Consultas Dictámenes de la Asesoría Notarial Personalizada Parcelas a anexar. Requisitos. El caso La consultante explica que autorizó tres escrituras de compraventa. La primera es la venta de una pequeña parcela -ubicada en el centro de una manzana- que la compran los propietarios de un medio de la parcela lindera, a la que debe anexarse, en la que están construidas dos viviendas. Los adquirentes de esta parcela son los ocupantes de una de las viviendas, titulares sólo de la mitad del dominio. La restante vivienda está ocupada por la otra condómina. Las otras dos escrituras autorizadas corresponden a la enajenación de las dos restantes parcelas del plano, que no podían ser enajenadas en tanto y en cuanto no se cumpliera con la anexión de la pequeña parcela del centro de la manzana. El Registro de la Propiedad requiere que la adquisición de la pequeña parcela “a anexar” sea hecha por todos los titulares de la parcela a la que ha de anexarse y no sólo por alguno de ellos. Consulta ¿Es necesario, para cumplir con la restricción del plano, que los adquirentes de la parcela a anexar coincidan exactamente con los titulares de la parcela a la cual se anexa? La consultante no aclara por qué la propietaria del otro 50% de la parcela que anexa no está en condiciones de “firmar” (otorgar actos jurídicos). Parecería ser que la misma no se encuentra en las condiciones a que se refiere el art. 900 C.C. en cuanto al discernimiento. Dictamen Si bien escapa un poco a la consulta, es conveniente señalar que la restricción del plano -en esos términos- no impide que las tres parcelas, afectadas por él, se enajenen conjuntamente a un mismo propietario. El objeto de la restricción es que no resulten propietarios de la parcela “a anexar” personas distintas de aquellas que son propietarias de la parcela a la que se ha de anexar o de la parcela de la cual proviene. Esto, a causa de que la parcela “a anexar” no reúne los requisitos exigidos por la normativa que regula el uso del suelo para conformar una parcela autónoma, aunque sí cumplen esos requisitos las parcelas de origen y las resultantes después de la anexión. No existe normativa específica que aclare cómo debe llevarse a cabo la anexión. La postura de nuestro registro inmobiliario es que los titulares de dominio de la parcela a anexar y los de aquella a la cual se anexa, deben coincidir totalmente y no sólo parcialmente. 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 631 Consultas El criterio utilizado por el registrador, según las consultas que hemos formulado en oportunidades anteriores, es que -si bien en la matrícula se describen ambas parcelas por separado- el rubro dominio (rubro “a”) es uno solo y sería imposible discriminar las titularidades. Si la parcela “a anexar” se anexa (que es lo que queremos lograr para cumplir con la restricción del plano), el dominio es uno solo aunque las parcelas se describan por separado. Por tanto, ¿cómo haría el registro para integrar un condominio sobre las parcelas resultantes, si la totalidad de los propietarios de una y otra no le indican hacerlo y en qué proporciones? Este criterio es comprensible. Entendemos, sin perjuicio de ello, que sería viable la adquisición de la parcela a anexar por personas que no fuesen las mismas que detentan la titularidad de dominio de aquella que recibe la anexión, si todos los titulares de ambas parcelas constituyen un condominio -en las proporciones que se deberían indicar- sobre la parcela resultante (la sumatoria de la anexada y la que hace la anexión). Pero si la escritura no es otorgada por todos los propietarios de ambas parcelas, integrando un condominio sobre el resultado, el registro tiene fundados motivos para oponerse a la inscripción. La inserción del sistema catastral, creado con mucha posterioridad a nuestro régimen de derechos reales, ocasiona -muchas veces- problemas como el precedente. Estimamos que en este caso específico de las anexiones, el registro de la propiedad inmueble de nuestra provincia debería dictar disposiciones técnico registrales que indiquen los caminos a seguir en los distintos supuestos planteados precedentemente. Esto es: posibilidad de que se venda la parcela a anexar junto con las de origen; posibilidad de adquisición por quienes no son titulares de domi- nio de la parcela a la que se anexa, junto con la integración de condominio, etc. Cabe reiterar que la observación que formula el Registro de la Propiedad no carece de fundamento. El único motivo por el cual el Registro acepta distintos titulares -según comprobamos