– 1000 – RESOLUCIONES DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE LOS REGISTROS Y DEL NOTARIADO RECURSOS GUBERNATIVOS RESOLUCIÓN de 23 de septiembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don José del Río Castro, contra la negativa del Registrador de la Propiedad, número uno de Lugo, don Germán Gallego del Campo a inscribir una escritura de compraventa. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 1 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el notario de Madrid don PedroJosé Bartolomé Fuentes, frente a la negativa de la resgistradora mercantil IV de la provincia de la misma capitalidad, doña Eloisa Bermejo Zoilo, a inscribir un acuerdo de reducción de capital de una sociedad anónima. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 4 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por doña Asunción Pescador Rodríguez, frente a la negativa de la registradora de la propiedad de Peñaranda de Bracamonte, doña Gloria Montilla Sarmiento, a inscribir un auto dictado en expediente de dominio para la reanudación del tracto sucesivo de una finca. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). Boletín núm. 1984–Pág. 154 RESOLUCIÓN de 5 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Pedro Hernández Mateo, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Torrevieja, frente a la negativa del resgistrador de la propiedad número dos de dicha ciudad, don Ventura Márquez de Prado y Noriega, a inmatricular dos fincas. (Publicada en el «BOE» núm. 298, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 6 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Javier Nagore Biurrun, en nombre y representación de Servicios Financieros de Navarra, S. A. (SERFINASA), frente a la negativa del registrador de la propiedad de Tafalla número dos, don Bernardo Felipe Ariño, a inscribir una escritura de declaración de obra nueva. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 7 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el letrado don David Muñoz Ruiz, en representación de don Aurelio Iglesias Varona, contra la negativa del registrador de la Propiedad de Bilbao (titular del registro número ocho), don Manuel Garaizabal Fontenla, a practi- – 1001 – car una anotación preventiva de embargo. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 8 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el letrado don José María Carpintero de la Hera, en nombre de doña María Luisa Vázquez García, contra la negativa del registrador de la Propiedad de Baracaldo, don Juan Antonio Leyva de Leyva, a practicar la rectificación de determinada inscripción. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 11 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don José Vicente Sánchez Sánchez, en nombre de la sociedad ESTEVE y MAÑEZ, MÁRMOLES, S. A., contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Quintanar de la Orden, don Andrés Juez Pérez, a inscribir una escritura de constitución de hipoteca en garantia de determinadas obligaciones. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 13 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por la Notaria de Laguna de Duero, doña María Cruz Cano Torres, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Valladolid (titular del Registro número seis), don Jorge Requejo Liberal, a inscribir una escritura de adjudicación de inmuebles como consecuencia de la disolución y liquidación de la sociedad BYPOWER, S. L. (Publicada en el «BOE» núm. 292, de 4 de diciembre). RESOLUCIÓN de 14 octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Santa Cruz de Tenerife don Lucas Raya Medina contra la negativa del Registrador de la Propiedad número tres de Badajoz, don Manuel Álvarez Gómez, a inscribir una escritura de préstamo hipotecario. (Publicada en el «BOE» núm. 297, de 10 de diciembre). RESOLUCIÓN de 15 octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Zamora don Carlos Higuera Serrano, contra la negativa del Registrador de la Propiedad interino de Villalpando, don Alfonso Candau Pérez, a inscribir una escritura de préstamo hipotecario. (Publicada en el «BOE» núm. 297, de 10 de diciembre). RESOLUCIÓN de 18 de octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Zaragoza don Honorio Romero Herrero contra la negativa de la Registradora de la Propiedad de Calafell, doña María C. Viéitez de Prado, a inscribir una escritura de cancelación de hipoteca. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 19 de octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Santa Cruz de Tenerife, don Javier Martínez del Moral, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Tacoronte, don Oscar Germán Vázquez Asenjo, a inscribir una escritura de línea de crédito con garantía hipotecaria. (Publicada en el «BOE» núm. 293, de 6 de diciembre). RESOLUCIÓN de 20 de octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Santa Cruz de Tenerife don Javier Martínez del Moral contra la negativa Boletín núm. 1984–Pág. 155 – 1002 – del Registrador de la Propiedad de La Laguna número 1, don Sergio Saavedra Queimadelos, a inscribir una escritura de compraventa. (Publicada en el «BOE» núm. 292, de 4 de diciembre). RESOLUCIÓN de 21 de octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Madrid don Rodrigo, Tena Arregui contra la negativa del Registrador de la Propiedad número 4 de Alcalá de Henares, don Enrique Rajoy Brey, a inscribir una escritura de constitución de hipoteca unilateral. (Publicada en el «BOE» núm. 292, de 4 de diciembre). RESOLUCIÓN de 22 de octubre de 2004, en el recurso interpuesto por el Notario de Santa Cruz de Tenerife don Alfonso Manuel Cavallé Cruz contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Icod de los Vinos, don Jorge Blanco Urzáiz, a inscribir una escritura de carta de pago y cancelación de hipoteca. (Publicada en el «BOE» núm. 292, de 4 de diciembre). tario de Yecla (Murcia) contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Villena, don Luis de San Millán Farnós, una escritura de Agrupación, Obra Nueva Compraventa. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 27 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el Notario de Cártama, don Antonio Jesús Lainez Casado de Amezúa, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Álora, don Antonio Gallardo Piqueras, a inscribir una escritura de aceptación y adjudicación de herencia. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 28 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por doña Ana Rodríguez Sánchez, en representación de la entidad «Busex, S. L.», contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Sant Cugat del Valles, don José Manuel García García, a inscribir un acta de final de obra. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 25 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por doña Isabel Sanz Doménech, en nombre de «Atlantiks Spain Trading, S. L.» contra la nota de calificación extendida por el Registrador Mercantil de Barcelona número VII, don José Antonio Utrera-Molina Gómez, por la que se suspende la práctica de la inscripción de la escritura de constitución de dicha sociedad. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 29 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Francisco Rueda Mena contra la negativa del Registrador de Utrera número uno, don Francisco Manuel Álvarez Moreno, a inscribir un auto del Juzgado sobre la totalidad de la finca registral y cancelación de cargas. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 26 de octubre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Gabriel Aguayo Albasini, No- RESOLUCIÓN de 2 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Francisco Gómez Tolosa Boletín núm. 1984–Pág. 156 – 1003 – contra la negativa de la Registradora de la Propiedad de Casas Ibáñez, doña Josefa Adoración Madrid García, a inscribir una escritura de aceptación de herencia, segregacion y donación. (Publicada en el «BOE» núm. 309, de 24 de diciembre). RESOLUCIÓN de 3 de noviembre de 2004, del Notariado en el recurso gubernativo interpuesto por don Pedro Hernández Mateo, Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Torrevieja, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Torrevieja número dos, don Ventura Márquez de Prado y Noriega, a inmatricular un inmueble con arreglo al procedimiento establecido en el artículo 206 de la Ley Hipotecaria. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 4 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Antonio José Bleda Jiménez y don Javier Verdú López, en representación de PARQUEMUR, S. L., contra la negativa de la Registradora de la Propiedad de Murcia (titular del Registro número siete) doña Manía de los Ángeles Cuevas de Aldasoro, a inscribir una escritura de subsanación, rectificación y complemento de otras y constitución de servidumbre. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 5 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el Procurador de los Tribunales don Juan de la Ossa Montes, en nombre y representación de don Antonio, doña M.ª Isabel, don Rafael, don Fernando, y doña Ana M.ª Martín Sanciriaco, doña Rafaela Martín Petrovia, don Santiago Javier, doña Eva M.ª, doña M.ª Elena y don Rafael Martín Cruz, doña M.ª Jesús Araceli y don Santiago del Barrio Martín; frente a la negativa del Registrador de la Propiedad de Madrid número 25, a inscribir el auto dictado en un expediente de reanudación de tracto sucesivo interrumpido. (Publicada en el «BOE» núm. 309, de 24 de diciembre). RESOLUCIÓN de 8 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Constantino Royo Carballo, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Santoña, don Emilio Duran de la Colina, a inscribir una escritura de cesión de nuda propiedad de vivienda a cambio de alimentos y cuidados. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 10 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el Notario de Coslada don Luis Amaro Núñez-Villaveirán y Ovilo contra la negativa del Registrador de la Propiedad número 20 de Madrid, don Juan Bautista Fuentes López, a inscribir una escritura de carta de pago y cancelación de hipoteca. (Publicada en el «BOE» núm. 309, de 24 de diciembre). RESOLUCIÓN de 11 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el Notario de Canet de Mar (Barcelona), don Miguel Roca Bermúdez de Castro, contra la negativa del Registrador Mercantil de Barcelona número XIV, don Luis Fernández del Pozo, a inscribir una escritura de constitución de sociedad. (Publicada en el «BOE» núm. 309, de 24 de diciembre). Boletín núm. 1984–Pág. 157 – 1004 – RESOLUCIÓN de 12 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Alfredo Moral de la Cantera, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Xátiva, don Ricardo Sifre Puig, a cancelar determinas cargas por caducidad de las mismas. (Publicada en el «BOE» núm. 312, de 28 de diciembre). RESOLUCIÓN de 15 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don Francisco Javier García Vega y doña Lucrecia García Ruiz socios de la sociedad «Conservación y restauración de bienes culturales, S. A.» contra la negativa del Registrador Mercantil de Madrid número XV, Juan Pablo Ruano Botella, a practicar una anotación preventiva de querella criminal. (Publicada en el «BOE» núm. 309, de 24 de diciembre). RESOLUCIÓN de 16 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por don José Ernesto Santos Povedano, en nombre y representación de don Agustín García Menor, contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Sevilla número tres don Juan Antonio Pérez de Lema y Munilla, a inscribir una escritura de segregación y compraventa. (Publicada en el «BOE» núm. 315, de 31 de diciembre). Boletín núm. 1984–Pág. 158 RESOLUCIÓN de 17 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el Letrado don José María Carpintero de la Hera, en nombre y representación de doña M. L. V. G., contra la negativa del Registrador de la Propiedad de Barakaldo, don Juan Antonio Leyva de Leyva, a inscribir una instancia privada en la que se solicita la nulidad de cierta inscripción. (Publicada en el «BOE» núm. 315, de 31 de diciembre). RESOLUCIÓN de 18 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por el letrado don José A. Salazar Murillo, en nombre y representación de don Manuel Pérez Monge, frente a la negativa del Registrador de la Propiedad de Lora del Río, don Javier Anaya Revuelta, a cancelar determinados asientos. (Publicada en el «BOE» núm. 315, de 31 de diciembre). RESOLUCIÓN de 19 de noviembre de 2004, en el recurso gubernativo interpuesto por doña Rosario Comps Gracía frente a la negativa del Registrador de la Propiedad de Puerto del Rosario número dos, don Javier Gil Álvarez, a inscribir una segregación de una finca. (Publicada en el «BOE» núm. 1, de 1 de enero de 2005). – 1005 – REGISTRO CIVIL RESOLUCIÓN (2.ª) de 22 de noviembre de 2004, sobre inversión de apellidos. La inversión de apellidos del mayor de edad es una facultad que se concede por una sola vez y no cabe que el interesado, por su sola solicitud, obtenga la desinversión. En las actuaciones sobre inversión de apellidos remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el promotor contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de C. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de A. el 3 de diciembre de 2003, don S. A. G., nacido en C. el 9 de julio de 1970, solicitaba la inversión del orden de sus apellidos conforme con lo establecido en el artículo 109 del Código civil, de forma que utilice como primer apellido G. y como segundo A. Adjuntaba al escrito los siguientes documentos: certificación de matrimonio de don S. G. A., en la que consta nota marginal que indica que los apellidos del contrayente son en la actualidad los de A. G., y DNI no renovado de don S. A. G. 2. Remitido el expediente al Registro Civil de C. e incorporado certificado de nacimiento del promotor, donde consta la inscripción marginal de 23 de octubre de 2002 de inversión de apellido, el Juez Encargado dictó Auto con fecha 21 de enero de 2004 en el que acordaba que no había lugar a la inversión de apellidos solicitado por el promotor, en virtud de que cuando una persona ejercita el derecho de inversión de apellidos previsto en el artículo 109 del Código civil, el derecho está agotado y no es posible que por su propia voluntad, la modificación que- de sin efecto, atendiendo a los principios de estabilidad y fijeza de los apellidos, cuya composición ha de estar sustraída, salvo excepciones legales, al principio de autonomía de la voluntad. 3. Notificada la resolución al promotor, éste presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se acuerde la inversión del orden de sus apellidos, alegando que había solicitado una primera inversión en un periodo de elevado estrés emocional, pero que tal inversión, no ha impedido que viniera utilizando sus apellidos tal y como originariamente se inscribieron. Además, el mantenimiento de esta situación está creando graves problemas personales al solicitante. 4. En la tramitación del recurso el Ministerio Fiscal interesó la confirmación de la resolución recurrida. El Juez Encargado del Registro Civil de C. remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 109 del Código civil; 55 de la Ley del Registro Civil; 198 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 19-2.ª de mayo de 1999, 5-1.ª de julio y 3-4.ª de septiembre de 2001, 13-1.ª y 25-5.ª de junio de 2002. II. La facultad de invertir los apellidos, que concede el artículo 109 del Código civil a los mayores de edad es una posibilidad que se concede por una sola vez, de modo que, una vez ejercitada, no cabe que por la sola declaración de voluntad del interesado dejarla sin efecto para, yendo contra los propios actos, recuperar el orden inicial de los apellidos. III. Esta conclusión viene avalada por la estabilidad de que ha de gozar el estaBoletín núm. 1984–Pág. 159 – 1006 – do civil, y también los apellidos como signo individualizador de la persona , de modo que el cambio de éstos está sustraído a la libre autonomía de la voluntad de los particulares, a salvo los casos taxativos establecidos en la Ley. Ello se entiende sin perjuicio del posible derecho que pueda asistir al recurrente para solicitar el cambio de su apellido por la vía del expediente gubernativo a que se refieren los artículos 57 LRC y 205 RRC). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 22 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 21 de mayo de 2003, doña F. M. V. E., nacida en Victoria de las Tunas (Cuba), el 21 de mayo de 1970, de nacionalidad cubana, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 29 de septiembre de 2003, en Las Tunas (Cuba), según la ley local, con don Á. S. G., nacido en Albacete, el 9 de septiembre de 1969, de nacionalidad española. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de maBoletín núm. 1984–Pág. 160 trimonio local, certificado de nacimiento y de sentencia de divorcio de ella, y certificado de nacimiento, fe de vida y estado, y copia del DNI de su marido. 2. Ratificada la interesada, en fecha 21 de mayo de 2003 compareció ante el Registro Civil Consular manifestando que tiene 33 años de edad, es divorciada, y trabajó como dependiente de gastronomía hace cuatro o cinco años; que su esposo tiene 33 años de edad, es soltero y trabaja en una fábrica y no sabe qué estudios ha cursado; que se conocieron en agosto de 2001, en una cafetería donde ella se encontraba y salieron un par de veces; que él ha viajado en dos ocasiones a Cuba, por siete días; que él volvió a Cuba en diciembre de 2002 para la celebración del matrimonio. El Encargado del Registro Civil Consular indicó que no constan datos de los dos viajes del contrayente y que ella desconoce datos personales de su actual esposo, así como lo relacionado con su entorno familiar. En fecha 23 de septiembre de 2003, compareció ante el Registro Civil de Albacete el contrayente, que se ratificó en su solicitud y manifestó que existía un verdadero propósito de contraer matrimonio y existía real consentimiento por ambas partes y no existía ningún impedimento, declarando que conoció a su esposa en una cafetería en La Habana y él estuvo allí una semana; que se estuvieron escribiendo y llamándose por teléfono; que él volvió a La Habana en cinco ocasiones más, diciembre de 2001, agosto de 2002, diciembre de 2002 y agosto de 2003; que conoce a los padres y hermanos de su mujer; que ella actualmente no trabaja y con anterioridad había trabajado como dependiente; que ella estaba tramitando el divorcio cuando se quedó viuda; que ni sus padres y hermanos conocen a su mujer. Del resultado de las audiencias el Cónsul consideraba que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían – 1007 – suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estimó que en la tramitación del expediente se habían guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que viciaba la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se oponía a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Civil Consular denegó mediante auto de fecha 14 de noviembre de 2003 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado y se proceda a inscribir el matrimonio, manifestando, entre otros hechos, que la relación entre los interesados no se había limitado a unos pocos días, sino que llevaban cerca de dos años de relaciones prematrimoniales, habiendo realizado al menos seis viajes a Cuba, con una estancia mínima, nunca inferior a quince días, que demuestran una clara persistencia de su voluntad de casarse. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratificó en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurría. El Encargado del Registro Consular confirmó la resolución apelada y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 Boletín núm. 1984–Pág. 161 – 1008 – RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 31 de diciembre de 2002 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resultan determinados hechos objetivos que permiten deducir que el matrimonio celebrado no lo ha sido con Boletín núm. 1984–Pág. 162 los fines propios de dicha institución. Existe contradicción en cuanto a los viajes efectuados por el contrayente a Cuba, cuyo número, según ella, es de dos y, según él, de cinco, pero no se aporta justificante alguno para acreditar la realidad de dichos desplazamientos. El propio Consulado hace constar respecto de los dos viajes declarados por ella, que su existencia no le consta. Tampoco se aporta prueba de las comunicaciones postales y telefónicas que él declaró que habían mantenido durante su relación. Según el acta levantada de la comparecencia de la contrayente, ésta desconoce los datos personales de él y lo relacionado con su entorno familiar. De otro lado, existe también contradicción en cuanto al estado civil de la contrayente, pues consta el divorcio de ésta por sentencia de 19 de abril de 1999, pero él declaró que cuando se estaba tramitando el divorcio ella se quedó viuda. A lo que antecede se une la situación que, según el informe del Consulado, se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. – 1009 – Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 22 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 1 de marzo de 2004, don J. R. O., nacido en Castellón, el 2 de noviembre de 1977, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 18 de diciembre de 2003 en Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana (Cuba), según la ley local, con doña S. M. A. S., nacida en Ciudad de La Habana (Cuba), el 10 de marzo de 1979. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento y fe de soltería de ella, y certificado de nacimiento, y fe de vida y estado, de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 1 de marzo de 2004 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 24 años de edad, es soltera y no trabaja hace un año; que su esposo tiene 27 años de edad, es soltero y trabaja en una empresa familiar que se dedica a la construcción, cuyo nombre no sabe; que se conocieron en mayo de 2003, cuando ella se encontraba de visita en Italia, y él estaba de vacaciones, y se encontraban en una playa y él se acercó para conocerla y se vieron por quince días; que él viajó a Cuba por primera vez en diciembre de 2003 para contraer matrimonio, durante una semana; que él ha vuelto a Cuba por cinco días para asistir a entrevista en audiencia reservada; que no recuerda el nombre de uno de los hermanos de su esposo; que piensa residir definitivamente en España. En la misma fecha es interrogado el esposo quien declara que tiene 26 años de edad, es soltero y trabaja vendiendo piezas y como agricultor; que su esposa tiene 25 años de edad, es soltera y no trabaja desde hace nueve o diez meses; que se conocieron en mayo de 2003 en una playa de Nápoles y se vieron por quince días; que él viajó a Cuba por primera vez, siete días, en diciembre de 2003, para contraer matrimonio; que ha vuelto para asistir a la entrevista con el Encargado del Registro por cinco días; que su esposa irá a vivir definitivamente en España. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 16 de marzo de 2004 la transcripción del matrimonio Boletín núm. 1984–Pág. 163 – 1010 – de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado y se ordene que se inscriba el matrimonio celebrado en La Habana, manifestando, entre otros hechos, que los interesados se conocieron en marzo de 2003 en Italia y mantuvieron relaciones durante un mes e iniciaron entonces una relación sentimental que no se ha interrumpido y después se han seguido comunicando por correo electrónico y por teléfono. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Boletín núm. 1984–Pág. 164 Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de – 1011 – las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 18 de diciembre de 2003 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resulta como hecho objetivo determinante la existencia de una relación personal y directa considerablemente breve, puesto que declaran que se conocieron en Italia, en mayo de 2003, en donde coincidieron y se vieron por quince días. Tras ese conocimiento, él viaja a Cuba en diciembre, por una semana, para contraer matrimonio. No se acredita que en el período intermedio ni con posterioridad al matrimonio, haya existido comunicación entre ellos aunque en el recurso se manifiesta que ha habido una comunicación por correo electrónico y por teléfono. Existen contradicciones entre lo declarado en los respectivos trámites de audiencia y lo que se expresa ahora en el recurso, al menos, en lo que se refiere al mes en que se conocieron aquí se dice marzo- y a la duración de ese primer contacto –en el recurso se dice que fue de un mes-. Estas circunstancias hacen presumir que el matrimonio celebrado no lo ha sido con los fines propios de esta institución. A lo que antecede se une la situación que, según el informe del Consulado, se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (5.ª) de 22 de noviembre de 2004, sobre rectificación de errores. No prospera por falta de pruebas el expediente de rectificación de nombre y apellidos de la madre. En el expediente de rectificación de error en inscripción de nacimiento, remitido a este Centro en trámite de recurso Boletín núm. 1984–Pág. 165 – 1012 – en virtud del entablado por la interesada contra el auto dictado por el Encargado del Registro Civil Central. tificado por el procedimiento legal correspondiente, pero el Ministerio Fiscal se había opuesto a la rectificación. HECHOS 3. Notificado el Ministerio Fiscal y la interesada, ésta interpone recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, solicitando que se estime la rectificación solicitada. 1. Por escrito presentado ante el Registro Civil Central con fecha 10 de diciembre de 2003, doña R. M. S., nacida el 1 de enero de 1961 en Tánger (Marruecos), y domiciliada en Madrid, solicitaba la rectificación del error cometido en su inscripción de nacimiento practicada en el Registro Civil Central, donde constaba como nombre de la madre Y. K M., en lugar de M. K. M. A., nacida en 1937 en Oulad Antar, comuna de Gharbia. Acompañaba los siguientes documentos: Inscripción de nacimiento de la interesada; certificado de individualidad que certifica que M. S. K M A. y Y. K. M. designan a la misma y única persona llamada M. S. K. M. A.; acta de nacimiento de M., hija de K. M. A., el cual escogió como apellido S., nacida en 1937; acta de nacimiento de la interesada en la que figura como hija de M. K. M. A., nacida en 1930. 2. Notificada la incoación del expediente al Ministerio Fiscal, éste emitió informe oponiéndose a la rectificación al constar en la inscripción de nacimiento de la solicitante del Registro Civil de Marruecos, la madre no sólo con otro nombre sino también con distinta fecha de nacimiento, por lo que no queda acreditado que la documentación se refiera a la misma persona. El Encargado del Registro Civil Central, con fecha 17 de febrero de 2004 dictó auto por el que se denegaba la rectificación de la inscripción de nacimiento de la promotora, indicando que la inscripción se realizó por transcripción de la certificación de nacimiento de la interesada expedida por el Registro Civil de su país de origen y que ahora se presenta nueva certificación de nacimiento, reflejando el nombre de la madre en la forma ahora solicitada, constando haberse recBoletín núm. 1984–Pág. 166 4. En la tramitación del recurso el Ministerio Fiscal interesó la confirmación del auto recurrido. El Encargado del Registro Civil remitió las actuaciones a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución, informando que no han sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que aconsejaron dictar la resolución recurrida. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 92 y 94 de la Ley del Registro Civil; 295 y 342 del Reglamento del Registro Civil y las Resoluciones de 2-1.ª y 2.ª y 15-3.ª de enero y 12-1.ª y 2.ª y 16-1.ª de febrero y 7-1.ª de marzo de 2002 y 12 de abril y 4-5.ª de noviembre de 2003 y 5-1.ª de julio de 2004. II. Se ha intentado por este expediente rectificar el nombre y los apellidos de la madre en la inscripción de nacimiento de la interesada. Dicha inscripción, según consta en el auto recurrido, se hizo por transcripción de la certificación de nacimiento expedida por el Registro Civil del país de origen aportada al expediente. Posteriormente, se presenta nueva certificación del propio Registro en la que el nombre que consta de la madre es el que ahora se solicita, el cual es diferente del que aparecía en la primera certificación. III. Es cierto que por expediente gubernativo pueden rectificarse los errores que procedan de documento público ulteriormente rectificado (cfr. art. 94-2.º LRC y 295 RRC), pero el éxito del expediente en los casos contemplados por el – 1013 – artículo 94 de la Ley requiere inexcusablemente, en primer término, que se haya producido una rectificación efectiva de la inscripción de nacimiento por las autoridades a quien corresponda, lo que no ha sucedido en este caso, en el que se presenta una nueva certificación contradictoria con la inicialmente presentada surgiendo, la duda de cuál sea la realmente verdadera. Y en segundo término, es necesario el dictamen favorable del Ministerio Fiscal y aquí el emitido con fecha de 13 de febrero de 2004, no lo ha sido. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el acuerdo apelado. RESOLUCIÓN (1.ª) de 23 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 20 de octubre de 2003, don S. M. G. A., nacido en Zaragoza, el 1 de mayo de 1941, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana, impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 29 de mayo de 2003 en Playa, Ciudad de La Habana (Cuba), según la ley local, con doña C. L. S., nacida en La Habana (Cuba), el 2 de abril de 1966, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, certificado de matrimonio y sentencia de divorcio de ella, y certificado de nacimiento, certificado de matrimonio con inscripción marginal de divorcio, y fe de vida y estado de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 20 de octubre de 2003 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 37 años de edad, es divorciada, y de ocupación ama de casa; que tiene un hijo de su matrimonio anterior; que su esposo tiene 62 años de edad, es divorciado y en la actualidad es pensionista; que conoció a su esposo en marzo de 2001, cuando el contrayente vino a Cuba para traerle unos regalos de parte de una ciudadana cubana, que reside en España, madrina de la madre de la contrayente; que no puede precisar las fechas exactas en que llegó a Cuba su esposo, ya que nunca le ha ido a recibir al aeropuerto, y le ve cuando al cabo de dos o tres días, él va a su casa; que piensa residir definitivamente en España. En la misma fecha es interrogado el esposo quien declara que tiene 62 años de edad, que es divorciado y actualmente es pensionista; que su esposa tiene 37 años de edad, es divorciada y es ama de casa; que se conocieron en marzo de 2001, cuando un amigo de ambos, les presentó; que los hermanos de ella viven en Estados Unidos. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real Boletín núm. 1984–Pág. 167 – 1014 – y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 5 de febrero de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado y se ordene que se inscriba el matrimonio celebrado en La Habana, manifestando, entre otros hechos, que los interesado se conocieron en febrero de 2000 en Cuba, y tras numerosos viajes, a principios del año 2002 formalizaron su relación. Se adjuntan billetes de avión, facturas telefónicas y material fotográfico de la celebración de la boda. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios Boletín núm. 1984–Pág. 168 fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 7-1.ª y 17-2.ª de noviembre y 9-2.ª y 3.ª de diciembre de 2003; y 19-3.ª de enero, 5-2.ª, 12-3.ª y 4.ª, 18-4.ª y 19-3.ª de febrero; 5-1.ª y 24-1.ª de marzo; y 31.ª, 5-2.ª, 14-2.ª de abril; 28-1.ª a 4.ª, 29-1.ª y 2.ª y 31-1.ª y 2.ª de mayo; y 8-3.ª, 11-3.ª y 12-6.ª de junio de 2004 II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para facilitar la situación del extranjero en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es – 1015 – casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos la existencia de simulación. Las audiencias reservadas, practicadas sobre la base de un cuestionario breve y formulario, no proporcionan base suficiente para apreciar que haya existido un consentimiento matrimonial simulado. En las respuestas que los interesados dieron a las preguntas que se les hicieron no se advierten contradicciones y se ajustaron a la breve información que se les demandaba sobre datos personales (edad, estado civil, ocupación) y momento y forma en que se conocieron. Es cierto que no coinciden en la forma en que se conocieron ni ella puede precisar las fechas concretas en que el marido ha viajado a Cuba, pero los documentos incorporados al expediente, como los billetes de avión posteriores a 2001, año en que se conocieron y los justificantes de las llamadas telefónicas efectuadas, que evidencian la existencia de una comunicación continuada, no permiten excluir sin género de dudas que no haya sido válido el consentimiento matrimonial prestado V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aún en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscri- bir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil Consular el matrimonio celebrado el 29 de mayo de 2003 en Playa Ciudad de La Habana (Cuba) entre don S.-M. G. A. y doña C. L. S. RESOLUCIÓN (2.ª) de 23 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 23 de febrero de 2004, don F. E. G. A., nacido en Tazacorte (Tenerife), el 3 de marzo de 1941, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado por poder el día 14 de agosto de 2003 en Santiago de Cuba (Cuba), según la ley local, con Boletín núm. 1984–Pág. 169 – 1016 – doña A. V. F., nacida en Santiago de Cuba (Cuba), el 15 de octubre de 1973, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, de matrimonio y sentencia de divorcio de ella, y certificado de nacimiento, de matrimonio y de defunción de la primera mujer, fe de vida y estado y poder otorgado de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 23 de febrero de 2004 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 30 años de edad, es divorciada, y no trabaja; que su esposo tiene 62 años de edad, es viudo y trabaja cultivando plátanos; que se conocieron en agosto de 1998, por fotografías que su hermana, que reside en España, por haberse casado con un ciudadano español del cual se encuentra divorciado, le mostró a él; que entonces comenzaron la relación, contrayendo matrimonio por poder en agosto de 2003, no habiendo contraído matrimonio con anterioridad por ser él casado, habiendo fallecido su esposa en enero de 2003; que piensa residir en España. Se destaca que la contrayente cubana había solicitado visado con anterioridad, invitada por su hermana, el cual le fue denegado. En la misma fecha es entrevistado el esposo quien declara que tiene 62 años de edad, es soltero y trabaja transportando plátanos; que tiene tres hijos de su matrimonio anterior; que su esposa tiene 30 años de edad, es divorciada y no trabaja; que se conocieron en agosto de 1998, por fotografías que le mostró al contrayente español una hermana de ella que vive en España cerca de él; que ha visitado Cuba dos veces al año; que su esposa solicitó visado a ese Consulado hace tres años, por invitación de su hermana el cual fue denegado; que piensa que su esposa viva definitivamente en España. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el Boletín núm. 1984–Pág. 170 desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 16 de marzo de 2004, la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado ordenando que se proceda a inscribir el matrimonio celebrado, manifestando que su matrimonio es válido, celebrado con el consentimiento de ambos contrayentes, y así él ha viajado a Cuba para ver a su novia, dos veces al año, excepto en el año 2003 en que no pudo viajar, y adjunta facturas de teléfono, extracto de cuenta corriente, en el que puede observarse transferencias periódicas de fondos realizadas por el recurrente a su esposa, y factura del billete de avión de su último viaje a cuba, no pudiendo aportar los anteriores por no tenerlos en su poder el recurrente. