conservo. Refirió cuán importante era a su juicio que el fotógrafo viviera
y estudiara campos que nada tenían que ver
con el tópico que nos convocaba. Lejos de mí el
deseo de traicionar sus palabras pero me animo a decir que enunció una sentencia de esta
índole:
Vivan, viajen, huelan, degusten todos
los manjares que puedan. Nútranse de
buena música, abrazos, risas ajenas y propias, y los mejores vinos que puedan. Compartan charlas sustanciosas con amigos,
jueguen a lo que arranque lo mejor de ustedes. Les aseguro que todas estas experiencias los volverán mejores personas y
verán que cada una de ellas encontrará su
expresión en el fotograma. Nadie puede
hacer buena práctica de su actividad si no
transita este camino.
Cuando empecé a templar mis dedos para
tipear las primeras palabras de este artículo
recordé las enseñanzas de este maestro de la
luz. Los contenidos de este seminario me interesan tanto desde el punto de vista del análisis de los fenómenos sociales como por los innegables aportes a la clínica. Mi gusto por la
historia se mantiene vivo desde hace tiempo y
por tal razón encuentro fascinación por los textos de Freud que intentan comprenderla. Como
siempre refiero, a riesgo una vez más de volverme políticamente incorrecto, quiero trabajar sobre este «malestar» por el mero placer de
compartir un diálogo reflexivo imaginario con
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
quien pudo pensar por qué cada día alguna
molestia propia del seno social cultural nos
invade y condiciona nuestras pequeñas, pero
no por ello menos importantes, vidas.
Sueños de placer
Freud decide recorrer el carril evolutivo que
hace posible la construcción de un sujeto para
colocar los primeros ladrillos que nos permitirán entender las molestias que el seno social
genera en quienes lo hacen posible. La indiferenciación yo-no yo inicial encuentra su fin
cuando discierne que la fuente de excitación
más preciada, el pecho materno, solo puede
recuperarse mediante el llanto que reclama.
Es desde este momento en que no es posible
otra instancia que la de admitir que existe un
afuera. Este afuera se volverá reservorio de todo
lo que pudiera generar displacer y esta acción
de eliminación es la que hará posible convertir
al yo en una instancia de máxima pureza en
cuanto fuente de placer. La realidad hace su
trabajo y obliga al yo a aceptar que no todo lo
que le pertenece es sinónimo de placer, como
aquello que le es ajeno cultivo de displacer. Tal
situación favorece que los sentidos y la actividad de la musculatura peleen por capturar ese
exterior que ya no se desdeña con tanta facilidad. Estas marcas iniciales no desaparecen y
tal situación no deberá perderse de vista si se
desean comprender los determinantes de las
molestias que la construcción de «cultura»
involucra.
Analgésicos
Al mismo modo que al enfant se le presenta la necesidad de que el aparato se acomode
cuando la realidad no respeta su anhelo de puro
placer, el individuo adulto, conservando esos
vestigios del origen, reza a un «Padre» para
que aplaque sus dolores del alma. Como cita-
8, 2015: 101-113
Inevitable malestar. Pensando la clínica
mos, la vida nos expone al sufrimiento desde el
primer minuto y «calmantes» son buscados con
devoción por quienes como el bebé estarán dispuestos a todo para mitigar el dolor. Tomando
la descripción de Fontane Theodor en su novela
Effi Briest (1895), Freud hace referencia a los
bálsamos de los que haremos uso para mitigar
el dolor que el transcurrir vital nos depara.
…poderosas distracciones que nos hagan
valuar en poco nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas que la reduzcan y sustancias embriagadoras que nos vuelvan
insensibles a ellas (Freud, 1930: 75).
En consideración a la primera opción cualquier actividad que tenga el poder de capturar
nuestro foco de atención y desviarlo de los padecimientos o miserias será una alternativa
válida (la ciencia por ejemplo). Sobre la segunda propongo pensar que aparte del desvío
atencional ya citado podríamos considerar que
la práctica de una actividad como el arte agregaría como valor adicional el disfrute agregado
de que, cuanto mayor sea su intensidad mayor
será su poder de fuerza neutralizante.
Las sustancias embriagadoras encuentran
un mecanismo diferente de acción si se las
compara con las anteriores en tanto actúan
sobre el psiquismo (podemos bien pensar en
el sistema nervioso) para anestesiar su percepción del dolor o generar un estado de euforia neutralizante. Una vez más el genio de Viena
se anticipaba a la historia. En la línea de las
sustancias embriagadoras que modifican el
quimismo del aparato podríamos pensar en el
amplio abanico de sustancias psicoactivas que
incluyen a las drogas legales o ilegales y los psicofármacos.
Freud abre el juego en este texto a una pregunta filosófica sobre el fin de la vida. No puedo evitar pensar que algunas cuestiones etarias
han jugado un rol determinante en estos cues-
tionamientos. Un Freud ya crecido bien lejano
al del 1895 del Proyecto se plantea ciertas cuestiones existenciales al mismo modo en que en
«Análisis terminable e Interminable» (1937)
la pregunta sobre la finitud no remitía a mi
entender solo a la cuestión del tratamiento analítico. Un sujeto busca en la vida dos cuestiones, evitar el displacer y experimentar placer.
Esta segunda meta citada es imposible de ser
alcanzada de manera continua y debe aprenderse que determinados momentos de éxtasis
se encontrarán exclusivamente de manera
episódica. Interesante lectura propone cuando explica que la experiencia emocional se alcanza desde el contraste; por ende debemos
pensar en la oposición de emociones (nuevamente el dualismo) más que en la utopía de
transitar una meseta en que el quantum se reduzca a mínimas cantidades.
Sobre el padecer
Tres fuentes de sufrimiento causan al sujeto dolor:
1. el cuerpo propio cuyo dolor funciona como
alarma ante la pérdida de equilibrio;
2. el mundo exterior que descarga sus fuerzas
destructoras;
3. los vínculos con nuestros semejantes, lo que
señala como el factor principal de los tres citados.
No es inocente el autor cuando desarrolla
estos conceptos y no lo mueve el mero afán científico o descriptivo. Si necesita abordar exhaustivamente cada uno de los causales de sufrimiento es justamente porque su comprensión
acabada mostrará la clave para atemperarlos o
controlarlos y hacer lugar a una vida más plena.
Perseguir la satisfacción plena de cada una de
nuestras necesidades podría perfilarse como
la primera opción garante de la felicidad. No
debemos entusiasmarnos tan rápido dado que
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 101-113
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Ariel Damián Goisin
su cumplimiento no es sin exponer a riesgo al
individuo. Ya a esta altura el Principio de Realidad nos ha enseñado que lamentablemente
debemos postergar ciertas satisfacciones inmediatas si todavía deseamos continuar experimentando placer. Si había citado que las relaciones humanas constituían la mayor causa
de sufrimiento, no es difícil deducir que el
vivenciar aislado o «sosiego» represente una
vía de atemperar el dolor. Sin embargo, podemos conjeturar que no siempre es tan sencillo
el tránsito de esta alternativa en tanto algunas
actividades nos impiden retraernos y cortar
vínculo con el seno social.
