Raza o clase: comportamiento electoral y consecuencias políticas

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ANÁLISIS
CARLOS GARCÍA RIVERO*
Raza o clase: comportamiento
electoral y consecuencias políticas
en Sudáfrica
n las democracias contemporáneas el voto es considerado como uno de
los ejercicios democráticos de más trascendencia. De hecho, una de las
características clave de los sistemas democráticos es que el pueblo puede
elegir a sus gobernantes. El voto es, en este sentido, una pieza fundamental en todo
régimen democrático (aunque evidentemente no la única) e incluso, a veces, la
única forma en la que la mayoría de los ciudadanos participan de la toma de decisiones.
E
La democratización en Sudáfrica fue fruto tanto de presiones internas como de
presiones externas (sanciones, etc.). En este sentido, el Congreso Nacional Africano
y su histórico líder, Nelson Mandela, desempeñaron un papel fundamental. Es por
ello por lo que no fue extraño que las elecciones, tanto de 1994 como de 1999,
fueran ampliamente ganadas por este partido.
Sudáfrica celebró sus primeras elecciones democráticas en 1994, uniéndose a lo
que Huntington llamó «la tercera ola» de democratización que comenzó en
Portugal en 1974. Este proceso de democratización sudafricano comenzó en 1990
con el desmantelamiento del sistema de segregación racial denominado apartheid
(estado de vivir separados, en afrikans). Punto de inicio fue el discurso del presidente De Klerk en el Parlamento. Hasta entonces, Sudáfrica, fue un país en el que los
cuatro grupos raciales, negro (73% de la población), blanco (17%), mestizo (8%) e
indio (2%), eran el mejor reflejo de la estructura social del país. A la cabeza de la
misma estaba la población blanca, al control del aparato económico y político del
país, seguida de la población india (también referida como asiática), seguida de la
población mestiza (en la que se encontraban todos aquellos no claramente identificables en alguno de los otros grupos), y, por último, la población negra.
Muchos han sido los intentos de explicar los anclajes del voto en las elecciones
de 1994 y 1999. Desde un punto de vista meramente descriptivo, sería cierto pensar que los sudafricanos votan en función del grupo racial en el que se encuentran.
Sin embargo, teniendo en cuenta que raza y clase se han solapado, el verdadero
*Carlos García Rivero, Universidad de Saint Louis, Madrid Campus, Madrid.
35
análisis
cleavage podría ser la clase. El futuro político del país podría depender en buena
medida de cual sea el cleavage más importante y cómo evolucione. El presente artículo investiga las razones que mueven a los sudafricanos a votar a quien lo hacen.
Para ello se hará uso de sendos sondeos electorales realizados específicamente para
las elecciones de 1994 y 1999.
■ Elecciones y comportamiento electoral: lecciones de literatura
Se han realizado multitud de estudios sobre el comportamiento electoral de los
ciudadanos en su cita con las urnas. La principal intención es saber la o las razones
por la(s) que los votantes apoyan a un partido, se abstienen, o yendo más allá, no
votan y buscan otras formas menos «convencionales» de participación política.
Uno de los más influyentes estudios sobre los anclajes o cleavages electorales es
el del estadounidense Lipset y el noruego Rokkan. En su estudio establecieron parámetros que fueron puestos en cuestión por trabajos posteriores, como los de
Inglehart. Como apuntaron Gunther y Montero, las pautas establecidas inicialmente
por Lipset y Rokkan dejaban de ser incontestables si el cambio (unfreezing) de los
sistemas de partidos se generalizaba o si los viejos cleavages quedaban superados
por otros nuevos, afectados por los nuevos valores sociales. Así mismo alertaban de
que tales procesos de «deshielo», de aparición de valores posmaterialistas y de
aumento de la volatilidad se están produciendo en algunas democracias, pero no en
todas.
Los anclajes electorales más estudiados son clase social y religión. Una de las
hipótesis más usadas para explicar la existencia de una relación entre voto y clase
es la expuesta por Barnes, McDonough y López Pina al resaltar que «la existencia
de vínculos estrechos entre los intereses políticos subjetivos u objetivos y determinadas clases sociales u otros grupos podrían acelerar la formación de vínculos entre
los individuos y los partidos. De hecho, el partidismo con raíces sociales podría
conducir a pautas electorales estables... Estas indicaciones religiosas, y de clase, así
como también, posiblemente, otros factores, parecen haber alentado el voto estable
en Alemania, Austria...» 1
Gunther y Montero realizaron un estudio sobre el comportamiento electoral en
cuatro democracias del sur de Europa: España, Portugal, Italia y Grecia. Las variables independientes (las que influirían en el voto) son indicadores de clase objetiva
y subjetiva, pertenencia a sindicatos, religiosidad y pertenencia a asociaciones religiosas, posición en la escala izquierda y derecha, más, en el caso español, valoraciones de los líderes de los partidos.