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada – 1017 – y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano Boletín núm. 1984–Pág. 171 – 1018 – (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 14 de agosto de 2003 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resultan determinados hechos objetivos que permiten deducir que el matrimonio celebrado no lo ha sido con los fines propios de dicha institución: Se conocen por fotografía en 1998, comenzando desde entonces su relación. Manifiesta él y se reitera en el recurso la frecuencia de los viajes a Cuba, dos veces al año declaró (salvo en 2003, según el recurso), pero no se aporta justificante que acredite que dichos viajes, realmente, se efectuaron, salvo del realizado en febrero de 2004; la razón que se alega es la de «no tenerlos en su poder». Es también significativo que ella no mencionara en su trámite de audiencia reservada la realización de estos viajes. Cinco años después de conocerse contrajeron matrimonio por poder, forma o medio de celebración que no se considera lógica, porque no se comprende que siendo los viajes a Cuba tan habituales como se indica, no se hiciese uno más para acto tan importante. Hay que señalar también que durante todo ese período de tiempo el contrayente se encontraba casado en España, razón por la cual, declararon ambos que no habían contraído matrimonio con anterioridad, haciéndolo tras su fallecimiento. Se aportan como prueba de su relación, transferencias de dinero efectuadas por él a la contrayente sin que nada se indicara sobre este hecho, sin duda relevante, en la audiencia reservada. Tampoco sobre las llamadas telefónicas cuyos justificantes como realizadas desde el teléfono del contrayente a otros de Cuba, se aportan. A todo ello se une, sin ser por sí solo determinante, una considerable diferencia de edad (32 años) Hay finalmente que tener en cuenta lo expresado en el informe del Consulado sobre la situación que Boletín núm. 1984–Pág. 172 se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios, lo que cabe relacionar en este caso con el hecho de que la contrayente había pedido visado para viajar a España, que le fue denegado, y con la declaración de ambos de que es su deseo residir definitivamente en España, en donde, además reside la hermana, a través de la cual, conoció por fotografía a la contrayente. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 23 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entabla- – 1019 – do por los interesados contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 26 de enero de 2004, don D. V. G., nacido en Mataró (Barcelona), el 12 de septiembre de 1976, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 6 de agosto de 2003 en Playa, Ciudad de La Habana (Cuba), según la ley local, con doña M. S. M., nacida en Ciudad de La Habana (Cuba), el 2 de septiembre de 1981, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento y fe de soltería de ella, y certificado de nacimiento, fe de vida y estado de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 26 de enero de 2004 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 22 años de edad, es soltera y trabaja como dependiente de una cafetería; que su esposo tiene 27 años de edad, es soltero y trabaja cambiando repuestos de autos; que se conocieron en enero de 2002, por teléfono, a través de un ciudadano español llamado Joaquín, amigo de la familia de ella, y cuando ella llamaba por teléfono a Joaquín al trabajo, el contrayente español era quien contestaba al teléfono; que el señor J. le mostró a él una foto de la contrayente cubana; que se conocieron cuando él vino a Cuba por primera vez, en agosto de 2003 para contraer matrimonio: que él ha vuelto a Cuba por siete días para asistir a entrevista en audiencia reservada; que ella presentó solicitud de visado al Consulado invitada por un amigo de su padre llamado Jo.; que piensa residir definitivamente en España. En la misma fecha es entrevistado el esposo quien declara que tiene 27 años de edad, es soltero y trabaja como vendedor de recambio de automóviles; que su esposa tiene 22 años de edad, es soltera y no trabaja desde hace tres meses; que se conocieron en enero de 2002, por fotografías que le mostró al contrayente español su jefe, llamado J., amigo de la familia de ella, y cuando ella llamaba por teléfono a la oficina del señor J. era él quien contestaba las llamadas; que se conocieron personalmente cuando él fue a Cuba a contraer matrimonio; que su esposa solicitó visado al consulado, por motivo de una invitación que le formuló el señor J. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 9 de marzo de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, los contrayentes presentaron sendos recursos ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado y se ordene que se inscriba el matrimonio celebrado en La Habana, manifestando que existía verdadero consentimiento Boletín núm. 1984–Pág. 173 – 1020 – matrimonial, presentando abundante material fotográfico de la relación entre los contrayente, correspondencia entre ambos y facturas telefónicas. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos Boletín núm. 1984–Pág. 174 matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene – 1021 – siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 6 de agosto de 2003 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resultan determinados hechos objetivos que permiten deducir que el matrimonio celebrado no lo ha sido con los fines propios de dicha institución: entran en contacto por vía telefónica en enero de 2002 y se conocen por fotografía. Personal y directamente no lo hacen hasta las fechas en que contraen matrimonio, año y medio más tarde. Sobre esta circunstancia es preciso recordar que la resolución, arriba citada, del Consejo de Europa, señala como uno de los factores que permiten presumir la existencia de un matrimonio de complacencia, el hecho de que los contrayentes no se hayan encontrado antes del matrimonio, que es lo que ha sucedido en el presente caso. Para justificar que ha existido en ese período y con posterioridad al matrimonio, una relación continuada se aportan cartas escritas después de haber ambos contactado en 2002, pero éstas, al no ir acompañadas del sobre matasellado con la fecha, no son válidas para acreditar el momento en que fueron escritas. Las facturas de teléfono, que también se aportan, no están giradas contra el contrayente, sino contra una sociedad, por lo que tampoco se prueba con ellas que sea el interesado quien las haya realizado y no desvirtúa ese hecho el que se alegue que las hacía el contrayente des- de su lugar de trabajo y que en alguna de las cartas mencionadas se haga referencia a dicha circunstancia. Realmente, la relación directa de los contrayentes ha sido muy breve: el tiempo que él permaneció en Cuba al contraer matrimonio, que no consta, más siete días para el trámite de audiencia. Esta breve relación puede explicar algunas de las respuestas y contradicciones habidas en los respectivos trámites de audiencia, como que ella no conozca exactamente la profesión de él o que él manifieste que ella que solicitó visado para venir a España invitada por una persona llamada Jo., pero que no coincide con J., jefe de él, que es el nombre que éste facilita. A lo que antecede se une la situación que, según el informe del Consulado, se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios, lo que cabe relacionar en este caso con el hecho de haber la contrayente pedido el citado visado y con la declaración de ésta de que es su deseo residir definitivamente en España. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Boletín núm. 1984–Pág. 175 – 1022 – Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 23 de noviembre de 2004, sobre inscripción de nacimiento y opción a la nacionalidad española. No es posible, sin expediente, inscribir el nacimiento de unos menores nacidos en República Dominicana en 1992 y 1995 alegando que el padre adquirió la nacionalidad española por residencia en 2000, porque la certificación dominicana acompañada, por falta de garantías, no da fe de la filiación paterna; por lo mismo no cabe por ahora la opción a la nacionalidad española por razón de patria potestad. En el expediente de inscripción de nacimiento y opción a la nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra resolución del Juez Encargado del Registro Civil Central. HECHOS 1. Mediante escrito presentado el 11 de febrero de 2004 en el Registro Civil Central, don L. A. S. F. nacido el 9 de junio de 1965 en Paraíso (Republica Dominicana), de nacionalidad española, solicitaba la inscripción de nacimiento y opción a la nacionalidad española de sus hijos, O. de J. S. B., nacido el 30 de octubre de 1995 en Paraíso, Barahona (Republica Dominicana) y S. S. B., nacido el 19 de diciembre de 1992 en Paraíso, Barahona (Republica Dominicana). Adjuntaba los siguientes documentos: declaraciones de datos para las inscripciones; auto de fecha 7 de octubre de 2003 del Registro Civil Único de Madrid por el que se autorizaba a don L. A. S. F. y a doña N. J. B. Boletín núm. 1984–Pág. 176 M. para que en nombre de los menores S. y O. J. S. B., y en su interés, formulen declaración de opción por la nacionalidad española ante el Registro Civil competente, de conformidad con el artículo 22 2 a) del Código civil; acta de nacimiento de los menores; inscripción de nacimiento del promotor, en la que constaba la adquisición de la nacionalidad española por residencia por resolución del año 2000; poder-autorización otorgado por doña N. J. B. M. a don L. A. S. M. para que inicie los trámites legales para que sus hijos puedan obtener la nacionalidad española 2. El Juez Encargado del Registro Civil Central dictó auto con fecha 1 de abril de 2004, denegando la inscripción de nacimiento y la opción a la nacionalidad española de O. de J. y S. S. B., toda vez que no había quedado acreditada la relación de filiación entre los menores y los ciudadanos españoles que instaban el expediente, destacando como hecho de interés que en una comparecencia efectuada por el promotor del expediente ante el Encargado de ese Registro Civil Central, el día 5 de febrero de 2001, reconoció que solo tenía un hijo, y no era ninguno de los ahora mencionados, y a la vista de esta circunstancia, y al no reunir los certificados de nacimientos aportados garantías suficientes que eliminen cualquier duda respecto a la veracidad de los hechos que señalan, no quedaba acreditada la filiación paternomaterna de los menores. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste manifestó la interposición de recurso. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó la confirmación por sus propios fundamentos del acuerdo recurrido. El Encargado del Registro Civil Central informó que entendía que debía confirmarse la resolución, y remitió el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. – 1023 – FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 20 del Código civil; 23, 46 y 64 de la Ley del Registro Civil; 85, 226 a 229 y 311 a 316 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 4-1.ª y 21-3.ª de enero, 8-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 2.ª y 21-2.ª y 5.ª de febrero, 1-2.ª de marzo, 4-2.ª y 24-2.ª y 3.ª de abril y 6, 10-3.ª y 22-2.ª, 28-6.ª de mayo, 10-1.ª de junio, 11-1.ª de septiembre, 44.ª de noviembre y 12-1.ª de diciembre de 2003 y 1-2.ª de marzo de 2004. II. Unos nacimientos acaecidos en el extranjero y que afecten a españoles pueden inscribirse en el Registro Civil competente pudiendo prescindirse de la tramitación del expediente de inscripción fuera de plazo de nacimiento si se presenta certificación de nacimiento del Registro civil extranjero, siempre que no haya duda de la realidad del hecho inscrito y de su legalidad conforme a la ley española (art. 23,II LRC) y siempre que el Registro extranjero «sea regular y auténtico, de modo que el asiento de que se certifica, en cuanto a los hechos de que da fe, tenga garantías análogas a las exigidas para la inscripción por la ley española» (art. 85,I RRC). III. En el presente caso los nacimientos han acaecido en República Dominicana en 1992 y 1995 y se alega que el presunto padre adquirió la nacionalidad española por residencia en 2000. Ahora bien, las certificaciones dominicanas acompañadas, por falta de garantías, no dan fe de la filiación materna alegada, porque el que ahora alega que es su padre manifestó, en una comparecencia efectuada ante el Encargado del Registro Civil Central el día 5 de febrero de 2001, que sólo tiene un hijo que no es ninguno de los que ahora se pretenden inscribir. En su recurso el apelante no aclara ni desvirtúa tal contradicción invocada por el auto apelado como causa de la denegación de la inscripción solicitada. IV. En esta situación -y sin perjuicio de lo que pudiera decidirse en el expediente de inscripción fuera de plazo de nacimiento a la vista de las pruebas que en él se presenten- hay que concluir que no está acreditada la filiación paterna respecto de unos españoles. Por lo mismo no caben por el momento la opción a la nacionalidad española intentada por razón de patria potestad (cfr. art. 20 Cc). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Desestimar el recurso 2.º Dejar a salvo lo que pudiera decidirse en el expediente de inscripción fuera de plazo de nacimiento, siempre que en él se justifiquen los requisitos precisos. RESOLUCIÓN (5.ª) de 23 de noviembre de 2004, sobre declaración de la nacionalidad española. No beneficia la consolidación de la nacionalidad española a un posible natural del Sahara que no ha poseido y utilizado durante más de diez años la nacionalidad española. En el expediente sobre declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto dictado por la Juez Encargada del Registro Civil de Huesca. HECHOS 1. Por comparecencia ante el Registro Civil de Huesca el 14 de julio de 2003, doña K. M. M., nacida el 16 de febrero de 1969 en Smara -Sahara Occidental-, solicitaba el reconocimiento de la nacionalidad española con valor de simple presunción, en base a que vivió en Boletín núm. 1984–Pág. 177 – 1024 – El Sahara hasta el año 1976 en que hubo de huir a los campos de refugiados, no pudiendo optar su familia a la nacionalidad española en dicho año. Adjuntaba la siguiente documentación: carné de la República Árabe Saharaui, pasaporte argelino, donde figuraba nacida en Bechar, libro de familia y certificado de empadronamiento en Almudevar. 2. El Ministerio Fiscal informó que no se oponía a la concesión de nacionalidad española a la interesada. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto con fecha 15 de septiembre de 2003 denegando la solicitud de la promotora en base a que faltaba, dada la edad de la solicitante a la fecha en la que se produce la descolonización, el requisito del plazo de 10 años de duración de la posesión de la nacionalidad española, previsto por el artículo 18 del Código civil. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a la interesada, ésta representada por Letrada, presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se dictase resolución por la que se le conceda la nacionalidad española, alegando que la solicitante tenía la nacionalidad española de origen, y en este caso no sería necesario la posesión de la nacionalidad durante diez años. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal, que reiterando su anterior informe, consideraba que procedía otorgar a la solicitante la nacionalidad española, por entender que se daban los requisitos para ello. La Juez Encargada del Registro Civil confirmó el auto apelado remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 Boletín núm. 1984–Pág. 178 y 338 del Reglamento del Registro Civil; la Ley 40/1975, de 19 de noviembre; el Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto; la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1998, y las Resoluciones de 1-1.ª y 7 de marzo de 2000 y 211.ª de octubre y 5-2.ª de diciembre de 2002 y 18 de mayo 4.ª de 2004. II. Según el artículo 18 del Código civil, la nacionalidad española puede consolidarse si se posee y utiliza durante diez años, con buena fe sobre la base de un título inscrito en el Registro Civil que después es anulado. La vía registral para comprobar esta consolidación es el expediente de declaración de la nacionalidad española con valor de simples presunción (cfr. art. 96-2.º LRC y 338 RRC), que decide en primera instancia el Encargado del Registro Civil del domicilio (cfr. art. 335 RRC). III. En principio, a los nacidos en el territorio del Sahara cuando éste era posesión española no les beneficia el citado artículo 18 del Código porque no eran propiamente nacionales españoles, sino sólo súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española, por más que de algunas disposiciones anteriores al abandono por España de este territorio pudiera deducirse otra cosa. El principio apuntado es el que se desprende necesariamente de la Ley 19 de noviembre de 1975 y del Real Decreto de 10 de agosto de 1976, porque sólo así cobra sentido que a los naturales del Sahara se les concediera en ciertas condiciones la oportunidad de optar a la nacionalidad española en el plazo de un año a contar desde la entrada en vigor del Real Decreto. IV. Es cierto que para un supuesto totalmente excepcional respecto de un natural del Sahara la STS de 28 de octubre de 1998 decidió que el actor había consolidado la nacionalidad española. Pero, aun prescindiendo de las diferencias en cuanto a la fecha de nacimiento según la documentación acompañada y – 1025 – aun dando por sentado que nació en Smara (lo que no está completamente comprobado ya que en el pasaporte argelino cita Bechar), hay una diferencia fundamental entre el supuesto de hecho examinado en la sentencia y el ahora planteado ya que en el caso presente no hay prueba alguna de que en algún momento haya tenido la interesada documentación española en vigor, es decir, no hay posesión y utilización de la nacionalidad española, máxime si se tiene en cuenta que está domiciliado en España como ciudadana argelina con pasaporte de esta nacionalidad. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (1.ª) de 24 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 6 de junio de 2003, don J. E. M., nacido en Algemesí (Valencia), el 16 de enero de 1939, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 8 de mayo de 2003 en Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana (Cuba), según la ley local, con doña Y. M. G. P., nacida en Ciudad de La Habana (Cuba), el 3 de marzo de 1984, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento y fe de soltería de ella, y certificado de nacimiento, de matrimonio y de defunción de la primera esposa, correspondiente a su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 6 de junio de 2003 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 19 años de edad, es soltera y no trabaja; que su esposo tiene 64 años, es viudo y trabaja como administrativo de la Cooperativa Agrícola de A.; que se conocieron en el año 2000, en la casa de una amiga cubana del contrayente, vecina de ella; que al principio sus padres no aprobaban la relación, pero luego la aceptaron; que piensa ir de visita a España temporalmente para ver si se adapta, y su marido la acompañara en sus viajes de ida y vuelta. En la misma fecha es entrevistado el esposo quien declara que tiene 64 años de edad, es soltero y trabaja como jefe administrativo de la cooperativa agrícola de su pueblo; que su esposa tiene 19 años de edad, es soltera y no trabaja; que se conocieron en el año 2002, en casa de una amiga cubana suya, vecina de la contrayente; que hay una gran diferencia de edad, pero está dispuesto a enfrentarlo; que piensa tener un hijo, pero que todavía es temprano para ello. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real Boletín núm. 1984–Pág. 179 – 1026 – y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 15 de marzo de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente, representado por Letrado, presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se anule el auto apelado y se reconozca e inscriba en el Registro Civil Central el matrimonio de referencia, alegando que donde solicitaron la inscripción del matrimonio fue en dicho Registro Civil Central, y no en el Registro Civil Consular, y adjunta como prueba de la relación existente entre los contrayentes, justificantes de envíos de dinero y paquetes, y facturas de teléfono. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en Boletín núm. 1984–Pág. 180 materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 17-2.ª, 23 y 25-4.ª de enero, 3-3.ª, 4.ª y 5.ª, 17-1.ª y 26-2.ª y 4.ª de febrero, 3-2.ª y 11-5.ª de marzo y 5-2.ª, 14-2.ª y 3.ª y 22-2.ª de abril de 2003. II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para facilitar la situación del extranjero en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un – 1027 – hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos, sin sombra de duda, la existencia de la simulación. Las audiencias reservadas practicadas no han revelado ninguna contradicción o desconocimiento básico entre los contrayentes. Aunque es cierto que tampoco han revelado que entre ambos haya el profundo conocimiento que cabe esperar entre dos personas que contraen matrimonio, ello se debe más a lo formulario y sucinto de las audiencias practicadas que a verdadero desconocimiento. Es verdad que entre los contrayentes existe una gran diferencia de edad, pero este hecho, por sí solo, no puede servir de fundamento a la denegación de la inscripción del matrimonio. Además, junto con el recurso, se ha acompañado documentación que acredita la existencia de una abundante relación telefónica entre los contrayentes así como el regular envío de dinero por parte de él a ella. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aun en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscribir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil del Consulado General de España en La Habana el matrimonio celebrado el 8 de mayo de 2003 en la República de Cuba entre don J. E. M. y doña Y. M. G. P. RESOLUCIÓN (2.ª) de 24 de noviembre de 2004, sobre rectificación de errores. 1.º No prospera por falta de pruebas el expediente para rectificar la filiación materna, la cual sólo se puede obtener por sentencia judicial. 2.º No rige en materia de apellidos un régimen de libertad de elección ni de libre supresión de los mismos, al constituir una de las menciones obligadas de la inscripción de nacimiento como uno de los signos que oficialmente identifican a los ciudadanos. En el expediente sobre rectificación de error en inscripción de nacimiento, remitido a este Centro en trámite de recurso en virtud del entablado por el promotor contra el auto dictado por la Juez Encargada del Registro Civil Único de Madrid. HECHOS 1. Por escrito presentado ante el Registro Civil Único de Madrid con fecha 4 de abril de 2003, don M. F. T. T., nacido el 13 de abril de 1961 en Madrid y domiciliado en la misma localidad, solicitaba Boletín núm. 1984–Pág. 181 – 1028 – la rectificación de error cometida en su inscripción de nacimiento, en el sentido de que no figurase ningún primer apellido y como segundo, constara T. Acompañaba los siguientes documentos: Inscripción de nacimiento del interesado expedida por el Registro Civil de Distrito Hospital (Madrid), certificado de bautismo, certificado de nacimiento del Registro Civil de Palma de Mallorca, por traslado de la primera inscripción, DNI del interesado, y certificado de nacimiento de doña J. T. T. contrario a derecho. La Juez Encargada del Registro Civil Único de Madrid, dictó auto con fecha 10 de marzo de 2004, acordando desestimar todas las peticiones realizadas. No procedía la supresión de la filiación materna por vía de expediente registral, ya que no se había acreditado la existencia de error. No procedía acordar un nuevo traslado al Registro Civil Único de Madrid de la inscripción de nacimiento, porque no había transcurrido el plazo de veinticinco años, previsto legalmente, desde el anterior traslado realizado en 1994. Procedía denegar la petición de supresión del nombre y apellidos del promotor, al tratarse de un derecho fundamental de las personas. 2. Con fecha 7 de noviembre de 2003, compareció el interesado, solicitando el constar sin padre ni madre. El Ministerio Fiscal, con fecha 17 de noviembre de 2003, interesó que compareciera el promotor para aclarar el objeto de su pretensión. Con fecha 21 de enero de 2004, compareció el interesado y manifestó que solicitaba que se le quitase la filiación materna, por no ser su madre la persona que constaba como tal en su inscripción de nacimiento, debiendo constar sin filiación materna. También solicitaba que su inscripción de nacimiento fuese de nuevo trasladada al Registro Civil de Madrid desde el de Palma de Mallorca, y asimismo solicitaba que se procediese a su cambio de nombre y apellidos en el sentido de no ostentar ningún nombre y apellidos y que constase en el documento nacional de identidad el ADN. Se unió al expediente el cuestionario para la declaración de nacimiento al Registro Civil del interesado. I. Vistos los artículos 109 del Código civil; 1, 2, 23, 42, 43, 47 y 92 a 95 de la Ley del Registro Civil; 12, 76 y 342 del Reglamento del Registro Civil. 3. El Ministerio Fiscal se opuso a las pretensiones del promotor, en base a los siguientes argumentos: 1) No procedía suprimir la filiación materna, por cuanto ningún error constaba en su inscripción. 2) No procedía nuevo traslado de inscripción de nacimiento, al no haber transcurrido el plazo previsto en el artículo 76. 2.º del Reglamento del Registro Civil. 3) Procedía igualmente la desestimación de supresión de nombre propio y apellidos, y ser identificado por ADN y DNI, por ser II. En el presente caso, el promotor inició expediente gubernativo presentando diferentes escritos cuyo contenido no permitía determinar la finalidad que aquel perseguía. Ésta, pudo concretarse en el acta de comparecencia habida ante la Juez Encargada del Registro Civil Único de Madrid el 21 de enero de 2004: 1.º, supresión de la filiación materna, por no ser su madre la que se hizo constar en la inscripción de nacimiento. 2.º, nuevo traslado de su inscripción de nacimiento Boletín núm. 1984–Pág. 182 4. Notificado el Ministerio Fiscal y el interesado, éste interpone recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado. 5. En la tramitación del recurso el Ministerio Fiscal interesó la confirmación del auto recurrido, por ser plenamente ajustado a derecho. La Encargada del Registro Civil remitió las actuaciones a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO – 1029 – al Registro Civil de Madrid, desde el que anteriormente se había trasladado al de Palma de Mallorca y 3.º, supresión de su nombre y apellidos para que en su documento nacional de identidad constase únicamente su ADN. III. El Registro Civil constituye la prueba de los hechos inscritos (cfr. art. 2.º LRC) y en la inscripción de nacimiento del interesado no consta la filiación paterna, pero sí la materna, por lo que para que pudiera accederse a lo solicitado sustituyendo el nombre de la madre por otro a efectos identificadores, tendría primero que probarse la existencia del error y destruirse, a través del correspondiente procedimiento judicial, la presunción iuris tantum de certeza de que gozan los hecho inscritos, los cuales, lo fueron en virtud de la declaración de la persona que consta como madre y de la certificación expedida por el facultativo que atendió a la madre en el parto del interesado, ambas de fecha 17 de agosto de 1961 (cfr. art. 42, 44 y 47 LRC). No cabe, en consecuencia, extender asiento alguno contradictorio con el estado de filiación materna que prueba el Registro mientras no se disponga otra cosa por sentencia firme dictada en el correspondiente procedimiento judicial (cfr. art. 50 LRC). IV. No es procedente tampoco la segunda de las peticiones mencionadas, puesto que la inscripción de nacimiento del interesado fue trasladada, a su instancia, al Registro Civil de Palma de Mallorca el 20 de mayo de 1994 y no han transcurrido desde entonces veinticinco años que son los exigidos reglamentariamente para que ello sea posible (cfr. art. 20 LRC y 76 RRC). V. Del mismo modo hay que denegar la supresión de los apellidos del interesado, puesto que estos constituyen menciones básicas de identidad de las personas en el sistema español y no pueden ser sustituidos por el ADN, como solicita el interesado. No admite esta posibilidad nuestra legislación del Registro Civil y así consta correctamente razonado en el auto que se impugna (cfr. art. 1, 53 y 55 LRC, 12 y 194 RRC). Repárese en que frente al principio de libre elección del nombre propio, el régimen legal de los apellidos excluye esa libertad de imposición y, también, de su eventual supresión, al tratarse de una imposición automática, salvo en cuanto a la opción de la inversión de su orden, que opera ex lege independientemente de la voluntad del interesado, al punto de que en los casos en que la filiación no venga determinada, el Encargado debe proceder a imponer «de oficio» al nacido unos apellidos de uso corriente, pues tal configuración es una de las menciones obligadas de la inscripción de nacimiento, como uno de los signos que oficialmente identifican al individuo (cfr. art. 12 RRC). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 24 de noviembre de 2004, sobre recuperación de la nacionalidad española. 1.º Hay que probar que se ha sido antes español, lo que no ocurre con el interesado nacido en Marruecos en 1953, porque no ha acreditado ningún título de adquisición de la nacionalidad española que alega. 2.º El DNI no acredita la nacionalidad española a los efectos del Registro Civil. En el expediente sobre recuperación de nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Central. Boletín núm. 1984–Pág. 183 – 1030 – HECHOS 1. En fecha 28 de mayo de 2003, compareció en el Registro Civil de Marbella, don A. L., nacido en Tetuán (Marruecos) el día 23 de agosto de 1953, y manifestó que el 2 de febrero de 1985, le fue expedido por la Comisaría de Policía de León, DNI, renovado con fecha 16 de junio de 1985; que había solicitado la renovación del DNI en la Comisaría de Policía de Marbella, y se le denegó porque no constaba en el Registro Civil de Astorga (León) expediente alguno de haber solicitado la nacionalidad española; que se le ha expedido por el Registro Civil Central certificación negativa de su inscripción de nacimiento como español; que su esposa es española al igual que sus hijos. Por consiguiente, solicitaba la inscripción de su nacimiento en el Registro Civil Central. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: copia del DNI, certificado de empadronamiento, copia del pasaporte, certificado de la Dirección General de la Policía en relación con la expedición del DNI, certificación negativa del Registro Civil Central, acta de nacimiento, declaración de datos para la inscripción del nacimiento, y certificado de matrimonio del interesado, certificados de nacimiento de su mujer e hijos y libro de Familia. 2. El Ministerio Fiscal no se opuso a lo solicitado, al amparo del artículo 19 del Código civil, y con fecha 7 de julio de 2003, se llevó a efecto la correspondiente acta de recuperación de la nacionalidad. 3. Remitido todo el expediente al Registro Civil Central, el Encargado dictó auto con fecha 18 de septiembre de 2003, denegando la inscripción de nacimiento del interesado, al no haberse acreditado que hubiese adquirido la nacionalidad española por residencia u opción, ya que el contraer matrimonio con ciudadana española en el año 1980 no atribuía, a la vista de los artículos 20 y 21 del Código civil vigentes en esa feBoletín núm. 1984–Pág. 184 cha, la nacionalidad española al cónyuge extranjero, sino que se confería la facultad de optar a ella, circunstancia que no se había acreditado que se hubiese producido, y el hecho de que el promotor estuviese en posesión de DNI, no bastaba para entender que estuviese probada la nacionalidad española. 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste formuló recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que en la actualidad tampoco tiene la nacionalidad marroquí, porque su DNI le acredita la nacionalidad española. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio fiscal que informó que procedía la desestimación del mismo. El Encargado del Registro Civil Central informó que no habían sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que aconsejaron dictar la resolución, por lo que debía confirmarse y remitió lo actuado a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 20 del Código civil en su redacción originaria; 26 del Código civil en su redacción actual; 15, 16, 23, 46 y 64 de la Ley del Registro Civil; 66, 68, 85 y 226 a 229 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 6-1.ª de noviembre y 26-2.ª de diciembre de 2002, 4-2.ª, 21-4.ª y 27-2.ª y 3.ª de enero, 4-1.ª de febrero, 1-1.ª, 183.ª y 5.ª de marzo, 4-3.ª, 15-1.ª y 2.ª y 19-2.ª de abril, 10-1.ª de mayo y 17-1.ª de junio de 2003 y 2-3.ª de febrero y 211.ª de abril de 2004. II. Para recuperar la nacionalidad española es preciso probar suficientemente que en un momento anterior el interesado ostentó de iure la nacionalidad española. – 1031 – III. No ocurre esto con el recurrente, nacido en Tetuán (Marruecos) en 1953, cuya filiación respecto de padre o madre españoles no se ha probado ni alegado, así como tampoco ningún otro título de atribución o adquisición originaria o sobrevenida de la nacionalidad española. El hecho de que el interesado contrajese matrimonio con española en 1980 no es suficiente a efectos de considerarlo español, ya que con arreglo a la redacción entonces vigente del artículo 21 del Código civil, dada por Ley 14/1975, de 2 de mayo, el matrimonio por sí solo no modificaba la nacionalidad española de los cónyuges, pudiendo en tales casos el consorte extranjero adquirir aquélla nacionalidad en caso de que expresamente optare por ella, con cumplimiento de los requisitos establecidos por el párrafo final del artículo 19, que imponía los de renuncia a la nacionalidad anterior, juramento de fidelidad al Jefe del Estado y de obediencia a las leyes y la inscripción como español en el Registro civil; siendo así que en el presente caso no consta en forma alguna el cumplimiento de tales condiciones legales ni la formalización de la voluntad de optar entonces prevista. III. La circunstancia de que, sin título inscrito, el interesado haya sido considerado español por la Administración y esté en posesión del Documento Nacional de Identidad son errores de la Administración que podrán surtir otros efectos, pero no bastan para probar legalmente su actual nacionalidad española. Es cierto que el DNI sirve para acreditar, salvo prueba en contrario, la nacionalidad española del titular (disposición adicional 1.ª del Real Decreto citado de 1985), pero, como viene reiterando este Centro Directivo a partir de la Resolución de 18 de mayo de 1990, esa presunción no es absoluta pues su ámbito se ciñe exclusivamente al de los expediente administrativos e, incluso en éstos, puede ser desvirtuada por otros documentos o datos que consten en el mismo expediente (disposiciones adicionales 2.ª y 3.ª del Real Decreto) y en cualquier caso no rige en el ámbito del Registro Civil por afectar a materias de Derecho Privado en cuya tramitación se aplican supletoriamente las leyes procesales (cfr. arts. 16 y 349 RRC) y en el que la prueba de los hechos inscritos se regula por lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el acuerdo apelado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 24 de noviembre de 2004, sobre rectificación de errores. No prospera el expediente para rectificar el nombre en una inscripción de defunción por existir un problema de identidad de persona. En el expediente sobre rectificación de error en inscripción de defunción remitido a este Centro en trámite de recurso en virtud del entablado por el interesado contra el auto dictado por el Encargado del Registro Civil de Valencia. HECHOS 1. Por comparecencia ante el Registro Civil de Valencia el 9 de mayo de 2003, don A. B. G., domiciliado en Valencia, solicitaba la rectificación del error contenido en la partida de defunción de Vicente P. S., ocurrido en Valencia el día 16 de mayo de 1966, en el sentido de que se había consignado como nombre del inscrito «Vicente» en lugar de «Vicenta». Acompañaba la siguiente documentación: certificación de defunción de don Vicente P. S., de estado viuda, nacido el 15 de abril de 1883, ocurrida la defunción el 16 de mayo de 1966; certificado de nacimiento de doña María Vicenta P. S., Boletín núm. 1984–Pág. 185 – 1032 – nacida el 22 de diciembre de 1881; certificado de defunción de don Vicente P. S., de 71 años de edad, ocurrido el 19 de enero de 1949; nota de la Parroquia de B. en la que consta que doña Vicenta P. S., bautizada el 24 de diciembre de 1881, nació el día anterior; certificado de defunción de don R. G. A., casado con doña Vicenta P. S. 2. El Ministerio Fiscal, mediante dictamen de 11 de diciembre de 2003, manifestó que la inscripción de defunción referida a Vicente P. S., refiere como fecha de nacimiento 15 de abril de 1883, mientras que la inscripción de nacimiento de María Vicenta dice que nació en diciembre de 1881. Además existe en el expediente la defunción de Vicente P. S., a la edad de 71 años, con fecha de fallecimiento 19 de enero de 1949. Por lo expuesto, no aparecía acreditada la personalidad en cuestión por lo que no procedía acceder a lo solicitado. El Encargado del Registro Civil dictó auto en fecha 16 de diciembre de 2003, en el que se acordaba que no había lugar a rectificar el acta de defunción de referencia, tal y como puso de manifiesto el Ministerio Fiscal. 