Poder Judicial de la Nación

Anuncio
Poder Judicial de la Nación
USO OFICIAL
CAUSA Nº 8810/2004 – S.I. – OBRA SOCIAL DE TRABAJ. DE LAS EMPRESAS DE
Juzgado Nº 11
ELECTRICIDAD C/INSTITUTO NAC. DE SERV. SOC.
Secretaría Nº 21
PARA JUBILADOS Y PENSIONADOS S/COBRO DE
SUMAS DE DINERO
En Buenos Aires, al 1 día del mes de marzo del año 2011, se reúnen en Acuerdo los
jueces de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal para
dictar sentencia en los autos mencionados en el epígrafe, y de conformidad con el orden del
sorteo efectuado, la doctora María Susana Najurieta dijo:
1. La sentencia de fs. 320/324 hizo lugar a la demanda promovida por la Obra Social
de los Trabajadores de las Empresas de Electricidad (O.S.T.E.E.) por cobro de un crédito
originado en la atención médica a jubilados, pensionados y sus respectivos grupos familiares durante el período de tramitación del beneficio previsional y los tres meses inmediatamente
posteriores a su otorgamiento- y, consecuentemente, condenó al Instituto Nacional de
Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados a abonar a la parte actora la suma de $
477.601, con intereses y las costas del litigio.
Este pronunciamiento fue apelado por ambas partes. El recurso de la actora, concedido
a fs. 335vta. fue fundado mediante el escrito de fs. 344/352 y no recibió contestación de la
contraria. La apelación del Instituto de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados
(INSSJP, en adelante), fue concedida a fs. 331vta., fue fundada mediante el memorial que
corre a fs. 353/356 y mereció la contestación de la parte actora de fs. 358/359.
2. Se impone en primer lugar el tratamiento de los numerosos agravios que desarrolla
el Instituto demandado, puesto que reclama la revocación total de la sentencia por estar
fundada en erróneas interpretaciones de los hechos y del marco jurídico.
En efecto, sus reproches pueden ser presentados de la siguiente manera: a) el a-quo
omite que la obligación de la obra social de continuar con la cobertura médica y asistencial de
los beneficiarios durante los tres meses subsiguientes al distracto, tiene su fuente en la ley
23.660 y no en el antiguo convenio firmado entre el agente de salud y el INSSJP, el cual
quedó sustancialmente modificado por los decretos 292/95 y 492/95; b) las normas jurídicas
son erróneamente interpretadas en la sentencia, por cuanto con posterioridad a la vigencia de
los decretos 292/95 y 492/95, el INSSJP no abonó prestaciones por el sistema de cápitas,
habida cuenta que el nuevo régimen preveía que ANSES retuviera los aportes y girara los
montos convenidos en las normas reglamentarias directamente a las obras sociales, sin
intervención del Instituto en ese mecanismo; y c) el magistrado equivoca la interpretación de
las conclusiones del dictamen pericial, dado que en ningún momento el experto afirmó que la
ANSES hubiera abonado al INSSJP las cápitas correspondientes a los meses comprendidos en
el período intermedio desde el acogimiento al beneficio de jubilación o pensión y la entrada en
vigor del sistema por el cual ese organismo –en su función de agente recaudador y pagadorgira directamente a la Obra Social el importe mensual que establece para cada supuesto las
normas reglamentarias.
En suma, la parte condenada afirma que la sentencia no está fundada en derecho y no
responde a las constancias probadas de la causa.
3. Los agravios de la parte actora están centrados en la aplicación del régimen de
consolidación de la deuda pública, en el carácter confiscatorio y, por tanto, inconstitucional de
la tasa de interés establecida en los bonos de consolidación de conformidad con el decreto
1116/00 y en el menoscabo patrimonial que sufre su parte por percibir un crédito generado
entre los años 1998 y 2003, con una mora que oscila entre los siete y los doce años, mediante
bonos que contienen una tasa de interés que degradan sustancialmente el capital en una
proporción intolerable. El recurrente reclama al tribunal seguir la jurisprudencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en cuanto a los límites de la legislación de emergencia.
