Empresas Transnacionales y Derecho al Medio Ambiente y a la

Anuncio
LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES
Y LOS DERECHOS HUMANOS AL MEDIO AMBIENTE Y A LA ALIMENTACIÓN
Reflexiones en torno a las industrias de los biocombustibles y los transgénicos
Octubre 2009
M. Ximena González Serrano
K. Johana Rocha Gómez
Andrea Torres Bobadilla
Abstrac: Colombia ha sido uno de los países más golpeados por la estrategia de dominación y explotación económica en
un contexto de globalización, por ello es necesario proteger no solo nuestro medio ambiente, sino también nuestro
derecho a la alimentación cómo derechos humanos, los cuales se ven afectados por la implementación y desarrollo de 2
nuevas tecnologías, éstas son la industria de los biocombustibles y de los transgénicos, cuyo monopolio se encuentra en
manos principalmente de compañías trasnacionales –ETNs-, quienes se constituyen en la actualidad cómo el actor central
de explotación y extracción de recursos a nivel mundial.
Palabras clave: Explotación, medio ambiente, derecho a la alimentación, responsabilidad jurídica, empresas
transnacionales, biocombustibles, transgénicos.
2
LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES
Y LOS DERECHOS HUMANOS AL MEDIO AMBIENTE Y A LA ALIMENTACIÓN
Reflexiones en torno a las industrias de los biocombustibles y los transgénicos
M. Ximena González Serrano
K. Johana Rocha Gómez
Andrea Torres Bobadilla
Sumario. Introducción. Derecho a un ambiente sano y derecho a la alimentación: una nueva categoría de
derechos humanos. Tecnologías atentatorias de los derechos a gozar de un medio ambiente sano y de
una alimentación adecuada. Responsabilidad de las empresas transnacionales por la violación de los
derechos a gozar de un medio ambiente sano y de una alimentación adecuada. Conclusiones.
1. INTRODUCCIÓN
América Latina y el Caribe cuentan con el 40 por ciento de las especies animales y vegetales del planeta, el 47 por ciento
de su territorio está cubierto por bosques y ecosistemas de especial importancia ecológica y posee el 27 por ciento del
agua dulce del mundo1. De ahí, la importancia de nuestro continente para el futuro de la humanidad.
Sin embargo, la innegable monopolización en la explotación económica de nuestros recursos naturales, por parte de los
agentes del mercado, ha conducido a que el sistema económico imperante, favorezca una inequitativa e injusta
apropiación y manipulación de los mismos.
Latinoamérica es un territorio brutalmente golpeado por esta estrategia de dominación, por ello se hace necesario
evidenciar la necesidad de proteger no solo nuestro medio ambiente, sino también nuestro derecho a la alimentación
cómo derechos humanos, los cuales se ven especialmente afectados por la implantación y desarrollo de 2 nuevas
tecnologías, estas son, la industria de los biocombustibles y de los transgénicos, cuyo dominio y explotación directa se
encuentra en manos principalmente de compañías trasnacionales –ETNs-, que se constituyen en la actualidad cómo actor
central de extracción de riquezas.
El objetivo de este artículo es mostrar cómo a partir de la categorización del medio ambiente y el derecho a la
alimentación cómo derechos humanos, afectado por las tecnologías en mención, podemos reflexionar sobre la necesidad
de construir fundamentos sólidos para exigir la responsabilidad de las empresas transnacionales, ante una legislación
insuficiente y precaria y así buscar formas jurídicas y políticas alternativas para limitar los sistemas de explotación
económica de nuestro pueblo.
2. DERECHO A UN AMBIENTE SANO Y DERECHO A LA ALIMENTACIÓN: UNA NUEVA CATEGORÍA DE
DERECHOS HUMANOS
2.1.
El derecho a un ambiente sano
El derecho a gozar de un ambiente sano, equilibrado o adecuado se encuentra, en los escenarios internacionales, en
proceso de positivización.
Sin embargo, lo anterior no ha sido obstáculo para que en algunos ordenamientos jurídicos internos se haya incluido en
los textos constitucionales y haya adquirido el rango de derecho fundamental, como hoy ocurre en Colombia, donde se
reconoce que el derecho al medio ambiente es vital para la existencia de la humanidad y cuya protección no pude
desligarse de los derechos a la vida y a la salud de las personas2.
En escenarios internacionales la protección del derecho a un medio ambiente sano ha avanzado a pasos lentos, sometido
tanto al voluntarismo de los Estados, como suele ocurrir paradójicamente en materia de derechos humanos, como a los
intereses y posibilidades de la economía y del desarrollo del mercado.
Sobre este particular puede consultarse www.visionesalternativas.com/militarización.
Así lo ha sostenido la Corte Constitucional colombiana en numerosas providencias, dentro de las cuales cabe destacar la sentencia C – 293 – 02,
del 23 de abril de 2002 proyectada por el magistrado Alfredo Beltrán Sierra, y la sentencia T – 092 – 93, del 19 de Febrero de 1993 de ponencia
del magistrado Simón Rodríguez Rodríguez .
1
2
3
A continuación esbozaremos en breve la evolución que, a través de diferentes instrumentos internacionales, ha conocido
el derecho de todas las personas a gozar de un medio ambiente sano.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948, no hizo mención directamente a este derecho, pero incluyó en
su artículo 25 el derecho de toda persona a acceder y disfrutar de un nivel de vida adecuado que le asegure, a ella y a su
familia, la salud y el bienestar.
El Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDESC) previó en su artículo 12 la obligación de
los Estados de adoptar las medidas necesarias para garantizar el mejoramiento y la conservación del medio ambiente,
como condición básica para asegurar el disfrute del derecho a la salud física y mental de los individuos.
La Declaración de Naciones Unidas sobre Medio Humano, aprobada en Estocolmo en 1972, integra al derecho a la vida el
derecho a gozar de un ambiente cuya calidad permita a los hombres y mujeres vivir en condiciones de dignidad y
bienestar.
El Protocolo de San Salvador de 1988, adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, mediante el cual
se regulan los temas asociados a la promoción y protección de los derechos económicos, sociales y culturales, estableció
en su artículo 11 el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente sano, cuya protección, preservación y
mejoramiento está a cargo de los Estados.
La Declaración de Lisboa de 1988, aprobada en el marco de la “Conferencia Internacional sobre garantías del Derecho
Humano al Ambiente”, reconoció el derecho de toda persona a vivir en un ambiente sano, digno y ecológicamente
equilibrado, y exhortó a los Estados a adoptar los mecanismos jurídicos necesarios para garantizarlo.
La Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992, señaló en su principio 1 que los seres
humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible y que tienen derecho a
una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.
La Declaración de Biskaia sobre el Derecho al Medio Ambiente, aprobada en Bilbao en 1999 como respuesta a un
especial esfuerzo de definición del alcance del derecho que en este acápite nos ocupa, lo definió como la facultad de toda
persona, entendida a título individual o en asociación con otras, a disfrutar de un medio ambiente sano y respetuoso del
equilibrio ecológico, para sí mismo o para generaciones futuras, cuyo respeto y protección ha de exigirse tanto a
entidades públicas como privadas, y que ha de ejercerse en forma compatible con los demás derechos humanos, incluido
el derecho al desarrollo3.
La Declaración de Johannesburgo de 2000, reafirma el principio de desarrollo sostenible, introducido por la Declaración
de Río de Janeiro, y consagra como elemento adicional el deber de los Estados de hacer un “uso racional” de los
recursos naturales.
De los instrumentos en mención se derivan para los Estados los siguientes compromisos: (i) garantizar la adopción de
mecanismos tendentes a la protección del derecho a gozar de un medio ambiente sano y ecológicamente equilibrado, y
particularmente participar en la lucha contra la contaminación; (ii) velar para que no se introduzcan modificaciones
desfavorables e irreversibles del medio ambiente que puedan atentar contra la salud de las personas y el bienestar
colectivo; (iii) regular la explotación sostenible4 de los recursos naturales; (iv) evaluar anticipadamente las consecuencias
a largo plazo para el medio ambiente que puedan derivarse de la realización o ejecución de grandes proyectos; (v), en
virtud de lo anterior, velar porque la explotación de tales recursos y el ejercicio de actividades económicas no vulneren ni
atenten el derecho a gozar de un medio ambiente sano, no obstante la importancia que una actividad económica en
3 La Declaración de Biskaia especifica que la protección del derecho a un medio ambiente sano se alcanza mediante (i) la protección, conservación,
restauración y preservación del deterioro de la biosfera, geósfera, hidrosfera y atmósfera; (ii) el uso racional y sostenible de los recursos naturales;
(iii) la promoción de modelos de producción y consumo que contribuyan al desarrollo sostenible; y (iv) la integración de las exigencias de protección
del medio ambiente en las políticas públicas y en las actividades privadas, particularmente de empresas comerciales y grandes explotadores de los
recursos naturales.
4 La explotación sostenible está definitivamente asociada con la noción de desarrollo sustentable, por la que ha de entenderse “[la clase] de
desarrollo en donde los objetivos de las políticas de progreso económico, bienestar social y medioambiental se diseñen de tal forma que resulten
consistentes entre sí y con base en una perspectiva de largo plazo”, lo cual refleja el interés de la comunidad internacional en que el desarrollo
económico garantice (i) que las condiciones necesarias que cumple el medio ambiente para la subsistencia de la humanidad no se deterioren, y (ii)
que las necesidades de desarrollo económico consideren los intereses tanto de las generaciones presentes como de las futuras. Cfr. ROJAS, Víctor.
