programación didáctica - Colegio Inmaculada Niña

COLEGIO INMACULADA NIÑA
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1. LA NUTRICIÓN
Puesto que los animales tienen alimentación heterótrofa, no pueden fabricar materia orgánica,
como hacen las plantas, deben tomar alimentos que contengan esta materia orgánica.
Llamamos alimentos a todo aquello que ingieren los animales. Por ejemplo, una manzana es un
alimento. Ahora bien, las células no pueden hacer nada con una manzana. Es necesario que la
manzana se descomponga y que se extraigan sus nutrientes, es decir, moléculas orgánicas de
pequeño tamaño (biomoléculas) que pueden ser aprovechadas por las células. Además, los
nutrientes han de llegar hasta todas las células del cuerpo, que también deben recibir oxígeno
para realizar la respiración celular. Por último, debe haber un sistema para eliminar todas las
sustancias tóxicas que se produzcan en este proceso.
2. EL SISTEMA DIGESTIVO
Los alimentos no pueden proporcionar directamente ni energía ni materiales de construcción si
antes no son reducidos a sus componentes moleculares. Para que puedan ser absorbidos y
transportados por la sangre y entrar en las células, tienen que transformarse en sustancias más
sencillas y solubles, es decir, tienen que desintegrarse previamente en partículas pequeñas.
El proceso de transformación mecánica y química de los alimentos en moléculas capaces de ser
distribuidas y utilizadas por cada una de las células del cuerpo se denomina digestión.
La digestión incluye dos tipos de procesos: mecánico y químico:
 Digestión mecánica: Se lleva a cabo en la boca y consisten en la masticación, que rompe los
alimentos en fragmentos para facilitar la digestión química.
 Digestión química: Se inicia en la boca y continúa en el estómago y en el primer tramo del
intestino delgado. Consiste en un ataque químico realizado por los jugos digestivos, que
transforman los alimentos en un líquido que contiene moléculas solubles llamadas nutrientes. Los
nutrientes, a través de la pared del intestino, pasan a la sangre que los transporta a todas las
células del organismo.
 El tubo digestivo
La digestión tiene lugar en el tubo digestivo. Este es un tubo muscular de diferentes grosores
que va de la boca al año, y puede llegar a medir diez metros. Las glándulas salivares, el hígado, el
páncreas y la vesícula biliar son los órganos accesorios del tubo digestivo: contribuyen a la
digestión y absorción del alimento.
El sistema digestivo es, pues, el encargado de transformar los alimentos que comemos para
proporcionarle al organismo los nutrientes que necesita para vivir.
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1. La digestión de la comida empieza en la boca. Con los dientes se corta en trocitos y al
masticarla se tritura y ensaliva para así poder tragarla. La saliva contiene unas sustancias,
llamadas enzimas, que inician la digestión de los hidratos de carbono.
La lengua manipula la comida hasta formar el bolo alimenticio, que es empujado hacia la faringe
para ser deglutido. La epiglotis, entonces, se dobla hacia
abajo y cierra la tráquea para que la comida no se vaya por
el camino equivocado.
El bolo desciende por el esófago y sigue su viaje en
dirección al estómago, donde continúa el proceso
digestivo.
2. En el estómago, la comida se mezcla con los jugos
gástricos que segregan sus paredes. Éstos contienen un
ácido que destruye las bacterias y enzimas que inician la
digestión de las proteínas. El estómago almacena y licua la
comida durante unas cuatro horas. La papilla que se forma
sólo está parcialmente digerida, y así pasa, gradualmente,
al intestino delgado.
3. En el intestino delgado tiene lugar la mayor parte
de la digestión gracias a los jugos que vierten el hígado, la
vesícula biliar, el páncreas y sus propias paredes.
El hígado produce un líquido verde, la bilis, que ayuda a
digerir las grasas y, mientras no sea necesario, se
almacena en una bolsita llamada vesícula biliar.
El páncreas produce diferentes enzimas, indispensables para completar la digestión de las
grasas, proteínas e hidratos de carbono.
