La estética y la belleza artísticas en la cultura cristiana contemporánea

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Iglesia Viva
Nº 256, octubre-diciembre 2013
pp..81-90
© Asociación Iglesia Viva
ISSN. 0210-1114
ANÁLISIS
SOCIO
RELIGIOSO
La estética y la belleza artísticas en
la cultura cristiana contemporánea
Regina Goberna Julià. Monja.
Monestir de Sant Benet de Montserrat.
D
ebo empezar esas líneas pidiendo disculpas por no ser una
persona experta en la materia. Cierto que el arte ha sido siempre una de las pasiones de mi vida y con él he trabajado constantemente para ganar el sustento, pero nunca lo he estudiado sistemáticamente, ni siquiera su historia. Es por eso que me siento algo
confusa, al empezar este escrito.
A pesar de ello, quiero expresar mi agradecimiento por pedirme
esa colaboración. De ella pienso sacar el máximo provecho, no sólo
para mi propia experiencia vital, sino para compartirlo en los medios,
y en charlas.
Para llegar, con una visión algo más completa, a la belleza artística en la cultura cristiana contemporánea, pienso que puede ser
bueno, primero, seguir un poco la historia. Luego quisiera debatir un
poco con el arte cristiano actual.
Aunque no he modificado el título propuesto, aviso que me centraré sobre todo, en el arte europeo, con alguna alusión a alguna
corriente de más allá del Atlántico y, concretamente, a la aportación
actual latinoamericana.
Antes de detallar los estilos, al largo de los siglos, siento, aún, la
necesidad de advertir a los expertos, que no van a encontrar nada
nuevo. Iglesia Viva supongo que no será una revista sólo para élites,
sino también para los de a pie, la gente de la calle. Así, aunque todo
lo que pueda decir es obvio, creo andaremos acordes, por los callejones de la estética, tan cambiante.
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ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
Introducción
En una de aquellas intuiciones magistrales, el papa Pablo VI afirmó: “si por azar los
artistas no existieran, haríamos coincidir el
sacerdocio con el arte”. I Dostoievski dirá
una verdad aún más universal: “la belleza
salvará al mundo”.
Se puede definir el arte de muchas
maneras, pero para los seguidores de Jesús
puede ser verdad que el arte tiene algo de
sacerdotal, situando la persona en contacto
con la Trascendencia. Puede ser verdad que
para nosotros, o incluso para todos, el arte
es, transparencia del Absoluto.
Por otro lado los siglos más remotos
nos han enseñado que arte y cultura cristiana han ido de la mano.
Arte bizantino
El bizantino es, sin duda, el primer arte
cristiano, lleno del misterio trascendente y
humano. Sus líneas nos evocan a Dios y a
los hombres andando juntos. Ravena podría
ser el principal exponente. Sumergidos en
la Divinidad, no perdemos nuestra propia
identidad, máxime en la variedad de detalles decorativos, tanto en el hombre como
en la naturaleza. Todo queda impregnado
de un reflejo del más allá.
A través del arte bizantino, pues, encontramos al DIOS-MISTERIO.
De este primer tronco, parten dos brazos que se alargan en direcciones distintas: mientras oriente se lanza hacia los
iconos, lle­­­nos del mundo insondable, occidente se inclina hacia el románico, mucho
más humano.
El icono es una ventana abierta al más
allá. El arte románico una materia que nos
une a Dios en el más acá. El icono es alma,
el románico es cuerpo. El icono es esencia,
el románico es existencia.
Creo se podría decir que los dos estilos
corresponden a dos teologías, y a dos espiritualidades. Evidentemente que para ir a
Dios, hay muchos caminos.
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La estética y la belleza artísticas
en la cultura cristiana contemporánea
Arte románico
El arte románico, con sus paredes gruesas, sus figuras bajas y toscas, sus detalles
simples y rudos, nos acerca a una mano
Creadora, como la de Alguien muy semejante.
Si Ravena puede servir de prototipo del
bizantino, Cataluña podría protagonizar el
románico, no sólo con multitud de imágenes de Cristo Pantocrátor, sino con las preciosas Vírgenes de los retablos, los bajorrelieves, o la arquitectura.
El románico, tan sencillo, tan próximo,
tan de la tierra, podríamos decir que encarna un DIOS-PADRE.
Arte gótico
El paso del románico al gótico aporta un
cambio rico en espiritualidad.
