JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS

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JUAN MARTÍNEZ MONTAÑÉS
(Alcalá la Real, Jaen, 1568 – Seville, 1649)
“Niño Jesus”
Escultura fundida en plomo y policromado
Altura: 42.5 cm.
Peana original tallada, dorada y policromada con forma de cojín con borlas sobre una base
arquitectónica.
Altura: 17.5cm
circa 1610
El escultor Juan Martínez Montañés terminó en 1607 una escultura del Niño Jesús, de talla
completa y perfectamente acabada de talla y policromía, aunque estaba hecha para vestir
con tejidos naturales. El artista hizo la imagen por encargo de la Hermandad Sacramental
de la iglesia del Sagrario de Sevilla, cuyo templo está adscrito a la Catedral y en cuya
asociación religiosa permanece como titular. Representa a Jesús niño bendiciendo con una
mano y portando en la otra un cáliz, aunque en la representación habitual de esta
iconografía el Niño lleva una cruz delgada y alta, como Salvador o Redentor del Mundo.
Esa obra fue el culmen de un proceso evolutivo que parte de otras versiones que Montañés
realizó desde los últimos años del siglo XVI, como hemos publicado en 2009 y 2011 o
argumentado en otros trabajos realizados en este año1.
Los estudios generales sobre las versiones de la imagen de Jesús Niño de Martínez
Montañés y sus seguidores son recientes, pues hasta 2006 sólo se atribuían a Juan de Mesa
las mejores obras de este tipo de representación siguiendo el modelo de su maestro, como
las que se conservan en el patrimonio artístico de la Universidad de Sevilla (Facultad de
Bellas Artes) y en los fondos de los museos de Bellas Artes de Córdoba y de Sevilla. En
otras ocasiones los niños se han atribuido al escultor Francisco de Ocampo2 o su autoría ha
ROMERO TORRES, José Luis: “Juan Martínez Montañés. 11. The Infant Christ”, en The
Mystery of Faith. An eye on spanish sculpture, 1550-1750. London, The Matthese Gallery – Coll
and Cortes Gallery, 2009, pp. 124-131. ROMERO TORRES, José Luis: “Juan Martínez Montañés,
maestro de generaciones”, en Martínez Montaés y Osuna. Osuna, Patronato de Arte, 2011,
pp.131-171. Sobre la imagen de San Cristóbal y los primeros modelos de Niño de Jesús, pp. 154156. ROMERO TORRES, José Luis: “Juan Martínez Montañé, Niño Jesús (ca.1596-1606). Bronce
policromado”., 2013 (inédito) y “Juan Martínez Montañés, Niño Jesús, finales del siglo XVI o
comienzos del XVII, escultura fundida en plomo y policromada”, 2013 (inédito).
2
ROMERO TORRES, José Luis: ·”Niño Jesús, 1607. Francisco de Ocampo, atribución”, en
San Isidoro del Campo (1301-2002). Fortaleza de la espiritualidad y santuario del poder, catálogo
de la exposición celebrada en Santiponce. Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía,
2002, pp. 176-179.
1
planteado discrepancia entre Martínez Montañés3 y Juan de Mesa4. Los historiadores
apenas se han atrevido a asignar a Martínez Montañés ejemplares de estos niños, a los que
venimos prestando atención para conocer cómo evolucionó el maestro desde sus orígenes
hasta alcanzar su obra cumbre y aquellos otros niños que consideramos le pertenecen como
obras posteriores hasta que a finales de la década de 1610 Martínez Montañés.
Los escasos estudios existentes sobre estos niños sólo se han centrado en las obras de
madera policromada, sin prestar atención a las reproducciones en plomo, tal vez por un
falso concepto de valor artístico por su carácter seirado. Este tema de la producción en
serie ha sido tratado por primera vez por el profesor Álvaro Recio en 2006 con motivo del
Coloquio Internacional que organizó la Archicofradía Sacramental de la parroquia del
Sagrario con motivo de 400 aniversario del encargo de la imagen a Martínez Montañés5.
Sean de madera, plomo o bronce las esculturas atribuidas a Juan Martínez Montañés o Juan
de Mesa, las diferencias que los historiadores apreciamos en el estilo de ambos artistas
(maestro, discípulos y seguidores) son las formas de resolver los rasgos del rostro (ojos,
párpados, labios), el tratamiento del volumen (frente, mofletes, grupo de mechones), la
proporción del cuerpo, etc., en cuyos elementos se contraponen la serenidad, dulzura y
clasicismo de las obras del maestro frente a la mayor expresividad, comunicación y rasgos
abultados de las figuras infantiles realizadas por Juan Mesa o Francisco de Ocampo, a
cuyos autores se les atribuyen los otros niños de calidad artística. No obstante, ninguno de
los realizados por estos dos artistas están documentados.
