San Salvador, a las catorce horas y cincuenta y cuatro minut

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471-2005
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las catorce
horas y cincuenta y cuatro minutos del día veintidós de enero de dos mil diez.
El presente proceso de amparo constitucional, ha sido iniciado por la señora Ana
Elsy Alvarado Guevara, Contador Público, del domicilio de Santa Tecla, departamento de
La Libertad, de cuarenta y un años de edad a la fecha de la demanda, la cual fue
presentada el día 24/VIII/2005, contra providencia del Presidente de la Corte de Cuentas
de la República, que estima viola los derechos a la presunción de inocencia, a la
motivación de las resoluciones, a la seguridad jurídica y propiedad, así como el principio de
legalidad.
Han intervenido en la tramitación del proceso, además de la parte actora, la autoridad
demandada y el Fiscal de la Corte Suprema de Justicia.
Analizado el proceso y considerando:
I.1. La parte actora expuso en síntesis en su demanda: que durante el período
comprendido entre el 01/IX/1997 hasta el 20/VI/1999, fungió como Contadora General de
la Superintendencia de Valores, y desde el primero de julio de dicho año a la fecha de la
demanda desempeñó el cargo de Jefe de la UFI de esa institución; continuó manifestando
que el día 08/V/1999, se inició por parte de la Corte de Cuentas de la República, una
investigación, a efecto de dilucidar existencia de responsabilidad administrativa en materia
de personal o recursos humanos de dicha superintendencia, durante el período que
comprendía los años 1997 y 1998; que tal procedimiento fue diligenciado en el expediente
con referencia DRIA-619/99, el cual culminó con la resolución proveída por el Presidente
de tal institución a las diez horas del día 18/X/2000, declarando responsabilidad
administrativa en su contra e imponiéndole una multa, acto contra el cual reclama por no
existir recursos en la normativa aplicable al caso.
La demandante estima que el principio de legalidad ha sido violentado, y manifiesta:
“ninguna de las observaciones hechas por la Corte de Cuentas, se adecua dentro de los
tipos administrativos sancionadores indicados en el artículo 107 de la Ley de la Corte de
Cuentas de la República, lo cual demuestra que en este caso en concreto existió una mala
aplicación de normas extra sancionadoras”; relacionó los Artos. 54 y 107 de la referida ley antes de ser reformada-, que es la aplicable al caso.
Con relación al derecho a la motivación de las resoluciones, dice la impetrante que en
la resolución impugnada no se han configurado adecuadamente los elementos objetivos y
subjetivos de los tipos sancionadores, tampoco constan hechos que puedan relacionarse
con su persona y por lo tanto que la relacionen con las presuntas infracciones, y, que no se
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ha determinado que los hechos atribuidos correspondan a los tipos establecidos en el
artículo 107 de la Ley de la Corte de Cuentas.
Adujo que se le ha vulnerado el derecho a la presunción de inocencia por la
imposición
arbitraria
de
sanciones,
en
ausencia
total
de
la
determinación
e
individualización de su participación en las supuestas infracciones, ya que no se delimita la
responsabilidad de cada una de las personas a que se refiere la resolución y que la carga
no puede ser repartida igualitariamente sobre todos los sancionados, además dijo que
ninguna de las infracciones a que se refiere la resolución impugnada, estaban dentro de la
esfera de responsabilidad que le correspondía al cargo que ella desempeñaba. Citó como
jurisprudencia el amparo con referencia 117-2003.
Anexó a la demanda: a) certificaciones notariales de la resolución que estima
violatoria de los derechos constitucionales y de la resolución que declaró improcedente el
recurso presentado contra la misma; y b) copia simple de la cita de la Fiscalía General de
la República, relacionada con la gestión de cobro de la multa impuesta.
2. De conformidad al artículo 18 de la Ley de procedimientos Constitucionales, se
previno a la demandante señalara con claridad y exactitud el derecho constitucional de
naturaleza material que estima transgredido, así como los conceptos de violación de los
mismos; a lo cual atendió manifestando: “(…) el derecho material que resultaría afectado
por el acto impugnado es mi derecho de propiedad, y el motivo por el cual considero que
ese derecho se vulnera es que (…) pretende privarme de un porcentaje de mi salario en
concepto de multa por supuestas infracciones de orden administrativo, (…).”