en alguna oportunidad- se produce cuando la diferencia de titulares es entre cónyuges. Un ejemplo de ello podría ser el caso en el que la parcela anexada es heredada por una persona casada y su cónyuge es el titular de la parcela que anexa, ya que no existe la posibilidad de transferir el dominio de un cónyuge a otro. Ampliación del dictamen La Asesoría tiene como política general tratar de resolver las consultas de la manera más ágil posible para que la respuesta llegue al colega en tiempo oportuno. Sin perjuicio de ello, la consulta realizada merecería un tratamiento más amplio. Explicamos esto porque, luego de remitir la contestación, advertimos que no se había dado sustento normativo a la respuesta. Omitimos citar el art. 2675 del Código Civil, que dice: “El condominio se constituye por contrato, por actos de última voluntad, o en los casos que la ley designa”. Esto es: el condominio necesita un título (en este caso, el contrato). Como cualquier otro derecho real, no nace por generación espontánea ni puede ser constituido por voluntad ajena a sus titulares (salvo el supuesto de constitución por la ley). Esta es la base del criterio que sustenta el Registro de la Propiedad. Por eso, consignamos en el dictamen “Este criterio es comprensible”. Creemos que en el problema concreto tendría que verse la manera de integrar 632 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas un condominio a través de la conformidad de la propietaria de la restante mitad indivisa. Si la misma carece de discernimiento a raíz de una enfermedad mental, debería tramitarse el correspondiente juicio de insania. Caso contrario, habría que estudiar la posibilidad de que los compradores de las dos parcelas restantes adquieran también la parcela “a anexar” y se comprometan a transferir ésta una vez que todos los propietarios de la que anexa puedan adquirir su dominio. En defintiva, previa consulta con la escribana asesora Marcela Tranchini, resumimos las dos posibles soluciones: a) Escritura de constitución de condominio por causa de anexión: los titulares de la parcela en condominio, por ejemplo AAA y BBB, declararán que AAA adquirió la parcela a anexar, pero como ambas van a constituir un solo inmueble, identificado por una nueva parcela e inscripto en una sola matrícula, resuelven -en virtud del art. 2675- constituir un condominio sobre ésta surgida de la anexión, en la proporción de AAA ... % y BBB ... % (seguramente AAA va a tener una mayor proporción, si es que sobre el condominio originario ambos tenían el 50%). b) Que se distracte la venta, si es que la señora BBB no puede comparecer a constituir el condominio, y que los anteriores titulares de la parcela a anexar se comprometan a no enajenar el total de la misma, hasta tanto se esté en condiciones de producir la anexión. Esta obligación, obviamente, es de carácter meramente personal y no inscribible en el registro. Luis Rogelio Llorens Q Declaratoria de herederos. Su inscripción en la Dirección Provincial de Personas Jurídicas. El caso Consulta El consultante tiene un testimonio judicial librado a la Dirección Provincial de Personas Jurídicas para la inscripción de la declaratoria de herederos con relación a cuotas sociales (gananciales) del causante. Heredan tres hijos, y la cónyuge, su mitad ganancial. La viuda quiere donar a sus tres hijos lo que le corresponde por las cuotas sociales. a) ¿Pueden donarse las cuotas por tracto abreviado (inscribiendo la declaratoria de herederos al mismo tiempo)?; b) ¿Puede la donante reservarse el usufructo de las cuotas?; c) En caso afirmativo, ¿debe preverse alguna estipulación especial con respecto a la reserva del usufructo?; d) De ser viable lo consultado previamente, debe reformarse el artículo 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 633 Consultas del capital que consigna las cuotas de cada socio. Al donarse cuotas en número par y ser tres hijos, ¿pueden quedar dos cuotas sociales en condominio de los tres hijos? c) Con lo expresado en el punto anterior y ajustándose a las previsiones del art. 218, no se requiere ninguna estipulación especial, salvo que el usufructo de las cuotas sociales se inscribe en la Dirección Provincial de Personas Jurídicas, y el de las acciones en el Libro de Registro de Accionistas. d) El art. 156, ya citado, permite la copropiedad de cuotas sociales, remitiendo al art. 209. De esta última norma surge que si existe copropiedad, se aplican las reglas del condominio y la sociedad puede, respecto de esas cuotas, exigir la unificación de la representación