La Protección del Medio Ambiente en el TLCAN y la OMC. México. Oxford University Press. 2000. P. 85 – 95.
4
particular pueda revestir para la economía de un país; y, así, (vi) vigilar y asegurar la calidad y diversidad del medio
ambiente.
El contenido y alcance del derecho a gozar de un medio ambiente sano, de acuerdo a los instrumentos internacionales
relacionados, consiste en preservar, proteger y garantizar el equilibrio ecológico en beneficio de las generaciones
presentes y futuras, y a su vez asegurar el desarrollo económico bajo una supuesta explotación racional de los recursos
naturales.
Lo anterior, pese a los compromisos declarados por los Estados, es un claro reflejo de las políticas económicas
imperantes, que en materia ambiental se consolidaron desde la Declaración de Río de Janeiro de 1992,y se afirmaron de
forma contundente con la Declaración de Johannesburgo de 2000, las cuales comportan tanto una visión eminentemente
antropocéntrica, inclinada a una satisfacción perversa de las necesidades impuestas por el mercado (dominado por las
potencias mundiales y las compañías transnacionales), como la comercialización del ambiente, de los productos derivados
de éste y de los recursos naturales que lo integran.
2.2.
Derecho a la alimentación como un derecho humano
El derecho a la alimentación, al igual que el derecho a un ambiente sano, ha sido definido cómo un derecho humano, que
se ubica dentro de la categoría de los llamados derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, el cual debe ser
protegido, garantizado y respetado por los Estados, en beneficio de su población.
El contenido de este derecho se circunscribe a la posibilidad de las personas de acceder de manera regular, permanente
y libre a una alimentación adecuada y suficiente, que atienda a sus tradiciones culturales y que garantice su vida e
integridad física y psíquica en condiciones de dignidad.
Atendiendo a la naturaleza misma de este derecho, los Estados deben proveer ciertas condiciones y elementos básicos
que permitan asegurar su efectividad, tales como la posibilidad de acceso a la tierra, a recursos hídricos o fuentes de
agua, a semillas de calidad, a facilidades para la elaboración y comercialización de los productos, a condiciones laborales
dignas, entre otras5.
El derecho a la alimentación ha sido consagrado en diversas declaraciones e instrumentos internacionales, entre ellos en
las Directrices Voluntarias de la FAO6 (Food and Agriculture Organization) sobre el derecho a la alimentación, en las que
se enuncian elementos estructurales que deben ser incorporados por los Estados para desplegar una autentica política
pública de lucha contra el hambre y de suministro de una alimentación adecuada. Así mismo en el Pacto Internacional de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo 117 en el que se relaciona el derecho fundamental de toda
persona a estar protegida contra el hambre.
Por su parte, la Carta Europea de Derechos Humanos, en su artículo 12 declara que toda persona “tiene derecho a una
nutrición suficiente que garantice la posibilidad de gozar del más elevado nivel de desarrollo físico, emocional e
intelectual”. También establece que: “[c]on objeto de fomentar el ejercicio de este derecho y erradicar la malnutrición, los
Estados Partes se comprometen a mejorar los métodos de producción, abastecimiento y distribución de alimentos, y con
este fin, acuerdan promover una mayor cooperación en apoyo de las políticas nacionales pertinentes”.
De igual forma, el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, “Protocolo de San Salvador”,
en su artículo 16 prevé que todas las personas han de tener derecho a gozar del mejor estado posible de salud física y
5 Al respecto, resultan relevantes las consideraciones esbozadas por el Relator de Naciones Unidas para el Derecho a la alimentación, consignadas
en el documento: Promoción y protección de todos los derechos humanos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, incluido el derecho al
desarrollo, Informe del Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Jean Ziegler A/HRC/7/5 10 de enero de 2008.
6 Aprobadas por el Consejo de la FAO en su 127º período de sesiones, noviembre de 2004.
7Pacto Internacional de Derechos económicos, sociales y culturales. Artículo 11: 1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de
toda persona a un nivel de vida adecuado para sí y su familia, incluso alimentación, vestido y vivienda adecuados, y a una mejora continua de las
condiciones de existencia. Los Estados Partes tomarán medidas apropiadas para asegurar la efectividad de este derecho, reconociendo a este efecto
la importancia esencial de la cooperación internacional fundada en el libre consentimiento. 2. Los Estados Partes en el presente Pacto, reconociendo
el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, adoptarán, individualmente y mediante la cooperación internacional, las
medidas, incluidos los programas concretos, que se necesitan para: a) Mejorar los métodos de producción, conservación y distribución de alimentos
mediante la plena utilización de los conocimientos técnicos y científicos, la divulgación de principios sobre nutrición y el perfeccionamiento o la
reforma de los regímenes agrarios de modo que se logren la explotación y la utilización más eficaces de las riquezas naturales; b) Asegurar una
distribución equitativa de los alimentos mundiales en relación con las necesidades, teniendo en cuenta los problemas que se plantean tanto a los
países que importan productos alimenticios como a los que los exportan.
5
mental y que los Estados “han de tomar las medidas necesarias para proteger la salud de su población y velar por que
reciba atención médica cuando están enfermos”. Lo anterior encuentra justificación debido a que la malnutrición y el
hambre constituyen una de las principales causas de generación de enfermedades, padecimientos físicos y muertes, se ve
cobijado dentro del derecho a la salud.
Finalmente, la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, es el primer tratado internacional en materia de
derechos humanos que proclama la indivisibilidad y la interdependencia de todos los derechos humanos al consagrar que,
“los Estados africanos están convencidos de que, de ahora en adelante, es esencial prestar una atención particular al
derecho al desarrollo y que los derechos políticos no pueden ser disociados de los económicos, sociales y culturales
[entre ellos el derecho a la alimentación] en su concepción, así como en su universalidad, y que la satisfacción de los
derechos económicos, sociales y culturales es una garantía del goce de los derechos civiles y políticos”.
Es incuestionable que existe una calificación convencional que corrobora que el derecho a la alimentación es un derecho
humano exigible, justiciable8 y de obligatorio cumplimiento para los Estados, que implica que aquellos que suscribieron los
instrumentos en mención, asuman varios compromisos internacionales con su garantía y observancia inmediata, estos
son: (i) el deber u obligación de respetar, supone que los Estados no deben adoptar ninguna medida que se interponga
en el acceso de la población a la alimentación, esto implica la imposición de límites a la actuación de los Estados frente al
ejercicio de este derecho; (ii) el deber u obligación de proteger exige que los Estados desempeñen un papel proactivo, a
fin de impedir que agentes no estatales, entre ellos empresas e individuos violen el derecho de otras personas a la
alimentación; (iii) el deber u obligación de satisfacer supone el diseño e instrumentación de políticas públicas para
asegurar el acceso de esas personas a una alimentación adecuada y digna.
En la actualidad existe una grave crisis relacionada con la materialización de este derecho, ante un cruel y devastador
panorama de hambrunas, desnutriciones, desertificación de zonas agrícolas fértiles, usos inadecuados e inapropiados de
los suelos, desproporcionada distribución de los recursos y de la riqueza, consolidación de monopolios económicos sobre
la industria alimenticia, contaminación de las fuentes o depósitos de agua, lo cual a nuestro juicio es reflejo directo de la
deshumanización del modelo económico imperante.
A ello se suman las marcadas contradicciones existentes en el ámbito del derecho internacional de los derechos humanos
y el derecho internacional económico, pues si bien, como se enunció en líneas anteriores existe una consagración formal
del derecho a la alimentación como un derecho humano, ésta se contrapone a las posiciones y tendencias sostenidas por
las instituciones de Bretton Woods, junto con el Gobierno de los Estados Unidos de América y la Organización Mundial del
Comercio, las cuales se niegan a reconocer la mera existencia de un derecho humano a la alimentación e imponen a los
Estados más vulnerables el "Consenso de Washington", que promueve la liberalización, la desreglamentación, la
privatización y la compresión de sus presupuestos nacionales, modelo responsable de grandes desigualdades, generador
de un escenario de grandes contradicciones y mediante el cual se evidencia la ausencia de voluntad política y económica
para garantizar en debida forma este derecho.
Sin ser ello suficiente, un ingrediente adicional que agrava el panorama de desprotección del derecho a la alimentación,
en relación con su exigibilidad y justiciabilidad, es que los principales actores económicos dejaron de ser los Estados y
pasaron a ocupar ese lugar las compañías y empresas transnacionales, cuya responsabilidad en las esferas nacionales e
internacionales resulta ser más difusa e imprecisa. Circunstancia que igual se reputa del derecho al medio ambiente.
A continuación describiremos dos nuevas tecnologías que ponen en evidencia el grado de explotación desmedida del
medio ambiente y la vulneración del derecho a la alimentación, en el marco de las actividades económicas desarrolladas
principalmente por las empresas transnacionales.
