PATRIMONIO HISTÓRICO DE BIZKAIA Hórreo de Ibargüen (Etxebarria) El hórreo del caserío Ibargüen es un granero de madera elevado por encima del nivel del suelo para proteger los productos de la cosecha de la humedad y los animales. Hasta el siglo XVII, los hórreos constituyeron una presencia muy habitual en todas las comarcas orientales del territorio de Bizkaia. Puede estimarse que existieron más de cuatro mil ejemplares, alzados ante la puerta de la mayor parte de los caseríos de la región. Actualmente sólo sobreviven una decena y, entre ellos, el de Ibargüen es el que mejor se ha conservado, aunque también es uno de los de construcción más reciente. La existencia de hórreos en el área cantábrica es bien conocida, al menos desde época romana; en la comarca de Ibargüen abundan las referencias documentales a este tipo de graneros en los últimos siglos de la Edad Media. Sin embargo, todos los hórreos vizcaínos conservados son construcciones realizadas en el siglo XVI o en las primeras décadas del XVII. En aquella época, los hórreos eran considerados un símbolo de riqueza y prestigio familiar, además de una de las mejores soluciones posibles para conservar en compartimentos estancos el grano de siembra -trigo, mijo, escanda y centeno-, almacenar frutos de larga duración -como nueces y manzanas- y curar cecinas u otros productos derivados de la matanza. La rápida difusión del cultivo del maíz americano a partir de los primeros años del siglo XVII cambió el paisaje agrario de la región y provocó la decadencia de muchos cereales tradicionales. El hórreo vizcaíno, a diferencia de otras variedades de graneros propias del noroeste de la Península Ibérica, no supo adaptarse a estas transformaciones ni a las necesidades de secado específicas del maíz, por lo que muy pronto fue considerado un estorbo inútil y fue condenado a la extinción. Su supervivencia posterior ha dependido más de la casualidad y de su capacidad para adaptarse a otros usos complementarios -como leñera, redil, socarreña o pocilga- que de la función especializada para la que fue concebido. A la caja del granero se asciende mediante una escalera de mano que desemboca en un balcón distribuidor al que se abren tres puertas pertenecientes a otros tantos espacios interiores diferenciados: dos, a los compartimentos laterales, y una central, más ancha y dotada de gruesas jambas, a la cámara principal. Desde esta estancia central, una escalera interior permite alcanzar el camarote situado en el bajocubierta, que se prolonga en dos voladizos sobre las fachadas delantera y zaguera. Estos voladizos se auxilian de tornapuntas con las aristas decoradas con tallas de mondaduras y cabezas de clavo piramidales. Tanto los cerramientos como la modulación interior del hórreo se realizan con grandes tablones machi hembrados y clavados directamente a las vigas horizontales de la estructura, sin carriles de ensamblaje. La planta inferior, más hermética, era utilizada como granero propiamente dicho y en ella se depositaba el cereal en grandes trojes de madera; el camarote se usaba para conservar frutos y precisaba para ello de una ventilación constante, proporcionada por cuatro huecos de tracería calada que dibujaban figuras de hélices de radios curvos y de cadenetas manieristas. El hórreo de Ibargüen se cubre con una armadura de correas y cabrios, con tirantes encepados entre la solera y el estribo. Por sus características, tanto constructivas, como decorativas y funcionales, el hórreo puede fecharse en las primeras décadas del siglo XVII, justo en el momento en el que este tipo de edificios comenzaban a extinguirse. Texto: Alberto Santana. El hórreo de Ibargüen consta de tres partes fundamentales: un sistema de soportes pétreos que lo mantienen aislado del suelo, un gran contenedor de tablas y viguería dotado de espacios de almacenaje especializados, y una cubierta a dos aguas que lo protege de las precipitaciones atmosféricas. Los soportes, cuatro pilares denominados postiek, están formados a su vez por tres piezas: una basa semienterrada, un fuste troncopiramidal monolítico y un curioso rodezno de coronación, a modo de capitel invertido, con desarrollo piramidal de aristas cóncavas a partir de una corona circular. Estos rodeznos, cuya misión es evitar el ascenso de los roedores, tienen una silueta moderna y muy elaborada, claramente diferenciada de las sencillas formas de muela propias de los hórreos más antiguos. El granero es una construcción de carpintería de armar que se alza sobre dos gruesas jácenas longitudinales tendidas entre los pilares de piedra. Sobre éstas reposan, o se ensamblan, los solivos transversales que conforman el forjado y definen una amplia planta cuadrangular con los laterales en voladizo. La estructura vertical está formada por una jaula de pies derechos rigidizada mediante puentes, zapatas y las soleras de la armadura de cubierta. BERMEO BI-2636 GERNIKA - LUMO MARKINA - XEMEIN BALMASEDA BILBAO DURANGO A-68 ETXEBARRIA A-8 Hórreo de Ibargüen Etxebarria. (Barrio de Galartza, 34). Acceso: Desde el centro de Etxebarria tomaremos la carretera BI-3950 en dirección a Eibar. Pronto veremos el hórreo, que se encuentra a la derecha de la vía. Horario de visitas: De propiedad particular, su interior no es visitable. Otros lugares de interés cercanos: (Etxebarria) • Casa y ferrería de Ansotegi. • Palacio de Munibe. • Iglesia de San Andrés. • Molino de río de Urrusolo. (Markina-Xemein) • Ermita de Santa Marina de Barinaga. • Casco histórico de Markina.