folletín - Hemeroteca Digital

Anuncio
mwm H.
SUSGRICIOX EM PftOriNGIAS.
40 REALES TftUIBSTlIB.
La« saacricionet d« prorinewt detten |)«4ir»e á
D. AkiMtin Aiuirre , admmiitrMior éc Lá B#oe*.
»Ktn|i«a»><talibr»M«.
li« suscrieioo tn uUranar v rstriajero por raiva
át ponr eiifttaMr«. trhMMrr.
S« admil«n antinfUM i preciM bM«li(iniM.
ACTOS OFICIALES ML 008IERNO
I^ISTERIO DE COMERCIO, INSTRUCCIÓN ¥ OBRAS
PÚBLICAS.
Industria.
•.'VfeUjs diferentes reclamaciones qoe se han deda*™* en esle mÍDÍsterio contra los procediinieDie& de
7 ^ 0 $ intendentes de rentas, que sin duda por conjMftrar vigente el art. t i del real decreto orgánico so7^'f^ilegios de indusUú^^WipeUido eo 87 de ataran
'g.ÍI**t sellan atribuido eíconodRitento de estos
^Sj^ilSi ya galieroativameote por si, ya judicialmente
' T ^ sobdelegacioaes de rentas:
. GoBsidepjujg qyg^ sin perjuicio de la permanencia
'|¡'Lla parte legislativa y verdaderamente orgánica del
ígírido real decreto, variado el sistema administra?^V deslindado el judicial, se han introducido neceT^mente alteraciones en el conocimiento y traitiita^ que en aquel se daba á estos asuntos:
^ ^siderando que en.tétalo á la parte administraV* > creado elraiú¡Sl$rjí;r.dcgobernación , y hoy el
* comercio, se hallan J^mCentradas en él y en sus
i í » ' * ? los jefes polilícos y el conservatorio de artes
l^lribociones que en la materia se daban respecti^*Unte por aquellas disposiciones á los intendentes,
'^CQoseio y al ministerio de hacienda, en cuanto á la
Wte contenciosa:
J^^Miderando que las cuestiones que á instancia de
ffl>*e suscitan para reivindicar la propiedad de los
Sg^t^ios de industria y asegurar sus efectos, ó para
?Wí»tl» anulación de los concedidos (cuya anula2*"«e.fiíada en la priictica anterior á su concesión),
^•ewaciBimente litigiosas, y sujetas al tallo judicial,
3'**ioél(ie^uimiento deun juicio.en el cual se han
r'^'brir los pliegos cerrados que so custodian en el
'J'íervalorio, y que contienen el secreto de la inveng o <S procedimiento privilegiados:
'istas las alteraciones posteriormente introducidas
^ « l sistema judicial. y por el decreto áa arreglo de
•"^únales:
h» Ifl? '" '^*'' disposición que suprim 6 el consejo de
5«J'MO el reglamento provisional para la administra.
!?P de justicia, decretado eo í6 de setiembre de 183«,
I rjua articQlos 36 y 37, por ios cuales se suprimen los
i'~*"*>«pHvaUvos,e5aplo los de minas y hacienda
tfn las materias de su'fs^ecial competencia, mandando
fpsara los juzgados « f frímera instancia los asuntos
n ' f en.afiaellospendlMen:
iLft
* í"* las cuestiones de que se trata son
IWf su natural*^ ae propiedad entre particulares , y
P ^ W o civiks:
tílSf*?***' * *'"® '^°'' arreglo á lo que prescribe el
- ' * articulo 37 no ha habido ninguna disposición
^nor á hi estincion de los consejos de Castilla é
lasque autorice juzgados especiales para ellas.
I atendiendo principalmente á que con arreglo á la
^''oraleza, letra y espíritu deleitado reglamento proj'*|ona|, asi lo ha declarada el supremo Iribunal de
!r*Ucia á quien correspondía, decidiendo las compe¡«el¡•s que sobre la materia se han promovido entre
tendentes y jueces de primera instancia á favor
J'os ultimes, y fijando de esta suerte lajurispru¿*pcia en esto asunto, S. M. la reina (Q. D. G.) se ha
^*ido disponer que asi se publique para el general
^?^inilento, evitando á la industria aquellas veja
L^.^s y los castos
costos de Dleitos
pleitos aue
que Dudieran
pudieran resulta
resultar
''«di,os.
