Apoyo familiar y tercera edad

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Psicogerontología
Volumen 14 (2) - 98 - 1998
Apoyo familiar y tercera edad
J. C. Meléndez Moral
Resumen
El apoyo familiar parece ser un sistema determinante para que el sujeto mayor obtenga una
más ajustada adaptación a la jubilación. A través
de este trabajo, se pretende demostrar como las
relaciones familiares son básicas para esa adaptación y ajuste y como puede determinar el sentido de la autopercepción que el sujeto desarrolle.
Geriátrika, 1998; 14 (2): 98-102
Summary
The family support seems to be a decisive system
for the person to obtain a better adaptation to the
retirement. The following article will demonstrate how
the familiar relations are basic for this adaptation and
adjustment, and how they can determine the selfperception sense in each person.
PROFESOR ASOCIADO.
OPTO. PSICOLOGÍA EVOLUTIVA y DE LA EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DE VALENCIA
58
Introducción
Las transiciones, eventos y cambios vitales de la
persona (trabajo, matrimonio, hijos, relaciones sociales,
etc) que se desarrollan en el amplio periodo evolutivo de la
edad adulta, tienen su continuación con la entrada en un
nuevo periodo de desarrollo humano. Íntimamente ligado a
todas las experiencias, actitudes, necesidades y valores
vividos hasta el momento, este periodo evolutivo posee
características propias, determinadas por distintos factores
de cambio, que poseen y proporcionan contenido
específico a las experiencias. Evidentemente estamos
hablando de la vejez
La vejez, en ocasiones, ha sido asumida como una
época de declive mental y físico, y las personas que
forman este grupo social, bajo el calificativo de viejas, son
percibidas con moldes y estereotipos subjetivos, como
seres que viven bajo estigmas tales como la enfermedad,
soledad, tristeza y abandono.
La realidad, nos indica, que durante todo el desarrollo
evolutivo, el sujeto esta sometido a una serie de
situaciones de cambio o crisis y en el caso concreto de la
tercera edad, existe una verdadera transformación en la
red social: la crianza de los hijos ha finalizado, las
relaciones procedentes del mundo laboral se van
abandonando progresivamente, el grupo de parientes y
pares disminuye por efecto de la mortandad y los
familiares más jóvenes registran intereses distintos, incluso
cada vez existe una mayor distancia geográfica.
A priori, parece que todas estas situaciones pueden
implicar una mayor vulnerabilidad del sujeto an-
Volumen 14 (2) -99 - 1998
te la nueva situación. Sin embargo, los estudios empíricos
realizados muestran una realidad muy distinta. Las
personas ancianas, como en cualquier otro período de la
vida, pueden tener sentimientos de bienestar, igual e
incluso más acusados que las personas jóvenes. Algunos
autores, ponen de relieve que durante esta edad, se
produce un notable descenso de la actividad social, sin
embargo, una menor tasa de contacto no debe identificarse
ni con la inexistencia de redes de apoyo informal ni con un
apoyo de menor calidad.
Por lo que se refiere a las redes de apoyo informal, en
este trabajo, vamos a hacer referencia a las de tipo
familiar. Parece claro que el modelo familiar en España
esta cambiando, y esto influye claramente en la población
geronte de nuestro país, ya que la familia y el apoyo que
esta preste al sujeto si van a ser determinantes en este
último periodo del ciclo vital.
En opinión de Bengtson, Cutler, Mangen y Marshall
(1985), dos circunstancias han mediado en este cambio de
las estructuras familiares:
· la primera, está representada por los cambios
demográficos que implican el incremento de la longevidad,
la menor presencia de nacimientos (en España 1,3 hijos
por mujer), y las estructuras familiares en las que están
presentes varias generaciones, y
. la segunda es el incremento de la diversidad en los
tipos de familia, en las normas y los comportamientos,
dando como resultado una significativa heterogeneidad en
las situaciones de los ancianos, en relación con sus
familias.
Según Rodríguez (1995), los cambios en la familia que
se están dejando sentir en los últimos años han influido
sobremanera en los modelos de convivencia de las
personas mayores. En 1970 sólo vivían en hogares
unipersonales un 10% de personas mayores, en 1988
(INSERSO 1990) el 20% de las personas mayores vivían
solas. En definitiva, se ha producido una drástica y
rapidísima transformación, y ese cambio ha influido de
sobremanera en los modos de vida de las personas mayores, que han debido realizar lo que algunos sociólogos
han denominado un "ajuste de expectativas". Cuando las
personas que hoy han sobrepasado los 65 años de edad
formaron su propia familia, la tradición dictaba el uso de
que las personas mayores serían cuidadas por sus
hijas/os como ley natural. Pero el devenir ha frustrado
aquellas viejas expectativas y la independencia, que no
fue en absoluto un valor en su juventud, es un valor en
alza para sus hijos.
