La Bioenergía en la Estrategia de Transición Energética

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La Bioenergía en la Estrategia de Transición Energética
Enrique Riegelhaupt, Carlos A. García, Omar Masera
Red Mexicana de Bioenergía, A.C.
Resumen Ejecutivo
Para lograr una transición energética en México hacia fuentes más sustentables de energía es
necesaria la incorporación de fuentes renovables. La bioenergía es una de ellas, que ya participa
con el 57% del total de la energía renovable utilizada en el país, y que tiene el potencial de aportar
alrededor del 38% de la producción de energía primaria con alto potencial de mitigación de gases
de efecto invernadero y de promover el desarrollo económico en el sector rural. Existen ya
tecnologías comerciales que pueden ser transferidas y adaptadas para su aplicación en México,
algunas de ellas con costos de mitigación negativos (como las estufas eficientes de leña, el carbón
vegetal, los pellets de madera para generación de calor). Existen también oportunidades de
investigación y desarrollo tecnológico en la producción de materias primas, cadenas de suministro
de biomasa, desarrollo de procesos biotecnológicos, termoquímicos, de limpieza de biogás, entre
otros. Se identifica también la necesidad de desarrollar las capacidades técnicas en el país por
medio de posgrados y programas específicos de capacitación, a niveles técnicos y administrativos,
así como la puesta en marcha de regulaciones y políticas públicas para garantizar la calidad y
sustentabilidad de las formas de bioenergía y de otros aspectos como el uso del territorio. Por
último es necesario hacer más eficientes a las instituciones existentes y crear empresas energéticas
que permitan el desarrollo del mercado de bioenergía.
1. Diagnóstico
México depende en un 91.1% en los combustibles fósiles para satisfacer sus demandas de energía
primaria, donde el petróleo representa el 65.2% de la demanda total, seguido del gas natural
(22.3%) y el carbón (3.6%) (SENER, 2013). La caída en la producción de petróleo crudo (3.4
millones de barriles diarios en 2004 a 2.5 millones de barriles diarios en 2011 (SIE, 2013)), y el
declive de los ingresos públicos debido a la exportación de petróleo, así como la alta importación
de gas natural, ha enfocado los esfuerzos del gobierno Mexicano a restituir las reservas y
aumentar la producción de petróleo crudo y gas, con una alta expectativa en los recursos no
convencionales como el petróleo de aguas profundas y el gas de lutitas. Prueba de ello es la
recientemente aprobada Reforma Energética (DOF, 2013). No obstante estos esfuerzos, existen
serias dudas de que los proyectos y las reformas actuales puedan lograr la restitución de las
reservas y recuperar los altos niveles de producción del pasado, ya que permanece una alta
1
incertidumbre sobre la verdadera dimensión de éstas, sobre su viabilidad económica y sobre sus
impactos ambientales.
Esta atención privilegiada al petróleo y el gas natural presentan riesgos a la seguridad energética
debido a la posibilidad de que Mexico haya superado el llamado pico petrolero (Magar y del Río,
2011) y considerando la creciente demanda de energía; se estima que al año 2030 se podría
duplicar el consumo de energía final (Bauer, 2011). Por otra parte, el uso intensivo de
combustibles fósiles tiene impactos ambientales negativos, como el calentamiento global, las
emisiones de gases contaminantes y la lluvia ácida, por mencionar algunos ejemplos.
Para garantizar el suministro y acceso a la energía atendiendo las problemáticas mencionadas, es
necesario modificar el actual sistema energético1 por uno que haga un uso sustentable de los
recursos naturales, que logre impactos ambientales positivos y que propicie el desarrollo
socioeconómico. Para construir dicho sistema energético es fundamental realizar cambios a
distintos niveles, desde las acciones para aumentar la eficiencia energética y cambiar los patrones
de consumo, hasta el incluir a las energías renovables como parte de un portafolio heterogéneo
de fuentes de energía primaria (GEA, 2012).
