congreso nacional del medio ambiente

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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
GT4. GESTIÓN FORESTAL Y CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD.
CERTIFICACIÓN FORESTAL
Participantes en el Grupo de Trabajo
Relatores
Raquel Gómez Almaraz. WWF/Adena
Jacinto Herranz Ortega.
ASERPYMA (Asociación de empresas de Medio Ambiente)
Javier Donés Pastor. Montes de Valsaín (O.A. Parques Nacionales)
Ministerio de Medio Ambiente
Javier Vallejo Drehs. AENOR
Colaboradores Técnicos
Juan Carlos Rueda Mínguez. UGT
Enrique Jiménez Orueta CCOO
Eva Martín Orejudo. PEFC España
Genoveva Canals Revilla. ANFTA
Marta Salvador. PEFC España
Felix Romero Cañizares. WWF/Adena
Daniel Masso Aguado. AENOR
Coordinador
Valentín Gómez Mampaso.
Instituto de la Ingeniería de España
1
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
INDICE
1.
2.
3.
4.
5.
6.
Descripción de los Sistemas Forestales Españoles
La necesidad de la conservación de la biodiversidad
Efectos de la ausencia de la biodiversidad en la gestión forestal
Gestión forestal y conservación de la biodiverdidad
Certificación forestal
Conclusiones
2
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
1. DESCRIPCIÓN DE LOS SISTEMAS FORESTALES ESPAÑOLES
La particular situación geográfica del territorio español y su variedad climática
posibilitan la existencia de una amplia diversidad de ecosistemas forestales en
el mismo. De esta forma, conviven en un territorio relativamente pequeño
formaciones remanentes del periodo Terciario, cálido y húmedo, con aquellas
que dominaron en las épocas más frías, asociadas a los periodos glaciares.
Tipos básicos de bosques
Se presenta a continuación un listado de los tipos y subtipos principales de
sistemas forestales descritos en España según una aproximación geobotánica.
Este enfoque no es el único y según ciertos autores tampoco el más adecuado
para abordar la conservación de la biodiversidad en la práctica forestal, pero es
útil a efectos de ilustrar la gran variedad de ambientes forestales presentes en
el territorio español.
Al margen de las especies principales componentes de los ecosistemas
forestales, utilizadas para su descripción nominal, se debe tener en cuenta el
conjunto de las biocenosis (comunidades vivas) que los pueblan o que podrían
hacerlo en condiciones de naturalidad. Son ellas principalmente, y el ánimo de
su conservación, el eje de los planteamientos de este documento.
TIPOS DE BOSQUES IBÉRICOS:
- Abetales de Abies alba: con hayas, montanos y subalpinos.
- Hayedos de Fagus sylvatica: eutrofos, oligotrofos y submediterráneos.
- Bosques mixtos atlánticos de gran variedad de plano caducifolios.
- Robledales o carballeiras de Quercus robur: colinos y montanos.
- Robledales albares de Quercus petraea
- Pinares de pino negro (Pinus uncinata): de umbría con rododendros, de
solana con enebros y xerófilos con gayuba.
- Pinares de pino albar (Pinus sylvestris) (eurosiberianos): mesófilos,
xerófilos y submediterráneos.
- Abedulares de Betula alba / B. pendula
- Acebedas de Ilex aquifolium
- Lauredales de Laurus nobilis
- Tejedas de Taxus baccata
- Tilares de Tilia cordata / T. platyphyllos
- Temblares de Populus tremula
- Avellanedas de Corylus avellana
- Quejigares de roble pubescente (Quercus humilis): típicos y mixtos con
Q. canariensis y Q. ilex.
- Melojares de Quercus pyrenaica: cantábricos, hercínicos, béticos y
orientales.
- Quejigares de Quercus faginea: centro-orientales, béticos y lusitanos.
- Quejigares de Quercus canariensis: gaditano-algarvienses y catalanes.
- Alsinares de Quercus ilex ilex: litorales y montanos.
- Encinares cantábricos: litorales y montanos.
3
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
- Encinares-carrascales interiores continentales de Quercus ilex ballota:
de la submeseta norte, del Sistema Central, luso-extremeños, de la mitad
oriental, béticos montanos y termomediterráneos.
- Alcornocales de Quercus suber: luso-extremeños y catalanes.
- Sabinares albares de Juniperus thurifera: de páramos, termófilos,
acidofilos y cantábricos.
- Sabinares negrales de Juniperus phoenicea
- Enebrales de Juniperus oxycedrus
- Pinsapares de Abies pinsapo: sobre calizas y sobre peridotitas.
- Pinares de pino carrasco (Pinus halepensis): en ambiente semiárido, en
ambiente seco y en solanas en ambiente submediterráneo.
- Pinares de pino piñonero (Pinus pinea): sobre arenales costeros, en
arenales continentales mesetarios y sobre batolitos graníticos.
- Pinares de pino negral (Pinus pinaster): sobre dolomías en sector bético
oriental, sobre peridotitas en sector occidental malacitano, rodenales, en
sustratos arenosos y en granitos y rocas metamórficas.
- Pinares de pino salgareño (Pinus nigra salzmanii): calcófilos y acidófilos
relícticos en el Sistema Central.
- Pinares de Pino albar (Pinus sylvestris) (mediterráneos): en el Sistema
Central, en el Sistema Ibérico y béticos relícticos.
- Bosques mixtos submediterráneos
- Madroñales de Arbutus unedo
- Loreras de Prunus lusitanica
- Formaciones de almez (Celtis australis)
- Formaciones de Araar (Tetraclinis articulata)
TIPOS DE BOSQUES EN LAS ISLAS CANARIAS:
- Sabinares, acebuchales y otros restos del bosque termófilo seco:
sabinares de Juniperus phoenicea, acebuchales de Olea europaea subsp.
cerasiformis, palmerales de Phoenix canariensis y otras formaciones
relícticas de dragos, mocanes, almácigos y otros.
- Laurisilva
- Fayal-brezal de Myrica faya y Erica spp.
- Pinares de pino canario (Pinus canariensis): supracanarios,
mesocanarios y termocanarios.
Estudios realizados en los últimos años (Maldonado et al. 1998) han
diagnosticado un estado de conservación globalmente bajo para el conjunto de
los bosques españoles, ya que sólo los abetales y los hayedos presentan un
estado de conservación alto en más del 50% de su superficie total.
El nivel de conservación se ha evaluado sobre la base de los “niveles
evolutivos” del nuevo mapa forestal de Ruiz de la Torre y col. (1:200.000;
Memoria general, 1993), que informan sobre la proximidad de cada “unidad
cartográfica” utilizada en el mapa con respecto al estadio potencial o “clímax”.
El resultado de aplicar estos criterios da lugar a que la conservación resulte
concebida principalmente como “naturalidad” (baja alteración antrópica). Es por
ello que los bosques de montaña (hayedos, abetales, pinares de P. uncinata)
resultan los mejor conservados, mientras que los más transformados
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
(encinares y sabinares a menudo adehesados, o pinares mediterráneos con
intensa explotación forestal que reduce la diversidad sobre suelos pobres)
aparecen en las últimas posiciones.