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En esta misma línea de estudio de clase y religión como principales cleavages
electorales se han desarrollado la mayoría de los estudios en este terreno. Estudios
realizados por Dutter o Sinnot en Irlanda del Norte; Ralling y Thasher o Butler y
Stoke en el Reino Unido; Dirk de Graaf, Heath y Need, en Holanda; Featherstone y
Katsoudas o Limberes en Grecia; Andersen en Dinamarca entre otros muchos, lo
confirman. El pasado familiar también ha sido encontrado por Heath y McDonald,
McAllister y Kelley y Himmelweit como determinante del voto.
Otro anclaje o cleavage importante allí donde las sociedades están culturalmente
(racialmente) divididas, como el caso sudafricano, es la raza. Esta línea de investigación ha sido desarrollada principalmente por Lijphart y Horowitz.
A tenor de lo expuesto anteriormente, se deduce que los anclajes o cleavages
más importantes del comportamiento electoral son clase y religión, más raza en el
caso de sociedades culturalmente (racialmente) divididas (sudafricano). Por consiguiente, el análisis se hará intentando tener en cuenta variables representativas de
clase, raza, religión, así como de aspectos económicos, percepciones subjetivas y
objetivas, edad, etc. En la medida en que los estudios lo permitan, se incluirán
idénticas variables.
■ Estructura social en Sudáfrica: pasado y presente
Aunque el apartheid fue legalmente instaurado tras la victoria del Partido
Nacional en las elecciones de 1948, ya se venían aplicando políticas de segregación racial desde mucho antes. Por ejemplo, en 1911 fue aprobada la Mines and
Works Act que reservaba 32 categorías profesionales de alta cualificación para la
población blanca. En 1924 se aprobó la Industrial Conciliation Act, que profundizó
la división racial en el terreno laboral, con la exclusión de la población negra de la
negociación colectiva.
La reserva de ocupaciones de alta cualificación no ha sido la única herramienta
utilizada a lo largo de los años para mantener a la población negra en la base de la
estructura social. El sistema educativo estaba totalmente enfocado a ese mismo propósito. Las políticas educativas del apartheid empezaron a aplicarse de forma contundente a partir de la llegada del Partido Nacional al poder. Por ejemplo, en 1953
se aprobó la Bantu Education Act que dejaba la educación de la población negra en
manos del Ministerio de Asuntos Bantú y no del Ministerio de Educación, que se
encargaba de la educación del resto de los grupos de población. El ministro de
Educación habló «del incorrecto tipo de educación» para los «nativos», que creaba
una población (la negra) frustrada con «expectativas de vida que las circunstancias
de Sudáfrica no permitirían cumplir». El ministro llegó a decir: «Sólo quiero recor-
37
análisis
dar que si los nativos en Sudáfrica hoy, en cualquier escuela, están siendo educados de tal forma que creen que su vida adulta será bajo una política de igualdad de
derechos, están cometiendo una gran equivocación» 2.
Otro de los muchos problemas que Sudáfrica ha padecido, y que ha tenido
mayores consecuencias de las que en principio uno podría imaginar, es la escasez
de mano de obra cualificada. Este problema apareció en el escenario laboral en los
60 3. Durante los 60 y 70 se intentó subsanar mediante la incorporación de trabajadores extranjeros, principalmente de Europa, altamente cualificados. Durante los
60, la población blanca se concentraba en los sectores secundario y terciario
(comercio y servicios) y, en general, los sectores más cualificados. La población
negra se concentraba en los sectores manuales y menos cualificados y retribuidos.
La situación llegó a tal extremo que la única solución fue autorizar a la población
negra a realizar trabajos cualificados. Esta estrategia tenía una doble finalidad. Por
un lado, aliviar la escasez de mano de obra cualificada y, por otro, la cooptación
de una minoría negra en las clases medias, que rompiera la unidad psicológica de
la población negra y mermase su unidad en acciones de protesta.
