el dinamismo soteriológico de cristo presente en las virtudes

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EL DINAMISMO SOTERIOLÓGICO DE CRISTO
VIDA DIVINA EN EL CREYENTE
2 CARTA DE PEDRO CAPÍTULO 1, VERSÍCULOS 5-7
LUIS ENRIQUE SABOGAL MORENO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Facultad de Teología
Bogotá, D.C.
Septiembre de 2009
EL DINAMISMO SOTERIOLÓGICO DE CRISTO
VIDA DIVINA EN EL CREYENTE
2 CARTA DE PEDRO CAPÍTULO 1, VERSÍCULOS 5-7
LUIS ENRIQUE SABOGAL MORENO
Monografía para obtener el título de Maestría en Teología Bíblica
Directora: Dra. María Lucía Jiménez de Zitzmann
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Facultad de Teología
Bogotá, D.C.
Septiembre de 2009
AGRADECIMIENTOS
A Dios Padre Celestial que me dio el Don de la vida y me ha permitido conocerlo y amarlo
cada día más. Que me ha manifestado su inmenso Amor en las diferentes circunstancias de
mi vida, y al cual quiero dedicar, exclusivamente, el tiempo que me queda de existencia,
como instrumento dócil para la causa del Evangelio.
Al Espíritu Santo que como suave viento me ha manifestado su presencia en los momentos
en que he necesitado de su inspiración y sabiduría.
A Jesucristo, mi hermoso amado, que ha re-significado la razón de mi existencia a través
del Evangelio, que con su ejemplo de Amor hasta la muerte, y muerte de Cruz, me ha
indicado el camino de la Resurrección, del verdadero Amor, y de la Vida.
A María Santísima, perfección suprema de las criaturas del Señor, que me cubre con su
manto celestial, y me invita a conocer a su Hijo, Camino, Verdad y Vida.
A mí Santo Ángel de la guarda, que como un padre, hermano y amigo, me ha acompañado
en los momentos difíciles de mi existencia, guía mi vida como mano de Dios, y a quien
entrego este trabajo para que, como pequeña y humilde ofrenda, lo lleve al altar del Padre
Celestial, dueño de la vida, y razón de mi ser y existencia.
A los Santos y Santas, que en el cielo interceden por mí, para que un día sea parte del
Reino Eterno de los cielos, y en unión con ellos y los ángeles, alabemos eternamente a
Dios.
A mi hermana Maritza, que ha sido el gran bastón de Dios en esta prueba de mi vida, y me
ha facilitado, con su desinteresado amor, llevar a feliz término mis estudios de Teología.
A mi novia Catalina, quien con su encantador afecto y constante presencia, me ha apoyado
en estos últimos años del camino de la vida.
A la Doctora María Lucia Jiménez de Zitzman, quien con su guía y sabiduría ha madurado
mis conocimientos de Teología. Que con el amor que profesa por la Sagrada Escritura, se
constituye en un ejemplo de vida a seguir. Agradezco su bondad y comprensión para
formarme y hacer de mí un cuidadoso lector de los textos bíblicos. Muchas gracias por sus
aportes conceptuales, que han contribuido eficazmente al desarrollo de la investigación,
pero fundamentalmente a mi crecimiento espiritual, para el estudio y profundización del
acontecimiento salvador de Nuestro Señor Jesucristo.
A la Pontificia Universidad Javeriana, que me ha capacitado en la ciencia del conocimiento
de Dios, con excelentes maestros, y con la cual, estoy altamente agradecido porque ha
enriquecido mi vida en la fe y me ha hecho un mejor instrumento para nuestra Iglesia
Católica.
Y a mi comunidad de Oración ―Queremos ser luz del Mundo‖, mi familia espiritual, donde
Dios quiere que profundice mi fe y aprenda a vivir el significado de la ―común unión‖,
fuerza, dinamismo sobre el cual se edifica el Reino de Dios, que Nuestro Señor y Salvador
Jesucristo vino a instaurar.
Contenido
INTRODUCCION .................................................................................................................................. 7
1. CONTEXTO AMPLIO DE LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO .......................................... 14
1.1. DESTINATARIOS Y LUGAR DE REDACCIÓN. ............................................................................ 15
1.2 ¿CUANDO SE ESCRIBIO LA CARTA? .......................................................................................... 16
1.3. DIMENSION DOCTRINAL ............................................................................................................. 17
1.3.1. Datos fundamentales .............................................................................................................. 17
1.3.2. Retraso de la Parusía .............................................................................................................. 18
1.3.3. Fe como conocimiento ........................................................................................................... 19
1.4. AUTORES O EVENTOS CRISTIANOS QUE TESTIMONIAN LA ORIGINALIDAD DE LA
CARTA ........................................................................................................................................... 19
1.5. PSEUDONIMIA ............................................................................................................................... 20
1.6. DIMENSION LITERARIA ............................................................................................................... 22
1.6.1 Características del vocabulario y del estilo .............................................................................. 22
1.6.2 Comparación general con el texto de la Primera Carta de Pedro ............................................... 23
1.6.3 Utilización del Antiguo Testamento ........................................................................................ 25
1.6.4 Utilización del Nuevo Testamento........................................................................................... 25
1.6.5 Género literario. ...................................................................................................................... 26
1.6.6 Relación de la Segunda Carta de Pedro con la Carta de Judas................................................... 27
1.6.6.1. Información básica sobre la Carta de Judas. ..................................................................... 27
1.6.6.2. Relación de la Carta de Judas con la Segunda de Pedro. .................................................. 27
1.7. ELEMENTOS RELEVANTES EN LA ESTRUCTURA DE LA CARTA. ........................................ 29
1.8. ESQUEMA DE LA CARTA. ............................................................................................................ 30
1.8.1 La fórmula introductoria (1,1-2). ............................................................................................. 30
1.8.2 Cuerpo de la Carta (1,3-3,16). ................................................................................................. 30
1.8.3 Exhortación conclusiva y doxología (3,17-18). ....................................................................... 34
2. ANÁLISIS SINCRÓNICO DE: 2 DE PEDRO 1,1-11 ................................................................ 36
3. ANALISIS DIACRÓNICO DE LOS TÉRMINOS ..................................................................... 56
3.1. LA FE pivstiV. ..................................................................................................................................... 57
3.1.1. Introducción........................................................................................................................... 57
3.1.2. El término pivstiV en el mundo Griego. ................................................................................. 57
3.1.3. La Fe en la época helénica...................................................................................................... 59
3.1.4. La Fe en el Antiguo Testamento ............................................................................................. 60
3.1.4.1. Etapa del judaísmo temprano. .......................................................................................... 60
3.1.4.2 En el judaísmo tardío. ...................................................................................................... 62
3.1.5. La Fe en la tradición sinóptica. ............................................................................................... 62
3.1.6. La Fe en Pablo y en la tradición post- paulina. ........................................................................ 64
3.1.7. La Fe en la tradición joanea. ................................................................................................... 65
3.1.8. Aspectos importantes para la comprensión del término Fe en el resto del Nuevo Testamento. .. 66
3.2. EL AMOR filevw. ............................................................................................................................ 67
3.2.1. El Amor en el mundo Griego.................................................................................................. 67
3.2.2. El Amor en el Antiguo Testamento ........................................................................................ 68
3.2.3. El Amor en el judaísmo helenístico. ....................................................................................... 72
3.2.4. El Amor en los escritos paulinos............................................................................................. 73
3.2.5. El Amor en el resto del Nuevo Testamento. ............................................................................ 75
3.2.6. El Amor en Juan. ................................................................................................................... 79
3.2.7. Otros usos del verbo filevw en el Nuevo Testamento .............................................................. 80
3.3. LA VIRTUD ajrethv. .......................................................................................................................... 82
3.3.1. La Virtud [ajrethv,] en el mundo griego. .................................................................................. 82
3.3.2. La Virtud [ajrethv] en la lengua hebrea. .................................................................................. 83
3.3.3. La Virtud [ajrethv] en el Nuevo Testamento. ........................................................................... 84
3.4. EL CONOCIMIENTO gnw:siV. ......................................................................................................... 85
3.4.1. El Conocer en el mundo griego. ............................................................................................. 85
3.4.2. El Conocer en el Antiguo Testamento..................................................................................... 86
3.4.3. El Conocer en el Judaísmo helenístico. ................................................................................... 88
3.4.4. El Conocer en el Nuevo Testamento. ...................................................................................... 88
3.4.5. El Conocer en el mundo helénico. .......................................................................................... 93
3.5. LA TEMPLANZA, ejgkravteia: Dominio Propio ................................................................................ 95
3.6. LA PACIENCIA uJpomonh................................................................................................................. 97
3.6.1. La Paciencia en el mundo griego. ........................................................................................... 97
3.6.2. La Paciencia en el Antiguo Testamento. ................................................................................. 98
3.6.3. La Paciencia en el Nuevo Testamento................................................................................... 101
3.7. LA PIEDAD eujlavbeia. ................................................................................................................... 105
3.7.1. La Piedad en el mundo griego. ............................................................................................. 105
3.7.2. La Piedad en el Antiguo Testamento. ................................................................................... 106
3.7.3. La Piedad en el Nuevo Testamento. ...................................................................................... 108
4. HERMENÉUTICA TEOLÓGICA DE LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO 1, 5-7......... 110
4.1. CONTEXTO INMEDIATAMENTE ANTERIOR. .......................................................................... 112
4.2. ¿VIRTUDES O ―ACTITUDES‖ DEL CREYENTE EN LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO 1, 5-7?
...................................................................................................................................................... 128
4.2.1. Edouard Cothenet ................................................................................................................ 129
4.2.2 Karl Hermann Schelkle. ....................................................................................................... 129
4.2.3 Joachim Gnilka. ................................................................................................................... 132
4.2.4 Raymond E. Brown.............................................................................................................. 133
4.3. APORTE DE LA INVESTIGACION AL SIGNIFICADO Y AL SENTIDO DE LAS ―ACTITUDES‖
DEL CREYENTE PRESENTES EN LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO 1, 5-7 .......................... 133
4.3.1 Importancia de la Fe y del Amor .......................................................................................... 135
4.3.2 ―Armonizad, enlazad a vuestra fe la virtud”. ........................................................................ 139
4.3.3 “Armonizad, enlazad… a la virtud el conocimiento‖............................................................. 141
4.3.4 ―Armonizad, enlazad… al Conocimiento la Templanza‖. ...................................................... 145
4.3.5 ―Armonizad , enlazad… a la Templanza la Paciencia Activa‖. .............................................. 147
4.3.6 ―Armonizad , enlazad… a la Paciencia Activa, la Piedad‖. ................................................... 148
4.4. CONTEXTO INMEDIATAMENTE POSTERIOR .......................................................................... 152
4.5. EL SENTIDO DE LA PALABRA ejpicorhghvsate.......................................................................... 159
5. APORTE A LA REALIDAD ....................................................................................................... 162
5.1. ¿COMO SE VIVEN HOY LOS ACONTECIMIENTOS DESCRITOS EN LA SEGUNDA CARTA DE
PEDRO? ........................................................................................................................................ 162
5.1.1. Corrupción en el mundo por la ―concupiscencia‖.................................................................. 163
5.1.2 Las ―actitudes‖ del cristiano descritos en la Segunda Carta de Pedro 1, 5-7 asumen la realidad y
se convierten en camino salvífico................................................................................................... 165
CONCLUSIONES ............................................................................................................................. 173
ANEXO: ANÁLISIS SINCRÓNICO DE LA SEGUNDA DE PEDRO 1-5 .....................................
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................... 178
INTRODUCCION
Hasta este momento la exégesis bíblica ha estado en manos de especialistas, quienes han
iluminado al pueblo creyente a través de muchos siglos en temas muy importantes y
necesarios. Hoy, la Iglesia, a través del CONCILIO VATICANO SEGUNDO, hace un
llamado al laicado a vivir con mayor intensidad su fe y a trabajar ―celosamente por conocer
más profundamente la verdad revelada‖ e impetrar ―insistentemente de Dios el don de la
sabiduría‖ 1. Este llamado, solo es posible mediante un mayor compromiso del laico en el
discernimiento de la palabra divina, con formas o métodos válidos, que sin sacarlo de su
mundo, le den la capacidad de comprensión de la Palabra, de modo asertivo y válido dentro
de la Iglesia.
Es por esto que afirmo, después de haber realizado la presente investigación, que el método
―Análisis Teológico Semántico del Nuevo Testamento‖ favorece esta intención del concilio
Vaticano II. El método me dio la oportunidad de aproximarme a la Sagrada Escritura con
un criterio de ―investigador‖, sin ser teólogo ni escriturista, y a través de él, hacer un
aporte, con la dirección de la Doctora María Lucia Jiménez de Zitzmann y el espíritu
analítico y cuestionante que encontré en el grupo ―Soter‖, swthr, dedicado a dar al texto
bíblico, como referente de la investigación, una lectura ―nueva‖ y profundamente dinámica
e integradora.
Este acercamiento a la Escritura Santa, sin ser un escriturista experto, constituye una
inmensa motivación para el creyente, que como yo, quiere leer el texto con un criterio claro
e investigativo. La lectura que aquí hacemos y que otros profesionales de otras disciplinas
también hacen, como es mi caso, favorece generar aportes valiosos al estudio de la Sagrada
Escritura. Así mismo, podemos demostrar la profundidad y grandeza de la Palabra de Dios,
haciendo que el mensaje bíblico sea más inteligible y asequible a los destinatarios
primordiales del cristianismo: los fieles, quienes por el bautismo estamos llamados a
1
VATICANO II. Lumen Gentium. Madrid: EDITORIAL CATÓLICA, S.A.MATEO INURRIA. 1968. No. 35
7
ser profetas y evangelizadores. Es por eso, que para este análisis partí de mi realidad de
cristiano, que se acerca a la Palabra de Dios y quiere comunicarla a un grupo de creyentes,
en primera instancia, mi familia y hermanos de la comunidad de oración ―Queremos Ser
Luz del Mundo‖.
Desde hace mucho tiempo, me llamó la atención el texto bíblico de la 2 P 1, 5-7, porque
creí que desde él podía comunicar, el significado y el sentido profundos de las ―virtudes
cristianas‖, pero así mismo, entendí, después de haber leído el texto varias veces, que
comprender su sentido y significado, en su totalidad, no era un trabajo fácil y, por lo tanto,
tendría que investigar y estudiar con atención su contenido. La ―virtud‖, me ha parecido
siempre, la máxima motivación para alcanzar, con la gracia de Cristo, la dimensión divina a
la cual estamos llamados, y así mismo, descubro, a través de la investigación, que se
constituye en un dinamismo atrayente, que orienta e ilumina el deseo de realización e
infinitud del ser humano y su anhelo de acercarse a Jesucristo Salvador, para encontrar en
él la paz y la felicidad deseada por la humanidad. Aún más, cuando en un momento como
el actual, se está perdiendo la esperanza, el significado de la vida y no se ve luz al final del
camino, es ahí, donde hablar de salvación, se vuelve esencial y primordial, para que, como
lo refiere el autor de la Segunda Carta de Pedro, encuentre el ser humano, la posibilidad de
ser parte de la naturaleza divina, de volver a la intención original del Padre Celestial cuando
nos creó a su imagen y semejanza.
Al leer la 2P 1, 5-7, hace muchos años, creí ver, las llamadas ―virtudes‖, como una escala
ascendente de pasos espirituales necesarios para vivir el Amor que nos vino a enseñar
Jesucristo. Las colocaba en un escalonamiento jerárquico ―necesario‖ para llegar a la
perfección del amor.
Este texto, que me ha causado tanta inquietud, lo llevé como motivación de mi trabajo de
maestría al director del postgrado, Padre Alberto Parra S.J., quien inmediatamente me
8
remitió al grupo ―swthr‖ ―Soter‖2, cuya finalidad es el conocer, a través de una mirada
analítica y nueva los textos bíblicos, que contienen los dinamismos soteriológicos presentes
en el texto del Nuevo Testamento y que se significan a través de campos semánticos. Una
de las finalidades es demostrar que ―lo soteriológico‖ más que un tema de la Teología, es
un dinamismo que contiene y expresa la finalidad primordial del cristianismo, esto es,
revelar la acción salvadora y misericordiosa de Dios Padre, en la persona de su Hijo
Jesucristo, quién viene al mundo a entregar su Amor Divino, característica de su misma
naturaleza, al ser humano, con el fin, de darle a la vida su verdadera finalidad y sentido, y
su posibilidad para la felicidad.
Conversé con la Directora del grupo ―swthr‖ ―Soter‖, sobre mi hipótesis acerca del texto
de la 2P, 5-7 y me dijo que las reflexiones que le planteaba deberían ser validadas, a través
de este método de estudio bíblico, con el propósito de determinar el verdadero sentido y
significado del texto en sí mismo, y para nosotros hoy. Es decir, teniendo al texto como
referente, se puede conocer cuál fue la intención del autor al escribirlo, y así mismo,
observar su efecto evangelizador y salvífico, tanto para los destinatarios inmediatos, como
para el mundo de hoy. Por lo tanto, pasé a ser miembro del equipo de investigación, y
después de la construcción de la primera plataforma de Análisis Sincrónico surgieron los
siguientes interrogantes:
¿Existe un dinamismo soteriológico en estos tres versículos? Si existe, ¿qué tiene que ver
éste, con la fe y el amor, y con los términos presentes en el mismo texto? ¿Qué
σωτηρ SOTER. Denominación del grupo de investigación en Biblia de la facultad de Teología de la
Pontificia Universidad Javeriana, fundado y dirigido por la Dra. María Lucia Jiménez de Zitzmann, que cuenta
con dos profesores investigadores, el P. Pedro Ortiz y la directora, y un grupo de estudiantes de la facultad.
2
El grupo de investigación “σωτηρ” orienta el estudio del Nuevo Testamento con el método “Análisis
Teológico Semántico”, mediante el cual, se encuentran en el texto las acciones salvíficas significadas por
campos semánticos que expresan todos los aspectos de la vida humana. Cuenta con cuatro plataformas de
análisis que conducen a un conocimiento profundo del texto, y lo integra al aporte de otros métodos,
permitiendo comprender la intención del autor, como también el diálogo con el lector y otros hermeneutas
del texto, de esta manera, posibilita conocer el alcance que el hecho salvífico proporciona a la realidad de
hoy.
9
implicaciones tiene para la comunidad cristiana vivir de acuerdo con la propuesta que dicho
texto le hace al creyente? ¿Por qué estos dinamismos y no otros, fueron escogidos por el
autor de la carta? La solución a estas inquietudes se convirtió en el propósito de la presente
investigación. Probar que no se trata de una ―escala más de virtudes‖, dentro del texto
bíblico como se ha entendido hasta hoy y como lo creí en un primer momento, se
constituye, en una excelente plataforma de apoyo para esta investigación, como se podrá
observar más adelante.
El método de ―Análisis Teológico Semántico del Nuevo Testamento‖, tiene como objetivo
―encontrar y analizar – en los distintos textos del Nuevo Testamento- la acción salvadora
que ofrece a la humanidad el Padre, por medio de Jesucristo, el Espíritu Santo y la misma
comunidad. Acción salvadora, expresada a través de dinamismos significados por términos
que abarcan la totalidad del acontecer del ser humano‖3. En este enfoque metodológico el
texto es el referente, ―no significando, que el análisis desde su primera plataforma
hermenéutica - la sincrónica-, no se encuentre buscando una interpretación dialógica y
dinámica, una real comunicación con el autor y su contexto, con el agente de la acción,
con sus destinatarios inmediatos y remotos y con el lector mismo. Es bueno saber, que todo
se tiene en cuenta, para poder lograr que los posteriores dinamismos, que conllevan,
precisamente el impacto del texto en sus destinatarios, sean elocuentes y comunicables,
dando sentido al texto para hoy. En el valor del sentido de la acción se tienen en cuenta las
condiciones de inteligibilidad y las motivaciones que haya despertado, tanto en el
investigador, como en los destinatarios de éste.‖4 Por lo anterior, y dada la importancia del
método para el logro de los resultados de la presente investigación, al final de la
introducción se va realizar una breve explicación procesual de la herramienta utilizada.
Sin el instrumento del método, en el cual se unen la forma de investigar y el contenido
investigado, habría sido imposible realizar el presente trabajo. 5
3
JIMENEZ, de Zitzmann María Lucía., Apuntes de clases sobre la Hermenéutica del texto. 2007.
Ibid.
5
Es importante, en esta introducción, hacer una aclaración sobre la forma de presentar los contenidos en
esta monografía: no obstante, haber tenido en cuenta las normas básicas para la presentación de trabajos
4
10
La segunda carta de Pedro no ha sido ampliamente estudiada y respecto a los versículos que
analizamos, es muy poca la bibliografía que existe y ninguna respecto a la manera como
abordamos el problema planteado. Luego, la forma de leer el texto a través del método y
las conclusiones a las que llegamos, es un aporte de la presente investigación al estudio
bíblico. Este trabajo aporta, por lo tanto, novedades, tanto a nivel de contenido, como en la
forma de investigar.
Como laico que quiere a través de la catequesis, comunicar los valores evangélicos,
comprendo que existe una gran ausencia de comprensión de ésta perícopa, porque no se ha
investigado ni dimensionado suficientemente, es así, que exegetas de tan altísimo nivel
como Raymond E Brown, se refiere a esta exhortación, por parte del autor de la segunda
carta de Pedro, como ―vocablos apilados unos sobre otros en una escala lujuriosa‖6. Lejos
se encuentra dicha afirmación de lo que se verifica a través de la presente investigación,
como lo aseveré anteriormente, hasta el punto de poder afirmar, que la búsqueda y vivencia
de los ―dinamismos‖ presentes en el texto, permiten al creyente y a la comunidad vivir y
comunicar el acontecer salvador de Cristo. Dichos términos no pueden bautizarse como
―lista de virtudes‖, uno de ellos, se significa con el término ―virtud‖ (ajrethv), luego lo que
los cobija a todos y podemos afirmar después de la investigación, conociendo el contexto
de la carta, es que se trata más bien, de “actitudes” que deben ser integradas a la identidad
del creyente, fuertemente amenazada en el momento que vive la comunidad. El
conocimiento y la praxis de la propuesta del autor de la 2 P 1, 5-7, expresada y significada
por los términos que analizaremos es, sin lugar a dudas, la afirmación de la identidad del
creyente e insisto en ello, Un camino salvífico.
EL METODO, pasos propuestos por el Análisis Teológico Semántico para el conocimiento
del texto:
escritos, el lector puede observar que se resaltan con comillas o con los formatos de letra cursiva y negrilla,
los textos que se consideran especialmente significativos en la sustentación de los argumentos expuestos en
el presente trabajo monográfico.
6
BROWN, Raymond E., Introducción al Nuevo Testamento, 981
11
El primer momento, propuesto por el método, es la lectura del texto y de su contexto, a
través de la cual se pudo conocer la identidad católica de la carta y la marcada influencia
helénica en el contenido de la misma. Adicionalmente, se corroboró su elaboración bastante
tardía, con respecto a los restantes escritos del Nuevo Testamento. Es posible ubicarla
alrededor del año 130. Se puede observar en esta carta, su carácter pseudo - epigráfico, su
perceptible relación con la carta de Judas, y el uso, de categorías helénicas, para facilitar la
inteligibilidad del mensaje en las comunidades a las cuales fue dirigida, posiblemente
provenientes del helenismo (Ver contexto amplio páginas 18-37).
La primera plataforma analítica, propuesta por el método, es la lectura sincrónica del texto,
a través de la cual, se encuentran las acciones soteriológicas con su respectivo ―núcleo
semántico‖ como significante de la acción. Luego, se explicitan sus afinidades, que pueden
evidenciar otros dinamismos soteriológicos, sus oposiciones y otras determinaciones que
ayuden a contemplar con detenimiento, dentro del texto, la importancia de la acción
explicita. Se tiene mucho cuidado en señalar las distintas relacionalidades de la acción: con
Cristo, con Dios Padre, con el Espíritu Santo o con la comunidad misma. En el caso del
presente análisis, nos concretamos en la relación con Cristo, y de ella, se desprende el
impacto soteriológico sobre la comunidad, que a través de la praxis de las ―actitudes‖
salvíficas, escogidas por el autor, se transforma, ella misma, (la comunidad) en dinamismo
soteriológico, para transformar la realidad en la cual vive.
El análisis de los contextos es primordial, y por esto, no solo se tienen en cuenta el contexto
amplio e inmediato del escrito, sino además, el inmediatamente anterior y el posterior, que
anteceden y siguen a la acción. En la presente investigación, esta etapa fue la que nos
permitió conocer que las ―actitudes‖ presentes en 2 P 1, 5-7, se encuentran afirmadas,
iluminadas y significadas por la acción soteriológica de Jesucristo, presente en el contexto
que precede al texto objeto del análisis, y convierten al creyente que las vive, en agente
soteriológico de Cristo, para sí mismo y para la comunidad. Dicho contexto, se une
indisolublemente con el contexto posterior para indicarnos que la acción soteriológica de
12
Cristo aceptada y vivida por el creyente y por la comunidad, los hará parte de la naturaleza
divina de Cristo, ―dándoles amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo‖ (V 11). Es de resaltar que Jesucristo, presente en ambos contextos, es quien
ilumina y alcanza al creyente, como causa y meta de su obrar.
Para entender lo que dicho dinamismo salvador significa en el texto, el método contempla
el Análisis Diacrónico de los términos como segunda etapa. El conocimiento de la verdad
presente, en los campos semánticos que se encuentran significando a la acción, nos permite
conocer, no solo su contenido a través del tiempo, sino precisar aquello que el autor de la
carta quiere transmitir a su comunidad con cada uno de ellos. Este segundo análisis, para la
presente investigación, resultó ser definitivo, porque a través de él se comprendió el alcance
dinámico de las ―actitudes‖ del cristiano, presentes en el texto y contenidas dentro de la Fe
y el Amor, principios fundamentales de la verdad cristiana. La Fe y el Amor dinamizan
dichas ―actitudes‖, y les dan su razón de ser, entrelazándolas en su contenido significativo,
unas con otras.
Con base en estos dos análisis se construye lo más importante de la investigación: su
―Hermenéutica Teológica‖. La cual, además de contar con los aportes de los análisis de las
plataformas analíticas, ―Sincrónica y Diacrónica de los términos‖, se construye en diálogo
con los Comentaristas, permitiéndonos aportar nuevas miradas y valores. En el caso, del
texto que analizamos, podemos afirmar que ciertamente ninguno de estos especialistas,
había contemplado este texto, desde una mirada hermenéutica de lo soteriológico presente
de manera manifiesta en la carta y especialmente en los versículos que analizamos.
El último nivel de la investigación, tiene en cuenta todos los aportes de las tres plataformas
anteriores y corresponde a la iluminación del Contexto Actual para la comunidad creyente,
que naturalmente, como la primera comunidad cristiana,
convierte en agente soteriológico para el mundo de hoy.
13
destinataria de la carta, se
1. CONTEXTO AMPLIO DE LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO
Con suma probabilidad esta obra, cronológicamente hablando, fue la última composición
del Nuevo Testamento. El autor se envuelve en las vestiduras del que escribió la primera
Carta de Pedro con la frase ―Esta es ya, queridos, la segunda carta que os escribo‖ (3,1).
Además, para confirmar el conocimiento de lo que a su alrededor ocurría con relación a la
doctrina y al proceso evangelizador se hace conocedor de Pablo y sus escritos con la
expresión: ―La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió
también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. Lo
escribe también en todas las cartas en las que habla de esto. Aunque hay en ellas cosas
difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente -como
también las demás Escrituras- para su propia perdición.‖(3,15-16). Es visible el
conocimiento que muestra el autor de la carta, de los escritos de los apóstoles, de su trabajo
misionero y de los resultados que se estaban obteniendo en las comunidades primitivas, a
tal punto, que condena la mala interpretación que algunos dan a los escritos apostólicos.
El conocimiento que el autor tiene de las Escrituras, hace que en la epístola se citen
amplias secciones de la carta de Judas, mostrando así una inspiración en la tradición de la
Iglesia. Así mismo, hace referencia a las ―así llamadas columnas‖ de la Iglesia de
Jerusalén: Pedro y Pablo. Con esta referencia, se confirma que ya entre los años 96 y 120 la
Iglesia naciente hablaba de Pedro y Pablo como pilares de la Iglesia.
Con la referencia que hace a uno y otro texto, se puede afirmar que esta obra, procura
conservar los variados legados y escritos de la Iglesia naciente, por lo tanto, es ésta una
verdadera ―epístola católica‖.
La carta deja ver sin dificultad su ocasión y motivo: ―Fortificar a la Iglesia en la fe
tradicional y verdadera‖, contra los manejos y afirmaciones de falsos doctores (1,12s;
3,2), que soportados en la desesperanza de la comunidad por la larga expectación de la
14
Parusía, se aprovechan para negar al Señor que volverá y echar por tierra el orden moral
defendido por la Iglesia. La comunidad se encuentra atrapada por la manipulación de estos
―falsos maestros‖, que amenazan con destruir su identidad, dentro de
un mundo
―concupiscente‖ ajeno totalmente al mensaje cristiano, y en medio de traiciones y malas
interpretaciones, originadas por los miembros de la misma comunidad. Por lo anterior, la
carta se dirige contra aquellos que engañan con falsas doctrinas, y se sirve del poder de la
profecía, que como palabra de Dios transmitida por los hombres, es luz en medio de las
tinieblas de este mundo, y necesita de la recta interpretación, para que la Iglesia naciente
no pierda su estabilidad y su recto criterio. Este contexto es de vital importancia para la
investigación de los versículos 5 al 7 del primer capítulo de la Carta.
1.1. DESTINATARIOS Y LUGAR DE REDACCIÓN.
Es una carta que va dirigida al cristianismo todo. Su contenido refleja el esfuerzo de los
primeros cristianos por vivir y transmitir la fe en un ambiente de continua amenaza a su
fidelidad. Es una carta circular, ―encíclica‖, que trata temas generales y no informa de las
relaciones particulares entre el autor y los destinatarios, por eso, su clasificación como carta
católica. Su destinación, inmediata y primigenia, parece estar constituida por las
comunidades cristianas de Asia Menor o Grecia, a las que quiere prevenir de las enseñanzas
de falsos doctores. Esta relacionalidad del autor y sus destinatarios, cobra importancia hoy,
al poderse constatar las similitudes, de las situaciones expuestas en la epístola, con nuestro
propio contexto, y la intención universal que da el autor a la carta.
De lugar de redacción la segunda de Pedro nos ofrece muy pocos indicios. Debió ser
escrita en algún lugar en donde Pedro era una autoridad, incluso después de su muerte (a la
que se alude en 1,14-15) y en donde la primera epístola de Pedro, las cartas paulinas y la
epístola de Judas eran también reconocidas. El lugar pudo ser Roma, lugar de ambiente
helenístico que influyó en el contenido de la carta, situación que se esboza claramente por
el vocabulario predominante, que pertenece a la lengua literaria helenística usada en el siglo
15
I en círculos religiosos o filosóficos. Ejemplo de lo anterior, es la referencia al término
virtud ajrethv, (1.3.5) y la importancia dada al conocimiento ginwvskw, (términos que
serán analizados y contextualizados en los ítems 3.2 y 3.3 del presente trabajo). Además,
refuerza la idea de ser Roma el lugar donde se escribió la carta, el hecho de que la
comunidad de Roma fue fundada por miembros de la comunidad de Jerusalén, que
conocían la carta de Judas, y fue el lugar donde se relacionaron las figuras de Pedro y
Pablo, quienes murieron mártires en esta ciudad, situación que facilitó tenerlos como
pilares y fundamentos de la Iglesia romana naciente, contexto, que implícitamente se
observa conocido y aceptado en el texto de la 2 P.
1.2 ¿CUANDO SE ESCRIBIO LA CARTA?
Un medio para ubicar la fecha en que se escribió la carta es observando su contenido y
especialmente las referencias que hace de otros autores de la iglesia naciente y de los
contenidos que ha tomado de otros documentos canónicos. Ejemplo de este último caso, es
la relación que tiene la 2P con la carta de Judas, que indica que el autor la tomó como
referencia, ya que su núcleo central, como se ampliará más adelante, es el mismo, y la carta
de Judas data de los años 90 aproximadamente. La carta así mismo, por las referencias que
hace a San Pablo no pudo escribirse antes del año 100, porque después de este año fue
cuando estas cartas fueron reunidas y aceptadas como ―Sagrada Escritura‖. Otro elemento,
como se dijo anteriormente, es la armonización que se hace entre las figuras de Pedro y
Pablo como autoridades, con la superioridad implícita del primero, situación que se
comenzó a reconocer en la Iglesia entre los años 100 y 200, entre los cuales, se sitúa la obra
de la segunda Carta de Pedro. Por tanto, una fecha en torno al año 130 puede ser correcta.
Otros elementos que facilitan la datación tardía de la carta son las palabras donde se alude a
que las primeras generaciones de cristianos han desaparecido (3,4). En este punto, es deber
considerar, que una conmoción por un retraso de la parusía, no sería fácil de comprender,
en las primeras décadas de la edad apostólica. Así mismo, es importante también delimitar
el tiempo posterior de la carta, que no pudo pasar del siglo II, ya que en este tiempo el
16
tema de la parusía dejó de preocupar y los puntos doctrinales se orientaron hacia la
resurrección de los muertos, el juicio y la eternidad. Por otra parte, es importante considerar
el hecho de que la parusía pudo esperarse con mayor insistencia después de la destrucción
de Jerusalén, pues, según los sinópticos (Mt 24,29), la ruina de Jerusalén se esperaba en
estrecha relación con el fin del mundo y con la vuelta del Señor.
1.3. DIMENSION DOCTRINAL
1.3.1. Datos fundamentales
Es un escrito con un fuerte acento en la motivación a permanecer en la rectitud de la
doctrina, dentro de una cristología formal, donde Jesucristo es objeto de conocimiento y
aceptación. Para mantener firme la fe, hay que buscar el fundamento en los hechos
salvíficos de Jesús y en los acontecimientos del Antiguo Testamento, iluminados por el
Espíritu de Dios (1,21).
Uno de los intereses primordiales de la 2 P es la relación entre la palabra de los profetas y
la revelación de Jesucristo (1,19 s.). Cristo aparece como el centro de la Escritura. La carta
insiste fuertemente en la divinidad de Cristo a quien se le da el título de θεου - ―Dios‖ (en
1,1), lo cual no es frecuente en el Nuevo Testamento, donde los títulos que de ordinario se
le dan es ―nuestro Señor y Salvador‖ y ―Jesús el Mesías‖. Hacia él sube la alabanza de la
Iglesia (3,18). Él es el maestro de la doctrina que nos enseña ―el camino de la justicia‖
(2,21).
Para ser salvado, hay que atenerse fielmente a la doctrina de la verdad y para distinguirla
debemos buscar las enseñanzas de los apóstoles (3,2), y las Escrituras inspiradas por la
sabiduría de Dios, como las del ―hermano‖ Pablo (3,15). El autor de la 2 P intenta
oponerse a las tergiversaciones en las enseñanzas, y por esto, invita al reconocimiento de la
tradición viva de la fe apostólica.
17
Se trata de conocer la autenticidad de la verdad cristiana y de cómo encontrar las respuestas
acordes a las necesidades de los tiempos. Problema delicado y siempre actual, como lo
demuestran hasta hoy las largas deliberaciones del Concilio Vaticano II, sobretodo, para la
redacción de la constitución Dei Verbum, sobre la revelación divina.
1.3.2. Retraso de la Parusía
Hay una gran esperanza en la segunda y definitiva venida de Cristo, una esperanza que
curiosamente va ligada a la concepción y estado dentro de un mundo que no cree en la
promesa de la parusía del Señor, que funda su escepticismo en ―nuestros padres murieron y
desde entonces todo sigue como desde que empezó el mundo‖ (3,4); una controversia que
solo se comprende después de la muerte de los discípulos inmediatos de Jesús. Mientras
ellos vivían, no se planteó esta cuestión, es en la siguiente ―generación cristiana‖, donde se
comienza a observar la llegada de falsos maestros que serán seguidos en su vida viciosa,
que hablarán mal del camino de la verdad, que ―atizan los deseos de la carne y el
desenfreno... Prometen libertad, ellos los esclavos de la corrupción‖ (2,19). De aquí, la
importancia que en la segunda Carta de Pedro se da al definitivo acontecer del Señor en el
ser humano, anunciado por los apóstoles, que silencie a esos falsos profetas, que en son de
burla, cuestionan la parusía del Señor y el advenimiento definitivo de Jesús al corazón de
los hombres, a partir del cual se construirá ―un cielo nuevo y una tierra nueva donde
habitará la justicia‖ (3,13).
Esta
intencionalidad Pseudo-intelectual de los falsos profetas, además de su aporte
negativo, en cierto modo, ayuda al progreso de la reflexión teológica, se crea un espacio
donde la fuerza de la fe se confronta con la realidad y surge la necesidad de una nueva
proyección teológica.
18
1.3.3. Fe como conocimiento
El tema de la fe como conocimiento sorprende por su repetida aparición; se habla de:
gnw:siV (gnosis) - ―conocimiento‖ (1,5.6;3,18); ejpignw:siV – (epignosis) – ―comprensión
plena‖ (1,2.3.8; 2,20) y se utilizan muchos verbos para designar el acto de conocer:
gnwrivzw – (gnoriso) (1,16); ginwvskw – (ginosko) (1,20, 3,3); oida – (oida) (1,12.14;
2,9); proginwvskw – (proginosko) (3,17); ejpiginwvskw- (epiginosko) (2,21). Parece, que
ésta acentuación tan grande en un texto tan breve se debe a la importancia que los
adversarios daban al conocimiento. Si éstos, los adversarios, eran Gnósticos primitivos, es
coherente que apelaran a la “gnw:siV” como virtud fundamental. Es fácil inducir, por lo
anterior, el encuentro entre el cristianismo y la filosofía helenística, encuentro en el cual, el
cristianismo busca mantener su identidad para abrirse a la posibilidad del diálogo. El autor
responde a esta posición directamente diciendo que el conocimiento es un momento del
proceso de la fe que lleva al amor (1, 5-8), proceso fortalecido por ocho “actitudes” del
creyente, que poseídas en abundancia conducirán al conocimiento pleno (ejpignw:siV)
de nuestro Señor Jesucristo : ―porque si poseéis estas cualidades con abundancia, no
quedaréis inactivos ni sin fruto en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (1,8). En
este versículo se resalta la importancia del dinamismo soteriológico de las “actitudes”, que
transforma al creyente en un ser activo y fructífero, apto y adecuado para “conocer” a
Nuestro Señor Jesucristo7.
1.4. AUTORES O EVENTOS CRISTIANOS QUE TESTIMONIAN LA
ORIGINALIDAD DE LA CARTA
Orígenes, conociendo las dudas sobre su autor cita a 2 P, 1, 4 como ―palabras de San
Pedro‖. Orígenes conocía el texto de la 2 P en el papiro Bodmer (P 72), del siglo III.
7
Estos ya son aportes de la investigación al análisis de la carta.
19

Firmiliano, Obispo de Cesárea en Capadocia (269 d.C.) en su ―carta a Cipriano‖,
muestra que la carta era copiada en Egipto en el S-III, cuando también se tradujo al copto8.

En el S – IV Eusebio de Cesárea la coloca como escrito ―discutido‖ del N.T.

Es utilizada en sus obras por San Atanasio, San Basilio, San Gregorio, Nacianceno y
Dídimo de Alejandría.

En la Iglesia occidental hay testimonio de ella en el S. IV, San Jerónimo pone en
duda la autoría Petrina de la carta, pero la acepta como canónica y en los siglos VI y VII ya
es aceptada universalmente.