3. TECNOLOGÍAS ACTUALES ATENTATORIAS DE LOS DERECHOS A GOZAR DE UN MEDIO AMBIENTE
SANO Y DE UNA ALIMENTACIÓN ADECUADA
8 Si bien persisten en la doctrina algunos debates sobre la justiciabilidad directa de ciertos derecho económicos, sociales y culturales, entre ellos el
derecho a una alimentación adecuada, en el ámbito internacional existen algunas instancias en las que es posible debatir la responsabilidad de los
Estados por la violación de este derecho, entre ellos se destaca la creación en África de un Tribunal de Derechos Humanos y de los Pueblos,
incorporado en el Protocolo adicional a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, el cual tendría competencia para emitir sentencias
condenatorias ante la trasgresión de alguno de los derechos incluidos en la Carta, entre ellos el derecho a la alimentación. Por su parte en el marco
del Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos, el organismo competente para supervisar la aplicación del derecho a la alimentación
es el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el cual únicamente está facultado para la formulación de recomendaciones, las cuales no
son jurídicamente vinculantes para los Estados.
6
3.1.
La industria de los biocombustibles
Los biocombustibles deben ser entendidos como una categoría de fuente de generación de energía renovable obtenidos
a partir de la biomasa9, cuyo procesamiento y obtención se realiza a partir de elementos orgánicos o de sus desechos
metabólicos.
Algunas de las fuentes utilizadas para su fabricación son los productos agrícolas, usados para satisfacer las necesidades
alimenticias de la población; es a éstos a los que se les atribuye la denominación de biocombustibles de primera
generación o de agrocombustibles10. Adicionalmente, los biocombustibles también se generan a partir de productos
naturales distintos a los destinados a la alimentación, a éstos se les asigna la denominación de biocombustibles de
segunda generación, entre los que se encuentran los desechos agroindustriales y algas como los de mayor rendimiento11.
Para abordar desde un enfoque integrador los diferentes elementos que confluyen a un análisis objetivo de la práctica
industrial y comercial impulsada a partir de éste tipo de productos, es preciso tomar en cuenta los impactos que
ocasionan en los diferentes ámbitos, entre ellos, de acuerdo a los propósitos del presente documento, en el medio
ambiente y en la seguridad alimentaria.
3.1.1.
Impactos de los biocombustibles en el medio ambiente
En cuanto a los efectos o posibles consecuencias que se derivan del empleo de la tecnología de los biocombustibles en el
ambiente, destacamos los siguientes:
-
Los biocombustibles sustentan una industria contaminante, pese a que con su procesamiento se obtiene
energía renovable.
Si bien en una primera etapa se verificó una producción tímida con fines experimentales y de investigación, con la
masificación y el fortalecimiento en los diferentes mercados y el aumento de la demanda en los países desarrollados, se
dio paso a la destinación de miles de hectáreas de bosques y selvas nativas para ser cultivadas con éstos fines, en
especial en los países en vía de desarrollo que poseen condiciones climáticas más favorables y tierras más fértiles y aptas
para el cultivo. La instalación de miles de plantaciones con este objeto, implica la tala y destrucción de bosques y de
ecosistemas de especial importancia ecológica, así como el sacrificio de biodiversidad y la extinción de especies, entre
otros12.
-
El saldo de contaminación en el proceso de generación de biocombustibles es muy elevado.
En las diferentes etapas del proceso de generación de biocombustibles, llámense cultivo, cuidado, recolección, empaque,
transporte ó comercialización, se utilizan en la actualidad tecnologías que siguen funcionando a partir de combustibles
fósiles, en especial hidrocarburos, de lo cual se derivan altas emisiones de dióxido de carbono y por lo tanto se genera un
saldo positivo de contaminación.
9 Por BIOMASA se entiende: “las plantas transforman la energía radiante del Sol en energía química a través de la fotosíntesis, y parte de esa
energía química queda almacenada en forma de materia orgánica; la energía química de la biomasa puede recuperarse quemándola directamente o
transformándola en combustible”. Disponible en: www.es.wikipedia.org.
10 Al respecto, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), precisa la distinción entre ambos términos, de la siguiente manera:
“El término “biocombustibles” se utiliza para referirse a los combustibles obtenidos de la biomasa, la cual incluye, por ejemplo, a cultivos, leña,
carbón vegetal y biogas. La primera generación de “biocombustibles” está basada esencialmente en cultivos agrícolas y la segunda generación en
materias primas provenientes de la silvicultura (bosques naturales o plantaciones con finalidades energéticas) y de residuos de ambos orígenes. Por
biocombustibles se entiende a los combustibles renovables de origen biológico que incluyen a la leña, estiércol, biogas, biohidrógeno, bioalcohol,
biomasa microbiana, desechos agrícolas, cultivos para combustibles, etc y por Agrocombustibles a los biocombustibles obtenidos a partir de
monocultivos, tales como soja, caña de azúcar, maíz, etc.”. En: CEPAL. Aportes de los Biocombustibles en la sustentabilidad del Desarrollo en
América Latina y el Caribe: Elementos para la formulación de políticas públicas. Marzo de 2008.
11La producción y comercialización masiva de biocombustibles de segunda generación se halla en una fase experimental, que comporta cuantiosas
inversiones en materia de tecnología e investigación. Así mismo se han proyectado algunos efectos relativos a éstos, entre los cuales se destaca la
afección de la disponibilidad de los recursos y productos que se derivan de él, por ejemplo fertilizantes.
12 Sobre este particular, el Profesor Gerardo Honty encontró que gran “parte de los nuevos cultivos con fines energéticos se realizan invadiendo
áreas silvestres, o desplazando otra producción (por ejemplo la pecuaria) hacia áreas naturales vírgenes. Este es el caso de Brasil, por ejemplo
donde los cultivos de caña de azúcar y soja se han expandido sobre el Cerrado o han desplazado a la ganadería hacia la selva amazónica.
Situaciones similares se evidencian en varios países sudamericanos y en América Central y el Caribe”. Así puede leerse en: HONTY, Gerardo.
Agrocombustibles y sustentabilidad en América Latina. Ponencia presentada en el IV Congreso Regional de Ingeniería Química. Montevideo, Uruguay.
Junio 5 a 7 de 2008.
7
-
La elaboración de biocombustibles ocasiona un preocupante deterioro en los recursos naturales.
Los cultivos a partir de los cuales se producen los biocombustibles, particularmente los de primera generación, requieren
grandes cantidades de agua y la utilización de fertilizantes, y plaguicidas nocivos para el medio ambiente, los cuales
ocasionan la degradación de los suelos y la reducción de las reservas de agua dulce.
3.1.2
Impactos de los biocombustibles en el derecho a la alimentación
La producción de biocombustibles a partir de cultivos que a su vez constituyen la base alimenticia de innumerables
grupos poblacionales en todo el mundo, es una de las variables que los expertos han identificado, como una causa
determinante del aumento de precio de los alimentos, de la minimización de su disponibilidad y capacidad de acceso en
los diferentes mercados, de la reducción de su calidad para consumo humano, de la alteración de hábitos alimenticios
que van de la mano con tradiciones culturales y por último, como factor influyente en la proliferación de hambrinas y de
enfermedades relacionadas con la desnutrición.
A continuación destacamos los principales efectos o posibles consecuencias del empleo de esta tecnología:
-
Los biocombustibles profundizan la alta concentración de los sistemas alimentarios y aumentan el control
corporativo tanto de los recursos naturales como de la cadena alimentaria13:
A pesar de las estimaciones positivas de orden mercantilista relacionadas en líneas anteriores, la producción masiva de
biocombustibles, principalmente de los agrocombustibles, acarreará la profundización de la problemática de
concentración de la propiedad, unida a un proceso de exclusión de los pequeños y medianos productores, al ser un
modelo que se abre paso a través de los cultivos extensivos y de plantaciones de gran dimensión. Este efecto se
relaciona de manera directa con la seguridad alimentaria toda vez que se reservan o destinan prioritariamente los
recursos naturales usados en la alimentación, a la producción de esta fuente de energía.
-
Disponibilidad:
La disponibilidad de un suministro adecuado de alimentos se ve amenazada por la producción de biocombustibles debido
a la competencia que entre unos y otros se genera en la utilización de la tierra, el agua, fertilizantes y otros recursos
productivos que, destinados a la producción de alimentos de primera necesidad sin desviados a la producción de
biocombustibles.
-
Acceso:
El acceso a los alimentos para los sectores sociales de menos ingresos se compromete, si la producción de combustibles
eleva los precios de las materias primas, como fue el caso del maíz en el 2006 y 200714.
Esta dimensión es la más sensible en América Latina y el Caribe, y se mide por el índice de subnutrición, de pobreza y
pobreza extrema, y de desigualdad, presentes a grandes niveles en Latinoamérica.
-
Estabilidad:
La estabilidad de la alimentación tiene relación con la conservación de los recursos naturales. La producción de
biocombustibles en muchos casos no es sostenible, debido a ella se destruyen otros cultivos o actividades para hacerla
viable. Por lo tanto, la estabilidad de la seguridad alimentaria se ve afectada por las orientaciones y diseño de estas
políticas y programas de biocombustibles en la región, así como de sus manutenciones.