3. Notificado la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque la resolución recurrida y se admita la rectificación de la inscripción de defunción, aportando nota de la Parroquia de B. en la que consta que doña Vicenta P. S. falleció el 16 de mayo de 1966 a la edad de 83 años. 4. En la tramitación del recurso interpuesto, se dio traslado al Ministerio Fiscal que intereso su desestimación y la confirmación de la resolución recurrida por sus propios fundamentos. El Encargado del Registro Civil remitió el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado confirmando la resolución dictada. Boletín núm. 1984–Pág. 186 FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 92, 93 y 97 de la Ley del Registro Civil; 12, 342 y 358 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 7 de mayo de 2001, 12 de marzo, 20-1.ª de septiembre de 2002 y 20-2.ª de enero de 2003. II. En una inscripción de defunción, extendida en el año 1966, se pretende que sea corregido en expediente gubernativo el nombre propio del difunto para hacer constar que éste era el de «Vicenta» y no el de «Vicente», que se ha hecho constar en dicha inscripción. Como el nombre propio de una persona en su inscripción de defunción es una mención de identidad (art. 12 RRC), cabe, si se demuestra que es erróneo, su rectificación por expediente con apoyo en el artículo 93-1.º de la Ley del Registro Civil. III. En este caso, la no coincidencia de nombre y fechas de nacimiento que se dicen más adelante, plantea como advierte el Ministerio Fiscal y señala el auto apelado, una duda razonable sobre la personalidad o identidad de la persona cuya inscripción de defunción intenta rectificarse. Es decir, no puede alcanzarse el pleno convencimiento de que realmente existe el error denunciado y siendo la regla general la de que las inscripciones sólo pueden rectificarse por sentencia firme recaída en juicio ordinario (cfr. art. 92 LRC), será ésta la que deba aplicarse por no poderse encuadrar este supuesto en los casos previstos en los artículos 93 y siguientes de la Ley del Registro Civil. En la inscripción de defunción, extendida en 1966, consta que el fallecido/a «Vicente P. S.», nació el 15 de abril de 1883. En la inscripción de nacimiento, practicada el 23 de diciembre de 1881, cuyo objeto es la inscripción de una niña, consta que ésta de nombre «María Vicenta» nació el 22 de diciembre de 1881. En la nota de la parroquia de Borbotó, de 1-XI-2003, figura que «Vicenta P. S.» nació el 23 de diciembre de 1881. Y, fi- – 1033 – nalmente, en la nota de esta misma parroquia de 18-I-2004, consta que «Vicenta P. S.» falleció en 1966 a la edad de 83 años, (según esta edad, nació en el año 1883). El problema de identidad antes mencionado no se origina respecto del que se supone es su hermano, llamado igualmente, «Vicente P. S.» que falleció en 1949 a los 71 años (nació, pues, en 1878), sino que deriva de la disparidad de nombre y de fechas de nacimiento: María Vicenta nace en 1881 y Vicente/a nace en 1883 y deberíamos suponer que se trata de la misma persona, pero dicha coincidencia, no se acredita. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (5.ª) de 24 de noviembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. No hay justa causa para cambiar «Florent» por «Florán». En el expediente de cambio de nombre en inscripción de nacimiento remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los promotores contra calificación de la Juez Encargada del Registro Civil de Medina del Campo (Valladolid). HECHOS 1. Por escrito presentado ante el Registro Civil de Nava del Rey (Valladolid) con fecha 25 de noviembre de 2002, don O. P. P. y doña C. P., mayores de edad y con domicilio en esa localidad, solicitaban para su hijo menor Florent P. C., el cambio de su nombre propio por Floran, por ser el que ha utilizado siempre y por el que es conocido actualmente. Acompañaban los siguientes documentos: certificación de la inscripción de nacimiento y diversos documentos que acreditan el uso habitual del nombre de Floran. 2. Ratificados los promotores, se realizó la prueba testifical compareciendo dos testigos, quienes manifiestan que el menor es conocido con el nombre de Floran. 3. Trasladado el expediente al Registro Civil de Medina del Campo, se interesa que se oiga al menor Florent P. C. sobre el cambio de nombre que solicitan sus padres. Por comparecencia en el Registro Civil de Nava del Rey, el menor manifiesta que está conforme con el cambio de nombre, ya que habitualmente lo escribe y lo pronuncia así. 4. Notificada la incoación del expediente al Ministerio Fiscal, éste se opone a lo solicitado en tanto no se acredite la existencia del nombre de Floran, entendiendo que se trata de una traducción o adecuación del nombre, previsiblemente de origen francés, que fonéticamente se pronuncia como pretenden, entendiendo que no cabe entenderlo como nombre de fantasía. Trasladado dicho informe a los promotores, la solicitante doña C. P. presentó una copia de una pagina Web, acerca del nombre de Floran, que según indica, extracta los datos del organismo nacional francés INSEE, Institut Nacional de Estadística y Estudios Económicos, manifestando que el nombre de su hijo puede escribirse en francés de las dos formas, Florent y Floran. 5. Trasladada dicha documentación al Ministerio Fiscal, éste informa que es insuficiente y no es esclarecedora de la existencia del nombre propuesto. La hoja Web no ofrece credibilidad y fiabilidad bastante. La Juez Encargada del Registro Civil de Medina del Campo, con fecha 26 de noviembre de 2003, dictó auto por el que denegaba la autorización del cambio de nombre solicitado. Argumentaba que no se había acreditado suficientemente en el expediente, a partir de documentos Boletín núm. 1984–Pág. 187 – 1034 – aportados, la existencia del nombre que se pide. 6. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interpusieron recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que el niño y las demás personas que le conocen han «castellanizado» su nombre y lo escriben tal como se pronuncia en francés, no entendiendo el niño porque se escribe de forma distinta a como él se llama. cación de una persona por el hecho, tan frecuente en la sociedad española actual, de que llegue a ser conocida con un apócope, contracción, deformación o pequeña variación de su nombre oficial correctamente escrito. III. Esta doctrina es de directa aplicación al caso presente en el que se ha intentado el cambio de «Florent» a «Floran». La modificación es evidentemente mínima y supone alteración del nombre ortográficamente correcto. 7. En la tramitación del recurso el Ministerio Fiscal se opone a la estimación del mismo y reproduce la argumentación de su informe precedente. La Juez Encargada del Registro Civil confirmó el Auto recurrido y remitió el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. IV. De otro lado, la facultad para la elección de nombre, aunque amplia, está sujeta a determinados límites (cfr. art. 54.II LRC) y uno de éstos afecta a los nombres que hacen confusa la identificación de las personas, que es lo que sucede con el propuesto, ya que Florán es un apellido español. FUNDAMENTOS DE DERECHO Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. I. Vistos los artículos 54, 57, 59 y 60 de la Ley del Registro Civil; 205, 206, 209, 210 y 365 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 1-1.ª y 3.ª y 7-4.ª de julio, 22-3.ª de septiembre, 28-2.ª y 31-5.ª octubre, 27-1.ª y 2.ª de noviembre y 9-1.ª de diciembre de 2003; 3, 5-1.ª y 7-3.ª de enero y 4-1.ª de junio de 2004. II. Uno de los requisitos exigidos para el éxito de todo expediente de cambio del nombre propio, ya sea de la competencia del Encargado del Registro Civil del domicilio, ya corresponda a la competencia general del Ministerio de Justicia, es que exista una justa causa en la pretensión (cfr. arts.60 LRC y 206, III y 210 RRC). A estos efectos es doctrina constante de este Centro Directivo que la justa causa no concurre cuando la modificación, por su escasa entidad, ha de ser considerada objetivamente como mínima o intranscendente, porque ningún perjuicio real puede producirse en la identifiBoletín núm. 1984–Pág. 188 RESOLUCIÓN (1.ª) de 26 de noviembre de 2004, sobre autorización de matrimonio civil. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso, por virtud del entablado por los interesados, contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Tineo (Asturias). HECHOS 1. Mediante escrito presentado en el Registro Civil de Tineo, el 4 de febrero de 2004, don J. F. F., nacido el 26 de octubre de 1975, en Tineo (Asturias), con domicilio en esa localidad, de nacionalidad es- – 1035 – pañola y doña T. K., nacida el 27 de julio de 1956, en Ucrania, domiciliada en Tineo, de nacionalidad ucraniana, iniciaban expediente en solicitud de autorización para contraer matrimonio civil. Adjuntaban los siguientes documentos: fotocopia del DNI, fe de vida y estado, certificado de empadronamiento y certificado de nacimiento del contrayente, y fotocopia del pasaporte, certificado de antecedentes penales, de situación familiar, de divorcio, fe de vida y estado, certificado de residencia y partida de nacimiento de la contrayente. 2. Ratificados los interesados, se realizó el trámite de audiencia reservada con el contrayente el 4 de febrero de 2004, manifestando que conoció a su novia en casa de un amigo que sale con su hija; que ella tiene 46 años y desconoce la fecha de su nacimiento, y la ciudad en la que nació; que sabe que ella ha estado casado una vez anteriormente, y tiene dos hijas, de las cuales una vive en Ucrania, e ignora los años que tiene; que su novia se dedica a cuidar ancianos, ignorando a que se dedicaba en Ucrania; que los padres de ella han muerto, y no tiene hermanos; que ignora que estudios tiene ella, y que lleva en España desde hace un año y algo; que el matrimonio es por amor. En la misma fecha se celebra audiencia reservada con la contrayente quien manifiesta, entre otros datos, que se conocieron en el verano de 2003 en un bar y después en una discoteca en la que trabaja el novio de su hija, y comenzaron a salir juntos en noviembre; que ella trabaja en Oviedo y Gijón, cuidando ancianos y limpiando y se ve con su novio los fines de semana; que él tiene 28 años y no recuerda el día de su cumpleaños; que el padre de él murió y a la madre no la conoce personalmente, y que él tiene dos hermanos; que él ahora no trabaja, y antes trabajaba en un taller; que no sabe que estudios tiene él. 3. El Ministerio Fiscal emite informe en fecha 17 de febrero de 2004, en el que se oponía a la celebración del matrimonio ya que en el presente caso existían razones que acreditaban la inexistencia de los requisitos legales exigidos, como la inexistencia de conocimiento mutuo de los contrayentes, la diferencia de edad entre ambos, la inexistencia de una lengua común, ya que la contrayente no hablaba castellano, habiendo tenido que ser asistida por interprete en su declaración, la situación administrativa de ésta en España. Así, de todos estos elementos se deducía la inexistencia de consentimiento matrimonial. El Juez Encargado del Registro Civil dictó auto en fecha 15 de marzo de 2004 en el que denegaba la celebración del matrimonio solicitado, ya que del resultado de la audiencia reservada se deducía que no existía verdadero consentimiento matrimonial, pues no coincidían en la fecha en que se habían conocido, no hablaban la misma lengua e ignoraban datos básicos. 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a los interesados, éstos presentaron recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se acuerde la autorización para contraer matrimonio, alegando que tienen pocos conocimientos de sus vidas anteriores, pero que tienen relación de pareja y quieren realmente celebrar su matrimonio legal. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal, que interesó su denegación, reiterando los motivos ya expuestos en su anterior informe. El Juez Encargado del Registro Civil informó que la contrayente no hablaba ni entiende castellano y que existe una diferencia de edad entre los contrayentes de casi veinte años, lo cual revelaba un claro propósito de adquirir la nacionalidad española de modo fraudulento, y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. Boletín núm. 1984–Pág. 189 – 1036 – FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulaBoletín núm. 1984–Pág. 190 ción, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre un español y una ucraniana, resultan del trámite de audiencia hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Existen contradicciones en lo declarado y se aprecia un desconocimiento recíproco de datos personales y familiares que no es justificable entre personas que pretenden contraer próximamente matrimonio. Los contrayentes no coinciden al declarar el lugar en el que se conocieron ni el tiempo que hace de ello, según él, fue hace un año, o sea en febrero de 2003 y según ella lo fue en el verano de 2003. La diferencia es apreciable si se tiene en cuenta que, en todo caso, el tiempo transcurrido no era muy amplio. Ignora él la fecha y concreto lugar o población en que nació ella; también la actividad que desarrollaba antes de venir a España y el nivel de estudios que tiene. Ella ignora también la fecha del cumpleaños de él y no conoce aún a su madre ni como se llama ésta; tampoco sabe el nivel de estudios de él. El fiscal hace constar en su informe que ella no habla castellano. A este respecto hay que recordar que la resolución, arriba citada, del Consejo de Europa, señala como uno de los factores que permiten presumir la existencia de un matrimonio de complacencia, el hecho de que los contrayentes no se expre- – 1037 – sen en una lengua común. De otro lado, aunque no tenga por sí sola efecto determinante, se constata, y así lo señala el Ministerio Fiscal una considerable diferencia de edad entre los contrayentes. Estas circunstancias han llevado al Ministerio Fiscal a considerar que el matrimonio cuya autorización se solicita persigue una finalidad impropia del mismo y este criterio, que se mantiene por el Juez Encargado en el auto apelado, se ratifica por esta Dirección General. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. RESOLUCIÓN (2.ª) de 26 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra acuerdo del Encargado del Registro Civil Consular de Santo Domingo (Republica Dominicana). HECHOS 1. Con fecha 11 de noviembre de 2003, doña V. M. S., nacida en Santo Domingo (República Dominicana) el 22 de enero de 1952, de nacionalidad dominicana y domiciliada en Santo Domingo, y don F. I. L. P., nacido en Navarro Ríos (Orense) el 4 de octubre de 1952, de nacionalidad española y domiciliado en Nallo de Ríos, solicitaba ante el Registro Civil Consular de Santo Domingo la inscripción de su matrimonio civil celebrado en Santo Domingo (República Domi- nicana) el 3 de noviembre de 2003. Acompañaba con la solicitud los siguientes documentos: documentos de identidad de ambos, acta de matrimonio inextensa expedida por autoridad dominicana, declaraciones juradas de estado civil antes de contraer matrimonio, acta de nacimiento de ella y certificación de nacimiento y de matrimonio con inscripción marginal de divorcio de él. 2. Realizado el trámite de audiencia reservada a cada uno de los contrayentes, la practicada a la recurrente en el Registro Civil Consular, dio el siguiente resultado: que se conocen por teléfono y fotos, a través de una hermana de él, y una prima de ella residentes en Suiza, desde finales de mayo de 2003, y desde entonces mantienen relación sentimental; que convivieron quince días antes del matrimonio, que ellos no tienen hijos en común y ella tiene un hijo de otra relación de 24 años; que su cónyuge vive solo, y es albañil, y no sabe los ingresos que tiene; que ella no trabaja y su cónyuge le enviá dinero; que no vino ningún familiar o amigo de él a la boda y si vinieron los hermanos de ella; que sus suegros han fallecido; que se comunican por teléfono todos los días; que su cónyuge tiene estudios básicos; que él era divorciado desde hace cinco meses antes de contraer matrimonio; que piensa establecer su residencia en España; que solicitó visado para viajar a España en el verano de 2003, invitada por él, que no le fue concedido; que ella tiene cuatro hermanos y él tiene tres; que su cónyuge ha venido una vez, del 1 al 15 de noviembre de 2003. Mediante comparecencia ante el Encargado del Registro Civil de Orense, don F. I. L. P., entre otras, hizo las siguientes manifestaciones: que se conocieron por teléfono en mayo de 2003, por medio de una prima de la contrayente; que él solo ha viajado una vez a la Republica dominicana, del 1 al 15 de noviembre de 2003; que piensan residir en España, por el trabajo y porque tiene vivienda en Boletín núm. 1984–Pág. 191 – 1038 – propiedad; que ella no trabaja y el declarante le enviá dinero; que él trabaja en la construcción y sus ingresos dependen del trabajo; que se comunican por carta, y por teléfono todos los días; que su suegra ha fallecido y conoce a su suegro; que su cónyuge tiene un hijo de 24 años; que ella no ha solicitado visado en el Consulado General de España en Santo Domingo; que ella tiene cuatro hermanos, y él, tres; que él tiene estudios primarios y su cónyuge, bachiller y estudios técnicos. 3. El Encargado del Registro Civil Consular dictó acuerdo con fecha 4 de mayo de 2004, denegando la inscripción del matrimonio solicitado, ante la falta de conocimiento y convivencia, razones avaladas en las dos audiencias reservadas practicadas a los contrayentes. 4. Notificado el Ministerio Fiscal y los solicitantes, el interesado interpuso recurso, oponiéndose al acuerdo y solicitando la inscripción del matrimonio, adjuntando material fotográfico de su relación, facturas de teléfono, carta y justificantes de envío de dinero. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal, quién manifestó su oposición. El Encargado del Registro Civil Consular remitió lo actuado a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución, ratificándose en la denegación de la inscripción. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre Boletín núm. 1984–Pág. 192 las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 5-1.ª y 24-1.ª de marzo; y 3-1.ª, 5-2.ª, 14-2.ª de abril; 28-1.ª a 4.ª, 29-1.ª y 2.ª y 31-1.ª y 2.ª de mayo; y 8-3.ª, 11-3.ª y 126.ª y 28-3.ª de junio, 12 y 21-1.ª de julio, 1, 2-2.ª, 3-2.ª, 15-1.ª y 22-1.ª de septiembre y 2 y 4-1.ª de octubre de 2004. II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para facilitar la situación del extranjero en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo – 1039 – normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos, sin sombra de duda, la existencia de la simulación. Las audiencias reservadas practicadas han revelado que el conocimiento de los contrayentes respecto de sus circunstancias personales y familiares alcanza un grado que puede considerarse suficiente. Así se deduce de las respuestas dadas, en las que no se aprecian contradicciones ni revelan desconocimiento de datos que pudieran considerarse de importancia a los efectos de poder deducir una utilización fraudulenta de la institución matrimonial. Puede llamar la atención que ella, una vez casada, ignore los ingresos de él, pero éste, en su audiencia, cuando se le preguntó por dichos ingresos no los determinó, porque dependían del trabajo de cada momento y, en consecuencia, eran variables, lo que puede justificar el desconocimiento de ella. Se advierte también que la relación entre ellos ha sido breve, pero se acompañan documentos que acreditan una continuidad y frecuencia considerable en sus comunicaciones por diferentes medios, así como el apoyo económico prestado por el contrayente. No obstante, no puede afirmarse que el consentimiento de ambos contrayentes haya sido válido y esa circunstancia se traduce en la existencia de un cierto grado de duda que es el que impide denegar la inscripción solicitada. V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aun en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscribir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil Central el matrimonio celebrado el 3 de noviembre de 2003 en Santo Domingo (República Dominicana) entre don F. I. L. P. y doña V. M. S. RESOLUCIÓN (4.ª) de 26 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. Boletín núm. 1984–Pág. 193 – 1040 – HECHOS 1. En fecha 2 de abril de 2004, don J. E. E., nacido en Alburquerque (Badajoz), el 27 de noviembre de 1943, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado por poder el día 10 de febrero de 2004 en Pinar del Rió (Cuba), según la ley local, con doña R. R. B., nacida en Pinar del Rió (Cuba), el 13 de septiembre de 1963, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, de matrimonio anterior y sentencia de divorcio del matrimonio anterior de ella, y certificado de nacimiento, fe de vida y estado y poder especial para contraer matrimonio de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 2 de abril de 2004 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 40 años de edad, es divorciada, y trabaja en una fábrica de ciencias médicas; que tiene dos hijos de 14 y 7 años de edad, de dos relaciones anteriores; que su esposo tiene 60 años de edad, es soltero y trabaja en el campo; que se conocieron en diciembre de 2003, cuando el contrayente español vino a Cuba por quince días, con la tía de ella, casada con un hermano de él; que el contrayente mandó un poder para contraer matrimonio en febrero de 2004; que él regresó por segunda vez, para asistir a la entrevista en audiencia reservada; que piensa residir definitivamente en España; que su tía y prima viven en España, casadas ambas con ciudadanos españoles. En la misma fecha es entrevistado el esposo quien declara que tiene 60 años de edad, es soltero y trabaja en el campo; que su esposa tiene 40 años de edad, es divorciaBoletín núm. 1984–Pág. 194 da y trabaja en la provincia de Pinar del Rió, pero no sabe donde; que se conocieron en diciembre de 2003, cuando él viajó a Cuba acompañando a su hermano y esposa, tía de la contrayente cubana; que ha vuelto a Cuba en marzo de 2004 para asistir a entrevista en audiencia reservada; que su esposa vivirá en España. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 29 de abril de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que no se considerase nulo el matrimonio de los contrayentes, alegando que hubo consentimiento matrimonial real. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. – 1041 – FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 7-1.ª y 17-2.ª de noviembre y 9-2.ª y 3.ª de diciembre de 2003; y 19-3.ª de enero, 5-2.ª, 12-3.ª y 4.ª, 18-4.ª y 19-3.ª de febrero; 5-1.ª y 24-1.ª de marzo; y 31.ª, 5-2.ª, 14-2.ª de abril; 28-1.ª a 4.ª, 29-1.ª y 2.ª y 31-1.ª y 2.ª de mayo; y 8-3.ª, 11-3.ª y 12-6.ª de junio de 2004. II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para facilitar la situación del extranjero en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos la existencia de simulación. Las audiencias reservadas, practicadas sobre la base de un cuestionario breve y formulario, no proporcionan base suficiente para apreciar que haya existido un consentimiento matrimonial simulado. En las respuestas que los interesados dieron a las preguntas que se les hicieron no se advierten contradicciones y se ajustaron a la breve información que se les demandaba sobre datos personales (edad, estado civil, ocupación) y momento y forma en que se conocieron. Así pues, aún cuando la relación entre los contrayentes no haya sido muy extensa en el tiempo y pueda generarse cierto grado de duda sobre el matrimonio celebrado, la verdad es que la información facilitada no da base suficiente para descartar con certeza su validez. V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de Boletín núm. 1984–Pág. 195 – 1042 – la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aún en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscribir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil Consular el matrimonio celebrado el 10 de febrero de 2004 en Pinar del Río (Cuba) entre don J. E. E. y doña R. R. B. RESOLUCIÓN (5.ª) de 26 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. Boletín núm. 1984–Pág. 196 HECHOS 1. En fecha 22 de diciembre de 2003, doña Y. C. F., nacida en Ciego de Ávila (Cuba), el 1 de julio de 1979, de nacionalidad cubana, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado por poder el día 22 de junio de 2003 en Ciego de Ávila (Cuba), según la ley local, con don D. A. M. M., nacido en Mondujar, Lecrín (Granada), el 23 de julio de 1962, de nacionalidad española. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, de matrimonio con inscripción marginal de divorcio de ella, y certificado de nacimiento, fe de vida y estado, DNI y poder otorgado ante notario para contraer matrimonio de su marido. 2. Ratificada la interesada, en fecha 22 de diciembre de 2003 comparece la contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 24 años de edad, es divorciada, y no trabaja; que su esposo tiene 39 años de edad, es soltero y trabaja como rastrero, pero no sabe en que empresa; que se conocieron en septiembre de 2000, en la calle; que él regresó por última vez en septiembre de 2001; que contrajeron matrimonio por poder en julio de 2003; que piensa viajar definitivamente a vivir en España. Se destaca que la contrayente cubana es divorciada de un ciudadano español, y viajó a España por quince días con su anterior esposo y regresó a Cuba. En el Registro Civil de Lecrín, el 24 de enero de 2004, se celebró la audiencia reservada con el contrayente quien declara que no existe ningún impedimento al matrimonio; que manifiesta el verdadero propósito de contraer matrimonio y consiente en formalizarlo; que ratifica íntegramente la solicitud pre- – 1043 – sentada de transcripción del matrimonio local contraído por la esposa. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 15 de abril de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revoque el auto apelado ordenando que se proceda a inscribir el matrimonio celebrado, alegando que había habido verdadero consentimiento matrimonial, y adjuntó como pruebas de su relación, justificantes de transferencias de dinero a la contrayente cubana y facturas de teléfono. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 7-1.ª y 17-2.ª de noviembre y 9-2.ª y 3.ª de diciembre de 2003; y 19-3.ª de enero, 5-2.ª, 12-3.ª y 4.ª, 18-4.ª y 19-3.ª de febrero; 5-1.ª y 24-1.ª de marzo; y 31.ª, 5-2.ª, 14-2.ª de abril; 28-1.ª a 4.ª, 29-1.ª y 2.ª y 31-1.ª y 2.ª de mayo; y 8-3.ª, 11-3.ª y 12-6.ª de junio de 2004 II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para Boletín núm. 1984–Pág. 197 – 1044 – facilitar la situación del extranjero en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos la existencia de simulación. Las audiencias reservadas practicadas a ambos contrayentes no proporcionan base suficiente para apreciar que haya existido un consentimiento matrimonial simulado. En las respuestas que los interesados dieron a las preguntas que se les hicieron no se advierten errores graves y se ajustaron a la breve información que se les demandaba sobre determinados datos y momento y forma en que se conocieron. Aunque la relación y comunicación en el periodo que sigue a la fecha en que se conocen no están acreditadas, lo cierto es que se aportan al expediente documentos que acreditan que ha habido envíos periódicos de dinero del contrayente español que se iniciaron en el 2001 y justificantes de las llamadas telefónicas, también efectuadas con cierta regularidad desde octubre del año 2003. Estos hechos, unidos a que, según se ha dicho, las audiencias reservadas no permiten Boletín núm. 1984–Pág. 198 deducir la existencia de simulación, generan un cierto grado de duda sobre la validez o no del matrimonio celebrado. V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aún en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscribir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil Consular el matrimonio celebrado el 8 de julio de 2003 en Ciego de Ávila (Cuba) entre don D.-A. M. M. y doña Y. C. F. RESOLUCIÓN de 27 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega la inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del en- – 1045 – tablado por la interesada contra acuerdo del Encargado del Registro Civil Consular de Santo Domingo (Republica Dominicana). HECHOS 1. Don M. Á. E., nacido en Santo Domingo (República Dominicana) el 3 de noviembre de 1967, de nacionalidad dominicana y domiciliado en San Pedro de Macorís (República Dominicana), y doña S. M. L., nacida en Sallent (Barcelona) el 3 de abril de 1974, de nacionalidad española y domiciliado en Sallent, solicitaban ante el Registro Civil Consular de Santo Domingo la inscripción de su matrimonio civil celebrado en San Pedro de Macoris (República Dominicana) el 8 de julio de 2003. Acompañaba con la solicitud los siguientes documentos: documentos de identidad de ambos, acta de matrimonio inextensa expedida por autoridad dominicana, declaraciones juradas de estado civil, y acta de nacimiento de él y certificación de nacimiento y fe de vida y estado de su mujer. 2. Realizado el trámite de audiencia reservada a cada uno de los contrayentes, la practicada al contrayente en el Registro Civil Consular, dio el siguiente resultado: que desconoce la fecha y el lugar de nacimiento de su mujer; que se conocen desde hace dos años, por unos amigos de siempre que le pusieron en contacto telefónico con ella; que ella le dijo que lo iba a llevar a España para que tuviera mas suerte; que convivieron un mes antes del matrimonio; que no tienen hijos en común y él tiene tres hijos de otra relación; que su cónyuge vive sola, y no conoce su número de teléfono, ella trabaja como operaría y gana 600 euros; que él trabaja como operario industrial, y ella le envía dinero; que vino una amiga de su cónyuge a la boda y una hermana de él; que se comunican por teléfono cada dos semanas, que no sabe que estudios ha realiza- do su cónyuge; que piensan establecer su residencia en España, porque ella quiere; que él tiene cinco hermanos y su cónyuge uno; que él tiene amigos que viven en Manresa (Lérida); que su cónyuge ha venido una vez para casarse, del 20 de junio al 20 de julio de 2003. Mediante comparecencia ante el Encargado del Registro Civil de Sallent, doña S. M. L., entre otras, hizo las siguientes manifestaciones: que se conocieron por teléfono hace dos años, y convivieron diez días más o menos antes del matrimonio; que su cónyuge hay temporadas que vive con sus hijos y temporadas que vive solo; que trabaja de mecánico industrial y sus ingresos dependen del trabajo; que ella trabaja como auxiliar administrativo y operaría, y gana de 800 a 900 euros al mes, y le envía alguna vez dinero a su cónyuge; que sus suegros han fallecido; que quieren establecer su residencia en España, ya que hay mejor calidad de vida; que se comunican por teléfono cada semana; que él ha realizado estudios de mecánico industrial; que ella tiene amigos residentes en la Republica Dominicana; que ella tiene una hermana y su cónyuge tres hermanos; que él tiene amistades residiendo en España; que su cónyuge tiene tres hijos y desean que residan con ellos. 3. El Encargado del Registro Civil Consular dictó acuerdo con fecha 4 de mayo de 2004, denegando la inscripción del matrimonio solicitado, ante la falta de conocimiento y convivencia, razones avaladas en las dos audiencias reservadas practicadas a los contrayentes. 4. Notificado el Ministerio Fiscal y los solicitantes, la interesada interpuso recurso, oponiéndose al acuerdo y solicitando la inscripción del matrimonio, alegando que su esposo trabaja en Santo Domingo y tiene un buen sueldo, y quería que ella fuera a vivir allí, y le costó convencerlo para que viniera a España, y adjunta material fotográfico de su relaBoletín núm. 1984–Pág. 199 – 1046 – ción, facturas de teléfono, y justificantes de envío de dinero. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal, quién manifestó su oposición. El Encargado del Registro Civil Consular remitió lo actuado a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución, ratificándose en la denegación de la inscripción. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio; 5-2.ª y 6-1.ª de julio; 21-2.ª, 24-3.ª, 29-1.ª y 2.ª y 301.ª de septiembre; y 4-3.ª y 5-1.ª de octubre de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en Boletín núm. 1984–Pág. 200 su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Reso- – 1047 – lución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en la República Dominicana el 8 de julio de 2003 entre una española y un dominicano y se constata la concurrencia de unos hechos objetivos que se consideran determinantes para deducir que el matrimonio ha sido celebrado persiguiendo finalidad distinta de la que le es propia y que, por esa causa, no puede ser objeto de inscripción. Especialmente hay que destacar contradicciones y la ignorancia de determinados datos personales y familiares que después de los dos años de relación que declaran los contrayentes, no pueden tener justificación: él no sabe cuándo ni dónde nació ella ni su número de teléfono a pesar de ser éste el medio por el que se comunican -cada dos semanas según él, semanalmente, según ella-, confunde los ingresos que ella tiene e ignora sus estudios, tampoco sabe si tiene hermanos, él tiene cinco y ella sólo menciona a tres. Declara él que antes del matrimonio convivieron durante un mes, cuando ella dice que lo hicieron diez días, mas o menos. Se manifiesta en el recurso que él tiene un buen sueldo y quería que ella se fuese a vivir a Santo Domingo, pero esta alegación se contradice con los envíos que ella le hace de dinero, cuyos justificantes aporta como prueba de la veracidad de su relación. Tanto estos justificantes como los de las llamadas telefónicas son posteriores a la celebración del matrimonio y no se aporta prueba alguna para acreditar su existencia y la comunicación habida entre los contrayentes durante los dos años anteriores en que aquella comenzó. Física y personalmente se conocen los interesados en los días inmediatos al matrimonio y hay que recordar sobre esta circunstancia que la resolución, arriba citada, del Consejo de Europa, señala como uno de los factores que permiten presumir la existencia de un matrimonio de complacencia, el hecho de que los contrayentes no se hayan encontrado antes del matrimonio y esto es lo que ha sucedido en este caso. VI. De estos hechos comprobados es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo han estimado los Encargados de los Registros Civiles Consular y Central, que por su inmediación a los hechos son quienes más fácilmente pueden apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (1.ª) de 29 de noviembre de 2004, sobre autorización de matrimonio civil. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra Boletín núm. 1984–Pág. 201 – 1048 – auto dictado por la Juez Encargada del Registro Civil de Badalona (Barcelona). HECHOS 1. Mediante comparecencia ante el Registro Civil de Badalona (Barcelona) el 2 de diciembre de 2003, don S. R., nacido el 12 de enero de 1979 en Pakistán, de nacionalidad paquistaní y doña M. D. P., nacida el 25 de marzo de 1959 en Manresa, de nacionalidad española, residentes ambos en los dos últimos años en Badalona, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil. Adjuntaban los siguientes documentos: fotocopia del DNI, certificado de empadronamiento, certificado de nacimiento, declaración sobre estado civil, certificado de matrimonio y certificado de defunción del anterior marido de la contrayente, y fotocopia del pasaporte, declaración sobre estado civil, certificado de nacimiento, certificado de soltería, certificado consular de domicilio en España, declaración ante notario de la residencia en España desde enero de 2004 y volante de empadronamiento del contrayente. 2. Ratificados los interesados, manifestaron que no existen impedimentos legales que imposibiliten el casamiento. Se realizó la prueba testifical compareciendo un amigo de los contrayentes que manifestó que son ciertos los datos declarados por los interesados y que no conoce obstáculos o impedimentos que imposibiliten el matrimonio. Se celebró audiencia reservada con la contrayente el 30 de enero de 2004, quién manifestó que no recuerda la fecha ni el lugar de nacimiento del contrayente; que él vive en una calle paralela a la suya cuyo nombre en estos momentos no recuerda; que se conocieron hace dos años y medio en el locutorio donde él trabajaba; que la relación de noviazgo comenzó hace unos dos años; que ellos todavía no conviven; que ella tiene dos hijas, una de 28 años y Boletín núm. 1984–Pág. 202 otra de 8 años que vive con la declarante y tres nietos, y todos ellos conocen a su novio; que desde que le conoce, él ha residido en Badalona, y que él lleva cinco años viviendo en España, pero no recuerda el lugar en que residió antes de trasladarse a Badalona; que él trabaja en el locutorio y gana 600 euros al mes, y ella trabaja como empleada de hogar; que ella fuma y él no y le gusta el fútbol; que cree que dos o tres primos de él asistirán a la boda; que los padres de él viven en Pakistán e ignora como se llaman; que él habla castellano; que cuando se casen vivirán en la vivienda de ella; que la diferencia de edad a ninguno de los dos les importa. En la misma fecha se celebró audiencia reservada con el contrayente quien manifestó, entre otros datos, que no le consta el lugar de nacimiento de ella, que cree que en Badalona; que lleva en España dos años y ocho meses y siempre ha vivido en Badalona; que hace mas de dos años que se conocieron en el locutorio donde él trabaja y la relación sentimental comenzó hace dos años; que ella tiene dos hijas, cuyos nombres no recuerda, que tienen, la mayor unos 25 años y la pequeña unos 8 años, y tres nietos, a los que ha visto en pocas ocasiones; que ella trabaja como empleada de hogar pero nunca se ha atrevido a preguntarle por su sueldo; que ella fuma y él no y es aficionado al fútbol; que sus primos acudirán a la boda; que cuando se case, vivirán en la casa de ella; que el tema de la diferencia de edad no significa ningún problema. 