La influencia de las condiciones de escucha en las pruebas de lengua extranjera Listening conditions influence on foreign-language tests DOI: 10-4438/1988-592X-RE-2012-359-174 Blas Payri Universidad Politécnica de Valencia. Departamento de Comunicación Audiovisual, Documentación e Historia del Arte. Escuela Politécnica Superior de Gandía. Gandía, España. Resumen Este artículo se centra en las condiciones de escucha y su influencia en la equidad de las pruebas de comprensión oral en lengua extranjera para el acceso a la universidad, que empezarán a realizarse a partir del curso 2011-12. Una revisión de la literatura en percepción de la palabra muestra que la inteligibilidad de la lengua extranjera se ve afectada por las condiciones de escucha, en particular la acústica de las aulas a través de la reverberación, y la presencia de ruido ambiente, sobre todo de voces en el interior o exterior del aula. Estos parámetros afectan aún más a personas con discapacidad auditiva. Se recomienda que la escucha de los materiales orales se haga a través de auriculares circumaurales cerrados, que son muy comunes en las universidades, comercialmente asequibles y que permiten homogeneizar las condiciones y eliminar el ruido ambiente y la reverberación. Se insiste en la importancia de utilizar un sistema de auriculares para adecuarse a las leyes sobre la accesibilidad de discapacitados auditivos, que frecuentemente se violan por ignorancia de los factores que afectan a muchos alumnos con pérdidas a veces muy leves de audición. Si los alumnos pueden reproducir a voluntad los ficheros de sonido, con ordenadores u otros sistemas de reproducción interactiva, se facilita la organización y la ejecución de la prueba, y se mejora la concentración del alumno, la adaptación de la prueba a su nivel de memorización y se permite centrar la prueba en la evaluación del nivel de comprensión en lengua extranjera, y no de habilidades de memorización y retención auditiva. Se sugiere realizar para las pruebas material sonoro sin vídeo, controlando las condiciones de dicción, nivel de lengua, velocidad y calidad de grabación, para no crear disparidades de inteligibilidad. Palabras clave: Comprensión oral, lengua extranjera, audición, interactividad, material didáctico. Abstract This article focuses on listening conditions and their influence on the fairness of foreign-language oral comprehension tests for undergraduate admission that will take place from the 2011-12 academic year. A review of the literature on speech perception shows that foreign-language intelligibility is affected by listening conditions, in particular room acoustics due to reverberation, and the presence of ambient noise, particularly voices inside and outside the classroom. These parameters affect mostly hearing-impaired persons. We recommend that listening tests be done using closed circumaural headphones, that are very common in the universities, are commercially affordable, and allow the homogenization of conditions, by canceling surrounding noise and reverberation. It is highly important to use a headphone reproduction system to conform to the laws on accessibility for the hearing impaired, that are frequently violated through ignorance of the factors that may affect many students with sometimes very mild hearing impairment. If soundfiles can be played by the students, using computers or other systems that allow interactive playback, the organization and execution of the test becomes easier, students can concentrate better and adapt the task to their memory capabilities, focusing the test on oral language understanding and not on auditory memory and retention capabilities. It is suggested to use audio-only material without video, creating all the material controlling for the language level, speech rate and quality, and the recording conditions, in order to avoid intelligibility differences. Key Words: Oral understanding, foreign language, audition, interactivity, teaching material. Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 Introducción En el Real Decreto 1892/2008, de 14 de noviembre, por el que se regulan las condiciones para el acceso a las enseñanzas universitarias oficiales de grado y los procedimientos de admisión a las universidades públicas españolas, se indica la próxima introducción de un ejercicio en las Pruebas de Acceso a la Universidad, que “será de lengua extranjera y tendrá como objetivo valorar la comprensión oral y lectora y la expresión oral y escrita”. (BOE núm. 283, 24/12/2008). El decreto no especifica los ejercicios sobre comprensión oral, que deberán introducirse por primera vez en el curso 2011-2012. Según una proposición preliminar del Ministerio de Educación y Ciencia (2010), hay que evaluar la comprensión auditiva y la expresión oral. Para la comprensión auditiva, propone un ejercicio común para todos (llegará a ponderar el 25% del total de la materia), sugiriendo la utilización de “un documento sonoro auténtico preferiblemente acompañado de imágenes (TV u otras fuentes), con una duración aproximada de 3 minutos”, y proponiendo sistemas de respuesta usuales: opción múltiple o de relleno de huecos en un texto. Estas normas generales se basan a su vez en las recomendaciones del Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas, emitidas por Consejo de Europa (2001), en las que se detallan objetivos y métodos en el aprendizaje y evaluación pero sin hacer referencia a los modos de escucha. Más generalmente, las normativas sobre los exámenes de lenguas extranjeras en la selectividad definen sucintamente la prueba que deben ejecutar los examinados durante la prueba oral, pero no define las condiciones de escucha. Por ejemplo Anaya y Llobera (2008) insisten en la importancia de la comunicación oral y la comprensión auditiva en situaciones de comunicación reales para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Vez y Martínez Piñeiro (2008) miden la comprensión y expresión oral en centros de educación de Galicia para el inglés y el francés, indicando el material sonoro grabado que debe oír el alumno, pero sin precisar las condiciones de escucha. Nunan (1997) habla de la habilidad Cenicienta (Cinderella skill) para referirse a la comprensión auditiva en lenguas extranjeras, a la que se dedica mucha menos atención que a la comprensión escrita y a los aspectos gramaticales. Aunque podemos considerar que hoy en día ya se reconoce la importancia de esta habilidad, carecemos de una investigación suficientemente amplia sobre las condiciones propias de la audición. Los estudios recientes sobre la praxis de la evaluación de la competencia en lenguas extrajeras suelen centrarse en las tipologías de pruebas, analizando los procedimientos de elaboración y valoración de los textos, complejidad lingüística o duración, y también en la ejecución de las pruebas de evaluación, básicamente en el manera de entregar los datos y recoger las respuestas de forma escrita o electrónica, pero no describen un aspecto importante como es la escucha de los materiales sonoros en las pruebas auditivas. Osada (2004) hace una revisión de los cambios ocurridos en las últimas décadas en la práctica de la comprensión auditiva de lenguas extranjeras, insistiendo en las diferencias inherentes a la audición del lenguaje hablado respecto a la lectura del lenguaje escrito. La comprensión de mensajes orales implica que los oyentes integren simultáneamente mucha más información que en el mensaje escrito, en particular información fonética, fonológica y prosódica, además de la información lexical, sintáctica, semántica y pragmática. Además debe hacerse en tiempo real siguiendo la velocidad de enunciación del mensaje lo que lo convierte “en una tarea compleja, dinámica y frágil” (Celce-Murcia, 1995, p.366, citado por Osada, 2004). Si el autor lista un amplio número de diferencias entre las tareas de comprensión escrita y auditiva, no menciona las condiciones de escucha como un factor. Sin embargo, la variabilidad de la presentación de material sonoro es mucho mayor que en el material escrito. Podemos considerar que un documento impreso, con la tecnología actual de impresión y fotocopiado, va a tener una calidad suficiente y homogénea, en la que se va a poder controlar el tamaño y tipo de fuente de la letra, el espaciado, la maquetación, y la cantidad de información disponible por hoja de papel, de manera que los más de 200.000 alumnos (Ministerio de Educación, 2011) que pasan las pruebas de acceso a la universidad dispongan de condiciones similares y de calidad suficiente. Sin embargo, no hay un planteamiento sobre la homogeneización de las condiciones de escucha y la calidad mínima para la recepción del mensaje oral. Las Escuelas Oficiales de Idiomas, con su larga tradición en la realización de pruebas auditivas en varios niveles e idiomas, pueden servir de referente para otras pruebas auditivas en lenguas extranjeras. En una encuesta informal a alumnos que han pasado los exámenes de lengua de Escuelas Oficiales de Idiomas, observamos una queja unánime sobre las condiciones de escucha para Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 las pruebas orales, indicando tanto los sistemas de reproducción (a menudo un sistema portátil de tipo “radio-cassette”, que no es de alta fidelidad), como las condiciones del aula (reverberación, ruido), lo que convierte en incomprensible un material sonoro perfectamente inteligible en las condiciones normales de estudio (con auriculares o con un sistema de reproducción por altavoces en un entorno no ruidoso ni reverberante). En este artículo analizamos las limitaciones en la comprensión oral que pueden ocurrir en función de las condiciones de reproducción del sonido y la iniquidad que puede engendrar en la evaluación de los alumnos. Para ello, vamos a revisar conocimientos descritos en la literatura de la percepción auditiva, centrándonos en la comprensión oral de lenguas extranjeras, y analizar las condiciones de escucha en las aulas reales universitarias, para finalmente identificar las condiciones que serían necesarias en el contexto de las Pruebas de Acceso a la Universidad. Condiciones de escucha e inteligibilidad del habla: una revisión teórica Para fundamentar este artículo, nos centramos primero en la literatura relativa a la inteligibilidad general del habla y los factores que la determinan. Los estudios de percepción y acústica tienen una larga trayectoria del estudio de la comprensión del habla a través de los diferentes medios de reproducción y de audición, ya que tiene un impacto social y económico determinante. Estos abarcan los efectos generales de perturbación de una señal por un ruido, que afecta tanto al habla como a cualquier evento sonoro, y otros efectos más específicos de la inteligibilidad del habla, sobre todo en el caso de una lengua extranjera para el oyente. De esta revisión teórica de la amplia literatura, seleccionamos unos puntos principales que tienen una aplicación en las aulas universitarias en el caso de las Pruebas de Acceso a la Universidad. Tipos de sonidos concurrentes e inteligibilidad El primer factor que afecta a la inteligibilidad del mensaje oral es la presencia de ruido, es decir, cualquier sonido concurrente que no sea el mensaje por recibir, y que provocan un enmascaramiento del mensaje. Basándose en la teoría del análisis de escenas auditivas teorizado por Bregman (1990), Yost (2006) distingue tres tipos de enmascaramiento que a menudo son confundidos: El enmascaramiento propiamente dicho (masking) se da en las tareas de detección. Es decir, cuando el oyente tiene que decidir si detecta o no una señal en la presencia o no de un ruido que enmascara. La interferencia ocurre en las tareas de discriminación, en las que el oyente debe decidir cuál de varios tipos de señal ha ocurrido, en señales que varían según ciertos parámetros. La competencia (competition) ocurre en las tareas de reconocimiento o identificación. Hay competencia cuando la presencia de un ruido reduce el reconocimiento de la señal. En el caso de las pruebas orales de un examen de lengua extranjera, solamente tenemos lo que Yost (2006) denomina competencia entre la señal (la locución en la lengua extranjera) y el ruido y otras perturbaciones que pueden disminuir la inteligibilidad de la locución. Los estudios de percepción del habla muestran que diferentes tipos de ruido de fondo afectan diferentemente a los oyentes según que tenga un contenido lingüístico o no (Simpson y Cooke, 2005; Sperry, Wiley y Chial, 1997). La literatura describe varios tipos de competencia (o, como se le suele denominar, enmascaramiento) cuando se trata de reconocer la voz hablada principalmente los tipos denominados energético, informacional y lingüístico (Johnstone y Litovsky, 2006), según que el ruido que compite con el habla tenga o no un contenido semántico. Para simplificar, podemos separar los tipos de competencia Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 utilizando la naturaleza del ruido perturbador, y reduciendo a los que se pueden dar en un aula de exámenes de selectividad: Ruido de fondo sin un contenido vocal. Podemos distinguir entre ruido de fondo continuo, como el ruido de ventilación y aire acondicionado, y el ruido discontinuo que puede corresponder al tráfico exterior, portazos, pasos y otros impactos. Ruido de fondo formado por voces no claramente inteligibles, lo que Chion (1993) denomina “voz emanación”, que puede estar constituido por el ruido de conversaciones en otras aulas o en pasillos, o voces de fondo en la misma aula. Presencia de voz hablada inteligible, por ejemplo, de compañeros que estén hablando en el aula o en pasillos en voz alta, presencia del sonido de voz de otros alumnos que estén pasando la prueba en paralelo o de la misma locución en lengua extranjera que corresponda al ejercicio de escucha de otros alumnos. El ruido de fondo continuo perturba menos la inteligibilidad de la señal, al ser más predecible y permitir separar mejor la información del flujo de voz, pero Arana y Vela (1994) muestran que incluso el ruido de ventilación real de un aula magna universitaria reduce significativamente la inteligibilidad