Aparece en las listas magisteriales más antiguas de los libros canónicos como la de
los concilios de Hipona (393), Cartaginense III (397) y IV (419) y la carta del Papa
Inocencio I (405)

El concilio tridentino definió solemnemente su canonicidad e inspiración (1545-
1563).
1.5. PSEUDONIMIA
En el encabezamiento el autor se presenta como ―Simón Pedro, siervo y Apóstol de
Jesucristo‖ y así mismo en el texto se hacen alusiones a la vida de San Pedro como:
1) Testigo ocular de la transfiguración de Jesús (1,18). 2) Por segunda vez escribe a los
mismos lectores (3,1). 3) Llama Pedro a San Pablo, ―nuestro querido hermano‖, (3,15), y
finalmente. 5) Habla de su propia muerte (1,14). Los anteriores son datos y los que vienen a
continuación, dan claridad sobre la realidad de los escritos pseudo-epigráficos comúnmente
practicados por entonces.
8
COPTO: idioma antiguo del cristiano de Egipto. Iglesia que se separó de la oriental en el siglo V. El copto es
una lengua descendiente del egipcio hablado en el Antiguo Egipto. Surge en el siglo III, utilizándose
coloquialmente hasta el siglo VIII. A partir de la conquista musulmana empezó a declinar siendo substituido
progresivamente por el árabe. Hacia el siglo XVI había desaparecido prácticamente como lengua hablada,
aunque continuó usándose como lengua litúrgica por el clero de las Iglesias Coptas.
20
El análisis interno de la carta plantea dificultades para atribuirla al ―Príncipe de los
Apóstoles” por el vocabulario y el estilo: ―culto y algo barroco‖, muy distinto al de su
primera carta. Más adelante, se construirá un paralelo que acabará de clarificar las
diferencias entre la 1 y 2 carta de Pedro (1.6.2).
No se trata de un fraude literario, sino de un procedimiento corriente en la antigüedad y
perfectamente admitido. Así es como, en el Antiguo Testamento los cinco libros de la ley
se pusieron bajo la autoridad de Moisés, los salmos se atribuyeron en su mayor parte a
David y los escritos sapienciales se pusieron bajo el patrocinio de Salomón.
En el Nuevo Testamento se trata ante todo de un problema de tradición. Si tomamos las
cartas pastorales de Pablo, a saber, 1 y 2 Tm y Tt, las diferencias en el estilo y las diversas
preocupaciones no impiden reconocer en ellas una auténtica corriente paulina; diez o
quince años después de la muerte de Pablo, un discípulo familiarizado con la enseñanza del
apóstol aplicó la doctrina de su maestro a la situación de su tiempo y combatió las herejías
que amenazaban la unidad doctrinal de la comunidad cristiana. En el caso de la segunda
carta de Pedro, el autor ―desconocido‖ intenta convertirse en el portavoz de la ―tradición
apostólica‖ ya que evoca explícitamente el recuerdo de los apóstoles (3,2), menciona las
cartas de Pablo (3,15) y se inspira en Judas.
En definitiva, así la carta haya sido elaborada por un secretario de Pedro o de la autoría de
un discípulo anónimo, inspirado por el Espíritu Santo; la segunda carta de Pedro, en la
tradición de la Iglesia, permanece dentro de la corriente Petrina.
Es importante observar que hoy tenemos dificultades para apreciar el carácter positivo de la
―pseudonimia‖, porque ya desde el siglo II, fue utilizada por cristianos disidentes que
propagaban doctrinas opuestas a la fe, que se presentaban apoyados en la autoridad de los
apóstoles o como cristianos insignes, y en sí, eran falsarios que escribían para inducir a los
21
cristianos al error y apartarlos de la tradición apostólica auténtica; a esos falsos profetas
parece también referirse, en su contenido, la segunda de Pedro.
Para nuestro caso, la ―pseudonimia‖ no se hacía como una impostura consciente, sino su
propósito, en la iglesia naciente, era mantener vivo el testimonio de sus fundadores,
buscaba, ante todo, regresar a la fuente. Gracias a la ―pseudonimia‖ se afirmaba la
tradición apostólica, que puede alimentar la fe, aún después de la muerte de los primeros
discípulos, porque su espíritu sigue vivo, en una tradición de la cual ellos fueron los
primeros fundamentos y testigos. De aquí, que las primeras comunidades los llamaban
―autores inspirados‖ (2 P 1,19-21; 3,15-16).
1.6. DIMENSION LITERARIA
1.6.1 Características del vocabulario y del estilo
El vocabulario de la segunda de Pedro tiene su propia personalidad, por su originalidad.
Entre otros temas se distinguen los siguientes:

La ―virtud‖ como realización de la voluntad de Dios (1,5); como una fuerza - efecto
de la fe en acción, que llevará a los cristianos a ―no quedar inoperantes e infecundos en el
conocimiento de nuestro Señor Jesucristo‖ (1, 8).

El papel del agua en la creación (las aguas del diluvio) como elemento renovador
que provocó, después de anegar al mundo, una profunda transformación.

El papel del fuego en la consumación. Símbolo de la presencia del Señor, que libera,
purifica y consume (2 P 3, 6-7; Éx 14, 24; Nm 11, 1)

Expresiones como ―virtud‖, ―conocimiento‖, ―naturaleza divina‖, ―malos deseos‖ o
―mundo‖ que pertenecen a ambientes helenísticos.
El vocabulario predominante es con frecuencia erudito, grandilocuente y elaborado, como
por ejemplo en el texto comprendido entre los Vs. 3 y 4 del primer capítulo de la carta,
22
donde expresa el bien mayor al que puede el ser humano aspirar por la gracias admirables
del Señor: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud, por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas,
para que por ellas se hicieran partícipes de la naturaleza divina‖. Es un texto que ha
tenido un papel muy importante en la reflexión teológica y en especial en la doctrina de la
gracia.
En su conjunto, el estilo es detallado y pretende dejar huella en el lector, de ahí que utilice
la repetición y la asonancia para hacer hincapié en temas que desea subrayar con énfasis.
Ej : ―Por esta misma razón, pongan el mayor empeño en “añadir” a su fe la virtud, a la
virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa, a
la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad‖
(1,5-7).; ― Hubo también en el pueblo falsos profetas, como habrá entre ustedes falsos
maestros que introducirán herejías perniciosas‖ (2,1) ; ―El día del Señor llegará como un
ladrón; en aquel día, los cielos, con ruido ensordecedor, desaparecerán; los elementos,
abrasados, se disolverán, y la tierra y cuanto ella encierra se consumirá‖ (3,10).
1.6.2 Comparación general con el texto de la Primera Carta de Pedro
La segunda carta de Pedro es un texto relativamente directo, que muestra grandes
diferencias con la primera de Pedro, situación que facilita concluir que no fue el mismo
autor el que compuso estas dos obras, aun cuando supone los mismos lectores: ―Esta es ya,
queridos, la segunda carta que os escribo; en ambas, con mi exhortación, quiero despertar
en vosotros el recto criterio.‖ (2P 3,1).
Algunos ejemplos de estas diferencias son:

9
En la 1P se encuentran citas explicitas del Antiguo Testamento, pero no en la 2P. 9
Ver comentario en el numeral 1.6.3. p 25
23

Aproximadamente el 60% del vocabulario de 2P no se encuentra en 1P.

En la 1P la palabra ajpokalufqh:nai - apokalifqenai (1,5), se utiliza para
anunciar la futura venida o aparición de Jesús mientras que en la 2P se utiliza la palabra
parousivaV – Parousías (3,4).

El estilo de 2P es más solemne y elaborado, situación que se distingue desde el
mismo saludo de la carta a saber: Saludo de la 1P: ―Pedro, apóstol de Jesucristo, a los
elegidos que viven como extranjeros en la Dispersión: en el Ponto, Galacia, Capadocia,
Asia y Bitinia, según el previo conocimiento de Dios Padre, con la acción santificadora
del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su sangre. A vosotros gracia y
paz abundantes.‖; Saludo de la 2P: ―Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que
por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo os ha cabido en suerte una fe tan
preciosa como la nuestra. A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de
nuestro Señor.‖

La disposición cognoscitiva sobre cuestiones como la segunda venida son
totalmente diferentes: Ver 1 P 4,7-11; 4,13 y 2 P 1,16; 3, 3-12. Aunque ambas cartas se
sitúan en la espera escatológica cercana, hablan de ella de distinta manera: La 1 P habla de
la revelación y la 2 P de la Parusía; para la 1 P, la espera próxima es totalmente cierta y
para la 2 P un grave peligro amenaza esta esperanza.

La 1 P está llena de una elevada cristología, en la que Cristo es el prototipo y la
fuerza de la fe y de la vida. En la 2 P (1,8), también profundamente cristológica, Cristo
fundamentalmente es el objeto del conocimiento, ―y la causa soteriológica de la identidad
cristiana a través de la cual se recuperará la construcción e identidad de la comunidad,
gracias a las “actitudes” del verdadero creyente que lo convertirán en agente
soteriológico, a la manera de Cristo, de su propia comunidad y lo conducirán al perfecto
conocimiento de su Señor y a su participación en la naturaleza divina‖10.

Las diferencias entre la 1P y la 2 P parecen ser tan grandes, que las dos cartas no
pueden proceder del mismo autor, esta gran diferencia estilística fue advertida en la
antigüedad, situación que San Jerónimo intentó explicar con la hipótesis de dos secretarios
10
Conclusiones teológicas de la presente investigación página 172.
24
distintos. Lo que se puede concluir es que el autor de la segunda carta de Pedro pudo ser un
judeo-cristiano, que conocía el pensamiento veterotestamentario, pero también, con una
seria formación helenística que le facilitó el conocimiento de la filosofía y religión griegas.
1.6.3 Utilización del Antiguo Testamento
En la 2 P no se hace referencia explícita a ningún texto del Antiguo Testamento, aunque se
encuentran algunas citas veterotestamentarias en 2,22: Pr 26,11; en 3,8 Sal 90,4; y en 3,13:
Is 65,17.
También utiliza ampliamente tradiciones y figuras bíblicas, similares a la carta de Judas:

Los relatos de la creación (3,5cf.Gn 1,6-9),

El pecado de los ángeles(2,4; Cf. Gn 6,1-2),

El diluvio (2,5; Cf. Gn 6-8),

La ruina de Sodoma y Gomorra (2,6-8; cf. Gn 19)

La liberación de Lot (Gn. 19, 1-16)

El extravió de Balaam (2,15-16; cf. Nm 22)
1.6.4 Utilización del Nuevo Testamento
Se encuentran varias referencias al Nuevo Testamento sin utilizar los textos:

Hace mención a las cartas paulinas como en 3,15-16: ―La paciencia de nuestro
Señor juzgadla como salvación, como os lo escribió también Pablo‖ y trata temas paulinos
como la filiación divina y la conversión (1,4; cf.2 Co 3,18; 3, 9; cf. Rm 2-4-5).

Conoce las enseñanzas de Cristo y los apóstoles (3,2).

Se refiere a la transfiguración (1, 17-18; cf. Mt 17, 1-5).
25
1.6.5 Género literario.
El género del testamento. Se inscribe en el género literario llamado ―discurso de adiós‖ o
―testamento‖. Un género bien atestiguado en el Antiguo Testamento, como donde Moisés
da sus últimas recomendaciones al pueblo y prevé las funestas consecuencias de su rebelión
futura (Dt 29-33). Como características de este género se señalan los rasgos siguientes: el
jefe espiritual reúne a sus hijos o a sus discípulos y les recuerda algunos hechos
memorables de su vida para sacar de allí algunas consecuencias morales; evoca el porvenir,
generalmente bajo un aspecto más bien sombrío, y acaba con unas exhortaciones de
fidelidad a la ley y de unión entre todos.
El género literario ―testamento‖, en las tradiciones del Antiguo Testamento y del judaísmo,
se observa cuando personajes importantes dejan un legado espiritual a sus descendientes
y sucesores.
Elementos que formalizan este género:

Un testamento espiritual, donde se tiene conciencia de un fin próximo.

Quiere a los suyos cerca de sí, les hace un llamado.

Recuerda acontecimientos importantes de su vida.

Dirige una mirada al futuro y hace recomendaciones.

Estos elementos no son difíciles de ser reconocidos en el texto de la 2 P y aunque
no tengamos el esquema formal de ―testamento‖, sin lugar a dudas, el propósito
fundamental del texto es el de dejar una herencia espiritual. En la 2 P se reconocen
expresiones que se derivan del género testamentario:

Pedro anuncia su muerte cercana (1,14) y evoca un acontecimiento decisivo de su
vida: La visión de la gloria del Hijo predilecto en la transfiguración (1,17) que anuncia el
esplendor de su segunda venida.

Se reavivan los recuerdos de la comunidad (1, 12.13.15) y la previene contra la
aparición de falsos doctores (2, 1s.).
26

Evoca la tradición (3,1-2) como forma de exhortación a la fidelidad a la ley y
mandamientos de Señor.
1.6.6 Relación de la Segunda Carta de Pedro con la Carta de Judas.
1.6.6.1. Información básica sobre la Carta de Judas.
Fecha, autor y destinatarios de la carta. Muchos de los autores la ubican entre los años
90 y 100. Fue compuesta probablemente en la zona de Palestina en la que los parientes de
Jesús eran personalidades importantes. Se encuentra dirigida a cristianos influidos por las
iglesias de Jerusalén y Palestina.
Tema de la carta. La carta es un defensa contra ―ciertos falsos doctores‖, que se
encontraban infiltrados en la comunidad, que separaban radicalmente lo espiritual de lo
material, de modo que al mismo tiempo que se consideraban gente espiritual, llevaban una
vida de desenfreno moral. Enseña que frente a los errores morales y doctrinales hay que
tomar posición clara y firme, sobre todo si estos, causan división y discordia en la
comunidad.
En el cuerpo de la carta se describen varios ejemplos de la tradición Israelita en los que
Dios castiga la desobediencia (5-19). Termina con una doxología (24-25) solemne donde
Judas bendice al solo y único Dios, que puede preservar al hombre de toda caída y
conducirlo al juicio sin mancha y jubiloso.
1.6.6.2. Relación de la Carta de Judas con la Segunda de Pedro.
La relación es cercana y precisa, el núcleo central de Judas está también en la segunda de
Pedro. El paralelismo abarca casi todos los versículos de 2P 2, 1-18; 3,1-3 // Judas 4-19,
como se puede observar en la tabla de la siguiente hoja.
27
A pesar de las concordancias, no podemos deducir de él que se trate de una repetición;
tienen diferente tono y, aunque con frecuencia se utiliza el mismo vocabulario, es para decir
una cosa distinta o, por lo menos, decirla de otro modo, porque las situaciones en que se
encuentran los dos autores son diferentes.
2 Pe
Judas
Tema
2,1
4
Aparición de los falsos maestros
2,4
6
Castigo de los ángeles pecadores
2,6
7
Condena de Sodoma y Gomorra
2,9
6
Justos salvados, impíos condenados
2,10
7-8
2,11
9
Ni los ángeles osan actuar como ellos
2,12
10
Se portan como animales sin razón
2,13
12
Abusan en las comidas comunitarias
2,15
11
Caen en la traición de Balaam
2,17
13
Son como fuentes (nubes) sin agua
3,2
17
Recuerdo de los profetas y apóstoles
3,3
18
Estaba previsto (Escritura) que aparecerían
Desenfreno carnal de los intrusos
En definitiva se concluye que la segunda de Pedro es un documento mucho más maduro,
que ha aprovechado los contenidos de Judas para sus objetivos. El autor de la carta evita
cuidadosamente todas las citas de los libros apócrifos que se encontraban en la carta de
Judas, para soportar sus argumentos sobre los datos de la Sagrada Escritura, en una lucha
implícita por defender el canon y las tradiciones vigentes.
28
1.7. ELEMENTOS RELEVANTES EN LA ESTRUCTURA DE LA CARTA.

Prevención contra falsos maestros (Cap.2). Se trata de un grupo que pertenece a la
comunidad (2,2), que posee cierto grado de autoridad, que tergiversa los principios de la fe
de acuerdo a su conveniencia personal, para sustentar sus deseos carnales (2,18), sus vicios
y arrogancias (2,10.12.14). Se les tilda de ser fuentes sin agua y nubes arrastradas por la
tempestad (2,17) y de negar al Señor (2,1). Afirmando argumentos tales como la libertad
sin límites (2,19). Parecen ser grupos de gnósticos que no dan importancia a las exigencias
morales de la fe.

Doctrina sobre la inspiración de las Escrituras (1, 19-21). Refuta las afirmaciones
que consideraban a las Escrituras como una elaboración ―privada‖ y arbitraria, basada en
sentimientos personales o reflexiones míticas. Reafirma que el testimonio de los profetas es
palabra de Dios, inspirada por el Espíritu Santo, situación que da garantía de la verdad de
los escritos proféticos y por lo tanto, no está dada para especulaciones personales.

Valoración de los escritos de San Pablo (3, 15-16): Con el fin de desarrollar un
sentido profundo de la autoridad apostólica y hacer énfasis en la unidad de la predicación y
de la fe desde los mismos inicios del cristianismo.

Un episodio comentado posteriormente por los Padres es el relatado en 2 Pe 1,4
donde se dice que el cristiano tiene la posibilidad de ser ―Participe de la naturaleza
divina‖; que resume el sentido del SER del cristiano. Esa ―Divinización‖ es el fundamento
y la meta definitiva de la vida cristiana. Es un principio de Identidad y razón de ser de la
comunidad cristiana en medio de una cultura que muestra indiferencia al concepto de la
salvación del hombre. Es sembrar el significado y la meta de la doctrina de la salvación.

Sobresale la doctrina de carácter escatológico acerca de la segunda venida de Cristo
(Parusía), donde se explica que si Dios retrasa el momento final es por su misericordia, ya
que no quiere que ―nadie se pierda‖. Este argumento nace como una defensa apologética
para aquellos que cuestionaban a la comunidad cristiana en la afirmación de una segunda
venida de Cristo.
29

Sobre la forma de la venida gloriosa aparecen detalles difíciles que buscan subrayar
la trascendencia del designio misterioso de Dios en relación con la vida del hombre.
Detalles como ―fuego‖ y ―agua‖, son símbolos del Espíritu Renovador, que revelan su
llegada al mundo; manifiestan el acontecer de Cristo en la vida de la humanidad.
1.8. ESQUEMA DE LA CARTA.
I.
II.
Fórmula introductoria: 1,1-2
Cuerpo de la carta: 1, 3 – 3,16
a. 1,3-21: Exhortación al progreso en la virtud
b. 2,1-22: Condena de los falsos maestros
c. 3,1-16: Retraso de la segunda venida
III.
Exhortación conclusiva y doxología: 3,17-18
1.8.1 La fórmula introductoria (1,1-2).
Define a los destinatarios como a los que ―les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como
la nuestra‖. Esta frase tiene como propósito afirmar que gracias a la ―justicia de nuestro
Dios y Salvador Jesucristo‖ todos los cristianos tienen la misma fe que los compañeros
originales de Jesús, de los que Pedro es el portavoz por excelencia (1,16).
El significado de la Fe se orienta al conocimiento de Jesús, tema que se repetirá en toda
la carta como una práctica necesaria para combatir la falsa doctrina.
1.8.2 Cuerpo de la Carta (1,3-3,16).
2 P 1,3-11: la naturaleza divina.
Dios con su poder, a través de los apóstoles, concede a la humanidad gracias admirables
para que llegue a ser partícipe de la ―naturaleza divina‖.
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Se exhorta a responder a la iniciativa divina con la fe y la caridad a través de la práctica
de las ―virtudes‖: virtud, conocimiento, templanza, paciencia, piedad, y el amor fraterno,
que desembocarán en una perfección interior fértil para el ―conocimiento perfecto‖ de
nuestro Señor Jesucristo. Los cristianos que no hacen progresos se convierten en ciegos y
olvidan que han sido limpiados de sus pecados (1,9).
La exhortación concluye con un llamamiento a la santidad a través del obrar bien, conducta
que asegurará la entrada al Reino de Dios, que para este caso, lo expresa la carta, como el
Reino de Nuestro Señor Jesucristo.
2 P 1, 12-15: el Testamento de Pedro
En este fragmento se delinea el género literario denominado ―testamento‖. Esta carta se
constituye en el testamento de Pedro, entregado ante la inminencia de su muerte, que Jesús
mismo le predijo (Jn 21 18-19). Pedro, deja a la Iglesia un legado (1,14-15) de recuerdo de
la doctrina del juicio de Dios y de la parusía de Jesús.
2 P 1, 16-21: Primera apología: Profecía de la parusía
Algunos rechazan las profecías tradicionales de la parusía de Jesús, argumentando que son
mitos inventados por los seres humanos para controlar las vidas de los demás, a éste evento
parece referirse el autor de la carta cuando escribe: ―Os hemos dado a conocer el poder y la
venida de nuestro Señor Jesucristo no siguiendo fábulas ingeniosas‖(1,16).
El autor recurre a describir, en estos versículos, el momento de la transfiguración como un
hecho confirmador de su palabra profética. Así mismo, también es confirmada su profecía
por las ―palabras de los profetas‖ (1,19) que son como ―una lámpara que luce en un lugar
oscuro‖ y orientan a la humanidad hasta la llegada de la luz definitiva, ―el lucero de la
mañana‖, la parusía de Cristo.
31
El autor, como una forma de demostrar la validez y certeza del texto, afirma la inspiración
divina de la profecía, afirma que ésta se ha originado en hombres movidos por el Espíritu
Santo, por lo tanto, no puede darse en interpretaciones personales.
2 P 2, 1-19: denuncia contra los falsos maestros
El autor contrasta su legitimidad con la de ―falsos maestros‖ que están y estarán difamando
el ―camino de la verdad‖. Los compara con los falsos profetas, que según Jeremías y
Ezequiel predicaban paz y seguridad, cuando se requería reforma y arrepentimiento. Son
maestros que niegan implícitamente al Señor y tratan de engañar a los miembros de la
Iglesia, muchos de los cuales serán seducidos (2, 1-3) por la corrupción y el libertinaje.
Tras acusar a los herejes de maldad, el autor dicta condena contra ellos (2,3) y cita, como
ejemplo, lecciones del pasado, del juicio de Dios, todo con el propósito de dar un
argumento cristiano universalmente válido con base en una tradición aceptada (2, 4-8).
En los versículos del 12 al 16, del capítulo 2, hay un fuerte ataque a los falsos maestros con
palabras como: ―Atrevidos y arrogantes‖, ―animales irracionales‖, ―manchados e infames‖,
―tienen los ojos llenos de adulterio‖, ―tienen un corazón ejercitado en la codicia‖, ―fuentes
secas‖ y ―esclavos de la corrupción‖. El texto hace énfasis en toda esta impureza que
utilizan para seducir a las almas débiles con promesas de ―libertad‖.
Caída en desgracia de los herejes (2, 20-22). Se hace una gran advertencia sobre el peligro
de una re-caída en el pecado después de un proceso de conversión. Conversión significa,
ruptura definitiva con el pecado, un tránsito del pecado a la gracia, de la muerte a la vida,
de las tinieblas a la luz, luego, lo peor que le puede suceder a un cristiano, a un maestro de
la palabra, es que después de haber conocido a ―nuestro Señor y salvador Jesucristo‖ se
enrede nuevamente en esa forma de vida anterior, porque ―su postrera situación‖ resultará
―peor que la primera.‖ Esta caída, la compara el autor, con la vuelta de un perro a su
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vómito y de una puerca a su cieno, confirma con estos ejemplos, el grado de denigración
que pueden alcanzar los herejes no partícipes de la Naturaleza Divina.
2 P 3, 1-10 Segunda apología: el fin del mundo
Se insiste en despertar en el cristiano ―el recto criterio‖, a través de la lectura de los santos
profetas y de los mandamientos de los apóstoles, de tal modo, que puedan hacer una buena
defensa de la fe contra los falsos profetas, a quienes también llama burlones, ―hombres
llenos de sarcasmo‖ y ―guiados por sus propias pasiones‖.
El texto se centra en la interpretación correcta de la tradición escatológica, en medio de
disputas y desacuerdos sobre ella (3,14.16). La tradición sobre la parusía y el juicio
concuerda con las palabras de los profetas de antaño y también con la palabra del Señor
transmitida por medio de sus apóstoles. Refuta argumentos en contra, a través de pruebas
sacadas de la historia sagrada, aduciendo que los falsos profetas la olvidan
deliberadamente.
Dado, que la cuestión es la fidelidad y confiabilidad en la Palabra de Dios, se señala que
con una Palabra creó Dios el cielo y la tierra y por esa misma Palabra habrá un ―día de
juicio y destrucción de los impíos‖ (3, 7b). Subraya que el día del juicio no se ha atrasado,
porque el Señor siempre cumple sus promesas, lo que ocurre es que ese aparente ―atraso‖
es un don, expresado en tiempo, para que todos los hombres lleguen a la conversión. Es la
paciencia de Dios para con los pecadores, un tema constantemente encontrado en las
Escrituras (Sb 12,10). Dios a la vez, Creador y Ejecutor, es también Misericordioso y Justo.
2 P 3, 11-13: el Día de Dios
La doctrina afecta el día a día del hombre, es decir su vida toda, de ahí, que se haga
referencia a una conducta moral en consonancia con la fe, esperando el justo juicio de
Dios.
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Se vuelve a hacer hincapié en el poder de Dios para actuar en la creación y para juzgar.
Resalta que el Día de la venida de Dios se asemejará a otras descripciones Bíblicas (Is
65,17; 66,22; Ap 21,1; Mt 19,28) donde se predice que los cielos y la tierra desparecerán y
que caerá fuego sobre el mundo, este último símbolo de purificación, expresa la renovación
espiritual del hombre, para la creación de nuevos cielos y nueva tierra en la que habite la
justicia.
2 P 3, 14-16: Pedro y Pablo están de acuerdo
Se exhorta al cristiano a esforzarse por mantenerse en paz ante el Señor, ―sin mancilla y sin
tacha‖, entendiendo la demora en la parusía, que los falsos maestros no entienden, como un
don de tiempo para el arrepentimiento y la salvación.
El autor de la carta pasa a hablar de Pablo y de sus escritos, refiriéndose textualmente a
―todas las cartas en las que habla de esto‖, afirmando que él estaba inspirado y autorizado
en virtud de la sabiduría que le fue otorgada por Dios. Lo confirma, ante los creyentes,
como un amado y querido hermano digno de confianza y profeta inspirado, aún cuando se
admite que en ocasiones es difícil de entender y por esto los burlones lo están interpretando
mal, haciendo una comprensión errónea de sus proclamaciones, como en el caso de la
libertad (Ga 5,1; cf. 2 P 2,19) o de su convicción de la resurrección del creyente a través del
bautismo en comunión con Jesús (Rm 6, 1-11), cuando el mismo afirma en otra de sus
cartas el justo juicio de Dios (Rm 2, 5-9), los dos poderes de Dios de creación y juicio (Rm
4,17) y la paciencia de Dios como un tiempo, que Él nos da para el arrepentimiento (Rm
2,4).
1.8.3 Exhortación conclusiva y doxología (3,17-18).
Esta sección refuerza lo dicho anteriormente. En formato de discurso de despedida se
expresa una advertencia final para que sus destinatarios estén en guardia contra el engaño
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de los impíos, que les pueden hacer perder su estabilidad. Luego vuelve al deseo inicial
(1,5-8) de que se hagan progresos no solo en la gracia sino en el conocimiento de ―nuestro
Señor y Salvador Jesucristo‖. Claramente, en esta exhortación, se puede observar que el
―conocimiento‖ de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo es un pilar fundamental en la carta,
y se convierte en la posibilidad y en el arma que tiene el creyente, para no caer en la
manipulación y en los errores de los falsos maestros.
La doxología da gloria a Dios desde ahora y por el día de la eternidad. Un ―Día‖, que en
segunda de Pedro se afirma, vendrá con toda seguridad.
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2. ANÁLISIS SINCRÓNICO DE: 2 DE PEDRO 1,1-11
Para fundamentar el análisis del texto, de 2 P 1,5-7, se hace necesario incluir al análisis
sincrónico de dicho texto, los versículos pertenecientes al contexto inmediatamente
anterior, versículos 1-4 y los versículos 8-11 pertenecientes al contexto inmediatamente
posterior. A continuación se presenta la plataforma sincrónica11, a través de la cual se
localizan en el texto las acciones y relaciones soteriológicas de Cristo y de la comunidad,
significadas por los diferentes campos semánticos, significantes de la acción soteriológica
de Jesucristo en este texto12.
Contexto Inmediatamente anterior
2.1: 2 P 1, 1: ―Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de
nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la
nuestra.‖
Relación soteriológica de Cristo: ―a los que por la justicia de nuestro Dios y salvador
Jesucristo.‖
ejn dikaiosuvnh/ tou: qeou: hJmw:n kai; swth:roV =Ihsou: Cristou:,
Campo Semántico: JUSTICIA.
Expresiones afines: “les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo‖
Relación con Cristo: Agente - Mediador
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto Inmediato: Saludo
11
En el análisis sincrónico hemos dejado intacta la traducción de la Biblia de Jerusalén. A lo largo del trabajo
se exponen las razones por las cuales no estamos de acuerdo en algunos términos.
12
El análisis sincrónico completo de la Carta se presenta como anexo del presente trabajo.
36
2.2: 2 P 1, 1: ―Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de
nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la
nuestra.‖
Relación soteriológica de Cristo: “les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la
nuestra”.
toi:V ijsovtimon hJmi:n lacou:sin pivstin
Campo Semántico: FE.
Expresiones afines: ―a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Simeón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo‖
Relación con Cristo: Mediador
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Saludo
2.3: 2 P 1, 2 ―A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro
Señor.”
Relación soteriológica
de Cristo: ―A vosotros gracia y paz abundantes por el
conocimiento “de Dios y” de nuestro Señor.”
ejn ejpignwvsei tou: qeou: kai; =Ihsou: tou: kurivou hJmw:n.
Campo Semántico: CONOCIMIENTO.
Expresiones afines: “a los que por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha
cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.”
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Simeón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo‖
Relación con Cristo: Objeto
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Saludo
37
2.4: 2 P 1, 2: ―A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor.‖
Relación soteriológica de Cristo: ―A vosotros, gracia abundantes por el conocimiento de
nuestro Señor‖
cavriV uJmi:n kai; eijrhvnh plhqunqeivh
Campo Semántico: GRACIA.
Expresiones afines: “a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha
cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra...‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Simeón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo‖
Relación con Cristo: Objeto
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Saludo
2.5: 2 P 1, 2: ―A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro
Señor.‖
Relación soteriológica
de Cristo: ―A vosotros gracia y paz abundantes por el
conocimiento de nuestro Señor.‖
cavriV uJmi:n kai; eijrhvnh plhqunqeivh
Campo Semántico: PAZ.
Expresiones afines: “a los que por la justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha
cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo‖
Relación con Cristo: Objeto
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Saludo
38
2.6: 2 P 1, 3: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere
a la vida y la piedad‖
th:V qeivaV dunavmewV aujtou
Campo Semántico: PODER.
Expresiones afines: ―mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su
propia gloria y virtud.‖ (v. 3b)
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Relación con Cristo: Agente - Origen
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios
2.7: 2 P 1, 3: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere
a la vida y a la piedad,‖
ta; pro;V zwh;n kai; eujsevbeian dedwrhmevnhV
Campo Semántico: VIDA.
Expresiones afines: ―mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su
propia gloria y virtud.‖ (v. 3b)
Expresiones opuestas: No tiene
39
Otras determinaciones: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Relación con Cristo: Agente - Origen
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios.
2.8: 2 P 1, 3: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere
a la vida y a la piedad”
ta; pro;V zwh;n kai; eujsevbeian dedwrhmevnhV
Campo Semántico: PIEDAD.
Expresiones afines: ―mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su
propia gloria y virtud.‖ (v. 3b)
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina‖
Relación con Cristo: Agente - Origen
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios
2.9: 2 P 1, 3: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―mediante el conocimiento perfecto del que nos ha
llamado por su propia gloria y virtud.‖
dia; th:V ejpignwvsewV
40
Campo Semántico: CONOCIMIENTO.
Expresiones afines: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina‖
Relación con Cristo: Agente - Objeto
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios
2.10: 2 P 1,3b - 4a ―del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de
las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas
os hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Acción soteriológica de Cristo: “del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud,”
tou: kalevsantoV hJma:V ijdiva/ dovxh/ kai; ajreth:/,
Campo Semántico: LLAMADA.
Expresiones afines: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y
la piedad,‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina‖
Relación con Cristo: Agente
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios
41
2.11: 2 P 1,3b - 4a ―del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de
las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas
os hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud”
ijdiva/ dovxh/ kai; ajreth:
Campo Semántico: GLORIA.
Expresiones afines: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a
la piedad”
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Relación con Cristo: Agente
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios.
2.12: 2 P 1,3b ―Del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais participes de la naturaleza divina.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud‖
ijdiva/ dovxh/ kai; ajreth:
Campo Semántico: VIRTUD.
Expresiones afines: ―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y
la piedad‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina‖
Relación con Cristo: Agente
42
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: Generosidad de Dios
2.13: 2 P 1, 4: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las
preciosas y sublimes promesas‖
di= w|n ta; tivmia kai; mevgista hJmi:n ejpaggevlmata dedwvrhtai
Campo Semántico: PROMESA.
Expresiones afines: ―Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza
divina,…”. (2P 1, 4ª)
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “huyendo de la corrupción que hay en el
mundo por la
concupiscencia”. (2Pe 1, 4b)
Relación con Cristo: Agente
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.14: 2 P 1, 4: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de
la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.‖
Acción soteriológica
de Cristo: ―Para que por ellas os hicierais partícipes de la
naturaleza divina”
i{na dia; touvtwn gevnhsqe qeivaV koinwnoi; fuvsewV
Campo Semántico: NATURALEZA DIVINA.
Expresiones afines: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas‖. (2Pe 1, 3b-4ª)
43
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la
concupiscencia.‖
Relación con Cristo: Agente - Comunión
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.15: 2 P 1, 4: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de
la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
“,Huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia
ajpofugovnteV th:V ejn tw:/ kovsmw/ ejn ejpiqumiva/ fqora:V.
Campo Semántico: HUIDA
Expresiones afines: ―Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a
vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la
templanza la paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor
fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os
dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Agente - Mediador
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
44
Versículos 5-7
2.16: 2 P 1, 5 - 7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra
fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán
inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.”
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe la virtud‖
ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ajrethvn,
Campo Semántico: FE
Expresiones afines:
―…a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia
activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la
caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia”

―Pues estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo.
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
45
2.17: 2 P 1, 5 - 7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra
fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad..‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe la virtud‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ajrethvn,
Campo Semántico: VIRTUD.
Expresiones afines:
―…a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia
activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la
caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo”

―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.18: 2 P 1, 5 - 7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra
fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
46
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad‖.
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe la virtud, a la
virtud el conocimiento,‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ajrethvn, ejn de; th:/ ajreth:/ th;n nw:sin
Campo Semántico: CONOCIMIENTO.
Expresiones afines: ―...el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia”

―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖.
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.19: 2 P 1, 5-7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe
la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad.‖
47
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe … la
templanza‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ejgkravteian
Campo Semántico: TEMPLANZA.
Expresiones afines: ―...a la templanza la paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad,
a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues estas cosas si las tenéis en
abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro
Señor Jesucristo.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.”

―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.20: 2 P 1, 5 - 7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra
fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos
ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe la virtud, a la
virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa‖
48
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n uJpomonhvn
Campo Semántico: PACIENCIA.
Expresiones afines:
―…a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la
caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia‖

―Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.21: 2 P 1, 5-7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe
la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esto esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe … la
piedad‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n eujsevbeian,
Campo semántico: PIEDAD.
49
Expresiones afines: ―…a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la caridad. Pues
estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el
conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

―Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.‖

―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Relación con Cristo: Origen – Causa - Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.22: 2 P 1, 5-7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe
la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe … el amor
fraterno‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n filadelfivan,
Campo Semántico: AMOR FRATERNO.
Expresiones afines: ―…al amor fraterno la caridad. Pues estas cosas si las tenéis en
abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro
Señor Jesucristo.‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:
50
“Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.”
―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el
conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.23: 2 P 1, 5-7 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe
la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la
paciencia activa, a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor
fraterno la caridad.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
―Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe … el amor …‖
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ajgavphn
Campo semántico: AMOR – CARIDAD
Expresiones afines: ―…Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán
inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones:

―Para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia”.

―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – Causa – Posibilitador
Relación con la comunidad: agente soteriológico en Cristo y por causa de Cristo
51
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
52
Contexto Posterior vv 8-11
2.24: 2 P 1,8. ―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖.
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
“Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖
tau:ta ga;r uJmi:n uJpavrconta kai; pleonavzonta oujk ajrgou;V oujde;
ajkavrpouV
Campos Semánticos: ABUNDANCIA
Expresiones afines:
―Para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
“Por esta misma razón, poned el mayor empeño en “añadir” a vuestra fe la virtud, a la
virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la paciencia activa,
a la paciencia activa, la piedad, a la piedad el amor fraterno, al amor fraterno la
caridad. Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles
para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Expresiones opuestas:

―Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido la purificación
de sus pecados pasados‖.
 Inactivo – Estéril
Otras determinaciones: “Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar
vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis. Pues así se os dará
amplia entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.‖
Relación con Cristo: Origen – causa – posibilitador - Objetivo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
53
2.25: 2 P 1,8. ―Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán
inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
Acción Soteriológica de la Comunidad - concedida y posibilitada a causa de Cristo:
“Estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el
conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
eijV th;n tou: kurivou hJmw:n =Ihsou: Cristou: ejpivgnwsin`
Campo Semántico: CONOCIMIENTO.
Expresiones afines: ―Pues así se os dará amplia entrada en el Reino eterno de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo‖
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Quien no las tenga es ciego y corto de vista; ha echado al olvido
la purificación de sus pecados pasados. Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en
afianzar vuestra vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis”.
Relación con Cristo: Origen – causa – posibilitador - Objetivo
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios
2.26: 2 P 1, 10-11: ―Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra
vocación y vuestra elección. Obrando así nunca caeréis. Pues así se os dará amplia
entrada en El Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.‖
Acción soteriológica de Cristo: ―Pues así se os dará amplia entrada en El Reino eterno
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo‖
ei[sodoV eijV th;n aijwvnion basileivan tou: kurivou hJmw:n kai; swth:roV Ihsou:
Cristou:.
Campo Semántico: REINO
Expresiones afines: “Pues estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os dejarán
inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.‖
54
Expresiones opuestas: No tiene
Otras determinaciones: ―Por esto, estaré siempre recordándoos estas cosas, aunque ya
las sepáis y estéis firmes en la verdad que poseéis‖
Relación con Cristo: Agente
Beneficiarios: Los creyentes destinatarios de la carta
Contexto inmediato: La generosidad de Dios.
55
3. ANALISIS DIACRÓNICO DE LOS TÉRMINOS
Este análisis lo hemos construido con base en lo definido en el Diccionario bíblico de H.
Haad / V.D Born/ S. de Ausejo, los Diccionarios teológicos de Gerhard Kittel / Friedrich /
Bromiley y Lothar Coenen / Beyrether / Bietnhard, y el vocabulario de teología bíblica de
X. León-Dufour. Aunque no se aportan mayores originalidades, fuera de lo investigado por
el trabajo, tengo que decir que se elaboraron los contenidos, visualizando con prioridad los
argumentos y textos Bíblicos que facilitan una comprensión directa del significado y
sentido del término analizado.
Como se comentó en la introducción, este punto es importante dentro del método de
―Análisis Teológico Semántico del Nuevo Testamento‖, porque busca la comprensión del
término que expresa la acción soteriológica, comenzando por su significado en la cultura
griega, y cuando el análisis lo permite, comprender por qué los Setenta, al hacer la
traducción de la Biblia, le comunicaron al término contenidos semíticos.
Como se afirma, en esta investigación, la clarificación de los significados y el alcance del
sentido de los términos adquieren una notable importancia, por ser vehículos de
comprensión del dinamismo Salvador de Cristo, en comunión con el deber ser vivido por la
comunidad creyente, en un momento preciso de su historia. Éstos términos se convierten en
maneras de comunicar, elementos activos, transmisores de la acción Soteriológica para la
comunidad que los
práctica. Por esta razón, también,
se hace necesario ver la
significación y entendimiento del término en el ámbito del Nuevo Testamento, dentro de la
comunidad contemporánea a Jesús y a la Iglesia primitiva, para llegar a comprender qué
quiere transmitir con ellos el autor de la carta y, así mismo, divisar la manera como
nosotros podemos comprenderlos hoy.
56
3.1. LA FE pivstiV.
3.1.1. Introducción.
Por constituir la fe y el amor los pilares fundamentales de la vida cristiana y los que en
nuestro texto, encierran las ―actitudes‖ del creyente, vamos a construir el análisis
diacrónico de estos dos términos en primer lugar.
En las Santas Escrituras, ―la fe‖ es la fuente de toda la vida de comunión con Dios. A la
acción salvadora realizada por Dios en el tiempo, por medio de Jesucristo, debe el hombre
responder con ―la fe‖.
Como pequeño preámbulo, se puede afirmar que, siguiendo las huellas de Abraham, ―padre
de todos los creyentes‖ (Rm 4, 11), los personajes del AT vivieron y murieron en la fe (Hb
11). Los discípulos de Cristo son los que han creído y creen (1Ts 6-8) y es Jesús quien
lleva la fe a su perfección (Hb 12,2) por su gloriosa Resurrección, que aconteciendo en el
creyente, le permite participar en su Naturaleza Divina (2 Pedro 1,4b), y en comunión con
Él, ser él también, el creyente, en virtud de su fe vivida en el Amor, dinamismo
soteriológico de sus hermanos.
3.1.2. El término pivstiV en el mundo Griego.