El primero, mucho más tosco, más simple, al pasar al gótico adquiere elegancia,
nobleza, delicadeza, aún sin olvidar el misterio trascendente.
El mismo movimiento acoge a Francisco
(el Poverello) y a Tomás de Aquino. A Giotto y a Fray Angélico. A la razón y a la piedad.
El gótico nace, en el norte de Francia. Si
el románico tenía el aire fresco del Mediterráneo, el gótico se eleva hacia la estilización de las grandes catedrales, o de los
castillos de los señores feudales.
El origen del gótico debe relacionarse
con la evolución espiritual del hombre de
occidente. Francisco de Asís, con su amor
místico, da un impulso a la aspiración humana, valorando la obra de Dios en la creación: el sol, los astros, los pájaros o las flores. En todos los seres se ve el reflejo de la
presencia divina, como aspiración sobrenatural de la persona. Todas las criaturas nacidas del seno de Dios, danzan a su entorno.
Podríamos pensar que, con el gótico,
estamos delante de un DIOS-MADRE.
ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
Renacimiento.
Miguel Ángel, padre del renacimiento,
lleva el clasicismo hasta la cima, en Italia y
en todo el mundo occidental.
Las composiciones renacentistas de
Botticelli, Leonardo, Rafael o Durero, con
todos los elementos equilibrados y sin romper la unidad del conjunto, abandonan la
preocupación por la mística, a favor del
realismo.
Si el gótico estilizaba, el renacimiento
enfatiza la estética de las formas en sí mismas, la musculatura, los escorzos y toda la
precisión de la estética presente.
Menos religioso que los anteriores, mantiene, no obstante, el mensaje del cristianismo. Tiempo de Reforma, en la lucha contra
el materialismo que empieza a meter huellas,
la Devotio moderna anima las conciencias.
El renacimiento, pues, nos propone un
DIOS-HUMANO.
Arte Barroco
Influenciado por el Concilio de Trento,
el realismo se vuelve popular. Tiziano, Caravaggio, Murillo o el mismo Greco, abandonando el equilibrio, en sus composiciones
exaltan los volúmenes, las masas.
El barroco se atribuye al impulso de los
seguidores de Ignacio de Loyola, en su
intento de evangelizar al pueblo.
Las composiciones son impulsivas, y las
reglas nacen de la vida de los de la calle. El
tema central sigue con la persona humana,
en lugar de la especulación teológica.
Tal vez viendo al Cristo de Velázquez o
al Hijo pródigo de Rembrant, podríamos
hablar del DIOS-HERMANO.
Arte Neoclásico
Metidos en la razón humana, con el pensamiento filosófico de Descartes, el arte,
como la misma sociedad, dan ahora un giro
de 180 grados. Parece que el tema de Dios
pasa a segundo plano, mientras la medida
humana toma el protagonismo.
Regina Goberna Juliá
Volviendo la mirada hacia los estilos clásicos, del tiempo de los dioses griegos y
romanos, con las medidas y los números, el
concepto de belleza se basa en la pureza
de las líneas arquitectónicas, en la simetría
y en las proporciones sujetas a las leyes
matemáticas. La razón se hace responsable
de la construcción del mundo. Intentando,
así, abandonar a Dios.
El laicismo de la revolución francesa,
pretenderá el cambio de la sociedad. Es la
época de la ilustración, en la que Goya deja
salir su enorme espíritu crítico, anticipación
del romanticismo.
Visto con los ojos de los seguidores de
Jesús, del Neoclásico podemos dar el salto
al DIOS-RAZÓN de la existencia, constructor de la máquina del mundo.
* * *
De ahora en adelante, no sólo por
influencia de la filosofía “descartiana”
sobre la lógica de la realidad, sino con Kant
reclamando el papel de la experiencia, y
Freud el de la psicología de los sueños y del
psicoanálisis, el arte se encarna de forma
distinta en cada persona que lo expresa.
Incluso un mismo sujeto, según su momento personal, puede pasar de un estilo a otro
sin dificultad.
De ahora en adelante, pues, el “sacerdocio” que ejerce el arte no tendrá un
nombre común para toda la sociedad, sino
original y único en cada individuo.
Único e irrepetible, cada artista mostrará un aspecto del DIOS-SINGULAR que
ama los seres uno a uno.
Incluso algunos afirman que “LA ESTÉTICA Y LA BELLEZA ARTÍSTICAS” han acabado ya, en “LA CULTURA CRISTIANA”. Yo
creo que los lectores de Iglesia Viva estarán
de acuerdo en que no podemos anclarnos
en el pasado. O incluso diría que la vida nos
brinda cada día mejores oportunidades.