Una de las energías renovables consideradas clave para la transición energética es la bioenergía
(Chum et al. 2011; Creutzig et al. 2014), que puede definirse como la que se obtiene de la biomasa
producida por, o constituyente de los seres vivos. La bioenergía tiene varias ventajas con respecto
a las energías fósiles y a otras formas de energía renovable ya que puede:
 proporcionar energía a varios sectores en forma de calor, electricidad y combustibles
líquidos, sólidos y gaseosos;
 ser almacenada, lo que permite planificar y dar certidumbre a su suministro;
 ser transformada para aumentar su densidad energética y facilitar su manejo;
 ser producida y utilizada local o regionalmente, evitando la necesidad de utilizar
transporte de largas distancias;
 mitigar emisiones de Gases de Efecto Invernadero (Chum et al. 2011); y
 generar beneficios sociales y económicos al diversificar las economías rurales, crear
oportunidades de empleo a lo largo de la cadena de producción (Chum et al. 2011) y
mejorar las condiciones de salud en las zonas rurales
1 El término “sistema energético” se usa para describir un sistema total compuesto por subsistemas como
la búsqueda y extracción de recursos de energía primaria, el desarrollo de dichos recursos, la refinación,
conversión, transportación, almacenamiento, distribución y uso (Malkina-Pykh, 2008).
2
A nivel mundial la demanda de energía primaria a partir de biomasa es de 55.6 EJ, de ésta el 60%
se utiliza a nivel residencial en usos tradicionales (cocción de alimentos en zonas rurales y
periurbanas empleando leña, residuos agrícolas y estiércol). El 40% restante se utiliza en formas
modernas de la bioenergía (incluyendo 23% para generación de calor) y el restante se divide de
formas iguales para biocombustibles líquidos y generación eléctrica (REN21, 2014). La
bioenergía ocupa el primer lugar en las energías renovables con el 47% del total (REN21, 2014).
Se estima que la bioenergía puede jugar un papel importante en la transición energética mundial
ya que a nivel global el potencial de la biomasa es de 135 a 340 EJ por año, lo que equivale del
20% al 60% del consumo mundial de energía en 2010 (Creutzig et al. 2014, Cornelissen et al.
2012).
En México la participación de la biomasa en 2012 en la oferta de energía primaria fue del 3.9%
(SENER, 2013). La mayor parte (73%) corresponde a leña, usada en los fogones tradicionales
para cocción de alimentos, en muchas pequeñas insdustrias (ladrilleras, mezcaleras, talleres
alfareros) y para la producción de carbón vegetal. El segundo lugar corresponde al bagazo, como
combustible en los ingenios azucareros. Se utiliza también biomasa para generación eléctrica a
partir del biogas producido en rellenos sanitarios y en establecimientos agropecuarios y
agroindustriales (rastros, granjas pecuarias). Existen iniciativas de producción de biodiesel, a
pequeña escala, a partir de aceites vegetales usados.
Las tecnologías utilizadas para el aprovechamiento energético de la biomasa en el país son en su
mayoría ineficientes, y algunas generan impactos negativos en la salud y el ambiente (REMBIO,
2011). Aún así, la biomasa es la mayor fuente de energía renovable en México, principalmente
debido a los usos tradicionales, y llega al 57% del total de fuentes renovables (SENER, 2013).
Las acciones para la inclusión de la bioenergía con tecnologias modernas en el sistema energético
mexicano han sido aisladas e insuficientes. Existen algunos programas con avances en la
producción y uso de biogás (REMBIO, 2011), algunas inversiones para la cogeneración eficiente
en ingenios azucareros (PWC, 2013) y una política enunciada -pero hasta el momento fallidapara introducir etanol, biodiesel y bioturbosina en el sector transporte a gran escala. Este tema se
ha retomado recientemente; ver (SENER, 2014). Se cuenta con un Programa Nacional de Estufas
Rurales, coordinado por la SEDESOL que ha difundido estufas eficientes de leña en
aproximadamente 600,000 hogares rurales.
Se han identificado oportunidades importantes para la bioenergía en México, que cuenta con un
potencial sustentable de 3000 a 3459 PJ al año (García et al, 2013; Ríos y Kaltschmitt, 2013,
Banco Mundial, 2009, ver Figura 1), lo que equivale al 69% del consumo de energía final en al
año 2012 o al 38% de la producción de energía primaria. El mayor componente de este potencial
es la biomasa leñosa de bosques nativos, seguido de los residuos de cultivos y agroindustriales; y
3
las plantaciones energéticas (incluyendo cultivos para biocombustibles líquidos y plantaciones
forestales).
Figura 1. Potencial de producción sustentable de biomasa para energía en México.
