v ontratos M.iiiiatro .. Mariano Azuela Ciiiitr6n Pirsirlc7it~ Primera Sala Ministro Josi- Rzm6n Cussio Diaz Prcsidenrr Minisrro J o i de Jesús (3il<iiíioPelayo Ministm Oiga S & n c l i ~Cordcio -~ dr üarcia Viilegns Mitiisrru Jiiaii N. Silva hlezn Ministro Sergin A. Vaiis Iternández Segunda Sala Mi~iistriiMargarita Beatriz Luna Ranioa Piesi<lentu Mii~isrroSergio Salwdor Aguirre Angtiiano Miriisno JuanDiaz Romcm Minisrrc Gerisri>Ilsvid Cii>ngora Pirncntel Mirrtino <>uillermo1. Ortiz Mayagoiti~i Comité de Puhlicacionefi y Prouroci(>nEducativa Ministro Mariano Arucln (;iiitrón Ministra Margarita neatrir I.una Ramos Miiiistra Oiga Cinchez Cordero de (jarcia Villegas Suprcma Corte de Justicia de la Nación Beiicmérita Universidad Autónoma de Puebla Faculrad de Uerccho y Ciencias Sociales (ewe Coordinadores Carlos üonzález Bhnco m osé isrnael Alvarez Moreiio Centro de Consulta de lnfor;;;g;;;; Primera edición: norliembre de 2006 U.R. 62 Suprema Corte de Justicia de la Nación Av. José Maria Pino Suárez Nurn. 2 C.P. 06065, Mkxico, D.F. D.R. @Facultad de Derecho g C.S., de la BUAI'. Av. San Claudio S/N, Col. San Manuel Ciudad Universitaria. Piiehla, Pue. Impreso en MCxico Printed in Mexico La cdicion de esta obra estuvo al cuidado de La Dirección General de la Coordinación de Compilación y Sisteniatización de Tcsis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Contenido Presentación. Ministro Mariano Azuela Cüitrón ........................... Prólogo. Olga Sáiichez Cordero de García Villegas ....................... Prcamhulo. Fernando Serrano Migillón Prefacio. Jorge A. Sánchcz Cordero Dávila ................... . . ............ lntroduccián. Pauia María Garcia Villegas Sánchez Cordero ...... 'TIMA 1. Q U E ES UN CONTKAT TEMA2. CONI.IIAT<IS PRELIMINARE La promesa de contrato Construcción de la promesa TEMA3. CO~~PRAWNTA ........................................................................................ 1.a cosa o el derecho El preci Requisitos de validez de la compraventa Obligaciones del renciedor Obiigacioriesdel compradoi- ... Modalidades dc la compraventa TEMA4. PERMUT T'EMA 5. D»\IA(:IIIN .............................................................................................. Efectos de la donación TEMA h. MUTUO................................................................................................... Mutuo con interés 173 177 TEMA 7. COMODAT 181 TEMA8. ARRENI)AMIENTI) 189 203 207 Subarrendamiento TEMA9. DEPOSITO TEMA10. MANDATO TEMA11. CONTRATO DE PREsSACION DE SERVICIOS TEMA12. DELCONTRATO DE OBRAS A PRECIO P.I.?ADO ....................................... TEMA13. CONTRATO DE H ~ S P ~ D A I.................................................................... E TEMA14. CORPORACIONES CIVIL TEMA15. SOCIEDA TEMA16 . APARCERI Compra de esperanza TEMA18. CONTRATOS ne GARANT~A ................... ....... ................................ TEMA19. PRENOA TEMA 20. L* RENTA VITALICIA. TEMA 2 l . HIPOTECA . . TV.MA 22. TRANSA~:CIG N . ................. .............................................................. T E M23. . ~ R E ~ ~ ~ SPUHLIL;< TRO Presentación d unque su mayor aspiración fue publicar un libro, al maestro Jorge Sánchez Cordero no le fue posi- ble entregar a la imprenta u n texto sistematizado de los cursos que impartió en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. Por ello, la Suprema Corte de Justicia de la Nación y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla decidieron publicar, dentro de la colección Apuntes de las clases impartidas por ilustres juristas del siglo X X , los Apuntes (li. contratos de las clases del maestro Jorge Sdnchez Cordero, tal y como sc recabaron en el aula. C o n ello se recuperan las obras que no pudieron aparecer en el momento que les correspondia. Tras la promulgación del Código Civil de 1932 hubo pocas publicaciones dedicadas al derecho civil. Diversos autores reinipulsaron la literatura jurídica sobre la materia: Manuel Borja Soriano, Gual Vidal, José de Jesíis Ledezma, Rojina Villegas, quienes coadyuvaron a actualizar el conocimiento del derecho civil y a la exegesis de nuestro código. Entre quienes sucedieron a esa generación de juristas figuró Jorge Sánchez Cordero. Sus lecciones, impartidas en la entonces Escuela Nacional de Jurisprudencia, fueron de enorme importancia en la formación de militiples generaciones de abogados. La edición del presente libro se facilitó por la práctica añeja de registrar, en forma estenográfica, los apuntes tomados por los alumnos. Ello ha permitido que las lecciones del maestro lleguen al lector de nuestros días y que, quien lea estos apuntes advierra ia habilidad con la que el maestro Sánchez Cordero abordaba los problemas del contrato. La evolución de los contratos ha sido inevitable, la complcjidad de Las relaciones sociales ha obligado a ciiidar su regulación. Si bien esta obra son apuntes recopilados en épocas lejanas, sus ensefianzas escapan a la obsolescencia; no sólo por la actualidad de sus argumentos, sino también, por la urgencia de que el profesional del derecho domine los elementos dcl contrato antes de asesorar, representar o resolver un cayo concreto sometido a su consideración. La sencillez de estos textos permitirá al estudiante -y aun al profano- abordar las fuentes bibliográficas con el fin de buscar la actualización; sin embargo, el legado del maesno Sánchez Cordero será suficiente para lograr una bilena cercanía al Libro Cuarto del Código Civil. Ojalá q u e esta nueva entrega de los Apuntes de las clases impartidas por ilustres juristas del siglo XX, logre mantener vigente el pensamiento de nuestros predecesores en el cultivo de la literatiira juriiiica nacional. Ministro Mariano Azuela üüirrán l'rc.si<lr.nrc. ilr lri Strl~rcmrt Curte de hlsticia de la Narión y <lei Consejo de L a Judicatura Federal Prólogo I stas lineas pretenden ser un homenaje a la memoria de mi padre; pero como los lectores comprenderán, una hija no pue e sino ensalzar las virtudes y destacar los aciertos del hombre que le dio la vida y que, además, le formó e n la docencia y e n la práctica profesional, marcando definitivamente el rumbo de su propia existencia. Buscando la objetividad que requiere el cometido de escribir un prefacio al libro que en vida siempre quiso publicar mi padre, trataré de referirme a la importancia que me parece tiene el libro, sin descuidar la de su autor. Me excuso de entrada, si ese objetivo inicial no quedare colmado al concliiir este intento. Sé que los lectores de este libro sabrán ser benévolos con quien lo prologa. El maestro emérito Jorge Sánchez Cordero nació el 30 de agosto de 1914, al abrigo de una de las épocas más t~trbulentasy en este esfuerzo editorial, lo cual revela su amor no sólo por la noble rama del derecho que por tantos años ei~señó,sino por la cátedra misma: una segunda pasión. Ese amor por la enseñanza, requisito indispensable para quien quiere hacer de la educación de gelleraciones filturas una causa de vida, le llevó a ser siempre, c n esa faceta, como e n muchas otras de su vida, u n hombre entregado, un buscador iilsaciable de me,iorainiento intelectual, no sólo de su persona, sino, principalmente, de la de sus alumnos. Son famosos sus programas de ensenanza y aprendizaje extraordinarios, más conocidos como "maratones" académicos, que por su éxito y trascendencia aún se recuerdan con agrado y cariiio en quienes los vivieron. Ocupar el tiempo que tenia libre aun fuera del aula, en la formación académica y personal de sus alumnos, en la recolección de estas que él llamó "fichas resueltas de contratos", es una de las razones que hoy hacen que este libro vea la luz editorial, pues estos apuntes, como he dicho, son el fruto de esas jornadas de dedicación al estndio, de preparación de su cátedra, de su pasión por la enseñanza. Esas peculiaridades e n la didáctica utilizada e n la exposición de su cátedra, su inmenso amor por la Universidad y la vida académica, la puntualidad de su cátedra, la calidad de su exposición y, especialmente, la comprensión hacia sus alumnos, no sólo como tales, sino como seres humanos, entre otras virtudes, fueron consideradas para designarlo Maestro Emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México; y, en dos ocasiones, candidato a dirigir Ia Facultad de Derecho de esa misma irniversidad. 18 Oiga Sdnrhcr Cordero de Gercia Villegas Pero además del csfuerzo personal, que para mi seria motivo estos apuntes rescatan dos de las suficiente para su publicació~~, cualidades que mi padre siempre destacó para fundamentar ese amor por el derecho civil al que me he referido: la autoiiomia y el valor de la persona. Pues decia que el derecho civil es esa parte del ordenamiento que permite a la persona contar con protccci6n y defensa para la realización de sus fines dentro de la sociedad en la que vive. Miembro como era, del claustro de profesores de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, siempre gozó del respeto Y el cariño de sus pares y sus aliimnos, lo cual atribuyo, precisamente, a sentirse parte de ese cuerpo autónomo de seres pensantes, vanguardia del pensamiento nacional, que en ese entonces poblaba y sigue pobiarrdo la UNAM. Era tanto el cariño de sus alumnos y tantos los pupilos cosechados durante los años de docencia, que el homenaje que se le hizo por sus veinticinco años de vida académica fue de tal magnitud, por la enorme cantidad de alumnos y maesrros que asistieron a esa recepción, que fue necesario celebrarlo en el Auditorio Justo Sierra de la Facultad de Filosofia y Letras, uno de los más grandes de la UNAM. A este homenaje asistieron espontáneamente estudiantes y maestros que, en su mayoría, permanecieron en el exterior por falta de cupo suficiente; pero que, a pesar de ello, estaban atentos tanto a su mensaje como al del insigne Rector, Ingeniero Javier Barros Sierra, de tan grata memoria por su respeto y defensa de la autonomía universitaria en esos tiempos conwlsos, dc gran trascendencia social para el pais. Rescato la virtud de este libro para dar pie a la propuesta de revisar, y en consecuencia actualizar, nuestro derecho civil e11 el ámbito de lo moderno. Este libro responde a esa exigencia de reajuste que tiene el dereclio civil c n la actualidad para seguir conservando ese ideal de autoriomia -en su faceta de autonomía privada, de autonomía de la voluntad- frente a una tendencka que gana terreno en la acrualidad: la excesiva injerencia estatal en la orbita de actuación de las personas, en sentido positivo o negativo, para bien o para mal. Pero también el valor de la persona frente al excesivo auge de los valores económicos y patrimoniales. Como dice un destacado profesor espaiiol: el derecho civil "debe recoger la totalidad de los fines de la persona y agrupar debidamente jerarí~uizadaslas instituciones que las realicen." En esto me parece que va uno más de los méritos de publicar estos apuntes: rescatar la importancia de los fines de las personas mediante la revisitación de irna de las más importantes instituciones del derecho civil: el derecho de los contratos, la parte mas de la regulación de las operaciones personales de todos los individuos e n sociedad. Mirando n o únicamente el objeto del contrato, sino particularmente a los sujetos que 10 realizan, la parte fundamental, central de todo el sistema de derecho civil. Es una idea fundamental de las enseñanzas de mi padre, como padre y como maestro: mirar por sobre todo la persona. Y me permito la libertad de recurrir de nuevo a la anécdota personal. Él siempre tuvo u n don que durante toda su vida le caracterizó y que, en lo personal, he tratado siempre de emular: cuando alguna persona