3. El Ministerio Fiscal emite informe en fecha 9 de febrero de 2004 en el que se opone al matrimonio proyectado por entender que se trata de un matrimonio de complacencia, por la evidencia de falta de un autentico consentimiento matrimonial. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto en fecha 25 de febrero de 2004 denegando la autorización del matrimonio civil solicitado, ya que en el presente caso, del trámite de audiencia – 1049 – resultó que los contrayentes desconocían datos esenciales uno del otro, así como, se apreciaron contradicciones en cuanto al tiempo de residencia en España del contrayente, lo que lleva a la conclusión de la inexistencia de verdadero consentimiento matrimonial, siendo presumible que se pretenda contraer un matrimonio de conveniencia para facilitar la adquisición de la nacionalidad española del cónyuge extranjero. 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a los interesados, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, solicitando se deje sin efecto el auto recurrido y se autorice el matrimonio solicitado. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal. La Juez Encargada del Registro Civil ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5- 3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre una española y un paquistaní, resultan del trámite de audiencia suficientes hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Se advierte la existencia de un Boletín núm. 1984–Pág. 203 – 1050 – recíproco desconocimiento de datos personales y familiares y se aprecian algunas contradicciones y circunstancias que confirman ese criterio. No se comprende que puedan ignorarse determinados datos y circunstancias del otro cuando su relación, según ambos tiene ya una duración que sobrepasa los dos años. Así, ella manifiesta que no recuerda la fecha ni el lugar en que él nació ni el nombre de sus padres; tampoco su domicilio, aunque es una calle paralela a la de su vivienda. Igualmente él ignora el lugar de nacimiento de ella, cree que fue en Badalona, pero nació en Manresa; desconoce el nombre de las hijas de ella (de 28 y 8 años de edad, la menor vive con la madre) y el salario que percibe. A lo anterior se une el hecho que, por sí solo no es determinante, de una apreciable diferencia de edad -20 años-. Todo lo que antecede, como se ha dicho al principio, obliga a deducir que no existe en este caso una voluntad de contraer matrimonio con los fines propios de ésta institución. Así lo han entendido también la Juez y el Ministerio Fiscal. Su deducción no es ilógica ni arbitraria y siempre ha de tenerse en cuenta, ya que, por razones de inmediación, las personas que han presenciado las manifestaciones de los interesados son las que están en mejores condiciones para apreciar una posible simulación. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. RESOLUCIÓN (2.ª) de 29 de noviembre de 2004, sobre consolidación de la nacionalidad española. No es aplicable el artículo 18 del Código civil cuando no se acredita que la interesada hubiera residido en El Sahara durante el plazo de vigencia del Real Boletín núm. 1984–Pág. 204 Decreto 2258/1976, de 10 de agosto, ni haber poseído o utilizado la nacionalidad española durante diez años. En el expediente sobre declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto dictado por el Juez Encargado del Registro Civil de Zaragoza. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Zaragoza el 7 de junio de 2004, doña H. M. L. B., nacido el 14 de octubre de 1967 en Smara-Sahara Occidental, solicitaba el reconocimiento de la nacionalidad española al amparo del art. 18 del Código civil. Adjuntaba al escrito: certificado de nacimiento de la República Árabe Saharaui Democrática, libro de familia, certificado de la Delegación Saharaui para Aragón de que la interesada permaneció en el antiguo Sahara Español hasta 1975, cuando se trasladó a los campamentos de refugiados saharauis al sur de Argelia, permiso de residencia, pasaporte argelino, certificado de la Embajada de Argelia en Madrid de que la promotora es de origen saharaui, y no es de nacionalidad argelina, certificados de la Delegación Saharaui de que la interesada es ciudadana saharaui, y de que H. M.-L., nacida el 14 de octubre de 1967 es la misma persona que figura en el pasaporte argelino con el nombre de H. M. L. B. A., volante de empadronamiento, y certificados del Ministerio del Interior. 2. Ratificada la interesada, comparecieron dos testigos que les constaba que la interesada estuvo en Hausa (Smara) desde que nació hasta 1975, fecha en que se marchó a los campamentos de refugiados. 3. El Ministerio Fiscal se opone a lo solicitado, pues al margen de que no – 1051 – consta documentación oficial española a nombre de la promotora durante el periodo establecido en el art. 18 del Código civil, no se ha acreditado que residiera en El Sahara en el tiempo en que se concedió la posibilidad de optar a la nacionalidad española por el Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto, y el padre de la promotora no optó en su momento en nombre de ésta, dado que era menor de edad, no habiendo probado haber estado en posesión y utilización de la nacionalidad española durante 10 años, pues al tiempo de la salida de España contaba con 8 años de edad. El Juez Encargado del Registro Civil dictó auto con fecha 30 de junio de 2004 desestimando la solicitud de la promotora en base a que durante el tiempo en que estuvo en vigor el Real Decreto 2258/1976 el promotor no residía en España ni en el extranjero y no pudo optar por la nacionalidad española en el plazo de un año, al amparo de esta disposición. Asimismo la documentación aportada por la promotora no acredita la necesaria actitud activa de uso de la nacionalidad española para probar la posesión y utilización de esta nacionalidad, como establece el artículo 18 de Código civil. 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y la interesada, éste presentó recurso el día 21 de julio de 2004 ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando la revocación de la resolución dictada y que se le reconociera la nacionalidad española, en base a que nunca ha ostentado otra nacionalidad que la española al haber nacido en 1967 en el territorio del Sahara. 5. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó su oposición al recurso. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó el auto apelado remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 y 338 del Reglamento del Registro Civil; la Ley 40/1975, de 19 de noviembre; el Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto; la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1998, y las Resoluciones, entre otras, de 20-2.ª de junio y 6-2.ª y 24-1.ª de noviembre de 2003; 2-5.ª, 5-4.ª de enero, 10-2.ª de marzo, 11-1.ª y 18-4.ª de mayo, 1-2.ª y 3.ª, 5-2.ª y 23-3.ª de junio y 13-2.ª, 14-1.ª y 15-2.ª de julio de 2004. II. La interesada por escrito de fecha 29 de abril de 2004, presentado en el Registro Civil de Zaragoza, solicitaba el reconocimiento de la nacionalidad española con valor de simple presunción al haber nacido en Smara y cumplir los requisitos establecidos. III. Según el artículo 18 del Código civil la nacionalidad española puede consolidarse si se posee y utiliza durante diez años, con buena fe y sobre la base de un título inscrito en el Registro Civil que después es anulado. La vía registral para comprobar esta consolidación es el expediente de declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción (cfr. art. 96-2.º LRC y 338 RRC), que decide en primera instancia el Encargado del Registro Civil del domicilio (cfr. art. 335 RRC). IV. En principio, a los nacidos en el territorio del Sahara cuando éste era posesión española no les beneficia el citado artículo 18 del Código porque no eran propiamente nacionales españoles, sino solo súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española, por más que de algunas disposiciones anteriores al abandono por España de ese territorio pudiera deducirse otra cosa. El principio apuntado es el que se desprende necesariamente de la Ley de 19 de noviembre de 1975 y del Real Decreto de 10 de agosto Boletín núm. 1984–Pág. 205 – 1052 – de 1976, porque sólo así cobra sentido que a los naturales del Sahara se les concediera en ciertas condiciones la oportunidad de optar a la nacionalidad española en el plazo de un año a contar desde la entrada en vigor del Real Decreto. V. Es cierto que para un supuesto excepcional respecto de un natural del Sahara la STS de 28 de octubre de 1998 decidió que el actor había consolidado la nacionalidad española. Pero la doctrina de esta sentencia no es de aplicación al caso presente pues hay diferencias fundamentales entre el supuesto de hecho examinado en la sentencia y el ahora planteado. En el caso presente no se ha justificado que las personas que por razón de su edad, debieron haber ejercido el derecho de opción, residieran en el Sahara cuando estuvo en vigor el Real Decreto de 1976, de modo que quedaran imposibilitados de facto para optar a la nacionalidad española. Según manifiesta estuvo en campo de refugiados al sur de Argelia. Además, aparte de la disparidad respecto de la fecha y lugar de nacimiento que consta en diferentes certificaciones aportadas, no se ha acreditado en el expediente la inscripción de nacimiento en Registro Civil español ni haber estado en posesión y utilización de la nacionalidad española durante el tiempo exigido por el artículo 18 del Código civil. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 29 de noviembre de 2004, sobre consolidación de la nacionalidad española. No es aplicable el artículo 18 del Código civil cuando no se acredita que el interesado hubiera residido en el Sahara durante el plazo de vigencia del Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto, ni Boletín núm. 1984–Pág. 206 haber poseído o utilizado la nacionalidad española durante diez años. En el expediente sobre declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto dictado por el Juez Encargado del Registro Civil de Zaragoza. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Zaragoza el 3 de junio de 2004, don Y. M. L., nacido el 6 de mayo de 1971 en Aaiún-Sahara Occidental, solicitaba el reconocimiento de la nacionalidad española al amparo del art. 18 del Código civil. Adjuntaba al escrito: certificado de nacimiento de la Republica Árabe Saharaui Democrática, DNI de su madre, certificado de la Delegación Saharaui para Aragón de que el interesado permaneció en el antiguo Sahara Español hasta 1975, cuando se trasladó a los campamentos de refugiados saharauis, permiso de residencia, pasaporte argelino, certificado de la Embajada de Argelia en Madrid de que el promotor es de origen saharaui, y no es de nacionalidad argelina, certificados de la Delegación Saharaui de que el interesado es ciudadano saharaui, y de que es la misma persona que el portador de pasaporte argelino en el que consta que nació en Guerdaia el día 6 de mayo de 1971. 2. Ratificado el interesado, comparecieron dos testigos que manifestaron que les constaban que el interesado estuvo en el campamento de refugiados de Dahla hasta 1985, fecha en que fue a Cuba a estudiar veterinaria y estuvo allí hasta 1996, año en el que regresa al campamento hasta el 2001, en que viene a España. 3. El Ministerio Fiscal se opone a lo solicitado, pues no se ha acreditado ni si- – 1053 – quiera donde ha vivido el solicitante hasta la petición de reconocimiento de nacionalidad, ya que la documentación aportada señala que su nacimiento tuvo lugar en Argelia y su pasaporte es de Argelia. Además el padre del solicitante no optó en su momento por la nacionalidad española de acuerdo con el Real Decreto 2258/1976, ni el solicitante ha probado haber estado en posesión y utilización de la nacionalidad española durante diez años. El Juez Encargado del Registro Civil dictó auto con fecha 30 de junio de 2004 desestimando la solicitud del promotor en base a que durante el tiempo en que estuvo en vigor el Real Decreto 2258/1976 el promotor no residía en España ni en el extranjero y no pudo optar por la nacionalidad española en el plazo de un año, al amparo de esta disposición. Asimismo la documentación aportada por el promotor no acredita la necesaria actitud activa de uso de la nacionalidad española para probar la posesión y utilización de esta nacionalidad, como establece el artículo 18 de Código civil. 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste presentó recurso el día 22 de julio de 2004 ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando la revocación de la resolución dictada y que se le reconociera la nacionalidad española, en base a que no ha tenido ninguna nacionalidad posteriormente a la española de nacimiento. 5. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó su oposición al recurso, en base a lo expuesto en su anterior informe. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó el auto apelado remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 y 338 del Reglamento del Registro Civil; la Ley 40/1975, de 19 de noviembre; el Real Decreto 2258/1976, de 10 de agosto; la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1998, y las Resoluciones, entre otras, de 20-2.ª de junio y 6-2.ª y 24-1.ª de noviembre de 2003; 2-5.ª, 5-4.ª de enero, 10-2.ª de marzo, 11-1.ª y 18-4.ª de mayo, 1-2.ª y 3.ª, 5-2.ª y 23-3.ª de junio y 13-2.ª, 14-1.ª y 15-2.ª de julio de 2004. II. El interesado por escrito de 2 de junio de 2004 presentado en el Registro Civil de Zaragoza, solicitaba el reconocimiento de la nacionalidad española de origen con valor de simple presunción, al haber nacido en Aaiún y cumplir los requisitos establecidos. III. Según el artículo 18 del Código civil la nacionalidad española puede consolidarse si se posee y utiliza durante diez años, con buena fe y sobre la base de un título inscrito en el Registro Civil que después es anulado. La vía registral para comprobar esta consolidación es el expediente de declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción (cfr. art. 96-2.º LRC y 338 RRC), que decide en primera instancia el Encargado del Registro Civil del domicilio (cfr. art. 335 RRC). IV. En principio, a los nacidos en el territorio del Sahara cuando éste era posesión española no les beneficia el citado artículo 18 del Código porque no eran propiamente nacionales españoles, sino solo súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española, por más que de algunas disposiciones anteriores al abandono por España de ese territorio pudiera deducirse otra cosa. El principio apuntado es el que se desprende necesariamente de la Ley de 19 de noviembre de 1975 y del Real Decreto de 10 de agosto de 1976, porque sólo así cobra sentido que a los naturales del Sahara se les concediera en ciertas condiciones la oportunidad de optar a la Boletín núm. 1984–Pág. 207 – 1054 – nacionalidad española en el plazo de un año a contar desde la entrada en vigor del Real Decreto. V. Es cierto que para un supuesto excepcional respecto de un natural del Sahara la STS de 28 de octubre de 1998 decidió que el actor había consolidado la nacionalidad española. Pero la doctrina de esta sentencia no es de aplicación al caso presente pues hay diferencias fundamentales entre el supuesto de hecho examinado en la sentencia y el ahora planteado. En el caso presente no se ha justificado que las personas que por razón de su edad, debieron haber ejercido el derecho de opción a su favor, residieran en el Sahara cuando estuvo en vigor el Real Decreto de 1976, de modo que quedaran imposibilitados de facto para optar a la nacionalidad española. Según resulta de su escrito inicial, él permaneció fuera del territorio ocupado por Marruecos en campo de refugiados saharauis. Además, aparte de la disparidad respecto de la fecha y lugar de nacimiento que consta en diferentes certificaciones aportadas, no se ha acreditado en el expediente la inscripción de nacimiento en Registro Civil español ni haber estado en posesión y utilización de la nacionalidad española durante el tiempo exigido por el artículo 18 del Código civil. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 29 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega la inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en Boletín núm. 1984–Pág. 208 trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra acuerdo del Encargado del Registro Civil Consular de Santo Domingo (Republica Dominicana). HECHOS 1. Con fecha 7 de noviembre de 2003, don W. C. P., nacido en Pie de la Loma, Jaragua (República Dominicana) el 15 de octubre de 1978, de nacionalidad dominicana y domiciliado en Barahona (República Dominicana), y doña D. M. M. S., nacida en Jaragua (República Dominicana) el 25 de septiembre de 1973, de nacionalidad española y domiciliado en Madrid, solicitaban ante el Registro Civil Consular de Santo Domingo la inscripción de su matrimonio civil celebrado en Jaragua (República Dominicana) el 25 de agosto de 2003. Acompañaba con la solicitud los siguientes documentos: documentos de identidad de ambos, acta de matrimonio inextensa expedida por autoridad dominicana, declaración jurada de estado civil antes de contraer matrimonio de él, e inscripción de nacimiento donde consta la adquisición de la nacionalidad española por residencia en el año 2001 de su esposa. 2. Realizado el trámite de audiencia reservada al contrayente en el Registro Civil Consular, éste manifestó que desconoce el lugar de nacimiento de ella; que se conocieron hace varios años en Barahona, por unos amigos, y mantienen relaciones desde hace cinco años; que convivieron durante un año; que ella vive en Madrid con una hermana y una tía, desconociendo su número de teléfono; que ella trabaja como domestica, y no sabe sus ingresos; que él trabaja en un laboratorio de informática, y su cónyuge le envía dinero; que ningún amigo o familiar suyo o de su cónyuge asistió a la boda; que no conoce a sus suegros; que se comunican por teléfono semanalmente; que piensa establecer su residencia en – 1055 – España; que hace dos años solicitó visado para viajar a España; que él tiene cinco hermanos y ella cuatro hermanos; que su cónyuge desde que mantienen relación sentimental ha venido dos veces a este país. Mediante comparecencia ante el Encargado del Registro Civil de Madrid, la contrayente, entre otras, hizo las siguientes manifestaciones: que se ratifica en la solicitud de que el matrimonio se transcriba en el Registro Consular de Santo Domingo; que no existe impedimento de ligamen o parentesco alguno, que asistió al matrimonio con plena libertad y que su intención al contraer matrimonio es el propio de dicha institución; que estuvo viviendo con su cónyuge durante un año en Barahona y en 1995 se vino a España; que su marido da clases en un colegio de computadoras; que desde que vino a España ha ido dos veces a la Republica dominicana, en el año 1997 y en agosto de 2003; que su marido vive en la casa de la madre de la compareciente, con un hermano y con su padre 3. El Encargado del Registro Civil Consular dictó acuerdo con fecha 14 de mayo de 2004, denegando la inscripción del matrimonio solicitado, por existir serias dudas de que ambos contrayentes vayan a convivir como pareja una vez que el ciudadano dominicano se encuentre en España, razones avaladas en las dos audiencias reservadas practicadas a los contrayentes. 4. Notificado el Ministerio Fiscal y los solicitantes, la interesada interpuso recurso, oponiéndose al acuerdo y solicitando la inscripción del matrimonio, alegando que en las entrevistas se produjo una incongruencia acerca del trabajo de la interesada, ya que ella no le había comunicado a su marido el cambio de trabajo reciente. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal, quién manifestó su oposición. El Encargado del Registro Civil Consular remitió lo actuado a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución, ratificándose en la denegación de la inscripción. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. Boletín núm. 1984–Pág. 209 – 1056 – III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios VI. De estos hechos comprobados es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo han estimado los Encargados de los Registros Civiles Consular y Central, que por su inmediación a los hechos son quienes más fácilmente pueden apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos Boletín núm. 1984–Pág. 210 V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en la República Dominicana el 25 de agosto de 2003 entre un ciudadano dominicano y una española por residencia, dominicana de origen, y se constata la concurrencia de unos hechos objetivos que se consideran determinantes para deducir que el matrimonio ha sido celebrado persiguiendo finalidad distinta de la que le es propia y que, por esa causa, no puede ser objeto de inscripción: ella declara que se vino a España en 1995, que habían convivido un año en Barahona-Santo Domingo y que él vive en la casa de la madre de ella, con un hermano y con su padre. A pesar de esta convivencia, él declara que no conoce a sus suegros. Además, ignora dónde había nacido la contrayente, su número de teléfono -se llaman, según él, semanalmente- y los ingresos que tiene, hecho éste que no se comprende entre personas que emprenden un proyecto de futuro en común. Ella manifiesta que regresó a Santo Domingo en 1997 -no hay justificante de la realización de este viaje- y en 2003, al contraer matrimonio. No se aporta prueba que permita conocer si entre 1997 y 2003 ha existido algún tipo de comunicación entre los contrayentes, como tampoco la hay de los envíos de dinero que él dice haber recibido de ella. – 1057 – cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (5.ª) de 29 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se inscribe porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto del Encargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 14 de mayo de 2003, doña M. de los Á. S. S., nacida en Las Palmas de Gran Canaria, el 1 de octubre de 1976, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el 5 de mayo de 2003 en Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana (Cuba), según la ley local, con don M. Á. S. N., nacido en Ciudad de La Habana (Cuba), el 11 de febrero de 1977, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, DNI y fe de vida y estado de ella, y certificado de nacimiento, de matrimonio anterior y de sentencia de divorcio de matrimonio anterior de su marido. 2. Ratificados los interesados, en fecha 14 de mayo de 2003 comparece el contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 26 años de edad, es soltero y actualmente no trabaja y su esposa le manda dinero; que tiene un hijo de tres años, de una relación no formalizada con una ciudadana cubana; que su actual esposa tiene 26 años de edad, es soltera y trabaja como camarera; que se conocieron en septiembre de 2001, cuando ella viajó a Cuba para realizar trabajos de santería con el abuelo del contrayente; que ella viajó de nuevo a Cuba en junio de 2002, por veintiún días, y en mayo de 2003, para contraer matrimonio; que viajará definitivamente a España; que tiene un tío y una prima en España, casada con un ciudadano español en el año 1997. En la misma fecha es entrevistada la esposa quien declara que tiene 26 años de edad, es soltera y actualmente se encuentra en paro; que su esposo tiene 26 años de edad, es soltero y actualmente hace un mes que no trabaja; que conoció a su esposo en septiembre de 2001, cuando viajo a Cuba por motivos de religión, pues el abuelo de su marido es padrino de religión de ella; que volvió a ver a su marido en junio de 2002, cuando viajó por un mes, y ha vuelto a Cuba en abril de 2003 para contraer matrimonio; que su esposo viajará a vivir definitivamente a España. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la evidente intención del esposo de utilizar el matrimonio como vía para Boletín núm. 1984–Pág. 211 – 1058 – salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 29 de abril de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, la contrayente, representada por Letrada, presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando una resolución por la que se deje sin efecto el auto del consulado de España en Cuba, alegando que la resolución de referencia es nula, ya que se refiere a la interesada como «M. de los D.»; que desde que las partes se conocen, ella ha viajado a Cuba en cinco ocasiones, y que han mantenido una comunicación de forma escrita, telefónica y personal. Se adjunta factura de billete de avión y fotos de los contrayentes. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. Boletín núm. 1984–Pág. 212 FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 1-1.ª, 73.ª y 28-1.ª de octubre; 7-1.ª y 17-2.ª de noviembre y 9-2.ª y 3.ª de diciembre de 2003; y 19-3.ª de enero, 5-2.ª, 12-3.ª y 4.ª, 18-4.ª y 19-3.ª de febrero, 5-1.ª y 241.ª de marzo, 3-1.ª, 5-2.ª y 14-2.ª de abril y 22-3.ª de septiembre de 2004. II. No sólo en el expediente previo para el matrimonio civil, a través del trámite de la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente (art. 246 RRC), sino también cuando se intenta inscribir en el Registro Civil español un matrimonio ya celebrado en el extranjero mediante la certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración (art. 256-3.º RRC), es deber del Encargado cerciorarse de la inexistencia de impedimentos u otros obstáculos que provoquen la nulidad del matrimonio. Especialmente para evitar la inscripción de los llamados matrimonios de complacencia en los que el verdadero propósito de las partes no es ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de las ventajas de la apariencia matrimonial para facilitar la situación del extranjero – 1059 – en relación con los requisitos de entrada y permanencia en España, el Encargado debe calificar, a través de las declaraciones complementarias oportunas que integran el título inscribible (cfr. art. 256 RRC), si ha habido verdadero consentimiento matrimonial en la celebración o si, por el contrario, se trata de un matrimonio simulado, nulo por la ausencia de dicho consentimiento matrimonial. III. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). IV. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos, sin sombra de duda, la existencia de la simulación. Las audiencias reservadas practicadas no han revelado ninguna contradicción o desconocimiento básico entre los contrayentes. Aunque es cierto que tampoco han revelado que entre ambos haya el profundo conocimiento que cabe esperar entre dos personas que contraen matrimonio, ello se debe más a lo formulario y sucinto de las audiencias practicadas que a verdadero desconocimiento. Es cierto que ella, en audiencia reservada, manifestó haber conocido al contrayente con ocasión de un viaje realizado a Cuba «por motivos de religión», pero este hecho no puede servir de fundamento para denegar la inscripción del matrimonio solicitada pues, considerado aisladamente, nada puede deducirse de él que lleve a la conclusión de que el consentimiento matrimonial prestado no sea verdadera y propiamente tal. V. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aun en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar (aquí inscribir) un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. 2.º Ordenar que se inscriba en el Registro Civil del Consulado General de España en La Habana el matrimonio celebrado el 5 de mayo de 2003 en la República de Cuba entre don M. Á. S. N. y doña M. de los Á. S. S. RESOLUCIÓN (1.ª) de 30 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega la inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del EnBoletín núm. 1984–Pág. 213 – 1060 – cargado del Registro Civil Consular en La Habana. HECHOS 1. En fecha 19 de abril de 2004, don J. M. V. A., nacido en Matanzas (Cuba), el 27 de diciembre de 1939, de nacionalidad española, presentó en el Consulado General de España en La Habana impreso de declaración de datos para la transcripción de su matrimonio celebrado el día 27 de diciembre de 2000 en La Habana (Cuba), según la ley local, con doña R. R. O. P., nacida en La Habana (Cuba), el 4 de enero de 1948, de nacionalidad cubana. Aportaba como documentación acreditativa de su pretensión: hoja declaratoria de datos para la inscripción del matrimonio, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificado de nacimiento, donde consta la recuperación de la nacionalidad española en febrero de 2000, certificado de matrimonio y de sentencia de divorcio de él, y certificado de nacimiento y fe de soltería de su mujer. 2. Ratificados los interesados, en fecha 19 de abril de 2004 comparece el contrayente ante el Registro Consular manifestando que tiene 64 años de edad, es divorciado, y hace 18 ó 20 años que está jubilado por enfermedad crónica; que su esposa tiene 56 años de edad, es soltera y jubilada desde hace 6 años; que conoció a su esposa hace 30 años pues viven en la misma localidad, y comenzaron la relación de pareja dos o tres meses antes de casarse; que inscriben el matrimonio para poder viajar; que su esposa tiene una hermana y un sobrino que residen en España; que ella solicitó visado para viajar a Rusia, el cual fue denegado; que piensa viajar definitivamente a España. En la misma fecha es entrevistada la esposa quien declara que tiene 56 años de edad, es soltera y hace un año y medio que se jubiló; que su esposo tiene 64 Boletín núm. 1984–Pág. 214 años de edad, es divorciado y se jubiló hace mucho tiempo, pero no sabe porqué razón; que se conocieron hace más de 30 años, pues viven en la misma localidad, que comenzaron la relación de pareja en octubre del año 2000, y contrajeron matrimonio en diciembre del mismo año; que su hermana y su sobrino residen en España; que ya estaba casada cuando solicitó visado al Consulado por tránsito hacia Rusia, pero que no recuerda en qué año. Del resultado de las audiencias el Cónsul considera que, dado el desconocimiento en cuanto a sus respectivas circunstancias personales, y la clara intención de la esposa de utilizar el matrimonio como vía para salir del país, existirían suficientes razones para considerar como matrimonio de complacencia el matrimonio de referencia. 3. El Ministerio Fiscal estima que en la tramitación del expediente se han guardado las prescripciones legales y que existiendo una certeza racional de obstáculo legal que vicia la prestación del real y verdadero consentimiento matrimonial, se opone a la transcripción del citado matrimonio en el Registro Civil Consular. El Encargado del Registro Consular deniega mediante auto de fecha 29 de abril de 2004 la transcripción del matrimonio de los contrayentes por considerarlo nulo, al no existir consentimiento matrimonial real por parte de los cónyuges, incurriendo en un supuesto de matrimonio de complacencia. 4. Notificada la resolución a los interesados, el contrayente interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado solicitando que se revisara la inscripción de su matrimonio, acompañando resumen de su historia clínica que justificaba la perdida de memoria, y certificado de nacimiento del abuelo de su esposa. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratifica en todos los extremos del informe – 1061 – emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Consular confirma la resolución apelada y ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio; 5-2.ª y 6-1.ª de julio; 21-2.ª, 24-3.ª, 29-1.ª y 2.ª y 301.ª de septiembre; y 4-3.ª y 5-1.ª de octubre de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios Boletín núm. 1984–Pág. 215 – 1062 – interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 27 de diciembre de 2000 entre un español, residente en Cuba, y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resultan determinados hechos objetivos de los que cabe deducir que el matrimonio celebrado no ha perseguido los fines propios de esta institución. Existen contradicciones y desconocimiento de datos que el recurrente atribuye en su escrito de impugnación a pérdida de memoria consecuencia de sus dolencias cardíacas, que fueron la causa de su jubilación. Precisamente, al ser ella preguntada sobre la causa de dicha jubilación, dijo ignorarla. Declaró él que su esposa se había jubilado hacía seis años y sólo había transcurrido año y medio desde que lo hizo. Él, residente en Cuba, había recuperado la nacionalidad española en febrero de 2000, conocía a la contrayente desde hacía 30 años, puesto que vivían en la misma localidad, pero iniciaron su relación de pareja solo «dos o tres» meses y, prácticamente de inmediato, contrajeron matrimonio. Tres años y medio mas tarde instaron la inscripción de éste en el Registro español y alegaron como causa «poder viajar». Según manifestó él, la contrayente tiene una hermana en España; en el año 2000, ella había solicitado visado para viajar a Rusia, que le fue denegado y su voluntad es la de residir en España. Lo que antecede ha de relacionarse con lo que el Consulado reiteradamente informa en estos supuestos de solicitud de inscripción de matrimonios celebrados entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo Boletín núm. 1984–Pág. 216 por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (2.ª) de 30 de noviembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Encargado del Registro Civil Central. HECHOS 1. Con fecha 17 de enero de 2003, don D. S. F., nacido en Chandevillar, Balboa (León) el 21 de agosto de 1955, de nacionalidad española y domiciliado en Chandevillar, solicitaba ante el Registro Civil Central la inscripción de su matrimonio civil celebrado en Playa, Ciudad de La Habana (Cuba) el 23 de mayo de 2002 con doña M. A. H., nacida en Hol- – 1063 – guín (Cuba) el 6 de septiembre de 1986, de nacionalidad cubana y domiciliada en la Holguín (Cuba). Acompañaba con la solicitud los siguientes documentos: certificado de matrimonio celebrado en Cuba; copia de partida de nacimiento y pasaporte del contrayente. que él regresó a Cuba en mayo de 2003 por dieciséis días; que no puede precisar después que se casó, en qué fecha ha venido su esposo; que piensa viajar definitivamente a España, que solicitó visado invitada por su esposo y le fue denegado. 2. Realizado el trámite de audiencia reservada al contrayente en el Registro Civil de Ponferrada el 16 de mayo de 2003, este manifestó que es empresario de profesión; que viaja a Cuba con frecuencia, y el primer viaje lo hizo en 1995, y desde entonces vuelve casi todos los años, y normalmente sus estancias son quincenales; que conoció a su esposa en septiembre de 2001, en la carretera, donde ella hacía autostop, y él la recogió; que cuando regreso a España, siguió manteniendo contacto con ella por teléfono, mensajes y cartas; que volvió a ir 15 días a Cuba en enero de 2002, y en abril volvió a pasar una quincena, siendo entonces cuando decidieron casarse en el mes de mayo; que conoce a la familia de su esposa, y como ella era menor de edad, para casarse tuvieron que autorizarla sus padres; que después de la boda, él volvió a Cuba en octubre de 2002, durante una quincena, en enero de 2003, otros quince días y en el mes de abril, y durante estas estancias ha vivido con su esposa en una casa de alquiler. Se aporta por el declarante, certificación literal de nacimiento, certificación de empadronamiento en el Ayuntamiento de Balboa y testimonio íntegro de su pasaporte. 4. El Encargado del Registro Civil Central dictó acuerdo con fecha 30 de abril de 2004, denegando la inscripción del matrimonio solicitado, fundamentando su resolución en el hecho de que en éste caso al tratarse de un matrimonio celebrado en el extranjero por ciudadano español, adquiere gran importancia la audiencia personal reservada realizada a los contrayentes, y, de ese trámite, resultó que el esposo ha manifestado que desde que conoció a su esposa ha viajado a Cuba en siete ocasiones, pero en el testimonio del pasaporte aportado no hay constancia de ninguno de los referidos viajes, sin que se haya aportado prueba o indicio alguno de que los haya realizado. Ante estos hechos concretos y las manifestaciones de la esposa, cabe deducir la falta de consentimiento valido para la celebración del matrimonio, encontrándonos ante el fenómeno tan frecuente, de un negocio jurídico simulado con fines migratorios. 3. Mediante comparecencia ante el Encargado del Registro Civil Consular de La Habana el 23 de enero de 2004, doña M. A. H., entre otras, hizo las siguientes manifestaciones: que ella actualmente es ama de casa y él trabaja en una empresa forestal, cuidando árboles, y no sabe desde cuándo hace esto; que se conocieron en el año 2002, no recuerda el mes, cuando ella estaba pidiendo que le adelantaran en la carretera y él le adelantó en su auto y se vieron por una semana; 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los solicitantes, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, solicitando que se revoque el acuerdo apelado, ordenando que se inscriba el matrimonio, alegando que ha existido relación previa y posterior a la celebración del matrimonio, adjuntando relación de billetes de avión a Cuba, certificación de titularidad de cuentas bancarias y extractos de movimiento, para justificar que el contrayente mantiene económicamente a su mujer, facturas de teléfono, recibos de alquiler de vivienda en Cuba y fotografías. 