para ejercer los derechos y cumplir las obligaciones sociales. e) Teniendo a tres socios (hijos mencionados) con cuotas de titularidad exclusiva y copropiedad respecto de dos cuotas solamente, le recomendamos que la redacción sea precisa. Dictamen a) Previa consulta con el sector legales del organismo de control, la respuesta a la primera pregunta, es que se acepta el tracto abreviado. b) El artículo 218 de la ley de sociedades comerciales permite desmembrar la nuda propiedad y el usufructo de las acciones. Con relación al tipo S.R.L., el art. 156 de la misma ley remite al art. 218. De la lectura de dicha norma, puede observarse que algunos aspectos son obligatorios y otros permiten la libertad de ser pactados por las partes. Carmen S. E. Magri Q Lex rei sitae. El caso Dos personas de nacionalidad peruana se casan en su país de origen. Con posterioridad al matrimonio, adoptan una hija. La esposa, siendo casada, adquiere un inmueble en la Argentina. El esposo falleció en Perú y dejó un testamento en el que menciona otros bienes, pero no el situado en la Argentina. El testamento que le fuera remitido por la viuda, es un documento notarial. El mismo contiene la transcripción del testamento, la inscripción en el Registro de Testamentos, la partida de defunción del testador y la inscripción de la sucesión testamentaria en el Registro de la Propiedad. El documento es una copia certificada de la primera copia del documento detallado, tiene firma del notario debidamente legalizada y legalización del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina. 634 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas muerte se seguirán ante los jueces de los lugares en que se hallen situados los bienes hereditarios” (art. 66); d) esto representa la adopción de un sistema de pluralidad o fraccionamiento, en el tema objeto de la consulta, con relación a Perú; e) como consecuencia de lo expuesto, debe tramitarse la sucesión ab intestato, en el lugar de ubicación del inmueble en la Argentina (se requerirán partidas y demás elementos necesarios, debidamente legalizados); f) si la viuda al adquirir, no formalizó ninguna declaración de origen propio del dinero o un régimen de separación de bienes -que ignoramos si existe en Perú-, para vender, debe tramitar la sucesión en la Argentina. Rige la jurisdicción de ubicación del único inmueble. La viuda recibirá su parte ganancial y la hija adoptiva herederá al causante; g) finalizado el sucesorio, ambas podrán vender, previa consulta a la AFIP, por tratarse de extranjeras no residentes. Necesitarán C.D.I. y deberán identificarse con pasaporte, por no ser Perú, un país limítrofe. Consulta La viuda quiere vender el inmueble situado en la Argentina. ¿Qué requisitos notariales y registrales son necesarios para formalizar esa escritura de venta en la Argentina? ¿Hay que abrir la sucesión del marido en nuestro país? Dictamen Resumiendo los datos proporcionados, surge que el testamento de un peruano, residente en su país, no incluyó un inmueble ganancial adquirido por su esposa en la Argentina. Nuestra primera reflexión es que el testamento no está relacionado con la pregunta, en razón de no incluir el inmueble. Si la sucesión testamentaria en Perú es judicial o extrajudicial, tampoco interesa. Consideramos: a) las fuentes convencionales vigentes, priman sobre las normas del Código Civil; b) el Tratado de Montevideo de Derecho Civil Internacional de 1889, nos une con Perú; c) de conformidad al mismo, “los juicios a que de lugar la sucesión por causa de Carmen S. E. Magri Q Escritura rectificatoria. El caso El título antecedente de su escritura es una venta del año 2003. El objeto son varios lotes y las matrículas no aparecen en orden correlativo. La consultante autoriza escritura de venta y, por error, pide el certificado de dominio por una matrícula que no corresponde al inmueble objeto de la venta. El certificado se solicita por el lote 11 y se expide por dicho lote, y no por el 6, que era el objeto de la venta. Dicha escritura describe y deslinda según título el lote 6, y la nomenclatura corresponde a ese lote. Cita matrícula 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 635 Consultas errónea (lote 11). El Registro de la Propiedad inscribe la venta en la matrícula correspondiente al lote 11. incumplimiento de una obligación funcional del escribano, pasible de responsabilidad civil y disciplinaria. Corresponde realizar una escritura rectificatoria donde comparecen el actual titular de dominio (comprador) y el anterior (vendedor), no siendo