Tomando en cuenta la experiencia de otros países, es posible utilizar la biomasa con tecnologías
muy eficientes, aportando a la diversificación energética del país (REMBIO, 2006; REMBIO,
2011). Hay muchas tecnologías maduras y en desarrollo de Biomasa Para Energía (BPE): entre
ellas los combustibles sólidos para el sector residencial, pellets para generación de calor en
industrias; biomasa para generación de electricidad por co-combustión, combustión directa, etc.
De hecho, la biomasa representa dos ventajas muy importantes para apoyar a la transición hacia
un patrón de energía más diversificado y menos dependiente de los combustibles fósiles:

a diferencia de otras fuentes renovables, no requiere un desarrollo importante de
infraestructura, ya que la mayoría de sus aplicaciones, hablando de biocombustibles
líquidos, sólidos o leñosos, pueden acomodarse a la infraestructura existente ya
desarrollada para los combustibles fósiles (ejemplo, la co-combustión de biomasa en
termoelécricas tradicionales, el uso de etanol mezclado con gasolina en motores flex-fuel,
etc)
4

una gran variedad de tecnologías bioenergéticas son YA completamente comerciales –es
decir, están establecidas en el mercado- y presentan costos competitivos con las
tecnologías convencionales (ver Figura 2)

hay opciones de bioenergía con costos negativos de mitigación de GEI (estufas eficientes
de leña, carbón vegetal, pellets de madera para uso en aplicaciones térmicas), lo que
significa que son opciones viables económicamente (ver figura 3).
Figura 2. Costos comparados de tecnologías bioenergéticas.
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Figura 3. Costos de mitigación de opciones de bioenergía (García et al, s.f)
El presente estudio pretende a dar respuestas a preguntas clave sobre el papel de la bioenergía en
la transición energética. Para una mejor organización del documento, dividimos el tema
“Bioenergía” en seis sub-temas, que pueden presentar situaciones o tratamientos diferenciados.
La Tabla 1, a seguir resume las características propias de cada uno de estos sub-temas.
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Tabla 1. Bioenergéticos, sus fuentes, vectores y aplicaciones
Vectores
Bioenergéticos
Fuentes
energéticos
Biomasa
leña,
forestal,
astillas,
cocción, calefacción,
1. Biocombustibles
RAC *,
briquetas,
sinterización, calcinación,
sólidos
RAI **
pellets
generación de vapor
2. Biocombustibles
Aplicaciones
etanol,
líquidos, 1a
Cultivos
biodiesel,
transporte automotor, generación
Generación
dedicados
bioturbosina
eléctrica, transporte aéreo
bietanol,
transporte aéreo,
3. Biocombustibles
RAI,
biodiesel,
transporte automotor,
líquidos avanzados
RAC
bioturbosina
generación eléctrica
Residuos
biogas,
4. Biocombustibles
Pecuarios y
biometano,
calefacción, generación
gaseosos
Urbanos
biohidrógeno
eléctrica, cocción, transporte
5. Electricidad y
Biomasa residual electricidad,
iluminación, fuerza motriz,
calor de procesos
Biomasa forestal vapor de agua
refrigeración
Biomasa
carbón vegetal,
6. Carbón vegetal y
forestal,
reductores
biocarbón
RAC
siderúrgicos
* RAC = Residuos Agrícolas de Cosecha
cocción, metalurgia, siderurgia
** RAI = Residuos Agro Industriales
En los incisos siguientes se tratan en detalle los aspectos relacionados con tecnología,
regulaciones y políticas públicas, instituciones, capacidades técnicas, mercados y financiamiento,
e investigación y desarrollo.
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2. Tecnologías
Las tecnologías clave para el desarrollo de la bioenergía son diferentes según sea el tipo de
bioenergético, la biomasa de que se parte y el vector energético buscado. La Figura 3 presenta la
gran cantidad de “caminos tecnológicos” que existen para el aprovechamiento de la biomasa
según el insumo y el proceso elegido y los tipos de bioenergéticos que pueden generarse.
Figura 3. Insumos, rutas de conversión y vectores bioenergéticos.
Fuente: Chum et al. 2011
La Tabla siguiente, resume las tecnologías más importantes estratégicas para México que se
encuentran disponibles según los seis sub-temas o ejes seleccionados para esta revisión:
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Secado, densificación. Tecnologías de cocción de bajo costo
1. Biocombustibles
(estufas, gasificadores y semi-gasificadores). Materiales avanzados
sólidos
para cámaras de combustión. Dispositivos de postcombustión y
catalizadores para la disminución de emisiones contaminantes.