Los bosques mejor conservados
Abetales: los bosques españoles de abeto (Abies alba) presentan un estado de
conservación extraordinariamente bueno, ya que más del 70% de su superficie
ha sido catalogado como en estado de conservación alto. Los abetales
españoles son exclusivamente pirenaicos.
Hayedos: las formaciones de haya (Fagus sylvatica), que aparecen en España
principalmente en el norte (Pirineos y Prepirineos, Sistema Prelitoral y Sistema
Ibérico, principalmente) pero también en el Sistema Central y otros puntos del
interior, se consideran con un estado de conservación alto en más del 50% de
su superficie total.
Pinares canarios: de las 65.000 hectáreas de pinares de pino canario (Pinus
canariensis) el 36% se ha calificado como en estado de conservación alto.
Laurisilva: la laurisilva canaria aparece bien conservada en las islas de
Tenerife, La Gomera y La Palma, presentando en la actualidad el 35% de su
superficie en estado de conservación alto.
Los bosques peor conservados
Pinares de pino negral: los bosques de Pinus pinaster aparecen repartidos por
gran parte del territorio peninsular, hasta un total de 12.300 km2. Sin embargo,
solo el 7% de esta superficie presenta bosques con estado de conservación
alto.
Sabinares albares: las formaciones de Juniperus thurifera, especie endémica
ibérica y del norte de África, presenta únicamente el 7% de su superficie en
buen estado de conservación.
Encinares: los bosques y formaciones más o menos abiertas de encina
(Quercus ilex subsp. ballota) constituyen casi el 40% de las masas forestales
españolas. A pesar de su extenso reparto y amplitud ecológica, solo el 5% de
su superficie presenta un estado de conservación alto.
Castañares: las 200.000 hectáreas de bosques de castaño (Castanea sativa)
en el norte y oeste de España presentan un estado de conservación que se ha
calificado de “llamativamente bajo”.
Robledales de roble pubescente: el roble pubescente (Quercus humilis =
Quercus pubescens) está relegado en España a los Pirineos y Prepirineos y su
estado de conservación es extraordinariamente bajo. Sin embargo, en el
Prepirineo oriental existen algunas muestras de robledal maduro, aunque en
una inmensa mayoría de formaciones poco desarrolladas.
Los bosques más protegidos
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
Pinsapares: los bosques de Abies pinsapo están protegidos en un 94% de su
superficie actual. Este factor tiene una gran importancia dado el carácter relicto
de estas formaciones, existentes únicamente en dos provincias andaluzas y,
dependiendo de los autores, quizá en el Rif marroquí.
Quejigares andaluces: las formaciones de Quercus canariensis están
protegidas casi en un 93% de su superficie, lo cual constituye al igual que en el
caso anterior un nivel de protección altamente extraordinario.
Alcornocales: los bosques de alcornoque (Quercus suber) están protegidos en
un 32% de su superficie, lo cual es notable aunque ya supone un descenso
muy considerable respecto a los anteriores.
Hayedos: los hayedos de Fagus sylvatica cuentan con más del 23% de su
superficie en espacios protegidos.
Los bosques menos protegidos
Melojares: los bosques de melojo (Quercus pyrenaica) cuentan únicamente con
un 2% de su área de distribución bajo protección.
Sabinares albares: las formaciones de Juniperus thurifera están protegidas
únicamente en un 2% de su superficie, al igual que los melojares.
Abedulares: los bosques de abedules (Betula pendula y Betula alba) tienen un
gran interés ecológico en España pero están muy fragmentados. No cuentan
con más del 3% de su superficie en espacios protegidos.
Quejigares: a pesar de la importancia de los bosques españoles de quejigo
(Quercus faginea), ya que se restringen a la península ibérica y norte de África,
su superficie bajo protección no llega al 4%.
Pinares de pino carrasco (Pinus halepensis): a pesar de su amplia presencia e
importancia ecológica en un territorio eminentemente seco como es el ibérico,
esta especie ronda el 4% de su superficie incluida en espacios naturales
protegidos.
Espacios forestales en la red Natura 2000
En los estudios comentados anteriormente (Beaufoy et al. 2000 a partir de
Maldonado et al. 1998) se ha evaluado también la presencia de ecosistemas
forestales (hábitats riparios incluidos) en la propuesta oficial española de 1999
de los espacios que formarán parte de la red Natura 2000; es decir, en los
denominados LIC, los “lugares de importancia comunitaria” definidos en la
Directiva 92/43 relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la flora
y fauna silvestres.
6
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
De los 15 hábitats forestales estudiados (no incluye los riparios), se ha
concluido que 13 no están suficientemente representados en la propuesta
oficial en al menos una región biogeográfica. Las carencias más importantes
aparecen en las comunidades autónomas de Aragón, Castilla y León, CastillaLa Mancha y Galicia.
Algunos de los hábitats forestales en los que las carencias son más
significativas son los siguientes:
Robledales de Stellario-Carpinetum (hábitat 9160): el 18% de la superficie de
este hábitat está en la propuesta oficial, lo cual se considera insuficiente por la
escasez de este hábitat en España y porque presenta especies perennifolias
con las que no aparece en el resto de Europa, como el laurel (Laurus nobilis) y
la encina (Quercus ilex subsp. ilex).
Robledales de carballo (Quercus robur) y melojo (Quercus pyrenaica) (9230):
las carballeiras de la región atlántica están representadas exclusivamente con
el 9% de su superficie, y sólo el 6% se considera de alta calidad. En la región
mediterránea sólo el 6% de la superficie de bosques de carballo están en la
propuesta, y no llega al 4% lo que se considera en buen estado de
conservación. Galicia contiene las mejores carballeiras de España y sin
embargo la mayor parte de ellas están excluidas.
Castañares de Castanea sativa (9260): de la superficie en buen estado de
conservación en la región mediterránea, el 23% está incluido en la propuesta
oficial y en la región atlántica este porcentaje es cero.
Encinares de Quercus ilex (9340): falta representación en ciertas áreas
geográficas del país, en particular de zonas bien conservadas que mejorarían
notablemente la calidad de la propuesta para estos bosques.
Pinares submediterráneos de pino laricio (Pinus nigra subsp. salzmannii)
(9530): el porcentaje total de la propuesta no es excesivamente bajo (22%)
pero sí está demasiado concentrado. Sería necesario incrementar la
representación geográfica acorde con la distribución global de la especie.
Pinares mediterráneos de pinos mesogeanos endémicos (9540): se trata de
formaciones de pino carrasco (Pinus halepensis), de pino piñonero (Pinus
pinea) y de pino resinero (Pinus pinaster). En los tres casos se requiere una
mayor representación según criterio de reparto geográfico de la especie; hay
buenas representaciones pero como formaciones aisladas, no como
representación global del conjunto de cada especie.
Sabinares (Juniperus spp.) (9560): falta igualmente representación en ciertas
comunidades autónomas con superficies significativas de estas especies, en
particular en Castilla-La Mancha, Castilla y León y Aragón.
Por otra parte, existen ciertos hábitats y especies forestales presentes en
España y que se considera que no están recogidos adecuadamente en los
anejos de la Directiva.
