redes, turismo y sistemas locales

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REDES, TURISMO Y SISTEMAS LOCALES
Liliana Artesi*
1. Introducción
Este artículo aborda temas que forman parte de una tesis† que analiza el entramado del
sistema turístico en el espacio de influencia de El Calafate y su capacidad para viabilizar
procesos de desarrollo endógeno y generar las sinergias necesarias para que el proceso
sea sustentable.
La hipótesis inicial es que si existe una red que vincula a los agentes que intervienen en
el negocio del turismo, ella podría ser alentadora de procesos de desarrollo local a
condición de que alguno de sus nodos estuviese establecido en el territorio; esto
permitiría suponer la existencia de condiciones mínimas para que se produzca una tasa
de acumulación creciente en el orden local que dé lugar a tal proceso de desarrollo.
Se propone entonces, analizar la red dentro del sistema de turismo, su comportamiento,
interacciones y densidad.
En este sentido se considera a la teoría de los sistemas y las redes como apropiados para
tal abordaje y se valora al desarrollo local como el más apropiado como estilo de
desarrollo para el territorio.
La teoría general de los sistemas (Von Berttalanfy, 2000) permite analizar un complejo
de elementos interactuantes, un conjunto de unidades entre las cuales se establecen
relaciones, siendo éstas las que posibilitarán deducir la trayectoria o la historia misma
de aquél.
En el caso de las ciencias sociales la dificultad no está sólo en la complejidad de los
fenómenos sino en la definición de las entidades consideradas, ya que la ciencia social
se enfrenta a seres humanos en el universo de cultura creado por ellos. Y ese universo
cultural es ante todo simbólico. Esto determinará, de acuerdo a los simbolismos que se
apliquen, los aspectos de la realidad que se representen.
Esto es particularmente conveniente para el turismo, disciplina habitualmente enfocada
al estudio de fenómenos puntuales y con un marcado reduccionismo al análisis de la
“industria del turismo”.
La teoría de los sistemas permite entonces abordar el conocimiento del turismo desde
una perspectiva más integral, considerando al sistema turístico como un sistema abierto
*
Economista. Profesora Asociada en el Area Economía en la Universidad Nacional de la Patagonia
Austral. Investigadora integrante del Grupo Interdisciplinarios de Estudios Regionales de la UNPA.
†
Este artículo es parte de la investigación sobre “ Desarrollo local y redes: el turismo. El caso El
Calafate” que se elabora como tesis en la Maestría en Desarrollo Económico Local dictada por la
Universidad Autónoma de Madrid en la Universidad Nacional de Rosario.
1
que se relaciona con el medio ambiente en el que se desarrolla la actividad,
formalizando una serie de intercambios.
En este sistema se importa información, necesidades y expectativas de las personas
respecto del uso de su tiempo libre, todo lo cual es procesado, elaborando una respuesta
en forma de productos y servicios que satisfagan aquellas expectativas y necesidades.
Por otra parte existe una relación dinámica con el entorno, ya que hay cambios
constantes en las necesidades y en los servicios que las satisfacen y también juegan un
rol importante las políticas que los gobiernos apliquen a estas actividades o,
indirectamente, a los espacios geográficos donde ellas se desenvuelven, convirtiéndose
en un insumo más del sistema.
La TGS al mismo tiempo que permite abordar el conocimiento del turismo desde una
perspectiva más integral, incorpora los aspectos simbólicos que en esta actividad
adquieren particular importancia.
Los conceptos sobre los que se vertebra la investigación son los que se desarrollan en el
apartado siguiente.
2. Ejes conceptuales
•
Se considera al turismo1 como generador de valor agregado al recurso natural lo
que implica la existencia de un excedente en el ingreso de los viajeros y refleja no sólo
aspectos cuantitativos, sino también sociales y culturales.
Por otra parte en el tipo de turismo llamado ‘de naturaleza’ existe un proceso de
transformación de la naturaleza en atractivo turístico, lo que “forma parte de un proceso
de construcción de imaginarios sociales que asignan al parque un conjunto de
valoraciones positivas que valoran su visita”2.
Al mismo tiempo que el turismo transforma un recurso natural, generalmente un bien
público, en bien económico genera la necesidad, la afición a viajar por placer. En ese
proceso, tanto la actividad empresaria como diversas políticas públicas crean las
condiciones para generar un mercado para esta actividad, transformando el espacio en
medio de producción.
Puede suponerse que la intersectorialidad del turismo conlleva efectos multiplicadores
de mayor amplitud que otras actividades; de allí que se lo considere un importante
movilizador socioeconómico. La concentración espacial que provoca, tanto de las
actividades productivas como de los recursos humanos vinculada a la búsqueda de
economías de escala y de aglomeración, la convierte en uno de los sectores productivos
con mayores potencialidades para generar un proceso de desarrollo.
Desde esta perspectiva adquieren importancia las ventajas competitivas propias del
espacio por la magnitud de sus atractivos naturales. Sin embargo, considerando que los
recursos naturales no son sino el soporte sobre el que se desenvuelven las actividades,
ellos solos no bastan para sustentar un proceso de desarrollo, sino que deberán agregarse
otras características que hagan competitivo al territorio.
2
•
El de redes es un concepto que permite explicar la dinámica de los sistemas
productivos locales porque responde a una lógica del desarrollo regional, a una lógica
territorial, que señala interdependencias en el territorio en el que se desarrollan redes de
cooperación e intercambio.
Siendo la teoría de las redes una aplicación de la teoría de los sistemas, esta perspectiva
permite entender los factores que estimulan la generación de dinámicas locales en el
marco de sistemas productivos localizados, así como la emergencia de formas
espaciales de acción colectiva.
El concepto de redes refiere tanto a las redes internas de las firmas, como a las redes que
se establecen entre firmas y entre territorios.
La economía global otorga al territorio y a los sistemas productivos locales un papel
preeminente. Las redes productivas se desarrollan a la par de la apertura internacional
de los mercados, con una gran capacidad de penetración y una dinámica de
exportaciones que parece privilegiar las áreas de los nuevos competidores, entre las
cuales se puede incluir a El Calafate.
La empresa en la cadena global está en continuo intercambio con el contexto local;
recibe de éste recursos relacionales, cognitivos y de identidad. Tiene mayores
probabilidades de alcanzar los más altos niveles de excelencia si el contexto en el que
está localizada contribuye a mejorar su especialización y valoriza su especificidad, lo
que le permitirá ser un socio reconocible y confiable en la red global.
A su vez, el concepto de sistema regional basado en las redes reconoce un nuevo rol a
las economías externas en el desarrollo económico3.
Esta dialéctica empresa-territorio que alude a los modelos concernientes a la
articulación entre proximidad geográfica y proximidad organizacional4 permite el
desarrollo de una dinámica de interacciones conjunta entre empresas y territorio.
En el caso de las regiones periféricas, donde ningún individuo ni ninguna empresa tiene
una posición similar frente a la relación de proximidad geográfica, pero todos de igual
forma pueden ampliar o aprovechar esta situación utilizando el argumento espacial en el
desarrollo de agrupaciones susceptibles de conducir a acciones colectivas, se plantea
una problemática micro-macro, en la que el involucramiento del agente no tiene sólo
una lógica individual, influida por el ambiente, sino que también privilegian las
estrategias grupales.