P*real orden lo digo á V. I. para su cumplimiento
j>fPBiunicaoioo & quien corresponda. Dios guarde
'•'> Lmuchos años. Madrid 46 de julio de 1849.—
Juan Bravo Morillo.^ :Señor director general de.in- '!¿ias|^«i as'qqe tal constitución ha de ser una
dustria.
;<iterd)k^ta ¿ia.. Esta Íó<^a, en una palabra, no
visto el espedieote promovido por D. Josó.Pio Vaz? ;(És HtMf'i|úe lá reproducción bajó diversa forma
|uez-, nresídente de la sociedad minera tit«^ilai)t«na i^e la^lMtigtia querella entre el Austria que quiere
t, reclamando contra la exacción de utr adítilriO'que .'Ibipfliiét' á.toda costa sa sistema gi^béráamental
el ayuntanaiento de Zaragoza le exigió iudetMapente
sobre el carbón de piedra (}ue espiota en lafiroVincia !il^ la Hangria y la resolución de esta á oponerse
%é\ ^ n todas sus fuerzas.
de Teruel:
. > ,
Vista la nota segunda á la partida 178-4elaraocél<d»
Nipé^tros creemos, dice el escritor inglés.
im^rtaoion »i«eate. <!"« «fPfP*» ^W» "'<»!•*«» ¿» q&e Jt Áuslria, cediáido á aeriMciosas iíiflüen
M^ «i'eafneuao una graa laita uataaDao la^
cabala y de eonsumo, y de to<tos los demás que coa
cualesquiera nombre y aplicación se hallasen im- tropas riisás á Hungría. Et Austria evi lá ñüópuestos :
,
derádorá de la Europa; la Europa t«QU iiD ^riui
Vistas las reales órdenes de 4 de marzo de 183! y interés en qué el Austria consérvase esta posi40 de diciembre dé 4834, concediendo varias frabqvición. | | n arreglo equitativo habría podido terc ias á esta industria:
Atendiendo ¿ que la minería paga impuestos espe- minar k cuestión húngara y eomsoludar la paz
ciales, no pudiendo de consiguiente gravarla con otros enrépeal MafS por desgracia la lucha ha tomado
que los señalados en la legislación del ramo, y á la né- proporciones tales, qu£todá esperanza de concioesldad de proteger la esplotacion del carbón de pie-<
cjra.pa.ra dar impulso al desarrollo de la industria , la iíacioa s¿ encueatra ya desvanecida. Li ioterreina (Q. D. C ) , de conformidad coa el parecer de vencMo de la Rusia ha venido á aftadir una
de V. E., se ha servido prevenirme que le mauifleste nueva y fatftl coniplioáeion á la cuestión. Si la
que el carbón de piedra solo debe satisfacer los im- Rusia, como parece', lleva ií las llanuras que el
puestos establecidos por la legislación de minas, eS'
tandoexento de lodo derecho real, provincial-, muni- Teiss y el Daiiuiíio bañaf todas las fuerzas incipal ó de cuerpo, y de todo arbilrio, gabela y [ledidos m&:isa8 de 84 iaiperio li los bángaros seriui vende cualquier origen y aplicación que pudiesen tener cidits, perdía Hungría oo^^edará pacificada.
en lo interior, inclusos los derechos de impresión y £1 Austria solo reinara en efla por medio de la
sello del registro.
opresión: la hora de iina nueva revolución soDe real orden lo comunico á V. E. para los.efectos
correspondientes. Dios guarde á V. E. muchos afioá. ltará mas tarde ó i¿as teiiipraao, y entre tanto
Madrid 4 8 de julio de, 4849.=Bravo Murillo.=3$éfior riel Austria,, atAeoa^da en Italia ó Alemania,
direclor general de minas.
letptlirA fwe^etftregar la Hungría al protectorado
delailusia. ^oeptar la protección armada de
esta una vez, t s im|t0t)érsela para inrgo tiempo,
y eliczar, pori^ér^soqjjje sea, llegará un día
á pedir el pago de los gaíitrá de la guerra, y desLA. REVOLUCIO;! Y LA CUESRil OK HVHGatk^
pués los de lina ocupacioa prolongada. El AaisA r t i e v l * H l y «Uttai*.