4. Recordaré la pretensión de la parte actora: reclama al ISSJP la deuda impaga
generada entre el 1/5/1998 y el 30/9/2003, en concepto de contraprestación –a su juicio, las
cápitas convenidas contractualmente- por la atención médica y asistencial de jubilados,
pensionados y sus respectivos grupos familiares, desde la fecha de acogimiento del afiliado al
beneficio de la jubilación o pensión hasta los dos meses posteriores a la fecha del ejercicio de
la opción individual de conformidad al artículo 12 del decreto 292/95.
Consta en autos que por aplicación de la Resolución ANSES n° 684/97 –Anexo ‘B’,
caja de documentación-, a partir de la vigencia de esa norma la ANSES transfiere directamente
a los Agentes inscriptos en el Registro del Servicio Nacional del Seguro de Salud para la
atención médica de jubilados y pensionados (Resolución ANSES n° 4491/95, B.O. del
21/12/95), los importes correspondientes a las cápitas mensuales admitidas por el decreto
292/95, sin derivar fondos al INSSJP y actuando como agente de retención y de pago.
Sin embargo, este conflicto no se genera por esta práctica, sino por el período que
precede a esos hechos, que se extiende desde el momento en que el trabajador se acoge al
beneficio de la jubilación o pensión –y deja de efectuar aportes- hasta el primer día del tercer
mes siguiente a la opción que ha efectuado (relativa a su facultad de elegir la cobertura
brindada por el INSSJP o por otra obra social de su elección). Desde esta última fecha, la
contraprestación de los servicios brindados por la obra social elegida es abonada por la
ANSES a ese agente de salud, según el sistema de la Resolución n° 684/97. El conflicto surge
porque, en el período controvertido, el ex trabajador que tiene en trámite el beneficio de su
jubilación o pensión no hace aportes y, no obstante, sigue contando con la cobertura de la obra
social en la que se desempeñaba como activo.
5. En atención a que se han formulado agravios sobre la errónea apreciación del
material fáctico y probatorio que consta en el expediente, me parece útil destacar que juzgo
acreditados los siguientes extremos:
a) la Obra Social actora siguió prestando servicios a los beneficiarios (titulares y grupo
familiar) una vez que se produjo la notificación del cese de la condición de activo por
acogimiento al beneficio de la jubilación o pensión. Las partes difieren sobre el fundamento
jurídico de esta obligación: mientras la demandante entiende que cumplía la prestación
comprometida en el contrato celebrado en 1992, la parte demandada argumenta que ese
contrato quedó automáticamente modificado al entrar en vigencia los decretos 292/95 y
492/95 y sus normas reglamentarias;
b) La Obra Social de Trabajadores de Empresas de Electricidad (O.S.T.E.E.) no percibió
pago de ningún organismo –ni el ISSJP ni la ANSES- por las prestaciones efectivamente
brindadas a los beneficiarios jubilados y pensionados que siguieron como tales durante el
período en que cesaron en su calidad de activos, tramitaron el beneficio de la jubilación y
pensión y transcurrieron los dos meses previstos en la reglamentación. El primer día del tercer
mes posterior a la opción, la ANSES abonó directamente a la Obra Social el monto previsto
reglamentariamente para el financiamiento de cada jubilado y pensionado y continuó
abonando las cápitas establecidas por las normas hacia el futuro (fs. 243, dictamen pericial);
c) durante el período comprendido en el reclamo formulado en estos autos, ANSES
abonó a la Obra Social –como agente recaudador y pagador, no como obligado principal- las
cápitas correspondientes a la atención médico asistencial de jubilados y pensionados que
hubiesen optado por esa obra social, pero no abonó importes correspondientes al período de
tramitación del beneficio previsional ni tampoco por los dos meses posteriores a la fecha de la
opción individual de cada titular (dictamen pericial, fs. 243/245).
6. A esta altura de la argumentación, es relevante enfocar los hechos desde el marco
jurídico aplicable, básicamente conformado por la ley 23.660 y su decreto reglamentario
576/93, el decreto 292/95 y el decreto 492/95, complementado por resoluciones emitidas por
la ANSES, como la n° 684/97 –relativa al art. 13 del decreto 292/95- y la resolución n°
4491/95, que consta en autos, por la que se aceptó la inscripción de la Obra Social de los
Trabajadores de las Empresas de Electricidad en el Registro de Agentes del Sistema Nacional
del Seguro de Salud para la Atención Médica de Jubilados y Pensionados creado por el
decreto 292/95.