Desde esta perspectiva es necesario acotar el enfoque de la teoría general de los
sistemas, porque una jerarquía surge tanto en ‘estructuras’ como en ‘funciones’. “En
última instancia, estructura (orden de las partes) y función (orden de los procesos)
pudieran ser la mismísima cosa”( von Bertalanffy, 2000).
Si el estudio se ciñe a una visión meramente funcionalista del sistema se corre el riesgo
de perder el enfoque sobre las potencialidades y capacidades de las comunidades locales
para generar procesos sinergéticos que permitan su propio desarrollo.
3
Así toma sentido llegar a un diagnóstico sobre tales potencialidades analizadas en sus
aspectos económicos – capacidad de generar un proceso de acumulación local –,
culturales – capacidad de sostener el proceso no sólo por las características económicas
de la acumulación sino por el propio carácter emprendedor de los actores sociales – e
institucionales, en el sentido de la capacidad de los gobiernos locales de inducir,
catalizar, sostener y acompañar el proceso.
Como señala Alburquerque (1995) “El conocimiento pormenorizado del tejido
empresarial local, esto es el conjunto de empresas locales con sus relaciones
interempresariales y eslabonamientos productivos, resulta fundamental para diseñar una
estrategia de fomento productivo local”.
•
La importancia que adquieren estos conceptos está dada por su pertinencia para
inducir un proceso de desarrollo endógeno, esto es un proceso de acumulación de
fuertes implicancias locales.
El concepto de desarrollo endógeno surge como un modo de explicación de un
fenómeno en el que juegan tanto las formas de acumulación como las iniciativas locales
de los territorios en los que el proceso se desarrolla.
Al mismo tiempo, el sistema institucional territorial convierte a las externalidades del
territorio en agentes directos que operan para el desarrollo mismo; por lo tanto la
dinámica se enfoca al estudio de la competencia entre sistemas, la competencia
territorial (Poma, 1998)5.
En la conceptualización del desarrollo local se puede reconocer dos líneas de
investigación, una de carácter teórico que fundamenta las políticas a favor del desarrollo
y otra de carácter empírico que explica la forma en que se han desarrollado algunas
localidades y regiones del mundo, especialmente en Europa.
Más allá de la diferencia mencionada, se considera que en el caso en estudio es
necesario darle al concepto de desarrollo local el fuerte acento político-institucional, de
recuperación y profundización de la democracia y de alto contenido de participación
ciudadana anclada en los territorios, esto es de construcción de ciudadanías locales, que
tuvo en América Latina, al mismo tiempo que considerar los aspectos económicos del
enfoque, con más peso en la tradición europea.
Esto es en definitiva entender el desarrollo económico como un proceso con una
dinámica en la que se integran lo económico y lo social.
El desarrollo local “consiste en definitiva en una aproximación territorial (y no
funcional) del desarrollo económico que propone que el proceso de crecimiento y
cambio estructural está fuertemente articulado a la cultura productiva de cada localidad,
lo que implica que en los procesos de desarrollo sea estratégico potenciar el uso de los
recursos y activos de cada territorio” (Vázquez Barquero, 1997).
El considerar no solo la dimensión económica sino también la incorporación de la
perspectiva de los actores locales y entre ellos el gobierno implica también reflexionar
sobre el grado de autonomía estratégica de la región con respecto a su propio desarrollo
y tomar en cuenta cómo contribuyen las iniciativas locales en la posibilidad de crear
4
condiciones de una autonomía creciente de las zonas involucradas e identificar las
respuestas que en el nivel local se generan ante el proceso de la globalización.
En ese sentido parece necesario como bien señala Boisier (1997), que exista un proyecto
colectivo que genere poder político local, de modo de coordinar las iniciativas locales
con las políticas sectoriales y regionales de las administraciones centrales y
provinciales.
Ese proceso de desarrollo endógeno permitiría:
1. mejorar los factores materiales del desarrollo: infraestructuras, redes de transporte y
comunicaciones, instalaciones de capital social, acondicionamiento del suelo para su
uso productivo;
2. mejorar los factores inmateriales del desarrollo, es decir los aspectos cualitativos del
desarrollo como capacitación de recursos humanos, capacitación en gestión, difusión
tecnológica, apoyo a la innovación, cooperación empresarial, etc.; y
3. fortalecer la capacidad organizativa del territorio a través del apoyo y estímulo del
asociacionismo y la conformación de redes.
Los factores antes mencionados son elementos del sistema turístico general siendo a la
vez elementos presentes en la localidad que se verían favorecidos por la
endogeneización del proceso.
De los tres ejes conceptuales analizados se aborda ahora el tema específico de las redes.
3. Las redes
Las redes están siempre presentes definiendo procesos de desarrollo local. Sin embargo,
“… serían incomprensibles si sólo las vislumbrásemos a partir de sus manifestaciones
locales o regionales. Pero éstas son también indispensables para entender cómo
trabajan las redes a escala mundial” (Santos, 2000).
El concepto de redes permite analizar tres niveles o escalas distintos: el mundial, el de
los territorios de los Estados y el local y con ello intervenir en la tensión local-global y
la existencia de las mismas se torna condición para potenciar el carácter endógeno del
desarrollo.
La teoría de redes ha tenido un desarrollo muy rápido a partir de los años ochenta
como consecuencia del estudio de la formación de redes en la gestión de negocios.
Conceptualmente, las redes son sistemas organizados definidos por un tipo específico de
relación que los vincula.
Como sostiene Szarka (1994) para que el concepto sea operativo deben darse dos
condiciones: primero, la identificación de la existencia de un conjunto de personas,
5
objetos o hechos, lo que permite describir el tipo de red, y segundo, la forma en que se
constituye, es decir su comportamiento.
En el proceso de desarrollo se puede identificar una lógica territorial que señala
interdependencias en el propio ámbito, en cuyo caso las empresas desarrollan redes de
cooperación e intercambio en el territorio en el que se localizan. El territorio no es un
soporte pasivo de la localización potencial sino el ‘medio’ activo en el que se originan
la innovación y la creatividad.
Una de las cualidades de este ‘medio’ o entorno es una mayor flexibilidad que permite
la organización reticular; en la red se relacionan las empresas innovadoras, generando
más conocimiento que será utilizado por los otros miembros de la red. En este sentido,
no importa si las redes están integradas por empresas de alta tecnología o si son
pequeñas empresas con espíritu innovador que van creciendo en la misma a partir de
innovaciones incrementales, porque lo que atrae a las empresas de alta tecnología es la
posibilidad de compartir el espacio generador de ideas.
En ese nuevo escenario las ciudades y regiones deben encontrar su papel y en ello
juegan un rol fundamental los gobiernos locales, “organizando el control social de los
lugares por encima de la lógica funcional del espacio de los flujos” (Castells, 1998).
Las redes pueden ser virtuales al mismo tiempo que reales. Y se tornan realmente en
reales cuando son utilizadas en el proceso de la acción. A su vez las redes son tanto
técnicas como sociales. Se fundamentan en la circulación, en la fluidez y en una cierta
condición de uniformización de los flujos y sus códigos. En las mismas circula
fluidamente la información generada por la iniciativa conjunta del poder público y del
sector privado. Sin embargo se debe distinguir entre la existencia de la fluidez y su
posibilidad de uso por parte de los agentes y su efectividad real y empírica.