consultaba ya fuera al maestro o al Notario, él siempre lo recibía como la persona mas importante del mundo y le brindaba desinteresada asesoría y orientación profesional. Nunca escuché a nadie que a él hubiera acudido en lo profesional o lo personal que se fuera insatisfecho con su respuesta. Todas esas personas pudieron no encontrar, en muchos casos, una contundente respuesta; pero siempre encontraron a un hombre dispuesto a escuchar y a apoyar. Un hombre sensible y conscienre que llevó incluso al campo de la teoría esa perspectiva clue tenia del mundo. Su ítocrrina de los actos y los hechos jurídicos y las propuestas para fortalecer las normas de proteccion a la parte débil de las relaciones <thlipaci«nales,pero también el enfoque que contienen estos apuntes de contratos, son ejemplo ríe ello. La protección social de 10s más déhiles fue siempre una preocupacion no sólo de su ctite~tra,sino en suvida cotidiana. Recuerdo con claridad a muchos ile 5tis alumnos íte escasos recursos económicos que fueron I~ciicticiatlospoí él, pues cuando carecian de medios para adquirir sus libros de texto les financiaba sil adquisición con la única c<iniiici<inde obtener excelentes calificaciones. En otros casos, reiiierd<l,la ayuda se extendia m b alla de los libros y piiedo decir, sin temor a equivcjcarme que, gracias a su apoyo, muchos alumnos puíiieron continuar sus estudios universitarios. Nunca perdió de vista 1% importancia capital de la persona, finalidad de todo el derecho, ya no s610 el civil o el de los contratos, enseñanza de la que dejo c o n o constancia su obra. Con esto quiero terminar Jorge Sánchez Cordero fue un gran maestro, un excetente académico, u11 amante de la Universidad y un hombre fiel a su cátedra y a sus alumnos. Pero sobre todo fue irn padre de familia ejemplar, un marido excepcional y un guía inigualable. Su obra humana, reitero, perdura en sus hijos (los que tuvo con mi madre, pero también los académicos) egresados todos de nuesrra Alma Mater y todos deudos de la obra de mi padre, no sólo por lo que materialmente siempre nos dio; sino más que nada y ante todo, en lo personal, por la incomparable herencia que significa llevar su apellido y sus enseñanzas como ser humano. El dia 6 de marzo de 1986 desapareció mi padre en lo físico, y dejó un hueco enorme e insustituible en la vida académica; pero su memoria permanece en quienes hemos seguido sus ensefianzas y tomado su ejemplo, su dedicacióii y su amor inconmensurable a la Universidad Nacional Autónoma de México y a las instituciones nacionales. Este libro es un muy pequeño testimonio de ello y estas líneas 1111 homenaje como he dicho, a u n hombre extraordinario del que hoy se rescata una parte de su pensamiento. In melnoriam Olga Sánchez Cordero de Garcia Villegas Preámbulo 5B urante mi paso como estudiante por la Facultad de Derecho de la UNAM, parte importante del tiempo se empleaba en lograr apuntes y notas bien estructuradas para estudiar cada materia de la mejor manera posible. Sin embargo, el tiempo mientras trairscurrian las lecciones era siempre escaso y el alumno se encontraba antc la disyuntiva de prestar atención al profesor o emplear su esfuerzo para tomar notas intentando asemejarse a un estei~ógrafo.La elección de uno de estos caminos, es evidente, presentaba asperezas en el aprendizaje que sólo podían sortearse con la generosidad de algún esforzado docente que compartía sus noras con el estudiantado. Poner a disposición de los alumnos los apuntes de aquellos profesores que impartían cátedras en las que, por su tecnicismo, 24 Fernando Seridno Mipall6n se requería indefectiblemente la atención de tos asistentes a la lección era, y creo que sigue siendo, una herramienta dc suma utilidad en los esfuerzos didácticos que se llevan a cabo en las Universidades. Es por ello que los "Apuntes de Contratos tomados de la cktedra que imparte el Lic. Jorge Sánchez Cordero", se presentan como un instrumento de gran valia que, mas que buscar un desatrollo teórico absoluto, se ofrecen al alumno como un elemento de consulta que le permite adquirir los conceptos fundamentales en materia de contratos que se requieren en el estudi« 'te la ciencia jurídica. EII esre lihro, se hrindan al lector elementos esenciales expresttl<isct,rr cliiririad y sencillez. A través de razonamientos concretos L. i~icitscfarni., sc \tigran construir representaciones conceprua\es y 1113 niarcn tc¿>rici>qitc los altimnos que asisten a íos cursos de ~ , t l t l r r : i r <ctiionrrariin ~s como imprescindibles, pero que serán muy ittilcs ramhi+n para quienes deseen acercarse a la comprensión y ~.spiii;ir.i<~n de ias relacictnes conirac-~les y sus consecuencias itiridiinn. Lcrs aptinres Jr conrtatos tomados de la catedra d e Jorge &i~-rchez Cr>rcierí)enriquecen la obra de quien, a través de su rrabaj,~en las aulas, ha brindado su riempo y saber a un gran número de alumnos, Y reflejan conocimientos que son resultado de una lare trayectoria profesiona! en la que la experiencia y la dedicación ni> pueden pasar desapercibidas. La obra que el lector tiene en sus manos no pretende ser exhaustiva; a pesar de ello, La fluidez en las ideas y el rigor metodológico que han caracterizado las lecciones dc Jorge Sánchez Cordero, se proyectan en un csttidio sustancioso en materia de contratos. Es verdad que a lo largo del tiempo se ha escrito iin número considerable de páginas sobre cste tema; sin embargo, es raro enconttar textos en los que la claridad, la profuníiidad y la sencillez en las ideas se conjuguen. Estos apuntes son u n biien ejemplo de esta fórmula. Desde siempre, la materia contractual ha sido parte fundamental en las relaciones humanas. A quién no le viene en mente la importancia de un contrato ciiando piensa en los tres principios que Cicerún apuntaba denno de los "Prolegómenos" y que forman parte de 10s cimientos del derecho moderno: "es menester abste, nerse religiosamente del bien del otro ... se esta obligado a mantener lo prometido ... y se debe reparar el daño causado con culpa". En esta obra, Cicerón, desde hace más de dos mil años, deja clara la imp«rtancia que tienen los acuerdos de voluntades y su cumplimiento. Los contratos se han erigido, a lo largo de la historia, como parte fundamental de los instrumentos juridicos que logran hacer más fáciles las relaciones humanas. Conocer sus elementos, sir clasificación o las formalidades que deben cumplir, son aspectos torales en la convivencia social. Recordemos, por ejemplo, la problemktica que se presenta a partir del contrato que celebran Shylock y Antonio en "El Mercader de Venecia", o los múltiples contratos cuyo incumplimiento han determinado incluso intervenciones militares. Como vemos, es mucha la importancia de los contratos en nucstros días, y, sin embargo, pretender abarcar la compleja composición de la materia coiinactual en todas sus dimensiones Y resquicios en u11 libro dirigido a los estrtdiantcs de Dereclia constituiria, a 1x0 dudarlo, una osadía. Por ello, tiene mucho más sentido presentar, como se hace en los apuntes de Jorge Sánchez Cordero, los hilos conductores de esta disciplina, en ia confianza de que puedan servir de orientación para las reflexiones e inquietudes de cada lector. Michel Eyquem de Montaigne expresó en una frase que refleja el espíritu de la didáctica, que hay que educar el juicio del alumno más que llei~arsu cabeza de palabras. En este cometido, los apuntes de Jorge Sánchez Cordero pueden jugar un papel fundamental cuai~doel estudiante se acerca por primera vez a un curso de contratos. En ellos, el lector podrá encontrar u n panorama claro de los conceptos fundamentales de la materia, del análisis de sus elementos, de sil clasificación y de diversas figuras contractiiales, pero, sobre todo, una valiosa visión de conjunto sobre los contratos en el orden jurídico mexicano. Al referirse a tratadistas dela talla de Planiol, üiorgi, Filomusi o Demogue, Jorge S6nchez Cordero nos demuestra que el lenguaje claro y accesible puede conjugarse perfectamente con el estudio de las ideas de aquellos tratadistas que han dejado huella en el campo del Derecho Civil. Además, la mirada del profesionista es una característica que no puede escapar a quien se acerque a estos apuntes. Al tratarse los distintos contratos qire forman parte de los cursos en materia civil que se imparten a nivel licenciatura, Jorge Sánchez Cordero deja entrever matices que podrían escapar a quien no ha visto complementado su trabajo académico con la práctica profesional. Este hinomio -que ha sido constante en la cátedra de de Jorge Sáilchez Cordero- ahora se vc reflejado en estos apuntes cuya lectura, sin lugar a dudas, se convertirá en un ejercicio gratificante para quienes deseen aderitrarse en el vasto y complejo mundo de las relaciones contractuales. Fernando Serruno Migullón Prefacio "... supiico le reciba agindehlemente en 5 % proieccibn, pava que n iii sonibra, aunque desnudo de aquel precio30 o7na. mento de ciegawia y erudicibn de que suekn anddr vestidm iar obras que se comporten en lar casas de los hombres que saben, ose @mecerregirramente en ei juicio de aigunos que, no conterii6ndore en bs ifmites de le ignorancia, sxekn condenar con más rigor y menor justicia los trabajos ajenos, que, poniendo los ojos la pnrdencia de Vuectva &&ckn~-ia en ini bien dereo, fio no <lerdciurrd la cortedad de ton humilde servicio." Miguel de Ceivantes Saavcdrii (Al presentar su obra Don Quijoie de la Manclia) de este Prefacio, podría inducir al lector a tina de inicio por lo que reqt~icrede una precisión. En efecto, no es producto del azar que el autor del libro y del Prefacio porten el mismo apellido y nombre propio. Dado que es iiri libro de derecho a manera de explicación, la circunlocución jurídica adcciiada pareciera ser la de parentesco ascendente en línea recta en primer grado; mi sentimiento filial sin embargo se inclina por evitar csta perifrase y sustituirla por una frase coloquial más cálida, que es simple y es llana: es mi padre. Para escribir este Prefacio debo admitir que hubo que superar una sensación mixta, convergencia de diversos sentimientos: veneración, respeto, amor filial, nostalgia, entre otros muchos. Pero escribirlo igualmente significó un desafio y un privilegio; un desafío porque es prácticamente imposible permanecer imparcial c n Los jrticios vertidos ante una miriada de notas distintivas que gravitaron en torno a nuestra relación, lo que cs absoluramcnte excepcional: somos padre e hijo, maestro y discípulo, compartimos la misma profesión de abogado y notario y las mismas inquietudes intelectuales: el derecho de las obligaciones y de tos contratos civiles. Pero es a no dudarlo u n privilegio, ya que entre 10s muchos alumnos que el Maestro Sánchez Cordero tuvo, fui desig nado para escribir el Prefacio de este libro póstumo, que tanto anheló escribir en vida su autor. El Maestro Sánchez Cordero pertenece a la generación que nace en 19 14 en len no movimiento armado de 1910. A esta gene- ración le tocó iniciar el penoso proceso de reconstrucción de SUS insriruciones que fue enormemente complejo. En este rehacer constante de nuestra legislación, y la relativa al derecho civil no fue la excepción, el siglo XX mexicano inició la ruptura con el Ancien Régime. En pleno movimiento armado, Venustiano Carranza promulga, eri 1918, la Ley sobre Relaciones Familiares. A este ordenamiento siguió la promulgación por el Ejecutivo Federal del Código Civil para el Distrito y Territorios Federales en uso de las facultades extraordinarias que le habian sido conferidas. Fue a la primera generación de juristas de la época posrevolucionaria a la que le correspondió diseñar