3. Se admitió la demanda, circunscribiéndose al control de constitucionalidad de la
resolución pronunciada en el expediente administrativo DRIA 619/99, a las diez horas del
día 18/X/2000 por el Presidente de la Corte de Cuentas de la República, por supuesta
violación del principio de legalidad y de los derechos a la presunción de inocencia, a la
motivación de las resoluciones, seguridad jurídica y propiedad. Se suspendieron los
efectos del acto reclamado, medida que debía entenderse en el sentido que la autoridad
demandada se abstuviera de cobrar la multa impuesta a la demandante; asimismo, se
ordenó a la autoridad demandada rindiera el primer informe que ordena la Ley de
Procedimientos Constitucionales, quien al rendirlo manifestó que el único hecho cierto es la
emisión de la resolución impugnada; y se mandó a oír al Fiscal de esta Corte en la
siguiente audiencia, de la cual no hizo uso.
4. A las doce horas y cincuenta minutos del día 08/XI/2005, se confirmó la
suspensión de los efectos del acto reclamado, y se ordenó al Presidente de la Corte de
Cuentas de la República rindiera el segundo informe, de conformidad al Art. 26 de la Ley
de Procedimientos Constitucionales -LPr.C-.
El Presidente en funciones de la Corte de Cuentas de la República presentó el
segundo informe, y en resumen manifestó lo siguiente: Que no se han violado los derechos
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constitucionales que aduce la demandante, pues desde que se iniciaron las diligencias que
culminaron con la resolución, se le respetaron los derechos a las
personas que se
mencionan en la misma, pues se les concedió un plazo de treinta días para presentar las
pruebas de descargo respectivas, habiendo presentado la impetrante en forma conjunta
con otras de las personas que resultaron involucradas en el informe, un escrito en el cual
externó su posición frente a las observaciones señaladas, por lo que se le respetó el
derecho a la presunción de inocencia, ya que previo a la emisión de la resolución, fueron
valoradas las pruebas y argumentos expuestos.
Respecto a la motivación de la resolución, manifestó que ésta tiene como origen el
informe de seguimiento de la auditoría concurrente financiera y administrativa, realizada en
el área de personal de la Superintendencia de Valores, constando en la misma resolución
el detalle y especificaciones de los motivos y justificaciones de cada caso en particular, lo
cual se puede constatar en los considerandos III, IV, V, VI y VII en sus partes finales. Y
sobre la seguridad jurídica expresó, que todos los actos emitidos en dicho proceso tuvieron
su fundamento en situaciones concretas, con referencia a los hechos que dieron lugar a la
determinación de responsabilidades y a las normas jurídicas vigentes al momento en que
ocurrieron los hechos, garantizando así la certeza jurídica y la imparcialidad.
5. Se corrió traslado en el orden que establece el Art. 27 de la Ley de Procedimientos
Constitucionales, y el Fiscal de esta Corte al evacuarlo dijo en lo pertinente: “No obstante
lo planteado por la impetrante en su demanda de fs. Uno (sic) pero, a la fecha no existe
prueba de lo afirmado por ella y, visto el informe rendido por el Funcionario demandado, el
que goza de la presunción de veracidad, corresponde a la actora la carga de la prueba,
para poder determinar si le han sido violados los derechos diz que infringidos.”
La parte actora al evacuar el traslado, citó doctrina sobre la actuación del Fiscal de
esta Corte en el proceso de Amparo, y manifestó que en el presente proceso tal
funcionario debió pronunciarse en relación a la actividad jurisdiccional emanada de la Sala,
es decir, respecto a la admisión de la demanda y a las medidas cautelares adoptadas, ya
que su intervención es precisamente para refutar o confirmar, desde su punto de vista, lo
actuado por este tribunal.