Uno de los soportes de la competitividad es la fluidez con que pueden moverse
productos, servicios y personas. Esa fluidez se fundamenta en las redes técnicas. A la
vez tiene como una de sus características la velocidad de envejecimiento que adquiere,
envejecimiento que es relativo al tamaño o escala del espacio analizado.
La especialización productiva de la red en un servicio o gama de servicios afines,
genera economías de escala en la producción del sistema. Por otra parte, los
intercambios de servicios y de información, en un espacio delimitado, propician la
reducción de costes de transacción entre empresas y favorecen la difusión del
conocimiento, lo que genera economías externas no pecuniarias (Vázquez Barquero,
1999).
El conocimiento que circula en la red crea una externalidad positiva en la producción
que constituye un valor intangible de enorme significación orientado a la creación de
redes productivas locales (Yoguel, 2000).
Las redes al interior de las empresas, vinculadas con la asociación entre agentes de la
misma empresa, potencian la difusión del conocimiento dentro de dichas
organizaciones, y en muchos casos actúan con carácter sinérgico dando lugar a
externalidades positivas en la producción (así como en la absorción) de conocimiento
tácito.
6
Cuando se analizan las redes desde la perspectiva de su complejidad, se puede verificar
la existencia de una gran cantidad de tipos que van desde las meramente personales a las
empresarias, y dentro de éstas, las informales o las explícitas que son aquellas en las que
existen códigos comunes de comunicación.
Las redes informales, tanto personales como empresarias, son propias del territorio y
detentan una baja intensidad de poder, mientras que las redes funcionales se
caracterizan por ser alianzas estratégicas deliberadas en las que sus miembros
mantienen vínculos de fuertes compromisos.
Al mismo tiempo, las redes no son uniformes, y en un mismo espacio o subespacio
existen superposiciones de redes, ya sea principales o afluentes de las primeras, en una
especie de constelación de nodos, puntos y líneas de enlace. En este entramado la
sociedad se apropia en grados diferentes de los beneficios de su uso, a la vez que los
diferentes agentes cumplen funciones distintas en su control.
Entonces, el territorio cumple un rol fundamental como sistema de integración versátil
para las relaciones entre agentes económicos. Y es fundamental definir el rol que la
dimensión local desempeña en la creación de un contexto de relaciones socioproductivas susceptible de suministrar a los agentes involucrados un conjunto de
recursos accesorios – de integración económica, cognitiva e institucional – para
enfrentar los desafíos que plantea una economía cada vez más global y gobernada por el
conocimiento.
En la definición de la dimensión local, las redes facilitan la incorporación de las
iniciativas locales en el entramado económico y social e integran a los diferentes actores
en el proceso de desarrollo.
4. Las redes en el sistema turístico
En el caso de la actividad turística, la característica del producto hace necesaria la
intervención de la red empresaria con el objeto de optimizar los resultados de los
agentes económicos que están en el sistema y lograr la mayor sinergia de la actividad.
En el mercado turístico las agencias de viaje, como actor más importante dentro del
sistema, intentan comercializar miles de productos turísticos6. Se caracterizan dentro del
sistema por ser el elemento que está en contacto con el consumidor, por lo tanto es el
que finaliza y concreta todo el proceso de distribución, pero en alguna de sus formas
están presentes desde el momento en que se fabrica el producto.
Sin embargo, siendo tradicionalmente quien vende el producto al comprador, en los
últimos años soporta la competencia de otras técnicas de distribución, como son las
redes de reservas internacionales. Estas redes son sistemas informatizados que facilitan
la reserva y venta de billetes de distintos tipos de transporte, productos hoteleros y de
gastronomía, excursiones, etc. Estos sistemas han pasado de ser auxiliares para las
empresas turísticas a convertirse en elementos fundamentales del sistema.
7
La ‘red de canalización comercial’ que pone en contacto a los diversos actores del
sistema es un subsistema dentro del sistema del turismo. Los elementos fundamentales
que configuran la dinámica del negocio son los transportes, básicamente el aéreo, y los
hoteles. Ellos son los componentes cuantitativamente más importantes de los llamados
‘paquetes’ (packages tour), siendo el resto de los componentes menos importantes en el
conjunto del flujo entre fabricantes y consumidores, aunque puedan ser cualitativamente
superiores.
El eje sobre el que se vertebra tradicionalmente el subsistema de comercialización son
las agencias de viaje, ya sean mayoristas, minoristas o que combinen ambos atributos.
Cada uno de estos tipos cumple un rol en el proceso de distribución del producto, desde
su fabricación hasta el consumidor final, estableciendo vínculos entre el suministrador
de satisfactores7 turísticos y el demandante de los mismos.
Debe considerarse que el producto turístico es de naturaleza intangible, heterogénea y
subjetiva, y que rara vez se convierte por sí mismo en un satisfactor, por lo que es
necesario que el producto inicial se vaya completando en su paso por los distintos
agentes de distribución.
Las agencias de viaje mayoristas, arman el ‘package’ original y las agencias minoristas
lo venden al consumidor, por lo tanto ambos representan elementos esenciales del
subsistema, y esto lleva a combinar ambas facetas en una misma agencia.
En realidad, la dinámica y complejidad de la distribución de productos turísticos
determina que muchos elementos, que propiamente, y según el análisis clásico, no
deberían de pertenecer a la red de canalización comercial, tengan que ser considerados
como partes incluyentes en la viabilización de los flujos de venta y de los consumos
subsiguientes (Muñoz Oñate, F, 1994).
Esto hace que en el entorno del subsistema aparezcan elementos como nuevas figuras
comerciales distintas a las agencias de viajes, que pueden canalizar flujos importantes
hacia regiones, países o ciudades.
En resumen, la red de comercialización en la actividad turística tiene merece una alta
ponderación por el valor que va agregando a través de la cadena de venta.
Sin embargo esta no es la única red del sistema; es solo una de ellas en la que sus
operadores han desarrollado un alto grado de especialización.
Del mismo modo puede analizarse una cantidad de redes informáticas vinculadas a la
actividad especialmente los CRSs (Computer Reservation Systems) que derivaron más
tarde en los GDSs (Global Distribution Systems) a través de los cuales se trata de
ofrecer todos los productos de posible utilización turística que se puedan pedir y hacer
concretas sus ventas, pedidos por cada uno de sus numerosos terminales, que están
distribuidos amplia y globalmente. Es decir que haya múltiples prestatarios, múltiples
terminales y fácil acceso desde cualquier lugar por la dispersión global del sistema.
8
La implantación de estos sistemas es relativamente fácil debido a la utilización de
códigos comunes a casi todas las actividades involucradas que hace técnicamente
posible la interconexión al sistema global.
Por otra parte los CRSs o los GDSs necesitan de redes de conexión local que pongan a
disposición de los posibles usuarios parte de los bancos de datos y programas con que se
maneja cada entidad. Estas redes permiten ofrecer servicios locales a nivel de cada
mercado.
En el sistema de turismo se observa cómo la especialización productiva de la red en un
servicio o gama de servicios afines genera economías de escala en la producción del
sistema y la existencia de redes permiten vincular las economías de escala no con el
tamaño de las empresas individuales sino con el tamaño global del conjunto,
estableciéndose la división y especialización del trabajo al interior del mismo, lo que
permite que dentro de la red se establezcan las especializaciones.
