Trabajo infantil en México. Un nuevo marco

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Trabajo infantil en México. Un nuevo marco
constitucional de protección para el menor
por Ivonne Nohemi Díaz Madrigal
Durante la etapa de la niñez existe mayor riesgo de exposición a factores que pueden deteriorar o
dañar la integridad física y/o emocional del ser humano. Con recientes reformas constitucionales
México ha implementado diversos mecanismos para la defensa y protección de los niños, niñas y
adolescentes, con el objeto de reconocer, promover y vigilar el cumplimiento de una serie de
derechos humanos, entre ellos la protección contra la explotación económica y el desempeño de
cualquier trabajo que pueda ser peligroso, que entorpezca su educación, que sea nocivo para su
salud o para su desarrollo. Un paso de gran importancia en la legislación mexicana consistió en
reconocer a los menores como titulares de derechos y no únicamente como objetos de protección.
Esto evidencia la transición del paradigma asistencialista estatal a un modelo garantista.
Para la Organización Internacional del Trabajo (OIT) los niños que trabajan son personas que
realizan actividades laborales, estando por debajo de la edad mínima legal para trabajar o bien,
estando en la edad legal, realizan actividades que suponen una amenaza para la salud, la seguridad o
el desarrollo moral, y se encuentran en condiciones de trabajo forzoso1, sea este asalariado, trabajos
domésticos no pagados, trabajo económico remunerado o no remunerado, y cualquier otro tipo o
modalidad de trabajo infantil2.
De acuerdo con las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el
año 2012 en México aproximadamente 11% del total de la población de entre 5 y 17 años, se
encontraban en situación de trabajo infantil. Del total de la población infantil en este rango de
edades, 9 de cada 10 (87.2%) son varones y 7 de cada 10 (69.9%), se ubican en las zonas con menor
desarrollo urbano. La actividad que registra el mayor porcentaje de niños empleados (29.7%), es la
agropecuaria, sector donde 29.7% tienen jornadas mayores a 35 horas laborales a la semana3.
Cuatro de cada 10 trabajan sin remuneración, la mayoría con algún familiar. Además, en México,
cerca de 20 millones de infantes realizan distintas tareas en sus hogares. El 12 por ciento (2.5
millones) destinó al menos 15 horas a la semana a quehaceres domésticos y un siete por ciento hasta
24 horas.
1
OIT. Intensificar la lucha contra el trabajo infantil. Conferencia Internacional del Trabajo.99ª reunión, 2010. Informe I
(B) http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---relconf/documents/meetingdocument/wcms_136697.pdf
[Consulta realizada el 23 de marzo, 2015].
2
OIT. Intensificar la lucha contra el trabajo infantil. Conferencia Internacional del Trabajo.99ª reunión, 2010. Informe I
(B) Disponible en
http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@ed_norm/@relconf/documents/meetingdocument/wcms_136697.pdf
[Consulta realizada el 29 de enero, 2015].
3
El trabajo infantil en México 1995-2002, p. 30. Disponible en
http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/estudios/sociodemografico/trabajo_infantil/E
l_Trabajo_Infantil.pdf, mayo de 2013 [Consulta realizada el 23 de marzo, 2015].
1
Los hijos de las familias más pobres y vulnerables son los más afectados. El aumento del desempleo
y de los índices de la pobreza son elementos que se convierten en amenazas a la educación, la salud
y bienestar de la población infantil.
Consideramos, son tres los principales riesgos para un libre y sano desarrollo de la infancia en
México:
1. El incremento de los niveles de pobreza y disminución del valor adquisitivo de las familias
mexicanas, propicia que los niños sean mandados o bien elijan, actividades con remuneración
económica, sobre las actividades escolares.
En México la capacidad de compra con los ingresos del trabajo ha disminuido, comparándolo con la
inflación y los precios de alimentos. De 2005 a 2014 el poder adquisitivo cayó casi 11 por ciento,
comparado con la inflación pero comparándolo con el precio de alimentos, disminuyó 31.7 por
ciento.4 Condiciones de este tipo llevan a las familias mexicanas a confrontar derechos:
alimentación versus educación.