del habla. Cuando el ruido perturbador es otra voz, la deterioración de la inteligibilidad es mayor que con ruido no humano (Brungart, 2006), aunque la voz perturbadora no sea inteligible. Klatte et al. (2010) muestran que la presencia de habla en ruido de fondo perjudica significativamente la memoria a corto plazo, incluso para palabras presentadas visualmente por escrito. También influye el número de locutores en el ruido de fondo: por ejemplo con 6 locutores hay un peor reconocimiento de frases que con 2 (Van Engen y Bradlow, 2007) incluso cuando se utiliza voz ininteligible (babble), y a mayor número de locutores mayor perturbación (Brungart et al., 2001). La similitud acústica de la voz como ruido sobre la voz como señal explica parte de la reducción de inteligibilidad (Brungart, 2006), aunque contribuye el enmascaramiento informativo que Yost (2006) atribuye principalmente a la atención selectiva: la voz como ruido atrae la atención más que un ruido no humano o no significativo. Cuando la voz perturbadora es comprensible o está al mismo nivel que la voz por reconocer, la bajada de inteligibilidad es aún mayor (Brungart, 2006). En general, la pérdida de inteligibilidad puede ser reducida si el flujo de habla que hay que entender y los elementos perturbadores se diferencian en uno o más atributos, incluyendo la frecuencia fundamental, el timbre en un sentido amplio que incluye la longitud del tracto vocal y la prosodia, la intensidad global de la señal y la localización espacial (Culling et al., 1994; Culling y Summerfield, 1995; Freyman et al., 2005; Ihlefeld y Shinn-Cunningham, 2008; Rakerd et al., 2006). Estos atributos son controlables cuando el habla por entender y el habla perturbadora han sido introducidas en la grabación para crear un sonido realista, pero naturalmente están fuera de control cuando se trata del ruido procedente del aula durante las pruebas de lengua extranjera. Lengua del oyente, lengua por reconocer y lengua perturbadora En las condiciones de escucha de las pruebas orales de lengua extranjera, un factor importante es precisamente que la lengua nativa del oyente no es la misma que la lengua por reconocer, y que el ruido perturbador puede proceder en la lengua extranjera o en la lengua del oyente. Es esencial destacar que el reconocimiento del habla por humanos en presencia de ruido se ve modulado por factores cognitivos como el idioma nativo del oyente (Van Engen, 2009). Por ejemplo, el ruido de fondo afecta más a oyentes no nativos que a oyentes nativos de la lengua por reconocer (Van Wijngaarden et al., 2002). Cuando el ruido está formado por voz emanación, también influye la lengua que perturba: Van Engen y Bradlow (2007) muestran que para oyentes angloparlantes, el balbuceo de fondo en inglés les afectaba más que el balbuceo en chino para reconocer frases en inglés. Esto puede ser debido a que la similitud entre el balbuceo en inglés y la frase en inglés aumenta la perturbación (mayor enmascaramiento) o que el balbuceo en inglés afecte más a los oyentes angloparlantes porque le prestan mayor atención al parecerse a su lengua. Finalmente, Van Engen (2009) muestra que la Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 presencia de voz emanación (ininteligible) en inglés reduce la inteligibilidad del inglés más que la voz emanación en chino, tanto para oyentes nativos como no nativos. Pero los oyentes no nativos (chinos) se ven más afectados cuando la señal perturbadora es su lengua nativa (chino) que los oyentes de lengua nativa inglesa. Existe pues un componente puramente acústico (el inglés perturba más al inglés por su similitud fonética), y otro de perturbación informativa y de atención selectiva que se ve aumentada cuando el oyente percibe contenido verbal en su lengua al tratar de entender una lengua extranjera. Los estudios de García Lecumberri y Cooke (2006a, 2006b), Cooke, García Lecumberri y Barker (2008), y Cutler, García Lecumberri y Cooke (2008) son particularmente relevantes para este artículo ya que estudian el reconocimiento del inglés por oyentes de lengua nativa española o inglesa en diferentes condiciones de ruido, lo que corresponde al caso más frecuente de las pruebas de lengua extranjera en España. Los resultados muestran de manera consistente que la presencia de ruido afecta más a los oyentes de lengua española nativa que a los oyentes de lengua inglesa nativa al reconocer fonemas del inglés. Se pueden resumir los resultados comparando el reconocimiento de fonemas del inglés por oyentes nativos ingleses (angloparlantes) y no nativos (lengua española nativa o hispanoparlantes): En el caso de material hablado presentado sin ruido perturbador (condición de silencio), el reconocimiento de fonemas del inglés puede ser igual de eficaz para los hispanoparlantes que para los angloparlantes. Cualquier ruido perturbador afecta más a los hispanoparlantes que a los angloparlantes. Cuando la perturbación es un contenido hablado inteligible, los hispanoparlantes se ven igual de afectados cuando el contenido perturbador está en inglés o español. A los angloparlantes les perturba menos un contenido en español. La presencia de voz emanación (babble o habla ininteligible o balbuceo) afecta particularmente a los hispanoparlantes, reduciendo drásticamente la inteligibilidad. Cuando la voz perturbadora tiene una diferencia de frecuencia fundamental respecto a la voz por reconocer (las voces son de locutores de sexo diferente), la inteligibilidad es mayor para nativos y no nativos. Los hispanoparlantes tiene una caída más marcada de la inteligibilidad con el volumen sonoro de la voz perturbadora, independientemente de la diferencia de frecuencia fundamental. Lengua del oyente y reverberación de la sala La reverberación disminuye sensiblemente la comprensión del mensaje oral en lengua materna, dependiendo también de las condiciones y el punto de escucha (Lavandier y Culling, 2008). Nábělek y Donahue (1984) muestran que tiempos de reverberación relativamente pequeños (0,4s 0,8s y 1,2s) afectan el reconocimiento de consonantes en palabras inglesas por oyentes no nativos pero con un alto nivel en inglés, mientras que no es el caso para oyentes nativos angloparlantes. El reconocimiento es el mismo para nativos y no nativos cuando no hay reverberación. Condiciones de escucha en las aulas reales Desde hace décadas, se están llevando a cabo mediciones y estableciendo normas sobre la inteligibilidad de la palabra en los diferentes recintos como resumen Durà Doménech, Vera Guarinos y Yebra Calleja (2002). Una medida comúnmente utilizada de la inteligibilidad de la palabra viene dada por el porcentaje de articulación silábica, que consiste en el número de sílabas (sin significado pero con fonemas de la misma lengua que el auditorio) que son entendidas por los oyentes. Este porcentaje depende de las condiciones de emisión y audición dadas, tales como el nivel sonoro de Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 emisión de la palabra, el ruido de fondo existente, la distancia entre emisor y oyente, y las condiciones