En cualquier caso, lo que sí parece claro es que las
relaciones familiares suponen un elemento primordial
dentro de las redes de apoyo de los ancianos, y tanto
cuantitativamente como cualitativamente tienen un peso
especifico tan importante como cualquier otro tipo de
relaciones interpersonales.
Antonucci y Jackson (1990) se han interesado por
el análisis diferencial del apoyo prestado por familiares y
amigos. Estos autores, señalan que la ayuda prestada por
la familia es importante durante los periodos de crisis,
especialmente durante el curso de enfermedades crónicas.
Por el contrario, el apoyo informal de tipo social (prestado
por amigos) sirve para reforzar relaciones sociales
mutuamente provechosas y contribuye, además. a
favorecer la integración social del individuo anciano.
En esta dirección, debemos considerar que el apoyo
familiar es de vital importancia para afrontar
satisfactoriamente las crisis vitales que se sufren al
hacerse mayor mientras que el apoyo social mejora la
adaptación del sujeto a las transiciones de la vida. Para
Yanguas et al. (1993) este apoyo familiar incluso supone
una percepción del nivel de apoyo mayor que respecto al
apoyo de amigos. Es por ello que el analizar como las
relaciones familiares influyen y determinan el desarrollo del
sujeto geronte nos parecen de vital importancia para su
posterior intervención.
Método
A través del presente trabajo queremos determinar en
primer lugar la relación existente entre el apoyo familiar
con la edad, el sexo y el estado civil y en segundo lugar
como determina a dos factores teóricos denominados
percepción negativa del sí mismo y percepción del
incremento de las posibilidades personales.
Ambos factores provienen de anteriores investigaciones
(Meléndez, 1994) realizadas a cerca de la jubilación y su
percepción y como influye esta en la adecuada adaptación
o no al nuevo periodo.
El primero de los factores, definido como "Percepción
negativa del sí mismo" hace referencia a la percepción
negativa de uno mismo, que puede verse incrementada
cuando aparece un suceso de crisis, tal y como es la
jubilación. Si entendemos la jubilación como fenómeno de
crisis, -cambio- (Slaikeu, 1988), y como elemento
evolutivo, podemos suponer que, en efecto, el sujeto
sufrirá una serie de cambios en su vida, que pueden
convertirse en elementos negativos de su autopercepclón.
Este factor toma los elementos negativos que el individuo
asume como propios de su self, y con la llegada de la
jubilación van a producir una desadaptación personal ante
el nuevo suceso.
Con el segundo de los factores, definido como
"Percepción del incremento de las propias posibilidades",
nos estamos refiriendo al momento de la jubilación; así,
este factor implica una apertura en la persona hacia el
suceso de la jubilación, desde una posición de ajuste y
adaptación al cambio.
Este factor, implica que el sujeto geronte encuentre
nuevas posibilidades de actuación y desarrollo en su
modelo
de
vida.
Plantea
la
aceptación
59
Volumen 14 (2) -100 - 1998
real del fenómeno de la jubilación, encontrando este
suceso como reconfortante y abierto a nuevas
posibilidades personales, utilizándolo para desarrollar su
propio yo, para realizar aquellas cosas que hasta ahora no
pudo, y para continuar con los elementos que rodean su
vida. Asume la jubilación como elemento de cambio
positivo y en continua mejora.
De este modo, este factor aparece como un predictor
adecuado de la adaptación a la jubilación. Una puntuación
alta, nos mostrará al sujeto que ha aceptado su jubilación y
que, incluso, mantendrá y desarrollará elementos de vida
personales, buscando así incrementar sus posibilidades.
Por su parte para la obtención del nivel de relaciones
familiares, hemos partido de las puntuaciones obtenidas
en una serie de ítems para, posteriormente, a partir de los
máximos y mínimos, medias y desviaciones típicas
establecer tres niveles de relación: alto, medio y bajo.
Partiendo de estos supuestos nos planteamos
como objetivos:
- determinar si existen diferencias entre los niveles de
las variables edad, sexo y estado civil en cuanto al apoyo
familiar.
- confirmar que el apoyo informal de tipo familiar, va a
ser una variable determinante a la hora de producirse un
adecuado ajuste personal de cara a la jubilación.
