DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO

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Boletín Digital Nº31
FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS
DE COMERCIOS Y SERVICIOS
SECRETARÍA DE ESTUDIOS
Y ESTADÍSTICAS (SEyE)
JUNIO DE 2013
DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO
RECORDS HISTÓRICOS DE PROPORCIÓN DE DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
A FAVOR DE LOS TRABAJADORES
Fuente: SEyE en base a IDELAS-UCES y IIE –CEPED
DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA A FAVOR DE LOS TRABAJADORES
Fuente: SEyE en base a IDELAS-UCES
SEGÚN IDELAS-UCES, LA RELACION ENTRE LOS SALARIOS, EL EMPLEO Y EL VALOR DEL PBI EN PESOS CORRIENTES SE
MOSTRÓ A FAVOR DE LOS TRABAJADORES EN EL ÚLTIMO AÑO. EN EFECTO, LOS TRABAJADORES PERCIBIERON EL 52,5%
DEL TOTAL DE LOS INGRESOS PRODUCIDOS POR LA ECONOMIA ARGENTINA, MARCANDO UN RECOR HISTORICO. OTROS
PICOS HISTORICOS TUVIERON LUGAR EN 1954 (CON EL 50,8%) y EN 1973 (CON UN 47%).
ESOS VALORES SIGNIFICARON QUE EN 2012 EL CONJUNTO DE LOS TRABAJADORES EN RELACIÓN DE DEPENDENCIA
RECIBIÓ 3,4% MÁS DE LA GENERACIÓN TOTAL DE RIQUEZA QUE UN AÑO ANTES. DE ESTA SUBA, 2,6% CORRESPONDIÓ A
LOS ASALARIADOS DEL SECTOR PRIVADO y 0,6% A LOS DEL SECTOR PÚBLICO y SE DEBIERON A UN REPUNTE SUSTANTIVO
DEL 7,3% POR AUMENTOS SALARIALES PARA LOS PRIMEROS DE LA EXPANSIÓN DE LA NÓMINA.
LAS RAZÓN PRINCIPAL POR LA CUAL LOS TRABAJADORES ALCANZARON ESTE MAXIMO HISTORICO EN LA DISTRIBUCIÓN
DE LA RENTA A SU FAVOR y CON UN CRECIMIENTO MAYOR AL 12% EN EL ÚLTIMO QUINQUENIO, SE DEBE AL FUERTE y
SOSTENIDO IMPULSO AL CONSUMO (CON ADMINISTRACIÓN DE PRECIOS y AJUSTE DE LA PARIDAD CAMBIARIA POR
DEBAJO DE LA SUBA DE LOS COSTOS DE PRODUCCIÓN).
EL CONTEXTO EN DONDE ESTE FENOMENO TIENE LUGAR ES UNO EN DONDE DESTACA LA DESACELERACIÓN DEL RITMO
DE CRECIMIENTO DEL PBI Y LA BAJA EN LA INVERSION Y EXPANSION DE LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA POR PARTE DE LAS
EMPRESAS EFECTO DE APRECIABLES GANANCIAS DE PRODUCTIVIDAD DE LOS TRABAJADORES Y CONSECUENTE REPUNTE
DE LA COMPETITIVIDAD DE LA ECONOMÍA EN SU CONJUNTO.
PARA QUE ESTO PUEDA SOSTENERSE EN EL TIEMPO LO EXPERTOS SOSTIENEN QUE ES NECESARIO AVANZAR EN EL CRECIMIENTO SUSTENTABLE DE TODOS LOS FACTORES DE LA PRODUCCIÓN PARA EVITAR LA RECURRENCIA HISTORICA QUE:
LUEGO DE GRANDES PICOS (COMO LOS DE 1954 Y 1973) DEVINIERON FUERTES CAÍDAS DE LOS INGRESOS DE LOS TRABAJADORES PRODUCTO DE DESEQUILIBRIOS ASOCIADOS CON LA PRODUCTIVIDAD Y LA COMPETITIVIDAD EXTERNA.
La política de elevar al consumo a la condición de prioridad sobre la inversión fue clave para que en una década
la distribución de la riqueza generada por el conjunto de los agentes económicos al factor trabajo alcanzara una
porción mayoritaria, en detrimento de las empresas y de los trabajadores por cuenta propia. De un pico inicial de
50,84% en 1954, cae hasta menos de 35% en la depresión de 2002/03 y se recupera hasta llegar hoy al récord de
52,5% (IDELAS-UCES, 2013).
