n° 181 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

Anuncio
Nº 181
En la ciudad de Venado
Tuerto, a los 26 días del mes de Octubre de dos mil once, se
reunieron en Acuerdo los Señores Vocales de la Cámara de
Apelación en lo Penal de esta ciudad, los Dres. Fernando
Vidal y Tomás Gabriel Orso y el Sr. Vocal de la
Excma.
Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial y Laboral de esta
ciudad,
Dr.
Héctor
Matías
López,
con
el
fin
de
dictar
sentencia definitiva en el proceso seguido a A. RUBEN D. A.,
nacido el 07/07/1985 en Rosario, Provincia de Santa Fe, hijo
de R. D. A. y Vicenta Isidora Maciel, soltero, argentino,
D.N.I. 31.565.872,
calle
Iriondo
presunta
VEHÍCULO
Prontuario Nº 1.494.735, domiciliado en
Nro.
comisión
DEJADO
3173,
de
EN
los
LA
Depto.
5
delitos
VÍA
de
de
PÚBLICA
Rosario,
HURTO
Y
por
la
CALIFICADO
DE
ROBO
CALIFICADO
DOBLEMENTE AGRAVADO POR USO DE ARMA Y USO DE ARMA DE FUEGO
CUYA APTITUD
NO FUE ACREDITADA,
en Causa Nº 134/2011 de
esta Cámara.
Estudiados los autos, se resolvió plantear las
siguientes cuestiones:
1) ES JUSTA LA SENTENCIA APELADA?
2) QUE PRONUNCIAMIENTO CORRESPONDE DICTAR EN
DEFINITIVA?
Practicado el sorteo de ley, resultó que la
votación debía efectuarse en el siguiente orden: Dres. Orso,
Vidal y López.
A la primera cuestión planteada, el Dr. Tomás
Gabriel Orso,
manifestó:
I) Contra el Fallo Nº 15
del 24 de Febrero de 2011, dictado por el Sr. Juez en lo
Penal de Sentencia Nro. 7 de Rosario, Dr. José Luis
Mascali, por el que Condena a A. R. D. A., demás datos de
identidad ya consignados, a la pena de Cinco años de Prisión,
accesorias
legales
y
costas,
como
autor
penalmente
responsable de Hurto Calificado de vehículo dejado en la vía
pública
(Proceso
Nro.
24/09-principal)
y
Robo
Calificado
doblemente agravado por uso de arma y uso de arma de fuego
cuya aptitud no fue acreditada (Arts. 163, inc. 6°, 166 inc.
2°, primer y tercer párrafo, 12, 19, 45, 40, 41 y 29, inc. 3º
del C.P.).
1) El Dr. Leopoldo Lisandro Montiel, por la
Defensa de A. A., al expresar agravios
manifiesta que no
está probado que la bicicleta cuya sustracción en la vía
pública se imputa a A. haya sido sustraída ilegítimamente por
éste. Agrega que es indiferente que la retractación de su
pupilo
haya
sido
tardía
y
meditada
y
que
no
se
ha
identificado en la causa al propietario concreto de la res
furtiva.
Dice
que
no
está
demostrado
que
el
bien
pretendidamente apoderado de manera ilegítima por el imputado
no fuera una cosa res nullus, por lo que no resulta aplicable
en autos los dispuesto en el art. 163, inc. 6° del Código
Penal. Solicita
en definitiva la revocación parcial del
decisorio impugnado y la absolución de su pupilo en virtud de
que no constituye delito la conducta que se le atribuye a A..
