AMPARO DIRECTO 404/2002. Número de registro: 17476 Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: Tomo XVII, Marzo de 2003 Página: 1565 AMPARO DIRECTO 404/2002. CONSIDERANDO: SEXTO.-Los conceptos de violación hechos valer son infundados por una parte y fundados por otra, aunque para esto, este Tribunal Colegiado supla la deficiencia de la queja en términos de la fracción II del artículo 76 bis de la Ley de Amparo. Por razón de método se analizan, en primer término, los motivos de inconformidad en donde alega el amparista que está probado debidamente el cuerpo del delito de lesiones por el cual se le procesó y sentenció; para sustentar dicha afirmación transcribe el artículo 301, fracción I, del Código de Defensa Social del Estado de Puebla, e indica los elementos que, según él, constituyen la materialidad de tal delito; agrega que, para tenerlo por acreditado, el Juez de la causa, al igual que los Magistrados integrantes de la Tercera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, tomaron en cuenta el certificado suscrito por el médico legista, y para tener por acreditada su responsabilidad se apoyaron en las declaraciones de los testigos de cargo Jesús Tapia Espinoza y Pedro Macario Rosas Contreras. Estos conceptos de violación son infundados, pues contrariamente a lo alegado por el inconforme, y tal como lo advirtió el Juez de la causa, cuyas consideraciones hizo suyas la Sala responsable, el cuerpo del delito de lesiones, previsto y sancionado por los artículos 305 y 306, fracción I, en relación con los diversos 13 y 21, fracción I, del Código de Defensa Social del Estado de Puebla, se encuentra fehacientemente acreditado en términos de los artículos 83 y 85 del Código de Procedimientos en Materia de Defensa Social, así como la responsabilidad penal del sentenciado en su comisión, con los siguientes elementos: Denuncia de Domingo Sánchez Tapia; fe de integridad física practicada por el representante social, quien hizo constar que el ofendido presentó equimosis verduzca en forma redonda en la mejilla izquierda de cuatro centímetros de diámetro; dictamen emitido por el médico legista, quien concluyó que el pasivo presentó lesiones que tardan en sanar menos de quince días y no ponen en peligro la vida; y declaraciones de los testigos de cargo Jesús Tapia Espinoza y Pedro Macario Rosas Contreras. Dichos medios de prueba, como bien lo advirtió el Juez del proceso, razonamientos que -1- AMPARO DIRECTO 404/2002. reiteró el tribunal de alzada, acreditan que el treinta y uno de marzo de dos mil uno, aproximadamente a las quince horas con treinta minutos o a las dieciséis horas, el sujeto activo le propinó al ofendido con una pistola diversos golpes en la cara causándole las lesiones que presentó, de las cuales dio fe el representante social, descritas y clasificadas por el médico legista como aquellas que no pusieron en peligro la vida y tardaron en sanar menos de quince días. La responsabilidad penal del hoy quejoso, como también lo estableció el Juez de la causa, consideraciones que reprodujo la Sala, se acreditó plenamente con los mismos medios de prueba que sirvieron de base para tener por acreditado el cuerpo del delito, además, con la propia declaración del acusado (quien admitió que le pegó al pasivo un manazo en la cabeza y otro en la cara), y especialmente con las declaraciones de los testigos de cargo Jesús Tapia Espinoza y Pedro Macario Rosas Contreras, probanzas con las que se llegó a la conclusión que … el día de los hechos fue quien causó las lesiones que presentó Domingo Sánchez Tapia. De lo anterior se desprende que no le asiste razón al quejoso, pues en contra de lo afirmado por él, el cuerpo del delito de lesiones se encuentra debidamente probado; ello es así, porque el conjunto de elementos objetivos o externos que constituyen la materialidad del hecho que el artículo 306, fracción I, del Código de Defensa Social señala como delito de lesiones, están fehacientemente acreditados, pues el artículo 85 del Código de Procedimientos en Materia de Defensa Social para el Estado, establece la regla especial para la comprobación del delito de lesiones externas, y obra la fe de lesiones practicada por el representante social y el dictamen de clasificación de las mismas hecho por el médico legista, cuenta habida que en la sentencia de primera instancia, cuyas consideraciones reprodujo la Sala, se precisó la forma en