cámara nacional de apelaciones del trabajo - sala vii

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Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO - SALA VII
Causa N°: 17082/2012
SENTENCIA DEFINITIVA Nº 48250
CAUSA 17.082/2012 -SALA VII- JUZGADO Nº 70
En la Ciudad de Buenos Aires, a los 24 de noviembre de 2015, para dictar
sentencia definitiva en estos autos: "Vigo del Valle Dora c/ González Tarabelli S.A. y
otro s/ Accidente –Acción Civil" se procede a votar en el siguiente orden:
LA DOCTORA ESTELA MILAGROS FERREIROS DIJO:
I- En estos autos se presenta la actora y entabla demanda contra González
Tarabelli S.A. y contra Asociart S.A. ART, lo hace en calidad de conviviente del
trabajador fallecido Sr. Víctor Oscar Iglesias.
Señala que el Sr. Iglesias trabajó bajo las ordenes de González Tarabelli S.A.,
empresa que se dedica a la explotación del servicio de pasajeros de larga distancia, bajo
la denominación comercial de Via Tac, Quebus y Via Bariloche.
Refiere que el Sr. Iglesias se desempeñó a lo largo de toda la relación laboral
como chofer de larga distancia y describe las condiciones, como así también la
modalidad en el cumplimiento de sus tareas.
Puntualiza que, la situación de stress laboral, aunada al esfuerzo físico que
implicaban las tareas del Sr. Iglesias operaron como causa del infarto padecido. Suma a
ello, un episodio ocurrido con una pasajera el día 25 de abril de 2.011, con una reunión
posterior con el Sr. Tarabelli, el cual sin escucharlo, comienza a gritarle y amenazarlo
con que lo iba a despedir.
En consecuencia, procura el cobro de una suma de dinero, fundado en la ley
civil y planteando la inconstitucionalidad de algunos de los artículos de la ley de riesgos
del trabajo.
A fs. 33/45, contesta demanda Asociart S.A. ART, opone excepción de
legitimación pasiva, y niega los hechos relatados en el escrito original, salvo los
expresamente reconocidos. Solicita la citación de tercero de Prevención ART S.A.
La demandada González Tarabelli S.A. responde a fs. 77/90.
Realiza una negativa de los hechos narrados en origen, salvo los expresamente
reconocidos y, tras algunas consideraciones más, pide el rechazo de la demanda fundada
en el art. 1.113 del Código Civil.-
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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Causa N°: 17082/2012
A fs. 89 I/101 I, Prevención Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A., contesta la
citación, niega todas y cada una de las manifestaciones vertidas, y solicita se rechace la
misma in limine.
En la sentencia de primera instancia que obra a fs. 159/162, tras el análisis de
los elementos de juicio aportados a la causa, el "a quo" decide en sentido parcialmente
favorable a las pretensiones de la actora.
Hay apelación de la demandada González Tarabelli S.A. (fs. 504/513), de la
actora (fs. 514/520), de la tercera citada Prevención Aseguradora de Riesgos del Trabajo
(fs. 521/524).
Asimismo apela el perito médico (fs. 503), cuestionando la regulación de sus
honorarios.
II. El primer lugar, entiendo corresponde expedirme respecto de la queja de la
parte actora, por cuanto la “a quo”, decidió que la accionante, carece de derecho para
reclamar los daños y perjuicios materiales que pretende con sustento en los arts. 1.109,
1.113 y 1074.
Como primer punto corresponde señalar, que no llega controvertido a esta alzada,
el carácter de concubina de la aquí actora.
Advierto que el tema que se plantea en la presente contienda, ha sido materia de
diversas resoluciones, según las distintas corrientes jurisprudenciales.
En este punto resulta oportuno destacar que, si bien es cierto que la actora no fue
declarada, en sede civil, como heredera del causante, no es menos cierto que este hecho
no obsta, a que la accionante sea acreedora de las indemnizaciones reclamadas en la
presente causa, máxime, teniendo en cuenta que llega firme a esta alzada su carácter de
concubina del causante.