Por tanto, que, a partir de ésta época,
“CONTEMPORÁNEA” el arte se acerca a
Dios de una forma distinta, de una forma
más nuestra, más cercana, más en conso-
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ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
nancia con nuestro pensamiento y forma de
ser.
En unas “Jornadas Universitarias” organizadas por la UB (Universidad de Barcelona)
y la Abadía de Montserrat, sobre La Europa
post cristiana, todos los ponentes estaban
de acuerdo en que en la era postmoderna el
cristianismo ya no tenía sitio. Todos menos
el Dr. Pere Lluís Font que, contrario al pensar
mayoritario, afirmó que, a su juicio, el cristianismo basado en el evangelio no sólo no
había pasado de la historia, sino que, según
él, estaba por estrenar. Dijo, textualmente:
“tal vez ahora empezamos a entender que
Dios es Amor”…
Lo que sigue, pues, en éste artículo, son
unas consideraciones sobre el “sacerdocio
del arte (del amor)” expresado en la cultura
cristiana, a partir de la revolución provocada por la “era de las luces”.
Romanticismo
Al lado opuesto a la razón, el romanticismo se inclina hacia los propios sentimientos. Frente a la lógica, pide la originalidad. En lugar de la imitación, desea la
creatividad. Prefiere la obra inacabada,
abierta, a la obra “perfecta”. Más subjetivo
que envuelto por la objetividad.
Su carga de espiritualidad está marcada
por la pasión y la melancolía. Los cementerios, los claros de luna, las enfermedades,
son temas dominantes.
Como autores significativos tenemos a
Coubert, Delacroix o Dupré, sin olvidar a
Millet, autor del famoso Ángelus, típico de
nuestra casas rurales. Un estilo lleno de
piedad.
Prerrafaelistas – Inglaterra
A partir de esta corriente Romántica,
donde se observa la naturaleza con ojos
limpios (Millet, Coubert..) un grupo de pintores ingleses emprendieron un camino
distinto. Meditando acerca de las causas
que habían llevado por tan peligrosa ruta.
Si el arte tenía que ser reformado, debía
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La estética y la belleza artísticas
en la cultura cristiana contemporánea
retroceder más allá de Rafael, volver a la
época en que los artistas todavía eran artesanos fieles al Señor, que se esforzaron en
copiar la Naturaleza, sin pensar en la fama
terrenal, sino en la mayor gloria de Dios.
Creyendo que el arte se había vuelto
insincero por el influjo de Rafael, y que su
misión era volver a la “Edad de la Fe” este
grupo de amigos se dio a sí mismos el nombre de “Hermandad Prerrafaelista”. Uno de
sus miembros mejor dotados fue Dante
Gabriel Rossetti.
El propósito era volver al espíritu de la
Edad Media, leyendo fervorosamente relatos bíblicos para sus escenas pictóricas.
Aunque lejos de carecer de artificialidad,
los cuadros de los prerrafaelistas la tienen
en extremo.
Queriendo más pureza, cayeron en más
apariencia.
Impresionismo
Siendo diametralmente opuesto a la
pintura metafísica, su importancia es clave
en el desarrollo del arte posterior, especialmente de las vanguardias.
Aunque el término Impresionismo se
aplica a diferentes artes como la música o
la literatura, su vertiente más conocida, y
aquella que fue la precursora, es la pintura.
El movimiento impresionista se desarrolla a
partir de la segunda mitad del siglo XIX en
Europa —principalmente en Francia—
caracterizado, a grandes rasgos, por el
intento de plasmar la luz (la «impresión»
visual) y el instante. Al lado del valor de la
luz, muestra los problemas individuales o
sociales del momento.
Francia vive una oleada revolucionaria
iniciada por Manet y sus amigos. Ellos descubrieron que si contemplamos la Naturaleza al aire libre, no vemos objetos particulares, cada uno con su propio color, sino más
bien una mezcla de tonos que se combinan
en nuestros ojos. Así inician el camino hacia
el arte subjetivo, independiente de lo que
ve nuestra mirada.
ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
Corot está en el origen del impresionismo. Algunos de sus mejores representantes son: Monet, Renoir, Cézanne.
En escultura, Rodin tiene una gran fuerza.
Su “hijo pródigo” es un grito desgarrador,
elevado hacia el Padre de la Misericordia.