2. Biocombustibles
Fermentación de hexosas para etanol (melaza y jugo directo de
líquidos, 1ª Generación caña). Tratamiento de vinazas. Transesterificación. Hidrogenación.
3. Biocombustibles
Hidrólisis eficaz de lignocelulosas; fermentación de pentosas para
líquidos avanzados
etanol; biosíntesis de ácidos orgánicos.
4. Biocombustibles
Biogas y biometano: limpieza de SH2 y CO2.
gaseosos
Biohidrógeno: organismos productores y sistemas de cultivo
5. Electricidad y calor
Logística eficiente; densificación; torrefacción, combustión en lecho
de procesos
fluidizado, co-combustión en suspensión
6. Carbón vegetal y
Pirólisis flash para obtener biocarbón.
biocarbón
Pirólisis lenta para producir carbón vegetal.
Los elementos mas importantes para el desarrollo de la bioenergía pueden corresponder a las
tecnologías “duras” (basadas en equipos, catalizadores, procesos unitarios) o “blandas” (basadas
en la organización, el control y la regulación de procesos productivos) como se resume a seguir.
1. Biocombustibles sólidos
Métodos de cosecha sostenible; logística eficiente; pre
procesamiento de materiales
2. Biocombustibles líquidos
Producción sustentable de materias primas, en escalas
de 1ª Generación
adecuadas y a costos competitivos. Logística eficiente.
3. Biocombustibles líquidos
avanzados
4. Biocombustibles gaseosos
Enzimas de costo accesible. Organismos hidrolizantes y
fermentadores robustos, domesticados. Procesos de balance
energético positivo. Tratamiento eficaz de efluentes.
Filtros de gases eficaces y baratos. Organismos hidrogénicos
cultivables y sustratos adecuados
5. Electricidad y calor de
procesos
Son tecnologías comerciales que ya están bien desarrolladas.
6. Carbón vegetal y
Logística eficaz para carbón vegetal. Pretratamiento y
biocarbón
estandarización de biomasas para biocarbón.
En todos los subtemas se requieren desarrollos de tipo sistémico, como los indicados a seguir.
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1. Biocombustibles sólidos
2. Biocombustibles líquidos
de 1ª Generación
3. Biocombustibles líquidos
avanzados
4. Biocombustibles gaseosos
Sistemas de manejo sostenible certificados.
Tecnologías integradas; alternativas reales de cultivo de
materias primas eficientes, rentables e integrables en los
actuales sistemas de uso del suelo.
Integración de procesos: utilizar residuos de la producción e
industrialización de biomasa como insumos para fabricar
biocombustibles
Integración de procesos y actores en la cadena productiva.
Estandarización de sustratos
5. Electricidad y calor de
Integración de procesos y agentes en la cadena de
procesos
abastecimiento de biomasas combustibles
6. Carbón vegetal y
Sistemas de manejo sostenible certificados para biomasa
biocarbón
forestal. Reciclaje de nutrientes para biomasa de cultivos.
En algunos sub temas, se considera que el desarrollo de la tecnología en México es poco probable,
porque se trata de tecnologías comercialmente maduras, que están protegidas por derechos de
propiedad intelectual, marcas registradas, etc. Sin embargo, hay una gran variedad de situaciones,
y queda un considerable camino a recorrer en la validación y adaptación de tecnologías en
México, como se resume a seguir.
1. Biocombustibles sólidos
Adaptación y validación a condiciones locales
2. Biocombustibles líquidos
Desarrollo nacional improbable, son tecnologías maduras a
de 1ª Generación
nivel internacional.
3. Biocombustibles líquidos
Parcialmente si; por ejemplo en la domesticación de
avanzados
organismos fermentadores de pentosas.
4. Biocombustibles gaseosos
Adaptación y validación a condiciones locales
5. Electricidad y calor de
Desarrollo nacional improbable, porque son tecnologías
procesos
maduras a nivel internacional.
6. Carbón vegetal y
biocarbón
No es esperable desarrollo nacional.