Una vieja conquista de los representantes de los trabajadores en relación de dependencia ha sido la obtención de,
al menos, la mitad de la riqueza que genera el conjunto de los factores de la producción, el cual incluye a trabajadores, las empresas, la tecnología, la tierra y el capital financiero, así como el aporte al estado a través del Impuesto a las Ganancias
Claramente, no existe una fórmula mágica y universal que permita determinar el óptimo de distribución de la
riqueza para un país, porque depende de la dotación que se disponga de cada uno de los factores, tanto naturales, tecnológicos y humanos, como de acceso al capital financiero y las pretensiones de política económica, hacia
esquemas capital intensivo o mano de obra intensiva, así como la preferencia por las economías abiertas o cerradas al mundo para incentivar el pleno uso de los recursos productivos en condiciones de eficiencia.
En el largo período de inestabilidad institucional que predominó en el primer tramo de la estadística oficial sobre
la distribución del ingreso entre los factores de la producción, entre 1950 y 1970, el conjunto de los trabajadores
asalariados recibió en promedio 44,3% del PBI generado cada año, con extremos de 50,8% en 1954 y 37,73% en
1959. Se mantiene en ese último rango hasta 1965 cuando sube a 40%, momento a partir del cual acusa avances
sostenidos hasta un tope de 46,5% en 1971 y se mantiene dentro de ese parámetro hasta que se corta la serie tres
años después (IDELAS-UCES, 2013).
Luego de un paréntesis de 20 años el INDEC reanuda la serie con valores levemente desfavorables para el factor
trabajo y se acentúa esa tendencia en el resto de la década. El supuesto fracaso de la política de cambio fijo y
apertura de la economía en los ’90 tuvo uno de sus justificativos más contundentes por parte de los defensores de
la heterodoxia y los programas populistas en la reducción de la participación de los asalariados en la distribución
del ingreso hasta 37,11% en 1997, esto es antes de que se iniciara una nueva recesión que devino en depresión
hacia fines de 2001, donde en ese escenario la serie del INDEC refleja un salto relativo hasta 42,1% del PBI.
Pero el punto mínimo se observa en 2002 y 2003 cuando por efecto de la depresión que provocaron las políticas
que se definieron como las “4D: devaluación, default, desdolarización y desendeudamiento” se reduce a poco
más de 34% del PBI, de la mano de dirigentes que se proclamaban a favor de los trabajadores y cuestionaban el
rol de las empresas privadas como generadoras de riqueza.
A partir de allí y luego de superada la crisis institucional y con la llegada de mejores vientos del resto del mundo,
en particular la vinculada con la demanda de alimentos por parte de las naciones con mayor cantidad de habitantes, como China, India y otras del sudeste asiático, junto con la profundización de políticas que indujeron a la
generación de empleos y a la recuperación del poder de compra de los asalariados por la vía de la negociaciones
en paritarias entre sindicatos y empresas, pero con señales del Ministerio de Trabajo, se asiste a un proceso de
continua recuperación del terreno perdido.
Pese a la dinámica de ese proceso, las estadísticas oficiales que difunde el INDEC de Distribución Funcional del
Ingreso entre el trabajador asalariado y el resto de los factores de producción se interrumpe nuevamente a partir
de 2009 hasta el presente.
Las estimaciones de IDELAS-UCES en base a los datos parciales que el organismo de estadística brinda sobre el
comportamiento de los salarios y del empleo y el valor del PBI en pesos corrientes, mostró que en 2012 los asalaridos habían ganado en proporción en la distribución de la renta con una proporción histórica del 52,5% (38,2%
distribuido entre los asalariados del sector privado y 14,3% de los trabajadores en relación de dependencia en el
sector público).
Entre los factores que contribuyeron a provocar una singular escalada de la distribución de la renta a favor de los
asalariados, se destacan la intensificación de la política de aliento del consumo interno. Para este informe, la
mejora en la captación de la riqueza por parte del conjunto de los asalariados, pese a la brusca desaceleración del
ritmo de crecimiento del PBI, se originó más por efecto de la pérdida de incentivos de las empresas para expandir
el acervo productivo que por efecto de apreciables ganancias de productividad de los trabajadores y consecuente
repunte de la competitividad de la economía en su conjunto.
El análisis clave de este fenómeno radica, entonces, en que el factor distintivo que contribuyó a devolver un rol
protagónico a los asalariados fue la capacidad de la economía para generar empleos entre 2003 y 2007. Mientras
que desde entonces hasta hoy la creación neta de puestos se desaceleró bruscamente, y el factor decisivo fue el
ajuste nominal de las remuneraciones a un ritmo superior al del valor agregado por el resto de los factores de
producción y de rentas.