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
Por lo que a los hábitats respecta, el caso más claro y de mayores
consecuencias es el de las formaciones de Quercus robur y en menor medida,
ciertas tejedas (formaciones de Taxus baccata) y otras comunidades de menor
presencia, cuya ausencia de la directiva se puede considerar de menor
importancia.
Acerca de las especies, recogidas en el Anejo 2 de la directiva, las
carencias se consideran más importantes, ya que este anexo no se ha revisado
desde 1992 y existe nueva información, tanto taxonómica como de área de
distribución, que aconseja una revisión. En este sentido, la recientemente
publicada Lista Roja de la Flora Vascular Española constituye una guía válida
para la actualización de la presencia de los taxones de este tipo en el citado
anejo.
Hábitats riparios
Por lo que respecta a hábitats riparios o bosque de ribera, se han evaluado seis
tipos de hábitats y todos se han encontrado insuficientemente representados
en la propuesta oficial. El estudio concluye que la propuesta oficial de LICs no
refleja, para la mayoría de los hábitats estudiados, la diversidad y la distribución
real de los mismos, y excluye muchas de las comunidades vegetales mejor
conservadas y de mayor extensión. La síntesis de estos resultados es la
siguiente:
Ríos alpinos con Myricaria germanica (3230): en la región alpina esta
comunidad aparece exclusivamente en el río Ara, que debería incluirse entero
en la propuesta para comprender así también los enclaves del hábitat en la
región mediterránea.
Ríos alpinos con Salix eleagnos (3240): tanto en la región alpina como en la
mediterránea, este hábitat no se considera suficientemente representado en la
propuesta, ni en extensión ni en la variabilidad en que aparece.
Bosques aluviales residuales (Alnion glutinoso-incanae) (91EO): Este hábitat
aparece en las regiones alpina, atlántica y mediterránea, y en todas ellas la
propuesta deja fuera las zonas mejor conservadas y las que presentan mayor
diversidad florística.
Bosques galería de Sauce blanco (Salix alba) y Álamo blanco (Populus alba)
(92AO): Es la vegetación riparia mediterránea por excelencia. La propuesta
carece de representaciones de interés en las cuencas de los ríos Ebro, Duero,
Tajo y Guadalquivir.
Formaciones ripícolas con Betula parvibracteata (92BO): se trata de una
formación endémica ibérica y muy fragmentada, que se recomienda que se
incluya completamente en la propuesta.
Galerías ribereñas termomediterráneas y del sudoeste de la Península Ibérica
(92DO): Se trata de una serie de hábitats con comunidades vegetales riparias
específicas. La propuesta oficial se considera insuficiente para los alocares
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
(44.812), los tarayales mediterráneo-macaronésicos (44.813), los tamujares
ibéricos (44.82), las loreras oretanas (44.83) y las comunidades de Myrica gale
(44.84)
Si bien el conjunto del territorio forestal español sería merecedor de la
instauración de un “Plan Nacional de Seguimiento y Vigilancia”, que permita
diagnosticar en el tiempo el estado de la biodiversidad de sus ecosistemas,
sería prioritaria su aplicación cuando menos a los territorios que en su día
constituirán la Red Natura 2000. Sobre ellos prima un criterio claro de
conservación (“mantenimiento en un estado de conservación favorable”), lo
cual quiere decir que todas las actividades o proyectos, sin relación directa con
la gestión del lugar, que puedan afectar los objetivos de conservación, deberán
ser sometidos a una adecuada evaluación de sus repercusiones, evaluación
que deberá basarse en las “exigencias ecológicas de hábitats y especies para
que éstos se mantengan en un estado de conservación favorable”. 1)
9
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
2. NECESIDAD DE LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
“Los espacios forestales, los montes que hoy nos encontramos,
no son solamente ecosistemas naturales sino también culturales
y sociales como resultado de interacciones ancestrales con las
comunidades locales”. (Una estrategia para el sector forestal.
Parlamento Europeo. Documento EUROFOR. 1994).
BIODIVERSIDAD: Principio implícito en el concepto de sostenibilidad que
implica garantizar en cualquier caso la conservación de las poblaciones y los
recursos genéticos, tanto de las especies como de los ecotipos, así como
fomentar su diversidad y la de los sistemas forestales (formaciones vegetales)
y del paisaje (uso agrosilvopastorales del suelo). Constituye un objetivo
preceptivo en general para la gestión de todo espacio forestal, y en todo caso
de obligado cumplimiento para las especies y espacios protegidos.
La biodiversidad se trata de un concepto que generalmente se ha venido
interpretando en términos de: representatividad, naturalidad y singularidad; más
bien como un inventario, listado, relación, registro o catálogo de espacios o
especies singulares o amenazadas.
Sin embargo, también hay que ordenar, gestionar y resolver. El concepto más
antiguo de diversidad biológica se acerca más a una “variedad
interrelacionada” que a una “relación de variedades”, lo que implica que
además de una variedad de poblaciones, de los recursos genéticos y demás
componentes de la diversidad biológica (especies, ecotipos y sus hábitats),
comprende también los procesos ecológicos y territoriales que les
interrelacionan y les afectan.
Esta concepción integrada incluye no solamente las especies sino también las
formaciones vegetales, los biotopos o el paisaje y, por lo tanto, los diferentes
sistemas de usos del suelo, con lo que la variable antrópica tiene una influencia
considerable. Por consiguiente, al margen de los distintos componentes de la
diversidad biológica, existe una notable relación entre la biodiversidad y la
ordenación y gestión del territorio, tanto por el efecto que suponen las
actividades incidentes sobre ella como por la influencia que ejercen sobre la
propia composición de la biodiversidad.
El Estado Español prácticamente se limita a transcribir la normativa
comunitaria, que respecto a la Directiva de Hábitats se desarrolló mediante
Real Decreto en 1995. Por ello, la reducida interpretación del concepto de
diversidad biológica es similar a la comunitaria y se extiende también al ámbito
institucional que confunde la protección de la naturaleza exclusivamente con la
preservación de la biodiversidad, no sólo en los criterios técnicos de gestión
integral del medio natural sino incluso en la asignación de unidades
administrativas. La confusión se extrapola al ámbito político y social en que
ambos conceptos se identifican. Se transmite así la sensación de una aparente
incompatibilidad con la gestión forestal.
10
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
Este enfrentamiento es innecesario porque ambos aspectos son inseparables
desde una visión integradora de la naturaleza y porque el perjudicado es
siempre el mismo: el medio natural. Preservar la biodiversidad debe ser
compatible con organizar una gestión sostenible, racional e integral del medio
natural.1 y 2)
3. EFECTOS DE LA AUSENCIA DE CONSERVACIÓN
BIODIVERSIDAD EN LA GESTIÓN FORESTAL
DE
LA
Según el diagnóstico realizado por la Estrategia Forestal Española y el Uso
Sostenible de la Diversidad Biológica, las actividades forestales, ganaderas,
agrícolas, cinegéticas y piscícolas pueden tener los siguientes efectos en la
diversidad biológica:
• Pérdidas de efectivos poblacionales.
• Desaparición de especies a escala local y regional.
