valoración sobre la recomendación del consejo europeo

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Valoraciones de CCOO y UGT relativas a la
Recomendación del Consejo Europeo sobre el
Programa Nacional de Reformas
2015 de
España
Introducción
A la vista del contenido de esta Recomendación para 2015 y 2016,
podríamos decir que estamos ante un intento del Consejo Europeo de
edulcorar en lo posible el diagnóstico de la situación de nuestro país,
con el objeto de no dejar en muy mal lugar al Gobierno del PP, junto
con el establecimiento, bajo la denominación de recomendaciones, de
las líneas rojas para el nuevo Gobierno que surja de las urnas
Para analizar el contenido de este documento de valoración de las
políticas del Gobierno español y de fijación de las orientaciones a
seguir este año y el próximo, hay que referirse en primer lugar al
hecho de que nos encontramos en un año electoral, así como a los
órganos de la UE que lo redactan y aprueban.
El que nos encontremos en la fase final de la legislatura se traduce en
que las valoraciones relativas a las políticas seguidas por el Gobierno
en los diferentes ámbitos contemplados en el Semestre Europeo, se
refieren al conjunto de dicha legislatura, convirtiéndose así en una
valoración global de la actuación del Gobierno del PP. En cuanto a su
redacción, la propuesta la realiza la Comisión Europea (CE), aunque
su valoración y aprobación la efectúa el Consejo Europeo, es decir,
los Jefes de Estado y de Gobierno de la UE. Pero en realidad y dada
la sintonía entre el equipo económico de la CE y los gobiernos que
vienen marcando las políticas en este ámbito, la referida propuesta
vienen siendo aprobadas sin cambios por parte de ese Consejo.
Si tenemos en cuenta que la CE y los gobiernos con más peso en
Europa vienen presentando a Rajoy como el alumno aventajado en el
seguimiento de sus recetas económicas y a España como el ejemplo
mas exitoso de la aplicación de las mismas, parece evidente que la
valoración de las medidas concretas llevadas a cabo por nuestro
Gobierno debe contradecir lo menos posible ese mensaje. Ante este
panorama, la CE ha extremado el lenguaje diplomático y los
eufemismos habituales en los documentos europeos (cuando se trata
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de gobiernos amigos, ya que como hemos visto en el caso de Grecia,
si se desafían sus órdenes, esto cambia radicalmente). En definitiva,
han tratado de evitar, en lo posible, los efectos perjudiciales de un
documento que en el fondo viene a contradecir de forma contundente
el mensaje triunfalista del Gobierno de cara a las elecciones.
No obstante, esta actitud favorable no puede enmascarar la realidad
de pocos éxitos y muchas tareas pendientes en nuestro país, a cuyo
repaso se dedica la mayor parte del documento. Pero a la vista del
contenido de las cuatro Recomendaciones que cierran el documento y
que en teoría se deberían corresponder con el conjunto de
deficiencias analizadas, consideramos que el “trato de favor” al
Gobierno del PP, ha llegado en este caso a unos extremos
escandalosos. El Consejo se ha limitado a plantear cuatro
Recomendaciones que dejan fuera una parte sustancial de dichas
tareas, aunque centradas en los ejes fundamentales de las actuales
políticas de la UE y que, en realidad, se pueden considerar como el
mandato para el futuro Gobierno que salga de las urnas.
A continuación, pasamos a exponer las valoraciones de nuestras
Organizaciones relativas a los aspectos que consideramos más
relevantes de esta Recomendación, dedicando especial atención a los
relacionados con los salarios, el mercado de trabajo y la renta
mínima.
Salarios
En estas Recomendaciones específicas, el Consejo está proponiendo
la “oficialización” del dumping salarial en Europa. Mientras que la
dinámica de segmentación de los mercados de trabajo pretende
resolverla con la igualación a la baja. Esta idea de flexibilización
salarial a la baja no es nueva, ya se expuso en numerosas
publicaciones de la CE y concretamente, en el último Estudio
Prospectivo anual sobre el crecimiento. En este informe, sin embargo,
la CE era mucho menos ambigua, pues claramente se refiere a
salarios reales, diciendo que: “un alto nivel de empleo requiere que
los salarios reales evolucionen en línea con la productividad”, aunque
la propuesta de fragmentación de la negociación colectiva ya está
presente cuando aconseja “cierto grado de flexibilidad para
diferenciar los incrementos salariales entre, y en, los sectores”.