En palabras de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la creación del Instituto
Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados no importó un pase automático
de los pasivos a ese organismo, pues el art. 16 de la ley 19.032 conservó la afiliación
obligatoria a la obra social correspondiente a los servicios prestados en actividad, a menos que
los beneficiarios optaran por recibir la atención del INSSJP. Es así que de conformidad con las
leyes 23.660 y 23.661, los jubilados y pensionados permanecieron como beneficiarios de las
obras sociales integrantes del sistema de salud regulado por dichas leyes, en el que está
comprendida la parte actora. Con tal finalidad, se dispuso que los aportes destinados a
USO OFICIAL
Poder Judicial de la Nación
financiarlo debían ser deducidos de los haberes previsionales para ser transferidos, en la forma
y plazo que estableciera la reglamentación, a la orden del respectivo prestador asistencial
(conf. artículos 1°, 8°, inciso b, y 20 de la ley 23.660; artículos 1°, 2° , 5° y 15° de la ley
23.661; Corte Suprema de Justicia de la Nación, causa A.354 XXXIV “Albónico Guillermo
Rodolfo y otro c/Instituto de Obra Social”, 8/5/2001).
Por tal motivo, esta Cámara ha sostenido repetidamente que la mera circunstancia de
obtener la jubilación no implicaba –sin más- la transferencia del beneficiario al INSSJP sino
que subsistía para el ex trabajador el derecho de permanecer en la obra social que le prestaba
servicios hasta entonces, conclusión ratificada por el art. 20 de la ley 23.660 (confr. causa
5149/08 del 21/5/2009, entre otras muchas).
Asimismo, es línea jurisprudencial bien afirmada la que sostiene que el distracto
contemplado en el artículo 10, inciso ‘a’, de la ley 23.660 no es el que tiene lugar con motivo
de la jubilación del trabajador –supuesto éste último que genera el conflicto bajo examen-,
sino el que se verifica por otras circunstancias, como son las previstas en otros incisos de esa
norma, pues de otro modo quedaría sin contenido la reglamentación prevista en el artículo 8 de
la ley 23.660, que establece en su inciso ‘b’, con carácter general, que los jubilados y
pensionados quedan obligatoriamente incluidos en calidad de beneficiarios (conf. esta Sala,
causa 5149/08 del 21/5/09 y sus citas; Sala II, causa 2132/97 del 28/12/99; Sala III, causa
4229/98 del 4/11/99 y sus citas).
Esta ley fue reglamentada por el decreto 576/93, cuyo artículo 20 dispuso que, cuando
los beneficiarios contemplados en el art. 8, inciso ‘b’, de la ley 23.660 –jubilados y
pensionados- se acogiesen a un Agente del Seguro distinto del ISSJP, éste deberá transferir –
dentro de los quince días corridos posteriores a cada mes vencido- el monto equivalente al
costo del Módulo de Régimen de Atención Médica Especial para pasivos, que se garantiza a
todos los beneficiarios pasivos (el énfasis no está en el texto).
Por su parte, el decreto 292/95 tuvo entre sus objetivos mejorar los mecanismos que
pudiesen asegurar niveles de equidad garantizando a los beneficiarios de menores ingresos
coberturas de salud suficientes, mediante una más ágil redistribución de los recursos solidarios
del Sistema Nacional del Seguro de Salud. Para ello amplió las posibilidades para que los
jubilados y pensionados libremente pudieran elegir al agente del Seguro de Salud que se
hiciera cargo de la prestación, y facultó a la Administración Nacional de la Seguridad Social a
transferir el financiamiento de cada beneficiario jubilado o pensionado directamente al Agente
elegido. El artículo 10 de este decreto crea el Registro de Agentes del Sistema Nacional del
Seguro de Salud para Atención Médica de Jubilados y Pensionados en el ámbito de la
Administración Nacional del Seguro de Salud, donde deberán inscribirse los agentes que estén
dispuestos a recibir como parte integrante de su población atendida a los beneficiarios
mencionados en el artículo 8, inciso ‘b’, de la ley 23.660. Los Agentes del Sistema Nacional
de Seguro de Salud registrados quedarán obligados a recibir a los beneficiarios que opten por
ellos, a sus respectivos grupos familiares y adherentes, no pudiendo en ningún caso
condicionar su ingreso por patologías ni por ninguna otra causa. Como he señalado
precedentemente, la O.S.T.E.E. se inscribió en este Registro por resolución n° 4491/95.