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3. Regulaciones y política pública
Se considera que no son necesarios nuevos órganos reguladores específicos para la bioenergía, ya
que en México existen órganos federales con incumbencias y atribuciones suficientes para regular
los aspectos ambientales, técnicos y fiscales de la bioenergía. Sin embargo, puede ser necesario
desarrollar regulaciones específicas, de tipo técnico, como las siguientes:
A) para biocombustibles sólidos: regulaciones sobre el manejo intensivo de recursos
forestales para energía;
sobre reciclado de nutrientes y de materia orgánica en el
aprovechamiento de residuos agrícolas de cosecha;
B) para biocombustibles líquidos de 1ª generación y avanzados: regulaciones sobre la Tasa
de Retorno Energético (TRE), la mitigación efectiva, la contaminación del aire y el tratamiento
de efluentes líquidos;
C) para Biocombustibles gaseosos: regulaciones sobre emisiones fugitivas de metano; sobre
bioseguridad, caso de utilizar OGM.
Algunas regulaciones técnicas pueden volverse críticas para el desarrollo de la bioenergía. Por
ejemplo, si se definen límites muy bajos a la tasa de extracción, la regulación puede impedir el
aprovechamiento económico de biomasa leñosa en ecosistemas forestales. Igualmente críticos
son los umbrales de la TRE y de la mitigación efectiva de los biocombustibles líquidos, tanto los
de 1ª generación como los avanzados. En caso de utilizarse Organismos Genéticamente
Modificados (OGM), las regulaciones sobre bioseguridad pueden volverse limitantes, o hasta
excluyentes, pero son importantes para cultivos nativos en el contexto de un país megadiverso
como México. En la cogeneración con biomasa, la regulación sobre calidad del aire (niveles
máximos de emisiones de gases y particulados) puede aumentar mucho los costos de capital
requeridos en las plantas de cogeneración, hasta el punto de hacerlas inviables.
En algunos casos, el uso de la biomasa para energía requiere nuevos o especiales arreglos sociales
y económicos sobre el uso del territorio. Este aspecto es de particular importancia para los
recursos forestales, que son de propiedad social y considerados como “bien común” de los
pobladores de ejidos y comunidades forestales. En cambio, para los residuos de cosechas y de
procesos agroindustriales bastan los arreglos de compraventa con sus propietarios, que son ya una
práctica en el mercado.
Hay otras políticas públicas que son importantes para la bioenergía, más allá de las energéticas
y tecnológicas. Entre ellas, vale destacar:
 las políticas ambientales: de conservación y uso sostenible de bosques; de mitigación de
emisiones, de calidad del aire y del agua, de manejo de efluentes;
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 las políticas agrícolas: de seguridad alimentaria, de uso de suelos, de manejo del agua, de
desarrollo rural;
 las políticas fiscales: tanto las referidas a impuestos y contribuciones directas a la
bioenergía y los biocombustibles, como las políticas de subsidios a los otros energéticos;
y las que otorgan apoyos financieros y fiscales a la producción agrícola, forestal y
energética.
4. Instituciones
Como ya fue mencionado, se considera que no es necesario crear nuevos órganos reguladores
específicos para la bioenergía y que tampoco son necesarias nuevas instituciones; pero sí es
imprescindible lograr arreglos institucionales sólidos para formular y ejecutar programas
específicos en cada rama de la bioenergía. Estos programas deben tener metas claras y unívocas,
recursos asignados, mecanismos de evaluación por terceras partes y actualizaciones frecuentes.
La participación de organizaciones no vinculadas directamente al sector energético es necesaria,
tanto en la formulación como en la ejecución de estos programas. Es especialmente importante
que participen:
 las organizaciones de consumidores (cámaras industriales y comerciales, ONGs de
consumidores finales) como interesados directos en la provisión de energía renovable;
 las organizaciones ambientalistas, interesadas en el resguardo del ambiente como un bien
común;
 ONGs de Asistencia Técnica
Rural, como promotoras sociales y vehículos de
transferencia de tecnología;
 las empresas industriales con potencial de cogeneración o de sustitución de combustibles
fósiles por biocombustibles;
 los municipios, como responsables por el manejo de residuos sólidos urbanos y efluentes
líquidos.
El papel de las empresas productivas del Estado es y será poco relevante en biocombustibles
sólidos. En cambio, es un papel decisivo el que debe cumplir PEMEX como facilitadora y
promotora de la introducción de biocombustibles líquidos de 1ª generación y los avanzados. En
el caso de combustibles de aviación, este papel le toca a ASA.