Sin embargo, entre estos dos documentos hay diferencias cruciales:
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Primero, no puede pasar desapercibida la contradicción de que en las
Recomendaciones parece establecer una relación de causalidad entre
el insuficiente ajuste de los salarios y el persistente alto nivel de
desempleo. Mientras en el Estudio Prospectivo, establece claramente
la relación inversa. La diferencia no es baladí pues las políticas a
seguir para crear empleo en el primer supuesto serían las contrarias
de las que se deducen del segundo. En el supuesto de las
Recomendaciones, hay que recordar que la demanda de trabajo es
derivada de la demanda global, pero también hay que señalar que
una de las principales palancas para estimular esta demanda (y por
ende aumentar el empleo disponible) es el aumento de los salarios.
No teniendo duda alguna respecto a que el desempleo persistente es
la herencia de aplicar las políticas económicas restrictivas y
sincronizadas en la UE durante la actual crisis.
Segundo, en dicho Estudio Prospectivo se señala que los salarios
reales deben evolucionar como la productividad, mientras en las
Recomendaciones se habla siempre de salarios, sin especificar si se
trata de nominales (como en el Pacto por el Euro) y se está abogando
por desligar los salarios de la evolución de la inflación (abandonando
la necesidad de recuperar el poder adquisitivo) o de los salarios
reales. La CE vuelve a introducir en las Recomendaciones la misma
ambigüedad y confusión con las que viene jugando desde hace años
para tratar de imponer nuevos sistema de determinación salarial
donde se olvide la recuperación de del poder adquisitivo de los
salarios.
Las Recomendaciones parecen fundamentarse en la creencia de que
los salarios reales en España han estado evolucionando por encima
del desarrollo de la productividad y que la negociación colectiva no
diferencia incrementos sectoriales y/o de empresas. Creencia a todas
luces errónea: el diferencial entre la evolución de los salarios reales y
la productividad laboral en el período 2008-2014 es superior a 10
puntos porcentuales, considerando agregados promedio de ambas
variables, según muestra, entre otros, el estudio comparativo sobre
la evolución de los salarios reales y competitividad para los países
europeos del Instituto Sindical Europeo, de reciente publicación. Con
anterioridad, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) (en una
nota presentada al Consejo informal de Empleo y Protección Social de
abril 2014), mostró que esa tendencia no se limita a los años
recesión, sino que es constante desde finales de los años noventa, al
menos. Por tanto la brecha acumulada entre salarios reales y
productividad es mucho mayor.
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Otros informes, como el de la OCDE “Perspectivas de Empleo de
septiembre 2014”, señalan además” que la disminución de los
salarios reales en España ha sido notablemente mayor a la
disminución promedio de la Zona Euro. Manifestando que tales
reducciones, que cuantifica en un 2% - reducción promedio anual
durante 2009-2013- originan considerables penurias para los
trabajadores y sus familias. Adviertiendo esta Organización de las
graves consecuencias de continuar disminuyendo salarios: “nuevos
ajustes salariales en los países más afectados por la crisis pueden
acabar siendo contraproducentes y, sobre todo en un contexto de
inflación próxima a cero, podrían tener una eficacia limitada en la
creación de empleo. Tales ajustes acentúan el riesgo de pobreza y
pesarían sobre la demanda global”. “Cualquier nuevo descenso,
provocaría un círculo vicioso de deflación, descenso del consumo y
menos inversión”.
La misma línea de remarcar la radical disminución de los salarios en
España se encuentra en el Informe Mundial sobre Salarios 2014/2015
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), donde se pone de
manifiesto que el nivel de salarios reales en España en 2013 (índice
96.8) era inferior al nivel de 2007 (índice 100).
Conviene puntualizar que el grueso de ese diferencia (incremento
salario real versus incremento productividad), en nuestro país, se ha
producido durante el período del gobierno Rajoy, pues sus reformas
laborales no se han aplicado en vano. En efecto, según datos de la
propia CE, la contracción del agregado salario real promedio español
fue de 4,1%, al mismo tiempo que el crecimiento acumulado de
productividad fue equivalente a 6,7%.