La unión de los individuos bajo la bandera
de la ciencia hará posible arremeter contra la
naturaleza y desde el desarrollo del conocimiento intentar dominarla. Puede pecarse de excesiva soberbia y entender que podemos convertir la naturaleza a imagen de lo que nuestros
caprichos desean, pero recibiremos las consecuencias que indican que no todo orden establecido es modificable.
Solo nos resta entonces la vía que apunta a
modificar nuestro organismo, sentencia Freud
en este artículo. Hace referencia a sustancias
tóxicas que alteran nuestro quimismo en pos
de generar sensaciones placenteras aunque
invita a prestar especial atención a la distorsión de realidad que ellas generan. Señala que
nuestros organismos producen sustancias
equivalentes a las mencionadas con similares
efectos. Nada descabellado sería considerar
volver equivalente esta descripción a las endorfinas, opioides endógenos que la actividad
física estimula en secreción y que provocan en
el individuo un estímulo permanente a continuar la actividad para facilitar la producción
permanente de este atractivo neurotransmisor.
Lo que se consigue mediante las sustancias embriagadoras en la lucha por la
felicidad y por el alejamiento de la miseria
104
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
es apreciado como un bien tan grande que
individuos y aun pueblos enteros les han
asignado una posición fija en su economía
libidinal. No solo se les debe la ganancia
inmediata de placer, sino una cuota de independencia, ardientemente anhelada, respecto del mundo exterior (Freud, 1930: 78).
Resulta interesante destacar la fuerte vigencia actual de este texto de 1930 en una época en que el placer inmediato comanda cada
uno de nuestros comportamientos. Si en este
trabajo postula al seno social como muralla que
acota la pura satisfacción y hace lugar a su postergación y a la necesidad de desarrollo de otros
cauces para el torrente pulsional, en nuestros
días presenciamos un escenario bien distinto.
Todo vale cuando se trata del seguimiento de la
única normativa posible. El tejido social pierde sus lazos y la estructura se pierde cuando
estos movimientos tienen lugar.
Freud, en el análisis de una realidad epocal
diferente, afirmaría que en esta desesperada
búsqueda por conquistar la religión de Epicuro
de Samos ante las limitaciones del mundo externo, no queda otra opción que la de trasladar
la lucha del terreno externo al interno como
habría señalado en muchos de sus artículos.
La realidad nos ofrece imposibles que ni en
sueños podríamos alcanzar. Sin embargo, el
terreno de lo psíquico se vuelve un campo propicio para volver muchos de estos sueños realidades en el terreno de la fantasía o hacerlos
posibles en tanto distorsionamos el juicio.
Aplacar la furia pulsional es citada como otra
opción posible a partir de técnicas de meditación y relajación; sin embargo, alto será el costo si elegimos retraernos en el sosiego mencionado. Más allá de sus intentos de velar por
el principio de neutralidad en cuanto al libre
albedrío de un sujeto, recomienda poner especial atención en lo que determinaría una significativa «reducción de las posibilidades de
8, 2015: 101-113
Inevitable malestar. Pensando la clínica
goce» (Freud, 1930: 79).
¿Qué ocurre con la sublimación como alternativa para domeñar las pulsiones? Vuelve a
citarlo como un mecanismo efectivo desde el
punto de vista de la economía libidinal. Cierto
desliz de crítica puede leerse en los párrafos
de este trabajo cuando plantea que, si todo
nuestro abanico defensivo se restringe a ella,
perderemos terreno vital en nuestro desarrollo. En cierta medida podríamos formular una
analogía con sus planteos sobre el sosiego cuando postula que, si la sublimación es dominante como defensa, se perderá ese plus gozoso en
la corporeidad que la liberación pulsional permitiría. Debemos sumar al análisis el hecho
de que la sublimación no es un mecanismo
que todos podamos practicar. Para su puesta
en función quien haga uso de ella deberá contar con la especial destreza de desarrollar una
habilidad socialmente valorada y controlar la
dirección pulsional para redireccionarla en favor de ella.
El último recurso es radical y solo encuentra la posibilidad de desembarazarse del sufrimiento a partir de la ruptura del vínculo con
la realidad. Cuando Freud hace alusión a los
conflictos que se le presentan al yo con diferentes instancias en su texto «Neurosis y Psicosis» (1923), señala que cuando la batalla tiene lugar con la realidad la consecuencia es una
desgarradura yoica. En esta desgarradura el yo
se arranca una parte de sí a la realidad adherida y en un segundo tiempo construye el delirio
en su intento de recolocar la libido. Es interesante cómo la aparición de la patología en sus
diferentes vertientes se relaciona con todos los
movimientos del aparato por atenuar el padecer, el «malestar». La religión permite, en un
delirio colectivo, que la distorsión construida
evite a quienes la practican el diagnóstico de
psicopatología. Siempre deberíamos preferir
la neurosis individual a la colectiva, en tanto la
segunda nos restringe a un pensar infantil que
no es sino una inhibición severa de nuestro
desarrollo.
No existen manuales o protocolos que dicten si existe la vía adecuada para alcanzar la
felicidad. Dicha sentencia se alinea con el principio de neutralidad desarrollado décadas atrás
por el autor, en el que, aparte de invitarnos a
respetar la singularidad del paciente, propone
que no existe fórmula universal para alcanzar
un estado de bienestar. Cada analista deberá
trabajar con su paciente y sus particulares constelaciones psíquicas con un saber que este último le ofrece para permitir su mejor economía libidinal. Al igual que en «Análisis terminable e interminable» (1937) destacaría la importancia del polimorfismo defensivo, aquí
aplica el polimorfismo a la obtención de la satisfacción y recomienda encontrar vías diferentes para alcanzar el placer. Dicho horizonte
facilitará la disposición de vías alternativas de
satisfacción cuando algunas se encuentren
obturadas.
La infelicidad cultural
La constitución del seno social nos hace
infelices. Es el precio que debemos pagar por
ingresar en la cultura. El valor clásico del pensador vienés cobra relevancia una vez más
cuando nos enseña que los avances tecnológicos nada tienen que ver con el alcance de dicha. A diferencia de las versiones de los sistemas operativos, este texto del 30 envejece como
los mejores vinos y para confirmarlo solo basta
escuchar los padecimientos de nuestros pacientes. Existen pilares determinantes que
orientan la búsqueda de todos desde nuestro
primer contacto con el mundo. La falta de mirada del objeto daña a un niño de tres años
como a un profesional exitoso de 50 y no hay
procesador informático de cuantos núcleos
imaginemos capaz de volverse un antídoto eficaz para atenuar lo que su falta provoca.
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Si un tratamiento terapéutico trata en alguna medida de facilitar la búsqueda de la dicha por parte de un sujeto y la cultura se para
como obstáculo para nuestro objetivo, entendemos con claridad el porqué de las ansias de
Freud en descomponer el concepto a su mínima expresión. Su análisis (no solo en términos
de reflexión y comprensión sino en el de descomposición para lograr los primeros) será
piedra base para luego trabajar en los resortes
que permitan minimizar la intensidad del obstáculo y despejar entonces el camino hacia
momentos de dicha.