• Desaparición de razas y variedades.
• Pérdida de diversidad genética.
• Fragmentación de las poblaciones.
• Fragmentación, modificación y destrucción de hábitats y
ecosistemas.
• Pérdida de diversidad paisajística.
• Desplazamiento de especies por competencia con especies
introducidas.
(Plan Forestal Español)
Actualmente, existe un debate abierto sobre si la intervención silvícola es
imprescindible para mantener los ecosistemas forestales y garantizar la
conservación de su biodiversidad.
En un sentido muy inicial, y en la sociedad española actual, hay un primer nivel
en el que indudablemente se debe actuar, y es el que implica, desde una
planificación estratégica nacional básica, incluir la conservación de la
biodiversidad como elemento esencial de la gestión forestal del país.
Posteriormente, ya en ámbitos de planificación y actuación menos amplios, el
dilema actuar – no actuar depende de los objetivos y prioridades fijados en
cada uno de esos ámbitos: regional, de paisaje y de rodal.
A escala regional se puede decir prácticamente lo mismo que para la escala
nacional, ya que se trata principalmente de un ámbito político de actuación.
La escala de paisaje y de rodal son diferentes; su planificación y ejecución de
trabajos consideran ya las intervenciones concretas y particulares sobre el
terreno.
En este sentido, podría pensarse que la mejor formula es no intervenir en el
bosque creando, por ejemplo, reservas forestales integrales. Esto puede ser
válido para asegurar la tranquilidad que requieren determinadas especies y
11
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
permitir a los ecosistemas evolucionar de forma completamente natural (si su
amplitud lo permite), en este caso hacia bosques maduros biológicamente,
escasos actualmente en territorio español. Sin embargo, hay autores que
piensan que la no intervención a medio o largo plazo puede comprometer la
calidad trófica de las áreas reservadas. En cualquier caso, el establecimiento
de estas reservas libres de toda intervención humana tienen un interés de
investigación y conocimiento indudable.
Se comenta repetidamente en medios forestales que la evolución libre de los
bosques conduce a masas envejecidas, cerradas y homogéneas, que pueden
restar potencial biológico al ecosistema. Si esto es así, la selvicultura puede
conformar estructuras diversificadas (nivel de paisaje), cuyo mosaico puede
ofrecer mayores recursos tróficos y otras ventajas ambientales ya comentadas
en líneas anteriores.
De hecho, las filosofías intervencionista y la no intervencionista no son
excluyentes, pero sí debe planificarse cuidadosamente la aplicación de cada
una de ellas según lugares y momentos. Está claro que los tratamientos
forestales pueden potenciar la riqueza y abundancia de seres vivos, además de
constituir una finalidad prioritaria de la selvicultura en un momento dado si los
objetivos de la ordenación de un monte así lo requieren.1)
4. GESTIÓN FORESTAL Y CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD
La selvicultura aplicable a la cobertura forestal debería promover prácticas
selvícolas que imiten a la Naturaleza para garantizar estructuras forestales
tales que le permitan defenderse de los principales enemigos que amenazan
los sistemas forestales, sobre todo a los de ámbito mediterráneo: los incendios,
la erosión, las enfermedades u plagas forestales, así como la presión
recreativa, últimamente no menos importante. Se ha de procurar una óptima
heterogeneidad y alternancia de las distintas formaciones vegetales que
conforman los espacios forestales.
Hay que diseñar sistemas integrados de control de calidad de manera que para
cada acción forestal a efectuar en el monte se deben relacionar las
prescripciones técnicas requeridas en relación con la biocenosis y los procesos
ecológicos.
2)
Teniendo en cuenta lo anterior, a continuación se relacionan una serie de
factores condicionantes de la gestión forestal, para conservar la biodiversidad:
1. Importancia de la multifuncionalidad de los bosques: Es primordial tener en
cuenta que hoy en día el bosque no ha de contemplarse como un mero
productor de madera. La tendencia actual en todos los foros internacionales es
el reconocimiento de este recurso en todas sus dimensiones, por ello se habla
de SUSTAINABLE FOREST MANAGEMENT (SFM), es decir, de la gestión
sostenible de los bosques, pero entendida dentro de un marco que se apoya en
tres pilares: económico, social y ambiental.
12
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
2. Por lo tanto, la gestión sostenible del bosque persigue un aprovechamiento
del mismo que integre todas sus producciones y servicios, satisfaciendo los
intereses económicos, sociales y ambientales.
3. Factores económicos: Una de las fuentes principales de ingresos de los
bosques es la procedente de la extracción de la madera, a pesar de que
existen otras: corcho, resina y leñas, que se están intentando potenciar y
buscar nuevas aplicaciones. . Así mismo, hay que tener en cuenta todos
aquellos bienes y servicios que el bosque nos ofrece cuyo valor económico es
difícilmente mensurable: ocio, protección del suelo, emisión de oxígeno. El
sector forestal, como todos, precisa de mano de obra para su desarrollo. Debe
buscarse la adecuada capacitación de esas personas (para evitar riesgos
laborales).
4. Factores sociales (culturales, religiosos, comunidades locales): No hay que
olvidar que el bosque es fuente de energía para el hombre (madera, oxígeno,
agua, paisaje, frutos), aunque su relación ha sido variable con el tiempo en
función del momento económico, cultural y técnico en el que se encontrara la
historia. La configuración actual de nuestros terrenos forestales es
consecuencia de las tradiciones y costumbres que hemos manifestado a lo
largo de nuestra existencia. En ocasiones las superficies forestales se han
modificado en función de las necesidades, dando lugar a nuevos ecosistemas
(dehesas); en otras ocasiones las han alterado lo menos posible (pocos
ejemplos en Europa) y, finalmente, las han hecho desaparecer para dar un uso
más productivo a la superficie (agricultura, construcción).
5. Factores ambientales: Dentro de estos, están los ya mencionados de
protección del suelo y emisión de oxígeno; todos aquellos relacionados con la
interacción del bosque con el medio en el que habita. La gestión forestal debe
sopesar las posibilidades de un terreno forestal, tener en cuenta sus
limitaciones y diseñar un modelo de uso y aprovechamiento que garantice su
integridad y persistencia. Es en este grupo de aspectos de la gestión forestal
sostenible donde tiene cabida la BIODIVERSIDAD o diversidad biológica.
6. Interrelación entre estos factores. Estos tres grupos de elementos que son
los pilares de la gestión forestal sostenible, no son independientes, sino que
están totalmente interrelacionados. Las consecuencias de acciones tomadas
dentro de un grupo pueden afectar al funcionamiento de otro: un
aprovechamiento maderero mal planteado puede llevar a la destrucción del
ecosistema en cuestión, lo que necesariamente repercute en los factores
ambientales (aumento de la erosión, destrucción de hábitats para especies
animales y vegetales). La BIODIVERSIDAD, como elemento medioambiental
de la gestión forestal sostenible no puede entenderse sin tener en cuenta los
elementos socio-económicos.