acústicas del recinto: volumen, forma, difusión y tiempo de reverberación. Según Pfretzschner et al. (1976), se considera óptimo un porcentaje de artículación silábica de 85%, y como poco aceptable uno de 65%, que equivale a decir que 10 palabras de cada 100 no se entenderán cuando se trata de palabras del idioma nativo del oyente, lo que fatiga a los oyentes por el grado de atención al que se verán sometidos para lograr una buena comprensión. Otra manera de evaluar la inteligibilidad en las aulas se basa únicamente en mediciones acústicas, teniendo en cuenta los factores que perturban la comprensión. Un modelo estandardizado es el RASTI (Larm y Hongisto, 2006), que tiene en cuenta la reverberación y el ruido ambiente y suele dividirse en 5 escalones de muy pobre a excelente (Cepeda Riaño, García Ortiz, y Melcón Otero, 2001). Según González Gutiérrez y Pérez Lacorzana (2002), si nos conformamos con resultados solamente "buenos" (STI entre 0.60 y 0.75) aún surgirán problemas en la enseñanza de idiomas y las clases resultarán más fatigosas. Mediciones acústicas prediciendo la inteligibilidad en aulas En un estudio sobre 12 aulas de educación secundaria de Madrid, Santiago, Perera y Delgado (1994) indican que el aislamiento acústico de las aulas está por debajo de los valores recomendados, tanto para el aislamiento entre aulas, entre aula y pasillo y entre aula y exterior. Los valores de reverberación son igualmente mayores de lo recomendado para la inteligibilidad de la palabra. Ramirez (2008) estudia diferentes aulas en 20 establecimientos escolares de EEUU utilizadas para estudiantes de inglés no nativos y muestra que no cumplen las normas propuestas por el estándar ANSI S12.60 (ANSI 2002) relativo al ruido ambiente y al tiempo de reverberación que deben cumplirse para una buena comprensión del habla, sobre todo para estudiantes de lengua extranjera. Cepeda Riaño, García Ortiz y Melcón Otero (2001) midieron con una adaptación del índice RASTI 33 aulas de un instituto de educación secundaria y obtuvieron en 24 de ellas un índice Pobre, y en 9 Débil, indicando unas malas condiciones acústicas para la inteligibilidad. Los tiempos de reverberación a 2 kHz variaban entre 2,67 y 0,96 segundos. En 1976, Pfretzschner et al. encontraban al contrario que la acústica de las aulas de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid eran demasiado secas (no tenían reverberación) por los materiales absorbentes que se utilizan. El estudio de González Gutiérrez y Pérez Lacorzana (2002) analiza 82 aulas seleccionadas para 14 centros públicos repartidos por distintos municipios de Navarra, ubicados tanto en zonas tranquilas como próximos a vías de tráfico importante. El tiempo de reverberación medio de las aulas vacías es de 1.23 s. y con aulas llenas de 0.93s (los tiempos de reverberación medios de las aulas “buenas “ son de 0.74 s. y 0.61 s. para aulas vacías y llenas respectivamente.) Los autores indican que las mediciones con aulas llenas han dado mejores resultados por el hecho circunstancial de que las mediciones se llevaron a cabo en invierno, con lo que los percheros estaban llenos de ropa de abrigo lo que también contribuye a incrementar la absorción acústica de la sala y por ello la inteligibilidad, hecho que no ocurre a finales de junio, cuando se desarrollan las pruebas de acceso a la universidad. Mediciones perceptivas directas de la inteligibilidad en aulas Las pruebas de inteligibilidad pueden ser aún más relevantes que las mediciones acústicas, porque permiten medir lo que oyen los alumnos en las condiciones reales del aula, incluyen el sistema de reproducción de sonido que se utilice habitualmente. Pérez Castillo (2000) estudia la inteligibilidad del habla en aulas de música de institutos de educación secundaria españoles, midiendo el reconocimiento de 100 combinaciones de dos sílabas equilibradas fonéticamente, de acuerdo con la distribución de fonemas existentes en el idioma español, por alumnos de secundaria con el español como lengua materna. Las combinaciones bisilábicas, grabadas en CD, se reproducían “con el mismo radiocassette, que se colocó en la posición más frecuente ocupada por el profesor.” La tasa de reconocimiento aumenta con el volumen de reproducción (sin precisiones) y es destacable que la tasa media de reconocimiento oscilara entre el 80% y el 60% según el aula estudiada. Esto muestra una gran disparidad entre aulas, y globalmente una tasa de reconocimiento muy baja para fonemas del Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 español a reconocer por alumnos de la misma región lingüística del español (La Rioja). Este estudio con aulas reales y con “radiocassette” puede ser revelador de las limitaciones de la reproducción por equipos sonoros que no son de alta fidelidad en un aula real. Pérez Castillo añade que la normativa y legislación sobre construcciones escolares no hacen referencia a las condiciones acústicas que deben tener las aulas o cualquier recinto escolar. También se observan deficiencias en la acústica e inteligibilidad de aulas magnas sobre todo en presencia de ventilación (Arana y Vela, 1992). Durà Doménech, Vera Guarinos y Yebra Calleja (2002) hacen una revisión histórica, legislativa y de las mediciones acústicas para las condiciones de escucha en las aulas, concluyendo que se ha tenido poco cuidado en la construcción y acondicionamiento de los recintos escolares, a pesar de las múltiples recomendaciones que se han venido haciendo sobre la calidad mínima del aula para la correcta inteligibilidad del habla. De estos estudios, podemos concluir que claramente las aulas universitarias y de educación secundaria tienen una deficiencia generalizada en cuanto a condiciones de escucha. Las condiciones acústicas no deberían preocupar solamente a los acústicos, ya que Shield y Dockrell (2008) muestran que el ruido externo e interno general de las aulas tienen una correlación significativa con los resultados académicos de estudiantes de primaria, tanto en materias relativas al lenguaje como a las matemáticas. Ronsse y Wang (2011) también miden una correlación negativa del ruido exterior de las aulas en las notas en asignaturas de lenguaje en estudiantes de secundaria. Allen, Brogan y Allan (2004) muestran que el ruido en el aula afecta diferentemente a los alumnos en función de la tarea, en el caso de lectura y adquisición de vocabulario: claramente, la tarea de reconocimiento auditivo y memorización de lenguas extranjeras será una de las más afectadas. Condiciones predecibles en las pruebas de acceso a la universidad En el momento de redactar este artículo todavía no se ha organizado ninguna prueba oral para la selectividad universitaria, con lo que no podemos medir las condiciones concretas en las que se desarrollan dichas pruebas, que empezarán el curso 2011-12. Podemos, sin embargo, referirnos a las condiciones generales en las que se vienen celebrando el resto de pruebas de acceso a la universidad. Las pruebas se celebran a mediados y finales de junio, coincidiendo con los exámenes de las diferentes titulaciones de la