Me explico: los arts. 248 de la L.C.T., 53 de la Ley 24.241 y 38 de la Ley 18.037 –
modificado por la Ley 23.570- establecen que la persona conviviente se encuentra
legitimada para reclamar los créditos específicos que surgen con el deceso del trabajador
(carácter “iure proprio”), mientras que en los supuestos en que se pretenden acreencias
“iure successionis” que forman parte del patrimonio del causante a la fecha de su
muerte, la concubina carecería de la mentada legitimación (ver Dictamen 42934 del
25/09/06 “Martinez Ángel Norberto c/ Capyna S.A. s/ Dif. Salarios”.
En este sustancial punto, y adviertiendo el especial contexto de la controversia,
comparto la tesis jurisprudencial sentada por la Sala IX de la C.N.A.T. en la cual se
extrae un criterio general acerca de los derechos de las concubinas, partiendo de una
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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interpretación integradora de los arts. 123, 156, y 248 de la L.C.T. (S.D. 16.146 del
25/03/2010 “Fernandez, Nazaria Estela c/ Coafi S.A. s/ Despido”).
Allí, el Dr. Mario Fera, indicó “...comparto la idea acerca de la coherencia con que
corresponde apreciar e integrar la solución legal (reitero, considerando que en ella
subyace un criterio general que va más allá de los supuestos específicos previstos),
proyectándola a supuestos sustancialmente idénticos a los expresamente contemplados
por el legislador (como son las remuneraciones e indemnizaciones reconocidas en el sub
examine). Ello es así, pues cabe razonablemente entender que éste ha contemplado a la
familia del trabajador como destinataria –en forma directa e inmediata- de los créditos
alimentarios, erigiéndola como titular iure propio (cfr., en similar orden de ideas, la
opinión expresada la Ley de Contrato de Trabajo comentado por Justo López, Norberto
O. Centeno y J.C. Fernández Madrid, Ediciones Contabilidad Mowen, Vuwnoa IEWA,
1987, 2° Edición actualizada, Tomo II, pág. 789) y descartando por lo tanto, cualquier
aplicación de normas de derecho común en contrario. A ello conducirían, por lo demás y
a todo evento, las claras pautas que prevé la Ley de Contrato en sus artículos 9 y 11...”.
En sentido similar se orienta, la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de
Buenos Aires, al establecer que: “Es procedente el reclamo por daño psíquico incoado
por la concubina del dependiente que falleció con motivo de un accidente laboral, en
tanto el derecho se desprende del art. 1079 del Código civil, el cual no exige que el
damnificado por la muerte de otro sea pariente del accidentado, o que ese parentesco sea
de algún grado que comporte un deber alimentario, ni tampoco que el accionante sea
heredero legitimario del accidentado, sino que lo esencial es demostrar que media un
daño cierto” (L., E.L. y otros c/ Provincia de Buenos Aires y otros, 20-06-2007
publicado en IMP 2007-19 octubre, 1834).
Lo antes analizado, sumado a las distitas disposiciones establecidas por los pactos
internaciones de carácter constitucional, contra todo acto discriminatorio, (Convención
sobre la Eliminación de todas la Formas de Discriminación contra la Mujer, Convención
Americana sobre Derechos Humanos, Declaración Universal de Derechos Humanos);
me conducen a proponer la modificación del fallo y concluir que el caracte de concubina
le otorga a Elena Eufrasia Alvarez, su legitimación procesal para reclamar.
En efecto, teniendo en cuenta los principios rectores de nuestra legislación laboral,
orientados a la protección de los derechos de quienes se encuentran en una
hiposuficiencia respecto de su contraparte, (trabajador respecto de su empleador) no
corresponde negarle a la concubina el derecho a reclamar, por no tener un derecho
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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subjetivo reconocido por la legislación de recibir alimentos, pues ellos nos llevaría a
perder de vista el criterio general que prevalece por sobre los supuestos específicos (arts.