Siguiendo con los datos y análisis de la misma CE, estos recortes
salariales brutales se producen en gran medida a través de los
nuevos contratos y su renovación: “Entre 2008 y 2013, el primer
salario, en nuevos contratos a tiempo completo, se redujo, en
términos reales, en un 17% en el caso de los hombres y en un 13%
en el caso de las mujeres. En el caso de los trabajadores a tiempo
parcial, la reducción de los primeros salarios en términos reales es el
doble: un 23% y un 16% según se trate de hombre o mujeres,
respectivamente. Entre los jóvenes, el salario de acceso ha
descendido, pasando de 1.210 euros en 2008 a 890 euros en 2013 (35% en términos reales)”. Informe sobre España 2015 (documento
de trabajo de los servicios de la Comisión, 26/2/2015).
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Respecto a la recomendación de flexibilizar los salarios, queremos
puntualizar que las reformas laborales (y del sistema de negociación
colectiva) del gobierno Rajoy ya ha fragmentado y descentralizado el
sistema de negociación colectiva, y por ende, se han flexibilizado a la
baja los salarios. En efecto, en el informe de la OIT: “España,
crecimiento con empleo”, el único de instituciones internacionales que
proporciona información sobre la diferenciación salarial por sectores,
muestra que entre 2011 y 2013:”prácticamente todos los sectores
han experimentado crecimiento negativo, respecto a los salarios
reales. De hecho, solo se ha registrado crecimiento positivo en los
salarios de la industria extractiva y eléctrica y (si bien mínimo) en el
sector de las artes y los espectáculos. En cambio, los trabajadores de
los sectores restantes han experimentado una contracción de los
salarios reales. Esta caída ha sido especialmente pronunciada en los
sectores relacionados con los servicios públicos. Entre 2011 y 2013
los salarios reales disminuyeron un 4.2% en los servicios sanitarios;
un 2.7% en la educación y un 2.3% en la admón. pública, mientras
que una serie de sectores económicos clave, como el comercio
mayorista y minorista, las actividades profesionales y científicas, el
transporte y el almacenamiento, han registrado reducciones de
alrededor un 1.5% de media”
Para hacer frente a esta situación de generalizada devaluación
salarial y como alternativa a las recomendaciones de la UE en este
ámbito, los agentes sociales españoles han puesto en marcha el
Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2015-2017,
firmado por CCOO, UGT y las organizaciones patronales CEOE y
CEPYME. Acuerdo que especifica que partiendo de los límites de
subidas salariales del 1% en 2015 y del 1.5% en 2016, los
incrementos se negociarán teniendo en cuenta las circunstancias
específicas de cada sector o empresa. Si bien, según ese preacuerdo,
los convenios negociados conforme a esas directrices deberán tener
en cuenta que el sumatorio de los incrementos salariales de 2015 y
2016 será mayor a la inflación acumulada de ambos años, en función
proporcional de los salarios inicialmente pactados.
Por otra parte, hay que señalar que la CE no presta atención a la
relación entre salarios y estabilidad de precios. Ni a las nefastas
consecuencias de su estrategia de deflación salarial pueden tener
desencadenando una espiral deflacionista en la economía española,
fuertemente endeuda. Además, la flexibilidad salarial que recomienda
la CE aumentará las desigualdades salariales y sus efectos negativos
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para el crecimiento económico y el empleo, como están anunciando
recientes informes de la OCDE y la OIT.
Mercado de trabajo
La CE sigue centrando el problema del mercado de trabajo español en
la segmentación. Sin embargo, esta Institución no se atreve a
proponer en estas Recomendaciones una nueva reforma laboral para
paliar la dualidad empleo fijo/empleo temporal, a pesar de ser su
propuesta en esta materia. En nuestra opinión, porque como estamos
en un año electoral, el Gobierno se ha negado a incluir otra reforma
laboral en el PNR 2015 y la CE se ha plegado a esta circunstancia. No
obstante, en varios informes donde la Dirección General de Economía
y Finanzas de la Comisión (ECFIN)lo propone abiertamente.
Concretamente, en el publicado en el mes de septiembre,
simultáneamente a la publicación del Estudio Prospectivo para 2015.