7. No siempre es posible con la gestión sostenible satisfacer a todos los
interesados. Por ello, debe fomentarse el proceso de consulta, intercambio de
ideas y flujo de información entre los gestores y los grupos de intereses
afectados. Si se hace partícipe al público, este adquiere conciencia de la
13
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
importancia de su papel y cada vez se involucrará más en los procesos de
gestión sostenible.
8. Gestión forestal y conservación de la biodiversidad. Según la Conferencia
Ministerial Helsinki, 1993 se entiende por gestión forestal sostenible
“Administración y uso de los bosques y los montes de manera y en tal medida
que mantengan su biodiversidad, productividad, capacidad de regeneración,
vitalidad y su potencial de cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas,
económicas y sociales relevantes, a escala local, nacional y global, sin causar
daño a otros ecosistemas”.
La gestión de un espacio forestal debe integrar tanto la explotación forestal
como la ganadera, la mejora de la conservación de la flora y fauna, caza y
todos los aprovechamientos tradicionales, así como la mejora y conservación
del paisaje, el uso público y la conservación del patrimonio cultural.
Estos condicionantes de la gestión forestal deben ser compatibles con la
explotación económica de las masas forestales teniendo en cuenta que éstas
son en gran mayoría de propiedad particular. Todas las medidas que fomenten
la conservación de la biodiversidad no deben recaer solo en el propietario de la
explotación sino que deben ser compartidas en gran medida con la sociedad.
Según lo expuesto, aunque estos dos conceptos puedan parecer antagónicos,
existe un hilo fino pero resistente que los mantiene unidos. La gestión forestal
sostenible persigue el aprovechamiento del bosque / terreno forestal
fomentando su multifuncionalidad y garantizando su persistencia, lo cual no
puede entenderse sin tener siempre presente la conservación de la
biodiversidad, o en un sentido más amplio, la diversidad en todos sus aspectos.
3)
A continuación se relacionan una serie de conceptos que la gestión forestal
debe de tener en cuenta para conseguir el fomento de la biodiversidad:
Madurez del ecosistema: La evolución de un sistema forestal hacia su madurez
permite la presencia en el tiempo de la amplia diversidad biológica asociada a
esa evolución, una riqueza que se debe fomentar compatibilizándola con otros
usos.
Árboles grandes y viejos y madera muerta: Todo sistema forestal debe
mantener en su interior una cierta cantidad de árboles viejos y madera muerta,
limitados exclusivamente por posibles requerimientos de salubridad del
ecosistema y coherencia con los objetivos de la gestión.
Madera en descomposición: Todo sistema forestal debe mantener madera
muerta en diferentes estados de descomposición y perteneciente al mayor
número de especies posible.
Bosque regular versus irregular: En términos generales la estructura irregular y
los diámetros mayores de 30 cm potencian la diversidad biológica. Con gestión
14
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
de monte regular es posible conseguir buenos resultados especialmente a
escala de paisaje.
Monte alto y monte bajo. Estructura vertical: A escala de rodal, el monte alto
parece más interesante en términos de biodiversidad que el monte bajo, pero a
escala de paisaje y regional la diversidad de estructuras (monte alto y monte
bajo), sin caer en una excesiva fragmentación, parece optimizar el potencial
biológico de una zona.
Claras, clareos y cortas: Las claras y aclareos pueden ser beneficiosos para la
biodiversidad si no son abusivas y se realizan selectivamente. Deben
respetarse en cualquier caso las especies acompañantes, o una buena parte
de ellas, así como árboles grandes y otros muertos o moribundos si los
hubiere, en cantidades razonables.
Cortas a hecho: Las cortas a hecho tienen en principio un efecto negativo para
la biodiversidad, aunque pueden compatibilizarse en función del tamaño, forma
y distribución dentro de la unidad de ordenación forestal y período de rotación
entre las distintas cortas. Como efecto positivo para la biodiversidad, pueden
constituir un elemento de variedad estructural interesante a escala de paisaje.
Época de ejecución de los trabajos: La planificación temporal de trabajos en el
monte debe tener en cuenta los ciclos de vida de comunidades animales y
vegetales para no interferir sobre ellas en momentos críticos de sus ciclos
vitales.
Tratamiento del sotobosque: Se debe respetar el sotobosque al máximo.
Cuando sea imprescindible su tratamiento se debe dejar intocado al menos
entre el 25 y el 50% y respetando siempre pies de todas las especie presentes
y bien repartidas en la superficie de actuación.
Masas mixtas y masas monoespecíficas: Las masas mixtas son en general
más ricas y diversas en comunidades vegetales y animales. Son de especial
valor las especies acompañantes en bosques con especies claramente
dominantes. Se deben fomentar y respetar tanto las masas mixtas como las
especies acompañantes, codominantes con la especie principal, pero también
como estrato arbóreo subordinado.
Plantaciones y reforestaciones: Las plantaciones y reforestaciones deben
incorporar la mayor naturalidad posible, particularmente en términos de
diversidad estructural, de variedad de especies, de fomento y respeto al
sotobosque y de alargamiento de los turnos de corta, permitiendo la existencia
de árboles grandes y viejos.
Pistas forestales: Las pistas forestales deben reducirse al máximo y regular su
diseño y utilización bajo criterios de conservación de biodiversidad,
restringiendo y regulando su uso y cerrando y eliminando las que no sean
imprescindibles.
Saca de madera: En la saca de madera debe evitarse que los daños en el
suelo produzcan arrastres que puedan llegar a los cursos de agua. También
15
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
deben evitarse los daños a la vegetación y que los arrastraderos sean lo menos
duraderos posibles y se mantengan solo los estrictamente necesarios.
Incendios y cortafuegos: Los “cortafuegos” deben constituirse sobre la base de
la ordenación de los usos del territorio y asumir que su potencial es limitado en
un contexto en que el fuego es un elemento moderador del paisaje.
Bosques de ribera: Los bosques de ribera son ecosistemas de gran valor con
relación a sus dimensiones habitualmente reducidas. Deben mantenerse y
reconstruirse respetando al máximo su naturalidad en cuanto a estructura,
composición de especies y regímenes de perturbación.
Tratamientos químicos: La lucha contra plagas se debe basar en medidas
preventivas y “curativas” naturales, como predadores y parásitos. Cuando el
uso de insecticidas sea inevitable se deben utilizar dosis bajas, de productos de
baja toxicidad y en fechas que no interfieran etapas críticas del desarrollo de
otros organismos.
Como resumen una gestión de los montes que se pretenda sostenible y que
incorpore criterios de conservación de la biodiversidad debería tener en cuenta
como objetivos generales, entre otros:
2)
- Conseguir una planificación multifuncional de los montes, integrando la
función biológica en la ordenación forestal y gestión diaria.
- La aproximación al funcionamiento natural del ecosistema tanto en las
actuaciones como en los procesos ecológicos derivados en la gestión.
- Incrementar la diversidad biológica de los montes mediante el manejo de
los hábitats y actuaciones de conservación de las especies.
- Las medias de conservación y mejora de la Biodiversidad no deben
recaer solo en el propietario, sino que deben ser compartidas por la
sociedad.