Modernismo francés
El primer diseño identificado inequívocamente con el “Nuevo Estilo” (art nouveau) es la cubierta de un libro de 1883.
Esta denominación hace referencia a la
intención de crear un “arte nuevo”, joven,
libre, y moderno, que represente una ruptura con los estilos dominantes en la época.
En la estética nueva que se intenta crear
predomina la naturaleza, a la vez que se
incorporaban novedades derivadas de la
revolución industrial.
Pretende democratizar la belleza o
socializar el arte, en el sentido que hasta los
objetos más cotidianos tiene valor estético.
El modernismo no sólo se da en las artes
mayores (pintura, escultura y arquitectura),
sino también en las artes menores, aplicadas o decorativas, o en las artes gráficas:
cristalería, cerámica, y todo tipo de objetos
útiles en la vida cotidiana, incluido el mobiliario urbano.
Klimt, con su simbolismo tan original, es
un autor atrayente.
Modernismo catalán
Aunque es parte de la corriente general
que surge en toda Europa a finales del XIX,
en Catalunya adquiere una personalidad
propia y diferenciada. Destacan tres arquitectos: Antoni Gaudí, Domènech i Montaner, y Josep Puig i Cadafalch.
Gaudí, es uno de los artistas más religiosos de este tiempo. Con ojos profundamente cristianos, saca de los detalles más
recónditos de la naturaleza, su mirada de
Fe y su inspiración. Los signos religiosos
son constantes en su obra.
Hay también un fructuoso florecer de
pintores, con rasgos propios, acentuando
Regina Goberna Juliá
el impulso personal de cada artista: Casas,
Rusiñol, Sunyer, Anglada Camarasa, o
Nonell con un amor encarnado especialmente en los pobres.
Todos tienen en común una reflexión
silenciosa y meditativa de la realidad.
Expresionismo - Alemania
Opuesto al impresionismo, es un arte
emocional, que quiere reconstruir la sociedad, con su dolor, sus filias y sus fobias. El
ser humano con todo lo que lleva dentro.
Precedidos por “El grito” de Munch, los
expresionistas son, después del Renacimiento, los que más se han interesado por
la iconografía cristiana.
El artista en modo alguno transcribe las
impresiones que ve, su mano y su pincel no
son más que instrumentos de la realidad
interior. La vida del espíritu no se manifiesta a través de una pintura descriptiva. El
paisaje o el retrato sólo son excusas para
volcar en una tela las vivencias del individuo
El expresionismo es, según Worringer,
consustancial al alma del hombre nórdico.
Todo se hace sobrenatural o fantástico.
Entre los que se unieron para intentar
detener la extensión del impresionismo (y a
favor del expresionismo) se halla el grupo
Die Brücke que cronológicamente surgió
en paralelo a la explosión cromática fauvista (1905).
Surgido como reacción al impresionismo, el expresionismo se distancia de él. Así
como los impresionistas plasman en el lienzo una “impresión” de lo que ven, los
expresionistas pretenden reflejar su mundo
interior, una “expresión” de sus propios
sentimientos. Emplean la línea y el color de
un modo temperamental y emotivo, de
fuerte contenido simbólico. Manejan el pincel con crispación, con colores vivos y estridentes, a fin de provocar un “shock” visual
i emocional en el espectador. Incluso a
veces en un tono algo grotesco, dan un
trazo expresionista a las escenas del Nuevo
Testamento.
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ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
Nolde, reflejando una rebelde espiritualidad, en sus temas religiosos es realmente impresionante. Sus escenas de la
pasión con colores vivos, son inolvidables.
Igual que la Santa cena, el primero de sus
cuadros religiosos, Pentecostés, o Jesús
con los niños. Su pintura es una pura exaltación del color, y el tema religioso es una
constante y recurrente a lo largo de su vida,
como un grito desgarrado que distorsiona
las formas, llenas de fuerza expresiva.
Fauvismo – Francia
Detrás del fauvismo no hay un argumento teórico, sino sólo su colorido radical y
arbitrario.
Los fauvistas se distinguen por usar
comúnmente los colores primarios, con una
complementariedad entre colores, que produce un mayor contraste visual y una mayor
fuerza cromática. Ellos pretenden, a través
de los colores, expresar sentimientos. No
buscan la representación naturalista, sino
realzar el valor del color en sí mismo. Por
ello, rechazan la paleta de tonos naturalistas empleada por los impresionistas a favor
de los colores violentos para crear un
mayor énfasis expresivo.