universidad, lo que provoca un ajetreo importante en los pasillos y en la organización universitaria. Por otra parte, corresponde ya con el inicio de la estación veraniega, con el consiguiente uso de la ventilación y el aire acondicionado, o el hecho de que puertas y ventanas de pasillos y aulas permanezcan abiertas, lo que engendra más ruido, y no se ve atenuado por la ropa de invierno colgada que reduce la reverberación. Más específicamente, la organización de un evento masivo como estas pruebas implica una sobrecarga de actividad, con tribunales que deben gestionar cada uno cerca de 400 alumnos, para pasar el conjunto de pruebas en 2 ó 3 días. En las entrevistas informales que hemos mantenido con organizadores de las pruebas en la universidad, describen la sensación de una “verdadera batalla campal”, o de estar “en plena guerra”. Podemos extrapolar las condiciones actuales a las futuras pruebas orales de lengua extranjera, y así tendremos todas las circunstancias desfavorables que impedirán una inteligibilidad adecuada, y además, con condiciones sumamente variables de un momento a otro, y más aún de un centro a otro. Condiciones de escucha adecuadas para las pruebas de audición Teniendo en cuenta las características reales de las pruebas de acceso a la universidad, pasamos a establecer algunas recomendaciones sobre las condiciones de escucha, permaneciendo en los límites de lo realizable con las posibilidades actuales de la universidad. Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 Auriculares versus altavoces en el aula La principal recomendación que se desprende de la revisión de la literatura en la percepción del habla es que la escucha debería hacerse a través de auriculares. Más precisamente, a través de auriculares circumaurales “cerrados”, es decir que rodean el pabellón externo de la oreja y permiten el aislamiento del sonido exterior (Margolis, Frisina y Walton, 2011) al mismo tiempo que suelen tener una mayor definición y reproducción de la sensación de profundidad espacial, y que pueden ser considerados como un producto de uso comercial corriente y utilizado desde hace tiempo (Harris, 1971) que se puede encontrar a menudo en las aulas universitarias de informática dedicadas a tareas de sonido, teniendo un precio asequible. Utilizar este tipo de auriculares es conveniente en una tarea que requiere únicamente la audición del mensaje oral y su comprensión, es decir, lo que comúnmente se llama listening en las pruebas de inglés, y que según apuntan las recomendaciones emitidas por el ministerio, estaría separada de la tarea de expresión oral (Ministerio de Educación y Ciencia, 2010). A propósito de la tarea prevista de expresión oral, en la que los candidatos deberán expresarse en la lengua extranjera ante el tribunal (y que no es el objeto de este artículo), las mismas advertencias sobre los problemas de inteligibilidad en las aulas pueden ocurrir, aunque en este caso pueden ser mitigadas por una mayor cercanía entre oyente y locutor y quizás una adaptación espontánea del nivel de emisión del locutor para compensar el ruido ambiente. No convendría utilizar auriculares en una tarea en la que los participantes tuvieran que dialogar o emitir una respuesta oral, ya que perturbaría la escucha del interlocutor o de la propia voz (Tufts y Frank, 2003) con efectos variables según el tipo de voz del interlocutor (Junqua, 1993). Por consiguiente, para la tarea de expresión oral, se debería requerir un aula acondicionada y sin perturbaciones sonoras. Recapitulemos las ventajas de la utilización de auriculares “cerrados” respecto a los altavoces en un aula normal: Reverberación: los auriculares no se ven afectados por la reverberación, ya que emiten la señal directamente en la cercanía del oído, mientras que la reproducción por altavoces dependerá enteramente de la respuesta acústica de la sala. Los estudios muestran que las aulas escolares y universitarias carecen generalmente de unas condiciones acústicas adecuadas y la reverberación dificulta la inteligibilidad. La reverberación afecta aún más la inteligibilidad de lenguas extranjeras. Dada la disparidad de calidad acústica de las aulas, la reverberación del aula puede que explique una gran parte de la nota de la prueba de audición en el caso de escucha por altavoces, creando una disparidad de condiciones perjudicial e inicua para los alumnos que se enfrenten a una sala con peores condiciones acústicas. Puntos negros: dentro de una misma aula, la calidad de la audición varía, principalmente por la distancia a la fuente de sonido, pero también por la presencia de columnas, recovecos, por la cercanía a paredes que reverberan el sonido etc. (Larm y Hongisto, 2006). Incluso los alumnos que estén en una misma aula tendrán pues condiciones de inteligibilidad diferentes (Culling, Summerfield y Marshall, 1994). Igualmente, el punto de escucha influye en la fusión o separación de las voces (Pele y Payri, 2011). Con los auriculares las condiciones son homogéneas. Ruido perturbador: los auriculares “cerrados” aíslan del ruido exterior, e incluso unos auriculares de precio módico ocluyen (según el término usado en percepción) las perturbaciones exteriores al auricular. Este factor es primordial ya que hemos visto que la inteligibilidad se ve afectada por el ruido concurrente, ya sea el ruido de fondo del aula, incluso el ruido de ventilación, o el ruido de actividades exteriores, y sobre todo, el ruido vocal. Esta pérdida de inteligibilidad está más marcada en el caso de lenguas extranjeras. En particular, durante las pruebas de selectividad se pueden dar todos los tipos de perturbación que más afecta en la comprensión de la lengua extranjera: la presencia de mensajes hablados en la misma lengua extranjera o en la lengua nativa, y sobre todo la presencia de voz emanación: el ambiente sonoro formado por las voces fuera del aula más los posibles murmullos y voces dentro de la misma aula. Esas voces difusas son lo que más perturba la percepción del mensaje Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 sonoro en la lengua extranjera. En función de las condiciones de aislamiento acústico del aula, de la presencia de personas circulando por los pasillos o en aulas contiguas, el tráfico, los pasos y portazos, y el ruido en general que puede variar de manera importante de un momento a otro, los alumnos tendrán unas condiciones más o menos favorables en las pruebas de audición en el caso de la escucha por altavoces en el aula. Esta disparidad se palia con los auriculares cerrados. La separación de fuentes (locutores) y su localización es mucho más precisa y reproducible con auriculares, mientras que con altavoces la localización de las fuentes depende de todos los puntos anteriores, y de dónde esté situado el oyente. Kidd et al. (2005) muestran que poder localizar de manera predecible al locutor aumenta claramente el reconocimiento, sobre todo en situaciones de diálogo o de varios locutores, lo que otorga más fiabilidad a la escucha por auriculares. Accesibilidad y deficiencia auditiva No debemos olvidar un factor