13 Así lo afirman Organizaciones No Gubernamentales especializadas en la materia: “En suma, es bastante probable que los
agrocombustibles profundicen la alta concentración de los sistemas alimentarios en todo el mundo y aumenten de esta forma el control corporativo de la
cadena alimentaria y los recursos naturales, poniendo en serio peligro la existencia de los pequeños productores de alimentos, la agricultura familiar
campesina y los saberes y sistemas alimentarios tradicionales indígenas y campesinos”. En: TRANSNATIONAL INSTITUTE. Agrocombustibles
y derecho a la alimentación en América Latina. Mayo de 2008.
14 CEPAL. Aportes de los Biocombustibles en la sustentabilidad del Desarrollo en América Latina y el Caribe. Op Cit. P. 26.
8
Adicionalmente, la estabilidad en la seguridad alimentaria se ve comprometida siempre que los precios de los
biocombustibles sean afectados, como suele ocurrir, por la volatilidad de los precios del petróleo, la cual sería transmitida
a su vez a los sectores agrícolas, y generaría un abastecimiento de los alimentos con fuertes oscilaciones.
Todo ello sin mencionar que si los biocombustibles impactan sobre la disponibilidad del agua podrían afectar el uso
alternativo de los recursos hídricos en otros cultivos alimentarios.
-
Utilización:
La producción de biocombustibles afecta de manera indirecta la utilización para usos domésticos de recursos como el
agua y de productos agrícolas destinados a satisfacer de manera prioritaria las necesidades alimenticias de las
poblaciones.
Sobre este aspecto es importante resaltar que hay sistemas de producción de biocombustibles que son intensivos en la
utilización de recursos naturales, principalmente agua, y que ellos podrían tener un impacto negativo sobre la producción
de alimentos en ciertas zonas, pues la calidad del agua y del suelo y los recursos genéticos locales son la base para la
preservación del modo de vida de las poblaciones rurales y comunidades tradicionales15.
3.2.
La industria de la biotecnología (Transgénicos)
La biotecnología o la tecnología transgénica son definidas en el Convenio Internacional de diversidad biológica, adoptado
en 199216, como “toda aplicación tecnológica que utilice sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la
creación o modificación de productos o procesos para usos específicos.”
Si bien, la biotecnología es entendida como una de las expresiones más transformadoras e innovadoras del avance
científico en los últimos tiempos, a nuestro juicio el progreso en el conocimiento especializado de la composición genética
de los seres vivos y su consecuente manipulación por medio de tecnología, así como las innumerables aplicaciones que
de allí se desprenden, debe ser comprendida como la modalidad más actual del desarrollo histórico de la interacción
entre el hombre en sociedad y el medio ambiente natural que lo rodea. Por tanto entendemos que no se trata de un
despegue del todo novedoso y ajeno a nuestro recorrido como especie, sin embargo es preciso tener claridad de que su
manejo y algunos de sus efectos inmediatos y consecuencias futuras bajo los diferentes enfoques, son aún indescifrables
y preocupantes.
La alteración genética de los organismos vivos efectuada por el hombre es una práctica que se remonta al surgimiento y
establecimiento de la agricultura y de la ganadería, entendidas éstas, como actividades implementadas para satisfacer las
necesidades alimenticias y de supervivencia humana.
A partir de la tecnificación de la agricultura y de la ganadería, se desenvolvieron diferentes procedimientos que
comportaban la manipulación de los genes de los seres vivos, uno de los más antiguos es la técnica de la hibridación, por
medio de la cual, se crea un nuevo producto a partir de la mezcla del material genético de dos o más especies, con una
característica particular consistente en el que el resultado de tal procedimiento no es controlable ni predecible.
En 1953 James Watson y Francis Crirk, descubrieron la estructura molecular del ADN, que permitió tener acceso a la
información genética que determina las características de todo organismo vivo [microorganismos, plantas y animales].
Con posterioridad a ello, esto es, a mediados de la década de los 60, los experimentos adelantados por diferentes grupos
de biólogos moleculares permitieron descifrar la forma en que funcionan los genes y los mecanismos que facilitan su
transmisión, entre otros hallazgos relevantes. De este modo, se inauguró en la década de los 70’ una pujante actividad
investigativa, entre cuyos resultados más destacados y polémicos encontramos la técnica del ADN recombinante17,
Así lo sostuvo la FAO.
El Convención de Diversidad Biológica entro en vigor el 29 de Diciembre de 2003 a nivel mundial, para ello se requirieron solo 30 ratificaciones,
en la actualidad 191 países son miembros de este tratado internacional. En el preámbulo reconoce el valor intrínseco de la biodiversidad, y altera la
tendencia existente de darle valor en cuanto a su utilidad para satisfacer las necesidades humanas. De igual forma se definieron como objetivos
principales del convenio, la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de los componentes de la diversidad biológica y la
participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven en la utilización de los recursos genéticos.
17 “Una de las primeras aplicaciones prácticas de la técnica del ADN recombinante consistió en aumentar el rendimiento de bacterias y levaduras
utilizadas en la elaboración de ciertas sustancias de utilidad farmacéutica, como vitaminas y aminoácidos.” “[Así mismo en la década de los 70] se
desarrollaron productos […] como el interferón humano, la insulina humana y la hormona humana de crecimiento”. Otto T. Solbrig “Ventajas y
15
16
9
procedimiento de transferencia de genes de una bacteria o virus a otra, que permitió la unión de los sectores académico
– científicos, a los sectores industriales y comerciales, para así forjar una poderosa industria biotecnológica18, la cual
tiene su mayor auge en nuestros días.
En este periodo, los avances científicos se concentraron en la generación de productos a partir de las modificaciones
realizadas sobre microorganismos, sin embargo a partir de 1983 se desarrollaron las primeras plantas transgénicas con
el objeto de obtener entre otras, variaciones mejoradas con tasas de fotosíntesis superiores, mayores índices de
crecimiento o resistencia a enfermedades. En esa misma línea se empezaron las experimentaciones para las alteraciones
genéticas sobe animales.
La producción en masa y la consecuente comercialización y consumo mundial de productos transgénicos floreció en
199219, y se ha extendido y difundido en las diferentes partes del mundo de manera acelerada, de tal forma, que para el
año 2006, la superficie agrícola total dedicada a cultivos modificados genéticamente era de 102 millones de hectáreas20,
principalmente de seis (6) productos: soya, maíz, algodón, tomate, trigo y canola, cuyas variaciones genéticas son
prioritariamente resistentes a insectos y tolerantes a herbicidas21. Las principales potencias en la producción de este tipo
de productos son Estados Unidos, España, Argentina, Brasil, Australia y China. Así mismo en lo que concierne a animales
transgénicos en el año 2004, se hacía producción en laboratorio de: Ratones, cabras, conejos, ovejas, cerdos, cabras y
salmones, pero a diferencia de las plantas, aún no se había realizado su liberación al ambiente22.
En la actualidad un grupo reducido de aproximadamente quince (15) empresas trasnacionales, entre las cuales se
destacan: Monsanto (Estados Unidos), Syngenta (Francia), Aventis (Francia), DuPont (Estados Unidos), Bayer
(Alemania), Grupo Limagrain (Francia) y Novartis, lideran no solo el mercado de producción y comercialización de
transgénicos, utilizando como uno de sus principales mecanismos las patentes de invención y de procedimiento, sino las
labores investigativas y de experimentación sobre el mapa genético de los seres vivos, el cual dado su naturaleza y
esencia intrínseca, debería tener un acceso generalizado.
3.2.1.
Impactos de la tecnología transgénica en el medio ambiente
La producción, experimentación, liberación y comercialización de bienes derivados de la aplicación de esta tecnología se
ha efectuado bajo un manto de múltiples críticas éticas, expectativas, posibles aplicaciones favorables, y riesgos aún
inciertos sobre la salud humana, la biodiversidad, el medio ambiente y la soberanía alimentaria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)23, ha esbozado algunas consideraciones especiales sobre esta materia, al
afirmar lo siguiente:
“Los alimentos transgénicos representan riesgos potenciales para la salud y el desarrollo, por lo que antes de
permitir su comercialización deben ser sometidos a evaluaciones de inocuidad y de esta forma prevenir daños
al bienestar físico del ser humano y al medio ambiente.”
desventajas de agrobiotecnología”. Los transgénicos en América Latina y el Caribe: Un debate abierto. Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. Pag.44
18 “En 1971, la compañía francesa Roussel – Uclaf, que fabricaba vitamina B mediante fermentación bacteriana, firmó un convenio con la Cetus
Corporation para mejorar el rendimiento de la cepas por medio de la tecnología recombinante. La experiencia fue positiva, pues las nuevas cepas
mostraron un rendimiento mucho mayor que las anteriores, y de ese modo se dio el desarrollo industrial de la biotecnología. A ello se sumaron
después numerosos productos, y en el presente, todas las levaduras utilizadas en la confección de pan, queso, vino y cerveza son de origen
transgénico.” Otto T. Solbrig “Ventajas y desventajas de agrobiotecnología”. Los transgénicos en América Latina y el Caribe: Un debate abierto.
