Investigador de Puebla crea supermateriales Utilizada en puntos estratégicos del vehículo como el parachoques, la espuma metálica "Metal Foams" desarrollada por el doctor Said Robles Casolco, catedrático investigador del Centro de Investigación de Materiales Avanzados del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla, es capaz de absorber y disminuir el impacto en un choque automovilístico. El investigador se especializa en diseño de materiales superplásticos y en la obtención de nuevos métodos para el procesamiento de materiales con aplicaciones para el sector automotriz; su invento ya cuenta con una solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual (IMPI). El uso de esta espuma metálica está enfocado impactar en el nivel de seguridad del sector automovilístico pero también el cuidado del medio ambiente. De acuerdo al Instituto Nacional de Ecología, en México los recipientes de aluminio como las latas, se utilizan una sola vez para después ser reciclados o eliminados en los rellenos sanitarios. Una sola tonelada es suficiente para generar más de 60 mil latas, fabricar las carrocerías de siete automóvileso producir 40 mil discos de memoria de computadora. Todos, productos susceptibles de convertirse en chatarra o por lo contrario, llevarse a la industria del reciclado y con ello contribuir al cuidado del medio ambiente y al ahorro de recursos. "El parachoques fabricado con esta espuma metálica, resulta más económico que los que actualmente se fabrican, ya que en su elaboración se utiliza aluminio, que puede obtenerse de latas; esto lo hace más costeable y permite además implementar el reciclaje", apunta Robles Casolco. Una vez que concluya el proceso de patente, se iniciará la explotación comercial. "Ya hay empresarios interesados en producirla a nivel masivo", señala Alejandro Romero Jiménez, director de la Escuela de Graduados e Innovación, Campus Puebla. Materiales superpoderosos y ecológicos Los superplásticos son aleaciones de metales que se comportan como plásticos en ciertas condiciones, y como metales en otras. Esta propiedad se presenta cuando se encuentran a una temperatura cercana a la mitad de su punto de fusión. Desde hace alrededor de 40 años se ha venido estudiando el fenómeno de la superplasticidad y varias industrias de países desarrollados están utilizando materiales fabricados bajo este principio. "El metal puede deformarse en tensión sin que aparezcan en la región extendida constricciones o ‘cuellos’ y permitir que el objeto alcance deformaciones de hasta un 10 mil por ciento sin romperse, es decir, pueden estirarse hasta lograr 100 veces su longitud original", señala el doctor Robles. Esto deriva en que el daño causado por un choque automovilístico de frente resulte menor para el propio vehículo y sus ocupantes, ya que el parachoques en lugar de rechazar el impacto, lo absorbe transmitiéndolo y distribuyéndolo en toda el área que por un momento se modifica. "En lugar de que el parachoques se rompa, se estira y distribuye las fuerzas de impacto en su superficie". La deformación de un metal superplástico es parecido al estiramiento de un vidrio caliente, donde la parte deformada no presenta cambios en su diámetro. A diferencia de la mayoría de los metales, que al estirarse se quiebran, los superplásticos se pueden estirar de 10 a 100 veces su longitud, sin romperse ni perder sus propiedades. Además de su plasticidad o capacidad para ser deformados, tienen una resistencia mecánica tan alta como la del acero y son relativamente ligeros, como el aluminio. Otra ventaja es que se pueden reciclar muy fácilmente, lo que los convierte casi en metales ecológicos. Investigación conjunta en biomateriales El doctor Said Roble Casolco, quien además cuenta con cuatro patentes en España, destacó que paralela a la investigación en el superplástico que está llevando a cabo, está trabajando en la obtención de un biomaterial conocido como hidroxiapatita, para reemplazar los tornillos de metal que se utilizan en las cirugías reconstructivas. Los biomateriales se pueden definir como materiales biológicos comunes tales como piel, madera, o cualquier elemento que remplace la función de los tejidos o de los órganos vivos. Un biomaterial es una sustancia farmacológicamente inerte diseñada para ser implantada o incorporada dentro del sistema vivo. "El biomaterial en el que trabajo se obtiene a partir del hueso de mamíferos y sus características permiten que sea absorbido por el cuerpo humano", explica el catedrático. Además ha descubierto que las aplicaciones del biomaterial en investigación, pueden extenderse a áreas como la cosmetología contribuyendo principalmente en la eliminación de arrugas. Para el caso de la generación de la patente del biomaterial, el tiempo de espera para llevarlo al mercado será mayor, ya que no sólo se necesita la aprobación del IMPI, sino de la Secretaría de Salud que debe incorporar este elemento a la lista de los que pueden utilizarse en el cuerpo humano. Cabe destacar que en el desarrollo de estas tecnologías participaron diez alumnos de manera permanente y 20 más en diversas tareas. "Depende del profesor fomentar entre sus estudiantes la cultura de patentar sus logros científicos, pues como país aún damos poca importancia a este tema, pero en el Tecnológico de Monterrey estamos tratando de generar un entusiasmo y compromiso en la salvaguarda de la propiedad intelectual", puntualizó.