este marco de legalidad. Et Código de 1928, como bien lo expresó en su momento el jurista español Gastkn Tobeiias, participa de las contradicciones propias de todo n~ovimientosocial; en él cocxisten mecanismos dc contenido social, vanguardistas para su época, como lo es el abuso del derecho junto con el derecho libérrimo de testar. La incipiente literatura mexicana de fines del siglo XIX se vio súbitiimente interrumpida por el movimiento armado de 1910. La generación de juristas civilistas ilustres como Francisco de Paula Ruanova, Eiigenio de Tapia, Rafael Roa Bárcenas, Esteban Calva, Isidro Montiel y Driarte, Manuel Mateos Alarcón, Agustín Verdugo, Miguel S. Macedo, Silvestre Moreno Cora y Ricardo Couto, entre otros, que se habian esmerado por crear una cultura jurídica, tuvo una solrición de continuidad. Salvo algunas contadas excepciones, corno Eduardo Pallares y Ricardo Rodriguez, existe un espacio muy claro entre esa generación y la que le sucedió. No fue sino hasta la década de los 20 cuando nuevamente surge una generación de abogados egresados de la antigua Escuela Nacional de Jurisprudencia que retoman el hilo conductor de la enseñanza del derecho y percihen la necesidad correlativa de proveer a los estudiantes de libros de texto. Así se reinicia la literatura juridica mexicana e n el siglo XX. A esta generación pertenece Francisco H. Ruiz, redactor degran parte del Código Civil de 1928 y posteriormente Ministro Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Máximo H. Diaz, Fernando Siliceo Camacho, Ángel Caso, José Gomis, Luis Munoz, Rafael Kojina Villegas, Francisco Moncada, Vicente Espinosa, Víctor Josk Martinez, José Diego Fernández, Manuel Gual Vidal, Cossío y Cossio, Ledezma y Manuel Borja Soriano. Manuel Borja Soriano escribe su libro sobre Teoría general de lar obligaciones; el gran mérito de este libro fue actualizar al foro mexicano del pensamiento jtiridico de la epoca y ese propósito se cumpli6 en toda so plenirud. La barrera del idioma y La diferencia de culriira hacia que 10s juristas larinoamericai~osconocieran, y los rnexican<~s con ellos, a rrav&sde fuentes indirectas. El accesu il los lihros jrrridicos extranjeros era también otro factor imporiante. E.hrnh, i~onsi~lcriii.i(ines hicieron que el lihro de Borja Soriano fuera tspc~~i~*lmentc valiosa. Esre es el entorno en el que se forma el estu. \ti.itirc Jurpc Siitichez C(irrierti. EI Macsrro Sánchez Cordero percibió, al igual que la gener.iiar;\i tgitc clid ic p r c i ~ d i i ila~ nccesidati d e procurar la docencia y a i~~itil~rrimetiii srcs mejores tiempos. Con ello asegur<i, c»m<l nltct.i~<w otr<v 117 hiiivrtln. el tránsito d e la culrum juridic;~en cl O c r t ~ i i ~civil. s ~ I>c ello rcsr~itniin hecho incnntr«verrihle: ta erise- H.tn:,i d ~ ~1l v r c ~ hJCt ? liis td4i~acionesy d e contratos civiles etr ia ~cgirr,ii,tttiitad iicl siglo X X en México, nn puede ser enrenctida :i z;il';ili\lad sin rl anA!isis d e las idea$ det Maestro Sanchez Cordero. En efccre, el Maerrnr Sanchez Cordero se signific6 por ser ui-i pre- ceptor que mar& su presencia en la antigua Escuela Nacional d e jtr~ispntdencia,que preriormente dwino en la Facultad d e Derecho d e !a Univenidad Nacional Aur6nome d e Mwxico. cibn d e sus apuntes en forma esten-&CB La publica- era una practica escojar recurrente en la época y u11 complemento natural a los libros de texto. De esta experiencia acumulada surgen estos apuntes que toman ahora la forma de libro. El Comité de Publicaciones y Promoción Educativa de la 1-1. Suprema Corte de Justicia de la Nación, tuvo la atingencia de publicar estos apuntes de contratos que constituyen un documento muy importante desde diferentes perspectivas: lo es porque deja un testimonio de la forma en cómo se enseñaba el derecho en la segunda mitad del siglo XX,máxime si se coitsidera que el Maestro Sinchez Cordero tuvo una gran influencia en la ensenanza de su epoca; lo es porque refleja las ideas jurídicas que se debatían y la manera como se exponían en el pensamiento jurídico; lo es porque así se generaba la cirltura jurídica en México de la que mi generación abrevó y, lo es, finalmente, porque contiene reflexiones sobre la aplicación del derecho de la época en el quehacer notarial cotidiano. Quisiera compartir con ustedes algunas reflexiones que pudieran enriquecer este libro en relación al derecho de las obligaciones y de contratos, ambas vinculadas estrechamente entre si e impartidas por Jorge Sánchez Cordero durante su paso por la Faculraci de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México. El Maestro Sáncbez Cordero sostenía que el derecho civil era el más "refinado", el mas "elaborado" de los derechos, ya que representaba la misma esencia de una sociedad. El régimen civil, decía, es la normatividad de las relaciones entre los hombres; es la expresión más intima de una sociedad. Es el derecho civil el que regula las relaciones profundas y esenciales de una sociedad; al derecho civil le concierne no sólo lo relativo a la normatividad del poder (organización política y económica), sino además le atañe ia organización normativa de los grandes momentos de la vida del hombre: el nacimiento a través de la filiación, la unión de los sexos mediante el matrimonio, la muerte que domina el ámbito del derecho de sucesiones, la orgai~izaciónde las relaciones económicas entre los hombres, que es el ámbito material de validez del derecho de las obligaciones y de los contratos y los modos de apropiación de la riqueza, que es propio del derecho de los bienes. El Maestro Sánchez Cordero sostenía que el derecho civil está dominado por la duración, por una evolución lenta y profunda; esro permite afirmar, según decía, que una reforma legal no ha sido verdaderamente asimilada hasta que el derecho civil la haya inregrado. La legislación civil, conduia elMaestro Sánchez cordero, es el resultado de un esfuerzo social que aspira a alcanzar un objetivo común; es la expresión cultural de una sociedad que refleja sus necesidades y los objetivos que se propone. La relación entre la teoría general de las obligaciones y de los contratos especiales, fue motivo de una gran inquietud del Maestro Sánchez Cordero. Percibía con claridad la expansión de los contratos especiales. Existia y existe una multiplicación de contratos especiales y una reducción correspondiente del derecho de las obligaciones. El derecho de los contratos, sostenía, ha entraclo en una crisis y en u n cambio lento correlativo. A inicios del siglo XX, cuando se promulga el Código Civil de 1928, las relaciones jurídicas, tanto políticas como económicas, provenían del contrato y en especial de la volirntad autónoma de los iodividitos. En la epoca la autonomía de la volunrad n o es ya una noción filosóficamente admitida. Las referencias a la voli~ntadtácita reconocen una evolución regresiva. La voluntad del Estado interviene cada vez con mayor frecuencia en las relaciones contractuales, ya sea a través de la ley o de la judicatura. De tal suerte que empieza a hacer fortuna la frase: "es la ley la que libera y la voluntad la que oprime". El dirigismo contractual se esta imponiendo en las relaciones contractuales, en detrimento de la libertad contractual; el espíritu colectivo prevalece sobre el individualism«, como el formalismo sobre el consensualismo, la inestabilidad contemporiilea al privilegiar la inquietud de la justicia sobre la seguriciad. El derecho de los contratos, afirmaba el Maestro Sánclicz Covdero, está sujeto a una evolución lenta y e s a sujeto a u n pro, ceso de diversificación, tanto en sus fuentes, en sil objeto, como en su tenor. Las fuentes contractuales tienden a tina gran diversidad: los Cndigos Civiles y de Comercio, las leyes especiales, y desde luego por la práctica contractual, bancaria y del comercio internacional. Durante un pcriodo Largo de tiempo la fuente esencial del derecho de los contratos era La teoría general de las obligaciones; en la actualidad es la de los contratos cspeciales. Las 36 Jorge A. Sáncher Coidcin Ddvila fuentes delos contratos hanvariado tambikn en cuanto a su tiempo. Las bases de los contratos especiales se encontraban en el derecho romano y el derecho canónico medieval. En la actualidad es la prácrica comercial y la legislación protectora del consumidor las que se han preconstituido conlo las fuentes importantes de los contratos especiales. En cuanto a su objeto, el derecho de los contratos ha devenido también heterogéneo. Resulta extremadamente difícil reglamentar bajo las mismas bases los contratos de detallistas proa pios del consumidor, a los que se celebran entre grandes corporaciones, que se caracterizan por su complejidad. El derecho de los contratos se ha caracterizado en la actualidad por una proteccióil a sectores sociales que agrupa en diferentes categorias, como los son verbi gratia los consumidores, los arrendatarios, eritre otros. Existe una legislacióil expansiva perfectamente reconocible en este imbito. Para el Maestro Sanchez Cordero era motivo de una iilquietud inrelecrual la oposición creciente entre la teoria general de las obligaciones y el derecho especial de los contratos, ya que Iiay reglas propias de la teoria general de las obligaciones que no son aplicables a todos los contratos y por tanto estos últimos no forman parte de la teoria general. Esto en alguna forma confronta la idea misma de la teoria de las obligaciones. Conforme a la tradición, el derecho de las obligaciones debe ser entendido como general ya que comprende en su ámbito material de validez al conjunto del derecho de las obligaciones: sus fuentes y los regímenes independientes de sus fuentes. Es también general ya que estudia los meca, nismos generales y no sus aplicaciones particulares. Es en esa forma corno el derecho de las obligaciones estudia la teoría general del contrato y no el estudio de las diferentes variedades de los contratos especiales. Finalmerite estudia la garantía general del deudor a la que tiene derecho rodo acreedor, pero exclrrye las garantias especificas. El Maestro Sánchez Cordero recalcaba en forma constante la importancia del derecho dc las obligaciones: su aprendiz;ije cs indispensable para todo abogado. Tiene un carácter abstracto ya que desarrolla las reglas comunes al conjunto de los contratos; y explica nociones fundamentales que el Maestro Sánchez Cordero acostumbraba siempre llevarlas a su aplicación práctica. Estas eran reflexiones, entre otras muchas, que el Maestro Sánchez Cordero solía hacer en sus dos cátedras, iilcluso en los pasillos de la Facultad de Derecho, fiel a su costumiire, rodeado siempre de estudiai~tes. Estas lineas no tienen otra pretensión que ser una modesta introdiicción a un libro póstunio de un ilustre jurista mexicano, que ofreció su vida a la ensefianza, sin esperar más retribución quc la formación ile abogados mexicanos iitiles para su sociedad. En el recuerdo podemos distinguir todavia su silueta, antes de fallecer, con la frente e n alto, la mano tendida y con voz firme expresar: iCumpli con la vida! Jorge A. Sánchez Cordero Dávila Introducción " M n e ~ n o sron quienes se apresuran n dar sin rrseWB el buen consejo, el secreto recóndito, cuya conqxirta acaso hc castodo dolar y esfuerzo". José Vasconcelos. algo que enorgulleció al i~otarioJorge Sánchez Cordero, fue la docencia y haber tenido el privilegio de ser designado "Maestro Emérito". No tengo la menor duda en señalar, que si bien fue notario connotado, padre de familia y esposo, su vida giraba en torno a la Universidad Nacional Aut6noma de México, su alma mater y, en concreto a ese binomio profesoralumno, que tanto amalgamó. El licenciado Sánchez Cordero encontró