En dicho informe, titulado: Ajuste salarial en España: lento, ineficaz e
injusto?, analiza la disparidad del ajuste salarial entre las personas
con contrato indefinido y las que tienen contratos temporales. En este
informe, estimando en un 20% la caída de los salarios reales de los
trabajadores temporales entre 2018 y 2013, y en un promedio del
5% en el caso de los trabajadores con contrato indefinido. Y, luego de
subrayar que los trabajadores con contratos temporales han sufrido
una doble penalización (por la facilidad con que se les despide y la
mayor reducción de sus salarios), cosa que no sorprende si se tiene
en cuenta la facilidad para renegociar salarios a la baja al finalizar los
contratos temporales, concluye que la alta dualidad puede llevar a un
proceso de ajuste ineficiente, que penalice desproporcionadamente a
los trabajadores con contrato temporal. Dicho de otro modo, está
invitando al Gobierno a una nueva reforma laboral que acabe con la
dualidad en el mercado de trabajo. La misma receta que llevamos
años escuchando.
Ahora bien, la Comisión jamás concreta si la dualidad debe
desaparecer homologando las condiciones de los contratos
temporales con las del contrato fijo (incluido el principio de igualar el
salario/hora para trabajos equivalentes) o, por el contrario, degradar
las condiciones del contrato indefinido a las de los contratos
temporales.
En nuestra opinión, el principal problema en este ámbito es que las
reformas laborales han precarizado las condiciones de trabajo para
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todo tipo de contrato, además, en lugar de disminuir la tasa de
temporalidad, ha aumentado la tasa de contratos de corta duración y
los contratos por hora, degradando hasta límites insostenibles las
condiciones de trabajo y los salarios de los trabajadores con contrato
temporal (ampliamente indeseado). Y en tercer lugar, la CE nunca se
ha preocupado de recomendar al Gobierno español que tome medidas
que mejoren las condiciones de trabajo, salarios incluidos, y la
calidad del empleo. Este tipo de medidas son las eternas ausentes de
las Recomendaciones para España.
Respecto a la recomendación especifica de mejorar la calidad de los
servicios de empleo, obviamente es deseable, pero esto no influye en
la creación de empleo ni en la calidad del mismo.
Llama la atención que el gravísimo problema de la economía española
de las altas tasas de paro de larga duración y el riesgo de que se
convierta en endémico, sea solo mencionado marginalmente en uno
de los considerandos de las Recomendaciones. Sin embargo, en
reciente seminario/consulta de la CE a los interlocutores sociales
sobre la futura Comunicación de la CE para racionalizar la
coordinación de los servicios de empleo y los servicios sociales, desde
la CES subrayamos que el aumento del paro de larga duración en
España (equivalentes actualmente al 13% de la población activa,
frente a la tasa del 2% en 2008) no tiene parangón en los países
europeos (excluida Gracia). Por tanto, además de subrayar que en los
presupuestos comunitarios no han destinado ni un euro de aumento
para paliar este problema, apuntamos la necesidad de establecer una
especie de “garantía de empleo” para los parados de larga duración,
con compromiso de creación de empleo público, en primera instancia,
destinado a estos colectivos de desempleados, a fin de evitar que
este tipo de desempleo se convierta en endémico en países como el
nuestro.
Finalmente, sorprende que el Consejo no haga mención alguna en las
Recomendaciones a las numerosas medidas de las reformas laborales
de los últimos años que han sido declaradas contrarias a derecho por
los tribunales de justicia europeos y españoles, (definición de despido
colectivo, indemnización por despido improcedente, ultractividad,
regulación de la reducción de jornada, ..), teniendo en cuenta que
estas reformas laborales son el núcleo de las reformas estructurales
recomendadas por la UE.
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En definitiva, la valoración de nuestra Organizaciones Sindicales
acerca de las Recomendaciones de relativas al mercado de trabajo es
que son irrelevantes. Tratan insustancialmente los graves problemas
del mercado de trabajo español, agravados por las sucesivas
reformas laborales, y los pobres resultados en el empleo y las
condiciones de desempleo del pasado año. En este sentido, la
aplicación de las mismas no ayudarían a aumentar la calidad del
empleo (de la que, en parte, depende la evolución cuantitativa del
empleo), a mejorar las condiciones de trabajo y, en general, y atajar
el drama humano (pobreza y exclusión) que subyace en la radiografía
de esta situación.