El concepto de cultura representa un pivot
que marca un salto cualitativo en nuestra herencia filogénetica. Si dedicamos especial hincapié en nuestra actividad a diferenciar el concepto de instinto del de pulsión, es porque entendemos que una lógica distinta nos domina
sobre aquella de nuestros antepasados animales. Dos funciones atribuye Freud a la cultura:
«La protección del ser humano frente a la naturaleza y la regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres» (Freud, 1930: 88). Diseñamos instrumentos para dominar el mundo de objetos tangibles pero nada más maravilloso que la herramienta que nos ha permitido
representar la realidad en nuestra psiquis y
operar como queramos desde esta construcción. Creamos una realidad interna a la que
deseamos bella, ideal, de bordes perfectos y
acabada síntesis. Por tal razón exigimos «limpieza y orden» (Freud, 1930: 91). Ese mundo
perfecto que recreamos intentamos copiarlo a
imagen y semejanza sobre aquel perfectible
que interiorizamos previamente y que hicimos
ideal. Quienes logren volverse menos descuidados e impuntuales y trabajen sobre las naturales o instintivas tendencias que ofrecemos
se volverán mejores exponentes en términos
culturales. Los ecos de «Totem y Tabú» (191314) continúan resonando cuando pregona que
los hermanos renunciarán a la violencia con la
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UCASAL,
desdicha concomitante pero con la garantía de
que la fuerza bruta no caerá sobre ninguno. La
ley regula y hace posible el contrato social que
se cumple no sin temor permanente de la amenaza normativa que se asegura de limitar la
concreción de un impulso siempre presente,
una pulsión que nada entiende de moral y buenas costumbres o de respetar al prójimo, sino
que solo busca agotarse en la satisfacción.
Buenos vecinos. O no tanto
¿Qué hizo posible la convivencia?, se pregunta el autor.
Una doble fuerza actúa para mantenerla
cuando otros factores atentan contra ella. La
compulsión al trabajo y el poder del amor son
citados como las variables que ejercen palanca
para permitir la producción y la constitución
de la familia. Reflexiono sobre los poderes
imperantes desde épocas históricas antiguas
que desde motivaciones egoístas, pero no por
ello carentes de habilidad, gozaron del ingenio
suficiente para que más de infinitos sujetos
canalizaran buena parte de su libido en la maquinaria económica. Seguramente se percataron de que, si conseguían otorgar a las tareas
exigidas cierto barniz erótico, lograrían que el
asalariado encontrara cierto monto de «pseudo
excitación» que lo distrajera de la excitación
genuina que realmente determina su movimiento. Si analizamos la dinámica que presenta cualquier junta de ventas de nuestros
días, no se vuelve complicado evocar la pasión
que intentan transmitir las líneas de gerencia
al cuerpo de ventas.
El amor de meta inhibida hace posible los
vínculos paterno-filiales y fraternos y equivalentes de ambos en la vida de un sujeto. Es
quien hace posible la síntesis que se impone
para la conservación del conjunto. Una vez más
la ecuación en la cual el Principio de Autoconservación impone el protagonismo del Princi-
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Inevitable malestar. Pensando la clínica
pio de Realidad por sobre el del Placer teniendo perfectamente en claro que sin sujeto no
hay placer posible; a veces debemos postergar
y contentarnos con montos de placer sin tanta
intensidad. Si necesitábamos más descripciones acerca del quehacer de la cultura como
esqueleto del seno social solo basta rescatar su
consideración acerca de la prohibición del placer cuando se encuentra divorciado de la
genitalidad reproductiva, cultura de la década
del 30 que no de manera inocente había casado
en feliz matrimonio la genitalidad con la procreación y que no casualmente contaba con la
unidad «familia» como célula del tejido social.
Poco menos de un siglo después sustanciales
modificaciones avanzaron sobre este terreno.
No en vano transitamos una época de hedonismo puro donde el Principio de Placer ha ganado fuerte terreno frente a sus competidores.
Desde estas reflexiones y fundamentos es posible analizar el cambio que la configuración
de la familia ha tenido, lo mismo que su mayor
apertura, con cuestiones valorables y criticables. La sexualidad ha dejado de ser solo procreación (por lo menos en unos cuantos casos)
para abrir un terreno de degustación de placer
con mayor libertad. Ciertos modelos socioeconómicos también han acentuado el individualismo fragmentando el tejido colectivo y tal situación ha cobrado impacto en la estructura
del conjunto. Los vínculos se convirtieron en
instancias de placer individual y la idea de supervivencia (nuevamente los términos hacen
lo suyo) asociada a un campo de batalla salvaje
se postula como un ideal obtenible desde la
soledad.
Ganarás la cultura con el sudor de
tu frente
La pertenencia al seno social no solo exige
al ciudadano la renuncia a la satisfacción sino
también a otros terrenos. En una muestra más
de valentía, cuando de rigurosidad científica
se trata, se aleja de posiciones complacientes
en cuanto al análisis del género humano, para
mostrar la sensatez que siglos de revisión histórica eligieron dejar de lado. Cierto es que la
necesidad de construir lazos sociales exigiría
amar a nuestro prójimo. Puede entenderse
como condición que necesitamos pero molesta la posición hipócrita de que tal situación
debe presentarse cual orden natural. Estoy convencido de que toda construcción que se logre
debe partir de un honesto análisis de situación y Freud siempre se le anima. ¿Por qué
debería amar al otro?, se pregunta. ¿Algún
mérito ha realizado para recibir mi amor? Seres queridos con quienes puedo experimentar
empatía serían amados en tanto pediría bienestar y ausencia de sufrimiento para ellos. Pero
un extraño, ¿por qué? ¿Qué razón puede
esgrimirse para que dedique montos libidinales reservados para mi persona a alguien a
quien apenas conozco? ¿Qué racionalidad avala
tal movimiento? ¿Y si mi prójimo no me ama
en su justa medida, por qué debería recompensarlo con algo de lo que no es merecedor?
Si pretendemos cientificidad vamos a intentar analizar la realidad tal cual se presenta y
no como desearíamos que se presentara. Si el
ser humano fuera naturalmente generoso y
cuidadoso, sería innecesario el arduo trabajo
de impartir cultura y los marcos normativos no
existirían porque una regulación natural haría
posible una fratría de absoluta armonía.
Tal cual sentenciara Hobbes: «El hombre
es un lobo para el hombre»,
Pero ninguno de nosotros acusa por ello
a la naturaleza del hombre. Los deseos, y
otras pasiones del hombre, no son en sí
mismos pecado. No lo son tampoco las
acciones que proceden de estas pasiones,
hasta que conocen una ley que las prohíbe.
Lo que no pueden saber hasta que haya
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 101-113
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leyes. Ni puede hacerse ley alguna hasta
que hayan acordado la persona que lo hará
(Hobbes, 1651).
Considero que tanto Hobbes como Freud
conciben al hombre en una frecuencia similar.