123, 156 y 248 de la L.C.T.).
En virtud de lo expuesto, propicio la modificación del fallo en este punto, y
rechazar la excepción de falta de legitimación activa interpuesta por la demandada.
III. La parte demandada se agravia por cuanto el juez de grado entendió que la
muerte del Sr. Iglesias tuvo relación causal con las tareas realizadas.
Previamente a analizar el extremo en cuestión, me referiré en relación de la
constitucionalidad del art. 39 de la ley 24.557:
Respecto de ello ya me he expedido en numerosas oportunidades, declarando la
inconstitucionalidad del art. 39 de la Ley de Riesgos del Trabajo (ver
“Vázquez
Camacho, Angel c/ Coniper SA y otros s/ accidente – acción civil”, sent. 38.083 del
25.11.04, “Figueredo, Alberto c/ COTO C.I.C.S.A. s/ accidente-acción civil”, sent.
40.137 del 24.05.07; “Araneda, Adrían Franco A. c/ Esamar S.A. y Otro S/ accidente –
acción civil”, sent. 40.731 del 29.02.08, “Velazquez Alejandro Rómulo Mario c/
Mercedes Benz Argentina S.A. s/ accidente-acción civil”, sent. 44.964 del 07-02-13,
entre muchos otros) a cuyos fundamentos me remito, todo ello en consonancia con el
fallo del Supremo
Tribunal “Aquino c/ Cargo Servicios Industriales” (A. 2652
XXXVIII).Quedó allí explicitada para siempre una seria discriminación para los
trabajadores que se veían impedidos de acudir al derecho común como cualquier
ciudadano (cfr. art. 16 de la Constitución Nacional).
De todas maneras, señalo que hoy dicho artículo se encuentra expresamente
derogado por el art. 17 de la Ley 26.773.Ahora bien, entrando en el análisis del agravio propiamente dicho, adelanto que
no le asiste razón. Me explico:
Si bien es cierto, que el infarto de miocardio generalmente ha sido relacionado
con una incapacitación inculpable, en la medida que no se acredite una concreta
incidencia del trabajo -pues existen un sinnúmero de factores que pueden predisponer su
resultado (congénitas, alimenticias, por hábitos nocivos como fumar, situaciones de
estrés propias del trabajo o extralaborales, esfuerzos físicos, etc.)-, no lo es menos que,
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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cuando las condiciones laborales se manifiestan con claridad como predisponentes de
este tipo de padecimientos, debe otorgársele, al menos, carácter laboral a la dolencia. Tal
incapacidad, a su vez, tendrá un vínculo causal o concausal con el padecimiento, si este
último puede atribuirse total o parcialmente a presupuestos de responsabilidad
emergentes del Código Civil.
En efecto, en el fallo se han analizado las declaraciones testimoniales
producidas, del mismo modo que se explicó la razón por la cual resultaban importantes
por aportar datos relevantes
Estimo que los testimonios –analizados en su parte sustancial en el falloresultan suficientemente convictivos acerca de las modalidades y tareas que realizaba
el actor para la demandada; las declaraciones han sido concordantes sin que se adviertan
contradicciones y, a mi ver, no logran ser desvirtuadas por las argumentaciones que
ensaya la accionada en su recurso.
Digo ello por cuanto el testigo Bazan (fs. 246/250) refirió: “…Destaca
que en cada viaje realizado por la empresa demandada iban dos choferes y que
mientras uno manejaba, muchas veces no íbamos con el auxiliar y el otro hacía el
trabajo del auxiliar cuando uno manejaba y que cuando iba el auxiliar el otro dormía o
descansaba…,…el trato de los superiores con el Sr. Iglesias era malo y agrega el trato
con nosotros era malo, explicando que, nos obligaban a rebotar por miedo del despido
o como nosotros cobrábamos por viaje, teníamos miedo que nos corten varios días, lo
cual le consta al testigo, porque me lo hacían a mí y a todos…”. Sic.