su lugar en el cosmos y fue como maestro de la Facultad de Derecho. Por ello, es para mi un honor y un privilegio, introducir los "apuntes de contratos" de la cátedra que impartió a nivel licenciatura. No puedo evitar compartir el sentimiento del maestro cuando impartía sus clases, en su rostro se reflejaba ese cobijo puro, delicado y suave, que únicamente los pétalos de rosa y las caricias de una madre pueden dar. Y si, don Jorge se sentía arropado por sus alumnos, a quienes el a su vez extendía sus brazos sin distingo de raza, color, sexo o, condicion social alguno. Se entregaba a la docencia incondicionalmente, le dio no s61o sus conocimienros, sin<,tambien su esencia, sin saber en un principio que recibiría de etln mucho miis de io que james se pudo imaginar: el carifio y reton<icimiento de sus alumnos que se reflejaba en lo concurrido de n~~uelfawaulas en las que se presentaba rodos los dias puntualmente a Iss 7:00 ife In maitana. Por clli>,n<res cxtraíio que fuera profesor por mis de 40 afic~s en formii inirtterrtinii~itta.Onicamente su silenciosa enfermeda~i turniinai cn ti>*irltimos días de wi vida pudo separarlo de sus clases, ristlic tniis. AI esrimado Iccrrir. te pidc~que tome en cuenta al m«mento 'Ir ilitrfr Icctrtra a =ras notas, que forman parte de la serie denoriiirin~laAp~tntísI ~ L -fns clases impnrridas por ilustres juristus del siglo Sf; qtic l)i~hiirnr~ con el niimero 4 la honorable Suprema Corte Jc Jr~stizia de la Naciih, h i s aspectos, el primero, que datan por 111s<rrdenamientosjitridicos que se citan, asi como por su contenido y derecho comparado. de principios de la drcada de los cincuentas. Esto s i ~ i f i c aque para esc entonces, no existía, como ahora, el acceso a la informaci6n de bibliotecas virtuales, derecho com- parado vía interner y de preceptos de leyes al alcance de un 'click" en Ia referida red de interne*, por eso habrd de considerase et momento histórico en qiie fueron impartidas las clases, pero sobre todo realizados los apuntes. El hecho d e que eti ellos se citen disposiciones vigentes y se tncncione e1 derecho comparado especialmente europeo, en concreto francés, espafiol, suizo y alemán (en algunos casos también el argentino), in~plicaun gran esfuerzo de investigación, porque para principios de la década de los SO'S, época dc posguerra llcna incertidumbre y en la que muchos paises del referido continente sufrieron antes, durante y con posterioridad a la concliisión en 1945 de la Segunda Guerra Mundial, lamentables saldos negativos y carencias materiales de las citales no cstuvo exenta la academia. De alli el mérito del maestro, de adquirir obras pese a las dificulrades para ello, e n pzarticular de derecho civil francés. Al ser positivista -que además era lo que imperaba en sus primeros años como docente, toda vez que lo referente a la argumentación jurídica y nueva retórica con autores como Chaim Perelinai~,Recasens Siches, Toulmiii, Maccormick y, posteriormente con Theodor Viehweg y Robert Alexy, apenas estaba resurgiendo-, le gustaba tomar e n cuenta n o sólo el Cddigo Napoleónico de 1804, representante máximo de expresiones del positivismo jurídico, sino también obras doctrinarias de dicho país. Para encontrar sus obras, el maestro Sánchez Cordero no tenia imposibtes, las buscaba hasta conseguirlas. Afortunadamente la tecnologia actual y el fácil acceso a la información con que hoy se cuenta, ha acercado a Los estudiantes al objeto de investigación y a la información en el momento en que está surgiendo, facilitando asimismo a los docentes al rnaterial que sus colegas estudiosos del derecho han escrito. El segundo aspecto, que amablemente solicito se tome en cuenta al momento de dar lectura a estos apuntes, es que fueron dirigidos por el maestro al nivel licenciatnra, por ello, se apreciará que se realizaron en forma sintética, de hecho, corresponden a lo que el maestro llamaba "fichas", que en este trabajo impreso se denominarán "temas", de manera que, se encontrarán conceptos y definiciones sencillas, básicas y de fácil comprensión en relación con los tipos de contratos, sus características, sus condiciones de existencia, requisitos de validez y nulidades, así como algunos ejemplos. Preciso que, el hecho de lzaberse formulado conceptos medulares y esenciales, no les resta importancia ni tampoco profundidad, ai contrario, quien lo dificil lo hace parecer fácil, tiene dohle meriro, primero, desdoblando lo complejo, y segundo, explic6ndolo en forma sencilla. He de manifestar, que a efecto de que se tenga la referencia normativa en los diversos contratos, hemos trabajado en equipo el licenciado Heriberto Pérez Reyes y tina servidora para verificar los contenidos de los preceptos y la doctrina citada en las fichas (en los temas), por tanto, se han puesto entre paréntesis la referencia al articulo o preceptos at que corresponde la definicion. En algunas ocasioiies, el maestro los citaba, pero para homologar e! texto, se han hecho la correspondiente referencia en todos los casos. Salvo esas escasas niodificaciones; algunas notas a pie de página en relación con ordenamientos juridicos ya abrogados como son entre otros, la Ley General del Timbre, el Código Agrario y la Ley cie Hacienda, a los que se hace mención en los apuntes y; la revisión del texto de los articulas del Código Civil, se dejaron intocados los contenidos de las fichas del maestro. Por otro lado, es pertinente precisar, que al momento de redactarse los apuntes, estaba vigente el Código Civil para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la Repiiblica en Materia Federal, publicado en la Sección Tercera del Diario Oficial de la Federación de 26 de mayo; 14 de julio; 3 y 31 de agosto, todos de 1928, pues la legislación correspondiente al Distrito Federal era discutida y aprobada por el Congreso de la Unión, de alli que al hacerse alusión en cl texto de estos apuntes al Código Civil, es al primero de los referidos, que por reforma publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Federal de 30 de mayo de 2000, que entró en vigor a los 9 dias de sil publicación, se denominó Código Civil para el Distrito Federal, cuyas disposiciones rigen en el Distrito Federal. El Código Civil Federal con aplicación en toda la República en asuntos de dicho orden, quedó vigente con la nueva denominación de Código Civil Federal. En algunas escasas ocasiones, a efecto de no hacer repeticiones innecesarias y toda vez clue se entiende al ordenamiento legal al que se hace referencia, sólo se cita entre paréntesis el articulo correspondiente, sin seguirle los vocablos "Código Civil", ello significa que corresponde a este ordenamiento legal. 44 Paula Mane ünicia Viilegm Sdncher Cordero Solo me rcsra señalar, q u e espero que el lector disfrute tanto como una servidora estos apuntes que invocan en cada párrafo la memoria de mi abuelo, en este su XX aniversario luctuoso. Descanse en pirz. Paula Mariu Garcia Villegas Sáncher Cordero n el Código Civil se distingirc entre convenio y contrato, siendo el primero el género y el segundo la especie. Definición Contrato es una especie dentro de los convenios. Convenio es el concurso de dos o mks voluntades con relación a u n objeto con el fin de producir efectos jurídicos, mismos que ser: a ) crear; b) modificar; C)transferir, o d) extinguir obligaciones (articulo 1792 Jel Cddigo Civil). El contrato es una especie del convenio, consistente en el acuercio de voluntades que tiene por objeto crear o transferir obligaciones (articulo 1793 del Código Civil). Por su parte, el convenict en estricto senru, es el acuerdo de voluntades que tiene por objeto mociificar o extinguir obligaciones- Elementos de existencia del contrato: consentimiento y objeto Los elementos de existencia para la formación de los contratos son el consentimiento y el objeto (articulo 1794 del Código Civil). El consentimiento. ES el acuerdo de voluntades de las partes contratantes; es el acto volitivo que coincidiendo a l objeto crea la obligación. El consentimietito queda perfeccionado al concurrir las voluntades a un fin; se puede manifestar en. forma expresa o tácita; sin embargo, en ocasiones la ley exige determinada forma de expresión. Para que el consentimiento sea válido se requiere que se dé por persona capaz, libre de vicios y en la forma que la ley exige. La falta del conscntimiento determina la inexistencia del contrato. Por su parte, el objeto en los contratos, consiste en crear o transferir, obligaciones y derechos. El Código Civil lo confunde con el objeto de la obligación, que es la cosa que el obligado debe dar o el heclio qiic debe hacer o no hacer, cuestión que constituye cl objeto indirecto en los contratos (articulo 1824). Objeto. El objeto indirecto debe tener las siguientes características: cuando es cosa, debe ser físicamente posible, es decir, que esté en el comercio y ser determinado o determinable. Si es un hecho, debe ser físicamente posible, siendo necesario precisar que no lo es, cuando una ley natural impide su realización y asimismo, debe ser juridicamente posible y no lo será, cuando la norma que lo rige constituye un obstáculo para sil realización. Además, ia norma debe ser u n hecho personal del obligado y ser licito, es decir, n o prohibido. La ilicitud del acto determina su nulidad, en cambio, la imposibilidad jurídica determina su inexistericia, como es el caso de querer transmitir la propiedad por medio de itn contrato de arrcndamiento. La falta de objeto determina la inexistencia del contrato. Requisitos de validez Enumeración y explicación de los mismos y efectos juridicos de cada uno. Los requisitos de validez en los contratos son: 1. Que la voluntad se otorgue por persona capaz. 2. Que la expresión de voluntad no tenga vicios; es decir, libre v cierta. 3. Que la voluntad se exprese de acuerdo con las formas legales. 4. Que el acto tenga un fin, motivo u objeto licito. 1. En retacihn con la capacidad, ~ u e d eser de goce o de ejercicio. La primera es La aptitud del sujeto para poder ser titular de derechos y obligaciones, su falta produce ia i~lexistenciadel acto; In segunda, es decir, In capacidad del ejercicio es la aptitud para liitccr vnler derechos y ohligaciones, su falta determina la nulidad rr.iiiriva del aC1O. AS[, para contratar la persona tiene que tener la capncidad de ejercicio. El articulo 1198 del Código Civil seña- l : ~i\uc son h.ihiles para contratar todas las personas no exceptirodas por Ia ley. L. I'ara explicar el sepindo reqtiisito, habrá que hacerlo a connat+o sziisu, t.$ decir, sehalar cuales son los vicios del consentimiento. Estos son: error, violencia, doko y Lesión. EI error es la falsa concepción de algo, es la opinión subjetiva contraria a la realidad. Si recae sobre tino de los elementos esenciales del conerato, es inexistenre, es el caso del error obstitculo (cuando recae sobre la nrrumleza del obstácuto o sobre la identidad a) de la cosa); si sólo recae sobre la sustancia, la persona o el fin determinante de la voluntad, el acto es anulable retativamente, y si recae sobre la cualidad secundaria, el error es indiferente y no anula el contrato. b) La violencia es el empleo de amenazas o fuerza física que importen peligro de perder la vida, la honra, la salud, la libertad o parte considerable de los bienes del contratante, de su cónyuge, ascendientes, descendientes o colaterales hasta el segundo grado. (articulo 1819 del Código Civil). Tanto la violencia física como la moral, determinan la nulidad relativa del acto, ya provenga de una de las partes o de u n tercero. c) El dolo es el conjunto de maquinaciones o artificios que inducen a error o mantienen en él; determina la nulidad relativa del contrato (articulo 1815 del Código Civil). d) La lesión es la desigualdad entre la prestación y la contraprestación; determina también la nulidad relativa del acto (articulo 17 del Código Civil). 