En la literatura clásica griega “pivstiV” significa la confianza que se pone en los
hombres o en los dioses (Hesiodo; Sófocles), la credibilidad (Sófocles), el crédito
económico (Demóstenes), la garantía (Esquilo), la prueba (Demócrito) o la cosa confiada.
Consiguientemente pisteuvw - písteúo - pisteu, quiere decir confiar en una cosa o persona
(Herodoto – Esquilo). Referido a las personas, tiene también el sentido de obedecer
(Sófocles). La forma pasiva tiene el significado de gozar de la confianza (Jenofonte). El
57
adjetivo pistovV - pistós quiere decir fidedigno, digno de confianza. To pistovn To,
piston es la lealtad o la fidelidad entre los que están ligados por un pacto y en la forma
pasiva llegar a sentirse seguro, confiar.
Ajpistiva - Apistía es desconfianza o deslealtad. ajpistevw - Apisteo significa
desconfiado, desleal.
En resumen, con este grupo de palabras se describe originariamente un comportamiento
que es fiel a un pacto o a una alianza, su sentido viene definido dentro de contextos
sociales.

La palabra también era utilizada para convenios de tregua que habían de guardarse
con lealtad (Homero).

Una experiencia de fidelidad o infidelidad siempre rodeó el significado de la palabra
originariamente.

Al final de la época clásica la palabra también tenía una referencia religiosa con
relación a la garantía de validez que los dioses daban a una alianza o a un pacto (Homero).
Asimismo, a este grupo de palabras se involucraban las utilizadas para referenciar a las
divinidades, cuando se encontraba en juego la credibilidad de un oráculo o cuando se
reconocía el poder liberador de los dioses en situaciones de problema, también, se hacía
referencia a esta palabra, cuando se dialogaba sobre la soberanía y el poder de gobierno de
los dioses contra la misma voluntad del hombre. En estos últimos casos, las palabras
relacionadas con ―pivstiV‖ involucraban la idea de obediencia a la voluntad de los dioses.

En el siglo V a.C., con Empédocles, la fe adquiere un significado especial; como
sendero de salvación mostrado por los dioses y así mismo hay una exigencia de fe para con
las doctrinas sobre la cosmogonía y la trasmigración de las almas (metemsicosis), buscando
que se admitieran como verdaderas por ser revelaciones divinas. Esta idea se confirma por
las inscripciones que se encuentran en el santuario de Esculapio en Epidauro donde se
exige la fe para lograr la virtud milagrosa del dios.
58
3.1.3. La Fe en la época helénica.

―pivstiV‖ adquiere el sentido de creer, de estar convencido de la existencia y de la
acción de los dioses. La dimensión doctrinal de la fe reviste ahora un carácter universal y
constitutivo. Aparece una tensión entre el mundo visible y el invisible, el material y el
espiritual cuyo resultado es un concepto objetivo de la fe, que en el sistema filosófico
neoplatónico, da origen a una cierta convicción racional y condicionada por la tradición.

Es importante considerar la comprensión estoica del concepto ―pivstiV‖, en la cual
el filósofo reconoce un orden cósmico divino, cuyo centro es él mismo en cuanto que es
una personalidad moral y autónoma, en este sentido ―pivstiV‖ expresa la esencia del
hombre.

En las religiones mistéricas, aquellas que presentan misterios que no se pueden
explicar, la fe designa la entrega a la divinidad mediante la observancia de sus preceptos y
doctrinas, así como el ponerse bajo su protección. Para el Hermetismo (Nada hay
inaccesible para el pensamiento, nada hay inexpresable para la palabra.) la fe es una forma
más elevada del conocimiento y por tanto, radica en la esfera de la razón. A través de un
trance místico, el hombre es llevado más allá de la esfera del logos logoV, hasta que su
espíritu alcanza el reposo en el conocimiento de la fe; de este modo, el hombre participa de
lo divino.
A manera de conclusión, podemos decir, que en el griego profano encontramos una amplia
gama de significados. Originariamente, se trata de un vínculo y de una obligación que exige
fidelidad, y posteriormente, se llega a una conducta vital que tiene fundamentos teóricos
que sitúan al individuo en armonía con las divinidades, con lo cósmico. En esta última
conducta, cualquier tipo de revelación exige la ―pivstiV‖, que deja de ser una realización
controlable.
59
3.1.4. La Fe en el Antiguo Testamento
La variedad en el vocabulario hebreo sobre la palabra fe refleja la complejidad de la actitud
personal del creyente. Dos raíces dominan el concepto en el Antiguo Testamento: ―aman‖
que significa ser leal, fiel y ―batah‖ que significa sentirse seguro, abandonarse en manos
―de‖. La versión de los LXX traduce siempre el verbo Hebreo ―aman‖ por pisteuvw ―pisteuo‖. Intenta con esto, que el creyente asuma este concepto con
la riqueza de
significado que se refiere a continuidad, como palabra que describe la actitud de la persona
humana que deja acontecer a Dios en su vida e inicia con Él su historia de salvación:
3.1.4.1. Etapa del judaísmo temprano.

En el ámbito lingüístico hebreo, el verbo “aman” se aplicó a los hombres (Moisés,
Nm 12,7; testigos, Is 8,2; profetas, 1 S 3,20), y a Dios mismo, cuando se describe la
acción de Dios de guardar su alianza y dar su gracia a los que le aman (Dt 7,9). En esta
época se le da especial relevancia al hecho de que la palabra de Dios o la del hombre deben
acreditar su autenticidad, adquirir su validez o convertirse en realidad (1 R 8,26; 1 Cro
17,23ss; Gn 42,20). En algunos pasajes adquiere el sentido de “ser fiel a”; “ser de la
confianza de” (Nm 12,7; 1 Sam 3,20; Os 12,1).

“Aman” también expresa una realidad inalterable con la que pueden y deben contar
las generaciones venideras a pesar de las vicisitudes Históricas (2 Sam 7,16; 1 S 25,28).

Para comprender el concepto veterotestamentario de fe, es fundamental observar las
afirmaciones de Ex 4, 1-9.27-31, donde Dios confirma la legitimidad del liderazgo de
Moisés ante su pueblo mediante tres prodigios (Cayado que se convierte en serpiente;
Mano de Moisés que se cubre de lepra y Agua de rio que se transformará en sangre). A
consecuencia de esto el pueblo cree en la misión de Moisés y en la salvación que ha de
venir.

El uso del concepto en estado absoluto, se encuentra en Isaías 7, 9, donde ante una
amenaza política el profeta pronuncia estas palabras: ―Si no creéis, no subsistiréis‖.
60
También encontramos referencia a estas palabras en Is 28,16, donde se encuentran
referentes a Sión, que aluden a la piedra angular: ―Quien en ella se apoya no vacila‖.

Los profetas fueron, en medio de las dificultades, los portavoces de Dios que
devuelven la fe a su pueblo, indicando un camino que conducirá a la salvación de la
catástrofe, a un futuro situado más allá de la desgracia.

Un pasaje importante en la conexión entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, es Gn
15, 6 donde se habla de la fe de Abraham como disposición para recibir la gran promesa.
Por esto, se le llama a Abraham ―el padre de los creyentes‖. Yahvé llama a Abraham cuyo
padre ―servía a otros dioses‖ en Caldea
(Jos 24,2) y le promete una tierra y una
descendencia numerosa (Gn, 12,1s), Abraham ―cree en Dios‖ (Gn 15,6) y pone toda su
existencia en función de esta promesa. El día de la prueba de su fe, él será capaz de
sacrificar al hijo, en el que se está realizando la promesa (Gn 22); y confiando en la Palabra
del Señor, obedece. Su fe no vacila, la Palabra del Señor es Verdadera. Dios es Fiel (Hb
11,11) y Todopoderoso (Rm 4,21).

Abraham es desde ahora el ―modelo mismo del creyente”, ―en la prueba fue hallado
fiel‖ (Eclo 44,20), es el precursor de los que creerán en el verdadero Dios (Sal 47,10),
Abraham será entonces ―el padre de una muchedumbre de pueblos‖ (Gn 17,5).

Para la tradición Judía y cristiana tiene relevancia el contexto profético de Ha 2, 3-4
donde “fidelidad” y “fe” van estrechamente unidas (emunah): se refiere a la confianza
inquebrantable en la palabra de Dios. Al justo se le promete la vida por su fidelidad.

En el Antiguo Testamento se señala que los preceptos son dignos de confianza (Sal
11, 7; 119,66). El hombre conoce la voluntad de Dios a través de los mandamientos y sabe
que de ellos recibe sabiduría y ciencia. Son realidades vitales de las cuales el hombre se
apropia, mediante la obediencia y la confianza. Hay una comprensión sapiencial de la
salvación que da a la fe un carácter diferente. Para el Antiguo Testamento en ese ―creer‖
está en juego el futuro de Israel.
61
3.1.4.2 En el judaísmo tardío.

En el judaísmo tardío, el punto focal pasa a ser la actitud de la persona. El concepto
―hombres de fe‖ – ―ansse amanah‖, es en la literatura rabínica la característica de un
determinado comportamiento ideal al que hay que llegar, y no alcanzarlo, es objeto de
lamentación. En este momento histórico la fe es expuesta y recomendada, así se puede
observar en los escritos sapienciales; y por ir unida a la fidelidad, la fe continúa siendo
el signo distintivo más importante de la justicia. El que cree en los pastores de Israel,
cree en Dios mismo, quien llamó al mundo a la existencia. El elogio de la fe y el de su
recompensa van unidos en el estilo sapiencial (Pr 30, 8).

En la literatura apocalíptica tardía, la esperanza en el futuro exige esencialmente
la fe. El cumplimiento de la ley y el carácter de la esperanza apocalíptica se comienzan a
distinguir, pero así mismo, existe una estrecha conexión entre ambas. El proceso de la
revelación de la verdad escatológica es al mismo tiempo, la retribución tanto de la
obediencia como de la desobediencia (Dn 12,2ss).

En el
judaísmo
Helenístico,
la
fe
como
confesión de
la
revelación
veterotestamentaria entra en confrontación con el entorno pagano. La fe entra en la esfera
de la interpretación filosófica y pasa a ser un modo de pensar y una virtud. La fe en Dios
se convierte en confianza y en presupuesto de todo el género humano y de su
comportamiento. Al igual que para el judaísmo de aquella época, la fe es entendida como
fuente y compendio de todo comportamiento. Josefo pone al mismo nivel las
afirmaciones sobre cómo pensar correctamente en Dios y la “confianza” en Él. De esta
manera, se hace un puente entre la tradición helenístico doctrinal y la tradición
veterotestamentaria.
3.1.5. La Fe en la tradición sinóptica.
En las narraciones de los milagros en el Nuevo Testamento se encuentra alusión a la fe del
enfermo o de los que lo rodean (Mc 2,5; 5,34.36; 10,52; Mt 8,10). Se alude también a la
62
confianza en la misión de Jesús y en su poder. La fe va ligada a estos relatos milagrosos,
donde Jesús no sólo quiere sanar físicamente al hombre, sino que quiere hacerlo testigo de
su acción salvífica. Se trata de establecer un objetivo que trasciende el proceso corporal:
Jesucristo no solo quiere ser ―el que cura‖, ―el que ayuda‖, sino también el que cumple
una misión encargada por Dios.
Jesús pregunta al hombre por su fe, como revelando que en la “confianza del hombre”
radica la posibilidad de abrir el camino para que Dios pueda hacer su obra: se trata de
dar un primer paso que se afirmará posteriormente, con otras categorías como el
conocimiento, la obediencia, la confianza, la sumisión y el arrepentimiento.
En Mc 6, 5-6 Jesús tropieza con la incredulidad de los nazarenos, el rechazo de la fe es tan
fuerte que Jesús no puede hacer ningún ―milagro‖. Se puede afirmar, con este hecho, que
el obrar salvífico de Jesús se ve ligado a la fe. Jesús, varias veces, genera sentencias que
invitan a ir más allá de la situación concreta (Mc 9,23; 11, 22-24; Lc 17, 5-6; Mt 17,20)
dentro del propósito final de conferirle al creyente ilimitadas posibilidades, y es a ésta fe, a
la que invitó a sus discípulos, una fe sin fronteras, una fe que mueve montañas (Mc 11,23),
una fe que corrobora el poder de la Palabra, que incluso puede transformar la creación. En
Mc 11,24 se muestra cómo súplica y oración se convierten en el presupuesto para el poder
de la Palabra: ―Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis
recibido y lo obtendréis.‖
La fe en Dios (Mc 11, 22) es un estar abierto a las posibilidades que Dios establece, y un
contar con Dios que siempre está dispuesto a dar. La fe en Dios es un Don que se puede, en
oración, solicitar al Señor que nos aumente (Lc 17, 5). La fe abre el camino hacia una
nueva realidad, una realidad donde la palabra queda exenta de todo idealismo, porque no
cae fuera de él. La fe de Jesús es aplicada inmediatamente a la realidad y se realiza de un
modo vital, no es una simple abstracción.
63
3.1.6. La Fe en Pablo y en la tradición post- paulina.
Pablo en sus cartas presupone ya contextos doctrinales establecidos por él mismo o por
otros, por esto se dirige a ―los creyentes‖ (Rm 1, 16; 3,22; 4,11; 1Co 1,21); la vuelta a Dios
consiste en ―creer‖ (pisteuvein, 1 Co 15, 2,11); la fe es la aceptación del mensaje de
salvación, por esto es una fe salvífica soportada en la Cruz de Jesús y en su Resurrección (1
Co 15, 3-4.11); acontecimiento irrepetible, que se convierte en norma de toda afirmación
teológica y de todo comportamiento cristiano. La justicia que procede de la fe es un don de
la gracia, se opone a toda vanagloria humana. En la fe se reconoce el acontecimiento
salvífico escatológico, cuyo fin último es la evangelización de todos los pueblos ( Rm 4,17
s.s.; Ga 3, 26-29).
Dado que la fe lleva consigo el aspecto del afianzamiento y el de la confianza, fácilmente
para Pablo desemboca en la esperanza (Rm 8,24; 1 Co 13,13). Por lo anterior, en Pablo se
observa ordenada en forma tríadica, la fe, la esperanza y la caridad, como aspectos que se
derivan de la evangelización y sostienen a la comunidad. Desde el punto de vista de la
transformación escatológica aparece, sobre esta tríada, una distinción: la fe y la esperanza
avanzan hacia la plenitud pero el amor es lo que permanece para siempre. (1 Co 13,13).
Esta tríada es una presentación didáctica del mensaje mismo, que compromete a todos los
miembros de la comunidad.
En Ga 5,6, Pablo describe, ―en clave de fe‖, el paso del hombre del Antiguo Testamento al
Nuevo Testamento, con las palabras ―nada importa ser circunciso o incircunciso‖, lo
fundamental es la fe salvadora que alcanza su plenitud en el amor. Pablo aquí sitúa a la
fe dentro de un proceso dinámico de transformación escatológica que alcanza su plenitud
en el amor.
64
La fe en Pablo se debe fortalecer, pasa de una condición de debilidad (Rm 14,1), a un
estado de crecimiento (2 Co 10,15), de firmeza (1 Co 15, 58), que incluso permite al
creyente preguntarse, de manera autocrítica, sobre si la propia actitud brota realmente de la
fe (Rm 14,23b). La fe, en este contexto, está expuesta a un juicio crítico y a una postura
autocrítica constante.
Finalmente, se puede afirmar, que en Pablo el proceso dinámico de la fe está dirigido y
unido al mismo Cristo y se desarrolla en el acontecimiento del bautismo: ―Un solo Señor,
una sola fe, un solo bautismo‖ (Efesios 4,5).
3.1.7. La Fe en la tradición joanea.
Es sobre todo en el Apocalipsis de Juan, donde aparece la palabra ―pivstiV” en conexión
con el significado del pensamiento semítico: la fe o el acto de fe implica una postura de
fidelidad. Se puede también observar la relación didáctica de la palabra ―pivstiV‖ con la
palabra e[rga -―obras‖ (2, 2.19) como resultado de esta fidelidad. Se puede decir, que en la
tradición joanea la postura de fe es modelada dentro de un marco de solidaridad
fraterna.
Es importante advertir, que en el cuarto evangelio nunca aparece la palabra pivstiV como
sustantivo, por el contrario, el verbo pisteuvw aparece 98 veces para designar la respuesta
activa que compromete integralmente al creyente, en su respuesta a la acción salvadora del
Dios en la Persona de su Hijo Jesucristo.
Del testimonio legitimado por Dios, y del que forma parte también el signo, procede la fe,
que se dirige a todos los hombres (Jn 1,7). El hombre que es de la ―verdad‖ oye esta
llamada de Dios (Jn 18,37). Fe y conocimiento (6,69), conocimiento y fe (Jn 17,8; 1 Jn
4,6) no son procesos diferentes: solo la fe que acepta el testimonio conoce y viceversa:
65
el que conoce la verdad se orienta hacia la fe. En ambas se radica el sentido salvífico:
tanto en la aceptación del testimonio como en la elaboración y estructuración independiente
que responde al testimonio (Jn, 4,42).
Existe también una estrecha relación entre la fe y la vida. El que cree en el Hijo no
perecerá, sino que tendrá vida eterna (3,16-18; 11,25). La promesa alude a una plenitud que
ya está presente. El creyente tendrá que sustraerse a sus principios de acción, y a la
hostilidad del mundo, contra el enviado de Dios (Jn 3,20;7,7; 15,18,23), para lanzarse a la
realización de la voluntad de Dios (1 Jn 2,15-17). La bienaventuranza de Jn 20,29, que
elogia la fe que no necesita ver, plantea la ampliación del VER creyente, propio de la
tradición pascual, al acceso mediante la ―Fe‖ de la alegría pascual, para aquellos que
pertenecemos a la época post-pascual.
3.1.8. Aspectos importantes para la comprensión del término Fe en el resto del Nuevo
Testamento.

El lenguaje de los Hechos remite con frecuencia a fórmulas y giros del lenguaje
misionero: Se cree en Dios (16,34) o en el KuvrioV (5,14; 18.8). Las exhortaciones a la fe
van unidas a la promesa de salvación escatológica (16,31). Aparece la confianza en las
Escrituras (24,14; 26,27), surgiendo así la reflexión sobre la historia de la salvación.

En la carta a los Hebreos aparece una tradición doctrinal que enlaza el concepto de
fe con motivos temáticos veterotestamentarios, con el propósito de hacer una síntesis
histórica de los antepasados desde la perspectiva de la fe.

Hebreos también nos ofrece una definición didáctica de fe: ―La fe es garantía de lo
que se espera; la prueba de lo que no se ve‖ (1,11). Lo futuro y lo invisible están aquí
estrechamente ligados al concepto de fe. En 12, 2 ss. Jesucristo aparece como ―pionero y
consumador de la fe‖; el dinamismo de la fe le viene impreso al pueblo de Dios juntamente
con la promesa. El mundo futuro es el objetivo que ha sido prometido por la Palabra de
66
Dios, la tensión entre el más acá y el más allá de la tradición helenística, adquiere aquí una
nueva dimensión.
En las cartas pastorales como 1Tm 1, 5 aparece la fe como un fundamento del

mandamiento del amor: ―esta orden tiene por objeto el amor mutuo, que brota del
corazón limpio, de la conciencia honrada y de la fe sentida‖.
En Tito 1, 13; 2,2 se motiva a mantenerse ―sanos en la fe‖ como una norma para

que el cristiano se aleje de cualquier aberración.
Santiago es consciente de que la fe tiene necesidad de ser probada (1,3, cf. 1 P 1,7)

y exige el rechazo de todo comportamiento contrario a la confianza viva y a la confesión de
la fe (1, 6-8). La fe y el comportamiento obediente van ligados a la acción de salvación.
Solo mediante un comportamiento que se ajuste a los mandamientos de Dios puede llegar la
fe a su realización plena (2,22).
En la segunda de Pedro la fe es un bien precioso y es una ―suerte‖ para la

humanidad por la Justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo (1,1), y es, con el amor, la
razón de ser de la vida virtuosa del creyente, que lo conducirá a participar de la Naturaleza
Divina. En la fe y en el amor, cimientos de la vida cristiana, se radica la importancia de las
virtudes descritas en 2 P 1, 5-7; propósito de la presenta investigación.
3.2. EL AMOR filevw.
3.2.1. El Amor en el mundo Griego.

En Griego hay distintos términos para expresar el concepto de amor. El más
usado de todos es filevw que en general designa la inclinación hacia una cosa (en el
sentido de gustar) o hacia una persona. Distingue predominantemente el afecto existente
entre personas próximas, dentro y fuera de la familia, y abarca preocupaciones,
cuidados y hospitalidad.

La relación de amor hacia parientes y amigos se encuentra en primer plano,
expresada con los términos filadelfiva y ajdelfovV amor fraterno - hermano.
67
Consiguientemente, filiva designa el amor, la amistad, el afecto. fivloV es el pariente
el amigo.

Ajgapavw originariamente significó apreciar, acoger amistosamente, es la palabra
con menos significado específico en el griego clásico; se une a menudo a filevw, como si
no hubiese diferencia entre las dos palabras. En el Nuevo Testamento el verbo ajgapavw
como el sustantivo ajgavph se emplea para expresar el amor de Dios o la vida que está
basada en dicho amor.
Ajgapavw resulta muchas veces para los griegos una palabra incolora, que a menudo
se emplea como equivalente y sinónimo de ejravw y filevw, con el significado de apreciar,
honrar, contentarse, acoger amistosamente.
También expresaba, en el mundo griego, la predilección que una divinidad tenía por
un hombre, indicaba una inclinación de amistad por razón de la persona del otro. Esto es lo
que se expresa en primer lugar con el término ajgaphtovV, que se refiere en ocasiones, a un
hijo, especialmente el hijo único, en el que se vuelca todo el amor de los padres.

Amar apasionadamente se distingue con la palabra e[rwV; que significa
también el amor concupiscente, posesivo. e[raw y e[rwV designan, también, el ansiado y
deseado amor entre marido y mujer. En estas palabras encuentra especial expresión el
placer que experimentaban los griegos por la belleza corporal y el apetito sexual. Puesto
que la embriaguez de los sentidos no tiene límites ni medida, los trágicos griegos (Sófocles)
advertían sobre lo demoníaco del e[rwV que, llevando hasta el éxtasis, hace olvidar la razón,
la voluntad y la serenidad.
3.2.2. El Amor en el Antiguo Testamento
En los LXX, el verbo hebreo ―aheb" se traduce preferentemente por ajgapavw - amar y de
ahí también el uso del sustantivo ajgavph.- amor. ―Aheb" expresó en primer lugar las
relaciones mutuas de los hombres y posteriormente la relación entre Dios y el hombre.
68
En el AT, el fenómeno del amor se experimenta como una fuerza espontánea que

va orientada hacia una persona o cosa, significando ante todo, la atracción vital de un sexo
hacia el otro. Los profetas Oseas (3, 1), Jeremías (2,25) y Ezequiel (16,37) hablan del
aspecto sexual del amor.
La diferenciación de sexos y el amor de los esposos se consideraban como un

precioso don, esto lo observamos en Génesis 2, 18 ss. y en el ―Cantar de los Cantares‖,
donde se canta a la fuerza de la pasión amorosa:
―Ponme como sello en tu corazón,
como un sello en tu brazo.
Que es fuerte el amor como la Muerte,
implacable como el Sheol la pasión.
Saetas de fuego, sus saetas,
una llamarada de Yahvé.‖
Cantares 8,6
También se describe como amor el parentesco carnal o espiritual:

Paternidad,
maternidad y amistad. En Hebreo no existe la posibilidad de distinguir entre ejravw y
ajgapavw; así sucede con la descripción del amor de amistad que une a Jonatán y David (1
S 18, 1.3; 20,17), y que como expresión de una comunión personal, se pone por encima del
amor de una mujer:
―Lleno estoy de angustia por ti,
Jonatán, hermano mío,
en extremo querido.
Tu amor fue para mí más delicioso
que el amor de las mujeres.‖
2 S 1,26

En un sentido más amplio, el amor es considerado en el AT como el
fundamento de la convivencia social: ―Amarás a tu prójimo como a ti mismo‖ (Lv 19,18).
En este sentido, el amor se entiende como la inclinación hacia la persona del otro, más o
menos cercana a uno; esta inclinación lleva a acoger al otro como hermano y a respetar su
dignidad de persona. En la legislación descrita en el Levítico se desarrolla este principio,
cuando se preocupa por los extranjeros (Lv 19,34) y por los pobres (Lv 25,35).
69

También se emplea en el AT la palabra amor para describir las relaciones entre Dios
y el hombre.
Al inicio del AT, aparece el Dios que elige, no el Dios que ama. Aparece un Dios que
actúa con hechos concretos en la naturaleza, en los hombres y muy especialmente en su
pueblo, con el cual ha pactado una Alianza (Ex 24). Los grandes hechos de Yahvé, son los
hechos de la historia de su pueblo y a través de su intervención se descubren las categorías
de Amor, Justicia, Fidelidad, Gracia, etc., a las que el pueblo responde con júbilo, alabanza
y obediencia.
El juicio y la gracia de Dios (hesed) se extienden por todo el AT. En él se describen
actividades de Dios fundamentadas en su voluntad soberana. Dios permanece siempre fiel
a su Alianza, aunque Israel apostate y atraiga la cólera del Señor. El fundamento de
todo esto solo se puede hallar en el amor de Dios por su pueblo (Os 11,1):
―Cuando Israel era niño, lo amé,
y de Egipto llamé a mi hijo.
Cuanto más los llamaba, más se alejaban de mí:
ofrecían sacrificios a los Baales,
e incienso a los ídolos.
Yo enseñé a caminar a Efraín,
tomándole por los brazos,
pero ellos no sabían que yo los cuidaba.
Con cuerdas humanas los atraía,
con lazos de amor;
yo era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla,
me inclinaba hacia él y le daba de comer.‖
Os 11,1
Las expresiones sobre esta predilección de Dios llegan hasta el amor que sufre y padece, tal
como se describe en el Siervo de Yahvé, Is 53.

Los profetas son los primeros en reivindicar el amor de Dios como motivo de
elección de su pueblo. Oseas presenta la relación de Yahvé con su pueblo como un marido
engañado con una prostituta o mujer adúltera. Ésta última representa al Israel que ha roto la
alianza. Sin embargo, Yahvé con su amor extraordinario trata de ganarse la simpatía de su
rebelde esposa, de su pueblo impío (2,19 ss.), un pueblo que por la infidelidad deja de ser
70
su pueblo (1,9), pero debe convertirse de nuevo en pueblo suyo (2,23), mediante la paciente
intervención de Yahvé en su historia. Por lo anterior, Óseas describe el amor gratuito de
Yahvé hacia Israel (11,1 ss), comparándolo no solo con la figura de un marido sino
también con la figura de un padre que desde Egipto se encariñó con su pueblo y con
lazos de amor lo atrajo hacia sí. Un amor al que Israel no correspondió. Oseas describe un
amor ardientemente celoso de Yahvé por su pueblo (11,8.9), un amor que hace que la
Divinidad no se manifieste con su poder aniquilador, sino con la firmeza de su misericordia
amorosa que precede a todo amor humano y se compadece de la infidelidad de su pueblo
(6,4), sin por eso, abandonarlo al caos.
Los profetas posteriores han tomado de Oseas la imagen del matrimonio y el tema de la
amada, introduciendo algunas variaciones. Jeremías nos habla del primer amor de Israel en
el desierto, y de su enfriamiento en Canaán (2,1 ss). Pero Yahvé ama con amor eterno
(31,3) por esto, llama de nuevo a Israel (3, 6-10; 31,4). En Isaías (54, 4-8) no es la mujer la
que ha abandonado a su marido, sino Yahvé quien ha abandonado a la amada de la
juventud, hacia la que él, después, vuelve compasivo:
―Porque como a mujer abandonada
y de contristado espíritu, te llamó Yahvé;
y la mujer de la juventud ¿es repudiada?
-dice tu Dios-.
Por un breve instante te abandoné,
pero con gran compasión te recogeré.
En un arranque de furor te oculté
mi rostro por un instante,
pero con amor eterno te he compadecido
-dice Yahvé tu Redentor‖.
Is 54, 6-8
En Is 43,4 se puede hablar de un amor de Yahvé a Israel tan grande que por él se afecta
la realidad política de los pueblos:
―Dado que eres precioso a mis ojos,
eres estimado, y yo te amo.
Pondré la humanidad en tu lugar,
y los pueblos en pago de tu vida.‖
71
En general, en los profetas, el amor de Yahvé por su pueblo se convierte en el gran motivo
de su futura acción salvadora. El propósito, es rescatar a su pueblo del extravío.

En el Deuteronomio la alusión al amor de predilección de Yahvé sirve de
fundamento para amonestar a Israel, quien ahora, por su parte, debe amar a Yahvé y
seguir sus mandamientos (7, 6-11). Es primero el amor de Yahvé y después, como
respuesta, el amor del pueblo. En 6, 5 este amor debe ser total:
―Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas
tus fuerzas.‖ Dt 6, 5
Este amor a Yahvé se hace realidad en el cumplimiento de la alianza, en la observancia
de sus mandamientos (Ex 20; Dt 10,12 s.), así como, en la manera de comportarse con
el prójimo (Lv 19,18) y con el extranjero:
―Cuando un forastero resida entre vosotros, en vuestra tierra, no lo oprimáis.
Al forastero que reside entre vosotros, lo miraréis como a uno de vuestro
pueblo y lo amarás como a ti mismo; pues también vosotros fuisteis forasteros
en la tierra de Egipto. Yo, Yahvé, vuestro Dios.‖
Is 19, 33-3
3.2.3. El Amor en el judaísmo helenístico.

En el judaísmo helenístico, ajgavph se convierte en el concepto central para
describir las relaciones con Dios. Se siguen alentando las ideas fundamentales del AT:
Dios ama a su pueblo a pesar de sus miserias. El creyente corresponde al amor de Dios en
la medida en que observa los mandamientos, emula la misericordia de Dios y permanece
fiel a Dios hasta el martirio (2 M 6-7). El amor al prójimo es la exigencia principal que se
hace a los piadosos.

Para dimensionar la grandeza significativa de las afirmaciones del NT es importante
observar y contrastarlas con la religiosidad de la comunidad de Qumrán: una comunidad
que se considera elegida por el amor de Dios, una ―elección restringida‖ a ―los hijos de la
luz‖. En el mandamiento ―amar a todo aquel que Dios ha escogido, y odiar a todo aquel
que Dios odia‖ (1QS 1,3 s) se resume su pensamiento. El amor de Dios no se reconoce
72
como precepto universal, el amor al prójimo está restringido a los miembros de la
comunidad.
3.2.4. El Amor en los escritos paulinos.

Ajgavph es para Pablo el amor de predilección. Dicho amor se convierte en un
hecho patente en la obra de salvación de Jesucristo (Rm 5,8; 8, 35 ss) y así mismo, Cristo
mismo aparece también como sujeto de este amor (Gal 2,20; Ef 5,2):
―y ya no vivo yo, sino que Cristo es quien vive en mí. Esta vida en la carne, la
vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.”
Gal 2,20

Para Pablo el actuar de Dios es definido como amor (2 Co 13, 11.13), por lo
tanto, se puede afirmar que el himno al amor de 1 Co 13 no es simplemente un
capítulo de ética. En toda su dimensión, es la descripción de la acción divina
proyectada a la humanidad, la cual debe ser actualizada por ella, en su propio
acontecer histórico.

En Pablo la justicia de Dios se cumple en el Hijo amado quien se coloca en el lugar
de los injustos (2 Co 5, 18 ss):
―Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el
ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al
mundo consigo, y no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres,
sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación.‖
2 Co 5,18

En Ef 5,22 se alude al amor de elección de Dios, cuando se comparan las relaciones
entre marido y mujer con el amor entre Cristo y su Iglesia. Una imagen que se encuentra en
el AT desde Oseas y que facilita representar la relación de fidelidad, un amor que es fruto
de la alianza. Quedando claro, a través de esta imagen, que el amor Divino es capaz de
superar toda oposición e infidelidad. El amor de elección es al mismo tiempo el amor
que se compadece y perdona. La acción amorosa del Señor es más fuerte que todos los
poderes y potencias, más fuerte que la muerte (Rm 8, 37 ss.; 1 Co 15,55 ss.). La
resurrección es la conclusión de la obra del amor de Dios.
73

El Creyente, es el pecador amado por Dios y en la medida en que él reconoce su
realidad pecadora y deja actuar en él a Dios, entra en la esfera del amor Divino. La
respuesta de la acción salvífica de Dios, la describe Pablo, sobre todo, mediante las
palabras pivstiV (fe), gnw:siV
(conocimiento) y ajgavph (Ef 3,19; 1 Co 8,3), también
presentes, entrelazadas entre si y en relación dinámica con la Fe y el Amor en la Segunda
Carta de Pedro, cita que nos ocupa en el análisis que nos encontramos realizando.

Para Pablo conocer a Dios y el ser conocido por Él son una misma cosa, por qué
todo es obra de Dios (Ga 4,9). Así también, el que se reconoce amado (Rm 8,37) se vuelve
activo en el amor (Ga 4,9; 1Ts 3,6), un amor fruto del espíritu (Ga 5,22). Fe y amor se
mencionan a menudo juntos, porque no es posible considerar, bíblicamente y en su
profundo significado, al uno sin el otro (1 Ts 1,3; 3,6; 5,8; Ef 6,23; 1Tm 1,14).

Cuando el creyente se encuentra ―en Cristo‖ y Cristo en él, entonces ese amor se ha
posesionado del creyente, él se reconoce amado (Rm 8,37) y se vuelve activo en el amor
(Ga 5,6; 1 Ts 3,6). Sentirse amado por Dios es estar viviendo ese amor.

En Pablo, el amor a Dios y al prójimo están fundamentados en la fe (Ga 5,6). En 1
Co 13, ajgavph es a la vez amor de Dios y a Dios y amor al hombre. El amor es compendio
y síntesis, sobre todas las fuerzas y poderes. En 1 Co el amor es el mayor de los dones del
espíritu, es la fuerza que aúna y edifica a la comunidad, sin el amor es imposible la
existencia de la comunidad, de la vida en común (1 Co 14,1; 16,14;Ef 1,15; 3,17 ss.). La
construcción del creyente se consigue mediante el amor (1 Co 8,1) - hj dev ajgavph
oikodomei: – ―el amor en cambio edifica‖
74
3.2.5. El Amor en el resto del Nuevo Testamento.

El término ―Amor‖ con todos sus alcances es una categoría central en el Nuevo
Testamento, porque a través de él se da sentido al contenido pleno de la fe (Jn 3,16):
―Porque tanto amó Dios al mundo
que dio a su Hijo Unigénito,
para que todo el que crea en él no perezca,
sino que tenga vida eterna.‖
El actuar de Dios es amor, que espera como respuesta, el amor del hombre (1 Jn 4,19). El
amor está por encima de la fe y de la esperanza (1 Co 13,13), y finalmente el mismo Dios
es designado como Amor (1 Jn 4, 8.16):
―Quien no ama no ha conocido a Dios,
porque Dios es Amor.‖
Jn 4, 8
―Y nosotros hemos conocido
y hemos creído en el amor que Dios nos tiene.
Dios es Amor:
y el que permanece en el amor
permanece en Dios y Dios en él.‖
Jn 4, 16

En el Nuevo Testamento e[raw y e[rwV no se encuentran, en cambio filevw aparece
a menudo, incluso en palabras compuestas como filadelfiva con el significado de amor
de amigo, o amor de hermano (2P 1,7), el autor de la segunda carta de Pedro, en éste
versículo, distingue ajgapaw y filevw, indicándonos la indisolubilidad entre el amor del
prójimo y el amor a Dios13. El acento principal de filevw recae sobre el amor hacia los
hombres que están unidos por lazos de sangre o de fe (Jn 15, 19; 11,36; 16,27). Por lo
13
Nota: Es de advertir, que la Segunda de Pedro recoge de manera clara el sentido que los escritores del
Nuevo Testamento quisieron darle a estos términos, por eso, el comprenderlos se constituye en parte
relevante de la presente investigación.
75
anterior, podemos encontrar un principio de identidad entre ambos términos y así mismo,
diferenciación. Identidad porque uno solo es el Amor, y distinción, porque en uno de los
términos se hace énfasis en el amor a Dios y de Dios, y en el otro, el amor al hermano.
Aunque, es conveniente aclarar, que ésta distinción no puede generalizarse para todo los
textos del Nuevo Testamento.

En Jn 21, 15 ss. ajgapaw y filevw se usan como sinónimos:
―Después de haber comido, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan,
¿me amas (ajgapaw) más que éstos?» Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que
te quiero (filevw).» Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos.» Vuelve a
decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas (ajgapaw)?» Le dice
él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero (filevw).» Le dice Jesús: «Apacienta
mis ovejas.» Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?» Se
entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le
dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.» Le dice Jesús:
«Apacienta mis ovejas.‖
Jn 21,15-17
Únicamente en 1 Co 16, 22 se emplea claramente filevw para significar el amor hacia
Jesús, el Señor: ―ei[ tiV ouj filei: to;n kuvrion, h[tw ajnavqema. Maranaqa. ―El
que no ame al Señor, ¡sea maldito! «Maranatha.»