que el sujeto activo lesionó al pasivo, así como las circunstancias de tiempo y lugar, por lo cual se acreditaron los elementos del cuerpo del delito, además de que para tenerlos por demostrados, el Juez y la Sala no sólo tomaron en consideración el "certificado" médico suscrito por el médico legista, sino las demás pruebas que se han indicado. Dice el quejoso que los testigos de cargo Jesús Tapia Espinoza y Pedro Macario Rosas Contreras no señalan claramente la forma en la que el acusado lesionó al agraviado, y que tales declaraciones resultan poco convincentes, ya que pese al tiempo de sucedidos los hechos manifiestan los testigos que el ahora inconforme agredió al ofendido; agrega el amparista que lo cierto es que él narró los hechos de manera convincente en su declaración preparatoria, en donde manifestó que no hizo más que defenderse de la agresión de la que fue objeto por parte del agraviado. No le asiste razón al peticionario de garantías, toda vez que como lo hizo notar el Juez de la causa, consideraciones que reprodujo la Sala, los testigos Jesús Tapia Espinoza y Pedro Macario Rosas Contreras sí manifestaron la forma en la que … lesionó al ofendido, ya que el -2- AMPARO DIRECTO 404/2002. primero de dichos deponentes, al rendir su declaración ministerial el dos de mayo de dos mil uno, refirió que el treinta y uno de marzo de ese año, como a las tres y media de la tarde, iba pasando por la calle Independencia de la población Pilcaya, en donde en un patio había varias personas tomando; que en eso escuchó su nombre, por lo que se regresó y vio que allí estaban Adán Palma, Arturo Sánchez Jiménez, Juan Morales y … y que éste estaba golpeando a Domingo Sánchez Tapia; que le estaba pegando con una pistola tipo escuadra, color negro, al tiempo que le decía "hijo de la chingada ahora sí te voy a matar de una vez", y le daba cañonazos en la cabeza y en varias partes del cuerpo; por su parte, el testigo Pedro Macario Rosas Contreras, en su declaración rendida también ante el representante social el dos de mayo de dos mil uno, manifestó que el treinta y uno de marzo de ese año, como a las tres y media de la tarde, llegó a la casa de Domingo Sánchez Tapia, ubicada en la población de Pilcaya, pero la esposa de éste le dijo que no se encontraba, que lo fuera a buscar a la calle Independencia, en una casa que está en construcción, por lo que el declarante se dirigió a ese lugar; que al llegar, como a las cuatro de la tarde, vio que se encontraban tomando unas personas y ahí estaba Domingo Sánchez Tapia, quien estaba siendo golpeado por … que le pegaba con una pistola tipo escuadra en la cabeza, cara y cuerpo. Así que tales testimonios sí señalan la forma en que fue lesionado el pasivo y éstos son coincidentes con lo manifestado por el ofendido en el sentido de que su hermano … con una pistola tipo escuadra, le propinó cañonazos en diferentes partes, en la cara y en la cabeza; por tanto, es inexacto que las declaraciones de los testigos sean poco convincentes, además de que fueron emitidas un mes después de que sucedieron los hechos, por lo que es factible que lo recuerden fácilmente; de ahí que la valoración que hizo el juzgador de dichas testimoniales no resulta violatoria de garantías. En lo demás, no le asiste razón al quejoso cuando manifiesta que lo cierto es lo que él narró en su declaración preparatoria, en donde manifestó que no hizo más que defenderse de la agresión de la que fue objeto por parte del agraviado, y de que sólo le dio de "manazos", pues tal como lo advirtió el Juez de la causa, en la especie no se desahogó prueba alguna para acreditar el dicho del inculpado. Por otro lado, manifiesta el quejoso que independientemente de que la sentencia reclamada carece de la debida fundamentación, la Sala modificó el punto sexto resolutivo y condenó al pago de la reparación del daño moral, lo cual no acreditó fehacientemente el agente del Ministerio Público, por lo que la Sala responsable realizó un estudio superfluo de las constancias que obran en la indagatoria. Estos motivos de inconformidad son infundados, dado que es inexacto que la sentencia reclamada carezca de fundamentación y motivación, tomando en cuenta que la Sala responsable, para tener por demostrada la existencia del delito y la responsabilidad penal del acusado, hizo suyos y se remitió a las consideraciones y fundamentos que tuvo en cuenta el -3- AMPARO DIRECTO 