3. La forma es la manifestaci¿m exterior de la voluntad de las partes contratantes, la manera de manifestar el consentimiento debe ser en la forma establecida por la ley. La forma de expresar la voluntad puede ser tácita o expresa. Generalmente basta para la perfección de su manifestación que la expresión sea tácita; sin embargo, sólo por excepción se pide sea expresa. La falta de forma determina la nulidad relativa del acto (arriculo 1832 a 1834 del Código Civil). 4. En relación con el cuarto requisito consistente en la licitud en el objeto, fin o motivo, se señala que, éstos son la causa determinante de la voluntad, y sólo se toman en cuenta cuando el objeto es licito y, cuando la causa no es lícita, el acto es nulo, ya sea en forma absoluta o relativa, según lo disponga la ley. Asimismo es ilícito cuando es contrario a las Leyes de orden público o a las buenas costumbres. La causa iticita oculta que haya tenido u n o cie los contratantes no invalida el acto. Como ejemplo se cita el caso cte la compra de un arma de fuego con el objeto de privar de la vida a otro, sin expresar el motivo que determina la compra, por tanro, la venta es válida (articulas 1824 al 1831 del Código Civil). Clasificación de los contratos A pcbar de ser muchas las clasificaciones quc pueden formularse, las pri~ci~>dlesss«n: 1. Unilaterales y bilaterales, 2. A titulo gratuito y a titulo oneroso. 3 . Conmutativos y aíeatorios, 4. Consensuales, reales y formales, 5. Puros y sujetos a modalidades, 6. Principales y accesorios, 7. Instantineos y 8. de tracto sucesivo. 1. Los untlateraks son aquellos que solamente engendmn o M t gaciones respecto de uno de los contratantes; es decir, en los que una vez perfeccionados los contratos no hay más que un obligado (articulo 1835), como sucede en el caso del rnutuo, en el que el acreedor no tiene obligación alguna. Asimismo, pueden ocasionalmente producirse obligaciones para la otra parte, como seria en el caso de los gastos que el depositario tiene que hacer para la conservación de la cosa y que debe pagarle el acreedor; en este supuesto, se está en presencia de los contratos sinalagináticos imperfectos o unilaterales imperfectos. Los bilaterales o sinalagmáricos perfectos, son aquellos que engendran obligaciones para todas las partes contratantes (articulo 1836 del Código Civil), como es el caso de la compraventa o el arrendamieilto. 2. Los contratos gratuitos son aquellos en que el provecho es solamente de una de las partes (arriculo 1837); se subdividen en contratos gratuitos que propiamente son la donación y contratos iiesiilteresados. Los primeros son aquellos en los que el obligado sufre un menoscabo en su patrimonio en beneficio del acreedor, como seria el supuesto de la donación. Los segundos, son aquellos en los que el patrimonio del acreedor no sufre perjuicio, como sucecie con el mutuo sin interés. El articulo 1838 del Código Civil señala que el contrato oneroso es aquel en que se estipulan provechos y gravá~nenesrecíprocos. Asi, los contratos onerosos son aquellos en los que las partes persiguen utilidad en el negocio, como acaece con el arrendamiento o en la compraventa. 3. Los contratos conmutativos son aquellos en los que el valor de las prestaciones esta fijado desde que se celebra el contrato, advirtiendo las partes las ventajas que cada una obtendrá y 10s sacrificios que aceptará en compensación. Los contrazos aleatorios son aquellos en los que la prestación (o las prestaciones) debidas por uno de los contratantes no puede ser valorada previamente, porque su evaluación depende de un acontecimiento incierto que hace que no pueda determinarse cuál de las partes ganará o perderá con el contrato, sino que será hasta que el acontecimiento se realice (artículo 1838 del Código Civil) como acaece con la renta vitalicia, en la que el valor de las presta~<onesdependerá de la longevidad d d rentista, o como el juego y apuesta, en los que no se sabe quién perderá o quién ganará. 4, Los consensuales son los quc se perfeccionan con el solo conc sentimiento, no se requiere ninguna forma especial. En los contraros reales no basta solo el consentimiento, sino que se requiere para su validez la entrega física de Ea cosa, como ejemplo seria la prenda y el depósito. En los contratos formales se exige que el consentimiento se exprese con las íormalidades establecidas en la ley, como sucede con la hipoteca. Es necesario distinguir que cuando se indica que el contrato es consensual en oposición al real, qniere decir que no se requiere la entrega de la cosa para que se constituya el contrato y cuando se indica que el contrato es consensual en oposición a formal, es porque el mismo existe por la simple manifestaciónverbal del consentimiento, sin que se requiera forma escrita. 5. Los contratos puros son aquellos que para producir sus efectos, basta que los mismos se hayan perfeccionado, sin limitación a circunstancia accidental alguna. Los contratos sujetos a modalidades, son aquellos cuya eficacia se subordina a ciertas modalidades como las de término, que son ya sea u n acontecimieilto futiiro de realización cierta, que puede ser suspei~siva,o uno futuro de realización incierta, que también suspcnde el nacimiento de la obligación o la extingue, según se trate de una condición suspensiva o resolutoria; las de modo, como condición accesoria agregada a un acto de disposición y por la cizal se obliga al adquiriente a realizar una prestación a favor del disponente o de u n tercero, o a emplear el todo o parte de los objetos por percibir, en determinada finalidad. 6. Los principales son los que existen por si mismos y tienen un fin propio, como el arrendamiento o la compraventa. En cambio, los accesorios o de garantía son los que se encuentran subordinados o dependen de uno principal. Estos se constituyen para garantizar el cumplimiento de una obligación principal, como la fianza. 7 . Los instantáneos son aquellos cn los que la prestación se agota en un sólo acto, como siicede con la compraventa al contado. 8. Fiilalmente los contratos de tracto sucesivo son los que imponen al deudor una serie de actos de ejecución reiterada, durante cierto tiempo, como es cl caso de la compraventa en abonos. Clasificación de Pianiol, Giorgi, Widscheid y Filomusi Las clasificaciones de estos autores están realizadas solo para ordenar la forma de estudiar los diferentes contratos civiles, de aqui que existan tantas clasificaciones segiin el punto de vista en que se colocan para hacerla. De la multiylicidact de clasificaciones que sobre este tema existen, solo se analizarán las dc los autores citados, por ser ellos los que han influido en el Código Civil mexicano. Planiol. Para formular su ciasificación, atiende a la naturaleza det objeto del contrato. Para ello, hace referencia a tres grupos en que se pueden incluir todos los contratos: 1. Los que tienen por objeto cosas; aqui se comprenden los que pueden transmitir ta propiedad, como la donacibn, la compraventa o la permuta. También pueden conceder solamente su uso, como el coinodato o el arrendamiento. 2.Los que tienen por objeta la prestación de un servicio, que pueden ser gratuitos, corno el mandato, u onerosos como el depósito. 3. Loa que tienen por objeto la transmisión de dereciios u obligaciones, como es el caso de la cesión de derechos; en función de una prenda, cuando la prenda recae sobre un derecho; o cn la cesión de deudas. Giorgi. Atiende al propósito o finalidad que persiguen las partes al celebrar el conttato. Los clasifica en cinco grupos: 1. Traslativos d e dominio de cosas o dcreclios: sea esa transmisión onerosa, como la compraventa, o gratuita, como la donación. 2. Los qire transfieren el uso o goce de la cosa, coino cl coinodato o el arrendamiento. 3. Los que tienden a un facere, es dccir, obligaciones de hacer especificas o generales, como el arrcndamiento, ya que no sólo consiste en transferir el uso o goce, sino también en realizar los actos que hagan posible que el arrendatario pueda usar o gozar de la cosa arrendada. 4 Contratos con finalidades comunes, en los que los contratantes persiguen u n fin de naturaleza comíin, como el de sociedad o el de asociación, en el cual el intcrcs perseguido no es opuesto sino común. 5. Contratos de garantia, que aseguran el cumplimiento de una obligación principal como la fianza, la hipoteca, la prenda y la anticresis (contrato de garantia en el quc u n inmueble, además de asegurar el cumplimiento de una obligación principal, se le da uso durante el tiempo que dure la obligación principal). 6. Contratos cuya finalidad es fijar con certeza el alcance de determinados derechos controvertidos o que pudieran controvertirse como seria el caso de la transacción. Windscheid. Para elaborar su clasificacidn tambikn atiende al resultado de los contratos o finalidad. Formula cuatro grupos: 1. Los que tienen por objeto un cambio en el senrido amplio de la palabra, ya sea de la propiedad, del uso, del servicio, etcétera, como la compraventa, la permuta, el arrendamiento o entre otros el mutuo. 2. Los que tienen como finalidad la restitilción de una cosa, como el depósito o la prenda. 3. Los que tienen por objeto la terminación de una contro. versia juridica (compromiso en árbitros) o la comprobación juridica de los derechos (la transacción). 4. Ef grupo inrcgrado por todos aquellos contratos que no son de cambio, de restimción o de comprobación jurídica, como la donación, la sociedad y el mandato. Filomusi. Atiende al contenido filosófico jurídico dc los contratos, los agrupa en dos vertientes: 1. Contratos principales, que se producen y existen por sí solos y, 2. Coiirratos accesorios, los qile sólo surgen en virtud de otros contratos u otras obligaciones principales, como la prenda, la fianza o la liipoteca. Los principales se subdividen a su vez en: a) principales gratuitos; pueden ser: 1 ) de transmisión de dominio, corno la donación, 2) de transmisión de uso o goce, como el comodato, o 3) de prestación de servicios, como el mandato, cuando el mandatario no cobra. b) principales de cambio, en los que existen recíprocas prcstaciones entre las partes, como la compraventa. c) principales de asociación, que se proponen realizar una finalidad común, comprende las sociedades y asociaciones. d) principales que tienen por objeto la de comprobación jurídica de los derechos, como el de transacción y el compromisorio arbitral. Clasificación del Código Civil de 1928 Esta clasificación esta inspirada en las cuatro anteriores, fundamentalmente en las tres últimas. A pesar de que en el Código Civil no se establece clasificación alguna, ésta se desprende de la secuela seguida en ese ordenamiento para reglamentar los cotitratos y es la siguiente: 1. Contratos preparatorios, son los celebrados en preparación de otros de celebración futura, como la promesa de contrato. 2. Traslativos de dominio, tos que tzansfieren la propiedad de una cosa o un derecho, como sucede con la compraventa, la permuta, la donación y el mutuo. 3. Traslativos de uso y goce, son los que se otorgan en forma gratuita u onerosa, como el arrendamiento y el comodaro. 4. Tendientes a un facere (hacer), en los que una parte realtza una prestación en beneficio de la otra, en forma gratuita u onerosa, conlo el depósito, el secuestro, el mandato y la prestación de servicios. 5. De finalidad común, son aquellos en los que los contratantes, persiguen una finalidad común, puede ser económica, como el de la sociedad, o de oira naturaleza, como el de asociación. 