Para estudiar el entramado del sistema turístico y sus condiciones para generar un
proceso de desarrollo endógeno es necesario analizar el grado de desarrollo del sistema
local, es decir medir el grado de interconcexión existente en el sistema y de éste con el
entorno tal que permita identificar condiciones positivas para la ocurrencia de efectos
sinérgicos y potenciales de desarrollo en la red.
Lo que marca la diferencia para poder valorar la red como elemento propicio a un
proceso de desarrollo es la existencia de un nodo en el territorio, ya que éste determina
la forma que adquiere el proceso de acumulación.
En el caso del turismo en El Calafate la localización de un nodo significa la posibilidad
de pasar de ser mero soporte físico a construir el bien, fabricar el producto, crear la
necesidad y satisfacerla.
5. Observaciones del caso en estudio
Dado que el sistema de información convencional es inadecuado para abordar hipótesis
sobre conductas, se hace necesario identificar a los actores y su comportamiento en la
actividad con un tipo de información que no genera el sistema estadístico nacional o
local.
Para el caso en estudio la información se captó en un trabajo de campo consistente en
una encuesta a un panel de 21 empresas que ocupan alrededor de 250 personas y
generan ventas anuales equivalentes a 13.000.000 de dólares (de 2001), cuyos
resultados permiten identificar las características de los actores y el entramado
empresarial vistos desde la perspectiva del sistema de turismo y las redes que en el
mismo se desarrollan.
La observación empírica permite esquematizar un mapa de actores que los identifica por
los servicios que prestan en la actividad turística y su grado de pertenencia a la localidad
de acuerdo a la categorización de Pírez (1995).
9
La parte inferior del esquema muestra actividades desempeñadas por agentes netamente
locales; la parte superior aquellas desarrolladas por agentes totalmente extralocales. La
zona intermedia muestra actividades que desempeñan ambas categorías de actores.
En el esquema se puede observar los flujos de servicios que permiten a las agencias
armar el ‘paquete’ turístico que es puesto a disposición de los pasajeros a través de las
Agencias de Viaje y Turismo.
Aunque no es un servicio turístico, se incorpora el soporte que prestan los servicios de
comunicaciones a toda la red, tanto por su importancia desde el punto de vista del
funcionamiento técnico de la misma como por su rol como actor netamente local.
Por otra parte, el esquema muestra, además de los flujos de servicios, las cantidades
estimadas de empleo dentro de cada actividad o grupo de actividades.
En este sentido cobra importancia relacionar la cifra total estimada de casi 1500
personas, con la población económicamente activa de la localidad (52% del total), lo
que muestra que algo más del 40% de la PEA local se encuentra empleado en la
actividad turística.
La concentración de empleo prácticamente directo observada en la actividad estaría
indicando la existencia de un nodo en la red del sistema turístico.
Sin embargo, la importancia de la actividad turística no se reduce a su contribución a la
generación de empleo o de valor agregado en la actividad sino que se extiende además
al comportamiento del entramado productivo.
Indagar sobre el entramado requiere la observación de otros indicadores que permitan
conocer la conducta de los actores involucrados en la red.
En la observación de los comportamientos del entrado, los aspectos básicos a abordar
son:
1. Por un lado, la relación de las empresas con otras dentro de la red, es decir cómo se
relaciona la firma con empresas clientes, proveedoras y otros agentes que
intervienen en el sistema. Estas relaciones pueden ser observadas a partir de la
estructura de ventas y compras dentro del sistema, pero también a través de la forma
que toman las relaciones, así como por las actividades de cooperación con otras
empresas e instituciones, tanto privadas como públicas, adquiriendo en este último
aspecto un rol de peso la relación establecida con el Estado en sus distintos niveles.
2. Por otro, es necesario observar qué tipo de soporte utiliza el conjunto de empresas
para establecer las relaciones a que se hacía referencia más arriba. En este sentido
toma importancia el uso de redes electrónicas tanto para la comunicación como para
el uso del comercio electrónico, lo que requiere abordar dos aspectos de estos
soportes, el del entorno en que se manifiestan y la incorporación de innovaciones
como sistemas de ventas y compras en forma electrónica. Esto se vincula además
con las inversiones realizadas por las firmas en incorporación de innovaciones en
tecnología y formación y capacitación de recursos humanos, por lo que adquiere
importancia la vinculación con instituciones del sistema de educación superior y
agencias de investigación y desarrollo.
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Mapa de actores locales y extralocales
Transporte aéreo
15 empleos
Agencias de
Viaje y Turismo
Mayoristas
12 empleos
‘Paquete’
Alojamiento
Gastronomía
Excursiones
Merchandising
Transporte de línea
1020 empleos
Telefonía fija
e Internet
22 empleos
Agencias de
Viaje y Turismo
Mayoristas
y minoristas
66 empleos
Transporte
terrestre de
excursiones
320 empleos
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En los apartados siguientes se aportan algunas aproximaciones sobre el grado de
desarrollo del sistema local y la existencia de una red observada del comportamiento de
los actores, fundamentalmente empresas e instituciones gubernamentales, en la
conformación de redes técnicas y formales.
5.1. Las redes técnicas
Uno de los soportes de la competitividad es la fluidez con que pueden moverse
productos, servicios y personas. En el pasado, el control del turismo se establecía a
partir de disponer de los mejores, más rápidos y más grandes transportes aéreos.
Actualmente la hipótesis es que el control de la información que suministran los grandes
bancos de datos determine los volúmenes y los flujos de pasajeros. Esa fluidez se
fundamenta en las redes técnicas.
Como se dijo anteriormente, en el caso del turismo las redes técnicas se encuentran muy
desarrolladas y difundidas, sobre todo los sistemas centralizados de reservas que
atienden la demanda de alojamiento y transporte, generalmente aéreo.
Por ello, en el análisis del caso debe diferenciarse la aplicación de la informática en las
empresas de turismo como herramienta de administración, de aquellas aplicaciones
vinculadas con la interconexión del sistema.
Se puede observar que la transferencia de tecnología por lo general ha tenido por
objetivo el mejoramiento de los servicios o procesos de producción pero al mismo
tiempo se muestra escasa para el conjunto de las empresas. En la mayoría de los casos
proviene de empresas externas a la región e incluso al país y en segundo de orden son
de carácter local.
Ahora bien, para focalizar mejor el aspecto de la transferencia de tecnología es
necesario además señalar que los actores de este caso consideran transferencia de
tecnología productos tan heterogéneos como la implementación del sistema de reservas
Amadeus; cerraduras magnéticas para puertas; artefactos electrónicos para hotelería,
tales como hornos, carros, lavadoras, etc.; diseño de folletería y páginas ‘web’, diseño
de imagen; sistemas de reservas para excursiones; sistemas de ‘posnet’; Internet; apoyo
técnico para equipos de radio.
Es decir que lo que algunas empresas consideran incorporación de tecnología no
siempre es un soporte tecnológico para la red sino que en muchos casos representa solo
una mejora técnica en la propia prestación del servicio.
Despejando estos casos se observa que los soportes incorporados son fundamentalmente
los vinculados a sistemas de reservas y de comunicación por redes, por radio o escritos.