Posteriormente Fagan (fs. 288) declaró: “... haber sido compañero de
trabajo de quien en vida fuera el Sr. Victor Iglesias, esposo de la actora…,…el sueldo
nuestro era de acuerdo a la cantidad de viajes que metíamos, si nosotros metíamos
viajes más ganábamos… no era que teníamos un sueldo fijo…,…Respecto de los
elementos de trabajo que se les proporcionaban expresa que se les entregaba una hoja
de ruta con todas las paradas y destinos que “consistía en un bolsín con un teléfono y
las libretas de trabajo”. Que dichas libretas “siempre fueron 4; dos para un viaje y dos
para el otro, para el que venía por el tema del descanso”. Dichas libretas les eran
entregadas el mismo día del viaje “por lógica las del trabajador eran nuestras pero
nunca las teníamos en nuestro poder, entonces como llegábamos y volvíamos a salir ese
mismo día a cualquier destino, cambiaban las libretas para figurar que recién veníamos
de un franco”. Sostiene que dichas libretas eran entregadas “por los chicos que
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
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estaban en una mesa ahí en la empresa, que nos proveían ahí todos los papeles de viaje,
la gente de administración digamos…,…Agrega el testigo que “también teníamos
auxiliar de abordo que en épocas de temporada nos tocaba salir sin auxiliar de
abordo… teníamos que hacer nosotros de auxiliar… por ejemplo yo salía manejando y
mi compañero se encargaba de controlar todo dentro de la unidad digamos el ambiente
para los pasajeros y servir la merienda una vez que ya estábamos en ruta”. Destaca
que el primer cambio de chofer “lo hacíamos en la localidad de Azul, ahí
cambiábamos, subía mi compañero y por lógica yo me tenía que ir a dormir, pero como
no teníamos auxiliar tenía que servir la cena porque era con servicio a bordo”. Que lo
mismo ocurría con el tema del desayuno, “mi compañero manejaba hasta la localidad
de Conesa, donde después de servir la cena yo me tiraba un poco a descansar, me
acostaba un rato, agarraba el volante yo y mi compañero en vez de ir a descansar tenía
que ir a servir el desayuno…” Sic.
Luego Morla (fs. 300/303) dijo: “… Refiere el testigo haber sido compañero del
Sr. Víctor Iglesias…,…Expresa que trabajaban “prácticamente todos los días de la
semana, salíamos y volvíamos de viaje y volvíamos a salir el mismo día de llegada a
Buenos Aires”. Destaca que “acá en Buenos Aires los días que teníamos que volver a
salir había pocas horas de descanso”, que aproximadamente eran 6 o 7 horas de
descanso…,… Destaca que contaban con dos libretas “porque no alcanzaban las horas
de trabajo para una sola libreta”…,… que dichas libretas “son documentos personales
de los choferes, pero la empresa nunca se las daba a los choferes, para llevar a casa
nosotros no, la empresa se quedaba siempre con las libretas”. Revela que en los
destinos apuntados viajaban “dos choferes y una auxiliar… a veces, a veces no salían
auxiliares, teníamos que hacer los servicios nosotros, servicios de comidas..,…No
recuerda el testigo la fecha del último viaje que realizó junto al actor, pero “la última
vuelta fue un día, creo que fue un día antes de que él falleciera”, aclarando que
“habíamos salido hacia La Falda”. Respecto de este viaje expresa que “salimos desde
Buenos Aires, haciendo el recorrido habitual, llegando creo que fue …. , habíamos ido
de pasajeros, sí, porque fue un fin de semana largo ese día, todos los choferes de la
empresa volvimos a La Falda, porque nos habíamos ido también de pasajeros y bueno,
llegamos y este hubo un problema con el coche nuestro que se había quedado sin gasoil
en el galpón dónde lo guardábamos, por problemas que desconocemos y bueno, mi
compañero se puso muy nervioso porque teníamos que ir nosotros a cargar gasoil, ese
día lo teníamos que encontrar con el tanque lleno para salir y bueno, tuvimos que ir a