En el Nuevo Testamento ajgavph y ajgapavw se refieren, en casi todos los pasajes,
a las relaciones entre Dios y el hombre. Cuando en el NT ajgavph está dirigido hacia una
cosa (Lc 11,43; Jn 3,19)), justamente el verbo ajgapavw está significando que el amor no
se dirige a Dios:
“¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas
y que se os salude en las plazas!‖
Lc 11,43
En este mismo sentido encontramos el verbo ajgaphvsaV en 2 Tim 4,10, pero orientado su
significado, por Pablo, hacia un sentimiento por el mundo:
76
―Porque me ha abandonado Demas por amor a este mundo y se ha
marchado a Tesalónica; Crescente, a Galacia; Tito, a Dalmacia”.
2 Tm 4,10

No se encuentra gramaticalmente el uso negativo del sustantivo ajgavph en el
Nuevo Testamento; se trata generalmente de ajgavph tou: qeou: en el sentido de amor
divino, es decir, amor hacia los demás hombres que procede de la proximidad de Dios (Rm
5,5; 1 Jn 2,5). En este mismo sentido, ajgavph aparece también unido a otros conceptos
como pivstiV, Fe, dikaiosuvnh, Justicia, cavriV, Gracia y otros que reciben su
fundamento en Dios (1 Tm 4,12; 2 Tm 1,13; 2 Co 8,7). Así mismo, en la Segunda Carta de
Pedro, versículos del
5 al 7, texto motivo del presente trabajo, ajgavphn aparece
sustentando, como pivstiV, a las vivencias que dan identidad al creyente: virtud,
conocimiento, templanza, paciencia, piedad y amor fraterno.

En la tradición sinóptica el punto central se coloca en la proclamación del Reino de
Dios inaugurado en Jesús y por Jesús, y en el nuevo comportamiento que él exige. La
misericordia y el amor de Dios se manifiestan a los hombres en las acciones de Jesús. Jesús
mismo ama hasta el punto de acoger a los pobres, a los enfermos y a los pecadores. La
palabra ajgavph en los evangelios es sustituida por otras palabras como misericordia,
oijktirmovV (Lc 6,36); compasión, e[leoV (Lc 1,50; Mt 18,33). Lo mismo ocurre en los
relatos de la pasión donde el amor se enuncia o está implícito en las expresiones como:
to; ejkcunnovmenon uJpe;r pollw:n, que es derramada por muchos (Mc 14,24; Mt
26,28) y paradivdotai, entrega de Jesús a la muerte ( Mc 14,41).
El verbo ajgapavw, se utiliza directamente en el pasaje de las Bienaventuranzas, Mt 5,44,
donde Jesús hace mención al amor a los enemigos: ajgapa:te tou;V ejcqrou;V
a vuestros enemigos.
77
- Amad

En los sinópticos la nueva realidad del amor, que se manifiesta en el obrar de Jesús
tiene su origen en la misericordia de Dios (Mt, 12,18 ss.):
―He aquí mi Siervo, a quien elegí,
mi Amado, en quien mi alma se complace.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y anunciará el juicio a las naciones.
No disputará ni gritará,
ni oirá nadie en las plazas su voz.
La caña cascada no la quebrará,
ni apagará la mecha humeante,
hasta que lleve a la victoria el juicio:
en su nombre pondrán las naciones su esperanza.‖
Mt 12, 18-21
Jesús impulsa a sus discípulos a obrar de la misma manera, su seguimiento significa
también compartir su sufrimiento. En la medida que el discípulo obra así, es reconocido
por Dios (Mt 10, 37 ss.; Lc 6,22 ss.):
―El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que
ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su
cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá;
y el que pierda su vida por mí, la encontrará.‖
Mt 10, 37 ss.
―Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os
injurien y proscriban vuestro
nombre como malo por causa del Hijo del
hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será
grande en el cielo‖.
Lc 6,22 ss.
En el Nuevo Testamento aflora una interpretación del amor al prójimo y al hermano,
desconocida por los rabinos y por los griegos. El amor a Dios, que entre los hombres
crea una nueva realidad, también debe ser fundamento de la relaciones entre los
hombres. Este amor lo encontramos descrito en Rm 13,9: =AgaphvseiV to;n plhsivon
78
sou wJV seautovn, Amarás a tu prójimo como a ti mismo; esta misma expresión la
encontramos en Ga 5,14 y St 2,8. Aunque este precepto es un principio fundamental en la
Torá (Lv 19,18), es en el NT donde se desarrolla y es elemento de motivación fundamental.
Jesús radicaliza este concepto de amor llevándolo al enemigo (Mt 5,43 ss.), esta idea
era ignorada por los rabinos. En la parábola del buen samaritano Jesús amplía con
claridad el ámbito del amor a toda la humanidad (Lc 7,47).
3.2.6. El Amor en Juan.

Juan, el ser y el actuar de Dios se describen, con especial énfasis, mediante la
palabra ajgavph. La palabra se usa con más frecuencia que en Pablo. Juan nos habla del
amor preexistente, de la preexistencia del lovgoV, ―Palabra‖, amada por el Padre (Jn 3,35;
10,17; 15,9; 17,23 ss.). Dios es esencialmente Amor (1 Jn 4,8) y su designio fue, desde el
principio, el Amor. El ―ver‖ y ―reconocer‖ este Amor significa para el hombre la salvación:
―Mirad qué amor nos ha tenido el Padre
para llamarnos hijos de Dios,
pues ¡lo somos!
Por eso el mundo no nos conoce
porque no le reconoció a él.‖
1Jn 3,1
Un amor compasivo y capaz de perdonar que siempre se mantendrá firme.
En el ajgavph se manifiesta al mismo tiempo la gloria de Dios (Jn 1,14), el triunfo del amor
se manifiesta en el hecho de ser glorificado Jesús, una glorificación, que no incluye solo su
muerte sino también la vuelta al Padre (Jn 12, 16.23 ss.). El creyente toma parte de este
triunfo y con él la vida, zwh, (1 J 4,9; Jn 3,36; 11,25 ss).
79

En Juan el término principal para expresar la orientación del hombre hacia Dios es
ajgavph. La relación entre el Padre y el Hijo es amor (Jn 14,31) y en esta relación de amor
van a ser introducidos los creyentes (Jn 14,31). Ellos deben amar con el mismo amor a
Jesús y al Padre, Todo lo anterior demuestra que para Juan, el Padre, el Hijo y el creyente
se unen en la realidad del Amor Divino:
―El que tiene mis mandamientos y los guarda,
ése es el que me ama;
y el que me ame, será amado de mi Padre;
y yo le amaré y me manifestaré a él.»
Jn 14,21

En Juan el amor mutuo está fundamentado en el Amor de Dios (Jn 13,34; 1 Jn 4,21).
El amor se convierte en signo y prueba de la fe (1Jn 3,10; 4,7 ss.). El amor hacia el
hermano procede del Amor Divino y sin amor al prójimo no existe relación con Dios.

Finalmente en la observancia y en el guardar las palabras de Jesús, consiste el
ajgapavw el amor (Jn 14,24):
―El que no me ama no guarda mis palabras.
Y la palabra no es mía,
sino del Padre que me ha enviado.”
Jn 14,24
3.2.7. Otros usos del verbo filevw en el Nuevo Testamento

El verbo filevw se encuentra preferentemente en Mt y en Jn La diferencia con
ajgapavw no se mantiene rigurosamente. El sustantivo fivloV se emplea para designar al
amigo, pero también a otras personas con las que se está vinculado en la misma fe.

Filevw lo encontramos en Mt 10, 37, donde se refleja un amor que va más allá de
los lazos del parentesco. Pero así mismo, su uso no riguroso lo encontramos en Lc 11, 43 y
en Lc 20,46, donde se puede observar, que aun cuando son pasajes que se encuentran
80
dentro de un mismo contexto, en Lc 20,46 se utiliza el verbo filevw y en 11,43 el verbo
ajgapavw.

fivloV en el NT es también amigo, aquella persona hacia la cual se siente afecto: Lc
7,6; 11.5 ss.; 14, 10.12; Jn11,11; Hc 10,24; 19, 31; 27,3. es cierto que, aun mencionando
únicamente a los fivloi como a los amigos, se piensa también en los parientes.
Ciertamente, tanto en la tradición griega como en la judía, apenas si hay distinción entre
ambos conceptos.

fivloV en Mt 11,19 y Lc 7,34 expresa teológicamente el Amor Divino hacia los
impíos, llaman a Jesús ―amigo de pecadores y publícanos‖, él los ama siendo aún sus
enemigos. Lo mismo se podría expresar cuando Jesús llama a sus discípulos ―amigos‖ (Lc
12,4; Jn 15,14 s.). Mediante un amor de entrega se convertirán en sus amigos (Jn 15,13),
ellos como todos fueron llamados a ser parte de la nueva comunidad del Reino de Dios o de
la familia de Dios, en cuanto son hermanos, amigos de Jesús e hijos del Padre (Lc 21,16; St
2,23). Abrahán es designado como fivloV qeou: gracias a su fe. Así, en 3 Jn 15, los
hermanos en la fe son saludados como fivloi.
Ciertamente, subyace aquí una afirmación teológica que podría dar explicación al uso de
los términos filevw - ajgapavw en los textos del Nuevo Testamento. En la Sagrada
Escritura, el amor que debe configurar el Reino de los cielos, que en ocasiones viene
designado por el término ajgavph, tiene como punto de partida el amor natural de los
parientes o de las personas vinculadas por la misma fe, filevw... Este filevw, ajgapavw
trae consigo el significado de que en el ambiente de los escritores bíblicos, estos dos
términos, en determinados momentos, no se manejen rigurosamente por que en esencia
reflejan el mutuo amor que se debe vivir entre los hermanos en la fe, como un reflejo del
Amor Divino.
Como el Reino de Dios irrumpe, en los lazos tradicionales y naturales de la amistad, y el
mismo parentesco queda suprimido en favor de una nueva solidaridad, en la familia de
Dios, otra palabra que va a reflejar esta nueva realidad es ajdelfovV. Un texto que nos
81
podría guiar en este sentido es el de 1 Jn 4,21: ―Y nosotros hemos recibido de él este
mandamiento: quien ama a Dios, ame también a su hermano‖.
La escena de Pedro en Jn 21, 15 ss. demuestra también que filevw y ajgapavw no pueden
separarse rigurosamente, situación que también se ve confirmada en la Segunda Carta de
Pedro 1,7, donde el amor al prójimo aparece como pre-requisito fundamental e indisoluble
del amor de Dios.
Los pasajes del evangelio de Juan 5,20 y 16,27 son los únicos en los que filevw se pone en
la boca de Dios. En los dos pasajes Dios es designado como Padre, con lo que las
relaciones entre los hombres resultan transparentes como relaciones que son de la familia
de Dios.
3.3.
LA VIRTUD ajrethv.
3.3.1. La Virtud ajrethv en el mundo griego.

El término Griego ajrethv, [areté] se asocia a un reconocimiento de hechos y
conductas humanas que impresionan positivamente. La virtud, para la antropología Griega,
significa la calidad ética del hombre, su valor o su capacidad en el orden moral.

En la primitiva época griega el término se aplicaba a las cosas, los animales, los
hombres y también a los dioses. En la mayoría de las veces describía cualidades humanas,
p. ej. la ajrethv, de los pies, de la lucha, de la razón, palabras con las cuales Homero se
refería a las capacidades físicas e intelectuales de la humanidad. También, Homero la
utiliza para designar la calidad de las mujeres o la valentía de los hombres y en un sentido
más general, tanto Sófocles como Homero, se sirvieron de ella para narrar la dicha y la
gloria a la que toda la humanidad aspira.
82

En Sócrates el término virtud solo se refiere a la moralidad, él fundamenta la
virtud en la tendencia del hombre hacía el bien y llega a la tesis de que la virtud se
aprende cuando se reconoce con sinceridad lo que es bueno, y de acuerdo a ello se actúa.

Platón ve la virtud condicionada por el alma y en su doctrina del alma desarrolla la
jerarquía de cuatro virtudes: sofiva [sophía], sabiduría; ajndreiva [andreía], valentía;
swfrovsunh [sophrosýne], moderación; y dikaiosuvnh [dikaiosýne], justicia. Es uno de
los primeros esfuerzos por compilar virtudes, que Epícteto llamó ―catálogos de virtudes‖.

Aristóteles entiende la virtud como e{xiV [héxis], facultad, hábito; es decir una
conducta cualificada de los hombres que se basa en la decisión propia.
3.3.2. La Virtud ajreth] en la lengua hebrea.

La lengua Hebrea no tiene un término equivalente a la palabra griega ajrethv, Los
LXX traducen “t’hillah”, que se refiere a un hecho glorioso o a una gesta de Yahvé como
ajrethv, (Isaías 42, 8.12; 43, 21; 63,7). También, se traduce “hod”, vigor, majestad, con
ajrethv, (Hb 3,3) referida a Yahvé y referida a Josué, en Zacarias 6,13.
En general, podemos concluir que en el Antiguo Testamento se puede observar un
desarrollo del significado que va desde la comprensión histórica veterotestamentaría de los
hechos gloriosos de Yahvé hasta la concepción griega de la cualidad.


En el libro de los Macabeos se habla más frecuentemente de ajrethv,
2 M 6,31, la refiere a la muerte testimonial de Eleazar, se la llama memorial de su
ajrethv.

En
los libros de los Macabeos se designa frecuentemente como ―ajrethv,‖ la
fidelidad típica de los mártires ante sufrimientos y torturas.
83

En 2 Mc 15,17 se encuentra también el modo griego de entender la ― ajrethv,‖ como
valentía.

En el libro de la sabiduría se advierte su relación con los conceptos griegos: en 5, 13
se contrapone la virtud al vicio; en Sb 8,7 se mencionan las 4 virtudes cardinales
platónicas (Sabiduría, Valentía, Moderación y Justicia).
3.3.3. La Virtud [ajrethv] en el Nuevo Testamento.

En Primera de Pedro 2,9 se habla de ―ajrethv,‖ divina, refiriéndose a las proezas de
Dios, que el antiguo y nuevo pueblo deben publicar.

En Segunda de Pedro 1,3 ss., texto motivo del presente trabajo, junto a ajrethv, se
expresan otras cualidades que dejan traslucir significados que se acercan mucho al
pensamiento griego. ―Ajrethv,‖ se entiende en este texto como un don, que aunado a otras
condiciones de la identidad cristiana, lleva a la humanidad a participar de la naturaleza
divina, es decir, de la virtud Divina de la perfección. Significado que se profundizará en el
estudio de la cita, donde podremos observar que la ajrethv, es un dinamismo que da
identidad al cristiano, dentro de un sentido de fidelidad a Cristo, ante el sufrimiento y la
tortura que vive el creyente de la comunidad destinataria de la Carta, generando en él la
fortaleza necesaria para permanecer en la verdad, en el conocimiento pleno de Jesucristo,
frente a errores propugnados por ―falsos maestros‖.

Otro pasaje que habla de virtud humana es Flp 4,8. En este caso, el término
―ajrethv,‖ se halla como un eslabón dentro de la enumeración de un amplio ―catálogo de
virtudes”, que en principio representan la conducta buena y recta del cristiano. Este
significado de ―catálogo‖, reseñado en los diccionarios bíblicos,
será inquietud del
presente trabajo, y probaremos, que no se puede hablar de ―catalogo de virtudes”, ni de
―virtudes‖ propiamente sino de condiciones o ―actitudes‖ esenciales que dan identidad al
cristiano, y que se necesitan mutuamente, y entrelazados conducen al creyente a participar
de la naturaleza Divina de Jesucristo, y comunicar, por lo tanto su acción salvadora.
84

No se puede negar la conexión existente entre las maneras de entender la
“virtud” ―ajrethv,‖ en el Nuevo Testamento y su correspondiente significado griego.
Así Pablo en Rm 12, 9 habla de lo bueno y en Flp 4,8 de lo respetable, lo justo, lo
limpio, lo estimable, a través de ―virtudes‖, o méritos, a los que los cristianos deben
aspirar.
3.4.
EL CONOCIMIENTO gnw:siV.
3.4.1. El Conocer en el mundo griego.

En primer lugar designa la acción de advertir, conocer y reconocer por medio de los
sentidos, específicamente mediante el sentido de la vista, a una persona o a un estado de
cosas, que lleva a una relación inteligible de lo que ha sido conocido, es decir: lo conocido
es confiado al sujeto cognoscente. Al igual que el verbo, el sustantivo gnw:siV expresa,
ante todo, el acto de conocer.

Otra palabra muy usada es ginwvskw, que toma el sentido de distinguir cuando se
trata de un re-conocimiento de un objeto entre otros semejantes. ginwvskw igualmente
puede describir la familiaridad entre personas: reconocer a alguien como amigo, querer
amigablemente.

A través de la expresión délfica gnw:qi se expresa que al conocimiento de las
cosas se llega por la reflexión, la meditación y la investigación.

El conocimiento a través del ―ver” como ―vista del alma‖, como contemplación, a
través de una mente cognoscente, propio del conocimiento filosófico, se expresa con la
palabra ginwvskein. Puede tratarse así mismo, por lo anterior, de un conocimiento que
pertenece a la esfera religiosa.
85
3.4.2. El Conocer en el Antiguo Testamento.

Al igual que en la cultura Griega, el conocimiento implica la percepción de los
sentidos. Es por eso que, paralelamente a conocer, se encuentran los verbos oir y ver: Ex
16,6; Dt 33,9; 1Sam 14,38; Is 41,20 y es comprensible que la versión de los LXX, traduzca
del Hebreo en Jue 2, 7 – ra’ah como ver; en Is 26,11 hazah como ver, divisar, y de Neh
4,9 sama como oír, por ginwvskw.

En los LXX el grupo de palabras de ginwvskw se usa, en varias ocasiones, como
traducción de la raíz hebrea “yada” y cubre los significados de advertir, experimentar,
percibir o distinguir entre. El uso de “yada” en la literatura sapiencial veterotestamentaria
responde o trata de un conocimiento empírico y vital, adquirido a través de la
observación del mundo y de la vida recta ―delante de Dios‖ (Prov 2,6; Ecl 8,17). También
se usa la expresión como una habilidad para entender algo (1 Re 7,14), como
―interesarse por‖ y ―desentenderse de‖ – ―preocuparse‖ y ―no preocuparse por…‖ (Prov
27,23; Sal 1,6; 37(36, 18); Jer 8,7; Is 2,3).
Conocer también puede tomar el significado de descubrirse, así mismos, el hombre y la
mujer (Gn 4,1; 19,8) en su diferenciación sexual, o de cohabitar o relacionarse
sexualmente.
Cuando el conocimiento ―cara a cara‖ de las personas no subraya el aspecto sexual se
refiere esta palabra a la intima relación personal de familiaridad (Dt 34,10).
Cuando Dios conoce a un hombre (Jer 1,5) o a un pueblo (Am 3,2), lo escoge. Este conocer
que termina en una elección, es gratuito, amoroso y solícito, y ciertamente es un conocer
que espera una respuesta por parte del ser humano, y es aquí, donde aflora la peculiaridad
de concepto veterotestamentario de conocimiento, donde se habla del conocimiento
humano de Dios, es decir, de un reconocimiento agradecido y obediente del hombre, o del
pueblo, a quien Dios ha escogido. Surge una relación personal entre el conocedor y el
conocido.
86

El conocimiento de Dios está siempre ligado a su acción reveladora en el Antiguo
Testamento, por ej. en 2 R 5,15 el sirio Naamán llega al conocimiento del Dios de Israel
después de sanar su lepra. En Eclo 36,4 se pide por la revelación de Dios a los pueblos
extranjeros, para que también ellos conozcan que no hay otro Dios más que Yahvé. Es de
notar que en el ser humano, la experiencia antecede al conocimiento de Dios.

El conocimiento de Dios también se puede dar a través del relato, que se
fundamenta en el testimonio del obrar de Dios y de sus signos en la historia del pueblo, así,
el pasado es hecho presente y actualizado continuamente (Ex 10,1 s; 18, 8-11; Ex 31,13; Ez
20, 12-20). Un Dios que se ha vuelto y se vuelve hacia el hombre actuando a través de la
gracia y el juicio. Conocerle, quiere decir entrar en la relación personal establecida por Él.
De esta familiaridad resulta para Israel la exigencia de obrar de un modo adecuado a la
acción de Dios. En Jr 22,15 ss. el conocimiento de Dios se interpreta como la práctica
del derecho y la justicia, el no conocimiento de Yahvé se exterioriza en un
comportamiento que desagrada a Dios (Os 4, 1s), En estos versículos del texto bíblico,
tras decir el profeta que no hay fidelidad ni lealtad a la alianza, se añade que también falla
el conocimiento de Dios (v. 1). Para Oseas el conocimiento de Dios también significa el
conocimiento de su acción salvífica en Israel (Os 13,4).

Lo característico del ―conocimiento‖ en el A.T. es que el conocimiento de Dios solo
es posible a través de la comunión con Él y bajo el presupuesto de la Fe. Dios no es objeto
de investigación por parte del ser humano. El conocimiento de Dios se caracteriza por el
hecho de que Dios actúa y solo es conocido en la medida en que el hombre se siente
llamado y amado por Él. Este conocimiento no es solo intelectual, implica la integralidad
humana que en una relacionalidad saber de un Dios único y el rechazo a la divinidad de
los ―dioses‖ paganos (Jdt 8,20). En este contexto, los judíos de la dispersión, en contacto
con el mundo griego, se ven llevados a desarrollar una argumentación de tipo filosófico
profundamente personal con el Dios Creador, conduzca a la salvación y realización de su
creatura en la historia concreta.
87
3.4.3. El Conocer en el Judaísmo helenístico.

Para el judaísmo helenístico el conocimiento de Dios significa, ante todo, el para
combatir la idolatría y propagar el conocimiento del Dios verdadero, para ello, como se
puede observar en Sab 13, 1-9, el autor afirma que el espectáculo de la naturaleza debería
conducir a la humanidad a reconocer la existencia y el poder del Creador.

En el Antiguo Testamento podría darse aparente contacto con el concepto gnóstico –
helenístico del conocimiento, en cuanto que, tanto aquí como allí el conocimiento de Dios
procede de la revelación, la diferencia es que el conocimiento gnóstico-helenístico no deja
lugar a la historia, mientras que en la Fe veterotestamentaria, el conocimiento depende
estrechamente de la revelación de Dios a su pueblo elegido en el espacio y en el tiempo.
Adicionalmente, el dualismo gnóstico es completamente contrario a la Fe bíblica. (ver
3.3.5)
3.4.4. El Conocer en el Nuevo Testamento.

El significado neotestamentario de conocimiento se deriva absolutamente del Antiguo
Testamento cuando designa una relación personal entre el conocedor y el conocido.

El concepto de conocimiento, en el Nuevo Testamento, se aplica en ocasiones a
reconocimiento. En Mt 17, 12, aludiendo a Juan Bautista, Jesús afirma que los escribas no
reconocieron – ejpevgnwsan a Elías. Este término también es usado por Pablo en Rm
1,28, (ejpignwvsei) refiriéndose a la necesidad de un conocimiento auténtico de Dios que
lleve a una obediencia viva de su Palabra para así, evitar el abandono al mismo Dios.
En Pablo, el conocimiento de Dios debe estar acompañado de su reconocimiento y del
respeto debido a Él. Al estar privado de éste, el conocimiento de Dios se reduce a un simple
acto mental, donde la sabiduría se puede convertir en necedad. Por lo anterior, en Col 1, 9
San Pablo ora por que se llegue ―al pleno conocimiento‖ de la voluntad Divina, ―con toda
88
sabiduría e inteligencia espiritual‖. En 1 Co 14,37 se invita a la ―casa de Israel‖ a
reconocer al Crucificado como el Cristo, para que Él sea reconocido.
El efecto del reconocimiento debe llevar al creyente a examinar con cuidado una
revelación, un hecho o unas acciones, con el propósito de enterarse de su verdadera
naturaleza y significado. El conocimiento en el sentido de reconocimiento es aplicado a
un comportamiento práctico del conocedor, apunta a su transformación (1 col 1,9 s.), que
se ajusta a lo conocido.
Existe otro uso, cuando el acto de conocer a Dios, significa la elección de Dios,

de su obrar amoroso, esto, genera en Dios una acción selectiva en favor del ser humano:
Ser conocido (ejgnwvstai) por Dios (2 Tm 2,19; 1 Co 13,12; Gal 4,9), ―Mas si uno ama a
Dios, ése es conocido por él‖ (1 Co 8,3). Este amor Divino conlleva el conocimiento más
profundo que Dios tiene de cada uno, y a su vez es el don que permite que el amado
conozca a la fuente de ese amor del cual es objeto. Este ser conocido por Dios, es aquí, el
compendio de la acción definitiva de Dios a favor de la humanidad.

En algunos pasajes se encuentra ginwvskein - ginoskein, en el sentido de un
conocimiento teológico-teórico, que no puede ser deducido o relacionado completamente
con el sentido veterotestamentario. Un ejemplo de esto son los textos de Mt 13, 11 y Lc
8,10, en donde se habla de un conocimiento que solo se otorga a los discípulos,
conocimiento que convierte a los discípulos en intérpretes autorizados de las parábolas. En
el mismo sentido vemos el significado de ejpivgnwsin tou: musthrivou tou: qeou:,
Cristou:, en Col 2,2 donde se alude a un conocimiento orientado hacia un misterio que
no es cognoscible por todo el mundo, sino que permanece reservado a los ―consagrados‖, a
quienes Dios ha dado a conocer sus misterios (Col 1,26).

En, 1 Co 8,1, Pablo recoge la palabra gnw:siV, de modo típicamente griego,
refiriéndose a un tipo de conocimiento más de ―información‖, relativo a la vida, al cosmos,
al orden histórico terreno que a un conocimiento sobre el verdadero Ser de Dios. Considera
89
este conocimiento sin valor. Pablo confronta este tipo de conocimiento con el amor: ―Pero
la ciencia hincha, el amor en cambio edifica‖. El gnóstico, en su gnw:siV, se interesará
exclusivamente por sí mismo, por la demostración de su propia libertad frente a las ataduras
cósmicas. En cambio, el amor se preocupa por la edificación de la iglesia, por la salvación
del otro en la comunidad de Jesucristo. El cristianismo rompe las barreras del
individualismo para pensar y vivir, para el otro y por el otro, contemplando en él a Cristo y
amando en él al propio Señor.
En los versículos 2 y 3 de 1Co 8, Pablo expone un significado de lo que para él es el
conocimiento: ―Si alguien cree conocer algo, aún no lo conoce como se debe. Mas si uno
ama a Dios, ése es conocido por él‖. Así, lleva la gnw:siV, no solo a un conocer sino a un
ser conocido por la divinidad. En 1 Co 13,12 el verdadero conocimiento trae consigo una
esperanza escatológica de un conocimiento perfecto en Dios:
―Ahora vemos en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara. Ahora
conozco de un modo parcial, pero entonces conoceré como soy conocido.‖
1 Co 13,12
Por lo anterior, Pablo rechaza aquel conocimiento que solo se queda a un nivel corpóreoterreno. Conocer a Cristo, es reconocerlo a Él como Señor (Flp 3,8), y este amor se
plenifica en el momento en que se es reconocido por él (1 Co 8,3).
A Cristo se le conoce no tanto a través de caminos teórico –dogmáticos sino bajo la forma
de la obediencia al Señor Jesucristo, en la liberación del pecado:
―Y conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus
padecimientos hecho semejante a él en la muerte, tratando de llegar a la
resurrección de entre los muertos‖
Flp 3,10-11
90
Pablo, en su polémica anti gnóstica, se mantiene dentro del contexto veterotestamentario de
conocimiento, completándolo y actualizándolo, a su vez, desde el punto de vista
cristológico.

En Juan 10,14 -15 se presenta el conocimiento como expresión de una intima
comunión entre Jesús y los suyos y entre el Padre y el Hijo. Coincide con Pablo en que el
pleno conocimiento debe llevar no solo a un conocer a Dios por parte del hombre, sino
también, a un ser reconocido por Él en el amor: ―Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas y las mías me conocen a mí‖ Jn 10,14.
En Juan 14,17, el verdadero conocimiento se expresa con la contraposición entre Dios y el
mundo, así, el conocimiento de Dios trae consigo el conocer a su enviado. Coincide ésta
afirmación con la redención y la vida eterna:
―El Espíritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le
conoce. Pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros.‖
Jn 14,17
Este conocimiento salvador se lleva a cabo a través de una ―llamada‖ reveladora de
―fuera‖, a través de la venida del Hijo de Dios, que ha proporcionado la capacidad para
conocer al verdadero Dios (1 Jn 5,20).
En Jn el que posibilita el conocimiento es Dios, y su Hijo es quien lo manifiesta a través de
su revelación:
―A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo Unigénito, que está en el seno del
Padre, él lo ha contado.‖
Jn 1,18.
Dios es cognoscible en su enviado, en el Hijo, que es único e inconfundible en el espacio y
en el tiempo: El Hijo es el lovgoV hecho carne (Jn 1,14; 1Jn 1, 1-4). El que ha conocido a
Jesús, conocerá también al Padre (Jn 14,7).
91
En Juan, el conocimiento adquiere forma a través de un comportamiento del ser humano,
construido en el ―CREER‖, como respuesta de amor a la revelación histórica del Padre: su
encarnación en la persona de su Hijo Jesús. El conocimiento se realiza en el amor:
―Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.‖
1Jn 4,8.
Al igual que el Hijo expresa su amor al Padre en la obediencia al mandato de Dios (Jn
14,31), el conocedor
de Dios, ha de manifestar su conocimiento a través de la
observancia de sus mandamientos (1Jn 2,3-5) y especialmente, en el amor a sus
hermanos (1Jn 4,7 s.), a través de una conducta que se aparta del pecado ( 1 Jn 3,6). Así
pues el conocimiento en Juan se refiere al conocimiento de la misión de Dios en la
misión del Hijo (Jn 17,8; 1 Jn 3,16) y a la obediencia a su predicación (1 Jn 4,6). Este
conocimiento es vida eterna:
“Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y al que
tú has enviado, Jesucristo.” Jn 17,3.
Esta misma secuencia, conocimiento – fe, aparece en 1Jn 4, 16.
Se puede concluir que Juan hace un permanente llamado al conocimiento y a la fe a través
del amor que Dios ha revelado en su plenitud, en la misión de su Hijo, un amor que
posibilita una nueva realidad para el hombre.

Otro concepto usado en el Nuevo Testamento es ejpivgnwsiV (1Ti 2,4; 2 Ti 2,25;
3,7; Tit 1,1) con un acento claramente teórico, cuasi-dogmatico que describiría el punto de
llegada al que un cristiano, un convertido a la fe debe llegar: El pleno conocimiento de la
verdad.

En Segunda de Pedro desde el versículo 2b se exhorta al creyente a alcanzar el
conocimiento perfecto del Señor. En toda la epístola Cristo se convierte en el objetivo del
conocimiento del cristiano (1, 2b; 1,3; 1, 5-7; 1, 8b; 2,20; 3,18).
92
3.4.5. El Conocer en el mundo helénico.

Además de los significados ya citados de ginwvskw y sus derivados, se presenta el
complejo concepto de gnw:siV, aplicado a una visión helénica del mundo, donde el
hombre, en este mundo, no es dueño de su destino sino que tiene que vivir un destino
inexorable al que está sujeto de un modo impotente, y la búsqueda de una salida o
liberación de esa situación la descubre entre otras cosas a través de la gnw:siV. Un
conocimiento que no surge de la penetración de las cosas a través de la razón sino de una
dimensión acósmica, de la esfera de una divinidad diametralmente opuesta al cosmos, a
través de una revelación gratuita hecha al hombre. Por lo tanto, el presupuesto fundamental
de la gnw:siV es un dualismo que separa rigurosamente a Dios del mundo. Los medios o
vías son diversos, p. ej. La magia, las especulaciones cuasi-filosóficas, el esoterismo etc.

La gnw:siV, es primariamente, antes de enlazarse con líneas de pensamiento
sincretistas que originaron muy diferentes sistemas y concepciones, el autoconocimiento
del ser humano, de su propia esencia, para comprender su existencia histórica terrena y de
ese modo emprender el retorno hacia la dimensión espiritual. Basado en esta concepción
esencial es que Clemente Alejandrino afirma que se trata de un ―conocimiento de lo que
somos y de lo que hemos sido; de dónde venimos y a donde vamos; hacia donde corremos y
de qué somos liberados, qué llevan consigo nuestro nacimiento y nuestro renacimiento‖. El
concepto de gnw:siV, en su esencia primaria, puede implicar un conocimiento
teológico, en la medida en que ello es útil y necesario para el autoconocimiento del ser
humano, de su razón de ser.

La respuesta del Gnóstico (nombre con el cual se reivindicaban algunas de las
corrientes de este pensamiento helénico) sobre sí mismo, lo lleva a un mito de ―historia
trágica‖, que habla del origen divino del alma, que, como consecuencia de una ―caída‖
anterior en la historia, ha sido desterrada en una materia antidivina, el ―cuerpo‖, donde es
aprisionada. Por lo anterior, el hombre no pertenece a este mundo; su patria se encuentra en
un mundo que existe más allá de las esferas del universo visible. Por esto, el ser humano se
93
obsesiona por un vago anhelo desesperanzado de escapar del mundo. La humanidad
totalmente sometida al cosmos, pierde toda posibilidad de redención.
El proceso de la ―redención‖ comienza cuando el vago anhelo desesperanzado, es
sustituido por una información completa sobre el Dios desconocido ultramundano y el
carácter originario del alma, iniciándose así, el retorno de ésta, a la patria divina, a su
salvación: una iluminación que toca al hombre como una ―llamada‖ desde el exterior, como
una ―revelación divina‖.
El retorno puede ser vivido anticipadamente en el éxtasis. Puede decirse: ―el que ha
alcanzado la gnosis, es bueno y religioso, es ya divino‖. La gnosis que es aparentemente un
camino hacia la salvación a través de la liberación de lo extraño y sobreañadido, es en
realidad, una tentativa de auto redención. El Gnóstico es una quvsei swv/zówevoV, un
salvado por naturaleza (Clemente Alejandrino).
La actitud vital de los gnósticos, que llaman gnosis, se expresa en un sentimiento de
superioridad para con todos los no-gnósticos. Característica que los lleva a sentirse los
únicos que conocen a Dios (Clemente Alejandrino 14), y se hacen dueños de una ética
negativa basada en que su yo no forma parte del cosmos, consiguientemente, no existe para
él motivo alguno de obedecer a exigencias supuestamente cósmicas. Por esto, el gnóstico
desdeña las reglas morales, que supone establecidas por poderes del cosmos para esclavizar
al hombre ó sencillamente como valoraciones
puramente humanas (Ireneo) y así se
muestra como una persona libre a todo tipo de ataduras que considera mundanas. 15

San Ireneo de Lyon en su Libro I (Contra los herejes), muestra preocupación por el
influjo negativo que traen las corrientes gnósticas sobre los cristianos ―sencillos‖, que
14
Clemente Alejandrino e Ireneo, mencionados en este párrafo, luchan contra el pensamiento de los
gnósticos.
15
Las afirmaciones de este párrafo no tienen relación alguna con el real pensamiento bíblico cristiano,
aunque en algún momento el pensamiento cristiano haya sido influido por elementos gnósticos.
94
pueden ser engañados por estos ―falsos discursos‖, que ejercen fascinación sobre los
ingenuos, por su aparente ―gnosis‖.
3.5.

LA TEMPLANZA, ejgkravteia: Dominio Propio
Este término deriva su sentido de la raíz krat- que denota poder o señorío. Así,
ejgkrathvV ―que tiene poder sobre todas las cosas y sobre su yo‖ y ejgkravteia, “dominio
sobre el‖ o ―sobre algo”. A este mismo grupo de palabras pertenece ejgkravteisai que
significa ―contenerse, dominarse‖. El antónimo de templanza es la palabra ajkrasiva –
ajkrathvV, libertino.

ejgkrathvV, para Sócrates es una virtud cardinal. Es un importante término en la
ética filosófica que mantiene la idea de una persona que libremente controla las cosas,
manteniendo la libertad al dominarse así mismo.

Este término es utilizado muy poco en la Biblia. En la LXX se encuentra como
―refrenarse‖ en Eclo 18, 30-33:
―No te dejes arrastrar por tus pasiones,
refrena tus deseos.
Si quieres satisfacer todos tus caprichos,
serás el hazmerreír de tus enemigos.
No te aficiones a la buena vida,
ni te dejes atrapar en sus redes.
No te arruines festejando con dinero prestado,
cuando tienes la bolsa vacía.‖
Eclo 18, 30-33

No figura en los evangelios.
 Pablo la usa en 1 Co 9, 25, para el ―dominio propio‖ de un atleta, con el propósito
de ejemplificar la lucha que tiene que realizar el hombre por la salvación:
¿No sabéis que en las carreras del estadio todos corren, mas uno solo recibe el
premio? ¡Corred de manera que lo consigáis! Los atletas se privan de todo; y
eso ¡por una corona corruptible!; nosotros, en cambio, por una incorruptible.
1 Co 9, 24-25
95
Más cerca del uso helenístico está en 1 Cor 7,9, donde significa el ―dominio propio‖ en el
campo sexual:
―No obstante, digo a los solteros y a las viudas: Bien les está quedarse como
yo. Pero si no pueden contenerse, que se casen; mejor es casarse que
abrasarse‖.
1 Co 7.9

Hoy la iglesia, en el Catecismo de la Iglesia Católica, define la templanza como la
virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los
bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos
en los límites de la honestidad. La persona moderada no se deja arrastrar ―para seguir la
pasión de su corazón‖ Eclo 5,2; Eclo 37, 27-31
―No te dejes arrastrar por el impulso
que te lleva a seguir las pasiones de tu corazón.‖
Eclo 5,2
La templanza
“Hijo, a lo largo de tu vida ponte a prueba,
mira lo que te hace daño y no te lo permitas.
Pues no a todos les conviene todo,
y no a todo el mundo le gusta lo mismo.
No seas insaciable con los placeres,
ni te abalances sobre la comida
porque el exceso de comida produce enfermedad,
y la glotonería acaba en cólicos.
Muchos han muerto por intemperancia,
pero el que se cuida prolonga su vida.‖
Eclo 37, 27-31

Otro nombre que recibe la templanza en el Nuevo Testamento es ―moderación‖ o
―sobriedad‖ (Tt 2, 12):
―que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones mundanas,
vivamos con sensatez, justicia y piedad en el tiempo presente,‖
Tt 2,12
96

En la Segunda de Pedro la templanza hace parte de las ―actitudes‖ del cristiano,
descritos en los versículos 5-7, con el significado de autodominio, haciendo de la
―templanza‖ algo esencial para enfrentar la ―corrupción que hay en el mundo por la
concupiscencia‖ (2 P, 1,4b).
3.6.
LA PACIENCIA uJpomonh.
Los términos pertenecientes a este grupo se refieren a la capacidad que tiene una persona
de soportar las contrariedades de la vida, tanto si se limita a sufrirlas pasivamente como
a afrontarlas valientemente y de un modo más activo.
En los textos bíblicos se usan dos palabras fundamentalmente para expresar esta virtud:

makroqumiva: paciencia, longanimidad; makroquvmwV: paciente, indulgente;
makroqumevw: ser paciente, tener paciencia.

uJpomevnw: ser paciente, perseverar; uJpomonh,: aguante, entereza, paciencia
3.6.1. La Paciencia en el mundo griego.

makroqumiva aparece en el griego en forma tardía y es un vocablo poco frecuente.
Designa la virtud humana del control duradero del qumovV, de la ira, de la excitación. En
sentido positivo expresa un aguardar mesuradamente pausado, con constancia. Es
importante consignar que en el ámbito griego, la makroqumiva era esencialmente una
virtud característica del ser humano, centrada en él mismo, no una virtud relacionada
primariamente con el prójimo.

makroqumiva también se usaba para designar el asentimiento resignado ante una
situación que ofrece pocas perspectivas de cambio. Al principio esta palabra significaba
―resignación‖ o ―aceptación forzada‖, después, asume matices tales como ―aceptación
desesperada‖, ―demora‖ y ―acción de soportar‖
97

El verbo uJpomevnw aparece a partir de Homero y quiere decir rezagarse, quedarse, y
no retirarse, perseverar, mantenerse firme y finalmente esperar y aguardar. Se utiliza
sobretodo en contextos bélicos.

A partir de Platón se empieza a usar uJpomonh en el sentido de entereza, de
aguante, de una constancia firme y aguerrida. Es una de las más nobles virtudes del ser
humano y tiene gran importancia en los sistemas éticos de Platón y Aristóteles.