Las empresas que recibieron asistencia técnica o que incorporaron algún tipo de
tecnología consideran que los resultados son muy significativos tanto en lo referido al
proceso de prestación del servicio como al uso de la capacidad instalada y también
verifican resultados muy significativos en la gestión de los recursos humanos, sobre
todo en la interacción dentro de los equipos y entre equipos así como la capacitación de
los mismos.
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Centrando el análisis en la incorporación de tecnologías vinculadas al uso de redes
electrónicas, la aplicación de las mismas puede analizarse bajo dos aspectos: el entorno
del comercio electrónico y las transacciones.
La observación permite verificar que en todos los puestos de trabajo de las áreas de
administración y ventas se dispone de correo electrónico y acceso a Internet y existe un
acceso generalizado del personal de las empresas a esta red lo que hace que se la utilice
masivamente para la comunicación con clientes y proveedores y en la búsqueda de
información.
Sin embargo, una gran mayoría no efectúa ni compras ni ventas por Internet.
Este comportamiento se explica por el desconocimiento de las regulaciones del
comercio electrónico aun cuando los agentes conocen el funcionamiento y operatoria
del comercio electrónico. Ese desconocimiento potencia la desconfianza al medio por
inseguridad en los medios de pago.
Por otra parte, los agentes conocen las posibilidades que puede brindar el comercio
electrónico pero, en general, no han evaluado esta posibilidad de comercialización en su
empresa.
La única herramienta utilizada en forma generalizada es el correo electrónico, en la
mayoría de los casos para la comunicación con clientes nacionales y en menor medida
con los extranjeros. La utilización con proveedores es escasa tanto más si se trata de
proveedores extranjeros.
La desconfianza en la seguridad de las transacciones y en la tecnología parecen ser las
mayores barreras al avance de este tipo de sistema de comercialización, pero también la
ausencia de un marco legal adecuado y conocido y la falta de conocimiento sobre los
beneficios que el sistema brindaría a la empresa.
Sin embargo, dado el peso de la desconfianza, podría arriesgarse la hipótesis de que la
posibilidad de hacer transacciones electrónicas aumentaría si se dieran las condiciones
de seguridad en la red.
Por otra parte, existe una cantidad importante de empresas que tienen una página 'web'
en funcionamiento o en construcción.
Los objetivos que persiguen las empresas, sin distinción de sector o de localización de
la casa matriz, son similares: institucionales, de publicidad y venta y en menor medida
para comunicarse con sus clientes o promocionar sus productos a precios menores que
en una operación ‘normal’.
Sin embargo, entre las empresas que ya cuentan con un sitio, hay diferencias según se
trate de empresas locales o sucursales de empresas extrarregionales.
Cuando la página es manejada en la casa matriz fuera de la localidad, los objetivos no
están muy claros en la oficina o sucursal local. Esto también puede observarse en lo
referido a la actualización de la página, tema que en general las sucursales en la
localidad desconocen.
13
La situación podría leerse como el resultado de la ausencia de comunicación dentro de
la empresa. Sin embargo, la percepción que tienen los agentes consultados sobre las
limitaciones a la aplicación de estas tecnologías en toda su potencia, hacen pensar que
tal falta de comunicación no existe.
En realidad, el comportamiento expresa el desinterés por parte de la matriz de mantener
informadas a sus sucursales ya que entienden que el negocio se gestiona totalmente
fuera de la localidad, quedando reservada a ésta solamente el ‘receptivo’ de los viajeros.
Con relación a las redes de los CRSs y los GDSs, el sistema Amadeus es el utilizado
tanto por las agencias de viajes y hoteles grandes como por las empresas de transporte
aéreo. Sin embargo el hecho de que el ‘paquete’ turístico, el producto, sea armado fuera
de la localidad determina que el uso que se da a esos sistemas, excepto en el caso de las
aerolíneas, sea solo para obtener información.
Dada la importancia que tienen los aspectos vinculados con la asistencia técnica e
incorporación de tecnología, no pueden dejar de señalarse las dificultades que se
observan para su implementación, que pueden clasificarse básicamente en dos tipos: las
estrictamente técnicas y las de las empresas que la incorporan.
Con respecto a las primeras puede señalarse la existencia de escasa tecnología de
soporte en El Calafate, por ejemplo la oferta limitada de banda ancha en Internet o la
falta de apoyo de las empresas proveedoras de tecnología cuando surgen problemas
técnicos.
En este aspecto no hay continuidad por parte de las empresas locales, lo que deviene en
informalidad en el apoyo técnico pos-venta.
Además la distancia de los centros comerciales más importantes o de mayor tamaño
generan problemas tanto para la instalación como para un fluido apoyo técnico de
mantenimiento.
Con respecto a las dificultades internas de las empresas puede observarse, por una parte,
las propias de la implementación de nuevas tecnologías, que se expresan en
desconfianza en las mismas, y por otra una escasa valorización de sus resultados en
términos de calidad de los servicios.
5.2. El comportamiento de la red
La respuesta obtenida sobre las limitaciones del uso de soportes técnicos e informáticos
altamente desarrollados y sobre los que existe experiencia acumulada, llevan a pensar o
bien que las redes formales son débiles, no permitiendo al conjunto acceder a la
información, al conocimiento, al saber-hacer, o bien que la gestión de la información se
realiza fuera de la localidad.
Analizar las relaciones que se producen a través de las redes formales puede explicar
estos comportamientos.
14
Las interrelaciones empresarias en El Calafate pueden observarse a partir de algunos
aspectos que señalan con mayor énfasis el tipo de relaciones que se establecen entre los
actores de la red.
Las relaciones a través de contratos tanto formales como informales, la estructura de
ventas y de compras dentro del sistema y las relaciones de las empresas con sus clientes
son indicadores del modo de funcionamiento de la red.
La observación de las vinculaciones que tienen por objeto satisfacer diversas
prestaciones, algunas referidas directamente a la actividad y otras que forman parte del
contexto de funcionamiento, muestra la existencia de un actor principal, de un nodo en
las relaciones, que son las agencias de viaje.
Las agencias, ya sean operadores mayoristas o minoristas son los intermediarios entre
los prestadores de servicios y el turista.
Las características de los dos tipos de oferentes, prestadores directos y agencias, son
diferentes sobre todo en lo relativo a su poder de discriminación y origen de capital.
Las agencias en la localidad se vinculan con los prestadores directos subcontratando los
servicios necesarios para el receptivo de pasajeros: alojamiento, comidas, excursiones,
transportes, guías. Con ello conforman el ‘paquete’ de servicios que el turista ya había
adquirido en su lugar de origen y/o compra, o bien complementan lo ya adquirido, bajo
la forma denominada ‘forfait’. Sin embargo, como se dijo anteriormente, quienes
fabrican el ‘paquete’ y lo venden al pasajero son, en general, las agencias extralocales.
Las empresas encuentran una serie de ventajas en esta ‘terciarización’ de servicios tales
como evitar inversiones para servicios que no podría brindarse sin contar con capital
propio o atender problemas de mantenimiento, permitiéndole focalizarse en aquellos
servicios que conoce, así como no sobredimensionar la planta de personal estable.
En definitiva, la subcontratación libera tiempo de trabajo para dedicarlo a la gestión del
propio negocio, asegurando profesionalismo ya que se establece la relación con una
empresa especializada en cubrir un cierto servicio.
La mayor parte de las subcontrataciones se realiza en la localidad a pequeñas empresas.