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
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cargar gasoil para ir a la terminar a tomar servicio, eso fue en Córdoba”. Que en dicha
terminal “hay un maletero, pero a veces nosotros también cargamos equipaje” y añade
“nosotros controlamos que estén bien ubicados para bajarlos más rápido”. Afirma que
“la mayoría de las vueltas, de los viajes”, al momento de la llegada bajan los equipajes
aludidos. Expresa además que “en el transcurso del viaje también subimos y bajamos
equipajes, en las distintas paradas..,… Respecto del último viaje que realizara junto a
Iglesias destaca que “tengo entendido que hubo una discusión con una pasajera, no sé
bien el motivo, pero yo lo vi muy muy nervioso a Iglesias… porque yo estaba
controlando también el equipaje y escuché algo como una discusión con la pasajera y
después bueno, fui a preguntar qué pasaba y que había terminado la discusión en ese
momento”. Sostiene el testigo que “era muy difícil tener francos” y que respecto de
Iglesias “tendía que ser igual que yo, que tenía 1 o 2 francos por mes”. Destaca que los
choferes debían presentarse con dos horas de antelación al horario de partida…,…
Desea seguidamente agregar el testigo que “respecto a la última vuelta que dí con
Iglesias que habíamos salido de la terminal de Córdoba, viaje para Buenos Aires, y más
o menos habíamos hecho unos 50 kms a la salida de Córdoba, cuando me dijo que le
dolía el pecho, que le agarró un dolor muy fuerte en el pecho, le pregunté si estaba
bien, si se sentía bien y me dijo que no muy bien, pero igual iba a seguir manejando
porque si se sentía mal me iba a avisar…”. Sic.
Si bien la circunstancia de que los testigos tengan juicio pendiente con la
demandada impone considerarlos con mayor estrictez, es claro que este único hecho no
enerva su valor convictivo, cuando resultan concordantes entre sí y verosímiles las
declaraciones vertidas (art. 386 del C.P.C.C.N.).
Frente a las declaraciones precedentes, tenemos la declaración de D’adamo
(fs. 195/198), quien indica que todos los conductores cuentas con doce horas de
descanso, mientras que los tres testigos impulsados por la actora –transcriptas sus
declaraciones precedentemente-
Fagan, Morla y Bazan, declaran en forma
diametralmente opuesta.
Respecto de D’adamo, también se debe ser cuidadoso en la valoración de sus
dichos, ya que si bien los primeros, como se dijo generan la estrictez que emana de su
condición de testigos con juicio pendiente los dichos de D’adamo, dependiente de la
demandada, y ello también significa la necesidad de una interpretación estricta.
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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Así lo señalo, habida cuenta, que es actual dependiente de la accionada ubicado
en una relación asimétrica “Jefe de personal y apoderado”, que humanamente, lo debe
haber llevado a perder de vista la consecuencia de su declaración.
En el caso, los testigos que declararon a instancia de la parte actora son
concordantes entre sí, han dado cuenta de las particularidades de la relación, en lo que
respecta a las cuestiones relevantes de la litis, y en forma coincidente.
En tal sentido, ha quedado demostrado –a mi modo de ver- que el actor
realizaba su tarea como chofer por extensísimas jornadas diarias, sin el debido descanso
entre jornada y jornada, circunstancia que lo sometía a un considerable estrés, teniendo
en cuenta que resulta de público y notorio que manejar por varias horas, es una actividad
estresante por la permanente exigencia de atención que imponen el cumplimiento de las
señales de tránsito, coordinación, el peligro de provocar accidentes o ser víctimas de
robos, etc. (en similar sentido respecto de las tareas de un chofer de colectivos, esta
SALA VII, S.D. 30.044 del 11/11/97 “Rivera, Hugo Adel c/ Transportes Río de la Plata
S.A. s/ cobro de pesos").