a nuestro juicio, imprescindible la comparecencia del último, dado que sólo se trata de un error al describir el inmueble, aunque sea un dato trascendente como es el número de matrícula, ya que, de todos modos es perfectamente posible individualizar el inmueble por medio de los restantes elementos que lo describen. Corresponde solicitar certificado de dominio por la matrícula correcta, para obtener el beneficio de la anotación preventiva y de anotaciones personales. Se debe rogar al registro la rectificación. Consulta ¿Cómo debe proceder? ¿Es una escritura de error en el objeto? Dictamen No hay error en el objeto pues se adquiere lo que efectivamente se posee, y el título describe correctamente el lote, sólo que: 1) hay un error en la matrícula consignada; y 2) la escritura debe considerarse como realizada sin certificado, lo cual no produce la nulidad, sino sólo el Marcela H. Tranchini Q Estudio de títulos. Vendedor inhibido. El caso Consulta Al realizar un estudio de títulos, se advierte que del certificado de inhibición resulta que el vendedor se encontraba inhibido. La escritura se otorgó con fecha 11 de marzo de 2003 y se inscribió en el Registro de la Propiedad. En el protocolo obra agregado el levantamiento de dicha medida cautelar con fecha 11 junio del mismo año. Se pregunta por el vicio que afecta al acto. Dictamen 1) Los arts. 228 del CPCBA y 228 del CPCN establecen que “En todos los casos en que habiendo lugar a embargo éste no 636 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas pudiere hacerse efectivo por no conocerse bienes del deudor, o por no cubrir éstos el importe del crédito reclamado, podrá solicitarse contra aquél inhibición general de vender o gravar sus bienes…”. Dicen al respecto MORELLO, SOSA y BERIZONCE, en Códigos procesales en lo civil y comercial de la Provincia de Buenos Aires y de la Nación, tomo II-C, pág. 918, que “ella afecta la disponibilidad -venta o gravamen- de los derechos reales sobre bienes registrables que componen el patrimonio. Es decir, impide su transformación, modificación o transferencia jurídica”. En el mismo sentido PODETTI, Tratado de las medidas cautelares, págs. 225 y 232, manifiesta que esta medida cautelar impide la disposición de derechos sobre bienes inmuebles o registrables y que inmoviliza el patrimonio. Una primera impresión de estas definiciones (afectación a la libre disponibilidad, impedimento a la disposición de derechos sobre bienes registrables) nos podría llevar a pensar que estamos frente a una “prohibición” y, por tanto, deberíamos aceptar que es la proyección de una incapacidad de derecho que afecta a la persona. Si ello fuera así, la inhibición impediría ser titular de una determinada o determinadas relaciones jurídicas, en nuestro caso, celebrar una compraventa sobre un inmueble. Ahora bien, esta línea argumental lleva aparejada la imposibilidad de remediar el acto, dada la sanción de nulidad absoluta que afecta a las incapacidades de derecho. Sin embargo, debe tenerse presente que las incapacidades emanan siempre de la ley y son de interpretación restrictiva (arg. arts. 52 y 53 del C.C.). Y en materia de incapacidades para contratar (art. 1160), o para celebrar compraventa, no hay expresa referencia a las medidas cautelares (arts. 1358 a 1362). Por otra parte, no debe olvidarse que la inhibición “no es una medida en contra de la persona, sino una limitación a la facultad de disposición sobre los bienes registrables, y el derecho que otorga al acreedor no difiere, esencialmente, en principio, del que brinda un embargo (CNCiv., sala B, 3-5-88, La Ley, vol. 133, pág. 677; CNCom., sala D, 4-4-75, La Ley, 1975, C, pág. 222). La diferencia con el embargo radica en que la inhibición no acuerda preferencia en el pago y que, por afectar a la persona y no a la cosa, no puede ser tomada a cargo por el adquirente. La norma del art. 1175 permite que las cosas embargadas sean objeto de contratos, salvo el deber de satisfacer el perjuicio que del contrato resultare a terceros (ver art. 1179). Y no obstante que el precepto alude sólo a “cosas embargadas”, es aplicable a todos los casos en que exista trabada una medida cautelar. En materia procesal el art. 233 CPCCN y CPCCBA establecen que lo dispuesto respecto del embargo es aplicable “a las demás medidas cautelares” (LLAMBÍAS y ALTERINI, Código Civil Anotado, tomo III-A, pág. 83). En consecuencia, entre las partes, el contrato es válido, pero inoponible al acreedor inhibiente que puede actuar como si el contrato no se hubiere celebrado. Si éste es