6. Se abrió a pruebas el proceso por el término de ocho días, etapa procesal en la
cual la autoridad demandada presentó escrito en el cual manifestó: “En relación a la
Presunción de Inocencia (…), que en cuanto a la competencia de la Corte de Cuentas,
respecto a la fiscalización de la hacienda pública en general y de la ejecución del
presupuesto en particular (…), corresponde a las personas auditadas la carga de la
prueba, debiendo desvanecer las deficiencias o irregularidades que se les observan; es
decir, que sólo sobre la base de pruebas cumplidas, la Corte de Cuentas determinará la
existencia o no de responsabilidad patrimonial y/o administrativa (…)”. Reiteró argumentos
ya expuestos y afirmó lo siguiente: “el Suscrito (sic) es del criterio que dicha resolución no
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es atentatoria a tales derechos, debido a que se ha seguido el procedimientos (sic)
previamente establecidos (sic) (principio de legalidad), puesto que en ningún momento se
le ha señalado como la responsable de los hechos observados, la resolución pronunciada
(…), si bien es cierto, no existe una tabla o arancel para la imposición de multa, los Arts. 54
y 107 de la Ley de esta Corte y 13 del Reglamento para la determinación de
Responsabilidades vigente a la fecha en que tuvieron lugar las actuaciones, establecen los
parámetros a considerar para la imposición de dichas multas (…)”. Pidió se declarara
inadmisible la demanda.
La demandante presentó escrito manifestando que no tiene pruebas que presentar,
pues la prueba ha sido presentada por la autoridad demandada y, que de la simple lectura
de la resolución que impugna, se aprecian con claridad todas y cada una de las
infracciones constitucionales que ha alegado.
7. Este tribunal después de analizar la petición de la autoridad demandada, estimó
que la misma se circunscribía a pedir que se declare improcedente la demanda, pero en
vista que los argumentos esgrimidos, más que evidenciar una causal de sobreseimiento,
eran referidos a que esta Sala determinara si hubo o no violación constitucional al dictarse
el acto contra el cual se queja la demandante, se declaró sin lugar la petición.
8. Se corrieron los traslados de conformidad a lo prescrito en el Art. 30 de la Ley de
Procedimientos Constitucionales. El fiscal de la Corte expresó: “No obstante los conceptos
vertidos por la impetrante en su escrito contestando el traslado conferido, advierto que en
el presente caso, hay una manifiesta inconformidad por las resultas del mismo y, visto el
informe rendido por el funcionario demandado (…), estimo que caemos en la esfera del art.
13 L. Pr. Cn., traduciéndose en un asunto de mera legalidad.”
La parte actora hizo comentarios sobre los escritos del fiscal y de la autoridad
demandada, con los cuales no está de acuerdo, y reiteró su petición de amparo.
En cuanto a la autoridad demandada, ésta ratificó lo manifestado en escritos
anteriores y dentro del petitorio pidió se dicte la sentencia que conforme a derecho
corresponda.
Con las anteriores actuaciones este proceso quedó en estado de pronunciar
sentencia.
II. Tomando en cuenta los argumentos expuestos por ambas partes y la prueba
documental presentada, es indispensable establecer el objeto del mismo.
La controversia se circunscribe a determinar si se ha violado el principio de legalidad y
los derechos a la presunción de inocencia, a la motivación de las resoluciones, seguridad
jurídica y propiedad, con la resolución pronunciada por la autoridad demandada en el
expediente DRIA-619/99 a las diez horas del día dieciocho de octubre del año dos mil, por
medio de la cual el Presidente de la Corte de Cuentas de la República declaró la
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responsabilidad administrativa de la demandante y la sancionó con multa, juntamente con
otras personas.
III. 1. Previo al estudio sobre el fondo del asunto, este tribunal considera necesario
aclarar que se analizarán los aspectos sometidos al conocimiento de esta Sala, limitando la
supuesta violación del principio de legalidad, a su proyección en el derecho administrativo
sancionador como materia reservada a la ley, por lo que es preciso hacer algunas
consideraciones respecto a este principio.
Resulta pertinente recordar que entre las múltiples funciones del Estado se encuentra
la denominada función punitiva, cuyo ejercicio posibilita el castigo de todas las conductas
que atentan contra los valores sociales. Las teorías y principios sobre la pena han sido
enfocados hacia el derecho penal, pero hay que advertir que tales teorías y principios son
aplicables a las sanciones administrativas, pues éstas también son manifestación de la
función punitiva del Estado.