Renta Mínima
Respecto a la recomendación de racionalizar los regímenes de renta
mínima y de ayuda familiar, el Consejo Europeo sigue siendo muy
ambiguo e impreciso. Frente a una realidad de 2.151.000 personas
que carecen de cobertura económica o la tienen de forma insuficiente
(hogares sin ingresos, desempleados sin prestaciones, ..), CCOO y
UGT, consideramos una prioridad el abordar de una forma
consecuente este drama social, por lo que hemos elaborado una
propuesta de Renta Mínima Garantizada que a través de una
Iniciativa Legislativa Popular llevaremos a las Cortes Generales para
su consideración. Propuesta que trata de completar los vacíos de
cobertura del sistema de protección social en España, especialmente
agravados en la actual crisis. Se pretende mejorar la redistribución de
la renta y disminuir las tasas crecientes de desigualdad.
Déficit público
El Gobierno ha empleado el margen fiscal proporcionado por la mejora de la
actividad económica para producir una rebaja generalizada de impuestos en
2015 y 2016, de entre 9.000 y 12.000 millones de euros, de la que espera
obtener réditos electorales. Un planteamiento más adecuado para avanzar
en la reducción de la elevada tasa de desempleo hubiera recomendado
limitar la rebaja de impuestos a aquellos contribuyentes con una mayor
propensión al consumo y haber empleado el resto del margen en aumentar
las partidas de gasto público con un mayor efecto multiplicador sobre la
demanda interna. La política fiscal del Gobierno tendrá un efecto débil sobre
el crecimiento, de dos o tres décimas, y pone, además, en peligro el
cumplimiento de los compromisos de déficit que, no obstante, son
excesivamente exigentes y, en consecuencia, contraproducentes, para una
economía que acumula 5.445.000 parados y se sitúa a la cabeza de Europa
en la diferencia de renta entre ricos y pobres.
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Sanidad y Educación
En el ámbito de la Sanidad, las recomendaciones se limitan a la mejora del
coste-eficacia del sector sanitario y
a la racionalización del gasto
farmacéutico de los hospitales. Lo que nos parece totalmente insuficiente si
tenemos en cuenta que según las previsiones de gasto sanitario público que
figuran en el PNR, en 2018 crecería un 4,5% respecto al registrado en
2013, lo que implica que careceríamos de los recursos suficientes para
afrontar la transición demográfica y epidemiológica que estamos viviendo,
que todavía estaríamos por debajo del gasto registrado en 2009, y que nos
alejaríamos del esfuerzo relativo en gasto sanitario público realizado en el
conjunto de la UE.
En cuanto a las mejoras del coste-eficacia, se han producido a través del
gran recorte de los profesionales sanitarios y de un ahorro conseguido por
la exclusión de algunos medicamentos de la financiación pública, la
modificación de la regulación de precios y, sobre todo, la introducción de un
sistema de copago que ha incrementado la aportación de los pacientes.
Las reformas que se están acometiendo por el Gobierno no se abordan con
perspectiva sanitaria sino hacendística. Mientras que la creación de un
nuevo sistema de límites al crecimiento del gasto sanitario, actuando sobre
el crecimiento del gasto en farmacia y productos sanitarios, supone en
realidad un triunfo de la industria farmacéutica, que se asegura con ello
unas posibilidades de crecimiento (aunque con techo), aun a costa de la
evolución de otros Capítulos presupuestarios. Teniendo en cuenta los límites
globales del gasto sanitario público, esta medida puede significar en
realidad que los ajustes se desplacen desde farmacia a otras prestaciones o
a la política de empleo en el sector.
Mientras que en relación con la Educación y Formación, nos parece
inexplicable la total ausencias de recomendaciones al respecto, a la vista del
contenido de las consideraciones previas relacionadas con estos ámbitos del
propio documento. Así, se reconoce el alto nivel de la tasa de abandono
escolar, lo limitado de los avances en la adecuación de la formación
profesional a las necesidades del mercado de trabajo y en la cooperación
entre los centros de enseñanza superior y las empresas y las diferencias
entre CC.AA. en la aplicación de la formación profesional dual.