404/2002. Juez de primera instancia, y éste externó razones suficientes para tener por demostrados tanto el ilícito como la responsabilidad del acusado, a la luz de la denuncia y de las pruebas y datos que obran en el sumario, cuenta habida que invocó las disposiciones legales aplicables al caso, congruentes con las causas que tuvo en consideración para la emisión del acto. Por lo demás, para modificar el fallo recurrido el tribunal de alzada consideró que eran fundados los agravios hechos valer por el agente del Ministerio Público, pues de lo actuado en las constancias de autos advertía la existencia del daño moral, contrariamente a lo expresado por el Juez de origen, y que toda vez que la reparación del daño tiene el carácter de pena pública, dicha Sala, con las mismas facultades que el Juez de primera instancia, se abocaba al estudio respectivo. Agregó el tribunal de alzada que los artículos 50 bis, 51 y 52 bis del Código de Defensa Social para el Estado de Puebla, establecen que la reparación del daño comprende la restitución de la cosa obtenida o su valor comercial, la indemnización del daño material o moral y el resarcimiento de los perjuicios ocasionados; que por otra parte, los diversos artículos 1955 a 1961, fracción I, 1963 y 1988 del Código Civil para el Estado de Puebla, establecen que el daño es la pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio de una persona por la realización del hecho que la ley considera fuente de responsabilidad, y como perjuicio la privación de cualquier ganancia lícita que se habría obtenido de no haberse realizado el hecho considerado como fuente de la responsabilidad. Sigue diciendo el tribunal de alzada que el daño moral resulta de la violación de los derechos de personalidad, que el delito es fuente de obligación y que esa autoridad estimaba probada la fuente que dio origen a la reparación del daño moral, al haberse probado la existencia del delito de lesiones, y la responsabilidad de … . En opinión del tribunal de apelación, el pago de la reparación del daño material era improcedente porque efectivamente no existían pruebas que demostraran que el sujeto pasivo hubiera realizado erogación económica alguna para su recuperación. Pero que respecto a la reparación del daño moral, tomando en consideración que el ataque del que fue víctima Domingo Sánchez Tapia alteró su integridad física, provocándole una lesión que se localizó en la mejilla izquierda, la que al momento de ser explorada por parte del agente del Ministerio Público se encontraba verduzca y de manera circular, ello tuvo como consecuencia la afectación de sus derechos de personalidad, dado que se afectó en su decoro, pues aun cuando la lesión no resultó permanente, en su momento fue notable por ubicarse en la cara, en consecuencia, con la potestad que le otorgaba la ley, en concepto de la Sala era procedente condenar a … al pago del equivalente a diez días de salario mínimo vigente en la región, y en el momento de delinquir, a favor de Domingo Sánchez Tapia. -4- AMPARO DIRECTO 404/2002. Consecuentemente, contrariamente a lo manifestado por el quejoso, la Sala responsable, para modificar la sentencia recurrida y condenar al acusado al pago de la reparación del daño moral, no realizó un estudio superfluo de las constancias de autos, de ahí que la resolución tampoco viola garantías individuales en ese aspecto. Por lo que hace al grado de peligrosidad, el Juez de primera instancia, cuyos razonamientos hizo suyos la Sala responsable, lo ubicó entre el mínimo y el medio, más cercano al segundo y para tal efecto atendió a las características personales del delincuente, quien manifestó contar al momento de la declaración preparatoria con cincuenta y cinco años de edad; igualmente tomó en cuenta la naturaleza del delito cometido, la forma y grado de intervención, señalando que la acción que se le reprocha al activo atentó en contra de la integridad física o corporal del ofendido, toda vez que el inculpado le causó lesiones, y el riesgo que corrió el sujeto pasivo fue el de sufrir un daño físico y el que corrió el sujeto activo fue nulo, que el medio empleado fue un arma de fuego y la intervención del activo fue directa y dolosa. Finalmente, en suplencia de la queja deficiente, se aprecia que la Sala responsable, si bien ubicó adecuadamente el grado de peligrosidad del quejoso en la medida que lo determinó, esto es, entre el mínimo y el