2. Recortes en los presupuestos de egresos asignados al sector educación repercute negativamente
en el acceso y la calidad de la educación.5
3. La disminución de las remesas tiene un efecto negativo para el desarrollo de la población
infantil6, sobre todo en comunidades rurales que ya son vulnerables.
México, como muchas economías similares en el mundo, aún no puede garantizar el acceso pleno
de las familias a satisfactores de necesidades básicas. Ante tal panorama las estadísticas refieren
que lamentablemente no son casos aislados aquellos en que los menores tomen o se les asignen
obligaciones económico-laborales, que se consideran más urgentes que su derecho a la educación.
La problemática se reconoce, y tan es así que desde diversas instituciones y estancias de gobierno se
realizan acciones para cambiar esta tendencia negativa en la infancia.
Los Poder Ejecutivo y Legislativo federales, se han sumado a los esfuerzos y han llevado a cabo
acciones para atender la problemática del trabajo infantil. A consecuencia de ello, la legislación
nacional ha cambiado en el devenir de los años, con resultados positivos importantes.
El 29 de mayo del año 2000, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la Ley para la
Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Su sustento constitucional fue el
artículo 4º. Sin embargo, por no ser, en ese momento, materia concurrente, esta ley, de carácter
federal, no tenía alcance para distribuir competencias entre los distintos niveles de gobierno, por lo
que no logró llevar sus altos estándares y principios de protección a la legislación de las entidades
federativas.7 Once años después, el 12 de octubre de 2011 se publicó en el Diario Oficial de la
Federación el Decreto por el que se reformó el artículo 4o. y se adicionó la fracción XXIX-P del
artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.8
4
Gonzalo Hernández Licona, Secretario General de Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(Coneval), entrevista realizada por MVS Noticias respecto al Informe Trimestral del Coneval. 26 de agosto, 2014.
Disponible en http://aristeguinoticias.com/2608/mexico/cae-poder-adquisitivo-por-ingreso-laboral-de-los-mexicanosconeval/ [Consulta realizada el 5 de abril, 2015].
5
Considerando que se trata de un sector de la población ya no infantil, pero si nos encontramos aún con el rubro
educación; solo para ejemplificar basta decir que en el Proyecto de Egresos de la Federación 2012, el monto original
para el Instituto Politécnico Nacional (una de las principales institución de educación superior y pública en México), fue
de 2 mil 119 millones, 932 mil 350 pesos, pero las autoridades educativas decretaron una reducción de 7.3 por ciento.
Se trató de un recorte de 156 millones 475 mil pesos 45 centavos que anunció la Secretaría de Hacienda a través de la
Secretaría de Educación Pública en septiembre del año 2013.
6
Sin recursos económicos se dificulta el acceso a las familias a servicios médicos, de educación, alimentación, entre
otros.
7
Políticamente, México es una república democrática, representativa y federal compuesta por 32 entidades federativas:
31 estados y el Distrito Federal.
8
El texto reforma quedo de la siguiente forma:
“En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez,
garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de
alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño,
2
Mediante esta reforma, se facultó al Congreso de la Unión para expedir leyes que establezcan,
mediante un ordenamiento de carácter general, la concurrencia de la Federación, los Estados, el
Distrito Federal y los Municipios, en los ámbitos de sus respectivas competencias, en materia de
derechos de niñas, niños y adolescentes. Esta legislación debería velar en todo momento por el
interés superior de los menores así como dar cumplimiento a los tratados internacionales sobre la
materia, de los que México es parte.