Matisse maestro de los fauvistas, señala: “la valentía para volver a la pureza de
recursos” como la más destacada aportación del fauvismo. El esquematismo simbólico de su “Via crucis” es enérgico. Rouault
presenta a menudo la faz de Cristo con una
gran fuerza, rompiendo con los convencionalismos del arte católico, dulzón y decadente. De Gaugin llaman la atención “Getsemaní, y “El Cristo amarillo”. Entre otros
autores, Vlaminck es el enamorado de la
naturaleza.
Y uno de los artistas más valorados
actualmente es Van Gogh con preciosos
temas religiosos como “El buen samaritano”, o “la Piedad”.
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La estética y la belleza artísticas
en la cultura cristiana contemporánea
El arte de las Vanguardias
El concepto de vanguardia supone una
determinada orientación del arte que en
cierta medida no es exclusiva de la contemporaneidad. El arte no es una expresión de
realidades individuales o colectivas, sino
que la producción artística sigue una línea
de progreso, en la que el artista se adelanta
al resto de la sociedad con su percepción
del momento social. Los artistas que participan en las vanguardias dejan, tras sus
huellas, a seguidores que continúan sus
principios o sus conceptos estéticos.
Así pues, lo que hoy es vanguardia,
mañana ya no lo será, o incluso pasado
mañana quedará rezagado de la evolución
artística y quizás caído en el olvido en las
nuevas y galopantes vanguardias.
El reto de las primeras vanguardias se
manifiesta con toda su virulencia en los primeros quince años del siglo pasado. Los
fauvistas apenas habían tenido tiempo de
escandalizar cuando otros artistas estaban
investigando otras zonas de la creación
plástica. Entre ellos Picasso brilla con luz
propia.
Aunque la distinción de lo moderno
comprende aproximadamente desde 1874
hasta 1974 y algunos consideran a los
impresionistas como los primeros modernos porque desafiaron ciertas normas de la
pintura tal como eran enseñadas en las
academias, conviene recordar que los
impresionistas no se distinguieron en sus
fines de las tradiciones del arte que se
había desarrollado desde el descubrimiento de la Naturaleza en el Renacimiento,
sólo que con el impresionismo se completó
la conquista de la Naturaleza.
Por esto algunos autores consideran el
principio del arte moderno en el alto Renacimiento, Renacimiento y Barroco.
A partir de estas primeras vanguardias,
por un tiempo se acabó de separar el arte
religioso del secular, cuando el Papa Pio XII
prohibió la incorporación del arte de van-
ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
guardia en el museo Vaticano. Fueron Pablo
VI y Juan Pablo II quienes volvieron a acoger, más tarde, estas corrientes vanguardistas en el seno de la Iglesia.
Cubismo
Da la ruptura definitiva con la tradición.
Es la 1ª vanguardia que rompe con las
reglas del Renacimiento. Sin perspectiva,
en su imaginario dominan las figuras
geométricas.
Picasso es el principal autor. Su pintura,
tan rupturista, tiene algo de “clásico”, que
la hace cercana. Sin dejar espacios libres,
da un contacto interactuante al ojo del
espectador. En su obra tan extensa y variada, tiene algunos temas religiosos importantes, como el de las Crucifixiones.
Otros autores cubistas son Braque y
Juan Gris.
Esquematizando, el cubismo da una
visión contrastada de los objetos, tomando
de ellos la esencia.
Dadaísmo
Nace en Zurich, y luego lo encontramos
en Estados Unidos. Se mueve por la oposición a la razón instaurada por el Positivismo. Se rebela contra el arte burgués. Al
cuestionar el canon artístico, el dadaísmo
crea una especie de “anti-arte”, en contradicción abierta con el orden establecido.
Crea la destrucción del arte en favor de la
espontaneidad y el escándalo.
Los autores más conocidos son Picasso
(en ciertas obras), Max Ernst, Duchamp o
Modigliani.
Contra la tentación del acomodamiento,
el dadaísmo despierta las conciencias.
Surrealismo
Siguiendo la aportación de Freud, quiere integrar los sueños en su obra artística.
Descubierto el inconsciente, sobrepasa lo
real con lo imaginario.
Elaborado en el “propio desconocido”,
Regina Goberna Juliá
en los rincones menos explorados del alma,
el arte no es representación, sino verdadera comunicación. El surrealismo no es un
estilo, sino una filosofía de la vida. Se ha
dicho que ”es un ojo en estado salvaje”.