medio, más cercano al segundo de dichos extremos, impuso una pena privativa de la libertad sin que se hubiese motivado la facultad discrecional que le asiste de manera razonada. Esto es así, considerando que si bien es cierto que de acuerdo con lo establecido por los artículos 72 y 73 del Código de Defensa Social del Estado, es una facultad discrecional del juzgador el imponer las sanciones establecidas para cada delito, debiendo tomar en cuenta las circunstancias peculiares del acusado y las exteriores de ejecución del delito, tal facultad debe ejercerse de manera fundada y motivada, de tal manera que si el delito por el cual se dicta sentencia condenatoria tiene contemplada pena alternativa, es decir, de prisión o de multa, y el juzgador decide imponer la pena privativa de libertad en lugar de la sanción económica, su resolución debe sustentarse en fundamentos y argumentos jurídicos convincentes y bastantes para poder llegar a esa conclusión, puesto que de lo contrario se vulneran las garantías individuales del sentenciado, ya que la pena menos grave es la multa que sólo afecta su patrimonio, y no la de prisión que afecta su libertad personal, lo cual en la especie no se hizo. En apoyo a lo anterior se invoca la tesis aislada número 125, sustentada por este Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, visible en la página 1382, Tomo XIV, agosto de 2001, del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, cuyos rubro y texto establecen: "PENA ALTERNATIVA. SI EN LOS DELITOS QUE LA PREVÉN SE IMPONE LA PRIVATIVA DE LIBERTAD, SE VIOLAN LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES DEL SENTENCIADO AL NO FUNDARSE Y MOTIVARSE ÉSTA (LEGISLACIÓN DEL -5- AMPARO DIRECTO 404/2002. ESTADO DE PUEBLA).-Si bien es cierto que de acuerdo a lo establecido por los artículos 72 y 73 del Código de Defensa Social del Estado de Puebla, es una facultad discrecional del juzgador el imponer las sanciones establecidas para cada delito, debiendo tomar en cuenta las circunstancias peculiares del acusado y las exteriores de ejecución del delito, tal facultad debe ejercerse de manera fundada y motivada; de tal manera que si el delito por el cual se dicta sentencia condenatoria tiene contemplada pena alternativa, es decir, de prisión o de multa, y el juzgador decide imponer la pena privativa de libertad en lugar de la sanción económica, su resolución debe sustentarse en fundamentos y argumentos jurídicos convincentes y bastantes para poder llegar a esa conclusión, puesto que de lo contrario se vulneran las garantías individuales del sentenciado, ya que la pena menos grave es la multa que sólo afecta su patrimonio, y no la de prisión que afecta su libertad personal." En estas condiciones, se impone conceder el amparo solicitado para el solo efecto de que el tribunal de apelación responsable deje insubsistente la sentencia combatida y dicte otra en la que reitere lo relativo a la comprobación del cuerpo del delito de lesiones, así como la plena responsabilidad del quejoso en su comisión, la condena al pago de la reparación del daño moral y el grado de peligrosidad asignado, y de manera fundada y motivada imponga la pena que corresponda, en el entendido de que de decidirse por la pena de prisión deberá justificar tal proceder. Por lo antes expuesto y fundado, se resuelve: ÚNICO.-Para los efectos precisados en la parte final del considerando sexto de esta ejecutoria, la Justicia de la Unión ampara y protege a … contra los actos que reclamó de la Tercera Sala del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla y Juez de Defensa Social del Distrito Judicial de Chiautla de Tapia, de la mencionada entidad federativa, consistentes en la sentencia pronunciada el treinta de agosto de dos mil dos, en el toca 515/2002, que modificó la emitida por el referido Juez el veintitrés de abril del indicado año, en el proceso 42/2001, en la que se condenó al hoy quejoso por la comisión del delito de lesiones cometido en agravio de Domingo Sánchez Tapia, así como su ejecución. Notifíquese; con testimonio de esta resolución devuélvanse los autos a la Sala responsable y, en su oportunidad, archívese el expediente. Así lo resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Sexto Circuito, por unanimidad de votos de los señores Magistrados Carlos Loranca Muñoz, José Manuel Vélez Barajas y Enrique Zayas Roldán, siendo ponente el segundo de los nombrados. -6-