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En lo relativo a la generación de electricidad con biomasa, el rol principal corresponde a la
Comisión Reguladora de Energía (CRE), responsable por fijar las reglas de juego en el mercado
eléctrico. La CFE deberá cumplir las regulaciones que la CRE determine al respecto.
La presencia de instituciones dedicadas a la bioenergía a nivel sub-nacional no es estrictamente
necesaria, pero puede tener un efecto positivo y dinamizador en ciertas economías regionales
donde la biomasa juega ya un rol importante y su uso energético la hace más productiva o
socialmente más atractiva (por ejemplo, en las regiones cañeras y en las forestales).
El papel de las ONGs es importante, con acciones de dos tipos principales:
a) a nivel nacional, con acciones de concientización y cabildeo, para promover políticas
favorables y/o ayudar a superar barreras institucionales; y
b) a nivel local, con acciones de difusión, transferencia de tecnología y presión política local
para promover a toma de decisiones favorables de parte de empresas, autoridades locales,
dueños y poseedores de recursos de biomasa, etc.
5. Capacidades técnicas
Más allá de las capacidades existentes en el país, es necesario crear capacidades adicionales,
como sintetiza la tabla siguiente. Se necesitan convenios entre las empresas e instituciones
educativas de nivel superior para formar a los ingenieros, técnicos y administradores que se
desempeñarán en las actividades productivas, con programas de Diplomado, Especialización o
equivalentes. La cooperación internacional puede ser muy eficaz para formar los líderes de
grupos de investigación y desarrollo requeridos. El Gobierno Federal, y en particular el
CONACyT, debe apoyar estos esfuerzos con recursos económicos específicos.
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1. Biocombustibles
sólidos
Especialización para ingenieros, prestadores de
servicios, administradores de empresas forestales y
de empresas consumidoras.
Especialización en logística y control de calidad de
biocombustibles sólidos
Técnicos y
Administradores
2. Biocombustibles
líquidos de 1ª
Generación
3. Biocombustibles
líquidos avanzados
Especialización en fermentación, destilación,
transesterificación.
Formación de operarios y técnicos en mismas áreas.
Formación de lideres de grupos I+D.
Especialización en disciplinas clave: enzimas,
catalizadores, hidrólisis, pre-procesamiento
4. Biocombustibles
gaseosos
5. Electricidad y
calor de procesos
6. Carbón vegetal y
biocarbón
7. Aplicaciones
residenciales
Formación de operarios y técnicos en biodigestión.
Especialización en Biohidrógeno, biometano.
Especialización para ingenieros, prestadores de
servicios, administradores de empresas.
Especialización en logística de biocombustibles
sólidos
Formación de operarios y técnicos en
carbonización.
Especialización en control de calidad.
Formación de diseñadores.
Formación de técnicos constructores.
Especialistas en difusión de tecnologías
Técnicos,
Ingenieros
Doctores,
posgrados de alto
nivel
Técnicos y
posgrados de alto
nivel
Administradores
Operarios
especializados y
administradores
Técnicos y
posgrados de alto
nivel.
Administradores
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6. Mercados y financiamiento
Como regla general, la experiencia internacional demuestra que hay cuatro factores clave para
que los productos y servicios asociados a la bioenergía se generalicen en el mercado:

desarrollos de estándares y normas técnicas;

transparencia de los mercados;

contratos de medio y largo plazo para abastecimiento de biomasa y de transportadores
energéticos;

precios ligados a los de los energéticos fósiles.
En el caso especial de los biocombustibles avanzados, es imperativo encontrar medios para bajar
los costos de producción, que actualmente son muy altos y dependientes de los elevados precios
y consumos de enzimas y de energía externa, razón por la cual las industrias de biocombustibles
avanzados no logran remunerar a la biomasa.
En el caso de la electricidad generada o co-generada con biomasa, los factores clave en México
son: a) las actuales restricciones de acceso al mercado eléctrico, y b) el sistema de contratación
de productores independientes de energía de CFE, los que reducen los precios pagados a los
productores de bioelectricidad a valores marginales.