16
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
5. CERTIFICACIÓN FORESTAL
La Gestión Forestal sostenible, tal y como se define en la Conferencia
Ministerial sobre la protección de los bosques Europeos de Helsinki de 1993,
requiere algún tipo de instrumento de gestión que le permita al gestor forestal
controlar adecuadamente, tanto los aprovechamientos forestales, como los
pascícolas, cinegéticos o piscícolas. Este instrumento de gestión debería
contener, entre otros, un inventario de los recursos naturales disponibles, su
crecimiento medio anual y su posibilidad de explotación por unidad de
superficie, así como el método de ordenación, tratamiento y extracción de los
productos. Actualmente existen una serie de documentos que recogen estas
directrices de la gestión forestal, como pueden ser: Proyectos de ordenación,
planes técnicos de gestión, planes simples de gestión, planes dasocráticos de
la unidad de gestión o análogos y todos ellos acordes con la legislación
vigente. La intervención administrativa, aprobando los documentos
mencionados, aunque no es obligatoria, sí sería muy recomendable para dar
confianza a la sociedad sobre el uso sostenible de los recursos naturales y por
el interés general que supone la conservación del medio natural.
A partir del momento en que la sociedad adquirió cierta conciencia del deterioro
ambiental que suponía la desaparición de nuestros bosques, se sembró la
semilla que ha dado lugar a los actuales sistemas de certificación que
pretenden probar (FSC, más que probar, premia al que lo está haciendo bien y
procura motivar al que no lo hace bien para que cambie su gestión) la gestión
forestal sostenible de los bosques.
Originalmente, dichos sistemas surgieron a partir de las reivindicaciones de las
organizaciones ecologistas, que presionaban para evitar la deforestación de los
bosques. Dado que el principal problema estaba, y continúa estando, en las
áreas tropicales, dichas organizaciones comenzaron proponiendo boicots a la
compra de maderas tropicales. Estas medidas se mostraron ineficaces e
incluso contraproducentes, por lo que se empezaron a buscar sistemas
alternativos, tratando de fomentar la buena gestión de los recursos y el
aprovechamiento, racional y sostenible de los bosques.
En este contexto surgen los actuales sistemas de certificación, los cuales se
han desarrollado durante la última década, en distintos países y regiones,
aunque fundamentalmente en los países más ricos del planeta. En nuestro país
operan en la actualidad dos sistemas: PEFC y FSC.
4)
Se entiende como Certificación forestal el procedimiento por el cual, una
tercera parte independiente proporciona confianza suficiente de que el sistema
de gestión forestal de una unidad de gestión forestal (un bosque, una
plantación), cumple una serie de criterios e indicadores establecidos y dirigidos
a la promoción de la gestión forestal sostenible.
La certificación de la gestión forestal sostenible quedaría incompleta si no se
controla el paso de la materia prima certificada por toda la cadena de
transformación hasta el producto final que adquiere el consumidor. En cada
uno de los procesos de transformación que sufre el producto basado en
17
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
materia prima certificada, se debería certificar su origen, mediante el esquema
de certificación que se ha denominado “Cadena de Custodia”. El objetivo final,
tanto de la certificación forestal como de la certificación de la cadena de
Custodia, es ofrecer una confianza suficiente al consumidor, de que el producto
que compra procede de un bosque/masa forestal bien gestionado y que con su
compra promueve la gestión forestal sostenible.
Actualmente, las normas y standards de GFS, están orientadas a los productos
madereros, pero se está en vías de ampliarlo a otros productos no madereros.
Hay diversas iniciativas mediante las cuales se está certificando carbón,
esencias forestales o gomas vegetales entre otros.
El objetivo básico de la certificación forestal es la mejora de la gestión forestal.
Otros objetivos generales son:
» Aumentar el valor añadido y el reconocimiento social de los productos
forestales al garantizarse a través de una tercera parte independiente que
provienen de una gestión sostenible.
» Ofrecer a las empresas la posibilidad de acceder a mercados potenciales
'verdes' o sensibles ambientalmente, además de contar con el reconocimiento
público y el apoyo de las ONG y las Administraciones.
Algunas aportaciones que puede suponer la certificación forestal son
(sobretodo en lo relativo a países con bosques tropicales):
» Conseguir una mayor transparencia y control de las actividades forestales y
las talas ilegales
» Promocionar el asociacionismo en el seno del sector
» Mejorar el funcionamiento y los recursos de la administración forestal
» Resolver conflictos sobre el uso del territorio y los derechos de propiedad
» Mejorar las condiciones laborales de los trabajadores forestales
» Mejorar las condiciones de las poblaciones indígenas que viven próximas a
las explotaciones forestales
» Disminuir a largo plazo los costes de producción y reducir el número de
intermediarios
Certificación forestal
Como se ha definido más arriba, la certificación forestal el procedimiento por el
cual, una tercera parte independiente proporciona confianza suficiente de que
el sistema de gestión forestal de una unidad de gestión forestal (un bosque,
una plantación), cumple una serie de criterios e indicadores establecidos y
dirigidos a la promoción de la gestión forestal sostenible.
18
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
Aunque existen diversos modelos o sistemas, en líneas generales los pasos
son los siguientes:
1.El propietario se pone en contacto con la entidad de certificación,
es la que expide los certificados, conforme tiene interés en que se
aplique una auditoría a su finca, para conseguir el certificado.
2.Se organizan una serie de visitas y reuniones con el equipo
auditor de la entidad de certificación (acreditada por un Organismo
Nacional de acreditación o avalada por la entidad expendedora del
sello).
3.El equipo auditor lleva a cabo la auditoría de la finca según los
criterios e indicadores del certificado pertinente y emite un informe
de auditoría.
4.A la vista del informe, los órganos de dirección de la entidad de
certificación, toman la decisión de conceder o no el certificado.
5.Si se concede el certificado, su titular recibe automáticamente la
licencia de uso de la marca.
6.Se acuerda un calendario de visitas para hacer el seguimiento de
las prácticas forestales, para el mantenimiento del sello.
Certificación de la cadena de transformación o de custodia
La certificación de la cadena de custodia es un procedimiento mediante el cual,
una tercera parte independiente, audita el Sistema de Control documentado
para comprobar el origen de las materias primas y controlar su flujo durante el
proceso de transformación, de la empresa solicitante, para obtener la
confianza suficiente en que el producto elaborado cuenta con materia prima
certificada. En este caso, el producto elaborado, que es el que llega al
consumidor, cuenta con la marca de garantía de origen.
Los pasos a seguir son, en general, los mismos que para la certificación de la
gestión forestal, substituyendo la "unidad" forestal por la industria de
transformación.
1.La industria se pone en contacto con la entidad de certificación,
es la que expide los certificados, conforme tiene interés en que se
haga un seguimiento de su proceso de transformación, para
conseguir el certificado.
2.Se organizan una serie de visitas y reuniones con el equipo
auditor de la entidad de certificación (acreditada por un Organismo
Nacional de acreditación o avalada por la entidad expendedora del
sello).
19
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
3.El equipo auditor lleva a cabo la auditoría del proceso de
transformación y emite el informe de auditoría (¡atención! El
proceso NO es equivalente a una auditoría medioambiental o de
calidad, y no hay control sobre aspectos medio ambientales del
proceso de producción o la calidad del mismo).