Para los griegos el hombre libre es el que sabe sobrellevar las cargas, las
dificultades y peligros de la existencia, sin necesidad de esperar ninguna recompensa
material o moral sino únicamente por su propio honor. Podríamos decir que los dos
vocablos (uJpomevnw; uJpomonh) designan la puesta a prueba de la virtud.
3.6.2. La Paciencia en el Antiguo Testamento.

El concepto de makroqumiva y makroquvmwV:, del griego profano, se utiliza en
la literatura sapiencial de la versión de los LXX, designando un atributo de Yahvé. Esta
construcción antropomórfica expresa la actitud: ―tardo para la ira‖, paciente (Nm 14, 18;
Sal 86, 15; 103, 8; Jl 2,13; Nah 1,3), de aquí, que a esta palabra se le ha contextualizado
dentro de un significado de ira contenida, consecuencia de la grandeza y constancia en la
promesa por parte de Dios, ante las constantes infidelidades de su pueblo. Como ejemplo,
podemos observar el texto de Ex 34, 6, donde Israel habla reiteradamente de la paciencia
de Dios y apela a ella en medio de su culpa (Sab 15, 1ss), sabe que puede confiar en la
paciencia divina que está dispuesta a perdonar a su pueblo:
―Moisés invocó el nombre de Yahvé. Yahvé pasó por delante de él y Moisés
exclamó: «Yahvé, Yahvé, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico
en amor y fidelidad‖
Ex 34,6
―Pero tú, Dios nuestro, eres bueno y fiel,
eres paciente y todo lo gobiernas con misericordia.
Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder;
pero no pecaremos, porque sabemos que te pertenecemos.‖
Sab 15, 1-2
98
Así mismo Israel conoce la tensión que existe entre la ira de Dios y la gracia; donde si se
abusa de la paciencia de Dios se puede provocar su ira (Sal 7,12).

La paciencia de Dios debe ser virtud imitada por la humanidad, así esto no sea
fácil y se haga necesario, para lograrlo, ofrendar el momento de la prueba, al Señor
(Jr 15,15; Jon 4,2):
―Tú lo sabes, Yahvé:
acuérdate de mí, visítame
y véngame de mis perseguidores.
No por alargar tu ira sea yo arrebatado.
Sábelo: por ti he soportado el oprobio.‖
Jer 15, 15
Sin embargo, se insiste en el Antiguo Testamento, que la paciencia debe ser una virtud que
debe poseer el sabio y por esto, la literatura sapiencial se esfuerza por destacarla frente a
otras virtudes humanas ( Pr 19,1; Eclo 29, 1ss; Pr 14,29; 16,32; 25,15):
―El hombre sensato domina su ira
y tiene a gala pasar por alto la ofensa.‖
Pr 19,1
―Más vale hombre paciente que valiente,
mejor dominarse que conquistar ciudades.”
Pr 16,32
Adicionalmente, cuando los rabinos hablaban
de makroqumiva la defendían contra
aquellos que la reducían a la simple tolerancia y por esto consideraban que el fin de la
longanimidad divina era el encaminar al hombre hacia su conversión y perfeccionamiento.

El verbo uJpomevnw aparece con el significado de aguardar, esperar y se utiliza para
términos hebreos análogos que significan: esperar, aguardar, esperar pacientemente. Esta
espera personal se fundamenta especialmente en la alianza, pues Israel, en cuanto pueblo de
Dios, es invitado reiteradas veces, a una espera confiada porque el Dios de Israel reina
sobre las naciones (Jer 14, 8; 17,13; Sal 52,11; 129,4ss):
99
―Te alabaré eternamente
por todo lo que has hecho;
esperaré en ti, porque eres bueno
con todos los que te aman.‖
Sal 52,11
Lo que anhela el pueblo de Israel es el cumplimiento de la promesa de la alianza, luego la
espera no es solo una actitud de resignación, sino más bien un tenso y esperanzador
apoyarse en Dios, quien es el objetivo de esta ―espera‖ dinámica:
―mientras que a los que esperan en Yahvé
él les renovará el vigor,
subirán con alas como de águilas,
correrán sin fatigarse
y andarán sin cansarse.‖
Is 40,31
Por lo tanto, uJpomevnw designa de modo genérico la actitud de aquel que vive con la
mirada fija en lo escatológico, en la meta y fin donde Dios reinará sobre las naciones ( Hab
2,3; Sof 3,8; Dn 12,12):
―Porque tiene su fecha la visión,
aspira a la meta y no defrauda;
si se atrasa, espérala,
pues vendrá ciertamente, sin retraso.‖
Hab 2,3

Job y algunos autores bíblicos tardíos emplean el vocablo uJpomevnw con el sentido
―griego‖ de mantenerse firme, perseverar en la tribulación (Job 6,11; Eclo 22,18):
“¿Me quedan fuerzas para aguantar?,
¿tengo una meta a la que aspirar?‖
Job 6,11
Esta línea es continuada por la literatura del judaísmo tardío y es recogida por Pablo en el
Nuevo Testamento.
100
3.6.3. La Paciencia en el Nuevo Testamento.

En el N.T. la longanimidad es una cualidad de Dios y de la persona que está unida a
Jesucristo. Como sustantivo es utilizado en las cartas de Hb 6, 9-15; St 5, 7-11 y en 2 P 3,4
ss, el término se trata de forma frecuente. La conexión entre la paciencia divina y la
humana es expuesta programáticamente en la totalidad del Nuevo Testamento. Este
grupo de palabras se encuentra ausente de los escritos joaneos, y es muy significativo y
frecuente su uso en las epístolas paulinas.

En Romanos 2, 4 Pablo nos recuerda que la paciencia de Dios nos conduce a la
metavnoia, es decir, a un cambio de vida que conduce a la liberación del pecado y a la
obediencia a Dios. Lo mismo que en el Antiguo Testamento la ira de Dios, perfectamente
justificada, se sitúa en el trasfondo, porque su paciencia va acompañada de su bondad.
Se asume la paciencia y la longanimidad, dentro de un marco de acción pedagógica
encaminada a la perfección.
―O ¿desprecias, tal vez, sus riquezas de bondad, de paciencia y de
tolerancia, sin reconocer que esa bondad de Dios te impulsa a la
conversión? Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando
contra ti ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios‖
Rm 2, 4-5
Reforzando la tesis anterior, se encuentra el texto de Rm 9,22, donde
Pablo dice
claramente que Dios soporta con mucha paciencia a los hombres que se han hecho
merecedores de su ira para manifestar su poder y su misericordia a sus elegidos (cf. 1 P
3,20).

En la parábola de Mt 18, 23 (Parábola del Siervo sin entrañas) queda expuesta la
interdependencia entre la paciencia de Dios y la del hombre: Si Dios, con su paciencia,
ofrece la oportunidad de emprender una nueva vida, esta vida se acredita así misma
mediante el ejercicio del perdón. Así el vocablo makroqumiva no designa la virtud
101
considerada como una actitud centrada en sí misma, de acuerdo con el ideal
humanístico griego, sino como una acción que se abre al prójimo y sale a su
encuentro, luego la paciencia se vuelve el más significativo dinamismo que conduce al
amor (1 Co 13,4):
―La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es
jactanciosa, no se engríe‖
1 Co 13,4

Para Pablo la paciencia cotidiana revelará el verdadero compromiso del amor.

En 1 Ti 1, 16 la paciencia referida a Cristo, de la cual se hace referencia en la 2 P
3,15, tiene un carácter revelador y es un testimonio vivido por Pablo quien, como el autor
de la Segunda de Pedro, muestra la paciencia de Dios como signo y manifestación de su
misericordia:
―Y si encontré misericordia fue para que en mí, el primero, manifestase
Jesucristo toda su paciencia y sirviera de ejemplo a los que habían de creer
en él para obtener vida eterna.‖
1Ti 1, 16
“La paciencia de nuestro Señor juzgadla como salvación, como os lo
escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le
fue otorgada.‖
2P 3,15
En ésta última cita, 2 P 3,15, hay una comunión de Iglesia, entre Pablo y el autor de la carta
de la 2 P, quienes ven y proclaman la Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo como
salvación.

Pablo al subrayar el peso de la carga que traía consigo, utiliza en Rm 5,3 la palabra
uJpomonh. En este texto se presenta un clímax en la secuencia de virtudes: ―tribulación,
paciencia, virtud probada, esperanza‖ (Cf. St 1,2ss), donde a través de éstas se perfila la
vida de aquel que ha sido justificado por la fe, pues Pablo habla aquí de la fe y de la
102
esperanza, y adicionalmente, relaciona el significado de la ―paciencia‖ con la tribulación,
como ―fortaleza en el sufrimiento‖.
―Más aún; nos gloriamos hasta en las tribulaciones, sabiendo que la
tribulación engendra la paciencia; la paciencia, virtud probada; la virtud
probada, esperanza, y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.‖
Rm 5, 3-4
Pablo afirma en este texto que
debemos estar orgullosos de las dificultades, de las
tribulaciones. Son situaciones con las cuales los apóstoles y las comunidades tienen que
tropezar y soportar con paciencia, firmeza y fortaleza para alcanzar la soberana meta de la
esperanza, encaminada y dinamizada hacia aquello que Marcos llama ―los dolores de parto
de la época final‖, donde se vivirá la justicia y la humanidad será salvada (Rm 5, 9-10).
Así pues, para Pablo uJpomonh tiene una importante función correctiva, donde el
creyente, en el sufrimiento de Cristo, tiene consuelo y éste a su vez, despierta la
paciencia (2 Co 1,6; Rm 15,4).

En 2 Co 12,12 Pablo se ve obligado a reivindicar su autoridad apostólica, donde él
puede sentirse orgulloso de las señales y los prodigios, pero lo más importante no era esto,
sino la firmeza del apóstol ante las dificultades y las pruebas. De esta manera se acredita
en en uJpomonh con la entereza, la fortaleza de su actitud:
―Las características del apóstol se vieron cumplidas entre vosotros:
paciencia perfecta en los sufrimientos, signos, prodigios y milagros.‖
2 Co 12,12

Para Pablo la paciencia es un medio para asegurar la fidelidad y llegar al pleno
gozo de la felicidad en Cristo. Por lo cual dice que la paciencia sin esperanza sería tan
vana como la muerte de Cristo sin Resurrección; la fuerza y soporte de toda
perseverancia es la esperanza (Rm 12,12).

En Pablo la paciencia es soporte para el logro de las virtudes y de los tiempos
escatológicos. Por esto, en 1 Ts 1,3 la paciencia se encuentra subordinada a la esperanza, y
103
en 2 Ts 1, 4 se subordina a la fe. En Hb 10, 36 el objetivo de la uJpomonh es la espera del
cumplimiento de la promesa, es la capacidad de sobrellevar todas las cargas y
amenazas que inevitablemente lleva consigo la existencia en el mundo visible.
―Tenéis necesidad de paciencia para cumplir la voluntad de Dios y
conseguir así lo prometido‖
Heb 10,36
El que quiere alcanzar la victoria debe estar dispuesto a asumir las dificultades, y por
consiguiente, actualizar ésta virtud en cada momento. La auténtica amenaza de la fe es la
impaciencia, la pérdida de la esperanza.

Finalmente tanto la makroqumiva como uJpomonh describen como fin último a
una humanidad que aguarda sin vacilar al fallo de Dios en el Juicio final.
En la Segunda de Pedro los tiempos escatológicos otorgan a la makroqumiva su auténtica
tensión y realidad. En estos días no reinará la ira de Dios sino se manifestará su paciencia y
magnanimidad (2 P 3,15).
―kai; th;n tou: kurivou hJmw:n makroqumivan swthrivan hJgei:sqe‖
2 P 3,15 a.

Así mismo, uJpomonh, en la Segunda de Pedro, hace parte de las ―actitudes‖ del
creyente descritos en los versículos del 5-7 y corresponde a la fortaleza perseverante que
éste debe demostrar ante las dificultades, pruebas y persecuciones, que se le presentan. Esta
fortaleza en el sufrimiento se vive en la esperanza de la salvación y del retorno glorioso de
Jesús.

Mientras que en las listas de las virtudes (1 Ti 6,11; 2 Ti 3,10; Tt 2,12), la palabra
uJpomonh aparece sin una determinación precisa, en el Apocalipsis el sentido de esta
espera se centra totalmente en la venida de Cristo. En ella se sienten firmes el vidente (1,9)
y la comunidad (2,2; 2,19; 3,10). El que espera con confianza será sustraído de las
104
tribulaciones de los últimos días (3,10); así, la ―paciencia de los santos‖ se orienta hacia
estos sufrimientos finales sabiendo que después de ellos vendrá el Mesías (13,10; 14,22).

En la Segunda de Pedro 1,6, no aparece la paciencia dentro de una lista de virtudes,
como lo demostramos en el presente trabajo, sino como parte de un compendio de
requisitos, de actitudes, de ―actitudes‖ que debe vivir el seguidor de Cristo, para clarificar
su verdadera identidad. ―La paciencia adquiere una inmensa riqueza, que se contiene y se
sustenta, no solamente del Amor y de la Fe, sino que, adicionalmente, se alimenta de
―virtud”, de
―templanza”, de ―piedad” y ―dominio de sí mismo”, condiciones que
conducen al creyente al conocimiento pleno de Jesucristo (2 P 1,8)‖ 16.
3.7.
LA PIEDAD eujlavbeia.
3.7.1. La Piedad en el mundo griego.
El vocablo eujlavbeia se utiliza en el griego profano a partir de los siglos III / IV a. C. y
significa originariamente la prudencia, el recato, la escrupulosidad. En el griego moderno
la piedad se relaciona con el
comportamiento religioso. Orígenes la llama kata
sebasmou eujlavbeia el “temor respetuoso”.

La raíz seb—significa originariamente retroceder ante alguien o algo, poner
distancia en un sentido espacial. En sentido figurado refleja una actitud recelosa que va
desde el avergonzarse hasta un sentimiento de temor, pasando por el asombro. Esta actitud
es ocasionada por algo excelso, sublime o por el riesgo de un comportamiento indebido
en su presencia.

Los vocablos derivados de la raíz seb- son frecuentes en griego, ya que a través de
ellos se expresa de un modo característico la piedad y la religiosidad del griego. Estos
significados se basan en el hecho en que la majestad existente en ciertos dioses, hombres y
16
JIMENEZ, de Zitzmann María Lucía., Apuntes de clase. 2008.
105
cosas suscita en general temor sagrado, admiración y asombro. La eujlavbeia – piedad –
temor de Dios, es una de las virtudes que distinguen al hombre honrado y acepto a los
dioses.

La forma negativa avsevbeia tiene igualmente un contenido ético y religioso.
Significa la falta de respeto a los dioses, el no expresar debidamente el culto a ellos. Con
este vocablo fueron denominados los cristianos porque no veneraban a los antiguos dioses
griegos, pero en este caso, no se utilizó adecuadamente el vocablo, porque el término
avsevbhvV solo se aplicaba al hombre que no tiene religiosidad alguna, ni se rige por ninguna
moral.
3.7.2. La Piedad en el Antiguo Testamento.

En la versión de los LXX es frecuente el verbo eujlabevomai con el significado de
guardarse, precaverse, aparece claramente en Dt 2,4; Eclo 18,27; 26,5.
―El sabio es precavido en todo,
y en la ocasión de pecado, se anda con cuidado.‖
Eclo 18,27

También aparece con mucha frecuencia el significado de temer pero con una
connotación de temor reverente, respetuoso: Ex 3,6; 1 S 18 15.29.
―Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el
Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios”.
Ex 3,6

eujlabevomai figura en ocasiones sustituyendo al hebreo ―hasah‖, en estos casos
se traduce por confiar, honrar respetar (Ne 1,7;So 3,12); con esta forma se aproxima al
concepto de piedad griego.
106

El adjetivo eujlabhvV – piadoso se encuentra en Eclo 11,17:
―El don del Señor permanece con los piadosos,
y su benevolencia les guiará siempre por buen camino‖.
Eclo 11,17
El sustantivo eujlavbeia se encuentra en Pr 28,14, con el significado de un temor
cuidadoso y conveniente:
―Dichoso el hombre que teme siempre,
el que se obstina caerá en desgracia.‖
Pr 28,14

En un primer momento, la palabra piedad (hesed) designa la relación que une
a los parientes (Gn 47,29), amigos (1 S 20,8), aliados (Gn 21,23); es una adhesión que
implica una ayuda mutua eficaz y fiel.

En la pareja hesed / émet, piedad/fidelidad (Gn 24,49; Pr 20,28;Sal 25,10), los dos
términos se compenetran, donde el segundo término es una actitud del alma sin la cual no
sería perfecta la bondad designada por el primero, que perfecciona la virtud designada por
el primer término.
Este lazo humano tan fuerte, que es el hesed, va a permitir comprender la unión que
establece Dios con la alianza, entre él y su pueblo. A la piedad de Dios, es decir, a su amor
misericordioso por su pueblo (Ex 34,6; Jr 31,3; Is 54,10), debe responder la piedad de
Israel, una adhesión filial que se traduce en obediencia y culto amante (Dt 10,12s). a Dios
mismo, de este amor practicado para con Dios debe fluir un amor fraterno entre los
hombres a imitación de la bondad de Dios y en obediencia de su solicitud por los pobres.

En Miqueas 7,2 vemos que la piedad queda comprometida cuando son oprimidos
los pobres y se viola la justicia.

Para Oseas la piedad no está en los ritos, sino en el amor que los anima (Os 6,6),
inseparable de la Justicia (Os 12,7) y de la fidelidad a la ley (Os 2,21; 4,1s).
107

En los salmos el culto del hombre piadoso se expresa en una alabanza amante,
confiada y gozosa (Sal 31,24; 149), que magnifica la piedad de Dios (Sal 103)

Dios otorga sabiduría (Eclo 43,33) a los hombres piadosos que no separan
culto y amor, caridad fraterna (Eclo 35, 1-10).
3.7.3. La Piedad en el Nuevo Testamento.

La historia del vocablo eujlavbeia en el Nuevo Testamento se utilizó en primera
instancia para designar la piedad no cristiana (Hch 17,23; 2 Ts 2,4) y fueron las cartas
pastorales (1Tm 2,2; 4,8;6,6) y la Segunda Carta de Pedro, las que le dieron más tarde
un contenido cristiano.
“Por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que
podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y
dignidad.”
1 Tm 2,2

culto
En el NT este grupo de vocablos aparece como
sevbomai kai – venerar - dar
en Mc 7,7, sevbavzomai aparece en Rm 1, 25, en donde se designa la veneración
religiosa.
―En vano me rinden culto, ya que enseñan doctrinas que son
preceptos de hombres.‖
Mc 7,7

En Lucas 2,25 Simeón es descrito como divkaiovV kai eujlabhvV, – justo y
temeroso de Dios. En Hechos 2,5 los testigos del acontecimiento de Pentecostés, que son
judíos de la diáspora, son llamados a[ndrevV eujlabeiV - hombres piadosos, así mismo
en Hch 8, 2 a los hombres que daban sepultura a Esteban. En Hch 22,12, se le llama a
Ananías, el hombre enviado por el Señor a Saulo, ajnh;r eujlabh;V kata; to;n novmon –
hombre piadoso según la ley, lo cual equivale a decir que la piedad judía se manifiesta
en el cumplimiento de la ley.
108

En Hb 5,7 se encuentra el vocablo eujlavbeiaV refiriéndose a un Jesús que fue
escuchado por el Padre Eterno por su actitud reverente.
―El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y
súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la
muerte, fue escuchado por su actitud reverente”
Hb 5,7

En Hebreos 11,7 se utiliza la palabra eujlabhqeivV para designar la actitud creyente
de Noé al construir el arca: Por la fe… con religioso temor construyó un arca para salvar a
su familia…

Cristo es escuchado por Dios a causa de su piedad (Hb 5,7), por eso, el ministerio de
Cristo se llama ―el ministerio de la piedad‖ (1 Tm, 3,16), en Él la piedad de Dios realiza su
designio de salvación; en Él tiene la piedad del cristiano su fuente y su modelo.

En Lc 2,25 se refiere al judío Simeón como hombre justo y piadoso. Dios
consideraba ya agradables a los hombres que participaban de la piedad judía en sus dos
elementos; el culto divino y la práctica de la justicia.