Los contratos se caracterizan por la ausencia de formalización jurídica vía un
instrumento legal, pero siendo desde este punto de vista informales, se rigen por los
usos en el negocio turístico, como son la pérdida de señas, la aplicación de gastos de
cancelación, de intereses resarcitorios o punitorios, así también como la cancelación de
los créditos entre empresas.
Otra manera de analizar las vinculaciones interempresarias es hacerlo a partir de la
estructura de ventas y de compras dentro del sistema.
En el caso en estudio estas relaciones afianzan la hipótesis de que las agencias son un
nodo en el sistema ya que el principal cliente de las firmas prestadoras de servicios
directos es la agencia de viajes y turismo.
15
Pero además interroga acerca de cuál es la localización real del nodo ya que las agencias
tienen presencia local pero en general son solo representaciones de firmas que operan
con sede de negocios fuera de la localidad. Esto significa que arman sus ‘paquetes’ en
Buenos Aires, o los compran a operadores del exterior, con productos que venden las
prestadoras directas en la localidad que en general venden a agencias. Son muy escasas
las agencias que concentran sus ventas en los pasajeros ‘libres’, es decir los que llegan a
la localidad sin ‘paquete’ adquirido.
Por último, cabe hacer referencia a la relación que se establece con los clientes, teniendo
en cuenta que en la cadena de distribución de productos turísticos los clientes pueden
ser otras agencias o consumidores finales.
Entre los agentes del sistema la reserva programada de la demanda de servicios es la
forma más habitual de relación y, como en otras relaciones dentro de este negocio se
destaca el carácter informal, no obstante el cual en la mayoría de los casos existen
penalidades por incumplimiento de lo acordado, si bien cada prestador establece sus
propias políticas.
Una alta proporción del total de servicios programados corresponde a programaciones
anuales, lo que indica un alto riesgo para los agentes involucrados.
El mecanismo de programación puede articular entre la capacidad instalada y la
demanda potencial permitiendo reducir riesgos para la red y creando condiciones de
sinergia en la misma.
Sin embargo en el caso analizado, reflexionando sobre la forma de conformación de las
redes de intercambio8 que es determinante en el control de los flujos de la red, se puede
observar que las agencias mayoristas extralocales son las que tienen la posibilidad de
manejar la programación, mecanismo a través del cual adquieren una posición de
dominación o control, impidiendo la reducción de riesgos en la red.
Dado que las redes y los entornos permiten la generación de economías de escala y la
generación de economías externas no pecuniarias adquiere importancia analizar las
formas de comportamiento de los actores básicamente a partir de la existencia de
actividades de cooperación con otras empresas o instituciones así como la conducta que
manifiestan en estas vinculaciones institucionales.
En la localidad los acuerdos de cooperación entre empresas no son habituales. Los
objetivos de los acuerdos realizados se vinculan en general a la comercialización de
productos o servicios, en algunos casos la promoción de la ventas en el exterior y
marginalmente a capacitación. Un ejemplo de este tipo de cooperación podría ser el
efectuado entre la principal compañía aérea y la cámara de comercio local para extender
la temporada baja de operaciones, pero este acuerdo se mantuvo durante una sola
temporada turística.
En algunos casos excepcionales los acuerdos no tuvieron interés económico, sino que
se consideran acuerdos de buena vecindad y los acuerdos que han tenido como fin la
capacitación han sido marginales.
16
Por otra parte la vinculación establecida por las empresas con sus pares u otros
organismos con el objeto de recibir asistencia técnica es escasa. Los temas están más
bien dispersos entre la búsqueda de información tecnológica y de mercado, seminarios y
cursos de capacitación, en general referidos a calidad y procesos de trabajo y de
producción, que se reciben a través de cursos y talleres pero en los que no hay
continuidad.
Coincidentemente con la escasa asistencia recibida se observa que la vinculación con las
instituciones de educación u organismos técnicos o de consulta no es generalizada. En
este sentido es notoria la ausencia de vínculos con las organizaciones de educación
superior localizadas en la región.
La observación del caso muestra la debilidad de la trama al momento de establecer
relaciones de cooperación y vincularse dentro y fuera del sistema local con
organizaciones que permitan la apropiación de los beneficios que la acción colectiva
genera.
Teniendo presente que la cooperación entre actores permite ampliar la escala de
producción y, fundamentalmente, disminuir los riesgos del conjunto, la observación
anterior se refuerza al analizar el perfil que toman las relaciones informales a través del
intercambio de opiniones sobre problemas generales de la actividad o algún aspecto
coyuntural, pero que no apuntan a generar estrategias comunes referidas a, por ejemplo,
la búsqueda de socios, negocios conjuntos o solución conjunta de problemas.
Por último, se puede señalar que la misma debilidad del entramado al momento de
realizar acciones conjuntas o asociativas, se verifica en las vinculaciones entre empresas
y organismos públicos.
Ello podría deberse a las escasas capacidades de los gobiernos para actuar como
articuladores en un proceso de desarrollo que les exige formas de comportamiento y
legitimación alejadas de las más tradicionales y manifiesta las debilidades del sector
gubernamental para hacer frente a los desafíos que impone un inserción activa y
competitiva de la actividad en los mercados.
Como resumen del análisis del funcionamiento de la red en la localidad se puede
observar la existencia de relaciones fuertes entre los agentes involucrados en la
actividad pero con un entramado débil. Esto es que las vinculaciones bilaterales son más
fuertes que la trama del conjunto.
6. Conclusiones
En la observación del caso llama la atención la importancia que tienen en la red la
actividad de las agencias.
Retomando la hipótesis original del trabajo, se puede sostener que el grado de
interrelaciones existente entre actores sumado al rol que juegan las agencias y su forma
de incorporación en el sistema local muestran la existencia de una red de carácter
imperfecto con implicancias en términos de acumulación extralocal.
17
Al mismo tiempo, la concentración que muestra la ocupación en el turismo permite
suponer que existen condiciones mínimas para la conformación de un nodo local de la
actividad.
Sin embargo, como contrapartida al observarse que el entramado es débil, se refuerza la
necesidad de que existan mayores vínculos de cooperación entre los agentes y entre
éstos y el Estado y otras instituciones de apoyo para hacer posible que operen las
sinergias de la red.
En el sistema de turismo, donde la cadena de distribución es prolongada y compleja, el
eficaz funcionamiento de la red es determinante para la disminución de la incertidumbre
y los costos de transacción, para articular el aprendizaje, el saber-hacer y la cultura
técnica, para una mayor fluidez de la información específica y para actuar sobre la
lógica de integración.
Aun cuando pueda verificarse la existencia de una red que interrelaciona los elementos
del sistema así como los del entorno, la división del trabajo en la red de empresas
determina funciones, por lo que la viabilidad de generar un proceso de desarrollo a
partir de la existencia de tal red dependerá de la capacidad del territorio de convertirse
en un nodo de la red.
Por otra parte, en el caso en estudio, teniendo en cuenta las características de la
actividad y su localización, se considera necesaria la incorporación de la dimensión
binacional como una herramienta del desarrollo regional desde una perspectiva local9.
En la búsqueda de oportunidades de integración10 el turismo surge como uno de los
sectores que pueden complementarse más fácilmente y la red cooperativa surge como el
instrumento más apropiado de una economía capitalista basada en la innovación, la
globalización y la concentración descentralizada.