desinteresado (como ocurrió en el caso, a tenor del posterior levantamiento), el contrato de compraventa y la transferencia de dominio mantienen su validez y eficacia. En el mismo sentido SPOTA, Instituciones de Derecho Civil, Contratos, volumen III, pág. 57, dice: “El contrato relativo al bien litigioso, gravado o embargado, no puede oponerse al litigante que obtuvo una medida cautelar atinente a esa cosa (o derecho) litigioso. No se trata, pues, de nulidad del contrato, sino de inoponibilidad de éste frente a quien no fue parte en el negocio jurídico”. Y que “no otra es la solución cuando el 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 637 Consultas derecho o bien litigioso ha sido objeto de una medida cautelar, distinta del embargo, v. gr., la medida de no innovar”. Este ha sido el criterio de la jurisprudencia: “Los actos jurídicos de disposición o gravamen sobre bienes registrables celebrados con posterioridad a la inscripción de la inhibición, no pueden ser opuestos al inhibiente…” (CNCiv., sala A, LL., 7-4-67, volumen 127, pág. 146), citado por MORELLO, ob. cit., pág. 935. El acto inoponible es el acto válido y eficaz en general, pero ineficaz frente a ciertos terceros. No es que sea válido entre las partes e inválido para ciertos terceros, pues un acto válido no puede a su vez ser inválido. Pero el acto válido puede incidir “disfuncionalmente” respecto de intereses legítimos ajenos a los sujetos que los otorgaron. Para esos terceros el acto se tendrá como no celebrado (ZANNONI, Ineficacia y nulidad de los actos jurídicos, pág. 136). En suma, consideramos que la venta en cuestión no está afectada de nulidad, sin perjuicio de las sanciones civiles y disciplinarias que pueden caber al notario por el incumplimiento de lo dispuesto en los arts. 22 y 23 de la ley N° 17.801, dado que su certificación, precisamente, no acreditaba “la libertad de disposición”. Respecto del vendedor, podrán corresponder acciones como la revocatoria o pauliana, en fraude a sus acreedores, siempre que se den los presupuestos que rigen la acción. Por otra parte, al comprador no puede considerárselo de buena fe, ya que conoció o debió conocer la medida cautelar informada por el Registro. Pero si, actualmente, sobre el inmueble no pesan medidas cautelares originadas en acciones como la revocatoria y, por supuesto, el titular de dominio (anterior vendedor) no se encontrare inhibido, por los fundamentos expuestos, no encontramos óbice en la realización de la escritura. Marcela H. Tranchini Q Reglamento de copropiedad. Espacio para cocheras. El caso Dictamen Debe autorizarse un reglamento donde el espacio para cochera es común. Son cuatro consorcistas y hay cuatro espacios guardacoches. Las cocheras pueden ser unidades funcionales, complementarias o partes comunes, lo que importa un tratamiento jurídico diferenciado para cada situación. En el caso en consulta se trata de una superficie común. Por lo tanto, en la parte del reglamento que hace referencia a las superficies comunes se debe consignar que “X” superficie, situada en planta “X”, será destinada a cochera de uso exclusivo Consulta ¿Cómo se hace para individualizar los espacios para cada consorcista? 638 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas de los titulares de unidades funcionales, y que está dividida en cuatro espacios de acuerdo a croquis (que se agrega) o a la división efectuada sobre el propio plano de propiedad horizontal. En ambos casos se firmará el croquis o plano por los condóminos que afectan el inmueble al régimen de la ley N° 13.512. De esa manera, se puede señalar en el reglamento la ubicación de las cocheras e incluso asignarles una denominación; por ejemplo, espacio guardacoche que se denomina en croquis (o sobre plano) con la letra “A”. Si, como dice el consultante, ya se han asignado los espacios que corresponden a cada consorcista, es conveniente asentar que el espacio guardacoche, indentificado como “A” será de uso exclusivo del titular de la unidad “uno”, y así, sucesivamente. Como estas constancias no tienen trascendencia real y, por tanto, carecerán de reflejo registral, se aconseja que se consigne la cláusula relativa a los espacios guardacoches de carácter común, como de transcripción obligatoria en todas las escrituras traslativas de dominio. Marcela H. Tranchini Q Créditos futuros. Principio de especialidad. El caso te a la mora? ¿Se encuentran garantizados los intereses punitorios? Se trata de una hipoteca que se constituirá por la madre de un ex-cónyuge en garantía de sus obligaciones alimentarias ya devengadas y a devengarse, fijadas por el juez a favor de su ex-esposa. Consulta 1) Al tratarse de créditos futuros, ¿no viola el principio de especialidad? 