Una vez reducidas estas sustancias a pequeñas partículas, atraviesan la pared intestinal y pasan
a la sangre, que las lleva a todas las células del cuerpo, donde se metabolizan.
4. El agua y los alimentos que no han podido ser digeridos y absorbidos en el intestino
delgado, como la fibra de los espárragos, por ejemplo, pasan al intestino grueso. Éste absorbe
casi toda el agua que contienen, por lo que forman unos residuos semisólidos, las heces, que
permanecen en el recto hasta que se expulsan por el ano.
5. Eliminación de los desechos. Los residuos sólidos procedentes de la digestión son comida
que no se puede digerir, y se expulsan por el ano. En cambio, los residuos que proceden de la
actividad celular (dióxido de carbono, urea, agua y sales) se excretan a través de órganos
excretores, como los riñones (en forma de orina), a través de la piel (en forma de orina), a
través de la piel (en forma de sudor) o a través de los pulmones, que eliminan el dióxido de
carbono al espirar.
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3. EL SISTEMA RESPIRATORIO
La actividad diaria de nuestro organismo (correr, hablar, dormir…) requiere un aporte continuo
de energía. Y para obtener energía tomamos alimentos. Pero la energía de los alimentos sólo pude
ser extraída o liberada si está presente el oxígeno. Al combinarse éste con el combustible que
nos proporcionan los alimentos una vez digeridos, se produce una combustión que, además de
liberar la energía que nos hace vivir, también produce un gas residual que hay que eliminar del
cuerpo: el dióxido de carbono. Por eso necesitamos respirar.
Respirar consiste en tomar oxígeno del aire para que las células puedan extraer la energía de
los alimentos, y en expulsar el dióxido de carbono que se libera como producto de desecho.
Este intercambio de gases se denomina respiración.
 El proceso de respiración
El oxígeno sólo puede penetrar en nuestro organismo a través de superficies húmedas. Para
captarlo disponemos de dos órganos que están siempre húmedos: los pulmones. Ambos están
envueltos en una membrana llamada pleura y alojados dentro de la “jaula” que forman las
costillas.
El aire entra por las fosas nasales (o por
la boca) donde se caldea y filtra, y
desciende por la laringe hacia la tráquea.
La tráquea es un tubo que conduce al aire
a los pulmones y mide unos doce
centímetros. Al llegar al pecho se divide
en dos ramas, denominadas bronquios.
Éstos, a su vez, se ramifican en
conductos más pequeños y estrechos
llamados bronquiolos. Los bronquiolos
llevan el aire hasta unas diminutas bolsas
llamadas alveolos que están tapizados de
una red de capilares sanguíneos donde
tiene lugar el intercambio gaseoso. Allí la
sangre se libera del dióxido que lleva y se
recarga de oxígeno. En aire entra y sale
del aparato respiratorio por acción de un
músculo llamado diafragma y de los
músculos intercostales. Esto es, la respiración.
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4. EL SISTEMA CIRCULATORIO
Todos los seres vivos necesitan algún medio de transporte para que las sustancias se desplacen
por sus organismos. En el cuerpo, las sustancias son transportadas por la sangre. Ésta realiza
varias funciones: suministra oxígeno y nutrientes a las células, de donde recoge a su vez los
materiales de desecho derivados de la actividad celular y los traslada a los órganos excretores
para su eliminación posterior; también transporta hormonas, que controlan actividades
corporales como el crecimiento, y anticuerpos, que combaten las infecciones.
La sangre
La sangre está formada por un líquido, llamado plasma, que contiene células sanguíneas:
glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas.
Los glóbulos rojos transportan oxígeno y dan su color a la sangre debido a la hemoglobina. Los
glóbulos blancos se encargan de destruir los gérmenes nocivos. Las plaquetas son fragmentos de
células que ayudan a destruirlos. Las plaquetas son fragmentos de células que ayudan a que la
sangre se coagule para así cicatrizar las heridas.
Las células sanguíneas navegan en el plasma sanguíneo que le sirve como medio de transporte
para llegar a todas las partes del cuerpo.