En 1 Tm 6, 3-10, la piedad se comprende como el asumir una vida cristiana con
todas sus exigencias. El texto afirma que atenerse a una doctrina que es conforme a la
piedad evita a la humanidad el involucrarse en disputas y contiendas o en el afán del
dinero que extravía de la fe. En estos versículos afirma San Pablo que la fe es un gran
negocio, con tal que la humanidad se contente con lo que tiene y evite la riqueza que lleva
a la codicia, y que se vuelve fuente de muchos males. Es bueno advertir, en este punto,
―que el problema del mal, tan complejo como amplio en la realidad, es advertido y tratado
en los textos bíblicos desde perspectivas diferentes y no es posible, ni adecuado, pedirle a
un solo texto que lo abarque todo‖17.
3
En la Segunda de Pedro la piedad se encuentra entre las virtudes fundamentales del
creyente (1, 5-7), como una piedad que afirma la relación filial con Dios y que le da la
fuerza al cristiano para soportar las dificultades del mundo, teniendo como modelo la
piedad de Cristo (1,3).
17
Ibid.
109
4. HERMENÉUTICA TEOLÓGICA DE LA SEGUNDA CARTA DE PEDRO 1, 5-7.
Es indispensable antes de construir esta parte del trabajo transcribir en griego el texto que
nos encontramos interpretando y añadirle los contextos inmediatamente anterior y posterior
que lo iluminan, así como también la traducción de dicho texto.
1
Sumew;n PevtroV dou:loV kai; ajpovstoloV =Ihsou: Cristou: toi:V
ijsovtimon hJmi:n lacou:sin pivstin ejn dikaiosuvnh/ tou: qeou: hJmw:n kai;
swth:roV =Ihsou: Cristou:,
2
cavriV uJmi:n kai; eijrhvnh plhqunqeivh ejn ejpignwvsei tou: qeou: kai;
=Ihsou: tou: kurivou hJmw:n.
3
+WV pavnta hJmi:n th:V qeivaV dunavmewV aujtou: ta; pro;V zwh;n kai;
eujsevbeian dedwrhmevnhV dia; th:V ejpignwvsewV tou: kalevsantoV hJma:V
ijdiva/ dovxh/ kai; ajreth:/,
4
di= w|n ta; tivmia kai; mevgista hJmi:n ejpaggevlmata dedwvrhtai, i{na dia;
touvtwn gevnhsqe qeivaV koinwnoi; fuvsewV ajpofugovnteV th:V ejn tw:/
kovsmw/ ejn ejpiqumiva/ fqora:V.
5
kai; aujto; tou:to de; spoudh;n pa:san pareisenevgkanteV
ejpicorhghvsate ejn th:/ pivstei uJmw:n th;n ajrethvn,
ejn de; th:/ ajreth:/ th;n gnw:sin,
6
ejn de; th:/ gnwvsei th;n ejgkravteian,
ejn de; th:/ ejgkrateiva/ th;n uJpomonhvn,
ejn de; th:/ uJpomonh:/ th;n eujsevbeian,
7
ejn de; th:/ eujsebeiva/ th;n filadelfivan,
ejn de; th:/ filadelfiva/ th;n ajgavphn.
8
tau:ta ga;r uJmi:n uJpavrconta kai; pleonavzonta oujk ajrgou;V oujde;
110
ajkavrpouV kaqivsthsin eijV th;n tou: kurivou hJmw:n =Ihsou: Cristou:
ejpivgnwsin`
1 Simeón Pedro, esclavo y apóstol de Jesucristo, a quienes en la justicia de nuestro
Dios y del Salvador Jesucristo resultan tener una fe tan preciosa como la nuestra.
2 A vosotros, gracia y que la paz se plenifique por el conocimiento de Dios y de Jesús
Señor nuestro.
3 Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad,
mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud,
4 por medio de las cuales nos han sido concedidas las más grandes y preciosas
promesas, para que por medio de ellas lleguéis a ser parte (comunión, comunidad) de
la naturaleza divina, huyendo de la ruina (que está) en el deseo (de lo que hay) en el
mundo.
5 Y por esto mismo, llevad con toda diligencia el ―enriquecer‖ en vuestra fe la virtud,
en la virtud el conocimiento,
6 en el conocimiento la templanza, en la templanza la paciencia, en la tenacidad la
piedad,
7 en la piedad la fraternidad, y en la fraternidad el amor.
8 Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo.
Como puede verse nos hemos apartado en algunos puntos de la traducción de la Biblia de
Jerusalén con el fin de precisar el contenido del texto y nos dispondremos a explicar sobre
todo el término: ejpicorhghvw
18
que ciertamente en su significación real no coinciden con
la traducción de la Biblia de Jerusalén y que a nuestro modo de ver su hermenéutica puede
darle sentido y significado al texto, de acuerdo a la intención, que creemos, quiso darle el
autor de la Carta a la perícopa que nos encontramos analizando.
18
Ver la hermenéutica de dicho término en las páginas 136 y 159.
111
Para comprender el alcance de la Segunda Carta de Pedro 1, 5-7 hace falta conocer y
analizar tanto el contexto que le precede como el posterior. En el contexto inmediatamente
anterior encontramos no solo la relacionalidad de los dos versículos con la acción
soteriológica de Jesucristo, sino además, la intención del autor quien busca fundamentar la
identidad del creyente y de la comunidad cristiana encaminada a ―participar en la esencia
divina‖ y en comunión con el dinamismo soteriológico de Cristo permitirle al creyente
entender y vivir la importancia y el alcance de su obrar. En el contexto posterior, se
encuentra la consecuencia de dicho dinamismo soteriológico vivido por el creyente, como
―conocimiento pleno de Nuestro Señor Jesucristo‖. Puesto que
aquel que posee la
identidad cristiana y encarna, en la cotidianidad de su obrar, las ―actitudes‖ señaladas en los
versículos 5-7, se convertirá en comunión con Cristo en agente soteriológico de sus
hermanos.
4.1.
CONTEXTO INMEDIATAMENTE ANTERIOR.
2 Pe 1, 1-4 Fórmula introductoria
La primera cita, motivo de análisis de la presente monografía, se encuentra ubicada después
de la fórmula introductoria de la carta, un encabezamiento que describe a los destinatarios
de ésta como aquellos a quienes ―resultan tener una fe tan preciosa como la nuestra‖; con
esta expresión parece afirmar el autor, que gracias a ―la justicia de nuestro Dios y del
Salvador Jesucristo‖, tenemos todos los cristianos la gracia de compartir la fe que Jesús
sembró en sus apóstoles y de la cual, Pedro es portavoz y testigo presencial.
La relación soteriológica, cuyo dinamismo se expresa a través de la preposición ―de‖:
―justicia de nuestro Dios y del Salvador Jesucristo‖ (2P 1, 1b) parece corresponder a la
acepción bíblica que revela la salvación como un don divino otorgado a la fe.19 En la
―justicia divina‖ Dios libera a los oprimidos. En el Antiguo Testamento se vislumbraba
19
DUFOUR, León, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica, 464.
112
que el hombre no podía conquistar el favor divino por su propia justicia y que por la fe
podía hacerse agradable a Yahvé; esta visión apoya la concepción de una ―justicia de Dios‖
como testimonio de misericordia y vía de acceso al misterio de la justificación. En diversos
himnos del salterio (Sal 65,6; 111,3; 145,7.17) Dios manifiesta su justicia con beneficios
gratuitos, a veces universales, que superan, en todos los sentidos, lo que el ser humano tiene
derecho a esperar. En Pablo, (1Ts 1,10) la justicia de Dios es gracia divina, de por sí
escatológica, pero anticipada realmente, desde ahora en la vida cristiana. Pablo afirma que
la justicia de Dios desciende del cielo (Rm 1,17; 3,21s; 10,3) y viene a transformar a la
humanidad; es un bien que pertenece por esencia a Dios y que se hace nuestro, sin dejar de
ser propiedad suya. Al mismo tiempo, sobre entiende Pablo, que esta comunicación de
Justicia se fundamenta en la Fidelidad de Dios a su Alianza, y en definitiva en su
Misericordia (Rm 3, 25s). La Justicia de Dios no puede reducirse al ejercicio de un
juicio, sino que ante todo es misericordiosa fidelidad a una voluntad de salvación.20
En el contexto en que fue escrita la carta se habla de fe, como un bien ―precioso‖ que nos
distingue y que nos dará ―gracia y paz abundante‖ que se plenifica ―por el conocimiento de
Dios y de Jesús Señor nuestro‖ (2 Pe 1,2). Se invoca la fórmula paulina de ―esclavo y
apóstol de Jesucristo‖ (Rm 1,1), como títulos intencionados con el propósito de demostrar,
la credibilidad de su fuente (como se analizó en el punto 1: contexto amplio de la carta 21) y
la obediencia y servicio a Jesucristo. Con esta afirmación y la manera como se expresa la
verdad cristiana en esta carta, podemos constatar que en ella se encuentran verdades
cristianas presentes en otros escritos del Nuevo Testamento.
Las palabras ―esclavos de Cristo‖ (Rm 1,1; Gal ,10; Flp 1,1), expresan el sentimiento de
humildad profunda ante el Maestro, un abajamiento propio y a su vez, un compromiso con
Él, para seguir la senda que abrió en su vida pública Jesús, su misión apostólica,
enviándolos a llevar el Evangelio, y a ser representación del Resucitado en la Iglesia.
20
21
Ibíd., 466.
Contexto amplio páginas 20-22
113
Jesucristo es declarado en la carta “Salvador”, término que es frecuente en las epístolas
pastorales, significando la esperanza que tienen los cristianos en Él, como aquel que en su
Persona y en su Obrar otorga al creyente ―la vida‖. Por lo cual, podemos deducir, que el
dinamismo soteriológico de Cristo es característico de esta carta.
Los escritos apostólicos recurren a un vocabulario variado para describir la obra salvadora
de Jesús22 en relación con la vida cristiana. En síntesis, podríamos decir, que una vez, se ha
propuesto el evangelio, por la palabra apostólica a la humanidad, ésta tiene que hacer una
elección que determinará su salvación o su muerte (2 Ts 2,10; 2 Co 2; 15). Los que creen y
confiesan su fe se salvan (Rm 10, 9s.13), siendo sellada esta fe por medio del bautismo,
fuente de adhesión a Jesucristo, y por lo tanto ―puerta‖ de entrada al camino de la
Salvación (1 Pe 3,21). Dios Salva a la humanidad por misericordia, por gracia (Ef, 5.8), no
necesariamente, por el merecimiento de sus obras (2 Tim 1,9; Tit 3,5). A partir de este
momento, el cristiano debe guardar con fidelidad la Palabra que puede salvarlo (St 2,14);
debe alimentar su fe con el conocimiento de las Escrituras (2 Tm 3,15) y hacerla fructificar
en buenas obras (St 2,14); debe trabajar con temor y temblor para ―realizar su salvación‖
(Flp 2,12). Revistiéndose de las ―actitudes‖ (1 Ts 5,8), gracias con las cuales crecerá para la
salvación (1 P 2,2). Reconocemos en dichas “actitudes” los dinamismos soteriológicos
de Cristo, presentes y actuantes en la comunidad.
El autor de la Segunda Carta de Pedro, en la fórmula introductoria, proyecta como Don
soteriológico máximo y punto de llegada, para los cristianos, el ser ―parte de la naturaleza
divina‖, (2 Pe 1,4) a través del conocimiento perfecto de Cristo y de el huir ―de la ruina
(que está) en el deseo (de lo que hay) en el mundo.‖ Esta inclinación y búsqueda de todo
aquello que se encuentra en lo inmediato, en lo material, en lo instintivo, la Biblia de
Jerusalén lo traduce como un huir de la ―concupiscencia‖. Esta palabra se entiende como
un deseo que se caracteriza como malo por razón de su objeto, que es causa de pecado 23.
Pablo, sigue ésta acepción judía del término, afirmando que la concupiscencia es la raíz de
22
23
DUFOUR, Léon, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica, 829.
H. HAAG y otros. Diccionario de la Biblia, 363.
114
todo pecado, es una manera propia de manifestarse el pecado que impera en el hombre (Rm
1, 24-32; Ga 5, 16-26), una inclinación al mal que produce apetencias, codicia, deseos
desordenados. Como forma de salida cristiana a lo anterior, en Ga 5, 16 - 26, Pablo
contrapone a la concupiscencia una serie de virtudes, afirmando que éstas son fruto del
Espíritu Santo y generan en el cristiano ―amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad,
fidelidad, modestia, dominio de sí‖. Me parece importante resaltar, que la palabra que
relaciona la concupiscencia narrada por Pablo y lo descrito en la Segunda de Pedro, es
―corrupción‖. En Pablo analizada desde la relación del hombre con Dios y en la 2 de
Pedro, como una situación que hace parte de la ruina del mundo y de la cual el creyente
tiene que ―huir‖24 luchando con toda diligencia para vivir las ―actitudes‖ propias de la
identidad del cristiano, propósito de esta monografía. La diferencia es que las nombradas en
la 2 Pe se encuentran como dinamismos de la comunidad que llevan a vivir la fe en la
plenitud del amor, y se revelan como medios eficaces para el ―conocimiento perfecto de
nuestro Señor Jesucristo‖. En general, se puede anotar que el autor de la carta se encuentra
impregnado del espíritu neotestamentario, como se dejó anotado en los párrafos anteriores,
conoce las cartas paulinas y se refiere constantemente a la autoridad apostólica.25
Es importante observar, que estos primeros cuatro versículos sirven de introducción a lo
que se describe en los versículos 5-7, motivo del presente trabajo, porque entreabren la
puerta al dinamismo de las ―actitudes‖ del creyente, como respuesta y dinamismo eficaz
para salir de la corrupción del mundo y proyectarse para alcanzar la naturaleza
divina, que no es otra cosa, que llegar a ser ―hijos de Dios‖, como lo afirma Pablo en Rm
8, 29, donde sintetiza ésta relación filial, como el reproducir la imagen de Cristo en
nuestras vidas, por designio del Padre eterno y de este modo, al recibir la condición de
hijos, ser sus herederos por voluntad de Dios (Gal 4,5-6).
24
“Huida” que aparece como campo semántico, significando la acción soteriológica de la comunidad que
vive este dinamismo gracias a su relacionalidad con Cristo como origen, causa y posibilitador (Ver Acción
Soteriológica No. 2.15 p. 44. - Análisis Sincrónico).
25
Ver nota 12 p 74
115
En armonía con el párrafo anterior, se puede afirmar que la acción salvífica de Cristo por
excelencia, descrita en la introducción de la carta, es hacer a la humanidad partícipe de la
naturaleza divina (ver 4.1), esta frase solo se encuentra en la 2 Pe 1:4. Su significado
teológico pleno, se puede advertir, al conocer las acciones salvíficas que encontramos en su
contexto anterior y en el contexto posterior de las ―actitudes‖ propósito de la monografía,
―que se presentan como
medios dinámicos de divinización del ser humano en la
cotidianidad de su existencia‖26. Así mismo, a través de éstas, el creyente adquiere la
fuerza necesaria, por virtud del dinamismo soteriológico de Jesucristo, fuente y dador de la
naturaleza divina, para convertirse en agente soteriológico de la comunidad, como lo
demostraremos más adelante.
Podemos concluir, a raíz de las reflexiones hasta ahora realizadas, que las acciones
salvíficas de Jesucristo descritas en estos primeros cuatro versículos, son soporte
fundamental para entender ―las actitudes‖ objeto de éste estudio. Por esto, se hace
necesario elaborar una introducción analítica de estas, con el fin de facilitar el enlace entre
la fórmula introductoria de la carta con ―las actitudes‖ presentes en los versículos
siguientes. La identificación de las acciones salvíficas, del contexto anterior, se realizó en
la primera parte de esta investigación, con la aplicación
del método: ―Teológico
Semántico‖ en su primera plataforma de ―Análisis Sincrónico‖, lo cual nos permitió ubicar
los términos que las significan y que se describen a continuación, de manera abreviada,
para generar un mejor entendimiento del dinamismo soteriológico de Cristo que ilumina a
las ―actitudes‖ vividas por el creyente como acciones soteriológicas de éste para con su
comunidad. Es importarte recordar que el autor encabeza esta carta diciendo: ―por la
justicia de nuestro Dios y salvador Jesucristo‖, de ahí en adelante, todas sus acciones
salvadoras se entretejen unas con otras para revelar su propia identidad y lo que a través de
ella se transmite a la comunidad creyente. Es así como: ―Conceder (Dios – Cristo) por su
Divino Poder cuanto se refiere a la Vida y a la Piedad, mediante el conocimiento perfecto
del que nos ha llamado por su propia Gloria y Virtud, por medio de las cuales, nos han
26
JIMÉNEZ, de Zitzmann. María Lucía. Apuntes de clase. 2008.
116
sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais
partícipes de la naturaleza Divina.‖
Como podemos ver estas múltiples acciones soteriológicas de Jesucristo preparan el terreno
para lo que se afirmará en los versículos 5-7. El autor añade, como introducción a lo que
viene: kai; aujto; tou:to de “y por esto mismo‖: en relación con la finalidad de lo que se
acaba de decir, propone el autor, la identidad que el creyente debe tener, a través de la
posesión de ―actitudes‖ que le permitan responder, en momentos de conflicto, con su
identidad de ―cristiano‖ portador de la esencia divina de su Salvador. Es imposible
desconocer el enlace entre estos dos contextos donde las acciones soteriológicas de
Jesucristo presentes en los versículos anteriores son las que permiten entender los
versículos 5-7 unidos a ellas indisolublemente.
Es tal vez, el no haber buscado el dinamismo soteriológico dentro del análisis, lo que
explica que los comentaristas, no hayan caído en cuenta de la profundidad significativa que
conlleva este texto del Nuevo Testamento.
Por la importancia del contexto anterior, hemos creído conveniente acercar al lector al
conocimiento de los campos semánticos más relevantes en la significación de las acciones
soteriológicas de Cristo, presentes en dicho contexto. Este acercamiento es muy breve ya
que el objetivo de la monografía se encuentra en los versículos 5-7. Sin embargo, este
tratamiento introductorio permite al lector conocer la importancia que el autor de la Carta le
da al contexto inmediatamente anterior gracias al cual podemos afirmar que lo soteriológico
vivido y testimoniado por la comunidad encuentra su origen y fundamento en las acciones
soteriológicas de Cristo Salvador.
A continuación, recordamos las acciones soteriológicas, del contexto anterior, descritas en
las páginas 36 a 44:
117
2.1: 2 P 1, 1: “Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de
nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la
nuestra.”
2.2: 2 P 1, 1: “Simeón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de
nuestro Dios y salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la
nuestra.”
2.3: 2 P 1, 2 “A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor.”
2.4: 2 P 1, 2:”A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro
Señor.”
2.5: 2 P 1, 2:”A vosotros, gracia y paz abundantes por el conocimiento de nuestro Señor.”
2.6: 2 P 1, 3: “Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud”
2.7: 2 P 1, 3: “Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.”
2.8: 2 P 1, 3: “Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.”
2.9: 2 P 1, 3: “Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la
piedad, mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y
virtud.”
2.10: 2 P 1,3b - 4a “del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais participes de la naturaleza divina.”
2.11: 2 P 1,3b - 4a “del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais participes de la naturaleza divina.”
118
2.12: 2 P 1,3b “del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud, por medio de las
cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os
hicierais participes de la naturaleza divina.”
2.13: 2 P 1, 4: “Por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.”
2.14: 2 P 1, 4: ““por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y
sublimes promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina,
huyendo de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.”
2.15: 2 P 1, 4: “por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes
promesas, para que por ellas os hicierais participes de la naturaleza divina, huyendo de la
corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia.”
Poder - duvnamiV
―Pues su divino poder nos ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad, mediante
el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia gloria y virtud‖
En esta acción, es importante recordar que el autor encabeza su carta diciendo: ―por la
justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo‖, de ahí en adelante todas sus acciones
salvadoras se entretejen unas con otras para revelar su propia identidad: ―Dios y Salvador‖,
y lo que a través de ella se transmite a la comunidad creyente. Es así como: conceder Dios
– Jesucristo, ―por su divino poder cuanto se refiere a la vida y a la piedad…‖ nos está
indicando que en esta acción soteriológica, el campo semántico ―poder‖ señala que la
salvación no se obra gracias al propósito o los méritos de la humanidad, sino que es obra y
gracia del poder de ―nuestro Dios y del Salvador Jesucristo”, quien nos ofrece su
misericordia. Este término explicita en la carta la relación de Cristo con ―las ―actitudes‖ ya
que Él es origen, causa y posibilitador de todos ellos, como se verifica en el análisis
sincrónico (A.S. No. 2.16- 2.23 p. 63-71).
119
El concepto neo-testamentario de Poder recibe su sello decisivo de ―Cristo‖, como Mesías,
quien siempre es relacionado con la ―fuerza de Dios‖ (Is 9:5; 1:2; Sal 110:2; Mi 5:5). El ser
entero de Cristo está peculiarmente determinado por el poder de Dios.
El nacimiento de Cristo es un acto del Poder especial y singular de Dios, y en esta carta
Cristo como Dios, en su ministerio, es el portador del poder especial del Espíritu Santo y
este don le confiere su autoridad. Es por esto, que el testimonio de los discípulos se basa en
la afirmación descrita en los Hechos de los Apóstoles: ―Dios a Jesús de Nazaret le ungió
con el Espíritu Santo y con poder‖ (Hch 10:38).
Sus obras poderosas evocan perplejidad y alabanza. Las señales del poder mesiánico en
Jesús se pueden realizar porque Dios está en él, él tiene el poder de Dios. Este poder de
Cristo encuentra una demostración particular en su Resurrección: ―constituido Hijo de Dios
con poder, según el Espíritu de santidad, por su resurrección de entre los muertos‖ (Rm
1,4).
Si Cristo es llamado poder de Dios en forma absoluta, es porque en Él, el poder de Dios
actúa victoriosamente en la historia y la lleva a su meta. Con este poder es colocado a la
derecha. En el Apocalipsis este poder es idéntico a la gloria (1,16). El pueblo de Cristo
aguarda su venida con poder, que dará consumación a su obra y establecerá el perfecto
gobierno de Dios con el sometimiento de toda otra fuerza (Flp 3,21). Y finalmente se hace
explicito en la Segunda Carta de Pedro, que por su poder, se nos concede la gracia de la
―vida‖ y la ―piedad‖.
Vida - zwhv
A través del conocimiento de Jesucristo, se nos concede la Vda. Condición, que se hace
visible en el en el análisis sincrónico, al observar la afinidad del campo semántico vida con
la expresión: ―mediante el conocimiento perfecto del que nos ha llamado por su propia
120
gloria y virtud‖ (2P 1,3), anticipándonos, a lo que posteriormente analizamos en el término
―conocimiento‖, donde se concluye, que en el texto bíblico, el conocimiento de Jesucristo
se desarrolla en un contexto de Vida, que lleva al creyente a tener un corazón nuevo, un
espíritu nuevo27.
En el Nuevo Testamento el acto futuro del despertar a una Vida Nueva se fundamenta en la
Resurrección de Cristo. El corazón del evangelio cristiano es el mensaje pascual que nos
anuncia que el Cristo que murió, ahora vive (Lc 24,9; Rm 6,10; 14,9; 2Co 13,4). Esta vida
es eterna (Ap 1,18), y la muerte queda así despojada de su poder. La fe en una zwhv futura,
descansa en el don que hace Dios, de una vida Nueva y Verdadera, mediante un acto
gratuito y generoso de Salvación (Rm 5,15; 1 Pe 3,7), sin el cual la humanidad estaría
perdida. Creer en Jesús es tener Vida (Jn 3, 15-16). Jesús ha traído a la luz la vida y la
inmortalidad (2 Tm 1,10). Él es el autor de la vida (Hch 3,15). La humanidad es salvada por
su vida (Rm 5,10). Él es la vida de la humanidad y a través de este don será glorificada
(Col 3,4). En Él está la vida (Rm 8, 2). Él es la Resurrección y la Vida (Jn11, 25), el
camino, la verdad y la vida (Jn14, 6), la vida verdadera y eterna que ya ha comenzado (1 Jn
5, 20). En este mismo sentido, en la 2 P, es Cristo quien nos concede todo lo que concierne
a la vida (2Pe, 3a), es a nuestro modo de ver, un adecuado contexto anterior al tema de las
―actitudes‖, que traen consigo un camino salvífico, para la vida. Como podemos apreciar,
el autor recoge apartes esenciales del mensaje neotestamentario, por él, bien conocido.
Ésta acción salvífica nos recuerda a la ―vida” referida por Pablo cuando en la carta a los
Gálatas afirma ―el que siembre para su carne, de la carne cosechará corrupción; el que
siembre para el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna‖ (Gal 6,8). Vida, que el ser
humano pierde por causa del pecado.
27
Numeral 4.3.3 páginas 140-144
121
Piedad - eujsevbeia -
Piedad y conocimiento son los siguientes campos semánticos que preceden la Intención
divina de hacer a la humanidad participe de su propia naturaleza, como se expresa en el
análisis sincrónico con la ―determinación‖: ―por medio de las cuales nos han sido
concedidas las preciosas y sublimes promesas, para que por ellas os hicierais partícipes de
la naturaleza divina‖ (2 P 1, 4ª). Texto que se proyecta en las ―actitudes‖ presentes en los
versículos 5-7, por esto, su análisis amplio se hará más adelante. Adelantando un primer
significado de piedad, con el propósito de favorecer el entendimiento de esta fórmula
introductoria, esta acción corresponde al estado de santidad y comunicación íntima con
Dios, que debe buscar el creyente y que se afirma en esta carta, cuando en su parte
doxológica cuestiona a la humanidad con el interrogante: ¿cómo conviene que seáis en
vuestra santa conducta y en la piedad, esperando y acelerando la venida del Día de Dios…?
(2, 3-11).
Es importante la conexión entre la piedad y el conocimiento. Sólo en la ―mística‖ a través
de la oración puede realizarse en el creyente, el verdadero conocimiento del querer divino
en la persona de Jesucristo. Esta carta le da una infinita importancia a la vida y a la piedad,
unidas indisolublemente al conocimiento del agente de la ―llamada‖ por su propia ―gloria y
virtud‖.
Conocimiento - ejpivgnwsiV
Como se expuso en el campo semántico de vida, en la Segunda de Pedro se invoca el
conocimiento de Cristo no como búsqueda simple de información sino como un
compromiso de comunión y amor que experimenta el creyente en su vida por medio de la
―piedad‖. El poder salvador de Cristo, como lo dice Pablo en la segunda carta a los
Corintios ―iluminarnos con el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de
122
Cristo.‖ (4,6b), y en la faz de Cristo veremos ejemplarizado al hombre orante y ―virtuoso‖.
Es el conocimiento de Jesucristo donde las ―actitudes‖ llegan a su plenitud28.
Llamado – llamar - kalevw - Gloría - dovxa - Virtud - ajrethv
En el versículo tres se encuentra implícito que Cristo es quien nos ha ―llamado por su
propia gloria y virtud‖ (1,3b). Los tres campos semánticos de esta acción soteriológica,
nos señalan con prodigalidad, que la acción salvadora no se origina teniendo como causa al
ser humano, es iniciativa de Dios a través de la ―Gloria‖ y ―Virtud‖ de su Hijo Jesús. Esta
correlación se hace evidente en el análisis sincrónico a través de la ―otra determinación‖:
―por medio de las cuales nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas, para
que por ellas os hicierais partícipes de la naturaleza divina‖ (2P 1, 4ª), que clarifica la
razón de ser de estos términos y la relación que tiene dentro del texto mismo. La vocación a
la Naturaleza Divina es el fin último del llamado que Dios ha hecho al hombre de todos
los tiempos, y que ha posibilitado y hecho realidad en la persona de Cristo Salvador.
Llamado al cual el creyente responde con la fe. Y como lo mostraremos más adelante, esa
Fe, dinamismo que conduce a la Naturaleza Divina, se ve testimoniada por medio de la
práctica de las ―actitudes‖ del creyente presentes en 2 P 5-7:
Llamar - kalevw
Con frecuencia leemos en las Sagradas Escrituras que es Dios o Cristo quien llama. Jesús
llama a sus discípulos (Mt 4,21). Llama a los pecadores al arrepentimiento (Mt 9,13). Dios
nos llama a él mismo, a la salvación (Rm 8,30). Ha llamado al linaje de Abrahán (Rm 9,7).
Ha llamado tanto a judíos como a gentiles (Rm 9,24). Ha llamado a los cristianos a la
comunión con su Hijo (1Co 1,9). Nos ha llamado a la paz (1 Co 7,15), a la libertad (Ga
5,13), a su Reino y a su Gloria (1Ts 2,12), a la Vida Eterna (1 Tm 6,12), a la luz (1 P 2,9).
28
Ibid
123
La llamada que Dios hace a Abrahán es el ―tipo‖ de llamada que se hace a los cristianos,
quienes pueden ser descritos sencillamente como ―los llamados‖ (Hb 9,15), y que en cuanto
tales, están invitados al ―banquete de las bodas del cordero‖ (Ap 19,9). Tras éste término
se encuentra la obra completa de Dios, por medio de Cristo, en ―Juicio‖ y en ―Gracia‖.
Esta obra tiene lugar en el propio llamamiento de Jesús o a través del Evangelio (2Ts 2,14).
En el caso de la 2P es un llamado que viene del mismo Jesús, quien es el mismo ―Dios‖ (2
P 1,1).
La llamada supone un profundo dinamismo tanto del agente de la llamada, como del
beneficiario si responde a ella. La llamada invita a un encuentro, encuentro en la fe y en el
amor. Amor y fe que solo pueden vivirse a través del testimonio, es decir en la praxis que
revela la gracia recibida y la transformación personal que conducirá, indudablemente, a la
transformación y conversión de la comunidad. Todo esto merece un mayor análisis pero lo
que decimos es suficiente para comprender, que si la comunidad se encuentra beneficiada
por la acción salvadora de Cristo, presente en el contexto anterior y recibe como dones los
cimientos del ―seguimiento‖ de Cristo: la fe en Él y el amor a Dios y al prójimo dinamizan
y entrelazan entre sí: la Virtud, la Templanza, la Paciencia, la Piedad, conduciendo al
creyente al conocimiento pleno de Jesucristo y naturalmente, a ser receptáculo adecuado de
la naturaleza ―Divina‖, no por sus méritos, sino por la gracia de la acción soteriológica
divina de Jesucristo Salvador.
Gloría - dovxa
En el Nuevo Testamento se da el paso decisivo para identificar la ―dovxa de Cristo‖ con la
―Gloria de Dios‖. Esta palabra describe el dinamismo de unidad e identificación entre Dios
y Cristo. En este sentido Cristo es Resucitado por la gloria del Padre (Rm 6,4). Es llevado a
la gloria (1 Tm 3,16). Se le tributa gloria a Él como a Dios (Lc 2,14; Hb 13,21). Es el Señor
de la gloria ( 1Co 2,8; St 2,1). La esperanza escatológica, es la aparición de la gloria de
nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo (Tt 2,13). El ingreso en la gloria se da en la cruz
124
(Jn 13,31), donde se reconoce la dovxa de Jesús y en Él la gloria de Dios. En la 2 P la
Gloria está fundada en los signos que Jesús ha dado de su divinidad y que en ésta carta se
expresan visiblemente en la Transfiguración cuando se manifiesta: ―Porque recibió de Dios
Padre honor y gloria, cuando la sublime Gloria le dirigió esta voz: “«Este es mi Hijo muy
amado en quien me complazco.» Nosotros mismos escuchamos esta voz, venida del cielo,
estando con él en el monte santo‖ (1, 17-18). Lo que se refiere como Don, como Gracia,
que nos ha sido concedida en forma de vida y de piedad, vida para unirnos en comunión
con Dios, podemos contemplarlo gracias a la llamada desde la propia Gloria y Virtud de
Jesucristo. Gloria que se nos da para ser glorificados en Él y por Él, quien por su propia
virtud nos hace partícipes de su propia filiación divina.
Virtud - ajrethv
Término que corresponde al grupo que constituye el propósito del presente trabajo y que
con más detalle se analizará más adelante. Es importante destacar por ahora, que en el NT
se hacen muy pocas referencias a esta palabra. Su significado se relaciona con la coherencia
plena que los justos, por medio de la gracia han de mantener en su vida creyente (Flp 4,8).
Y éste mismo significado puede ser aplicable cuando se refiere a la persona de Jesús en la
acción soteriológica que se está analizando (2P 1,5). Ésta ajreth, divina se entiende en el
texto como cualidad y condición de la perfección divina, que mediante sus demostraciones
de poder ha otorgado a los hombres dones con los que ellos pueden hacerse participes de la
naturaleza divina, participación que permitirá la comunión definitiva con Él. ―Esto
confirma el propósito que queremos demostrar con la presente investigación: afirmar, que
los versículos analizados revelan el acontecer de la acción Divina de Jesucristo, como
acción soteriológica, en la vida del creyente, quien como Gracia, recibe la fuerza del
“amor Divino”, “revestido de “actitudes” que le salvan y lo convierten en agente
soteriológico de sus hermanos.‖29
29
JIMÉNEZ, de Zitzmann. María Lucía. Apuntes de clase. 2008.
125
Hay que aclarar que el término ―virtudes‖ usado por los comentaristas para designar lo que
nosotros hemos venido llamando ―actitudes‖ del creyente, tampoco es conocido para
designarlos a todos por el autor de la Carta. El habla de ―la virtud‖, pero no llama a la fe, al
amor, a la paciencia, a la templanza, al conocimiento, ―virtudes‖, son más bien ―actitudes‖
que conforman la identidad de la persona del creyente y de la comunidad cristiana.
Promesa - ejpaggeliva
Dentro de este contexto vale la pena detenerse en la acción salvífica que se significa a
través de Naturaleza Divina, y que en su expresión afín, profundamente soteriológica, nos
dice: ―nos han sido concedidas las preciosas y sublimes promesas‖ (1,4ª); porque en el
campo semántico de la promesa se unen el primero y el segundo Testamento. En este
sentido recordamos que Pablo conecta la promesa de Abraham con la promesa de la vida
(Rm 4; Gálatas 3). Así mismo, en la carta a los Hebreos se encuentran resonancias de esta
idea, cuando se afirma que: ―Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, no teniendo a otro
mayor por quien jurar, juró por sí mismo diciendo: Te colmaré de bendiciones y te
multiplicaré sin medida. Y, perseverando de esta manera, alcanzó la promesa‖ (Heb 6, 1314). La promesa se extiende por medio de Jesús, a las naciones, ya que todos los que creen
con Abraham son hijos de Abraham (Rm 4,16), en la única simiente que es Cristo (Ga
3,16ss; Ef 3,6). Quienes se revisten de Cristo, o están en él, o le pertenecen, son
descendencia de Abraham y herederos conforme a la promesa (Ga 3,27ss.)
Cuando nos apropiamos por fe de la ―promesa‖ nos hacemos participes de la Naturaleza
Divina. Santo Tomas de Aquino 30 ha estudiado la gracia a nivel de participación, cuando en
su madurez, define a la Gracia como participación de la Naturaleza Divina, que iría a la par
con el concepto paulino de la Nueva Creación en Cristo. La gracia otorga una nueva
naturaleza y modo de ser al sujeto, no proporcionado a la naturaleza natural del mismo. En
30
SÁNCHEZ, Sorondo. Marcelo. La gracia como participación de la naturaleza Divina Según Santo Tomas de
Aquino, 28.
126
Santo Tomás la Gracia toma un aspecto trascendente, ésta da al sujeto espiritual un
nuevo modo de ser y obrar que es participación del ser y Naturaleza Divina. “Es la
forma transfigurada del hombre que hace dar a la creatura espiritual un salto que la
conduce a un ser, obrar, conocer y amar tal como se da en la esencia en el seno de la
vida divina. Es en la misma divinidad donde termina el acto de la creatura.”31 En esta
línea, J de Ripalda afirma que el justificado, ―en cuanto participe de la naturaleza divina,
deviene, por la gracia, moralmente bueno, inclinado a hacer obras moralmente buenas, y a
oponerse a todo pecado…Así el justo participa, al menos en grado mínimo, de la santidad
moral de Dios, participación que aumenta con el progreso en la vida de la gracia, y
obtiene su ultima perfección en la visión beatífica, cuando le será imposible separarse de
la voluntad de Dios, suprema norma de toda santidad.‖32
Una afirmación que favorece la introducción de las ―actitudes‖, en este contexto de Gracia
y Naturaleza Divina, es la expresada por Juan Vicente Asturicense O.P. para quien el
misterioso qeivaV koinwnoi;
fusewV
del Apóstol San Pedro, significa ―una
participación formal de todo el cúmulo de perfecciones que atesora la esencia divina
comunicadas intrínsecamente a la persona. Todas ellas son comunicadas como en su
expresión formal en la gracia. Las expresiones y comunicaciones parciales de lo divino se
encuentran también en las virtudes. La fe y profecía son participación de la divina luz; la
caridad, participación del divino Amor, como dice Santo Tomás. Pero aún no sin la entera
participación de lo divino que sólo se obtiene por la gracia.‖33 Me parece ésta afirmación,
un excelente marco, para el análisis exegético de la cita porque las ―actitudes‖, o
condiciones descritas en la 2P, incluidos los teológicos de la fe y la caridad, se traslucen
como forma concreta y visible de revelar el acontecer del Ser de Cristo en la existencia de
la humanidad, convirtiéndose en el fruto de la Gracia y Generosidad de Dios con el ser
humano a través de su Hijo Jesucristo. La vivencia de estas ―actitudes‖ favorece el Nuevo
31
Ibid.
Ibíd., 56.
33
Ibíd., 32.
32
127
Nacimiento del ser humano, quien por obra de la gracia, puede hacer realidad en él, el
acontecer de la Vida Divina de Cristo.
No es de sorprender que se haya recorrido el nuevo Testamento y sus autores por iluminar
este contexto anterior ya que se ve claramente que el autor de la Carta conoce estas
verdades y pretende actualizarlas. No se trata de interpretar un texto a través de otros sino
de recoger aquellas verdades que se encuentran presentes en el texto con el fin de
comprenderlo de una manera más completa.
4.2.
¿VIRTUDES O “ACTITUDES” DEL CREYENTE EN LA SEGUNDA
CARTA DE PEDRO 1, 5-7?
En esta investigación, optamos por el término ―actitudes‖ y no virtud por las siguientes
razones:
Primero, en la Segunda Carta de Pedro, los términos designados como ―virtudes‖ no son
propios de su autor quien explicita a uno de ellos con el nombre de ―Virtud‖,
diferenciándolo de los demás.
Segundo, los entendemos como “actitudes” señalando con este término características
dinámicas del ser creyente, que afirman su identidad como tal ya que son dones de
Jesucristo Salvador quien dota a sus seguidores con fuerzas capaces de enfrentar la realidad
hostil y amenazadora.
Aunque la bibliografía sobre los versículos de la 2P 1. 5-7, es relativamente poca, es muy
importante conocer el enfoque de distinguidos exégetas, y con base en ellos, enriquecer la
comprensión y el objetivo del presente trabajo.
128
4.2.1. Edouard Cothenet
Hablando de la 2P 1, 5-7, comenta que ―en el Nuevo Testamento se conocen numerosas
“listas de virtudes y de vicios” y que sin dedicar demasiada importancia al sentido propio
de tal o cual palabra, conviene destacar los extremos de la cadena: La fe y la caridad.‖34
Cothenet, a las virtudes contenidas entre la fe y la caridad ―no les dedica demasiada
importancia‖35. La presente investigación quiere demostrar el inmenso valor contenido de
las ―actitudes‖ de la vida cristiana contenidos entre la fe y el amor, y verificar como cada
una de ellos se apoya y se significa como consecuencia del dinamismo soteriológico de
Jesucristo, alcanzando un ―camino‖ salvífico en la vida de fe del cristiano y en su
compromiso con la realidad. Vamos a verificar cómo las ―actitudes‖ se contienen y
entrelazan entre sí con la fe y la caridad, haciéndose dinamismos que dan un desarrollo
práctico a la vida del creyente, transformándolo en agente salvífico de la realidad de su
comunidad, conduciéndola a ser fuerte bastión en situaciones de gran dificultad para vivir
la fe y para salvaguardar la identidad cristiana.
4.2.2 Karl Hermann Schelkle.
Expone, que la carta recuerda a los lectores los grandes dones que se contienen en la
llamada divina y en las promesas que a través de ella se hacen a los creyentes (1,3s), y por
esto, exhorta a los destinatarios – a un ―largo catálogo de virtudes- para que trabajen por
robustecer la llamada y enriquezcan de buenos frutos al cristiano, y así, consigan la
entrada al Reino Eterno de Cristo‖.36
34
COTHENET. Edouard. Las cartas de Pedro. Cuaderno 47.
Ibíd.
36
SCHELKLE, Karl Hermann. Cartas de Pedro – Carta de Judas, 263.
35
129
Resalta el conocimiento que tiene el autor de la espiritualidad helenística, y por esto, el
tipo de terminología que utiliza para describir el ―catálogo de virtudes‖ de 1,5-7. Por lo
cual, afirma Schelkle que términos como fe, virtud, conocimiento, dominio de sí,
perseverancia y piedad, son también palabras de la ética filosófica popular griega que
aparecen en algunos catálogos profanos de virtudes. La palabra ajreth, era una palabra
muy importante de la ética griega, y ejgkravteia se estimaba mucho en la época clásica
griega y helenística, pero poca importancia en la ética bíblica, por lo tanto, con la adopción
de ésta palabra, el ―catálogo bíblico adquiere nuevo contenido y nuevas características‖37,
por otra parte Schelkle, retoma el comentario de A. Vögtle, que reconoce ―no encontrar un
texto paralelo a 2 Pe 1, 5-7‖.38
Destaca los nuevos contenidos que toman las palabras en las Sagradas Escrituras, así:
pivstiV no significa fidelidad, como en los ―catálogos‖ no cristianos sino fe; ajreth, no
solo es actividad humana, sino también don de Dios; gnw:siV debe tener una alusión
especial antignóstica; uJpomonhv, recibe un nuevo matiz en cuanto actitud escatológica (2
P ,8s); filadelfiva y ajgavph son palabras bíblico cristianas. Como ―las virtudes‖ están
incluidas entre las palabras fe y amor ―la lista de virtudes‖ se encuentra modificada en su
totalidad, la fe es el comienzo y el fundamento de la vida cristiana y el amor su
complemento.
Afirma que las ―ocho virtudes‖ no están, ordenadas lógicamente ni sistemáticamente, no
obstante se pueden reconocer procesos asociativos de pensamiento: pivstiV y ajreth
pueden hallarse en el contraste de una cosa teórica y práctica; del ejercicio de la ajreth se
deriva la posibilidad del juicio de la gnw:siV; de la recta comprensión debe seguir la
ejgkravteia como autodominio o templanza; del ejercicio de la templanza es posible la
paciencia consigo mismo y con los demás; la paciencia perfecta se relaciona con Dios por
37
38
Ibíd., 268
Ibíd., 267
130
medio de la eujsevbeiva, la piedad; La piedad consiste en la voluntad de obedecer los
preceptos de Dios, se manifiesta en el amor de los hermanos, y se extiende al fin en el amor
sin más. 39
Teniendo como base 2P 1,8, Schelkle destaca el conocimiento como el fruto y la corona
del ejercicio de la virtudes, y así mismo, según 2P 2,20; 3,10, es también principio de la
virtud como don de Dios, por lo tanto, genera un circulo para el crecimiento de la fe.
Afirma finalmente Schelkle, que sin conocimiento no puede haber autentica moralidad,
pero así mismo, no puede haber un conocimiento creyente sin una auténtica moralidad.
―Todo auténtico conocimiento debe dirigirse en último término hacia Cristo,… este es el
signo de su autenticidad. La
gnw:siV no debe perderse en especulaciones inciertas e
indefinidas.‖40
Aunque Schelkle afirma que las ―ocho virtudes‖ no están ordenadas lógicamente, si
reconoce cierto grado de asociación, de una con otra, dentro del orden que propone el texto.
La presente investigación facilita mostrar que esta relación no es causa efecto, sino que en
si misma cada virtud tiene un contenido completo que se relaciona intrínsecamente con la
fe y con la caridad, y por lo tanto, al analizarlas en su significado particular, se puede
visualizar, en su conjunto, un dialogo y relación reciproca entre ellas, que conduce al pleno
conocimiento de Jesucristo, cuya identidad eminentemente soteriológica, fundamenta el
dinamismo de las ―actitudes‖ como acontecer en el creyente. Por lo tanto, su relacionalidad
y comunión dinámica, con la fe y el amor, son dinamismos plenamente soteriológicos en la
praxis cristiana. Así mismo, con los aportes que hacemos en el análisis diacrónico de cada
término se observa que el significado de cada virtud es mucho más amplio que el descrito
por Schelkle. Aunque este autor es el que más aporta, sobra decir que no estamos de
acuerdo con algunas de sus posiciones como se ha ido viendo a lo largo de la investigación.
39
40
Ibíd., 269.
Ibíd.
131
4.2.3 Joachim Gnilka.
Nombra a ―las virtudes‖ dentro de un contexto en el cual resalta que la Segunda Carta de
Pedro es el documento que más recurre a términos helenistas como el de virtud, piedad,
conocimiento, amor fraterno- por mencionar solo los más frecuentes-. Gnilka no profundiza
sobre el significado de cada término, solo los menciona.
Este exégeta resalta el título cristológico que se le da a Jesús como ―Salvador‖ y el énfasis
que el autor de la Carta le da al ―conocimiento‖, afirmando que por esta razón, ―en la 2P se
incluye el conocimiento como elemento necesario en la serie ascendente 41, en un
escalonamiento que conduce desde la virtud de la abstinencia y la paciencia, a la
fraternidad y al ágape‖. Describe a ―las virtudes‖ como elementos que van tratados en una
escala ascendente. El aporte de esta monografía se encamina a mostrar la intima relación
que existe de cada ―actitud‖ (virtud) con la fe y la caridad, no dentro de un plan ascendente,
donde una ―virtud‖ sería más fuerte y más significativa que otra, sino donde cada uno de
ellos representa una manera clara de vivir el cristianismo para alcanzar el perfecto
conocimiento de Jesucristo (2 Pe 1,8b); resalto en éste momento esta visión porque antes
del inicio de la investigación yo las entendía en este sentido, con la diferencia que utilizaba
el término ―escala de virtudes‖ para referirme a la forma como las presenta el autor de la
carta; visión que se desvaneció durante la investigación, gracias a la metodología utilizada,
a través de la cual pude corroborar el sentido y el significado soteriológico de cada
―actitud‖ en relación con el dinamismo que le imprimen a cada una de ellas la fe en
Jesucristo Salvador y el amor de él y a él, convertido en caridad, amor fraterno como
elemento transformante de la comunidad.
Gnilka, así mismo, relaciona a la virtud con el significado de abstinencia, y como se
demuestra, más adelante; con base en el estudio diacrónico de los campos semánticos, el
41
GNILKA, Joachim. Teología del Nuevo Testamento, 466.
132
sentido de ―virtud‖ no está dentro de la acepción de abstinencia, sino dentro de un campo
significativo mucho más amplio y profundo. (Ver 4.3.2.2).
Por otro lado, los exégetas parecen ignorar el contexto concreto de la Carta, el cual permite
ver que cada “actitud” en comunión con las otros y fundamentada en la fe y en la caridad
pueden acentuarse de acuerdo al requerimiento de las circunstancias.
4.2.4 Raymond E. Brown.
Describe el texto de las virtudes como “vocablos apilados uno sobre otros
en una
abundancia lujuriosa”42. Ésta perspectiva no se comparte, ni se avala, en el presente
trabajo, por qué demostramos que cada “actitud” en sí misma, como se ha afirmado
anteriormente, actualiza la acción soteriológica que participa como gracia del dinamismo
salvador de Cristo para la comunidad y hace de cada creyente que lo practica, sostenido e
informado por la fe y el amor, un agente salvador. Así mismo, teniendo una visión integral
de su contenido, se describe plenamente un camino salvífico, que no deja al ser humano
inactivo, ni estéril ―para el conocimiento perfecto de Nuestro Señor Jesucristo‖ (2P 1,8) y
da una ―amplia entrada en el reino eterno de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo.‖ (2P
1,11) como lo afirma el autor de la Carta.
4.3.
APORTE DE LA INVESTIGACION AL SIGNIFICADO Y AL SENTIDO DE
LAS “ACTITUDES” DEL CREYENTE PRESENTES EN LA SEGUNDA CARTA
DE PEDRO 1, 5-7
Para que el lector pueda comprender el alcance del aporte de esta investigación, se hace
necesario, introducirlo en el proceso realizado desde la lectura primera del texto. Podríamos
decir, que dentro de ésta metodología la lectura del texto y de los contextos cobran una
singular importancia. Sobra decir, que es el texto el referente de nuestra investigación.
42
BROWN, Raymond Introducción al Nuevo Testamento, 981
133
Después de una lectura atenta, se procede a su amplia contextualización, de cuyos aportes
dependen muchos y valiosos datos: época, autor, circunstancias, motivaciones, estructura
etc.43 Como se ve, en este momento preliminar de esta amplia contextualización,
dialogamos con los resultados obtenidos, a través de los métodos histórico – críticos,
realizados por connotados autores. Después, procedimos a construir la primera plataforma
analítica exigida por el ―Método Teológico Semántico‖: Encontrar por medio de una ―nueva
mirada‖ los dinamismos soteriológicos, en nuestro caso de Cristo, presentes en el texto.
Dichos dinamismos expresados por verbos o por preposiciones dinámicas se encuentran
significados por campos semánticos. En la construcción de esta primera plataforma
encontramos también las afinidades con la acción como también las oposiciones y las
―otras determinaciones‖ que nos ayudan a ir comprendiendo no solamente al texto como
tal, sino la intención del autor al formularlo. Tenemos en cuenta la relacionalidad que existe
entre quien origina la acción salvadora y su modalidad y quien o quienes la reciben. En esta
primera ―mirada‖ señalamos los contextos inmediatos y más amplios de la acción explícita.
Esta primera ―plataforma analítica sincrónica‖ nos dio muchas y valiosas informaciones
sobre el criterio que debemos tener al conocer no solo el texto como totalidad, sino los
versículos objeto del análisis, en este caso: 2P 1, 5-7.
Como primer aporte, después de este análisis, con seguridad podemos afirmar que dichos
versículos se encuentran lejos de ser: una ―lista de virtudes”, o un ―catálogo de virtudes‖, o
―una escala ascendente de virtudes‖, o una ―apilación lujuriosa de términos‖ como son
definidos por prestigiosos y sabios exégetas.
Para comprenderlos, lo más valioso nos lo brindo el análisis sincrónico del contexto
anterior, contenido en los versículos del 1-4 y el contexto posterior V.V. 8.9.11. Mediante
el análisis del contexto anterior encontramos numerosas acciones soteriológicas de
Jesucristo que se encuentran fundamentando su propia identidad y por ella y a través de ella
43
Contexto amplio páginas 14-35
134
pudimos entender los versículos 5-7 y contemplar el dinamismo hacia donde se encamina el
autor con sus afirmaciones. Solo desde la identidad salvadora de Cristo, el creyente puede
construir la suya propia para poder transformarse y transformar la realidad de la comunidad
en la cual vive.
Al respecto, comprendimos que dicha comunidad vivía una situación crítica y dolorosa que
amenazaba desde adentro con destruirla, por medio de los falsos maestros. Esta situación
obliga al autor a remitirla al único que puede salvarla: Jesucristo – Dios – Salvador y por
eso mismo kai; aujto; tou:to de, conociendo la identidad de su Señor y desde Él puede
el creyente construir la suya propia a través de cualidades o ―actitudes‖ dinámicas y
soteriológicas que le ayudarán a permanecer en su identidad cristiana fortalecido en los
fundamentos de su ser y respondiendo a la situación que le amenaza.
Continuando con la metodología escogida, procedemos ahora, a elaborar el análisis
diacrónico de cada uno de los términos que se encuentran significando las acciones
contenidas en los versículos 5-7. Después se construirá el análisis del contexto posterior, el
aporte a la realidad y las conclusiones. Con la ayuda de las dos herramientas, del análisis
sincrónico y del diacrónico del término se construyen los aportes de esta investigación.
4.3.1 Importancia de la Fe y del Amor
Fe y Amor constituyen los dinamismos esenciales de la vida cristiana. La fe como don
Divino, sustento de la comunidad y respuesta de la comunidad al llamado de Dios, y la
indisoluble unión, entre el amor a Dios y al prójimo (2 P 1,7), presentes y encarnados en
Jesucristo Salvador (2P 1,1).
La Fe y el Amor como fundamento de la vida cristiana, constituyen la respuesta del
creyente a la acción salvadora de Cristo, dinamismos que sostienen y dan sentido pleno a
135
la praxis de la vida cristiana, encarnada en cada una de las ―actitudes‖ que dan identidad al
creyente.
La Fe y el amor, son mencionados por Pablo y por la comunidad paulina frecuentemente,
porque no es posible considerar, bíblicamente, y en su profundo significado, al uno sin el
otro, veamos algunos ejemplos: Obrar la fe, trabajar en la caridad (1 Ts 1,3); tener buenas
noticias de vuestra fe y vuestra caridad (1 Ts 3,6); revistámonos de la coraza de la fe y la
caridad (1 Ts 5,8); sobreabundó la gracia juntamente con la fe y la caridad (1Tm 1,14).
Pablo, en Gálatas, de la misma manera, que la Segunda de Pedro, describe una relación