Cabe señalar que la función punitiva del Estado tiene límites, que constituyen
garantías a favor de los gobernados. Estos límites están dados por dos características: 1)
la reserva de dicha función para el Estado; y 2) la autolimitación del Estado en el ejercicio
de la misma.
2. Diversos principios se encuentran limitando el poder punitivo del Estado, entre los
que se destaca el principio de legalidad de la pena, el cual asegura a los destinatarios de la
ley que sus conductas no pueden ser sancionadas sino en virtud de una ley decretada y
promulgada con anterioridad al hecho considerado como infracción. Este principio no solo
constituye una exigencia de seguridad jurídica que requiere el conocimiento previo de los
delitos o infracciones y de las penas o sanciones, sino que también constituye una garantía
política hacia el individuo de que no puede ser sometido a penas o sanciones que no
hayan sido establecidas previamente, evitando así los abusos de poder.
3. Siguiendo la jurisprudencia de esta Sala en materia de inconstitucionalidades, la
reserva de ley es una técnica de distribución de potestades normativas a favor del Órgano
Legislativo, por tanto, implica que determinadas materias sólo pueden ser reguladas por
dicho órgano.
El derecho administrativo sancionador es una materia reservada a la ley debido a la
semejanza que guarda con el derecho penal, al ser también una manifestación de la
potestad punitiva del Estado.
La reserva de ley puede funcionar de dos maneras distintas, a saber: funciona como
una reserva “absoluta” o como una reserva “relativa”. La primera implica que la ley –en
sentido formal- regula por sí misma toda la materia reservada, de tal suerte que el Órgano
Ejecutivo y los entes autónomos no tienen acción. En estos supuestos los acuerdos
ejecutivos o municipales no podrán entrar a regular las materias reservadas, ni el legislador
podrá librarse de regular dichas materias.
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En la reserva de ley relativa, puede admitirse notoriamente la colaboración de otros
entes con potestades normativas, siendo admisible la presencia de reglamentos o
acuerdos en una materia reservada a la ley. Esta reserva implica que la ley -decreto
legislativo- no regula exhaustivamente la materia, sino que se limita a lo esencial y, para el
resto, se remite a reglamentos, acuerdos o tratados, a los que invita, ordena o habilita a
colaborar en la normación. La ley se puede limitar a establecer lo básico de la disciplina o
materia, remitiendo el resto a otras normas, aunque la ley debe determinar los criterios y
directrices de la regulación subordinada, así como una delimitación precisa de su ámbito.
4. La presencia de reglamentos en el derecho administrativo sancionador es
admisible, debido a que resultaría ilusorio y poco práctico exigir al legislador una previsión
casuística tan extensa como la que requiere esta materia y, además, porque en este
ámbito puede ser necesaria una rápida variación de criterios de regulación, lo cual sería
difícil de lograr si se exigiera una reserva legal absoluta.
5. Esta Sala es del criterio que el derecho administrativo sancionador, es una materia
en la que la reserva de ley opera de manera relativa, es decir, que permite la colaboración
reglamentaria, ya que si bien existe cierta tendencia a aplicar a esta rama del derecho
punitivo los principios propios del derecho penal, es generalmente aceptado en la doctrina
la existencia de una mayor flexibilidad en la regulación de la potestad sancionadora de la
administración pública.
IV. Hechas las anteriores consideraciones, se analizará el caso concreto, para luego
pronunciar el fallo que corresponda.
1. Se advierte que la demandante se queja primeramente porque estima que la
resolución que impugna es violatoria del principio de legalidad, ya que afirma que las
infracciones que se le imputan no se encuentran tipificadas en ninguno de los supuestos
del Art. 107 de la ley aplicable, y que en tal artículo no aparecen establecidas las
sanciones que ha aplicado la autoridad demandada.
El análisis respecto a la supuesta violación del principio de legalidad, en su
proyección en el derecho administrativo sancionador como materia reservada a la ley,
debe circunscribirse a la aplicación de los Arts. 54, 64 y 107 de la Ley de la Corte
de Cuentas de la República -LCCR-, contenida en el Decreto Legislativo No. 438 de fecha
seis de septiembre de mil novecientos noventa y cinco, publicada en el Diario Oficial No.