2) ¿Cómo salvaguardar la garantía frente a alteraciones en el valor de la prestación, por ejemplo, por inflación? ¿Pueden fijarse intereses compensatorios sobre la cuota fijada judicialmente? Se aclara que las cuotas son fijas, mensuales y por un plazo de cinco años. 3) ¿Qué ocurre fren- Dictamen 1) No afecta el principio de especialidad en cuanto al crédito en ninguno de sus dos aspectos: en lo que respecta a la causa, porque es anterior a la hipoteca (es la resolución judicial que fija los alimentos, aunque los créditos sean futuros); y en lo referido al monto tampoco, pues resultará de la suma del total de las cuotas. 2) No obstante la modificación de la ley de convertibilidad, se mantiene incólume la prohibición de recurrir a cláusulas de ajuste o estabilización, razón por la cual, no puede aplicarse la ley N° 21.309 que preveía la posibilidad de un techo 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 639 Consultas hipotecario sujeto a cláusulas de reajuste. Tampoco creemos que, tratándose de una cuota fijada judicialmente, pueda ella alterarse por convención de las partes, fijando un interés; tal acuerdo, en todo caso, debería presentarse al juez para su homologación. Por otro lado, y según refiere la consultante, el ex esposo no estaría de acuerdo. Como se trata de una deuda típicamente de valor, es altamente probable que el juez la aumente (o disminuya, en su caso), si los componentes de la cuota alimentaria sufren una alteración en sus valores. Por ello, se aconseja que deudor (ex cónyuge), la hipotecante (su madre) y la acreedora (ex esposa) se otorguen (recíprocamente o a un tercero o terceros) poder especial con carácter irrevocable, con causa en el convenio alimentario homologado, a efectos de otorgar escritura de aumento (o disminución) de la deuda, y consiguientemente del monto hipotecario, en la que se acreditará la resolución judicial que aumenta o disminuye la cuota. 3) Respecto de la extensión de la hipoteca en cuanto al crédito garantizado, juegan los arts. 3111, 3152, 3936 y 3937. Están garantizados y tienen privilegio las costas y costos de la ejecución de la hipoteca. Los intereses moratorios hasta la ejecución o pago, caen dentro de la previsión del art. 3111. A partir de la ejecución también están garantizados, y además, los adeudados gozan de privilegio por dos años desde la iniciación del juicio de ejecución hacia atrás y todos los que corran durante el juicio hasta el efectivo pago. Marcela H. Tranchini Q Compraventa. Título antecedente. Donación con cargo. El caso El consultante debe hacer una compraventa y se le presentan algunas dudas porque el antecedente es una donación con cargo. Dictamen El caso planteado es muy interesante y recurrente en la realidad negocial cuando hay una donación con cargo. Por ello, comenzaremos realizando un análisis general, para luego responder concretamente a las preguntas. Consideraciones previas 1. El caso El título antecedente es una donación con cargo de la Municipalidad del partido de... al Obispado de... Ambas son personas jurídicas de derecho público (art. 33 del Código Civil). El inmueble del dominio municipal fue desafectado, por ordenan- 640 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas za municipal, de su destino originario, para donarlo al mencionado Obispado con el cargo de que la Comisión de la Parroquia... de la localidad de... construya un edificio destinado a realizar actividades religiosas, culturales y caritativas. Se establece un plazo de cinco años para el cumplimiento de dicho cargo, agregándose que si se cambiara el destino previsto o no se cumpliese con el cargo en el plazo, la Municipalidad podrá revocar la donación. bajo examen, los beneficiarios no están determinados, sino que son potencialmente todos aquellos que se favorezcan con las actividades religiosas, culturales o caritativas. Y tal como acontece con el denominado “legado a los pobres” que importa el “legado a los pobres del pueblo” (conf. art. 3722 del Código Civil), podría interpretarse que está conferido a favor de los habitantes de la ciudad de... 2. La donación con cargo Genera las acciones por cumplimiento y por revocación. Dice FERNANDO J. LÓPEZ DE ZAVALÍA (Teoría de los contratos, tomo II, pág. 455) que hay donación con cargo cuando en el contrato se impone al donatario una actividad consistente en prestaciones apreciables en dinero. Si bien en el caso de la consulta la construcción es a cargo de la “Comisión de la Parroquia”, no resulta de lo acompañado que tenga personalidad jurídica propia (aunque pudiera tenerla como asociación, en los términos del art. 45 del Código Civil). En cualquier caso, el obligado a cumplir el cargo es el donatario (esto es el Obispado), aunque en una relación ajena al contrato de donación, pudiera éste exigir su cumplimiento a la Comisión de la Parroquia. 