Subsidiariamente se agravia del fallo dictado
por el A quo porque entiende que en él se le dio una excesiva
relevancia a las escasas probanzas recabadas. Asimismo alega
el Sr. Defensor que fueron errados los criterios empleados
para
ponderar
dichas
pruebas,
además
de
fundarse
en
afirmaciones dogmáticas de hecho. Señala por último que se
validó un procedimiento en el que el derecho de defensa del
imputado se vio afectado por la decisiva relevancia que se le
asignó
a
diligencias
alguno de la Defensa.
probatorias
realizadas
sin
control
Explica
obrantes
en
colaboración
la
de
que
causa
las
las
han
diligencias
sido
escasas
auto-proclamadas
probatorias
por
víctimas,
la
nula
tratándose
solo de testimonios de los denunciantes y los funcionarios
policiales
que
arribaron
al
lugar
del
suceso
tras
ser
alertados por el llamado Ricardo Daniel Acosta.
Se centra luego el Dr. Monteil en el supuesto
secuestro de la campera en poder de su pupilo. En tal sentido
dice que no entiende cómo una persona que está trenzada en
lucha con otra puede hacer para colocarse una prenda en medio
del entrevero, luego sacársela y posteriomente arrojarla al
piso; es algo que ni siquiera el Sentenciante pudo explicar.
Como
otra
cuestión
plantea
la
alegada
portación de un arma u objeto de peligrosidad por parte de su
pupilo,
alegada
conocidos
por
entre
los
sí,
denunciantes
sino
también
que
serían
familiares;
no
sólo
cuando
en
realidad nunca se probó su existencia ni la posibilidad de
que A. la haya arrojado en algún lugar ante la presencia del
personal policial presente en el lugar de los hechos. En
síntesis se le imputa a A. portar un arma pero nunca se
acreditó
cuándo,
cómo
y
dónde
a
un
la
habría
arrojado
en
el
momento del hecho.
Refiere
posible
móvil
de
venganza,
resentimiento o enemistad por parte de los denunciantes y a
la inexistencia de arma u objeto pasible de ser tomado como
tal en las inmediaciones del lugar del hecho.
Descarta
la
versión
dada
por
las
víctimas
respecto a que A. y un supuesto cómplice portaban armas para
doblegar la voluntad de aquellas, con el hecho de que las
lesiones presentadas por Martínez son compatibles con una
riña a golpes de puño y con el inexplicable hecho de que su
pupilo
utilizara
los
puños
en
lugar
del
arma
que
alegan
portaba.
Señala
actuaciones
incorporó
es
el
la
que
que
la
no
testimonio
prueba
se
de
más
produjo.
un
tal
relevante
Agrega
oficial
de
que
Solís
las
no
que
se
fue
señalado en el parte preventivo y nadie le tomó declaración;
tampoco se le recibió declaración al facultativo que revisó a
su pupilo, lo que impide saber si éste presentaba lesiones;
además
ninguna
de
las
presuntas
víctimas
aportó
ningún
elemento que acreditara la titularidad de los bienes que
denuncian
como
sustraídos;
tampoco
se
tomaron
vistas
fotográficas del imputado y los denunciantes -testigos por
excelencia de la acusación- no fueron localizados durante el
plenario,
por
lo
que
no
pudieron
ser
examinados
por
esa
Defensa. Señala además que el Acta de Procedimiento no fue
firmada por los dos testigos que exije el art. 190 V del
Código Procesal Penal, no habiendo tampoco explicación de
dicha omisión ; todo lo que viene a vulnerar el derecho de
defensa en juicio de A. en el presente proceso.
Solicita
en
definitiva
se
revoque
el
fallo
dictado en contra de A. R. Dario A. y se dicte en su lugar su
absolución de culpa y cargo. Hace reservas de interponer los
recursos de inconstitucionalidad y/o extraordinario ante la
Excma. Corte Suprema de Justicia de la Provincia y/o de la
Nación, ante el hipotético caso que no se haga lugar a sus
agravios.