IDELAS-UCES estimó, a partir de las estadísticas oficiales, que en 2012 el conjunto de los trabajadores en relación
de dependencia recibió 3,4% más de la generación total de riqueza que un año antes, correspondiendo 2,6% a
los asalariados del sector privado y 0,6% a los del sector público. En el primer caso significó un repunte de 7,3%
en términos reales -sustentado en el aumento de las remuneraciones, porque la dotación apenas se elevó 0,2% y en el segundo de 5,9% -apoyado en la expansión de la nómina en 3,8% -. En contrapartida, el agregado del
resto de los factores de producción volvió a perder puntos en la captación de riqueza, volviendo a la relación que
registraba a la salida de la crisis del Tequila, fenómeno que repercutió sensiblemente sobre las decisiones de inversión. Estas se vieron agravadas por un escenario de persistente cierre de acceso a los mercados internacionales, no
sólo de financiamiento, sino también para seducir a capitales ociosos, ante la continuidad del estadio de default,
en particular con gobiernos nucleados en el denominado Club de París.
Pese a ese cuadro, las últimas negociaciones de aumentos salariales en negociaciones paritarias para 2013 se
cerraron superando cualquier tasa de inflación de la que se dispone en Argentina. Con ello se reconoce un
aumento de los costos en dólares de la mano de obra y aleja aún más la posibilidad de competitividad de las
empresas con el exterior, mientras que el estado pierde capacidad de financiamiento por la vía del impuesto
inflacionario en el equivalente a más de dos puntos del PBI y con ello no sólo torna insostenible el proceso de
aumento de la distribución de la riqueza entre los asalariados, sino de deteriorar a futuro. Por ello se hace imprescindible que, para mantener este logro redistributivo se busquen las alternativas de política macroeconómica que
estimulen el equilibrio necesario entre los factores económicos que den sustentabilidad a la proporción de renta
mayoritaria hoy detentada por los trabajadores.
EVOLUCIÓN DE LOS INDICADORES DE DISTRIBUCIÓN DE LA RENTA
Fuente: SEyE en base a IDELAS-UCES
ANEXO
Definiciones del INDEC de la Cuenta de Generación del Ingreso conocida como distribución funcional del Ingreso, el INDEC mide
los ingresos generados en el proceso productivo que componen el Valor Agregado Bruto, estimado como Retribución a los
Factores de la Producción: el trabajo y los activos que intervienen en el proceso.
Remuneración del Trabajo Asalariado: es la retribución que las unidades productivas pagan a sus empleados en relación de
dependencia como contraprestación por su trabajo, es decir, sueldos y salarios (incluidos los aportes personales y el Impuesto a
las ganancias a cargo del trabajador), tanto en dinero como en especie, y las contribuciones patronales pagadas por el empleador.
Excedente de Explotación Bruto: es la retribución a los activos que participan en el proceso productivo generado por las actividades económicas organizadas bajo la forma de empresas constituidas en sociedad. Este concepto incluye el consumo de capital
fijo (depreciación) y el Impuesto a las ganancias.
Ingreso Mixto Bruto: es la expresión reservada para el saldo contable de la CGI de las empresas no constituidas en sociedad,
propiedad de los miembros de los hogares (los cuentapropistas y patrones que se miden en la Encuesta Permanente de Hogares). Es mixto porque no puede diferenciarse la porción de ese ingreso que corresponde a la retribución del trabajo de la que
corresponde a la retribución de los activos que intervienen en el proceso productivo (capital, activos no producidos, etc.). En
consecuencia, una porción de la remuneración al trabajo queda contenida en este agregado. Asimismo, también incluye el
consumo de capital fijo (depreciación) y el Impuesto a las ganancias.
El INDEC considera que el EEB e IMB son denominaciones alternativas del saldo contable de la Cuenta de Generación del Ingreso
utilizadas para diferentes tipos de empresas, incluyendo cuentapropistas y patrones. Dicho saldo es el excedente derivado de los
procesos de producción antes de deducir cualquier gasto en concepto de intereses y de rentas de la tierra u otras rentas de la
propiedad a pagarse por los activos financieros, por tierras y terrenos o por otros activos tangibles no producidos necesarios a
la producción; estos excedentes sólo pueden obtenerlos los productores de mercado, porque para los productores de no mercado el valor de su producción bruta final es equivalente a la suma de sus costos explícitos.
FEDERACIÓN ARGENTINA DE EMPLEADOS
DE COMERCIOS Y SERVICIOS
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Secretario Miguel Ángel Santellán
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