Percibir como diabólica esta descripción es
solo producto de la imposición de un paradigma en que el hombre es la fuente de la virtud y
que cualquier elemento que contamine su benevolencia resulta una aberración que debemos esconder. El mal a erradicar es un enunciado solo factible desde la concepción de un
ser humano sin complejidades, opuestos, contradicciones o dualismos. Si el hombre fuera
tan bueno en su constitución no habríamos
necesitado de complejos dispositivos para encauzarlo. Dicha concepción solo obedece a
nuestro anhelo de seguir los mandatos de un
ideal y en este movimiento intentaremos construir nuestra representación más amable. Todo
aquel movimiento que no parta de fuerza intrínseca deberá recibir impulso externo y para
tal fin encontramos en nuestra sociedad las
instituciones de disciplinamiento que preparan al hombre para vivir en comunidad. Como
sentencia, no es la lógica racional la que nos
comanda sino las pasiones que desatan los
movimientos menos controlados.
Otra vez el clásico
¿Hambre o Amor? Schiller es excusa para
retomar el dualismo pulsiones de autoconservación vs. pulsiones sexuales; las primeras en
defensa del individuo, las segundas en defensa de la especie. En pos de la autoconservación
el yo logró su cometido pero no sin resignar en
demasía, y en esa lucha la neurosis encontró
su lugar. El dualismo pulsional citado me invita a la reflexión en la búsqueda de qué ocurre
con estas pulsiones cuando se piensa en la formación del seno social. Si Freud cita en sus
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
trabajos que la función de síntesis yoica podemos pensarla en la línea de una fuerza que
aglutina —sentencia que mantiene coherencia lógica con el hecho de que el yo enarbola la
bandera de la autoconservación indisociada del
sofrenamiento pulsional—, el tope a las pulsiones sexuales permite que el individuo se
reuna en conjunto, que la síntesis sea lograda,
actividad que exige una fuerza que se oponga a
la tendencia agresiva propia de las pulsiones
sexuales. Si avanzamos en la consideración de
las pulsiones sexuales, debemos hacernos a la
idea de agresividad propia de la competencia
por el objeto. Nos exponemos a riesgos en la
lucha sin la protección de la fatría para avanzar
en la conquista del objeto. Asimismo exponemos al semejante al riesgo de recibir nuestra
violencia, cualquiera puede terminar dañado
en la contienda.
Cobra protagonismo entonces una pregunta nodal en este artículo: ¿de qué medios se
vale la cultura para inhibir, para volver inofensiva, acaso para erradicar la agresión
contrariante? (Freud, 1930: 119).
Volvemos a los desarrollos que Freud plantea en su texto «El problema económico del
masoquismo» (1924). Se trata de atenuar los
efectos de la pulsión de destrucción, inherente
a la condición humana. Una posibilidad es que
dicha fuerza se vuelva contra el propio individuo y bajo la forma de superyó ejerza la agresividad que de buena gana habríamos volcado en
el entorno. Aparece entonces en escena la «conciencia de culpa» como expresión resultante
de la tensión entre el yo y el syo. El incremento
del nivel de tensión entre estas dos instancias
es directamente proporcional a la magnitud del
castigo que el primero recibe del segundo. Una
particularidad que deberíamos evitar dejar de
lado por la relevancia que ostenta en la clínica
es que la agresión no desaparece sino que solo
cambia su dirección para no afectar al entorno. Sujetos de elevada conciencia moral que se
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Inevitable malestar. Pensando la clínica
flagelan sistemáticamente sin piedad mueven
a quienes los rodean al hartazgo o a la compasión pero distraen sobre la jerarquía que muestra el alto monto de agresividad que poseen.
Encuentro cotidianamente pacientes con expresiones que permiten deducir con sencillez
cuánta virtud se le otorga al autocastigo. Siglos
de tradición cultural proponen casi la transmisión transgeneracional del vínculo entre el
castigo y la calidad humana. Un tránsito más
sufrido y lastimoso en muchos círculos es sinónimo de mayor entrega y virtud y la díada
que se plantean quienes adhieren a tal posición se resume en la siguiente frase: «O daño
al otro o me daño a mí».
Cuando se le plantea al paciente la tercera
posición, «ni al otro ni a vos», se sorprenden
como si esa vía nunca hubiera existido como
posibilidad. Nadar por las aguas de la culpa es
siempre garantía de no liberar esa bestia interna en tanto la vigilancia debe siempre estar
activada si un criminal siempre puede repetir
su crimen o pecado.
La «cultura» determina sus pecados y en
tanto, la incorporamos como conciencia moral. Freud desarrolla planteos teóricos de avanzada en este texto, cuando de culpa, pecado y
castigo se trata. Explica con minuciosidad la
estructura lógica que sostiene las tres variables que acabo de mencionar.
Sobre sus planteos comparto de qué manera me ha facilitado el diseño de un esquema
que ordena de manera muy funcional mi clínica. Mi experiencia me indica también que dichos conceptos favorecen el cuestionamiento
crítico de muchos sistemas dominantes de
pensamiento que reinaron cual monarcas tiranos por décadas.
La dimensión de la culpa
Abordemos entonces una pregunta sencilla pero cuya respuesta exige la consideración
de terrenos complejos que no admiten reduccionismos maniqueos.
¿Cuándo un sujeto siente culpa?
Cuando en mi tarea diaria formulo la pregunta a un paciente la respuesta que surge de
manera automática es cuando alguien hizo algo
malo. Uno podría indagar sobre qué determina
que una acción reciba tal calificación. Una acción es considerada como condenable cuando
el seno social no la aprueba. Sin embargo, tal
situación no vuelve sinónimo de dañino a ese
comportamiento. En reiteradas ocasiones se
condena una acción cuando implica daño a otro,
pero también es cierto que lo mismo ocurre en
la situación contraria. Pensemos si no en gran
parte de la población alemana o austríaca
avalando los ataques a las víctimas del Reichstag.
La relativización del concepto de «malo»
planteada en los fundamentos del párrafo anterior continúa profundizándose desde el postulado del autor en este artículo donde convierte la frase: «hizo algo malo» en «hizo algo que
discierne como malo».
Lo pecaminoso de la acción deja de ser
absoluto para estar determinado por el carácter que el sujeto le otorga. Este estaría determinado por la escala de valores que el individuo ostenta y que bien sabemos adquiere una
configuración particular en cada caso. No nos
referimos entonces a leyes parejas y objetivas
sino a codex singulares en modo alguno homologables. Un punto adicional que complejiza y
enriquece el análisis es el hecho de que si la
culpa aparece por axioma, en la necesidad de
encontrar una acción que la justifique seremos capaces de construir el más intrincado
laberinto que transforme la acción más inocente en el más aberrante de los pecados.
Las dos líneas de razonamiento anteriores nos aportan el concepto de lo relativo del
carácter de la acción en cuanto a su valoración,
observación aplicable a lo que se planteará a
continuación.
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La tercera frase que aparece sería: «cuando uno piensa algo malo».
El terreno de la acción hace lugar al psíquico. Los planteos foucaultianos sobre los mecanismos de control son perfectamente aplicables en este caso. No contamos siquiera con la
posibilidad de pecar en nuestras cabezas sin
ejercer daño alguno. Nuestro espacio privado
pierde carácter de tal y la lógica de las instituciones totales prima. A nivel clínico el permanente esfuerzo de desalojo marca cada vez más
esa ruta y según el modelo de Freud del 1895,
logramos la mejor facilitación de vía. Basta solo
pensar en el film «El nombre de la rosa» sobre
el texto de Umberto Eco. Monjes flagelándose
como vía expiatoria para erradicar aquello que
logran instalar cada vez más. Mayor nivel de
fuerza represiva es sinónimo de incremento
de la intensidad de la representación y la concomitante manifestación sintomática.