El cuadro expuesto, me lleva a coincidir con el experto médico (fs. 368/378), en
cuanto afirma, que el Sr. Iglesias, según constancias aportadas y relatadas, a nivel físico
era portador de hipertensión arterial según constancias de carácter leve, sobrepeso,
sedentarismo, tabaquismo el trabajo lo realizaba en un estado de alerta permanente, dado
las características del mismo, todos factores predisponentes o de riesgo, para una
coronariopatía, que le provocó una isquemia de miocardio y el óbito en un poco más de
24 hs.
Con respecto a los factores de riesgo aclaro que de las historias clínicas
aportadas, no surge que el actor fuera en vida diabético, no surge patología de fondo de
ojo para pensar en una hipertensión arterial complicada, no surge que padeciera
dislipidemias, etc., del análisis de lo aportado, surge que resultaba apto para la tarea y
que todos los años se le realizaba una extenso examen psicofísico, según pautas
impuestas por la CNRT que es el ente regulador de la licencia nacional habilitante.
A mi juicio, el experto realiza un informe fundado. Sus conclusiones no logran
ser desvirtuadas por las impugnaciones de las partes, de modo que constituye prueba
pericial idónea (fs. 386 del Código Procesal).
De este modo, si bien las conclusiones periciales no son vinculantes para el
Juez, lo cierto es que por importar las mismas la necesidad de una apreciación científica
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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especifica de la ciencia médica (campo de actuación del experto y ajena a los
conocimientos del judicante), para apartarse de su dictamen es indispensable acercar a la
causa elementos de juicio suficientes que permitan concluir de una manera fehaciente,
que el profesional ha incurrido en error; cuestión que no se da en el presente pleito.
Concluyendo, en este caso, noto en la demandada el incumplimiento del
régimen de jornada, imponiendo al trabajador periodos de trabajo como chofer que
superaban ostensiblemente las legales.
Siendo así, existe un nexo de causalidad adecuado entre el incumplimiento de la
empleadora del régimen de jornada (art. 1 ley 11.544, art. 1 dec. 16.115/33) y la
patología sufrida por el trabajador, sin que sea necesario corroborar los demás elementos
aportados, vinculados a la presión de sus superiores que habría padecido el actor el día
anterior del infortunio. (art. 386 del C.P.C.C.N.).
Lo antes analizado resulta concluyente, y no tengo duda alguna al afirmar
que el factor laboral generó “el daño” como causa eficiente y desencadenante del
infortunio de autos, ya que prestó servicio sin las medidas de seguridad que
corresponden para la prestación de una actividad sin que la misma implique peligro a la
salud de los trabajadores.
Resulta oportuno recordar lo establecido en el art. 1113 C.C. “... En los
supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de
responsabilidad, deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere
sido causado por el riesgo o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de
responsabilidad acreditando la culpa de la víctima o de un tercero por quien no debe
responder...”.
Y bien, sentadas las premisas precedentemente expuestas entiendo que han
quedado configurados todos los presupuestos para la responsabilidad en los términos del
art. 1113 del Código Civil.
IV- Cabe aclarar que para fijar el monto de condena en la vía del derecho
común, el Juez se encuentra facultado para determinar de acuerdo con las pautas de la
sana crítica y la prudencia, pero no está de modo alguno obligado a utilizar fórmulas o
cálculos matemáticos.
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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En base a tal criterio, se deben valorar las características de cada caso en
particular: el tipo de tareas que realizaba, en el caso el fallecimiento del causante, edad
(59 años), expectativa de vida, salario percibido.
No escapa a mi consideración el hecho de que ocurrida la muerte de un ser
querido, aparece, en los sentimientos una verdadera subversión del orden de los valores
naturales. Tampoco que esta indemnización sucedánea es sólo un paliativo ante la
imposibilidad de la reparación específica, sin perjuicio de lo cual he de tener en cuenta si
se maneja el curso del orden reparativo en el plano humano.