Frente a todo lo cual, el Consejo Europeo no parece tener nada que decir.
En nuestra opinión, para hacer frente a los problemas señalados y a otros
muchos que se han obviado, habría que empezar por poner fin a los
recortes en este ámbito y recuperar el nivel de los presupuestos y las
plantillas docentes. Revertir las reformas impuestas sin el más mínimo
consenso y recuperar el diálogo con la comunidad educativa y el conjunto
de fuerzas políticas, para que las reformas que se adopten cuenten con la
necesaria estabilidad más allá de los ciclos electorales.
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Sistema Financiero
En cuanto a la recomendación de completar la reforma de las cajas
de ahorro, consideramos que no afronta los problemas reales del
Sistema Financiero, en el que los 62.000 millones del rescate
bancario han supuesto una capitalización insuficiente, a la vista de
que en el octavo año de crisis el crédito sigue sin llegar a las
empresas y familias y es mas caro que en los países centrales de
Europa. A lo que se une el hecho de que según ha informado el
Gobierno, el importe de esa recapitalización no se va a recuperar y
tendrá que ser asumido por los contribuyentes.
Manifestándonos en total desacuerdo con la recomendación de
privatizar las cajas de ahorro de propiedad estatal. La situación
señalada en cuanto a la escasez y sobrecoste del crédito durante la
crisis, pone manifiesto las dificultades de los instrumentos públicos,
como el ICO, para revertir estos problemas, al canalizar su actividad
a través de las entidades bancarias. Por ello, proponemos la creación
de una entidad estatal a partir de Bankia y que incorpore al resto de
entes públicos de este ámbito y destinada al apoyo financiero de las
pyme y autónomos, además de a la internacionalización de las
empresas.
Por otra parte, es asombroso que el Consejo pase reiteradamente por
alto en sus Recomendaciones la necesidad de que la Ley Hipotecaria
española se ajuste al derecho europeo en esta materia. Así como la
improcedencia de que los bancos reclamen en los juzgados las
hipotecas de las que no son dueños (por estar titulizadas). Malas
prácticas bancarias que están causando un sufrimiento atroz a las
personas desahuciadas.
Administraciones Públicas
En cuanto a las Administraciones Públicas, la recomendación se
refiere únicamente al refuerzo de la transparencia y la obligación de
rendir cuentas por parte de las CC.AA. Aquí también en claro
contraste con las respectivas consideraciones previas, en las que si
bien reconocen algunos avances en la reforma de estas AA.PP, sólo
se refieren al nivel estatal. Mientras que señalan la ausencia de
avances en los sistemas de supervisión de la contratación pública y
de la planificación urbanística, además de no haber establecido un
sistema para la realización de evaluaciones independientes de los
futuros proyectos de infraestructuras de gran envergadura. A lo que
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se une la referencia a
que la mejora de la eficacia del Sistema
Judicial tampoco pueden considerarla una realidad.
Estas consideraciones de la CE confirman nuestra valoración negativa
acerca de los resultados de las reformas en este campo. En este
sentido, los recortes indiscriminados de presupuestos y plantillas y el
ataque a las competencias municipales, se han traducido en un
deterioro de los servicios públicos que reciben los ciudadanos, cuya
importancia resulta mayor, si cabe, en la actual situación de
desempleo y niveles de pobreza.
Otras cuestiones
Acerca de la recomendación de suprimir los obstáculos al crecimiento
de las empresas, en referencia a las disposiciones legales que lo
desincentivan, compartimos la necesidad de impulsar este
crecimiento, pero para ello resultaría necesario ir mas allá y poner en
marcha de medidas de diverso tipo. Desde mecanismos de
financiación adaptados a las pyme, hasta apoyos a la
internacionalización y a la innovación, pasando por el fomento de la
colaboración entre empresas y la formación de los empresarios.
Acabando estas recomendaciones con la exigencia al Gobierno de la
puesta en marcha de la reforma planteada de los servicios
profesionales y de acelerar la aplicación de la Ley de Garantía de la
Unidad de Mercado.
Madrid, 1 de julio de 2015
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