Por último, este multiple choice cerrará
con: «cuando uno piensa algo que discierne
como malo».
Nos han quitado todas las posibilidades.
No solo no podemos pecar en el terreno psíquico sino que donde existe culpa axiomática
no cesaremos hasta que la alquimia logre vestir de acción pecaminosa las representaciones
más nimias. Tales planteos elucidan la complejidad del pensamiento religioso que, como
bien explicara el autor en «Acciones Obsesivas y Prácticas» (1907), no se trata necesariamente de los cultos tradicionales sino de una
singular manera de organizar la lógica de nuestros pensamientos.
Para el complemento de los planteos previos y abandonar el terreno abstracto del bien y
el mal, el texto decide analizar con minuciosidad qué es lo malo: «Evidentemente, malo no
es lo dañino o perjudicial para el yo; al contrario puede serlo también lo que anhela o le depara contento» (Freud, 1930: 120).
La llave para resolver este enigma radica
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en el desvalimiento frente a los otros. Si aquello que satisface hace peligrar el amor, el yo se
aleja de este comportamiento para evitar la
angustia resultante. Entonces el paisaje se vuelve más claro ahora que podemos afirmar que
el carácter de malo excede al comportamiento
propiamente dicho para estar determinado por
la posibilidad de que su puesta en acto enoje a
ese Otro del que dependemos y que por castigo deje de brindarnos esa mirada.
Durante su despótica monarquía, his
majesty the baby no temía perder ningún ducado pues sus prerrogativas eran absolutas.
«L’État, c’est moi» frase que caerá para Luis
XIV y ese niño en la creencia de que su ilusión
es eterna. La autoridad parental se interioza y
el syo, la conciencia moral y el «sentimiento de
culpa» se configuran como una tríada que guiará de manera determinante nuestra conducta
más de lo que creemos. Si pensamos en que
primero la angustia frente a la autoridad determina la renuncia pulsional y que luego se
dirige al syo, el movimiento direcciona del
mundo externo al interno. En un primer tiempo entonces debíamos cuidar nuestros actos
para en un segundo aparte cuidar nuestros
pensamientos. El syo funciona cual instancia
omnisciente de la que no podemos escapar y
entonces la punición es constante. Martirizante se vuelve el momento en que nuestros
oscuros deseos son encontrados por este vigilador cruel. El yo se somete a un ello amoral y
un syo hipermoral. El primero dicta sus ganas
y nada examina, el segundo dicta ley y exige sin
piedad. Un ítem no tradicionalmente señalado
que debería destacarse se vincula a que la
hipermoralidad superyoica no es aplicada a
quien la demanda. Sencillo es exigir cuando
quien lo hace no es quien lo cumple. La amoralidad del ello anoticia al syo en vías directas
que no cruzan al yo consciente, y por tal razón
la culpa sin representación asociada muchas
veces en nuestros pacientes. Podemos renun-
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Inevitable malestar. Pensando la clínica
ciar al objeto pero no al deseo. O dicho de otro
modo, los deseos no se manejan a voluntad.
Reflexiono sobre qué ocurre en la dinámica de un yo que renuncia cada vez más y un syo
que somete con más ferocidad ante el abandono progresivo del primero. El abordaje metapsicológico ayuda a arribar a la siguiente conclusión:
1. si el yo abandona más entonces mayor la
falta;
2. falta es deseo entonces mayor deseo;
3. más deseo entonces severidad del syo
incrementada cuando de él se anoticia;
4. el syo descarga su castigo frente a un yo más
pobre y sumiso ahogado en conciencia de culpa.
Freud agrega otra nota que cuestiona el sentido común cuando explica que la severidad
superyoica no espeja necesariamente la del trato recibido. La violencia que dicha instancia
encarna es reflejo de la carga de agresividad originaria propio de la pulsión de muerte que se
vuelve hacia el propio sujeto. El interjuego de
estas instancias contribuye al esclarecimiento
de la renuncia. Si esta es condición necesaria
para la «cultura», se entenderá a la perfección
por qué la «conciencia de culpa» es base para
el desarrollo de la humanidad.
El sentimiento de culpa
La complejidad del tópico que nos concierne radica en que el «sentimiento de culpa»
hace posible la cultura pero no deja de perturbar. La misma lógica aparece cuando un paciente se queja de su síntoma como si fuera
absolutamente ajeno a su producción, pero
como analistas sabemos perfectamente que su
presencia cumple una función de regulación
económica. De igual modo el «Malestar en la
Cultura» cumple la suya en la instalación del
seno colectivo. Explica el autor que siempre
debemos pagar algún precio en la vida. No es
sin precio aun el supuesto no precio. Premisa
que más allá de aplicarse a lo colectivo encuentra equivalente en el modelo individual. Cuando razono estos conceptos vienen a mi cabeza
infinidad de recortes de situaciones clínicas.
Todas ellas mantienen un denominador común,
el paciente desea eliminar su síntoma o padecimiento sin hacer renuncia alguna. Manifiesta
enfáticamente su voluntad de cambiar pero
percibimos una sólida resistencia a modificar
su posición subjetiva. Cuántas veces nos devuelven la pelota en hábil juego y nos ruegan
que tomemos esa decisión sobre la que no aceptan asumir la responsabilidad. Cabalgan sobre una rumiación perfecta entre dos alternativas naturalmente con sus respectivas imperfecciones. Podríamos jugar y optar por cualquiera de ambas y la respuesta segura sería
«pero me pierdo esto», a lo que contestaríamos «exacto, toda elección implica pérdida».
Este ruego desresponsabilizante apunta a que
asumamos nosotros la responsabilidad de
aquella pérdida inherente a toda elección y que
el enojo sea volcado en nuestra figura en lugar
de sobre quien debería haberla tomado.
La «conciencia de culpa» puede admitirse
en un momento previo a la existencia del syo a
diferencia de la Conciencia Moral que exige la
formación de dicha instancia. A ella se le suman como parte de esta instancia la actividad
censora y la capacidad de vigilar y enjuiciar
acciones. Vale la pena rescatar la diferencia
establecida en párrafos anteriores entre el pecar en acto y pensamiento a la hora de abordar
el concepto de arrepentimiento. Este aplica a
la puesta en acto de la agresión y la reacción
frente a la situación con una intencionalidad
reparatoria. El sentimiento de culpa del arrepentimiento debe ser consciente a diferencia,
sin embargo, al del producido por percepción
del impulso malo que podría permanecer inconsciente.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 101-113
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Ariel Damián Goisin
Altruismo vs. egoísmo
Conclusiones
La necesidad del sujeto de integrarse a la
sociedad estorbaría el cumplimiento del Principio del Placer en tanto para alcanzar tal fin
debe someterse a limitaciones. Freud señala
que ambas fuerzas coinciden en el individuo y
se disputan terreno en todo su ciclo de vida. En
el paralelismo que viene planteando a lo largo
de todo el trabajo hace referencia a la presencia de un syo cultural producto de la impronta
de los pensadores referentes de una época.