entre la fe y el amor, que dan sentido y plenitud a la vida del creyente:
―Porque siendo de Cristo Jesús, ni la circuncisión ni la incircuncisión
tienen eficacia, sino la fe que actúa por la caridad‖
Ga 5,6
La visión del autor de la Segunda de Pedro y Pablo, en sus cartas, son en éste punto
plenamente coincidentes: la fe se plenifica en el ejercicio de la caridad. Son las dos
columnas que sostienen y dan sentido a la vida del creyente y le dan ―amplia entrada en el
Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo‖ (2 P 1,11).
El valor agregado que se da en la segunda carta de Pedro, motivo del presente trabajo, es
enriquecer la relacionalidad entre fe y amor, sustento de las cinco ―actitudes‖ del creyente,
como elementos que se mantienen y se implican, y que se presentan en la carta,
literariamente unidas por la palabra ―“añadir”‖44, mostrando el vínculo que existe entre
una y otra, que al practicarse dan como resultado la transformación intrínseca del creyente
y de la realidad dentro de la cual vive. Relación causa – efecto que se concluye en forma
excelente con la afirmación del autor de la carta: ―Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en
44
El término “añadir”: Ver numeral 4.5, p 158
136
abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro
Señor Jesucristo.‖ (2 P 1,8).
Respecto al término ―“añadir”‖ debemos decir que no estamos de acuerdo con esa
traducción para la palabra ejpicorhgevw. Dicho término contiene la partícula ejpi y el verbo
corhgevw que significa conducir un coro, no se trata de ―“añadir”‖ o sumar a una cosa
algo. El texto da la idea de unidad y correlación, donde las ―actitudes‖ que señala no
existen por si solas sino cuando empiezan a constituir una integralidad. Es como si se nos
estuviera hablando de una nueva melodía para vivir la identidad cristiana. El Padre Pedro
Ortiz, en su traducción del Nuevo Testamento, usa el término ―enriquecer‖. Nosotros
pensamos que sería necesario encontrar un término que corresponda a la ―melodía‖ que el
autor de la carta pretende construir. Nos parecería que el término “armonizar” en el sentido
de enlazar, sustentar, correlacionar, podría dar una idea más aproximada a la que el autor de
la carta quería comunicar.45
El término “armonizar” nos permite contemplar que la realidad se transforma en la medida
en que las ―actitudes‖, para una vida cristiana plena, se vivan todas, logrando que la
persona se transforme en Cristo y se convierta en agente soteriológico, en el amor y en la
caridad, para con su comunidad, y ésta a su vez, sea transformada, y alimente a todos los
45
Al presentar esta monografía, su autor ha muerto. Por eso, como Tutora de su trabajo, considero que
para él fue una revelación el término ejpicorhgevw, al que él, como músico le vio un inmenso sentido. Creo
ser fiel al pensamiento de Luis Enrique, al decir, que la armonía del texto se contiene en las dos columnas
que sustentan y fundamentan la identidad cristiana: la Fe y el Amor. Esa armonía es profundamente
dinámica y crea ritmos y melodías. La melodía en nuestro caso, es la respuesta que el autor de la carta cree
deben dar el creyente y su comunidad a las amenazas y agresiones contundentes que reciben desde afuera
a través de los enemigos del cristianismo y por dentro desde los “falsos maestros” que se unen para destruir
la identidad de la comunidad naciente. Dicha armonía crea, por ser dinámica, nuevos ritmos que marcan el
paso que el creyente debe aprehender convertidos en “actitudes” que le servirán para mostrar su verdadera
identidad en ese momento de crisis. Ya veíamos, que esta música formada por la armonía, el ritmo y la
melodía está fundamentada y encuentra su razón de ser en otra mayor que la contiene y la dinamiza: la
acción soteriológica de Jesucristo. El cristiano entonces, adquiere a través de ella, las “actitudes” que le
permitirán transformar la realidad en la cual vive. Dichas “actitudes”, dejan oír sus voces en esa melodía de
fondo que las conforma, sin que ninguna de ellas sea más importante que las otras. Lo que sucede, es que
por el momento en que se vive, alguna de ellas dejará oír con más fuerza su voz para responder a la
realidad, teniendo en cuenta que para percibir con claridad su sonido hace falta el silencio que prepara a las
demás para comenzar a dejarse oír, dando respuestas a la situación, a través de sus propios ritmos y
melodías.
137
que a ella se adhieran. Como podemos observar, estamos hablando de un dinamismo
circular en el cual la transformación del creyente, transforma a la comunidad, y la vida de
ésta, permite el acontecer Salvador de Cristo en quienes la conforman.
En 2P el autor exhorta a las primeras comunidades a no perder la fe, aún en situaciones
difíciles y amenazantes, resalta que en sí misma es un bien ―precioso‖, que perfeccionado
con la práctica de las ―actitudes‖, evitará al creyente volver a los estados de vida
anteriores, llenos de pecado y corrupción (2P 1,4b; 9). Según la carta, esta fe nos llega por
la justicia y la gracia de nuestro Señor Jesucristo, puesto que Él, fundamento de la fe es el
mismo Dios. ―A los creyentes se les dan gratuitamente la vida y la fe. El hombre no puede
merecer estos bienes ni tampoco puede alcanzarlos; solo puede recibirlos como dones de
Dios. El don se concede en la llamada divina.‖46. Es Dios quién busca al ser humano desde
el mismo paraíso con la pregunta ―donde están‖ (Gn 3,9), es Dios quien llama a Abraham a
una existencia nueva47 (Gn 12,1).
Se puede afirmar, que los cinco ―actitudes‖ del creyente, presentes en éstos versículos
unidos a la fe y a la caridad, son en su plenitud, el dinamismo salvador, el camino de
salvación, con un inicio y un fin plenamente definidos: entender, fortalecer y vivir en
plenitud la Fe y la Caridad, que son las dos fortalezas dinámicas significantes de la vida
cristiana, que las contienen, siendo su sustento y significado, porque ninguna de ellas, en sí
misma, puede lograr su especificidad significativa sin la relación que les da su razón de ser:
la Fe y la Caridad. Estas ―actitudes‖ se hacen camino salvífico que incluye la vivencia
plena de la Fe y el Amor, conduciendo al ser humano al conocimiento perfecto de
Jesucristo, para huir de la corrupción que hay en el mundo, y conducirlo hasta llegar a ser
partícipe de la Naturaleza Divina.
Con estos aportes nacen dos interrogantes: ¿Porqué estas ―actitudes‖, y no otras, fueron
escogidos por el autor de la 2P como concretización en la vida del creyente de la fe y de la
46
47
SCHELKLE, Karl Hermann. Cartas de Pedro – Carta de Judas, 265.
DUFOUR, Léon, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica, 733
138
caridad?; ¿Por qué estas ―actitudes‖ transforman a la persona humana y la convierten en
testimonio vivo del amor de Cristo y por lo tanto agente de salvación? A estos interrogantes
se da respuesta implícita a partir de este momento, al tratar cada ―actitud‖ como acción de
salvación, que se proyecta en la vida del creyente. Las respuestas a estos interrogantes se
deducen del contexto de la carta, y por éste, nos damos cuenta, de la difícil situación que
está viviendo la comunidad. Es un entorno donde se hace necesario recordar a la
comunidad los fundamentos de la vida cristiana, la Fe y el Amor, sin los cuales ésta se
derrumba. Pero así mismo, por la situación de persecución, de corrupción, de falsedad,
donde se amenaza indiscutiblemente, la identidad cristiana de la comunidad, el creyente
tendrá que vivir y construirse en las ―actitudes‖ propuestas por el autor, que sin excluir
otras, son las necesarios para responder a la crítica y dolorosa situación que vive esta
comunidad. Estas ―actitudes‖ le ayudan, a responder de forma inmediata a su entorno,
generando un testimonio auténtico de Fe y Amor cristiano, que transforma al creyente y lo
hace agente de salvación para su comunidad.
Para profundizar estos conceptos, es preciso, como lo fue, para la ―Fe‖ y el ―Amor‖, acudir
al análisis diacrónico de los términos, relacionándolo con el texto de la 2P, que nos
encontramos investigando. Como se ha dicho anteriormente, el método, relaciona y
entreteje las plataformas de análisis, con el fin de darle al texto, a través de ellas, y en
manera cada vez más clara, una mayor comprensión.
4.3.2 “Armonizad, enlazad a vuestra fe la virtud”.
Desde el mundo griego la palabra virtud- ajrethv, contiene implícitamente, el valor y la
capacidad que tiene la persona en el mantenimiento de la ética y por esto, Sócrates la ―ve
como la tendencia del hombre hacia el bien y llega a afirmar que la virtud se aprende‖;
este aporte, lo aplica Xavier Léon Dufour, al Nuevo Testamento, cuando afirma que ―la
virtud es un hábito cuya adquisición perfecciona al hombre‖48. Aristóteles le agrega una
48
DUFOUR, Léon, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica, 957.
139
característica fundamental a esta comprensión, al decir que es una conducta cualificada de
los hombres que se basa en la decisión propia. Este último elemento es el que se resalta en
el Antiguo Testamento, en el libro segundo de Macabeos, en la muerte de Eleazar, muerte
testimonial, por él mismo escogida en fidelidad a Yahvé, hecho al cual se le llama el
memorial de su ―ajrethv‖, de su virtud: ―Eleazar dejó su muerte como ejemplo de nobleza y
recuerdo de virtud.‖ (2Mac 6, 31). En éste texto, se puede observar la relación del término
griego con la concepción bíblica en cuanto al significado del valor y la capacidad que
posee una persona para mantener sus principios.
En el Nuevo Testamento la palabra virtud la refiere Pablo a Timoteo en la carta a los
Filipenses, con respecto a una actitud humana, cuando resalta su trabajo al servicio del
evangelio y emite conceptos elogiosos, como el de ser un hombre que no busca sus propios
intereses sino los de Jesucristo. En este contexto, la virtud consiste en una relación viva
con Dios, una aceptación plena de su Palabra
y de su Voluntad, que orientan a la
humanidad, por decisión propia, a ser fiel a los caminos demarcados por el Señor, ―es una
conformidad con el orden divino”49.
La virtud en el libro de la Sabiduría es la que permite al ser humano no consumirse en su
maldad (Sb 5,13) y en Isaías 58, 2 el Señor dice que al hombre virtuoso lo busca y le agrada
conocer sus caminos.
En definitiva, la virtud implica abrirse al acontecer salvífico, es una decisión libre para
tomar los caminos de Señor y un mantenerse fiel a la alianza que nace de la fe. Pablo la
única vez que aplica la palabra virtud con relación al ser humano, es en el texto que
transcribo a continuación y que bien resume éste sentido y significado de virtud:
―Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de
justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud o valor,
tenedlo en aprecio. Todo cuanto habéis aprendido y recibido y oído y
visto en mí, ponedlo por obra y el Dios de la paz estará con vosotros.‖
Flp 4, 8-9
49
Ibíd., 957
140
Luego, el autor de la Segunda Carta de Pedro nos motiva a ―enlazar‖ a la fe acciones de
vida que expresen docilidad y fidelidad al compromiso que se adquiere por la fe, que llega
a la humanidad por gracia divina. Una actitud que debe ser fruto del amor a Dios, del
cumplimiento de la ley fundamental de la Alianza de Dios con la humanidad: ―Amarás a
Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas‖ (Dt 6,5).
Schelkle afirma que la virtud corresponde a una actividad humana pero no la cualifica,
adicionalmente relaciona con la fe la virtud contrastándolas con teoría y práctica.
Implícitamente afirma que la ajrethv es llevar la fe a las acciones de la vida, planteamiento
con el cual estamos de acuerdo, adicionándole, que son acciones de vida que expresan
con docilidad y compromiso la alianza que el ser humano adquiere por la fe, con Dios,
quien se ha revelado por medio de su Hijo Nuestro Señor Jesucristo. El Padre en su Hijo
entrega a la humanidad su propia virtud, y el creyente y la comunidad al abrirse al
acontecer salvador, adquieren esa ―virtud‖ y se fortalecen en ella para vivificar a otros.
Todo esto nos lleva a no extrañar, en el texto de la Segunda Carta de Pedro, que el autor
explicite el término ―virtud‖, como parte de las ―actitudes‖ que conducen a la identificación
del creyente con Jesucristo, y que por lo tanto, sea uno de los dinamismos que caractericen
al cristiano.
Se debe destacar que el autor de la Carta en los versículos 5-7 solo llama ―virtud‖ a la
ajrethv que ―orquesta‖, ―enlaza‖ con la fe y con el conocimiento. Los demás ―actitudes‖
son eso, cualidades, ―actitudes”,
que debe poseer y vivir quien pretende formar su
identidad cristiana. Al ver que el autor de la Carta, no los llama ―virtudes‖ optamos por
llamarlas ―actitudes‖ distinguiéndolos de la ajreth.
4.3.3 “Armonizad, enlazad… a la virtud el conocimiento”.
Desde el Antiguo Testamento, la experiencia de salvación, se describe en la comprensión
de lo que significa ―conocer‖ a Dios, y a este conocimiento es al que se refiere el autor de
141
la segunda carta de Pedro (2 Pe 1,3). Por lo anterior, y para facilitar la comprensión de
―conocer a Dios‖ en el A.T., se pueden tomar como punto de partida los textos proféticos
que a continuación se anotan y que exponen lo que es un auténtico conocimiento de Dios,
desde la perspectiva de Dios mismo:
―Porque yo quiero amor, no sacrificio,
conocimiento de Dios, más que holocausto‖
Os 6.6
―Juzgaba la causa del cuitado (mísero) y del pobre.
Por eso todo iba bien.
¿No es esto conocerme? -oráculo de Yahvé-.
Pero tus ojos y tu corazón
sólo buscan tu propio interés:
derramar sangre inocente,
cometer atropello y violencia‖
Jer 22,16
La acepción del término ―conocer‖ que presenta Dios, no se limita a
una reacción
completamente exterior y formalista sino a una acción que se traduce en la transformación
interior del hombre a través de la escucha atenta de la voz Divina y un dejarse instruir por
ella (Jer 7,28; Sal 78). El conocer a Dios se despliega en la Biblia en un contexto de vida,
no es desbordarse en un saber humano, sino entrar en una relación personal con Dios, que
lleve al creyente a tener un corazón nuevo, un espíritu nuevo (Ez 36,26ss).
Dentro de este nivel de comprensión, de la palabra conocimiento, el profeta Isaías en 11,9
anuncia como sería una tierra llena del conocimiento de Dios. Él afirma que el
conocimiento traería a la tierra la verdad como principio de la justicia, la verdadera paz
entre los hombres, una cultura de la no violencia, en estas palabras, los cristianos ven que el
conocimiento pleno de Dios se realizará en Cristo Jesús, portador del Espíritu de Yahvé,
que gobernará la tierra:
“Serán vecinos el lobo y el cordero,
y el leopardo se echará con el cabrito,
el novillo y el cachorro pacerán juntos,
142
y un niño pequeño los conducirá.
La vaca y la osa pacerán,
juntas acostarán sus crías,
el león, como los bueyes, comerá paja.
Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid,
y en la hura de la víbora
el recién destetado meterá la mano.
Nadie hará daño, nadie hará mal
en todo mi santo Monte,
por que la tierra estará llena de conocimiento de Yahvé,
como cubren las aguas el mar.”
En el Nuevo Testamento, el sentido del ―conocimiento‖ le da continuidad al manejo que se
le da al término en el Antiguo Testamento; designa una relación personal entre el
conocedor y el conocido. Este enlace perfecto lo vemos en Juan 10, 14 -15, donde se
presenta el conocimiento como expresión de una intima comunión entre Jesús y los suyos y
entre el Padre y el Hijo, conocimiento que hará que el Espíritu more en el hombre y lleve al
creyente a distinguir entre el conocimiento de Dios y el conocimiento del mundo, y es, en
este sentido, que en 1 Jn 4,8 el conocimiento de Dios se hace visible a través del amor al
prójimo, como se afirmaba en el Antiguo Testamento (Os 6,6; Jer 22,16): El conocimiento
se realiza en el amor (1 Jn 4,8):
―Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.‖ 1Jn 4,8.
Este análisis es coincidente plenamente con la afirmación que hicimos al inicio de este
capítulo: ―La Fe y la Caridad contienen las demás “actitudes”, son su sustento y
significado, ayudan a sostenerlas y a significarlas, pero así mismo, estas cinco “actitudes‖
alimentan y significan a la Fe y la Caridad‖, son la praxis de la fe y la caridad.
El conocimiento de Dios lleva al creyente a la vivencia plena del amor y la caridad, y así
mismo, a través de la práctica del amor y de la caridad el cristiano da testimonio de tener
un conocimiento de Dios.
143
Schelkle, que es el exégeta que más trata el tema, asevera que el uso de la palabra
conocimiento, debe tener una alusión especial anti-gnóstica en el texto de 2P 1, 5-7, y es
una exhortación al creyente a la recta comprensión. Son dos acercamientos con los cuales
estamos de acuerdo, pero no explicita de qué elemento o elementos debe tener el creyente
―recta comprensión‖. Para llegar a intuir a qué elementos se refiere este ―conocimiento‖ es
necesario observar que el autor de la carta utilizó la palabra ―conocimiento‖ siete veces y de
estas siete veces, cinco las refiere directamente al conocimiento de Nuestro Señor
Jesucristo, y las otras dos, las relaciona dentro de los presentes versículos. Luego, en
primera instancia este ―conocimiento‖ está referido a la vida y obra de amor de nuestro
Señor Jesucristo, planteamiento que coincide con la conclusión de Schelkle: ―Todo
auténtico conocimiento debe dirigirse en último término hacia Cristo, Señor de la iglesia.
Este es el signo de su autenticidad.‖50. Conocer a Cristo, como lo afirma Juan, lleva al
creyente a entender el verdadero significado del amor: ―Quien no ama no ha conocido a
Dios.‖ (1 Jn 4,8ª). La docilidad y fidelidad al compromiso que se adquiere por la fe debe
llevar al creyente al conocimiento ―perfecto‖ de Jesucristo, quién es el paradigma del
cristiano: ―El camino, la verdad y la vida”. Por esto, el autor de la carta Segunda de
Pedro, además de utilizar “la actitud‖ del conocimiento como ―una actitud‖ dentro de las
demás ―actitudes‖, lo utiliza, como cierre conclusivo de este dinamismo de ―actitudes‖ en
el versículo 8: ―Pues estas cosas, si las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni
estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖. Premisa que nos
prueba, que el dinamismo que genera la práctica de las ―actitudes‖, debe conducir al
cristiano al conocimiento pleno de Nuestro Señor Jesucristo. Por eso, el conocimiento es
―una actitud‖ y al mismo tiempo la meta final hacia la cual tiende el creyente, el
conocimiento de Dios y de Jesús Señor nuestro.
La importancia del ―conocimiento‖ de Jesucristo en la vida del creyente, es tan sustancial
que conduce a Juan a afirmar lo siguiente:
50
SCHELKLE, Karl Hermann. Cartas de Pedro – Carta de Judas, 269
144
―Quien dice: «Yo le conozco»
y no guarda sus mandamientos
es un mentiroso
y la verdad no está en él.
Pero quien guarda su palabra,
ciertamente en él, el amor de Dios
ha llegado a su plenitud.
En esto conocemos que estamos en él.
Quien dice que permanece en él,
debe vivir como vivió él”.
1 Jn 2, 4-6
Éste saber, parece estar muy presente en la tradición cristiana que se encuentra en el texto
de la Segunda de Pedro, para que el autor de la carta, reproduzca siete veces el término
conocimiento, siempre orientado al conocimiento de Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Es para él, tan importante esta ―actitud‖, condición para la identificación cristiana del
creyente, que en el versículo 1,8 lo complementa con el adjetivo “perfecto‖, buscando que
el cristiano potencialice la Fe y la práctica del Amor, presentes en las ―actitudes‖ que lo
inducirán a un conocimiento pleno de Cristo, la identificación plena con Él, alcanzando,
como consecuencia lógica, la Naturaleza Divina del Señor.
4.3.4 “Armonizad, enlazad… al Conocimiento la Templanza”.
El término templanza representa uno de los casos donde coincide plenamente el significado
que le dio el mundo Griego y que se conserva en el texto Bíblico. Es una muestra de la
influencia helénica, de la que hablamos en el contexto de la carta y es corroborado por las
afirmaciones de los exégetas.
Me parece útil, iniciar el comentario a ésta palabra con el significado que tenía para
Sócrates: ―una virtud que es base y apoyo de otras virtudes, y que caracteriza a una
persona, porque, libremente controla las cosas y se domina a sí misma‖. Éste mismo
significado es el que se encuentra en la Biblia, en la traducción de los Setenta en el libro del
Eclesiástico (18,30-33) donde se orienta a motivar al ser humano a refrenar los deseos, a no
dejarse arrastrar por las pasiones.
145
No figura en los evangelios, pero si, en las cartas de Pablo quien utiliza para resaltar el
―dominio propio‖ que tiene que tener un atleta para recibir un premio, y lo coloca como
ejemplo para el creyente. Es un modelo analógico para entender la lucha que él cristiano va
a tener para lograr su salvación. Podemos afirmar, que este es el sentido que el autor de la
Segunda Carta de Pedro le da a ésta palabra, con base en el argumento que se presenta a
continuación.
Es, en el contexto anterior de la Segunda Carta de Pedro, en el versículo 4b del capítulo 1,
donde se explica la necesidad de la ―actitud‖ de la templanza en el creyente. El autor de la
carta dibuja un mundo donde se hace necesario el ―dominio de sí mismo‖, porque hay que
huir ―de la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia‖. Es un sentido similar al
texto del Eclesiástico (18, 30-33) considerado anteriormente. Por lo tanto, esta “actitud” se
convierte en un ingrediente fundamental para mantenerse fiel a la fe aprendida de los
discípulos, y al amor de Dios. Es la cualidad que se busca con la afirmación de 1,12: “estéis
firmes en la verdad que poseéis”. No hay que olvidar que el mantenerse firme en la fe ante
las amenazas de los ―falsos maestros‖ que quieren destruirla es una fortaleza que solo es
posible alcanzar en la comunión con Jesucristo vivo quien acontece en el creyente para
comunicarle su propia identidad: ―en su pasión no profería amenazas, al contrario se ponía
en manos del que juzga justamente‖51.
El catecismo de la Iglesia católica revela ―la influencia de esta comprensión cuando define
“templanza” como la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el
equilibrio en el uso de los bienes creados y asegura el dominio de la voluntad sobre los
instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad‖.52 A nuestro modo de ver, el
Catecismo limita el alcance de esta “actitud” cristiana, no revelando que la moral, debe
poseer la amplitud que contienen las actitudes, como la templanza, que debe vivir aquel que
conforma su vida en el seguimiento de Cristo, lugar donde se sitúa la moral cristiana.
51
52
1 Pedro 2,23
VARIOS.Catecismo de la Iglesia católica, 1809
146
4.3.5 “Armonizad, enlazad… a la Templanza la Paciencia Activa”.
El significado se refiere a la capacidad que tiene una persona de soportar las contrariedades
de la vida, tanto si se limita a sufrirlas en el silencio de su corazón, como a afrontarlas
valientemente de un modo activo.
Jesús con su actitud para con los pecadores y con sus enseñanzas, ilustra y encarna la
Paciencia Divina haciéndose testimonio del Padre para con nosotros. Una exhortación de
Jesús a la vivencia de esta “actitud” la tenemos en Lc 9, 55, cuando reprende a sus
discípulos por impacientes y vengativos.
La misma pasión relatada por Lucas viene a ser ―modelo de toda paciencia‖53, Jesús
comprendía el significado y el valor redentor de sus sufrimientos para la salvación de la
humanidad. La Segunda Carta de Pedro, invita a ésta práctica, inspirándose en la
―paciencia‖ de Jesús, que lo llevó hasta su muerte de Cruz. En un tiempo donde se niega a
Jesús, se introducen herejías perniciosas, se tiene ―por felicidad el placer de un día‖ (2, 13),
hay corrupción e interpretación torcida de las Escrituras, la paciencia activa del creyente se
convierte en Fidelidad al Evangelio, en mantenerse en el sufrimiento, verdadero contenido
de la paciencia, situación que favorecerá el fortalecimiento de la fe, el testimonio de vida y
la perseverancia en la Palabra y el Amor de Dios. Es un soportar ―con la esperanza de la
salvación el retorno glorioso de Jesús‖. 54
En la carta, como en todo el Nuevo Testamento se expone programáticamente la paciencia
divina y la paciencia humana. La humana se expresa en los términos que hemos analizado,
y la de Dios, se muestra específicamente cuando se afirma que no es que se retrase la
venida del Señor sino ―que usa de paciencia‖ con la humanidad con el propósito de que el
ser humano no perezca, ―sino que todos lleguen a la conversión‖ (3, 9).
53
54
DUFOUR, Léon, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica, 622
Ibid., 622
147
Finalmente, otro dato que nos expone la carta para contemplar la paciencia, es entenderla
como virtud conductora del Amor y la Caridad como la describe San Pablo en 1 Co 13: ―La
caridad es paciente, es amable‖. Es la paciencia que Jesucristo tuvo para con el pecador, su
paciencia cotidiana, la que revelará su amor. 55 El amor fraterno entendido como caridad es
el gran punto de confluencia de
las ―actitudes‖ que le dan identidad al cristiano,
incluyendo en grado sumo la paciencia, que el autor de la Carta nos muestra como parte
fundamental del camino salvífico.
Por todo el análisis anterior, podemos como fórmula conclusiva, afirmar que la paciencia
en la Segunda Carta de Pedro se hace necesaria para la
humanidad porque es una
característica que favorece, como la templanza, el mantenerse firme en la fe y lleno de
esperanza, en situaciones de gran tribulación, y así mismo, prepara al creyente a vivir con
plenitud el amor. Respecto a la palabra ―activa‖, nos atrevemos a afirmar, que el texto
bíblico se refiere, a que la espera no debe ser en actitud de resignación, sino más bien
en tenso y esperanzador apoyo en Dios, quien es el objetivo de la espera, como se expone
implícitamente en Isaías 40,31. Es trabajar sin descanso, por la salvación del creyente y la
comunidad, dentro de la dimensión del amor fraterno y la caridad; es soportar sin
desfallecer, en la Fe y el Amor, las limitaciones y ataques del prójimo. Sin una Fe profunda
y un Amor fundamentado en Cristo, sería imposible vivir esta virtud, que reclama ―dominio
de sí‖, esperanza en Dios, y voluntad férrea, para no ceder a la tentación de la pasividad y
el desaliento. ¿No es esta actitud aporte de vida para la transformación de la humanidad
tambaleante, miedosa y escurridiza?
4.3.6 “Armoniza , enlazad… a la Paciencia Activa, la Piedad”.
En el griego moderno el comportamiento piadoso se relacionó con un comportamiento
religioso; pero fue Orígenes quién caracterizó éste comportamiento, denominando a la
55
Ibid., 623.
148
piedad como ―temor respetuoso‖. Una actitud originada en el hecho de estar el ser humano
frente a algo excelso, sublime, y por lo cual, puede existir el riesgo de un comportamiento
indebido en su presencia.
Este significado del griego moderno tiene su correspondencia en el Antiguo Testamento en
Ex 3, 6, cuando se observa, en la actitud de Abrahán, un amor reverencial ante la presencia
de Dios: ―Y añadió: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el
Dios de Jacob.» Moisés se cubrió el rostro, porque temía ver a Dios‖. Así mismo,
corresponde a este significado el que se encuentra en Proverbios 28, 14 con un significado
de ―temor cuidadoso” y “conveniente”: “Dichoso el hombre que teme siempre‖.
Luego, con base en estos significados, el punto de reflexión sería: ¿este temor cuidadoso,
conveniente y respetuoso para con Dios, que consecuencia soteriológica trae para la
humanidad? parte de la respuesta, a éste interrogante, se puede encontrar en el Salmo 25,
12-14 que expresa:
―Cuando un hombre respeta a Yahvé,
Él le indica el camino a seguir;
vivirá colmado de dicha,
su estirpe poseerá la tierra.
Yahvé se confía a sus adeptos,
los va instruyendo con su alianza.‖
La piedad facilita un encuentro personal entre el ser humano y Dios. Éste hecho se
corresponde con los significados que en un primer momento tomó la palabra piedad
(eujlavbeia), hesed en el Antiguo Testamento, que designaba la relación que une a los
parientes y que implica una ayuda mutua, eficaz y fiel: ayuda mutua (Gen 47,29), amigos
(1 Sam 20,8), aliados (Gen 21,23), la diferencia se encuentra en que esta relación de ayuda
mutua, eficaz y de fidelidad es con Dios.
149
Por lo anterior, y basándonos en el estudio diacrónico del término, la piedad en la relación
con Dios corresponde al lazo que se establece entre Él y su pueblo a través de la Alianza.
Al amor misericordioso de Dios debe corresponder la obediencia fiel y el culto amante del
pueblo (Dt 10,12s). De este amor, practicado para con Dios, debe fluir el amor fraterno
entre los hombres a imitación de la bondad Divina. Éste significado que coincide y explica
el por qué la siguiente “actitud” que ―añade‖ el autor de la Segunda de Pedro es el Amor
Fraterno. La Piedad debe llevar a la vivencia del Amor Fraterno, la vivencia de la caridad.
Por esto, el texto de Oseas 6,6 confirma este enfoque al puntualizar que la piedad no está en
los ritos, sino en el amor que los anima.
La piedad indica una situacionalidad por parte de la criatura, quien se reconoce como tal,
ante su Creador. Esto implica un reconocimiento de la trascendencia y omnipotencia de
Dios; ante Él la criatura se sitúa en unión amorosa llena de reconocimiento. La piedad, así
mismo, indica un amor reverencial, comprendido como el amor que une a Dios con la
humanidad. El ser humano teme, a su vez, romper esa unión, rompimiento nunca causado
por Dios, sino por el ser humano a causa del pecado. Podríamos afirmar, que la piedad es
un vínculo de amor y de unidad que se deriva de la toma de conciencia de la identidad
divina y conoce la identidad humana.
Para concluir este análisis, con el Nuevo Testamento, es relevante en la línea que asume
ésta investigación, tomar el texto de 1 Tim 6, 3-10, donde la piedad se comprende como el
asumir una vida cristiana con todas sus exigencias. En este mismo texto se afirma, que el
atenerse a una doctrina que es conforme a la piedad, evita a la humanidad involucrarse en
disputas y contiendas o en el afán del dinero, que desvía del propósito de la fe.
El culto amante que une al pueblo con Dios, es componente fundamental de la piedad, se
refiere a la forma como los hombres, han expresado a través de oraciones, sacrificios,
cantos de alabanza, su búsqueda de Dios, un culto que está inscrito en el orden de la
150
creación (Gn 1,14)56 y que tiene como propósito dialogar con su Creador, reverenciarlo a
través de ruegos y súplicas (Hb 5,7).
No se puede amar a Dios sin creer en él y no se puede amarlo sin amar al prójimo. Pero no
se puede amar a Dios ni al prójimo sin conocerlos y no se les puede conocer sin tender, sin
construir la comunión con ellos, esto es, amándolos. La experiencia cristiana es tanto
cognoscitiva como amorosa, es silenciosa, contemplativa y eminentemente activa.
Por último, podemos ver cómo en la piedad se contienen las demás ―actitudes‖ que le dan
identidad al creyente cristiano, desde la fe, en el conocimiento de Cristo y en el dinamismo
soteriológico del Amor, se interrelacionan y se exigen mutuamente. Es, tal vez, en la
―piedad‖, entendida como experiencia, como encuentro entre lo humano y lo divino donde
se entretejen claramente los demás dinamismos en diálogo con la realidad. En la piedad se
unen el conocimiento, la fe, y el amor. La experiencia de la ―piedad‖ entendida como
comunión con lo divino, restablece la armonía entre lo material y lo espiritual, entre lo
terrenal y lo celestial. Tenemos que ser conscientes de las diferencias entre los distintos
ámbitos pero sin fragmentar lo humano. El autor de la Carta apuesta a la integralidad
humana que no puede salvarse sino en comunión con Dios y con el otro. Por eso, la
realidad solo puede transformarse si se ama, y no se puede amar si dicha realidad no se
conoce. Solo cuando la fe, el amor y el conocimiento se unen, se reconoce el núcleo
amoroso de toda realidad. No se puede amar al Creador si se rechaza la creación. El amor a
Dios y al prójimo es el miso amor y no se puede amar a Dios, sino se ama lo que de Él
viene y al Él debe volver. Por eso, en estos versículos encontramos que en la fe, como
causa permanente y en el amor, como meta presente, en toda la trayectoria humana se
armonizan las ―actitudes‖ del hombre que vive aquello que le permite integrarse en el ser y
en el actuar entendiendo que no existe piedad, ni paciencia, ni templanza, ni virtud, sin
conocimiento, sin amor, ni nada de esto puede ser sin la acción, sin la praxis que se
encuentra animada por el dinamismo soteriológico de Cristo presente y meta de todo
56
VARIOS.Catecismo de la Iglesia católica, 347
151
conocimiento y única posibilidad de conducir al ser humano a la comunión con la esencia
divina. El amor es posibilidad de salir hacia el otro, es a la vez unitivo en aquel a quien se
encamina. No puede haber piedad sin fe y sin amor y no hay amor sin la salida de uno
mismo hacia el amado. El amado no es simplemente ―otro‖, ni tampoco soy yo, es un TU a
quien yo amo como a mí mismo. No hay que olvidar que aquello que identifica al creyente
no le permite separar la acción de la contemplación.
4.4.
CONTEXTO INMEDIATAMENTE POSTERIOR
Así como hemos podido comprobar la importancia del contexto anterior, que contiene las
acciones soteriológicas de Jesucristo, que dinamizan el sentido y el significado que el autor
de la Carta quiso darles a las ―actitudes‖ propias del cristiano contenidos en los vv. 3-5. Se
hace necesario, ahora, contemplar detenidamente el contexto posterior, hacia donde
confluye el contenido soteriológico que se inicia en el contexto anterior en los versículos 57 y culmina en los versículos 10-11 con el propósito de comprender la unidad y la
coherencia del texto. Unidad que se evidencia en el análisis sincrónico, donde se retoman
las acciones soteriológicas de Jesucristo significadas por los campos semánticos de poder,
vida, piedad, conocimiento, gloria, virtud, promesa, naturaleza divina a las que nos
referimos en el contexto inmediatamente anterior, y que reafirman la acción salvadora de
Cristo en toda la carta, dentro de contextos inmediatos que estimulan a la comunidad a vivir
en santidad, la previenen contra la aparición de falsos maestros y la motivan a afianzar su fe
en la veracidad del testimonio apostólico.
―Por tanto, hermanos, poned el mayor empeño en afianzar vuestra vocación y vuestra
elección. Obrando así, nunca caeréis. Pues así se os dará amplia entrada en el Reino
eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo‖. Estos versículos 10 y 11, conforman el
contexto posterior y decimos que hacia esa entrada amplia y gloriosa al Reino eterno de
nuestro ―Señor y Salvador Jesucristo‖ se encaminan las ―actitudes‖ que el creyente vive
152
afirmando su identidad cristiana en este mundo y son ellas como consecuencia del
dinamismo soteriológico de Jesucristo, las que lo encaminan a su encuentro.
Afianzar vuestra vocación y vuestra elección (1, 10- 11)
El versículo 10 se enlaza con los versículos anteriores a través de las palabras “por tanto”.
En el texto inmediatamente anterior se enfatiza que no poseer las ―actitudes‖ señaladas
hace de la persona un ser ―ciego y corto de vista‖, por esto, el autor estimula al cristiano a
afianzar la vocación y elección características de su identidad cristiana, a través de la
praxis de dichas ―actitudes‖, como dinamismos que conducen al conocimiento pleno de
Nuestro Señor Jesucristo. Sin dicho conocimiento, la persona olvida la salvación que le ha
sido concedida57, ―ha echado al olvido la purificación de sus pecados pasados‖ (9b),
olvido de su identidad pecadora, posibilidad de conversión.
En estos dos versículos se presentan las ―actitudes‖ como forma de obrar que no deja caer
al creyente, y que le dará ―amplia entrada en el Reino eterno de Nuestro Señor Jesucristo‖.
La acción salvífica de Cristo en el creyente, se reconoce a través de la praxis de dichas
―actitudes‖.
El Reino Eterno ofrecido por Cristo es el Don de Dios por excelencia, es el valor que hay
que adquirir a costa de todo lo que se posee (Mt 13,44ss). Si bien, el alcanzarlo es gracia de
Dios, la humanidad debe responder a esa gracia: los que se empecinan en su pecado, los
injustos no heredarán el Reino de Cristo y de Dios (1 Co 6,9ss; Ga 5,21; Ef 5,5). Este será
heredado por el que cumple la voluntad del Padre (Mt 7,21), especialmente en la caridad
fraterna (Mt 25,34). En el Nuevo Testamento, el Reino de Dios y la realeza mesiánica se
unen en forma estrecha por que el Rey-Mesías es el mismo Hijo de Dios. Jesús es el centro
del misterio del Reino, Él es el Reino mismo.
57
GNILKA, Joachim. Teología del Nuevo Testamento, 466.
153
Es en este contexto, donde se confirma que Cristo es la fuente de la salvación y que las
―actitudes‖ vividas por el creyente, en comunión con Cristo, son puerta de entrada a ese
Reino Eterno de Dios. Partiendo de la fe y teniendo como fin la caridad, actúan las dos,
dinamizadas en una unidad, y son fortalecidas por la “virtud”, el “conocimiento”, la
“templanza”, “la paciencia” y el “amor fraterno”, todas en su conjunto contribuirán a que
el creyente, activa y fértilmente, llegue a tener un conocimiento perfecto de Nuestro Señor
Jesucristo, como lo hemos afirmado anteriormente58
El testimonio apostólico (1, 12-21)
El autor de la carta quiere entregar un testimonio y exhortación apostólica en el nombre de
Pedro, quien estuvo presente en el momento de la Transfiguración y que ahora, por
manifestación de Jesucristo, siente cercana su muerte. Por ello, invita a la comunidad a
mantenerse firme y a esperar, con base en el conocimiento dado por los apóstoles de ―la
venida de nuestro Señor Jesucristo‖.
Fue voluntad de Jesús propagar su mensaje por medio de hombres que fueran como Él
mismo. Llama a doce personas a ser pescadores de hombres para que como Él, anuncien el
Evangelio. Los envía en misión a hablar en su nombre (Mc 6, 6-13), reciben autoridad
especial sobre la comunidad que deben dirigir (Mt 16, 18; 18,18). Estos hombres se
constituyen en los fundamentos del ―Nuevo Israel‖59, y jueces en el último día (Mt 19,28).
A estos, el Resucitado, les da el encargo de reclutar discípulos y de bautizar a todas las
naciones (Mt 28, 18ss.). Este mensaje de Jesús de hacer en su nombre ―nuevos discípulos‖
es lo que el autor de la Carta quiere concretar a través del conocimiento de las ―actitudes‖,
requisitos que deben caracterizar, en este momento, la identidad del cristiano, desde la
persona de Cristo y su acción salvadora, en común unión con el pueblo creyente, que los
práctica y comunica, en la vida del Resucitado.
58
59
Ver páginas 143-144
DUFUOR, Léon, Xavier Vocabulario de Teología Bíblica, 98
154
El autor quiere actualizar el mensaje de la Iglesia Apostólica. Busca generar en el creyente
confianza en el contenido de la Carta, credibilidad en el programa de salvación, que traza
para el cristiano, a través del acontecer salvador de Cristo presente en el actuar y ser de los
cristianos, reforzando su mensaje con las palabras: ―Por esto, estaré siempre recordándoos
estas cosas, aunque ya las sepáis y estéis firmes en la verdad que poseéis‖. Este ―estaré
siempre recordándoos‖ indica que el dinamismo soteriológico presente en la praxis de la
vida del creyente, debe ser actualizado siempre, tanto en él como persona, como en su
comunidad.
Otra acción salvadora importante dentro del contexto posterior, que se encuentra en éste
fragmento es ―la venida de nuestro Señor Jesucristo‖. Esta relación soteriológica de Cristo,
identificada en el análisis sincrónico, parousiva (parousia. Venida, presencia), es fuente
de antagonismo, porque la no llegada pronta de Jesucristo, se convierte en elemento para
desalentar a la comunidad creyente. Pareciera, que el autor de la Carta con las actitudes
como la Piedad y la Paciencia activa, exhorta a la comunidad a mantenerse firme contra los
mensajes desesperanzadores. Por tanto, es relevante, dentro de este contexto posterior,
recordar el significado de la parousiva en el Nuevo Testamento:
Venida – parousiva
Jesús ya, ha se ha hecho historia, ya ha venido, ya ha resucitado, pero tan fuerte es para el
pueblo cristiano, su segunda venida gloriosa, que el término que examinamos no se usa
para referirse a su primera venida, sino para la segunda, después de haber Cristo
Resucitado, y Ascendido a los cielos. Para la Venida Gloriosa, los autores de los sinópticos
y Juan usan ―día del Señor‖ y Pablo parousiva. En 1 y 2 Tesalonicenses (1 Ts 2,19; 3,13;
4,15; 5,23; 2 Ts 2,1, 7-8) su uso es extendido y trae consigo sentimientos de consuelo y de
esperanza para ese momento del acontecer pleno de Cristo en la integralidad de cada
creyente. En 1 Co 15, 22 se constituye en el gran momento en que todas las cosas van a
estar sometidas a Cristo.
155
En Hebreos persiste esta idea de esperanza de una venida futura (9, 28;12, 26) y se refiere a
la paciencia como a una ―virtud‖ ―para cumplir la voluntad de Dios y conseguir así lo
prometido‖ (10,37) e invita en 12, 26 a ―ofrecer a Dios un culto que le sea grato, con
respeto y reverencia‖, que como describía en el contexto anterior, se refiere a la vivencia de
la ―actitud‖ de la piedad.
Santiago, Pedro y Judas se refieren a la parousiva de Cristo. En Pedro esta manifestación
es decisiva e inminente (1 P 1,5; 7,13) y en la Segunda de Pedro, Carta motivo del presente
análisis, sale al paso de las objeciones de los que se burlan de este acontecimiento (2 P 3, 34), aduciendo que la demora de este momento es por la Paciencia de Dios (2 P 3, 8-9), que
corresponde a la gran espera que mantiene el Señor para que se logre en libertad, la
conversión de la humanidad. Éste mantenerse firmes en la parousiva, es una invitación a
los creyentes para que esperen y apresuren el acontecimiento de la venida del Señor.
En este texto, el autor, realiza una de las afirmaciones más conocidas y referidas en la
apologética bíblica, la defensa a la Iglesia y a la tradición apostólica, cuando afirma: ―ante
todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta
propia; porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres,
movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios‖. Es una aseveración en la que
el autor pone en cuestión el derecho de la interpretación privada de la Escritura y afirma su
inspiración Divina. Con esta manifestación, corrobora su autoridad y la veracidad de las
palabras de su exhortación.
Es importante, para nosotros,
los investigadores con el método de estudio ―Análisis
Teológico Semántico‖ este texto, porque para el método el texto es el Referente y nuestra
investigación se alimenta de él. Una tradición que se ha movido en la historia de nuestra
Iglesia apostólica y que se basa ―En el respeto al texto y a sus diversas dimensiones‖60,
60
ORTIZ, VALDIVIESO. Pedro, S.J. y JIMÉNEZ, DE ZITZMANN. María Lucia. Análisis Semántico – Teológico del
Nuevo Testamento, 26.
156
porque ―uno de los criterios más importantes para juzgar la validez de cualquier
interpretación es el respeto al objeto que se quiere investigar, en este caso, al texto… no
puede construirse haciéndole violencia, para hacerlo decir lo que a un lector le interesa. El
intérprete tiene que escuchar al texto, no puede imponerle el sentido o el significado que a
él le conviene.‖61 En nuestro método, se busca que la interpretación sea lo más fiel posible,
por eso, damos también una gran relevancia al conocimiento de los contextos tanto amplio
como inmediatos, anteriores y posteriores. Los contextos nos dan a conocer las situaciones
que motivaron el escrito, nos ponen en diálogo con el autor y sus intereses, nos permiten,
como en nuestro caso, precisar no solo las intenciones del autor sino el alcance y la
relacionalidad de las afirmaciones soteriológicas. La significación de estas, a través de los
campos semánticos, amplía y precisa y por eso se hace necesario el análisis diacrónico de
los términos que ayuda a conocer su significado y el sentido que ocupan dentro del texto.
Con todo lo anterior, afirmamos que podemos conocer mejor su alcance iluminador y
transformante para aquella realidad que motivó su realización y su efecto de luz y
conversión para nosotros hoy.
La condena de los falsos maestros (2, 1-22; 3 1-6)
El autor de la carta previene a la comunidad cristiana ante la llegada de falsos profetas. Es
un bloque que parece sacado de la carta de Judas, pero con un rasgo diferenciador notable
que es el no uso de los ejemplos ―no canónicos‖ de la carta de Judas, hecho que puede tener
relación con la consideración que analizamos en el ítem 1.3.1 62 del presente trabajo, donde
el autor hace defensa implícita del contenido de las Escrituras y así, él mismo, ejemplo, no
usando en sus escritos hechos que no estén relatados en la Sagrada Escritura.
En general, en estos versículos se exhorta al creyente de la comunidad destinataria, y al
creyente de la iglesia futura, a apreciar y tener muy en cuenta la profecía
veterotestametaria. A ponerse en guardia ante el falso uso de la misma, por el surgimiento
61
62
Ibid.
Página 17
157
de ―falsos profetas‖ (2,1), y en el futuro ―falsos maestros‖, que tratarán de engañar a la
comunidad cristiana (2 P 2,1-3). Estos ―falsos maestros‖ (2,1), con el propósito de seducir a
las ―almas débiles‖ (2,14), cuestionarán las verdades del Evangelio, como la Parusía y
acomodarán el mensaje de las Escrituras, de acuerdo a su ―codicia‖ (2,14), ―placeres‖
(2,13) y apetencias impuras, de las cuales son esclavos.
Esta situación, también la había vivido Pablo en sus comunidades, como se puede
evidenciar en 2 Co 11, 13, donde previene contra los ―falsos apóstoles‖ que a su vez, son
―trabajadores engañosos que se disfrazan de apóstoles de Cristo‖. En 1Tm 1, 1-2 invita a
Timoteo a permanecer en Éfeso y a enviar maestros que no enseñen doctrinas extrañas que
promuevan disputas evitando la realización del plan de Dios, disputas que tienen su origen
en el no entendimiento de lo que dicen y afirman, por lo cual desvían su conducta y caen en
vana palabrería. Invita al creyente a evitar estas ―fábulas‖, ejercitándose en la práctica de la
Piedad (1Tm 4,7b), como lo hace el autor de la 2 P en 1, 5-7, aduciendo, que la ―piedad es
provechosa para todo, pues tiene la promesa de la vida, de la presente y de la futura‖ (1
Tm 4,8).
En 2 Pe 3, 1-11 se reafirma el mensaje de los versículos del capítulo 2, y se invita al
seguidor de Cristo, de todos los tiempos, a mantener convenientemente la ―santa conducta‖
(3,11) y la ―piedad‖. Ésta última palabra, eujsevbeia, facilita visualizar la unicidad del
texto con lo descrito en 1, 5-7. La palabra ajnastrofaViV:, (3,1-11) traducida como ―santa
conducta‖ es un sustantivo que en el griego secular significa ―clase de vida‖, ―conducta‖ ó
―comportamiento‖. Estos son significados apropiados para valorar un encuentro de vida con
Jesucristo, objetivo esencial de la 2P. Esta carta anhela un encuentro con la fe ―preciosa‖,
que genere en el creyente, un nuevo estilo de vida, una nueva forma de actuar, un
comportamiento de acuerdo con la voluntad de Dios, resultado de la respuesta sincera y de
vida a la invitación de Cristo, testimoniada por los apóstoles, y asegurada en la ―firmísima
palabra de los profetas‖ (1,19). En este sentido, en 3,14, el autor hace énfasis en la palabra
spoudasate- ―poner empeño‖, realzando la firmeza que el cristiano debe tener para ser
158
hallado en paz ante la presencia del Señor. Estas palabras son las que el autor de la carta
utiliza en el versículo 5 como introducción a las ―actitudes‖ que debe vivir el creyente para
salvaguardar ante el peligro, su identidad cristiana: ―poned el mayor empeño‖, palabras que
se constituyen en una invitación a hacer todo lo posible, para actuar conforme a la fe que se
ha recibido, para vivir la realidad de la salvación que por gracia de Dios hemos recibido de
Jesucristo. El ―empeño‖ nace de la gracia de Dios a través del acontecer de Cristo en la
Comunidad.
Finalmente, en el versículo 18, en la exhortación conclusiva del texto, vuelve el autor a
ratificar la unidad de la carta, planteando su deseo inicial (1, 5-8) de que la comunidad
haga progresos ―en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador,
Jesucristo‖, tema que enmarca toda la carta y que armoniza coherentemente con el
dinamismo soteriológico que ésta comunica al creyente a través de las ―actitudes‖ presentes
en 5-7. Dinamismo que se concreta en una acción transformante y vivificadora de la
comunidad, que nace de los principios fundamentales de la verdad cristiana, la Fe y el
Amor. Fe y Amor que dinamizan las características que deben animar la vida del
creyente, y le dan su razón de ser, estas “actitudes” se entrelazan en su contenido
significativo, y actúan en forma conjunta (ver el siguiente ítem 4.5), especialmente en
tiempos difíciles, facilitando a la persona y a la comunidad cristiana a mantenerse en
los principios del evangelio, que le darán la “entrada en el Reino Eterno de Nuestro
Señor y Salvador Jesucristo” (2 P 1,11)
4.5.
EL SENTIDO DE LA PALABRA ejpicorhghvsate
La importancia de esta palabra nos hace en este momento recordar lo que se dijo en el
numeral
4.263
para reafirmar, que el texto no describe una ―escala ascendente de
virtudes‖, como lo afirman algunos comentaristas sino, ―actitudes‖ profundamente
dinámicas, que se entrelazan reclamándose, unas a otras, fundamentadas en los dos pilares
63
Páginas 127-132
159
que conforman la identidad cristiana, para desde ella, dar respuesta a los ―falsos maestros‖
que buscan destruirla.
Adicionalmente, y en consonancia con lo dicho anteriormente, esta palabra en un estricto
sentido etimológico, se puede descomponer en tres elementos: ejpi - coroV – hgevomai,
que significan “conducir un coro”: Nos remite a la acción que realiza el director de un
coro, que va armonizando y enlazando voces, integrando sonidos, realizando silencios en la
interpretación de su obra coral. Esta figura, que nace del significado etimológico de la
palabra ―ejpicorhgevw‖ es muy apropiada para describir la acción dinámica
de las
―actitudes‖ que deben caracterizar a la persona del cristiano y que el autor de Segunda de
Pedro, plasma en los versículos 5-7 de su carta y que se han estudiado en forma detallada
en la presente investigación. Éstas, como un coro deben actuar, haciéndose realidad en la
vida del creyente. Dependiendo de la situación de vida que enfrente, el acento vocal va a
distinguir en un determinado momento una ―actitud‖ más que las otras, pero las demás, con
un sonido ―piano‖, deben estar acompañando armónicamente la obra, actuando en unidad.
Así mismo, de acuerdo al momento que viva el creyente, actúan, en ocasiones, al unísono, y
en otras se marcará más la voz de una de ellas, con el propósito de mantener la melodía de
la Fe y el Amor cristianos. Esa Fe preciosa y ese Amor, que compuso y nos ha
comunicado el Padre Creador, a través de su Hijo, Nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Con la práctica armonizada de todos estas ―actitudes‖ el creyente, por la gracia y el poder
de Jesucristo, puede dejarlo acontecer en su persona, permitiendo que su dinamismo
salvífico lo convierta a él mismo, en un Cristo vivo, agente soteriológico de su comunidad.
Todo lo anterior, con el propósito final y único, como lo expresa hermosamente el autor de
la carta, de llegar a ser él y su comunidad, ―partícipes de la Naturaleza Divina‖ (2P 1,4b).
Una Naturaleza Divina inspirada en el Amor, fundamentada en el Amor y proyectada en el
Amor. Cada ―actitud”, es una voz de ese coro, que le va a colaborar al creyente al
interpretar la partitura de la vida, partitura que, compuesta por Jesucristo Salvador, quiere él
160
interpretarla en y con su Iglesia, al unísono, para que la salvación del género humano y el
establecimiento del Reino de Dios sea una realidad.
161
5. APORTE A LA REALIDAD
El autor de la carta, alerta a la comunidad cristiana futura, ante una realidad que acontecerá
y pondrá a prueba la fe y la identidad del creyente. Esta realidad vivirá problemas muy
graves como:

Corrupción por la concupiscencia

Falsos maestros que distorsionan el camino de la verdad

Libertinaje

Codicia

Adulterio

Seducción por las pasiones de la carne

Hipocresía

Sarcasmo
¿Será que esa realidad vivida por el autor de la carta se puede aplicar a la realidad que vive
el creyente del mundo de hoy?, si la respuesta es sí, podemos también afirmar, que en esta
misma carta, el creyente de hoy, encuentra la fórmula, generada por el poder y la gracia de
Nuestro Señor Jesucristo, para enfrentar su realidad y mantenerse fiel a la fe en Cristo y
convertirse en agente soteriológico de su comunidad y del mundo. Podemos afirmar, que es
plenamente vigente este dinamismo salvador, y camino seguro que favorece la entrada del
Reino de Dios. Por que el ser humano creyente y libre, permitirá que Jesucristo viva en él y
que el acontecer de su Reino se convierta en realidad, transformando así su entorno para
vivir la plenitud de su fe, encarnada en el amor fraterno, en la caridad.
5.1.
¿CÓMO SE VIVEN HOY LOS ACONTECIMIENTOS DESCRITOS EN LA
SEGUNDA CARTA DE PEDRO?
Es importante aclarar que las reflexiones que vienen a continuación, no tienen como
intención ―satanizar‖ la realidad; ciertamente es un esfuerzo por actualizar el mensaje de la
162
Segunda Carta de Pedro, en sus versículos 3 – 5, a la realidad de hoy, cuya similitud se
puede percibir sin mayores esfuerzos a través de una observación autocrítica de los
acontecimientos que se están viviendo en el mundo y en nuestro país. Por lo tanto,
iniciamos esta parte del trabajo con la siguiente pregunta:
¿Qué situaciones de la realidad podemos constatar, en el mundo de hoy, similares a las que
vivió la comunidad destinataria de la carta?
5.1.1. Corrupción en el mundo por la “concupiscencia”
Asumiendo a Pablo, para quien la concupiscencia es la raíz de todo pecado (Rm 1, 24-32;
Ga 5, 16-26), y ésta a su vez, se manifiesta en hechos observables en la cotidianidad de
hoy, a continuación se describen algunos de ellos, que son fruto de ésta inclinación al mal
y que se traducen en apetencias, codicia y corrupción:
Voy a referirme a algunas de las tantas situaciones que pueden ayudarnos a verificar la
necesidad que tenemos de ―salvación‖ y lo que logramos si recuperamos nuestra verdadera
identidad de cristianos.

Es fácil verificar que una de las causas de la crisis financiera inmobiliaria, que se ha
desatado en el mundo bancario de E.U., pero que también la hemos vivido en Colombia en
años anteriores, tiene su origen en ―esa inclinación‖ egoísta y codiciosa, de grupos
económicos, que buscan enriquecerse cada vez más, sin importar la realidad socioeconómica de la familia, que tiene la necesidad de solicitar un préstamo para adquirir una
vivienda. Esto conduce a los funcionarios del sistema a la práctica ―perversa‖ de cobrar
altos intereses por encima de lo justo (usura), ocasionando, en el mediano plazo, el
―desangre‖ económico de las familias, que llegan a vivir situaciones de insolvencia
económica, que las obligan a entregar el bien adquirido a la entidad que les hizo el crédito
hipotecario, la cual a su vez, con la intención de no perder ese dinero y aún ganar más,
163
intenta vender éste bien a otra familia, que va a tener ésta misma dificultad financiera en el
tiempo, llegándose a un punto de empobrecimiento generalizado de la sociedad, donde los
mismos bancos no encuentran compradores, y por lo tanto, la organización va a ser
―víctima de su propio invento‖, y por leyes de mercado, va a acumular una serie de activos
que nadie le va a comprar, y su cartera, va a tender a un precio de ―0‖, produciendo el
empobrecimiento del mismo banco. ¿Que origina este estado de empobrecimiento general
de la sociedad?: la codicia de algunos pocos, a costa del mayor empobrecimiento de
muchos pobres.

Otro gran padecimiento de la sociedad actual se origina en la seducción que ejercen
en la humanidad las pasiones de la carne, el ―libertinaje‖ en el campo de la sexualidad,
acelerado por los medios de comunicación, que están provocando la descomposición
familiar, la descomposición ―mental‖ del individuo, la prostitución de la juventud, la
pérdida de los valores espirituales, grandes dificultades emocionales al interior de las
familias, enfermedades, etc., situaciones que conducen al desmoronamiento social, a la
descomposición de la integridad física y síquica de la sociedad.

El adulterio y la infidelidad, que está trayendo consigo la desintegración de las
familias, la violencia intrafamiliar, el desarraigo y las crisis emocionales de los hijos, que
se convierten en víctimas inocentes de este conflicto y que les puede ocasionar inseguridad
y baja autoestima; problemas que aunados a otras ―patologías sociales‖ como la
drogadicción, el alcoholismo, etc. llevan finalmente a la muerte
de la célula
de la
sociedad: la familia.

Hoy, pululan los ―falsos maestros‖ que creen tener la verdad y por este ―egoísmo‖
intelectual, dan origen a procesos de desunión en la comunidad, generando tensiones y
rivalidades por disensiones conceptuales. En ocasiones, estos falsos maestros simplemente
esconden en las ideas sus deseos egoístas, su soberbia, sus ambiciones personales de poder
o de dinero.

La hipocresía, ―la doblez‖ o falsedad humana, cuya raíz la puso al descubierto el
mismo Jesús, fijándose especialmente en los fariseos. A través de esta actitud, la sociedad
se llena de desconfianza, y se expande a través de ella, la codicia, la mentira, el engaño,
164
etc. se establece un mundo donde la verdad es relativa, y va a depender del poder
económico, social o político de quien la dice.

Se ha generalizado la instrumentalización del ser humano, el ―dinero‖ y no la
dignidad humana como razón de ser de la sociedad. Al ser humano el mundo de hoy, lo está
despojando de la Gracia Divina de la transcendencia, porque lo ha convertido en un objeto
mas de producción y consumo, que ha traído entre otras consecuencias la ―eutanasia‖, la
posibilidad de que el mismo hombre decida sobre la vida del individuo, porque ésta ya no
es ―útil‖ o productiva, sino más bien una ―carga social‖.
Todos estas inclinaciones han acechado a la humanidad de todos los tiempos y ningún
creyente de hoy se encuentra a salvo de las situaciones descritas y de muchas otras, que se
originan en la concupiscencia humana, y es por esto, que el autor de la Segunda de Pedro
previno al cristiano de ayer, y así mismo, como claramente lo podemos observar, al
creyente de hoy, y lo impulsa a que no pierda el don ―precioso de la fe‖, porque éste lo
resguardará de ―la corrupción que hay en el mundo por la concupiscencia‖ (2 P 1,4b), le
permitirá transcender, y no caer en el engaño de convertirse en un instrumento social.
El autor de 2 P, alienta al ―hermano‖ (1,10) de hoy, a que encarne la Fe y el Amor cristiano
a través de la práctica de las ―actitudes‖ que fortalecen y salvaguardan su identidad, que por
éste camino se transforme en baluarte de vida, para él y para su comunidad. Lo invita, de
forma concluyente, a un actuar coherente con la persona de Jesucristo, a compartir su
Naturaleza Divina, y a convertirse en constructor del Reino eterno de Dios.
5.1.2 Las “actitudes” del cristiano descritas en la Segunda Carta de Pedro 1, 5-7
asumen la realidad y se convierten en camino salvífico
Como el tema se ha venido desarrollando en todo el trabajo, en este punto solo vamos a
exponer, con base en los sentidos y significados que hemos podido comprender a través de
la investigación, ―dinamismos claves‖ que deben ser tenidos en cuenta por el cristiano de
165
hoy, para que sin apartarse del mundo, fortalezca su fe y lo convierta en agente de
salvación, para sí mismo y para su comunidad. Debe ser claro, que este discernimiento, que
viene a continuación sobre su praxis hoy, no es más que un pequeño acercamiento
ilustrativo, que ayuda a comprender el poder soteriológico que tienen las ―actitudes‖
descritas en la segunda carta de Pedro, para el creyente, y que hemos estudiado durante
todo el trabajo. Cada una de ellas, vivida dentro de la Fe y el Amor, tendrá, en sí mismo y
de forma interrelacionada, infinitas formas de significarse en la vida del creyente y de la
comunidad, como también infinitas posibilidades de realización en la vida de los creyentes
y de las comunidades hoy.
Un elemento que se debe considerar y resaltar en este momento, y que implícitamente va a
ser visible en los siguientes enunciados, como lo referí en el capítulo 4, y musicalmente lo
interpreté en el ítem 4.5, y que así mismo, ha sido el trasfondo de esta investigación, es la
necesidad del actuar armónico de este conjunto de ―actitudes‖ propias de la vida del
cristiano. Aunque en un momento dado, por el contexto de la realidad, se dé más acento a
una u otra, o se haga más visible una en especial, para la praxis de ésta, necesitamos de la
confluencia de las demás. Todas ellas deben estar presentes en cada momento de la
existencia del cristiano, se necesitan unas a otras, deben actuar acompasadamente entre la
fe y el amor, que por gracia hemos recibido de Dios Padre a través de su Hijo Jesucristo, Fe
y Amor que las dinamizan, las explican y las justifican.
La virtud.
Debe ser lo primero que el cristiano debe esculpir en su vida creyente, para despertar como
lo dice 2 P 3,1 el ―recto criterio‖ y con base en éste, tomar el mejor camino para el
desarrollo de su vida.
La ―virtud‖ como se describe en las conclusiones, es esa capacidad que tiene el ser humano,
por decisión propia (Aristóteles) de mantener la tendencia hacia el bien (Sócrates); y el bien
166
para el cristiano es, como lo dice Pablo, seguir los intereses de Jesucristo: fundamentar la
existencia en el AMOR.
Esta ―virtud‖ motiva al discípulo de Cristo, en el mundo de hoy, a no consumirse en la
maldad (Sb 5,13) y buscar incesantemente conocer y transitar por los caminos del Señor
(Is 58,2). El creyente virtuoso tratará de actuar de manera coherente con su Fe, y con gran
valentía (2 M 15,17), para mantenerse en ella, por difíciles que sean los tiempos. Por esta
―santa conducta‖ se convertirá el creyente, en testimonio de vida para su comunidad. Por lo
tanto, este ser ―virtuoso‖ no convivirá con la ―corrupción‖, ni con ninguna de las
enfermedades que actualmente azotan al mundo.
La ―virtud‖, en sí misma, hoy debe llevar al cristiano a distinguir lo que conviene y a
perfeccionarse a sí mismo y a la sociedad, según el orden divino. Al desarrollar este ―recto
criterio‖ (2 P 3,1), no será ―ni ciego‖ ni ―corto de vista‖ (2 P 1,9) en el discernimiento de la
realidad. El creyente permaneciendo firme en la virtud podrá ser un buen guía, luz de su
comunidad, religiosa, laboral y familiar, en situaciones de confusión originadas por la
corrupción o por los ―falsos maestros‖ de hoy, que ya se anunciaban en 2 P. La virtud no le
dará cabida al egoísmo, ni a los malos deseos que consumen en la desesperanza y en el
―stress‖ al ser humano de hoy y, sí lo convierte en un defensor de la causa de Cristo, en un
trabajador por y para el Reino de Dios en la tierra.
Como la ―virtud‖ se traduce en una relación viva con Dios, en una aceptación plena de su
Palabra y de su Voluntad, conducirá al creyente de hoy, a escoger los caminos demarcados
por el Señor, y por lo tanto, buscar el conocimiento de Jesús a través de la enseñanzas de la
Iglesia, de las reflexiones que se originan en las comunidades de la oración, o de la
academia, todo soportado y sostenido por su fuente original, la Sagradas Escritura.
Complemento natural de la práctica de la ―virtud‖, es ―la actitud‖ de la templanza, el
―dominio de sí‖, para mantenerse fiel a la fe, en un mundo tan complicado como el de hoy,
167
donde el ―libertinaje‖ se reafirma a través de los medios de comunicación, la política y la
misma academia, como veremos más adelante 64. Lo mismo podemos decir, de la paciencia,
de la necesidad del conocimiento, de la piedad y de las demás ―actitudes‖ que afirman y
defienden su identidad cristiana.
El conocimiento.
El conocimiento de Jesucristo plenifica la fe y conduce a la virtud a su máxima expresión,
como lo afirma Schelkle: ―Todo auténtico conocimiento debe dirigirse en último término
hacia Cristo, éste es el signo de su autenticidad‖65. Ese conocimiento lleva
obligatoriamente a conocer el verdadero significado del amor, así como lo afirma Juan:
―Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.‖ 1Jn 4,8.
Este redescubrir a Cristo, por el conocimiento que de Él tengamos, es lo que necesita el
mundo de hoy. Cristo vivo hoy enseña y motiva el corazón del cristiano para convertirlo en
agente de salvación, sin ahorrar esfuerzos para la transformación de entornos corruptos a
través de la fuerza del amor, que responde a los falsos maestros con palabras de sabiduría, y
cambie el espíritu codicioso en espíritu de generosidad, para proyectar la luz de Cristo
donde solo habita la oscuridad. El conocimiento de Cristo alimenta, en el ser humano, la
esperanza, por que donde ―abundó el pecado va a sobreabundar la gracia del Señor‖ (Rm
5, 20).
En el mundo de hoy, se está sacando de las aulas, del derecho, de la vida política, el
conocimiento de Dios. Hoy más que nunca es verificable un entorno adverso a la fe, luego
hoy más que nunca, se necesitan creyentes que no dejen de luchar, a través de diversos
medios, para conocer y dar a conocer el evangelio, teniendo mucha paciencia, pero activa,
que sin dar paso atrás y acompañada por la oración, por la piedad, no dejen de dar amor a
un mundo que está careciendo de él, por el egoísmo, y la práctica de la ley del más fuerte.
64
65
Página 168
SCHELKLE, Karl Hermann. Cartas de Pedro – Carta de Judas, 269.
168
La templanza.
El dominio propio asegura el cumplimiento de todos las ―actitudes‖ y por lo tanto la
permanencia en la Fe y en el Amor de Cristo.
Va orientada a que el cristiano, por el ―dominio de sí‖, evite ―la corrupción que existe en el
mundo por causa de la concupiscencia‖ (2 P 1,4). Para todos los que habitamos este
mundo, no nos es extraño, que la ―concupiscencia‖ haya visitado nuestras vidas. El sexo,
el poder, el dinero, la envidia, el egoísmo, la soberbia, etc., algunas de ellas u otras más del
infinito mundo de tentaciones, nos ha solicitado audiencia en algún momento de nuestras
vidas, y parte o algunas de ellas las hemos consentido. En ese instante es donde la virtud de
la ―Templanza‖, alimentada, por la virtud de la piedad, va a hacernos falta y será la que nos
ayude a mantenernos, fieles al Amor, enseñado por Jesucristo, en quien, las malas
inclinaciones no tienen asidero ni justificación. Esta ―santa conducta‖, esperada por el
autor de la carta, es un trabajo diario para el creyente, que se proyectará en testimonio de
vida para la comunidad creyente y no creyente.
El creyente, asegurando el ―dominio de sí‖, no caerá en la concupiscencia del mundo y
podrá ser un discípulo de Cristo que con su testimonio de vida pueda dedicarse a ser agente
de salvación, como gestor de esperanza y arquitecto de paz, recorriendo con amor los
caminos de este mundo. La Templanza no es sinónimo de rechazo, sino de ―dominio de sí‖
para orientar, colaborar, y socorrer a las ―almas débiles‖ (2,14).
Esta ―santa conducta‖ (3,11) deberá ser mantenida por la oración piadosa, por el ―Santo
Temor de Dios‖, expresados por la reverencia y alabanza a Él. Jesucristo mismo invitó a los
apóstoles, agentes de salvación por excelencia, a orar para mantener la ―actitud‖ de la
templanza: ―Velad y orad, para que no caigáis en tentación; que el espíritu está pronto,
pero la carne es débil.» Mt 26,46.
169
La templanza dará fundamento a la paciencia, porque el soportar las dificultades y
sufrimientos en Cristo, con la esperanza de la redención del hombre, de su conversión, y
por lo tanto, sin dejar de un lado la esperanza de una renovación del mundo en el Amor de
Cristo, exigirá ―dominio de sí‖, del amor al prójimo en su más amplia expresión.
La paciencia
Es ―la actitud‖ fundamental para poder ofrendar al Señor, los momentos de dificultad, dolor
o sufrimiento que acontecen en la vida del creyente. De abrazar su cruz con fidelidad,
teniendo en cuenta que en él, cada acontecimiento tiene un sentido y un significado, para la
santificación de la persona humana y de la comunidad. La práctica de la paciencia revelará
el verdadero compromiso que tiene el creyente con la fe y con la Caridad. Si la virtud es
aquel don, que inspira al creyente a mantenerse siempre en los caminos del Señor, la
paciencia y la templanza asistirán al cristiano para que se mantenga en esa ―fe preciosa‖ y
la fortalezca permanentemente con el testimonio de su propia vida.
La paciencia es una ―actitud‖ de Dios, que el hombre debe reflejar si quiere ser agente de
salvación. Esta identidad entre la paciencia de Dios y la paciencia humana la vemos
plenamente reflejada en la parábola de Mt 18,23 (Parábola del siervo sin entrañas), en ella,
como lo refiero en el análisis diacrónico del concepto de paciencia 66 queda expuesta la
relación entre la paciencia de Dios y la de hombre. En este texto, la paciencia de Dios, se
traduce como la oportunidad que le ofrece Dios a la humanidad para emprender una nueva
vida, así lo describe la Segunda de Pedro cuando afirma: ―No se retrasa el Señor en el
cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino que usa de paciencia con
vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos lleguen a la conversión‖ (2P
3,9). No es una ―actitud‖ del hombre mismo, de acuerdo con el ideal humanístico griego,
sinónimo de aguantar mesuradamente, sino una acción, que como don divino, se abre al
prójimo y sale a su encuentro. Luego en la vida cristiana, la paciencia se identifica
66
Numeral 3.5, Páginas 94-96
170
plenamente con el Amor (1 Co 13,4), y hace del creyente, un ser fuerte en los sufrimientos,
en plena comunión con Cristo y abierto a la esperanza para que los acontecimientos de la
vida, en ocasiones dolorosos y fuera del propio control, sirvan desde la perspectiva de la Fe
y el Amor, para la regeneración de cada persona y, así mismo, de la comunidad. Al abrazar
el creyente, la cruz, se generará la luz de la esperanza, para que la dificultad, el sufrimiento,
el dolor, que también experimentó Cristo en su persona, se constituya en dinamismo
salvador.
Por lo anterior, al creyente de hoy, que vive situaciones similares a las reflejadas en la
segunda carta de Pedro, el autor de la carta lo invita a esculpir la Paciencia, de tal modo,
que ésta lo conduzca a perseverar en el bien, a no caer en la corrupción del mundo, a estar
firme en la palabra de los profetas (1,19) y a ser constante en la esperanza de la salvación
futura de la humanidad. Que cada cristiano, se convierta en testimonio vivo de Cristo, y a
través de su ejemplo, de su ―santa conducta‖, esas ―almas débiles‖ y los mismos ―hijos de
maldición‖, como lo dice el autor de la Carta, abandonen el camino del adulterio, de la
fornicación, de la mentira, etc., que en el presente, como en la comunidad primera, son
parte de la realidad.
Retomando a Mateo a 18,23, Dios quiere, del creyente, que uno de los efectos de
enriquecer la vida con la paciencia sea el perdonar y seguir amando al hermano, sea quien
sea, ya sea su compañero de trabajo u oficina, que está en su casa o fuera de ella, pero que
necesita de su corrección y guía. Así como Cristo perdonó desde su cruz al pueblo que días
antes lo alababa y su justicia reconocía, así debemos amar y perdonar a quienes nos
traicionan, nos engañan, nos utilizan. Esto es lograr la identidad con Cristo, participar de su
naturaleza divina. Es a través de la fortaleza en el sufrimiento que podemos ser agentes de
salvación, a imitación de Cristo.
¿Por qué debe ser una paciencia ―activa‖?. Porque amparado en ella, el creyente, en medio
de la corrupción, debe estar evangelizando al ―estilo‖ de Cristo, transmitiendo valor y
171
esperanza, perdonando y edificando el ―Reino eterno de Nuestro Señor y salvador
Jesucristo‖ (1,11).
La piedad.
La piedad, entendida como temor cuidadoso y respetuoso a Dios, sustentado en la fidelidad
y en la oración, es el medio que permite al creyente realizar un encuentro personal con Él.
Afianza la fe y es fuente de fortaleza espiritual que facilita enfrentar los retos y las
dificultades que hacen parte de nuestra realidad.
Al hombre de hoy se le dificulta encontrar espacios de oración, momentos de encuentro con
Dios. El ruido, el activismo, la televisión, los deportes, los conciertos, el cansancio, se han
convertido en los enemigos de la piedad, de los encuentros íntimos con el Señor, de la
oración, de la presencia del cristiano en la Eucaristía. El desafío para el creyente, en medio
de la realidad de hoy, es recuperar la piedad, como espacio donde pueda encontrarse con el
Señor, reconocerse como su criatura y asegurar los lazos de amor y respeto a su Creador.
Encontrar momentos para pedir al Padre y a su Hijo Jesucristo, el aumento de la fe y la
sinceridad en el amor; la fortaleza para mantener la vida en la virtud, en un mundo lleno de
egoísmo y corrupción; de poder ser luz en las tinieblas, en un mundo donde se quiere
desterrar la fe de la vida de la humanidad; defender el amor al prójimo en un mundo donde
se estimula el rencor, el individualismo y el odio; tener paciencia en ambientes donde no es
fácil dar un testimonio cristiano; tener templanza en un mundo donde la tentación y la
concupiscencia son parte del día a día. Hoy, la piedad se necesita, más que nunca, para
sostener la vida en Cristo Jesús, para alimentar y hacer crecer en nosotros los demás
―actitudes‖ que nos permiten desde nuestro ser creyente enfrentar y transformar la realidad
en la cual vivimos, y fomentar la esperanza en un Reino Eterno, donde brillarán la paz y la
Justicia.
172
CONCLUSIONES
Creo que lo más relevante de esta investigación lo constituye la diversidad de aportes con
los cuales hemos podido iluminar el texto, que por su contexto guarda inmensas similitudes
con nuestra realidad actual, y dialogar con connotados exégetas que consideran a la 2P l, 57 ―una lista de virtudes‖, o una ―escala ascendente‖ a lo cual se ha respondido:
-
Lejos se encuentra tal afirmación de la verdadera realidad del texto el cual da a
conocer a la comunidad y al creyente ―actitudes‖ que afirman y defienden su identidad
cristiana en un momento puntual (abierto a nuestra realidad) en el cual dicha identidad se
encuentra amenazada con ser aniquilada.
-
Dichas ―actitudes‖ adquieren en esta carta, una dimensión
inmensamente
trascendente y significativa: primero, por encontrarse dentro de la Fe y el Amor, pilares y
fundamentos de la identidad cristiana, dentro de los cuales están significados y alimentados,
porque sin ellos, es imposible hablar de cristianismo. Segundo, porque la Fe como
condición primera y esencial, establece una unidad perfecta con cada “actitud”
dinamizándola y dirigiéndola hacia su finalidad última, la vida plena
en el Amor,
explicitada en la Caridad Fraterna. Tercero, porque la presencia de cada una de las
―actitudes‖ del cristiano contenidas dentro de los dinamismos de la Fe y el Amor, se
encuentran al mismo tiempo, alimentadas y sostenidas por la presencia viva en el
―creyente‖, del ―entrelazamiento‖ de dicha “actitud” con las demás. De manera, que no se
trata de una ―escala”, donde ―una actitud‖ es más importante que la otra, sino, se
constituye en presencia de todos en la vida del creyente, formando la unidad que le
permitirá al cristiano estar activo y dar abundantes frutos para el ―conocimiento pleno de
Jesucristo‖. Conocimiento, que se une, al mismo tiempo, con la acción soteriológica de
Cristo - Dios, presente en el contexto inmediatamente anterior de la carta (2P 1, 3), que
ilumina el sentido que el autor quiere darle a la presencia de las ―actitudes‖ constitutivas
173
del cristiano, para aquel momento y lo convierten, a él mismo, en dinamismo soteriológico
de su comunidad.
El compromiso de vida, que encierran todas y cada una de estas ―actitudes‖, conduce al
creyente por un camino seguro de salvación, dentro de las circunstancias y tiempos
difíciles, que vive en su momento la comunidad Petrina y que dentro de circunstancias
similares, vivimos también nosotros hoy.
Para enfrentar esta realidad y sostenerse fiel en esta fe ―preciosa‖, como la llama el autor
de la carta, las ―actitudes‖, como dones divinos, se convierten en dinamismo de desarrollo
personal y comunitario, que desafía el día a día del creyente. Son acciones que se
fundamentan y se originan en la acción salvadora de Nuestro Señor Jesucristo, y que al ser
practicadas, facilitan al creyente apartarse de la corrupción que hay en el mundo, y así
mismo, transformar su propia realidad, convirtiéndose en agente de salvación para sus
hermanos, a través de la vivencia testimonial de la ―virtud”, el “conocimiento”, la
“templanza”, la “paciencia”, la “piedad”, desde la Fe y el Amor, donde cada una de ellas
depende para su praxis plena de todas las demás.
-
Consideramos que la imagen de la música coral, es la mejor analogía para expresar
la armonía dinámica que debe existir entre cada “actitud” descrita en 2 P 1, 5-7 y que nace
del mismo significado de la palabra “ejpicorhgevw”, que analizamos en los ítems 4.3.1. y
4.5, del comentario teológico 67. Donde cada voz equivale a una ―actitud‖ que durante el
desarrollo de la obra, se distingue, entrelaza y armoniza con las demás, de acuerdo al
momento de interpretación e intensidad musical, y que corresponde a la vida en Cristo del
creyente, fundamentada en LA FE y en EL AMOR. La obra transcurre durante toda la vida
del discípulo y en el punto la interpretación, Cristo acontece en el creyente, y en toda la
comunidad, dándole amplia entrada al ―Reino eterno de nuestro Señor y Salvador
Jesucristo.‖ (2P 1.11).
67
Numeral 4.3.1. páginas 134-138 y numeral 4.5 páginas 158-160
174
Por todo lo anterior, claramente hemos podido demostrar, que las ―actitudes‖ descritas en 2
P 1, 5-7, no son una lista más, ni una escala ascendente de virtudes, sino un programa de
vida en Cristo profundamente dinámico, que posibilitará al creyente, participar de su
Naturaleza Divina.
-
La unidad del texto
Se encuentra coherencia perfecta entre el texto donde el autor cita las ―actitudes‖ (1, 5-7) y
los contextos anterior y posterior. En el contexto anterior, las ―actitudes‖, están precedidas
por la acción soteriológica por excelencia, que es el mismo Cristo quien se dio a conocer a
la humanidad. La carta no va dirigida a una comunidad en especial, sino a toda la Iglesia,
que en los momentos, en que fue escrita, se encuentra en medio de un mundo corrupto.
Situación que lleva al autor de la epístola a incentivar a la comunidad en el mantenimiento
y fortalecimiento de la fe ―preciosa‖, - gracia dada por Jesucristo, nuestro Señor y
Salvador-, a través de la práctica de las ―actitudes‖, que el autor de la carta une los
versículos siguientes con la frase: ―Por esto mismo‖ kai auto touto (1,5ª).
El contexto posterior lo enlaza, el autor de la carta, con el texto de las ―actitudes‖, a través
de la expresión: “tau:ta ga;r uJmi:n uJpavrconta kai; pleonavzonta oujk ajrgou;V
oujde; ajkavrpouV kaqivsthsin eijV th;n tou: kurivou hJmw:n =Ihsou: Cristou:
ejpivgnwsin‖ (2 P 1,8). ―Pues estas cosas si las tenéis en abundancia, no os dejarán
inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo‖.
Sobre esta última expresión, comenta Shelkle, que el autor de la carta coloca al
conocimiento de Jesucristo ―como el fruto y la corona del ejercicio de las virtudes‖68, idea
que complementa él mismo, afirmando que el auténtico conocimiento de la humanidad
debe dirigirse, en último término, hacia Cristo, Señor de la Iglesia. Así mismo, el autor de
la carta asevera, en el contexto posterior, que si el ser humano obra conforme a las
68
SCHELKLE, Karl Hermann. Cartas de Pedro – Carta de Judas, 269.
175
―actitudes‖ de su identidad nunca caerá y se le ―dará amplia entrada en el reino eterno de
Nuestro Señor y Salvador Jesucristo‖ (2 P1, 11).
-
Finalmente, dentro de este criterio de unidad, en los capítulos 2 y 3 se previene al
creyente sobre los falsos profetas y maestros que pueden aparecer en medio de la
comunidad y que con ―palabras artificiosas‖ (2,3) difamarán el camino de la verdad, y por
esto, es que el autor de la 2 P quiere despertar el recto criterio, para que seamos
encontrados en el ―día de Dios‖ (3,12), en ―paz ante él‖ (3,14), ―sin mancilla y sin tacha‖.
―Recto criterio‖, que regresando al capítulo 1, se realiza a través de la vida y práctica del
dinamismo de las ―actitudes‖ descritas en 1, 5-7, donde además se afirma, que harán que el
cristiano no sea ―ciego‖ ni ―corto‖ de vista, y así, no ―eche‖ al olvido la purificación de
sus pecados, que ha logrado a través del don y vivencia de ―una fe tan preciosa como la
nuestra.‖
-
Debemos resaltar, que a través, del análisis sincrónico de todo el texto, se puede
observar, así mismo, la unidad y coherencia de cada elemento de la carta, situación que se
hace visible en el estudio de las ―otras determinaciones‖ y las ―ideas afines‖ a las acciones
soteriológicas. Por ejemplo, se observa que en toda la carta se hace especial énfasis en la
acción salvadora del ―conocimiento‖ de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, tanto así, que
en el último versículo de la carta se exhorta a la comunidad cristiana, en forma concluyente,
a crecer en éste.
-
Con base en lo anterior, somos conscientes, que en este estudio hicimos un
acercamiento serio a la Carta desde las acciones soteriológicas de las ―actitudes‖ descritas
en los versículos del 5-7, tomando su contexto anterior y posterior, sin embargo, también
debemos reconocer que gracias al análisis sincrónico se pueden llevar a cabo otros estudios,
como la gran unidad soteriológica de su contenido total.
-
Las virtudes son dinamismo salvadores que facilitan la Praxis Cristiana.
El creyente se encuentra inmerso dentro de un mundo muy difícil, donde el cristiano tendrá
que enfrentar situaciones complejas, sufrimientos y dolores, apoyado en los dinamismos
que fundamentan y dan sentido a la vida del creyente: La Fe y el Amor.
176
Toda acción humana creyente, contenida en las ―actitudes‖, tiene su causa y referente en
Jesucristo Salvador, pues como se afirma en la Carta, es por el poder de Jesucristo que se
nos ―ha concedido cuanto se refiere a la vida y a la piedad‖ (2 P 1,3), y es, ese dinamismo
salvador de Cristo el que ilumina, alimenta y da sentido a la vida creyente, a través de la
práctica de las ―actitudes‖, exhortadas por el autor, quien se muestra como una persona
que representa la autoridad del testimonio de fe en Cristo, Don precioso que debe
transmitir.
-
A través, de estos dinamismos soteriológicos, se puede observar con claridad que el
texto no trata de una fe conceptual sino de una fe encarnada, dinámica y transformadora
de la realidad, dentro de la cual vive la comunidad creyente, destinataria de la carta y vive
también la comunidad cristiana de hoy.
-
La Carta exhorta al creyente a vivir la Fe, el Amor fraterno y la Caridad, de una
manera comprometida, a través de la praxis: del Conocimiento, de la Templanza, de la
Paciencia activa y de la Piedad. La Carta muestra, a la comunidad, con estas ―acciones‖ de
salvación concretas, con gran sentido
pragmático y buscando que el cristiano deje
acontecer a la persona de Cristo en él y se convierta en agente soteriológico. Se mantenga
fiel a su Fe y trabaje por la transformación de la realidad en el Amor fraterno y en la
Caridad, dinamismos donde se manifiesta, en pleno, la razón de ser del cristianismo, por
esto, el mismo Jesús afirmó que toda la ley y los profetas se resumen en la expresión:
―Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente…y…
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.‖ (Mt 22,39).
A Jesucristo, Nuestro Señor y Salvador,
“la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” 2 P 3, 1869
69
El día de la eternidad es el ahora de Luis Enrique.
177
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NOTA: Realmente la Bibliografía que encontré para esta carta es poca. Sobra decir, que los
aportes que se hacen resultan, ante esta evidencia, más significativos.
180
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