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. Pag.44
19 “Sin embargo la era de los denominados alimentos genéticamente modificados o alimentos transgénicos para el consumo humano directo se inició
el 18 de mayo de 1994, cuando la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA) autorizó la comercialización del primer
alimento con un gen “extraño”, el tomate “Flavr-Savr”, obtenido por la empresa Calgene. A partir de este momento, se han obtenido cerca de un
centenar de vegetales con genes ajenos insertados, que se encuentran en distintas etapas de comercialización, desde los que representan ya un
porcentaje importante de la producción total en algunos países hasta los que están pendientes de autorización.” Felipe García Vallejo. “Los alimentos
genéticamente modificados y la salud humana. Un debate pertinente” Colombia: Ciencia y Tecnología, Vol. 22 No1. Enero – Marzo de 2004. Pag. 9.
20 En su informe anual, correspondiente a 2006, el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agrobiotecnológicas (ISAAA, sus siglas
en inglés) constata el crecimiento del área cultivada con variedades transgénicas de maíz, soja y algodón, principalmente. Así, por primera vez se ha
batido la marca de 100 millones de hectáreas cultivadas, con 102 millones.
21 Felipe García Vallejo. “Los alimentos genéticamente modificados y la salud humana. Un debate pertinente” Colombia: Ciencia y Tecnología, Vol. 22
No1. Enero – Marzo de 2004. Pag. 5.
22 Oriol Mir Piugpelat. “Transgénicos y Derecho: La Nueva Regulación de los Organismos Genéticamente Modificados”. Barcelona, 2004, Editorial
Civitas. Pag. 46.
23 En el informe “Biotecnología moderna de los alimentos, salud y desarrollo humano: estudio basado en evidencias”, preparado por la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
10
Algunos de los impactos de esta naturaleza son los siguientes:
-
Alteración de ecosistemas:
La doctrina internacional24, las organizaciones ambientalistas de la sociedad civil y la comunidad científica25, han
entendido que la liberación de organismos genéticamente modificados al ambiente, puede conducir a la variación de las
cadenas tróficas imperantes en los diferentes ecosistemas naturales, pues una vez se produce dicha liberación del
organismo transgénico este transferirá su composición genética de generación en generación. Es probable que se
produzca una alteración en el genoma vegetal conduciendo a modificaciones no intencionales de las características
intrínsecas de los seres vivos.
Otra expresión de esa alteración de los ecosistemas, se puede presentar por la contaminación no voluntaria de
variedades convencionales o silvestres, con los genes incorporados en un organismo transgénico26.
-
Reducción de la biodiversidad:
Esta consecuencia nociva comporta la reducción del número de especies existentes o de sus distintas líneas, variedades o
razas, ante el mayor grado de adaptabilidad que tienen los organismos modificados genéticamente en comparación con
las variedades naturales o convencionales.
De esta forma, un factor que podrá acelerar este proceso de reducción de las especies, será el uso compulsivo y
desmedido por parte de los diferentes actores de la industria agroalimentaria, biotecnológica y farmacéutica, de los
organismos modificados genéticamente, al ser más económicos y al tener presuntas ventajas en su proceso de
producción y comercialización.
Sin embargo, frente a esta proyección, la doctrina posee expresiones diferenciadas y contrapuestas, es así como existen
autores que aseveran que la industria biotecnológica y en especial el desarrollo y liberación de organismos genéticamente
modificados, provocará un aumento considerable de la biodiversidad, toda vez que los adelantos tecnológicos permitirán
crear nuevos organismos y seres antes inexistentes en la naturaleza. Y concluyen con un elemento adicional, en virtud del
cual, el patrimonio de la industria biotecnológica en un mediano plazo, será precisamente la conservación e investigación
sobre la biodiversidad, por tanto descartan que su interés sea su reducción enunciando en cambio su protección.
-
Filtración de proteínas transgénicas en el suelo y en depósitos o cursos de agua:
Uno de los mayores riesgos del cultivo de plantas transgénicas, es que en su desarrollo y crecimiento, éstas puedan
esparcir compuestos desconocidos sobre los suelos y sobre los cuerpos de agua, los cuales puedan implicar afectaciones
a las comunidades de bacterias o microorganismos que viven en las zonas cercanas, ocasionando a su vez
modificaciones en la calidad o en los compuestos de suelos y agua27. No obstante, los descubrimientos científicos en esta
materia, están aún por confirmarse.
24 “En el mismo sentido marchan los resultados de una investigación realizada recientemente en la Universidad de Reading, del Reino Unido,
conforme a lo cual la colza modificada genéticamente podía polinizarse con especies silvestres emparentadas y dar lugar a gran número de híbridos
portadores de los genes introducidos. Según se comprobó, algunos de estos híbridos resultaron fértiles y traspasaron a su descendencia
características de resistencia a los herbicidas.” Cesar Morales y Marianne Schaper. “Las nuevas fronteras tecnológicas: los transgénicos y sus
impactos en América Latina y el Caribe” Los transgénicos en América Latina y el Caribe: Un debate abierto. Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. Pag 238.
25 “Una fórmula para evitar este efecto es añadirle al OGM un gen que esterilice e impide que se transfiera su material genético potencialmente
nocivo a su descendencia. Este tipo de gen es utilizado por las industrias biotecnológicas para proteger su derecho a la propiedad de las semillas,
obligando al agricultor a adquirir nuevas semillas para iniciar una nueva cosecha.”Oriol Mir Piugpelat. “Transgénicos y Derecho: La Nueva Regulación
de los Organismos Genéticamente Modificados”. Barcelona, 2004, Editorial Civitas. Pag. 72.
26 Un evento indicativo de esta hipótesis, es presentada por los investigadores de la Universidad Estatal de Colorado, de la siguiente forma: “El polen
de la alfalfa es transportado de una planta a otra por las abejas. Investigadores del gobierno estadounidense informan que las abejas pueden
transportar el polen de la alfalfa por lo menos a un kilómetro de distancia. En consecuencia, si se cultiva alfalfa transgénica en el futuro, las abejas
podrían transportar el polen a poblaciones de alfalfa silvestre y se producirían plantas silvestres que tendrían cualquier característica que haya sido
transferida a las plantas cultivadas.”
27 Al respeto la Universidad Estatal de Colorado, menciona en un documento temático de trabajo enunciado en líneas anteriores, algunos avances
experimentales alcanzados hasta el momento, tal y como se detalla a continuación: “Algunos estudios han intentado describir las condiciones de
suelos donde se producen cultivos transgénicos. En un estudio canadiense (Dunfield y Germida, 2001), se hicieron pruebas con muestras del suelo
tomadas alrededor de cuatro variedades transgénicas de canola y cuatro variedades tradicionales. Había algunas diferencias vinculadas con el hecho
11
3.2.2.
-
Efectos en el derecho a una alimentación adecuada:
Toxicidad y alergenicidad:
Algunos sectores de la comunidad científica han identificado que la transferencia de genes puede estar relacionada con la
aparición de nuevas alergias, agentes infecciosos o reacciones inmunológicas anormales en los seres humanos a través
de la ingestión o consumo de alimentos28, ya sea por añadir un gen que en sí mismo sea tóxico o por el efecto que
genera la inserción del nuevo gen en el genoma receptor, toda vez que las técnicas actuales no permiten controlar con
exactitud el genoma receptor en que se inserta el nuevo gen que se añade29.
-
Resistencia a antibióticos:
Una de las más grandes preocupaciones en la producción de alimentos transgénicos, es que una de las técnicas
científicas que se han implementado en este proceso, comprende el uso de antibióticos denominados marcadores30, los
cuales pueden ocasionar resistencia en las bacterias que se hallan en el sistema digestivo humano, provocando su
proliferación.
-
Uso de agroquímicos asociados a los transgénicos:
Está corroborado que la producción de cultivos de alimentos transgénicos ha conllevado el empleo generalizado de
sustancias agroquímicas perjudiciales para la salud humana y el ambiente, entre ellas el glifosato y el glufosinato de
amonio, los cuales según estudios rigurosos efectuados, conducen al desarrollo de enfermedades y patologías por el
hombre31.
de que el cultivo producido fuera transgénico o tradicional. Otras características del suelo eran similares, cualquiera que fuera el tipo de cultivo, y
ciertas diferencias no se relacionaban con el tipo de cultivo. Un análisis de los ácidos grasos que se asocian con ciertos tipos de microorganismos
del suelo indicó que las raíces de las plantas transgénicas tal vez alberguen concentraciones más elevadas de ciertos microorganismos, pero es
esencial realizar otras investigaciones para determinar si esto es cierto. Un informe publicado en el periódico canadiense Le Devoir, afirmó que los
sedimentos tomados del río San Lorenzo en Quebec, cerca de un campo de maíz Bt, contenían cinco veces más toxina Bt que las muestras tomadas
en aguas de drenaje y sedimentos alrededor del campo. Los resultados fueron mencionados en un simposio internacional, en una exposición del
profesor Jean-François Narbonne, de la Universidad de Burdeos. Se ha comunicado también que otro científico asociado con el proyecto de
investigación ha dicho que las cantidades de Bt en el sedimento del río eran "cantidades mínimas", no concentraciones elevadas. Es necesario
efectuar otras investigaciones para esclarecer los resultados del estudio. No se sabe si la toxina Bt presente en sedimentos del río tendrá algún
efecto sobre los organismos fluviales.”