 Sistema circulatorio
La sangre viaja o circula por el cuerpo bajo presión dentro de un sistema tubular cerrado; el
circuito sin fin que describe la sangre
al circular es doble: uno conduce
sangre desoxigenada a los pulmones y
el otro conduce sangre oxigenada al
resto del organismo.
Las tuberías por las que circula la
sangre no son todas iguales: las que
reciben la sangre que sale del corazón
se llaman arterias; las que transportan
la sangre de regreso al corazón, venas,
y las que conectan arterias y venas se
llaman capilares.
 El corazón
El corazón es un órgano muscular hueco
que impulsa la sangre a recorrer el
cuerpo. Su interior está dividido en
dos mitades: el derecho dirige la
circulación pulmonar, es decir, la que lleva la sangre desoxigenada a oxigenarse a los pulmones; el
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otro, el izquierdo, dirige la circulación general, la que se ocupa de distribuir la sangre oxigenada
al resto del cuerpo.
Cada mitad del corazón tiene como función recibir y expulsar sangre. Para ello dispone de dos
cavidades. La superior se llama aurícula y la inferior, ventrículo. Las aurículas están separadas de
los ventrículos por válvulas que actúan como puertas para la sangre: se abren para que la sangre
pase y fluya en un sentido único y se cierran para evitar que la sangre retroceda. Los ventrículos
están separados de las arterias por las válvulas pulmonar y aórtica.
El latido del corazón es el sonido que se produce cuando las válvulas cardiacas se abren y se
cierran. Cada vez que el corazón late expulsa sangre que fluye en oleadas a las arterias. Ese
oleaje es el pulso.
El proceso de circulación de la sangre por el cuerpo se puede resumir de la siguiente manera: la
sangre desoxigenada procedente de la circulación general entra en la aurícula derecha por las
venas y de allí pasa al ventrículo derecho, que la envía a los pulmones para oxigenarla. Una vez
oxigenada, pasa a través de las venas pulmonares a la aurícula izquierda, que la envía al ventrículo
izquierdo y, de allí, es bombeada hacia la arteria aorta, que la conduce al resto del cuerpo.
5. EL SISTEMA EXCRETOR
El aparato excretor es el encargado de eliminar las sustancias tóxicas y los desechos de nuestro
organismo. Los riñones filtran la sangre y retienen los
residuos tóxicos, el exceso de agua y de sales minerales,
la orina. Además sirve para mantener la cantidad
necesaria de agua y sales minerales para nuestro
organismo, como la de mantener la temperatura corporal a
través de las glándulas sudoríparas.
Por tanto, las sustancias que se excretan son líquidas o
gaseosas. Líquidas como la orina o el sudor y gaseosas
como el dióxido de carbono.
El aparato digestivo elimina los residuos sólidos que se
producen en la digestión de los alimentos, pero no se
pueden considerar productos de excreción porque son
desechos que son devueltos al medio sin ser utilizados.
 El aparato urinario
El aparato urinario lo forman los riñones y las vías
urinarias (los uréteres, la vejiga y la uretra).
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Los riñones son los órganos encargados de limpiar la sangre de desechos, formando la
orina como producto final.
Los uréteres son conductos que parten de la pelvis renal y llevan la orina a la vejiga.
La vejiga urinaria es un órgano musculoso, con forma de globo, que se dilata al llenarse de
orina y se comprime en el acto de la micción. Cuando la tensión de las paredes de la vejiga
supera un determinado valor, se produce un reflejo nervioso, que recibe el nombre de
reflejo de micción, y la necesidad de orinar se hace consciente.
La uretra es un conducto de la vejiga y por el que se expulsa la orina al miccionar.
 Los pulmones
Los pulmones son los encargados de retirar de la sangre el dióxido de carbono que han generado
las células. Esta operación se hace en los alveolos pulmonares y por medio de la respiración es
eliminado al exterior.
 La piel
Por medio de la piel y a través de las glándulas sudoríparas, es eliminado el sudor. El sudor está
compuesto por agua y sales minerales y sirve para hidratar y refrescar la piel.
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