^ria, sin crédito y sin tesoro, sólo podrá ofre-^
Hetnus (razado et < oríge» y lact faset? diversas cerle lo que la Rusia quiere, la Tráusylvania y.
de esta caestion, hasta el diu eii qiie de; un ladn la Galitzia. Aunque el czar no abrigara eslas
el asesínalo iajuslilicabie del cunde Latnberg y miras ambiciosas, la Rusia lo querría en prola actitud revolucionaria que tuina la dieta, del vecho de su engrandecimiento y de su gloria.
otro el olvido de promesas solciunes y la apela- La Hiingria llegará á ser una provincia ausción del Austria á la intervención rusa, hauen tríaca con una guarnición rusa; la Rusia será
toda transacción casi imposible y funesto todo para «1 Austria la aliada en todas sus guerdesenlace.
ras , el punto^ de apovo de todas sus iailtieiiCuafldo se sigue atentamente la historia deL-»-» ~| »."...- - ~ "A^-J- -'- — —
ésta cuestión lamentable, es inipt^ible d e j a í ^ cías. Efttiig'ar tfe ser eltalQaíte dé la Alemania
convenir con el autor de la publicación de donde j la salvaguardia de la Turquía Contra los ru
hemos lomado estos artículos, en que el derecho sos, el Austria se trasforma en el centinela
y la justicia están del lado de la Hungría. La avanzado de la Rusia contra la Turquía y la
Hungría solo exige el cumplimiento de lo qtie Alemania. Es la trasformacion completa de su
voluntariamente le fue concedido por el empe- política tradicional.
rador rey en abril de 1848. ¿Qué es lo que á
La Rusia va á ocupar, mejor dicho, ocupa ya
su vez pretende el Austria ? El Austria exige que una nueva posidon en Europa. Su prepondela Hungría renuncie á las concesiones que le han rancia creciente no tendrá pías dique que el
sido hechas por su soberano ; que abdique la in- sentimiento del derecho ea el corazón de sus
dependencia de que se hallu en posesión hace iiiunarcas: débil dique contra las grandes panueve siglos ; que trueque su constitución , la siones de. uii gran pueblo. SUR parlidai'ios anunconstitución que ha sabido manlcncr diiraiile cian ya que no hay salvación posible para la
setecientos años, pur ese ensayo de constitu- Europa sino en la suprema dictadura de ia Rución que el Austria va á plantear e¡i sus pruvin- sia y de sus czares. «¿Cuál no seria, dice un
?
LA ÉPOCA.
con Holanda, lo cual tarde ó temprano t«odrá que suceder , ó bien con España , cosa muy probable si vuestro matrimonio no llega á realizarse (Mazarino clavó
en el rey su mirada penetrante), y hay mil Causas que
iueden estorbarlo: pues ahora bien ; ¿aprot>ariais que
LQS KOSQieTEtdS,
a Inglaterra enviase á las provincias unidas ó á la infanta un regimiento, una compañía, ó menos todavía,
Ti«CER4 rXKtU.
00 puñado de ingleses? lOs parecería que su conducta
se ajustaría entonces lealmente á los términos del tratado de alianza?
Luis escuchaba, no sin Causarle admiración, que
Mazarino invocase la buena fe cuando liabia puesto
en juego tantas supercherías políticas, que el vulgo
MOVBLA BB A. DQMAS.
bautizaba con el nombre de mazartnadas.
—Pero sin necesidad de una autorización manifiesta , dijo al fin al rey, yo no puedo impedir á tas persof€»nti»uaeit*.J
ñas de mi reino que pasen á loglalerra, si tales su voi^lJustameotel Ricardo heredó por la maerte de luntad.
g ^ v e l l , y |a logl«terra por la abdicación de Ri—En ese cato deberíais hacerles qne volviesen, ó
^SO. El tratado formaba parte de la herencia , ora cuando menos protesta reentra su presencia como eneTuviese en nanos de Ricardo ó en las de Inglaterra; migos en un país aliado.
? ConsigoltntA es buenoy válido lo mismo ahora que
—Pues vamos á ver, seSor cardeaal; vos que sois
y ^ i m e r dia. iPara qué, pues, habíais de eludirlo, un genio profundo, buscad nn medio de ausUiar ¿ ese
^ ^ ? i E a que han variado las circunsAaaoiasT Car- pobre rey sin comprometernos.