Al margen de estos pequeños cambios, el verdadero desmantelamiento del apartheid fue iniciado por el presidente De Klerk con su discurso al Parlamento el 2 de
febrero de 1990. En 1993, un año antes de las primeras elecciones democráticas y
en plenas negociaciones constitucionales, los grupos de oposición, liderados por el
Congreso Nacional Africano, pusieron de manifiesto la necesidad de políticas de
affirmative action para subsanar las desigualdades históricas. Esto implicaba la contratación de personal no-blanco (principalmente negro) para puestos reservados históricamente para población blanca. Esta affirmative action tomó su auge con la llegada del CNA al poder tras las elecciones de 1994 y estaba destinada, en última
instancia, a introducir a sectores previamente excluidos (principalmente población
negra) en las tradicionales clases media y alta.
Dos han sido las principales herramientas usadas por los gobiernos desde 1994
para la generación de empleo. La primera fue el denominado Plan de Reconstrucción y Desarrollo que fue sustituido por el Plan de Redistribución, Empleo y
Crecimiento. Estas políticas de incorporación de la población de la clase negra «por
ley» a los puestos de alta cualificación ha tenido otro efecto: la «fuga de cerebros».
Debido al fracaso de los planes de desarrollo implementados por el gobierno, el
incremento del paro y devaluación de la moneda (el rand), una considerable parte
de la población blanca con cualificación ha emigrado a otros países, principalmente Australia (más de 100 000 al año), Nueva Zelanda, el Reino Unido, y Estados
Unidos 4. De hecho, el país ha perdido ya a más de un 10% de la población con
estudios universitarios 5.
38
Estos flujos de entrada y salida en la estructura social hacen que las tradicionales
clases medias y altas cambien su configuración. De hecho, en un estudio anterior
tuve la posibilidad de demostrar que la denominada «nueva clase media» estaba
formada, principalmente, por población blanca en 1994, y por negra en 2000.
Concretamente, la población blanca conformaba el 53% (siendo el 17% de la
población sudafricana), la población negra el 29% (73% de la población sudafricana), la población mestiza el 11% (8%) y la india el 7% (2%). En el 2000, tras seis
años de affirmative action, la clase media estaba configurada casi en su mitad (49%)
por población negra, la población blanca descendía hasta ocupar el 34%, la población mestiza el 12% y la población india el 5% 6. Estos datos se deben sumar a los
índices de desigualdad existentes en el país. El índice de desigualdad (GINI) disminuyó en los primeros años de democracia, aunque si se analiza por grupos de
población, la población negra ha sufrido un incremento en su nivel de desigualdad
interna que «rompe» su unidad. Un reducido grupo de población negra cualificado
pasa a ocupar puestos bien remunerados por ley (affirmative action) mientras que el
desempleo creciente afecta principalmente a población negra sin cualificar (la gran
mayoría) 7.
A estos cambios en la estructura ocupacional del país se deben añadir otros de
igual importancia y trascendencia para el estudio del comportamiento electoral de
una sociedad. Los motivos de agravio o queja social de la población sudafricana
están más relacionados con aspectos económicos que con aspectos culturales o
raciales.
Estos datos demuestran que la estructura social ya no queda reflejada nítidamente
en la estructura racial del país. Con lo que las motivaciones del voto en las elecciones de 1994 pueden no ser las mismas que las de las elecciones de 1999.
■ Datos y diseño del estudio
El presente estudio es un análisis cuantitativo sobre sendos sondeos de opinión
dirigidos por el servicio de opinión pública del Instituto para la Democracia en
Sudáfrica (Idasa).
1994 Idasa Election Survey: Sondeo realizado por Idasa después de las elecciones
de 1994. Se midieron cuestiones sociales, políticas y económicas de los sudafricanos y su orientación de voto. El trabajo de campo se realizó entre el 26 de agosto y
16 de septiembre de 1994. Los encuestados fueron seleccionados aleatoriamente.
Fue basado en una entrevista personal. Es representativo de la totalidad de la población sudafricana con derecho a voto en las elecciones de 1994. (N=2517).
39
análisis
Idasa Election 99 Survey: Este sondeo fue realizado en septiembre de 1998 por
Idasa, conjuntamente con la cadena de televisión SABC. El trabajo de campo lo realizó la empresa Markinor. Los encuestados fueron seleccionados aleatoriamente. Es
representativo de la totalidad de la población sudafricana con derecho a voto en las
elecciones de junio de 1999. (N=2200).