28 Sobre esta materia existen diversas posiciones, una de ellas, es la sostenida por el investigador Felipe García Vallejo, quién presenta la siguiente
opinión: “Por una cuestión de principios, se desalienta la transferencia de genes de alimentos comúnmente alergénicos a menos que pueda
demostrarse que el producto proteico del gen transferido no es alergénico. Si bien los alimentos desarrollados de forma convencional no se evalúan
generalmente en cuanto a alergenicidad, los protocolos para pruebas de alimentos GM han sido analizadas por la Organización de Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OMS además por grupos de investigadores. Solo 8 alimentos son responsables del 90% de las
alergias en Europa y Estados Unidos: Trigo, nueces, leche, huevos, crustáceos, pescado, soja y maní. El trigo puede ser mejorado genéticamente
para remover, por ejemplo, proteínas conocidas como causantes de series reacciones alérgicas, ampliando el consumo de este alimento en personas
con alergias particulares. Colombia: Ciencia y Tecnología, Vol. 22 No1. Enero – Marzo de 2004. Pag.11.
29 Si bien ciertos alimentos, como la leche y las zanahorias, pueden contener normalmente proteínas alergénicas, tal posibilidad se multiplica con los
procedimientos biotecnológicos, capaces de introducir genes que determinan la producción de proteínas que jamás han estado presentes en otros
alimentos. Uno de los ejemplos más conocidos en este sentido es el de una proteína de la nuez del Brasil codificada en la soja transgénica, que
puede en ciertos casos provocar reacciones alérgicas en los seres humanos. Por otra parte, no siempre es fácil predecir si una proteína
artificialmente codificada será o no alergénica, lo cual agrega mayor incertidumbre al uso de transgénicos.” Cesar Morales y Marianne Schaper. “Las
nuevas fronteras tecnológicas: los transgénicos y sus impactos en América Latina y el Caribe” Los transgénicos en América Latina y el Caribe: Un
debate abierto. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. Pag 235.
30 “Un método común en la ingeniería genética, aplicado a la creación de transgénicos, es la introducción de genes que determinan cierta resistencia
a unos antibióticos denominados marcadores. Dicho método se utiliza con el fin de verificar que el gen de interés haya sido efectivamente
incorporado en el genoma del organismo huésped. No obstante, dichos marcadores se eliminan tras haber obtenido las cepas recombinantes;
además, existen marcadores que no tienen relación con la resistencia a quimioterápicos, como los de auxotrofía”. Disponible en www.wikipedia.com.
31 En esta materia los profesores Morales y Schaper consideran que: “El glufosinato de amonio y el glifosato, de amplio uso en la actualidad, actúan
como tóxicos metabólicos sistémicos. Se ha comprobado que el glufosinato de amonio puede provocar intoxicaciones neurológicas, respiratorias,
gastrointestinales, y hematológicas, así como malformaciones congénitas en seres humanos; también tiene efectos tóxicos en mariposas y una serie
de insectos útiles para el ser humano.” Cesar Morales y Marianne Schaper. “Las nuevas fronteras tecnológicas: los transgénicos y sus impactos en
América Latina y el Caribe” Los transgénicos en América Latina y el Caribe: Un debate abierto. Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. Pag 236
12
El progreso inusitado en el conocimiento científico y en el desarrollo tecnológico en el campo biológico y genético,
comporta para algunos autores32 la emigración de un nuevo paradigma que afectará de manera directa las formas de
organización social para efectos de la producción de bienes, con un marcado protagonismo de empresas trasnacionales,
el cual determinará consecuencias desconocidas en las relaciones entre el hombre y el ambiente a partir del
aprovechamiento cognitivo y económico de la información genética extraíble de la biodiversidad existente.
4. RESPONSABILIDAD DE LAS EMPRESAS TRANSNACIONALES (ETNs), POR LA VIOLACIÓN DE LOS
DERECHOS A GOZAR DE UN MEDIO AMBIENTE SANO Y DE UNA ALIMENTACIÓN ADECUADA
4.1.
Empresas transnacionales – ETNs – “un actor central para Colombia y América Latina”
Las empresas transnacionales, son la expresión de la trasformación y evolución del sistema económico capitalista, en el
que las potencias industrializadas, si bien siguen desempeñando un papel determinante en el juego de poderes, han
cedido su protagonismo en el ámbito productivo y comercial, a la iniciativa privada, que persigue la satisfacción de
intereses a un más específicos e individualistas. Es así como en la actualidad se calcula que existen en el mundo más de
77.000 empresas transnacionales, y unas 770.000 filiales fortalecidas por millones de proveedores33.
A manera de ejemplo describiremos a continuación, algunos elementos de la implantación del modelo económico
capitalista en Colombia y el papel preponderante que en él adquirieron las ETNs.
Tal y como se desprende de los casos presentados y de las evidencias recaudadas por el Tribunal Permanente de los
Pueblos34, el primer momento de gran expansión de la inversión extranjera en Colombia se percibió en los años 50, al
acatar las recomendaciones formuladas por una misión enviada por el gobierno de los Estados Unidos, según las cuales
aquella debía extenderse a muchas ramas de la economía35.
En los años 90, se instauró un nuevo régimen cambiario que permitió dar un tratamiento preferente a la inversión
extranjera, de tal forma llegó a equiparársele a la nacional, y a concederle, entre otros, subsidios especiales entregados
por el gobierno colombiano, el acceso a líneas de crédito diferenciales, el uso de sistemas de importación o exportación
de bienes estimulados por el Estado. A ello se sumó la ausencia de una reglamentación de responsabilidad social
empresarial y del deber de respetar los derechos humanos. La inversión extranjera, se concentró en las finanzas, los
servicios públicos y la industria minero-energética. En este período la inversión extranjera pasó de 500 millones de
dólares en 1990 a 6.966 millones en 1997, es decir, se verificó un crecimiento económico de 1.300%, y unos
correlativos beneficios económicos para los inversores, sin que ello redundara en el mejoramiento de las condiciones de
vida de la población.
Es así como, según el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)36, para el año 2007 17
millones de colombianos y colombianas viven en la pobreza, y 6 millones se encuentran en la indigencia, subsistiendo con
menos de un dólar diario. La distancia entre los más ricos y los más pobres sigue en aumento, ejemplo de ello es que
solo el 0,3% de la población colombiana es propietaria de más de la mitad de las tierras agrícolas del país37.
Los recursos naturales en peligro de extinción o con un fuerte potencial económico cómo el agua38, la biodiversidad, los
recursos genéticos o el petróleo39, son los más apetecidos por los agentes económicos. Sus intereses se ven reflejados
32 KATZ, Jorge y BÁRCENA, Alicia. “El advenimiento de un nuevo paradigma tecnológico. El caso de los productos transgénicos”. Los transgénicos en
América Latina y el Caribe: Un debate abierto. Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Santiago de Chile, Junio de 2004. P. 19
– 31.
33 Declarado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a través del Informe titulado Las empresas y los derechos humanos:
catálogo de normas internacionales sobre responsabilidad y rendición de cuentas por actos cometidos por empresas, conocido también como el
“Informe Ruggie”, del 19 de febrero de 2007. Párr. 64.
34 Sentencia Tribunal Permanente de los Pueblos. Sesión Colombia, Julio 25th, 2008. Fundador Presidente. Lelio Basso (italia), Salvatore Senese
(italia). Pronunciada durante el evento: “Empresas transnacionales y derechos de los pueblos en colombia, 2006 – 2008” Sesión final. Bogotá,
Auditorio León de Greiff, Universidad Nacional de Colombia 21 – 23 de julio de 2008.
35 En ese momento, el asesor técnico Lauchlin Currie, consideraba cómo eje de su estrategia la despoblación del campo y la urbanización intensiva,
para lograr lo cual él sostenía que “la guerra puede tomar el lugar de un programa de movilidad acelerada”. De hecho este modelo de desarrollo se
impuso en un contexto de extrema violencia.
36 Informe sobre Desarrollo Humano 2007-2008. Publicado por Grupo Mundi-Prensa. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. PNUD
27/11/07.
37 Ibidém
38 La reserva potable y dulce de agua apta para consumo humano es de 3% del total existente, la mayor parte de ese 3% está en los glaciares y
casquetes polares, por lo que el volumen accesible es de 12 mil kilómetros cúbicos, y la mitad la consume la humanidad. En los próximos años se
pronostica un consumo de 100% y la escasez se asoma como nueva amenaza, gracias a la naturaleza misma de este recurso por su naturaleza
13
en el diseño e implementación de instrumentos internacionales de cooperación entre los que se destacan los tratados de
libre comercio, celebrados entre países del tercer mundo y las potencias mundiales, mediante los cuales se aparenta
ubicar en un plano de igualdad, para efectos comerciales, a países con realidades sociales y económicas contrapuestas,
en orden a prever reglamentaciones y condicionamientos laxos y flexibles que garanticen el acceso a los recursos
naturales de los países más pobres y aseguren la invasión del capital extranjero en sus economías.
Colombia, actualmente está pendiente de la aprobación del TLC (Tratado de Libre Comercio) celebrado con los Estados
Unidos de América, mediante el cual no solo se permite la entrada y salida de todo tipo de productos para el intercambio,
sino que además, a través de la protección a la propiedad intelectual, se facilita la apropiación de recursos naturales
nacionales para uso exclusivo de quien obtenga patentes de invención o de procedimiento, las cuales caen en manos
primordialmente de empresas transnacionales. Es claro, que este convenio no tiene en cuenta la desventaja productiva y
competitiva de Colombia frente a los EE.UU, hecho que según expertos analistas fomentará la contratación de mano de
obra barata por parte de empresas extranjeras, incentivando así la creación de maquilas al servicio del capital40.