6. Aleatonos, son aquellos en los que no se puede precisar si reportarán una ganancia o una pérdida, o cuál de las partes ganará o perderá, o cual será el valor de la prestación, como sucede en la tompra de esperanza, el juego y apuesta y la renta vitalicia. 7. De gafancía, son los que garantizan el cumplimiento de una obligación principal, pudiendo ser personal, como la fianza, o real como la hipoteca y la prenda. 8. Los que tienden a una comprobación jurídica, terminando una controversia presente o previniendo una futura; definen los derechos de las partes como la transacción y el compromiso arbitral. LA PROMESA DE CONTRATO a promesa, está contemplada en los artículos del 2243 al 2247 del Código Civil. Definición Es un contrato por el que una o ambas partes contratantes asumen la obligación de celebrar un contrato futuro. Si bien no lo define en ese sentido el Código Civil, lo cierto es que deja ver que esa es la intención que el legislador quiso anunciar al afirmar en el articulo 2243 que "puede asumirse contracnialmente la obligacidn de celebrar un contrato futuro", articulo que es casi una copia del relativo en el código suizo. Aunque el contrato sea unilateral las dos partes se obligan a celebrar el contrato futuro. Lo ui~ilatcralradica en que la obligación de hacer esrh a cargo de una sola de las partes, siendo la otra únicamenre la beneficiaria. Partes Existen dos: el promitente y el beneficiario. El primero es el yire se obliga a celebrar el contrato futuro, y el segundo, aquel a cuyo favor se contrae el compromiso de celebrar ese contrato futuro. En el contrato de promesa unilateral sólo una de las partes se obliga (ver párrafo anterior), y en el bilateral, las dos partes quedan obligadas y tienen, por tanto, a u n mismo tiempo, el caráctcr de promitente y beneficiario. Finalidad La utilidad de este contrato consiste en que es un medio que concede la ley para asegurar la celebración de un contrato cuando una de las dos partes, en ese momento, n o está en condiciones o en posibilidades cie celebrar el contrato definitivo; su finalidad es ligar a las dos partes para la celebración de u n contrato futuro, es decir, mear una obligación por la cual puede ser constretíido el obligado a cumplir. Diversos nombres de la promesa de contrato Se le ha llamado también, en el Código Civil de 1928: connato preliminar, contrato preparatorio, antecontrato, psecontrato, pactum de contrahendo o pactum de ineundo contractu. Cada una de es- tas denominaciones es el resultado de concebir la fisonomía y la función jurídica de este negocio. Asimismo el contrato futuro ha recibido otras denominaciones, coino contrato prometido y contrato definitivo. Función jurídica Consiste en asegurar, por medio del derecho, la celebración futura de un contrato que en cierto momento no puede celebrarse. Es pues liacer nacer la obligación de celebrar un contrato futuro. Nace iiii;i olitigacirin de hacer. Función económica Los juristas Rojina Villegas y Garcia Ldpez niegan que el contrato de promesa tenga un contenido económico, sin embargo, si lo tiene, ciiatidii el contrato promerido tiene un cariicter o contenido cfe eba ~iatiiraleza. Diversas especies Puede ser unilateral o bilateral. La primera es aquélla en que una de las partes contratantes se obligan a celebrar el contrato futuro, sin que la otra quede a k vez obligada. celebrar el connato d e arrendamiento. Ejemplo: 'An se obliga a La promesa es bilateral, cuando ambas partes se obligan a celebrar el contrato futuro, de manera que cada una de ellas, por su lado, tiene obligacion de celebrar el contrato futuro y derecho de exigirle a la ona la celebración del propio contrato. Dijerencia entre la promesa de contrato y la oferta o poticitación Aunque algunos autores afirman que no hay diferencia alguna entre una y otta. En el derecho positivo mexicano este problema está resuelta en el senrido de que se trata de dos figuras jurídicas distintas, ya que el Código Civil contempla, por un lado, disposiciones referentes a la oferta y por otro, las relativas a la promesa de conrrsro. Sin embargo, si analizamos cada una de estas figuras jitrtdicas veremos que son diferentes, pues la oferta o policitación o propuesta, es tin negocio juridico unilateral, en el cual sólo interviene una vt>lunrad,a diferencia de la promesa que es un contrato, es decir, un acuerdo de voluntades en virnid del cual una o ambas partes cí~ntratantesasumen la obligacidn de celebrar un contrato fitritro. L)ifmmcia enwe la promesa de contrato sujeto a término Aigunos aurores han querido identificar la promesa de contrato con el connaro a término, porque carrwponde a La nasuraleza del cannato preparatono que se fije un temino para la celebraci6n del canmro definirivo. Sin embaqo, esm tea* carece de apoyo en el derecho maimm que d i s r i w la promesa de con- trato, dcl contrato futuro. Seria absurdo decir que la promesa de contrato equivale al contrato definitivo sujeto a término, ya que el término en la promesa es una dilación para la celebración del contrato definitivo, y el término que figura en el contrato definitivo es un plazo para el cumplimierito de las obligaciones originadas en cste contrato. En la promesa es una obligación de hacer la que nace, y en el contrato a término puede ser de dar, hacer o de no hacer. En el contrato definitivo sujeto a término la obligación prittcipal ya nació (de dar, hacer o no hacer), mientras que en la promesa no ha nacido; o mejor dicho, el objeto principal es diferente en tino y otro contrato. El de la promesa es realizar otro contrato, mientras que el objeto del futuro es más concreto (de dar, hacer o no hacer). Este objeto será secundario o mediato en la promesa de contrato. Diferencia entre la promesa de contrato y el contrato definitivo sujeto a condición suspensiva A semejanza del caso anterior, algunos doctrinarios tratan de identificar la promesa coi1 el contrato definitivo sujeto a condición suspensiva, pero esta teoría es infundada ya que el derecho positivo mexicano distingue con toda claridad el contrato preliminar del de la condición suspensiva. En el contrato bajo condición suspensiva aún no existen obligaciones; éstas nacer&n hasta que se produzca el acontecimiento futuro e incierto; mientras que en la promesa de contrato, ya una de las partes o ambas se obligaron a celebrar un nuevo contrato, en éste no hay condiciones. Teoría que identifica a la promesa bilateral de contrato con el conirato definitivo Algunos tratadistas (Planiol, Demogue y Giorgi) sostienen que la promesa de contrato únicamente asume esta naturaleza tratándose de la promesa unilateral, pero que cuando la promesa es bilateral, deja de rener este carácter para ideiitificarce con el contrato futuro, con el que constituye una sola figura juridica. Esta teoria no tiene acogida en el Código Civil. Teorías de Dentope y de Giorgi. Dernogue funda sir teoría en el articulo 1589 del código civil francés, el cual dice que la promcsa de venta equivale a la venta cuando ambas partes contratantes consienten sobre la cosa y sobre el precio. Luego, por un argumento de analogía, hace extensivo este precepto a todos los demás contratos y dice que el concebir a la promesa bilateral de contrato como el contrato mismo, es estar más de acuerdo con la concepción juridica de la promesa, a la par que se satisfacen mejor los intereses particulares, supuesto que se atiende a la mayor seguridad de las partes contratantes. No se puede aceptar esta postura, ya que Demogue n o da la razón de su afirmación. Ademhs, el más elemental principio de lógica dice que dos cosas son idénticas cuando tienen contenido idéntico, y si se analizan ambos contratos se advierte que tienen objetos diferentes que perseguir, pues mientras el contrato de promesa es una obligación de hacer, en la compraventa es la transmisión de una cosa cierta y determinada, mediante la entrega del precio pactado. En un contrato consentimos eil celebrar un contrato futuro y en el otro, cn transmitir la propiedad de una cosa. Para Giorgi, toda promesa bilateral cquivale al contrato definitivo, es decir, la promesa es la celebración del contrato y el contrato definitivo no hace más que generar el contrato correspondiente. Giorgi hace la misma afirmación basjndose en un articulo del código civil italiano, parecido al frailcés. Dice que sostener 10 coiltrario es confundir la celebración del contrato con su ejecución, y agrega que esto traería inseguridad en la celebración de los contratos. Contrario a ello, se estima que la regulación de contrato de promesa cuida qire ninguna de las dos partes deje de cumplir con su obligación. Es una protección de intereses particnlares. Ya no hay aquello de quesi n o cumple se diga como aquellos dichos populares: "es muy poco hombre"; o que "tiene muy poca madera de comerciante", o que "es un rajón". Aquí, si no cumple, se acude al juez y se le dice: "Seuior juez, hágate cumplir su obligación a este ciudadano o conminelo a que me pague daños y perjuicios". Se entiende por construcción de la promesa, la manera o forma de concebir a este negocio jurídico. Es muy importante tener en cuenta cómo concebimos y cómo conciben los tra~tdistasa la promesa de contrato; porque dc la forma como se construye técnicamente a este negocio jurídico se debe el pla~~tcamiento y la resolución de los problemas que se nos presentan en el campo de la doctrina y de los negocios. Para algunos tratadistas, la promesa de contraro definitivo se distingue del contrato definitivo en que los elementos de la promesa son, por una parte, los elementos propios de toda promesa y, por otra, los elementos generales del contrato prometido. Esta concepción viene a establecer un lazo mity estrecho entre la proc mesa y el contrato definitivo, de tal manera que los elementos y circunsrancias del contrato definitivo influyen sobre el contrato de promesa, a tal extremo, que muchos dc los problemas que se plantean en la promesa deben resolverse a la luz del contrato definitivo. Para otros tratadistas la promesa de contrato no es más que una etapa, un momento en el proceso de consumación de ciertos actos jurídicos o de ciertos contratos, cuyo proceso seria en una primera etapa, la oferta o policitación; ona, el contrato preliminar, y en una tercera, el contrato definitivo. Una vez prectsado lo que diversos tratadistas entienden por el contrato de promesa, se estima que la promesa de contrato n o es ni una figura jurídica intermedia del conaata definitivo, ni una etapa de ciertos actos jurídicos complejos, sino un contrato autónomo, una figura jurídica con su propia y peculiar fisonomía, que realiza sus funciones exclusivas dentro del molde del derecho positivo y de los negocios particulares. En ese sentido, la promesa tiene la misma categoría de tos contratos de permuta, cotnprriventa, sociedad, transacción, juego, apuesta, renta vitalicia, mandato, prenda, o algún otro. Esta concepción está fundamentada en el derecho mexicano, toda vez que el Código Civil en vigor contiene un titulo de los contratos preparatorios. Es decir, reglalnenra la promesa en un título diferente a aquél dentro del cual se reglamenta la policitación, y diferente a los otros titulos qiie reglamentan a los demás contratos. Lo anterior se acredita con la respuesta afirmativa a estas dos interrogantes: ¿Para celebrar un contrato de promesa se requiere la misma capacidad que demandaria el derecho positivo para celebrar el contrato definitivo! ¿La promesa de compravenra de un inmueble deberá someterse a las mismas formalidades a que se encuentra sujeta la compraventa misma! En fin, podrían citarse varios casos y la solriciói~de ellos estará de acuerdo con la coi~cepción técnica que se acepte, ya sea la promesa como figura jurídica intermedia, como etapa de ciertos actos jurídicos complejos o como u11 contrato autónomo. Objeto El objeto de la promesa es la celebración de un contrato futuro. En consecuencia, se nata de itna obligación de hacer que consiste, precisamente, en la celebración de un contrato prometido. Esta afirmación se funda en el articulo 2243 del Código Civil en vigor, que determina: "Puede asumirse contractualmente la obligación de celebrar un contrato futuro". De estas ideas, en cuanto al objeto de la promesa dc contrato, debemos concluir lo siguiente: 1. Únicamente ~ u e d e nser objeto de promesa de contrato, los contratos y no otros actos jurídicos, ya sean éstos unilaterales o plurilaterales. Si las partes contratantes convienen en celebrar un contrato de promesa para la celebración, por parte de atguna de ellas o de ambas, según el caso, de un acto unilateral o pluril* teral, pero diferente at contrato, aquél podrá ser una promesa, pero no de contrato y en consecuencia, el negocio juridico no regido directamente por el titulo 1 de la segunda parte del libro 111del Código Civil, ya que se nata simplemente de una promesa innominada. 