Me parece relevante citar, en lo que interesa en este expediente, lo establecido en los
artículos 13 y 14 del decreto 292/95. En el primero se indica que los Ministerios de Economía
y Obras y Servicios Públicos, de Trabajo y Seguridad Social y de Salud y Acción Social
establecerán por resolución conjunta el monto de las cápitas que la Administración Nacional
de la Seguridad Social transferirá automáticamente a los Agentes inscriptos, de los recursos
que legalmente le corresponda percibir al Instituto Nacional de Servicios Sociales para
Jubilados y Pensionados. De este último párrafo interpreto que, si bien la ANSES interviene
como agente de retención y de pago –esto es, de transferencia de los montos a los agentes
inscriptos-, el sujeto responsable de ese pago es el Instituto de Servicios Sociales para
Jubilados y Pensionados, quien debe afrontarlo con los “recursos que legalmente le
corresponden”.
El artículo 14 del decreto 292/95 dice claramente que los convenios que se encuentren
vigentes al tiempo de la entrada en vigencia de esa norma, “deberán ser adaptados a la nueva
normativa”. Esta norma fue sustituida por el art. 13 del decreto 492/95, la cual, en su nueva
redacción, mantuvo la disposición que ordena que los “convenios actualmente vigentes
deberán ser adaptados a la nueva normativa”. Interpreto, por tanto, que en los puntos que
interesan en este litigio no está vigente el convenio celebrado entre la O.S.T.E.E. y el Instituto
demandado en 1992 –cuyo artículo 6° obligaba a la obra social a atender a todo el personal
activo y pasivo-, pues no se ha producido prueba sobre ningún convenio posterior al decreto
292/95 que lo hubiese reemplazado en los aspectos relativos a las prestaciones de jubilados y
pensionados, con una regulación acorde al nuevo régimen. Mi conclusión es que la obligación
de la Obra Social actora de prestar atención a los jubilados y pensionados que fueran
beneficiarios en la etapa de actividad, con continuidad hasta el momento en que ellos
voluntariamente optaran por pedir la cobertura en otro Agente de Salud, surge de la ley 23.660
–artículos 8, inciso ‘b’, y art. 20- y no de convenios privados que, en lo pertinente, perdieron
vigencia por falta de adecuación a la nueva reglamentación.
7. De acuerdo al contexto fáctico y jurídico que he reseñado, mis conclusiones son las
siguientes: a) el sistema implementado por el decreto 292/95 –por el cual la ANSES transfería
directamente a O.S.T.E.E. el importe de las cápitas - significó que a partir de febrero de 1996
la ANSES abonó las cápitas correspondientes a los titulares y a los respectivos grupos
familiares, sin incluir pago alguno que comprendiese el período de tramitación del beneficio
previsional y hasta los dos meses inclusive posteriores a la fecha de la opción individual por
cada titular (fs. 245); y b) durante el período que está involucrado en este litigio –el tiempo de
la tramitación del beneficio y los dos meses siguientes a la opción de cada titular, en el período
comprendido entre el 1/5/1998 y el 30/9/2003- la retención de aportes que ANSES efectuó a
los ex trabajadores en concepto de obra social fue derivada directamente al ISSJP (fs. 246, y
declaraciones testifícales coincidentes de fs. 188 y fs. 122, tercer párrafo). Ello significa que
cuando el beneficiario cobró retroactivamente su beneficio, ANSES retuvo los importes de los
aportes correspondientes y giró esas sumas al Instituto de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados. Dicho en otros términos: el Instituto no recibió “cápitas” por ese período que
constituye el objeto de la pretensión de la actora, sino que recibió “aportes” y nada giró a la
Obra Social de Trabajadores de Empresas de Electricidad.