de gran importancia que no hemos abordado hasta ahora, y que no se menciona tan siquiera en las directivas y recomendaciones sobre la celebración de pruebas orales: hay un número importante de personas con discapacidad auditiva en mayor o menor grado. Durà Doménech, Vera Guarinos y Yebra Calleja (2002) indican que el número de personas con discapacidades auditivas es bastante elevado, y que un 15% de niños y adolescentes en edad escolar tienen pérdidas auditivas detectadas de al menos 16dB. Von der Lieth (1997) estima que un 10% de la población europea tiene una discapacidad acústica, siendo la mayor minoría entre todas las discapacitaciones. Estas personas se ven muchísimo más afectadas por la presencia de reverberación y por el ruido concurrente, pudiendo perder prácticamente la comprensión del mensaje oral (Arehart et al.,2007; Peissig y Kollmeier, 1997). Este efecto de pérdida mayor de inteligibilidad puede darse por ejemplo en personas que están “duras de oído” solamente de una oreja, ya que la escucha monoaural permite un peor análisis de la reverberación y del ruido (Edmonds y Culling, 2006; Culling, Edmonds y Hodder, 2006). Está ampliamente demostrado que la escucha a través de auriculares circumaurales cerrados permite una comprensión cuasi idéntica a la de las personas sin ninguna discapacidad auditiva, en el caso de discapacidades menores. La International Federation of Hard of Hearing People (2008) indica que las opciones para una mejor accesibilidad de los discapacitados auditivos incluyen una mejor acústica de las salas reduciendo la reverberación, la supresión de ruidos de fondo, y principalmente los sistemas de amplificación con auriculares que permiten captar la fuente sin tener reverberación o ruido de fondo. Aunque solamente consideremos el argumento de justicia social con los discapacitados auditivos, debería ser suficiente para proponer la opción de escucha a través de auriculares y no por altavoces en un aula normal de universidad. Pero además, ignorar esta discapacidad incumple la ley Respecto a las personas que tienen una deficiencia auditiva hay que tener en cuenta la legislación orientada a promover los medios necesarios para que puedan realizar pruebas en condiciones de igualdad con las personas que no tienen una discapacidad. La Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad (BOE núm. 289, de 3 de diciembre de 2003), en desarrollo de los preceptos constitucionales se orienta a promover las condiciones para que la libertad y la igualdad de las personas sean reales y efectivas, removiendo los obstáculos que puedan dificultarla, cumpliendo con la obligación de los poderes públicos de prestar a las personas con discapacidad la atención especializada que puedan necesitar para disfrutar de los derechos constitucionales contemplados para todos los ciudadanos, sin distinción (arts. 9.2 y 49 de la Carta Magna). La Ley 51/2003, en su art. 7, establece como medida contra la discriminación el ajuste razonable. Son las medidas de adecuación del ambiente físico, social y actitudinal a las necesidades específicas de las personas con discapacidad que, de forma eficaz y práctica y sin que suponga una carga desproporcionada, faciliten la accesibilidad o participación de una persona con discapacidad en igualdad de condiciones que el resto de ciudadanos. Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 Según el Real Decreto 1414/2006, de 1 de diciembre, por el que se determina la consideración de persona de discapacidad a los efectos de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad (BOE núm. 300, de 16 de diciembre de 2006), tendrán la consideración de personas con discapacidad aquéllas a quienes se les haya reconocido un grado de minusvalía igual o superior al 33 por ciento. Sin embargo, nos podemos encontrar con supuestos en los que la persona no sufre una minusvalía igual o superior al 33 por ciento, pero sí sufre una disminución auditiva que debe ser ayudada por distintos medios para suplir dicha disminución. Hay una legislación específica que contempla dicho caso y que indica que deben proporcionarse los medios adecuados en el ámbito educativo. En este sentido, se aplica la Ley 27/2007, de 23 de octubre, por la que se reconocen las lenguas de signos españolas y se regulan los medios de apoyo a la comunicación oral de las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas (BOE núm. 255, de 24 de octubre de 2007), cuyo objeto es la regulación de los medios de apoyo a la comunicación oral destinados a las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas. En su art. 19, referente al acceso a los bienes y servicios a disposición del público, y en el ámbito de la educación, se establece que las Administraciones educativas facilitarán a estas personas usuarias de la comunicación oral su utilización en los centros educativos que se determinen, y promoverán la prestación de los medios de apoyo a la comunicación oral a esas mismas personas. En el marco de los servicios de atención al alumnado universitario con discapacidad, promoverán programas e iniciativas específicas de atención al mismo que sea sordo, con discapacidad auditiva y sordociego, con el objetivo de facilitarle asesoramiento, orientación y medios de apoyo a la comunicación oral. La legislación también contempla un régimen de infracciones y sanciones siendo de aplicación la Ley 49/2007, de 26 de diciembre, por la que se establece el régimen de infracciones y sanciones en materia de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad (BOE núm. 310, de 27 de diciembre de 2007). En el caso de las pruebas de comprensión oral de lengua extranjera, claramente la accesibilidad se facilita ampliamente con el sistema de escucha por auriculares, que no solo suprime las condiciones adversas de reverberación y ruido ambiente, sino que permite que el alumno regule el volumen sonoro que más adecuado le resulte para su nivel de audición. Además de las personas con alguna discapacidad auditiva reconocida, Ruggles y ShinnCunningham (2011) muestran que la reverberación afecta de manera muy diferente a la capacidad individual de reconocimiento del habla en personas con audición normal de 18 a 55 años. Aunque el incremento en reverberación reduce generalmente la inteligibilidad y la segregación de fuentes sonoras, ciertas personas se ven muy afectadas y otras menos. El grado de sensibilidad a la reverberación no está correlacionado con la edad y con la agudeza auditiva, y es un factor independiente. De manera que la escucha en aulas con altavoces va a afectar a unas personas más que a otras, y no se dispone de tests audiológicos que permitan discernir a los más afectados. De nuevo, utilizar un sistema de auriculares permitirá que las pruebas evalúen los conocimientos de inglés y no las capacidades audiológicas de los individuos. Calidad del sistema de reproducción Uno de los principales elementos para normalizar las condiciones de las pruebas de comprensión auditiva es la calidad del sistema de reproducción sonora. La calidad de los sistemas de reproducción por altavoces suele