2. De la promesa de connato puede ser obleto cualquier contrato, ya sea unilateral o bilateral; oneroso o gratuito; conmutativo o aleatorio; real, consensual o formal; instantáneo o sucesivo; individual o colectivo; de derecho civil o de derecho internacional, entre otras cuestiones, es decir, no existe limitación alguna en cuanto a la naturaleza del contrato, siempre y cuando éste sea licito. 3. iEl contrato definitivo debe celebrarse necesariamente por las mismas partes de la promesa? El problema no debe resolverse en bloque, sino que precisa hacer una distinción según se trate de promesa bilateral o de promesa uililateral. Si la promesa es bilateral, entonces el contrato definitivo deberá celebrarse in<fispensablemente por las mismas partes que intervinieron en el contrato de promesa. Los contratantes se obligan recíprocamente y, por tanto, cada una de ellas no podria ejercitar su derecho ni cumplir su obligación respecto a la otra si el contrato prometido fuera susceptible de celebrarse con una tercera persona. Cuando se dice que el contrato definitivo, tratándose de la promesa bilateral, debe ser celebrado por las mismas partes contratantes, no se está diciendo que dichas partes no puedan transferir sus derechos a titulo particular o universal y en consecuencia, que sus causahabientes n o están en condiciones de celebrar el contrato definitivo, puesto que eso seria contrario a los principios de la transmision de las obligaciones. En cambio, tratándose de la promesa unilateral, el contrato definitivo puede ser celebrado entre el promitente y un tercero, ya que en este contrato sólo una parte está oi~ligaday si la otra se rehíisa a la celebración del contrato definitivo, no puede obligarla a cllo y puede celebrarlo con un tercero. Condiciones de existencia La promesa de contrato, como cualquier otro contrato, reclama condiciones de existencia y requisitos de validez. Las condiciones de existencia son: el consentimiento para celebrar el connato de promesa y el objeto que será la ohtigacion de hacer, consistente en la celebración del contrato prometido. Con anterioridad se analizó el '<objetode la ~romesa",y poi lo que hace al consentimiento se deterrninb que debe ser mutuo, es decir, de ambas partes contratantes, sin vicios y en general con todos los requisitos señalados por las disposiciones positivas y principios doctrinales respectivos. Condiciones de vafidez Por lo que toca a las condicioi~esde validez, se puede decir que son iguales a las que afectan a todo contrato; esto es, de acuerdo con el artrculo 1795 del C6digo Civil, a contyayto sensu, la capactdad legal de las partes; el consentimiento exento de vicios; ei objeto, motivo o fin I ~ c ~ Qy slas , formatidades establecidas por la ley. Sin embargo, el arricula 2246 del mismo ordenamienro establece los requisitos y ias condiciones especiales de validez de la promesa cuando dice que, para que La promesa de contratar sea válida: l . Debe constar por escrito; 2. Contener los elementos característicos del contrato definitivo, y 1. Limitarse a cierro tiempo. Ahora se estudiará cada uno de ellos: iEs decir, para que la promesa de contratar sea válida, debe constat por escrito, sin especificar a t a parte del precepto si me escrito debe ser privado o público, o bien si la promesa debe tener la misma forma del contrato definitivo. El problema debe resolverse en el sentido de que la promesa debe constar por escrito, quedando a la vc3luntad de las partes contratantes quc el escrito sea un instrumento público o un documento privado. Por tanto, no tendrá influencia alguna sobre la formalidad de la promesa, la formalidad del contrato definitivo. Esto se funda en la circunstancia de que siempre que el Código Civil ha querido consagrar una formalidad o una solemnidad especial, lo hace estableciéndolo expresa y categóricamente; además, cuando el Código Civil emplea expresiones como la de quc "el contrato debe constar por escrito", la doctrina y jurisprudencia mexicana siempre han interpretado esta expresión en el scntido de que se deja en libertad a las partes contratantes para opcar por el instrumento público o por el documento privado. No obstante que el antecedente del articulo 2243 del Código Civil es e1 artic~~lo 22 del código civil suizo de 30 de marzo de 1911 (contenido en el capitulo quinto, denominado "derechos de las obligaciones") y en dicho numeral se dice que el contrato de promesa tendrá la misma forma que el definitivo, en cl articulo 2243 dicho cantrato se gestó d e manera más aut6noma y lo independizó, e iiicluso el artículo 2246 indica que el contrato de promesa, como requisito d e forma, debe constar por escrito; de modo que la forma del contyao de promesa es independiente de la forma del contrato definitivo. Sanción. 1.a falta de cumplimiento del requisito de forma de que se trata se sanciona con nulidad relativa. Sirven de apoyo a tal afirmación los siguientes preccptos: Artículo 1795, fracción IV, establece que el contrato puede ser invalidado, porque el consentimiento no se haya manifestado en la forma que la ley establece. Articulo 2227, dispone que la nulidad es relativa cuando no reúne todos los caracteres enumeradas en el articulo anterior (es decir, existirá nulidad absoluta en el acto jurídico cuando siendo su objeto, fin, o condicidn ilicitos, así lo declara un juez competente). Siempre permite que el acto produzca provisionalmente sus efectos. Articulo 2228, señala que la falta de forma cstabtecida por la ley, si no se trata de actos solemnes, así como el error, el dolo, la violencia, lesidn y la incapacidad, produce la nulidad relativa del mismo. En consecuencia, la falta de cumplimiento voluntario o por d otorgamiento de la promesa por escrito, puede suscitar que una de las partes contratantes en la promesa demande judicialmente a la otra el otorgamiento del contrato por escrito, de acuerdo con estos preceptos: Atticulo 1833, cuando la ley exija determinada f o m a para un contrato, mientras que &te no revista esn &mano scfá válido, salvo disposición e n contrario; pero si la voluntad de las partes para celebrarlo consta de manera fehaciente, cualquiera de ellas puede exigir que se dé al contrato la forma legal. Articulo 2229, la acción y la excepción de nulidad por falta de forma compete a todos los interesados. Articulo 223 1, la nulidad de un acto jurídico por falta de forma establecida por la ley, se extingue por la confirmación de ese acto hecho en la forma omitida. 11. La promesa debe contener los elementos característicos del contrato definitiuo Ha lugar a precisar, que cada contrato está dotado de ciertos dementos en ausencia de los cuales no puede concebirse lógicame~~te su existencia; tales so11 las cláusulas esenciales en los contratos, como lo son la cosa o el derecho enajeilado, por irna parte, y por la otra, el precio cierto y en dinero, dentro de un contrato de compraventa. Hay también en los contratos ciertas cláusulas llamadas naturales que aunque n o se pongan se tienen por puestas, como son, entre otras, el saneamiento para el caso d e evicción, las que sc refieren al lug.ar y a la época de la entrega de la cosa o del pago del precio. Finalmente, existen las clAusulas accidenralcs que tienden a satisfacer exigencias particulares de los contratantes, conveniencias de ellos y que por lo mismo pueden preseiitarse o no en el contrato sin que la ausencia dc ellas trascienda a la eficacia o ineficacia del negocio jurídico. Claro que los elementos característicos a que se refiere articulo 2246 son justamente los orgánicos, los esenciales del contrato definitivo, por ser éstos los que nunca pueden faltar. Sanción. La promesa de contrato que no contenga los clementos caraeterisricos del contrato definitivo será inexistente, de acuerdo con el artículo 1794 del Código Civil, supuesto que tendrá por objeto un contrato que no puede ser materia dc la misma promesa, por no reunir el requisito correspondiente fijado por el articulo 2246 del propio código. 111. La promesa de contrato debe limitarse a cierto tiempo Esto quiere decir que la promesa es, necesariamente, u n contrato a plazo, un contrato a término; la razón de este requisito se basa en que ninguna obligación civil puede ser perpetua. La doctrina extranjera sostiene que e11 el caso de que en la promesa de contrato las partes contratantes hubieran omitido el señalamiento de un plazo, cualquiera de ellas está facultad8 para recumr a los tribunales, demandando que el juez lo fije. Es interesante examinar, por un lado, cuál es la naturaleza jurídica del término o del plazo de que se trate, y por el otro, cuál es su trascendencia en cuanto a los derechos y a las obligaciones de las partes del contrato de promesa; por lo que ataiie a la naturaleza del término, salta a la vista que se trata de un término extintivo y no de un término suspensivo. Esto significa que el derecho dci beneficiario para pedir la celebración del contrato definitivo y la obligaciiin del prominente de concertar éste, i~nica~nente subsiste durante dicho rérrnino; así es que cuando ese plazo ha concluido, el contrato mismo de promesa sc extingue. Sannón. 