Esta estrategia de apropiación y usurpación de los recursos por parte de empresas transnacionales en Colombia41, se ha
acompañado de un fuerte componente de militarización e inversiones cuantiosas para la guerra, expresadas en el Plan
Colombia (Fases I y II), financiado directamente por los Estados Unidos, el cual se ha ligado al Plan Puebla Panamá, que
pretende la regionalización del conflicto para extenderlo a las fronteras de Perú, Ecuador, Brasil y Venezuela en una
búsqueda de la seguridad de las reservas de petróleo existentes en América Latina y El Caribe, que ascienden
aproximadamente a un 13% de las reservas mundiales.
La consolidación de las empresas transnacionales en Colombia y en América Latina es una expresión de la temible
expansión del sistema económico imperante que auspicia la explotación de recursos en forma indiscriminada, con la única
finalidad de extender y perpetuar su poder a nivel mundial. De ahí, la importancia de responsabilizar política y
jurídicamente su accionar, de establecer ciertos límites al ejercicio de sus actividades extractivas y explotadoras, bajo la
bandera de la reivindicación de la dignidad del pueblo latinoamericano.
4.2.
Responsabilidad De Las ETNs, Por La Violación Al Derecho A Un Ambiente Sano Y Al
Derecho A La Alimentación,:
recorre muchos tramos de territorios que permite ser compartido por varias naciones, al ejercer el control para garantizar el abastecimiento,
desnuda conflictos por el agua cómo ya se observa en varios lugares del mapa mundial.
39 Al respecto, el Departamento de Energía Norteamericano, calcula que para mediados del siglo XXI las reservas de petróleo no alcanzarían a cubrir
la demanda mundial. Si para el año 2000 eran calculadas en 1.033 billones de barriles, estos cubrirían unos 40 años más si se mantiene el ritmo de
consumo de 73 millones de barriles diarios, pero si se incrementa 2% anual como se prevé, se acorta la vida de la reserva.
40 El programa de ajuste y cambio de la economía en Colombia se ha dado en un proceso desde la década de los 90 s, el cual se orientó por el
recetario neoliberal impuesto en América Latina. Ocho elementos sirvieron de fundamento: 1. Apertura Económica y baja de aranceles, 2. Reducción
del papel económico y social del Estado, privatización de activos públicos, control monetario, ajuste fiscal y equilibrios macroeconómicos como
objetivos centrales de la política económica. 3. Recorte del gasto público y eliminación de subsidios, 4. Normativas favorables a la inversión
extranjera, 5. Fortalecimiento del capital financiero, 6. Deslaboralización y flexibilización del mercado de trabajo, 7. Apertura e impulso a la
explotación de los recursos naturales, 8. Predominio del ejecutivo sobre las demás ramas del poder público. Estos elementos los desarrolla en la
actualidad el estado colombiano planteándolos en los siguientes textos: Documento de la ONU “Objetivos del Desarrollo del Milenio 2015” y
muchos de sus elementos se encuentran en el Plan de desarrollo Nacional 2004-2006 “Hacia un Estado Comunitario” del presidente Álvaro Uribe
Vélez.
41 “(…) También se escuchó en estas audiencias la memoria de numerosas víctimas, además de especialistas y expertos, lo cual permitió descifrar
una política de las empresas y del Estado colombiano, muchas veces presionados por organismos multilaterales como el Banco Mundial, el FMI y el
BID, de imponer las reglas de juego del capital por encima de cualquier valor humano y social y de la misma vida. Se recordó, entre otros, a los
sindicalistas de Coca-Cola, de Nestlé y de Drummond; a los 80 campesinos, afrodescendientes e indígenas sacrificados en la Operación Génesis para
“limpiarle” los territorios ancestrales a las empresas madereras y palmeras que arrasaron con la biodiversidad de la región del Pacífico; a los
numerosos indígenas sacrificados en las luchas del Cauca por la liberación de la Madre Tierra; las innumerables víctimas de resguardos indígenas y
comunidades campesinas sacrificadas por el paramilitarismo al servicio de las empresas petroleras y mineras como la Anglo Gold Ashanti, la
Kedhada, la B.P. en el Sur de Bolívar, en el Casanare, en el Putumayo, en el Macizo Colombiano, en el Eje Cafetero; a las innumerables víctimas del
Urabá, del Bajo Atrato y del Magdalena a quienes los paramilitares financiados con los dineros de la Chiquita Brands y otras multinacionales
asesinaron, desaparecieron y desplazaron; a los centenares de millares de pobladores que han visto deteriorarse irreversiblemente su calidad de
vida, desde que empresas como Unión Fenosa, Canal Isabel II, Endesa, Aguas de Barcelona, compraron las empresas locales de acueducto y energía
y sometieron a las reglas de juego de la rentabilidad privada servicios tan inherentes a la calidad de la vida(...). En: Sentencia Tribunal Permanente
de los Pueblos. Sesión Colombia, Julio 25th, 2008. Fundador Presidente. Lelio Basso (italia), Salvatore Senese (italia). Pronunciada durante el
evento: “Empresas transnacionales y derechos de los pueblos en colombia, 2006 – 2008” Sesión final. Bogotá, Auditorio León de Greiff, Universidad
Nacional de Colombia 21 – 23 de julio de 2008.
14
Debido al rol que desempeñan las ETNs en esta sociedad capitalista, estas han adquirido un poderío desmesurado en las
más diversas esferas e “influyen decisivamente sobre toda clase de derechos humanos fundamentales”42, principalmente
cuando se trata de su vulneración. Así, con su actividad y políticas, las empresas transnacionales afectan los derechos a
gozar de una alimentación suficiente y sana, a la salud, a la vivienda, a un empleo en condiciones dignas, estable y
libremente elegido, a la libertad sindical, a la seguridad social, a un medio ambiente sano y seguro, a la educación, a la
información con pluralidad de fuentes, a la libertad de expresión, a la democracia representativa, a la participación
popular, a la justicia, a la no discriminación por razón de sexo, raza, religión o creencia, y sobre todo al derecho de los
pueblos a la libre determinación, a la soberanía en el manejo y disposición de sus recursos y riquezas naturales y a la
preservación de su propia identidad43.
Ello encuentra su justificación en que el objetivo de las empresas transnacionales es obtener el máximo beneficio con el
mínimo de gastos o de obligaciones sociales; visión ésta que no concuerda con la tendencia actual de incluir la protección
de los derechos humanos en el proceso de desarrollo económico44.
Es innegable que las actividades de las empresas transnacionales tienen consecuencias tanto en los derechos colectivos
como en los individuales y sus aspectos sociales; tanto en el derecho al desarrollo, bandera de sus prerrogativas, como
en los derechos a un medio ambiente sano y a una alimentación adecuada, objeto del presente análisis.
En relación con la responsabilidad de estas empresas, por la trasgresión del derecho a gozar de un ambiente sano45 y del
derecho a la alimentación, en su concepción de derechos humanos, desde el análisis de las tecnologías descritas a lo
largo de ésta presentación, a continuación presentamos unas algunas reflexiones.
Es deber de los Estados proteger a los individuos sometidos bajo su jurisdicción contra violaciones a los derechos
humanos no atribuibles directamente a sus agentes, la cual se extiende a los abusos cometidos por las compañías de
capital privado. Por ello es obligación de los Estados adoptar medidas para regular y decidir sobre las afectaciones a los
derechos humanos de su población, atribuibles a tipo de agentes sociales, incluidos las entidades de tipo comercial.
Sin embargo, existe una creciente preocupación de que los Estados no entiendan a cabalidad ese deber ó no tengan la
voluntad política de interferir en el ejercicio desmesurado, excesivo y, en ocasiones, criminal de las empresas
transnacionales, pues, en su condición de sujetos originarios del derecho internacional, se han mostrado reacios a
adoptar normas de derechos humanos de ese carácter, vinculantes para las empresas.
Por ello, son las comunidades y sectores sociales afectados quienes, en vista a la desprotección generada por sus
autoridades nacionales, deben asumir la defensa de sus derechos y perseguir la responsabilidad de los agentes que los
vulneran, entre ellas la “responsabilidad empresarial”46 que es una de las fórmulas para que una compañía responda por
su participación en agravios penales y/o civiles, sin que en la actualidad cuenten con instrumentos del todo garantistas, ni
con instancias apropiadas y efectivas en el ámbito nacional e internacional, para hacer exigibles y justiciables sus
derechos humanos a un ambiente sano y a la alimentación.
Los tratados de derechos humanos que se enunciaron en líneas anteriores, no abordan de manera explícita las
responsabilidades jurídicas directas de las empresas, haciendo evidente la ausencia de interés por limitar el ejercicio de
su actividad económica. Si bien en el Sistema Universal de protección de los Derechos Humanos y en el Sistema Europeo,
42 Así lo sostuvo CETIM (Centre Europe – Tiers Monde / Centro Europa – Tercer Mundo) en su artículo titulado “Las actividades de las empresas
transnacionales. Necesidad de su encuadramiento jurídico”, disponible en www.cetim.org (consultado el 20 de octubre de 2008).