Con respecto al diseño de la investigación, el tipo de
muestreo que se seleccionó es el denominado sistema de
muestreo por cuotas. El método de recogida de
información elegido, fue el del cuestionario personal, y la
muestra se tomó durante el año 1993 en la Comunidad
Valenciana. Para el análisis de datos, se partió de una
población de 445.989 jubilados, de la cual se tomó una
muestra de 447 sujetos
jubilados no institucionalizados. Y dentro del nivel
de edades quedó dividido de la siguiente manera: de 65 a
69, 156 sujetos (34,9%), de 70 a 74, 125 sujetos (28%) y
de más de 75,166 sujetos (37,1%). Por lo que respecta al
sexo el 41,2 (184 sujetos) son hombres y un 58,8% (263
sujetos) son mujeres. En lo referido al estado civil un
63,8% (285 sujetos) son casados, un 29,9% (134 sujetos)
son viudos y un 6,3% (28 sujetos) son solteros.
Resultados
En primer lugar vamos a ver como se distribuyen los
sujetos en cuanto a su nivel de relaciones familiares con
las variables edad, sexo y estado civil. Posteriormente
veremos su relación con los factores percepción negativa
del sí mismo y percepción del incremento de las propias
posibilidades.
Por lo que respecta a la edad tal, y como se observa en
la Tabla 1, dentro de todos los grupos de edad se da el
mayor
porcentaje
de
sujetos
en
el
ni
60
TABLA I
Cruce Nivel de Relaciones Familiares y Edad
Nivel de relaciones familiares
Edad
Alto
65-69
70-74
Más de 75
Medio
Baja
8.3
53.2
385
28.3
16.0
43.5
7.8
28.2
35.6
54.4
29.2
49.4
352
35.7
29.6
22.0
428
42.3
100
100
100
TABLA II
Cruce Nivel de Relaciones Familiares y Sexo
Nivel de relaciones familiares
Sexo
Alto
Medio
Bajo
Varones
5.4
53.3
41.3
100
Mujeres
21.7
13.7
78.3
42.1
51.3
57.9
45.2
35.0
54.8
100
vel medio de relaciones familiares. Así mismo encontramos
que, dentro del nivel de relaciones familiares alto, es el
grupo de 70 a 74 años donde se da el mayor porcentaje
(43,5%), mientras que en los otros dos grupos de edad
mantienen puntuaciones inferiores; en ambos casos son de
28.3%. Por lo que respecta al nivel de relaciones familiares
medio son los grupos de 65 a 69 y de más de 75 los que
obtienen los porcentajes más elevados, 35,6% y 35,2%
respectivamente. Y por último en lo referido al nivel de
relaciones familiares bajo es el grupo de más de 75 el que
obtiene la puntuación superior, 42,3%, seguido del grupo
de 65 a 69 años con un 35,7% y por último el grupo de 70
a 74 con un 22%.
En lo referente al sexo podemos observar en la Tabla
11, cómo tanto en varones como en mujeres los
porcentajes más altos se dan dentro del nivel medio. Por
otra parte en lo referido a las relaciones familiares y dentro
del nivel alto, podemos ver como el grupo de las mujeres
obtiene una puntuación mucho más elevada (78,3%) que
los hombres (21,7%), efecto que se repite en los demás
niveles, pero no con la enorme diferencia porcentual que
existe en éste.
En lo que se refiere al estado civil podemos observar en
la Tabla 111, como el grupo de los casados mantiene un
nivel de relaciones familiares medio (55,1%) o bajo
(37,5%), obteniéndose en el nivel alto un porcentaje muy
pobre
(7,4%).
Por
el
contrario
Volumen 14 (2) 101 - 1998
TABLA III
medio y bajo de relaciones familiares, son los grupos de
casados y viudos los que obtienen las puntuaciones
superiores.
Con respecto al factor "percepción negativa de SI
mismo" y su cruce con el nivel de relaciones familiares
(Tabla IV), las diferencias encontradas, son significativas
estadísticamente con una probabilidad de error del .000.
Además se ha encontrado que el grupo con un nivel
alto de relaciones familiares obtuvo una puntuación del
11.07, el grupo de nivel medio relaciones familiares 12.21
y por último el grupo de nivel de relaciones familiares bajo
15.77. Mediante la prueba de Scheffe, aparecen además
diferencias
Cruce Nivel de Relaciones Familiares y
Estado Civil
Nivel
Est. Civil
Casado
Soltero
Viudo
de relaciones familiares
Alto
Medio
Baja
7.4
55.1
375
45.7
57.1
34.8
6.8
19.6
67.4
7.1
0.9
55.2
31.7
63.7
35.7
6.0
38.0
30.3
100
100
100
TABLA IV
Análisis de varianza de relaciones familiares con la autopercepción negativa
Source of
Variation
Main Eff.