Podríamos pensar en estos personajes significativos en lo social como equivalentes de aquellos modelos que en el individuo (objetos
parentales) han marcado los lineamientos normativos y permitido en su desarrollo la incorporación de una estructura abstracta de ley.
Este syo cultural indica que construye un lugar
ideal con el que, si incorporamos el código
compartido, buscaríamos acortar distancias.
Freud propone llamar a este «ideal cultural»
Ética y considero podríamos encontrarlo en el
registro cultural como una suerte de «ideal del
yo». Naturalmente, para que rija su funcionamiento, este acervo de conductas debería ser
incoporado como referente a seguir. Estructuras psíquicas que no lo han incorporado no
serían movilizadas a buscar orientarse a tal
horizonte y la funcionalidad de esta proa del
comportamiento perdería valor como tal. No
es sencillo imponer la ética como rectora de
nuestras acciones sino es mediante la recompensa sobre el buen obrar pues, como bien sentencia Freud, acaso como una de sus afirmaciones que más resuena y que nos regala en
una de las últimas páginas de su trabajo: «El
problema es aquí cómo desarraigar el máximo
obstáculo que se opone a la cultura: la inclinación constitucional de los seres humanos a
agredir» (Freud, 1930: 138).
En su maravilloso artículo el autor nos deleita en cada uno de sus párrafos con una invitación a la reflexión sobre cuestiones individuales y sociales. Se trata de un texto que bien
podría ser reclamado por clínicos, filósofos,
sociólogos, antropólogos o juristas. Nadie debería perderse —aun sin actividades propias
de estos campos— un análisis que contribuye
a comprender cada una de nuestras conductas
y los malestares que involucran.
La búsqueda del placer y la eliminación
del padecer pueden citarse como la palanca
que determina el movimiento de cada una de
nuestras acciones. Estos comportamientos no
encuentran expresión en un paraje aislado sino
en el seno de una comunidad que los limita y
que en tal tope nos vuelve sufrientes y complejos. Buscamos satisfacer nuestras pulsiones y
a la vez responder a los mandatos que el syo
nos impone. Buscamos colmar nuestras aspiraciones y simultáneamente permanecer próximos al Ideal del Yo, así nuestra propia representación puede conciliar la satisfacción con
una buena imagen de nosotros y así alcanzar
mayores momentos de dicha y de más intensidad. Sin embargo, existe constitucionalmente
una piedra en nuestros zapatos, cosa que no
deseamos admitir pero que deberíamos hacerlo para que la ecuación resultante de este
juego de variables alcance el mejor balance
posible. Nuestra inclinación a agredir no nos
hace ni buenos ni malos, solo humanos. Todo
dependerá de lo que logremos hacer con ella y
nuestras mejores chances de poder influir sobre ella solo partirán de haberla podido asumir
sin eufemismos.
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
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Recibido: octubre de 2014
Aceptado: diciembre de 2014
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015: 101-113
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Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 115-116
Perfil académico-profesional de los autores
ABUD, SILVINA V.
Licenciada en Relaciones Internacionales. Ayudante Adscripta en Metodología de la Investigación, Auxiliar Docente en Integración y Cooperación Regional, Escuela de Negocios
(UCASAL). Investigadora del Consejo de Investigaciones de la UCASAL. Especialista en
Dirección de Recursos Humanos.
[email protected]
ANTONIELLA, NORA
Licenciada en Diseño de Interiores. Profesora de Geografía y Biología. Docente universitaria en Facultades de Artes y Ciencias y Arquitectura y Urbanismo, UCASAL. Docente en
la cátedra Historia del Arte y el Mobiliario I, de la carrera Diseño de Interiores, UCASAL.
[email protected]
CARAMELLA, ROSANNA
Profesora y Licenciada en Letras. Miembro fundador del equipo de investigación y edición
Biblioteca de Textos Universitarios (BTU, 1989). Especialista en Literatura Italiana y
Literatura Hispanoamericana Colonial. Autora y co-autora de numerosas publicaciones
en el campo de la Literatura. Fue Rectora del Profesorado Superior de Lenguas Vivas N°
6007 de Salta. Actualmente es Directora de EUCASA (Ediciones Universidad Católica de
Salta) y editora del Fondo Editorial de la Provincia de Salta.
[email protected]
DE SINGLAU, FEDERICO ALEJANDRO
Licenciado en Relaciones Internacionales, UCASAL. Diplomado Superior en Desarrollo
Humano, FLACSO. Docente en la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Facultad
de Ciencias Jurídicas, UCASAL. Investigador. Miembro del Instituto de Derecho Internacional, UCASAL.
[email protected]
GOISIN, ARIEL DAMIÁN
Diploma de Honor de la Facultad de Psicología de la UBA. Posgrado en la Universidad
Favaloro. Cursada concluida y tesis en curso Maestría en Psicoanálisis de la Escuela de
Psicoterapia para Graduados. JTP Universidad de Buenos Aires. Facultad de Medicina.
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Cuadernos Universitarios 8 / 2015
Dpto. de Psiquiatría y Salud Mental. Dictó clases en Clínica de Adultos de la Facultad de
Psicología Cátedra II de la carrera de Psicología UBA. Psicólogo de Guardia del Hospital
General Agudos Juan A. Fernández.
[email protected]
TOLEDO, VÍCTOR F.
Licenciado y Profesor Universitario en Relaciones Internacionales, UCASAL. Profesor en
la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UCASAL. Miembro del Instituto de Relaciones
Internacionales y Ciencia Política y del Instituto de Derecho Internacional de la UCASAL.
Miembro Asociado de la AADI. Autor del libro Introducción al Estudio de las Relaciones
Internacionales. EUCASA, 2006.
[email protected]
WILLEMOËS, CLAUDIA C.
Licenciada en Diseño de Interiores. Profesora de Artes Visuales. Jefa de Carrera Diseño
de Interiores y Licenciatura en Diseño de Interiores, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UCASAL. Docente universitaria en las cátedras Historia del Arte y el Mobiliario II y
Materiales y Técnicas II, de la carrera Diseño de Interiores, UCASAL.
[email protected]
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015
Cuadernos Universitarios. Publicaciones Académicas de la
Universidad Católica de Salta, vol. 8, 2015: 117-121
Convocatoria 2016 | Normas para presentación de trabajos
EUCASA informa a docentes e investigadores que se reciben colaboraciones para el próximo
número de los Cuadernos Universitarios (N° 9 | 2016). Asimismo, comunica que los Cuadernos han sido incorporados al Catálogo Latindex (Sistema Regional de Información para las
Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal).
La convocatoria permanece abierta de forma permanente. En la medida en que van ingresando
los trabajos, se inicia el proceso de evaluación de manera que, una vez completado el volumen de
textos necesarios, se cierra el número y todo lo que ingresa a partir de allí se programa para el
número siguiente.
Se aceptarán trabajos originales relacionados
con las distintas disciplinas científicas, según
los siguientes tipos textuales:
• Artículos científicos. Extensión: 7.000 a
10.000 palabras, incluidos resumen, notas y bibliografía.