A partir de aquella hipótesis, y con eje en los conceptos de turismo, redes, desarrollo
local e integración binacional, es posible pensar que un sistema turístico integrado en la
región con capacidad para convertirse en nodo, adquiriría condiciones para
redireccionar el proceso de acumulación y , con ello, generar un proceso de desarrollo
local.
Ser nodo de la red significa tener la capacidad de ‘mando’ en la red. Esto, en el sistema
turístico significa tener la capacidad de armar los ‘packages’ para la actividad turística
de la región, siendo esa capacidad uno de los factores que definen el proceso de
acumulación en el espacio territorial.
Al mismo tiempo está capacidad define el lugar que se ocupa en el espacio económico.
Este es un proceso en el que no existe una relación de causalidad determinada ya que ser
nodo de la red permite redireccionar el proceso de acumulación, y a su vez la
acumulación local fortalece la capacidad de nodo en la red.
La madurez del proceso se va alcanzando en la medida en que coincidan espacio
económico y espacio territorial, esto es capacidad de acumulación y capacidad de
apropiación.
18
En la evolución del sistema se destacan tres aspectos:
1- la importancia del conocimiento como factor competitivo
2- el rol de las instituciones
3- el rol del territorio.
Estos aspectos intervienen directamente en el ajuste entre espacio económico y espacio
territorial. En el caso del conocimiento en una relación de causalidad conocida; no así
en los roles que cumplen los territorios y las instituciones en que la causalidad no está
tan clara aunque los estudios empíricos muestran la estrecha relación entre desarrollo
territorial, desarrollo institucional y desarrollo local.
Î El conocimiento
Asumiendo que el conocimiento se ha convertido en el principal agente de crecimiento,
un modelo de desarrollo necesariamente tendrá que fortalecer la capacidad para
producir y aplicar conocimiento en todos los órdenes
La necesidad de mejorar el funcionamiento de la red estudiada pone al conocimiento
como una herramienta fundamental para el logro de ese objetivo.
Es necesaria la implementación de acciones que conduzcan a la generación y difusión
de conocimiento pertinente para incrementar las sinergias de un proceso de desarrollo
endógeno, poniendo énfasis en aquellas que afiancen los lazos de confianza entre los
actores de la red, fortaleciendo la trama social y privilegiando procesos asociativos.
En este sentido, es necesario aprovechar la dimensión estratégica que define la relación
entre producción de conocimiento y producción de bienes, de la que las pequeñas y
medianas empresas pueden obtener singulares beneficios, apropiándose del
conocimiento que les permita incorporarse activamente en la competencia global.
En el logro de este objetivo juegan un papel destacado las instituciones de educación
superior y técnica de la provincia con mayor cercanía a la localidad ya que son las que
podrían proveer con mayor continuidad sistemas de formación y capacitación que
introduzcan mejoras en la calidad de los servicios y en la calidad de la red.
La capacidad innovadora de las empresas así como la capacidad para capturar
conocimiento genérico y convertirlo en conocimiento específico, son factores decisivos
para aprovechar y desarrollar ventajas competitivas. En la búsqueda de ventajas
competitivas, los procesos de aprendizaje de tipo formal e informal tienen un rol
fundamental haciendo operativo el conocimiento.
Si bien el modo de trabajo al interior mismo de las empresas facilita u obstaculiza la
generación de redes con otras empresas en el territorio también parece ser cierto que el
lugar que ocupa la red en el sistema general puede determinar las propias capacidades
sinérgicas de la difusión del conocimiento.
En este escenario los gobiernos locales están también en la red y se comportan como
articuladores a través de políticas públicas vinculadas a la formación y la capacitación y
permite pensar en procesos de gobierno que tomen al conocimiento, la formación de
19
recursos humanos y la innovación tecnológica como los ejes centrales de programas
políticos orientados por la concepción del desarrollo endógeno.
Î Las instituciones
En el entorno global las nuevas tecnologías y los nuevos conceptos sobre organización
crean nuevos modelos de competencia, lo que Messner (1996) llama competitividad
sistémica, que se caracteriza por 1) basar las ventajas competitivas en el conocimiento y
la tecnología, 2) utilizar nuevas formas organizativas, 3) utilizar nuevas tecnologías, 4)
aplicar políticas activas para la conformación de una localización óptima, y 5) el arreglo
social.
En este marco se hace imprescindible la acción del gobierno por medio de políticas que
creen las condiciones para que se genere un proceso de desarrollo. Los gobiernos
locales son los facilitadores de la actividad de la empresa privada, para lo que es
necesario como bien señala Boisier (1997) que exista un proyecto colectivo que genere
poder político social, de modo de coordinar las iniciativas locales con las políticas
sectoriales y regionales de las administraciones centrales, se considere en este nivel al
gobierno nacional o al provincial.
La gestión entendida como aplicación y rendimiento del ‘saber’, considera a éste como
el recurso estratégico principal en el conjunto de factores de la producción y esta
manera de considerar el ‘saber’ cambia la estructura y la dinámica de las sociedades.
Las características de la gestión pública de los gobiernos locales como mediadores de
las iniciativas privadas así como nexo entre las organizaciones que producen
conocimiento y los actores sociales, sean agentes económicos o ciudadanía que se lo
apropia, se convierte en uno de los factores determinantes de la competitividad de las
empresas y del territorio.
La funcionalidad del Estado y la interacción de éste en la red no hace más que poner al
descubierto las ‘calidades interpretativas’ y de gestión de cada nivel de gobierno en
particular, abarcando en esta visión de la calidad de gobierno el ámbito local, regional y
nacional, calidad de gestión que se refiere no solo a las instituciones de gobierno local
sino también a las organizaciones vinculadas al conocimiento.
Ambas juegan un rol destacado en la conformación del territorio y en la práctica
generan un campo de tensión entre lo político y lo intelectual. Esto puede explicarse
porque las organizaciones del conocimiento en general están más preocupadas “por los
temas que por los problemas”, en tanto que los gobiernos, incluyendo en ellos los
municipales, tienen como práctica cotidiana el enfrentamiento de problemas con un
conjunto de acciones (Matus, C. 1987).
Pero también puede explicarse por las escasas competencias de los gobiernos locales
medidas en términos de capacitación de sus funcionarios y agentes, e incorporación de
innovación no solo tecnológica sino, y necesariamente acompañando a aquella, en los
procesos de la administración.
20
A los escasos conocimientos codificados se suman muchas veces conocimientos
tácitos oscurecidos por las prácticas cotidianas de una reiteración de tareas y
comportamientos que no tienen una explicación sino en lo primero.
Estas características de las administraciones locales hacen muy difícil el cumplimiento
del rol de articulación entre sector productivo y organizaciones del conocimiento.
Por lo tanto, creada la red en forma espontánea o como parte de una estrategia sectorial,
su fortalecimiento, que tiene especial relación con la calidad del gobierno local
(municipal o provincial) para apoyar y desarrollar esas iniciativas sobre todo en
acciones de capacitación y en el desarrollo de sistemas apropiados de información útiles
a las empresas (Putnam, R, 1993)11, se queda sin sustento.
En el caso analizado es necesario que el gobierno municipal adopte decisiones precisas
y rápidas para la cualificación de su gestión. Una mejor calidad en la gestión municipal
es un requerimiento presente en la agenda sistémica de los actores empresariales y
sociales.