^«q<rief«4ioy lo <iue no hemos querido nosotros
—^Ved ahi cabalmente lo que no me acomoda, mi
Jn^ diez años;^ pero este naso está previsto. Vos sois amado señor, dijo Mázjrino. La Inglaterra no piusde
^¿T* *'" Io<la*«rra, señor, y no de Cirios II. Se- obrar de una manera mas contiorme á mis deseos; y si
^"menle que bajo el punto de vista de la familia no yo dirigiese desde aqulU política de Inglaterra, es
^'''Qy hoaroso haber firmado nn tratado con un bien seguro qne no U dirigirla de otro mo(U>. Tal como
^Irl^bre que hizo cortar la cabeza al cuñado del rey se halla gobernada Inglaterra en la actoándad es para
Ij^tro padre y hqber contraído alianza coa un par la Earopa un nido eterno de contiendas. Holanda pro!T^*Cnto
u o parlamento
narlunuinlA 'Ratkaililln
ento tiiiA
que Human
llaman aU4
allá ua
Rabadilla; tege á Carlos II; pues dejad que allá se las avenga, que
LT^vengo~en que esto DO era muy honroso, pero era ya se picarán y batirán: asi como asi son las do» Úni!!*b« IÑijo el punto de vista político, puesto que, cas potencias marítimas; conque dejemos que destru>sáeE« tratado, logró salvará V. M., menor to- yan ntutuamente sus marinas, que nosotros construit^^ de los peligros de una guerra esterior, que la remos la nuestra con los restos de sus i*aves r y eso
^7*^8... IOS acordáis de la Fronda, señor? (el joven cuando tengamos dinero i>ara compra* clavos.
—I Olil qué mezquine y bajo es lodo cuanto oM eabajó la cabeza): que la Fronda hubiera complifr-^de un modo fatal. Y vea aqoi Y. M. por lo que de- tais diciendo, señor cardenal.
—Bien, pero como es verdad, no tenéis otro reme(b3^* Variar ahora de rumbo sin^ prevenir á nuestros
i^j¿*|s no seria ni honroso lii útil. Lo que consegui- dio que eonfesarto, señor. Hay mas todavía. AdmHo la
i^T*^ seria tiáoer la guerra, sin tener la razoo de posibMdad da faltar á vuesli'a palabra y etadir a« tra•¿r'^fíaTté, pbr lo cual no mereceríamos muy blea tado, cosas que snelea verse con sobrada trecttencia,
l^^ ^ o s IB hiciesen á nosotros; y hay mag.
mas. y es que ' pero que solo se hacen cuando va ea ello un grande
r^*Ceria
la lAmlamn*
jia emp»rgQ
¡raerla nn*
qae ia
temiarops, sia
empargo d«
de que en íóleres ó cuando el tratado es demasiado gravoso. Pues
(£¡|><nd la provocébamos, porqaa no permiso,coáce- ahora bieír,*! aatorizais la dienaDda qoe se os hace
iS?^ qolnienfos, á doscientos, i clocuéata, y aoá é ¿qué resultará?... que la Francia, ó su haidera, que
Ll^borabres, es siempre un permiso. IJn francés es es lo misino • pasara el Estrecho y peleará, pero para
2^nación, on nniforme el ejército. Suponed, por salir vencida.
—¿T porqaé?
fl<>>|itlo, «eSottqu9..tar()« ó temprano teogals gáerra
FOLLETÍN
f
% VIZCONDE m BRAGELONNE.
i.
documento, emanado recientemente déla misma
cancillería rusa, la horrible confusión' en qtté
caerian los países de Occidente, si el legítimo
soberano, si el emperador ortodoxa (k Orieatci
tardase largo tiempo en aprecer allí? ElOeeídente camina á su disolución: todo se abisiBá
en una con&agracion general: la Europa de
C irlo^Magno» como la Europa de 1815; eipoatificado de Roma y todos los pontifiéados de
Occidente; él fialnlMisato y el protes^stifiÉit;
tá fé.Urgs» tkmpo iMír péídida, y la razón, p«4»r.«
cida i lo absurdo; el érém f»' iwpowMev la
libertad imposible taiaUeo, j sobre todai « ^
ruinas, la otvmzfckMi., suiódáadose cea fÉi ,
precias raaBos: Ihé aqnW sitoansn áti OitH^
deut»! ¥ cuando «cAre' eÁe innitmsó mefraglir
vemos como nu «rea santa sobrenadar ese iinperio , BUS inmenso todavía, ¿quiéa pofiri 411dar de su
raiawtt?»
i',
HenMis trasíerito lestnalmente estas piU^««:
pnrque ellas,nósóa solo la espresion 4é wt fanatismo de ^oria y d« engraMeciuiienio patrio,
sino también «n sentimieato que se aJH>ig)i e*
muchos corazones lastimados pfrr tos dcmrkw'f
)or los escesos déla revolución.