176, Tomo 328 el día veinticinco del mismo mes y año -antes de ser reformada-, y del Art.
8 inciso segundo en relación con el Art. 15, ambos del Reglamento para la determinación
de Responsabilidades contenido en el Decreto Ejecutivo No. 6 de fecha veintiuno de mayo
de mil novecientos noventa y seis, publicado en el Diario Oficial No. 99, Tomo 331 el día
treinta del mismo mes y año, ya derogado, pero aplicable al caso.
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2. Sin embargo, es preciso aclarar, que el asunto en estudio no se refiere a una mera
interpretación de la ley secundaria y de la norma reglamentaria, sino a un análisis de las
mismas desde la perspectiva constitucional, pues se ha alegado vulneración de los
derechos que han quedado relacionados, con la aplicación de tal normativa.
El Art. 54 disponía: “La responsabilidad administrativa de las entidades y organismos
del sector público y de sus servidores, se establecerá por inobservancia de las
disposiciones legales y reglamentarias y por el incumplimiento de sus atribuciones,
facultades, funciones y deberes o estipulaciones contractuales, que les competen por
razón de su cargo. La responsabilidad administrativa se hará efectiva con la aplicación de
las sanciones previstas en el Art. 107 de esta Ley.”
De conformidad al Art. 64 los informes resultantes de las actividades de auditoría
realizadas por la Corte de Cuentas, por las unidades de auditoría interna, o por las firmas
privadas, serán analizados por la unidad administrativa de dicha Corte que el Reglamento
establezca, y si de los informes aparecieren observaciones que dieren lugar a
responsabilidades administrativas o patrimoniales, las unidades las darán a conocer de
inmediato al presunto responsable, concediéndole un plazo hasta de sesenta días, para
que subsane las deficiencias y desvanezca las observaciones. Transcurrido el referido
plazo, el Presidente de dicha Corte mediante resolución, declarará la responsabilidad
administrativa o patrimonial.
La resolución declarativa de la responsabilidad administrativa será notificada al
servidor y a la autoridad superior de la entidad, a fin de que ésta haga efectiva la sanción
de que trata el Art. 107 de esta ley.
Dicho artículo en lo pertinente dice: Sin perjuicio de las responsabilidades civil y
penal a que hubiere lugar, la Corte sancionará con multa, cuya cuantía se establecerá en
las normas reglamentarias, según la gravedad de los casos, a los funcionarios o
empleados del sector público que incurrieren en uno o más de los siguientes casos: No.
17) Permitir la violación de las disposiciones legales e incumplir las funciones, atribuciones,
deberes y obligaciones propias de su cargo.
3. El Art. 15 del Reglamento para la determinación de responsabilidades, no obstante
que no se menciona en la resolución impugnada, es el que establece las multas a que se
refieren los Arts. 98 y 107 de la ley, con las cuales se ha de sancionar las infracciones,
reglando que tales multas no serán inferiores a la décima parte ni mayores a diez veces el
sueldo o salario mensual percibido por el responsable a la fecha en que se generó la
responsabilidad, según el Art. 54 de la Ley de la Corte de Cuentas de la República, y
agrega que las multas se impondrán graduándolas entre el mínimo y el máximo
establecido, en atención a la gravedad de la falta, jerarquía del servidor, repercusión social
o consecuencias negativas producidas o potenciales y demás factores que serán
ponderados por la Corte.
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4. Del análisis de los artículos mencionados y con base en las consideraciones
hechas en el apartado anterior, se puede inferir que en ellos subyace el principio de
reserva de ley relativa, que es congruente con el principio de legalidad establecido en la
Constitución, pues en los mismos se establecen tanto las infracciones como la sanción
-multa-, encontrándose regulada la cuantía de la misma en el Art. 15 del Reglamento
referido; por lo que existe una clara remisión y habilitación para que la norma reglamentaria
complemente la regulación de las sanciones que hace el legislador -Art. 107 LCCR-; en
consecuencia, en el presente caso, el principio de legalidad no ha sido vulnerado y por
tanto, debe desestimarse la pretensión de la demandante.