El análisis se realizará mediante análisis multivariante, concretamente se realizará
un análisis discriminante. El análisis discriminante es una técnica que permite asignar un individuo a un grupo definido a priori (variable dependiente [cualitativa]) en
función de una serie de características del mismo (variables independientes).
Para detectar los condicionantes o anclajes del voto en sendas elecciones, se procede, en primera instancia, a seleccionar 90% de los casos. Esto es para probar la
capacidad predictiva de la fórmula final. Es decir, la fórmula no sólo debe ser capaz
de detectar los factores que motivan a los votantes a votar, sino también predecir el
voto. Por ello esa selección. La fiabilidad de la fórmula será probada, a posteriori,
con el diez por ciento restante de encuestados. Así mismo se considerarán como no
filtrados los encuestados que no votaron o no dieron información sobre el voto. Las
preguntas seleccionadas son las siguientes:
Sondeo de 1994: ocupación del encuestado, nivel de ingresos, nivel de educación, edad, grupo de población al que pertenece (raza), nivel de religiosidad 8,
visión retrospectiva de la situación personal del encuestado, visión retrospectiva de
la economía en general del encuestado, visión retrospectiva de las condiciones en
general del país.
Sondeo de 1998: ocupación del encuestado, ingresos, situación laboral (empleado o desempleado), edad, educación, raza, ideología 9 (izquierda-derecha), visión
del encuestado de la situación del país en general, su situación personal presente,
pasada y futura en general, impresión de la situación económica del país en el presente, pasado (un año) y futuro (próximo año), y la dirección en general del país.
Como se expondrá más adelante, los niveles de afinidad partidista e intención de
voto no son iguales. Por esta razón, no sólo se intentará detectar los parámetros
que mueven la intención de voto, sino también los que determinan la afinidad partidista.
En tanto en cuanto el sistema de partidos «debe» reflejar los principales cleavages
de la sociedad, y la estructura social está sufriendo cambios importantes, es de
esperar que las motivaciones que influyen en el voto y la afinidad partidista sean
sensiblemente distintas en 1994 y 1998. Consecuentemente, la hipótesis que se
comprueba es como sigue:
40
Hipótesis principal: Los anclajes del voto en Sudáfrica en 1994 son distintos a los
de 1999.
Hipótesis secundaria: En 1994 las motivaciones eran fundamentalmente raciales,
mientras que en 1999 se reflejan los cambios acaecidos en la estructura social.
■ Análisis y resultados
En la actualidad el desarrollo de las técnicas estadísticas y programas de computación pone al servicio del investigador una gran gama de procedimientos que pueden abrumar al lector no experimentado en dichas técnicas. En este sentido, se ha
intentado reducir al mínimo, el número y la magnitud de los procedimientos estadísticos. Sin embargo, cada una de las tablas y datos presentados a continuación
son, en opinión del autor, estrictamente necesarios para el correcto análisis y entendimiento de la realidad a investigar, en este caso, el comportamiento electoral de la
población sudafricana.
En primer lugar, se diferencia entre simpatía por un partido y voto a un partido.
Tabla 1. Voto y afinidad a partidos políticos en Sudáfrica, 1994-1999
%
1994
1999
Voto
88
79,9
Afinidad partidista
87,9
44,4
La tabla 1 presenta los resultados comparados de intención de voto y afinidad o
simpatía por un partido político tanto en 1994 como en 1999. Aunque la intención
de voto se mantiene alta, la simpatía por algún partido político ha caído a casi la
mitad. En 1994 quienes votaron en las elecciones, a tenor del sondeo, sentían simpatía o cercanía por un partido político. En las elecciones de 1999, sólo la mitad de
los que pretendían votar el día de los comicios, mostraban simpatía o cercanía por
un partido político.