Miró es el máximo surrealista, por su
automatismo psíquico puro. Encontramos
también, en España, otros famosos: como
Dalí, con algunos temas religiosos muy
conocidos (Santa cena, el Cristo de san
Juan de la Cruz, etc.)
Otro autor importante es Chagall, con
sus temas eminentemente centrados en el
judaísmo, pero con alusiones constantes a
la cruz de Jesús, hasta llegar a la “Crucifixión blanca” donde la persecución nazista
orla al Crucificado.
Abstracción
El arte abstracto quiere expresar igualmente el ánimo del autor. No desde el
inconsciente, sino desde su percepción
personal, con una gran libertad de expresión.
Según Salvador Espriu, “en el abstracto
es obscuro y múltiple el origen de las formas inventadas por la mano del artista, que
quiere aplicar al lienzo las normas de su
pensamiento”. Obscuro y difícil es intentar
plasmar el propio territorio íntimo, donde
se gesta la inspiración. En contraposición a
la frívola banalización que nos da la sociedad de masas actual, el artista pretende
responder a una necesidad interior, trascendiendo la común intrascendencia de los
objetos.
Este estilo de pintura permite establecer relaciones, analogías i metáforas, que
no se explican discursivamente. Expresadas
con una indefinición fecunda, piden creatividad a los ojos del interlocutor.
Autores importantes son Kandinsky o
Mondrian.
Entre los autores con obra más religiosa, nombraremos a William Congdon
(EEUU), dentro del expresionismo abstracto estadounidense. Su pintura religiosa, de
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ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
gran expresividad, te atrae hacia el Trascendente.
Lucio Muñoz es un pintor abstracto,
entre los informalistas españoles de la
segunda mitad del siglo XX. La materia
herida, quemada, agredida, da un aspecto
sincero, y a la vez que trágico, a los valores
estéticos de su obra. Tiene varias obras de
tema religioso, como “el Gólgota” del
museo de Bilbao, con un Cristo totalmente
hundido en el fracaso de la muerte.
Informalismo
Características plásticas de esta pintura
son: la espontaneidad del gesto, el automatismo y la inexistencia de ideas preconcebidas. La experiencia de lo ya empezado a
plasmar, hace nacer la idea, y la obra es el
lugar y el momento privilegiado en que el
artista se descubre.
Dentro de esta tendencia, cada artista
deja toda la libertad a lo imprevisto de las
materias (gusto por la mancha o por el azar)
y a la aleatoriedad del gesto, rechazando el
dibujo y el control. Es una obra abierta que
el espectador puede leer libremente. La
aventura pictórica en vez de partir de un
significado para construir signos, comienza
por la fabricación de signos y da a continuación el significado.
Antoni Tàpies es uno de los autores más
conocidos (con el mimetismo de la “cruz”
en casi todos sus cuadros)
De Antonio Saura, tenemos la Crucifixión (1959–63) en el Museo Guggenheim
de Bilbao. Una de las pinturas más impresionantes que realizó Saura sobre el tema,
que comenzó a tratar en 1957 y no abandonó hasta su muerte en 1997. Sus “garabatos” frenéticos encarnan, para Saura, una
trascendencia única.
Arte efímero
Si partimos de las propuestas neodadaístas de unir arte y vida, la obra povera
sería lo más cercano a la vida y lo más alejado de lo que entendemos por arte. Su fin
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La estética y la belleza artísticas
en la cultura cristiana contemporánea
no es el resultado de un proceso, sino el
propio devenir del proceso.
El concepto de efimeridad es básico en
este tipo de obras, la obra, inspirada en la
concepción perecedera de la vida, ya no
está hecha para superarla, sino al contrario,
sabiendo que el tiempo actúa sobre ella
como agente destructor.
Relacionadas con el arte povera, serían
las manifestaciones ecológicas que se producen principalmente en el ámbito estado­
uni­­
dense. Los nuevos soportes naturales
son transformados “in situ” por la iniciativa
del artista. De ello deriva el “Land art” : la
naturaleza se convierte en material artístico, en soporte de experimentación, y precisamente la obra de arte consiste en la
transformación de esta naturaleza.
Dentro del arte efímero, la Perfomance,
o el Environment, son una modalidad americana que llega a Europa a finales de los
70, y cubre un amplio campo de prácticas
artísticas (baile, artes plásticas, música, teatro) que se complementan con medios
audiovisuales, documentales y fotografías.