4.A la vista del informe, los órganos de dirección de la entidad de
certificación, toman la decisión de conceder o no el certificado.
5.Si se concede el certificado, su titular recibe automáticamente la
licencia de uso de la marca.
6.Se acuerda un calendario de visitas para hacer el seguimiento del
proceso de transformación para el mantenimiento del sello.
La certificación de la Cadena de custodia, contempla diferentes esquemas de
certificación. En uno de ellos se establece el promedio mínimo de madera
certificada que tiene que entrar en el proceso de producción para que se pueda
verificar el 100% de la producción final. En este caso, los Sistemas de
certificación presentes en el ámbito nacional, aceptan que el producto final
cuente con un porcentaje mínimo (70%) de materia prima certificada, para
obtener la certificación de toda la producción (pensado para productos como
los tableros de conglomerado).
Actualmente, en el ámbito estatal se están promoviendo dos esquemas de
certificación; el Consejo de Administración Forestal FSC y el Sistema
Paneuropeo de Certificación Forestal PEFC. El primero, es promovido
principalmente por WWF-ADENA y otros grupos conservacionistas y sociales.
En cuanto al PEFC, se promueve sobretodo por las asociaciones de
propietarios forestales (COSE) y la industria forestal.
Dentro del esquema de certificación paneuropeo de PEFC - España,
AENOR ha concedido ya los primeros certificados de gestión forestal
sostenible, en 90.000 Ha de masa multifuncional de las filiales forestales del
grupo ENCE (IBERSILVA y NORFOR) en Galicia, Asturias, Huelva y Sevilla.
Esta superficie incluye, principalmente, masas de eucalipto y de otras
frondosas como alcornoques, robles, encinas y acebos, pinos y pastizales. La
prueba piloto sirvió para evaluar la aptitud de la norma UNE 162002-1:2001
“Gestión Forestal Sostenible. Criterios e Indicadores de la unidad de gestión.
Parte 1: Criterios e Indicadores genéricos”, como referencia del proceso de
auditoría.
Sistema de certificación del FSC
El esquema del FSC está promovido principalmente por la asociación
WWF/Adena así como por las principales organizaciones ecologistas y sociales
de España.
Actualmente se están elaborando los estándares regionales adaptados a las
condiciones de España que se utilizarán para la certificación de los bosques
estatales con el sello FSC. Esta tarea la desarrolla un grupo de trabajo dividido
20
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
en cuatro cámaras: la social, económica, ambiental con tres representantes
cada una, una cuarta de Administraciones públicas e Investigación con un
representante de la administración y otro del ámbito universitario. En total son
once representantes con voz y voto, una secretaria y un presidente. Estos
representantes han sido escogidos por sufragio universal por el Foro de
Interesados creado en 1999, a donde pertenecen 350 miembros. Se prevé que
el trabajo de elaboración de los estándares regionales se alargue durante todo
el año 2002. La actividad desarrollada por el Grupo de trabajo se comunica
periódicamente al Foro de Interesados, manteniendo en todo momento la
transparencia del proceso.
El 17 de mayo de 2002 fue presentado en Madrid el Primer Borrador de
Estándares Españoles de Gestión Forestal para la Certificación FSC,
desarrollados a lo largo del 2000 y 2001. De esta forma se iniciaba el
proceso de consulta pública de los mismos. El segundo borrador que recogía
las aportaciones del proceso de consulta ha sido probado en el terreno en 5
montes de 5 CCAA españolas. En breve saldrá a nueva consulta pública un
tercer borrador de estándares españoles para la certificación FSC.
En lo concerniente a la promoción del comercio y consumo de productos
certificados, en enero de 1998 se creó el WWF-Grupo 2000, grupo español de
la Red internacional de bosques y comercio (antes también llamados grupos de
compradores). Actualmente forman parte más de 15 empresas y alguna de
ellas ya ha conseguido implementar la cadena de custodia, por lo cual, sus
productos ya podrían ser certificados.
Actualmente, en el mercado español, ya es posible encontrar productos
certificados con el sello FSC.
¿Cómo se lleva a cabo la certificación FSC?
Inicialmente, el solicitante mantiene una primera entrevista con la entidad
certificadora que desee de entre las acreditadas por el FSC, en la cual, el
auditor informa al solicitante del procedimiento y costes estimados y le envía la
documentación para la solicitud de la certificación. Tras la primera entrevista se
puede realizar una preauditoría (no es obligatorio pero sí recomendable),
donde el auditor se reúne con el propietario y el gestor para revisar
documentos básicos y visitar el monte. Hasta aquí, las conclusiones son
confidenciales.
Cuando el solicitante considera que está preparado para la auditoría principal,
informa de ello al organismo certificador y realiza una solicitud formal para la
certificación, momento a partir del cual se lleva a cabo la información y
consultas a los interesados locales (cazadores, propietarios colindantes,
asociaciones locales, administración,...).
En la auditoría principal, el equipo auditor se reúne con el solicitante para
comprobar el cumplimiento de los estándares de certificación en el monte, (se
visitan zonas clave como cursos de agua, zonas de regeneración, límites del
21
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
monte,...) y los documentos existentes, así como los procedimientos de venta
de los productos para asegurar el uso correcto de la marca y del logotipo FSC.
Como resultado de esta auditoría, el equipo auditor redacta el informe de la
auditoría, en el cual recomienda o no la certificación del monte y las acciones
correctoras en la gestión que se hayan de realizar. El informe es presentado
posteriormente a un comité de expertos independientes que lo examina
dando sus recomendaciones sobre la certificación.
El organismo certificador emite, si procede, el certificado que autoriza al
propietario para usar la etiqueta FSC durante los próximos cinco años, durante
los cuales se realizan visitas anuales de seguimiento. De todo el proceso se
redacta un resumen público que queda a disposición de cualquier interesado.
Sistema de Certificación PEFC
El sistema Paneuropeo de certificación forestal lo está promoviendo en España
principalmente la Confederación de organizaciones de silvicultores de España
o COSE, que agrupa diversas organizaciones de propietarios privados de los
bosques del Estado de varias Comunidades Autónomas. Asimismo, COSE es
miembro de la Confederación europea de propietarios forestales o CEPF,
principal promotora del PEFC en el ámbito europeo.
Para administrar el Sistema de certificación del PEFC en España, se
constituyó la Asociación para la Certificación Española Forestal (CEF,
posteriormente denominada PEFC - España) por parte de COSE, ASAJA,
ANFTA, ASPAPEL, CONFEMADERA y FEIM. La asociación, para desarrollar
las normas nacionales que se utilizan para la certificación forestal, solicitó a
AENOR (Asociación española de normalización y certificación) la constitución
del Comité Técnico de Normalización de Gestión Forestal Sostenible, que
quedó constituido el 7 de febrero del 2000 con el código AEN/CTN 162, con el
Sr. Nicasio Guàrdia (COSE) como presidente, el Sr. Ricardo García Borregon
(ASAJA) como vicepresidente y estando la Secretaría del Comité a cargo de
los Ingenieros de Montes de la División de Normalización de AENOR.