5. En lo que se refiere al derecho la presunción de inocencia, toda persona sometida
a un proceso o procedimiento es inocente y se mantendrá como tal mientras no se
determine su culpabilidad por sentencia definitiva condenatoria. Al respecto el artículo 12
de la Constitución en el inciso primero, establece que toda persona a quien se le impute un
delito -infracción-, “se presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme
a la ley y en juicio público, en el que se le aseguren todas las garantías necesarias para su
defensa.”
6. Este tribunal, al analizar la resolución que se impugna, advierte que el Presidente
de la Corte de Cuentas de la República no ha identificado con precisión y certeza la
conducta ilícita de la demandante, pues únicamente relaciona las supuestas infracciones y
no determina el grado de participación en las mismas; además dicho funcionario en el
escrito presentado en el término de prueba en este proceso dijo: “el Suscrito (sic) es del
criterio que dicha resolución no es atentatoria a tales derechos, debido a que se ha
seguido el procedimientos (sic) previamente establecidos (sic)(…), puesto que en ningún
momento se le ha señalado como la responsable de los hechos observados, (…)”; lo
transcrito demuestra una contradicción con lo resuelto por la Corte de Cuentas, pues, si la
impetrante no ha sido señalada como responsable de los hechos observados, en dicha
resolución no se ha expresado cuál fue la base para determinarle responsabilidad
administrativa e imponerle multa.
Por lo anterior, la autoridad demandada al determinar responsabilidad administrativa
a la impetrante y sancionarla con una multa sin haber probado su culpabilidad, le ha
vulnerado el derecho a la presunción de inocencia.
7. Con relación a la falta de motivación de las resoluciones que pronuncien las
autoridades judiciales o administrativas es preciso recordar que tal derecho persigue que el
juez o la autoridad administrativa dé las razones que los mueven objetivamente a resolver
en determinado sentido, a fin de hacer posible el convencimiento de los justiciables del
porqué de las mismas. Es por ello que el incumplimiento con la obligación de motivar las
resoluciones
adquiere
connotación
constitucional,
pues
su
inobservancia
incide
negativamente en la seguridad jurídica y defensa en un juicio o procedimiento
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administrativo. Al no exponerse los argumentos en que se funda la resolución o sentencia,
no se puede observar el sometimiento de las autoridades a la ley, ni permite al enjuiciado
ejercer efectivamente el derecho de defensa, especialmente para hacer uso de los
recursos.
No basta que la autoridad emita una declaración de voluntad, accediendo o no a lo
pretendido por las partes, sino que el deber de motivación que la Constitución y la ley
exigen, impone que en los proveídos -sean judiciales o administrativos- se exterioricen los
razonamientos que sean los cimientos de las decisiones estatales, debiendo ser
sumamente claros para que se comprendan no sólo por los juristas, sino por todos los
ciudadanos.
Con la motivación se elimina todo sentido de arbitrariedad, pues queda claro cuáles
han sido las razones que han convencido a la autoridad decisora para resolver en
determinado sentido, permitiendo a los gobernados conocer el porqué de las mismas y
controlar la actividad jurisdiccional o administrativa a través de los medios impugnativos.
8. En este caso, la resolución pronunciada por la autoridad demandada no está
suficientemente motivada, ya que no contiene todos los requisitos de un acto por el cual se
declare la responsabilidad administrativa de la señora Ana Elsy Alvarado Guevara, pues no
da las razones que movieron objetivamente a resolver en ese sentido, como sería
establecer el incumplimiento de atribuciones, facultades, funciones y deberes o
estipulaciones contractuales que le competían a la demandante por razón de su cargo,
para aplicar el Art. 107 No. 17 de la ley que se encontraba vigente; asimismo, al
determinarse la culpabilidad, debía relacionarse la gravedad de la falta, la jerarquía de la
impetrante, el salario mensual que devengaba al momento de cometerse las supuestas
infracciones, y demás factores ponderados por la Corte de Cuentas para establecer el
grado de culpabilidad y graduar la multa entre el máximo y el mínimo que regula el
Reglamento para la determinación de responsabilidades en aplicación del Art. 15 del
reglamento aplicable, a fin de que la correspondencia entre los hechos atribuidos y la
responsabilidad determinada fuese clara, permitiendo conocer las imputaciones y demás
elementos de la situación real que permitieran una defensa adecuada a la señora Alvarado
Guevara; por tales razones, este Tribunal concluye que la autoridad demandada con el
acto impugnado, ha violado a la impetrante el derecho a la motivación de las resoluciones
como manifestación del derecho a la seguridad jurídica.