• Notas de divulgación. Extensión: 3.000 a
7.000 palabras, incluidos resumen, notas y bibliografía.
• Reseñas bibliográficas. Extensión: hasta
1.000 palabras.
Nota: se aclara que la especificación de extensión de los diferentes tipos de textos es
solo a modo ilustrativo y para aportar al autor
un parámetro de base. Por lo tanto, el no cumplimiento de este requisito no será excluyente en la decisión del evaluador.
La responsabilidad sobre las opiniones vertidas en los textos y sobre el respeto a la propiedad intelectual corresponde a los autores.
La lengua de la revista es el español, si
bien se pueden recibir colaboraciones en otros
idiomas. Cada trabajo incluye título, resumen
y palabras clave en español e inglés.
Cuadernos Universitarios se publica en soporte papel y digital. Este último puede descargarse gratuitamente de: http://www.ucasal.
edu.ar/eucasa/index.php
El autor recibe separatas del número en
que se publica su contribución.
Arbitraje
Todos los trabajos recibidos son sometidos
a un proceso de evaluación por pares —dos
evaluadores externos al ámbito de la UCASAL.
De obtenerse un resultado dispar, se recurre a
un tercero. En todos los casos, la decisión de
publicación es asumida por el Comité Editor
sobre la base de las opiniones vertidas por los
árbitros.
Los árbitros son elegidos a partir del banco de evaluadores del Consejo de InvestigacioNormas para presentación de trabajos |
117
Cuadernos Universitarios 8 / 2015
nes de la UCASAL y de la Red de Editoriales
de Universidades Privadas (REUP). También
pueden ser contactados por recomendación de
otros árbitros o de académicos de la propia
Universidad.
Se mantiene el anonimato de los árbitros
(arbitraje ciego), salvo que ellos soliciten expresamente contactarse con el autor, en cuyo
caso se favorece desde el Comité Editor la intercomunicación. La autoría de los trabajos, en
cambio, sí es conocida por los árbitros.
Con el fin de garantizar, en la medida de lo
posible, la aplicación de criterios semejantes
a la hora de evaluar, se proporciona a los especialistas una ficha de evaluación en donde se
especifican los estándares exigibles para las
colaboraciones en general y para cada tipo de
escrito en particular. El resultado (publicable
sin modificaciones - con ligeras modificaciones - con modificaciones sustanciales - no
publicable) es comunicado a los autores, quienes tienen la oportunidad de ajustar su texto
según las recomendaciones de los árbitros.
Circuito para la publicación
El texto a publicarse puede ser presentado
en la sede de EUCASA (Campus Universitario
Castañares) en copia digital e impresa, o por
correo electrónico a: [email protected].
Debe completarse la correspondiente Solicitud de Publicación.
Los trabajos deberán ajustarse a las «Normas Editoriales» establecidas por EUCASA y
las pautas específicas que se detallan a continuación.
Pautas específicas de publicación
en los Cuadernos Universitarios
1. Toda colaboración deberá reunir los siguientes requisitos:
a) constituir un escrito original científicamen118
|
Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015
te fundado y gozar de unidad interna;
b) suponer un aporte para la profundización
en las diversas dimensiones y ámbitos de la
disciplina que aborda.
2. Estructura del texto:
• Título del trabajo, en español e inglés. A renglón siguiente, entre paréntesis, aclarar si se
trata de: artículo/ensayo/nota/reseña.
• Autor/es y lugar de desempeño (nombre y
apellido, institución, lugar)
• Resumen (hasta 150 palabras)
• Palabras clave (máximo 5 descriptores)
• Abstract (hasta 150 palabras)
• Keywords (máximo 5 descriptores)
• Texto del artículo
• Referencias bibliográficas (según normas
establecidas por la Editorial)
• Perfil académico y profesional del autor
(hasta 75 palabras). Dirección electrónica.
3. Las notas aclaratorias deberán ser colocadas a pie de página con el sistema automático
de Word.
4. En el caso de que se incluyan gráficos, fotografías o figuras, estos figurarán incluidos en
la página correspondiente del artículo, pero se
deberán adjuntar los archivos aparte, claramente identificados, en formato JPG o TIF, en
una resolución de 300 ppi o más. No se aceptarán otros formatos digitales.
5. Las reseñas bibliográficas deberán consignar: cita bibliográfica del libro a que se hace
referencia, autor de la reseña y su filiación institucional.
Normas editoriales
Con el fin de unificar los criterios a tener
en cuenta para la presentación de trabajos destinados a edición, se establecen las siguientes
Convocatoria 2016 - Normas para presentación de trabajos
NORMAS EDITORIALES.
• Los trabajos deben ser presentados en copia papel y soporte magnético (preferentemente CD o DVD).
• Todo trabajo que se proponga para publicación no debe presentar problemas gramaticales. La Editorial no realiza corrección de texto.
En caso de necesitarlo, el autor será asesorado
sobre un registro de correctores a los que podrá recurrir. Esta tarea corre por cuenta del
autor.
• Evitar el empleo de diferentes tipos de letras o fuentes.
Se sugiere «Times New Roman», cuerpo 12
para el texto en general, y cuerpo 11 o 10 para
las citas o notas al pie de página.
• Se pueden diferenciar distintos niveles de
títulos con el tamaño de la letra, utilizando siempre la misma empleada en el texto. Se aconseja
no pasar los tres niveles de subtítulos.
• Evitar el uso de MAYÚSCULAS en palabras completas.
• No utilizar subrayado o negrita en el cuerpo del texto.
• Señalar los énfasis con «comillas».
• Usar cursiva únicamente para palabras en
otro idioma.
• No superponer «comillas» y cursiva. Las
citas textuales se colocan «entre comillas», sin
cursivas.
Existen varios sistemas para el registro de
referencias bibliográficas. El más económico
y frecuentemente empleado a nivel internacional para monografías, tesis y publicaciones especializadas es el sistema elaborado por la
Modern Languages Association of America
(MLA). También de importante difusión y utilización es el de la American Pshycological
Association (APA).
1
Una guía fundamental a la hora de elaborar las referencias bibliográficas puede encontrarse en: http://www.hipertexto.info/documentos/modelo_citas.htm#estilo
Un sitio de gran utilidad para estudiantes e
investigadores es el mantenido por la Universidad Nacional Autónoma de México —«Normas
técnicas y de estilo para el trabajo académico»—, en el que, además de las normas para
citas, se da una orientación general sobre la
estructura y redacción del texto (incluidas reglas ortográficas y sintácticas). La dirección
del sitio es: http://biblioweb.dgsca.unam.mx/
libros/normas
Normas para referencias
bibliográficas1
• Tener en cuenta: todas las obras citadas o
aludidas en el texto deben constar en el apartado de Bibliografía; consecuentemente, en esta
solo se deben incluir los títulos mencionados
en el cuerpo del trabajo.
• Ordenamiento de la bibliografía: alfabético.
• Uso de mayúsculas en los títulos de libros:
solo se escribe en mayúscula la primera letra
del título y los nombres propios. El resto de las
palabras, en minúscula.