Son miembros del CTN 162 numerosas organizaciones, empresas y
administraciones públicas (49) representativas del sector forestal español, así
como empresas consultoras, universidades, centros de investigación y
tecnología, colegios profesionales, organizaciones de consumidores y
sindicatos.
El CTN 162 retomo el mandato de la Comisión Europea de llevar a cabo la
aplicación práctica de las resoluciones de las Conferencias Ministeriales de
Helsinki y Lisboa de 1993 y 1998, respectivamente, sobre la protección de los
bosques Europeos, al territorio Español. Para ello se tomaron como base de los
trabajos del CTN los criterios e indicadores de GFS emanados de estas
conferencias Ministeriales.
El objetivo de las Conferencias Ministeriales Europeas es promover la
cooperación en materia de protección y manejo sostenible de los bosques en
22
VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
Europa. En concreto, en la tercera conferencia ministerial de Lisboa de 1998,
36 países y la Unión Europea, con la asistencia como observadores de las
principales organizaciones ecologistas, firmaron dos resoluciones sobre la
explotación sostenible de los bosques europeos, estableciéndose en una de
ellas, los criterios e indicadores para medir e informar sobre el progreso de la
Gestión Forestal Sostenible de los bosques Europeos. La aplicación práctica de
esta resolución se deja en manos de cada estado, siendo su aplicación
voluntaria.
Para desarrollar de forma adecuada todos los trabajos que se había propuesto
el CTN 162 en su plan de trabajo para los años 2000 y 2001, se crearon tres
subcomites que desarrollaron el trabajo de elaboración de las normas de GFS
que finalmente se aprobaron en Junio de 2001, tras un proceso de participación
pública:
• Subcomité 1 (SC1): Vocabulario, terminología y definiciones. En este SC
se elaboro la norma UNE 162001:2001 "Gestión Forestal Sostenible.
Vocabulario, terminología y definiciones", donde se recoge la definición de
todos los términos técnicos aplicables a la GFS.
• Subcomité 2 (SC2): Criterios e indicadores de las unidades de gestión.
Este SC llevo a cabo los trabajos más importantes para la certificación de la
GFS, en su seno se discutieron uno por uno todos los indicadores de GFS
aprobados en la segunda resolución de la Conferencia Ministerial de Lisboa
de 1998 para adaptarlos a las peculiaridades y circunstancias del monte
español, y teniendo en cuenta las diferencias que existen entre las
diferentes regiones españolas. Para ello se contemplo la posibilidad de
realizar una norma a escala regional, que permitiera la aplicación de los
criterios e indicadores de GFS en el ámbito regional, sin excluir la
aplicación, a su vez, de los mismos a escala de la unidad de gestión. Así, se
elaboró una norma con dos partes:
UNE 162002-1:2001 "Gestión Forestal Sostenible. Criterios e
indicadores de la unidad de gestión. Parte 1: Criterios e indicadores
genéricos", de utilidad en todas aquellas superficies forestales, cuyos
gestores quieran aplicar los criterios e indicadores de GFS a escala
individual o agrupándose varios de ellos.
UNE 162002-2:2001 "Gestión Forestal Sostenible. Parte 2:
Criterios e Indicadores complementarios para la evaluación a escala
regional", de aplicación para aquellas entidades de ámbito regional, con
suficiente representatividad en la región, que quieran evaluar la
sostenibilidad forestal de la misma.
• Subcomité 3 (SC3): Criterios de cualificación de auditores y ente
certificador. Dentro del propósito de crear un sistema de certificación lo más
transparente y creíble posible, se creo dentro del CTN 162 este SC para
establecer los requisitos que deben cumplir los auditores forestales y las
entidades de certificación a las que pertenecen. De esta forma, una entidad
independiente de acreditación nacional, en España ENAC, establece quien
puede o no certificar, sin que este reconocimiento caiga en manos del ente
que administra el Sistema Español de Certificación Forestal de PEFC -
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
España (SECGFS), que es una parte interesada y que restaría
independencia y credibilidad al sistema. Finalmente, se elaboraron dos
normas:
UNE 162003:2001 "Gestión Forestal Sostenible. Criterios de
cualificación de auditores forestales", donde se recogen los requisitos
que debe cumplir un auditor forestal, en cuanto a formación, experiencia
profesional y práctica en las auditorías de GFS.
UNE 162004:2001 "Gestión Forestal Sostenible. Criterios de
cualificación de las entidades de certificación", donde se recogen los
requisitos que deben cumplir las entidades de certificación para poder
actuar en el ámbito de la GFS como tercera parte independiente.
El SECF integra, como base del Sistema, la versión definitiva de las normas
UNE de GFS. En junio de 2001, PEFC - España presenta públicamente el
SECGFS, según el esquema de certificación forestal paneuropeo, para su
aprobación por los órganos de gobierno del PEFCC (Consejo Paneuropeo de
Certificación Forestal). Durante el invierno del mismo año fueron auditados a
través de una empresa independiente que remitió el informe resultante al
PEFCC. Finalmente, tras un proceso de votación por parte de todos los
miembros del PEFC en Europa, el Sistema Español de Certificación Forestal de
PEFC-España, fue aprobado durante la primavera de 2002.
El día 18 de junio de 2002 fue presentado oficialmente el Sistema Español de
Certificación Forestal de PEFC - España en Madrid a la administración forestal
central y autonómica y al público en general.
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VI CONGRESO NACIONAL DEL MEDIO AMBIENTE
6. CONCLUSIONES
Como resumen una gestión de los montes que se pretenda sostenible y que
incorpore criterios de conservación de la biodiversidad debería tener en cuenta
como objetivos generales, entre otros:
•
Conseguir una planificación multifuncional de los montes, integrando la
función biológica en la ordenación forestal y gestión diaria.
•
La aproximación al funcionamiento natural del ecosistema tanto en las
actuaciones como en los procesos ecológicos derivados en la gestión.
•
Incrementar la diversidad biológica de los montes mediante el manejo de
los hábitats y actuaciones de conservación de las especies.
Las medidas de conservación y mejora de la biodiversidad no deben
recaer solo en el propietario, sino que deben ser compartidas por la
sociedad.
•
Con la certificación de la Gestión Forestal Sostenible, se persiguen los
siguientes objetivos:
•
Promover la gestión sostenible de las superficies forestales.
•
Garantizar ante los usuarios y clientes que los productos etiquetados
provienen de bosques gestionados sosteniblemente.
•
Fortalecer y mejorar la imagen positiva de las superficies forestales y la
madera como materia prima renovable.
•
Divulgar la gestión forestal sostenible como económicamente viable,
medioambientalmente apropiada y socialmente positiva.
Instrumento de promoción para la comercialización de la madera y los
productos transformados de la madera obtenidos en superficies forestales
sostenibles.
Este documento se ha elaborado en base a:
1)
La conservación de la biodiversidad en sistemas forestales –Borrador 3- Marzo
2000. Coordinador: Carlos Ibero
2)
La planificación y gestión forestal sostenible y la conservación de la
biodiversidad: la fauna. Pedro Alcanda Vergara.
3)
Marta Gómez de los Riscos
4)
Daniel Massó Aguado. Técnico de la División de Normalización de AENOR
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