El análisis discriminante se realiza sobre la intención de voto y afinidad partidista
en 1994 y 1999. Los resultados del análisis estadístico se exponen en el apéndice
A. Del análisis de los datos sobre las elecciones de 1994 se desprende que afinidad
e intención de voto son prácticamente iguales (véase tabla 1 arriba) y estaban basadas en escasos parámetros (tabla 2, apéndice A). La raza es el principal factor que
mueve tanto la afinidad a un partido político como la intención de voto de los
41
análisis
sudafricanos. Principalmente, la población negra y blanca. Su voto fue un voto en
bloque contra el apartheid ya fuera al CNA de Nelson Mandela o al IFP de
Mangosuthu Buthelezi. De la misma forma, la población blanca votó de forma
«defensiva» sin saber a ciencia cierta cuáles iban a ser las consecuencias de una
victoria abrumadora del CNA. De hecho, un alto porcentaje de personas blancas se
fue del país, durante las elecciones, «de vacaciones» a la vecina Namibia hasta ver
cuáles eran los resultados y consecuencias.
Otro resultado a resaltar es que a pesar de que intención de voto y afinidad partidista tienen los mismos niveles (tabla 1), los sudafricanos tuvieron en cuenta también la situación general del país en el momento de las elecciones (tabla 3, apéndice A). Sin embargo, a la hora de votar, el temor a la represión de un gobierno
controlado en su totalidad por el CNA 10, hizo que el voto de los dos principales
grupos raciales fuese en bloque y basado exclusivamente en el grupo racial. El
hecho de que pertenecer a la población negra significase «ser pobre», también
explica la ausencia de otros indicadores de clase o ideológicos 11. En definitiva, el
solapamiento entre clase y raza, debido a 40 años de apartheid, justifican los resultados obtenidos del estudio de 1994.
Cinco años más tarde se celebraron las segundas elecciones parlamentarias en
medio de un clima de corrupción, desempleo creciente, «fuga de cerebros» y
desencanto con la democracia, incluso entre aquellos que más lucharon por ella 12.
Este desencanto justifica el descenso en los niveles de afinidad partidista presentados en la tabla 1. Estos cinco años también han estado marcados por políticas de
affirmative action, por la que se proporcionaba preferencia a los trabajadores no
blancos (generalmente de raza negra) en la contratación laboral. Teniendo en cuenta que sólo en el sector de las finanzas y el sector público se ha creado empleo, se
puede concluir que son muy pocos los individuos de raza negra que se han podido
beneficiar de esta affirmative action, ya que la mayoría de la población negra no
está cualificada. Esto ha producido un incremento en los niveles de desigualdad
dentro de la población negra que hace que «ser negro» no sea equivalente a ser
pobre 13. Estos cambios acaecidos en la estructura social, en general, y en la población negra (casi tres cuartos de la población total), en particular, deben tener un
reflejo en la identificación partidista y el voto. Las tablas 4 y 5 del apéndice A presentan los resultados de un análisis multivariante (discriminante) en la intención de
voto y afinidad partidista para 1999.
La tabla 4 indica qué factores determinaron el voto en las elecciones de 1999.
Tras cinco años desde las primeras elecciones, la intención de voto está afectada
por muchos más factores que en 1994. El grupo racial al que pertenece el encuestado sigue siendo el factor más decisivo. Tras la raza, aparecen variables como ocupación e ingreso, claramente indicativas de clase social. En otras palabras, los
42
tenues cambios producidos en la estructura social encuentran reflejo en la intención de voto. Aunque en la tabla 4 hay 14 variables, el análisis estadístico indica
que se podría prescindir de las 4 últimas, lo que significa que se podría prescindir
de la situación personal del encuestado (presente, pasada y futura) y nivel de educación a la hora de analizar los cleavages electorales en 1999.
Las grandes diferencias entre zonas rurales y urbanas también aparecen como
factor explicativo del voto. La carencia de servicios, como agua potable, carreteras
y demás servicios básicos en la zonas rurales donde reside población negra ha sido
tenida en cuenta a la hora de votar entre los sectores más pobres de la población
negra. También la población blanca afrikaner apoya a partidos distintos en zonas
urbanas (NP y DP) o rurales (FF). La situación económica personal y del país también aparecen como influyentes en el voto y, de nuevo, haciendo referencia a la
clase social más que a cuestiones culturales o raciales.
Otro aspecto importante es que la fórmula resultante clasifica sólo el 77,9% de
los casos seleccionados y tan sólo un escaso 50% de los no seleccionados. Esto
indica que el voto en las elecciones de junio de 1999 es de una gran complejidad y
en absoluto comparable al de las elecciones fundacionales de 1994 (donde el nivel
de clasificación correcto es mayor). El mayor número de partidos con representación parlamentaria da buen ejemplo de la mayor fragmentación del voto en las
elecciones de 1999 (Apéndice B).