6. Comunicada la interposición del recurso al Ministerio Fiscal, el Encargado Boletín núm. 1984–Pág. 217 – 1064 – del Registro Civil Central remitió lo actuado a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución, informando que a su juicio no habían sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que aconsejaron dictar tal resolución, entendiendo que ésta debía ser confirmada. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en EspaBoletín núm. 1984–Pág. 218 ña o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan – 1065 – una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 23 de mayo de 2002 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resultan determinados hechos objetivo de los que cabe deducir que el matrimonio celebrado no ha perseguido los fines propias de esta institución. El auto apelado basaba fundamentalmente la denegación de la inscripción del matrimonio en el hecho de que no estuviesen reflejadas en el pasaporte las entradas y salidas del recurrente a Cuba correspondientes a los viajes realizados por éste y siendo esa la base de la denegación no resulta lógico que no se mencione ni justifique en el recurso la razón de la omisión de dicho dato en el citado documento. Las respuestas, sobre todo de la contrayente, dadas en el trámite de audiencia revelan contradicciones y el desconocimiento de hechos que no son justificables: ella manifiesta que él trabaja en una empresa forestal, cuidando árboles, él dice que es empresario. Le conoció en 2002, aunque no recuerda el mes; él declaró que la conoció en septiembre de 2001. Regresó a Cuba, según ella, en mayo de 2003, pero él manifiesta que, antes de esa fecha, hizo un viaje en enero de 2002 y otro en abril de dicho año. En el de mayo contrajo matrimonio. No se justifica que puedan ser ignorados por ella esos dos viajes intermedios. Como tampoco que no pueda precisar las fechas de los viajes de él, posteriores al matrimonio ni siquiera el número de veces que los ha hecho. Se aportan justificantes de billetes de avión que no coinciden totalmente con los vuelos declarados. Relación de llamadas telefónicas emitidas contra una sociedad, no contra el contrayente, efectuadas a teléfonos de Cuba que no coinciden con el que, en el trámite de audiencia, había facilitado como de la contrayente. Una relación de transferencias efectuadas internamente entre dos cuentas abiertas en una misma sucursal. Lo que antecede ha de relacionarse con lo que el Consulado reiteradamente hace constar en estos supuestos de solicitud de inscripción de matrimonios sobre la situación que se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios. En este caso la contrayente había ya solicitado un visado para viajar a España y manifestado, según señala expresamente el Consulado, su voluntad de residir definitivamente en ella. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. Boletín núm. 1984–Pág. 219 – 1066 – RESOLUCIÓN (3.ª) de 30 de noviembre de 2004, sobre declaración de nacionalidad española. No es española iure soli la nacida en España en 2003, hija no matrimonial de dominicano y de ecuatoriana, porque es dominicana iure sanguinis. En el expediente sobre declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los promotores contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Móstoles (Madrid). HECHOS 1. Mediante escrito presentado en el Registro Civil de Móstoles, don H. O. M. H., de estado civil soltero y nacionalidad dominicana, y doña C. L. P. A., de estado civil soltera y nacionalidad ecuatoriana, ambos mayores de edad y con domicilio en ese municipio, promueven expediente de declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española de la hija de ambos J. M. P., nacida el 4 de noviembre de 2003 en Móstoles. Aportaban como documentos probatorios de la pretensión: fotocopia de las tarjetas de residencia de los promotores, certificación literal de nacimiento de la menor, fotocopia del libro de familia, certificado del Consulado General del Ecuador de que la promotora tiene la nacionalidad ecuatoriana, legislación ecuatoriana de nacionalidad, certificado del Consulado General de la Republica Dominicana, de que la menor no se encuentra inscrita, y de que los hijos de padres o madres dominicanos que hayan nacido en otro territorio, serán dominicanos, si vinieren y se domiciliaren en el país. 2. Ratificados los promotores en el contenido de su solicitud, el Ministerio Fiscal informa que no procede acceder a Boletín núm. 1984–Pág. 220 lo solicitado al no ser de aplicación el artículo 17.1 del Código civil de acuerdo con la doctrina de la Dirección General de los Registros y del Notariado, entre otras la resolución de 15 de febrero de 1994 que dice que, el nacido en el extranjero de padres dominicanos es dominicano iure sanguinis salvo que haya adquirido iure soli la nacionalidad española, y la conclusión es que la menor, para la que se pide la nacionalidad española, no tiene esta condición, al no tratarse de una situación de apátrida originaria que ha querido evitar el legislador. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto con fecha 13 de diciembre de 2003 denegando la nacionalidad española de origen a la menor, en base a los argumentos expuestos por el Ministerio Fiscal. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se remite a su anterior informe. La Juez Encargada del Registro Civil remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 12 y 17 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 y 338 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 15 de febrero de 1994, 17-2.ª de noviembre de 2001 y 5-4.ª de febrero, 17-2.ª de abril, 20-5.ª de mayo, 10-4.ª y 5.ª de junio y 16-7.ª de septiembre de 2002. II. Se ha intentado por este expediente que se declare con valor de simple presunción que tiene la nacionalidad española de origen la nacida en España en 2003, hija no matrimonial de padre dominicano y de madre ecuatoriana. La petición se basa en la forma de atribución – 1067 – iure soli de la nacionalidad española para los nacidos en España de padres extranjeros, si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad (cfr. art. 17-1-c del Código civil). III. De acuerdo con el conocimiento adquirido por este Centro Directivo de la legislación constitucional dominicana, el nacido en el extranjero de padres dominicanos es dominicano iure sanguinis salvo que haya adquirido iure soli la nacionalidad española. Por lo tanto, dado el carácter subsidiario de la atribución iure soli de la nacionalidad española y la preferencia para el legislador español del ius sanguinis sobre el iure soli, hay que concluir que la nacida es dominicana y que no entra en juego el citado precepto del Código civil, pues no se produce una situación de apatridia originaria que justificaría la atribución de la nacionalidad española. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 30 de noviembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Leganés ( Madrid). HECHOS 1. Con fecha 13 de abril de 2004, don K. H. C., nacido en Tánger (Marruecos), el 28 de junio de 1984, soltero, con documento de identidad y con domicilio en Leganés y doña N. S. N., nacida en Madrid, el 28 de noviembre de 1982, soltera, con DNI y con domicilio en Leganés, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil. Acompañan los siguientes documentos: fotocopia del pasaporte, extracto de nacimiento, certificados consulares, extracto de ficha antropométrica, confirmación de soltería y certificado de empadronamiento de él, fotocopia del DNI, certificado de nacimiento y certificado de empadronamiento de ella. 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que conocen a los contrayentes, que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio no incurre en prohibición legal alguna. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Leganés, el 4 de mayo de 2004, dio el siguiente resultado: ella manifiesta que tiene 21 años y su pareja 19, que se conocieron en febrero del 2003 a través de un amigo común, que viven juntos desde hace tres meses, que ella tiene dos hijas y no tienen hijos en común, que él desde que vino a España no ha vuelto a su país, que ha trabajado en inmobiliarias y actualmente está en paro, que su pareja está trabajando en una empresa de reformas, que vive en el domicilio de su abuela, que sabe los nombres de los padres de él y que tiene tres hermanos pero no sabe como se llaman, no sabe a qué se dedican y habla con los padres por teléfono, aunque poco por no entender el idioma, que sabe que su pareja ha solicitado la tarjeta de residencia, pero no se la han concedido. Él manifiesta que tiene 19 años y que su pareja tiene 21 años y no recuerda la fecha de cumpleaños, que es marroquí, que se conocen hace un año y uno o dos meses y se conocieron en el barrio, que no han vivido juntos antes, no tienen hijos en común y ella tiene dos niñas la mayor se llama N. y la pequeña E., que él Boletín núm. 1984–Pág. 221 – 1068 – llego a España hace dos años y no ha vuelto a viajar, que están siempre juntos pues su pareja vive al lado de su domicilio, que trabaja montando pladur y ella no trabaja, que tiene medios suficientes para vivir y no sabe los de su pareja, que los padres de su pareja se llaman A. y S., al padre no le ha visto nunca y la madre murió y conoce a la abuela que se llama P. y a un hermano de 19 años que se llama D. y que él tiene tres hermanos varones y él es el mayor. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste emitió informe el 17 de mayo de 2004, oponiéndose al matrimonio proyectado dadas las contradicciones existentes en las declaraciones efectuadas por ambos promoventes. A la vista de lo actuado la Juez Encargada del Registro Civil Leganés, dictó auto con fecha 21 de mayo de 2004 denegando la autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución por resultar acreditada la existencia de impedimentos y obstáculos por falta de consentimiento matrimonial de conformidad con lo dispuesto en los arts. 44 y siguientes del Cc. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que desean contraer matrimonio. 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, da su conformidad al auto apelado, por las razones que expuso en su anterior informe. La Juez Encargada del Registro Civil de Leganés remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución y confirma el auto apelado por sus propios fundamentos. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; Boletín núm. 1984–Pág. 222 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 203.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son – 1069 – sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre una española y un marroquí, resultan del trámite de audiencia suficientes hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Se advierte la existencia de contradicciones y un desconocimiento de datos personales que no son comprensibles entre personas que manifiestan tener una relación desde hace más de un año. La más significativa de esas contradicciones es que ella manifiesta que están conviviendo desde hace tres meses y él declara que «no han vivido juntos antes». Consecuencia de esa declaración es que ella señala como domicilio de los dos el de ella y él no señala un domicilio común y dice que ella vive al lado de la calle en la que él lo hace. Tampoco coinciden sus declaraciones en cuanto a la forma en que se conocieron. Preguntados por la fecha de su nacimiento, ella indica sólo el año y él manifiesta que no recuerda la de ella. Él desconoce los ingresos que ella tiene, lo que no resulta lógico en vísperas de su matrimonio no saber los ingresos con los que cuenta la pareja. Ella ignora el nombre de los hermanos de él y éste confunde la edad de la hija mayor de ella. A la vista de lo que antecede hay que concluir, como lo hace el Ministerio Fiscal y la Juez Encargada, que el matrimonio civil proyectado persigue finalidad distinta de la de contraerlo efectivamente. El recurso no contiene alegaciones que desvirtúen los hechos revelados en las audiencias reservadas. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. RESOLUCIÓN (5.ª) de 30 de noviembre de 2004, sobre cambio de apellidos. Se declara la nulidad parcial de actuaciones del Encargado que deniega un cambio de apellido, siendo incompetente para ello, y la Dirección General, por delegación del señor Ministro de Justicia, deniega el cambio pretendido por falta del requisito de uso habitual. En las actuaciones sobre cambio de apellidos remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Sevilla. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Sevilla, don D. R. E., con DNI y con domicilio en Alcalá del Río, solicitaba como primer apellido «de la Rosa» por ser el que le corresponden legítimamente y ser conocido por el mismo, manifestando que el apellido «Rosa» al ser nombre propio le genera problemas tanto para el peticionario como para sus descendientes. Al mismo tiempo solicita el cambio de su segundo apellido «E.» por el de «C.» que es el segundo apellido materno. Acompaña los siguientes documentos: certificación de nacimiento del peticionario y de su padre, partidas de bautismo y certificado de confirmación del abuelo y hermanos del solicitante con el primer apellido «de la Rosa» y fotocopia del Libro de Familia y del DNI del promotor con el primer apellido «Rosa» 2. Ratificado el interesado, el Ministerio Fiscal no es opone a lo solicitaBoletín núm. 1984–Pág. 223 – 1070 – do en su informe. El Juez Encargado del Registro Civil de Sevilla, dictó auto con fecha 7 de junio de 2004, autorizando al peticionario el cambio de los apellidos «R. E.» por «de R. C.». 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste con fecha 1 de julio de 2004 prestó su conformidad con la misma y se practica la inscripción del cambio de apellidos en el acta de nacimiento. 4. Con fecha 15 de julio de 2004 don D. R. E. presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegado que no está de acuerdo con el primer apellido «de Rosa», ya que en todos los documentos aportados de su abuelo paterno y hermanos, así como su bisabuelo, están registrados como «de la Rosa». Acompaña nuevamente los documentos reseñados en su primera petición y facturas donde aparece el promotor con el primer apellido en la forma solicitada. 5. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que entiende que no procede admitir a trámite el recurso, toda vez que el promotor mostró su conformidad con el auto recurrido en la notificación y se declaró firme. El Juez Encargado del Registro Civil remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 57 y 59 de la Ley del Registro Civil; 195, 205, 206 y 209 del Reglamento del Registro Civil; y las Resoluciones de 27-1.ª de enero de 2001, 30-3.ª de noviembre de 2002 y 28-7.ª de mayo de 2003 y 17-2.ª y 4.ª de octubre de 2003. II. Son dos las peticiones contenidas en el escrito inicial del interesado: Una, la modificación de su apellido materno «E.» que era el primero de su madre, por el segundo de ésta, «C.». Otra, el cambio Boletín núm. 1984–Pág. 224 del apellido paterno «Rosa» por «de la Rosa». La primera de ellas fue admitida por el Juez Encargado. La segunda, por aplicación de lo dispuesto en el artículo 195 del Reglamento del Registro Civil, lo fue parcialmente, pues al ser «Rosa» usualmente nombre propio, autorizó la anteposición de la partícula «de», pero denegó la anteposición de la partícula «la» por no quedar acreditada con la prueba aportada su pertenencia legítima. Tanto en lo relativo al cambio del apellido «E.» como en lo que se refiere a la anteposición de la partícula «de» al apellido «Rosa», la competencia corresponde al Juez Encargado del Registro (cfr. art. 59.1.º LRC y 209.1.º RRC y 195 RRC). No sucede lo mismo respecto de la autorización para anteponer la partícula «la» al citado apellido «Rosa», porque dicha anteposición supondría un verdadero cambio del apellido para el cual carece de competencia el Juez Encargado por venir atribuida, salvo en casos expresamente previstos, al Ministerio de Justicia y por delegación a esta Dirección General. III. El Encargado del Registro Civil del domicilio tiene facultades para decidir en primera instancia un expediente de cambio de apellidos en los supuestos taxativos que señalan los artículos 59 de la Ley del Registro Civil y 209 de su Reglamento. Como en este caso no se trata de ninguno de los supuestos previstos en dichos artículos la denegación de autorización para anteponer a «Rosa» la partícula «la», excede de las competencias propias de aquel, por lo que este expediente, una vez instruido ante el Registro Civil del domicilio (cfr. art. 365 RRC), tenía que haber sido resuelto por el Ministerio de Justicia, de acuerdo con la competencia general atribuida en materia de cambio de nombre propio y de los apellidos por el artículo 57 de la Ley del Registro Civil y hoy, por delegación, por esta Dirección General de los Registros y del Notariado. – 1071 – IV. Consiguientemente ha de declararse la nulidad de actuaciones, por incompetencia, del auto dictado por el Juez Encargado (cfr. arts. 48 y 62 LEC y 238 y 240 LOPJ, en relación con la remisión contenida en el art. 16 RRC) en lo que se refiere a la denegación mencionada y examinar la cuestión de si la modificación solicitada puede ser concedida, tras el expediente instruido, por este Centro Directivo. V. Esta cuestión debe ser resuelta negativamente, pues aún cuando pudiera darse por acreditada la pertenencia legítima del apellido «de la Rosa» con las certificaciones de la Iglesia Católica anteriores a la creación del Registro Civil, lo que no está probado es otro de los requisitos exigibles, cual es el relativo a la situación de hecho en el uso del apellido (cfr. art. 57.1.º LRC y 205.1.º RRC) y para que el Ministerio de Justicia pueda autorizar el cambio de apellidos, tiene, efectivamente, que acreditarse dicho requisito. Es decir, ha de probarse en el expediente que el apellido, en la forma propuesta, constituye una situación de hecho no creada por el interesado, lo que significa, de un lado, que la persona afectada por el cambio usa y es conocida por dicho apellido y, de otro, que dicho uso y conocimiento no ha sido provocado de propósito para conseguir la modificación pretendida. Pues bien, la documentación que a tal fin se aporta, consistente en unas facturas, aparte de insuficiente, es de fecha tan reciente y próxima a la de la solicitud inicial cursada, que no es válida para acreditar una situación de hecho, consolidada en el tiempo, del uso del apellido propuesto e induce a pensar que ha sido creada por el propio interesado con el fin de alcanzar el cambio pretendido. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Declarar la nulidad por incompetencia del auto dictado por el Juez Encar- gado del Registro Civil de Sevilla el 7 de junio de 2004, en lo que se refiere a la denegación para anteponer al apellido paterno la partícula «la», confirmándolo en todo lo demás. 2.º Desestimar el recurso y denegar, por delegación del señor Ministro de Justicia (ORDEN JUS/1825/2003, de 26 de junio), la autorización para anteponer al primer apellido del recurrente la partícula «la». RESOLUCIÓN (1.ª) de 1 de diciembre de 2004, sobre inscripción de nacimiento y opción a la nacionalidad española. No puede optar a la nacionalidad española por la vía del art. 20 n.º 1, b) del Código civil, en su redacción dada por la Ley 36/2002, de 8 de octubre, el extranjero menor de edad adoptado en forma simple en Argentina por un español de origen en 1978, porque si bien en la redacción del Código civil dada por Ley 7/ 1970, de 4 de julio creaba un nuevo vínculo irrevocable de filiación con ruptura de los vínculos con la familia natural, en este caso al haberse constituido la adopción por parte de las autoridades judiciales argentinas, cuando el art. 9 n.º 5 Cc establecía la competencia judicial internacional a favor de las autoridades españolas por ser español el adoptante, dicha adopción no puede ser reconocida por España. En el expediente de inscripción de nacimiento y opción a la nacionalidad española, remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra resolución de la Encargada del Registro Civil Consular de Buenos Aires (Argentina). HECHOS 1. Don E. D. S. B.-T., nacido el 29 de junio de 1968 en Lomas de Zamora (ArBoletín núm. 1984–Pág. 225 – 1072 – gentina) solicitó en el Registro Civil Consular de España en Buenos Aires (Argentina) la inscripción de su nacimiento como hijo de padre español. Adjuntaba los siguientes documentos: declaración de datos para la inscripción, certificado de nacimiento del promotor, copia de la sentencia de 10 de mayo de 1978, por la que se constituye la adopción simple de los menores H. A. y E. D. por don R. W. S., con efectos retroactivos de 26 de marzo de 1977, pasaporte español y certificado de nacimiento de don R. W. S. B., y de su matrimonio con doña A. L. A., madre del promotor, inscripción de nacimiento y certificación en extracto de inscripción de nacimiento de don H. A. T. A., hermano del promotor. 2. La Encargada del Registro Civil Consular dictó auto con fecha 29 de abril de 2003, acordando no autorizar la inscripción de nacimiento del promotor, en base a que la adopción constituida según las leyes argentinas es una adopción simple, y sus efectos no corresponden a la adopción regulada por los artículos 175 y siguientes del Código civil. 3. Notificada la resolución al interesado, éste presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que a su hermano se le había otorgado la nacionalidad española, por lo que solicitaba la revisión de su expediente. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que reiteró lo indicado en el auto recurrido. La Encargada del Registro Civil consular confirmó la resolución recurrida remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18, 154 y 173 a 179 del Código civil en su redacción originaria, 18 y 20 del Código civil conforme Boletín núm. 1984–Pág. 226 a la redacción de la Ley de 15 de julio de 1954, 20 del Código civil redacción conforme a la Ley de 8 de octubre de 2002; 15, 16, 23 y 46 de la Ley del Registro Civil; 66, 68 y 85 del Reglamento del Registro Civil y las Resoluciones de 11 de mayo de 1999, 5-2.ª de abril de 2000, 19 de mayo de 2001 y 3 de abril de 2002 y 23-4.ª y 30-5.ª de enero de 2004. II. Se ha intentado por estas actuaciones inscribir el nacimiento y opción a la nacionalidad española de un ciudadano argentino nacido en Argentina en 1968 adoptado en forma simple conforme a la ley argentina en 1978, siendo el adoptante español de origen. III. Dada la fecha en que se constituyó la adopción en Argentina, a la redacción entonces vigente del Código civil hay que atenerse, sin que en principio puedan ser tenidas en cuenta las reformas posteriores sobre la adopción interna e internacional sobrevenidas en nuestro Derecho (vid. Disposiciones transitorias 1.ª y 2.ª de la Ley 21/1987 de 11 de noviembre). Es lo cierto que el Código civil en su redacción vigente a la fecha de la indicada constitución de la adopción, incluso en su modalidad simple y no plena, creaba un vínculo de parentesco entre el adoptante, el adoptado y sus descendientes, correspondiendo al hijo adoptivo los mismos derechos y obligaciones que a los hijos por naturaleza, con excepciones circunscritas al ámbito sucesorio, además de conferir al adoptante la patria potestad sobre el adoptado menor de edad y de tener un carácter en todo caso irrevocable (cfr. arts. 176 y 177 Cc en su redacción dada por Ley 7/1970, de 4 de julio). Desde este punto de vista no cabe poner en cuestión el vínculo de filiación alegado. La conclusión anterior, está basada en la consideración de la condición de la ley española como ley aplicable a los efectos de la adopción discutida por aplicación de lo previsto en el artículo 9 n.º 5 del Código civil en su redacción originaria, lo cual resulta importante en el – 1073 – presente caso ya que en caso de que se considerase aplicable a tales efectos la legislación argentina tal conclusión quedaría desvirtuada, pues, tal legislación, según el conocimiento adquirido de la misma por este Centro Directivo, no solo reservaba a la adopción plena el efecto de conferir al adoptado una filiación sustitutiva de la de origen, efecto que en consecuencia no cabría predicar de las adopciones simples como la ahora considerada, sino que admitía la revocación de estas últimas mediante acuerdo de las partes judicialmente manifestado, declaraba subsistentes los derechos y deberes que resulten del vínculo de sangre, con excepción de la patria potestad, y permitía el reconocimiento del adoptado y el ejercicio de las acciones de filiación después de la constitución de la adopción simple (vid. arts. 20 a 29 de la Ley 19.134 de Argentina). Sin embargo, esta ley extranjera en este caso queda desplazada, desde el punto de vista del Ordenamiento jurídico español, por la propia ley material española, toda vez que, como se ha adelantado, el artículo 9 n.º 5 del Código civil en su redacción dada por Decreto 1.836/ 1974, de 31 de mayo, vigente a la fecha de la constitución de la adopción discutida, disponía que «La adopción, en cuanto a sus efectos … se regulará por la ley del adoptante». IV. Pero lo que sucede en el presente caso es que no puede reconocerse, igualmente por consideraciones derivadas de nuestro Derecho conflictual, la validez de la adopción constituida con arreglo a la legislación argentina y ante autoridades de esta nacionalidad, dado que el artículo 9 n.º 5 del Código civil, en su redacción dada por el citado Decreto 1.836/1974, de 31 de mayo, disponía que «para la constitución de la adopción serán competentes las autoridades de la nacionalidad del adoptante», y en la constitución de la adopción ahora contemplada no intervinieron las autoridades españolas siendo como era español el adoptante. V. En estas condiciones, ante la imposibilidad legal de reconocer una adopción constituida por autoridades incompetentes (art. 9, n.º 5 Cc), hay que concluir que ni el adoptante español transmitió iure sanguinis su nacionalidad española al adoptado, ni existió una verdadera filiación que permita al interesado optar a la nacionalidad española como hijo de padre originariamente español nacido en España, conforme a la nueva redacción dada al art. 20 del Código civil por la Ley 36/2002 de 8 de octubre. Por lo demás, ni la certificación registral extranjera aportada ha sido objeto de legalización, ni la resolución judicial argentina que constituyó la adopción tiene fuerza en España al no haber obtenido el preceptivo exequatur (cfr. arts., 23 LRC, 81 y 83 RRC y 954 LEC de 1881). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (2.ª) de 1 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla. HECHOS 1. Con fecha 29 de diciembre de 2003, don E. R. M., nacido en Lorca (Murcia), el 22 de septiembre de 1951, Boletín núm. 1984–Pág. 227 – 1074 – soltero, español, con DNI y con domicilio en Melilla y doña K. N. F., nacida en Casablanca (Marruecos) el 24 de septiembre de 1985, soltera, de nacionalidad marroquí, con PSM y con residencia en Marruecos, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil en el Registro Civil de Melilla. Acompañaban los siguientes documentos: certificado de empadronamiento, fotocopia del DNI, certificación de nacimiento y fe de vida y estado de él y fotocopia del pasaporte, original y traducción del certificado de nacimiento y certificado de soltería de ella. 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio, no incurre en prohibición legal alguna. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Melilla el 24 de marzo de 2004, dio el siguiente resultado: él manifiesta que llevan más o menos tres años, que tiene 52 años y ella 18 pero que la edad no es impedimento, que la conoció en Casablanca por medio del marido de su hermana que es su amigo, que se conocieron en las navidades del 2001 en un primer viaje y en el segundo fue cuando empezaron su relación, que él vive en Lorca y ella en Casablanca y se ven unas 5, 6 ó 7 veces al año dependiendo de los puentes, Semana Santa y Navidad, que los padres no han puesto ningún impedimento, que cuando se casen van a vivir en Lorca y hasta que ella consiga el visado vivirá en Casablanca, que no han hablado de ninguna fiesta porque en Melilla no tienen a nadie y en todo caso se irán a comer con los padrinos y algún familiar suyo, que ella no ha estado nunca en Lorca y tiene estudios primarios. Ella manifiesta que llevan tres años de novios, que lo conoció en Casablanca en su casa con su familia por medio del marido de su hermana, que la segunda vez que le vio se hicieron noBoletín núm. 1984–Pág. 228 vios, que no piensa en la diferencia de edad porque le quiere, que cuando se casen van a hacer una fiesta en Melilla con la familia de su pareja porque la de ella no puede viajar por no tener documentación, sólo asistirá su hermana, que cuando se casen van a vivir en Melilla y ella ha estado viviendo allí en casa de una tía durante la tramitación de otro expediente, que su novio trabaja en la pintura, que ha estudiado primaria y parte de secundaria y está estudiando español, que no va a trabajar porque se va a dedicar a la casa. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste emitió informe el 10 de mayo de 2004, oponiéndose al matrimonio proyectado dadas las contradicciones existentes en las declaraciones efectuadas por ambos promoventes. A la vista de lo actuado la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla dictó auto con fecha 27 de mayo de 2004 denegando la autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución en las respectivas contradicciones existentes en las manifestaciones de ambos contrayentes y el desconocimiento por parte de cada uno de circunstancias personales esenciales del otro contrayente, pues ha presunción fundada de que el matrimonio sea de conveniencia y favorecer la obtención de residencia legal del contrayente extranjero. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que su propósito es fundar una familia, que lo normal es que hasta conseguir el visado un extranjero tiene que residir en su país de origen, todo ello con independencia de que dada su profesión de pintor y encontrándose actualmente con trabajo en Melilla, puedan vivir juntos en esa Ciudad y que en cuanto al tema de la celebración de la boda, expone que la hermana de su pareja se encuentra casada con un español y ellos iban a ser los padrinos – 1075 – o testigos con independencia de que más adelante harían una fiesta en Casablanca a la que acudiría su familia. 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, confirma la resolución recurrida y desestima el recurso. La Juez Encargada del Registro Civil de Melilla remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre un español y una marroquí, resultan del trámite de audiencia suficientes hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Se advierten contradicciones en cuestiones que por ser importantes y trascendentes para la vida en común, su existencia cuando es inminente el matrimonio, no resultan comprensibles, teniendo en cuenta, además, que la relación entre ellos, según manifiestan, tiene ya cierta duración. Especialmente es significativa la contradicción respecto al lugar en que piensan fijar su residencia una vez contraigan matrimonio. Él manifiesta que, entonces, vivirán en Lorca (Murcia) y ella afirma que lo harán en Melilla, en donde él actualmente trabaja. A esta contradicción se une la relativa a la celebración posterior del matrimonio, sobre la que no hay coincidencia, e igual sucede respecto de la situación de separación, -que él Boletín núm. 1984–Pág. 229 – 1076 – manifiesta, pero ella no-, que han de tener tras haber contraído el matrimonio, por consecuencia del visado de ella, separación no del todo justificada si se tiene en cuenta que ella declara que ha residido en Melilla, en casa de un familiar, durante la tramitación del expediente. No se da razón alguna para que habiendo residido antes no pueda hacerlo con posterioridad al matrimonio. A todo ello se une el hecho, sin ser por sí solo determinante, de una considerable diferencia de edad (34 años) entre los contrayentes. Las alegaciones que se formulan en el recurso no desvirtúan los hechos revelados en las audiencias reservadas. A la vista de lo que antecede hay que concluir, como lo hace el Ministerio Fiscal y la Juez Encargada, que el matrimonio civil proyectado persigue finalidad distinta de la de contraerlo efectivamente. DNI y con domicilio en Melilla y doña S. I. H., nacida en Melilla, el 21 de junio de 1985, soltera, de nacionalidad marroquí, con documento de identidad y con domicilio en Nador, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil en el Registro Civil de Melilla. Acompañaban los siguientes documentos: fotocopia del DNI, certificado de nacimiento, fe de vida y estado, y certificado de empadronamiento de él, fotocopia del documento de identidad, certificado de nacimiento, fe de soltería, certificado de residencia y fotocopia del pasaporte de ella. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Melilla el 31 de marzo de 2004, dio el siguiente resultado: él manifiesta que se encuentra en paro pero está a punto de empezar a trabajar en la construcción, que es soltero, que su novia tiene 18 años y él 34, que se conocieron por medio de la madre de su cuñado, que van a hacer una pequeña celebración familiar en casa de sus padres, que piensan vivir en casa de sus padres hasta alquilar una casa, que su novia ni estudia ni trabaja, que hace un año que la pidió en matrimonio y le regaló el anillo y un conjunto de gargantilla. Ella manifiesta que hace un año que conoce a su novio, no sabe como se conocieron ni con quién estaba acompañado su novio, que él no trabaja ni sabe en lo que ha trabajado, no le conoce mucho y tampoco se ven mucho, se considera muy religiosa y han pensado celebrar la boda religiosa en el verano en Farkhana. RESOLUCIÓN (3.ª) de 1 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Melilla, don A. M. H., nacido en Melilla, el 20 de octubre de 1969, soltero, de nacionalidad española, con Boletín núm. 1984–Pág. 230 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio, no incurre en prohibición legal alguna. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste no se opone a lo solicitado. A la vista de lo actuado la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla dictó auto con fecha 5 de mayo de 2004 denegando la – 1077 – autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución en las respectivas contradicciones existentes en las manifestaciones de ambos contrayentes y el desconocimiento por parte de cada uno de circunstancias personales esenciales del otro contrayente, pues hay presunción fundada de que el matrimonio sea de conveniencia y favorecer la obtención de residencia legal del contrayente extranjero. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que cuando contraen matrimonio en el Registro Civil conocen exactamente su trascendencia, y que hasta que el matrimonio no se celebre religiosamente, dado el gran arraigo que tiene la tradición y la religión entre los musulmanes residentes en Melilla de origen bereber, lo normal es que los cónyuges no convivan juntos, pero esto no quiere decir que no se sientan casados. 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste confirma la resolución recurrida y desestima el recurso. La Juez Encargada del Registro Civil de Melilla remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la Boletín núm. 1984–Pág. 231 – 1078 – ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre un español y una marroquí, resultan del trámite de audiencia suficientes hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución, Se advierte, especialmente en la audiencia habida con la recurrente, el desconocimiento de una serie de datos que no encuentran justificación cuando es inminente la celebración del matrimonio. Ella no recuerda cuando ni como conoció a él; ignora cual ha sido su trabajo y reconoce expresamente que «no conoce mucho a su novio ni se ven mucho». De las respectivas audiencias se deduce, además, la existencia de una instrumentalización del matrimonio civil que proyectan contraer, puesto que sus manifestaciones revelan que será a la celebración del matrimonio según el rito musulmán, a la que, realmente, atribuyan eficacia. A la vista de lo que antecede, hay que concluir, como lo hace el Ministerio Fiscal y la Juez Encargada, que el matrimonio civil proyectado persigue finalidad distinta de la de contraerlo efectiva y eficazmente. Las alegaciones que se formulan en el recurso no desvirtúan los hechos revelados en el citado trámite de audiencia. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. RESOLUCIÓN (4.