El 12 de junio de 2013, el Ejecutivo Federal presentó una iniciativa de reforma al artículo 123
apartado A fracción III de la CPEUM. El objetivo fue elevar la edad mínima legalmente permitida
para laborar. Se incrementó de 14 a 15 años de edad. Su paso por el Congreso y la mayoría de las
legislaturas fue ágil pues no tuvo mayor oposición, sin embargo pudo ser más rápido9. A más de un
año de ser presentada la iniciativa, finalmente la reforma fue publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 17 de junio de 2014 y comenzó su vigencia al día siguiente.
El 7 de abril de 2015, la Cámara de Senadores (ejerciendo una de sus facultades exclusivas que le
confiere la Constitución) ratificó el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT) sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo, por una política nacional que asegure la
abolición efectiva del trabajo infantil. Este Convenio establece que deberá elevarse progresivamente
la edad mínima de admisión al empleo hasta llegar a un nivel que haga posible el más completo
desarrollo físico y mental de los menores. Cabe mencionar que el Convenio 138 fue adoptado desde
el 26 de junio de 1973 por la 58 Reunión de la Conferencia Internacional de Trabajo. En él se exige
a los Estados participantes proporcionar los medios para liberar a niños, niñas y adolescentes de las
peores formas del trabajo infantil, aseguren su rehabilitación e inserción social. De igual forma, los
Estados deben asegurar el acceso a la enseñanza básica gratuita y a la formación profesional.
El trabajo infantil sigue siendo tema en los debates legislativos y en las políticas públicas en
México, lamentablemente esto es así porque la problemática continúa. Como ha quedado
demostrado las autoridades han implementado acciones –algunas veces más lentas de lo esperado–,
en el marco de sus competencias. Sin embargo, como lo reflejan las estadísticas, debe trabajarse por
la eficacia y cumplimiento de las leyes.
Atender oportunamente el problema del trabajo infantil y sus consecuencias, tiene beneficios de tal
calado que abarcan incluso el desarrollo nacional. Con datos del Fondo de las Naciones Unidas para
la Infancia (UNICEF), invertir en la niñez tiene un efecto positivo exponencial en las economías de
las naciones y de todas las sociedades. Es durante los primeros años de vida cuando se construyen
las bases de la salud y el bienestar del individuo, por ello resulta el momento más oportuno para
romper el ciclo de la pobreza, desnutrición o analfabetismo de un país. Los programas que invierten
en el desarrollo en la primera infancia pueden ahorrar a los gobiernos cuantiosos gastos de salud,
problemas de pobreza, de inseguridad, desempleo e improductividad.
En la actualización del Consenso de Copenhague, siete de las diez inversiones más productivas se
relacionan directamente con los niños. Éstas incluyen la ampliación de la administración de
micronutrientes a los niños, el aumento de la cobertura de inmunización, la reducción de los costos
de escolarización y la eliminación de las barreras que impiden a las niñas acceder a la enseñanza. Es
obligación de un gobierno en un Estado democrático y social, proporcionar los medios necesarios
para una adecuada calidad de vida. Buscar una mayor calidad de vida de las personas y mayor
productividad económica, son un motivo adicional para fortalecer acciones legislativas, políticas
públicas y económicas con atención en la niñez.
ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez. Los ascendientes, tutores y custodios
tienen la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y principios.”
9
Por tratarse de una Reforma Constitucional, según lo prevé el artículo 135 de la Constitución Política Federal, se
requiere de un procedimiento especial, es decir, para que las adiciones o reformas lleguen a ser parte de la misma, se
requiere que el Congreso de la Unión, por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, acuerde las
reformas o adiciones, y que éstas sean aprobadas por la mayoría de las legislaturas de los Estados. El Congreso de la
Unión o la Comisión Permanente en su caso, harán el cómputo de los votos de las Legislaturas y la respectiva
declaración.
3
Invertir en el cuidado y bienestar de los niños da como rendimiento adultos sanos, alfabetizados,
cívicos, productivos, que se reflejan en el avance, desarrollo y progreso de un país.
Ivonne Nohemi Díaz Madrigal
Estudiante de Posgrado en Derecho Parlamentario en la UAEM
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