3. Naturaleza del cargo El cargo es técnicamente una obligación, si bien de carácter excepcional y accesoria (art. 1169 del Código Civil). En el caso, consiste en una obligación de hacer un edificio con el destino estipulado. 4. El beneficiario Para la existencia misma del cargo es imprescindible la presencia de un beneficiario que puede ser el mismo donante o un tercero (art. 1826 C.C.). En el caso 5. Incumplimiento del cargo 6. Acción por cumplimiento El incumplimiento acuerda una acción al beneficiario para compeler judicialmente al obligado (arts. 560, 1829, 1853 del C.C.). El sujeto activo de la acción por cumplimiento es el beneficiario, correspondiendo dicha calificación a los habitantes de .... Por ello, como sostiene ALBERTO G. SPOTA (Instituciones de Derecho Civil, Contratos, volumen VII, pág. 336), la acción por cumplimiento “puede corresponder al Estado lato sensu si el beneficio perseguido por el donante es de interés público… donde exista un interés público que derive del cumplimiento del cargo, debe existir una pretensión accionable a ejercer por ‘la autoridad competente’”. Y este es nuestro caso. Por ello el donante viene a coincidir, en última instancia, con el beneficiario. En consecuencia, la Municipalidad de... podría exigir el cumplimiento del cargo, no como donante, sino como beneficiario (conf. LÓPEZ DE ZAVALÍA, F. Ob. cit., pág. 459). Fuera de ello, el donante -como tal- no tiene acción para exigir el cumplimiento (art. 1829 C.C.). El sujeto pasivo de la acción es el donatario. El cargo no es una obligación 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 641 Consultas que se transmita con la cosa. Por ello, en caso de que el donatario enajene el inmueble, es él quien permanece como obligado a cumplir con el cargo y el subadquirente no asume dicha obligación. En suma, la acción de cumplimiento que atañe al beneficiario es una pretensión accionable creditoria o “personal” (arts. 1829 y 1853 C.C.). Tal como resulta del art. 1857, el subadquirente no asume ninguna obligación en razón de la cosa. Es cierto que él debe sufrir la revocación y puede evitarla cumpliendo con el cargo, pero como dice LÓPEZ DE ZAVALÍA (Ob. cit., pág. 460), esto es algo muy distinto a decir que el subadquirente se encuentre obligado, en el sentido de que contra él pueda dirigirse una acción por cumplimiento. 7. Acción por revocación Además, el cargo, como efecto normal, da derecho al donante a pedir la revocación de la donación (arts. 559, 560 y 1849 del Código Civil), lo cual en el caso está previsto expresamente en el contrato. Ello, desde el punto de vista del dominio adquirido, lo convierte en un dominio imperfecto, concretamente un dominio revocable (arts. 560, 1849 y, especialmente, arts. 2670 y 2671 C.C.). La acción de revocación por inejecución de cargos compete “sólo al donante y a sus herederos”, en este caso a la Municipalidad de... El sujeto pasivo es el donatario (art. 1851). Si la cosa donada es transmitida a un tercero, los efectos de la acción le alcanzan dado su carácter persecutorio, aunque goza de la posibilidad que le confiere el art. 1857 del C.C. Para la procedencia de la acción de revocación es necesario que el donatario haya sido “constituido en mora” (art. 1849), lo cual debe aprehenderse en el marco del régimen de mora previsto en el art. 509; por tanto, en el caso subexamine, en el que se ha fijado un plazo para el cumplimiento del cargo, la mora se produce por su solo vencimiento. El único supuesto en que no procedería la revocación es cuando el cumplimiento del cargo se vuelve imposible antes de que el donatario se encuentre en mora y dicha imposibilidad deriva de circunstancias independientes a su voluntad (caso fortuito): art. 1850 del C.C. En punto a los efectos de esta acción, entre partes, el donatario debe devolver el bien donado o, en su defecto, el valor del mismo. Y, tratándose de un supuesto de dominio revocable, éste tendrá efectos respecto de terceros en lo que atañe a los actos de disposición, quedando a salvo sólo los actos de administración (art. 2671 C.C.). Ello conduce a que las transmisiones de dominio efectuadas como los derechos reales que se constituyan sobre el inmueble queden sin ningún valor (art. 1855) por efectos de la revocación. Lo expuesto sirve de base para responder. 