2) La Dra. Cristina Rubiolo, Fiscal de Cámaras
N° 3 Subrogante, al contestar agravios manifiesta
corresponde
hacer
lugar
a
lo
alegado
por
la
que no
Defensa
del
imputado respecto a que la bicicleta secuestrada no tenía
propietario y que en consecuencia es una res nullus. Señala
que
las
abandonar
reglas
una
de
sentido
bicicleta
común
en
un
indican
que
bicicletero
nadie
y
va
a
además
corresponde tener en cuenta las declaraciones del ferretero
que confirma que alguien dejó el vehículo en el bicicletero
de su negocio y los dichos de los agentes policiales y el
acta de procedimiento hacen referencia a que una mujer les
manifestó
que
momentos
antes
dos
masculinos
tomaron
una
bicicleta que estaba estacionada frente a la ferretería.
Sostiene
que
tampoco
puede
prosperar
el
agravio de que se deje sin efecto la agravante por haberse
encontrado el vehículo en la vía pública. Recuerda que la
bicicleta
es
un
vehículo
y
no
corresponde
darle
mayor
protección a los vehículos a motor cuando la ley no lo hace.
Recuerda
que
protección
a
la
finalidad
los
bienes
del
que
agravante
quedan
es
brindarle
disminuidos
en
su
custodia, por su ubicación y entonces no corresponde darle un
tratamiento
distinto
a
la
bicicleta
respecto
a
los
automotores. Cita jurisprudencia.
Respecto al proceso acumulado entiende la Sra.
Fiscal que no corresponde hacer lugar a la revocación de la
condena por robo calificado solicitada por la defensa del
imputado porque surgen de autos que el A quo ha efectuado un
correcto análisis de las pruebas colectadas en la causa, de
acuerdo a las reglas de la sana crítica racional, arribando a
una correcta conclusión respecto a la responsabilidad penal
del
imputado.
Agrega
que
se
han
reunido
elementos
de
convicción suficientes para fundar la condena, tales como el
acta de procedimiento, ratificaciones de dicha acta por el
agente
Pedernera,
las
declaraciones
testimoniales
de
las
víctimas Acosta y Martínez, las actas de reconocimiento de la
campera
e
historia
clínica
de
las
lesiones
que
sufrió
Martínez.
Afirma que no hay motivos para dudar de la
veracidad de los dichos de las víctimas, sino que por el
contrario las mismas lucen espontáneas y creíbles. Además la
versión
de
los
denunciantes
se
encuentra
corroborada
por
elementos subjetivos y el imputado nunca brindó motivos por
los cuales el denunciante querría perjudicarlo. Solicita se
rechace la versión de los hechos formulada por los imputados,
quien sólo intenta mejorar su situación procesal. Por último
señala que estamos ante dos versiones de los hechos que se
contradicen. Que la versión dada por las víctimas del hecho
resulta creíble concordantes los dichos de los denunciantes
entre sí, coherentes y corroborados con constancias objetivas
de la causa.
Sobre
alegado
por
el
el
agravante
recurrente,
por
manifiesta
el
la
arma
no
Sra.
hallada
Fiscal
de
Cámaras su coincidencia con el criterio aplicado por el A quo
en
el
sentido
de
que
no
hay
motivos
para
dudar
de
la
veracidad de los dichos de las víctimas y porque sería poco
creíble
que
voluntad
de
dos
sujetos
no
otros
dos
los
armados
-de
logren
doblegar
mayor
tamaño-
la
sin
amedrentarlos con armas.
Peticiona en defintiva la confirmación íntegra
de la sentencia apelada.
II) Corresponde en las presentes actuaciones
resolver
el
recurso
Leopoldo
Lisandro
de
apelación
Monteil,
en
interpuesto
representación
por
de
el
A.
Dr.
RUBEN
DARIO A., contra la sentencia N° 15, dictada en fecha 24 de
Febrero de 2011 por el Dr. José Luis Mascali -Juez en lo
Penal
de
mediante
Sentencia
la
cual
de
el
la
Séptima
imputado
de
Nominación
anterior
de
Rosario-
referencia
fue
condenado, como coautor penalmente responsable de los delitos
Hurto
calificado
-correspondiente
de
a
la
vehículo
dejado
en
causa
24/2009-
y
la
Robo
vía
pública
doblemente
Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya
aptitud para el disparo no fue acreditada a una pena de cinco
años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19,
29 inciso tercero 40, 41, 45, 163 inciso sexto y 166 -incisos
segundo (primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal).