Si se analiza la afinidad partidista en 1999, se observa que la ocupación no sería
tan fundamental en la afinidad partidista (tabla 5) como en la intención de voto
(tabla 4), ya que aunque está dentro de la tabla principal se podría prescindir de
ella (el análisis estadístico indica que se podría prescindir de las últimas siete variables). La reducción en el porcentaje de personas que tienen afinidad partidista en
1999 (44,4) con respecto a 1994 (87,9) permite que la fórmula de afinidad partidista sea capaz de clasificar correctamente al 85,3% de los casos seleccionados y al
88,4% de los no seleccionados (frente al bajo nivel de clasificación correcta de la
fórmula de intención de voto).
Como resumen del análisis multivariante se puede concluir que los cambios ocurridos en la estructura social han sido acompañados por cambios en los anclajes
partidistas, demostrando que las motivaciones económicas y clasistas debían ser
estudiadas más a fondo en Sudáfrica y que de seguir esta tendencia el sistema de
partidos puede sufrir cambios y afectar a la gobernabilidad del país. Lo arriba
expuesto confirma la hipótesis principal y secundaria planteadas con anterioridad:
Los anclajes del voto en Sudáfrica en 1994 son distintos a los de 1999. En 1994 las
motivaciones eran fundamentalmente raciales, mientras que en 1999 se reflejan los
cambios acaecidos en la estructura social.
43
análisis
■ Conclusiones
En los apartados anteriores se ha demostrado que los cambios en la estructura
social llevan aparejados cambios en las motivaciones de voto y afinidad partidista.
¿Qué consecuencias políticas puede acarrear este cambio?
En 1994, la gran mayoría de la población negra votó en contra del apartheid y
por la creación de puestos de trabajo y casas 14. El valor intrínseco de la democracia
está todavía por calar en la población negra. En otras palabras, la democracia en
Sudáfrica está aún por consolidarse.
Si este proceso de cambio en la estructura social continúa (incorporación de
población negra y aumento del desempleo, principalmente en la población negra)
el CNA de Thabo Mbeki se verá abocado a intentar representar, por un lado a la
población más pobre y desatendida (principalmente negra) del país y por otro a un
segmento creciente también de población negra que deseará proteger su nuevo y
alto nivel de vida. Esto podría llevar a producir «grietas» en la unidad del CNA. Si a
esto se le añade la falta de confianza en el gobierno y acusaciones de derroche y
corrupción, el CNA podría perder la «memoria histórica» 15 que mantiene unida a la
mayoría de la población negra tras el CNA y esas grietas convertirse en secesiones.
A esto podría ayudar la legislación electoral sudafricana que no prevé ningún mínimo o umbral necesario para obtener representación parlamentaria, lo que podría
alentar a grupos minoritarios a formar partidos independientes del CNA. Y, por último, la falta de liderazgo de Thabo Mbeki, quién llegó a su puesto por sus influencias familiares, buen nivel de inglés y formación en el extranjero. Thabo Mbeki no
tiene ni el carisma ni ha sufrido las consecuencias del apartheid que sufrió su antecesor Nelson Mandela, con lo que su liderazgo y capacidad para mantener la unidad del CNA, llegado el caso, serían más que cuestionables. Un CNA dividido y
confrontado y con falta de liderazgo sería un síntoma más que preocupante de
ingobernabilidad en el país.
Todo lo anterior apunta a que la estabilidad del sistema de partidos y gobernabilidad de Sudáfrica podría depender, en buena medida, de la evolución del nuevo
cleavage que está diseccionando la unidad de la población negra y de cómo el
principal partido del país lo maneje.
■ Apéndice A: análisis discriminante
El análisis se realiza mediante el método por pasos, el cual va introduciendo y
sacando variables del análisis en función de la capacidad discriminatoria de la
44
variable. Aquellas variables que hayan sido introducidas pero que más tarde, debido a la introducción de otras, sean redundantes serán eliminadas del análisis. Los
parámetros para introducir y/o sacar variables del análisis son la F de entrada, F de
salida y Lambda de Wilks.
La variable raza es una variable nominal por lo que en principio no es susceptible de ser introducida en un análisis discriminante. Por ello, se crean cuatro
«dummy variables» (ficticias), una por categoría (negro, blanco, mestizo e indio).