1. ¿Deben aplicarse los arts. 1791, 3999, 4014, 4015 y 4016 de la prescripción, y por ende disponer libremente del bien? La revocación se ejerce por vía de acción judicial y será necesaria la sentencia del juez para que el donatario pierda el derecho adquirido (art. 559 C.C.). Parecería que el consultante aplica la prescripción adquisitiva. De nuestra parte, coincidimos con LÓPEZ DE ZAVALÍA en que “no se trata aquí de que el donatario adquiera nada, sino de que se libere de una restricción, y que la institución en juego es por tanto la de la prescripción liberatoria abarcada por la generalidad de los términos del art. 4023” (ob. cit. pág. 499). Es evidente que han transcurrido largamente los diez años que prevé dicho 642 / 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 Consultas artículo. Lo mismo que los veinte si se pensara en la usucapión. En el caso en estudio se ha impuesto un plazo de cinco años para que se ejerza la acción revocatoria. Se trata de un plazo suspensivo pues supedita el comienzo de la exigibilidad de la obligación (cargo) al transcurso de aquél. Una vez vencido el término suspensivo, se hacen plenamente exigibles las acciones de cumplimiento y revocatoria. Tratándose de un término cierto el deudor queda constituido en mora de pleno derecho sin necesidad de requerimiento ni interpelación previa alguna, a lo sumo, para algunos autores (SPOTA, Alberto G. Ob. cit., pág. 334) en este caso, como además se pactó expresamente la resolución (revocación del derecho), debería aplicarse el art. 1204, apartado III y, en consecuencia, el donante debe comunicar al donatario incumplidor su voluntad de resolver (ver también, CAZEAUX, Pedro N.; TRIGO REPRESAS, Félix A. Compendio de derecho de las obligaciones, tomo I, pág. 780). Nada de esto ha ocurrido en el caso. Como dijimos se aplica el término de prescripción ordinaria del art. 4023 del Código Civil. Y ese plazo comienza a correr desde que el crédito (cargo) es exigible. En nuestro caso, por haber un término, comienza a correr desde su vencimiento (a los cinco años del otorgamiento de la escritura), como dice el art. 3957 del C.C. Ello, tanto para la acción por cumplimiento, como para la acción de revocación. Ahora bien, lo expuesto no debe llevar a pensar al consultante que el plazo transcurrido, por sí mismo, trae aparejada la extinción del cargo y la posibilidad de enajenar libre de cargas. Es cierto que la prescripción liberatoria exige de dos elementos: el transcurso del tiempo y la inactividad del titular del derecho (el donante-beneficiario). Pero también lo es que pueden haber existido causales de suspensión del curso de la prescripción o haber sobrevenido actos que lo interrumpen y aniquilan el lapso anterior de la prescripción corrida. En otros términos, para declararla se requerirá de la intervención jurisdiccional. En este punto, el art. 3949 del C.C. nos dice que “La prescripción liberatoria es una excepción para repeler una acción… etc.”. Ello se explica porque lo usual es que el deudor se excepcione o defienda con la prescripción cumplida al ser demandado por su acreedor. Sin embargo, se admite que ello “no obsta a que pueda hacérsela valer por vía de acción siempre que se invoque un interés legitimo que lo justifique; como es, por ejemplo, el de remover un obstáculo que impida el ejercicio de un derecho propio del deudor… en general siempre que el silencio o inercia del acreedor trabe la actividad del deudor o le ocasione perjuicio” (CAZEAUX, Pedro N.; TRIGO REPRESAS, Félix A. Ob. cit., tomo II, pág. 452). En suma, para que el donatario disponga el inmueble libre de cargo, debe declarárselo prescripto y para ello puede aquél hacer valer la prescripción por vía de acción. Y ello se aplica a ambas acciones: la de cumplimiento y la de revocación. 2. Como alternativa plantea el consultante la posibilidad de notificar al Municipio para que tenga oportunidad de consentir, o bien revocar la donación y revertir el dominio. En el marco de lo expuesto precedentemente puede admitirse que el donante-beneficiario reconozca por escritura pública la extinción del cargo por haber operado de prescripción, o simplemente que por determinados motivos, lo da por extinguido, prestando conformidad con la enajenación del inmueble libre de cargos. Marcela H. Tranchini 2005 / REVISTA NOTARIAL 951 / 643