A
los
fines
de
un
mejor
tratamiento
de
los
agravios
expresados por el apelante, cada uno de ellos -según cada
causa- será examinado por separado:
CAUSA PRINCIPAL (24/2009):
Procurando facilitar la lectura del presente
voto
cabe
recordar
la
plataforma
fáctica
sobre
la
cual
pivoteó la teoría del caso del actor penal y la condena del
juzgador. En tal sentido se atribuyó, acusó y condenó al
imputado por haberse apoderado ilegítimamente, junto con otra
persona, de una bicicleta que se encontraba estacionada, sin
medida
de
seguridad
alguna,
enfrente
de
una
Ferrateria
ubicado en calle Ayolas 3550 de Rosario. El hecho ocurrió en
horas de la mañana del 1º de Agosto de 2008.
Examinando
los
agravios
expresados
por
el
recurrente, a la luz de los elementos probatorios que fueron
tenidos en cuenta por el sentenciante para emitir el fallo y
la réplica del actor penal de alzada, tras lo cual considero
que los mismos llegan a conmover parcialmente el decisorio
recurrido, sólo en lo que atañe a la calificación legal.
En tal sentido, de la expresión de agravios
glosada a fojas 189/196 surge que el Sr. Defensor cuestiona
el decisorio afirmando que no la conducta penal endilgada a
su pupilo no llegó a configurar el delito de Hurto calificado
por
el
cual
se
dictara
condena
en
virtud
de
que
no
se
acreditó el requisito ajenidad de la cosa que fue objeto del
supuesto apoderamiento ilegítimo, para lo cual indica que la
bicicleta podía ser una res nullius.
Además de ello plantea
que no corresponde la aplicación de la calificante. A partir
de dicho esquema recursivo se examinaran los agravios.
Desandando
establecida
y
configuración
imputado,
en
del
surge
la
orden
tipo
de
hoja
al
ruta
planteo
objetivo
autos
de
que
del
la
precedentemente
vinculado
a
la
delito
atribuido
bicicleta
objeto
al
del
apoderamiento ilegítimo por parte de A. -quien fue detenido
en situación de flagrancia y reconoce lisa y llanamente el
hecho-
se
encontraba
(ferretería)
desde
estacionada
el
cual
fue
enfrente
levantada
de
un
negocio
-utilizando
la
expresión adoptada por el justiciable al ser aprehendido- por
el inculpado, en razón de lo cual no puede dudarse de que la
misma pertenecía a otra persona, más allá de que no conste en
autos reclamo de devolución, lo cual puede explicarse por la
aversión que suelen tener los ciudadanos para la realización
de trámites judiciales, sumado a que muchas veces carecen de
documentación de objetos adquiridos mucho tiempo antes como
resultan las bicicletas.
De todos modos la acreditación de la ajenidad
-total o parcial- de la cosa objeto del apoderamiento puede
inferirse a partir de las circunstancias fácticas en que se
desarrollaron
los
hechos
y
el
contexto
en
el
que
se
encontraba ubicado el bien -muy diferente hubiera sido si el
birodado se encontraba en un basural, por ejemplo- por lo que
la objeción formulada por el recurrente no hace mella en el
fallo
ya
que
no
logra
introducir
razonablemente
la
duda
acerca del elemento ajenidad antes referido, en función de lo
cual corresponde rechazar dicho agravio.
Al respecto la jurisprudencia ha dicho que “a
efectos de configurar el delito de hurto basta con que el
sujeto activo se apodere de la cosa sin estar legitimado,
quitándola a quien la posea, independientemente del título
por el cual éste la tuviera” (CCCF, Sala Segunda, 9 de Junio
de 1987, LL, 1987-E-339, citado por Rodriguez y Rodriguez, CP
comentado, anotado y concordado, Juris 1999, pag. 224).