Por otra parte, nuevas condiciones en la gestión municipal le permitirán una
intervención más directa en las decisiones del gobierno provincial o central que afectan
directamente a la actividad.
Î El territorio
Las exigencias conjuntas del cambio estructural y la globalización exponen al conjunto
de territorios a mayores retos y desafíos, ya que las ventajas competitivas dinámicas no
se basan tanto en la dotación de recursos naturales abundantes (o los salarios bajos)
como en la introducción de información estratégica (en suma elementos del
‘conocimiento’) que requieren una atención crucial en la cualificación de los recursos
humanos (Alburquerque, 1999).
Como se viene sosteniendo, la formación de recursos humanos se constituye en un
factor tan relevante para el desarrollo como la inversión en tecnología y sus
consecuencias se traducen en un cambio de mentalidad en los actores sociales
alimentando el proceso de desarrollo.
La calidad de los recursos humanos se pone de manifiesto no solo en las habilidades y
destrezas, el nivel de instrucción de las personas, el conocimiento y entendido como un
‘stock’ de elementos psicosociales. También la fe en el porvenir, la autoconfianza, la
consciencia colectiva en la capacidad de construir un futuro, la solidaridad, la
asociatividad, la memoria histórica colectiva, el deseo de crecimiento, son recursos
fundamentales para el desarrollo cuando este concepto se vincula no sólo con lo
económico sino a un proceso cultural más amplio.
Una sociedad que exhibe bajos niveles de confianza y de asociación espontánea, ve
limitada la elección entre dos caminos para generar tejido productivo: uno es utilizar al
Estado como promotor del desarrollo económico, sea a través de la creación de
empresas en forma directa o participando activamente en la formación de ellas como
21
asistente en esa tarea; o bien, recurrir a la inversión extranjera directa o a los joint–
ventures con socios del exterior.
Ambas alternativas diluyen estrategias vinculadas al desarrollo endógeno/local dado el
valor del asociacionismo y la confianza como valores propios de estos procesos. Al
mismo tiempo encuentran rápidamente sus propios límites como consecuencia de la
ausencia de competencia de los gobiernos locales, por una parte, y porque la falta de
confianza afecta también la posibilidad de asociación con empresas extranjeras.
Considerando que los gobiernos locales y regionales, presentan un mayor potencial de
flexibilidad para adaptarse a negociar con los flujos globales y tienen una relación
mucho más fluida con sus ciudadanos, estarían en condiciones óptimas para expresar
mejor las identidades culturales de un territorio, establecer más fácilmente mecanismos
de participación e información y generar movilizaciones simbólicas comunitarias. Por
otro lado, los ciudadanos necesitan criterios más verificables de cómo son representados
sus valores y defendidos sus intereses (Castells, 1998)12
El camino a transitar en búsqueda de la coincidencia entre el espacio económico y
espacio territorial, el recorrido en el proceso de maduración, no parece despejado de
problemas.
La localidad en que se localiza la actividad en estudio cuenta con la ventaja de iniciar un
camino; la otra cara de la misma es la ausencia de cultura productiva y marcos de
referencia que le den una identidad propia.
Recomponer la unidad analítica de lo económico, lo social y lo político, resignificando
la complejidad del espacio local puede permitir la construcción de una nueva identidad
territorial.
En este proceso, el aprovechamiento de las redes ya existentes y la creación de nuevas
permitirá la mayor participación de los actores locales y es posible que se establezcan
nuevas formas de legitimación.
22
Notas:
1
Rodríguez Woog sostiene que el turismo como objeto de estudio puede conocerse por medio de distintas
disciplinas científicas, lo que implica la necesidad de “reconocer que el problema epistemológico del
saber turístico radica, más que en el objeto mismo, en el paradigma que lo estudia”(Molina, S. 2000)
2
Sobre la construcción simbólica alrededor del Glaciar Perito Moreno se puede ver Almirón, A. (2002)
3
Entre otros se puede recurrir a Krugman (1992) para observar que la localización depende de tres
condiciones de ventajas fundamentales: 1. la unificación del mercado laboral; 2. la disponibilidad de
insumos; 3. las externalidades tecnológicas. El autor sugiere que el desarrollo del comercio internacional
favorece la localización en áreas específicas generando especializaciones productivas locales, tanto en la
industria como en los servicios, tanto en los sectores tradicionales como en los de más alta tecnología; y
ello representará el modelo de distribución espacial más probable.
4
Jean-Pierre Gilly y Andrè Torre (2000) analizan las dimensiones de las relaciones de proximidad
organizacional y geográfica y su superposición en el territorio. Una aproximación a estas
conceptualizaciones parece adecuada para el caso en estudio en el que se la localización de la actividad
viene definida por el espacio físico, y en que la condición de territorio alejado potencia la integración de
las relaciones de pertenencia con las relaciones de similitud.
5
Poma, Lucio (1998) La nueva competencia territorial, en Boscherini, F. y Poma, L. (2000)
6
Desde la perspectiva del ‘marketing’ turístico, se define al ‘producto turístico’ como un ‘satisfactor’
cuyas características son las de ser intangibles, no suceptibles de almacenamiento, agregables, sustituibles
y heterogéneos (Muñoz Oñate, F, 1994).
Desde la perspectiva de la teoría económica merecen analizarse, aunque no forman parte de este trabajo,
características de un mercado en el que no se transan solo bienes privados, sino que también se producen
intercambios con bienes públicos, que en general son propiedad del Estado que detenta sobre ellos un
poder monopólico.
7
La utilización del término ‘satisfactor’ en lugar de producto permite comprender mejor el alcance de la
función de distribución en la actividad turística, ya que el ‘satisfactor’ cubre necesidades del consumidor
desde el momento en que éste efectúa la compra, independientemente de su utilización o destrucción.
(Muños Oñate, F, op. cit.)
8
Las redes de intercambio adoptan distintas formas de constitución:
• La dominación o el control caracterizan a una situación en que una empresa grande gana poder sobre
su subcontratista, poder que puede medirse en términos de la influencia que ejerza la empresa grande
sobre la toma de decisiones de la pequeña.
• La coordinación es la situación en que una empresa líder o ‘nodo’ arma la cadena de valor agregado.
• La cooperación es el caso en que existe un proyecto común sobre bases de igualdad y equilibrio
(Zsarka, 1994).
9
El concepto de red facilita abordar la problemática de la integración binacional porque el turismo
conforma un sistema abierto en el que circulan flujos a través de los límites geográficos o conceptuales
del sistema, sin considerar la categorización de los actores en locales o extralocales y la red, como
conjunto de nodos interconectados, es una estructura abierta capaz de expandirse sin límites, traspasando
las fronteras geográficas y políticas, a condición de que se comparta un código único de comunicación.
10
Sobre perspectiva de los actores locales con relación a la integración binacional en la región como una
herramienta de desarrollo puede consultarse en Zárate, R., Artesi, L, y otros (2000)
11
Citado en Boisier (1997)
12
Castells, Manuel (1998) Hacia el Estado Red, Globalización económica e instituciones políticas en la
era de la información. Ponencia presentada en el Seminario sobre "Sociedad y reforma del estado",
organizado por el Ministerio de Administracao Federal e Reforma Do Estado, República Federativa do
Brasil. São Paulo, marzo 1998.
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