Esta escultura que analizamos tiene menor altura que el modelo al que sigue y, además de
esta diferencia, tampoco muestra exactamente el peinado con el flequillo de varias puntas
hacia abajo. No obstante, el modelo anatómico del cuerpo, la serenidad, el modelado del
rostro de rasgos suaves, reflejan el estilo del maestro, que en esta pequeña obra no ha
intentado hacer una reproducción mimética de la postura del cuerpo ni de las manos de su
obra clave. Este niño muestra rasgos afines al estilo de Martínez Montañés como
observamos en las cejas de ligera curva sin fruncir el entrecejo, en los ojos almendrados
casi simétricos (superior e inferior), en los párpados con los bordes marcados ligeramente
sin el abultamiento característico de sus seguidores, en la nariz pequeña y respingona y en
labios pequeños y cerrados que no muestran rasgos de expresión; pues, a pesar de los
rasgos naturalistas, está concebido como una figura simbólica.
Consideramos que el modelo original fue realizado en el taller de Martínez Montañés por
la calidad del modelado anatómico, por la serenidad expresiva y por las demás
características de su estilo que hemos descrito antes. Su postura es menos dinámico y
arqueada que la del modelo del Sagrario en cuya composición influyó, sin duda, el material
usado (plomo) y, tal vez, la habilidad del fundidor, que pudo ser uno de los que estaban
activos en el Barrio de San Bernardo de Sevilla o algún platero de la ciudad, pues estos
artífices también fundieron en sus hornos pequeñas esculturas de plata e incluso bronce. En
RECIO MIR, Álvaro: “Juan Martínez Montañés, Niño Jesús, Colección Morales Marañón”,
en Teatro de Grandezas, catálogo de la exposición celebrada en el Hospital Real de Granada,
proyecto cultural Andalucía Barroca 2007. Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía,
2007, pp. 232-233.
4
ROMERO TORRES, José Luis: “Juan Martínez Montañés. 11. The Infant Christ”, en The
Mystery of Faith...., op. cit., pp. 124-131.
5
RECIO MIR, Álvaro: “La difusión de los modelos montañesinos del Niño Jesús: causas de
una producción seriada”, en RAMOS SOSA, Rafael (dirección científica y coordinación), El Niño
Jesús y la infancia en las artes plásticas, siglos XV al XVII. Actas del coloquio internacional,
celebrado los días 22-24 de noviembre de 2006. Sevilla, Archicofradía del Santísimo Sacramento
del Sagrario, 2010, pp. 261-288.
3
el Comercio madrileño del Arte existe una versión de esta iconografía fundida en bronce
con la superficie policromada que también hemos considerado de Martínez Montañés,
cuyos rasgos formales se distancian de las obras realizadas por sus seguidores, entre los
que destaca, como venimos comentando, Juan de Mesa con su estilo y expresividad
personal.
Desde finales del siglo XVI y durante la primera mitad del siglo XVII se produjo un gran
aumento de encargos de imágenes del Niño Jesús, debido a la fundación de hermandades
sacramentales, principalmente en las parroquias de Sevilla y de los pueblos y ciudades de
su ámbito geográfico. El culto a Jesús como Salvador del Mundo representado en la dulce
figura de un niño, que en ocasiones recibió la advocación del Dulce Nombre de Jesús, fue
difundido principalmente por estas hermandades y por los frailes dominicos. En este
proceso religioso jugó un papel fundamental el Niño de Jesús de la iglesia del Sagrario de
Sevilla a partir de 1607, año de su entrega a la hermandad y de su conversión en referente
artístico de esta iconografía durante la década siguiente principalmente, a la que pertenece
este Niño Jesús que hemos analizado.
Con respecto a la policromía de las carnaciones, en las que destacan los sonrosados de las
mejillas, consideramos que es una intervención posterior bien realizada y con calidad, pero
que algo más estridente que la policromía original que sería más suave.
Sevilla, 8 de octubre de 2013
José Luis ROMERO TORRES
Historiador del Arte y Conservador del Patrimonio Histórico
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