En orden al restante planteo, por el cual el
recurrente sostiene que no llegó a configurarse el agravante
del hurto, en razón de que la cosa sustraída resultó una
bicicleta, considero que debe correr distinta suerte que el
anterior, es decir que correspondiente su acogimiento.
Respecto
a
tal
cuestión
este
tribunal
de
segunda instancia, en su composición anterior, tenía dicho
que
el
apoderamiento
ilegítimo
de
una
“...aún
bicicleta
dejada en la vía pública, es constitutivo del delito de
Hurto
Simple,
Penal,
el
tipificado
que
por
por
cuantum
el
artículo
punitivo
162
del
conminado,
Código
es
de
competencia del Juzgado en lo Penal Correccional” ( GAMBA,
Carlos Adrián s/Tentativa de Hurto”, Nº 57, 24/06/1998, Dres.
Juri, Rosso, García Méndez).
Por
todo
ello
considero
que
corresponde
receptar parcialmente los agravios y recalificar la conducta,
por la cual fue condenado el imputado en la causa principal,
encuadrando la misma en el delito de Hurto (Art. 162 CP).
CAUSA ACUMULADA: En las presentes actuaciones
A. R. D. A. fue condenado por haber participado, junto a otra
persona que se dio a la fuga, en el apoderamiento ilegítimo
de dinero, un celular y una campera
-ésta última fue
recuperada por la policía- perteneciente a los jóvenes Daniel
Ricardo Acosta y D. Omar Martínez, quienes fueron intimidados
mediante la exhibición de un arma blanca y otra de fuego. El
hecho ocurrió en calles Gálvez y Avellaneda de Rosario, en
horas del amanecer del 31 de Agosto de 2008.
Examinando
recurrente
causa
a
desarrolla
partir
de
la
los
los
agravios
defensistas
correspondientes
foja
191
y
a
sostiene,
la
-el
presente
entre
otras
cuestiones, que la sentencia condenatoria se funda en prueba
insuficiente, la que además fue sobre dimensionada y recogida
sin control de parte- a la luz de los elementos probatorios
colectados
durante
la
pesquisa
instructoria
y
la
réplica
formulada por la Fiscalía de Cámaras interviniente; tras lo
cual
considero
que
los
agravios
no
logran
conmover
la
sentencia condenatoria dictada en autos, correspondiendo en
consecuencia su confirmación.
Comenzando por el primer tramo de los agravios
antes reseñados, se desprende que el recurrente cuestiona la
sentencia
reunida
de
en
embargo,
Primera
autos
luego
Instancia
resulta
de
afirmando
insuficiente
verificar
la
que
para
entidad
la
prueba
condenar.
que
Sin
corresponde
asignar a tales observaciones formuladas por el recurrente,
considero que ninguna de ellas logra neutralizar, o al menos
poner en duda, el amplio y prolijo desarrollo argumental
volcado por el magistrado actuante en el decisorio.
En
tal
sentido
cabe
indicar
que
el
sentenciante construyó el juicio de autoría del imputado a
partir del análisis conjunto de la versión proporcionada por
Ricardo Acosta y la actuación policial llevada a cabo luego
de que el referido alertara a los agentes Pedernera y Solis
acerca de un hecho de robo, en perjuicio de su amigo D. Omar
Martinez,
que
intersección
estaba
de
sucediendo
calles
Galvez
a
y
unos
100
Boulevard
metros
de
la
Avellaneda
de
Rosario.