Una de ellas debe dejarse fuera del análisis. En cada paso se introduce la variable
que minimiza la lambda de Wilks global. La F parcial mínima para entrar es 3.84 y
la parcial máxima para salir es 2.71.
Tabla 2. Variables introducidas/eliminadas (voto, 1994)
Paso
Introducidas
Estadístico
Sig.
1
Negro
,292
,000
2
Blanco
,229
,000
El número máximo de pasos es 24.
La fórmula clasifica correctamente el 82% de los casos agrupados originales
seleccionados y el 82,4 de los casos agrupados originales no seleccionados.
La fórmula debe incluir las 2 variables (autovalores).
Tabla 3. Variables introducidas/eliminadas (afinidad partidista, 1999)
Paso
Introducidas
Estadístico
Sig.
1
Negro
,303
,000
2
Blanco
,236
,000
3
Cond. País en general
,229
,000
El número máximo de pasos es 24.
La fórmula resultante clasifica correctamente el 81,6% de los casos agrupados
originales seleccionados y el 76,2% de los casos agrupados no seleccionados.
La fórmula debe incluir las 3 variables (autovalores).
45
análisis
Tabla 4. Variables introducidas/eliminadas (voto, 1999)
Paso
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
Introducidas
Negro
Blanco
Mestizo
Situación gral. país
Ocupación
Ingreso
Urbano-Rural
Expectación eca. Persnal. Un año
Edad
Sit. Eco. País gral.
Sit. Pers. Gral. En un año
Sit. Pers. Gral. Presente
Sit. Pers. Gral. hace un año
Educación
Estadístico
,237
,138
,123
,112
,103
,095
,089
,084
,081
,078
,076
,074
,072
,070
Sig.
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
El número máximo de pasos es 34.
La fórmula clasifica correctamente el 77,9% de los casos agrupados originales
seleccionados y el 49,9% de los no seleccionados.
La fórmula puede incluir sólo las 11 primeras variables (autovalores)
Tabla 5. Variables introducidas/eliminadas (afinidad partidista, 1999)
Paso
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
46
Introducidas
Negro
Blanco
Ingreso
Sit. Gral País
Situación Gral. Pral. Futura
Sit. Eco. País pasada
Sit. Eco. País presente
Edad
Urbana-rural
Ocupación
Educación
Sit. Personal Presente
Mestizo
Sit. Pernal. General pasada
Sit. Eco. País futura (año)
Estadístico
,261
,170
,148
,132
,122
,114
,106
,100
,095
,091
,085
,081
,078
,075
,073
Sig.
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
,000
El número máximo de pasos es 34.
La fórmula clasifica correctamente el 85,3% de los casos agrupados originales
seleccionados y el 88,4% de los no seleccionados.
La fórmula puede incluir sólo las 8 primeras variables (autovalores).
■ Apéndice B
Tabla 6. Resultados electorales, 1994 y 1999
1999
Votos
Total
15.977.142
ACDP
228.975
AEB
46.292
ANC
10.601.330
AZAPO
27.257
DP
1.527.337
FA
86.704
IFP
1.371.477
MF
48.277
NNP
1.098.215
PAC
113.215
UCDP
125.280
UDM
546.790
VF/FF
127.217
Otros
28.866
%
100
1.43
0.29
66.35
0.17
9.56
0.54
8.58
0.30
6.87
0.71
0.78
3.42
0.80
0.18
1994
diputados
400
6
1
266
1
38
2
34
1
28
3
3
14
3
votos
19.533.498
88.104
%
100
0.45
diputados
400
2
12.237.655
62.65
252
338.426
1.73
7
2.058.294
13.433
3.983.690
243.478
10.54
0.07
20.39
1.25
43
424.555
145.863
2.17
0.75
82
5
9
Fuente: Independent Electoral Commission, Sudáfrica
Principales partidos políticos en Sudáfrica
ACDP: Partido Democrático Cristiano Africano. Liderado por Kenneth R. Meshoe.
Fundado poco antes de las elecciones de 1994 para promocionar valores cristianos.
Sus miembros sufrieron el apartheid.
ANC: Congreso Nacional Africano, liderado durante la primera legislatura por
Nelson Mandela y en la actualidad por Thabo Mbeki. Formado en 1912, legalizado
en 1990. Principal motor de lucha contra el apartheid.