Por tal motivo habida cuenta de que la propia ley presume “iuris et de iure” su
daño moral, que cuantifico en la suma de $ 260.000.- y que se suma un monto de $
1.300.000 impropia pero incuestionablemente abarcativo del daño material.
Asciende así el monto de esta reparación a la suma de $ 1.560.000.- a la que
se agregaran intereses de acuerdo a lo establecido en el Acta Nº 2.601, conforme
resolución de Cámara del 21-05-2014, que se calcularan desde el 26/04/2.011 y hasta el
momento del efectivo pago (art. 622 del Código Civil).
V- En cuanto a la responsabilidad de la codemandada Asociart S.A.
Aseguradora de Riesgos del Trabajo, deseo recordar lo señalado por los Dres. Cecilia B.
Reybet y Daniel A. Muro, en su trabajo “El régimen de la ley 24.557 y la
responsabilidad de las A.R.T. por las contingencias no contempladas en los listados y
sus consecuencias para los empleadores” (publicado en ERREPAR – D.L.E. – Nº 202 –
JUNIO/02 – T.XVI – 511) es de advertir que las A.R.T. han argumentado
reiteradamente que el mero hecho de la suscripción del contrato por la empleadora
automáticamente limita su responsabilidad (por consecuencias en la salud psicofísica del
trabajador) cuando a su criterio las mismas resulten excluidas de la cobertura.
La interpretación que realizan los autores –que comparto- es que en tanto
se le impone al empleador una contratación (afiliación compulsiva a una aseguradora)
no puede luego decirse que la co-contratante de dicho sistema no responderá por los
daños sufridos por el trabajador en determinadas situaciones.
Ahora bien, entiendo que el fundamento legal de la responsabilidad de la
A.R.T. yace en el territorio del art. 1074 del Código Civil, donde la responsabilidad
contemplada es la que nace de la omisión que ocasiona un daño a otro, cuando una
disposición de la ley imponga una obligación.
Más allá de la diversidad de teorías elaboradas en torno al tema, es doctrina
mayoritaria en nuestro derecho la que admite la responsabilidad siempre que hubiera una
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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obligación jurídica de obrar y sin que exista por tanto, una disposición expresa que
imponga la obligación de cumplir el hecho.
Claro está que no puede soslayarse la forma de apreciación de la culpa en
uno y otro caso. Esto es así porque si existe la disposición basta con la omisión para que
nazca la responsabilidad, y si no, será necesario un análisis de las circunstancias de
lugar, tiempo y persona.
Luego, ambos caminos pueden recorrerse en autos habida cuenta la vigencia
de los arts. 7, 8, y 9 de la ley 19.587 y la obligación legal de la empleadora de haber
promovido la capacitación del trabajador en materia de seguridad en el trabajo,
particularmente en lo relativo a la prevención de los riesgos específicos de las tareas
asignadas (art.9 º inc. K). Lo dicho es, sin entrar en el debate técnico de cuál hubiera
sido el medio más idóneo de prevención del caso.
Es de recordar que las A.R.T. desempeñan un papel fundamental en materia de
seguridad y es esta función la que genera responsabilidad. Están obligadas a asesorar a
los empleadores para prevenir y proteger (actividades permanentes de prevención y
vigilancia) y la conducta omisiva observada implica una negligencia en su obrar que
trajo como consecuencia los daños en la salud del actor. Así el empleador directo es
responsable por el daño causado y la ART ha incurrido en una omisión culposa que
conlleva la aplicación del mencionado art. 1074 por lo que debe responder no acotado al
valor de la póliza sino plena e integralmente, en forma solidaria por el crédito
reconocido al trabajador.
Así entonces, resulta que el empleador es responsable directo por el daño
causado y la A.R.T. ha incurrido en una omisión culposa que conlleva a la aplicación del
mencionado art. 1074 del C. Civil por lo que debe responder solidariamente y no sólo en
los términos de la póliza.