Tal
secuencia
fáctica
anoticiada
por
Acosta
-quien declara prevencionalmente a fojas 7 y luego lo hace en
sede judicial a fojas 25- encuentra pleno correlato con el
acta
de
procedimiento
obrante
a
fojas
2,
en
la
que
efectivamente consta que dos jóvenes tenían arrinconado a un
tercero y se dieron a la fuga, al advertir el acercamiento
policial, pudiendo ser aprehendido uno de ellos, resultando
ser el imputado A., al que se le secuestró una campera tipo
vaquera color marrón con corderito, la que arroja al suelo
antes de ser secuestrada y es posteriormente reconocida (a
fojas 16 se adjunta el acta respectiva) por su propietario,
el
referido
Martinez,
quien
declara
a
fojas
8
y
27,
expresando que salió del baile Mogambo, junto a su primo
Ricardo
Acosta,
ocasión
en
la
que
se
les
acercan
dos
muchachos y los amenazan uno con un arma de fuego y el otro
con un cuchillo, apoderándose de 50 $, un celular y una
campera. Agrega que su primo pudo escapar y llamar a dos
policías que estaban cerca, quienes detuvieron a uno de los
asaltantes
-con
quien
forcejeó,
resultando
la
víctima
lesionada en la cintura- que era el que le había sacado la
campera, luego reconocida en el acta antes mencionada.
La secuencia de hechos indicados por Acosta y
Martínez
no
admiten
mayores
reparos,
mas
alla
de
que
el
sumario pudo haber sido sustanciado de un modo mas prolijo
(las fotografías indicadas por la defensa realmente hubieren
resultado útiles), por varias razones:
•
Las victimas de autos mantuvieron firmemente sus
dichos,
en
reconociéndolo
los
que
como
incriminan
una
de
las
al
imputado
personas
que
perpetraron el asalto utilizando un cuchillo, a la
vez que el restante imputado no habido portaba un
arma de fuego.
•
Ambos también indican que A. fue detenido por la
policía
momentos
después,
logrando
recuperar
la
campera que había sido objeto de desapoderamiento
por parte del referido en primer término.
•
Tales
declaraciones no sólo
resultan compatibles
entre si, sino que también coinciden plenamente con
el contenido del acta policial obrante a fojas 2,
la que es suscripta por las victimas.
•
Dicha
acta
además
es
introducida
legalmente
al
proceso a través de las declaraciones testimoniales
prestadas por el Oficial sub ayudante Pedernera,
quien
depone
expuesto
la
a
fojas
6
ausencia
y
de
26.
En
razón
testimonio
del
de
lo
restante
agente del orden (Solis), de ningún modo invalida
lo actuado, tal como parece postular la defensa,
máxime que la actividad policial se llevo a cabo
dentro
del
ámbito
de
actuación
regulado
en
el
Código Procesal Penal, en cuanto establecen que la
Autoridad
Policial
se
encuentra
facultada
(y
obligada) a proceder a la detención de personas en
situación
de
flagrancia
elementos
que
habían
y
a
sido
secuestrar
objeto
del
los
delito
perpetrado.
•
También
respalda
(particularmente
médicos
la
la
glosados
facultativos
inferior
de
de
plenamente
de
a
que
“traumatismo
versión
el
víctimas
Martínez)
los
informes
91,
constatando
premencionado
hombro
la
las
fojas
cadera”,
con
de
izquierdo
las
versión
que
y
los
presentaba
en
región
compatibilizan
proporcionada
por
el
señalado
no
referido Martínez.
En
función
de
lo
anteriormente
encuentro irregularidad alguna en el procedimiento policial,
ni
tampoco
advierto
sobredimensionado
investigación,
la
toda
que
prueba
vez
que
de
a
el
cargo
través
sentenciante
recogida
de
la
haya
durante
misma
la
puede
reconstruirse un cuadro de delito flagrante, que le permitió
visualizar un imputado en plena comisión delictiva,
quien es
inmediatamente aprehendido procediendo en posesión de uno de
los
elementos
robados
(campera),
la
que
finalmente
es
reconocida por los damnificados.