Resaltando el carácter efímero consustancial a las diversas modalidades del arte en
acción, los performers conciben acciones
únicas tanto en marcos convencionales
(galerías, salas de exposición, vías públicas,
etc..) como en entornos fortuitos, generalmente irrepetibles y ante un público pasivo.
Las instalaciones incorporan cualquier
objeto para crear una experiencia visceral o
conceptual en un ambiente determinado.
Los artistas de instalaciones por lo general
utilizan directamente el espacio de la exposición.
Artistas tan diferentes como Helio Oiticica, Bruce Nauman, Joseph Beuys, o Antoni Muntadas, han trabajado en uno u otro
sentido la instalación.
Entre las artistas me gusta nombrar a
Lluïsa Pla (no sólo por las instalaciones, sino
también por la pintura abstracta), con quien
he compartido un poco las ideas de este
trabajo.
ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
Hiperrealismo
El hiperrealismo es una tendencia radical
de la pintura realista surgida en Estados
Unidos a finales de los años 60 del siglo XX
que propone reproducir la realidad con más
fidelidad y objetividad que la fotografía.
Entre los muchos hiperrealistas, en
España destaca Isabel Guerra. Aunque su
temática no es de temas bíblicos o
explícitamente “religiosos”, la luz serena, y
la expresión de sus figuras conlleva a la
Belleza, a la Bondad, en definitiva al Amor
compasivo de Dios.
Si en los estilos anteriores la creatividad
era inherente al mensaje, los hiperrealistas
conducen hacia la contemplación abstracta,
muda, estática.
Época Postmoderna
La postmodernidad nos ha traído un
paso importante, caracterizado por cambios
culturales imprevisibles, nuevas culturas i
subculturas, nuevos símbolos, nuevos estilos
de vida y nuevos valores. Y todo ocurre a
una velocidad vertiginosa. Ya no nos movemos entre esquemas interpretativos totalizantes, sino en la complejidad, la pluralidad,
o la contraposición de modelos de vida y de
comportamientos éticos, mezclados de
manera desordenada y contradictoria.
Así el arte, después de la experiencia de
las Vanguardias eliminando la distancia
entre el arte y lo real, los postmodernos
transitan sin pudor por las distintas expresiones del arte, que cogen sólo como
punto de referencia. El neoindividualismo o
la cultura del subjetivismo, lleva al individuo
como medida aplicable a todo.
Con la postmodernidad se inicia una
euforia pictórica (1980), resultado de la liberación y entusiasmo que supuso un retorno
a la pintura, aunque con contenidos subjetivos nuevos. “Los postmodernos quieren
responder a la búsqueda del sentido, con
una interrogación donde la dimensión pictórica acompañe a la existencial” (A. Mitrani).
Muchos son los artistas del momento,
Regina Goberna Juliá
pero ejemplos notables nos los brindan Néstor Bastarrechea, con la decoración de la
cripta de Aránzazu, quien más allá de la anécdota descriptiva, encomienda al color la evolución del drama del Calvario. Miquel Barceló, con la decoración impulsiva del magnífico
mural cerámico, sobre temas eucarísticos, en
la catedral de Mallorca. O el mismo Subirachs
con las esculturas esquemáticas y crudas, de
la fachada de la Pasión, en el templo de la
Sagrada Familia de Barcelona. Cada uno con
su concepción artística personal.
Estética y belleza en el cristianismo actual
Me ha gustado desarrollar las últimas
corrientes artísticas, para darnos cuenta de
dónde venimos y donde estamos.
Hubiera sido simplista centrarnos en los
Iconos (orientales), como ejemplo de arte
cristiano actual. Todo este recorrido, tal vez
demasiado largo, nos dice claramente,
cómo debe ser nuestra respuesta artística
en este momento.
Incluso sin omitir el dadaísmo, hoy sentimos que a partir de este proceso histórico
no hay vuelta atrás.
Como cualidades importantes de nuestro arte cristiano actual, podríamos pedir
que tuviera Misterio, sin necesidad de querer explicarlo multiplicando los detalles.
Que tuviera, tal vez, la simplicidad del
románico, o la elegancia del gótico, mostrando a Dios como Padre o como Madre.