ser mucho más variable que los auriculares, ya que suele implicar a más elementos en la cadena. Las universidades disponen a menudo de sistemas de altavoces de mala calidad, y sobre todo de calidad degradada por la utilización frecuente en el rango máximo de potencia, ya que los sistemas no están adaptados al volumen de las aulas en las que deben sonar. Incluso, muchas aulas no disponen de sistemas de altavoces y se utilizan sistemas portátiles de tipo “radiocassette”, con una potencia y calidad insuficientes. La calidad del sonido y la inteligibilidad son mucho mayores por auriculares para un equipo de mismas prestaciones y rango de precio, pero, sobre todo, la calidad del sistema de reproducción no es un factor muy determinante, y pasa claramente a segundo plano en comparación con los efectos de la reverberación y el ruido ambiente. Arehart et al. (2007) muestran que las personas con audición Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 normal y con pérdida ligera a moderada de audición perciben de manera similar la degradación de la calidad del habla en presencia de distorsiones y de ruido. Rhebergen, Versfeld. y Dreschler (2009) muestran que la compresión del sonido y su consiguiente deformación pueden afectar la inteligibilidad, pero que el efecto del ruido perturbador es mucho mayor, en particular la naturaleza continua o discontinua del ruido. La sala puede tener una influencia significativa en la vibración de las partes de un altavoz, y una influencia decisiva en la repartición espacial del campo acústico. La sala es muy determinante en la manera de percibir la calidad de un altavoz (Lavandier, Herzog y Meunier, 2008). De manera más importante, Gabrielsson y Schenkman (1988) muestran que la calidad de los sistemas de reproducción influyen en la percepción de la calidad del sonido, pero no en la inteligibilidad, tanto para oyentes con audición normal como con discapacidad auditiva. Podemos, por consiguiente, establecer que es esencial utilizar una reproducción por auriculares y no por altavoces, ya que lo más importante es la reverberación y ruido ambiente, y que los sistemas de altavoces pueden tener calidades muy variables. Pero dentro de una escucha por auriculares, la calidad del sistema de reproducción es muy secundaria para la inteligibilidad, y no es necesaria una normalización estricta de los sistemas utilizados. Tiempo de escucha impuesto o elegido: interactividad de la escucha Otro aspecto de las condiciones de escucha se refiere al momento y tiempo de escucha de los fragmentos orales que hay que analizar. En el modo de escucha por altavoces en el aula, la escucha es común y se hace según lo que el examinador decida en función de las directrices. En el modo de escucha por auriculares, cada participante puede escoger cuándo oye cada fragmento, el número de veces que lo oye, y las partes que necesita volver a oír. Como argumentan Payri, Blasco Yepes y Ramón Fernández (2011), en el caso de tests sobre material sonoro, la introducción de la interactividad en la escucha, al permitir que el participante pueda activar y parar a voluntad el fichero de sonido por analizar, hace que se comentan muchos menos errores, que el participante mantenga mucho más la concentración, que pueda desarrollar el test a su ritmo y según su estilo cognitivo, y que finalmente se realice más rápidamente la prueba y con menor fatiga para el alumno. Debemos tener en cuenta que según la sugerencia del Ministerio (MEC, 2010) los extractos por analizar podrían durar 3 minutos. Esto implica una carga cognitiva importante, ya que debe analizar en tiempo real el mensaje oral, al mismo tiempo que memorizar el contenido para poder luego contestar a las preguntas. Luego, mientras está contestando, el examinador puede volver a reproducir el fichero de sonido interrumpiendo la tarea y forzando de nuevo la atención en el sonido. En el modo de escucha impuesta (altavoces en aula), la prueba puede estar evaluando capacidades otras que la comprensión auditiva de la lengua extranjera, y puede que los alumnos no consiguieran contestar perfectamente a las preguntas, aunque el material oído fuera en español o la lengua materna del examinado. De hecho, la memoria auditiva es menos eficaz que otros tipos de memorización (Cuartero y Payri, 2010). Si hacemos una analogía con la prueba de comprensión escrita, la dificultad añadida residiría en que el texto por analizar se proyectaría durante unos minutos en pantalla, y luego desaparecería, y el alumno debería contestar según lo que ha retenido durante la proyección del texto. Con la dificultad añadida de que los alumnos recuerdan menos información al oír un pasaje respecto a la lectura, tanto en calidad como en cantidad (Lund, 1991; Osada, 2004). Teniendo en cuenta que las personas pueden tener diferentes aptitudes de memoria auditiva, y de memorización en general, el test de audición puede evaluar la memoria auditiva tanto como la capacidad lingüística, si se impone una escucha por altavoces global para el aula. La interactividad de la escucha no implica una solución sofisticada: en el modo más simple, el usuario dispondría de un reproductor de sonido cualquiera en el que estarían los extractos de discurso oral que podría escuchar. Lo más simple es utilizar un aula informática y que los ordenadores dispongan de los ficheros de audio en cuestión, que se pueden reproducir con cualquier reproductor disponible en ese sistema operativo. Las respuestas a la evaluación pueden escribirse sobre papel, como en la mayoría de pruebas, o pueden ser contestadas en algún formulario informático que embeba los sonidos y que permita también controlar el tiempo (ver, por ejemplo, los exámenes online con tiempo controlado de la plataforma Poliformat basada en el proyecto Sakai). Disponer de los extractos de audio embebidos facilita la impartición de la misma prueba, ya que el alumno relaciona sin Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 incertidumbre cada audio con cada serie de preguntas, y se evita tener que explicar repetidamente la parte que se va a escuchar y la parte del examen que se va a contestar. La escucha con auriculares limita el número de alumnos que pueden pasar la prueba en un momento dado al número de puestos de escucha disponibles. Esta restricción es inevitable, y es necesario estructurar el orden de las pruebas auditivas de acceso a la universidad en función del número de alumnos y de puestos. Esta restricción es en cualquier caso mucho más ligera que las condiciones propias a la prueba de expresión oral, donde los alumnos pasarían por grupos de tres en presencia del tribunal según las proposiciones realizadas. Realización del material para las pruebas de audición Este artículo se centra ante todo en las condiciones de escucha en las pruebas, y las disparidades. Pero también tiene una implicación el material mismo que se utiliza en las pruebas, y analizamos algunos puntos sobre la realización y selección de dicho material. Naturalidad o realidad Como indicábamos en la introducción, las proposiciones del Ministerio (MEC, 