Examinando particularizadamente las objeciones
formuladas
por
la
Defensa
no
hallo
en
la
presente
causa
elemento alguno que permita suponer que las víctimas hayan
falseado sus dichos o tergiversado los acontecimientos para
comprometer penalmente a A., cuya fuga inmediata posterior al
acercamiento policial permite descartar la explicación que
diera de la existencia de una pelea previa, ya que de haber
sido
así
no
compañero,
hubiera
una
adoptado,
actitud
de
al
fuga
igual
y
que
hubiera
su
huidizo
brindado
las
explicaciones pertinentes a la autoridad policial, ni tampoco
hubiera
arrojado
la
campera
al
suelo
ante
la
vista
de
víctimas y agentes del orden, cabiendo destacar al respecto
que tal secuencia (colocación y arrojamiento de la campera)
no
resulta
atento
la
descabellada,
juventud
tal
del
como
postula
imputado,
el
quien
recurrente,
evidentemente
intentaba librarse de la evidencia que lo comprometía.
Tampoco
razonamiento
demostrada
desarrollado
la
naturalmente
bastando
extremo
categórico
por
utilización
pudo
ello
lo
encuentro
para
indican
Martínez
haber
el
de
sido
explicar
A
un
quo
arma
arrojada
su
firmemente
al
anomalía
no
cuando
por
el
tiene
por
el
27
de
la
que
imputado,
ya
víctimas,
(fojas
en
blanca,
secuestro,
ambas
declarar
alguna
que
tal
resultando
la
causa
principal) que “el tipo que tenía el arma de fuego le robó a
mi primo Ricardo el celular y cincuenta pesos y el otro, el
que tenía el cuchillo me apretó a mi poniéndomelo en las
costillas de mi lado derecho y arrancó la campera de jeans
que yo llevaba debajo de mi brazo izquierdo…”.
Por otra parte la relación de parentesco entre
ambas víctimas -reiteradamente señalada por la defensa- no
desmerece tales manifestaciones, como tampoco lo hacen los
agravios
expresados
por
el
apelante
cuando
sostiene,
sin
sustento probatorio alguno, que podía existir un móvil de
venganza,
resentimiento
o
enemistad
por
parte
de
los
denunciantes, afirmación sin apoyo fáctico alguno, en razón
de lo cual el agravio cae por su propio peso.
Por todo lo expuesto, entiendo que el cuadro
probatorio antes referido, conformado por los dichos de las
víctimas,
funcionarios
sumariales
e
policiales
informes
intervinientes,
médicos,
permite
actas
efectuar
dos
conclusiones:
•
La primera de ellas se vincula con la regularidad de la
actividad policial, ya que cabe reiterar que la misma
obró conforme a las facultades/deberes establecidas en
el
ordenamiento
procesal,
en
cuanto
al
recupero
de
bienes robados en situaciones que habilitan actuar sin
orden de allanamiento previa, como asimismo en lo que
hace
a
la
detención
de
personas
en
un
contexto
de
flagrancia. (arts. 190 –incs. 3 y 4-, 221 –inc. 3-, 303,
307 y ccs. CPP).
•
La segunda se vincula a la entidad de las mencionadas
pruebas,
poseyendo
las
mismas
un
alto
contenido
incrimitatorio ya que el imputado fue observado cuando
estaba
perpetrando
el
robo
y
aprehendido
instantes
después en posesión de uno de los elementos robados,
asumiendo ante la presencia policial una actitud de fuga
-indicio
importante
que
permite
presumir
su
participación en el hecho delictivo que se le enrostray
además
fue
observado
por
ambos
damnificados,
al
momento de la perpetración del asalto, portando un arma
blanca, cuya existencia a partir de dichos testimonios
puede
considerarse
suficientemente
acreditada,
obstante la ausencia de secuestro de la misma.
no
Por
autoría
y
todo
ello
calificación
considero
legal
que
contenidos
el
en
juicio
la
de
sentencia
condenatoria apelada fueron elaborados por el sentenciante
a
partir del análisis global y particular de los elementos
probatorios
antes
examinados,
todo
lo
cual
torna
irreprochable el razonamiento contenido en el decisorio que
fue objeto de recurso, correspondiendo en virtud de ello su
íntegra confirmación.