VeT«é00m'
abras se&alan un gran peligro para los.{iéralM.
del Occidente (le Europa Lejos ée UflH^iiAm<M
pie de la letra, nosotros sjbemis f»%|ltttrlJMH^'
es la región de la poesía; pero lo es llÍT iMñfifea
de la fuerza de un c < ^ a l imperio y Üe una
raza belicosa y conquistadora. La interveaeiott
en Hungría, mañana acaso en Alemania , Medo
ser el primer paso de la realización de e«e
sueAo.
¿No verá en él la Earopa oecidéntal, la Buropa constitucional, la Inglaterra, la Fraueia; uu
gratule y un inmenso peligro para ellas? La Europa, sin duda, a« quiere hi gwerra; pero k atañera de hacerla imposible es abogar todo g^taea
de lucha; la cuestión htuf ara b es hoy dk; la
política de la Inglaterra, como k politiza de k ',
Francia, debe ser procurar, por medio de O M •
kUarveaetoR «iétgi«(, ^¡m-mm¿mmlim^-$m9*^''•
suelva en términos favorables á la libertad de la
Hungría y á la unidad del Austria, á k iodepeudeada de la política austríaca en Europa, al equilibrio europeo y á los intereses de la eivilincio»
y d e , k paz. De otra manera, esta «/Ao serk
una corta tregua, preludio de uuui grande tu-- \
chas eu un porvenir poco lejauo.
[
El vapor de guerra CMtiUa, que llegó el 49 i Bar«
celona , ha trnldo nunii^rosn^ '•orrespondencias d«
nvi-'sUijs cuerpos pspedicionnrios en Italia. {.88 ttotidas que ellas nos dan no llenen gran iinpottaoeta {>»- :
litica; puro creemos será leído con gastó cWMrte s«
refiere á los movimientos de nuestras tr»()iMi. Ka ^ti
parle tomamos esUis nuevas de la corr?
—Pues digo, i fe mía, que S. M. Carlos II es un há- ante su presencia yo n>e inclino, yo, qne no tengo roa»
bil ijeoeral; y si no, ahi está Worcester que puede dar gue un birrete de terciopelo.
— ¿Qué pensáis cotonees que quiura MoDck? . ,
teatimooio.
— ¡Oh'. si yo lo supiera , no OÜ iJiria que descoql^ .
—Pero aliora no tiene q»e habérselas con Cromseis de él, porqueenlooccs la ventaja eslar'ut lod^ q|(
well, señor cardenal.
—No, pero tiene que habérselas con Monck, que es mi parte: pero con él leogo miedo de adivinar, ¡3f0Í-tendéis la espre^oa? de adivinar, porque«u^oíioéi'íá
todavía mas peligroso que el otro.