• Los títulos de libros se escriben en el idioma y con la ortografía del original. La ciudad
en que se edita el libro debe escribirse siempre en español.
Formato y secuencia de cita:
Autor (Apellido, Nombre). Título del libro (en
cursiva, mayúscula inicial). Lugar de publicación (Ciudad): Editorial, año de publicación.
Ejemplo:
Bussu, Salvatore . Mártires sin altar. Salta: Biblioteca de Textos Universitarios, 2003.
Adaptadas de Normas Editoriales. FLACSO Sede Ecuador, 2011.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015
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Cuadernos Universitarios 8 / 2015
Atención: respetar esta secuencia y su puntuación.
Aclaración importante
Este formato es sugerido por la Editorial. De
todas maneras, en atención a que en el seno de
las distintas disciplinas científicas pueden
imponerse secuenciaciones o formatos diferentes, el autor puede adaptarse a ello, teniendo
siempre presente ajustarse a una única norma
y no mezclar criterios.
• Varias publicaciones de un mismo autor:
orden cronológico por año de publicación, desde el más antiguo.
• Varias obras de un mismo autor en el mismo año, identificarlas como a, b, c: 2010a,
2010b…
• Autor: Bussu, Salvatore; no: BUSSU, Salvatore.
• Más de un autor: el primer autor se cita
primero el apellido y luego el nombre separado
con coma; el segundo, va primero el nombre y
después el apellido, sin coma:
Rossi de Fiori, Íride, Rosanna Caramella de
Gamarra, Helena Fiori Rossi. Carmelitas Descalzas de Córdoba. Poemas (1804). Salta: Biblioteca de Textos Universitarios, 1990.
A continuación se presentan diferentes ejemplos ilustrativos de cómo debe aparecer la referencia bibliográfica en una cita dentro del texto
y en la bibliografía final del artículo o libro.
Un autor
En el Texto: (Zampetti, 2003: 65)
En la Bibliografía: Zampetti, Pier Luigi. La
sociedad participativa. Salta: EUCASA, 2003.
Dos autores
T: (Baigorri, Bravo, 2006: 33-34)
B: Baigorri, Julia y Sergio Bravo. Des-Habi120
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Cuadernos Universitarios.
UCASAL,
8, 2015
tándonos. Salta: BTU, 2006.
Tres o más autores
T: (Mejía et al., 2002: 127-129)
B: Mejía, Cielo; Raquel Quintanar, Aurelio Valles, Eugenia Cotero Ochoa. De tanto contar
II. Antología. Salta: BTU, 2002.
Coordinador, traductor o compilador en
lugar de autor
T: (Galindo Cáceres, 2009: 95-98)
B: Galindo Cáceres, Jesús (Coord.). Sociología y Comunicología. Historias y posibilidades. Salta: EUCASA, 2009.
Otros ejemplos:
T: (Sor Leonor de Ovando, 1993)
B: Rossi de Fiori, Íride María (Ed.). Sor Leonor de Ovando. Poesías. Salta: B.T.U., 1993.
T: (Darío, 2006)
B: Darío, Rubén. Cantos de vida y esperanza.
Ed. Íride M. Rossi de Fiori et al. Salta: BTUEUCASA, 2006.
Capítulo o parte de un libro
T: (Gómez Vargas, 2009: 91-130)
B: Gómez Vargas, Héctor. «El estudio de las
sociedades complejas. La Sociología Cultural
y la Comunicología Posible»; en: Galindo
Cáceres, Jesús (Coord.). Sociología y Comunicología. Historias y posibilidades. Salta:
EUCASA, 2009: 91-130.
Prefacio, prólogo, introducción o partes
similares de un libro
T: (Galindo Cáceres, 2009: 19-45)
B: Galindo Cáceres, Jesús. «Introducción. La
Sociología y la Comunicología. Varias historias
y un espacio de posibilidades»; en: Galindo
Cáceres, Jesús (Coord.). Sociología y Comunicología. Historias y posibilidades. Salta:
EUCASA, 2009: 19-45.
Convocatoria 2016 - Normas para presentación de trabajos
Artículo en una revista impresa
T: (Paz, 1976: 3-15)
B: Paz, Octavio. «Manierismo, barroquismo,
criollismo». Revista Canadiense de Estudios
Hispánicos[Toronto] Núm. 1, 1976: 3-15.
Artículo en una revista digital
T: (Leontaridi et al., 2009: 12-31)
B: Leontaridi, Eleni; Natividad Peramos Soler,
Marina Ruiz Morales. «Errores en la interlengua escrita de estudiantes grecófonos de español como lengua extranjera». Zona Próxima, Núm. 11, diciembre, 2009: 12-31. Consulta: 26 de abril de 2011 en http://redalyc.
uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=
85313003002&iCveNum=13003#
Ponencia presentada en un seminario o
congreso
T: (Rossi de Fiori et al., 2005)
B: Rossi de Fiori, Íride; Rosanna Caramella,
Helena Fiori y Soledad Martínez. «Caminos seguidos para el abordaje de un manuscrito del
siglo XVIII. Preparación de su edición crítica». Ponencia presentada en el Primer Simposio Internacional «La investigación en la Universidad: experiencias innovadoras contemporáneas», en Jujuy, Argentina, 2005.
Referencias electrónicas
T: Michel, 2009: 27-37
B: Michel, María Marta. «Traducción e ideología»; en Cuadernos Universitarios [en línea].
2009, núm. 2: 27-37. Disponible en: http://
www.ucasal.net/eucasa/documentos/cuaderno-2-2009.pdf
En caso de que el sitio de Internet especifique
cómo debe ser citado el artículo o la publicación
electrónica deben seguirse las indicaciones.
Cuadernos Universitarios. UCASAL, 8, 2015
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Convocatoria 2016
nuestro sitio en Internet
http://www.ucasal.edu.ar/eucasa/
consultas a:
[email protected]
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE SALTA
AUTORIDADES
Rector
Vicerrectora Académica
Vicerrectora de Investigación y Desarrollo
Vicerrectora Administrativa
Vicerrector de Fomación
Secretario General
Pbro. Lic. Jorge Manzaráz
Mg. Dra. Isabel Virgili
Dra. Ing. Lía Elizabet Orosco Segura
Mg. Lic. Graciela María Pinal de Cid
Pbro. Prof. Francisco Núñez
Dr. Gustavo Adolfo Figueroa Jerez
CONSEJO DE INVESTIGACIONES
Directora
Dra. Ing. Lía Elizabet Orosco Segura
CONSEJEROS
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Facultad de Artes y Ciencias
Facultad de Ciencias Agrarias y Veterinarias
Facultad de Ciencias Jurídicas
Facultad de Economía y Administración
Facultad de Ingeniería e Informática
Escuela Universitaria de Negocios
Arq. Gustavo Puerari
Lic. Carolina Rojo
Dra. Olga Sánchez Negrette
Dr. Jorge Luis Villada
Dr. Julio Moreno Ovalle
Dr. Javier Moya
Dr. Federico Colombo Speroni
EUCASA
Ediciones Universidad Católica de Salta
Directora
Edición
Comercialización
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Prof. Soledad Martínez
Lic. Mariana Remaggi
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