En relación a lo expuesto la doctrina indica
que “a partir de la observación del comportamiento humano y
de
la
verificación
científica
de
datos,
se
construye
un
sistema valorativo flexible, llamado correcto entendimiento
humano. Una vez que el juzgador ha arribado a un estándar
puede emitir un juicio de conocimiento y de valor relacionado
con
el
hecho
investigado,
con
sustento
en
la
fuerza
convictita de los argumentos que esgrima.”. (Chaia, R. A.,
La
prueba
en
el
proceso
penal,
Hammurabi
2010,
pags.
154/155).
Conforme
a
todo
lo
argumentado,
doctrina
y
jurisprudencia citadas, propongo al acuerdo la modificación
de la calificación legal del delito vinculado a la causa
principal, el que queda establecido en la figura de Hurto
(art. 162 CP) -aunque ello no genera variación alguna en la
penalidad impuesta, en virtud de que el a quo aplicó el
mínimo
legal
tratados
en
en
los
relación
a
los
acumulados-
hechos
de
confirmando
mayor
gravedad
plenamente
la
sentencia dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas,
por la cual el justiciable resultara condenado como coautor
penalmente
responsable
del
delito
de
Robo
doblemente
Calificado por uso de arma y uso de arma de fuego cuya
aptitud para el disparo no fue acreditada a una pena de cinco
años de prisión, accesorias legales y costas (Arts. 12, 19,
29 inciso tercero 40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo
(primer párrafo) y tercero-, todos del Código Penal).
A la misma cuestión, el Dr. Vidal dijo:
Estimo correcta la solución que da el Dr. Orso
a la cuestión planteada, por lo que adhiero a la misma y voto
en consecuencia.
A la misma cuestión, el Dr. López
expresó:
Habiendo dos votos concordantes, me abstengo de
votar (Art. 26 L.O.P.J.).
A la segunda cuestión planteada, el Dr. Orso
manifestó:
Por lo expuesto, es que propongo al Acuerdo
confirmar parcialmente la sentencia apelada, modificando la
calificación legal del delito atribuido a A. R. D. A. en la
causa principal, el que queda establecido en la figura de
Hurto (art. 162 CP) y confirmando plenamente la sentencia
dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas, por la cual
el justiciable resultara condenado, como coautor penalmente
responsable del delito de Robo doblemente Calificado por uso
de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo
no fue acreditada,
a una pena de cinco años de prisión,
accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero
40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y
tercero-, todos del Código Penal).
A la misma cuestión planteada, el Dr. Vidal
dijo:
Adhiero
especificamente
a
las
consideraciones
expresadas por el vocal preopinante.
A la misma cuestión, el Dr. López expresó:
Me
abstengo
de
votar
en
las
presentes
actuaciones, atento el voto concordante de los Vocales que me
preceden.
En definitiva, leídas que han sido las partes,
la
Cámara
de
parcialmente
Apelación
la
en
lo
sentencia
Penal
RESUELVE:
apelada,
Confirmar
modificando
la
calificación legal del delito atribuido a A. R. D. A. en la
causa principal, el que queda establecido en la figura de
Hurto (art. 162 CP) y confirmando plenamente la sentencia
dispuesta respecto a las actuaciones acumuladas, por la cual
el justiciable resultara condenado, como coautor penalmente
responsable del delito de Robo doblemente Calificado por uso
de arma y uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo
no fue acreditada,
a una pena de cinco años de prisión,
accesorias legales y costas (Arts. 12, 19, 29 inciso tercero
40, 41, 45, 162 y 166 -incisos segundo (primer párrafo) y
tercero-, todos del Código Penal).
Insértese
copia
autorizada,
hágase
saber
bajen.
Dr. Tomás G. Orso
Dr. Fernando Vidal
Dr. Héctor M. López
Dr. Sergio R. Fenice
y
Descargar