Aquel Valiente cervezero era un iluminado que te- haber adivinado una cosa, me Qio en una idea« y eita
nn sus momentos da exaltación y de espansion, du- idea la sigo con perseverancia. Desde que ese fio¿ál>r«
rante los cuales se rebosaba como un tonel lleno eu tiene allá el poder, estoy como esos condenados' 4<l
demasía: entonces se escapaban por las hendiduras Dante, á quienes Satanás retorció el cuello, y camina-,
algunas gotas de su pensamiento, y por esas gotas se ban hacia adelante oúrafido siempre hacia atrás.'Tp
venia en conocimiento del pensamiento entero. ¡C<ián> voy ahora hacia Madrid, pero óo pierdo de viáiÉ a,
tas veces aos ha dejado Cromwelt penetrar de esa ma- Londres. Con e^e diablo de hombre adivinar ei
nera «o su alma cuando se creta que esa alma estaba mismo que engañarse, y engañarse y perder^ 0t,i,
envuelta en ana triple coraza de hierro, como dice una misma cosa. Dios me libre de adivinarlo ftajt'
Horacio! iPero Monckl iDíos os libre, señor, de tener desea; me contento, y es battaiite, coa Mpiar lá a
que tratar oon él en el terreno de la política I Todos hace. Esto supuesto, oíie parece (¿compréQditfs'*
los oabellos Maaoos que t«Bgo da un año á esta parte la fuerza de la eapreaien ? me parece, habtaod
á nada compromete): me parece, poes,
se los debo á Monde. DeagnciadaoieQte ao es este un Monck,
deseos son suceder i Cromwell. Vuestro Cárlpsl,
ilttiDiaado, aiao un político, y en lugar de rebosarse se sus
ha hecho ya proposiciones por medio de diez pefr
coinprime. Hace diez años que tiene fijos sus ojos en le
sonas; pero el geaeral se contentó con arrqjar i i^s
un (>^étt>, y nadie ha podido hasta ahora adivinar cuál onensajerossin decirles masque: «¡Marchaos, ü M^h<C*
es. Todas las mañanas, como aconsejaba Lots XI, echa ahorcar!» ;Esaa sepulcro ese hombre! En los noase»-;
al fnSiO sa gorro de doitair: asi que, el dia en qne ese tos actuales está Monck haciendo gala de sa ad^MltiMa ,
plan, lenta y solitaríamenle inadarado, se dé á luz, lle- al parlamento Rabadilla; pero á mí no me engaíai^i»^iii
vará consigo todas las condiciones de buen éxito que adnesion, porque Mon(k no quiere ser asesioado. iQn
acompafiairsieropre á lo imprevisto.
asesinato le detendría en «pedio de su obra, y es praf
Bale es Honk, aefior, hombr« de qifiea quizá' no ha- ciso queso obra se cumpla; pero creó (y ca»949 00^.
yáis oido hablar naoca, y cayo DOAbre ac«so no ha- creo no debéis pensar que creo, sioo que hab^ f^
bréis oido hasta que yaestre hermano Carlos II, que por costumbre); pero creo, repito, que Moaejt fpa'
conoce muy bien qaién eá, lo ha pronunciado en vues- renta respetar ai parlamento hasta el dia •* ^gf ^
tra presencia ; es deóir, dn aUsfflO de profundidad y envíe á paseo. Os piden espadas, neroas ff¡l^jp^^
do perseverancia, tas dos ttnieás cosas centra las cua- 6ontra Monck; y Dios DOS libre de baUraos é^lfpBQt,
les se ertrellao el talento y el ardor. S^or, yo he te- porque Monck nos batiría , y os confiese go» flf *V •
nido ardor cuando jóv^a, y outu» me ha faltado el eoflsoiariu en lii vida de hat>cr sido «rjrptaaa W'-i
talento; creo que puedo vanagloriarme de ello, puesto Monck. Creería que esle bahía estad» |»wvlea<k_^«
que me lo echan en cara. Con estas dos cualidades ne victoria liace dieis años. Por Alo*. j*M«r;. w r « N i ' ,
hecho ana tMÑllante carrera, toda ves que de hijo de vuestro. ya que no sea por coosWera^oa a «• l W * f »
un pescador de Maoioa he llega<to i ser ministro del que Carlos H se mantenga IxaoqaUó; *- Tt.omm.Mrey de Francia, en cuyo puesto, como vos niisuio os fiolarleaqui algana pensioo y darte WP de *«• Wr
habéis dignadoTecooocer, be prestado algunos servi- lacios... ¡AJ)! afora me acuerdo «JM C«* «Méfe ft- .
cios ál troQO de V. M. Pues blea, seSor; si en vez do moaó tratado de que baWábam«th»<»e í«¡». JtWi «I ,
habór tropezado ea mi cacoiáo CM« Mr^ de Beaufort, aun tiene ctorediau V. M.p«ra dartsa» i»alaeií.
con Mr. de Retz ó con el principe, me twWera encontrado, con Monck, 4Mrdido« estibsooos. Comprometeos,
I.
.•.,,.
• , ' . • . •
seftor, ligerauMote, y caarcüs en t n garras de ese solflaeimtinttétiM^fm'tprá^tWfm&Hím'e.J
dado pOHthio. Bf eaaoo 4e Moadc as «a cofre de hierra
«a cny« (todo oealta él sas peéaáoiaitos y del earf
nadie tiene la llave: asi asquea sa Mo« óinéjor dicho,
Descargar