ª) de 1 de diciembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega la inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. Boletín núm. 1984–Pág. 232 En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra Acuerdo del Encargado del Registro Civil Consular de La Habana. HECHOS 1. Con fecha 15 de septiembre de 2003, don A. M. M., nacido en Barcelona, el 5 de enero de 1930, viudo, español y con domicilio en Girona y doña R.-L. D. M., nacida en Cruces (Cienfuegos), el día 13 de diciembre de 1947, viuda, de nacionalidad cubana y con domicilio en Cienfuegos, comparecieron en el Registro Consular y manifiestan que ha contraído matrimonio civil en Cienfuegos (Cuba), el 29 de agosto de 2003, solicitando su inscripción en el Registro Civil español. Acompañan los siguientes documentos: impreso de declaración de datos para la transcripción del matrimonio civil, declaración de estado civil, certificado de matrimonio local, certificados de nacimiento y matrimonios anteriores de los contrayentes y defunciones de los cónyuges de ambos e invitación notarial a favor de la contrayente. 2. Realizado el trámite de audiencia reservada a cada uno de los contrayentes en el Registro Civil Consular y en el Registro Civil de Girona, los días 24 de septiembre de 2003 y 21 de noviembre de 2003 dio el siguiente resultado: ella manifiesta que tiene 55 años, es viuda y no trabaja pues su esposo la mantiene económicamente, que su actual esposo tiene 76 años, es viudo y está jubilado, que se conocieron en el año 2001 por cartas y fotografías por medio de una hermana de ella que vive en España hace cinco años casada con un ciudadano español y personalmente cuando el contrayente viajó a Cuba por única vez, en agosto de 2003, para la celebración del matrimonio y piensa residir definitiva- – 1079 – mente en España. Él manifiesta que conoció a su mujer por medio de una hermana de ella, que lleva siete años viudo y que ésta hace mucho tiempo le habló de su hermana, que tiene familia y es como si no la tuviera, que hace dos años él empezó a escribirle y hablar con ella por teléfono, que el año pasado tenía que ir a Cuba, pero por problemas con la familia tuvo que ir a Andalucía, que se conocieron personalmente durante diez días antes de casarse y él paga el alquiler de la casa donde vive. 3. Notificado el Ministerio Fiscal, éste emitió informe con fecha 28 de abril de 2004, oponiéndose a la transcripción del matrimonio. A la vista de lo actuado el Juez Encargado del Registro Civil Consular dictó auto con fecha 29 de abril de 2004 denegando la transcripción del matrimonio local, fundamentando su resolución en que de las manifestaciones de ambos cónyuges reflejadas en el Acta levantada tras el preceptivo trámite de audiencia, se desprende claramente que no existe intención de contraer matrimonio a los fines propios de dicha institución, lo que unido al informe emitido por el Ministerio Fiscal le lleva a concluir que se trata de un matrimonio de complacencia. 4. Notificado el interesado, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que no pudo viajar anteriormente a los efectos de conocer personalmente a su esposa por motivos de salud y continuo su relación epistolar y telefónica, hasta que los médicos autorizaron el viaje y en dicho viaje comprobaron que la relación que había mantenido de forma platónica podía considerarse realidad y decidieron casarse por lo que no puede plantearse un matrimonio de complacencia. Acompaña sobres de las cartas enviadas por la esposa, fotografías y facturas telefónicas. 5. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, estima que se han guardado en la tramitación las prescripciones legales, y en consecuencia, el auto que se recurre resulta conforme a Derecho y con independencia de su validez según la Ley local, por lo que se ratifica en todos los extremos del informe emitido en su día y previo al acuerdo que se recurre. El Encargado del Registro Civil Consular se ratifica en el contenido del informe anterior denegando la transcripción del matrimonio local por considerarlo nulo de acuerdo con la legislación española vigente y remite las actuaciones a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones, entre otras, de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo; y 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en Boletín núm. 1984–Pág. 233 – 1080 – nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Registro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. Boletín núm. 1984–Pág. 234 IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en Cuba el 29 de agosto de 2003 entre un español y una cubana y del trámite de audiencia reservada practicada a los contrayentes, resulta como hecho objetivo la existencia de una relación breve, pues aunque declaran que esta relación se inició mediante comunicaciones postales y telefónicas en 2001, las pruebas que aportan tanto de dichas comunicaciones como de envíos de dinero, lleva fecha de los meses inmediatos a la celebración del matrimonio o de los posteriores. Junto a éste hecho está el que los contrayentes no se conocieron personal y directamente hasta los días previos al matrimonio y sólo durante diez días. La resolución, arriba citada, del Consejo de Europa, señala como uno de los factores que permiten presumir la existencia de un matrimonio de complacencia, el hecho de que los contrayentes no se hayan encontrado antes del matrimonio, que es en realidad lo que ha sucedido en el presente caso. La contrayente, que tiene una hermana viviendo en la misma población que él, manifestó en la audiencia reservada que pensaba residir definitivamente en España. Lo que antecede ha de relacionarse con lo que el Consulado hace constar en su informe sobre la situación que se produce en algunos matrimonios entre ciudadanos cubanos – 1081 – y extranjeros que, consciente o inconscientemente, se sirven de tal institución con fines migratorios. VI. De estos hechos, es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo ha estimado el Encargado del Registro Civil Consular, el cual por su inmediación a los hechos es quien más fácilmente puede apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (5.ª) de 1 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio civil. Se autoriza porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado con contra auto del Encargado del Registro Civil de Telde (Las Palmas). HECHOS 1. Con fecha 21 de junio de 2004, don J. A. A. M., nacido en Itagüi (Antio- quía) el 16 de noviembre de 1964, de nacionalidad colombiana, soltero y con domicilio en Villa de Agüimes y doña R. E. V. A., nacida en Las Palmas el 20 de junio de 1971, soltera, con DNI y con domicilio en Villa de Agüimes, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil en el Registro Civil de Telde. Acompañaban los siguientes documentos: certificado de nacimiento, partida de bautismo, fotocopia del pasaporte de él y certificado de empadronamiento de ambos, certificación de nacimiento, fe de vida y estado y fotocopia del DNI de ella. 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que conocen a los contrayentes que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio, no incurre en prohibición legal alguna. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Telde el 25 de junio de 2004, dio el siguiente resultado: él manifiesta que su pareja nació en Las Palmas el 20 de junio de 1971, que se conocieron al hacerle un trabajo de albañilería en su casa en marzo de 2002, que no tiene permiso de residencia, que llegó a España en octubre de 2001 como turista, que convive con su pareja desde junio o agosto de 2002, que él trabaja con yeso, pintura y escayola y su pareja en una productora de cine como secretaria, que sus medios económicos son los trabajos particulares que hace, que su pareja tiene un hermano que se llama Lucho al que no conoce personalmente, que conoce al padre de ella y se llama Juan Luis, no tiene hijos en común, que él tiene cinco hermanos y tiene dos hijos de otra relación que viven en Colombia con su madre y piensan vivir cuando se casen en el mismo domicilio propiedad de su novia. Ella manifiesta que su pareja nació en Antioquía, el 16 de noviembre de 1964, que se conocieron en su casa hace más de una año cuando su pareja le hizo unas reparacioBoletín núm. 1984–Pág. 235 – 1082 – nes, que su pareja no tiene residencia legal, que llegó a España en octubre de 2001 y que al principio vivía con unos amigos y posteriormente se fue a vivir con ella, que él ha trabajado como mecánico de motos, trabajos de pintura y otros varios, que llevan conviviendo juntos desde junio del año pasado aunque su pareja figura empadronado con ella desde hace un mes, que ella trabaja como ayudante de producción y su pareja en la albañilería, que su pareja tiene cinco hermanos, que no tienen hijos en común y él tiene dos hijas de 6 y 3 años respectivamente, que ella tiene un hermano y que su pareja sólo conoce personalmente al padre y que piensan vivir cuando se casen en su domicilio propiedad de ella. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste emitió informe el 30 de julio de 2004, oponiéndose al matrimonio proyectado dadas las contradicciones existentes en las declaraciones efectuadas por ambos promoventes. A la vista de lo actuado el Juez Encargado del Registro Civil de Telde dictó auto con fecha 5 de agosto de 2004 denegando la autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución en las respectivas contradicciones existentes en las manifestaciones de ambos contrayentes y el desconocimiento por parte de cada uno de circunstancias personales esenciales del otro contrayente, pues hay presunción fundada de que el matrimonio sea de complacencia. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que en el auto objeto del recurso se hace constar el mutuo desconocimiento de datos personales, que no comparten ya que en la audiencia reservada coincidieron plenamente a cada una de las preguntas que se les fueron formulando, que ambos residen juntos desde hace más de un año y cuatro meses y que el ius nubendi sólo está supeditado a los obstáculos de orden Boletín núm. 1984–Pág. 236 civil establecidos por el Código pero no puede quedar coartado por normas administrativas de otro carácter. 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste confirma la resolución impugnada por sus propios fundamentos. El Juez Encargado del Registro Civil de Telde remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 65, 73, 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 23 y 73 de la ley del Registro Civil; 238, 245, 246, 247, del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción del 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 30-2.ª de junio; 3-4.ª de julio; 8-1.ª y 23-1.ª de septiembre; y 2-1.ª, 8-3.ª, 9-3.ª, 16-3.ª y 24-1.ª y 3.ª de octubre de 2003; y 28-5.ª y 29-2.ª de enero, 16-3.ª de febrero, 4-2.ª de marzo y 17-1.ª de septiembre de 2004. II. Dentro de la tramitación del expediente previo a la celebración del matrimonio civil es trámite esencial la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el instructor, asistido por el Secretario, para cerciorarse de la inexistencia de impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. – 1083 – art. 246 RRC e Instrucción de 9 de enero de 1995, regla 3.ª) III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos-especialmente en los matrimonios entre español y extranjero-en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia del matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resulten para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73.1.º CC) IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual los hechos comprobados por medio de esas declaraciones complementarias oportunas no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos, sin sombra de duda, la existencia de la simulación. Las audiencias reservadas practicadas han revelado que el conocimiento respecto de sus circunstancias personales y familiares alcanza un grado que puede considerarse suficiente. Así se deduce de las respuestas dadas, en las que no se aprecian grandes contradicciones ni revelan desconocimiento de datos que pudieran considerarse de importancia a los efectos de poder deducir una utilización fraudulenta de la institución matrimonial. VI. Si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona, no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad al matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aun en caso de duda, no poner trabas a la celebración o a la inscripción del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». «Siempre quedará a salvo la posibilidad de que el Ministerio Fiscal inste judicialmente la nulidad del matrimonio (cfr. art. 74 Cc) en un juicio declarativo ordinario en el que con toda amplitud podrán enjuiciarse las circunstancias del caso concreto». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, estimar el recurso y revocar el acuerdo apelado. RESOLUCIÓN (1.ª) de 2 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto del Encargado del Registro Civil de Arona (Tenerife) HECHOS 1. Con fecha 20 de abril de 2004, don A. D., nacido en Fez, el 3 de julio de 1976, casado, de nacionalidad marroBoletín núm. 1984–Pág. 237 – 1084 – quí y con domicilio en Arona y doña C. A. M., nacida en Arona, el 10 de diciembre de 1964, divorciada, de nacionalidad española con DNI y con domicilio en Villa de Adeje, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil en el Registro Civil de Arona. Acompañaban los siguientes documentos: certificado de matrimonio donde consta sentencia de divorcio, fe de vida y estado, certificado de nacimiento, certificado de empadronamiento y fotocopia del DNI de ella, certificado de empadronamiento, original y traducción del cer-tificado de nacimiento, certificado de capacidad matrimonial, acta de manifestación notarial, y fotocopia del pasaporte de él. 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que conocen a los contrayentes que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio, no incurre en prohibición legal alguna. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Arona, el 20 de abril de 2004, dio el siguiente resultado: él manifiesta que no está ligado por vínculo matrimonial, que conoció a su pareja en un restaurante que está en Las Verónicas por medio de una amiga que se llama M., no recuerda el día pero fue en el mes de marzo del 2003, que están viviendo juntos desde hace dos meses en Adeje, que ella nació en Los Cristianos, no recuerda el día y tiene nueve hermanos pero no sabe sus nombres, que sus padres de llaman S. y O., que conoce el número de móvil de su novia y él tiene siete hermanos, uno vive en España y los otros en Marruecos y su propósito es vivir en España definitivamente. Ella manifiesta que conoció a su pareja en un restaurante que está en Las Américas donde él trabaja hace un año aproximadamente, sobre el 10 ó el 8 de marzo, que él esta viviendo en Los Cristianos y no viven juntos, que ella nació en Los Cristianos y tiene nueve hermanos, que sabe el número de móvil de su Boletín núm. 1984–Pág. 238 novio y que tiene siete hermanos, uno vive en Mallorca o en Barcelona y los otros en Marruecos y que su propósito es vivir en España definitivamente. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste emitió informe el 29 de abril de 2004, oponiéndose al matrimonio proyectado dadas las contradicciones existentes en las declaraciones efectuadas por ambos promoventes. A la vista de lo actuado el Juez Encargado del Registro Civil de Arona dictó auto con fecha 24 de mayo de 2004 denegando la autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución en las respectivas contradicciones existentes en las manifestaciones de ambos contrayentes y el desconocimiento por parte de cada uno de circunstancias personales esenciales del otro contrayente, pues hay presunción fundada de que el matrimonio sea de conveniencia. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que el contrayente entiende el español «coloquial» bastante mal, por lo que hay que hablarle muy despacio y que en la audiencia reservada no dijo el nombre de sus cuñados ante el problema de la falta de soltura para entender y hablar, que él nunca dijo que viviera junto a su futura esposa, sino que salía con ella y que no le facilitaron un traductor oficial. 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, confirma la resolución impugnada por sus propios fundamentos. El Juez Encargado del Registro Civil de Arona remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; – 1085 – 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones, entre otras, de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre una española y un marroquí, resultan del trámite de audiencia determinados hechos objetivos para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Se advierten contradicciones y la existencia de un desconocimiento de datos que confirman ese criterio. No se comprende que tras un año de conocerse, él ignore el nombre de todos los hermanos de ella, que son nueve o la fecha de su nacimiento y que conteste sin seguridad («creo que se llaman») al ser preguntado por el nombre de los padres de ella y, especialmente, como señala el Ministerio Fiscal y hace constar la Juez Encargada, no es justificable la contradicción entre las declaraciones de los interesados en cuanto a la convivencia: Según él, están viviendo juntos desde hace dos meses y, según ella, no viven juntos. Se alega en el recurso que dichas declaraciones obedecen a desconocimiento de la lengua o nervios y se pretende interpretar lo que se quiso decir cambiando el sentido de lo que se dijo, incluso se solicita la repetición del trámite de audiencia, a lo que no ha lugar, puesto que éste se efectuó correctamente y su reiteración le haría perder su sentido y finalidad. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. Boletín núm. 1984–Pág. 239 – 1086 – RESOLUCIÓN (2.ª) de 2 de diciembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega su inscripción porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto del Encargado del Registro Civil Central. HECHOS 1. Con fecha 20 de mayo de 2003, don M.-A. N. N., nacido en Azua (República Dominicana), el 26 de agosto de 1964, soltero, de nacionalidad española, con DNI y con domicilio en Madrid y doña A. F., nacida en Azua, el 2 de diciembre de 1966, soltera, de nacionalidad dominicana y con domicilio en Azua, solicitaban a través del Registro Civil Central inscribir su matrimonio civil contraído en Azua (República Dominicana), el 3 de octubre de 2002. Acompañaban los siguientes documentos: acta de matrimonio expedida por el Registro Civil Dominicano, certificados de nacimiento de los contrayentes y fotocopia del DNI del interesado 2. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil Central al interesado con fecha 19 de septiembre de 2003, manifiesta que lleva residiendo en España desde 1995 con permiso de trabajo, que ha viajado a la República Dominicana desde ese año unas tres o cuatro veces, que conoció a su esposa antes de venir a España en 1994, que tiene dos hijos nacidos en Madrid que viven con su madre y que no ha contraído matrimonio con la madre de los mismos, que trabaja en una empresa de limpieza y su esposa como empleada de hogar, que su esposa no tiene hijos, tiene cuatro Boletín núm. 1984–Pág. 240 hermanos y no ha solicitado nunca visado para viajar a España. Ella comparece en el Consulado de España en Santo Domingo el 12 de enero de 2004 y manifiesta que conoció a su esposo en Azua en el año 1993 y desde entonces mantienen relación sentimental, han convivido juntos poco tiempo, no tienen hijos en común ni de otra relación, que su cónyuge tiene dos hijos con los que convive junto con la madre, que trabaja en la limpieza con unos ingresos de 800 euros, que ella no trabaja y él le envía unos 50 euros, que a la boda asistieron su madre y hermanos, que conoce a sus suegros y que se comunican por teléfono dos veces por semana, que piensa residir en España y trabajar como doméstica, que nunca ha solicitado visado, que ella tiene cuatro hermanos y su esposo ocho y que él ha viajado a Santo Domingo 3 ó 4 veces. 3. El Juez Encargado del Registro Civil Central, dictó Acuerdo con fecha 4 de mayo 2004, denegando la inscripción de matrimonio solicitada, alegaba como razonamientos jurídicos, que la competencia para resolver corresponde a tenor del artículo 68 del Reglamento del Registro Civil a ese Registro Civil Central, y que la audiencia personal adquiere gran importancia, a fin de descubrir el verdadero propósito de las partes y evitar que se inscriban matrimonios donde falta el verdadero consentimiento matrimonial y de los hechos concretos expuestos en la audiencia reservada, han de considerarse elementos objetivos suficientes para deducir la falta de consentimiento matrimonia. 4. Notificado el interesado, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado manifestando que se le está denegando un derecho que le corresponde como nacional del territorio español, que el matrimonio cumple los requisitos debidos y fundamentales que exige la legislación española y que le deja en una situación de desamparo la resolución que se basa – 1087 – en conjeturas y con una falta de motivación latente. 5. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste confirma el auto por sus fundamentos. El Juez Encargado del Registro Civil Central informa que no han sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que se dicto en la resolución, por lo que confirma la misma y remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 49, 56, 65, 73 y 74 del Código civil; 23 y 73 de la Ley del Registro Civil; 54, 85, 245, 246, 247, 256, 257 y 354 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 1-1.ª y 2.ª, 10-2.ª, 16-1.ª y 2.ª de diciembre de 2003; y 13-2.ª y 3.ª, 15-1.ª y 4.ª de enero; 3-2.ª y 3.ª, 12-1.ª y 2.ª de febrero; 4-1.ª, 18-1.ª y 29-1.ª de marzo; 2-2.ª y 5-1.ª de abril; 22-1.ª y 2.ª, 24-1.ª, 28-5.ª y 31-3.ª de mayo, 8-2.ª, 11-2.ª, 14-1.ª y 2.ª y 17-2.ª de junio y 30-1.ª de septiembre de 2004. II. El llamado matrimonio de complacencia es indudablemente nulo en nuestro Derecho por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). Para evitar en la medida de lo posible la existencia aparente de estos matrimonios y su inscripción en el Regis- tro Civil, esta Dirección General dictó en su momento la Instrucción de 9 de enero de 1995, dirigida a impedir que algunos extranjeros obtengan la entrada en España o regularicen su estancia en ella por medio de un matrimonio simulado con ciudadanos españoles. III. La Instrucción citada trata de evitar que esos matrimonios fraudulentos lleguen a celebrarse dentro del territorio español, recordando la importancia que en el expediente previo a la celebración del matrimonio tiene el trámite de la audiencia personal, reservada y por separado, de cada contrayente (cfr. art. 246 RRC), como medio para apreciar cualquier obstáculo o impedimento para el enlace (cfr. arts. 56, I, Cc y 245 y 247 RRC), entre ellos, la ausencia de consentimiento matrimonial. Pues bien, análogas medidas deben adoptarse cuando se trata de inscribir en el Registro Consular o en el Central un matrimonio ya celebrado en la forma extranjera permitida por la lex loci. El Encargado debe comprobar si concurren los requisitos legales -sin excepción alguna- para la celebración del matrimonio (cfr. art. 65 Cc) y esta comprobación, si el matrimonio consta por «certificación expedida por autoridad o funcionario del país de celebración» (art. 256-3.º RRC), requiere que por medio de la calificación de ese documento y «de las declaraciones complementarias oportunas» se llegue a la convicción de que no hay dudas «de la realidad del hecho y de su legalidad conforme a la ley española». Así lo señala el artículo 256 del Reglamento, siguiendo el mismo criterio que, para permitir otras inscripciones sin expediente y en virtud de certificación de un Registro extranjero, establecen los artículos 23, II, de la Ley y 85 de su Reglamento. IV. Esta extensión de las medidas tendentes a evitar la inscripción de matrimonios simulados, por más que hayan sido celebrados en el extranjero, viene siendo propugnada por la doctrina de Boletín núm. 1984–Pág. 241 – 1088 – este Centro Directivo a partir de la Resolución de 30 de mayo de 1995, debiendo denegarse la inscripción cuando existan una serie de hechos objetivos, comprobados por las declaraciones de los propios interesados y por las demás pruebas presentadas, de las que sea razonable deducir según las reglas del criterio humano (cfr. art. 386 LEC) que el matrimonio es nulo por simulación. V. En este caso concreto se trata de inscribir un matrimonio celebrado en la República Dominicana el 3 de octubre de 2002 entre una ciudadana dominicana y un español por residencia, dominicano de origen, y se constata la concurrencia de unos hechos objetivos que se consideran determinantes para deducir que el matrimonio ha sido celebrado persiguiendo finalidad distinta de la que le es propia y que, por esa causa, no puede ser objeto de inscripción. El conocimiento directo entre los interesados es breve. Él manifiesta que desde 1994 en que se conocen ha ido tres o cuatro veces a la República Dominicana, sin tenerlo muy claro, ni especificar fechas de los viajes, ella declara que se conocieron en 1993, y, pese a que el número no es considerable, sólo recuerda la fecha o período de una, manifestando no saber bien si las visitas han sido tres o cuatro. Él manifiesta que ella trabaja en una empresa de limpieza, ella que ahora no trabaja. Desde la celebración del matrimonio no han convivido, limitándose ella a manifestar que antes de la celebración del matrimonio no lo ha hecho mucho. Él ha mantenido con anterioridad a la celebración del matrimonio una relación sentimental con otra persona fruto de la cual han nacido dos hijos en el año 2001 y 2003, y, según manifestación de la compareciente en la audiencia reservada, su cónyuge vive en la actualidad con la madre de sus hijos y con los mismos, limitándose él a declarar que sus hijos viven con su madre. Boletín núm. 1984–Pág. 242 VI. De estos hechos comprobados es una deducción razonable y en modo alguno arbitraria entender que el matrimonio es nulo por simulación. Así lo han estimado los Encargados de los Registros Civiles Consular y Central, que por su inmediación a los hechos son quienes más fácilmente pueden apreciarlos y formar su convicción respecto de ellos. Esta conclusión, obtenida en momentos cronológicamente más próximos a la celebración del matrimonio, no quedaría desvirtuada por un expediente posterior, el del artículo 257 del Reglamento del Registro Civil, del cual debe prescindirse por razones de economía procesal (cfr. art. 354 RRC), si es que se estima que, además de la vía judicial, quedara abierto este camino ante la denegación adoptada en la calificación efectuada por la vía del artículo 256 del Reglamento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 2 de diciembre de 2004 , sobre declaración de la nacionalidad. Es español iure soli el nacido en España de padres colombianos y nacidos en Colombia. En el expediente sobre declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los promotores con adhesión del Ministerio Fiscal, contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Guadalajara. HECHOS 1. Por escrito presentado el 21 de enero de 2004 en el Registro Civil de Guadalajara, don G. M. R., de naciona- – 1089 – lidad colombiana, soltero, con Documento de Identidad y con domicilio en Azuqueca de Henares y doña N. F. G., de nacionalidad colombiana, soltera, con Documento de Identidad y con domicilio en Azuqueca de Henares solicitaban la declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española de su hijo L. A. M. F. Acompañan los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento de su menor hijo, certificados de nacimiento y de empadronamiento de los promotores y certificado de la Embajada acreditativo de la no inscripción en dicho Consulado del menor. 2. Ratificados los promotores el Ministerio Fiscal informa favorablemente. 3. La Juez Encargada del Registro Civil de Guadalajara dictó auto con fecha 12 de mayo de 2004, denegando la declaración con valor de presunción de la nacionalidad española del menor. Alegaba como razonamientos jurídicos que según el artículo 17 del Cc son españoles de origen los nacidos en España de padres extranjeros, si ambos carecieren de nacionalidad o si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad y que en este caso es factible que el menor adquiera la nacionalidad colombiana que ostentan los padres al registrarle en el Consulado Colombiano y lo que se ha pretendido es buscar un rodeo a la ley, acudiendo a la aplicación de una norma para conseguir un fin que no tiene amparo legal, abusando de la norma que está prevista para un objetivo distinto (art. 6.4 del Cc). 4. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a los interesados, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, manifestando que el Consulado de Colombia expidió certificado acreditativo de la no inscripción en dicho consulado del menor, y de que éste no cumple los requisitos establecidos por la legislación del artículo 96 apartado B, por lo que no puede ser considerado ciudadano colombiano. Acompañan fotocopias de las tarjetas de residencia, tarjeta médica, certificados de empadronamiento, liquidación de haberes, fotocopia del Libro de Familia y contrato de arrendamiento de temporada. 5. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se adhirió al mismo por haberse acreditado que el menor nacido en España no ha adquirido la nacionalidad colombiana y le es de aplicación lo dispuesto en el artículo 17.1 c). del Código civil. La Juez Encargada del Registro Civil deniega la presunción de la nacionalidad española del menor, quien no adquiere la nacionalidad de los padres porque éstos no quieren, no porque no sea posible y fácil conseguirla, remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 12 y 17 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335, 338 y 340 del Reglamento del Registro Civil; 7 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989; y las Resoluciones, entre otras, de 13-5.ª, 14-1.ª, 26-5.ª y 27-1.ª y 2.ª de enero, 13-3.ª y 4.ª y 16-4.ª de febrero y 10-3.ª, 13-1.ª de marzo, 7-2.ª y 19-3.ª de abril, 17-1.ª , 28-3.ª de mayo y 23-1.ª de julio de 2004. II. Plantea el recurso la cuestión de si tiene la nacionalidad española de origen un niño nacido en España en el año 2003, hijo de padres colombianos nacidos en Colombia. La petición se funda en la atribución iure soli de la nacionalidad española establecida a favor de los nacidos en España de padres extranjeros cuando la legislación de ninguno de Boletín núm. 1984–Pág. 243 – 1090 – ellos atribuye al nacido una nacionalidad (cfr. art. 17.1.c) del Código civil). pendiente de fantasía apropiado para designar mujer. III. Reiteradamente tiene establecido esta Dirección General (de acuerdo con el conocimiento adquirido de la legislación colombiana) que los hijos de colombianos nacidos en el extranjero no adquieren automáticamente por el solo hecho del nacimiento la nacionalidad colombiana, la cual sólo puede adquirirse por un acto posterior. Se da, por lo tanto, una situación de apatrídia originaria en la cual la atribución de la nacionalidad española iure soli se impone. No ha de importar que el nacido pueda adquirir más tarde iure sanguinis la nacionalidad de sus progenitores, porque este solo hecho no puede llevar consigo la pérdida de nacionalidad atribuida ex lege en el momento del nacimiento. En el expediente de cambio de nombre remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Mislata (Valencia). IV. Tal conclusión, como también se ha dicho reiteradamente, se ve reforzada por la aplicación del artículo 7 de la Convención de los Derechos del Niño, en cuanto que establece que el niño tendrá desde su nacimiento derecho a adquirir una nacionalidad y que los Estados Partes velarán por la aplicación de este derecho, «sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado. 2.º Declarar con valor de simple presunción que el menor es español de origen; la declaración se anotará al margen de la inscripción de nacimiento. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Mislata el 25 de febrero de 2004, doña María Angeles G. C., vecina de Mislata, nacida el 7 de abril de 1968 en Utiel (Valencia), solicitaba el cambio de nombre por el de Massiel por ser el usado habitualmente. Adjuntaba los siguientes documentos: certificado de inscripción de nacimiento, certificación de empadronamiento, fotocopia del DNI y varias fotocopias de documentos acreditativos del uso del nombre. 2. Ratificada la promotora, el Ministerio Fiscal se opuso a lo solicitado por considerar que el nombre propio de Massiel es un hipocorístico que no ha alcanzado sustantividad propia. La Juez Encargada dictó auto con fecha 2 de junio de 2004 denegando el cambio solicitado. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a la interesada, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratificó en su informe anterior. La Juez Encargada del Registro Civil confirmó la resolución recurrida y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. RESOLUCIÓN (4.ª) de 2 de diciembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. FUNDAMENTOS DE DERECHO Es admisible el cambio de «María de los Angeles» a «Massiel», nombre inde- I. Vistos los artículos 27, 29 y 54 de la Ley del Registro Civil; 127, 192, 193 Boletín núm. 1984–Pág. 244 – 1091 – y 206 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 12-1.ª de febrero; 1-2.ª de abril; 7-5.ª de julio; 10-1.ª y 25-2.ª de septiembre; 21-1.ª de octubre de 2003; y 3-2.ª de julio de 2004. II. La cuestión que se plantea en este recurso es la de si es admisible como nombre propio de mujer el de «Massiel» que propone la interesada en sustitución del «María de los Angeles», que ostenta actualmente. III. En materia de nombres, las limitaciones –que como tales deben ser interpretadas restrictivamente- van referidas a aquellos que objetivamente perjudiquen a la persona (cfr. art. 192 RRC), a los que sean diminutivos o variantes familiares sin sustantividad, a los que hagan confusa la identificación y a los que induzcan a error sobre el sexo (cfr. art. 54 LRC). En el presente caso está suficientemente acreditado el uso habitual del nombre propuesto y la causa de la denegación, ha sido la de ser «Massiel» un hipocorístico de «María-Angeles» que no tiene sustantividad propia. No se comparte este criterio, porque con carácter general, el común de las personas no relaciona ambos nombres y , en consecuencia, no identifica uno con el otro, sino que más bien considera al propuesto nombre independiente e idóneo, por su terminación y eufonía, para designar a mujer, sin que se aprecie en el mismo infracción de las prohibiciones del artículo 54 de la Ley del Registro Civil. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y dejar sin efecto el auto apelado. 2.º Autorizar el cambio del nombre «María de los Angeles» por «Massiel», usado habitualmente, no debiendo producir esta autorización efectos legales mientras no se inscriba al margen del asiento de nacimiento y siempre que así se solicite en el plazo de ciento ochenta días desde la notificación, conforme a lo que dispone el artículo 218 del Reglamento del Registro Civil. El Encargado que inscriba el cambio deberá efectuar las comunicaciones ordenadas por el artículo 217 del mismo Reglamento. RESOLUCIÓN (1.ª) de 3 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio civil. Se autoriza porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Telde (Las Palmas) HECHOS 1. Mediante escrito presentado en el Registro Civil de Telde el 14 de mayo de 2004, don C. M. C., nacido el 11 de febrero de 1945, soltero, natural de Las Palmas de Gran Canaria y vecino de Valsequillo, de nacionalidad española, con DNI, iniciaba expediente en solicitud de autorización para contraer matrimonio civil con doña M. A. C. B., nacida el 11 de junio de 1950, divorciada, natural de Cuba y vecina de Las Palmas, con pasaporte. Adjuntaban los siguientes documentos: certificaciones literales de nacimiento, certificado de empadronamiento, fotocopia de los documentos de identidad de ambos, certificado de sentencia de divorcio de ella y fe de vida y estado civil de él. 2. Ratificados los interesados, en audiencia reservada con el contrayente en fecha 19 de mayo de 2004 manifestó que su pareja nació en Cuba y que tiene 52 años; que se conocieron en el centro comercial La Ballena hace un año y pico; Boletín núm. 1984–Pág. 245 – 1092 – que ella no tiene permiso de residencia, que cuando llego a España se alojó en casa de su hija; que no conviven juntos aunque se visitan con frecuencia especialmente los sábados y domingos que es cuando viven juntos; que él es albañil y ella enfermera; que esta jubilado y trabaja en el campo; que ella tiene una hija que se llama teresa y cuatro hermanos que residen en Cuba; que no tienen hijos en comun; que ella estuvo casada con anterioridad desconociendo el nombre de su marido y con el que tiene dos hijas; que él tiene cuatro hermanos y que esta soltero y sin hijos; que cuando se casen vivirán en la localidad de Valsequillo en un piso propiedad de él. En la misma fecha se celebra audiencia reservada con la contrayente quien manifiesta, entre otros datos, que su pareja nació en Las Palmas de G. Canaria en fecha 11 de febrero de 1933; que se conocieron en el centro comercial La Ballena casualmente; que no tiene permiso de residencia y que cuando llego a España en abril de 2002 se fue a vivir a casa de su hija; que ella es enfermera y él albañil jubilado; que ella tiene medios económicos proporcionados tanto por su hija como por él; que tiene una hija en España así como una nieta, y cuatro hermanos en Cuba; que ella tiene dos hijas; que él tiene cuatro hermanos y que no tienen hijos en común; que cuando se casen vivirán en el actual domicilio que es propiedad de él. 5. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que interesó en fecha 3 de septiembre de 2004 la desestimación del recurso y el mantenimiento de la resolución recurrida. La Juez Encargada del Registro Civil de Telde confirmó el auto recurrido ordenando la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. 3. El Ministerio Fiscal emite informe en fecha 8 de junio de 2004 en el que se opone a la celebración del matrimonio toda vez que se ha puesto de manifiesto por los promotores el desconocimiento de datos esenciales de ambos, lo que unido a la situación de entrada y estancia en el territorio nacional de ella, considera que no existe voluntad de contraer un verdadero matrimonio. II. Dentro de la tramitación del expediente previo a la celebración del matrimonio civil existe un trámite esencial e imprescindible (cfr. Instrucción de 9 de enero de 1995, norma 3.ª), como es la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). 4. Notificada la resolución a los interesados se interpuso recurso en fecha 13 de julio de 2004 ante la Dirección General de los Registros y del Notariado. Boletín núm. 1984–Pág. 246 FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento civil; 238, 245, 246 y 247 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 14-2.ª y 25-3.ª de enero, 17-6.ª de febrero y 27-3.ª de junio de 2003. III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos –espe- – 1093 – cialmente en los matrimonios entre español y extranjero– en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). gado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad el matrimonio pretendido, ha de ser preferible, aun en casos de duda, no poner trabas a la celebración del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado V. En el caso actual de un matrimonio entre un español y una cubana, los hechos comprobados no son lo suficientemente clarificadores para deducir de ellos, sin sombra de duda, la existencia de la simulación. Ni el informe desfavorable del Ministerio Fiscal ni el auto apelado, expresan las circunstancias concretas en que se fundan. Es cierto que las audiencias reservadas a ambos practicadas no han demostrado que los futuros contrayentes tengan un conocimiento profundo el uno del otro, pero no es menos cierto que no se ha apreciado en ellas ninguna contradicción o desconocimiento esencial que sea incompatible con la existencia de un verdadero y propio consentimiento matrimonial. No es aplicable el artículo 18 del Código civil cuando no se acredita que el interesado hubiera residido en el Sahara durante el plazo de vigencia del Decreto 2258/1976, de 10 de agosto ni haber poseído y utilizado la nacionalidad española durante diez años. VI. Si se tienen en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona no debe ser coartado, poster- 1. Por escrito presentado en el Registro Civil Consular de España en Rabat el 24 de febrero de 2004 don S. M. B. N., nacido el 3 de mayo de 1977 en El Aaiún Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 2.º Declarar que no hay obstáculos para que la Juez Encargada autorice el matrimonio. RESOLUCIÓN (2.ª) de 3 de diciembre de 2004, sobre consolidación de la nacionalidad española. En el expediente sobre declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el promotor contra auto del Juez Encargado del Registro Civil Consular de España en Rabat. HECHOS Boletín núm. 1984–Pág. 247 – 1094 – –Sahara Occidental, hijo de M. y de F., solicitaba iniciar expediente para que se declarara, con valor de simple presunción, su nacionalidad española. Adjuntaba al escrito: partida de Nacimiento del Registro Cheránico, copia del carnet de estudiante, del certificado de escolaridad, y copias del DNI de su padre. 2. El Juez Encargado del Registro Civil Consular de España en Rabat dictó auto con fecha 24 de mayo de 2004 denegando la declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española del promotor. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado en fecha 22 de junio de 2004. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se opuso al recurso interpuesto ya que el padre del interesado no ejerció en su momento la opción a la nacionalidad española y que el promotor era menor de edad en 1976 y siguió la nacionalidad marroquí del padre. El Juez Encargado del Registro Civil Consular remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 y 338 del Reglamento del Registro Civil; la Ley 40/1975, de 19 de noviembre; el Decreto 2258/1976, de 10 de agosto; la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1998, y las Resoluciones, entre otras, de 20-2.ª de junio y 6-2.ª y 24-1.ª de noviembre de 2003; 2-5.ª, 5-4.ª de enero, 10-2.ª de marzo, 11-1.ª y 18-4.ª de mayo, 1-2.ª y 3.ª, 5-2.ª y 23-3.ª de junio y 13-2.ª, 14-1.ª y 15-2.ª de julio de 2004. Boletín núm. 1984–Pág. 248 II. El interesado por escrito de fecha 24 de febrero de 2004, presentado en el Registro Civil consular de Rabat, solicitaba la declaración con valor de simple presunción de su nacionalidad española, al haber nacido en El Aaiún y cumplir los requisitos establecidos. III. Según el artículo 18 del Código civil la nacionalidad española puede consolidarse si se posee y utiliza durante diez años, con buena fe y sobre la base de un título inscrito en el Registro Civil que después es anulado. La vía registral para comprobar esta consolidación es el expediente de declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción (cfr. art. 96-2.º LRC y 338 RRC), que decide en primera instancia el Encargado del Registro Civil del domicilio (cfr. art. 335 RRC). IV. En principio, a los nacidos en el territorio del Sahara cuando éste era posesión española no les beneficia el citado artículo 18 del Código porque no eran propiamente nacionales españoles, sino solo súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española, por más que de algunas disposiciones anteriores al abandono por España de ese territorio pudiera deducirse otra cosa. El principio apuntado es el que se desprende necesariamente de la Ley de 19 de noviembre de 1975 y del Decreto de 10 de agosto de 1976, porque sólo así cobra sentido que a los naturales del Sahara se les concediera en ciertas condiciones la oportunidad de optar a la nacionalidad española en el plazo de un año a contar desde la entrada en vigor del Decreto. V. Es cierto que para un supuesto excepcional respecto de un natural del Sahara la STS de 28 de octubre de 1998 decidió que el actor había consolidado la nacionalidad española. Pero la doctrina de esta sentencia no es de aplicación al caso presente pues hay diferencias fundamentales entre el supuesto de hecho examinado en la sentencia y el ahora – 1095 – planteado. En el caso presente, a diferencia del contemplado en dicha sentencia, no se ha justificado que quienes podían ejercer el derecho ni el interesado residieran en el Sahara cuando estuvo en vigor el Decreto de 1976, de modo que quedaran imposibilitados de facto para optar a la nacionalidad española. Tampoco acredita el interesado el requisito que establece el citado artículo 18 Cc en lo relativo al tiempo de posesión de la nacionalidad española, la cual no ostenta en la actualidad, como hace constar el Canciller en funciones del Ministerio Fiscal. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 3 de diciembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. No puede autorizarlo el Encargado si no hay habitualidad en el uso del nombre pedido, pero lo concede la Dirección General por economía procesal y por delegación. En el expediente de cambio de nombre remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la promotora contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Cartagena (Murcia). HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Valls el 2 de marzo de 2004, doña F. M. S., vecina de Murcia, nacida el 8 de agosto de 1971 en Cartagena (Murcia), solicitaba el cambio de nombre por el de Marta Florentina por ser el usado habitualmente. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento, certificado de empadrona- miento, y varias fotocopias de documentos acreditativos del uso del nombre. 2. Ratificada la interesada, el Ministerio Fiscal se opuso a lo solicitado por no quedar fehacientemente acreditado la habitualidad del nombre pretendido. El Juez Encargado dictó auto con fecha 7 de mayo de 2004 desestimando lo solicitado. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a la interesada, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que el nombre solicitado regulariza una situación de hecho existente y conocida consistente en la agregación del nombre Marta al nombre Florentina. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratificó en su informe anterior e interesó la confirmación de la resolución recurrida. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución recurrida y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 54, 59, 60 y 62 de la Ley del Registro Civil; 192, 209, 210, 217, 218, 354 y 365 del Reglamento del Registro Civil; y las Resoluciones de 1-2.ª, 16-1.ª y 26-1.ª de abril, 9-1.ª y 29-1.ª y 2.ª de mayo, y 3-3.ª y 7-4.ª de junio y 20-1.ª de octubre de 2003 y 6-2.ª-3.ª-4.ª de febrero, 2-3.ª de marzo, 24-2.ª de mayo y 17-3.ª y 24-2.ª de septiembre de 2004. II. El Encargado del Registro Civil del domicilio tiene facultades para autorizar en expediente el cambio del nombre propio inscrito por el usado habitualmente (arts. 209-4.º y 365 RRC), siempre que exista justa causa en la pretensión y que no haya perjuicio de tercero (art. 210 RRC) y siempre que, además, el nombre Boletín núm. 1984–Pág. 249 – 1096 – solicitado no infrinja las normas que regulan su imposición (cfr. arts. 54 LRC y 192 RRC), porque, como es obvio, no ha de poder lograrse, por la vía indirecta de un expediente posterior, un nombre propio que ya inicialmente debería ser rechazado. III. En el caso presente las pruebas presentadas no llegan a justificar la habitualidad en el uso del nombre pretendido, de modo que la competencia para aprobar el expediente excede de la atribuida al Encargado y corresponde por el contrario a la competencia general del Ministerio de Justicia (cfr. art. 57 LRC y 205 RRC) y hoy, por delegación (O.M.26 de junio de 2003), a esta Dirección General. IV. Conviene en todo caso examinar la cuestión acerca de si el cambio intentado pudiera ser acogido por esta otra vía. Se ha seguido la necesaria fase de instrucción del expediente de la competencia del Ministerio ante el Registro Civil del domicilio (cfr. art. 365 RRC) y razones de economía procesal aconsejan ese examen (cfr. art. 384 RRC), ya que sería superfluo y desproporcionado con la causa exigir la reiteración formal de otro expediente dirigido al mismo fin práctico. V. – La cuestión apuntada merece una respuesta afirmativa. El cambio intentado no perjudica a tercero y hay para él una justa causa, con lo que se cumplen los requisitos específicos exigidos para la modificación (cfr. art. 206, III, RRC). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso. 2.º Autorizar, por delegación del señor Ministro de Justicia (ORDEN JUS/1825/2003, de 26 de junio), el cambio del nombre inscrito «Florentina» por «Marta-FlorentiBoletín núm. 1984–Pág. 250 na», no debiendo producir esta autorización efectos legales mientras no se inscriba al margen del asiento de nacimiento y siempre que así se solicite en el plazo de ciento ochenta días desde la notificación, conforme a lo que dispone el artículo 218 del Reglamento del Registro Civil. RESOLUCIÓN (4.ª) de 3 de diciembre de 2004, sobre atribución de nombre y apellidos al extranjero naturalizado español. Por aplicación del artículo 199 del Reglamento, y según se ha solicitado, se mantienen a la interesada que ha adquirido la nacionalidad española los apellidos que le identificaban legalmente según su ley personal anterior. En las actuaciones sobre inscripción de nacimiento remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del interpuesto por la promotora contra la calificación del Registro Civil Central. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Benalmadena el 28 de octubre de 2003 doña A. H. A., mayor de edad, vecina de Benalmadena, solicitaba la inscripción de su nacimiento por haber adquirido la nacionalidad española por residencia con los apellidos H. A. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación de nacimiento extranjera y resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 21 de julio de 2003 concediéndole la nacionalidad española por residencia. 2. Remitido el expediente al Registro Civil Central, el Juez Encargado del mismo dictó resolución el 30 de abril de 2004 ordenando la inscripción de nacimiento de la interesada con los apellidos A. T. – 1097 – 3. Notificada la resolución a la interesada, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que desde que nació ha sido A. H. A. remitiendo fotocopias de la tarjeta de residencia, pasaporte, libro de familia y tarjeta de la Seguridad Social donde figura con dicho nombre. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que confirmó el régimen de apellidos impuesto por ser acorde con la normativa legal. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución apelada remitiendo el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 9 y 109 del Código civil; 23, 53 y 55 de la Ley del Registro Civil; 85, 199, 213 y 358 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 19 de enero, 1-4.ª y 7-1.ª de junio, 8-2.ª de noviembre y 2-5.ª de diciembre de 2002 y 27 de mayo de 2003. II. En principio, para el extranjero con filiación determinada que adquiere la nacionalidad española han de consignársele los apellidos fijados por tal filiación, según las leyes españolas, que se sobreponen a los meramente usados al hecho (cfr. art. 213, regla 1.ª, RRC). Ahora bien, para evitar problemas en cuanto a la identificación del interesado, el artículo 199 del Reglamento permite al naturalizado español conservar los apellidos que le venían identificando anteriormente por aplicación de su ley personal, siempre que así se solicite en el acto de adquisición de la nacionalidad española o dentro de los dos meses siguientes. III. En el caso presente, la inscripción de nacimiento se practicó por transcripción del certificado del registro local y se hizo constar que «el inscrito conserva los apellidos conforme a su ley personal anterior (art. 199 RRC)». Esto no obstante, en la inscripción figuran los apellidos «A. T.», cuando en la citada certificación constan como tales los de «H. A.», los cuales, además, utilizó en la tramitación del expediente de adquisición de la nacionalidad española, que fueron los que hizo constar en la hoja de declaración de datos para la inscripción y que viene utilizando habitualmente. Por lo tanto, estos apellidos son los que deben constar en la inscripción de su nacimiento en el Registro español. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, revocar la calificación efectuada y ordenar que en la inscripción de nacimiento consten «H. A.» como apellidos de la interesada. RESOLUCIÓN de 4 de diciembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. Hay justa causa para cambiar «Hanai» por «Anahí». En el expediente de cambio de nombre remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la promotora contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de A Coruña. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de A Coruña el 22 de junio de 2004, doña Hanai P. Vi. vecina de A Coruña, nacida el 2 de diciembre de 1984 en Carballo (A Coruña), solicitaba el cambio de nombre por el de Anahi por ser el usado habitualmente. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento, certificado de empadronamiento, certificado de bautismo y varias fotocopias de documentos acreditativos del uso del nombre. Boletín núm. 1984–Pág. 251 – 1098 – 2. Ratificada la interesada, el Ministerio Fiscal se opuso a lo solicitado por tratarse de una simple variación que no supone un verdadero cambio de nombre. El Juez Encargado dictó auto con fecha 30 de julio de 2004 desestimando lo solicitado. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a la interesada, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que se ratificaba en el escrito inicial. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se ratificó en su informe anterior e interesó la confirmación de la resolución recurrida. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución recurrida y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 54, 59, 60 y 62 de la Ley del Registro Civil; 209, 210, 217, 218 y 365 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 24-4.ª y 27-3.ª de enero, 21-1.ª y 4.ª de febrero, 19-7.ª y 21-1.ª de junio, 12-3.ª de julio, 5-6.ª y 10-7.ª de septiembre, y 1-3.ª y 3-2.ª de octubre de 2001, 5-4.ª de noviembre de 2003 y 22-3.ª de abril de 2004. II. El Encargado del Registro Civil del domicilio tiene facultades para autorizar en expediente el cambio del nombre propio por el usado habitualmente (arts. 209-4.º y 365 RRC), siempre que exista justa causa en la pretensión y que no haya perjuicio de tercero (art. 210 RRC). III. Es doctrina reiterada de este Centro Directivo que la justa causa no concurre cuando la modificación, por su escasa entidad, debe estimarse objetivamente como mínima o intranscendente, porque ningún perjuicio real puede proBoletín núm. 1984–Pág. 252 ducirse en la identificación de una persona por el hecho, tan frecuente en la sociedad española actual, de que llegue a ser conocida, familiar y socialmente, con un apocope, contracción, deformación o pequeña variación de su nombre oficial correctamente escrito. Ahora bien, de esta doctrina siempre se han exceptuado aquellos casos en el que el nombre propio estaba incorrectamente escrito así como aquéllos en que el nombre propuesto era más apropiado como antropónimo que el inscrito. IV. Esta excepción debe apreciarse en el caso presente en el que se solicita el cambio de la grafía que se estima incorrecta «Hanaí» por la de «Anahí», que como justifica la recurrente es un nombre guaraní cuya grafía correcta es la que aquella solicita. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado. 2.º Autorizar el cambio de los nombres «Hanai» por «Anahí», usados habitualmente, no debiendo producir esta autorización efectos legales mientras no se inscriba al margen del asiento de nacimiento y siempre que así se solicite en el plazo de ciento ochenta días desde la notificación, conforme a lo que dispone el artículo 218 del Reglamento del Registro Civil. El Encargado que inscriba el cambio deberá efectuar las comunicaciones ordenadas por el artículo 217 del mismo Reglamento. RESOLUCIÓN (2.ª) de 7 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio civil. Se autoriza porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. – 1099 – En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Motril. HECHOS 1. Por comparecencia ante el Registro Civil de Salobreña, don J. S. N. G., nacido el 25 de julio de 1963 en Granada, de nacionalidad española y doña Z. S., nacida el 29 de septiembre de 1965 en Ivanovo (Rusia), de nacionalidad rusa, iniciaban expediente en solicitud de autorización para contraer matrimonio civil. Adjuntaban los siguientes documentos: fotocopia del DNI contrayente, certificado de soltería, certificado de nacimiento, certificado de empadronamiento y fe de vida y estado, y por parte de ella certificado de divorcio, fotocopia del pasaporte y certificado de nacimiento 2. Ratificados los interesados, declararon que no tenían impedimento para contraer matrimonio. En audiencia reservada con el contrayente en fecha 16 de julio de 2003 éste declara que conoce a su prometida desde el día 14 ó 15 de octubre pasado, cuando se encontraba tomando café con un amigo en una bar; que ella tiene una hija que estudia medicina; que no conoce a la familia de ella; que ella haba español ya que esta asistiendo a clases en una academia en Motril; que llevan un año de relaciones y quieres contraer matrimonio por amor; que ella trabajaba como empleada en una fábrica y que no tiene hermanos. A continuación comparece la contrayente quien declara que comprende el español cuando se le habla despacio; que tiene 37 y esta divorciada; que conoció a su pareja el 14 de octubre del año pasado; que llego a España el 4 de octubre pasado y ya no se ha marchado; que los padres de su pareja se llaman J. y F. y que él tiene dos hermanos y una hermana; que tiene una hija que reside en Rusia y que ella actualmente no trabaja. 3. Habiéndose dado traslado del expediente al Ministerio Fiscal, éste informa que no procede autorizar la celebración del matrimonio proyectado pues la autentica finalidad del mismo es conseguir legalizar la residencia en España de la contrayente. 4. En fecha 4 de diciembre de 2003, la Encargada del Registro Civil de Motril dicta un auto en el que deniega la autorización para contraer matrimonio. 5. Notificada la resolución a los interesados éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que cumplen con las exigencias establecidas por la DGRN. 6. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que se reiteró en su informe anterior. La Juez Encargada del Registro Civil de Motril ordena la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento civil; 238, 245, 246 y 247 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las ResoBoletín núm. 1984–Pág. 253 – 1100 – luciones de 30-2.ª de junio; 3-4.ª de julio; 8-1.ª y 23-1.ª de septiembre; y 2-1.ª, 8-3.ª, 9-3.ª, 16-3.ª y 24-1.ª y 3.ª de octubre de 2003; y 28-5.ª y 29-2.ª de enero, 16-3.ª de febrero y 4-2.ª de marzo de 2004. II. Dentro de la tramitación del expediente previo a la celebración del matrimonio civil existe un trámite esencial e imprescindible (cfr. Instrucción de 9 de enero de 1995, norma 3.ª), como es la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos, especialmente en los matrimonios entre español y extranjero, en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual se trata de la solicitud de autorización para contraer Boletín núm. 1984–Pág. 254 matrimonio civil en España conforme a la legislación de nuestro país que cursan un español y una ciudadana rusa residente en España. El auto dictado por la Juez Encargada del Registro se basa en la residencia ilegal de ella, en el desconocimiento que tiene del español y en que inició su convivencia con el contrayente a los pocos días de encontrarse en España, deduciendo de tales hechos que se pretende contraer matrimonio con finalidad no propia de esta institución, como puede ser la de obtener la nacionalidad española. Con ser razonable dicha deducción lo cierto es que, a la vista de lo declarado por los futuros contrayentes en sus respectivas audiencias, en las que no se advierten contradicciones y revelan un grado suficiente de conocimiento entre ellos respecto de sus circunstancias personales y familiares, al menos cabe la duda de que la voluntad de los interesados sea la que manifiestan de contraer verdadero y válido matrimonio. Hay que tener en cuenta que conviven desde hace aproximadamente un año y que la irregular situación de la contrayente en España y la posibilidad de que con el matrimonio pretenda regularizar su estancia en territorio nacional y, posteriormente, adquirir la nacionalidad española, no puede ser un obstáculo -lo que no pasa desapercibido para la Juez Encargada-, porque como señalaba esta Dirección General en sus resoluciones (1.ª) de 17 de abril y de 21 de julio de 1999, lo contrario supondría que ella sola soportase la consecuencia extrema de impedir el ius nubendi. VI. Por tanto, si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad el matrimonio pretendido, ha de ser preferible no poner trabas a la celebración del enlace. Como expresó en un supuesto – 1101 – RESOLUCIÓN (3.ª) de 7 de diciembre de 2004, sobre consolidación de la nacionalidad española. cionalidad española por residir en un campo de refugiados, que en el año 1975 parte de su familia quedó en Marruecos y que la documentación española fue exigida y entregada por su madre a las autoridades marroquíes y que en el año 2003 se traslado a España. Acompaña los siguientes documentos: Certificación de nacimiento expedido por el Juzgado Cheránico de Aaiún, certificado de la Delegación Saharaui haciendo constar que el promotor nació y vivió en el Sahara hasta el año 1975, que es la misma persona que el portador del pasaporte argelino, certificado expedido por la Embajada de Argelia acreditando que el promotor no ostenta la nacionalidad argelina y certificado de empadronamiento expedido por el Ayuntamiento de Gallur. No es aplicable el artículo 18 del Código civil cuando no se acredita que el interesado hubiera residido en El Sahara durante el plazo de vigencia del Decreto 2258/1976, de 10 de agosto. 2. Ratificado el peticionario, se practicó información testifical coincidente con las manifestaciones del promotor y manifestando que está completamente adaptado a la cultura y estilo de vida españoles. similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado 2.º Declarar que no hay obstáculos para que la Juez Encargada autorice el matrimonio. En el expediente sobre declaración de nacionalidad española con valor de simple presunción remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto dictado por el Juez Encargado del Registro Civil de Zaragoza. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Zaragoza, don M. S. A. B., nacido en Aaiún, el 5 de marzo de 1961 y con domicilio en Gallur (Zaragoza), solicitaba la adquisición de la nacionalidad española por consolidación según el artículo 18 del Código civil, manifestando que desde su nacimiento y hasta el año 1975, residió en El Sahara Occidental, trasladándose en esa fecha a los Campamentos de Refugiados Saharauis, que en su día no pudo optar por la na- 3. Notificado el Ministerio Fiscal informa desfavorablemente por no haberse acreditado por el interesado haber estado en posesión y utilización de la nacionalidad española durante diez años. El Juez Encargado del Registro Civil de Zaragoza dictó auto con fecha 30 de abril de 2004 desestimando la consolidación de la nacionalidad española, alegaba como razonamientos jurídicos que en este procedimiento no es aplicable el artículo 18 del Código civil por no haberse acreditado por el solicitante estar en posesión y utilización de la nacionalidad española durante diez años. 4. Notificado el Ministerio Fiscal y el interesado, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que no sólo nació en lo que entonces era un territorio dependiente de España, sino que, Boletín núm. 1984–Pág. 255 – 1102 – además, fue inscrito en el Registro Civil español de El Aaiun, que en el año 1975 fue incorporado a los campamentos de refugiados saharauis permaneciendo en ellos hasta el momento de viajar a España en el 2003 y que en ningún momento ha adquirido la nacionalidad argelina y que no pudo optar a la nacionalidad española por no encontrarse en España. 5. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste confirma la resolución dictada. El Juez Encargado del Registro Civil confirma su resolución y remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 18 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335 y 338 del Reglamento del Registro Civil; la Ley 40/1975, de 19 de noviembre; el Decreto 2258/1976, de 10 de agosto; la Sentencia del Tribunal Supremo de 28 de octubre de 1998, y las Resoluciones, entre otras, de 20-2.ª de junio y 6-2.ª y 24-1.ª de noviembre de 2003; 2-5.ª, 5-4.ª de enero, 10-2.ª de marzo, 11-1.ª y 18-4.ª de mayo, 1-2.ª y 3.ª, 5-2.ª y 23-3.ª de junio y 13-2.ª, 14-1.ª y 15-2.ª de julio de 2004. II. El interesado por escrito de fecha de 11 de febrero de 2004 presentado en el Registro Civil de Zaragoza, solicitó el reconocimiento de la nacionalidad española por consolidación al haber nacido en Aaiún y cumplir los requisitos establecidos. III. Según el artículo 18 del Código civil la nacionalidad española puede consolidarse si se posee y utiliza durante diez años, con buena fe y sobre la base de un título inscrito en el Registro Civil que después es anulado. La vía registral para comprobar esta consolidación es el expediente de declaración de la nacionaBoletín núm. 1984–Pág. 256 lidad española con valor de simple presunción (cfr. art. 96-2.º LRC y 338 RRC), que decide en primera instancia el Encargado del Registro Civil del domicilio (cfr. art. 335 RRC). IV. En principio, a los nacidos en el territorio del Sahara cuando éste era posesión española no les beneficia el citado artículo 18 del Código porque no eran propiamente nacionales españoles, sino solo súbditos de España que se beneficiaban de la nacionalidad española, por más que de algunas disposiciones anteriores al abandono por España de ese territorio pudiera deducirse otra cosa. El principio apuntado es el que se desprende necesariamente de la Ley de 19 de noviembre de 1975 y el Decreto de 10 de agosto de 1976, porque sólo así cobra sentido que a los naturales del Sahara se les concediera en ciertas condiciones la oportunidad de optar a la nacionalidad española en el plazo de un año a contar desde la entrada en vigor del Decreto. V. Es cierto que para un supuesto excepcional respecto de un natural del Sahara la STS de 28 de octubre de 1998 decidió que el actor había consolidado la nacionalidad española. Pero la doctrina de esta sentencia no es de aplicación al caso presente pues hay diferencias fundamentales entre el supuesto de hecho examinado en la sentencia y el ahora planteado. En el caso presente el interesado no ha justificado que residiera en el Sahara cuando estuvo en vigor el Decreto de 1976, de modo que quedara imposibilitado de facto para optar a la nacionalidad española, incluso manifiesta que salió del territorio ocupado por Marruecos pasando a campos de refugiados. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. – 1103 – RESOLUCIÓN (4.ª) de 7 de diciembre de 2004, sobre declaración sobre nacionalidad. Es español iure soli el nacido en España de padres colombianos y nacidos en Colombia. En el expediente sobre declaración con valor de simple presunción de la nacionalidad española remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el Ministerio Fiscal, contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Guadalajara HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Guadalajara, don W.-D. C. R., nacido en Bogotá, el 21 de marzo de 1977, de nacionalidad colombiana con Documento de Identidad y doña M. M. T., nacida en Villavicencio (Colombia), el 10 de septiembre de 1978, con Documento de Identidad y ambos domiciliados en Azuqueca de Henares, solicitaban para su hijo W.-A. C. M., nacido en Alcala de Henares, el 17 de diciembre de 2003, la declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción al margen del acta de su nacimiento. Acompañaban los siguientes documentos: fotocopia de los documentos de identidad de los promotores, certificación literal de nacimiento del interesado, certificado consular y certificado de empadronamiento familiar. 2. Ratificados los promotores, el Ministerio Fiscal informa en sentido favorable. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto con fecha 5 de julio de 2004, denegando declarar con valor de simple presunción la nacionalidad española del menor, alegaba como razonamientos jurídicos que el artículo 96 de la Ley del Registro Civil dispone la declaración de la nacionalidad española con valor de simple presunción, si no consta en el Registro, que el artículo 17 del Cc establece que son españoles de origen los nacidos en España de padres extranjeros, si ambos carecieren de nacionalidad o si la legislación de ninguno de ellos atribuye al hijo una nacionalidad y que esta presunción no puede establecerse por la sola voluntad de los progenitores, sino que queda reservada a cuando no es posible otorgar una nacionalidad por la específica legislación personal de los padres. 3. Notificado el Ministerio Fiscal, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, manifestando que sin perjuicio de que la falta de atribución de la nacionalidad de los padres obedezca a un acto voluntario, se da en el menor una situación de apatridia originaria en la cual la atribución de la nacionalidad española iure soli, de conformidad con lo dispuesto en el art. 17-1.º del Código civil, debe adoptarse dicha solución en aplicación del artículo 7 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. 4. La Juez Encargada del Registro Civil deniega la presunción de la nacionalidad española y remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 12 y 17 del Código civil; 96 de la Ley del Registro Civil; 335, 338 y 340 del Reglamento del Registro Civil; 7 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 1989; y las Resoluciones, entre otras, de 13-5.ª, 14-1.ª, 26-5.ª y 27-1.ª y 2.ª de enero, 13-3.ª y 4.ª y 16-4.ª de febrero y 10-3.ª, 13-1.ª de marzo, 7-2.ª y 19-3.ª de abril, 17-1.ª , 28-3.ª de mayo y 23-1.ª de julio de 2004. Boletín núm. 1984–Pág. 257 – 1104 – II. Plantea el recurso la cuestión de si tiene la nacionalidad española de origen un niño nacido en España en diciembre de 2003, hijo de padres colombianos nacidos en Colombia. La petición se funda en la atribución iure soli de la nacionalidad española establecida a favor de los nacidos en España de padres extranjeros cuando la legislación de ninguno de ellos atribuye al nacido una nacionalidad (cfr. art. 17.1.c) del Código civil. III. Reiteradamente tiene establecido esta Dirección General, de acuerdo con el conocimiento adquirido de la legislación colombiana, que los hijos de colombianos nacidos en el extranjero no adquieren automáticamente por el solo hecho del nacimiento la nacionalidad colombiana, la cual solo puede adquirirse por un acto posterior. Se da, por lo tanto, una situación de apatrídia originaria en la cual la atribución de la nacionalidad española iure soli se impone. No ha de importar que el nacido pueda adquirir más tarde iure sanguinis la nacionalidad de sus progenitores, porque este solo hecho no puede llevar consigo la pérdida de nacionalidad atribuida ex lege en el momento del nacimiento. IV. Tal conclusión, como también se ha dicho reiteradamente, se ve reforzada por la aplicación del artículo 7 de la Convención de los Derechos del Niño, en cuanto que establece que el niño tendrá desde su nacimiento derecho a adquirir una nacionalidad y que los Estados Partes velarán por la aplicación de este derecho, «sobre todo cuando el niño resultara de otro modo apátrida». Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado. 2.º Declarar con valor de simple presunción que el menor es español de origen; la declaración se anotará al margen de la inscripción de nacimiento. Boletín núm. 1984–Pág. 258 RESOLUCIÓN (1.ª) de 9 de diciembre de 2004, sobre rectificación de errores. Prospera el expediente de rectificación de errores en cuanto a la fecha de nacimiento del padre en la inscripción de nacimiento de su hija. En el expediente sobre rectificación de error en inscripción de nacimiento remitido a este Centro en trámite de recurso en virtud del entablado por el promotor contra el auto dictado por el Encargado del Registro Civil de Melilla. HECHOS 1. Por escrito presentado el 22 de diciembre de 2003 en el Registro Civil de Melilla don M. E. M. y doña R. K., domiciliados en Melilla, solicitaban la rectificación del error contenido en la partida de nacimiento de su hija D. E. M., en el sentido de modificar la fecha de nacimiento de su padre el 9 de marzo de 1961 por la el 5 de marzo de 1961. Acompañaba la siguiente documentación: certificación de inscripción de nacimiento de los padres, certificación literal de nacimiento de la hija, certificado del padrón municipal, fotocopia del permiso de trabajo y residencia. 2. Notificada la incoación del expediente al Ministerio Fiscal, quien mediante dictamen de 16 de febrero de 2004, manifestó procedía acceder a lo solicitado. El Juez Encargado del Registro Civil de Melilla dictó auto con fecha 27 de marzo de 2004 manifestando no haber lugar a la rectificación al no haber quedado acreditado debidamente el error denunciado. 3. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interpusieron recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado manifestando su disconformidad con la resolución dictada, alegando que la fecha correcta era el 5 de marzo de 1961. – 1105 – 4. En la tramitación del recurso interpuesto, el Ministerio Fiscal entiende que procede accederse a lo solicitado. El Encargado del Registro Civil remitió el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado confirmando la resolución dictada. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 41 y 93 de la Ley del Registro Civil; 12, 170 y 342 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 10-2.ª de julio, 17-3.ª de septiembre y 23-2.