43 Al respecto, Eduardo Tamayo en su artículo En entredicho el Pacto Mundial de la ONU con transnacionales, ejemplifica esta circunstancia, al referir:
“La lista de transnacionales que han atentado contra el medio ambiente y el derecho a la vida es larga. Contra algunas de ellas se han formulado
demandas judiciales: la petrolera Texaco ha sido enjuiciada en Estados Unidos por daños ambientales en la Amazonía ecuatoriana; la Novartis en
Brasil por la utilización de la soja transgénica, violando el principio de precaución; la Unión Carbide en la India y Estados Unidos por su
responsabilidad en la catástrofe de Bhopal que costó la vida a miles de personas”. Disponible en www.americalatinaenmovimiento.com
44 Así lo sostiene el Sr. El Hadji Guiseé, Presidente-relator del Grupo de trabajo sobre métodos y actividades de las empresas transnacionales de la
Subcomisión de Promoción y Protección de los Derechos Humanos creado en 1998. En: HADJI GUISSE, El. El ejercicio de los derechos económicos,
sociales y culturales: la Cuestión de las empresas transnacionales. Julio 5 de 2002.
45 Uno de los más graves efectos de las actividades desempeñadas por las ETNs, es la generación de cantidades exorbitantes de desechos comunes
y peligrosos, algunos de los cuales no pueden ser almacenados de ninguna manera. Eliminarlos a veces resulta costoso y ha dado lugar a que se
considere más barato y cómodo transferir los desechos tóxicos a regiones como América Latina y África, en donde las leyes ambientales consagran
parámetros débiles en esta materia, que someterse a algunos procedimientos de reaprovechamiento de los residuos o de desarrollo de tecnologías
limpias para su eliminación o tratamiento compatible con el medio ambiente.
46 La primera responsabilidad fijada a las empresas comerciales desbordando los asuntos de comercio en sí, fue la relativa a la contaminación
ambiental. Actualmente el campo de la responsabilidad de las empresas se ha ido ampliando con ocasión de la identificación de su participación en
delitos internacionales.
15
existen algunos pronunciamientos, recomendaciones y observaciones de órganos de control internacional sobre el tema,
éstas son ambiguas, precarias e insuficientes y abren parcialmente la puerta al reconocimiento de que las empresas son
capaces de infringir los derechos humanos47, al no prever sanciones o consecuencias ejemplares ante su infracción.
Varias iniciativas intergubernamentales recientes, promovidas de manera especial por sectores de la sociedad civil, se
centraron no sólo en la promulgación de normas para las empresas sino también en formas de mejorar la rendición de
cuentas de su “cumplimiento”. Así, en respuesta a las demandas de la misma sociedad civil, ahora cualquier persona
puede, para citar un ejemplo, en el marco de las Directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), presentar una queja contra una empresa multinacional dirigida a la atención de un Punto Nacional de
Contacto (PNC); procedimiento éste de naturaleza no judicial.
Estos avances se fundan en el principio de que aunque los Estados tienen la responsabilidad primaria de proteger los
derechos humanos, las empresas multinacionales y otras empresas comerciales – incluyendo a sus directivos y a las
personas que trabajan para ellos – son también responsables de promover y asegurar los derechos humanos en todos
los territorios, en los términos en que se establece en los principales instrumentos sobre la materia.
No obstante lo anterior, esos esfuerzos resultan insuficientes toda vez que no tienen fuerza de ley, ni efectos vinculantes,
ya que para ello deben ser incorporadas en los ordenamientos jurídicos internos. Pese a que algunas de las normas que
pueden contribuir a edificar un sistema de responsabilidad de las ETNs ya se encuentran contenidas en algunos tratados
suscritos por los Estados, depende de éstos últimos asegurarse que las empresas transnacionales estén sujetas a esas
disposiciones. En otras palabras: la efectividad jurídica de esas obligaciones estará atada a que los Estados establezcan y
refuercen el marco legal y administrativo necesario para asegurar que las empresas transnacionales y de otro tipo las
implementen, a la par que otras relevantes de orden nacional e internacional, sometiéndose de nuevo la protección de
nuestros derechos a la voluntad e intereses económicos y políticos de los Estados y a las prioridades que el mercado
impone.
Un amargo sabor deja todo ello. La persecución de la responsabilidad de las empresas transnacionales hoy se caracteriza
por su especial vaguedad y la omisión de abordar con detalle las necesidades que la explotación ejercida por estos
sujetos genera en los territorios en que se desenvuelven; así, se continúa legitimando la estructura que genera una
inequidad sin límites.
En relación con las industrias de los agrocombustibles y de los transgénicos, la responsabilidad de las ETNs por
quebrantar el derecho a un medio ambiente sano, reviste retos aún mayores, toda vez que se alega que los efectos en el
medio ambiente, esto es en el equilibrio de los ecosistemas, en la afectación de la biodiversidad, en la contaminación de
los suelos y de las fuentes de agua, se reflejan a largo plazo, requieren una rigurosa comprobación científica, y su
implantación para algunas compañías se halla aún en una fase experimental, factores que dificultarían el establecimiento
de un régimen internacional de responsabilidad en cabeza de tales empresas. A ello se suma la tendencia generalizada
de hacer uso residual y excepcional del principio de precaución, que si bien se encuentra recogido en múltiples
instrumentos, comporta serios obstáculos en su aplicación.
Por su parte, tratándose del derecho a percibir una alimentación adecuada, si bien existen evidencias palpables sobre el
desconocimiento flagrante de este derecho en el escenario mundial y de la contribución de la industria de los
agrocombustibles y de los transgénicos en éste, los intereses económicos existentes en el fondo, impiden el
establecimiento de un régimen de responsabilidad más exigente en cabeza de las ETNs, e incluso de los Estados, lo que
reafirma que los parámetros y estándares existentes en esta materia son insuficientes y exiguos.
El peligro que las actividades desplegadas por las ETNs, hacen correr en nuestros territorios, ameritan la adopción de
normas más rigurosas y vinculantes, mecanismos de persecución y rendición de cuentas más eficaces, estímulos para la
creación y apropiación de tecnologías más limpias, y la configuración de instancias en donde se debata de manera
efectiva su responsabilidad por daños al medio ambiente y al derecho a la alimentación, como derechos humanos y
colectivos. Hoy por tanto es necesario reducir los daños individuales y sociales impuestos por los mercados, y luchar
fehacientemente contra la impunidad de la que gozan las empresas transnacionales por el poder que se deriva de su
dinero y control.
5. CONCLUSIONES
47
“Informe Ruggie”. Op Cit.
16
1. Los derechos a gozar de un medio ambiente sano y de una alimentación adecuada son derechos humanos cuya
protección y garantía se encuentran asociadas al pleno disfrute de la vida y la salud en condiciones de dignidad, pero, no
obstante su importancia, han sido sometidos y condicionados a los propósitos del mercado y la comercialización,
relegados a aparentes cláusulas programáticas en las agendas de los Estados, y puestos al servicio de las tendencias del
desarrollo patrocinado por las grandes potencias mundiales.
2. Las tecnologías de los biocombustibles y los productos transgénicos explotadas con independencia a las exigencias
propias de las garantías a la alimentación y al medio ambiente, y atendiendo en exclusiva las reglas del comercio y el
capitalismo, comportan graves riesgos y serias vulneraciones a los derechos a gozar de un medio ambiente sano y de
una alimentación adecuada, en los términos descritos en el acápite correspondiente.
3. Las empresas transnacionales han adquirido un impresionante rol en la economía mundial y en el impulso del
desarrollo. En el marco de esas circunstancias han propendido, entre otras, por una explotación excesiva de los recursos
naturales y, con ello, por el reconocimiento de un margen de libre maniobra para lograr los propósitos de toda industria:
la acumulación de capital. Como vehículos han empleado de manera desmedida diversas tecnologías, entre ellas la
producción de biocombustibles y transgénicos, que hoy ocupan nuestra atención, sin la previsión necesaria de garantizar
una protección apropiada del medio ambiente y el acceso a una alimentación adecuada para todos los sectores de la
población.
4. En el diseño y explotación de las tecnologías de los biocombustibles y transgénicos por parte de las empresas
transnacionales se perciben y verifican múltiples agresiones al ambiente y a la alimentación de grupos enteros de la
sociedad, sin que ellas sean objeto de un tratamiento adecuado por los Estados para contrarrestar e impedir esas
consecuencias negativas y vulneraciones, y para perseguir su responsabilidad en las mismas; pues no solo por la
estructura misma del esquema económico actual no existe voluntad para el efecto, sino porque los fundamentos, normas
y procedimientos para endilgar responsabilidades a las empresas transnacionales en la transgresión de derechos
humanos son precarios y verdaderamente difusos.
5. La responsabilidad de las empresas transnacionales en materia de derechos humanos es hoy un camino por recorrer y
edificar, y requiere un pleno reconocimiento de la participación de esas corporaciones en la vulneración de los mismos,
sea como consecuencia de la explotación sin límites que ejercen en un sector de la economía, y de la negación de
derechos individuales y colectivos en ese proceso, sea como efecto de su desmedida acumulación de riquezas ó sea
como producto de su participación en empresas criminales para asegurar la continuidad de su actividad.
Descargar