1.a falta de cumplimiento de este requisito se sanciona con nulidad relattva, de conformidad con los artículos citados. Relaciones entre la promesa y el contrato definitivo Si se obselva atentamente el panorama jurídico por lo que se refiere al mundo de los contratos, se descubre que existen ciertas instituciones jurídicas que aun siendo indepeildientes y autónomos entre si, se hallan relacionados y aun son susceptibles de producir efectos reciprocos. Por ejemplo, se pueden encontrar relaciones entre Los contratos principales y 10s contratos de garantía, como la fianza, la prenda, la hipoteca y la anticresis, y hasta efectos del contrato principal sobre el contrato de garantía, así como del contrato de garantía respecto al contrato principal. También son evidentes las relaciones que existen entre el contrato demandado y los que se celebran en virtud de él; así como Las relaciones entre el contrato de sociedad y los que sc realizan para el funcionamiento de la propia sociedad. Pues bien, tratándose de la promesa de contrato, sc descubren igualmente relaciones entre el contrato de promesa y el contrato definitivo e influencias del segundo sobre el primero. Esto no quiere decir que el contrato preliminar no sea u n negoclo jurídico autónomo, supuesto que estas relaciones anal<igicas se encuentran en otros negocios jurídicos, los que no por ello quedan privados de su autonomía. Las relaciones a las que se ha hecho referencia se pueden representar, desde los siguientes puntos de vista: En cuanto al objeto del definitivo; en cuanto a la capacidad para celebrar el contrato definitivo y, en cuanto a la formalidad del mismo. Se esrudiara cada una de estas relaciones: la. En cuanto al objeto. Por regla general, se puede sentar este princ~pio:el contrato de promesa será inexistente o adolecerá de nulidad, en caso de que el objeto del contrato definitivo no exista, o no pueda existir, carezca de los requisitos necesarios para serlo, o sea ilícito. Así, el objeto del contrato definiri~o,si es una cosa, debe existir o poder existir en la naturaleza; ser degerminado o deter- minable en cuanto a su especie, y estar en el comercio. Por ranto, si el objeto dcl conrrato definitivo en la hip6tesis indicada, no reúne estos requisitos, entonces la promesa de contrato será inexistente, y lo será porque habrá la imposibilidad juridica de celebrar el contrato o de cumplir con la obligación quc se deriva de la promesa. En efecto jserá posible una promesa de compraventa cuando la compraventa recayera en un ser mitológico o en una cosa que no fuera apta de convertirse en propiedad particular, por ejemplo una estrella?, indiscutiblemente no. Lo mismo sucede si el objeto del contrato definitivo consiste en una obligación de hacer, porque entonces ese objeto, ese hecho, debe ser posible y licito; en consecuencia, si el objeto del contrato definitivo, trarhndose de una obligación de hacer, no cumple con estos requisitos, la promesa de contraro será inexistente si el objeto es imposil?le, o nula si el objeto es ilícito. 2a. En cuanto a la capacidad. También, por regla general, se puede sentar este principio: la capacidad para celebrar la promesa de contrato es diferente a la capacidad para celebrar el contrato definitivo. De tal suerte que la capacidad para celebrar el contrato definitivo no tiene ninguna influencia por lo que toca a la capacidad para celebrar el contrato preliminar. Esto quiere decir que si en un momento dado dos personas, por ejemplo, no son capaces de celebrar un contrato de compraventa porque la concertacidn de ese negocio requiere previamente un permiso o autorización, si serán capaces para concertar el contcato de promesa respectivo. La justificación de esto se encuentra en la teoría de la función juridica de la promesa de contrato. En efecto, la función juridica de la promesa de contrato consiste en garantizar y asegurar por medio del derecho la celebración futura del contrato definitivo, cuando, en cierto monienro, las partes no quieren, n o pueden, o no les conviene celebrar ese contrato definitivo. En coilsecuencia, si la promesa de contrato reclamara la misma capacidad que se requiere para la celebración del contrato definitivo, la promesa no podría realizar una de sus funciones más importantes en la vida juridica. Sin embargo, cuando una o ambas partes contratantes dejan de cumplir la obligación contraida, pueden ser apercibidas del pago de dalios y perjuicios por esa falta de cumplimiento. Como ejemplo de lo asentado, se puede mencionar el dcl ex. tranjero que no puede celebrar contratos de compraventa en deterininadas zonas (fronteras, zona marítima, etcétera). ?a. En cuanto a la forma. En el derecho extranjero la opinión de que la promesa de contrato debe revestir la forma del contrato definitivo. Así, de acuerdo con esta opinión, si el contrato definitivo debe hacerse constar en instrumento público, así también habrá de concertarse la promesa. Otros tratadtstas llegaron a sostener que la promesa de contrato es imposible, tratándose de contratos solemnes o reales, En el cúdigo suizo, en el apartado correspondiente a las obligaciones, ya se mencionó que cuando hay intezb de lm parta la ley subordiaa la validez del contrato a la observancia de irna cierta forma; ésta se aplica igualmente a la promesa de contratos. En el derecho mexicano, conforme al articulo 2246 del Código Civil, la forma del contrato definitivo no ejerce ninguna influencia sobre la del contrato preliminar. Diferencia entre la promesa y la minuta La promesa, como ya se señaló, es un contrato por el que una o ambas partes se obligan a celebrar un contrato futuro. En cambio, la ~ n i n u t aes el documento que contiene el contrato definitivo, pero simplificado con sus coildiciones, y para que fuera válido tendría que ser elevado a escritura pública, por lo que se deposita ante notario. No da acción para el cuinplimieiito del contrato porque carece de forma; pero una vez que se eleva a escritura pública, puede dernandarse la ejeci~cióndel contrato. La minuta de contrato era ya un contrato definitivo, al que sólo le faltaba forma para ser perfecto. Clasificación de Ea promesa de contrato La promesa es iin contrato: 1. Unilateral o bilateral, segíin el caso; 2. Formal, y aun hay quienes piensan que es 3. de Garantía. 1. Unrlateral o bilateral. Desde el punto de vista de la obligación de celebrar el contrato definitivo, la promesa de conrrato puede ser: un contrato unilateral, en el caso de que nada más una de las partes contratantes se comprometa a celebrar el c o n m t o definitivo. Pero, desde otro punto de vista, la promesa puede ser sinalapática o bilateral cuando las dos partes contratantes se obli, gan a celebrar el contrato definitivo. 2. Formal. La promesa es un connato formal porque requiere para su validez que se haga constar por escrito, tal como lo cstablece el articulo 2246 dcl Código Civil. 3. Hay quienes dicen que es ademis un contrato de garantia porque garantiza la celebración del contrato futuro; sin embargo, esta aseveración se considera incorrecta, ya que prccisamentc esa es la finalidad del contrato de promesa. Derecho del beneficiario y obligaciones $el promitente La promesa de contrato produce derechos y obligacioncs, ya sca unilateral o bilateralmentc. Derecho del beneficia~io.Desde luego, se trata de un derecho de crédito, que consiste en la facultad del beneficiario de pedirle al promitente la celebración del contrato prometido; pero csre derecho no es perpetuo, tiene un limite para su ejercicio, que es e1 establecido en el término de la promesa. En consecuencia, si dentro de tal dilación el beneficiario no hace uso de su derecho, éste se extingue. En cambio, si el mismo beneficiario ejercita su derecho y el prominente cumpie su obiir¿ciisn, entonees quedara celebrado el conhatu definitivo. Oblifación del promitente. El promitente se obliga a celebrar el contrato prometido, a realizar todos aquellos actos encaminados directa e inmediatamente a tal celebración. Ahora, cs necesario saber cuáles acciones competen al beneficiario o lo que es lo mismo, cuál e5 la sanción dcl contrato de promesa. El problema no debe resolverse cn bloque, sino que es indispensable hacer una disrinción, según se trate de promesa unilateral o bilateral. Si la promesa de contrato es bilateral, el beneficiario tendrá a su elección cualquiera de las siguientes acciones: la acción de cumplimiento de contrato o la acción de rescisidn de contrato, mejor expresada como de resolución de contrato; y en ambos casos, el pago de daños y perjuicios (conforme a lo dispuesto por el segundo párrafo del artículo 1949 del Código Civil). El monto de los daños y perjuici<>s,e n la promesa utiilateral o e n la promesa bilateral, debcrá corresponder al menoscabo que haya sufrido el patrimonio del beneficiario y al lucro que haya dejado de obtener con motivct del incumplimiento de la promesa. Cuestiones del derecho del beneficiario. En la doctrina se plantea el problema consistente en saber si el beneficiario tiene o no capacidad para ceder su derecho. Según el primer párrafo del articulo 2030 del Código Civil, "el acreedor puede ceder su derecho a airn tercero sin el consentimiento del deudor, a menos que la cesión esté prohibida por la ley, se haya convenido no hacerla o n o lo permita la naturaleza del derecho". En términos generales y aplicando este articulo, se puede decir que el derecho del hetieficiario cs cedible, siempre que no lo prohiba la ley, que no se oponga a la naturaleza de ese derecho, 17 que las partes mismas que hayan intervenido en dicha cesion, no hayan estipulado su intra~lsmisibilidad. Sin emltargtt, tratándose de la promesa bilateral la cesión no siempre es posible, toda vez que si una de las partes transmite su derecho no está en condiciones de cumplir con su obligación. En efecto, eii una promesa bilateral de compraventa se advierte qile el cine promete vender o el que promete comprar, respectivaniente. salvo el caso de que la cesi6n sea consentida por la otra parte, transmitirá también la obligación corrdativa. Régimen fiscal Este c<itirrato se encuentra reglamentado por la fracción XVIll del articuio 40. y por Los articlrlos 32, 38 y 39 de la Ley General del Timlire.' ' Publicada cn el Diario oficia¡ de lo FrJlrocion el 31 de diciembre de 1953, vigenre haira cl 31 de diciembre de 1975 riiscituida por ona con el mismo nombre en el Diniio <){ton1 iir la Fekrorik el 31 de diciembre de 1975, vigente haara el 31 de diciembre de 1979. Esta ley fue ahropada por 11 Ley del lmpuesrosobrc Adquisiciones dc fnmuebles, en el Diorio Oficmi de la FednoU6n el 3 1 de diciembie de 1979. Esra nots aplice para todos los connacus en los que í e señale este order>smiento Icpal. El articulo 4o., fracción XVIll de dicha ley, establece que Los objetos y cuotas de los impuestos y derechos serán los que establece la sigitiente tarifa: XVIII. Promesas de venta o de compra. A) Sobre el precio de la cosa que se promete vender o comprar: a) Si la promesa se consigis en / Cuota por valor: 0.25% escritura pública h) Si se consigna en documenro Cuota por valor: 0.2% privado 8 ) Si no se puede determinar cl precio d e la cosa objeto de la promesa (ol>jero de contrato prometido): a) Si sc otorga en escritura pública Cuota fija: $10.00 Ciiota fija: $2.00 b) Si se otorga en documento / 1 1 Por su parte, el articulo 32 del mismo ordenamiento legal, señala que los contratos preparatorios y, en general la promesa de contratar, ya sea unilateral o bilateral (que no sea de compra o de venta), causarán el impuesto de cuota fija que corresponda, según la formalidad que se emplee de aciterdo con el inciso 8 ) de la fracción IX de la tarifa, excepto los casos a que se refiere la fracción XVlII de la misma tarifa. Lo que significa que las tarifas son: a) Si consta en escriri~rapública b) Si consta en escrito privado / Cuota fija: $10.00 1 Cuota fija: $2.00 A su vez, los artículos 38 y 39 disponen que en los casos de promesa de venta o de compra, cuando solamente se determine el mínimo del precio de la cosa que se pretende vender o comprar y se pactan prestaciones indeterminadas, se cubrirá el impuesto de acuerdo con el valor mínimo estipulado (0.25% o 0.2% según el caso) y además con una cuota fija que corresponda por el precio indeterminado. Y que, cuando en la promesa se pacte que el futuro comprador tome posesión de los bienes antes de la celebración de la compraventa, o que el futuro vendedor reciba el precio antes de esa celebración, se causará el impuesto estipulado en la fracción XVIII del articulo 40. Si transcurre el plazo para la celebración del contrato de compraventa o un año; si no se fijó plazo, se causará el impuesto de compraventa, salvo que las partes hagan constar que no se celebro el contrato prometido; si no se hace tal declaración se presumirá omitido el impuesto con la consiguiente sanción. En este articulo se olvida, que cuando no se fija plazo, la promesa está afectada de nulidad relativa.