En este andarivel la C.S.J.N. tiene dicho que es manifiesto que del hecho de
ser constitucionalmente inválido que la mentada prestación de la L.R.T. origine la
eximición de responsabilidad civil del empleador (art. 39 inc 1), no se sigue que las
A.R.T. queden relevadas de satisfacer las obligaciones que han contraído en el marco de
la citada ley.
De tal suerte, este pronunciamiento no sólo deja intactos los mentados
propósitos del legislador, sino que, a la par, posibilita que el empleador pueda encontrar
protección en la medida de su aseguramiento (ver también fallo C.S.J.N. “Torrillo,
Atilio Amadeo y otro c/ Gulf Oil Argentina S.A. y otro”, del 31-03-2009; T.205.XLIV).
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO - SALA VII
Causa N°: 17082/2012
Por lo antes expuesto propicio modificar el fallo apelado en cuestión y condenar
a ambas demandadas solidariamente.
VI- En atención a la modificación del fallo que dejo propuesta y lo normado por
el art. 279 del C.P.C.C.N., sugiero efectuar una imposición de costas y una regulación de
honorarios en forma originaria, que torna de tratamiento abstracto los recursos incoados
al respecto.
VII- En caso de ser compartido mi voto, propicio que las costas de ambas
instancias sean declaradas a cargo de las demandas vencidas y respecto de los
honorarios de la tercera citada Prevención Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A. a
cargo de la demandada Asociart S.A. ART.
VIII- Regular los honorarios de los letrados de la parte actora en el 16%,
demandadas en el 14% para cada una de ellas, de la tercera citada en el 12%, del perito
médico en el 9%, contador en el 8% y psicólogo en el 7%, sobre el monto definitivo de
condena.
IX- En cuanto a los honorarios de alzada propongo
se reglen a la
representación letrada de la demandadas en un 25% para cada una de ellas, y para el
actor en un 35% de los determinados para la instancia anterior.
EL DOCTOR NESTOR MIGUEL RODRIGUEZ BRUNENGO DIJO: Por compartir
sus fundamentos adhiero al voto que antecede.
EL DOCTOR HECTOR CESAR GUISADO: No vota (art. 125 de la Ley 18.345).
A mérito de lo que resulta del precedente acuerdo el Tribunal RESUELVE: 1)
Modificar el fallo y condenar en forma solidaria a Asociart S.A. ART y González
Tarabelli S.A. a pagar a Dora Vigo del Valle la suma de $1.560.000 (un millón
quinientos sesenta mil pesos), más intereses según se ha fijado en el considerando
respectivo. 2) Declarar las costas de ambas instancias a cargo de las demandadas
vencidas y los honorarios de la tercera citada Prevención Aseguradora de Riesgos del
Trabajo S.A. a cargo de la demandada Asociart S.A. 3) Fijar los honorarios de primera
instancia a la representación y patrocinio letrado de la parte actora en el 16% (dieciséis
por ciento), de la demandadas en el 14% (catorce por ciento) para cada una de ellas, de
la tercera citada en el 12% (doce por ciento), del perito médico en el 9% (nueve por
ciento), contador en el 8% (ocho por ciento) y psicólogo en el 7% (siete por ciento),
sobre el monto definitivo de condena. 4) Fijar los
honorarios de alzada a la
representación letrada de las demandadas en un 25% (veinticinco por ciento) para cada
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
Poder Judicial de la Nación
CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES DEL TRABAJO - SALA VII
Causa N°: 17082/2012
una de ellas, y para el actor en un 35% (treinta y cinco por ciento) de los determinados
para la instancia anterior.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
Fecha de firma: 24/11/2015
Firmado por: ESTELA MILAGROS FERREIROS, JUEZ DE CAMARA
Firmado por: ROSALIA ROMERO, SECRETARIA
Firmado por: NESTOR MIGUEL RODRÍGUEZ BRUNENGO, JUEZ DE CAMARA
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