Las empresas que se perfilan como necesarias para desarrollar el mercado de bioenergéticos y
que no existen o están muy poco desarrolladas actualmente, son de varios tipos y deben operar
en distintos eslabones de la cadena de producción:
a) las ESCOS (“Energy Services Companies”),
asumiendo la gestión energética de
empresas industriales o comerciales a cambio de una comisión o una participación en los
costos evitados;
b) las compañías de servicios energéticos integrales, diseñando, construyendo, operando y
transfiriendo la propiedad de sistemas de generación o uso de energía, a privados o al
Estado;
c) consorcios o compañías subsidiarias de empresas industriales con potencial de
cogeneración (principalmente azucareras, alcoholeras, químicas, papeleras), agregando
esta nueva actividad como fuente de ingresos o forma de reducir costos;
d) empresas forestales con recursos aptos, para producir y/o procesar biomasa energética;
e) empresas o prestadores de servicios agrícolas, para diversificar el uso de los residuos de
cosechas.
15
Algunos mecanismos financieros específicos que se consideran necesarios para este desarrollo
son: a) fondos de garantías para nuevas empresas, b) fondos de preinversión, c) fondos de
inversión específicos, a tasas preferenciales, d) fondos y servicios específicos de factoraje y
descuento de obligaciones.
En cuanto a los subsidios estatales, pueden ser necesarios en las etapas iniciales de desarrollo para
algunos vectores energéticos como el etanol o el biodiesel, aunque en estos casos parece ser más
eficaz el utilizar mandatos de mezcla, que transfieren el costo al consumidor o al Estado vía
menores impuestos.
De hecho, ya existen en México fuertes subsidios estatales a la producción forestal y agropecuaria,
del tipo indirecto; se presentan como apoyos no reembolsables a las inversiones (PRODEFOR,
PROGAN, etc.) o como apoyos a la comercialización de productos agrícolas (ASERCA).
Algunos de estos subsidios indirectos se han aplicado a programas de desarrollo de
bioenergéticos, con nulos resultados (plantaciones de Jatropha curcas, viveros de caña de azúcar
para etanol, plantas completas de biodiesel y bioetanol, plantas de microalgas).
La determinación de la necesidad y monto de los subsidios a la bioenergía o los bioenergéticos es
una materia compleja, que excede los imites de este estudio.
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7. Investigación y desarrollo
Las instituciones líderes en bioenergía se encuentran en distintos países. La tabla que sigue indica
algunos de estos países y las respectivas especialidades o subtemas de mayor desarrollo.
Sub Tema
1. Biocombustibles
sólidos
2. Biocombustibles
líquidos de 1ª.
Generación
3. Biocombustibles
líquidos avanzados
Paises
Alemania, Finlandia,
Suecia, Canadá,
Austria, USA , India
Brasil y USA
(etanol), Alemania,
Austria, Brasil
(Biodiesel)
USA, España,
Dinamarca,
Finlandia.
Tipos de
instituciones
Tecnologías
Peletización, torrefacción,
Mayormente
gasificación, aplicaciones
públicas.
domésticas
Públicas y
Privadas
Fermentación y destilación;
Transesterificación
Públicas y
Privadas
Pretratamiento, hidrólisis,
fermentación.
Públicas
Biodigestión continua.
Depuración de biometano
4. Biocombustibles
gaseosos
Alemania, Dinamarca
5. Electricidad y calor
de procesos
Brasil, USA,
Finlandia
Privadas
Co-generación, co-combustión
de sólidos
6. Carbón vegetal y
biocarbón
Canadá, Reino
Unido, USA.
Públicas
Pirólisis flash.
La prioridad de desarrollar capacidad local de investigación en bioenergía se relaciona con el
grado de desarrollo de cada subtema a nivel global. En aquellos subtemas en que existe un
considerable avance tecnológico con una fuente de biomasa específica y una aplicación o uso
final en particular, no parece razonable invertir muchos recursos: un ejemplo típico es el etanol
de caña de azúcar, donde es muy difícil o imposible superar las tecnologías desarrolladas en Brasil
tanto para su producción como para su uso final en motores de combustión interna de ciclo Otto
y Diesel.
En este caso y otros parecidos, donde ya hay grandes avances en el contexto
internacional, el papel de los grupos locales de investigación y desarrollo debe orientarse a la
validación de esas tecnologías -como condición previa a su adaptación y ajuste a las condiciones
nacionales- evitando las importaciones “en bloque” o “por transplante”.
17
8.
Referencias
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Energético de México: Reflexiones académicas independientes. Consejo consultivo de Ciencias,
Presidencia de la República. México.
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