REL. FAM.
Explained
Residual
Total
Sum of
Squares
1524.525
1524.525
1524.525
26902.862
28427.387
DF
Mean
Square
762.262
762.262
762.262
60.592
63.739
2
2
2
444
446
F
12.580
12.580
12.580
Sig.
of F
.000
.000
.000
TABLA V
Análisis de varianza de relaciones familiares con la percepción incremento de posibilidades
Source of
Variation
Main Eff.
REL. FAM.
Explained
Residual
Total
Sum of
Squares
676.886
676.886
676.886
17008.179
17685.065
DF
2
2
2
444
446
los solteros obtienen porcentajes más elevados dentro del
nivel alto (57,1%), aunque también obtienen un porcentaje
elevado en el nivel bajo (35,7%).
Por lo que respecta a los viudos observamos cómo se
da la misma distribución que en los casados, obteniendo el
porcentaje más bajo (6,8%), en el nivel de relación familiar
alta, mientras que los niveles medio (55,2%) y bajo (38%)
reflejan puntuaciones superiores.
Por otra parte, dentro del nivel alto, es el grupo de
viudos el que menor porcentaje obtiene, mientras que
casados y solteros obtienen puntuaciones más elevadas.
Con
lo
que
respecta
a
los
niveles
Mean
Square
338.443
338.443
338.443
38.307
39.653
F
8.835
8.835
8.835
Sigo
of F
.000
.000
000
significativas entre el grupo de nivel bajo con los otros dos.
Tal y como se puede observar a través de las
puntuaciones obtenidas, cuanto menor es el apoyo
informal de tipo familiar existe un aumento en la
percepción negativa del sí mismo por lo que el sujeto se
va a ver peor a sí mismo según descienda ese apoyo
familiar.
Por lo que respecta al cruce del factor "percepción del
incremento de las propias posibilidades" con la variable
relaciones familiares las diferencias encontradas (Tabla
V), son estadísticamente significativas al .000.
61
Volumen 14 (2) -102 - 1998
También se ha encontrado, cómo la puntuación más
elevada se da en aquellos sujetos con un nivel medio de
relaciones familiares (30.27), con un 29.48, aparecen los
sujetos con un nivel alto y por último los sujetos con un
nivel bajo obtienen una puntuación de 27.65. A través de
la prueba de Scheffe, vemos además que existen
diferencias significativas entre el grupo de nivel bajo con el
grupo de nivel medio.
Es importante determinar pues, que un apoyo familiar
adecuado va a ser un elemento propiciador en la mejora y
ajuste personal respecto de las posibilidades personales
que se pueden desarrollar en el periodo de la jubilación.
Discusión
En primer lugar, y de forma general, podemos constatar
cómo el mayor nivel porcentual de relaciones familiares
percibido por los sujetos se encuentra prioritariamente en
el nivel medio, aunque el nivel bajo obtiene valores muy
cercanos. Por otra parte, y en lo que a las edades se
refiere, hemos podido ver que existe un considerable
descenso en el nivel de relaciones percibido en aquellos
sujetos con edades superiores a 75 años. Debemos planteamos, como premisa, que según aumenta la edad en
general aparece un atenuamiento de los mecanismos de
defensa del sujeto y un mayor nivel de dependencia. Así,
el apoyo familiar puede ser un elemento importante para el
adecuado ajuste del sujeto.
Por lo que se refiere al sexo, son las mujeres las que
dicen mantener los niveles más altos de relaciones
familiares.
De algún modo, dentro del patrón social de los
jubilados, las denominadas relaciones familiares sigue
siendo un rol en el que impera la función de la mujer como
mediadora en éstas; en cambio, en los grupos cuyas
relaciones son medias o bajas. el porcentaje de varones
aumenta considerablemente.
Dentro del estado civil hemos podido ver que es el
grupo de los solteros el que mantiene un nivel más alto de
relaciones familiares, mientras que los otros dos grupos se
sitúan en el segmento medio. De algún modo el sujeto
soltero mantiene más enraizadamente las relaciones
familiares que los demás grupos, quizá por su falta de
apoyo marital.
Además se ha encontrado que, cuanto más bajo es el
nivel de relaciones familiares mayor es la autopercepción
negativa del sujeto y menor es la percepción en el
incremento de posibilidades personales. Es por ello, tal y
como ya hemos anotado anteriormente, necesario mejorar
el apoyo familiar de los sujetos de la tercera edad como
sistema de mejora personal de los mismos.
62
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