DP: Formado en 1989 de la fusión de dos grupos liberales. Liderado por Tony
Leon. Es el principal partido de la oposición tras sustituir al Partido Nacional (actualmente renombrado Nuevo Partido Nacional)
IFP: Fundado en 1920. Liderado por Mangosuthu Buthelezi. Principalmente loca-
47
análisis
lizado en la provincia de Kwazulu-Natal. Gobierna el país en coalición con el
CNA.
FA: Alianza Federal. Liderado por Louis Luyt. Fundado en 1998. Intenta atraer a
población blanca afrikans.
FF: Frente de Libertad. Liderado por Constand Viljoen. Fundado para las elecciones de 1994. Persigue el voto blanco afrikans, preferentemente de zonas rurales.
NP (NNP): Partido Nacional. Liderado por Martinus van Schalkwyk. Gobernó el
país desde 1948 hasta 1994. Fue el primer «refugio» de la población blanca en las
elecciones de 1994. Sucumbió ante el empuje del DP de Tony Leon.
PAC: Congreso Panafricano. Formado en 1959 tras escindirse del CNA. Liderado
por Mmutlanyane Mogoba.
UDM: Movimiento Democrático Unido. Surge en 1997 de la fusión de dos
expulsados del Partido Nacional y Congreso Nacional Africano. Liderado por Bantu
Holomisa. Se presenta como el primer partido multirracial de Sudáfrica.
Otros
UCDP: Partido Unificado Cristiano Demócrata.
AEB: Afrikaner Eenheid Beweging. Partido minoritario que persigue la representación de la población blanca afrikaner.
AZAPO: Organización del Pueblo de Azania.
MF: Minority Front.
1. BARNES, S.H., MCDONOUGH, P. & LOPEZ PINA, A., (1985), «The development of partisanship in
new democracies», American Journal of Political Science, 29, p. 696.
2. Citado en BERNSTEIN, H. (1971), «Schools for servitude», LA GUMA, A. (comp.), Apartheid: a collection of writings on South African racism by South Africans, New York, International Publishers, p. 43.
Traducción del autor.
3. De hecho esta escasez de mano de obra es considerada como uno de los problemas que con más fuerza
presionó el sistema de apartheid hacia su disolución.
4. Dentro de poco podría haber más médicos sudafricanos blancos trabajando en California, EEUU,
que en la provincia del Cabo Occidental.
5. Esta emigración no sólo está ocasionada por la falta de empleo sino también por otros factores como
la creciente inseguridad ciudadana. Sudáfrica es el país no en guerra más peligroso del mundo, en el que
se comete un delito a mano armada cada tres minutos (es el país con más armas ilegales del mundo), o se
viola a una mujer cada 15 segundos (dos de cada cinco mujeres sudafricanas van a ser violadas, ¡al
menos! una vez en su vida).
6. La clase media incrementó en 3 puntos en el mismo período, principalmente empujada por la contratación en el sector público.
7. En el año 97, más del 40% de la población negra se encontraba desempleada, frente a un 6% de la
población blanca, 16% de la población mestiza o un 10% de la población india.
8. Sólo disponible en el estudio de 1994.
9. Sólo disponible en el estudio de las elecciones de 1999.
48
10. Las declaraciones y posteriores actuaciones de Nelson Mandela transmitiendo tranquilidad y deseos
de paz al salir de la cárcel fueron decisivas para que el país no entrara en una espiral de violencia.
11. A esto hay que añadir que, a tenor de los resultados del sondeo, casi un cuarto de la población sudafricana no conocía lo suficientemente el significado de la escala izquierda/derecha.
12. Sondeos de opinión revelan que los sudafricanos de raza negra relacionan el término democracia con
creación de empleo y casas, con lo que el aumento en el desempleo que afectaba a más de un 40% de la
población negra en 1997, y el no cumplimento de las promesas electorales (como la construcción de 3
millones de casas) hizo mella en la confianza de la población negra en las instituciones.
13. En 1994 sólo un 3% de la población negra formaba parte de la clase media. En el 2000 este porcentaje sube al 7,5%.
14. El autor utiliza letra cursiva para reflejar el significado que para los sudafricanos de raza negra tiene
el término democracia.
15. Esa fue una de las razones por las que Solidaridad se dividió en tantos partidos y perdió las segundas
elecciones en Polonia, tras su abrumadora victoria en las primeras elecciones.
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