En los términos del decreto 576/93 reglamentario de la ley 23.660, el “aporte”
pertenece al trabajador, y es un importe que recibe el sistema nacional de salud por el cual el
trabajador activo o pasivo se asegura su cobertura en un régimen diferido y solidario. Con el
propósito de financiar el sistema de prestación de las obras sociales, el artículo 20 de este
reglamento dispuso que el ente liquidador de los haberes provisionales debía transferir al
agente que corresponda los recursos pertenecientes a los beneficiarios del art. 8, inciso ‘b’, de
la ley 23.660 dentro de los quince días corridos posteriores a cada mes vencido. Si el ISSJP no
era elegido por el beneficiario –como en el caso bajo juzgamiento- este Instituto debía
transferir, en igual plazo, a la obra social elegida por el sujeto, “el monto equivalente al costo
del módulo de Régimen de Atención Médica Especial para pasivos” (artículo 20, decreto
576/93, que fijó ese módulo en la suma de $ 20 por cada beneficiario).
8. Considero, pues, que existe un crédito probado con certeza en este expediente a
favor de la Obra Social actora, que prestó la cobertura como era su obligación legal a los
beneficiarios jubilados y pensionados a partir del acogimiento de cada titular al beneficio
previsional y no percibió –en el período comprendido en este litigio- ningún importe en
contraprestación por parte del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados o por algún agente recaudador o liquidador por orden de aquél. Asimismo, juzgo
que ese crédito no debe cuantificarse como ha reclamado la actora y ha admitido el señor juez
de primera instancia en su sentencia –con sustento en el dictamen pericial- pues se ha
cometido un error de concepto: lo debido por el Instituto demandado durante la tramitación del
beneficio previsional y los dos primeros meses siguientes al ejercicio de la opción, no se
determina sobre la base de “cápitas” sino sobre la base del “módulo de Régimen de Atención
Médica Especial para pasivos”.
El capital adeudado por la parte demandada deberá ser determinado con exactitud en la
etapa de ejecución de la sentencia con la intervención del señor perito contador que intervino
en este expediente, sobre la base del número exacto de titulares y grupo familiar pertinente que
fue admitido en la sentencia –cuestión que no ha sido materia de agravio-, y del monto del
“módulo de Régimen de Atención Médica Especial para pasivos” que haya sido fijado por la
reglamentación (o a razón de $ 20 por beneficiario, si no se estableciera otro importe,
resguardando la audición de todas las partes), para el período comprendido en esta demanda,
es decir, mayo de 1998 a septiembre de 2003.
La mora se producirá en los términos del art. 20 del decreto 597/93, es decir, a los
quince días corridos posteriores a cada mes vencido, teniendo en cuenta la naturaleza de la
USO OFICIAL
Poder Judicial de la Nación
obligación que hubiera debido satisfacer el Instituto demandado: hacer la transferencia a
O.S.T.E.E. de los importes de los módulos una vez que la ANSES le hubiese abonado los
aportes por obra social que retenía de los beneficiarios en ocasión de la liquidación de los
haberes devengados durante el trámite previsional.
9. Resta tratar el recurso de la parte actora, referido a la aplicación del régimen de
consolidación de la deuda del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados y en el supuesto carácter confiscatorio de los intereses establecidos en los bonos
pertinentes.