2010) sugieren que se utilice material “real”, captado de medios de comunicación angloparlantes. Esto se recomienda igualmente en el aprendizaje de lenguas extranjeras en el Marco Común Europeo (2001), pero debemos considerar las diferencias entre países en la comprensión auditiva de lenguas extranjeras, (Broersma, 2005), por ejemplo, para el reconocimiento del inglés como segunda lengua por oyentes de los Países Bajos y de España (García Lecumberri y Cooke, 2006), lo que estos autores explican parcialmente por la diferencia de calidad y cantidad de exposición al inglés que hay entre los Países Bajos y España. Debemos, pues, basarnos en la realidad de España, en la que los medios de comunicación rara o ninguna vez difunden las emisiones en versión original, para diseñar las pruebas de selectividad. Utilizar material recogido de algún medio de comunicación audiovisual respecto a material didáctico puede introducir varios sesgos. Primero, la calidad de la pronunciación y la velocidad de articulación influyen mucho en la comprensión, sobre todo en lenguas extranjeras (Jones, Berry y Stevens, 2007; Cooke, García Lecumberri y Barker, 2008), hasta el punto que diferencias de nivel de lengua o de velocidad que no parecen significantes para oyentes nativos, afectan de manera importante a oyentes de segunda lengua. Además, hay que considerar muchos más parámetros para medir la inteligibilidad del habla en un extracto de algún medio de comunicación como el ruido ambiente de la grabación, la calidad de la captación y grabación del registro audiovisual, la distancia locutor-micrófono, la calidad del micrófono, la proyección vocal del locutor, etc. Para que las condiciones de inteligibilidad sean las mismas, debería utilizarse los mismos materiales audiovisuales en todas las pruebas de todas las universidades, por que no hay una manera de normalizar las condiciones de realización y grabación de material “real” extraído de los medios audiovisuales. Segundo, además de las variaciones dialectales, los medios de comunicación utilizan frases y fórmulas establecidas que varían de un medio a otro, de un país a otro. Alguien que haya escuchado frecuentemente, por ejemplo, CNN International (que emite noticias y entrevistas cortas frecuentemente entrecortadas de anuncios se habrá adaptado al tipo de discurso que tiene fórmulas muy repetitivas, maneras de presentar una idea o iniciar una pregunta nueva) tendrá mucha más facilidad para entender e incluso predecir el contenido oral de un corte de audio de esta cadena, aunque no tenga más habilidades de comprensión que otro alumno en inglés y pueda verse perdido ante una información de BBC1. Utilizar un material de algún medio de comunicación puede medir la familiaridad del alumno con ese medio, la cantidad de veces que ha oído las mismas fórmulas y frases hechas propias de ese medio, más que su nivel general de comprensión oral. Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 Para que la inteligibilidad del mensaje oral sea controlable y similar para todos los alumnos, es recomendable utilizar pues material creado ex profeso, con las condiciones de articulación, nivel de lengua y grabación habituales en el material pedagógico. Utilización de vídeo Las proposiciones del Ministerio (MEC, 2010) también sugieren la utilización de vídeo en las pruebas de comprensión auditiva, extraídas de un contexto real. Seguramente se base en las recomendaciones del Marco Común Europeo (Consejo de Europa, 2001) que indican el interés de utilizar material audiovisual, televisión y películas subtituladas en el aprendizaje de las lenguas extranjeras. Se ha demostrado desde hace tiempo que la información visual mejora la comprensión del habla (Sumby y Pollack, 1954). Mejora tanto la comprensión puntual de ciertos fonemas (Chen y Hazan, 2009), como la comprensión del diálogo espontáneo ya que, entre otras, cosas permite saber la persona que está hablando y el momento exacto en el que va a hablar (Sodoyer et al., 2009; Kidd et al., 2005). Pero al mismo tiempo, esta mejora depende de la visibilidad de los articuladores, lo que implica el tamaño de proyección, la distancia del oyente a la proyección, y el tamaño de plano (es decir, lo cerca que haya sido grabada la cabeza del locutor). Esto implica que se debe controlar las condiciones de visionado además de las condiciones de escucha para que no se introduzcan más desigualdades en la comprensión. Además, Bernstein y Grant (2009) muestran que las personas con deficiencias auditivas no mejoran igual su comprensión con la información visual, respecto a las personas sin deficiencia, con lo que la utilización del vídeo puede reintroducir desigualdades en las condiciones para mal oyentes. Teniendo en cuenta que los ficheros de vídeo ocupan mucho más espacio en disco (o en retransmisión en línea) y que provocan más dificultades de reproducción por la multiplicidad de opciones de codificación, van a dificultar de manera importante el desarrollo de las pruebas de selectividad, aportando dificultades suplementarias para intentar mantener una igualdad de condiciones. Se puede, pues, recomendar utilizar para todas las pruebas audio solo. Conclusiones La presencia de ruido en el aula tiene un efecto negativo demostrado en los resultados académicos de los alumnos. Este efecto negativo es particularmente agudo cuando se trata de pruebas de comprensión oral de lenguas extranjeras. Tras revisar los parámetros que influyen en la inteligibilidad de la lengua extranjera, podemos concluir que para tener condiciones aceptables y homogéneas en las pruebas de comprensión oral, es necesario utilizar un sistema de escucha por auriculares cerrados circumaurales, que permiten aislar del ruido ambiente y no añaden ninguna reverberación en el mensaje oral. Incluso unos auriculares de calidad baja y no cerrados son preferibles a la escucha común en aula por altavoces. Utilizar un sistema de reproducción en campo abierto, con altavoces de calidad variable en condiciones de acústica de sala variables y a menudo muy deficientes, y con ruido ambiente también variable, lleva obligatoriamente a una grave desigualdad en las condiciones. Esto afecta de manera aguda a los alumnos con alguna deficiencia auditiva, aunque dicha deficiencia sea leve, y esto implica no respetar las leyes respecto a las discapacidades auditivas, por ignorancia de esas leyes o por ignorancia de la importancia que tiene el sistema de escucha en la inteligibilidad. También afecta a los alumnos con una audición perfecta, y la calificación de la comprensión oral puede estar tan influida por la inteligibilidad como por las aptitudes de comprensión del alumno. Revista de Educación, 359. Septiembre-diciembre 2012 Fecha de entrada: 29-06-2011 Fecha de aceptación: 09-12-2011 Referencias bibliográficas ALLEN, P., BROGAN, N., y ALLAN, C. (2004). Impact of classroom noise on reading and vocabulary skills in elementary school‐aged children. Journal of the American Society of America, 115 (5), 2371. ANAYA, V. y LLOBERA, M. (2008). 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