Que sin desprenderse del volumen corporal, mostrara en la masa al Dios que se
puede tocar. A Jesús, Resucitado con nuestra carne. Que fuera una obra con sentimientos, con vivencia. Según la propia
confesión de fe. Que saliera de dentro del
ser. Que estuviera encarnada en el momento actual de desempleo, de precariedad, de
crisis, antes del resurgimiento.
Podríamos desear que suscitara un
“grito” de desacomodamiento, una protesta contra tanta corrupción, con un anhelo
de profunda sinceridad. Que fuera un arte
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ANÁLISIS
SOCIORRELIGIOSO
sugerente, joven, atractivo, rupturista,
informal, sin miedo a la inspiración atrevida.
Conclusión
Como conclusión quisiera enumerar
algunos casos de artistas actuales, con sus
obras.
Entre los dispuestos a decorar iglesias,
el más conocido es Rubnik (1954). Artista y
teólogo esloveno, con importantes mosaicos en muchas ciudades europeas, y concretamente en el Vaticano, en Lurdes y en
La Almudena (catedral de Madrid). Como
buen oriental, su estilo es neo-bizantino, sin
contactos con estas últimas corrientes occidentales que hemos ido enumerando.
Jean-Marie Pirot (1926) conocido con el
sobrenombre de “Arcabas”, es un artista
francés muy dedicado al arte sagrado contemporáneo, con obras en diversas ciudades de Europa y EEUU. Su estilo, de gran
colorido, es bello y atrayente.
Sieger Köeder (1925) es un tardío expresionista. Uno de los famosos pintores religiosos de la Alemania actual. Sus temas se
mueven exclusivamente en el mundo bíblico y cristiano, y con interpretaciones realmente sugestivas, seductoras, y optimistas,
de la Palabra de Dios.
Sor Caritas Müller (Suiza) concibe su
trabajo artístico como una evangelización.
Entre muchos otros relieves de cerámica,
su “Trinidad” nos muestra una concepción
muy evangélica del Dios Padre, Hijo y Espíritu, inclinado hacia el débil ser humano,
que ocupa, paradojalmente, el centro de
atención.
Entre las propuestas de futuro, parece
muy ensalzable la iniciativa de Sean Scully
(1945), un dublinés afincado en Nueva York,
que se ha propuesto decorar la iglesia del
Monasterio románico de Sta. Cecilia de
Montserrat.
Iniciativas que cabría desear se multiplicaran.
Entre los autores suramericanos debemos nombrar a Maximino Cerezo Barredo.
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La estética y la belleza artísticas
en la cultura cristiana contemporánea
Hay teólogos de la liberación y hay “pintores de la liberación”. Él es uno de ellos. Sus
dibujos han venido corriendo, durante las
décadas pasadas, por las publicaciones latinoamericanas y pasando de unas a otras sin
copyrights ni royalties, de fotocopia en
fotocopia hasta desgastarse y quedar casi
irreconocibles, como verdadera “propiedad del Pueblo Latinoamericano” que son.
Ahora han entrado en la época de la digitalización. Servicios Koinonía los divulga
ampliamente. El estilo es fuerte y vigoroso,
y su interpretación con un buen mensaje
evangélico.
Entre otros muchos, me gusta nombrar a
Alejandra Izquierdo, benedictina de Chile
(Rengo), con una sólida formación artística,
que ha decorado también algunas iglesias.
Su estilo, delicado y moderno, está lleno de
una mirada sensible y penetrante. Tanto en
las obras de inspiración más abstracta, como
en las de talante más figurativo, se reconoce
su mano, equilibrada y contemplativa.
“Las obras religiosas deben ser realizadas por los verdaderos artistas, no por
religiosos mediocres”, dijo un día el Padre
Couturier (1897) con visión lúcida.
Y yo me atrevería a repetir una petición
ya formulada en otras ocasiones: ¿sería
posible que en cada iglesia local, tal vez en
cada diócesis, hubiera un artista actual,
moderno, y de renombre, como responsable de las actividades artísticas que se efectúan en los templos?
¿O es que preferimos seguir con el
divorcio entre Iglesia y arte?
Bibliografia
J.Sureda / A. Mª Guasch - La trama de lo
moderno. Ediciones AKAl SA, 1987.
Ernest H. Gombrich. Historia del Arte. Versión
española de Rafael Santos Torroella. Alianza Editorial 1984,
Alex Mitrani - Museo de Montserrat, inauguración de la exposición de C. Gabarró,
“Vanitas” (9 de novembre de 2013)
Salvador Espriu, Catálogo: Madola/Espriu 2013.
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