ª de octubre de 2002. II. La fecha de nacimiento del padre en la inscripción de nacimiento del hijo, en cuanto es un dato esencial para conocer la edad, es una mención de identidad (cfr. art. 12 RRC). En la inscripción de nacimiento es necesario hacer constar la filiación del nacido y, por lo tanto, deben constar los datos de identidad de los padres (cfr. arts. 41 LRC y 170 RRC), debiendo figurar entre ellos la edad para lo que se hace constar la fecha de nacimiento de éstos. Si se demuestra que, respecto de uno de ellos, en este caso el padre, se ha hecho constar una equivocada, cabe su rectificación en expediente gubernativo con apoyo en el artículo 93.1.º de la Ley del Registro Civil. III. En este caso, a la vista de la documentación aportada y, en especial, la certificación de nacimiento del padre, expedida por las autoridades marroquíes, es patente el error cometido, de modo que el expediente debe prosperar. A ello nada obsta que el Encargado, en puridad, no cometiera directamente el error, sino que se viera inducido a ello por la documentación en su día aportada que incorporaba el que finalmente se padeció. Este hecho no puede ser óbice a la rectificación solicitada, una vez que el error, se cometiera por las razones que fuera, ha sido convenientemente acreditado. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado. 2.º Ordenar que se rectifique la inscripción de nacimiento de D. E. M. y se haga constar como fecha de nacimiento del padre, en vez de «nueve de marzo de mil novecientos sesenta y uno» que hoy figura, la de «cinco de marzo de mil novecientos sesenta y uno». RESOLUCIÓN (2.ª) de 9 de diciembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. No hay justa causa para cambiar «Simón» por «Saimon». En el expediente de cambio de nombre en inscripción de nacimiento remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el promotor contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Vitoria. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Vitoria el 24 de febrero de 2004, don S. G. I., vecino de Vitoria, nacido el 25 de julio de 1986 en Vitoria, solicitaba el cambio de nombre por el de Saimon por ser en todos los ordenes de la vida con el que se le conoce. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento y diversas fotocopias acreditativas del uso del nombre. 2. Ratificados los padres del interesado, el Ministerio Fiscal se opuso a lo solicitado por no quedar suficiente acreditado lo que se solicita y ser una modificación mínima. El Juez Encargado dictó auto con fecha 21 de julio de 2004 desestimando lo solicitado. Boletín núm. 1984–Pág. 259 – 1106 – 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y al interesado, éste presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que el nombre solicitado no es una simple modificación ya que se trata de nombres de distinto origen y que no tienen ninguna similitud y menos en la grafía. 4. De la tramitación del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que consideró ajustada a derecho la resolución recurrida. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución recurrida y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 54, 57, 59 y 60 de la Ley del Registro Civil; 205, 206, 209, 210 y 365 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 1-1.ª y 3.ª y 7-4.ª de julio, 22-3.ª de septiembre, 28-2.ª y 31-5.ª octubre, 27-1.ª y 2.ª de noviembre y 9-1.ª de diciembre de 2003; 3, 5-1.ª y 7-3.ª de enero, 4-1.ª de junio y 30-3.ª de septiembre de 2004. II. Uno de los requisitos exigidos para el éxito de todo expediente de cambio del nombre propio, ya sea de la competencia del Encargado del Registro Civil del domicilio, ya corresponda a la competencia general del Ministerio de Justicia, es que exista una justa causa en la pretensión (cfr. arts. 60 LRC y 206, III y 210 RRC). A estos efectos es doctrina constante de este Centro Directivo que la justa causa no concurre cuando la modificación, por su escasa entidad, ha de ser considerada objetivamente como mínima o intranscendente, porque ningún perjuicio real puede producirse en la identificación de una persona por el hecho, tan frecuente en la sociedad española actual, de que llegue a ser conocida con un apócope, contracción, deformación o pequeBoletín núm. 1984–Pág. 260 ña variación de su nombre oficial correctamente escrito. III. Esta doctrina es de directa aplicación al caso presente en el que se ha intentado el cambio de «Simón» a «Saimon». La modificación es evidentemente mínima y supone además la alteración de un nombre correcto, por otra forma del mismo que no lo es. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (3.ª) de 9 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. Se deniega porque hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra el auto dictado por la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla. HECHOS 1. Mediante escrito presentado en el Registro Civil de Melilla el 9 de febrero de 2004, don J. E. H., nacido el 10 de febrero de 1978, soltero, natural de Duar Ichamlalan (Marruecos) y vecino de Melilla, de nacionalidad marroquí, con pasaporte, iniciaba expediente en solicitud de autorización para contraer matrimonio civil con doña A. M. M., nacida en Melilla el 11 de septiembre de 1983, soltera, natural de Marruecos y vecina de Melilla, con DNI. Adjuntaban los siguientes documentos: certificaciones literales de nacimiento, certificado de empadronamiento, fotocopia de los documentos de identidad – 1107 – de ambos y certificados de soltería de ambos. 2. Ratificados los interesados y celebrada la audiencia reservada con el contrayente en fecha 28 de abril de 2004 manifestó que conoce a su novia desde hace dos años; que trabaja de vigilante en una obra y que no viven juntos todavía; que no tienen casa; cuando se casen ella pedirá una casa; que ahora le mantiene su familia y que necesita casarse para obtener una casa y porque además le van a expulsar; que no quiere casarse por el rito musulmán; que hará una boda musulmana con su familia aquí en Melilla con sus abuelos; que no sabe quienes son los testigos, que no los conoce, que en todo caso los conocerá ella. En la misma fecha se celebra audiencia reservada con la contrayente quien manifiesta, entre otros datos, que hace dos años que están juntos; que él trabajaba de vigilante al lado de su casa; que se quieren casar lo antes posible, porque está embarazada y necesita los papeles de él con urgencia, porque sino lo expulsan; que no viven juntos todavía, hasta que encuentren una casa; que ella está en casa con sus padres y él está en casa de sus abuelos; que no trabaja ninguno de los dos y que cuando se casen él buscará trabajo en una obra; que los testigos no los conoce de nada, que los encontró en el juzgado y quisieron ser testigos, que no encontraron testigos con DNI; que no han celebrado la boda todavía, que ésta será por su rito de aquí a un año, cuando tengan el niño. 3. El Ministerio Fiscal emite informe en fecha 11 de mayo de 2004 en el que se opone a la celebración del matrimonio al entender que no concurren los requisitos para ésta y perseguir fines contrarios a la Ley. La Juez Encargada del Registro Civil dictó auto en fecha 9 de junio de 2004 en el que no autoriza la celebración del matrimonio. 4. Notificada la resolución a los interesados y al Ministerio Fiscal se interpuso recurso en fecha 15 de julio de 2004 ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que, su intención es formalizar una familia digna. 5. La Juez Encargada del Registro Civil de Melilla confirmó el auto recurrido ordenando la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950, sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento Civil; 238, 245, 246, 247 y 358 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995; y las Resoluciones de 4-2.ª, 11-2.ª, 19-2.ª y 26-2.ª de noviembre; y 1-1.ª y 2-2.ª de diciembre de 2003 y 21-4.ª de enero, 5-3.ª y 18-1.ª de febrero; 3-2.ª y 3.ª y 4-1.ª de marzo; y 16-1.ª, 20-3.ª y 4.ª de abril; 26-1.ª, 2.ª y 3.ª de mayo y 15-1.º y 2.ª de junio de 2004. II. En el expediente previo para la celebración del matrimonio es un trámite imprescindible la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el Instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). Boletín núm. 1984–Pág. 261 – 1108 – III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios objetivos, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir ala prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual, en el que se pretende contraer un matrimonio civil entre una española y un marroquí, resultan del trámite de audiencia hechos objetivos determinantes para deducir que la finalidad perseguida con el matrimonio proyectado no es la propia de esta institución. Se advierte la existencia de una instrumentalización, en un doble sentido, del matrimonio civil cuya autorización se solicita. De un lado, los interesados, en sus respectivas audiencias, declaran que lo contraen con el fin de evitar la expulsión de él del territorio español en el que se encuentra en situación de estancia ilegal. De otro lado, sus manifestaciones revelan que será al matrimonio según el rito musulmán, al que, realmente, atribuyan eficacia. A la vista de lo que antecede, hay que concluir, como lo hace el Ministerio Fiscal y la Juez Encargada, que el matrimonio civil proyectado persigue Boletín núm. 1984–Pág. 262 finalidad distinta de la de contraerlo efectiva y eficazmente. Las alegaciones que se formulan en el recurso, incluido el hecho del nacimiento de un hijo, no desvirtúan los hechos revelados en el citado trámite de audiencia. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria, desestimar el recurso y confirmar el auto apelado, dejando a salvo la vía judicial ordinaria. RESOLUCIÓN (1.ª) de 10 de diciembre de 2004, sobre cambio del nombre propio. No hay justa causa para cambiar «Vanesa» por «Vanessa». En el expediente de cambio de nombre remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por la interesada contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Lugo. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Lugo el 25 de junio de 2004, doña V. L. F., vecina de Lugo, nacida el 19 de abril de 1986 en Lugo, solicitaba el cambio de nombre por el de Vanessa por ser el usado habitualmente. Adjuntaba los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento y varias fotocopias de documentos acreditativos del uso del nombre. 2. Ratificada la interesada, el Ministerio Fiscal se opuso a lo solicitado por tratarse de una modificación mínima e intranscendente. El Juez Encargado dictó auto con fecha 12 de julio de 2004 desestimando lo solicitado. 3. Notificada la resolución a la interesada, ésta presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que el nombre soli- – 1109 – citado es el que viene utilizando en su vida cotidiana y que dicho cambio no perjudicaría a terceros. teriormente. La modificación es evidentemente mínima pues sólo supone añadir una ese al nombre inicialmente inscrito. 4. El Juez Encargado del Registro Civil confirmó la resolución recurrida y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 57, 59 y 60 de la Ley del Registro Civil; 205, 206, 209, 210 y 365 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 21-1.ª de abril de 1995, 7 de mayo de 1996, 15-3.ª de septiembre de 1997, 7-5.ª y 17-1.ª de febrero y 20-5.ª de octubre de 1998, 18-2.ª de febrero de 1999 y 19-5.ª de junio de 2001. II. Uno de los requisitos exigidos para el éxito de todo expediente de cambio del nombre propio, ya sea de la competencia del Encargado del Registro Civil del domicilio, ya corresponda a la competencia general del Ministerio de Justicia, es que exista una justa causa en la pretensión (cfr. arts. 60 LRC y 206, III y 210 RRC). A estos efectos es doctrina constante de este Centro Directivo que la justa causa no concurre cuando la modificación, por su escasa entidad, ha de ser considerada objetivamente como mínima o intranscendente, porque ningún perjuicio real puede producirse en la identificación de una persona por el hecho, tan frecuente en la sociedad española actual, de que llegue a ser conocida, familiar y socialmente, con un apócope, contracción, deformación o pequeña variación de su nombre oficial correctamente escrito. III. Esta doctrina es de directa aplicación al caso presente en el que se ha intentado el cambio de «Vanesa» a «Vanessa», doctrina aplicada en este mismo supuesto en las resoluciones citadas an- RESOLUCIÓN (2.ª) de 10 de diciembre de 2004, sobre nombre propio. No es admisible Yael para designar varón. En las actuaciones sobre atribución de nombre en inscripción de nacimiento remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los promotores contra la providencia de la Juez Encargada del Registro Civil de Vitoria. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Vitoria, don R. M. O., con fecha 17 de agosto de 2004, solicita la inscripción de nacimiento de su hijo Yael, nacido en Vitoria, el día 17 de agosto de 2004. Acompaña el siguiente documento: cuestionario para la declaración de nacimiento en el Registro Civil. 2. Por Providencia de fecha 19 de agosto de 2004 la Juez Encargada del Registro Civil de Vitoria, requiere al solicitante de conformidad con el artículo 193 del Reglamento del Registro Civil para que designen otro nombre al nacido por inducir el nombre de «Yael» a confusión del sexo y encontrarse en las prohibiciones contenidas en el artículo 54 de la Ley del Registro Civil y 192 de su Reglamento. 3. Notificado el promotor, éste designa como nombre alternativo el de «Yoel» y recurre la resolución ante de la DirecBoletín núm. 1984–Pág. 263 – 1110 – ción General de los Registros y del Notariado, manifestando que el nombre de «Yael» no induce a error en el sexo y que existe dicho nombre para hombres. Acompaña los siguientes documentos: informes a través de Internet donde aparecen personas de sexo masculino con el nombre de «Yael». 4. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, considera ajustada a derecho la resolución recurrida. La Juez Encargada del Registro Civil confirma la resolución e informa que en la bibliografía existente en el Registro sobre nombres aparece el nombre de «Yael» como propio de mujer (adjunta fotocopia), por lo que no han quedado desvirtuados los argumentos jurídicos de la resolución recurrida y remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 54 de la Ley del Registro Civil; 192 y 193 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones, entre otras, de 18 de enero de 2001, 9-2.ª y 12-5.ª de septiembre de 2002, 30-4.ª de enero y 6-2.ª de marzo, 3-1.ª de noviembre y 19-1.ª de diciembre de 2003 y 6-1.ª de febrero, 15-2.ª, 16-1.ª y 27 de marzo de 2004. padres optaron por el segundo, pero recurrieron la calificación porque consideraban que «Yael» era nombre válido también para designar varón y aportaban justificantes de su utilización por determinadas personas de sexo masculino. Es coincidente con el Ministerio Fiscal y la Juez Encargada del Registro Civil el criterio de esta Dirección General que ya en sendas resoluciones de 18 de enero de 2001 autorizó dos cambios de nombre: el de «Eneida» por «Yael» y el de «Alejandro» por «Yoel», por entender que el primero era propio de mujer y el segundo de varón. IV. Entre los escasos límites existentes al derecho de los padres para escoger para sus hijos los nombres propios que estimen más convenientes se encuentran los casos en que dichos nombres hacen confusa la identificación o inducen en su conjunto a error en cuanto al sexo (art. 54, II, LRC) y estos límites se consideran de aplicación al caso presente. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar la calificación efectuada. II. Los padres tienen amplia libertad para escoger para sus hijos los nombres propios que estimen más conveniente, no pudiendo ser rechazado el nombre elegido más que cuando claramente infrinja alguna de las prohibiciones contenidas en el artículo 54 LRC. Se autoriza porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial. III. En el presente caso la voluntad de los padres fue la de imponer a su hijo el nombre de «Yael» que no fue admitido por el Registro que inscribió al nacido con el de «Yoel», por entender que el primero inducía a error sobre el sexo. Ante el requerimiento del Registro los En el expediente sobre autorización para contraer matrimonio civil remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los interesados contra auto de la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla. Boletín núm. 1984–Pág. 264 RESOLUCIÓN (3.ª) de 10 de diciembre de 2004, sobre autorización de matrimonio. – 1111 – HECHOS 1. Con fecha 19 de diciembre de 2003, don M. A. A., nacido en Melilla, el 1 de febrero de 1958, soltero, de nacionalidad española, con DNI y con domicilio en Melilla y doña L. E. H., nacida en Marruecos, el año 1967, divorciada, de nacionalidad marroquí, con pasaporte y con domicilio en Marruecos, solicitaban autorización para contraer matrimonio civil en el Registro Civil de Melilla. Acompañaban los siguientes documentos: fotocopia del DNI, certificado de nacimiento, fe de vida y estado y certificado de empadronamiento de él, fotocopia del pasaporte, certificado negativo de matrimonio, certificado de residencia, certificado de nacimiento y sentencia de divorcio de ella. 2. Ratificados los promotores, se practicó la información testifical, manifestando los testigos que expresan su convencimiento de que el proyectado matrimonio no incurre en prohibición legal alguna. 3. Realizado el trámite de audiencia reservada en el Registro Civil de Melilla el 18 de febrero de 2004, dio el siguiente resultado: ella manifiesta que está divorciada desde hace 14 años, que conoce a su novio de toda la vida pero hace tres años que formalizaron su relación, que no han celebrado fiesta de compromiso, que él tiene 45 años, no trabaja y vive con su madre y con un hermanos, que ella trabaja de limpiadora en Melilla y percibe 47 euros al mes y no va a dejar el trabajo cuando se case, que no conoce a los testigos que firmaron el expediente y que llevan viviendo juntos un año. Él manifiesta que son primos y empezaron a salir hace tres años, que su novia es divorciada y trabaja fregando escaleras y el de momento está parado, que ella de momento vive en su caso pero no van a vivir juntos hasta la celebración y que no conoce a los testigos del expediente matrimonial. 4. Notificado el Ministerio Fiscal, éste se opone a la continuación del expediente para que se practique nueva información testifical. Con fecha 26 de marzo de 2004 se practica información testifical. Con fecha 7 de abril de 2004 el Ministerio Fiscal no se opone a lo solicitado. A la vista de lo actuado la Juez Encargada del Registro Civil de Melilla dictó auto con fecha 2 de junio de 2004 denegando la autorización para celebrar el matrimonio civil entre los promoventes, fundamentaba su resolución en las respectivas contradicciones existentes en las manifestaciones de ambos contrayentes y el desconocimiento por parte de cada uno de circunstancias personales esenciales del otro contrayente, pues ha presunción fundada de que el matrimonio sea de conveniencia y favorecer la obtención de residencia legal del contrayente extranjero. 5. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado 6. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal. La Juez Encargada del Registro Civil de Melilla remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. Se autoriza porque no hay datos objetivos bastantes para deducir la ausencia de consentimiento matrimonial FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 12 del Convenio de Roma de 4 de noviembre de 1950 sobre protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales; 23 del Pacto Internacional de Nueva York de 19 de diciembre de 1966 de derechos civiles y políticos; la Resolución del Consejo de la Unión Europea de 4 de diciembre de 1997 sobre las medidas que deberán adoptarse en Boletín núm. 1984–Pág. 265 – 1112 – materia de lucha contra los matrimonios fraudulentos; los artículos 10, 14 y 32 de la Constitución; 3, 6, 7, 44, 45, 73 y 74 del Código civil; 386 de la Ley de Enjuiciamiento civil; 238, 245, 246 y 247 del Reglamento del Registro Civil; la Instrucción de 9 de enero de 1995, y las Resoluciones de 30-2.ª de junio; 3-4.ª de julio; 8-1.ª y 23-1.ª de septiembre; y 2-1.ª, 8-3.ª, 9-3.ª, 16-3.ª y 24-1.ª y 3.ª de octubre de 2003; y 28-5.ª y 29-2.ª de enero, 16-3.ª de febrero y 4-2.ª de marzo de 2004. II. Dentro de la tramitación del expediente previo a la celebración del matrimonio civil existe un trámite esencial e imprescindible (cfr. Instrucción de 9 de enero de 1995, norma 3.ª), como es la audiencia personal, reservada y por separado de cada contrayente, que debe efectuar el instructor, asistido del Secretario, para cerciorarse de la inexistencia del impedimento de ligamen o de cualquier otro obstáculo legal para la celebración (cfr. art. 246 RRC). III. La importancia de este trámite ha aumentado en los últimos tiempos -especialmente en los matrimonios entre español y extranjero- en cuanto que por él puede en ocasiones descubrirse el verdadero propósito fraudulento de las partes, que no desean en realidad ligarse con el vínculo matrimonial, sino aprovecharse de la apariencia matrimonial para obtener las ventajas que del matrimonio resultan para el extranjero. Si, a través de este trámite o de otros medios, el Encargado llega a la convicción de que existe simulación, no debe autorizar un matrimonio nulo por falta de verdadero consentimiento matrimonial (cfr. arts. 45 y 73-1.º Cc). IV. Ahora bien, las dificultades prácticas de la prueba de la simulación son sobradamente conocidas. No existiendo normalmente pruebas directas de ésta, es casi siempre necesario acudir a la prueba de presunciones, es decir, deducir de un hecho o de unos hechos demostrados, Boletín núm. 1984–Pág. 266 mediante un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano, la ausencia de consentimiento que se trata de probar (cfr. art. 386 LEC). V. En el caso actual se trata de la solicitud de autorización para contraer matrimonio civil en España conforme a la legislación de nuestro país que cursan un español y una ciudadana de Marruecos residente en España. El auto dictado por la Juez Encargada del Registro se basa en las declaraciones contradictorias que sobre la situación de convivencia hicieron los futuros contrayentes, pero de dichas declaraciones no necesariamente se llega a dicha conclusión, siendo admisible la alegación que sobre este punto se formula en el recurso, de manera que no necesariamente lo declarado implica contradicción, pues vienen a coincidir ambos interesados en que viven, o conviven, en casa de él, que es, según ella, la de su madre, convivencia de la que no cabe derivar ningún obstáculo para el matrimonio proyectado. Tampoco del resto de las declaraciones puede deducirse con certeza que sea simulado dicho matrimonio. Así lo ha entendido también el Ministerio Fiscal que ha emitido informe favorable a su autorización. VI. Por tanto, si se tiene en cuenta la presunción general de buena fe y que el ius nubendi, como derecho fundamental de la persona no debe ser coartado, postergado o denegado más que cuando exista una certeza racional absoluta del obstáculo legal que vicie de nulidad el matrimonio pretendido, ha de ser preferible no poner trabas a la celebración del enlace. Como expresó en un supuesto similar la Resolución de 9-2.ª de octubre de 1993, «ante la opción de autorizar un matrimonio que eventualmente sea declarado nulo o de coartar el ius connubii, este Centro Directivo ha de elegir la primera alternativa». – 1113 – Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado 2.º Declarar que no hay obstáculos para que la Juez Encargada autorice el matrimonio. RESOLUCIÓN (4.ª) de 10 de diciembre de 2004, sobre matrimonio celebrado en el extranjero. Se deniega la inscripción del segundo matrimonio de un marroquí, que posteriormente adquirió la nacionalidad española por residencia, porque estaba ligado por un matrimonio anterior del que no se divorció hasta después del segundo matrimonio. En las actuaciones sobre inscripción de matrimonio remitidas a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el interesado contra auto del Juez Encargado del Registro Civil Central. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Almería el 31 de marzo de 2003, don K. A. R. A., casado, con nacionalidad española por residencia, nacido en 1936 en Beni-Chicar (Nador), Marruecos, solicitaba la inscripción de su matrimonio con doña L. E. A. R., divorciada, marroquí, nacida el 25 de junio de 1949 en Beni Chiker, Marruecos, celebrado el 31 de agosto de 1970 en Nador-Marruecos. Adjuntaba los siguientes documentos: acta del matrimonio anterior y sentencia de divorcio de él, certificado de inscripción de nacimiento, certificado de empadronamiento y fotocopia del DNI de él y del permiso de residencia de ella. 2. Con fecha 18 de junio se requirió a los interesados para que aportaran certificación literal del anterior matrimonio del contrayente en el que constara marginal de divorcio obtenida con anterioridad al matrimonio que se pretende inscribir, a lo que el 8 de julio de 2003 el contrayente comparece ante el Registro Civil de Almería manifestando que se separó de su primer mujer en noviembre de 2002 y el matrimonio que se pretende inscribir se celebró en el año 1970 por lo que no puede presentar el documento que se le requiere. Remitido todo lo actuado al Registro Civil Central, el Juez Encargado del mismo dictó auto con fecha 9 de octubre de 2003 denegando la inscripción del matrimonio toda vez que el matrimonio se celebró teniendo el contrayente un matrimonio anterior en vigor. 3. Notificada la resolución al Ministerio Fiscal y a los interesados, don K. A. R. A. presentó recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que no existe impedimento alguno de bigamia puesto que solo pervive un matrimonio, el contraído en 1970 entre mi defendido y su única y legítima esposa doña L. 4. De la interposición del recurso se dio traslado al Ministerio Fiscal que confirmó el acuerdo por sus fundamentos. El Juez Encargado del Registro Civil Central confirmó el auto apelado y ordenó la remisión del expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 46, 65, 73, 89 y 107 del Código civil; 73, 76 y 97 de la Ley del Registro Civil; 256, 257, 264 y 342 del Reglamento del Registro Civil y las Resoluciones de 1-2.ª y 19-1.ª de febrero, 15-1.ª y 27-2.ª de junio, 4 de julio, Boletín núm. 1984–Pág. 267 – 1114 – 4-8.ª de septiembre y 2-1.ª y 23-3.ª de noviembre de 2002 y 15-1.ª de enero de 2004. II. Cuando una persona adquiere la nacionalidad española, su matrimonio anterior subsistente celebrado en el extranjero ha de inscribirse, en principio, en el Registro Civil español (cfr. art. 66, I, RRC). La inscripción requiere en todo caso, además del título documental oportuno o de un expediente (cfr. arts. 256 y 257 RRC), que el enlace sea válido para el ordenamiento español. III. El matrimonio poligámico cuya inscripción se intenta se celebró en 1970, cuando consta también por declaración del propio interesado que el mismo había celebrado un matrimonio anterior con súbdita marroquí en 1954, que hay que presumir válido y subsistente hasta la fecha de su disolución por divorcio mediante sentencia judicial recaída en 2002, es decir, en un momento posterior a la celebración del segundo matrimonio. Aunque este segundo enlace sea válido para el ordenamiento marroquí y, en principio, haya que aplicar en este punto el estatuto personal de los contrayentes, es claro que la ley extranjera, aplicable como regla según nuestras normas de conflicto, ha de quedar aquí excluida por virtud de la excepción de orden público internacional (cfr. art. 12-3 Cc) que no puede permitir la inscripción de un matrimonio poligámico que atentaría contra la dignidad de la mujer y contra la concepción española del matrimonio, que regula el impedimento de ligamen prohibiendo el matrimonio a los que estén ligados con vínculo matrimonial (cfr. art. 46.2.º Cc) y sanciona con la nulidad el matrimonio celebrado con infracción de tal prohibición (cfr. art. 73 n.º 2 Cc). IV. No es cuestión de dilucidar ahora los efectos de distinto tipo que ese hecho pueda producir para el ordenaBoletín núm. 1984–Pág. 268 miento español. Lo que es evidente es que no puede admitirse que en una inscripción de matrimonio en el Registro español conste que uno de los contrayentes ya estaba casado cuando se celebró el enlace. Recuérdese que el estado civil de cada contrayente en ese momento es un dato obligado en la inscripción de matrimonio (cfr. arts. 35 LRC y 12 y 258 RRC). Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar el acuerdo apelado. RESOLUCIÓN de 11 de diciembre de 2004, sobre rectificación de errores. En principio hay que acudir a la vía judicial para rectificar la fecha de nacimiento en una inscripción de nacimiento. En el expediente de rectificación de error en inscripción de nacimiento remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por los promotores contra el auto dictado por el Juez Encargado del Registro Civil Central. HECHOS 1. Por comparecencia en el Registro Civil de Gavà, el 23 de enero de 2004, don A. C. G., casado, con DNI y doña M. A. L. G., con DNI y domiciliados en Castelldefels, solicitaban la modificación del dato relativo al nacimiento de su hijo S., ya que al cumplimentar la declaración, dieron como fecha de nacimiento el 27 de julio de 1999 y la desean modificar, de acuerdo con los informes médicos, por la de 6 de enero de 2000. Acompañan los siguientes documentos: certificación literal de nacimiento del menor S. donde figura nacido el 27 de julio de 1999. – 1115 – 2. Con fecha 2 de abril de 2004, comparece nuevamente en el Registro Civil de Gavà, doña M. A. L. G., que manifiesta que el 13 de agosto de 2003 remitió nueva documentación relativa a la fecha de nacimiento del menor, ya que en el país de origen no constaba partida de nacimiento y en el pasaporte se indicó una fecha sin ningún criterio. Acompañaba fotocopia del DNI de la promotora, e informes médicos y certificado escolar del menor «S.». 3. Notificado el Ministerio Fiscal, éste estima que no procede lo solicitado al no quedar acreditado que la fecha de nacimiento sea la solicitada por los padres. El Juez Encargado del Registro Civil Central dictó auto con fecha 7 de junio de 2004, denegando la rectificación solicitada, alegaba como razonamientos jurídicos que a tenor de lo dispuesto en el artículo 95-31 de la Ley del Registro Civil, pueden rectificarse mediante expediente gubernativo, aquellos defectos meramente formales, siempre que se acrediten los hechos que dan fe, que respecto a la modificación solicitada conforme establece la Dirección General de los Registros y del Notariado en resoluciones, en materia de adopciones la inscripción principal del nacimiento debe reflejar los datos biológicos determinados del adoptado, sin que la mecánica registral española deba ser variada por el hecho de decisiones judiciales extranjeras añadidas a la constitución de adopción y en tal sentido y constando en la propia decisión del Gobierno de El Nepal constitutiva de la adopción que la fecha de nacimiento del adoptado es la de 27 de julio de 1999, la fecha que en el Registro español debe figurar es esa que es la verdadera. 4. Notificado el Ministerio Fiscal y los promotores, éstos interponen recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado, alegando que una vez llegado a España y después de haber iniciado el expediente de adop- ción, al llevar a su menor hijo a la consulta de un profesional para hacerle un exhaustivo reconocimiento médico, fue cuando según criterios de estos profesionales, se apreciaba la edad biológica claramente real del mismo que era inferior a la edad fijada en su día por las autoridades del Nepal. Se acompaña expediente de inscripción de nacimiento del menor S. C. L. en el Registro Civil Central. 5. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste confirma el auto apelado. El Juez Encargado del Registro Civil Central informa que no han sido desvirtuados los razonamientos jurídicos que se dictaron en la resolución, por lo que confirma la misma y remite el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 41 y 92 a 95 de la Ley del Registro Civil; 12 y 342 del Reglamento del Registro Civil y las Resoluciones de 29 de enero, 10 de febrero, 21 de marzo, 10 de julio y 5-1.ª de diciembre de 2003 y 15-1.ª de marzo, 14-4.ª de mayo y 27-2.ª de septiembre de 2004. II. Es ya doctrina de este Centro Directivo que el dato sobre la fecha de nacimiento, consignada en una inscripción de nacimiento, no es una simple mención de identidad del nacido, susceptible de rectificación, si fuera errónea, por expediente gubernativo con apoyo en el artículo 93-1.º de la Ley. Por el contrario, ese dato es una circunstancia esencial de la inscripción de nacimiento y de la que ésta hace fe (cfr. art. 41 LRC), por lo que su rectificación, por muy evidente que pueda parecer el error, ha de obtenerse en principio acudiendo a la vía judicial ordinaria conforme al criterio general que proclama Boletín núm. 1984–Pág. 269 – 1116 – el artículo 92 de la Ley del Registro Civil. III. No se aprecia tampoco que concurran los demás supuestos excepcionales en los que cabe, pese a lo dicho, la rectificación por expediente gubernativo al amparo de los artículos 93, 94 ó 95 de la Ley. La fecha que se hizo constar en la inscripción no fue sino la que constaba en los documentos nepalíes obrantes en el expediente de adopción y, como informa el Ministerio Fiscal no se ha acreditado en el expediente que la fecha propuesta por los promotores sea realmente la del nacimiento. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria que procede desestimar el recurso y confirmar el auto apelado. RESOLUCIÓN (1.ª) de 13 de diciembre de 2004, sobre rectificación de errores. Prospera el expediente de rectificación de error en el apellido en una inscripción de matrimonio. En el expediente sobre rectificación de errores en inscripción de matrimonio remitido a este Centro en trámite de recurso por virtud del entablado por el promotor, al que se adhiere el Ministerio Fiscal, contra auto del Juez Encargado del Registro Civil de Melilla. HECHOS 1. Por escrito presentado en el Registro Civil de Melilla el 26 de marzo de 2004, don B. M., mayor de edad, de nacionalidad marroquí, casado con doña H. M. S., con Documento de Identidad comunitario y DNI y con domicilio en Melilla, solicitaba se corrijan sus apellidos en el Libro de Familia que consta como M. M. «M.» por el de «M.» por ser el que figura en su Boletín núm. 1984–Pág. 270 documento de identidad. Acompañaba los siguientes documentos: fotocopia del Documento de Identidad Comunitario, certificado de nacimiento y certificado de empadronamiento con el apellido» M. « y certificado de matrimonio con los apellidos M. M. «M.». 2. Ratificado el promotor, se notifica al Ministerio Fiscal, el cual no se opone a la rectificación del error cometido en la inscripción de matrimonio. 3. El Juez Encargado del Registro Civil de Melilla, con fecha 22 de junio de 2004, dictó auto denegando la rectificación pretendida, alegaba como razonamientos jurídicos que, de conformidad con el artículo 9 Cc, los apellidos se rigen por la ley personal, en este caso marroquí, sin que por lo tanto se evidencia ningún error, ni es de la competencia del Registro Civil la modificación pretendida. 4. Notificado el auto al Ministerio Fiscal y al promotor, éste interpuso recurso ante la Dirección General de los Registros y del Notariado alegando que su nombre y apellidos es «B. M.» según la partida de nacimiento expedida por las autoridades marroquíes y acompaña certificación literal de nacimiento y fotocopia del Libro de Familia. 5. Notificado el recurso al Ministerio Fiscal, éste se adhiere al recurso interpuesto. El Juez Encargado del Registro Civil eleva el expediente a la Dirección General de los Registros y del Notariado para su resolución. FUNDAMENTOS DE DERECHO I. Vistos los artículos 9 del Código civil; 93 de la Ley del Registro Civil; 12 y 342 del Reglamento del Registro Civil, y las Resoluciones de 26-1.ª de marzo, 15-1.ª, 18-3.ª y 4.ª y 27-2.ª de abril, 3-1.ª de octubre y 27-4.ª de diciembre de 2002. – 1117 – II. El apellido del contrayente en una inscripción de matrimonio es mención de identidad (cfr. art. 12 RRC), por lo que, si se demuestra que ha sido consignado erróneamente, cabe su rectificación en expediente gubernativo con apoyo en el artículo 93-1.º de la Ley del Registro Civil. III. En este caso, se trata de un ciudadano de nacionalidad marroquí que, como tal, en materia de estado civil se rige por su ley personal (cfr. art. 9.1 Cc) y a la vista de las certificaciones de su nacimiento incorporadas al expediente, expedidas por las autoridades de su país, queda acreditado el error que denuncia, como pone de manifiesto el Ministerio Fiscal, por lo que el expediente promovido debe prosperar. Esta Dirección General ha acordado, de conformidad con la propuesta reglamentaria: 1.º Estimar el recurso y revocar el auto apelado. 2.º Ordenar que se rectifique la inscripción de matrimonio debatida para hacer constar que el apellido del contrayente es el de «M.» y no el de «M. M. «M.» que consta en dicha inscripción. Boletín núm. 1984–Pág. 271