La recurrente no desarrolla argumentos fundados para refutar la clara voluntad del
legislador de consolidar la deuda del Instituto de Servicios Sociales para Pensionados y
Jubilados en los términos del art. 91 de la ley 25.725, que fija como fecha de corte el
30/6/2002, ni para excluir el crédito reconocido en el sub-judice del régimen allí establecido,
en los términos y con los alcances de la ley 23.982, del capítulo V de la ley 25.344 y normas
reglamentarias y complementarias. Tal como sostiene el señor Fiscal General ante esta
Cámara (dictamen de fs. 362), el magistrado a-quo se atuvo al texto de la legislación vigente y
de las normas complementarias, aplicadas a las circunstancias concretas de la causa, y los
reproches de la parte actora invocan porcentajes y perjuicios patrimoniales que no han sido
objeto de prueba en el expediente. Esta deficiencia es tanto más evidente cuanto es sabido que
la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha convalidado en general la constitucionalidad de
las restricciones excepcionalmente impuestas al ejercicio de los derechos individuales por la
ley 23.982 (doctrina de Fallos 316: 779, entre muchos otros). Máxime si se pondera que, ante
la falta de pruebas, la declaración de inconstitucionalidad de una norma basada en agravios
conjeturales, implica el ejercicio del control de constitucionalidad en abstracto, situación ajena
al derecho federal argentino. A ello se suma que la declaración de invalidez constitucional de
una norma exige un criterio restrictivo, por significar la ultima ratio del ordenamiento jurídico
(doctrina de Fallos 312: 72; 323: 2409; 331: 2799; 333: 447, entre muchos).
Estimo que la Obra Social apelante no puede sostener su agravio en el precedente
M.687 XXXVIII “Mesquida Gregorio Hugo y otro c/Estado Nacional”, fallado por el Alto
Tribunal el 28/11/2006, pues se trata de una doctrina sentada en una causa sustancialmente
diferente a la presente. En efecto, las razones que justificaron, en ese caso, la exclusión de la
aplicación del régimen de consolidación previsto en la ley 25.344 fueron, por una parte, que se
trataba de un crédito originado en la pérdida de una vida humana que permanecía impago
quince años más tarde y, por otra parte, en que el Estado Nacional-Ministerio de Defensa se
había demorado injustificadamente en hacer la previsión que establece el art. 22 de la ley
23.982 con lo cual, por su propia negligencia en el cumplimiento de una sentencia que había
pasado en autoridad de cosa juzgada, se producía la paradoja de premiar esta conducta
mediante el encuadramiento de la deuda pendiente en el art. 13 de la ley 25.344. Ninguna de
las particularidades de ese precedente se dan en el presente caso, en donde la demanda fue
promovida en julio del año 2004, y el período comprendido por el crédito se extiende desde
mayo de 1998 a septiembre de 2003, esto es, abarca los años de gran crisis económico-social y
financiera con repercusión en todos los sectores de la comunidad, incluyendo a ambas partes
enfrentadas en este litigio.
Por lo expuesto, propiciaré rechazar la apelación de la parte actora y confirmar lo
decidido en primera instancia y que ha sido motivo de agravios de la demandante, tanto por
los fundamentos del señor Fiscal General (fs. 362), que comparto plenamente como por las
razones de este voto.
En suma: expreso mi voto en el sentido de rechazar el recurso de la parte actora y hacer
lugar parcialmente al recurso del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados, modificando la condena pronunciada en primera instancia en los términos del
considerando 8° del presente voto. En atención al modo en que propongo resolver el litigio, las
costas deben ser distribuidas por existir vencimientos recíprocos, en tanto la parte demandada
ha sido condenada y la parte actora no ha logrado el favorable acogimiento de la totalidad de
su pretensión. En tales circunstancias, propicio distribuir los gastos causídicos en ambas
instancias, en un 80% a cargo del ISSJP y en el 20% restante a cargo de la actora (art. 279 y
71 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación).
Los doctores Martín Diego Farrell y Francisco de las Carreras adhieren al voto que
antecede.
________________________________
En mérito de lo deliberado y de las conclusiones del Acuerdo precedentemente
transcripto, el Tribunal RESUELVE: rechazar el recurso de la parte actora y hacer lugar
parcialmente al recurso del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados, modificando la condena pronunciada en primera instancia en los términos y con
el alcance del considerando 8° precedente. Las costas se distribuyen en ambas instancias, en
un 80% a cargo del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados y en
el 20% restante a cargo de la parte actora (artículos 279 y 71 del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación).
Una vez que se cuente con liquidación aprobada y regulados que sean los honorarios
por los trabajos de primera instancia, se procederá a regular los emolumentos que
corresponden en Alzada.
Regístrese, notifíquese y devuélvanse los autos.
María Susana Najurieta -
Francisco de las Carreras
- Martín Diego Farrell.
Descargar