9. En virtud de lo expuesto, esta Sala concluye que la resolución proveída por el
Presidente de la Corte de Cuentas de la República a las diez horas del día 14/X/2000,
vulnera los derechos constitucionales a la presunción de inocencia, a la motivación de las
resoluciones como manifestación del derecho a la seguridad jurídica y en forma inminente
el derecho de propiedad -pues aún no se ha hecho efectiva la multa impuesta- a la señora
9
Ana Elsy Alvarado Guevara, siendo procedente ampararla respecto a tales derechos, por
lo que así debe consignarse en el fallo.
IV. Determinada la violación constitucional en la actuación del Presidente de la Corte
de Cuentas de la República, procede ahora establecer el efecto restitutorio de la sentencia
estimatoria.
En cuanto al efecto restitutorio es necesario aclarar que cuando este Tribunal
reconoce en su sentencia la existencia de un agravio personal, la consecuencia natural y
lógica es la de reparar el daño causado, ordenando vuelvan las cosas al estado en que se
encontraban antes de la ejecución del acto impugnado, y restableciendo los derechos
violados. Por ello, el artículo 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales señala dicho
efecto como consecuencia normal y principal de la sentencia estimatoria.
En ese sentido, al amparar a la demandante contra providencia de la autoridad
contra la cual reclama, la restitución del derecho se traduce en dejar sin efecto la
resolución dictada por el Presidente de la Corte de Cuentas de la República a las diez
horas del día 18/X/2000, únicamente respecto a la declaración de responsabilidad
administrativa de la impetrante y a la multa que le fue impuesta.
Resulta preciso aclarar, que lo anteriormente dispuesto de ninguna manera permite
suponer que el Presidente de la Corte de Cuentas de la República esté impedido para
determinar la responsabilidad administrativa de funcionarios y empleados; es decir, al estar
facultado por ley para tal efecto es plenamente legítima su actuación, siempre que
exponga las razones de hecho y de derecho en que se basa para resolver y respetando los
derechos constitucionales de los enjuiciados; por lo tanto, el efecto restitutorio no implica
que esta Sala establezca que debe existir una resolución favorable para la demandante,
sino que, por las razones dichas en el apartado anterior, se debe invalidar la resolución
impugnada únicamente respecto a la señora Ana Elsy Alvarado Guevara, y se debe
reponer lo actuado atendiendo a lo manifestado por esta Sala, siempre que la ley lo
permita en atención a la caducidad de atribuciones administrativas para practicar acciones
de auditoría.
POR TANTO: A nombre de la República de El Salvador, con base en las razones
expuestas, y en aplicación de los Arts. 2, 12 y 14 de la Constitución; y de los artículos 32,
33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala FALLA: (a) declárase
no ha lugar al amparo solicitado por la señora Ana Elsy Alvarado Guevara, por no existir
violación del principio de legalidad, como proyección en el derecho administrativo
sancionador como materia reservada a la ley; (b) declárase ha lugar al amparo solicitado
por la demandante, por violación de los derechos a la presunción de inocencia, a la
motivación de las resoluciones como manifestación del derecho a la seguridad jurídica y al
derecho propiedad; (c) vuelvan las cosas al estado en que se encontraban antes del acto
reclamado, en tal sentido déjase sin efecto la resolución pronunciada por el Presidente de
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la Corte de Cuentas de la República, a las diez horas del día 18/X/2000, únicamente
respecto a la declaratoria de responsabilidad administrativa de la impetrante y a la multa
que le fue impuesta; debiendo reponerse lo actuado tal como se indica en el apartado
anterior, al establecerse el efecto restitutorio, siempre que la ley lo permita, en atención a
la caducidad de atribuciones administrativas para practicar acciones de auditoría; y (d)
notifíquese.
---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO
C.---RUBRICADAS.
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